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Alergias Alimentarias

Integrantes: Eduardo Puentes


Scarlett Troncoso

31 de octubre del 2018


Resumen

Las alergias alimentarias son un conjunto de manifestaciones clínicas ligadas a


una respuesta inmunológica frente a un alérgeno. Éstas pueden afectar desde la
piel, aparato digestivo, respiratorio y también cardiovascular con distintos grados
dependiendo de la gravedad de la alergia en sí, ya que pueden ser alergias
mediadas por IgE, alergias no mediadas por IgE, mixtas, hipersensibilidad no
alérgica o intoxicación; cabe recalcar que dentro de estas clasificaciones hay
subdivisiones.

Una vez que se ingiere el alimento causante de la futura alergia, se producen tres
tipos de respuestas inmunes que son; tolerancia, lo cual se le llama a la respuesta
“normal” ante el alérgeno, respuesta inmune local con producción de IgA, que es
la inmunoglobulina predominante en las secreciones de mucosa en el organismo,
y por último, la activación del sistema humoral y/o celular.

Hay que tener en cuenta que el efecto alérgico del alimento también depende de
varios factores como puede ser la actividad enzimática, permeabilidad de mucosa,
patologías previas que comprometan la integridad de la barrera de la mucosa
gastrointestinal, ejercicio físico, calor, contaminación, mal manipulación del
alimento, la edad del individuo, reactividad cruzada e incluso, compartir
determinantes por proximidad taxonómica, lo que quiere decir que alimentos de la
misma familia pueden compartir alérgenos.
Introducción:

Cuando se habla de alergia alimentaria, es un problema bastante más complicado


de lo que se cree, comenzando por la ignorancia que se tiene sobre éste tema, ya
que la mayoría de las personas la suele confundir con la intolerancia alimentaria.
Hay que tomar en cuenta que la intolerancia es bastante frecuente, sus síntomas
son muy leves en comparación a una alergia, difícilmente pueden causar la
muerte, ya que no reconoce el alimento como un invasor, lo cual así lo interpreta
la alergia, pero, una de las principales diferencias es que en la intolerancia, no
están involucrados mecanismos inmunológicos. La alergia, en cambio, puede
llegar a ser mortal a nivel de un shock anafiláctico si no es tratada ha debido
tiempo y con ciertas medidas, eso sí, son menos frecuentes, y más fáciles de
confundir asintomáticamente por ejemplo, con la alergia al polen.
Fisiopatología de la AA

Si nos centramos en el ámbito de la fisiopatología de las alergias alimentarias hay


que tener en cuenta la base del problema, es decir, la mucosa intestinal está
sometida a agresiones por los antígenos de origen alimentario, ya que la mucosa
no presenta factores de defensa de tipo inmunológico como por ejemplo, el epitelio
recubierto de glicocalix, las microvellosidades del intestino, las enzimas digestivas
entre otros. Pero, en otras zonas como como el lumen intestinal y el sistema
monocito macrófago, tenemos presencia de mecanismos inmunológicos que
presentan inmunoglobulina de tipo A.

Nuestro organismo es capaz de tolerar los alérgenos exógenos gracias a la


presencia del tejido linfoide asociado a mucosa (MALT). Los alérgenos que
principalmente ingresan son glicoproteínas provenientes de animales o vegetales.

El intestino tiene la capacidad de reaccionar a estímulos infecciosos y de no


reaccionar frente a los antígenos alimentarios que atraviesan la mucosa intestinal,
lo que es considerado como un fenómeno activo denominado tolerancia oral. En
este proceso existiría una inducción de linfocitos T enérgicos (estado en el cual los
linfocitos pese a estar presentes, no son activos), deleción de linfocitos (mutación
genética) y generación de linfocitos T supresores.

Para que el organismo sea capaz de diferenciar entre los alimentos que debe
tolerar y las noxas, que son la denominación de cualquier elemento del medio
ambiente que puede afectar al individuo, se ha postulado que existe un
procesamiento antigénico diferente para cada tipo de estímulo, a cargo de,
efectivamente, células distintas.
Así, en modelos animales se ha observado que las células M, las cuales son las
encargadas de internalizar microorganismos patógenos, serían las responsables
del procesamiento de los antígenos infecciosos y las células epiteliales que son
las que actúan como APC no profesionales, procesarían los antígenos
alimentarios induciendo a un estado de no respuesta, lo que se le llamaría, estado
anérgico.
Los linfocitos T supresores presentes en el epitelio son los secretores de grandes
cantidades de factor transformante beta y citoquina supresora que además, induce
el cambio de los linfocitos B hacia la producción de IgA. Sumándose a esto, los
linfocitos producirían otras citoquinas que jugarían con el rol en el quiebre de la
tolerancia y en la inducción de hipersensibilidad tales como el interferón gamma y
la IL 2 y la IL 4 (T helper tipo 1 y 2 sucesivamente).

Si hay un predominio de las respuestas Th2, existe un mecanismo de desarrollo


inmunológico de hipersensibilidad dependiente de IgE, que se une a los
receptores que tienen una alta afinidad hacia mastocitos y basófilos, además de
receptores de baja afinidad hacia Lin B, monocitos, macrófagos y células de
Langerhans.

Al entrecruzarse dos IgE específicas para dicho alérgeno, provoca la


desgranulación de mastocitos junto a los basófilos y la liberación de mediadores
preformados como la histamina más la síntesis de novo de mediadores, como
leucotrienos, citoquinas, factor activador de plaquetas y prostaglandinas.

Los efectos producidos por la histamina son los responsables de que en la alergia
dependiente de IgE, haya manifestaciones de tipo inmediata como prurito,
urticaria, conjuntivitis, angioedema, rinitis y shock anafiláctico.
Clasificación

Las alergias alimentarias se pueden dividir en 3 tipos:

 Mediada por IgE o Alergia alimentaria en sentido estricto.

Se le conoce como alergias por IgE, debido a que la respuesta inmunitaria esta
mediada por anticuerpos de tipo IgE, los cuales reconocen proteínas extrañas del
alimento de forma muy selectiva y específica, generando la liberación de histamina
que es la que provoca la inflamación de forma repentina y violenta. Por el mismo
hecho de que el reconocimiento sea muy específico, es que en esta reacción
suele haber una relación directa entre el alérgeno y la exposición de los síntomas.

 No mediada por IgE.

Es en la que no se comprueba la existencia de IgE frente a un antígeno, por el


cual, no se les conoce del todo por el motivo que se generan.

En este caso la inflamación puede ser mediada ya sea por inmunocomplejos,


inmunidad celular especifica o también otra inmunoglobulinas distintas a la IgE. Se
producen raciones del sistema inmune de forma lenta y progresiva, incluso,
pudiéndose observar efectos a los dos días de haber consumido el alimento, pero
los que van generando problemas crónicos de difícil identificación.

Este tipo de alergia es mucho más frecuente que es de las mediadas por IgE,
pudiendo alcanzar hasta aproximadamente el 50% de la población. No se tiene
conocimiento de cuáles son los alimentos que provoquen un mayor índice en la
creación de esta alergia, por lo que probablemente pueda ser cualquier alimento
de una dieta, especialmente los que se consumen de manera frecuente.

 Forma Mixta.

En relación al nombre, esta reacción esta mediada por inmunidad celular junto con
la IgE. En esta ocasión, para la inmunidad celular juega un papel fundamental la
actividad eosinofílica.
Diagnostico

Anamnesis y cuadro clínico.

Es de suma importancia, para orientar el diagnostico diferencial con muchas


etiologías las que pueden aparentar una alergia alimentaria. Una vez que se
descartan otras posibles causas, la investigación debe ir hacia la búsqueda de
precedentes atópicos, particularidades del régimen alimentario y definir las
reacciones inmediatas luego del consumo del alimento. Además es necesario
conocer si el paciente padece una polinosis (sensibilización a algún polen) lo cual
puede explicar reacciones cruzadas con vegetales.

El diagnostico de la alergia alimentaria se basa en la exploración física y la historia


clínica.

En la historia clínica se estudia principalmente antecedentes familiares y


personales de atopia, para establecer el riesgo al cual está predispuesto el
paciente, la relación entre los síntomas y la exposición a dicho alimento,
estimación del tiempo transcurrido desde la ingesta del alimento, hasta la
aparición de los primeros síntomas, cuantificar la cantidad de alimento que
provoca la reacción, calificar el las características de los síntomas para así poder
catalogar el cuadro entre leve-moderado o grave.

Cuando se examina físicamente al paciente, la exploración va centrada en la


valoración del estado nutricional, la que es muy importante en los casos de
alergias alimentarias múltiples

También, se buscan signos de atopia como el pliegue infraorbitario de


Dennie-Morgan, lengua geográfica, surco nasal transversal, entre otros.

Además se realizan exploraciones complementarias a las mediadas por IgE y las


no mediadas por IgE.
 Mediadas por IgE.

Se mide la IgE total en el suero, la que nos informa exclusivamente de que si


existe o no mecanismos atópicos. Los valores normales de este anticuerpo van
aumentando con la edad y son de una amplia variabilidad.

IgE especifica al alimento o alimentos sospechosos determinada a nivel sérico


mediante CAP (inmunoenzimoanálisis).

Se realizan pruebas cutáneas mediante el prick test (evaluación en la cual se


inyecta directamente a la piel una cantidad ínfima del posible alérgeno causante
de la alergia), en la lectura de este test se considera positivo si al medir la pápula,
esta es igual o superior a 3mm de altura. El paciente no debe estar ingiriendo
antihistamínicos durante las últimas setenta y dos horas, ni con tratamientos
tópicos con corticoides. Una variante que posee este test es el denominado prick
by prick, en el que se utiliza el alimento fresco en vez de un extracto para así
aumentar su sensibilidad, sobre todo en las reacciones producidas por frutas y
verduras.

Cuando no se tiene claro conocimiento de cuál es el alimento el cual podría estar


causando la alergia, es recomendable realizar una dieta en la que se incluyen
alimentos como leche, huevo, trigo, maní, nueces, pescad y mariscos los que son
más frecuentes en las alergias de tipo alimentarias.

 No mediadas por IgE.

Se realiza el test del parche el que estudia las reacciones de tipo retardado las
que son útiles en las manifestaciones digestivas y cutáneas. Este reproduce un
eczema experimental en la zona de aplicación de la prueba.

El test del parche consiste en que se pone un alimento en contacto con la piel y se
ocluye durante cuarenta y ocho horas realizando una lectura a los veinte minutos,
a las setenta y dos y noventa y seis horas de las des oclusión. En caso de salir
positivos posible observar la formación de eritema, induración y pápulas. La
complicación en la interpretación del resultado reside en que hay una falta de
estandarización.
 Pruebas de exclusión y de provocación.

La herramienta diagnostica más importante es la prueba de provocación oral


(PPO), la cual debe realizarse en medio intrahospitalario. Sin embargo las de
mayor fiabilidad son las prueba de provocación doble ciego, que es el estándar en
el diagnostico de la alergia a alimentos, y la prueba simple ciego.

En el caso de alergia mediada por IgE de presentación típica, con reacción


inmediata y pruebas cutáneas o las IgE específicas, el diagnostico queda
establecido. No tiene utilidad la PPO, incluso puede llegar a ser peligrosa si la
reacción inicial fue grave. De lo contrario, si las pruebas cutáneas o IgE
especificas son negativas se introducirá el alimento y se valoraran las respuestas.

Para hacer el diagnostico en niños con síntomas digestivos crónicos o con eczema
atópico, es necesario realizar una prueba de exclusión del alimento sospechoso a
lo menos de dos a cuatro semanas, luego de esto es posible realizar la PPO.
Tratamiento

Es importante primero que todo, la identificación exacta del alérgeno que es


responsable para continuar con la eliminación de este. Aunque, también por otro
lado hay que evitar las dietas estrictas e innecesarias que atraigan con ello, un
riesgo nutricional, tomando en cuenta que se puede generar un desequilibrio con
la ausencia de un alimento calificado erróneamente como alérgeno.

Se utilizan dietas hipoalergénicas u oligoantigénicas que limitan un tipo de carne, o


una fuente de carbohidratos, hasta una fruta o alguna verdura, teniendo en cuenta
que esto no debe extenderse a más de 3 o cuatro semanas. Si luego de esto, se
observa una mejoría en el paciente, con mucho cuidado y bajo supervisión, los
alimentos antes mencionados pueden volver a la alimentación cotidiana de
manera lenta y cuidadosa. Pero, si el paciente no presenta mejora, se debe
descartar la existencia de una alergia alimentaria.

Existe un protocolo que seguir a la hora de querer identificar una alergia


alimentaria y se basa en lo siguiente; se comienza con una identificación precisa
del alimento que está causando la alergia, continuando con la instauración de la
dieta para la eliminación, asegurar también la colaboración del paciente que es lo
primordial, por último, se debe realizar una reevaluación clínica o pruebas cada
seis a doce meses, dependiendo del alimento involucrado ya que, cada uno tiene
un grado de alergia diferente.

A la vez, pueden ocurrir ciertos problemas con la dieta, desde un problema


nutricional hasta problemas en su cumplimiento. Si se habla de una dieta con baja
sustitución de alimentos alternativos, podemos causar un desequilibrio nutricional
grave, y, si nos basamos en los problemas de cumplimiento, el paciente al no
estar bien informado puede ingerir algún derivado del causante de la alergia o,
accidentalmente, mezclar el alimento causante con otro.

Para tratar estas alergias accidentales por no cumplimiento o, por mala


información, se pueden tratar con antihistamínicos y corticoides, aunque, si el nivel
de gravedad es alto, es más efectivo inyectar de manera intramuscular adrenalina.
Discusión

La prevalencia de la alergia alimentaria ha aumentado considerablemente estos


últimos años, este aumento se explica no solo por mejores diagnósticos, sino que
además influyen desde factores hereditarios hasta trastornos de la flora intestinal.

En Chile, según estudios de la Clínica las Condes, indica que en infantes el


alimento que provoca mayor índice de alergias alimentarias es la proteína de la
leche de vaca, y en adultos es el huevo.

Es de suma importancia que el diagnóstico de la alergia alimentaria sea acertado y


se base en el abordaje adecuado para cada paciente, porque la dieta de
eliminación en una población vulnerable, como la de los pacientes pediátricos, es
de gran importancia ya que puede influir de manera negativa en el crecimiento y
desarrollo de este grupo.

El diagnóstico de este síndrome es complejo pero a pesar de que en algunos


casos parezca desalentador, una minuciosa historia clínica y el correcto pedido de
metodología complementaria culminará en el diagnóstico certero que permita
instaurar la terapéutica adecuada sin alterar la calidad de vida del paciente en
forma significativa.
Bibliografía
Berasategui, D. M. (2009). Alergia Alimentaria. Vitoria .

Gastro-Sur, R. d. (2088). Alergia Alimentaria . Madrid .

Toche, D. (2004). Alergia a alimentos y Aditivos. Santiago.

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