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todo escrito es perfectible, y el autor puede ejercer de manera legítima su

derecho a hacer cambios en un ensayo una vez publicado, de la misma manera


que se acepta hacer modificaciones en una obra teatral después del estreno.
Éste no es mi caso. Dada la avanzada edad en la que comencé este libro, no
creo tener ya la oportunidad, si llego a darle fin, de corregir los errores, in-
cluidos los errores de juicio, equivocaciones por descuido, prejuicios, malen- II
tendidos y omisiones que puedan contener estos ensayos. La adquisición de Mahoma: vida y milagros
nuevos conocimientos puede, también, cambiar el criterio del autor tanto en
lo que se refiere a asuntos triviales corno fundamentales. Pero terno que el
tiempo, en mi caso, no me va a permitir gozar de esa oportunidad.

Varias décadas después de haber leído, en mi infancia, los libros que me col-
Jnaron de fantasías sobre Oriente, y entre ellos los deliciosos Cuentos de la
A..lhambra de Washington Irving, llegó a mis manos, del mismo excelente es- LA ESPADA, LLAVE DEL CIELO Y DEL INFIERNO
critor norteamericano, la biografía de Mahoma, gracias a la cual comencé a
apartarme de la fábula para acercarme a la historia. Una historia, por cierto, en El19 de enero del año 630 el profeta Mahoma acampó en las cercanías de La
la que no escasean los ingredientes prodigiosos. 1v1eca, en el Valle de Marr Azzahran, con diez mil hombres que se encargaron,
esa noche, de encender diez mil hogueras. La expedición había sido planeada
en secreto, y las tropas habían marchado en silencio, sin algarabías y sin que se
tocaran los atabales y los tambores. Tan secreta era que se dice que sus propios
hombres no sabían si iban a Taif o a La Meca. 1 Al día siguiente su ejército, en
cuatro columnas, hizo una entrada triunfal con el Profeta a la cabeza, por las
calles desiertas de La Meca, ciud<1;d en la que sería aclamado soberano temporal
y espiritual del mundo árabe.
Poco tiempo antes, en una primera expedición a Siria enviada por Mahoma
para vengar el asesinato de un musulmán a manos de un miembro de la tribu
de Gasán, el ejército del Profeta había sufrido una dolorosa derrota~ El Imperio
romano, bajo ·el dominio bizantino, contaba entonces corno aliado, en los si-
glos VI y vn, al reino-arabocristiano de los gasánidas, que ocupaba una parte de
la península arábiga y pagaba tributo a Bizancio. Los gasánidas eran cristianos
monofisitas y sus principados estaban situados en las fronteras con la penín-
sula. Entre otras cosas cumplían con el papel de contener las incursiones de
los beduinos. En el norte se encontraba otro reino arabocristiano, el de los
lakhmidas, cuya sede principal era la ciudad de Al-Hirah. El último de sus mo-
narcas fue un cristiano nestoriano. Los lakhrnidas acabaron corno vasallos de
los persas. Por último, otra de las fronteras de la península arábiga lindaba con
el gran imperio de los sasánidas de Persia, entonces gobernado por Cosroes II

1
Karen Armstrong (1993), p. 242.

177
-llamado Parvis, el poderoso-, quien con sus tres grandes ejércitos, conoci- Mahoma, se dice, deseaba ganar La Meca con la menor violencia posible. Su
do uno de ellos con el nombre de "las Cincuenta Mil Lanzas de Oro", había yerno, Alí, fue el encargado de portar la sagrada bandera y llevarla al Monte
invadido Palestina, conquistado Jerusalén y llevado la Santa Cruz -o más bien Hadjun, donde lo alcanzaría el Profeta. Éste recon1endó clemencia, pero ordenó
frágmentos de ella- a su capital, Ctesifonte. El escenario de la humillación de se degollara a quiene~ opusieran resistencia. Al llegar Mahoma al Monte Had-
los musulrnanes fue Muta, ciudad situada a unas tres jornadas de Jerusalén, en la jun, se despojó de su túnica escarlata y se puso un turbante negro. Desde lo alto
planicie de Moab. Y si bien Jaled, el poeta y soldado, se cubrió de gloria en Muta, contempló la escaramuza que libraron las tribus árabes ya convertidas al islam,
y ganó de Mahoma el sobrenombre de ''la Espada de Dios", otro de sus grandes al mando de Jaled, contra un grupo de koreishitas al que hicieron huir. No hubo
generales, Yaafar, quien con gran elocuencia había abogado por la doctrina del más resistencia. Mahoma descendió y entró en La Meca, recitando unos ver-
Profeta ante el monarca de Abisinia, perdió la vida. De Yaafar cuenta Ibn Hi- sículos del Corán: "A Dios pertenecen las huestes del cielo y de la Tierra. Dios
cham; uno de los biógrafos más antiguos de Mahoma, que, habiendo perdido es Poderoso y Sabio". 8 Después, sin desmontar, se dirigió a la Kaaba, el santua-
las dos manos, siguió combatiendo hasta la muerte y sostuvo la bandera del rio de La Meca, y le dio siete vueltas, tocando en cada una, con su bastón, la -
Profeta con sus muñones sangrantes. 2 Después, fue aniquilado por un golpe piedra sagrada. Ordenó enseguida la destrucción de todos los ídolos que había
de cimitarra en la cabeza. 3 Todo lo que llegó de él a Medina fueron los restos de dentro y alrededor de la Kaaba, y que eran trescientos sesenta, así como las fi-
su mutilado cuerpo. En recompensa Alah le dio, en el paraíso, dos alas para guras de unas mujeres que se supone representaban ángeles. Mahoma, indig-
que volara a donde quisiera. 4 Pero la pérdida más grande habida en Muta, fue la nado, exclamó que los ángeles eran de una naturaleza demasiado pura para te-
muerte de Zaid, el hijo adoptivo de Mahoma. ner un sexo, 9 y con sus propias manos destruyó una paloma labrada en madera.
Sin embargo, en La Meca, Mahoma no encontró resistencia a pesar de que Había también en el interior de la Kaaba unas pinturas que ilustraban a Abra-
Urwa, príncipe de los takifitas -tribu que predominaba en Taif-, le había ham y a Jesús y su madre, María. El Profeta ordenó que se respetaran. A diferen-
advertido: "Los koreishitas se han cubierto con la piel del leopardo y han jura- cia de otros biógrafos, Ibn Hicham no se refiere a estas imágenes de Jesús y
do a la faz del cielo que no entrarás a La Meca sin violencia". 5 Lo primero que María, y se limita a contar que, al ver la figura de Abraham pintada en el muro,
·vieron los mecanos fueron las fogatas. El Profeta montó en su mula blanca para Mahoma exclamó: "¡Que Dios los maldiga: han transformado a nuestro padre
inspeccionar a sus tropas y se encontró que habían caído dos prisioneros en Abraham en un pagano!" Abraham, agrega Hicham, no era ni judío ni musul-
manos de sus hombres. Uno de ellos era uno de sus enemigos eternos, Abu mán.10 Algunos autores como al-Waqidi afirman que bastó con que Mahoma
Sufian, al que Mahoma perdonó la vida después de su instantánea y muy conve- señalara a los ídolos con su bastón para que éstos cayeran, con el rostro hacia
niente conversión al islam: se le amenazó con cortarle la cabeza si no lo hacía. adelante. 11 A esto siguieron otras ceremonias. El Profeta reafirmó a la Kaaba
Irving nos dice que fue confirmada así, una vez más, la máxima musulmana: como quibla, o lugar hacia el cual los creyentes en cualquier punto del mundo de-
"Para convencer a los contumaces, no hay mejor argumento que la espada". La bían volver su rostro y abatir su frente para orar. Anteriormente, Mahoma ha-
espada, afirmaría ~n una ocasión el Profeta, era "la llave del cielo y el infierno". 6 bía señalado la dirección en la que se levantaba Jerusalén. Pronunció en seguida
Abu Sufian regresó a La Meca y le informó a los mecanos koreishitas que no un sermón al pueblo, que fue festejado con enorme entusiasmo:
sería posible derrotar al Profeta. Dijo después, en cumplimiento de las órdenes
expresas de Mahoma, que todo aquel que entrara a su casa estaría a salvo, así ¡Achhadou anna la-ilaha illa Allah oua Mohamed rassoul Allah!
como todos los que cerraran bien sus puertas, y aquellos que se refugiaran en ("¡Atestiguo que no hay más Dios que Dios y Mahoma es su Profeta!"). 12
el templo de la Kaaba. 7
Ésta es la fórmula de la shahada, el primero de los fundamentos del islam.
Basta pronunciar estas palabras delante de testigos para convertirse al islam. Son
2
Ibn Hicham (2004), p. 327.
8
3 Washington Irving (1945), p. 156. Corán XLVIII:7.
9
4 Ibn Hicham (2004), p. 327. Was_hington Irving (1945), p. 164.
10
5 M. Savary (1982), p. 88. lbn Hicham (1945), p. 340.
11
6 Washington Irving (1945), p. 105. Citado por Jonathan M. Bloom y Sheila S. Blair (2003), p. 19.
12
7
Ibn Hicham (1945), p. 336. Malek Chebel (1995).
las primeras palabras que se murmuran al oído de los recién nacidos y las últi- blanca, sin costuras, tal como lo imponía la tradición. Los mecanos, cuando se
mas que deben desprenderse de los labios de los moribundos. 13 enteraron, se manifestaron decididos a acabar con el Profeta. Los peregrinos
La shahada expresa así la Unicidad Divina o tawhid que reafirma al islam llegaron hasta Hudaybiyah, lugar donde la camella del Profeta, Qaswa, se arro-
como religión monoteísta. Curiosamente, la shahada no figura como tal en dilló y rehusó seguir adelante. Allí establecieron su campamento, y recibieron
ninguna parte del Corán, pero la Unicidad de Dios queda establecida, como a una delegación de la tribu de los Khuza presidida por Budayl ibn Warqa. Los
nos señala Máximo Campanini, en más de un versículo. Por ejemplo, el 256 de koreishitas estaban furiosos, pero Budayl y los rniembros de otras tribus se
la azora II: "Huwa Allah ahad, la ilah illa huwa la-hayy al-qayyum". En la tra- horrorizaron ante la posibilidad de que se les negara el acceso a la Kaaba a
ducción de Santiago Escobar Gómez: "El Dios, no hay dios, sino Él, el Vivien- unos peregrinos inermes que deseaban cumplir en paz una obligación sagrada
te, el subsistente". 14 En la antepenúltima azora del libro sagrado, la CXII, que para todos los árabes. Hubo varias negociaciones y Mahoma acabó por firmar
sólo está formada por cuatro versículos, también se confirma el tawhid: "Di: con Suhayl ibn Amor, uno de los jefes koreishitas, un tratado que establecía
Dios es uno 1 es el ser a quien todos se dirigen en sus necesidades l no ha en- una tregua de diez años.
gendrado y no ha sido engendrado 1 No tiene igual en nadie". Por último, y por Este tratado indignó a muchos de sus seguidores por lo que conside-
si persistiera alguna duda, es el propio Alah quien lo expresa en la primera y raron como dos graves claudicaciones: la primera, que no se le permitió a
contundente frase del versículo 16 de la azora III: "Dios mismo es testigo de Mahoma que lo firmara como el Apóstol o Enviado de Dios, sino simplemen-
que no hay más Dios que él". 15 Esta Unicidad es el principio con el que se or- te con su nombre: Muhammad ibn Abdalah ibn Abdalmuttalib. La segunda,
ganiza la sociedad, así como el conocimiento religioso, la historia, la metafísi- que renunciara a entrar en La Meca y aceptara llevar a cabo los ritos de la pere-
ca, la ética y la estética, al igual que el orden tanto social como económico y grinación allí mismo, en Hudaybiyah, y no en la ·Kaaba. Pero Mahoma supo
político. lo que hacía: los mecanos koreishitas, a fin de cuentas, no habían aprove-
Después de la toma de La Meca, Mahoma se instaló en la colina al-Safa, y chado la preciosa ocasión de aniquilarlo, y eso, sin lugar a dudas, significaba
los habitantes de la ciudad desfilaron ante él, prestándole juramento de fide- que le temían. El tratado, además, lo reconocía como un igual, como un ene-
lidad y obediencia, y renunciando a la idolatría. Entre los koreishitas que le rin- migo digno de respeto, del que había que cuidarse, y fue esa actitud -in-
dieron homenaje se encontraba Hind, la mujer de Abu Sufran. Buscaba el perdón comprendida por la mayor parte de sus seguidores- la que satisfizo a Maho-
y Mahoma se lo otorgó. Pero, nos cuenta Ibn Ishaq, cuando Mahoma le dijo n1a. El Profeta aceptó retirarse pero advirtió que al siguiente año, en el mismo
que no cometiera infanticidio -era costumbre de los árabes dar muerte a las mes de Ramadán, volvería a La Meca y esta vez sí entraría a la ciudad, la cual
niñas recién nacidas o abandonarlas en el desierto en épocas de escasez de va- debería ser desalojada durante tres días por sus habitantes, para que el Profe-
rones, y el Profeta prohibió esa práctica bárbara-, Hind le contestó: "Yo crié ta y sus seguidores pudieran realizar su rito sin que los molestaran. Bajó en-
bien a mis hijos cuando estaban pequeños, y tú los mataste en Badr cuando ya tonces una revelación del cielo para acallar el descontento y dar nuevos áni-
eran hombres". 16 Aun así, Mahoma se mostró generoso. Después de todo ese mos a los musulmanes: la azora -o capítulo- XLVIII, del Corán, llamada
día, destinado a ser uno de los más trascendentales de la historia del mundo, el "La Victoria" o al-fath, expresión que según otros biógrafos significé!, juicio,
Profeta había consolidado un enorme triunfo apenas a ocho años de distancia sentencia, revelación. Se la conoce asimismo como la "Victoria Resplande-
de iniciada la Héjira, y su principal enemigo, habiendo reconocido su superio- ciente".
ridad, estaba rendido a sus pies. Y vaya que fue un triunfo luminoso: con él quedó asegurado el futuro de
El éxito de esta operación ya se avizoraba desde dos años antes cuando la nueva religión, llamada islam, palabra que significa "sumisión" y puede in-
Mahoma había decidido hacer una peregrinación de Medina a La Meca. Sus terpretarse como "abandonarse por entero de la voluntad de Dios". 17 Pronto el
hombres lo acompañarían,_ desarn1ados y, como él, arropados con una manta islam comenzaría a propagarse por el mundo entonces conocido con una rapi-
dez asombrosa hasta llegar, a fines del siglo xx, a contar con más de mil millo-
13
Caesar E. Farah (1968), p. 134· nes de fieles.
14 Corán I1:256; Máximo Campanini (2003), p. 54·
15 Corán Ilb6.
17
16
Ibn Ishaq ( 1955), p. 553· Malek Chebel (1995), p. 217.
Las fechas en que tuvieron lugar estos acontecimientos fueron: Hudaybi- ción, la Libertad y la Verdad que el mundo jamás ha conocido". 22 De Mahoma
yah, marzo del año 628; la peregrinación, julio del mismo año; Muta, septiem- se ha dicho asimismo que se colocaba semillas en la oreja para que a ella acu-
bre del629; la entrada y conquista de La .Nleca, 630. dieran las palomas, y así fingir que un espíritu le transmitía las revelaciones de
Alah. También se afirmaba que los trances en que solía caer, y durante los cua-
les sudaba copiosamente y' gritaba ¡Zammiluni, zammiluni!, "¡Envolvedme en
MAHOMA, EL IMPOSTOR un manto!", 23 no eran otra cosa que ataques epilépticos. En la Antología de
.Alfonso X el Sabio de A. G. Solalinde -citada por Anwar G. Chejne- se dan a
La azora de la victoria no fue la primera revelación conveniente a los intereses conocer las opiniones que este célebre y erudito monarca español tenía de
y las necesidades del Profeta, ni sería la última. En el Corán, el libro sagrado Mahoma y su fe. Según Alfonso X -en la paráfrasis del texto que hace Sola-
del islam, encontramos una serie de versículos que le envió Alah a Mahoma y linde-, "Mahoma fundó una secta horrible, entró al servicio de la reina Jadicha
que, en calidad de revelaciones, lo sacaron de apuros al justificar algunas de sus cuando ya era muy sabedor en las artes que llaman mágicas, aprendió con un
acciones a los ojos de los musulmanes. Es muy probable que estas revelaciones monje hereje llamado Juan todo lo que iba contra Dios y la ley, el Diablo entró
que tan oportunamente le cayeron del cielo al Profeta, y de las que me ocuparé en él haciéndole predecir el futuro, y sus seguidores están embotados por el
con cierta extensión, hayan colaborado a la fama de impostor que se ganó Ma- pecado de la lujuria ..." Por último se nos dice que, de acuerdo con lo escrito
homa en el mundo cristiano, misma que se añadió a la maldad y la lubricidad por Alfonso X, los fieles de Mahoma esperaron su inmediata resurrección en
insaciable que le atribuían. vano, y que su cuerpo fue encontrado al cabo de once días devorado por los
Voltaire, a pesar de haber defendido a Mahoma en Les ma:urs et l'esprit des perros. Otros afirmaban que se lo habían comido los puercos: ''Aquí se acaba la
nations [Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones, 1756] como hestoria de Mahomat. Ese año tremió la tierra, et aparesció en el cielo un sig-
un profundo pensador político fundador de una religión racional, al final del no en manera de espada, bien por treinta días, que demostraba el señorío que
mismo ensayo -como nos recuerda Karen Armstrong- afinna que el Profe- los moros habían de haber". 24 No es pues de extrañar que, en la Divina Come-
ta "había sido considerado como un gran hombre aun por aquellos que sabían dia, Dante lo pinte en el noveno círculo del infierno (xvrn:22-27):
que era un impostor". Quince años antes, en su obra teatral Mahomet le Pro-
phete ou le Fanatisme [Mahoma el Profeta o el fanatismo], lo había fustigado al Gia veggia per mezzul perdere o Zulla
describirlo como un charlatán que, con la religión, y mediante trucos y menti- Com'io vidi un, cosí non si pertugia,
ras, había "esclavizado a su pueblo'~. 18 El Dictionnaire des Littératures Larousse Rotto dal mento insin dove si trulla:
nos señala que en esta obra de Voltaire, que además en su época fue considerada
como una sátira velada contra el cristianismo, y en particular contra la rama jan- Tra le gambe pendevan le minugia;
senista -movimiento que fue condenado con1o herético por Inocencia X-, La corata pareva e il tristo sacco
Mahoma aparece como un hombre sediento de poder y de venganza que no Che merda fa di quel che si trangugia. 25
retrocedía ni ante el asesinato ni ante el incesto, el cual "favorecía". 19 Ésta era
la opinión generalizada entre los filósofos racionalistas del siglo XVIII y los Cabe sin embargo recordar que esta actitud del gran rey Alfonso hacia
apologetas cristianos. 20 Mahoma no coincidía con su gran admiración por la literatura musulmana.
La obra de Voltaire fue prohibida después de su tercera representación. 21 Criado Alfonso el Sabio, corno nos señala Miguel Asín Palacios, en una at-
En Orientalismo, Said señala que el erudito inglés William Muir expresó: mósfera de cultura semítica, estimuló la gran labor de los traductores de Tole-
"la espada de Mahoma y el_ Corán son los enemigos inás tenaces de la Civiliza- 22
Edward W. Said (2002), p. 210.
23
Alejandro Bausani (993), p. 168.
24
18 Karen Armstrong (1993), pp. 36, 37· Anwar G. Chejne (1999), pp. 116-119.
25
19 Véase "Mahomet", Dictionnaire des Littératures Larousse. "Más deshecho a uno vi que pensar puedo 1 una cuba sin duelas: roto estaba 1 del mentón al lugar que
20 Maxime Rodinson (1967), p. 6. suelta el pedo. 1 El mondongo hasta el suelo le colgaba: 1 mostraba el triste saco, y la asadura, 1 que lo engu-
21 Histoire de l'Islam et des musulmans en France du Moyen Áge anos jours, p. 468. llido en mierda transformaba". Trad. de Ángel Crespo, Dante Alighieri (2002), p~
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CARLOS GAVIRIA DÍAZ
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do, haciendo verter al español nuevas obras de física y astronomía, así como teo, en el cual Cristo afirma: "No penséis que he venido a traer paz a la tierra.
de religión, historia y literatura. 26 Se tiene entendido que este ilustre monarca No he venido a traer paz, sino espada". Pascal fue uno de los intelectuales occi-
ordenó el romanzado de la traducción del pehlvi -lengua oficial del imperio dentales que no escapó a la tentación de comparar al Profeta con Cristo. "Cual-
Sasánida persa- al árabe que realizó Abdalá ben Almocafa de la ya menciona- quier hombre puede hacer lo que hizo Mahoma[ ... ] ningún hombre puede ha-
da deliciosa colección de narraciones CaliZa e Dimna. cer lo que hizo Cristo", afirma, en sus Pensées [Pensamientos] el filósofo francés,
Como era de esperarse, a estas descalificaciones de Mahoma y su Dios se para quien Mahoma no era nadie, ni Profeta, ni Enviado de Dios ni nada, entre
sumaron las de las Iglesias Cristianas de todos los tiempos: apenas había pasado otras cosas por no haber sido anunciada su venida ni haber revelado Mahoma
un siglo de la muerte del Profeta, uno de los célebres Padres de la Iglesia, Juan ningún misterio. 33 Sin embargo, estos "pensamientos" de Pascal son, en mi
Damasceno -quien por cierto se desempeñaba en Damasco como funcionario opinión, superficiales y apresurados.
de la oficina de impuestos del sultán- afirmó que el islam no tenía nada de A esto se puede agregar otra diferencia fundamental, por lo demás obvia,
religión independiente, Mahoma no era un profeta y la revelación que prego- señalada por Maxime Rodinson: "El Profeta[ ... ] jamás estableció una distin-
naba había sido sólo un producto de su fantasía. 27 Trece centurias más tarde, ción entre el dominio de Dios y el del César, jamás proclamó que el reino de
en pleno siglo xx, el célebre teólogo protestante suizo Karl Barth expresó que Dios no era de este mundo". 34
el Dios de Mahoma no era sino "un ídolo como todos los demás". 28
Algunos ilustres orientalistas no se quedaron atrás. Barthélemy d'Herbelot
(siglo xvii), por ejemplo, define a Mahoma, en su Bibliotheque orientale, como EL OTRO MAHOMA
un falso profeta fundador de una herejía, el "mahometismo", 29 y el orientalista
inglés Humphrey Prideaux, para quien Mahoma era un farsante "que se delei- Siempre, de cualquier manera, ha existido otro Mahoma. La figura del Profeta
taba en la rapiña y el derramamiento de sangre", dio como subtítulo a su en- ha sido objeto de grandes elogios no sólo por parte de árabes y musulmanes,
tonces famosa biografía del Profeta -que data del siglo xvii-la contundente lo que era de esperarse, sino también por parte de distinguidos intelectuales
frase "La verdadera naturaleza de la impostura". 30 de Occidente. El historiador inglés del siglo XII Guillermo de Malmesbury fue
De todas las invectivas, ésta, la acusación de impostura, resulta sin duda la el primer europeo, afirma Armstrong, que diferenció el islam del paganismo.
más perturbadora de todas ya que, tal como lo percibió el investigador tuneci- "Los sarracenos y los turcos -dijo- adoran al Dios Creador y veneran a Maho-
no Hichem Djait, plantea una paradoja "monstruosa": que entre los cientos ma no como a un Dios, sino como un Profeta". 35 Albert Hourani indica que
de millones de musulmanes que han abrazado el islam con una profunda fe en su célebre obra Decadencia y caída del Imperio Romano Edward Gibbon
incondicional, él, Mahoma, sería el único en la historia que nunca creyó en expresa una opinión favorable sobre Mahoma, cuyo pensamiento, afirmaba el
verdad, ni podía hacerlo, "puesto que no le era posible ignorar que era un historiador inglés, revelaba "un genio superior y original". 36 Otro académico
impostor". 31 El mismo investigador se refiere a las comparaciones con Cristo del siglo XVIII menos conocido, Joseph White, lo consideraba como un perso-
"implícitas en el fondo de todo análisis sobre la personalidad de Mahoma". Si naje extraordinario, de gran talento "y con el poder de un genio fértil y audaz". 37
Mahoma no era sincero, Cristo sí lo fue. Si Ivlahoma se caracterizó como polí- Es también digno de tomarse en cuenta el juicio del orientalista francés Caussin
gamo y lascivo, Cristo practicó la abstinencia y la castidad. Si Mahoma fue de Perceval, para quien el Profeta, lejos de ser un demonio, había sido "el polí-
guerrero y político, Cristo fue un hombre de paz. 32 Por supuesto, los cristia- tico que había hecho de los árabes un pueblo". 38
nos suelen olvidar el versículo 34 del capítulo 10 del Evangelio según San 11a- · Para muchos otros estudiosos Mahoma fue un hombre esencialmente bon-
dadoso que pasó su vida "tratando de detener las matanzas indiscriminadas",
26
Miguel Asín Palacios (1984), p. 369.
27 33
Hans Küng (2oo6), p. 25. Albert Hourani (1958), pp. 164-165.
28 Albert Hourani ( 1995), p. 81. 34
Maxime Rodinson (1993), p. 109.
29 35
Edward W. Said (2002), p. 101. Karen Armstrong (1993), p. 29.
30 36
Ibid., p. 109. Albert Hourani (1958), p. 32.
37
31
Hichem Djait (1990), p. 47· Ibid., p. 2].
38
32
Ibid., p. 83. Edward W. Said(2oo2), p. 210.
que en los pueblos por él conquistados procuró siempre proteger a los tribu- guido por Ibn Hicham y otros autores, entre ellos Ibn Saad, al-Waqidi y al-
tarios no musulmanes, o dhimmi, preparado siempre para negociar y para el Masudi. Tanto estas biografías primerizas, que conservaron el nombre de siras,
compromiso -como bien lo ilustra el episodio de Hudaybiyah- y quien, una como el resto de los estudios sobre la vida de Mahoma que ya no fueron lla-
vez que triunfó su causa, nos dice Karen ArmsÚong, se inclinó por el rechazo madas así, se basan en los haddith o jadiz, jadices en plural. Los sabios que se
a la violencia. 39 Esto último, sin embargo, no es exacto. De cualquier manera, dedicaron a la recolección de jadices fueron llamados muhaddithun o "tradi-
esta autora afirma que Mahoma podía ser irascible e implacable, pero también cionalistas"48 o ahl al-hadit, "gente de la tradición", la cual triunfó, según Hans
tierno y compasivo, vulnerable y amable en sumo grado, y nos recuerda que Küng, sobre los métodos lógicos de la "gente de la opinión" o ahl ar-rai. 49
no era un santo de yeso, sino un ser humano que vivió en una época particu- Cada jadiz es un relato que se refiere a un hecho o un dicho del Profeta
larmente violenta y peligrosa. 40 Entre las opiniones favorables, una de las más -en ocasiones una anécdota- de los que fue testigo alguno de los compañe-
extravagantes fue la del Conde de Boulainvilliers, personaje peculiar anticleri- ros o seguidores, familiares o amigos que conocieron en persona a Mahoma, y
cal y autor de una biografía de lvlahon1a, a quien calificó como "precursor de la que fue transmitido de boca en boca por los fieles. La cadena de estas relacio-
Edad de la Razón". 41 Armstrong, sin embargo, quien se refiere al profundo des- nes recibe el nombre de isnad: ''Abdalá dice que Mustafá le dijo que Zaynab le
precio que Thomas Carlyle manifestó por el Corán, se olvida que el historia- dijo que As-Sindibad le dijo que al-Hakimi bint Kushiyar le dijo que Al-Jizr
dor escocés pensaba que el Profeta era un hombre "con una verdadera visión bin Hazan le dijo que Tariqah le dijo que Nazir le dijo que Garib le dijo que
y una profunda convicción". 42 Por su parte Goethe escribió en honor del Pro- Giafar le contó ...", y así hasta remontarse hasta los narradores originales, con-
feta un emotivo poema, y uno de sus más ilustres biógrafos contemporáneos, temporáneos del Profeta. No quedaron excluidas las mujeres como participan-
Maxime Rodinson, dijo que el Profeta combinó en una sola persona a Jesús y tes de estas concatenaciones de testigos oculares y auditivos, transmisores de la
Carlomagno. 43 Mahoma, en otras palabras, siguió siendo guardián del código vida y milagros de Mahoma, su carácter, sus dichos y sus costumbres. De hecho,
del cual los árabes estaban orgullosos desde tiempos inmemoriales, y que in- la más joven de la esposas del Profeta, Aísha -o Ayesha-, figura entre una de
cluía el honor, la generosidad, la hospitalidad, la lealtad a su palabra y la va- las fuentes de jadices más ricas.
lentía en los cmnbates entre otras virtudes. La palabra muru'a expresaba el con- Rochdy Alili, en su libro Qu'est-ce que l'Islam? [¿Qué es el islam?], llama
junto de todas estas cualidades. 44 "Piadosos Ancestros" -salaf o sahaba en árabe- a esos primeros recopilado-
res de la tradición oral que vivieron al lado del Profeta, y afirma que el número
de tales testigos se calcula en doce mil trescientos catorce. Luego vinieron los
SIRA y JADICES "Seguidores", al-tabi aun, y los "Seguidores de los Seguidores", tabi ou l-tabi in,
hasta el momento en que estas tradiciones quedaron escritas y por lo mismo
El termino sira o sirah -literalmente "travesía" del Profeta- designa al cuer- :fijadas. 5° El requisito para dictaminar la autenticidad de un jadiz es que la cade-
po biográfico de Mahoma, el enviado de Dios o rasul, 45 que tuvo origen en las na o isnad cuente con veinte personas como mínimo y entre ellas un musul-
crónicas escritas de los primeros combates librados por los musulmanes 46 lla- mán ejemplar, 51 y respecto a todos los jadices aceptados, nos señala Küng, reina
mados maghazi. 47 Ninguno de los biógrafos de Mahoma lo conoció en vida. el convencimiento de que "así es como habría actuado el Profeta", confrontado
El que parece ser el recuento más antiguo fue escrito en el siglo VIII, por Ibn al mismo problema, o en circunstancias similares. Para que un jadiz sea reco-
Ishaq, quien nació 72 años después de la muerte del Profeta. Más tarde fue se- nocido como tal, no debe contradecir ninguna instrucCión explícita del Corán.
39
El jadiz no pretende reemplazar al libro sagrado, sino esclarecerlo o comple-
Karen Armstrong (1993), p. 32.
40
!bid., pp. 51-52. mentarlo. 52
41
Ibid., p. 37·
42 Edward W. Said(2002), p. 211."
48
43 Maxime Rodinson (1967), p. 331. Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 324.
49
44
Ibn Hicham (2004), p. 34· Hans Küng (2oo6), p. 301.
50
45 Malek Chebel (1995), p. 390. Rochdy Alili (2ooo), p. 67.
51
46 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 595· Hans Küng (zoo6), p. 325.
52
47 Ibn Hicham, op. cit., p. 25. lbid., pp. 301 y 304.

186
LASUNNA que a esta colección se le da el nombre de musannaf 62 Gozan de prestigio, jun-
to a la compilación de al-Bukhari, la de Muslim (Ibn al-Hajjaj), a la cual le si-
En su conjunto, estos jadices constituyen a su vez la tradición o sunna del guen en fama las de al-Tirrnidhi, al-Qazwini, Malik ibn Arras y las recopilacio-
Profeta -·conjunto de reglas normativas de la conducta y la devoción-, con- nes chiitas de al-Kulayni y al-Qurnrni entre otras. 63
siderada como una de las fuentes fundamentales del derecho musulmán o fiqh. Se llama ilm al-rijal al estudio que se hace de la personalidad de los trans-
En otras palabras, el jadiz se transformó en una segunda fuente, después del misores o eslabones del isnad, en el que se analiza su confiabilidad, sus carac-
Corán, de la jurisprudencia rnusulrnana. 53 La palabra sunna significa "hábito o terísticas morales y sus circunstancias geográficas e históricas, a fin de alcanzar
norma de conducta", 54 y dio nombre al sunnisrno, una de las dos grandes divi- un máximo de veracidad. 64 Muslim distingue tres categorías en los jadices: los
siones de los musulmanes. La otra es el chiisrno. Los chiitas rechazan todos transmitidos por mensajeros probos y conocedores, y cuyas narraciones están
los jadices cuyo origen no se remonte a Alí, el primo y yerno de Mahoma, y exentas de contradicciones; los transmitidos por personas menos conocedo-
sus partidarios. 55 Ya veremos cuáles fueron los motivos de esta actitud. ras pero igualmente confiables, y por último aquellos que se cree contienen
Durante siglos, los teólogos musulmanes se han dedicado a estudiar los errores o fueron inventados. 65 El fundador de unas de las cuatro escuelas ju-
jadices, para dictaminar cuáles son verdaderos y cuáles no lo son. O, para de- rídicas del islam, Ahrnad ibn Hanbal, reunió, por su parte, cerca de ochenta
cirlo con las palabras de Maxirne Rodinson, se dieron a la tarea de purgar las mil jadices.
tradiciones para eliminar los elementos que no les parecieron auténticos. 56 Roger Caratini nos dice que las primeras recolecciones de jadices fueron
Una tarea, desde luego, de dudosos resultados, ya que, en vista de la fabulosa realizadas por órdenes del califa orneya Ornar II, y que la primera recolección
cantidad de jadices que están a la disposición de historiadores y curiosos desde oficial, elaborada por el jurista rnedinense Malik ibn Arras -padre de la escuela
hace varios siglos, los biógrafos del Profeta se han visto siempre obligados a jurídica rnalekita- se remonta a mediados del siglo VIII. Hacia la misma épo-
elegir unos pocos a su gusto y criterio, y olvidarse de la inmensa mayoría. ca, y gracias a la labor de otro jurista, el mecano al-Shafi, fueron adoptados los
Para tener una idea del número de tradiciones sobre hechos y decires de llamados libros canónicos de los jadices, de los cuales el más importante es el
Mahoma, nos basta saber que en el siglo IX el sabio musulmán Muharnrnad ibn de al-Bukhari. 66
Isrnail al-Bukhari, durante su viaje de Irán a Egipto, escuchó más de seiscientas Muy aparte de ésta y otras clasificaciones, los jadices ya aceptados se divi-
mil tradiciones, de las que eligió siete mil trescientas noventa y siete, 57 n1isrr1as den en dos categorías fundamentales: los jadices nabawi, que se refieren a las
que reunió en seis tor;nos, según nos dice Alili 58 tras entregarse a la tarea de palabras del Profeta, y los jadices koudsi, de los cuales la tradición afirma que
discernir entre los jadices verdaderos y los apócrifos -esto es; entre los "sa- fueron pronunciados por Mahoma bajo la inspiración divina. 67 En otras pala-
nos" y los "débiles" - 59 de acuerdo a dos criterios: la continuidad de la cadena bras, se trata de aquellos en los que se supone Alah habló en primera perso-
y la credibilidad de sus transrnisores. 60 Sin embargo, Küng nos habla de noven- na.68 El erudito judío húngaro Ignác (o Ignaz) Goldziher fue, entre los es-
ta y siete volúmenes en los que al-Bukhari agregó referencias coránicas y notas tudiosos occidentales, quien más se distinguió en el estudio de los jadices. 69
propias, divididos en ternas corno "fe, purificación, oración, limosnas, ayuno, ".. .la ciencia precisa de Goldziher y la crítica minuciosa y en ocasiones en ex-
peregrinación, comercio, herencia, testamentos, votos y juramentos, crimen, ceso detallista de Leone Caetani y de Henri Larnrnens", nos dice Bernard Lewis,
asesinato y procesos judiciales". 61 Otros autores, corno David Waines, afirman han evidenciado la necesidad de tener una gran prudencia en lo que a los ja-
que al-Bukhari redujo el número de jadices a dos mil setecientos cincuenta y dices se refiere. Lewis añade que estudios recientes de Robert Brunschvig y
53 Ibid., p. 301.
62
54 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 775· David Waines (1998), p. 91.
63
55 Hans Küng (2oo6), p. 300. John L. Esposito (2003), p. 101.
64
56 Maxime Rodinson(1993), p. 41:. Ibid., p. 135·
65
57 Johnathan Bloom y Sheila Blair (2003), p. 52. Ibid., p. 217.
66
5s Rochdy Alili (2ooo), pp. 66 y 67. Roger Caratini (1993), p. 316.
67
59 Hans Küng (2oo6), p. 300. Alain Gresh (2004), p. 68.
68
60 Ibn Hicham (2004), p. 20. Alessandro Bausani (1993), p. 14.
69
61 Hans Küng (2oo6), p. 300. Albert Hourani (1995), p. 96.
Joseph Schacht revelan que el contenido de nu1nerosas tradiciones ha sido dijo: "la primera luz que creó Alah es mi luz [ ... ] Adán vio, en el paraíso, el
desvirtuado por intereses doctrinarios.7° Es en este sentido que Hans Küng nombre de Mahoma escrito junto al nombre de Alah al pie del trono [. .. ] El
nos advierte que algunos doctores musulmanes se las arreglaron para encon- Altísimo le dijo entonces: es el nombre de tu descendiente. Si él no existiera,
trar suficientes jadices en los que Mahoma afirmaba que "el verdadero musul- yo no te hubiera creado". 77 En otras palabras, según este jadiz, es gracias aMa-
mán tenía que seguir a la mayoría", porque "las minorías se encaminan al homa que existe la raza humana. Pero podríamos muy bien catalogarlo entre
infierno" 71 y, agrega nuestro teólogo, numerosos jadices parecen reflejar "no los falsos, porque el Profeta no parece haber sido tan soberbio.
tanto la época del Profeta cuanto las discrepancias existentes dentro de la El ensayista libanés Salah Stétié, en un artículo titulado "Jérusalem entre
primitiva comunidad musulmana". 72 Es también a propósito de Goldziher le songe et la veille" ["Jerusalén entre el sueño y la vigilia"] nos da a conocer el
que Campanini (2003) afirma que éste y otros investigadores como Joseph que sin duda es uno de los jadices más asombrosos de todos. Se dice que un
Schacht y Alfred Guillaume "se han esforzado en demostrar que las tradicio- día Mahoma expresó: "El islam nació en el exilio, y terminará en el exilio", 78
nes han sido casi todas inventadas o falsificadas" y agrega: "Para Guillaume se afirmación a la cual, por supuesto, se le puede dar una interpretación catastró-
trató, por parte de los omeyas y los abasíes, de justificar religiosamente su po- fica. ¿Acaso de verdad el islam llegará a su fin en el exilio? ¿Cuál exilio? ¿Euro-
lítica". Ya nos ocuparemos de estas dos grandes dinastías musulmanas. Gold- pa? ¿Estados Unidos?
ziher se encargó también de demostrar que muchos jadices derivaban de la Se le atribuye a Mahoma el haber declarado que "todo hombre nace mu-
Torah y los Evangelios, así como de proverbios y máximas persas e hindúes y sulmán, y son sus padres los que lo hacen judío, cristiano ~ mago -adorador
fragmentos de la filosofía griega.7 3 del fuego-".7 9
Y en otra oportunidad, según al-Bukhari, el Profeta declaró que todas aque-
El meollo, pues, de los jadices -que han desempeñado un papel fundamental llas partes de la vestimenta situadas más abajo del tobillo -las sandalias- se
tanto en las biografías de Mahoma como en la imagen y la idea que del Profeta irán al infierno. 80 El infierno musulmán, pues, debe estar atiborrado de millo-
tienen los musulmanes- es su verdad. Ibn Ishaq, por lo pronto, se cura en nes y millones de sandalias.
salud, al advertirnos que "Sólo Dios conoce la verdad". 74 Claude Cahen, en su Ahora bien, que el Profeta, como decíamos, no era tan soberbio, lo ates-
libro El islam, nos advierte que no necesariamente la veracidad de las tradicio- tiguan cuando menos dos versículos del Corán: en uno de ellos, se regaña a sí
nes antiguas es la que está en tela de juicio,. sino al contrario: mientras rnás mismo "tú -Mahoma- no eres sino un amonestador, sólo Dios lo rige
recientes, más discutibles?5 todo", 81 y en otro establece con claridad que él es un hombre, no un ángel:
Alexandre del Valle indica que la enciclopedia islámica de las tradiciones, o "Diles: si los ángeles caminasen por la tierra y viviesen tranquilamente en ella,
Musnad, habla de veintinueve mil jadices, en tanto que otras tradiciones se les habríamos enviado un ángel por apóstol". 82
refieren a seiscientos cuarenta mil. No sin sarcasmo, Del Valle agrega que, para
alcanzar esta cifra, Mahoma debería haber producido, durante diez mil días,
muchas dócenas diarias. 76 Esta abundancia de jadices garantiza la existencia LA SHARIA
tanto de jadices sabios y sensatos como de jadices estrafalarios e incomprensi-
bles. Es decir, los hay de todos los sabores y colores, para todos los gustos y La Sharia -o Charia- es la Ley o conjunto de Leyes del islam que fue siste-
conveniencias. Destaco unos cuantos: matizado entre los siglos VIII y IX de nuestra era. Comprende textos fun-
Una tradición citada por Maxime Rodinson afirma que un día el Profeta damentales como el Corán y los jadices, el ijma o consenso universal de
los eruditos del islam en lo que concierne a la formulación y la práctica de la
70
Bernard Lewis (1993), p. 94·
77
71 Hans Küng (2oo6), p. 363. Maxime Rodinson (1967), p. 344·
78
72
Ibid., p. 313. Farouk Mardam-Bey y Elias Sanbar (2004), p. 15.
79
73 Reza Aslan (2005), p. 68." El Corán (1995), p. 17, nota comentarista.
74 Ibn Ishaq (1995), p. XXI. 80
Malek Chebel (1995), p. 92.
81
75 Claude Cahen (1991), p. 71. El Corán (1995), Xh5.
82
76 Alexandre del Valle (2002), p. 47· El Corán (1995), XVII:97·
doctrina, y lo que se llama qiyas o razonámiento analógico, que permite considerado por mucho tiempo como la biografía n1ás completa. El publicado
la interpretación o exégesis coránica. 83 El Dictionnaire historique de l'islam por la editorial francesa Fayard es, en realidad, una condensación -o "recons-
de Janine y Dominique Sourdel señala que esta clase de razonamiento fue truccwn hecha por Wahib Atallah, del original de Ibn Ishaq.
utilizada en otros tiempos en un intento de solucionar un problema de fiqh La lectura cuidadosa de los relatos biográficos sobre Mahoma puede darnos
-es decir, de derecho- no previsto en los textos. 84 El concepto de iytikhad una idea más equilibrada de este personaje, y hacernos llegar a la conclusión de
está relacionado con el razonamiento analógico, y consiste en un esfuerzo que el Profeta era un ser humano fuera de lo común, de una inteligencia y una
para renovar los preceptos del islam y su adaptación a los cambios de los palabra privilegiadas, guerrero destacado, a veces in1placable, en ocasiones cruel,
tiempos. Todos estos enfoques han sufrido varias transformaciones, como ve- así como un hombre capaz de hacer uso de diversas artimañas políticas con tal
remos en su momento cuando tratemos sobre las diversas exégesis del Corán de lograr sus objetivos, pero ser humano al fin, y en todo caso, como tal, más
y las escuelas jurídicas emanadas del islam. Lo que por ahora importa subra- tangible, más creíble incluso que Jesús.
yar es que la Sharia, a diferencia del derecho occidental, no se considera como La credibilidad a la que me refiero no tiene nada que ver con los milagros
un producto del hombre, sino de la Divinidad. De aquí que el islam sea a la que se atribuyen a uno y otro, y sí con su condición humana. De hecho se
vez Religión y Estado: al-islam Din wa Dawla, y que esta unión o unicidad, dice que Mahoma negó todos los milagros personales que se le achacaban y que
inquebrantable, es la responsable de que el islam y la democracia laica sean lo único que admitió fue lo que llamaba el Milagro de los Milagros: el Corán. Y a
irreconciliables. En el islan1 el laicismo es un concepto "satánico". 85 su vez el Corán, en el versículo so de la azora VI, afirma que Mahoma no cono-
cía "las cosas ocultas", lo que da a entender que no gozaba de poderes sobrehu-
Para elaborar este resumen de la vida del padre del islam acudí a numerosas manos. De cualquier manera, los milagros que dicen hizo Mahoma o que pasa-
biografías, y no sólo a las de Karen Armstrong y Washington Irving, dos escri- ron a su alrededor -aunque sobrenaturales como todo milagro-, fueron de
tores que suelen ser ignorados por académicos y especialistas, pero que tienen importancia más bien secundaria si se les compara a los que realizó Cristo o a
la virtud de llegar a públicos muy amplios. Armstrong tuvo una experiencia los llevádos a cabo por los cientos de advocaciones de la Virgen María y los mil
existencial en el Medio Oriente. Irving, considerado como el padre de la lite- y un santos de la hagiografía y el martirologio cristianos: Mahoma no fue
ratura profesional en Estados Unidos, 86 supo contemplar y recrear el pasado concebido por una mujer virgen, ni curaba a los ciegos y los leprosos, ni resu-
con ese talento y esa sagacidad propios del novelista que sabe elevar la anécdota citaba muertos, como lo cuenta el mismo Corán, libro en el que se manifiesta
y la fábula a la categoría de ingredientes históricos trascendentales, privilegio del la gran veneración que Mahoma sintió siempre por Jesús y su madre. De todos
que no gozan muchos historiadores. De todos modos, estos biógrafos acudieron modos, los milagros del Profeta y de su vida, al igual que aquellos que adornan
a muchas de las mismas fuentes en las que abrevaron los eruditos. Así, por ejem- la gloria de Jesús, tienen, en mi opinión, la fuerza imaginativa suficiente como
plo, tanto en la biografía de Armstrong como de Roger Caratini figuran el para cautivar las almas de quienes quieren creer y, por lo mismo, la capacidad
famoso sabio e historiador Abu Yafar al-Tabari y el renombrado orientalista de transformarse en verdades para esos creyentes.
W. Montgomery Watt. Me fueron también de gran utilidad las obras de Ibn De hecho, existen biografías del Profeta -nos recuerda Mohammed Ar-
Ishaq, Ibn Hicham, M. Savary, Maxime Rodinson, Régis Blachere. También del in- koun-, como la aparecida en 1951, del profesor Régis Blachere, en las que se
glés Martin Lings, a cuyo cargo estuvieron varios años los manuscritos árabes eliminan todas las narraciones legendarias- juzgadas como apócrifas. 87
del Museo Británico, y quien se convirtió al islam. Toda esta información se com- En todo caso señala Albert Hourani, ·en A History of the Arab Peoples
plementa con lo que dicen de Mahoma las diversas historias del islam y los [Una historia de los pueblos árabes], existe una posición intermedia: la soste-
diccionarios de historia y símbolos de esta religión, entre los que puedo citar nida por aquellos musulmanes que aceptan que Mahoma recibió inspiración
el de Oxford, el de Sourd~l y el de Malek Chebel. El libro de Ibn Hicham fue sobrenatural, pero mediatizada por su personalidad, y expresada con sus pro-
pias palabras. 88
83 Malek Chebel (1995), pp. 89-90.
84 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 82.
87
85 Malek Chebel (1995), p. 241. Mohammed Arkoun y Joseph Ma"ila (2003), p. 98.
88
86 Véase "Irving", Dictionnaire historique, thématique et technique des littératures. Albert Hourani (1991), p. 20.

193
No sólo de milagros vive el mundo, por supuesto, sino también de aconte- guiente, veremos la gran importancia que este pueblo y su rey Arnalek tuvie-
cimientos extraordinarios, plausibles, verosímiles y a veces -no tantas corno ron en la historia de los judíos.
quisiéramos- verificables. Las "vidas" de Mahoma son una combinación de La Meca, ella misma situada en una árida región montañosa es hoy, y des-
ambos: milagros y hechos. Por supuesto, hay que cuidarse de un sinfín de lo de hace trece siglos, la ciudad más sagrada ·del islam. Fue fundada en el lecho
que Ibn Hicharn llama "panfletos ciegos y apasionados". 89 seco de un río. Rodeada de las montañas Sirat, se sitúa a unos 72 kilómetros
del puerto de Jidda, en el Mar Rojo. La antigua Meca, oasis en la ruta de las
caravanas, se convirtió en forma paulatina en un centro religioso y comercial
LA MECA y LA KA.I\BA de importancia durante los imperios romano y bizantino. El mismo Ptolorneo
la llama Macoraba.
La Meca, cuna del Profeta, en árabe Makkah, llamada antiguamente Bakkah, De acuerdo con la tradición islámica, Abraharn e Ismael reconstruyeron
está situada en un extremo de la llamada Ruta del Incienso que unía al Héyaz en La Meca el templo conocido corno la Kaaba o Casa de Dios, centro de pe-
-o Hijaz- con Babilonia, a medio camino entre lo que era la Palestina bizan- regrinaciones desde tiempos inmemoriales, anteriores al advenimiento del
tina y Arabia del Sur. Hoy se encuentra en Arabia Saudita, país que pertenece a islam. La Meca, durante y después de Mahoma, conservó un alto grado de in-
la región del Medio Oriente conocida corno el Machreq, que comprende tam- dependencia, si bien reconoció el poder de Damasco, y más adelante el del cali-
bién a Siria, Jordania, Líbano e Irak. A veces se considera también corno parte fato de Bagdad. En 1269 cayó bajo el dominio de los sultanes egipcios cono-
del Machreq a Irán, los países del Golfo Pérsico y el Yernen. Machreq es el Le- cidos corno los mamelucos, y en 1517 fue sometida por los turcos y pasó así
vante, en oposición al Poniente, llamado el Maghreb, región que comprende a a ser parte del Imperio otomano. En 1925, el rey'Ibn Saud tornó la ciudad y
cinco países: Marruecos, Mauritania, Argelia, Túnez y Libia. En ocasiones se le le dio el nombre de su dinastía a todo el territorio de lo que es hoy la Arabia
llama el "Gran Maghreb" -al-lviaghreb al-Kabir-. De acuerdo a esta clasifi- Saudita. La Meca recibe también el nombre de Urnrn al-qura, "madre de las
cación, Israel se ubica en el Machreq. ciudades, centro del mundo, ombligo de la tierra", 91 y el de al-Mukarrarna, "La
Se consideraba corno Arabia del Sur al Yernen, país de un clima muy dis- Honrada". 92
tinto a la Arabia desértica y al cual, debido a su gran fertilidad -fue una tierra La Kaaba, situada en el interior de La Meca, era el templo por excelencia de
de frutas y especias, de perfumes y goma aromática, antiguo feudo de la legen- los árabes desde una muy lejana antigüedad, o Tiempo de la Ignorancia -en
daria Reina de Saba-, se le conocía por el nombre de Arabia Feliz, en con- árabe jahiliyyah-, nombre que recibieron todas las épocas, a partir de la caída
traste con la región del noroeste, que comprendía el actual Héyaz y la penínsu- de Adán, que precedieron al nacimiento de Mahoma. El término, Kaaba, signi-
la de Sinaí, bautizada por el célebre astrónon1o egipcio Ptolorneo corno Arabia fica cubo en árabe, y se trata, en efecto, de una edificación en forma de cubo,
Pétrea. Tan feliz era la Arabia del Sur, que mereció también el nombre de ('Ara- construida de piedra gris, situada casi en el centro de la Gran Mezquita de La
bia Perfumada" y, en árabe, Khadra, "la Verde". 90 Meca, y cerca de ella se encuentra el pozo de Zarn-Zarn. Tiene una planta que
El Héyaz -nombre que significa "barrera" o región montañosa-, y que mide diez por doce metros, y una altura de quince. En el interior hay lámparas
hoy forma parte de Arabia Saudita, se extiende a lo largo de la costa occidental de or~ y plata, así corno las columnas que sostienen el techo. En el exterior, en
de -la península arábiga, a orillas del Mar Rojo. La península arábiga tiene una el ángulo oriental del cubo, a una altura aproximada de un metro y medio so-
extensión de más de tres millones de kilómetros cuadrados. Una tradición bre el suelo, está empotrada la Piedra Negra. El ángulo septentrional es llama-
cuenta que La Meca fue fundada por unos gigantes, los arnalekitas -o amale- do el iraquiano; el occidental, el siriano; el meridional, el yemenita; y el orien-
citas-, quienes asumieron la tarea de proteger a Ismael, el hijo de Abraharn Y tal, simplemente el ángulo negro, por estar situada allí la Piedra. Se dice que,
la esclava Agar. La historia .nos dice que los arnalekitas pertenecían a un pueblo habiendo sido expulsados del paraíso sus primeros y únicos habitantes, Adán
árabe que habitaba en los confines de Idumea, siempre en guerra con los israe- cayó sobre una isla de Serendib, o Ceilán, y Eva cayó en Arabia, a orillas del Mar
litas y que fue vencido por Saúl y casi exterminado por David. En la parte si- Rojo, en Jidda. Tras haber vagado solitarios durante doscientos años, el Señor
89 Ibn Hicham (2004), p. 9· 91
Félix M. Pareja (1975), p. 71.
90
Jean-Paul Roux (2007), p. 35· 92 Farouk Mardam-Bey y Elias Sanbar (2004).

194 195
les permitió encontrarse. 93 Fue entonces que Adán le rogó a Dios que le diera de lava petrificada, o bien que procede de un aerolito. Y, aunque el jacinto -una
un templo semejante a aquel en donde solía adorarlo en los pasados tiempos especie de cuarzo- suele ser rojo, algunos autores afirman que la piedra era
edénicos, y entonces Alah hizo que un templo formado por nubes radiantes de "blanquísimo jacinto". Por lo menos, las leyendas más antiguas dicen que
descendiera de las alturas para que Adán le diera vueltas, corno lo hacen los originalmente era de una blancura inmaculada, por haber sido una piedra pre-
ángeles alrededor del trono de Alah. ciosa caída del paraíso. 100 Otra tradición afirma que el ángel guardián que cuí-
A la muerte de Adán, el templo de nubes desapareció, pero Set, su tercer daba el paraíso se transformó él mismo en una piedra transparente y luminosa
hijo -nacido después de Caín y Abel- construyó otro templo, con piedra y cuando Adán y Eva fueron expulsados y que ésa, y no otra, es la piedra de la
arcilla, el cual, a su vez, fue destruido por el Diluvio Universal. Muchos años Kaaba que al correr de los siglos se volvió negra con las caricias y los besos de
más tarde, el patriarca judío Abraharn y su hijo Ismael se abocaron a la tarea los millones de peregrinos que la han tocado con sus manos o con sus labios.
de reconstruir la Kaaba. En el primer libro de la Biblia, el Génesis, se cuenta O bien, según otra tradición, se volvió negra por culpa de los pecados de Adán
la historia del hijo que en su vejez -ochenta y seis años-, tuvo el patriar- y de los fieles. Félix M. Pareja nos dice que hoy la piedra, circundada por un
ca Abraharn con su esclava Agar, antes de engendrar, años más tarde, a Isaac. marco de plata, consta de pedazos pegados con cemento, 101 y Bausani indica que,
A causa de los enormes celos de Sarah, la mujer de Abraharn, fueron expulsados según una tradición, la Piedra Negra "es la mano derecha de Dios sobre la tie-
Agar y su hijo, Ismael-cuyo nombre significa "Yahveh ha escuchado tu aflic- rra".102 Es, asimismo, "El ojo de Alah". 103 El último día del mundo, se dice, la
ción"-. Es importante señalar aquí que ha prevalecido entre los musulmanes piedra recobrará "su forma angélica".
la creencia de que era Ismael, y no Isaac, el hijo que Abraharn debía sacrificar Y Malek Chebel nos recuerda que también existe otra piedra en la Kaaba,
por órdenes del Altísimo. Agar y su hijo vagaron mucho tiempo por el desier- situada en la esquina sureste a un metro y medio de altura, llamada al-adjar
to, hasta llegar a las cercanías del lugar en el cual La Meca sería fundada. Según al-asad, "la Dichosa", que debe ser nada más tocada, y no tocada y besada corno
leernos en el Génesis, 9 ~ Ismael, al igual que su sobrino Jacob, hijo de su her- la Piedra Negra. 104
mano Isaac, tuvo también doce hijos: Nebayot, Quedar, Abdel, Mabasarn, Ma- En el Tiempo de la Ignorancia, los trescientos sesenta ídolos que destruyó
serná, Durná, Masá, Jadad, Terná, Jetur, Nafís y Quedrná. 95 Yahveh le prometió Mahoma estaban dedicados a cada día del año: los cinco días restantes, sagra-
a Agar que el número de sus descendientes sería infinito, y que haría de ellos un dos -al igual que en el calendario surnerio-, estaban fuera del tiernpo. 105 En
gran pueblo. 96 El origen de los árabes, según el Antiguo Testamento, es, por lo la época preislárnica, los árabes adoraban a tres diosas, "hijas de Dios" -las
tanto, de pura cepa semita. mismas de los célebres Versículos Satánicos-: al-Lat, al-Uzza y al-Manat. Uno
La colaboración entre Abraharn y su hijo Ismael para la edificación de la de los santuarios más importantes era el de al-Uzza, en el Valle de Nakhlah, si-
nueva Kaaba fue posible, según las tradiciones árabes, gracias a que el Patriarca tuado a una jornada de camello al sur de La Meca. En Taif, se encontraba el
consiguió de su esposa Sarah el permiso de viajar para encontrarse con su pri- santuario de al-Lat, llamada "la dama de Taif". En lo que a al-Manat concierne,
rnogénito.97 La leyenda cuenta que una piedra milagrosa le sirvió a Abraharn se la veneraba en particular en Qudayd, cerca de la costa. Ibn Ishaq nos cuenta
como andamio. De pie sobre ella, el Patriarca subía y bajaba en el aire a volun- que a su imagen la bañaban con leche y le colgaban huevos de avestruz. 106 Hubal,
tad.98 Esta piedra, dicen, aún existe, y en ella se puede contemplar las huellas un dios masculino, era una deidad que los árabes habían importado de los naba-
de sus pies. Por otra parte se piensa que la otra piedra, es decir la Piedra Negra teos, antiguo pueblo nómada de la Arabia Pétrea. 107 Estaba representado por un
empotrada en el muro -llamada al-Hajar al-Aswad-, 99 es un trozo, labrado, ágata roja en la cual estaba esculpida la forma de un hombre cuya mano dere-

100
93 Washington Irving (1945), p. 32. Washington lrving (1995), pp. 33, 34·
101
94 Génesis 25:13-15. Salvo indicación contraria, todas las citas de la Biblia incluidas en este libro perte- Félix M. Pareja (1975), p. 71.
102
necen a la versión de Casiodoro de Reina, revisada por Cipriano de Valera (1960). Alessandro Bausani (1993), p. 17.
103
9 5 Nuevo diccionario de la Biblia (2001), p. 375· Félix M. Pareja (1975), p. 72.
104
· 96 Génesis 16:10.
Malek Chebel (1995), p. 337·
105
97 Roger Caratini (1993), p. 57· Karen Armstrong (1996), p. 62.
106
98 Washington Irving (1995), p. 33· lbn Ishaq (1995), p. 39·
107
99 John L. Esposito (1999), p. 103. Karen Armstrong (1993), pp. 61-62.

197
cha había sido cortada y remplazada por otra de oro. 108 En el Corán, en la azora talada en el cubo. Chebel nos dice que existe también una Kaaba celeste, in-
LXXI titulada "Noé", se habla de otras deidades preislámicas como Sua, Yaguts, visible, situada simbólicamente frente a la Kaaba material. Se la llama Casa
Yauk y Nasr, 109 y en la IV, algunos de los Coranes en español hablan de Djibt y de Adoración de los Ángeles -al-Bait al-mamour-, y es en ella, la Kaaba
Tagut, no a los que habría que agregar Isaf y Naila, dos dioses exclusivos del clan celestial, donde los ángeles prefiguran todos los ritos que se llevan a cabo en
de Mahom.a, los koreishitas, ante los cuales solían sacrificar algunos animales. la construida en la Meca. 115
En la época preislámica, nos señala Ibn Ishaq, no faltaba un ídolo en cada casa. 111 El nombre Alah no fue un invento de Mahoma: existía ya como una deidad
Se practicaba también la litolatría o adoración de las piedras. de la lluvia y del cielo que, nos dice Reza Aslan, había ya sido elevado a la cate-
El escritor italiano Elémire Zolla infonna sobre otra leyenda de la creación goría de Dios supremo en la Arabia preislámica y su nombre no era sino una
de la Kaaba, a partir de los escritos de dos autores musulmanes: Muhammad contracción de al-ilah, expresión que simplemente quería decir "el dios". 116
al-Tabari -siglos IX y x-, historiador y exégeta, y Muhammad Mirkwand
-siglo xv-, cronista persa durante la dinastía de los timúridas. Cuando Adán
y Eva comieron del fruto prohibido, "se les cayó a los dos la córnea resplande- EL POZO ZAM-ZAM Y EL ABUELO DE MAHOMA
ciente que los cubría. Solamente les quedaron las uñas de los pies y las manos,
y así, cada vez que se miraban las uñas recordaban el paraíso. Las lágrimas que Según otra tradición, de la que nos habla Washington Irving, los árabes afir-
Adán derramó -continúa Zolla- hicieron crecer todas las plantas medicina- man que su país fue habitado poco después del diluvio por la progenie de Sem,
les del mundo en la cima donde se había exiliado". Después, para alejarlo de esa hijo de Noé, la cual fue absorbiendo a varias tribus, entre ellas los aditas y los
montaña, el ángel Gabriel, con una de sus alas, rebajó la estatura de Adán, "y thamuditas. Se dice que todas ellas fueron borradas de la faz de la Tierra en
desde entonces Adán no pudo entretenerse con los ángeles celestes" y, como castigo por sus pecados. Uno de los descendientes de Sem, Yarab, fundó el Ye-
consuelo "fue depositado en la Tierra en una casa de rubí resplandeciente, la men, y otro, Jurham, el reino del Héyaz.l 17 Cabe aquí aclarar que la secta chiita
actual Kaaba". 112 de los ismaelitas no tomó su nombre del hijo de Abraham, sino de un sobrino de
Cabe aquí recordar una tradición midráshica no citada por Zolla, que en- Alí, el yerno y primo del Profeta. Como veremos, la famosa sociedad secreta
contramos en la Biblia comentada por Rashi (acrónimo de Rulú Shlomo Itzha- de los hashashin, o "asesinos", formó parte del ismailismo, y lo mismo losan-
ki), la cual afirma que la estatura de Adán era de la Tierra al cielo. 113 tecesores del Aga Khan. Con todo, algunas veces a los árabes se les ha conocí-
do corno ismaelitas, denominación culpable de que más de una vez al islamismo
La Kaaba estuvo durante algún tiempo protegida con una funda hecha con se le haya llamado ismailismo.
una tela capta. Después, se la sustituyó con una tela rayada del Yemen. El Cuando Agar e Ismael fueron expulsados por Sarah, tras haber recorrido
primero que la cubrió de brocado fue un gobernador del Héyaz, al-Ajjaj ibn largas distancias sin rumbo fijo, en una ocasión estuvieron a punto de morir
Yusuf. Hoy día, su gruesa cobertura de brocado negro es cambiada cada año. de sed. Agar erró, desesperada, varias veces, entre dos colinas rocosas, en bus-
En este manto, llamado kiswah, 114 están bordados con letras de hilo de oro la ca de agua, hasta que Dios -quien en ese momento dejó de ser Yahveh para
leyenda de Profesión de Fe, y algunos versículos escogidos del Corán. La Ka- llamarse Alah-, compadecido, envió a la tierra al ángel Gabriel, o fibril, y
aba ha sido destruida o dañada en varias ocasiones y restaurada otras tantas. éste golpeó el suelo con el pie, e hizo así que brotara un manantial, cuyas aguas
En el año 930, la Piedra Negra fue robada por los fanáticos de una secta he- fueron contenidas en el pozo al que se le dio el nombre de Zam-Zam. Según
rética y retenida durante veinte años, tras los cuales fue recuperada y reins- otra tradición, el agua surgió de la arena al contacto del talón de Ismael. 118
Estas dos colinas se encuentran en la periferia de lo que hoy es el santuario
108
Davis Waines (1998), p. 21. mayor de La Meca y del mundo musulmán, la Kaaba. Con el transcurso de los
109
Corán LXXI:22 y 23.
°
11
Corán IV:54.
115
111
Ibn Ishaq (1995), p. 38. Malek Chebel (1995), p. 233.
116
112 Elémire Zolla (2002), pp. 70-71. Reza Aslan (2005), pp. 6, 7·
117
113 Pentateuch (s.f.), p. 28. Washington Irving (1945), pp. 17, 18.
118
114
Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 175. Martin Lings (1986), p. 13.

199
siglos, el pozo fue tapado con piedras entre las cuales había algunos tesoros aumentara el número de camellos a veinte. Abdalah volvió a perder, y perdió
del santuario dedicado a los dioses paganos, y después la tierra acumulada una y otra vez hasta que se llegó a la cifra de cien camellos. Después, ganó tres
sobre las piedras hizo que se perdiera su ubicación. Una noche, el abuelo de veces seguidas y fue entonces que la sibila le dijo a Abdul-Muttalib que estaba
.Mahoma, Abdul-Muttalib, conocido por su sabiduría y generosidad, soñó que descargado de su promesa. Abdul-Muttalib regresó a La l'Aeca con su hijo y
un hombre le ordenaba encontrar el pozo. Al día siguiente salió de su casa sacrificó a los cien camellos. 121 Mahoma, pues, le debió el haber nacido a una
provisto de un pico y acompañado por el único hijo que entonces tenía, Ha- costumbre adivinatoria, la de las flechas, que después él mismo se encargó de
rid. Los seguían dos cuervos, que caminaban, renqueando. Abdul-Muttalib proscribir. De hecho Mahoma prohibió todos los juegos de azar y artes adivi-
tuvo una revelación y comenzó a cavar en un lugar situado entre dos rocas natorias, incluyendo la prueba de las palomas que a manera de los romanos
que representaban a Isaf y Naila. En el lugar había un hormiguero. Los korei- empleaban los árabes para conocer los buenos o los malos augurios: soltaban
shitas protestaron contra lo que consideraban como una profanación de sus a las aves, las cuales, con el rumbo de su vuelo -diestro o siniestro-, daban la
dioses, pero al fin dejaron en paz a Abdul-J'viuttalib quien, al tercer golpe de respuesta.
pico, encontró la cubierta de piedras y exclamó: "¡Allahu akbar!": ¡Dios es el De todos modos, es inevitable que este suceso, por otra parte, recuerde el
1nás grande! episodio bíblico del sacrificio que estuvo a punto de cometer Abraham cuando
Redescubierto así el Zem-Zern, su custodia quedó a cargo de Abdul-Mut- Dios le ordenó que diera muerte a su hijo Isaac -o, según los musulmanes
talib y su descendencia, quienes se encargaban de suministrar a los peregrinos Ismael- y que, en la colina de Jerusalén llamada Moriah, la voz del Ángel de
el agua del pozo, considerada desde entonces como sagrada. Abdul-Muttalib Yahveh se encargó de detener. 122 Con una importante diferencia: en el caso
encontró entre las piedras que cubrían el Zem-Zem objetos valiosos -la le- de Isaac, fue la divinidad la que salvó su vida, y en er caso del padre de Mahoma,
yenda dice que fueron dos gacelas de oro, cien espadas damasquinadas y cien fue la intervención de una hechicera la que evitó el sacrificio.
corazas 119 que ordenó fundir para ornamento de la Kaaba-.
Lleno de alegría, Abdul-Muttalib prometió que, si llegaba a tener diez hi-
jos que crecieran hasta la pubertad, sacrificaría a uno de ellos en la Kaaba, en Los KOREISHITAS
agradecimiento a ambas deidades. Abdul-Muttalib tuvo en efecto diez hijos y
dejó que la suerte eligiera al que debía sacrificar. Hizo que cada uno de sus Los koreishitas o quraisíes -"pequeños tiburones"-, 123 conocidos también
hijos escribiera su nombre en una flecha y la colocara en su carcaj. Después como los Qoreich, tomaron su nombre de uno de sus antecesores, Qusayy,
sacó una flecha al azar: el elegido para el sacrificio por el destino resultó ser quien, según se dice, le arrebató a la tribu de los Banu Khuza la posesión de la
su hijo favorito, Abdalah, futuro padre del Profeta. Lleno de dolor, Abdul- Kaaba y el control de las rutas comerciales que pasaban por La Meca entre el
Muttalib se armó de un gran cuchillo y llevó a su hijo ante Isaf y Naila. Los Océano Índico por un lado y el Mediterráneo por el otro. 124 Durante un largo
propios koreishitas y sus otros hijos lo convencieron para que acudiera pri- tiempo, estuvieron divididos en varias tribus que peleaban entre sí de manera
mero al consejo de una sibila o hechicera que vivía en el oasis judío de Jaybar, constante, pero se cuidaban de presentar un frente unido cuando recibían ata-
cerca de la ciudad de Yathrib -la cual recibiría más tarde el nombre de Medí- ques del exterior. 125 Mahoma nació en el seno de la tribu dominante, los Banu
na-. Fátima, la madre de Abdalah, acabó por convencer al abuelo del Profe- koreishitas -"Banu" quiere decir "hijos de"-, en la cual destacaban dos cla-
ta.120 La sibila, después de consultar a su genio particular, o jinn, le aconsejó nes: uno era el de los hijos de Hashem, o Banu Hashen1 -al que pertenecía
que de nuevo el azar determinara si debía o no sacrificar a Abdalah. "¿Cuál es Mahoma, precursores de los hachemitas· de Jordania- y a cuyo cuidado se
en tu país el rescate habitual de un hombre?", le preguntó a Abdul-Muttalib. había confiado la intendencia del templo. Dominaban la administración y el
"Diez camellos", contestó_ el futuro abuelo del Profeta. Entonces la sibila le
aconsejó que echara a la suerte, por medio de dos flechas, si debía sacrificar a 121
Ibn Hicham (2004), pp. 48-49; Martin Lings (1986), pp. 31-32.
122
su hijo o a diez camellos. La suerte le fue adversa a Abdalah. La sibila dijo que Génesis: 22.
123
Rochdy Alili (2ooo), p. 25.
124
11 9 Roger Caratini (1993), p. 95· Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 693.
125
120 Martin Lings (1986), p. 30. Maxime Rodinson (1967), pp. 63-64.
comercio de una ciudad a la que cada vez llegaba un mayor número de peregri- EL AÑo DEL ELEFANTE

nos -entre ellos, mercaderes de todas las naciones árabes-, mismos que se
entregaban a toda clase de ritos extraños alrededor de la Kaaba y en pequeños M. Savary afirma que el nacimiento de Mahoma -según algunas fuentes ára-
santuarios aledaños. El otro clan era el de los Banu Urnrnayya -precursores bes- fue anunciado por los profetas, pero no nos dice quiénes eran esos
de la brillante dinastía orneya-, al que pertenecía Abu Sufian, y quien sería profetas. 130 En cambio, varios de los biógrafos de Mahoma coinciden en ha-
uno de sus principales enemigos. Uno de los hijos de Qusayy, Abd Manaf, a blarnos de un suceso anterior a su venida al mundo. Entre otros historiado-
quien por su belleza le llamaban "la Luna" -al-qamar-, heredó el gobierno de res, Maxirne Rodinson nos lo cuenta: Abdalah, el padre de Mahoma, entró
la Ciudad Sagrada, y con él varias obligaciones corno la hidjaba o custodia a la casa de una mujer con la que solía tener relaciones amorosas, pero esa vez
de las llaves de la Kaaba, y la rifada y la siquaya o aprovisionamiento, respecti- la mujer lo rechazó, ya que Abdalah venía de trabajar en el campo, y tenía la
vamente, de víveres y agua destinados a los peregrinos. Abd Manaf fue el tata- ropa manchada de barro. Abdalah se marchó, limpió el barro e hizo sus ablu-
rabuelo de Mahorna. 126 ciones. Pasó después frente a la casa de la mujer -de la que al parecer no se
La prosperidad económica de La Meca le debía mucho a los peregrinos conservó el nombre- y ésta lo llamó, pero Abdalah pasó de largo y llegó a
que, desde distintas regiones de Arabia, acudían a orar en la Kaaba y con él a casa de Arnina, con quien habría de contraer matrimonio. Todo indica que
sus respectivas deidades. Por lo tanto, a los mecanos les convenía recibir en Abdalah consumó en esos momentos la unión, y que Arnina quedó embara-
paz a los peregrinos y fue así que crearon un mes de tregua o "mes de la pere- zada de inmediato. De regreso a su casa, Abdalah pasó de nuevo frente a la
grinación" -dhu 1-hidjdja- que coincidía, nos señala Caratini, con la reco- casa de la mujer y le preguntó qué era lo que quería. Ésta le contestó: "Nada,
lección de dátiles. La sacralidad del templo garantizaba la ausencia de hosti- cuando pasaste por aquí, tus ojos despedían un fulgor blanco. Ese fulgor te lo
lidades: todas las tribus enemigas entre sí deponían las armas. La llamada ha quitado Arnina". 131 Se dice que era talla belleza de Abdalah que, cuando se
"tregua sagrada" se extendió a tres meses, al comprender al mes que antece- enteraron de su matrimonio conArnina, ese mismo día doscientas vírgenes
día a aquél, y al que le seguía. 127 Las armas desaparecían entonces, y los nego- koreishitas murieron de pena. 132
cios florecían. Hubo también al menos un milagro durante la preñez de Arnina, quien
Caratini nos recuerda las leyendas que existen sobre antiguas escisiones afirmó haber escuchado una voz que le dijo que ella llevaba en sus entrañas al
entre los koreishitas. Una de ellas los dividió entre "Los perfurnados" -en Señor de los árabes, y que una luz emanada de su vientre le había permitido
árabe mutayyabun- y "los Lamedores de Sangre" -los ahlaf-. Los primeros contemplar los castillos de Bosra, o Bostra, antigua ciudad siria, antes naba-
llenaron un recipiente de perfume, se enjugaron en él las manos y las pasaron tea, conquistada por los romanos. Bosra fue capital de la provincia romana de
por los muros de la Kaaba. Los segundos sacrificaron un camello, mojaron sus Arabia y llegó a ser una gran metrópoli en la que abundaban los baluartes. Se la
manos en la sangre del animal, y la lamieron. Ambos grupos juraron estar uni- menciona en el libro de los macabeos.
dos entre sí para siempre. Otros koreishitas fundaron la llamada "Confedera- Mahoma -primero y único fruto de ese matrimonio- nació en La Meca
ción de los Virtuosos", hilf al-fudul. 128 en abril del año 570 -o 569-. Su nombre fue elegido por su abuelo Abdul-
Sea corno fuere, el caso es que, pese al poder y riqueza de los koreishitas, el Muttalib, quien reunió a los notables de su tribu para ofrecerles un festín y
padre del Profeta pertenecía a un grupo de escasos recursos. Varios clanes pobres darles a conocer que el niño recibiría el nombre de Muharnrned o Maharnrned.
vivían en las afueras de la ciudad. El de Mahoma era uno de ellos. Los koreishitas El anotador de la obra de M. Savary nos dice que Mahammed es el participio
del interior ejercían contra ellos políticas discriminatorias y abusivas. 129 pasado del verbo hamad, que significa "elogiado, lleno de gloria". 133 Abdul-
1\tluttalib soñó un día que en la espalda de su nieto crecía un árbol cuya copa
llegaba hasta el cielo y cuyas ramas se extendían hasta los confines de oriente

130
121í M. Savary (1982), p. 12.
Roger Caratini (1993), p. 89. 131
127 Ibid., p. 78. Maxime Rodinson (1967), p. 65.
132
128 lbid., p. 82. Washington Irving (1945), p. 29.
133
129 Caesar E. Farah (1968), pp. 33, 34· M. Savary (1982), p. 11.
y de occidente. Este árbol, signo de la futura grandeza del pequeño Mahoma, . te", hace alusión a este acontecimiento. A partir de ese día, los árabes koreishi-
irradiaba una luz setenta veces más poderosa que la del Sol. tas fueron llamados "el Pueblo de Dios". 139
Abdalah murió durante la preñez de Amina, en Yathrib, sin conocer a su A los milagros que ocurrieron en el nacimiento del Profeta se agrega que
vástago, el cual, apenas venido al mundo -en medio de una luz celestial-, abrió Mahoma fue un niño prodigio que a los tres meses ya se ponía de pie él solo, a
los ojos y dijo: "Dios es grande, no hay más Dios que Dios, y yo soy su Profeta". los siete corría y a los ocho hablaba -¿habría guardado un largo silencio des-
Fue, así, el primer musulmán de la historia en pronunciar la shahada. No deja de de que, como decíamos, pronunció la shahada al nacer?-. Como veremos más
ser curioso que, en el Corán, Mahoma le atribuya a Jesús el1nismo milagro: "Yo adelante, en el islam la circuncisión es más una tradición que una institución.
soy el servidor de Dios, él me ha dado el Libro y me ha hecho profeta", dijo el Pero de todas formas Mahoma nació circuncidado, porque los ángeles ya se ha-
niño Jesús al nacer, según se entiende en el versículo 31 de la azora XIX. 134 bían encargado de la operación. 140
Iviuchos otros prodigios ocurrieron al nacer Mahoma: se secó el lago Sawa El día 12 del mes de Rabi al-Wal de cada año se celebra el nacimiento del
y regresó a sus fuentes secretas; el río Tigris se desbordó e inundó las tierras Profeta con una fiesta llamada Mawlid an-Nabi. En Marruecos se le llama la
que lo rodeaban; tembló el palacio del rey de Persia, Cosroes, con el conse- "Fiesta de la Miel". 141
cuente derrumbe de varias de sus torres; se extinguió esa noc])e el fuego sa- Ibn Ishaq, al comienzo de su biografía, nos da la lista de los ancestros de
grado de Zoroastro, que había ardido por más de mil años, y todos los ídolos Mahoma, en un intento de demostrar su descendencia directa, pura, de Adán,
del mundo cayeron al suelo. Por último, los demonios, que habitaban las estre- olvidando que, a principio y fin de cuentas, se supone que todos los seres hu-
llas, fueron expulsados por los ángeles, junto con su caudillo, Eblis o Lucifer, y manos descendemos, también directamente, del primer habitante del Edén -¿de
arrojados a las profundidades del mar. 135 quién otro, si no?-. Como es de suponerse, Mahoma no descendía de Caín,
Varios autores señalan que en el mismo año del nacimiento de Mahoma, sino de Set, 142 el tercer hijo de Adán y Eva.
Abrahá al-Ashran ("el de la nariz cortada") se dirigió a La Meca con objeto de
destruir la Kaaba y desviar el flujo de peregrinos y comerciantes hacia su capital,
Sanaa -hoy una de las ciudades sagradas del islam-. Abrahá era un esclavo HALIMA Y LA PURIFICACIÓN DE MAHOMA
manumiso que se autonombró rey del Yemen y había hecho correr la sangre
a mares en ese país, en el cual había proclamado el cristianismo. 136 Abrahá iba Era costumbre que las madres buscaran nodrizas que las sustituyeran. De pre-
n1ontado en un enorme elefante blanco que, según algunos autores árabes, se ferencia si vivían en el campo o en las montañas vecinas, lejos de la atmósfera,
llamaba Mahmud. 137 Lo acompañaban otros doce paquidermos. Pero no le fue a veces pestilente, de la ciudad. Amina alimentó a la criatura por un tiempo,
posible conquistar la ciudad sagrada: sus huestes fueron aniquiladas por los pero después se le espantó la leche y hubo necesidad de buscarle al niño una
pájaros ababils, parecidos a los vencejos, que oscurecieron el cielo y les lanza- nodriza. La elegida fue Halima -o Halema-, una de las mujeres de la tribu
ron dardos mortales. O piedras, según otras tradiciones. Sin embargo algunos nómada de los Banu Saad que solían llegar a La Meca precisamente para buscar
historiadores suponen que fue la sífilis la que acabó con el ejército del invasor. fa1nilias ricas que deseaban que sus vástagos fueran amamantados. En un prin-
Se dice que con cada dardo entraba el fuego en los cuerpos de los soldados, su cipio, Halima y su esposo, Harith, no quisieron hacerse cargo del pequeño
piel se llenaba de pústulas y la carne se desprendía de sus huesos. 138 El caso es Mahoma, por ser éste huérfano y para colmo pobre. A. Guillaume, en el prefacio de
que, cuentan, cuando Abrahá se aproximaba su elefante se había arrodillado a la Vida de Mahoma de Ibn Ishaq, señala, con razón, que la historia de la pobreza
la vista de La Meca, y por ello a este año, el del nacimiento del Profeta, se le de ~Aahoma cuando niño contradice la afirmación de que pertenecía a una de
llamó am al-fil o ''Año del Elefante". La azora CV del Corán, llamada "El Elefan- las mejores familias de La Meca, 143 y por otra parte M. Savary, quien nos re-

139
134 Corán XIX:31. Martin Lings (1986), p. 42.
140
135 Washington Irving (1945), p. 29. Rochdy Alili (2ooo), p. 113.
141
136 Roger Caratini (1993), p. 71. Malek Chebel (1995), p. 263.
142
137
Ibid., p. 70. Ibn Ishaq (1995), p. 3·
143
138
Ibid., p. 77· Jbid., p. XIX.

204 205
cuerda que el niño nació después de la muerte de su padre, afirma que éste le o tumor de grasa, quizá calcificado. Cuenta también Ishaq que uno de los dos
dejó por toda herencia cinco camellos y una esclava etíope llamada Baraka. 144 ángeles puso en el platillo de una balanza a Mahoma y en el otro platillo a diez
Sea como fuere, el hecho es que Halima se compadeció del niño y acabó por koreishitas. Como el niño pesaba más que todos ellos juntos, pusieron a cien y
aceptarlo. Halima había llegado a La Meca montada en un asno de color pardo luego a mil koreishitas, pero fue inútil: según la leyenda, uno de los dos ángeles
oscuro y con una camella que no tenía una gota de leche. Pero apenas Halima dijo: "Dejémoslo en paz. Aunque pongamos en el platillo a todos los koreishi-
puso a Mahoma en su regazo, los pechos tanto de ella como de su camella se tas, él siempre pesará más que todo su pueblo junto". ISO
llenaron a punto de reventar. 145 Halima se llevó temporahnente al niño y du- M. Savary es de los pocos biógrafos que no aceptan la autenticidad de este
rante un paseo por un valle aledaño a La Meca, según juraba, la mula que lo episodio. Para este investigador, los milagros de Mahoma falseaban la vida del
transportaba fue de pronto agraciada con el don de la palabra y dijo llevar en Profeta. 151 En el texto de Alfonso X el Sabio parafraseado por 'A. G. Solalinde,
su lomo al más grande de todos los Profetas. Las ovejas bajaban la cabeza a su lo que se coloca en la balanza no son seres humanos sino corazones. 152 Años
paso, y cuando el pequeño Mahoma miraba a la Luna, ésta se inclinaba en señal más tarde, cuando Mahoma contaba el episodio de los ángeles que le abrieron
de reverencia. 146 Las tradiciones árabes afirman que Halima recibió la bendi- el pecho, dijo "Satán toca a todos los hijos de Adán el mismo día en que sus
ción del cielo y que, desde que se hizo cargo del niño, bajo su techo y a su alre- madres los traen al mundo, a excepción de María y de su hijo Jesús"_l53 ·
dedor no hubo sino prosperidad. 147 Cuando Halima y su esposo se enteraron de esta visita, alarmados por lo
Se cuenta que en una ocasión en que Halima llegó a La Meca con el peque- que pensaron que podría haber sido la aparición de unos genios -los jinn-
ño Mahoma, éste escapó y se perdió entre la multitud. Lo rescató un primo de o de unos espíritus malignos, se apresuraron a regresar al niño a La Meca, al
quien sería la primera esposa de Mahoma. Era un hombre llamado Waraqa ibn cuidado de su madre. 154 Otro sucedido también alarmó a Halima: cuando llevó
Nawfal, quien lo entregó a su abuelo Abd al-I\1uttalib. El abuelo, nos dice Ca- al niño a La Meca, después del destete, un grupo de abisinios, tras observarlo,
ratini, lo cargó en sus hombros y dio varias vueltas a la Kaaba rogándole al le dijeron "Vamos a llevarnos a este niño, para hacerlo nuestro rey".l55
dios Hubal que lo protegiera. 148 Amina, la madre de Mahoma, murió también muy joven, en una ocasión
Sin duda entre los milagros más notables y bellos que se cuentan de la vida de en que, en compañía del niño, viajó a Medina a visitar unos parientes, y fue
Mahoma figura su purificación: a los tres años de edad, jugaba con Masroud, sepultada en Abwa. El niño pasó a cargo de su abuelo Abdul-Muttalib, ya para
su hermano de leche, cuando se aparecieron _dos ángeles con brillantes vestí- entonces un hombre de edad muy avanzada, quien a su vez falleció dos años
duras, que con suavidad recostaron al pequeño sobre la tierra. Uno de ellos, más tarde. Ibn Ishaq cuenta que, cuando Abdul-Muttalib estaba en su lecho de
Gabriel, abrió su pecho sin lastimarlo, sacó su corazón, exprimió de él un cuajo muerte, llamó a sus seis hijas y les pidió que cada una compusiera una elegía
negro y lo lavó con la nieve que llevaba en un tazón de oro, librándolo así de que deseaba escuchar antes de partir. Y así fue: cada una improvisó al instante
toda impureza y del pecado original. Lo llenó de fe, conocimiento y luz, lo vol- un poema elegíaco: los poemas aparecen en la biografía de Ibn Ishaq. 156 Todas
vió a colocar en su pecho y cerró la piel sin que en ella quedara señal alguna. las hermanas eran poetas. Todos los árabes, o casi todos, eran poetas, o recitaban
Desde entonces, el cuerpo de Mahoma comenzó a despedir esa aura misteriosa poemas. A la poesía se le atribuían virtudes mágicas. En ese entonces, dice
que lo acompañó, según dicen, toda la vida. Irving agrega que durante esta apa- Martín Lings, entre los árabes se juzgaba a un hombre por su elocuencia, "y la
rición angélica fue impreso en la espalda del niño, entre los hombros, el sello flor de la elocuencia era la poesía". 157 El libro de Ibn Ishaq se caracteriza, por
de la profecía, símbolo de su misión divina, aunque los incrédulos -señala contener docenas de poemas que tanto los allegados y los seguidores de Ma-
nuestro autor- "no veían en él más que un gran lunar del tamaño de un huevo
de paloma". 149 Para otros autores, no se trataba de un lunar, sino de un lobanillo, 150
Ibn Ishaq (1995), p. 72.
151
M. Savary (1982), p. 13.
152
144 M. Savary (1982), p. 13. Anwar G. Chejne (1999), p. 118.
145 Ibn Ishaq ( 1995), p. 71.
153
Martín Lings (1986), p. so.
154
146 Washington lrving (1945), p. 30. Washington Irving (1945), p. 31.
155
147 Idem. Ibn Hicham (2004), p. 53·
156
148 Roger Caratini (1993), pp. 106, 112. lbn Ishaq (1995), pp. 73 y ss.
157
149 Washington lrving (1945), p. 31. Martín Lings (1986), p. 46.

206 207
homa, como sus enemigos y detractores, escribían o improvisaban en voz alta hombre bien versado en el conocimiento de los cristianos". 161 Bahira había
a la menor provocación. Poemas para celebrar la expedición musulmana con- visto que la caravana se acercaba, y supo que en ella venía un gran profeta.
tra las tribus judías de Medina. Poemas que cantaban la llegada del elefante a Cuando los peregrinos llegaron, Bahira salió de su casa y les ofreció hospitali-
La Meca, o el triunfo de Mahoma en la Batalla de Badr. Odas en las que juraban dad, así como un refrigerio. Todos entraron, menos Mahoma, al que dejaron
al Profeta fidelidad eterna. Cuasi epopeyas a varias voces -las de varios poetas sentado a la sombra de un árbol, al cuidado de los equipajes. Bahira sabía que
que argüían en verso- sobre la Batalla de Ohod, y otros que festejaban la Ba- faltaba uno de los viajeros, preguntó si alguien se había quedado fuera y le di-
talla del Foso -o Batalla de la Trinchera-, y desde luego, poe1nas que lamentaban jeron que sí, que se trataba del pequeño Mahoma. Bahi:ra pidió que lo llamaran.
la muerte de Mahoma. Tantos poemas, en fin, que Guillaume cita a un antiguo Mahoma compartió la comida, y después de ella el monje descubrió la espalda
crítico literario, al-Jumahi, quien afirmó que Ibn Ishaq había dañado la imagen del niño y encontró en ella, entre los hombros, el sello de los profetas. Antes
de la poesía al incluir en su libro un montón de basura. Guillaume por su parte de despedirse, Bahira le dijo al tío de Mahoma: "Vuelve con tu sobrino a La
dice que, en efecto, Ibn Ishaq hizo una mezcolanza en la cual la buena poesía Meca pero teme por él por la perfidia de los judíos, defendiéndolo contra
era poca, y mucha la n1ala, y que además había incluido composiciones que ellos". 162 Lings narra otro episodio semejante sucedido en Bosra, cuando Bahi-
fueron escritas ya desaparecido el Profeta. La singular relación entre los árabes ra, al ver al joven Mahoma sentado bajo un árbol, señaló que Mahoma era un
y la poesía, y entre Mahoma y los poetas, merece un espacio aparte. profeta. 163
Existen sin embargo muchas confusiones al respecto. Caratini nos dice
que, según los padres de la Iglesia griega, Bahira fue el hereje que le inspiró
BAHIRA y WARAKA a Mahmna la escritura del Corán. Se le atribuye un texto conocido como el
Apocalipsis de Bahira, escrito en siriaco y a veces se le cita con el nombre de
Poco se sabe de la infancia de Mahoma. Se dice, sí, que a los nueve años parti- Pakhyras. 164 Es difícil, sin embargo, que durante lo que se supone fue una visita
cipó por primera vez en una caravana, la cual se dirigía a Siria. Se lo había ro- de unas cuantas horas, Mahoma haya podido recibir alguna indoctrinación por
gado a su abuelo al-~vluttalib y éste accedió a que lo acompañara. Se tiene en- parte de Bahira. Los conocimientos que tenía el Profeta sobre el judaísmo y el
tendido, también, que a los veinte participó en una batalla entre dos tribus cristianismo al parecer provenían de Waraka, primo de su primera esposa, Ja-
rivales, los Quinana y los Qays Aylan, combate que fue considerado como dicha, un hombre convertido al cristianismo y traductor al árabe de algunos
"sacrílego", por haberse efectuado en uno de los meses sagrados. 158 El triunfo fragmentos del Antiguo y el Nuevo Testamento, y conocedor del Talmud.
correspondió a los Quinana. Según Félix M. Pareja, Mahoma, a los 15 años de Es probable que tanto Bahira como Waraka fueran cristianos nestorianos.
edad, se comportó "como un héroe en una guerra intertribal contra los Banu Esto es, discípulos de Nestorio -obispo de Constantinopla de 428 a 431-,
Hawazin". 159 quien exaltó la humanidad de Cristo, en oposición a los teólogos alejandri-
A la muerte de su abuelo, quien según se afirn1a llegó hasta los ciento nos que resaltaban la divinidad. Para los nestorianos, la unión en Jesús de lo
ocho años de edad, se hizo cargo de Mahoma uno de sus tíos, Abu-Talib, co- divino y lo humano podía compararse a la unión de marido y esposa en el ma-
nocido asimismo por ser un excelente poeta. Abu-Talib solía viajar a Siria en trimonio: dos naturalezas, dos personas separadas y reunidas para formar "una
busca de mercancías bizantinas, y en una de esas expediciones se llevó consigo carne "165L
. .
os nestonanos fueron persegu1'dos como herejes por la Iglesia pero,
a su sobrino. Mahoma, quien tendría entonces unos doce años, tuvo oportu- bajo el gobierno tolerante de los califas, se extendieron por Arabia, Siria y Pa-
nidad más tarde de entrar en contacto con numerosos yahudi y nasara, esto lestina.166 También por Irán y Asia Central. 167
°
es, judíos y cristianos. 16 Cabe, sin embargo, destacar un encuentro que tuvo
161
durante ése su primer vi~je a Bosra -la ciudad iluminada que había visto su 162
Ibn Ishaq (1995), p. 79·
M. Savary (1982), p. 15.
madre Amina- con un monje, llamado Bahira quien, según se dice "era un 163
Martín Lings (1986), pp. 64, 65; Ibn Ishaq (1995), p. 82.
164
Roger Caratini (1993), p. ü8.
165
158 Ibn Ishaq (1995), p. 82. E. Royston Pike ( 1960), p. 302.
166
159 Félix M. Pareja (1975), p. 178. Idem. Véase también "Nestorianismo" en Diccionario enciclopédico UTEI-JA.
167
160 Roger Caratini (1993), p. 1319. Jean-Paul Roux (2007), p. 31.
Bahira y Waraka pudieron también haber sido monofisitas. El monofisismo, MAHOMA EL FIEL

doctrina surgida en el siglo v y defendida por Eu tiques y Dióscoro de Alejandría,


fue condc:;nada por el Concilio de Calcedonia. Proclamaba que en Cristo sólo Mah~ma s~ transformó en un joven admirado por todos por su carácter dulce y
había existido una sola naturaleza, la divina. Los fieles monofisitas perseguidos al mismo tiempo firme, y por una voluntad y ·una inteligencia fuera de lo co-
168 mún. Su bondad y su buen juicio eran también proverbiales. Comenzó a ser
por Justiniano fundaron en el norte del Yemen una poderosa Iglesia. Entre
otros acosados por el Emperador de Oriente destacó al-Harit, el más ilustre de conocido como al-Amín, el fiel, el hombre en el que se podía confiar. Ya adulto,
los filarcas gasánidas. 169 El monofisismo está vivo entre los cristianos coptos era un hombre corpulento que tenía una voz musical y sonora, frente ancha,
170 nariz aguileña, ojos y cabellos negros que caían en bucles sobre sus hombros,
de Egipto y también en Siria, Palestina, Armenia y Etiopía.
Estas y otras tempranas y múltiples disensiones surgidas en el cristianis- dientes muy blancos, largas pestañas y cejas arqueadas que casi se juntaban.
mo, calificadas siempre como "herejías", fueron causadas por l.a confusión y la Fueron varias las ocasiones en que Mahoma tuvo oportunidad de demos-
contradicción inherentes al dogma de la Santísima Trinidad, término que fue trar ese buen juicio que le atribuían. Una de esas veces, fue en la Kaaba, que
acuñado por Tertuliano de Cartago en el siglo III, como nos señala Reza As- había sufrido grandes daños a causa de una inundación. El templo quedó se-
lan,171 y estructurado en una forn1ulación filosófica-teológica hasta el siglo IV, miderruido, y la piedra sagrada yacía en el suelo. Para colmo, dos desconoci _
atribuida a_ San Atanasia. Es por lo demás impresionante el número de sectas dos, auxiliados por un miembro de la tribu de los Banu Mulayh, habían robado
cristianas consideradas por Roma como heréticas, que estuvieron representadas parte del tesoro que había en el interior. Los ladrones desaparecieron, pero al
en Asia por grupos numerosos en épocas distintas, y no se descarta que Ma- hombre de los Banu Mulayh le cortaron la mano derecha. Por coincidencia,
homa haya tenido oportunidad de entrar en contacto con algunas de ellas: los una embarcación griega que transportaba madera de Etiopía destinada a la
eutiquianos -una rama de los monofisitas-, los sabeanos, los arrianos, los mar- construcción de una iglesia acababa de naufragar en el Mar Rojo, en la costa
cianitas, los jacobitas, los carpocratianos, los basiliános, los coliridianos, los del Héyaz, en el puerto de Jidda. Esto fue considerado como una señal del cie-
lo: la madera sirvió para la reconstrucción del santuario. Entre los hombres
ebionitas entre ellas.
A título de curiosidad me permito citar el versículo 102 de la azora V del que trabajaron en las reparaciones se encontraba un carpintero copto que vivía
Corán, que dice "Dios no ha prescrito nada respecto de Bahira y Saiba, y de en La Meca. En ese entonces las paredes de la Kaaba apenas si rebasaban la es-
Vasila y Hami". En la nota correspondiente al calce, se señala que estos nom- tatura m~dia de un hombre y carecía de techo. Ibn Ishaq cuenta que de un
bres no se aplican a personas sino a animales -como camellos y ovejas- que, pozo vecino en el cual eran arrojadas las ofrendas -¿el Zem-Zem?-, salía
por algún mérito especial relacionado con su fertilidad, eran objeto de cierta todos los días una temible serpiente que se asoleaba en un muro de la Kaaba.
Nadie se atrevía a acercársele, y esto representó un obstáculo para el comienzo
veneración en tiempos preislámicos. nz
También se menciona como mentor de Mahoma a Djebr-er-Rumi, Emir ~~-la tarea, pero Alah envió un águila que se llevó a la serpiente en su pico. Un
lllJO de Abdul-Muttalib compuso un poema sobre lo sucedido. Todo marchó
de Hadramaut. 173
Pero hayan sido o no éste o aquéllos los maestros de Mahoma, el caso es bien-~asta que se decidieron a demoler el muro, para reconstruirlo. Un primo
que los conocimientos que el Profeta adquirió sobre el cristianismo y el ju- de Fatima, la abuela del Profeta, arrancó una piedra, y la piedra voló de sus ma-
daísmo -como ya se verá-, fueron más bien ele1nentales y caóticos. nos y regresó al lugar donde estaba. Otro koreishita clavó una barra entre dos
piedras, y La Meca entera tembló. Ésta fue una clara señal para que no se toca-
ran 1os cimientos.
. . 174 o tro problema se presentó cuando llegó el momento en
que fue necesario alzar la piedra negra para colocarla en su sitio y surgió una
a~re ~isputa sobre cuál de los representantes de las tribus debía tener ese pri-
168 !bid., p. 44· vilegiO. La discusión duró varios días y estuvieron a punto de tomar las armas:
169 Roger Caratini (1993), p. 43·
170 Jean-Paul Roux (2007), p. 32.
uno de ellos llevó un pequeño tazón en el cual todos y cada uno derramaron
171 Reza Aslan (zoo5), p. 11.

172 Corán V:102; véase nota a pie de página en El Corán (1995). 174
Martín Lings (1986), p. 76.
173 Véase nota a pie en El Corán (1995), p. 188.
unas gotas de su propia sangre. De acuerdo a la costumbre debían humedecer a su fiel esclava Baraka, que había heredado de su padre, y Jadicha le dio como
en ella los dedos y chuparlos, y al mismo tiempo jurar que lucharían hasta la regalo a uno de sus esclavos, Zaid, quien tenía entonces 15 años de edad.
175 Según otra leyenda, que nos cuentan varios autores, a la herm~sura física
muerte, y que el sobreviviente sería el que habría de alzar la piedra. Como
puede apreciarse, esta decisión se apegaba a la tradición de los "Lamedores de y a la sabiduría y los educados modales de Mahoma, que tanta seducción ejer-
Sangre" antes descrita. Pero alguien hizo una proposición que tuvo buena aco- cieron sobre Jadicha, se agregó un milagro: estaba ella un día en la terraza de
gida: se someterían al juicio de la primera persona que entrara al templo. El su residencia, en compañía de sus doncellas, cuando vio acercarse a la caravana
elegido por el destino fue Mahoma. conducida por Mahoma, y observó con asombro que dos ángeles le hacían som-
El futuro Profeta, quien tendría entonces unos 35 años, pidió que se traje- bra con sus alas para protegerlo del Sol. Jadicha exclamó: "Mirad, es el amado
ra un lienzo, se extendiera en el piso y, en el centro, se colocara la piedra. Des- de Alah, que envía dos ángeles para velar sobre él". Ademá~ de Jadicha y sus
pués, un representante de cada una de las cuatro tribus debía coger una de las sirvientas, otros mecanos pudieron contemplar estos ángeles, a pesar de que,
cuatro puntas del lienzo y todos, al mismo tiempo, elevar la piedra hasta la altu- según la tradición, eran invisibles -lo que no obstaba, por lo visto, para que pro-
ra donde antes se encontraba. Así lo hicieron, y Mahoma, entonces, la colocó en yectaran sombra con sus invisibles alas-. Maysara, un compañero de Mahoma
su lugar original. Mahoma sería responsable de una reconstrucción definitiva, que lo acompañó en un viaje a Siria, también los vio.
fundamental, de la Kaaba, al transformarla en el centro sagrado del mundo mu- Pero el verdadero ángel destinado a cobijar y amparar a Mahoma, fue Jadi-
sulmán.176 cha. Muchos de los que pensaron que Mahoma se había casado con ella por
conven,iencia, pronto se dieron cuenta del enorme afecto y respeto que Mahoma
EL MATRIMONIO DE MAHOMA CON JADICHA sentía por su esposa. Por su parte Jadicha fue como ·una madre amorosa para él,
que sabía escucharlo. Mahoma siempre pedía su consejo y su opinión. Fue Ja-
El episodio de la Kaaba ocurrió cuando Ivlahoma tenía ya diez años de casado dicha también la primera persona que creyó en él como profeta así como en
con una 1nujer adinerada, Jadicha, divorciada de un tal Abu Hala y viuda de sus revelaciones, y el primer ser humano en el mundo en convertirse a la nueva
otro, Utayyiq. 177 Jadicha vivía en La Meca y se dedicaba al negocio de las cara- fe. Mahoma nunca tomó otra esposa en vida de Jadicha, nunca tampoco una
vanas que viajaban a Siria para la venta y compra de mercancías. Estas caravanas concubina, y todavía muchos años después de su muerte -y en eso los bió-
solían ser enormes: incluían cientos de camellos y caballos ya que, mientras más grafos son unánimes-, la elogiaba tanto, que sus otras mujeres se enfurecían.
grandes, mejor estaban protegidas de los bandidos. Jadicha, enamorada de las vir- En particular su esposa favorita, Aísha, la más joven, quien solía referirse aJa-
tudes de Mahoma, y por recomendación de su pariente Khazimah, había lla- dicha como "la vieja desdentada". Jadicha y Mahoma tuvieron seis hijos. Los
mado a Mahoma, y le ofreció, primero, un generoso salario como administra- dos varones, al-Qasim y Abdalah, murieron en su infancia. Sus hijas fueron cua-
dor de sus bienes. Después le propuso matrimonio. Mahoma tenía 25 años de tro: Zaynab, Ruqayyah, Umm Kulthum y Fátima. Esta última, estaba destinada
edad y Jadicha 40, pero esto no fue obstáculo para la boda, porque Mahoma a transformarse en objeto de veneración de los musulmanes chiitas, quienes le
aceptó de buen grado. Abu-Talib, el tío de Mahoma que se había hecho cargo atribuyen las más altas virtudes morales y religiosas. Sus descendientes, o en
de él, otorgó como dote doce talegas y Inedia de oro, equivalente a veinte ca- todo caso los que afirmaban o creían serlo, fundaron la dinastía de los fatimíes o
mellos jóvenes, para calmar la ansiedad del padre de la novia ante la pobreza fatimitas, que reinó del 909 al 1171 en Mauritania, Sicilia, Calabria, Siria, Cer-
del joven 1\tlahoma -aunque según algunos rumores de la época, Jadicha ha- deña y Egipto. Años más tarde, el Profeta tendría otro hijo varón, Ibrahim -o
bía embriagado a su padre para obtener su consentimiento-, y la boda fue Abraham-, cuya madre fue María la Egipcia o Mariyha, concubina copta que
celebrada con gran esplendor. Al festín fue invitada la vieja nodriza, Halima, a le obsequió a Mahoma el rey de Egipto, Muqawquis. Este tercer varón también
quien se le obsequiaron c~arenta ovejas. 178 El día de su boda, Mahoma liberó sería víctima de una muerte temprana. 179
Mahoma, además de ser el conductor de las caravanas que transportaban
175 Ibn Ishaq (1995), pp. 84-86. las mercancías que su Inujer vendía y compraba, cuidaba a los ganados de los
176 Karen Armstrong (1996), p. 82.
177 Roger Caratini (1993), p. 121.
17
178 Washington Irving Ü945), p. 42. Y Ibn Hicham (2004), p. 6o.

212
que era propietaria. En una ocasión, afinnaría que todos los Profetas habían una vez más presa de una idolatría ciega, necesitaba el advenimiento de un
nuevo profeta que lo iluminara.
sido pastores.
La pérdida de sus dos primeros hijos varones fue compensada por dos Tras una serie de trances y éxtasis en los que caía con frecuencia, Mahoma
adopciones. La primera fue la de Zaid, el esclavo que le obsequió su esposa, y tuvo la gran revelación definitiva: él era el Profeta elegido.
que pasó a ser conocido como Zaid ibn Muhammad -es decir, como Zaid, Fue en esos días que, según algunos escritores cristianos antiguos -en
hijo de Mahoma-, a pesar de que el Corán prohíbe dar el nombre del padre a esto coinciden varios de los biógrafos de Mahoma-, ocurrieron algunas cala-
los hijos adoptivos. También prohíbe heredarlos, pero como hemos visto, Zaid midades y prodigios. Se dio en Constantinopla, sede del imperio cristiano, el
murió en vida de Mahoma. 180 La voz semítica banu, decíamos, significa "hijos nacimiento de varios monstruos. Durante una procesión, las cruces que por-
de". El singular, "hijo de", es ibn, transcrita también a idiomas europeos como taban los fieles sufrieron fuertes sacudidas, sembrando el azoro y el miedo. El
bin o ben. Para las mujeres se usa la expresión bint. Por ejemplo, Amina bint Nilo parió a dos figuras monstruosas, parecidas a un hombre y una mujer, los
Marwan, quiere decir: "Amina, hija de Marwan". Otras voces se empleaban para cuales, tras mirar a su alrededor, se sumergieron en las aguas del río. Un día
significar "padre o madre de", y a los nombres también solía agregárseles el entero, el Sol disminuyó, hasta la tercera parte de su tamaño natural, y una no-
oficio de su portador. Zaid, de la tribu de Kabb, había sido secuestrado cuando che sin Luna una hoguera iluminó los cielos, surcados por lanzas rojas y fulgu-
era un niño por unos árabes. Mahoma lo manumitió años antes de declarar- rantes. Todos estos portentos, según los cristianos, anunciaban el advenimien-
se Profeta, y fue para él un hijo más. Un día, el padre de Zaid, quien lo había to del enemigo de la Fe, el Anticristo.
buscado desesperado desde su desaparición, lo encontró al fin, y le ofreció a La primera y gran revelación que recibió Mahoma de Alah tuvo lugar en la
Mahoma un cuantioso rescate. Mahoma dijo que si Zaid deseaba regresar con su misma cueva de Hira, en la noche de Al Kader, -el 27 del mes de Ramadán
padre, él no aceptaría un centavo. Pero Zaid prefirió seguir al lado del Profeta, -llamada desde entonces "la noche que vale mil meses" o "Noche de Poder y
con el que se había encariñado profundamente. Mahoma lo adoptó entonces Excelencia" 182 y también "Noche del Destino", Lailat al-Qadr-. Mahoma, ya
solemnemente delante de la Piedra Negra de la Kaaba. El otro hijo adoptivo de cumplidos los cuarenta años, se encontraba en vigilia, envuelto en una manta.
Mahoma fue su primo Alí, hijo de su tío Abu-Talib quien, aquejado de proble- Escuchó de pronto una voz que lo llamaba y, al mismo tiempo: cayó sobre él
mas pecuniarios, le encomendó el cuidado del niño cuando éste tenía apenas un torrente de luz que le hizo perder el sentido por unos segundos. Al abrir
cinco años de edad. Mahoma crió a ambos y los amó como si fueran hijos de los ojos, vio delante de sí a un ángel con figura humana que le enseñó un estu-
che de fieltro bordado del que sacó un manto de seda con caracteres escritos, y
su sangre. Su amor fue correspondido con creces.
lo desplegó ante sus ojos. El ángel, que no era otro que Gabriel, llamado tam-
bién el Gran Namus -del griego Nomos, que designa la Ley divina-, 183 le
LA REVELACIÓN DEL MoNTE HIRA
ordenó que leyera en voz alta el mensaje que contenía el manto: ¡iqra! -¡reci-
ta!-, le dijo. De allí el nombre del libro sagrado, Qu'ran, que en árabe significa
Mahoma comenzó a buscar la soledad y solía refugiarse en una cueva que, "recitar", y cuando Mahoma contestó que no sabía leer, en ese momento, y en
según una tradición, había sido creada por el Diablo de un golpe de espada. Se un instante, aprendió a hacerlo. Y a escribir también.
hallaba esta cueva en un monte árido y pedregoso, el Hira -o Hara-, situado Según algunas tradiciones, el manto contenía los primeros cinco versícu-
a unas tres leguas al norte de La Meca. Allí, cada año, durante el mes sagrado los de la azora XCVI, titulada "La sangre coagulada" (Al-Alak), que dicen:
de Ramadán, se dedicaba a la meditación y al tahannuth o devoción religiosa,
181
práctica que ejercían los koreishitas desde tiempo atrás. Se convenció en- 1. Lee, en nombre de tu Señor, que lo ha creado todo.
tonces que la religión original de sus ancestros, la misma de Noé, Abraham, 2. Que ha creado al hombre de sangre coagulada.
Moisés y Jesús, había sido corrompida con el paso del tiempo y que el mundo, 3· Lee, pues tu Señor es el más generoso.

182
John L. Esposito (1999).
1so Azora XXXIII, 4, 5 y 40, citada por Rochdy Alili (2ooo), p. 121. 183
Martin Lings (1986), p. 81.
181 Ibn Ishaq (1995), p. 105.
215
214
4· Él es el que ha enseñado al hombre a servirse de la pluma. inferiores a esa Gente del Libro por no haber recibido ellos, como pueblo, una
5· Ha enseñado al hombre lo que el hombre no sabía. revelación llegada del Altísimo a través de la Palabra y que se perpetuara por
escrito. Ésta era una de las razones por las cuales eran objeto del desprecio de
Según Cansinos Assens, el versículo cuatro, que se refiere a la pluma o cálamo, judíos y cristianos. Habían sí, recibido una señal de que no habían "quedado al
"da a entender que Mahoma no era enteramente un iletrado". 184 Otros de los margen del plan divino", 188 al ser Abraham e Ismael los reconstructores de la
investigadores de la vida de Mahoma también ponen en duda que éste haya Kaaba. Pero les faltaba la Palabra. La Palabra pronunciada y después -o de
sido analfabeta. Por su parte Karen Armstrong nos indica que en el Corán se manera simultánea- escrita. Mahoma satisfizo con creces esta ausencia. El
llmna a Mahoma ummi, es decir, iletrado, pero que otros autores señalan que Corán sobrevive como un escrito para ser dicho, pronunciado en voz alta, reci-
este término debe ser interpretado como profeta de los iletrados. Es evidente tado, hasta el fin de los tiempos. Se_ demostraba así, además, que el Altísimo po-
que la historiadora se refiere al versículo 158 de la azora VII, que entre otras día hablar en otra lengua que no fuera la lengua, o las lenguas, de los hebreos.
cosas dice "...Creed en Dios y en su enviado, el profeta iletrado". Savary afirma . Pero según otra tradición, no fue Mahoma, ni fueron sus amanuenses, los
que el Profeta fingía que no sabía leer ni escribir, 185 en tanto que Régis Bla- primeros en poner por escrito las palabras o la Palabra de Alah. Félix M. Pareja
chere es de la opinión que la tesis sobre el analfabetismo del Profeta es muy cuenta, en medio de la narración que hace del viaje de Mahoma a los siete cie-
frágil. 186 En fin, el caso es que quizá nunca sepamos si Mahoma podía escribir, los, que el propio Alah creó "la tabla" para escribir -al-lawh-, "hecha de una
o si escribía en secreto, pero de lo que no hay duda es que, aparte de que tuvie- blanquísima perla de mil años de camino" y junto con ella creó "la Pluma", al
ra o no esa capacidad, dictaba sus revelaciones, y lo hizo así a sus amanuenses qalam, el cálamo, que escribía en setenta mil lenguas distintas y a la que orde-
durante cerca de veintitrés largos años. Estas revelaciones bajaban del cielo en nó que diera cuenta de su sabiduría, así como "la cuenta de mis criaturas desde
cualquier momento, incluso en medio de sus actividades cotidianas más comu- el principio hasta el fin". Por lo visto, de las setenta mil lenguas la pluma -o lo
nes. Para esa tarea, le sobraban secretarios (katib en singular, lcutabb en plural) que es lo mismo, Alah- sólo eligió el árabe. 189
y toda clase de asistentes y escribas voluntarios. Caratini nos proporciona los
nombres de doce de ellos.l 87 Tras la maravillosa experiencia, Mahoma vagó por la colina, y la figura de Ga-
Mahoma, se dice, no tuvo al menos en un comienzo la intención de crear una briel volvió a aparecérsele, esta vez en todos los lugares hacia donde volvía la
nueva religión, y sí la de purificar la religión de sus ancestros de todo rastro de vista. 190 Después regresó a su casa, agitado y tembloroso, si~ saber si lo que
idolatría. Fue por ello que identificó hasta cierto punto sus principios con había visto y escuchado era, o no, una verdadera revelación, y le dijo a su esposa
aquellos de las Sagradas Escrituras, en particular con el Antiguo Testamento. que, creyendo que estaba loco, había pensado en suicidarse arrojándose desde
De aquí que se considere al islam como una de las tres grandes religiones lo alto de una roca. Jadicha, tanto en esa primera ocasión como en las conse-
abrahámicas, junto con el judaísmo y el cristianismo. De aquí también el gran cutivas, solía colocar la cabeza de su esposo en su regazo, y cubrirlo con la
respeto que en un principio sentía por judíos y cristianos, a los que solía refe- misma capa que él solía usar. Se cuenta que a Mahoma le entró el gran temor
rirse como los Pueblos o la Gente de las Escrituras, o Gente del Libro -ahl al- de haber sido poseído por un genio -o jinn- maléfico y de que lo confundie-
kitab-, y de quienes esperaba que tarde o temprano aceptaran sus doctrinas. ran con un kahin, es decir con un adivino o un mago, personajes que tenían
No fue así, como se sabe: el afecto que tenía por los primeros acabó en guerras y fama de estar poseídos por el demonio. Más tarde, Alah le enviaría varios men-
matanzas· al sentirse traicionado por ellos, y el aprecio por los segundos se de- sajes destinados a confirmar su misión en la Tierra.
terioró al enfrentarse con la decidida resistencia cristiana a renunciar, entre otra Enterado Waraka de lo sucedido por boca de Jadicha, fue al encuentro del
cosas, al Dogrna de la Santísima Trinidad, que hizo de Cristo el hijo de Dios. Profeta y lo besó en la frente, entusiasmado. Entre los dos, Jadicha y Waraka,
Numerosos comentaristas coinciden en señalar que los árabes se sentían convencieron a Mahoma de que, en efecto, el ángel Gabriel le había anunciado
que él había sido el elegido por Alah como el último y el más grande de todos los
184 Corán XCVI:l-5; véase nota a pie en El Corán (1991), p. 547·
188
185 M. Savary (1982), p. 21. Karen Armstrong (2ooo), p. 61.
189
186 Régis Blachere (1952), p. 32. Félix M. Pareja (1975), p. 182.
190
187
Roger Caratini (1993), pp. 327-330. Ibn Hicham (2004), p. 81.
Profetas. Sin embargo Mahoma, después de esa primera revelación, no recibió llamaba también nabí o rasul. El rasul era portador de una revelación escrita,
ningún otro mensaje durante dos años. Otros autores dicen que fueron tres y que como Mahoma, y su misión recibía el nombre de Risala. 195 Al profeta corres-
este periodo, que correspondió a los años 610-613, recibió el nombre de fatra pondía la tarea de promulgar las leyes que Alah consideraba adecuadas para la
(pausa). Al-Tabari se refiere a un hecho sorprendente: afirma que durante esos humanidad por un periodo adecuado. "Cada profeta -dice Alessandro Bau-
años, Mahoma dejó de tener revelaciones por parte de Gabriel, para recibirlas de sani en El Islam en su cultura- derogaba la parte que Alah consideraba que ya
otro ángel, llamado Israfil. 191 no era necesaria de las leyes del profeta anterior, sin abolir, obviamente, sus
El caso es que, tras este largo silencio, Gabriel lo volvió a visitar y le dio a doctrinas esenciales". 196
conocer una nueva azora, la XCIII, llamada de "La Claridad del Día" o "La Ma- Este proceso de cambio, sin embargo, concluyó con Mahoma, quien fue
ñana", y a continuación hizo brotar un manantial en el Monte Hira para mos- "el sello de los Profetas". 197 En la tradición islámica figuran como profetas casi
trarle cómo tendrían que hacerse las abluciones y le enseñó la posición que todos los que pertenecen a las tradiciones judía y cristiana, además de Adán
debía adoptar el cuerpo para elevar las plegarias. 192 Mahoma se decidió a ini- y del propio Jesucristo, a quien Mahoma consideraba como el profeta más gran-
ciar la prédica de su doctrina. de que había existido antes de que naciera él mismo. Figura también en la tradi-
Una tradición afirma que Dios enviaba a Gabriel en forma humana, porque ción musulmana, como profeta, el misterioso Idris, patrono de los artesanos,
ningún hombre podría soportar el brillo deslumbrador de un ángel visto de vinculado a la figura de Enoc y al culto de Hermes, y a quien se dice queMa-
frente, 19 3 y otra más, que el polvo que pisaba Gabriel tenía la propiedad de dar homa encontró en su viaje a los siete cielos. 198 Por otra parte se piensa que
vida a los objetos inanimados. 194 Idris no era otro que el Esdras del Antiguo Testamento. Se habla también nu-
merosas veces en el Corán de Saleh, el profeta enviado para predicar a los temu-:-
ditas. La aniquilación de este pueblo, el temudita, es mencionada varias veces
EL PROFETA: SUS ENEMIGOS Y SUS MILAGROS en el libro sagrado. También la aniquilación de los aditas.
La tarea encomendada a Mahoma por el Altísimo, como se ha dicho, fue la de
La palabra Profeta, en el caso de Mahoma, como en el de muchos otros, no dar a conocer el Corán -la palabra revelada- y así ganar adeptos para la nue-
debe ser entendida como la que se aplica a un persona que profetiza, es decir, va doctrina, que recibiría el nombre de islam. La palabra árabe islam significa,
que adivina acontecimientos por venir -si exceptuamos, claro, el aconteci- literalmente, rendición. En otras palabras, sumisión, íntegra, a Dios y su Ley.
miento absoluto y definitivo: el fin del mundo, simultáneo al día del Juicio Parece ser ésta la interpretación más adecuada, si bien algunos etimologistas
Final, que propiamente no es adivinado, sino anunciado-. Existen, sí, algu- afirman que la palabra islam procede de salem o aslama, que significa salvación.
nas excepciones, ya que en el Evangelio cristiano parecen cumplirse muchos Se le vincula también a salam que significa paz.
de los vaticinios hechos por varios de los profetas del Antiguo Testam.ento, Los primeros mensajes de Mahoma no eran, ni mucho menos, apocalípticos,
relacionadas con el advenimiento del Mesías, su vida y sus hechos. Profeta, sino 1nás bien de alegría: deseaba que todos los habitantes de La Meca se dieran
en el caso de Mahoma, tiene el significado que le dieron los antiguos hebreos cuenta de la existencia de un Dios "infinitamente bueno, infinitamente mise-
a esta palabra: el hombre, el varón elegido para recibir y expresar la palabra y ricordioso", que se mostraba en la naturaleza. 199 Sin embargo, la doctrina, que
la voluntad divinas. Fueron profetas Abraham, Moisés y Josué, pero en espe- estaba todavía en pañales, contenía por lo menos un elemento de violencia
cial se llama así a los inspirados por Dios. En el Antiguo Testamento, los que le acarreó a Mahoma numerosos problemas: la predicación del monoteís-
profetas se dividen en profetas mayores y profetas menores. En el islam, Ma- mo,. que implicaba el rechazo a la idolatría politeísta -enra,izada en el pueblo
homa no fue el único profeta. En el Corán se nombra también a Hud de la árabe desde tiempos inmemoriales- y la consecuente destrucción física de los
época preislámica, y a C~uayb, profeta de los madianitas. A Mahoma se le
195
Rochdy Alili (2ooo), pp. 19-20.
196
191
Roger Caratini (1993), p. 54· Alessandro Bausani (1993), p. 29.
197
192 Ibn Hicham (2004), pp. 84-85. El Corán, XXXIII:4o.
198
193 El Corán ( 1995), p. 87 nota comentarista. Dominique Sourdel (1949), p. 379·
199
194 ]bid., p. 219 nota comentarista. Karen Armstrong (1993), pp. 91-92.

219
ídolos. Algo que también molestaba profundamente a los árabes era la idea de la practicar la magia y la hechicería. Vaciaban los botes de basura frente su casa y
resurrección -baath o quiyama-, 200 en la que el Corán insiste hasta el cansan- le arrojaban inmundicias a su paso. En una ocasión su encarnizada enemiga,
cio. Entre los antiguos árabes, y dada la ausencia de madera en el desierto, no Umm Jamil, mujer de Abu Lahab y hermana de Abu Sufran, le aventó un útero
existían cajas para los muertos, que eran enterrados por los beduinos envuel- de oveja relleno de excremento. Si trataba de predicar, lo abucheaban y entona-
tos en un lienzo -tras ser cuidadosa y amorosamente lavados-, en medio de ban cantos obscenos. Llegaron a escupirle en el rostro. En una ocasión, cuan-
-la nada. En su perpetuo peregrinar, los nómadas dejaban atrás a sus muertos y do se encontraba dando vueltas a la Kaaba y fue insultado por los koreishitas,
nunca volvían a los lugares donde habían sido sepultados y dejados atrás. Im- juró, en nombre de Alah, que sus agresores perecerían en una matanza. Le pe-
dían, por otra parte, milagros que demostraran su calidad de Profeta: que, por
posible localizarlos.
José .ivlaría Gironella, en su hermoso libro Yo Mahoma, que es una biografía ejemplo, transformara un yermo en un jardín, que subiera al cielo en una esca-
novelada -o mejor, literaturizada- escrita en primera persona, trae a colación lera en presencia de todos, que convirtiera en oro la colina de al-Safa. Que, en
una hermosa leyenda: cuando Alah puso fin a la creación del Universo, se dio vista de que afirmaba que el Corán había descendido del cielo, lo hiciera bajar
cuenta que faltaba una cosa: la arena, la suave arena de las playas, la arena del ante sus ojos, o que pudieran ver al ángel que lo traía. 204 Karen Armstrong
lecho de los ríos destinada a mantener límpidas y cristalinas las aguas, la arena cuenta que solían hacerle trampas: como Mahoma había adoptado la idea ju-
que cubre el fondo del mar y que sirve de acolchonado lecho a los camellos. En- dea-cristiana de que sólo los creyentes -en este caso los fieles del islam- al-
tonces ordenó que Gabriel, provisto de un costal, volara sobre el mundo para canzarían la salvación, su tío Abu Lahab le dijo que, si ése era el caso, su abuelo
repartir la arena, pero el Diablo lo siguió y, cuando volaban sobre Arabia, le rom- Abd al-Muttalib, que tanto lo había amado, debía estar en el infierno.2os Esta
pió el saco y fue así como la mayor parte de la arena del mundo cayó en esa afirmación implicaba que todos los profetas anteriores a Mahoma habían sido
región. 201 Ése fue el origen del desierto de arena ininterrurnpido más grande también condenados, lo cual incluía a Abraham. Al mismo tiempo, el Profeta,
del mundo, el Rub al-Jali, o "Cuarto Vacío", que abarca 390 mil kilómetros cua- al igual que Jesús, provocaba amargas divisiones entre las familias, y por él se
202 enfrentaba el padre con el hijo, y el hern1ano contra el herman 0 .206
drados, como nos recuerda el historiador Jonathan Bloom.
En arena -y bajo túmulos de arena de forma y tamaño siempre cambian- Los milagros que le pedían a Mahoma podrían compararse con las tenta-
tes- se transformaban los huesos de los muertos. ¿Cómo, entonces, era posi- ciones que el Diablo le hizo a Cristo en el desierto tras el ayuno de cuarenta
ble que los cuerpos volvieran a formarse del polvo, de la nada? M.uchos musul- días y cuarenta noches, y después en el pináculo del templo y la alta cumbre de
manes de diversas épocas sólo han admitido la resurrección del alma, y negado una montaña, desde la cual le ofreció todos los reinos del mundo. 207 Mahoma
se resistió, porque, desde luego, no podía hacer milagros. Pero también se
la del cuerpo. 203
Comenzaron las burlas y los sarcasmos. Los koreishitas, como hemos di- mantuvo indiferente ante los halagadores ofrecimientos de los koreishitas,
cho, estaban divididos en varios clanes rivales. Uno de ellos habitaba en aldeas quienes le prometieron colmarlo de riquezas y poder si abandonaba sus prédi-
situadas en las alturas de las montañas que conforman la sierra del Héyaz y su ~as. Sin embargo, y como se ha señalado, fueron muchos los milagros que le

jefe era el ya mencionado enemigo del Profeta, Abu Sufran. Fue esta tribu la tueron endilgados y que pasaron de boca en boca hasta acabar escritos, y que
que con mayor obstinación se opuso a Mahoma, quien entre sus propios fa- insisten en sus poderes sobrenaturales: un día ordenó a la tierra que se abriera,
miliares encontró enemigos tenaces, como otro de sus tíos, Abu Lahab, con- la tierra obedeció, y en su seno se encontraron dos ánforas: una llena de miel
vencido de que lo que consideraba como herejías de su sobrino habrían de y la otra de leche, sín1bolo de la futura abundancia de todo aquel que obedecie-
acarrear desgracias a la familia y la tribu. Cuando Mahoma caminaba por las ra su ley. En otra oportunidad, Inultiplicó los alimentos y con sólo un cordero
calles de La Meca, lo señalaban y decían: "Mirad al nieto de Abd-Muttalib, que asado y un pan de cebada dio de comer a un millar de sus seguidores. Irving
pretende saber lo que pasa en el cielo". Algunos lo acusaron de insania o de cuenta que un día llegó a La .ivleca un poderoso príncipe, hombre sabio y muy

204
Washington Irving (1945), p. 61.
2oo Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2007), p. 747· 205
201 José María Gironella (1989), p. 13.
Karen Armstrong (1993), p. 136.
206
Ibid., p. 106.
2o2 Jonathan Bloom y Sheila S. Blair (2003), p. 25. 207
Mateo 4:1-10.
20 3 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2007), p. 708.

221
220
rico, el príncipe Habib ibn Malik, con e] propósito de orar en la Kaaba para que día en que Mahoma recibió la visita de Abu Jahl, esposo de Umm Jamil y tam-
se aliviara su hija, Satiha, la cual era sordomuda, ciega y paralítica. Acampó el bién enemigo acérrimo, éste se espantó al ver, por encima de la cabeza del En-
príncipe en el Valle .de los Pedernales y mandó llamar ~a Mahoma. Los koreishi- viado de Dios, un enorme onagro -especie de caballo peludo- con un gran
tas lo habían convencido de que así lo hiciera, para que él mismo, un idólatra, hocico y grandes colmillos. 212 Rukana, el hombre más fuerte de todos los ko-
constatara la herejía de Mahoma y lo condenara. Mahoma, vestido con una reishitas, retó al Profeta, y dos veces el Profeta lo derribó. Tras la lucha, Maho-
túnica blanca, turbante negro y un manto de tela de Aden que había perteneci- ma, para demostrar a Rukana que su poder era aún más grande, hizo que un
do a su abuelo, acudió a la cita, a sabiendas que los miembros de su clan y el árbol distante caminara hacia ellos y volviera después a su lugar. Otro día, uno
príncipe se habían constituido en tribunal para juzgarlo. de los musulmanes cercanos a Mahoma sufrió en una batalla la pérdida de un
El sabio Habib lo retó: "Cada profeta ha dado prueba de su misión con sig-. ojo. El Profeta recogió el ojo, lo colocó en su cuenca, y este ojo adquirió más
nos y milagros -le dijo-, Noé tenía su arcoíris; Salomón su anillo misterio- vida y luminosidad que el otro ojo. 213 En más de una ocasión, cuando sus tro-
so; Abraham el fuego de la hoguera, que se volvió frío por orden suya; Isaac el pas estaban escasas de agua, el Profeta sacó una flecha de su carcaj, ordenó que
carnero que fue sacrificado en su lugar; Moisés su vara milagrosa y Jesús resu- se la clavara en la tierra, y allí surgió un manantial. 214 Durante la batalla de Hu-
citó a un muerto y calmó tempestades con su palabra. Si tú eres realmente un nayn, los ángeles, como una nube de hormigas, extendieron un velo negro
profeta, danos en prueba un milagro". 208 Y Mahoma lo hizo: sanó a la hija de entre los musulmanes y su enemigo. 215
Habib, el cual le pidió a continuación que transformara al día en noche. El día, De todos estos prodigios se cuentan dos sobre los cuales me gustaría lla-
entonces, se oscureció y se vio a la Luna errar por el firmamento. Mahoma le mar la atención. Félix M. Pareja nos dice que al regreso de su viaje por los siete
ordenó bajar del cielo, y la Luna se posó en el techo de la Kaaba y dio después cielos, el Profeta reunió a un grupo de koreishitas para contarles su extraordi-
siete vueltas al ternplo. Enseguida la Luna llegó hasta el Profeta, le hizo una naria aventura. Al final de la narración, los koreishitas, para probar a Mahoma,
reverencia, entró por la manga derecha de su manto, salió por la manga iz- quien decía haber volado de La Meca a Jerusalén ida y vuelta -un viaje que
quierda y, vuelta dos mitades -una que se dirigió al este y otra al oeste-, fi- tomaba por lo menos dos meses- le pidieron noticias sobre la caravana que es-
nalmente quedó unida en el centro del firmamento. Washington Irving nos taban esperando, procedente de Siria, y que se supone el Profeta tendría que
dice que a causa de este prodigio, no sólo Habib se convirtió al islam, sino haber visto desde las alturas. Dicen que entonces Mahoma, que ya había deja-
también "cuatrocientos setenta habitantes de La Meca". 209 do bien en claro que no era un adivino y que por lo mismo no tenía por qué
Muchas de esas maravillas no fueron inventadas sino años después de la prestarse a esa maniobra, se recogió en oración, y Alah le ordenó a los ángeles
muerte del Profeta, y lo que se decía de él no atrajo, forzosamente, a nuevos que le hicieran ver todo el mundo como si .lo tuviera en la palma de la mano.
correligionarios. Tampoco esto había sucedido seis siglos antes, en Galilea; con El Profeta, entonces -nos dice Pareja-, les dio detalles a los koreishitas so-
aquellos que, de oídas, se enteraban de los milagros realizados por Jesús. El bre el número de personas y camellos que conformaban la caravana, así como
Evangelio, además, sugiere que incluso algunos testigos de esos milagros nun- de las mercancías que transportaba. 216 Cuenta el mismo autor que un día "Maho-
ca creyeron en el mesiazgo de Jesús, ya que los atribuyeron a la magia. En los ma se puso a hablar y no dejó sin mención nada de cuanto ha de suceder has-
escritos donde aparece toda esa taumaturgia de la que se hace responsable a ta el Día del Juicio". 217 En mi opinión, es inevitable relacionar estos dos mi-
Mahoma, se mencionan varios de estos milagros. Ibn Hicham nos dice que el lagros con algunas de las brillantes narraciones del escritor argentino Jorge
Profeta no podía pasar cerca de una roca o de un árbol sin que éstos lo saluda- Luis Borges. El primero, con el "El Aleph", en virtud de que al Profeta se le dio
ran.210 En otra ocasión, cuenta el cronista, cuando Umm Jamil se dirigió al la oportunidad de contemplar, de manera simultánea, en un instante, todo el
santuario cercano a la Kaaba con una gran piedra en la mano para darle muer- Inundo y lo que en él sucedía. Cabe preguntarse si el Profeta se vio a sí mismo
te, el Profeta, que estaba ~llí, sentado con Abu Bakr, se volvió invisible. 211 Un 212 Ibid., p. 13].
213
Ibid., p. 244·
208 Washington Irving (1945), p. 71. 214 Ibid., p. 301.

209 Ibid., pp. 70, 71. 2!5 Jbid., p. 351.


216
210 Ibn Hicham (2004), p. 79· Félix M. Pareja (1975), p. 187.
217
211 !bid., p. 123. Ibid., p. 188.

222
contemplando al mundo, en el cual aparecía él mismo contemplando al mun- igualaba en estatura, y que, cuando en su viaje nocturno intentó descalzarse al
do, en el cual... y así hasta el infinito. llegar a la mansión de Alah, éste se lo impidió porque, le dijo, el cielo se hon-
El infinito juega también un papel en el otro milagro, ya que es válido su- raría con el contacto de sus sandalias. 222 ·
poner que, adivinar cada una y todas las cosas que sucederán en el porvenir, y Se afirmaba asimismo que su mano era más fresca que la nieve y más per-
sin que falte ningún acontecimiento, ninguna calamidad y ningún ser huma- fumada que el almizcle. 223 Una y otra vez, el Profeta insistió con énfasis en su
no futuro y todo lo que hará y dirá en su vida, puede requerir tanto tiempo humanidad, e incluso en una ocasión exclamó, indignado, que jamás debería
como el que necesitaba "Punes el memorioso" para reconstruir un pasado que considerársele superior a Moisés o a Jonás, 224 pero los creyentes siempre le
nunca lo alcanzaba. Ibn Hicham nos habla también de algunos milagros mal- han endilgado milagros. Pareja nos dice que la tendencia que hubo en los pri-
vados, que recuerdan al niño Jesús de los Evangelios apócrifos. Entre otros, meros siglos del islam que admitía la "pecabilidad" de Mahoma, se fue dilu-
que un día arrojó la hoja de un árbol al rostro de un impenitente, al-Aswad ibn yendo.225 Hoy, para la mayoría de los musulmanes, Mahoma es el paradigma
al-Muttalib, y lo dejó ciego. Otro de sus enemigos, Harith ibn Tulatila, tras del hombre perfecto -el único que ha existido en toda la historia-, e inclu-
de que Mahoma le señalara la cabeza, murió poco después con el cerebro lleno de so, algunos autores o exégetas le atribuyen el don de la infalibilidad, al haber
pus.21s La historia del islam, por otra parte, no está exenta de "santos" -inclu- sido librado por Alah de la posibilidad de caer en el error y el pecado. 226 Por lo
so de una santa, Rabia, la mística del siglo VIII- a los que se atribuyen haber visto, se olvidan -como lo señala Bausani-, del versículo 7 de la azora XCIII,
sanado a enfermos y resucitado a 1nuertos, o haberle proporcionado alas a al- en el que con claridad se reconoce que Mahoma había estado perdido antes
gunos felices mortales. 219 El Diccionario histórico del islam nos dice que los de encontrar el camino: 227 "[Alah] te ha hallado extraviado y te ha guiado".228 De
milagros deben distinguirse de los prodigios -en árabe karamat-, que son acuerdo con el propio Mahoma, una buena parte de 1os teólogos del islam sólo
"las manifestaciones del carisma de personajes piadosos venerados a partir del creen en un solo milagro: en el ijaz o inimitabilidad de un Corán revelado e
'culto a los .santos , surg1.d o en e1s1g
. lo XII , .220 increado que existe desde siempre. 229 Como dato curioso, puede citarse el he-
Nada ni nadie pudo evitar que esas y otras leyendas arraigaran en la tradi- cho de que, en los principios del islam, los creyentes no bautizaban a ningún
ción. Ignoro hasta qué punto hoy día forman parte del programa de estudios niño con el nombre de Mahoma por respeto al Profeta. Se dice que el califa
de las madrasas y de las universidades musuhnanas -como los sucesos ex- Ornar lo había prohibido, pero después esto cambió, al correrse la voz de que
traordinarios y los milagros del Antiguo y del Nuevo Testamento se enseñan los ángeles visitaban las casas donde había alguien que así se llamara, y que el
en las clases de catecismo-, y, si ése es el caso, si son tomadas en cuenta Día del Juicio se escucharía un pregón llamando a todos los tocayos de Mahoma,
como lo que son, como leyendas, como literatura fantástica, o como verdades. los cuales, sin más trámites, entrarían directamente al paraíso. 230 Desde enton-
Me pregunto también cuántos musuhnanes, de los más de mil 1nillones que ces, y hasta nuestros días, siempre ha sido un gran honor llevar su nombre:
existen, las conocen, y si las transmiten, y hasta qué grado el común de ellos Mohamed en árabe, Muhammad en inglés, Mahoma· en español, Mahomet en
piensa o cree que el Profeta reunió en su persona las extraordinarias cualida- francés, Machomet en alemán, o bien variaciones como Mehmet o Mehemet
des a las que también se refieren las tradiciones. Por ejemplo, que por ser Ma- -usadas en Turquía-, Mohammad, Mahommed, Mahowne o Mahound -este
homa manso con los humildes y duro con los poderosos, sus pisadas no deja- último término empleado por Salman Rushdie en Los versos satánicos-. 231 Fé-
ban huella en la arena o la tierra blanda, pero sí en la roca; que a su paso por un lix M. Pareja se refiere a algo más extraordinario todavía, que es la creencia en
camino pedregoso crecía la yerba; que las moscas nunca se posaban en él; que 221
José María Gironella (1989), p. 109.
el sudor no manchaba su cuerpo y nunca olía mal; que su cuerpo no daba 223
Martin Lings (1986), p. 220.
sombra y dejaba pasar la luz; 221 que podía no sólo ver de frente, sino tam~ién 224 !bid., p. 315 ..
225
Félix M. Pareja (1975), p. 190.
por la espalda y en la oscuridad; que si andaba con alguien más alto que el, le 22
ó Tbid., p. 189.
227
Alessandro Bausani (1993), p. 166.
228
21s Ibn Hicham (2004), p. 151. El Corán ( 1995) XCIII:6-8.
229
219 Jonathan Bloom y Sheila S. Blair (2003), p. 56. Janine Sourclel y Dominique Sourclel (2007), p. 382.
23
zzo Janine Sourdel y Dominique Sourclel (2007), p. 578. 231
°Félix M. Pareja (1975), p. 195.
221 Félix M. Pareja (1975), p. 196. Malek Chebei (1995), p. 255, y Salman Rushclie (1988).

224 225
la preexistencia de Mahoma. Pienso que pocas personas podrían no estar de hijas del Profeta, uno con Ruqayyah y otro con Um1n Kulthum, dé quienes se
acuerdo en que este atributo de Mahoma lo diviniza a tal punto que parecería divo~ciarían después a in~tancias del propio Abu Lahab-, creía que lo que

colocarlo a la misma altura que el hijo de Dios, Cristo Jesús: consideraba como blasfemias de su sobrino acabaría por perjudicar a los miem-
bros de su familia; y su mujer, Umm Jamil, además de colocar, literalmente,
Después de haber creado los dos mares, Alah hizo las almas de los hombres, y r~mas d.e espino en el camino del Profeta, se encargaba de atizar el fuego de la
la primera fue la de Mahoma, luz sacada de la luz divina[ ... ] esta nur Muhamadi, discordia ~asta tal punto que un día Mahoma condenó a su tío en público al
luz de Mahoma vagaba libremente por la inmensidad y de ella, en series sucesi- fuego del Infierno, y predijo que su mujer se encargaría de llevar los haces
vas, Alah fue sacando todo lo demás que existe en el Universo: los ángeles, "el de ramas espinosas para alimentar la hoguera. 236 Esto ocurrió en la colina de
Trono", el cielo y la Tierra. Y si no hubiera sido por Mahoma, nada hubiera crea- Safa, cuando Mahoma convocó a los hombres y mujeres hashemitas para re-
velarles, de una vez por todas, su misión divina. Abu Lahab estalló en furor a
do Alah ... 232
las primeras palabras de Mahoma y le arrojó una piedra que casi lo hiere.237
Texto que, como vemos, insiste en la indispensabilidad de la existencia de De hecho, Abu Lahab es el único enemigo de Mahoma mencionado en el Corán
Mahoma para que existiera nada Inenos que la Creación entera. Y por si todos p~r su"nombre;, Esto ocurre en la azora CXI llamada Tabbat o Tabut, que sig-
estos milagros originados en el mundo oriental fueran pocos, algunos occi- m:fi.ca perezca. En esta azora, también llamada a veces Abu Lahab, o "La fi-
dentales se han encargado de agregar algunos de su propia cosecha: en la ad- bra", se alude a Umm Jamil, a cuyo cuello "irá atada una cuerda de_ filamentos
vertencia II de su libro Los mil y un días, Pétis de la Croix nos dice: "Como sin de palmera". 238
duda el propósito del derviche Mocles -el supuesto autor del libro- fue el La creciente hostilidad contra Mahoma, para decirlo con las palabras de
de hacer una obra que agradara a los musuln1anes, llenó sus cuentos de falsos Hans Küng, se debía a que su actitud y sus prédicas constituían, según los me-
canos, una amenaza radical "para la solidaridad entre clanes, la autoridad de
milagros de Mahoma". 233
sus jefes y el atractivo de la Kaaba". Pensaban que una nueva religión, mono-
Surgió más tarde la costumbre de darle a Mahoma numerosos títulos. Esta teísta, alejaría a los peregrinos que acudían a venerar a sus deidades respecti-
propensión fue, como nos dice Pareja, aprobada por el gran poeta Ibn Arabi, vas, y que esto se traduciría en la pérdida de la hegemonía económica de La
234 Meca y la supremacía política de los koreishitas.239 .
quien afirmó que no sólo Alah tiene mil nombres: Mahoma también. El mis-
mo autor, Pareja, nos da a conocer un poema panegírico compuesto por el poe-
ta turco Suleyman Celebi en el siglo xv, en el cual se aplica al Profeta una lista
de títulos o atributos que nos hace recordar la Letanía Mariana. Entre otros: Los PRIMEROS CREYENTES

"mina de sabiduría, medicina del dolor, ruiseñor de la belleza, alma perdurable,


copero de los amantes, intercesor de los pecadores, secreto de la distinción, Poco después, el Profeta insistió, y en otra reunión con los hashemitas ocurrió
la más trascendental de todas las conversiones al islam -la primera, además,
sultán de los dos mundos ..."235
En un principio, sin embargo, la prédica de Mahoma fue discreta, y las de un varón, ya que, como quedó dicho, la mujer de Mahoma, Jadicha, había
primeras reuniones con los futuros adeptos se celebraban en las casas o en :ido~! primer ser humano en adoptar el credo musulmán-. El Profeta dijo:
algunas cuevas. Pero pronto corrió su fama y, con ella, creció· no sólo el nú- ¿Qmen
. •
de vosotros quiere compartir el peso de mi misión? ¿-nuién
'-¿'
quiere ser
mero de creyentes -aunque no fueron muchos en un principio- sino tam- ~u hermano, mi visir, mi ministro?" El silencio que siguió a estas palabras fue

bién la hostilidad. El ya mencionado tío de Mahoma, Abu Lahab -quien ade- Interrumpido por su primo Alí, quien, como decíamos, había estado a cargo de
más sería dos veces su consuegro, ya que dos de sus hijos se casarían con dos Mahoma desde que era muy pequeño. Alí era entonces un jovencito imberbe .
236
232
Washington Irving (1945), p. so.
Félix M. Pareja (1975), p. 1')7· 237 Idem.
233 Franc;:ois Pétis de la Croix (2003), p. 53· 238
El Corán (19 9 5) CXb-s.
234 Félix M. Pareja (1975), p. 198. 239
Hans Küng (zoo6), p. 126.
235 Ibid., p. 79·

227
226
-Ibn Ishaq asegura que apenas tenía diez años-, 240 y su ofrecimiento de ser · con enjundia a Mahoma, los koreishitas le dieron tantos y tan fuertes jalones
el segundo. de Mahoma sobre la Tierra provocó la burla y la risa de los asisten- de barba, que le dejaron el rostro ensangrentado. 244 Abu Bakr sería, a la muer-
tes, pues se cuenta que se levantó, enardecido, y dijo: "¡Oh Profeta: ése_ que te de Mahoma, el primero de los califas, nunca reconocido por Alí y quien, se-
buscas seré yo, yo compartiré tus trabajos, yo le sacaré los ojos a tus enemigos, gún se afirma, murió envenenado por los judíos. En memoria de Ornar fue le-
yo les partiré los dientes y les hundiré el pecho!" 241 También causó cierto es- vantada la mezquita del Domo Dorado de Jerusalén, y en nombre del primer
cándalo, pues se suponía que, al transformarse en una especie de visir del Pro- califa la mezquita de Abu Bakr de El Cairo, que se distingue por un bellísimo
feta, el propio padre de Alí, Abu Talib, debería rendirle pleitesía a su hijo. minarete. Los primeros musulmanes, nos dice Roger Caratini, eran jóvenes de
Alí, después, sería yerno de Mahoma al casarse con su hija Fátima, y estaba .. ' economica
posicion ' . desah ogada, 245 pero cuando los conversos se multiplicaron,
destinado a ser el cuarto califa. Ambos, él y su mujer, serían, como se verá, abundaron entre ellos los habitantes pobres de La Meca, hecho que, como era
objeto de veneración entre los chiitas. Alí se convertiría ~simismo e~ ~utor de de suponerse, desagradó y alarmó a los más ricos.
proverbios y poemas entre los que figuró una oda al Profeta que recito _en una Por algo más importante fue conocido Abu Bakr: se le llamaba el Padre de
ocasión ante una multitud amenazante que quería apoderarse del enviado de la Virgen por ser su hija Aísha la única mujer virgen con la que se casó Mahoma
242 -todas las otras eran viudas-. Pero esto sucedió a la muerte de su amada
Dios. Este poema aparece en el libro de Ibn Ishaq.
La segunda conversión importante fue la de Ornar, quien a su vez sería el Jadicha, quien falleció a los 65 años. Su desaparición fue un gran golpe para Ma-
segundo califa y uno de los más célebres campeones del islam. Ornar ibn al- homa, y a ese año, el de su muerte, se le llamó "el Año del Luto o de la Tristeza".
Khattab era un hombre gigantesco y corpulento, de enorme fuerza y aspecto Una vez más, su aliado de siempre, el ángel Gabriel, fue el encargado de conso-
salvaje, según la descripción que de él hace el historiador Abu Abdakala ibn larlo: le prometió que en el paraíso Jadicha habitaría en un palacio de plata.246,
Omal citado por Irving. 243 Azuzado por su tío Abu Jahl, se dirigió a la casa de uno Fue también una mujer la primera víctima del islam: la esclava, llamada Sumaya
de los discípulos de 11ahoma, Orkham, que le había ofrecido refugio a Mahoma a la que su dueño, Abu Jahl, asesinó tras rehusarse a vendérsela a Abu Bakr. 247
a raíz de otro brote de violencia en su contra. El objetivo de Ornar era encajar- Martin Lings, por su parte, nos dice que, de la primera sangre derramada por
le un puñal en el corazón a Mahoma. Se dice que los koreishitas le había~ ofre- el islam, fue responsable Saada, de Zuhrah, quien golpeó e hirió a un no cre-
cido, como recompensa, cien camellos y mil onzas de oro. En su camino, se yente con la quijada de un camello. 248
encontró a un koreishita, convertido al islam en secreto, el cual, enterado por Aísha tenía apenas seis años de edad cuando Mahoma la pidió como esposa,
Ornar de su propósito, le dijo que antes de matar al Profeta haría bien en poner y desde entonces los padres de la niña la apartaron para él. La ceremonia y con
orden en su propia casa, ya que su hermana Amina y su cuñado Said habían ella la consumación del matrimonio se pospusieron por tres años, hasta que
adoptado la nueva fe. Ornar corrió a su casa, sorprendió a ambos en plena_ reci- Aísha alcanzó la pubertad. Algunos autores afirman que a esa edad, nueve años,
tación del Corán, y estaba a punto de asesinar a su cuñado, cuando Am1na le ya era núbil, es decir, una mujer desarrollada. Aísha fue la mujer que el Profeta
pidió que leyera un fragmento. En un principio, el Corán era sólo memori~a­ amaría con locura. En tanto, él y sus seguidores fueron víctimas de un encono
do. Después, los discípulos del Profeta comenzaron a escribirlo en cualqmer cada vez mayor por parte de los koreishitas. Como entre los conversos se en-
1naterial que se prestara para hacerlo, como hojas de papiro, pergamino, trozos contraban algunos esclavos, éstos eran con frecuencia castigados por sus amos,
de cerárrlica o incluso lo que en algunas traducciones al español aparece como exponiéndolos desnudos, y atados, al ardiente sol. Éste fue el caso de Bilal, un
"ostracas": omóplatos de camello y de otros animales. Oniar consintió Y en negro que después pasaría a la historia como el primer almuecín de la historia.
el curso de la lectura se convirtió, entusiasmado y conmovido, al islam. Otro Un día, el Profeta estuvo a punto de morir estrangulado en la Kaaba y
de los primeros conversos fue Abu Bakr, fiel compañero de muchos años ~: sólo lo salvó la oportuna intervención de Abu Bakr. También su familia era
11ahoma. Cuenta Ibn H~cham que en una ocasión en la que Abu Bakr defendw
244
lbn Hicham (2004), p. 96.
245
240 Roger Caratini (1993), p. 173·
Ibn Ishaq ( 1995), p. 114. 246
241 Abul-Feda citado por M. Savary (1982), pp. 25-26. Washington Irving (1945), p. 7 5.
247
242 Ibn Ishaq (1995), pp. 122-127. Rochdy Alili (2ooo), p. 32.
248
243 Washington lrving (1945), p. 66. Martin Lings ( 1986), p. 95·

228 229
víctima de una hostilidad y un odio crecientes, de modo que convenció a su nombre, oh Dios Todopoderoso". 251 Este hecho fue considerado por el Profeta
hija Ruqayyah y a su esposo Uthman ibn Affan --quien sería el tercer cali- como una señal: "El cielo ha dado la victoria a un gusano sobre el decreto de los
fa- así como a otros parientes y seguidores que debían emigrar a Abisinia koreishitas", le dijo a· su tío. 252 Lo sucedido también impresionó a los koreishi-
-también llamada Etiopía-- para ponerse a salvo. Abisinia estaba entonces tas, que levantaron el anatema. Abu Talib compuso una oda sobre este hecho,
habitada por cristianos nestorianos. Los viajeros -se dice que en total fue- citada por Ibn Ishaq. 253 Pero Abu Talib -quien siempre tuvo el mérito de pro-
ron ochenta y tres hornbres y dieciocho mujeres, además de sus niños- se teger con eficacia y amor a su sobrino sin jamás convertirse al islam-, falleció
encaminaron hasta el puerto de Jidda, en el Mar Rojo, y allí encontraron na- poco después y su desaparición hizo a Mahoma n1ás vulnerable.
ves abisinias que los llevaron al destino elegido. El negus o emperador los re- Los ataques continuaron y el Profeta decidió refugiarse en Taif. Mientras
cibió con bondad, y les permitió que residieran en su tierra. Muy pronto, los tanto, y en espera de que Aísha llegara a la edad núbil, Mahoma se casó con
koreishitas enviaron una delegación al negus, a quien le hicieron valiosos una viuda, Sawda, a quien quiso poco y cuya elección, al parecer, obedeció a
obsequios y le dijeron que los musulmanes eran unos rebeldes peligrosos, cierto tipo de conveniencia. De allí en adelante, tuvo muchas esposas y, aun-
prófugos de la ley y blasfemos que habían dislocado el orden de La Meca, y que la propia ley por él establecida admitía un límite de cuatro esposas por
que el emperador haría bien en expulsarlos por su propia seguridad. El negus creyente, él se consideró siempre como una excepción, y se asignó nueve -o,
mandó entonces llamar a los refugiados para que tomaran la palabra. Se dice como afirman otros autores, once-. 254 La excusa que daba por gozar de este
que entonces Yaafar, el primo del Profeta que habría de morir destazado en la privilegio era su deseo de engendrar para su pueblo una raza de profetas, a tra-
batalla de Muta, recitó los versículos del Corán en los que se canta la concep- vés de los varones de su descendencia directa, deseo que se vio frustrado por la
ción virginal de Jesús en el vientre de María. El negus se conmovió, las lágri- muerte temprana de los tres únicos hijos varones que tuvo.
mas le escurrieron por las mejillas y le mojaron las barbas, y se negó a deportar Tayef o Taif, situada a unas 20 leguas de La Meca, era una ciudad célebre
a los musulmanes. Algunos autores han sugerido que Mahoma quería desem- por su riqueza en viñas, jardines y huertas donde crecían toda clase de duraz-
barazarse de un grupo de musulmanes cuya disensión en algunos de sus pare- neros, higueras, ciruelos, melones y granados, a lo que se añadía la verde fera-
ceres lo molestaba, y que por ello los había enviado a Abisinia. La mayor parte cidad de sus campos. Rezaba la leyenda que Taif era una porción de Siria, "el
de ellos volvió años más tarde a reunirse a las huestes del Profeta. Entre ellos país del pan y del vino", que se había desprendido durante el diluvio y navega-
se encontrarían Yaafar y Jaled. do, como una isla flotante, hasta encallar en medio del árido desierto. Mahoma
Abu Talib no se cansaba de advertir a su sobrino sobre los peligros que co- pensó que allí encontraría cierta tranquilidad, ya que uno de sus tíos, Abbas
rría, pero éste le dijo en una ocasión: "Oh mi tío: aunque ellos -los koreishi- ibn Abd al-Muttalib tenía propiedades en Tayef. Otros hashemitas habían
tas- pusieran el Sol en mi mano derecha y la Luna en mi izquierda, no abjura- construido allí sus residencias de verano. Pero Mahoma no podía haber ele-
ría de mi propósito". 249 gido peor destino, ya que Taif era uno de los baluartes de la idolatría, en el que
Los mecanos enemigos de Mahoma, furiosos por el fracaso de la misión se veneraba a al-Lat. Nunca pudo predicar en paz, porque lo silenciaban con
enviada a Abisinia, emitieron un decreto escrito en pergamino y colocado en el gritos y le arrojaban piedras. Decidió entonces regresar a su ciudad natal. Se
interior de la Kaaba en el que establecieron la proscripción de todos los korei- cuenta que, en el camino a La Meca, en el Valle de Nakhla, mientras pronun-
shitas de la tribu de Hashem. Fue entonces que otro de sus enemigos acérrimos, ciaba las oraciones vespertinas en voz alta, fue escuchado por un grupo de jinns
Abu Jahl, intentó matar de hambre a Mahoma al conseguir un acuerdo para que o genios -seres intermedios entre los ángeles y los hombres-, que quedaron
nadie vendiera alimentos a los koreishitas de la rama de Hazme. 250 El Profeta y fascinados y convertidos por sus palabras. A este episodio sobre los jinns se
algunos de sus compañeros se refugiaron en el castillo de Abu Talib, a invi- refiere el versículo primero de la azora LXXII. 255 Según al-Tabari, citado por
tación de éste. Tres años p~rmanecieron en la residencia del tío de Mahoma,
hasta que se corrió la voz de que el edicto había sido comido por los gusanos, y · 251
\Vashington lrving (1945), p. 73·
252
nada quedaba de la escritura excepto las palabras con las que comenzaba: ~'En tu M. Savary (1982), p. 33-
253 Ibn Ishaq (1995), p. 173-
249 Washington lrving (1945), p. 63. 254 Jonathan Bloom y Sheila S. Blair (2003), p. 44-
25° Karen Armstrong (1996), p. 129. 255 El Corán (1995) LXXII:!.
Caratini, estos genios eran siete y sus nombres eran Hasa, Masa, Shad, Nas, que haya habido jamás. No se oía el canto de los gallos, ni el ladrido de los perros,
Qasim, Ans y Aqdjam. 256 Los jinns emprendieron una campaña para ganar ni el aullido de las bestias salvajes, ni el graznido de las aves nocturnas. Hasta el
adeptos al islam entre los miembros de su raza. murmullo de las aguas y el silbido del viento habían cesado. Mahoma dormía,
junto a su joven esposa Aísha, cuando se le apareció el ángel Gabriel con el ca-
ballo blanco y alado que pasó a la historia con el nombre de al-Buraq. Las des-
EL MIRA] O VIAJE A LOS SIETE CIELOS cripciones de esta bestia fantástica varían. Dicen unos que era un corcel; otros,
que era una yegua. En Ibri Ishaq se le pinta como mitad mula y mitad burro. 262
Algunos jadices se refieren al viaje fabuloso que rea.lizó Mahoma en cuerpo o Tenía, según algunos comentaristas, rostro humano, aunque con carrillos de equi-
en espíritu -o en ambos al mismo tiempo- a los Siete Cielos: el Miraj o As- no, sus ojos eran como piedras preciosas y sus alas, como las alas de un águila.
censión, mismo que lo condujo :finalmente hasta el Trono de Dios -y que los Era una bestia luminosa y su velocidad era la del relámpago, que eso significaba
historiadores sitúan un año antes de la Héjira-. Viudo de Jadicha, y ya casado su nombre. Algunos comentaristas del Corán afirman que tenía rostro de mu-
con Aísha, ésta sostuvo siempre que Mahon1a había tenido un sueño tranquilo jer, cuerpo de caballo y cola de pavorreal, y que sus dos inmensas alas le brota-
toda la noche, sin levantarse en ningún momento, por lo que se consideró que ban de las ancas. El ángel Gabriel, por cuya cuenta había corrido la organización
sólo había viajado en espíritu. De todos modos, una vez más el Profeta fue acu- del viaje, era blanco como la nieve, sus cabellos flotaban sobre sus hombros, y
sado de sufrir alucinaciones. Este episodio tuvo varios narradores. Uno de ellos, sus seiscientas alas eran deslumbrantes. Una tradición afirma que Gabriel había
el primo del Profeta, Abd Alah ibn Abbas. Otros, fueron el célebre sabio y exé- realizado antes con el Profeta un hecho semejante a la ceremonia de purificación
geta del siglo IX al-Tabari y su biógrafo Ibn Hicham. 257 El relato más conocido que había ocurrido durante su niñez: Gabriel lo ungió, le abrió el pecho, sacó
de esta jornada prodigiosa es el de su 1nencionado primo Ibn Abbas. 258 las vísceras y el corazón para lavarlas con el agua santa del pozo Zem-Zem, las
La azora XVII del Corán se titula "El viaje nocturno" pero, curiosamente, colocó de nuevo en su lugar y cerró el pecho sin dejar cicatriz, todo esto sin
sólo en el versículo primero se habla de la odisea nocturna del Profeta y se li- que Mahoma se diera cuenta. 263
mita a decir que el viaje se hizo "del templo sagrado de La Meca al templo de la Cuando Gabriel invitó al Profeta a montar en la bestia, ésta se encabritó y,
n1ezquita remota", clara alusión a Jerusalén, sin agregar nada sobre los cielos milagrosamente dotada del uso de la palabra, protestó. Pero Gabriel se encargó
visitados. 259 En el resto de la azora, que consta en total de ciento once versícu-:- · de asegurarle que ningún mortal era más digno de montarlo que Mahommet
los, no hay una sola mención más del viaje. Hay, sí, alusiones a este número de ibn Abdalah, jefe de los hijos de Adán, sello de los profetas, que tenía a los cie-
cielos en el Corán, en el versículo 27 de la azora II, y en los versículos 10 y 11 los a su diestra y a su siniestra el fuego de la Gehenna o infierno. Mahoma,
de la XLI se nos dice que antes sólo eran un montón de humo, y que en el cur- por su parte, tranquilizó a al-Buraq asegurándole que, mediante su interce-
so de dos días Alah los dividió y le asignó a cada cielo su función particular. sión, entraría al paraíso. La primera escala del vuelo fue en el Monte Sinaí, en
Mahoma, según Ibn Ishaq, contó que donnía al lado de Aísha cuando el el cual Dios había entregado a Ivloisés las Tablas de la Lty La segunda, en Be-
ángel Gabriel lo tocó con el pie. Se sentó en el lecho, no vio nada y se volvió a lén, por haber sido ese pueblo la cuna de Jesús, hijo de María. Proseguido el
dormir. Esto sucedió una vez más. A la tercera, vio ya a Gabriel. 260 Me permito vuelo, Mahoma escuchó voces y se le apareció una bella mujer que trató de
contar el resto de este viaje fabuloso basado en varios autores, y en particular en hablar con él y seducirlo. De las voces, una era de un cristiano, y la otra de un
la narración de Washington Irving, con la inclusión textual de algunos párra- judío. Si Mahmna les hubiera prestado atención, le dijo Gabriel, su pueblo se
fos de este escritor norteamericano en la traducción de María Mercedes Bre- habría convertido bien al cristianismo, bien al judaísmo. La dama era el mun-
gada.261 Fue, se dice, una de las noches más oscuras y terriblemente silenciosas do, con todas sus riquezas, vanidades y halagos; si Mahoma la hubiera es-
cuchado, su nación hubiera elegido los placeres de la vida y no los goces eter-
256 Citado por Roger Caratini ( 1993), p. 265.
257 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 578; Ibn Hicham (2.004), pp. 44-48. nos, y habría sido sentenciada a la perdición. La parada siguiente fue el templo
258 Roger Caratini (1993), p. 272. de Jerusalén. Mahoma desmontó, entró en el templo, y allí se· encontró con
259 El Corán, :X:VIb.
262
260 Ibn Ishaq ( 1995), p. 182. Ibn Ishaq (1995), p. 182.
263
261
Washington Irving (1945), pp. 79-83. Malek Chebel (1995), pp. 271-272.

233
Abraham, Moisés y Jesús, este último también llamado Isa. Tras uña oración ban, y sostenía en la mano una lanza flamígera. Su trono estaba rodeado por lla-
conjunta, una escalera luminosa bajó del cielo. Su primer peldaño quedó apo- mas y, ante él, había un montón de cadenas al rojo vivo. Mahoma se enteró de
yado en la Shakra o piedra fundamental en la cu_al, se dice, quedaron grabadas que, si de pronto este ángel vengador bajara a la Tierra, se secarían los mares, las
las huellas de sus pies. Esta roca, o piedra, está guardada en el Domo -o Cú- montañas serían consumidas por el fuego y todos los habitantes morirían del
pula- de la Roca, en Jerusalén, es decir, en la mezquita de Ornar. Esta leyenda terror. La ejecución de los castigos divinos contra los pecadores estaba a cargo
es una de las razones por la cual los 1nusulmanes consideran a Jerusalén como de este ángel y sus secuaces.
ciudad sagrada, después de La Meca y Medina. Otra es que allí está enterrado El sexto cielo era de una piedra transparente, llamada Hasala. Lo habitaba
Adán, y una más, que, según lo musulmanes -esto lo hemos ya menciona- un ángel, guardián del cielo y de la Tierra, cuyo cuerpo era la mitad de nieve
do-, fue el lugar donde Alah le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo Is- que nunca se derretía, y la mitad de fuego que nunca se apagaba. Alrededor de
mael. Por lo demás Mahoma, que se sepa, jamás viajó a Jerusalén. La Cúpula este ángel, un coro de ángeles cantaba: "Oh Alah, tú que has unido a la nieve y
de la Roca se levanta en el mismo lugar donde se supone estaba el Templo de al fuego, une a todos tus :fieles servidores en la obediencia de tu Ley". Aquí e]
Salomón antes de que fuera destruido por los romanos en el año 70 de nuestra Profeta fue acogido por Musa, o Moisés, quien lloró en sus hombros, porque
era, y constituye la primera obra arquitectónica de importancia del islam, en- estaba, dijo, ante un hombre destinado a conducir al paraíso a más hijos de su
264
cargada por Abd al-Malik, quinto califa de la dinastía Omeya, en el 692 en nación de los que él jamás había llevado.
memoria de Ornar. El séptimo cielo era, todo, de luz divina, y de una gloria tan grande que era
El Profeta ascendió por esta escalera -la misma que se le había aparecido imposible describirlo. Mahoma, recibido por el patriarca Abraham, vio que los
en sueños a Jacob-, con una velocidad inaudita. Llegó así al primer cielo, que habitantes de este cielo sobrepasaban en magnitud el tamaño de la Tierra, te-
era de plata pura, y en el cual lo recibió un anciano: Adán. Este cielo estaba nían setenta mil cabezas, cada cabeza setenta mil bocas y cada boca setenta mil
poblado por numerosos anim.ales que eran, según le dijo Gabriel al Profeta, lenguas que cantaban las alabanzas al Señor en setenta mil idiomas distintos
ángeles que bajo estas formas intercedían por los animales terrestres. El más -o sea un total de 2401ooooooo-. Después Mahoma fue transportado a lo
notable de todos era un gallo de una blancura cegadora, que todas las mañanas alto del árbol de loto llamado Sedrat, que florece a la derecha del trono de Alah.
endulzaba los oídos de Alah con su maravilloso canto. En el segund<? cielo, que "Las ramas de este árbol -nos cuenta Washington Irving-, se extienden más
era de metal bruñido, 1V1ahoma se encontró a Noé y lo abrazó. En el tercero, amplias que la distancia que media del Sol a la Tierra. Ángeles más numerosos
que estaba incrustado todo de piedras preciosas tan brillantes que no estaban que las arenas de las costas del mar y de los lechos de todos los ríos y los arro-
hechas para la mirada de los mortales, y siempre guiado por el ángel Gabriel, yos se recrean a su sombra. Sus hojas parecen las orejas de un elefante y milla-
Mahoma conoció a Azrael, el ángel de la muerte. Azrael era inconmensurable res de pájaros inmortales cantan en sus ramas, repitiendo los sublimes ver-
y sus ojos estaban separados por "setenta mil jornadas de camino". Azrael te- sículos del Corán. Sus frutos son más suaves que la leche y más dulces que la
nía ante sí un gran libro con los nombres de todos los seres humanos que es- miel. Uno solo de estos frutos sería suficiente para el sustento de todas las cria-
taban vivos. Cuando borraba un nombre, aquel a quien correspondía moría al turas de Dios reunidas. Cada semilla encierra una hurí, o virgen celestial, pues-
instante. ta allí para la felicidad de los verdaderos creyentes. De este árbol nacen cuatro
Otro ángel inmenso, de una altura igual a "quinientos días de camino", ha- ríos, dos corren en el interior del paraíso, y dos salen fuera, y son el Nilo y el
bitaba en el cuarto cielo, qué era todo de la plata más :fina. Era el ángel de las lá- Éufrates". 265 ·

grimas; desde sus ojos corrían, transparentes, los dos arroyos eternos de las lágri- Gabriel guió entonces al Profeta hacia al-Mamour, o Casa de la Adoración,
mas que derramaba por los pecados de los hijos de los hombres y los terribles que estaba construida con jacintos y rubíes y en cuyos alrededores florecían
castigos que les esperaba!).. El quinto cielo era de oro puro. Allí Aarón recibió a lámparas perpetuas. Allí le ofrecieron a Mahoma tres vasos. Uno contenía
Mahoma con júbilo, y el Profeta conoció al ángel vengador, cuyo rostro, de piel vino, el otro leche y el tercero miel. Mahoma bebió la leche y Gabriel lo con-
de color de cobre, estaba cubierto de granos espantosos. Sus ojos relampaguea- gratuló, diciéndole que, si hubiera elegido el vino, todo su pueblo se habría

265
264 Jonathan Bloom y Sheila S. Blair (2003), p. 61. Washington Irving (1945), p. 84.

235
apartado del camino recto. La leche, según el sabio Ibn Arabi, es "la forma toma su nombre la azora CVIII, y que fue creado especialmente para Mahoma
aparente del conocimiento". 266 por Alah, el Profeta debe seguir su camino solo, ya sin la compañía de Gabriel.
La Casa de la Adoración se asemejaba a la Kaaba de La Meca y cada día era Tiene entonces que atravesar un gran número de cortinas dispuestas en series de
visitada por setenta mil ángeles de la más alta jerarquía. Mahoma se unió a setenta cada una. El espesor de cada cortina es de quinientos años de camino.
ellos, y dio siete vueltas a al-Mamour. Es ésta la Kaaba celeste mencionada por Las primeras setenta son de terciopelo de colores preciosos y luego, sucesiva-
Chebel a la que antes nos referimos. 267 mente, de perlas, rubíes y esmeraldas, de agua, granizo, nieve, niebla, oscuri-
Sólo le quedaba a Mahoma el encuentro con Alah. Dicen las tradiciones que, dad, fuego y luz. Cuando el Profeta llega al fin ante la presencia del Altísimo, es
tras la visita a la Casa de la Adoración y en una fracción de segundo, fue trans- cuando se establece el regateo por las oraciones, Alah le entrega a Mahoma el
portado por un espacio inmenso en el que se alternaron dos regiones, ilumi- Corán, alza la cortina de la gloria y su esplendor deja ciego a Mahoma. Después
nada una con una luz intensísima y otra sumida en una profunda oscuridad. Alah le pone su mano en la cabeza y, "al sentir Mahoma el frescor de su mano,
Llegó así el Profeta a dos pasos del trono de Alah, cuyo rostro estaba cubierto descubre que sabe todas las ciencias y todo lo futuro". Al retirarse, Mahoma
por veinte mil velos, ya que ningún ser podía contemplarlo sin morir al ins- contempla el trono de Alah, sustentado por cuatro ángeles, hecho todo de cla-
tante. Mahoma sintió un frío glacial que le atravesaba el corazón cuando Alah ridad y aposentado sobre los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.
puso una mano sobre su hombro y la otra en su pecho. Mahoma, mientras reci- Mahoma visita los paraísos, que son siete, bajo la guía de Gabriel. Los pa-
bía del Altísimo muchas de las doctrinas contenidas en el Corán, se sumergió raísos están llenos de árboles y suavísima sombra, ríos y arroyos no sólo de agua
en un éxtasis inefable y se vio envuelto por una celestial fragancia. transparente, sino también de miel, leche y vino -un vino celeste que, desde
Cuenta la mayor parte de los biógrafos algo muy especial que le sucedió a luego, no embriaga ni causa sopor-. Había también palacios, castillos, torres,
Mahoma: en su retorno de los cielos, se encontró de nuevo con Moisés, quien murallas de materiales preciosísimos, y a cada uno de los elegidos le tocaban en
le preguntó qué le había ordenado Alah. "Que haga yo cincuenta oraciones al esos paraísos quinientas mujeres, cuatro mil vírgenes y ocho mil sirvientas. Por
día", contestó. Moisés le dijo entonces que era una cantidad muy alta que, con supuesto, las mesas estaban siempre llenas de exquisitos manjares, y en uno de
seguridad, los creyentes no estarían dispuestos a cumplir, y que le pidiera una esos edenes se levantaba un árbol, llamado Tuba, de un tronco de rubí tan gran-
rebaja al Altísimo. Así lo hizo Mahoma: regresó al séptimo cielo, y consiguió que de que un velocísimo jinete tardaría cien años en darle la vuelta, con ramas de
Alah rebajara a cuarenta las oraciones. Moisés opinó que de cualquier modo esmeralda, hojas de terciopelo y frutos como perlas a tal p~nto gigantescas que
eran demasiadas, por lo que el Profeta se vio obligado a hacer varios viajes al una sola bastaba para alimentar a cien hombres durante un año. 268
séptimo cielo, de ida y vuelta, hasta que el número de o"raciones quedó, al fin, Algunas versiones de este viaje indican que Mahoma visitó también los
reducido a cinco. 11ucho debe estar agradecido el islam tanto a Moisés como a siete infiernos. Pero en este caso la descripción de estos antros no es tan rica
la capacidad de regateo de su Profeta, porque, de no ser así, todos los musul- como la referente a los varios cielos y paraísos. Se nos dice que en el séptimo
manes de la Tierra tendrían que interrumpir sus labores ~y en consecuencia infierno reside el Diablo, y todos los siete infiernos cuentan con siete puertas
paralizar a sus respectivos países- cincuenta veces cada día. cada uno. A los condenados se les deja asomarse por estas puertas para que
Félix M. Pareja tiene 1nucho que agregar a lo que contempló Mahoma en el contemplen el cielo y se den cuenta de lo que han perdido. En la primera puer-
curso de este viaje fantástico. Por lo delicioso de su 1naterial, me permito tam- ta están los idólatras; en la segunda los apóstatas; en la tercera, los que poseye-
bién citarlo in extenso. En los cielos hay ta1nbién, entre otras cosas -nos dice ron bienes mal adquiridos así como Gog y Magog -en el Apocalipsis de San
Pareja-, ángeles con cabeza de hombre y cuerpo de toro y otros con cabeza de Juan se dice que en el fin del mundo Gag y su pueblo, Magog, atacarán a los se-
águila o de buitre. En lo que concierne al acercamiento de Mahoma a la man- guidores de Cristo y serán consumidos por el fuego-; 269 en la cuarta, los juga-
sión de Alah, se cuenta ~na variante: al llegar al "loto del término", de cuyas dores y blasfemos; en la quinta, los que oraron mal y no dieron limosna; en la
raíces brota el n1anantial del Kawtar -o Kauther-, el río del paraíso del que sexta, los que desacreditaron a los profetas; en la séptima, los falsificadores y

268
26 óMalek Chebel (1995), p. 242. Félix M. Pareja (1975), pp. 180 y ss.
269
267
!bid., p. 233· San Juan 20:7-9.
estafadores. Ló que no queda claro es si esto es igual en cada una de las siete familia del faraón: todos tenían unas barrigas inmensas. Vio también a unas
puertas de cada uno de los siete infiernos. mujeres colgadas de los pechos: eran aquellas que habían dado a sus esposos
Anwar G. Chejne nos señala que en la literatura aljamiada -o escritura en hijos bastardos. Contempló también cómo todos los días salían del paraíso
castellano de los moriscos con caracteres arábigos- existen otras versiones del setenta mil ángeles que no habrían de retornar sino hasta el Día del Juicio. El
Miraj. En una de ellas se cuenta que en el primer cielo un anciano Adán son- historiador árabe se refiere enseguida a las negociaciones que el Profeta tuvo
ríe cuando mira a su derecha, donde se encuentra el paraíso, y cuando ve a su con Alah sobre el número de oraciones diarias obligatorias, y hasta allí llega su
izquierda, donde está el infierno, llora. La puerta del segundo cielo, está guar- narración del prodigioso viaje nocturno de Mahoma. 272
dada por un conserje cuyo asiento es de nieve, luz y fuego. En el cuarto cielo, un Algunos musulmanes hablan de un segundo viaje de Mahoma al cielo. 273
ser gigantesco -el ángel de la muerte- tiene a su derecha una tabla donde es-
tán escritos todos los nombres de los hijos de Adán, como lo están asimismo Fantasía, una fantasía exaltada e hiperbólica, desorbitante, es la que abunda en
en las hojas del inmenso árbol que crece a su lado. Se habla también de la tra- todas estas descripciones. Hay también algunas incongruencias. La más grave
vesía de Mahoma a lo largo de un océano de luz verde, y otro océano negro. 270 de todas, recogida por Ibn Hicham y otros autores, es que Mahoma, después de
Nuestro autor señala la singular importancia de los escritos aljamiados, ya que su visita al séptimo cielo, fue conducido por Gabriel al paraíso, y se encontró
fueron escritos por fieles del islam que no querían que otros musulmanes de allí con una bella y joven mujer de labios color rojo oscuro, a quien le pregun-
habla hispana, que habían olvidado el árabe, olvidaran también los principios tó a quién pertenecía: "pertenezco a Zayd ibn Harith, el esclavo que liberaste",
de la religión del Profeta. le contestó a Mahoma. Éste Zaid no era otro, desde luego, que el hijo adoptivo
La descripción de los paraísos tampoco está muy lejana de la contenida en el del Profeta, y quien, de regreso a La Meca, le anunció la nueva buena. 274 Más
capítulo 21 del Apocalipsis de San Juan, sobre la Nueva Jerusalén, a la que el autor tarde Zaid conoció en la tierra a la mujer, cuyo nombre completo era Zaynab
se refiere como una ciuda~ deslumbrante hecha toda de oro puro, con cin1ien- bint Jach, se casó con ella y, en lo que constituye una de las anécdotas más re-
tos de jaspe, zafiro, esmeralda, topacio, ónice y otras piedras preciosas, con doce probables de la vida de Mahoma, éste logró que Zaid la repudiara más tarde para
puertas de perlas, calles pavimentadas con oro y, en medio de ella, el Árbol de la que se casase con él. Como era de esperarse, la acción del Profeta fue aprobada
Vida. El oro, la plata, las gemas, son, por lo tanto, una parte sumamente im- por Alah, gracias a que, como se verá, le reveló muy oportunamente unos ver-
portante del premio a ~os justos, y de hecho Mahoma promete que todos ten- sículos que lo dejaron libre de toda culpa.
drán en el cielo tanto oro como deseen: sin duda, los musulmanes y cristianos Pero, aparte de la inmoralidad cometida por el Profeta, uno se pregunta:
que creían en esa promesa no tenían en cuenta la ley de la oferta y la demanda, ¿qué hacía allí, en el paraíso, entre ángeles, genios, huríes, monstruos y pro-
o no imaginaban su existencia, ya que es evidente que tanta abundancia haría digios una mujer que estaba viva y habitaba en la Tierra? ¿Cómo una misma
perder todo su valor al precioso metal y a las piedras. De cualquier manera, aun- persona podía estar al mismo tiempo viva en el paraíso y viva en la Tierra? La
que la escritura del Apocalipsis es muy anterior al nacimiento de Mahoma, es imaginación no tiene límites y la lógica brilla por su ausencia. Mahoma tam-
interesante recordar, tal como lo señalan Calleen McDannell y Bernhard Lang bién ve en el paraíso al propio Zaid y al gran Yaafar, quienes gozan, ya muertos,
en su erudita y fascinante Historia del Cielo, que los musulmanes llevaron a de la gloria de haber caído en defensa del islam en la Batalla de Muta, la cual
España un cielo caracterizado más por el goce de los justos que por la alabanza todavía no había tenido lugar cuando el Profeta ascendió al cielo.275
y la contemplación eternas. 271 El Miraj, llamado tan1bién al-Isra o Laylat al-Miraj, se celebra el día 27 del
Ibn Ishaq agrega otras variantes, de acuerdo a la tradición contada por Abu mes de Rajab 276 y entre los sufíes ha pasado a simbolizar el progreso a través de
Said al-Khudri: en el primer círculo, Mahoma vio a unos hombres con labios la ascensión espiritual. 277
de camello que tenían en _las manos piedras de fuego. Arrojaban estas piedras a 272
Ibn Ishaq (1995), pp. 185-186.
su propia boca, y al momento les salían por el ano. Éstos eran los pecadores 273
Véase nota a pie en El Corán ( 1991), p. 250.
274
lbn Hicham (2004), pp. 147-148.
que habían gastado la fortuna de los huérfanos. Vio luego a los miembros de la 275
Miguel As:ín Palacios (1984), p. 12.
276
270 Anwar G. Chejne (1999), p. 356. John L. Esposito (1999), p. 234.
277
271 Calleen McDannell y Bernhard Lang (1990), pp. 16-17. Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 202.

239
LA HÉJIRA y MEDINA Mahoma: "¿Y si pereciéramos por tu causa, cuál será nuestra recompensa?" Su
respues t a f ue: " ¡El para1so.
, 1"282 Fue entonces, nos dice Ibn Ishaq, cuando el Pro-
Un día, cuando Mahoma predicaba en la colina de Al Akaba, lo escucharon al- feta recibió de Alah el permiso para combatir en nombre de su religión, recogi-
gunos peregrinos de la poderosa tribu de los jazraditas, que habitaban en Me- do en los versículos 40 a 43 de la azora XXII: "Dios asistirá al que le asiste en su
dina. Seis de ellos fueron conquistados por la palabra de Mahoma, y todo indi- lucha contra los impíos".
ca que volvieron a Medina convencidos de que Mahoma era el Mesías con el Antes de emprender el viaje Mahoma se salvó de otro intento de asesinato
cual los judíos los amenazaban y que era preferible apropiarse de él, aprove- planeado por sus enemigos koreishitas, los cuales, al tanto del crecimiento de
charlo, antes de que lo hicieran los israelitas. 278 adeptos que no pertenecían a sus clanes, comenzaron a temer un ataque por
Se tiene entendido que Medina, una ciudad ubicada a unos cuatrocientos parte de los nuevos creyentes. En el curso de una reunión los koreishitas deci-
kilómetros al norte de La Meca, había sido habitada por grupos de judíos que dieron entonces que cada clan escogiera a un guerrero, joven y fuerte, bien na-
el emperador Adriano expulsó de Palestina hacia el año 135 de nuestra era, y cido, aristócrata, para que, juntos, sorprendieran al Profeta mientras dormía, y
que en la época en que llegó el Profeta convivían con varias tribus árabes. En que todos encajaran su espada en el vientre de Mahoma al mismo tiempo, de
realidad se trataba de tres tribus que dominaban la riqueza agrícola del país: los manera que ninguno cargara con la culpa de haberlo matado. Mahoma, adverti-
qainuqa, los nadir y los quraiza -o koraiditas-. Poseían grandes sembradíos do una vez más por su fiel guardián, el ángel Gabriel, le pidió a Alí que durmiera
de árboles frutales y paln1eras datileras que habían transformado a Medina en en su lecho, cubierto por una manta verde de Hadramaut con la que solía cobi _
un oasis. jarse, y le aseguró que estaría a salvo. En efecto, nada le sucedió a Alí, y Mahoma
Después de ese primer encuentro con los seis medinenses, Mahoma reci- logró escapar pasando entre sus enemigos, sin que éstos lo vieran, porque Alah
desvw ., . d 283 u , le fue revelado, el número 30 de la
bió una visita oficial de doce representantes, a la que se le dio el nombre de sus mira as. n nuevo vers1culo
aqaba, y un año más tarde, una tercera, de setenta y tres. Fue la segunda aqa- azora VIII: "Cuando los infieles conspiraron contra ti, oh Mahoma, cuando que-
ba.279 Ante el entusiasmo manifestado por sus oyentes, Mahoma tomó la deci- rían aprehenderte o expulsarte, Dios a su vez conspiró contra ellos; y en verdad,
. es e1 meJor
D10s . conspira . dor "284
. Mahoma tomó la decisión de abandonar La
sión de establecerse en la que llegaría a ser la segunda ciudad sagrada del islam.
Antes, sin embargo, los medinenses se vieron obligados a respetar la autoridad Meca en compañía de Abu Bakr -a quien desde entonces se le conoció como
de Mahoma, a observar ciertas reglas morales y, desde luego, a renunciar al poli:.. Ciddiq, hombre de fe- 285 y se refugió en una cueva del Monte Thor, o Thaur.
teísmo. También les exigió Mahoma a los medinenses que se cornprometieran Había comenzado la Héjira -de ijra, huida-, y con ella el día uno del año
uno de la era islámica, contado a partir de la puesta de Sol del jueves 15 de ju-
a luchar por él y por la nueva fe. Así lo hicieron, mediante lo que se llamó "el
lio del año 622 de la era cristiana, y, en la práctica, a partir del16 de julio. Fue
juramento de guerra", bay at al-harb. 280
Ornar, el segundo califa, quien en el año 639 determinó el principio del calen-
Mahoma envió entonces a Medina a uno de sus discípulos más capacita-
dario lunar musulmán, al que hoy se le distingue con las siglas A. H., corres-
dos, Musab ibn Omeir, para preparar el terreno y sembrar la semilla de la fe.
pondientes al latín Anno Hegirae. También se ha empleado el plural, Héjiras,
Para vigilar la ejecución del pacto, se designó a doce medinenses -nueve ja-
P~:a designar tanto al exilio de los musulmanes en Abisinia como a la emigra-
zraditas y tres awasitas- que fueron considerados por Mahoma con1o sus
281 cwn de aquellos que acompañaron a Mahoma a Medina.
doce apóstoles -ya que doce habían sido también los apóstoles de Cristo-
Los koreishitas se enfurecieron al conocer su huida -cabe señalar que mu-
y desde entonces los musuln1anes de Medina recibieron el non1bre de ansaria-
~hos .musulmanes no aceptan esta palabra, puesto que afirman que en árabe hi-
nos, o Auxiliadores, y los primeros inmigrantes, que precedieron al Profeta, el
Jra sólo significa emigración-, 286 ofrecieron cien camellas de recompensa para
de mohadyerinos. Irving cuenta que cuando los medinenses le preguntaron a
282
Washington Irving (1945), p. 90.
283
m Maxime Rodinson (1967), p. 174. Martin Lings (1986), p. 195.
279 284
Roger Caratini (1993), pp. 286-287. Ibn Ishaq ( 1995), p. 223; El Corán (1995) VIII:3o.
280 Ibid., p. 288. 285
Ibn Hicham (2004), p. 143.
281 Maxime Rodinson (1967), pp. 174, 175. 286
Maxime Rodinson (1967), p. 176.
quien lo encontrara y lo regresara a La Meca, y emprendieron su persecución. fundó la ciudad de Medina, y la "legó" a Mahoma a su muerte, ocurrida el mis-
Tuvo entonces lugar, en la cueva del Monte Thor, uno de los milagros más ca- mo día en que nació el Profeta. 289
ros a la mente de los creyentes, si bien parece copiado del que se atribuye al rey Alguien más entró a Medina con él: un persa llamado Salman al-Farisi, o
David: una acacia brotó de pronto frente a la cueva, en la acacia una paloma Salman el Persa, nacido en las cercanías de Isfahán, a quien las malas lenguas le
empollaba sus huevecillos y una araña tejió en instantes una gran y complicada atribuirían el haber ayudado a Mahoma a escribir el Corán. Pero un versículo
tela cuyos extremos unían varias de las ramas de la acacia con múltiples bordes del libro sagrado, el número 105 de la azora XVI lo niega: "Nosotros sabemos
de la entrada de la caverna. Esto les hizo pensar a los perseguidores koreishitas bien que dicen: un hombre lo instruye. La lengua del que quieren indicar indi-
que nadie podía haber entrado en varios días a la cueva, y siguieron de largo. No rectamente es una lengua bárbara, mientras que el Corán es un libro árabe
deja de sorprender que Ibn Ishaq y Rodinson no mencionen este portento. Por claro". Salman le fue de gran utilidad a Mahoma y los creyentes han tenido
su parte, Blachere nos recuerda que en la célebre Leyenda áurea o Leyenda do- siempre un gran respeto por su figura, al considerársele como el primer mu-
rada, colección de biografías de santos escrita en el siglo XIII por el arzobispo sulmán no árabe que puso su talento al servicio del islam. 290 Salman al-Farisi
de Génova Jacobo de Vorágine, hermosa mezcla de realidades y maravillas, un había sido un zoroastriano, -encargado de cuidar el fuego eterno, antes de caer
milagro semejante también le pasa a San Félix. 287 en manos de un judío que lo hizo su esclavo. Salman le dijo al Profeta que de-
Mahoma pudo continuar su camino. El Profeta y Abu Bakr estaban vesti- seaba convertirse al islam. Mahoma lo acogió, pero se vio obligado a comprar
dos con albeantes túnicas blancas, y fue un judío el primero que los vio y c'o- su libertad. El precio consistía en plantar trescientas palmeras datileras en el
rrió la voz de su llegada. A medida que se acercaba a la ciudad de Medina, se le terreno del judío, y darle cuarenta onzas de oro. Entre varios musulmanes jun-
unieron prosélitos que se convertían a la sola vista del Profeta. Los musulma- taron las trescientas cepas de palmeras y las plantaron. Faltaba pagar el oro.
nes que antes que él se habían refugiado en lvledina, sabedores de su próxima Mahoma, entonces, se metió en la boca un pedazo de oro que desde luego es-
llegada, salieron a recibirlo para encontrarse con él en Koba o castillo de Aca- taba muy lejos de tener ese peso, lo enjuagó con su lengua y su saliva y se lo
ba, un lugar en el que abundaban los viñedos, las palmeras, las huertas y toda entregó a Salman: gracias a esta operación, el trozo del metal precioso adquirió
clase de frutas. Fue Qaswa, la camella del Profeta, la que eligió el lugar, al do- el peso requerido. 291
blar las rodillas y negarse a seguir. Allí se construiría una mezquita conmemo- Poco después se reunieron con Mahoma en Medina sus familiares y los de
rativa, llamada Al Takwa. Los medinenses llevaron ropas blancas y limpias a Abu Bakr, entre ellos la adorada esposa del Profeta, Aísha, y su sobrino Alí.
Mahoma y Abu Bakr para sustituir sus vestiduras deterioradas y sucias por el Medina había sufrido una cruenta guerra civil entre los rivales de siempre.
recorrido. Mahoma decidió entrar a la ciudad en viernes, en el sexto día del Antes de su llegada dos clanes árabes, los awasitas y los jazraditas tenían largos
mes Rabi. Acompañado por setenta hombres a caballo presididos por el caci- años de disputarse el poder. Los medinenses, nos dice Caratini, comenzaron a
que medinense Boreida ibn al-Hoseib, y bajo un dosel de hojas de palma. El darse cuenta de que necesitaban con urgencia un líder que evitara la anarquía
Profeta fue recibido por una multitud enardecida no como alguien que busca- que los amenazaba. 292 Los dos clanes se habían enfrentado en la batalla de Bua-
ba asilo, sino como a un guerrero victorioso. 288 ath, y la ciudad estaba en efervescencia. 293 Sin embargo, la presencia de Maho-
Medina formaba parte ya, de alguna manera, de la herencia del Profeta: en ma ayudó a restaurar cierta tranquilidad, y éste, a su vez, encontró en Medina
la literatura aljamiada figura una leyenda de la fundación de Medina por un un lugar mucho más propicio que La Meca· para que fructificaran sus prédicas.
poderoso rey que sitió La Meca para destruir la Kaaba. La cita Anwar G. Chej- Se dedicó, en Medina, a invitar a sus oyentes a ejercer la bondad y la limosna,
ne en su Historia de la España musulmana. No se conoce el nombre del mo- así como a difundir la doctrina. Mahoma inició la construcción de una mez-
narca, ni la fecha del asedio, pero sí que de la nariz comenzó a salirle un humor quita y una casa contigua en la que habría de habitar, en un cementerio som-
fétido y que, habiendo co:p.sultado a los médicos, éstos le aseguraron que sana-
ría si desistía de sus propósitos. Así lo hizo el rey, quien, dirigiéndose al norte 289
Anwar G. Chejne (1999), p. 354·
29

291
°Karen Armstrong (1993), p. 156.
Martín Lings (1986), pp. 346, 347·
292
287 Regís Blachere (1952), p. 89. Roger Caratíni (1993), p. 285.
293
288 Washington Irving (1945), pp. 93-95. Martin Lings (1986), p. 181.

2 43
breado de palmeras. 294 Este templo, aun hoy día, se llama Masjid al-Nebi -la LA UMMAH
mezquita del Profeta-. La palabra mezquita procede del árabe masyid, que sig-
nifica oratorio, y que al parecer llegó a Europa probablemente por conducto de Mahoma designó en un principio como ummah al conjunto de los fieles de
los cruzados a través de la variante armenia mizkit. 295 Medina, pero poco después este mismo nombre se les dio a los creyentes de La
El Profeta mostró pronto a los medinenses que, aun siendo ya un personaje Meca y con el transcurso del tiempo a toda la comunidad musulmana del pla-
poderoso, llevaba, por lo demás, una vida modesta, alimentándose de dátiles, pan neta. Este concepto fue definido en el texto conocido como "Constitución de
de cebada -o cebada cocida-, leche y miel. Recomendaba a los pobres que co- Medina", en el cual se señalan los vínculos entre los dos elementos que el Pro-
mieran, como él, el humilde fruto de un árbol espinoso conocido como arak. feta unió bajo su égida: los que arribaron con él a Medina y los auxiliares de esta
Encendía él mismo el fuego -en ocasiones usaba boñiga para hacerlo-, hacía ciudad que los acogieron. 303 La ummah expresa la unidad esencial y la igualdad
la limpieza de su habitación y remendaba sus ropas. Sus mujeres vivían en casas de todos los musulmanes de los más diversos orígenes culturales y geográficos.
0 cuartos separados. Gironella agrega algunos detalles sabrosos que nos dan una Designa también, como leemos en el Diccionario Oxford del islam, al pueblo
mejor idea de la personalidad del Profeta: aborrecía a los perros y a los lagartos, al que Dios envió un profeta portador de un plan divino de salvación.304 El li-
detestaba las dentaduras amarillas, así como a los pintores y los escultores, las bro de Roger Caratini analiza los 45 artículos de la Constitución, varios de los
sedas y los brocados, el olor del ajo y la cebolla -aborrecía el mal aliento- y su cuales especifican las obligaciones y los derechos de los judíos. 305
plato favorito era el tharid, sopa de cereales a la cual, ocasionalmente, se le aña-
día un poco de carne. 296 Del cordero, prefería la espaldilla y el hígado. Comía con
parquedad y tenía la costumbre de decir "El musulmán come con un solo intes- DAR AL-ISLAM Y DAR AL-JARB
tino; el infiel come cmno si tuviera siete". 297 Se aderezaba el bigote con un poco
de almizcle y alcanfor298 y usaba turbante -porque los ángeles lo usaban-, y Con el islam, nacieron también dos nuevos conceptos: dar al-islam y dar al-
un manto de color verde. Más adelante, después de la toma de La IV1eca -duran- ]arb. Dar al-islam significa residencia del islam, en el sentido de "territorio del
te la cual llevaba, como dijimos, un manto escarlata- prohibiría el uso de ani- islam", y designa a los países donde impera la Ley o Sharia, en contraste con
llos y vestiduras de color rojo. Afirmaba además que todo musulmán que vistie- dar al-Jarb, "territorio de guerra" -o de los no creyentes-. Esta sola defini-
ra a los desnudos de su fe, "sería vestido por Alah con las túnicas verdes del ción -lo que no es territorio del islam es el territorio del enemigo- basta
paraíso".2 99 Mahoma, en agradecimiento por el refugio que le habrían ofrecido, para recordar que, pese a lo que se diga, el islam es una creencia que nació no
juró que Medina sería para siempre su lugar de residencia, y en efecto, siempre sólo del verbo: también de la espada. Dar al-Jarb se refería originalmente a los
regresó a ella tras todos sus viajes y expediciones, la última vez para morir. En territorios que lindaban con dar al-islam, que no tenían un tratado de paz o un
Medina, nos dice Savary, "1.1a nueva .e1e cund'10' como un vasto 1ncen
. d'10"300
. pacto de no agresión con los musulmanes y a cuyos líderes se les sugería la
Además del nombre de Yathrib, a ésta, la segunda ciudad santa del islam, se conveniencia de convertirse al islam. Sin embargo, durante la época colonial,
le ha dado el de al-Madinat al-Mounawara, "la Ciudad Iluminada" y el sobre- el estatus de las colonias se puso en tela de juicio. Así, como indica el Diccio-
nombre de Dar al-Hijra, "Residencia del Exilio". 301 Se la conoce también como nario histórico del islam, los musulmanes indios alegaban que, debido a la
Madinet el-Nabil, por haber sido la ciudad que le ofreció refugio al Profeta. ocupación, la India Británica era dar al-Jarb, y más tarde algunos sabios musul-
La Héjira señala el nacimiento de la ummah. 302 manes señalaron que la Argelia colonizada era también "territorio de guerra" y
294 Washington Irving (1945), p. 97·
hubo quienes señalaron el deber de los argelinos de emigrar hacia dar al-islam. 306
295 Jean Corominas (1961), p. 386. En un principio, parecía que eran muchos los judíos de Medina dispuestos
296 José María Gironella (1989), pp. 41-43.
297
a aceptar el islam -que era después de todo una doctrina monoteísta, como la
Roger Caratini (1993), p. 319.
298 Washington Irving (1945), p. 71.
003
299 [bid., p. 98. Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), pp. 206-207.
300 M. Savary (1982), p. 44· 304
John L. Esposito (1999), p. 327.
305
30i En Mardam-Bey, Farouk y Elías Sanbar (2004), vid Salah Stétié, p. 15; Malek Chebel (1995), P· 264. Roger Caratini (1993), pp. 308-313.
306
302 Máximo Campanini (2003), p. 45· Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 62.

244 245
suya-, pero Mahoma deseaba que la gente se convirtiera por convicción y no las atribuciones fundamentales de los jefes de Estado musulmanes. La khutba
por conveniencia. Sin embargo, permitió que los judíos que abrazaban la nueva refleja, leemos en el Diccionario histórico del islam, el espíritu de la enseñanza
fe continuaran la observancia del sábado, así como de varias leyes y ceremo- de Mahoma que éste se vio obligado a adoptar desde el comienzo de su vida en
nias mosaicas, y dispuso que los árabes y los judíos de Medina firmaran un Medina, "para forjar la mentalidad combativa y la unidad de su comunidad":309
pacto de unión y paz que enterrara sus antiguas disputas. Mahoma, al frente de un Estado en ciernes, se vio obligado a crear una legisla-
ción y a administrar la vida de los nuevos adeptos, que eran, además de sus
fieles, sus súbditos y conciudadanos. Según Yassin, un autor citado por Bruno
MAHOMA Y EL CORÁN, ANTES Y DESPUÉS DE MEDINA Étienne, Mahoma solía en ocasiones transfigurarse al hacer un discurso: sus
ojos "se le inyectaban de sangre" y su voz adquiría un tono "alarmante, a tal
En Medina, casi sin darse cuenta, Mahoma, además de jefe religioso, se había punto que uno podría pensar que se encontraba en combate". 310
transformado en un líder político y, poco después, en un jefe militar. Cambia- Éstas fueron las razones por las cuales, en el islam, la religión y el Estado,
ron también sus revelaciones. Muchas de ellas comenzaron de ser de carácter la teología y las leyes, nacieron indisolublemente unidos ... para siempre. La
práctico. Las nuevas responsabilidades adquiridas obligaron al Profeta a dejar causa, también, de que la libertad sea un concepto ajeno al pensamiento islá-
de ser un simple mensajero de Dios, para asumir los papeles de estadista y jefe mico. El islam, no lo olvidemos, es sumisión.
militar. Se transformó así en administrador y legislador rio sólo de la comuni-
dad musulmana, sino de todos los medinenses.
Es necesario hacer hincapié en la aspiración de Mahoma -aceptado por Los FUNDAMENTOS DEL ISLAM

los medinenses como árbitro de sus querellas- de crear lo que hoy llamaría-
mos un estado de derecho que procurara justicia para todos, así como en su El islam es una religión construida en base a una arquitectura teológica que
condena de la acumulación de fortunas excesivas: los ricos tenían que pagar tiene tres fuentes, afirma Malek Chebel: el islam en sí, o sumisión; imam que es
"el impuesto de la purificación". También que era su intención acabar con la la fe, e ishan, que es la bondad o sentido de la caridad. 311
cadena interminable de venganzas y contravenganzas que las tribus árabes ha- El islam, cuyos fundamentos son los atributos de Dios, se levanta sobre
bían sufrido y fomentado -cmno parte de una sólida tradición- desde tiem- cinco Pilares o cinco arkan al islam. El notable teólogo y filósofo persa Al-
pos inmemoriales. Armstrong señala que, por otra parte, Mahon1a le otorgó a Ghazali, o Algazel, educado en el sufismo, resume los atributos de Alah en sie-
las mujeres derechos que antes eran inconcebibles, al permitírseles participar te: poder, ciencia, vida, voluntad, oído, vista, palabra. 312
en las herencias -pese a que les tocaba la mitad de lo que correspondía a sus Los cinco Pilares son, a grandes rasgos:
hermanos varones- así como hacer el papel de testigos legales, si bien su tes-
timonio valía la mitad de lo que valía el testimonio de los hombres. 307 Volvere- 1) La shahada, a la que ya nos hemos referido y que en árabe significa "testi-
mos al tema de la mujer y el islam. monio"313 o profesión de fe manifestada, así sea sólo una vez en la vida, con
Y así como cambió Mahoma, cambió también el Corán. Todos los histo- una profunda y total convicción. Esto implica creer por encima de todas las
riadores han señalado las notables diferencias que existen entre las llamadas cosas en un Dios único, así como en sus ángeles, en las revelaciones de los
"azoras mecanas" y las "azoras medinenses". Del Valle lo expresa de manera clara libros sagrados -el Corán y el Pentateuco-, en los Profetas -no sólo en
aunque quizás un tanto radical. Para este investigador, el mensaje de La Meca, Mahoma, sino en los que él había reconocido como Profetas anteriores a su na-
"moral, misericordioso y ecuménico", en Medina se transformó en "oscuran- cimiento-, y asimismo en la resurrección y el Día del Juicio. Una vez que el
tista, guerrero y revanchista". 308 Se llama khutba a una arenga de carácter tanto
político como religioso que precede a la oración de los viernes, y ha sido una de 309
Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 478.
310
Bruno Étienne (1987), p. 152.
311
Malek Chebel (1995), p. 217.
312
307 Karen Armstrong (1993), p. 191. Máximo Campanini (2003), p. 53·
313
308 Alexandre del Valle (2002), p. 39· Malek Chebel (1995), p. 87.

247
individuo pronuncia la shahada, será musulmán para siempre. No hay forma to o minbar y teniendo en la mano un bastón, una espada o un arco, pronuncia
de renunciar al islam: la apostasía conlleva la pena de muerte. Aquellos que se "una alocución piadosa que contiene estereotipadas alabanzas a Dios y a su en-
convierten al islam tienen que pronunciarla en voz alta delante de testigos. viado, así como exhortaciones morales". 317 No se trata, pues, de un sermón con
2) La plegaria o salat, que consiste en cinco plegarias diarias -al amane- tema libre. Cada una de las cinco plegarias diarias recibe un nombre especial. La
cer, al mediodía, a media tarde, al atardecer y por la noche- precedidas de plegaria del alba se llama as-Soubb; la de media n1añana al-Dhouhr; la del medio-
abluciones, que pueden efectuarse de manera individual o colectiva al llamado día al-Acra; la del atardecer al-Maghrib, y la nocturna al-Icha. En el Libro de lo
que hacen los almuecines desde los alminares o torres de las mezquitas. Si no lícito y lo ilícito -Kitab al-halal wa 1-haram-, de Al-Ghazali, leemos que, de las
hay agua al alcance del creyente, le está permitido limpiar su cara y sus manos cinco oraciones canónicas, la del medio día comprende cuatro rakats o unidades
con arena. 314 Los musulmanes llevan a cabo estas plegarias postrados, con la de movimiento, la del alba dos y la de la puesta del Sol tres. 318 Existen otras ple-
frente en el suelo y en dirección de La Meca -es decir, en la dirección en que se garias para ocasiones especiales: la del viernes o Salat al-djoumoua, la del "te-
supone está situada la ciudad que contiene a la Kaaba-. Esta dirección está indi- mor", recitada en ocasiones de peligro, o las recomendadas durante el Ramadán
cada, en las mezquitas, por un nicho en la pared o mihrab. Las plegarias pueden o mes del ayuno. 319
efectuarse en cualquier lugar donde se encuentre el creyente. Las oraciones del Todas las oraciones deben pronunciarse en árabe. Si no se habla o no se
viernes son las más importantes, por ser éste el día sagrado de la semana para entiende esta lengua, deben memorizarse.
el islam -los cristianos se habían apoderado ya del domingo y los judíos del En lo que concierne a las oraciones o salats cotidianas, un líder musulmán
sábado- y de preferencia deben realizarse en la mezquita, a la que siempre los francés afirma que un jadiz cuenta que el Profeta estableció que con cada una de
creyentes deben entrar descalzos. Al viernes se le llama Yaoum al-Djoumoua o las cinco se expían los pecados cometidos después ·de la salat que la precede. 320
"Día de la Reunión" -o "de la Asamblea" 3) El zakat -en español azaque- es la limosna, llamada también "impues-
Por salat se entiende no la oración íntima y libre que pueda hacerse en to de purificación". La limosna puede ser espontánea, destinada a los más po-
cualquier momento, sino la plegaria ritual, canónica. Una condición prelimi- bres y entonces se llama sadaqua. Como bien señalan numerosos autores, en
nar de la plegaria es la purificación de la persona y de sus ropas así como del el Corán abundan las incitaciones a dar limosna a los necesitados, si bien esto
suelo donde se llevará a cabo. De todos modos, cada musulmán emplea unta- debe hacerse sin prodigalidad excesiva. El zakat es el impuesto obligatorio para
pete individual, y a veces un ladrillo o algo semejante para apoyar la frente. La todos los musulmanes, que puede pagarse en especie o en efectivo, y varía,
ley declara impuros, además de los excrementos -no se debe orar después de desde luego, de acuerdo a las categorías y niveles sociales. Este impuesto es.
satisfacer una necesidad sin purificarse-, a los puercos, las bebidas embria- cobrado por el Estado, el cual lo destina a los pobres y a gastos de salud y edu-
gantes, la sangre y los animales muertos que no hayan sido sacrificados ritual- cación. También al rescate de musulmanes que han caído prisioneros en ma-
mente. Existen grados de impureza: el mayor se adquiere después de un con- nos de infieles, así como a la Guerra Santa o yijad. Con el zakat se inauguró un
tacto sexual y, en el caso de la mujer, también en el acto sexual, pero además sisten1a fiscal primigenio. 321
durante la menstruación y los cuarenta días que siguen al parto. En estos pe- 4) El ayuno, swan o siyam, se lleva a cabo durante el mes de Ramadán -el
riodos no debe siquiera recitar el Corán o entrar a una mezquita. 315 Félix M. noveno del calendario lunar musulmán- y conmemora l2. revelación recibida
Pareja, en La religiosidad musulmana, proporciona una muy detallada descripción por Mahoma en el Monte Hira. Como el calendario musuln1án es lunar, y no
de todos los ritos de la ceremonia, que comprende las diversas posturas que los solar, el mes se inicia después de ponerse el Sol el día 29 del mes que lo prece-
creyentes deben adoptar de manera simultánea. 316 La plegaria incluye también la de, pero sólo hasta que aparece en el cielo el primer filo de la Luna creciente. Si
jutba a cargo de un predicador. Éste no es un sacerdote, ya que en el islam no el tiempo está nublado, se pospone el comienzo del mes del ayuno. 322 A lo lar-
existen sacerdotes ni jerarquías eclesiásticas, con algunas excepciones como los 317
Alessandro Bausani (1993), p. 55·
ayatolah o jefes religiosos entre los chiitas. El predicador o imam, desde un púlpi- •
318
Al-Ghazali (1999), p. 45·
319
John L. Esposito (1999), p. 276.
320
314
Ibid., p. 17. Gilles Kepel (1991), p. 183.
321
315
Alessandro Bausani (1993), pp. 48-51. Hans Küng (1992), p. 161.
316 322
Félix M. Pareja (1975), pp. 53-63. Félix M. Pareja (1975), p. 59·

249
go de todo el Ramadán, los fieles se abstienen desde el amanecer hasta el ano- La gran peregrinación propiamente dicha se inicia el7 del mes Dhu al-Hijjah
checer de todo alimento y bebida -el agua está incluida en la prohibición-, en la Gran Mezquita de La Meca, y a esto sigue la visita a la llanura que existe
así como de fumar, usar perfumes y tener relaciones sexuales. Están exentos entre las colinas de al-Safa y al-Marwa, donde los peregrinos deben recorrer, a
del ayuno los menores, los que tienen padecimientos físicos o mentales, los paso apresurado, siete veces la distancia que existe entre ambos promontorios,
viajeros, las mujeres embarazadas o que amamantan y los ancianos. Bausani en recuerdo de los recorridos que hizo Agar en busca de agua para su hijo Is-
hace hincapié en -que este ayuno es muy duro cuando coincide con los meses mael. El día 8 los peregrinos se dirigen al Valle de Mina -o Muna- a unos 12
más calurosos del año. Nos dice que, incluso, algunos rigoristas afirman que kilómetros de La Meca, y el día 9 al Valle de Arafat. En Mina, entre otras cosas,
tragar saliva rompe el ayuno. 323 Sin embargo, y corx10 nos cuenta Pareja, ape- tiene lugar el rito de la lapidación, consistente en arrojar pequeñas piedras a un
nas entrada la noche los fieles se preparan con entusiasmo para la cena, hay montículo, en tanto se pronuncia, cada vez que se lanza una de las piedras, la
convites y visitas mutuas, las casas todas se iluminan, los cafés rebosan de pa- fórmula ¡Bismillah! ¡Allah hu Akbar! ["¡En el nombre de Dios! ¡Dios es Gran-
rroquianos, y circulan por pueblos y ciudades vendedores de golosinas y re- de!"]. Este rito, que no está prescrito en el Corán, se origina en el hecho de que,
frescos.324 Según la tradición chiita, es recomendable un ayuno voluntario el dé- cuando Satán se rebeló contra Dios, éste lo expulsó y ordenó que fuera lapida-
cimo día del mes de ~vluharran1, llamado Ashura, cuando se conmemora el do. Desde entonces se conoce a Satán como "el apedreado". 327 También se dice
martirio, en el 68o, del nieto de Mahoma, Hussein. Es durante esta ocasión que esta ceremonia se lleva a cabo en recuerdo de Abraham, quien tuvo que
que tiene lugar el peregrinaj_e chiita a la ciudad santa de Kerbala. Otras tradi- ahuyentar tres veces al diablo a pedradas, cuando se disponía a sacrificar a Ismael.
ciones señalan la conveniencia de guardar ayuno en otras fechas, y existe el Una vez más es necesario recordar que según los árabes fue Ismael, no Isaac, el
ayuno de expiación, kaffarah, para purgar ciertas transgresiones o compensar que estuvo a punto de morir a manos de Abraham·. Después, todo aquel cuyos
alguna omisión. 325 medios se lo permitan, sacrifica a un animal, ya sea camello, buey, oveja o ca-
5) El hajj o hagg es el peregrinaje anual, durante el mes de Dhu al-Hijjah, a bra para darse un festín y distribuir carne entre los pobres. Con frecuencia, a
la Gran Mezquita de La Meca, donde se encuentran la Kaaba y la fuente o pozo algunos de esos animales se les adorna con guirnaldas de flores. 328 Este sacrifi-
de Zem-Zem. Todo musulmán debe efectuar esta visita cuando menos una vez cio multitudinario deriva de la "Fiesta del Sacrificio" -Aid el-kabir o Aid el
en su vida. Se escenifican, en esta gigantesca representación, a la que suelen Adha- establecida por el Profeta durante su estadía en Medina. Estén o no en
acudir hasta dos millones de fieles, varios actos relacionados con las vidas de La Meca, vivan donde vivan, todos los musulmanes del mundo deben celebrar
Moisés, Agar e Ismael. Entre otras cosas, el peregrino, provisto de una vesti- esta fiesta con el sacrificio de un animal -por lo general un carnero- el día
dura blanca sin costuras, hecha con dos mantos, llamada ihram, debe dar siete diez del décimosegundo mes lunar. Por último todos los hombres, al igual que
vueltas a la Kaaba -a paso rápido, en sentido contrario a las agujas del reloj, y en la pequeña peregrinación, se rapan la cabeza -unos a otros, o con el auxi-
teniendo la Kaaba a la izquierda- y besar y tocar La Piedra Negra. Se supone lio de barberos que hacen su agosto- y se despojan de los mantos blancos
que con estas circunvoluciones "se pacifica al espíritu del mal''. 326 para volver a vestir la ropa ordinaria, en tanto que las mujeres, que en número
Antes, al llegar al territorio sagrado de La Meca, que comienza a cierta suelen ser una tercera parte de los peregrinos como promedio, sólo se cortan
distancia de la ciudad y que está visiblemente delimitado, el peregrino debe la punta de los cabellos. 329 Parte del peregrinaje es la visita, también, a la tum-
ponerse en estado de sacralización, lo que significa abstenerse de toda relación ba del Profeta, situada, como se ha dicho, en Medina, la segunda ciudad sagrada
sexual y cortarse el cabello y las uñas. Los peregrinos pueden usar sandalias, del islam. Tanto Pareja como Bausani describen toda la peregrinación al deta-
pero no zapatos. A menudo, algunos musulmanes efectúan una peregrinación lle. Este último nos indica que faltó poco para que los sunnitas consideraran la
menor que se puede hacer en cualquier periodo del año y que incluye las cir- yijad o guerra santa como el sexto pilar del islam, como en la práctica lo hacen
cunvoluciones alrededor de la Kaaba. los chiitas. 330

327
323 Alessandro Bausani (1993), p. 6o. El Corán III:31.
328
324 Félix M. Pareja (1975), p. 67. El Corán ( 1995) V:z.
329
325 John L. Esposito (1999), p. 83. Alessandro Bausani (1993), p. 66.
326 Malek Chebel (1995), p. 101. 330 Ibid., p. 69.
Antes de Mahoma, los árabes que regresaban de su peregrinación a La Me- Pero las buenas relaciones de Mahoma con los judíos de Medina no fueron
ca se sentían santificados, y como consideraban ilnpura la puerta de entrada a duraderas. Algunos de ellos, que conocían bien el Pentateuco y en general todo
su casa, hacían abrir otra puerta al lado opuesto. Mahoma eliminó esta cos- el Antiguo Testamento, acudían a la mezquíta para burlarse de las enseñanzas
tumbre.331 de los musulmanes, quienes sólo tenían conocimientos fragmentarios -y de
Se dice que para los musulmanes que habitan fuera de dar-al-islam, el he- oídas- de las Escrituras. En varias ocasiones, los judíos de conducta irreveren-
cho de volverse hacia La Meca en sus oraciones significa integrarse a uno de te fueron expulsados de la mezquita con violencia. 337 Hubo también rabinos
los círculos concéntricos que forman los fieles en la peregrinación alrededor que fingieron convertirse, y otros que se empeñaban en confundir a Mahoma
de la Kaaba, y que se reproducen, invisibles, a lo largo y ancho de todo el pla- con sus preguntas. Ibn Ishaq cuenta el caso de un judío, Lebid ibn Asam, quien
neta.332 Vale la pena agregar un comentario por demás curioso: Ibn Ishaq afirma le hizo un embrujo a Mahoma, el cual le impedía tener relaciones con sus espo-
que los forasteros -se emplea la palabra outsiders en la traducción al inglés- sas. Este embrujo duró un año, según una tradición negada por los mutazilíes y
acostumbraban dar vueltas a la Kaaba desnudos, las mujeres con una mano los "modernistas", quienes arguyeron que nadie tenía el poder de hechizar a un
adelante y otra atrás. 333 profeta y que además Mahoma gozaba de la protección especial de Alah. 338
Todo aquel que ha cumplido con la peregrinación, recibe el título honora- Otros judíos desertaron del islam al enterarse que el Profeta comía carne de
camello y de otros animales prohibidos en el Antiguo Testamento.
rio de hajji. 334
Se da el nombre de umrah a toda otra peregrinación a La Meca, voluntaria, La preocupación de Mahoma sobre la actitud de los judíos se refleja clara-
que no sea el hajj. 335 mente en versículos como el número 38 de la azora II, en el que Alah advierte:
Por lo demás, el islam es pobre en ritos y celebraciones. Además de Aid-el- "Oh hijos de Israel, acordaos de los beneficios con que os he colmado; sed fie-
Kabir, o "gran fiesta", existe la "pequeña fiesta", Aid-el-Sghir, que señala el fin les a mi alianza y yo seré fiel a la vuéstra; reverenciadme y creed en el libro que
del ayuno del mes Ramadán. Suele también festejarse, como señalamos, el cum- os he enviado para corroborar vuestras Escrituras ..." Mahoma estaba conven-
pleaños del Profeta o Al-Jvlawlad an-Nabawi. cido de que su n1ensaje era, en esencia, idéntico al recibido por los judíos en el
Sinaí, y se esmeró en demostrar los vínculos que existían entre su nueva doc-
trina y las revelaciones judeocristianas más antiguas. Debió de pensar, nos dice
MAHOMA, SEÑOR DE LA GUERRA Rodinson, que él y sus seguidores formarían un bloque con los judíos en opo-
sición a los paganos koreishitas y los árabes infieles en general. 339
Las circunstancias contribuyeron en gran medida a esta transformación del Fue en deferencia a los judíos que en un principio Mahoma estableció
Profeta de predicador a guerrero. Se avecinaban tiempos difíciles en los cuales que las plegarias se hicieran en la dirección de Jerusalén. Volver el rostro al
los musulmanes de Medina tendrían que llevar a cabo, para sobrevivir, razzias rezar hacia un punto determinado fue una costumbre heredada de algunos
-ghazi en árabe, y en singular, ghazu-. 336 Según el pacto firmado entre Maho- pueblos antiguos. Los sabeos, por ejemplo, lo dirigían hacia la estrella polar y
ma y los judíos de Medina, éstos debían contribuir al costo de la guerra en los persas zoroastrianos, adoradores del fuego, rezaban de cara al Este, lugar
tanto combatieran al lado de los creyentes, y se comprometieran a defender, del Sol naciente. Pero a fines del año 624, en los momentos en que presidía la
juntos, la ciudad. Al mismo tiempo ningún judío podía ir al cmnbate sin el plegaria, el Profeta tuvo una revelación y ordenó que todos los fieles congre-
permiso del Profeta. De hecho, Mahoma había aceptado la convivencia pacífica gados en la mezquita se dieran vuelta para orar de cara a la dirección de La
con los paganos o infieles -kaftr-, entre los cuales no estaban considerados Ivleca, ciudad que desde entonces sustituyó a la quibla jerosimilitana. Quibla,
los judíos. de hecho, significa "dirección", y de esta palabra se deriva la expresión ahl al-
quibla, o gente de la quibla, que designa a los fieles del islam. 340 Más adelante,
331 El Corán (1995), p. 23 nota cómentarista.
332 Jocelyne Cesari (1994), p. 88. 337
333 Ibn Ishaq (1995), p. 89.
Ibn Ishaq (1995), p. 267.
33
~ Ibid., p. 240.
334 Thomas L. Friedman (1995), p. 33·
339
335 John L. Esposito (1999), p. 327.
Maxime Rodinson (1967), p. 190.
340
Dominique Sourdel (1949), p. 692.
' ' 6 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 313.

253
después de la victoria de Badr, Mahoma declaró que el ayuno, que él mismo una lanza que apenas si podía cargar, de manera que la agonía de la víctima se
había implantado, y cuya fecha coincidía con el Yom Kippur de los hebreos prolongó innecesariamente, que eso era, por supuesto, lo que deseaban sus ver-
-el décimo día del mes judío de Tishri- debía celebrarse a partir de ese mo- dugos.342 Los jefes de la tribu judía de los Banu Nadir, que había actuado como
mento en el mes de Ramadán. Por último, adoptó, como se ha dicho, el vier- mediadora en un conflicto suscitado entre los musulmanes y otra comunidad
nes como el día sagrado de la semana. Una de las razones de esta elección fue judía, invitaron a Mahoma y a varios de sus· allegados a una comida al aire libre:
que los musulmanes rechazaban la idea de que Dios, habiendo terminado la la idea era arrojarle una piedra de molino cuando estuviera sentado a la mesa,
creación en seis días, hubiera tenido que descansar el séptimo -el sábado o nos cuenta Irving, 343 y aunque otros autores narran el episodio en forma dis-
Shabat-, ya que en la perfección del Altísimo no cabía el cansancio. El vier- tinta, el caso es que Mahoma -quien al parecer había sido informado de esta
nes no es, pues, día de descanso obligatorio en el islam. conspiración- no asistió sino unos minutos a la reunión y él y sus acompa-
Es evidente que la decisión de cambiar la quibla fue una medida de carácter ñantes la abandonaron bruscamente.
político de inmensa trascendencia, que tenía como objeto atraer a sus filas a los Se dice que en aquel entonces los judíos se dejaban el cabello suelto, y que
mecanos koreishitas. Reconocer que era La Meca, y no Jerusalén, el lugar más Mahoma y sus fieles comenzaron a usar peinado con raya en medio.
sagrado del islam, fue un golpe maestro que propiciaría la unidad de la que El alejamiento de los cristianos también fue inevitable: Mahoma no sólo los
nunca habían gozado los árabes. Por lo pronto, Mahoma no tomó en considera- acusaba de idolatría -lo cual hasta cierto punto era y es verdad-,. sino que
ción que la Kaaba todavía estaba llena de los ídolos que destruiría en un futuro además dijo que habían alterado la Biblia eliminando los pasajes que anunciaban
no muy lejano. El nuevo ayuno y la consagración del viernes consolidaron su su advenimiento. La alusión a esta impugnación aparece en el versículo 17 de
ruptura con los judíos. Fue en esta época en la que Mahoma prohibió el vino y la azora V: "También hemos aceptado la alianza de·los que dicen: somos cris-
los juegos de azar -el puerco estaba ya proscrito de las dietas árabe y judía y es tianos; pero éstos han olvidado también una parte de lo que les fue enseñado".
posible que la circuncisión de los niños a los seis o siete años de edad fuera ya Un día, uno de sus seguidores, Abdalah ibn Zaid, le contó al Profeta que
una práctica árabe antigua- y acabó con la devoción a las tres diosas hijas de en un sueño un hombre con vestiduras verdes le había comunicado la fórmula
Alah sin que al parecer los medinenses opusieran resistencia. Pero Mahoma para convocar a los fieles a la oración. Ornar dijo haber tenido exactamente la
hizo una concesión al paganismo del llamado Tiempo de la Ignorancia de ma- misma visión la misma noche, y la fórmula, considerada por Mahoma como
yor y enorme trascendencia: tras luchar con encono contra la idolatría, el Pro- un tnandato de Alah, fue adoptada desde entonces sin sufrir ningún cambio
feta acabó por reconocer el carácter sagrado de la Piedra Negra, establecido por hasta nuestros días:
todos los árabes que la acariciaban y besaban cada año desde siglos antes de la
llegada del islam, y con ella el carácter también sagrado de la Kaaba entera. ¡Alah es grande! (dos o cuatro veces)
De cualquier modo, y aunque Mahon1a logró la conversión de dos rabi- ¡Atestiguo que no hay Dios síno Alah! (dos veces)
nos, 34 1 el deterioro de las relaciones de los musulmanes con los judíos fue cada ¡Atestiguo que Mahoma es enviado de Alah! (dos veces)
vez n1ayor. No hubo judíos que se presentaran como voluntarios al combate ¡Acudid a la plegaria! (dos veces)
de Badr. Tampoco participaron, como lo hubiera deseado Mahoma, en la bata- ¡Llegaos a la felicidad!
lla de Ohod, ya que había que salir de Medina el viernes en la tarde que era la ¡Alah es grande! (dos veces)
víspera del Shabat. Después .de la batalla de Ohod, los judíos criticaron acerba- ¡No hay Dios sino Alah! (una vez)
mente el fracaso de Mahoma, y algunas tribus traicionaron su confianza: pe-
dían que se les enviara misioneros para la enseñanza de la doctrina, o gente A lo que se agrega, en la primera oración de la mañana la frase:
que les ayudara en alguna lucha, y los mataban en emboscadas. Maxime Ro-
¡La oración es mejor que el sueñof344
dinson narra el suplicio de uno de esos enviados, Jobayb ibn Adi, quien fue
atado a una estaca y muerto por un niño, huérfano de Badr, a quien se le dio 342
Maxime Rodinson (1967), p. 223.
343
Washington Irving (1945), p. 128.
344
341 Ibn Hicham (2004), p. 184. Félix M. Pareja (1975), p. 54·

254 255
(En árabe, de acuerdo a Melek Chebel, con transliteración francesa Allahou Guerra Santa fue iniciado por el propio Mahoma y que los ataques contra las ca-
akbar 1Achhadou anna la-ilaha ila Allah 1 Achhadou anna Mohamed rassoul ravanas que llevó a cabo a partir de su estancia en Medina transformaron al islam
Allah 1Hayya ala as-salat 1Hayya ala al-falah 1Allahou akbar 1 La ilaha ilá Allah ... en una religión agresiva que ha tratado siempre de imponerse con la fuerza de la
y para la oración del alba: As Salatou khairou min an-nawm). 345 espada y la sangre derramada de los no creyentes. Ésta es una simplificación de
Mahoma mandó llamar a Bilal y le encargó la tarea en vista de que tenía una un fenómeno muy complejo: la Guerra Santa del islam existe y ha existido siem-
voz poderosa. Así, el primer almuecín de la historia del islam, cuya voz sus ti- pre pero su historia requiere un capítulo aparte, entre otras cosas porque la yijad
tuyó al sajar hebreo y a la campana de los cristianos, fue un hombre de raza tiene una dimensión espiritual que representa la ]ucha que sostiene cada creyente
negra. Hoy día, en muchas mezquitas se emplean grabaciones y altavoces co- consigo mismo en la búsqueda de la dignidad y de la paz interior.
locados en los minaretes para llamar a la oración. No sería exacto, por lo mismo, llamar yijad a ese conjunto de expediciones
La paciencia y la clemencia del Profeta se agotaron. Sus enemigos koreishi- realizadas por Mahoma para asaltar a las caravanas, en particular las de los korei-
tas se habían apoderado del dominio de La Meca y los familiares de Mahoma que shitas mecanos, contra los cuales abrigaba desde luego graves resentimientos.
no habían emigrado a Medina eran perseguidos y humillados. Muchos estaban Karen Armstrong, como decíamos, señala que Mahoma no tuvo el privilegio de
en la ruina. Por otra parte, atraídos por su fama, llegaban todos los días fugitivos haber nacido, como Jesús, en un momento en el cual prevalecía la paz en los
procedentes de La Meca y nuevos fieles salidos de las tribus del desierto, mu- dominios orientales de los romanos -una paz impuesta, sí, pero paz al fin-: el
chos de ellos conocedores del manejo de las armas. A los que llegaban a Medina país en el que vino al mundo el futuro Profeta "era la Arabia bañada en sangre
se les conoció desde entonces como emigrantes, para diferenciarlos de los ansa- del siglo séptimo". 347 Los musulmanes de Medina luchaban por su supervivencia,
rianos. Por lo general, se asignaba a un ansariano el cuidado de un emigrante. ya que no sólo se cernía sobre ellos la amenaza constante de los koreishitas
Existían también los llamados hipócritas -o muna.fiqum-, que eran los que mecanos -lo que significaba un peligro de muerte, siempre inminente, para
adoptaban una actitud tibia hacia el islam o simulaban profesar la fe, y que eran Mahoma-, sino que además tenían pocos medios para ganarse la vida. Asaltar
fácilmente detectables. En el Corán, los hipócritas son estign1atizados varias a las caravanas o llevar a cabo incursiones para robar a otras tribus -en las cua-
decenas de veces. 346 IV1ahoma adquirió así un poder cada vez más grande, con les, por cierto, se evitaba en lo posible la matanza- era casi "un deporte na-
el que jamás había soñado, ni se había propuesto alcanzar. Se dice que el Profe- cional en Arabia". 348 Si como consecuencia de un atraco perecía algunos de los
ta, que hasta entonces había hecho gala de mansedumbre, declaró que no de- asaltados, se acudía a la Ley del Talión: un hombre por un hombre, y la tribu
seaba que formaran parte de la fe aquellos que la promulgaran con argumen- agredida procuraba cobrarse la cuenta matando a uno de sus enemigos. Existía
tos, sino aquellos que dieran muerte a todos los que negaran obediencia a la ley. también lo que se llamaba e] precio de la sangre, que podía pagarse con mercan-
Los que cayeran en batalla obtendrían una enorme recompensa: sus peca- cías; es decir, una especie de indemnización.
dos serían borrados y, sin tener que esperar en sus tumbas la llegada del Día Es verdad que los árabes, que en un principio eran los únicos musulma-
del Juicio, subirían de inmediato al paraíso para gozar, allí, de placeres eternos nes que había, realizaron una serie de sorprendentes conquistas y sometieron
en los brazos de bellísimas huríes de ojos negros. a numerosos países y regiones, y verdad también que uno de los propósitos
de esa expansión era el de llevar la palabra de Alah a todo el planeta en ese
entonces conocido. Pero pronto esos primeros musulmanes se dieron cuenta
LA YIJAD o GUERRA SANTA que en algunos de los países por ellos conquistados tolerar la existencia de
otras creencias -incluida en ellas la idolatría- podía rendirles buenos fru-
La yijad, o Guerra Santa es, desde luego, uno de los temas recurrentes y centrales tos políticos y económicos que se traducían en la sumisión no precisamente
de este libro, y por lo mismo volveremos a este concepto una y otra vez. Las pala- al islam pero sí a su imperio, lo que a su vez significaba el florecimiento del
bras del Profeta, así como. varias expresiones que aparecen en el Corán, y que comercio y el ingreso de jugosos impuestos. Pensaban que la conversión al
brillan por su claridad, han alimentado la opinión en el sentido de que la yijad o
347
345 Malek Chebel (1995), p. 46. Karen Armstrong (1993), p. 165.
346 Ibn Hicham (2004), p. 181. 348 !bid., p. 169.

257
islam de las naciones dominadas había que dejarla al tiempo. No estaban equi- Nakhla tuvo lugar en el año 2 de la Héjira, en enero del624. Badr, un mes
vocados. más tarde. Ibn Hicham hace una larga lista de historiadores que nos dan, cada
Fue en esa época que nació el concepto -al que ya nos hemos referido- uno, una versión parcial e incompleta de esta célebre batalla. "Ciertos narrado-
de dhimmi, palabra árabe que designa la condición de los no musulmanes que res tenían un mejor recuerdo de este episodio que otros", nos dice, y cita entre
habitan en territorio del islam. Los dhimmi ocuparon una condición de infe- otros a Muhammad ibn Muslim, Abdalah ibn Abu Bakr y Yasid ibn Ruman. 35°
rioridad dentro de la sociedad musulmana y eran tributarios de ésta -es decir Hicham se encarga de entretejer estas versiones.
contribuyen con impuestos particulares- pero viven -o vivían- en un régi- Un día llegó a Medina la noticia de una caravana de los koreishitas que se-
men de tolerancia religiosa. guiría el camino de La Meca a Siria, con mil camellos cargados de valiosas
Sin embargo, la expedición que realizó Mahoma contra la tribu judía de los mercancías, conducida por Abu Sufian. 351 Era, sin duda, la caravana más grande
Banu Koraida no tuvo ya las características de las razzias destinadas a proveer del año. Mahoma decidió atacarla, y se dirigió, con sus fuerzas, a lomo de su ca-
de alimentos, armamento y fondos a los soldados del movimiento islámico. mello Adhba, al oasis o conjunto de pozos de Badr -o Beder-, situados al
En esa incursión, que tuvo lugar después de uno de los grandes triunfos de los suroeste de Medina, a una noche de camino por la costa del Mar Rojo, escala
1
musulmanes sobre los koreishitas, la Batalla de Badr, fueron el odio, la sed de obligada de la ruta para abastecerse de agua. Esta palabra, Badr, se aplica en
venganza y el rencor del Profeta los móviles principales y, el resultado, una árabe a la Luna llena. 352 Abu Sufran se enteró del movimiento de las tropas del
espantosa masacre a sangre fría. Ése fue sí, quizás, el principio de la yijad que Profeta, y solicitó el auxilio de los mecanos quienes, en número de mil, salieron
ha sobrevivido hasta nuestros días. Resulta significativo, por otra parte, que Ibn de la ciudad para agregarse a la escolta de la caravana. 353 Los koreishitas despre-
Hicham -o su traductor y condensador Wahib Atallah- haya empleado en ciaban el poder de Mahoma: decían que sus seguidores eran tantos "como los que
el título de dos de los capítulos de su libro -el cuarto y el quinto- la palabra podían comerse un camello" -en otras palabras, muy pocos-, 354 y por otra par-
"yijad" al referirse a la lucha contra el paganismo de los mecanos, y al someti- te contaban con la participación de Satán, el cual les había prometido el triunfo
miento de los judíos de Medina y de Jaybar. 349 por boca de Suraq ibn Malik, uno de los notables de las tribus de los Banu Kina-
"Una vez e:x'Pirados los meses sagrados -dice el versículo 5 de la azora IX, na, según nos cuenta Ibn Hicham. 355 Abu Sufran localizó el lugar de la embos-
conocido como 'Versículo de la Espada'-, matad a los idólatras dondequiera que cada de los medinenses al examinar el excremento de unos camellos y encontrar
los halléis ..." en él huesos de dátil, que era el alimento usual de las bestias medinenses. En
tanto, los koreishitas llegaron a las cercanías de Badr, enviaron a uno de sus
NAKHLA Y LOS TRES MIL ÁNGELES DE BADR hombres, Umair ibn Wahb, a echarle un vistazo a las tropas de Mahoma, que
estaban ocultas tras las dunas. Umair se atemorizó ante lo que consideró, por
Se calcula que antes de la conquista de La Meca, no fueron menos de setenta la expresión de los rostros de los musulmanes, como una determinación abso-
las expediciones guerreras -o razzias- y batallas que llevó a cabo el Profeta, luta, y aconsejó a los suyos a desistir de la batalla, aunque era evidente que las
de muchas de las cuales, además de la victoria, obtuvo cuantiosos botines que fuerzas koreishitas casi triplicaban en cantidad a las de Mahoma.
alegraron su vida y la de sus hombres. Los botines eran repartidos de acuerdo Mahoma había calculado el número de sus enemigos gracias a un infor-
a la ley establecida por el propio Profeta: cuatro quintas partes para sus hom- mante que le contó que los koreishitas sacrificaban cada día, para alimentarse,
bres, una quinta para él -aun cuando esta norma no siempre fue respetada al entre nueve y diez camellos, lo que quería decir que contaban con un ejército
pie de la letra-. de novecientos a mil hombres. Los seguidores del Profeta no llegaban a cua-
Muchas de estas expediciones no fueron otra cosa que escaramuzas y en-
cuentros de poca monta. ~1 primer combate de importancia fue el de Nakhla. 350
Ibid., pp. 14-15.
351
De este episodio, por sus características especiales, me ocuparé en la sección M. Savary (1982), p. 55·
352
Ibn Hicham (2004), p. 209.
titulada "Un Corán a la tnedida del Profeta". 353
Karen Armstrong (1993), p. 173.
354
Ibn Ishaq (1995), p. 298.
355
349 Ibn Hicham (2004), pp. 169 y 227. Ibn Hicham (2004), p. 195.

2$9
trocientos. 356 Pero Mahoma decidió avanzar, y logró tapar varios de los pozos feta. Éste le dio su bastón, el cual al instante se transformó en un hermoso y
de Badr para dejar sin agua a sus contrincantes. sólido sable, con el que Ukacha cobró la vida de numerosos koreishitas. 359
Los koreishitas titubearon en más de una ocasión, y estuvieron a punto Mahoma, en esas y otras ocasiones, demostró que era un ser humano cuyo
de retirarse a La Meca, pero Abu Sufran tomó la decisión final de atacar a los comportamiento no excluía la sevicia, y con frecuencia daba rienda suelta a su
medinenses. Antes, sin embargo, tres koreishitas se batieron en duelo sin- júbilo ante la derrota y la humillación de sus enemigos. En Badr, su siempre
gular con tres musulmanes. Los buitres, nos dice Lings, rondaban en el cielo, fiel Alí, cuya valentía le ganó el apodo de "el Marte de Oriente", decapitó a uno
habiendo ya olfateado el olor de la muerte. 357 Algunas flechas partieron del cam- de los principales jefes enemigos, Abu Jahl, llan1ado "el Padre de la Locura", y
po koreishita, y la batalla se trabó al grito de Mahon1a: jYa mansur amit! -que le llevó la cabeza a Mahoma, quien expresó su gran satisfacción al contemplar
puede traducirse como "¡Tú, a quien Dios hizo victorioso, mata!"-. El triun- el sangriento trofeo. Otros historiadores atribuyen a un hombre llamado Abd-
fo, sorpresivo, fue para Mahoma. Los biógrafos coinciden en que esto se debió Alah la decapitación del enemigo jurado del Profeta. 360 Después de la batalla,
a que los musulmanes se organizaron para dar la pelea en conjunto, en tanto Mahoma ordenó degollar a otros dos de sus viejos rivales, El-Nadar y Ocha, en
que los hombres de la caravana pelearon en pequeños grupos, cada uno por su tanto que perdonó a otros de los prisioneros. 361 Los cadáveres de los paganos
lado, sin una coordinación general. Abu Sufran y sus hombres acabaron por fueron arrojados a una fosa común. Ibn Hicham nos cuenta que cuando una
huir. Pero el Profeta atribuyó la victoria -una de las primeras y más impor- mujer koreishita le pidió que salvara la vida de su esposo, preguntándole quién
tantes de su apostolado bélico, y que tuvo lugar apenas en el segundo año de alimentaría a sus hijos si la perdía, el Profeta contestó: "el fuego". 362 Tras la
la Héjira- a dos milagros. Por una parte, Mahoma se había encargado de con- batalla de Badr, Mahoma exclamó: "Sesenta mil de mis compañeros entrarán
fundir y cegar a los koreishitas arrojando al aire un puñado de polvo. Por la en el paraíso a la luz de la Luna llena". 363
otra, tres mil ángeles, tocados con turbantes blancos y montados en corceles Cuentan los hístoriadores que, sin embargo, el Profeta liberó a todos
blancos y negros, guiados por el ángel Gabriel -éste con turbante amari- aquellos prisioneros que no tenían dinero para pagar su rescate. 364 Cuando
llo-, jinete en su yegua Haizum, llegaron en auxilio de sus tropas. Ésta fue la Mahoma regresó a Medina, se encontró que su hija Ruqayyah había muerto.
respuesta al desafío que el Profeta le hizo al propio Alah al dirigir al cielo una En Medina, se acercó a él Rubayyi, madre de un joven musulmán caído en
plegaria poco antes de que se desatara la lucha: "Señor, si tú dejas perecer este Badr, de nombre Haritah, quien le dijo que su único consuelo sería el tener la
ejército, tú no serás más adorado sobre la Tierra. Señor, cumple tus prmne- seguridad de que su hijo estuviera en el paraíso. Mahoma, inventor de paraí-
sas", o al menos así lo cuenta lVL Savary. 358 1V1ahoma, pues, podía darse el lujo sos que repartía a su gusto sin antes consultar a Alah, le dijo entonces: "El
de retar al mismísimo Alah y exigirle fidelidad a sus compromisos. Y es que, paraíso tiene numerosos jardines, y es verdad que tu hijo se encuentra en el
en efecto, Dios había prometido el envío de los ángeles y, si tres mil de ellos no más alto de todos, el Firdaws". 365 Caratini nos cuenta por su parte que Zay-
fueran suficientes, aumentaría su número a cinco mil, como señalan los ver- nab, otra de las hijas de Mahoma, quien residía en La Meca, se había casado
sículos 120 y 121 de la azora III, que representa una de las varias y absurdas con un infiel, Abul-Bas. Éste cayó prisionero en Badr, pero el Profeta lo liberó
-si bien fascinantes- dislocaciones del tiempo que caracterizan al Corán. a cambio de un rescate. Nuestro autor cita la Crónica de al-Tabari en la que
Esta azora, como se ve por su contenido, fue revelada no sólo después del se dice que Zaynab envió a su padre sus joyas, entre las que figuraba un collar
triunfo de Badr, sino tras la derrota de Ohod -a la que más de una vez se refie- de perlas, rubíes y cornalinas del Yemen que le había obsequiado su madre,
re la misma azora-. Es decir, lo que constituye una serie de clarísimas alu- Jadicha. 366
siones a algo pasado, se transforma en promesas que Alah había hecho para
359
el futuro. Ibn Hicham (2004), p. 209.
360
Martin Lings (1986), p. 249.
En la Batalla de Badr ocurrieron otros prodigios menores. Por ejemplo, un 361
M. Savary (1982), p. 59·
musulmán, de nombre Ukacha, habiendo perdido su espada, se dirigió al Pro- 362
Ibn Hicham (2004), p. 212.
363
Ibid., p. 209.
361
356 Martin Lings (1986), pp. 232 y 237. Ibid., p. 216.
365
357
Ibid., p. 244· Martin Lings (1986), p. 253.
366
358 M. Savary (1982), p. 57· Roger Caratini (1993), p. 389.

260
De regreso a La- Meca, probablemente para explicar su fracaso, Abu Sufran sar de ser llamado Catum -el Fuerte- se le rompió en la primera batalla en
dijo haber visto a los ángeles en Badr, 367 en tanto que en el triunfo de Badr Maho- que lo usó. 371
ma vio confirmada su misión como enviado de Dios. Ohod fue resultado del deseo de los koreishitas mecanos de acabar con
La batalla de Badr tuvo lugar a mediados del mes de Ramadán del año 2 de Mahoma de una vez por todas, y para ello comenzaron a exhortar a las tribus
la Héjira, 624 de nuestra era. vecinas a concertar una alianza. Hind, la mujer de Abu Sufian, no se cansaba
de arengar a éste para que se decidiera a llevar a cabo la "venganza de sangre"
que exigía la muerte, en Badr, de su padre, su hermano y su tío. Abu Sufian
LA BATALLA DE ÜHOD salió de La Meca con tres mil hombres, en su mayoría koreishitas. En el lomo
de un camello, hizo colocar una imagen de piedra del dios Hubal. A la zaga del
Hacia el séptimo año de la Héjira, el Profeta portaba dos banderas: una repre- ejército marchaba Hind acompañada de otras mujeres. Era una costumbre árabe
sentaba al Sol, la otra un águila negra que pasó a ser conocida como "el Estan- que las mujeres -en ocasiones las que pertenecían a la aristocracia- acom-
darte de Jaled". 368 En todas las ocasiones, Mahoma demostró con creces su es- pañaran a los hombres en las batallas, "llenando el aire con gemidos y lamenta-
píritu combativo. Educado para lo que hoy llamaríamos artes marciales como ciones por los muertos y animando a las tropas con cantos guerreros y música
arquero, espadachín y luchador, prefería, sin embargo, no tomar parte en las de tamboriles". 372 El nombre de los dioses de los idólatras destacaba en los
batallas, y no sólo porque, presumiblemente, no tenía prisa en irse al paraíso, gritos de las mujeres: "¡Ya lal-Uzzah, Ya lal-Hubal!" En la batalla, solían tam-
sino también porque comprendía que para el islam era más importante tener bién gritar los nombres de aquellos de los suyos que habían muerto en otro
un profeta vivo que un profeta muerto. También había permanecido a resguar- combate con los enemigos.
.c 11 . 369 E . , e1 Enterados Mahoma y sus seguidores de la magnitud de las fuerzas de Abu
do en Badr, en un refugio hecho con ramas y 10 aJeS. n esta ocas10n,
Profeta deseaba consolidar su triunfo con la sumisión de La lvleca. Asimismo, Sufian -tres mil hombres- decidieron esperar el ataque sin salir de Medina,
acostumbraba marchar a la retaguardia de su ejército. Sin e1nbargo, no ~ejó de pero los jóvenes clamaron por una lucha a campo abierto. El Profeta salió de la
manchar sus manos con sangre. Durante la batalla de Ohod, que tuvo lugar en ciudad al frente de mil de sus seguidores y se instaló en la colina de Ohod. Al-
el año 3 de la Héjira y en la cual sus huestes fueron derrotadas por los koreishi- gunos judíos ofrecieron su ayuda y el Profeta les dijo que sólo la aceptaría si se
tas, uno de estos, Obbij ibn Chalaf, quien se precipitó sobre él para darle fin, convertían al islam. Los judíos abandonaron las filas. Cuenta Irving que Maho-
murió de la herida que le hiciera en el cuello el propio Mahoma con una lanza. ma confió su espada a un joven guerrero. En la espada, heredada después por
Pero, si esa vez lo hizo en defensa propia, en alguna ocasión debió utilizar Alí, aparecía una inscripción~ "El temor trae la desgracia; pero adelante se ha-
de otra forma la espada o cimitarra que se adjudicó como parte del botín de la lla el honor. La cobardía no libra a nadie de su destino". Una fue esta espada, y
batalla de Badr: un instrumento de "admirable temple" llamada Dhul Fakar otro, el sable de Mahoma. Antes de la batalla, el Profeta dijo a sus compañeros:
-o el Trinchante- que desde entonces sien1pre llevó consigo. Después de la ¿Quién de vosotros quiere comprar mi sable? Un hombre llamado Abu Duja~a
batalla de Ohod -o al menos así lo cuenta Ibn Ishaq- le entregó a su hija lo adquirió tras preguntarle el precio al Profeta: "su precio -respondió Maho-
Fátima la espada, tinta en sangre y le dijo: "Lávala, hija mía, que juro por Dios ma-, es que con él abatas tantos enemigos, que la hoja quede torcida". 373
que hoy me ha prestado un gran servicio". 370 El apóstol tenía otras armas per- La Batalla de Ohod fue un desastre para los musulmanes. Mahoma recibió
sonales, espadas, arcos, corazas, lanzas, de la cuales Irving nos da cuenta. To- primero una pedrada que le rompió unos dientes. Después, fue atacado con
das tenían un nombre, como la coraza llamada Saadia, que tenía fama de ser la una espada cuyo golpe desvió ligeramente Talhah, uno de sus seguidores, pero
misn'la que el rey Saúl le había dado a David cuando éste se disponía a pelear que alcanzó a golpear su casco, y unas anillas de éste quedaron enterradas en
con Goliat. Tenía también_Mahon1a en su haber un formidable arco que a pe- una de sus mejillas. Dos musulmanes acudieron en su ayuda: uno, Abu Ubay-
dah, le arrancó las anillas con los dientes, y el otro, Malik, sorbió la sangre
36 7Martín Lings (1986), p. 225. 371
368 Washington Irving (1945), p. 145. Washington Irving (1945), p. 121.
372
Ibid., p. 122.
369 Roger Caratini (1993), p. 388. 373
370 Ibn Ishaq (1995), p. 389. Ibn Hicham (2004), p. 237.

262
que bañaba el rostro del Profeta y la tragó. 374 En beneficio de ambos, Mahoma LA BATALLA DEL Foso
exclamó: ''Aquél cuya sangre se haya mezclado con la mía, no conocerá el in-
fierno". 375 Cuando cayó Mosab ibn Omair, quien se parecía físicamente a él, Los koreishitas volverían a atacar Medina, junto con un grupo de mercenarios
corrió el rumor de que el Profeta había muerto, y cundió el pánico. Hind, la abisinios. A ellos se les unieron también algunas tribus judías: los Banu Nadir
mujer de Abu Sufran, exhortó a su esclavo etíope, Wahchi, a que matara con su que deseaban recuperar sus tierras y los Banu Asad. Los koreishitas reunieron,
jabalina a Hamza, el tÍo del Profeta, a quien era fácil distinguir por su gran es- así, un ejército de diez mil hombres. Sólo la tribu de los Banu Amir reafirmó
tatura y una pluma de avestruz que ondeaba en su casco. 376 HvvTah eh"1 tuvo exlto
' . su lealtad al pacto firmado con Mahoma.
y Hind, al descubrir el cuerpo todavía tibio de Hamza, lo abrió con un cuchillo Esta vez Mahoma estaba preparado. Contaba con la asesoría de Salman al-
para devorar el hígado. Pero algo más hizo Hind con Ha1nza, que fue seguir Farisi, quien le aconsejó que se cavara un foso profundo o jandaq -o en otras
una costumbre arraigada entre las mujeres árabes: la de mutilar el cadáver del palabras, una trinchera- a una cierta distancia de las murallas, del lado por el
enemigo para hacerse collares y pulseras con las orejas, la nariz y los órganos que se acercarían las fuerzas de Abu Sufran. Ésta, le dijo Salman al Profeta, era una
genitales. Los beduinos aliados con los musulmanes se horrorizaron con este antigua práctica persa. No era necesario rodear toda la ciudad con esta trinche-
brutal comportamiento. 377 ra, puesto que una parte importante de la zona noroes.te era contigua a las
Nadie se explica por qué los mecanos, en lugar de aprovechar su triunfo, montañas o macizos rocosos. Todos los ansarianos colaboraron en la tarea.
se volvieron a La Meca, dando así a Mahoma el respiro que le permitió recupe- Cuenta la tradición que cuando Mahoma vio el gran esfuerzo que hacía Salman
rar no sólo sus fuerzas y su ánimo, sino también su prestigio. Es posible que para romper el suelo, tomó su pico, y le dio un golpe tal a la tierra que de la
los mecanos hayan considerado de mal agüero· que su ídolo, Hubal, haya mor- punta del instrumento salió un relámpago. Lo mismo sucedió dos o tres veces y
dido el polvo durante la batalla. Mientras tanto a Mahoma, como de costum- cuando Salman le preguntó el porqué de los relámpagos, Mahoma le contestó
bre, le llegó del cielo una revelación que explicaba la derrota de Ohod: los sol- que eso quería decir que Dios le había abierto las puertas del Yemen, y le abriría
dados habían desobedecido sus mandatos y huido en desorden, mientras los después las de Siria y las de todo Oriente y Occidente. 383 Otra tradición afirma
arqueros se dedicaban al pillaje de los muertos. "Dios os ha hecho emprender que bastó un buche de agua que Mahoma arrojó a la tierra, para que ésta se
la huida delante de vuestros enemigos para poneros a prueba; pero os perdonó ablandara a todo lo largo de la trinchera. El foso detuvo al enemigo, ante la im-
en seguida, porque está lleno de generosidad para los creyentes ..."378 Sólo hubo posibilidad de que sus caballos lo saltaran. Nunca antes se habían enfrentado
veintidós muertos entre las filas koreishitas. Los musulmanes perdieron se- los árabes a una estratagema semejante. Del otro lado del foso, los esperaban
senta y cinco. 379 Fue en la Batalla de Ohod en la que Mahoma pronunció su Mahoma y sus hombres. Durante varios días, en lo que al parecer fue una de las
célebre frase: "El paraíso está a la sombra de las espadas". 380 primeras guerras de trincheras que registró la historia, se atacaron ambos ban-
De acuerdo a la tradición, no se lavó ni vistió de blanco a los mártires de dos con lluvias de piedras y flechas. Algunos intentaron saltar el foso con sus
Ohod: se les enterró sucios y cubiertos por su sangre, a fin de que sus heridas caballos, pero cayeron en él y quedaron a merced de los musulmanes. Fue du-
influyeran en la misericordia de Alah. 381 rante la Batalla de la Trinchera que Mahoma, quien acampaba al lado del foso en
Antes de retirarse, Abu Sufran le había gritado a Mahoma "¡Nos veremos una tienda roja, acompañado por dos de sus esposas, repitió el milagro de la
el año próximo en Badr!" Mahoma asintió, pero este pacto no tuvo oportuni- multiplicación del pan de cebada y el cordero. 384 Los koreishitas estaban agota-
dad de ser cumplido. 382 dos, y los elementos ayudaron al Profeta: en las noches soplaba un viento géli-
do que, al convertirse en ventarrón, echó abajo todas sus tiendas. Dándose por
374 Martín Lings (1986), pp. 310 y 312.
37 5Ibn Hicham (2004), p. 243. vencidos, los koreishitas se retiraron a La Meca. Abu Sufran le escribiría una
376
Martín Lings (1986), p. 304. carta al Profeta acusándolo de cobardía por apostarse detrás de un foso.
377
Jbid., p. 316.
378
El Corán (1995) III:q6.
La Batalla del Foso, conocida también como Batalla de la Trinchera, tuvo
379
Martín Lings (1986), p. 315. lugar en el año 5 de la Héjira.
38o Ibid., 309.
383
38! Rochdy Alili (2ooo), p. 124. Ibn Ishaq (1995), p. 452.
384
382
Martín Lings (1986), p. 317. Ibn Hícham (2004), p. 262.
MAHOMA Y LOS JUDÍOS: MASACRES Y DEPURACIONES díos fueron obligados a descender, y allí los asesinaron. Eran setecientos hom-
bres, muchos de los cuales murieron degollados, 388 incluidos los adolescentes
Hans Küng comenta que a cada victoria que obtenía Mahoma sobre los ene- púberes. 389 Mahoma se lavó las manos y como parte de su botín se quedó con
migos extern?s, seguía una victoria sobre los "enemigos" interiores. Las tres gran- una mujer de gran belleza, Rihana o Rayhana, hija de un nadirita, a quien pro-
des tribus judías de Medina fueron "atacadas, asediadas y derrotadas -agrega metió manumitir para hacerla su esposa, pero ella, tras convertirse al islam,
.
el teólogo suizo- me d1ante depuracwnes
. y masacres "385
. prefirió ser esclava del Profeta, y lo fue, hasta el final de sus días. 390 Saad ibn
Mahoma arremetió primero contra los Banu Nadir, a quienes ordenó Moad murió unos días más tarde. Cuando los hombres que transportaron el
abandonar el país con mujeres, hijos y todo aquello que pudieran llevar consi- ataúd a la fosa se asombraron de lo ligero que era, el Profeta les dijo: "Yo vi que
go. Pero los judíos no lo obedecieron, y Mahoma los sitió. Sus hombres comen- los ángeles lo cargaban". 391
zaron a cortar las palmeras de los sembradíos de los alrededores de la fortaleza Algunos jazriditas obtuvieron más tarde el permiso de Mahoma de dar muer-
de los Banu Nadir, hasta que éstos se rindieron. La tribu, nos dice Caratini, te a uno de sus enemigos, Ibn Abul-Huauqyq, quien se encontraba en Jaybar.
emprendió el camino de Jaybar con sus fmnilias y camellos. Cantantes y dan- Uno de ellos se llamaba Abdullah ibn Unays. Los hombres se dirigieron a la
zantes, acompañados· de flautas y tamboriles, cerraban el cortejo. 386 casa de la víctima, que se encontraba durmiendo en su lecho. Lo hirieron repe-
Siguió después la masacre de los Banu Koraida -o Banu Qurayza-, tam- tida y simultáneamente con sus armas, pero fue Ibn Unays el que lo atravesó
bién conocidos como los koraiditas, cuya traición había decepcionado profun- de parte a parte, al encajarle su espada en el estómago. De regreso con el Profeta,
damente al Profeta. cada uno se atribuía el mérito de haberle dado muerte al apóstata. Pero Maho-
Poco después de la Batalla del Foso, Gabriel, tocado con un turbante de ma señaló a Ibn Unays y dijo que él había sido, puesto que su espada era la
brocado de oro y plata, y jinete en una mula cubierta con un manto de tercio- única que tenía trazos de comida: el traidor había sido sorprendido a la mitad
pelo bordado, visitó a Mahoma y le preguntó si ya había dejado de luchar. de la digestión. 392
Cuando el Profeta dijo que sí, Gabriel le contestó que los ángeles no habían Karen Armstrong, quien se distingue, entre los biógrafos no musulmanes
dejado las armas y agregó que Alah le ordenaba someter a la tribu judía de los de Mahoma, por su actitud benévola y comprensiva hacia éste, no tiene más
koraiditas. Éstos habían traicionado a Mahoma tras haber firmado con él un remedio que calificar la matanza de los judíos koraiditas como un' episodio es-
tratado de paz, aliándose en secreto con los koreishitas. 387 La venganza de los pantoso y condenarlo sin reservas: "es imposible para nosotros desasociar esta
musulmanes contra los koraiditas constituye, probablemente, el episodio más historia de las atrocidades nazis", dice. Se refiere de paso la historiadora al pa-
sangriento y patético de los primeros tiempos del islam, ya que, entre otras triarca Moisés, quien, a pesar de haberles dado a conocer a los israelitas los
cosas, reveló que el Profeta estaba lejos de ser siempre un hombre compasivo, mandamientos de la Ley de Dios entre los que se señala de manera rotunda "no
como se insiste, o un líder que estuviera dispuesto a afrontar sus responsabili- matarás", les ordenó que masacraran a toda la población de Madián, y cita a his-
dades en todos los casos. toriadores como Maxime Rodinson y W Montgomery Watt, quienes arguyen
Tras un sitio de veinticinco días sin combate, los koraiditas se rindieron y que no es correcto juzgar al Profeta de acuerdo a estándares modernos. 393 Como
fueron hechos prisioneros. Mahoma dispuso que el destino de los hombres antes se dijo, Armstrong insiste en que la sociedad a la que pertenecía Mahoma
fuera decidido por Saad ibn Moad, jefe de los awasitas, un hombre que, herido era una sociedad primitiva, "mucho más primitiva que la sociedad judía en la
de muerte, guardaba un rencor contra los koraiditas y cuya sed de venganza Y que Jesús vivió y predicó su mensaje de amor y misericordia seis siglos an-
crueldad no era ignorada por nadie. Todos los presos fueron conducidos, en- tes",394 Rodinson llega al extremo de afirmar que la masacre de los koraiditas
cadenados, a Medina. Allí, Saad condenó a todos los hombres a la pena capital,
383
y a las mujeres y niños a 1~ esclavitud. En la plaza que desde entonces se llama 389
Washington lrving (1945), p. 138.
Roger Caratini (1993), p. 442.
el Mercado de los koraiditas, habían cavado grandes fosas a las cuales los ju- 390
Martin Lings (1986), p. 385.
391 Ibid., p. 387.
392
385 Hans Küng (2oo6), p. 136. Ibn Ishaq (1995), p. 483.
393
386 Roger Caratini (1993), pp. 425-428. Karen Armstrong (1993), p. 207.
394
387 Martin Lings (1986), p. 379· Ibid., pp. 206-208.

266
fue, desde el punto de vista meramente político, un acierto. 395 Irving la consi- para que le afeitara el cráneo e invitó a todos a que hicieran lo mismo. Pero
396 algunos, como nos señala Lings, se limitaron a cortarse algunos :rp.echones,
dera corno una de las páginas más negras de la historia de Mahorna. Por últi-
mo Caratini piensa que Mahoma actuó no tanto por crueldad corno por prag- pues sabían que esta práctica era tradicionalmente aceptada. 402 Mahoma arrojó
matismo. 397 Los judíos representaban no sólo una amenaza para la religión, sino sus cabellos cortados sobre una mimosa, y sus fieles se lanzaron para repartír-
también para el poder terrenal del Profeta. Este investigador comparte la opi- selos. El campo quedó cubierto con el cabello de los musulmanes, pero enton-
nión de otros estudiosos en el sentido de que los judíos de Medina y sus alrede- ces sopló el viento y lo llevó en dirección a La Meca. Este hecho, considerado
398 como un buen augurio, y la azora de la "Victoria Resplandeciente" a la que ya
dores no eran descendientes del pueblo judío bíblico, sino árabes judaizados.
Pero el Profeta nunca necesitó las justificaciones de sus contemporáneos y nos hemos referido, calmaron a sus seguidores. Según algunas tradiciones, los
tampoco la de los historiadores del futuro. Alah había ordenado la masacre. musulmanes no solían afeitarse la cabeza entera: se dejaban un mechón del
Aunque el primer volumen de la Historia del antisemitismo de Léon Po- cual los ángeles los cogían para llevarlos al paraíso.
liakov se titula "De Mahoma a los 1narranos", 399 a este brillante investigador
no le fue posible documentar ningún caso de antisemitismo durante la vida de
~llahorna. Lo único que deseaba el Profeta era que los judíos no le estorbaran JAYBAR

en la consolidación de su religión y su poder. Pero nunca atacó a los judíos por


el solo hecho de ser judíos. El antisemitismo fue un invento cristiano. Mahoma sufrió en esos días una larga y agotadora enfermedad atribuida a un
hechizo: se había hecho de él una figura de cera envuelta con un mechón de sus
cabellos y se la había traspasado con agujas. La figura fue encontrada en el fon-
RECAPITULACIÓN: HuDAYBIYAH, MuTA, LA MEcA do de un pozo, de acuerdo con una revelación que Gabriel le hizo al Profeta.
Mahoma recitó los dos últimos capítulos del Corán, que le habían sido recien-
A la muerte de los koraiditas siguieron los episodios a los que nos referirnos al temente dictados, y se alivió al instante. Desde entonces a esos dos últimos
principio de esta parte: Hudaybiyah, la peregrinación o umrah, la expedición capítulos -que son muy breves- se les llama "los amuletos", y son considera-
de Muta que costó la vida a Zaid y Yaafar, y la conquista de La Meca. Hudaybi- dos como talismanes que combaten el mal de ojo y otras brujerías. 403 El Profeta
yah, corno señalarnos, humilló a los rnusuln1anes porque Mahoma no pudo acudió también a la lectura en voz alta de estas dos azoras cuando Gabriel le
firmar la tregua de diez años con los koreishitas corno Enviado de Dios y tam- reveló que, colgado de un pozo, había un hilo con once nudos puesto allí por
bién porque uno de los enviados a conversar con él, el takifita Urvvah, se había un judío para echarle mal de ojo. Se suponía que estos nudos habían recibido el
atrevido a coger de la barba al Profeta, en un ademán de familiaridad y con- soplo de hechiceras judías, pero se deshicieron uno tras otro a medida queMa-
fianza que no venía al caso. Se dice incluso que el Profeta no firmó el tratado: homa pronunciaba las azoras. 404
le ordenó a Alí firmar por él, y que esto confirmó su fama de analfabeta. Pero Por último Chebel se refiere a otro supuesto hechizo: cita un jadiz de al-
fue allí, bajo una acacia que comenzaba a verdear -y que se transformó a par- Bukhari en el cual Aísha cuenta que en una ocasión el Profeta fue hechizado
tir de entonces en un árbol sagrado- donde el Profeta obtuvo un juramento por un tal Lebid ben El-Asam, por medio de un peine, unos cabellos y una
de lealtad definitivo de todos sus seguidores. 400 A esta ceremonia se le dio el bráctea de palmera macho. No se da mayor información a este respecto.405
nombre de "Juramento del Árbol" -shajara- o "Juramento de la Satisfac- El Profeta, quien según dice Irving había ya adquirido una afición por el pi-
ción" -ridwan-. 401 Llamó después Mahoma a un hombre llamado Kirash llaje, emprendió otra expedición antes de Muta y de la toma de La Meca, en el
mes de muharram del año 7 de la Héjira. Esta vez se dirigió a la ciudad de Jay-
395 Maxime Rodinson(1967), p. 248. bar, habitada por judíos que habían hecho fortunas respetables con el comer-
396 Washington lrving (1945), p: 141.
397
Roger Caratini (1993), p. 443· 402
398 !bid., p. 469. Martin Lings (1986), p. 417.
403
399 Léon Poliakov (1982). Washington lrving Ü945), pp. 140-141, y El Corán CXIII y CXIV.
104
400 Martin Lings (1986), p. 413. El C01·án (1995), p. 456 nota comentarista.
405
401 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 355·
Malek Chebel (1995), p. 254.

z68
cio y la agricultura, y donde se había concentrado una buena parte de los hijos Caratini nos indica que ésa fue la primera vez que Mahomá llevó la bandera
de Israel hostiles al Profeta. Fue durante el curso de este encuentro que Maho- del islam más allá de las fronteras de Arabia. 411 Por su parte Martin Lings nos
ma, nos dice Ibn Hicham, prohibió a los musulmanes cuatro cosas: que comie- cuenta otro de los prodigios que se manifestaron en la persona de Mahoma. El
ran carne de asno domesticado, carne de cualquier animal salvaje que, tuviera Profeta, quien se encontraba lejos del frente, y habiéndole encomendado a su
colmillos, tener relaciones con las cautivas embarazadas para no "rociar" lo que hijo adoptivo Zaid la jefatura de la expedición y con ella del estandarte blanco
otro había sembrado y vender cualquier botín del que se apoderaran antes de la que debía llevar consigo, comenzó a ver, como quien ve una película, el des-
repartición :final. 406 Alí, a quien su madre al nacer había puesto el apodo de "el arrollo de la batalla. Contempló así cómo Zaid caía herido de muerte y Abd-
león peludo", fue el gran héroe de esa batalla. Sufría entonces de una afección Alah recogía el estandarte para a su vez caer él también y también morir, y
en los ojos, pero bastó que el Profeta le escupiera en ellos y los enjugara con los cómo Jaled retomaba el estandarte y lograba un triunfo parcial y efímero sobre
dedos, para que sanara. 407 La rendición de la plaza no fue fácil: el sitio duró cer- los gasánidas antes del desastre final. El Profeta recitaba la batalla a medida que
ca de un mes. Fue en esos días, en Jaybar, que una cautiva, Zaynab bint Harith, transcurría ante sus ojos, y lloraba. Llegó incluso a visitar a la mujer y los hijos
viuda de Salam ibn-Mishkam, trató de envenenarlo con una espaldilla de corde- de Yaafar para anunciarles su muerte. 412
ro asada. Según unos autores, el Profeta se salvó porque le supo mal un primer Vino después la ruptura de la tregua de Hudaybiyah por parte de Mahoma,
bocado y lo escupió. Según otros, la espaldilla habló y, en voz muy baja, le ad- y la entrada de éste y sus diez mil hombres a La Meca, que se entregó sin resis-
virtió a Mahoma del peligro. Todo indica que el Profeta perdonó a la mujer que tencia en el mes de Ramadán del año 8 de la Héjira, correspondiente a enero
intentó envenenarlo, por la ingeniosa respuesta que dio al ser interrogada: "Pen- del63o de nuestra era, con la consecuente y conveniente conversión al islam del
sé -dijo- que si de verdad eras un Profeta, adivinarías que el cordero estaba poderoso enemigo del Profeta, Abu Sufran, y la consolidación, en Arabia, del do-
envenenado y te abstendrías de comerlo. Y que, si no lo eras, 1norirías y nos ve- minio y el mandato de Mahoma.
ríamos libres de un tirano". 408 Un seguidor del Profeta, Bishr ibn al-Barab, quien
también había comido de la misma carne sin escupirla, murió. 409 Desde enton-
HUNAYN y TAIF
ces Mahoma se quejó de dolores y molestias que nunca lo dejaron en paz.
En Jaybar se encontraba Kinana ibn al-Rabi, un hombre que tenía fama de
conocer el lugar donde los Banu Nadir habían escondido el tesoro de la tribu. Consolidada la conquista y la conversión de La Meca, y destruidos los ídolos de
Kinana, él mismo un nadirita, negó la existencia del tesoro, pero éste fue en- la Kaaba, Mahoma volvió a Medina en uno más de sus regresos triunfales, en
contrado y Kinana condenado a muerte. El Profeta tomó entonces como es- los que acostumbraba subir al lomo de su montura a algunos niños que salían a
posa a la viuda de Kinana, la judía Sa:fiyya. Un sueño premonitorio de Sa:fiyya la recibirlo. Su regreso coincidió con la victoriosa entrada a Constantinopla del
había convencido de que se uniría al Profeta, de modo que aceptó de buena emperador Heraclio, quien pronto realizaría con gran pompa una peregrina-
ción a Jerusalén para llevar a esta ciudad la presunta Santa Cruz. O más bien,
gana el matrimonio y se convirtió al islam. 410
como decíamos, pedazos de ella. Así, la derrota persa -dice Maxime Rodin-
son- dejaba el campo libre al islam en Arabia. 413 Allí, en la ciudad de los ansa-
LA PEREGRINACIÓN Y MUTA
rianos, le fue comunicado al Profeta que el ejército de los hawazin, en unión
con algunas tribus de beduinos montañeses, había concentrado en un valle si-
A Hudaybiyah y Jaybar siguió la peregrinación de Mahoma a La Meca, aproba- tuado al norte de Taif veinte mil hombres con la mira de atacarlo.414 Mahoma,
da por los koreishitas, también en el año 7 de la Héjira, y la Batalla de Muta. al frente de doce mil hombres, entre los que figuraba el gran guerrero Jaled,
decidió ir a su encuentro, pero fue rechazado en el profundo Valle de Hunayn a
406
causa de una emboscada tendida por el enemigo. Los musulmanes intentaron
Ibn Hicham (2004), p. 313.
107 Ibid., p. 314. 411
408 Washington Irving (1945), p. 149.
Roger Caratini (1993), p. 476.
412
409 Ibn Ishaq Ü995), p. 516.
Martin Lings (1986), pp. 469 y ss.
413
110 Martín Lings (1986), pp. 436-439.
Maxime Rodinson (1967), p. 303.

271
270
reorganizarse. Mahoma acudió a Abbas, uno de los suyos que tenía una voz . Echando mano de una demagogia en la que estaba bien entrenado, y en un dis-
potente, para que gritara "¡Oh, compañeros del Árbol! ¡Oh, compañeros de la curso que recuerda al episodio del hijo pródigo del Nuevo Testamento, regañó a
Acacia!" a fin de dar ánimos a las tropas. 415 Pero todo fue inútil. Los musulma- los rebeldes por preocuparse de las cosas materiales, y les hizo ver lo privile-
nes se desperdigaron y una parte de ellos huyó para refugiarse en Taif. giados que eran por haberse convertido al islam. 418
Aun así, el PrQfeta y los suyos se quedaron con miles de cautivos y, según Más tarde, y en virtud de que los habitantes de Taif persistían en 18 adora-
algunos cálculos, con no menos de cuarenta mil cabezas de ganado, entre came- ción de al-Lat, la imagen de la diosa fue destruida por un musulmán lla1nado
llos, carneros y ovejas. 416 De inmediato, las tropas del Profeta sitiaron Taif. Fue .Mughirah. 419 Mahoma acumulaba victoria tras victoria y ·un día le dijo a un
allí donde Salman el persa demostró sus habilidades y sus conocimientos, al infiel que no estaba lejos el tiempo en el que plantarían sus estandartes en los
acudir al empleo de arietes y otros artificios bélicos, entre ellos la catapulta, que castillos blancos de Babilonia.
en la Edad Media, y como acto precursor de la guerra biológica, solían emplear
los sitiadores para arrojar cadáveres en descomposición a la ciudad asediada.
Pero al parecer, los habitantes de Taif habían acumulado un gran número de EL AÑO DE LAS EMBAJADAS
víveres, y pudieron resistir por largo tiempo. Cuando el Profeta soñó que recibía
un tazón de mantequilla que era picoteado por un pájaro, decidió que ése era un Mahoma consideró que había adquirido ya una estatura suficiente como para
mensaje que le ordenaba retirarse, y así lo hizo: se dirigió a Jiranah. continuar con el envío, a los reyes extranjeros, de embajadores que llevaban
El reparto del botín causó grandes resentimientos entre muchos de los se- consigo sendas cartas en las que exhortaba a los monarcas a convertirse al islam.
guidores de Mahoma, pero éste se encargó de apaciguarlos: Mahoma no sólo El primero fue Cosroes, rey de Persia, quien despredó y corrió a sus mensaje-
era un diplomático sagaz: también un político astuto que deseaba afianzar su ros. El segundo fue Heraclio, emperador de Bizancio, quien, al parecer, no hizo
hegemonía sobre los koreishitas poderosos. Concedió abundantes regalos a los comentarios sobre la carta del Profeta, y regresó a su enviado con suntuosos
recién convertidos al islam, entre los que se encontraban algunos de sus fami- regalos para Mahoma. El rey de Egipto prometió reflexionar sobre la cuestión
liares y amigos como Hakim y Safwan. A su antiguo enemigo, Abu Sufian, al y por lo pronto le mandó a Mahoma "un asno de pelo argentado, vestidos de
parecer por el solo hecho de haber perdido un ojo en la batalla -aunque en lino de Egipto, miel y excelente mantequilla" y lo más importante, dos escla-
realidad lo que quería Mahoma era afianzar la lealtad del influyente persona- vas captas, vírgenes: Shiren y Mariya. 420 Esta última, como sabemos, le daría a
417
je-, le correspondieron cien catnellos y cuarenta talegas de plata, y como a Mahoma un hijo, Ibrahim, quien murió el día en que un eclipse oscureció el
continuación Abu Sufian le recordó al Profeta que tenía dos hijos, cada uno de cielo. Otros autores dicen que el egipcio le obsequió al Profeta una mula blan-
ellos recibió también cien camellos y, de paso, Abu Sufian consiguió otros ca llamada Daldal y un veloz corcel de nombre Lazlos.421
doscientos más. Safwan obtuvo también cien camellos regalados. Hakim lo Al rey de Abisinia, Najaji Ashama, que era cristiano, Mahoma envió un
mismo. Éstas y otras muestras de largueza hacia algunos de sus rivales korei- comunicado en el que decía "Yo atestiguo que Jesús, hijo de María, es el espíritu
shitas, causaron malestar entre los cuatro mil ansarinos que acompañaron al de Dios y su verbo". Esta increíble afirmación figura en el libro de M. Savary,422
Profeta en la expedición. A cada uno de ellos le había tocado sólo cuatro came- quien la recoge del libro Sobre la excelencia de los abisinios de Eben-Elbaki. El
llos, o su equivalente en borregos y cabras. Después de la primera tanda de monarca abisinio, según se dijo, se convirtió al islam. Lo mismo hizo Elmon-
obsequios, los ansarinos fueron testigos de cómo el Profeta colmó de valiosos dar, rey de Bahrein. Mahoma predijo que los reinos de aquellos que rechazaban
presentes a dieciséis koreishitas notables, y a los jefes de otras cuatros tribus, el islam, como Cosroes y Abu Shamar, quien dominaba la Arabia desértica,
todos conocidos por su riqueza. Los emigrantes se unieron al disgusto de los serían destruidos. El asesinato de uno de sus embajadores fue lo que provocó
ansarinos. Pero el Profe~a demostró una vez más su gran inteligencia política.
418
Martin Lings (1986), pp. 506-510.
414 Martin Lings (1986), p. 497·
419 Ibid., p. 525.
420
415 Ibid., p. 500. M. Savary (1982), pp. 101-104.
421
416 Ibid., p. 503.
Washington Irving (1945), p. 152.
422
41 7 Washington Irving (1945), p. 176.
M. Savary (1982), p. 103.

272 273
el conflicto de Muta. "Ésta fue la primera vez -nos dice M. Savary- que los . no, Mahoma hizo otro de sus milagros. Habían acan1pado cerca de un manan-
árabes tornaron las armas contra los griegos, y esta chispa produjo el vasto in- tial casi seco que al parecer sólo sirvió para llenar el vaso del Profeta, pero éste,
cendio aue
l
durante ochocientos años abrasó al Oriente". 423 Sin embargo, apenas tras dar un sorbo, arrojó el resto del líquido al manantial, y entonces brotó un
hubo triunfado Mahoma en La Meca, los príncipes árabes que esperaban ver hilo de agua suficiente para saciar la sed de todo su ejército. 428 Esto reanimó a
hacia dónde se inclinaba la balanza, llegaron a rendirle homenaje y a jurar su todos, pero los rumores crecientes que afirmaban que Siria había reunido un
424
conversión. Esto sucedió en el noveno año de la Héjira. enorme ejército en sus fronteras, hicieron que Ornar aconsejara el retiro de las
Pero no siempre Mahoma se mostró tan celoso en la difusión de la fe. En tropas. Mahoma siguió su consejo.
ocasión de su estancia en Tabuk, y tras la malograda expedición a Siria, con tal Mahoma deploró con todo su corazón la muerte de su hijo Ibrahirn, que
de someter a su dominio a los príncipes de ciudades vecinas, les exigió tribu- tenía apenas un año tres meses de edad. Cuando lloraba junto a su sepulcro,
tos a cambio de su rechazo a la conversión al islam. Al parecer el primero en uno de sus hmnbres le dijo: "¿No nos has prohibido llorar por los muertos?"
ceder a esta extorsión fue el príncipe Johanna de Eyla, o Aila, ciudad en la cual, El Profeta le contestó: "No, os he prohibido dar gritos y alaridos, golpearos el
según la leyenda, sus antiguos habitantes judíos habían sido transformados en rostro y rasgar vuestras vestiduras; éstas son sugestiones del maligno; pero las
monos y cerdos por pescar en día sábado. 425 Johanna obtuvo la paz con la con- lágrimas que se derraman ante una calamidad son bálsamo para el corazón, y
dición de pagar cada año un tributo de tres 1nil denarios de oro. Mahoma re- obtienen gracia". 429
galó su capa a los habitantes de Eyla, misma que fue después conservada por Durante su vida, Mahoma tuvo que combatir también a otros enemigos
los otomanos en un cofre de oro. 426 Los turcos le atribuyeron a este manto la singulares: dos pseudoprofetas, al-Aswad y Musalyrna -o Moseilrna-, cono-
prosperidad de su imperio y sus triunfos militares. También aseguraron la paz cidos corno "los dos embusteros", quienes prometían hacer bajar del cielo li-
Adroh y Jarha, al obligarse a pagar a Mahoma doscientos denarios anuales. En bros semejantes al Corán. El primero tenía conocimientos de prestidigitación
resu'rnen, todos los pequeños soberanos de las cercanías que rehusaron con- y trucos de magia, y murió decapitado por órdenes de Mahoma. El segundo,
vertirse al islam se hicieron tributarios con tal de no ser atacados por el ejérci- quien sobrevivió al Profeta, se distinguía "por asignar al alma una humillante
to del Profeta. residencia en la región del abdornen". 430 La doctrina de Musalyrna bin Thurna-
ma bin Kabir, llamado al-kadhdhab -"el impostor"-, compartía algunos de
TABUK los principios más importantes con las predicaciones de Mahoma, entre ellos
el monoteísmo y la revelación por intermedio de Gabriel. Aparentemente, nos
Mahmna era ya casi dueño de toda Arabia cuando tuvo noticias de que Hera- dice Moharnrnad Ali Amir-Moezzi, Musalyrna nunca negó la misión profética
clio, emperador de Bizancio, estaba inquieto por el aumento del poderío islá- de Mahoma, pero a la muerte de éste su influencia y sus seguidores aumenta-
mico bajo el mandato del Profeta, y se aprestaba a aniquilarlo. Una vez más, el ron de forma alarmante, y Abu Bakr decidió enviar a un ejército para darle
Profeta se adelantó y se dirigió a Siria al mando de un ejército formado por muerte. Musalyrna la encontró en la batalla de Aqraba. 431
diez mil jinetes y veinte mil infantes. El calor era muy intenso, pero Mahoma
advirtió que el fuego del infierno era más fuerte. Su afirmación fue apoyada
por el versículo 82 de la azora IX. 427 Los musulmanes marcharon durante siete LAS ESPOSAS DEL PROFETA: CONCUPISCENCIA Y POLÍTICA
días, en medio de una temperatura tórrida, azotados por un viento que les
quemaba el rostro y abrumados por una sed intolerable. Pero una vez que lle- Enfermo y envejecido, Mahoma se preparó para un último viaje a La Meca, que
garon a Tabuk, una pequeña ciudad situada en los confines del imperio roma- sería conocido corno "la Peregrinación del Adiós". Esta vez se hizo acompa-
ñar de las nueve esposas que le quedaban, que fueron transportadas en literas.
423 Ibid., p. 108. 428
424 Ibid., p. 138. Washington Irving (1945), p. 188.
425 Washington lrving (1945), p. 188.
m Ibid., p. 197.
430
42 6 M. Savary (1982), p. 144.
Ibid., pp. 201-203.
431
427 El Corán (1995) IX:82. Amir-Moezzi, en Dictionnaire du Coran, p. 58o.

274 275
Maxime Rodinson nos dice que Mahoma había tomado otras dos esposas des- Lamec. 436 Cabe decir, sin embargo, que ambas le dieron hijos al descendiente
pués de la toma de La Meca, que nunca se dejaron tocar: una, a causa de un de Caín. 437
ataque de locura, y la otra, porque su padre había sido muerto por los rnusul- En lo que a los musulmanes se refie~e, no pasó mucho tiempo después
manes en una batalla. Rodinson no proporciona los nombres de esas dos mu- de la muerte de Mahoma sin que ocurrieran los excesos: es fama que un hijo de
jeres, pero nos cuenta que el Profeta, en un momento dado, repudió a Sawda, Alí, Hassan, quien por cierto rehuyó la sucesión, se casó noventa veces y llegó
entonces una mujer cuarentona, pero que ésta le dijo que no le exigiría que se a tener trescientas o cuatrocientas concubinas. 438 Tampoco Mahoma se bañó
acostara con ella: sólo quería estar presente, el día de la resurrección, entre sus nunca con sus concubinas, como lo haría el futuro califa omeya al-Walid, en
esposas. El Profeta aceptó. 432 albercas -o piscinas- llenas de agua de rosas perfumadas con almizcle y cúr-
Algunos dicen que Mahoma tuvo un total de trece esposas, si bien el his- cuma.439 Al harén se le ha llamado también serrallo, del italiano serraglio que a
toriador, guerrero y príncipe árabe Abul-Feda afirma que llegó a tener hasta su vez deriva del persa serai. Fatima Mernissi nos cuenta que las raíces de la
quince esposas a la vez. Otras fuentes indican que se casó nueve veces, o ((tal palabra harim están relacionadas con el concepto de ((territorio", tanto el do-
vez, once". 433 Esto no basta para acusar al Profeta de lubricidad. En mi opi- méstico como el sagrado, es decir, con el espacio sagrado que ocupa el santua-
nión, la libido del Profeta correspondía a la de un hombre normal y sano, que rio de La Meca, 440 y agrega que los harenes estaban formados en buena parte
aprovechó las costumbres prevalentes en la sociedad árabe, que no sólo per- por las jawari, o esclavas de muy diverso origen: persas, kurdas, armenias, etío-
mitían sino que alentaban la poligamia, o poliginia, por razones que pocos pes, sudanesas, indias, bereberes, e incluso algunas originarias de Europa, y que
occidentales se han puesto a considerar: existía la obligación moral de casar- Harún al-Rashid llegó a tener mil, y al-Mutawakkil cuatro mil. 441 Como tam-
se con las viudas, a fin de asegurar su sustento y el de sus hijos. Así lo hizo bién nos cuenta Mernissi, se seleccionaba de preferencia, entre las esclavas en
Mahoma, quien, como se ha señalado, de todas las esposas que tuvo, sólo una venta, a las mujeres que, además de bellas fueran inteligentes y tuvieran unta-
era virgen: Aísha. Por supuesto, Mahoma abusó de sus privilegios como En- lento especial para cantar y tocar instrumentos. En el harén además, solía en-
viado de Dios, y se asignó un número de mujeres mayor que el permitido al señárseles astrología, matemáticas, la ley musulmana e historia. Pero, princi-
resto de sus seguidores. Pero esta situación nada tenía que ver con el harén palmente, poesía y canto. Y por supuesto, junto con el arte de la seducción,
-del árabe harim-, que tenían y tienen algunos soberanos árabes, con dece- técnicas y refinamientos sexuales. 442
nas de esposas y concubinas alojadas en habitaciones suntuosas, cmno aqué- Por otra parte Mahoma, además de tener favoritas -la más amada fue
llas, célebres, del serrallo palatino de Topkapi Saray de Estan1bul, 434 o las del Aísha-, cumplía, como se ha mencionado, un programa de visitas rutinarias
palacio de Harún al-Rashid de Las mil y una noches. Asimismo, como se ha a todas sus esposas, de manera que cada una de ellas recibía los servicios
señalado, la poliginia no fue inventada por los musulmanes: más de dos mil sexuales de su esposo en las noches determinadas para el efecto. Según otros
años antes del nacimiento de Mahoma, David y su hijo Salomón tenían una historiadores, hubo otra esposa, Asma, a la que tampoco jamás tocó, por te-
verdadera multitud de esposas y concubinas. Michael Levin, por su parte, en ner ésta manchas blancas en la piel, lo que era considerado entonces como
su libro sobre el misticismo judío, nos señala que, hasta hace mil años, se una especie de lepra. 443 Cuando Mahoma se casó con Safiyya, sus otras muje-
permitía a los judíos tener más de una esposa. 435 Lo que es más, en la Biblia res la insultaron: "Judía, hija de un judío y una judía". Enterado Mahoma, le
1
hebrea comentada por Rashi se nos dice que, antes del diluvio, los hombres dijo a Safiyya que contestara: 'Aarón es mi padre, Moisés es mi tío y Mahoma
tenían dos esposas: una destinada nada más que a la propagación de la espe- mi esposo".
Cie, y la otra para la compañía ((frívola", a la cual se le daban pócimas que la
436
esterilizaban. Se nos da el ejemplo de Lamec, bistataranieto de Caín, en cuyo Pentateuch (s.f.); Rashi, Gén, p. 20.
437
Génesis. 4:19-22.
caso Adah era la esposa ~estinada a procrear, y Zila la que servía de adorno a 438
Jonathan M. Bloom y Sheila S. Blair (2003), p. 49·
439 Ibid., p. 65.
432 Maxime Rodinson (1967), p. 316. °
44
Fatima Mernissi (2003), p. 63.
441
433 Malek Chebel (1995), p. 260. Ibid., 58.
434 Janine Sourdel y Dominique Sourdel (2004), p. 338. 442 Ibid., 58-59·
443
135 Michael Levin (2002), p. 210. lbn Hicham (2004), p. 401.

277
Los historiadores que a toda costa desean convertir al Profeta en un ser de Djuwayriya, hija del líder de los Banu Mustaliq. La novena, Umm Habiba bint
concupiscencia extrema, capaz de casarse con una niña, olvidan dos cosas: Abu Sufran, viuda de otro musulmán fallecido en Abisinia. Este matrimonio
una, que en algunas comunidades y lugares del globo la pubertad se presenta fue, sin duda, uno de los más grandes triunfos del Profeta, ya que esta novena
en las mujeres varios años antes que en otras etnias y regiones. Segundo -y esposa, como su nombre lo indica, era la hija de su acérrimo enemigo Abu
más importante-, prefieren ignorar numerosos casos similares que se dieron Sufi.an, quien, resignado, acabó por aceptar que "el porvenir pertenecía al is-
en las cortes europeas y de los que el historiador Jacques Barzun nos da un par lam",449 y aceptó ser suegro del Profeta en el628. La décima esposa fue Safi.yya,
de ejemplos. Uno, el de Luisa de Sabaya, madre del rey Francisco I de Francia, la viuda del decapitado Kinana. Finalmente, la cónyuge número 11 fue May-
casada a los 14 años. Otro, el de Catalina de Médicis, quien se vio obligada muna bint Harith, una mecana. 450
tanto por su padre como por su tío el papa Clemente VII a casarse -también Caratini y otros autores señalan como matrimonios de conveniencia polí-
a los 14 años- con el futuro Enrique II de Francia. 444 A lo que podemos agre- tica el octavo, el noveno y el undécimo. 451
gar el caso de Lucrecia Borgia, cuyo padre, el españÓl Rodrigo Borgia, más cono- Las mujeres fueron muy important~s en la vida de Mahoma. Éste siempre
cido como el papa Alejandro VI, la comprometió en matrimonio dos veces cuan- les pedía su opinión antes de tomar decisiones. Destacaron, entre sus cónyu-
do tenía apenas 11 años y, finalmente, la casó, a los 13, con Giovanni Sforza. ges, Jadicha, desde luego, y Aísha, quien, como veremos, desempeñó un papel
Alfred Kolatch recuerda, por otra parte, que en la Edad Media se comprometía trascendental en el islam tras la muerte del Profeta, y a quien se le atribuían
en matrimonio a las niñas judías cuando éstas cumplían 12 años. 445 Veremos conocimientos de medicina, historia y retórica. 452 La sexta, Umm Salama, co-
muchos otros casos similares en la parte dedicada a las Cruzadas. nocida también como Hind bint Abi Umayya, fue una mujer de gran astucia
Aun así, cabe recordar las palabras del Ayatolah Jomeini en el libro que política, que luchó por los derechos de la mujer ert Medina, e intervino en las
contiene sus "citas filosóficas, religiosas y morales", opúsculo publicado por la negociaciones del tratado de Hudaibiyah, según se lee en el Diccionario Oxford
editorial Bruguera, y que, para el escritor anónimo que redactó el prefacio "es del islam. 453
el perfecto 'breviario' del musulmán chiita": "Es en sumo grado aconsejable Zaynab, la ex Inujer de Zaid, fue también una de sus preferidas. Ningún
apresurarse a casar a la hija púber. Para el hombre es una dicha que su hija no banquete de bodas había sido tan espléndido como el que ofreció cuando se
tenga la primera regla en la casa paterna sino en casa de su marido". 446 casó ella, dice Caratini. Zaynab tenía fama de ser muy generosa, y según se cuen-
De los historiadores contemporáneos de Mahoma, es Caratini quien les ta, el Profeta había dicho que aquella de sus esposas que tuviera la mano más
dedica todo un capítulo a las esposas del Profeta -según él, 11- y nos ofrece larga sería la primera en reunirse con él en el paraíso. 454 Por lo visto, a esas al-
una gráfica informativa, muy clara, al respecto. 447 El libro de este autor contie- turas Mahoma se había olvidado que, primero, él tendría que reunirse en las
ne varias gráficas y tablas sinópticas muy útiles, incluyendo una que nos da los alturas con Jadicha.
nombres de los caballos, mulas y asnos que tuvo el Profeta. 448 Aísha estuvo siempre celosa de la preferencia por Zaynab. En una ocasión
En lo que a las esposas de Mahoma se refiere, la primera, como sabemos, dijo, con amargura, que si al Profeta se le hubiera ocurrido ocultar algunos
fue Jadicha. La segunda, Sawda bin Zama, viuda de un musulmán muerto en versículos del Corán, los indicados debían haber sido los que autorizaron su
Abisinia. Tras la victoria de Badr, Mahoma sólo tenía como mujer a Sawda. Se casamiento con la ex esposa de Zaid. 455
casó entonces con su tercera esposa, Aísha. La cuarta fue Hafsa bint Ornar, Las esposas de Mahoma reciben el nombre de Umm al-Muminin o "Ma-
viuda de un koreishita. La quinta fue Zaynab bint Khuzaymnam, viuda de un dres de los Creyentes". Las que sobrevivieron al Profeta tenían prohibido ca-
guerrero muerto en Badr. La sexta Umm Salama, koreishita, viuda de un gue- sarse de nuevo.
rrero muerto en Ohod. La séptima, Zaynab, la ex esposa de Zaid. La octava,
449 Ibid., p. 354·
450
Ibid., p. 358.
451
444 Jacques Barzun (2005), pp. 150 y 151. Idem.
452
445 Alfred J. Kolatch (2003), p. 27. John L. Esposito (1999), p. 339·
453
446 Ruhollah Khomeini (1981), p. 127. Ibid., p. 113.
454
447 Roger Caratini (1993), p. 358. Roger Caratini (1993), pp. 352-353.
448 Ibid., p. 326. 455 Ibid., p. 35L

279
La cuestión del velo que debe cubrir el rostro de las mujeres musulmanas De regreso a Medina, Mahoma se preparó a n1orir en la casa de Aísha.
será materia de un tratamiento aparte en este libro. Por lo pronto, todo parece Cuando ya no le fue posible ir a la mezquita a dirigir la plegaria, nombró a Abu
indicar que su origen fue la orden, expresa en el versículo 53 de la azora XXXIII, Bakr en su lugar. Ya en su lecho de muerte, le dijo a Aísha que el ángel Gabriel
de dirigirse a las esposas del Profeta teniendo de por medio, siempre, un velo se le había aparecido en dos ocasiones ese año, en lugar de una sola, como era
o cortina. El uso del velo se remonta a los imperios bizantino, griego y persa, su costumbre. Días después, cuando un pariente le preguntó ''Apóstol de Dios,
en los que era considerado como un privilegio del que sólo gozaban las muje- si nos faltas, ¿quién llorará por ti?", Mahoma respondió: "Cuando me hayáis
res de clase alta. 456 lavado, embalsamado y depositado en un sarcófago que dejaréis al borde de la
fosa que ha de ser cavada en el mismo sitio en que muera, saldréis de la estan-
cia y me dejaréis solo. El primero que vendrá a orar por mí, será Gabriel, mi
LA PEREGRINACIÓN DEL ADIÓS Y LA MUERTE DEL PROFETA fiel amigo, y los ángeles Miguel y Azraelle seguirán. El ángel de la muerte a la
cabeza de sus legiones orará enseguida junto a mi tumba y todas las legiones
457 formarán el cortejo de mi cadáver".
En la multitudinaria "Peregrinación del Adiós" -en árabe hadjdjat al-wada-
figuraba ta1nbién un gran número de camellos, destinados al sacrificio, adorna- Mahoma dispuso que todos sus esclavos fueran puestos en libertad y que
dos con guirnaldas de flores y gallardetes flotantes. Washington Irving nos su fortuna se distribuyera entre los pobres. Dio también la orden terminan-
cuenta que, al llegar a la llanura de Baifa, el Profeta dijo en voz alta la plegaria te de expulsar de Arabia a todos los idólatras. Prácticamente todos los auto-
llamada en árabe Talbijah, que era la misma que, según la leyenda, había pro- res coinciden en narrar una anécdota trivial que ocurrió cuando estaba en su
nunciado Moisés cuando en la cumbre de la colina de Kubeis predicó la verda- lecho de muerte. Era costumbre árabe eliminar los restos de comida que se
dera fe a todo el género humano, "y fue tan prodigioso el poder de su voz, que quedaban en los dientes con una ramita verde o siwak. Uno de estos mon-
fue oído por todo ser viviente en todas partes el mundo, a tal punto que hasta dadientes le fue ofrecido al Profeta y éste lo tomó y se limpió a conciencia la
las criaturas por nacer respondieron: ¡Heme aqui, en tu servicio,. . Oh Serror.
- '"458 dentadura.
En La Meca, Mahoma sacrificó con sus propias manos a 73 camellos, uno por Aísha contó después que en los últimos tres días anteriores a su muerte,
cada año que tenía, aunque los historiadores Abul-Feda y Al Jannabi afirman que Gabriel le hacía visitas frecuentes y le preguntaba sobre su salud. El último día,
la muerte de Mahoma, ocurrida muy poco tiem.po después, tuvo lugar exacta- el ángel de la muerte se presentó a la puerta de la casa. Gabriel lo vio y le dijo al
mente en el día en que cumplió su sexagésimo tercer aniversario. 459 La peregri- Profeta: "He aquí al ángel de la muerte que solicita permiso para entrar; tú eres
nación se efectuó en el mes de dhu 1-gada del décimo año de la Héjira: enero del el primero de los mortales con quien tiene esta deferencia y el último con
632. El Profeta, ya débil y enfermo, se vio en la necesidad de hablarle a Bilal al quien la tendrá". Mahoma dio su permiso, y el ángel le preguntó si deseaba que
oído para que éste repitiera sus palabras en voz alta y así hacerse escuchar de los tomara su alma, como era el deseo de Alah, o la dejara vivir en su cuerpo.
fieles.4 60 Roger Caratini nos dice que fue hasta el año dos de la Héjira que se le Mahoma contestó: "Tómala". Aísha estaba sentada en el lecho del Profeta, con
dio a la religión de Mahmna el nombre de "islam". Antes, se la había designado la cabeza de éste apoyada en su regazo, cuando .sobrevino la muerte. Mahoma,
con el nombre de tazakki, que significa "excelencia moral", o se relacionaba con leemos en Ibn Ishaq, murió el mismo día de su llegada a Medina, a los doce
la hanifiya o religión de Abraham. 461 Sin embargo, Caesar E. Farah afirma que fue años de haberse iniciado la Héjira, el12 del mes de Rabi u-1-awwal, 632 de la
en la Peregrinación del Adiós cuando Alah habló por última vez con el Profeta, era cristiana, 8 de junio. Cumplió así su vieja promesa de morir entre los me-
y éste dio a conocer el nombre de la religión: al-islam. 462 dinenses.
La gente no quería creer que Mahoma había muerto: estaba en un trance,.
4 56Percy A. Scholes (1964), p. 112. decían, y ha sido llevado al cielo como Isa-Jesús- y otros profetas. Ornar,
457 Roger Caratini (1993), p. 518. ·
458 Washington Irving (1945), pp. 198-199.
enloquecido, fue de los que, en una frenética arenga, sostuvo que el Profeta
459 Citado por Washington Irving ( 1945), p. 210. estaba vivo. Fue necesaria la intercesión de Abu Bakr para calmarlo.
460 Roger Caratini (1993), p. 521.
Washington Irving nos cuenta los preparativos que se hicieron para se-
461 !bid., pp. 367 y 368.
462 Caesar E. Farah (1968), p. 106. pultar a Mahoma: su cuerpo fue lavado y perfumado, se le envolvió con tres

280
mantas, dos de ellas blancas y la tercera de tela rayada del Yernen, y se le perfumó Tras la desaparición de Mahoma, algunos grupos de beduinos -que fue-
de nuevo con ámbar, almizcle, áloe y yerbas olorosas. 463 ron siempre los más reacios a sus doctrinas y se les consideraba hipócritas por
Expuesto en público, se elevaron setenta y dos plegarias, y hubo una espe- excelencia- abandonaron la fe, con la idea de que su muerte los liberaba del
ra de tres días para satisfacer a aquellos que todavía no creían que el Profeta pacto acordado con él.
había muerto. Los rnohadjerinos o discípulos de La Meca alegaron que Maho- Una extraña tradición musulmana dice que Jesús regresará al mundo en
ma debía ser sepultado en su ciudad natal, los ansarianos lucharon porque fue- calidad de juez, vivirá cuarenta años y será sepultado al lado de la tumba de
ra en Medina, y no faltó quien dijera que había que llevarlo a Jerusalén, donde Mahoma, en un lugar que le ha sido reservado.465
se encontraban las sepulturas de los profetas. Pero Abu Bakr les recordó que De Mahoma, nos dice Maxirne Rodinson, se conservan muchas reliquias:
Mahoma había dicho que un profeta debía ser sepultado en el lugar donde la cabellos y vellos, dientes, sandalias, su capa, su tapete de oración y el puño de
muerte lo sorprendiera. una espada. 466 A esto agrega Abdelwahab Meddeb un estandarte de lana negra
Y así fue. La tumba de Mahoma fue cavada en la casa de Aísha, contigua a procedente de Darnasco, 467 e Ignaz Goldziher comenta que, en la India, algu-
la mezquita. Se dijo durante algún tiempo que el ataúd del Profeta no había nos musulmanes conservan cabellos del Profeta, que en ocasiones crecen y se
sido sepultado: flotaba entre el cielo y la tierra. Es decir, entre el suelo y el te- multiplican. 468
cho de la mezquita. Esta creencia estaba tan difundida, que algunos autores
cristianos, convencidos de que en efecto así era, adujeron que se trataba de un MAHOMA Y LOS POETAS

truco: el sarcófago era de hierro, y se mantenía en equilibrio en el aire gracias


a unos inmensos imanes. No todos los autores nos hablan de las visitas de He querido dejar para el final de esta parte dos temas que hablan por sí solos
Gabriel que Mahoma recibió en los días anteriores a su muerte. No nos ha- del carácter del Profeta. El primero. tiene que ver con los poetas. El segundo,
blan, tampoco, del sarcófago flotante. Por ejernplo, no lo hace Lings, y lo omi- con lo que he llamado "los versículos de conveniencia".
te Ibn Hichan1 -o en todo caso su traductor y condensador Wahib Atallah-. lv'lahorna tuvo siempre una relación ambigua hacia la poesía. En una oca-
Uno se pregunta por qué estos dos historiadores, que nos hablan de tantos sión, fue acusado de ser poeta y su libro, el Corán, de ser sólo "un montón de
milagros ocurridos durante la existencia de Mahoma, se abstienen de contar - ".469 Est o 1e resu1to' 1nto
suenas · 1erable a1 Pro1eta.
e Corno señala el libro sagrado,
los que hizo después de muerto. O en todo caso, los que hizo Alah para de- en la azora XXXVI "Ya Sin" -título cuyo significado se desconoce-, que se
mostrar la grandeza de su Enviado más allá de las fronteras de la vida. recita corno oración dedicada a los agonizantes y los muertos, y a la que el
En su lecho de muerte, Mahoma expresó su deseo de que jamás hubiera Profeta consideraba corno el corazón del Corán, se establece que Alah no le
dos religiones en Arabia. 464 enseñó poesía a su enviado: "[El Corán] no es más que una advertencia y una
En la época en que murió Mahoma la mezquita era una humilde construc- lectura clara". 470 De hecho, Mahoma consideraba la poesía i~digna de él. Sin
ción con paredes de adobe y techo de hojas de palmera, destinada a contener embargo, en aquellos tiempos muchos lo consideraban corno un gran poeta, y
también las tumbas de los sucesores del Profeta, Abu Bakr y Ornar. Con el tiem- desde entonces hasta nuestros días se habla del Corán corno un libro lleno de
po, surgió una nueva edificación, que abarcó la habitación de Aísha, con varias poesía.
cúpulas blancas y esbeltos rninaretes, rematada por un globo dorado y una En otra ocasión, los albañiles que construyeron su casa en Medina ento-
media luna. Dos veces dañada por incendios, fue reconstruida otras tantas. naron una canción en su honor, pero el Profeta intervino, cambió la letra y
A su embellecimiento contribuyeron monarcas corno el califa orneya Waled I estropeó la rima. Con esto dio a entender, nos dice Rodinson, que no estaba
y el sultán Selirn II, quien decoró el interior con mosaicos ornamentados con dotado para ejercer "el arte demoníaco de la poesía", y que toda elocuencia del
oro. En 1925 sufrió el Vqndalisrno de la secta musulmana wahhabita, que sa- ::s John L. Esposito (1999), p. 75; Maxime Rodinson (1967), p. 348.
queó Medina y despojó a la mezquita de sus tesoros, pero fue restaurada por o Ibid., p. 347·
467
Abdelwahab Meddeb (2002), p. 103.
los gobernantes sauditas. 468
Ignace Goldziher (2007), p. 167 .
469
El Corán (1995) XXI: 5.
463 Washington Irving (1945), p. 151. 470
El Corán (1995) XXXVI:69.
464 Bernard Lewis (2003), p. xxix.
Corán venía de Alah. 471 Por otra parte, se dice que admiraba al poeta Imru-I- bustero entregado al pecado y enseñan lo que sus oídos han percibido, y la
Qays -o "el rey vagabundo"-, como el padre de la poesía preislámica, junto a mayor parte mienten. Son los poetas, a quienes los hombres extraviados siguen
otros grandes poetas como Alquama y Tarafa. 472 a su vez. ¿No ves que siguen todas las rutas como insensatos que dicen lo que
El hecho, desde luego, de que tuviera un poeta oficial no quería decir que no hacen?" Y por último, en alusión a los poetas que habían abrazado al islam,
amara -y ni siquiera respetara- la poesía. Todas las cortes árabes tenían como Lebid, Hasán y Caab, 480 agrega: "Salvo los que han creído que practican
cuando menos un poeta que hacía de escriba y relator de las hazañas de los je- el bien y repiten sin cesar el nombre de Dios".481
fes y monarcas. Al servicio del Profeta y de su casa, hubo en realidad, varios Sin duda, hay que tener en cuenta que se consideraba a los poetas o cho-
bardos, como lo muestra Ibn Ishaq en su libro: Ibn Thabit celebró la batalla de uara como personajes temibles, ya que eran los portavoces de sus respectivas
Badr; 473 Hamza le dedicó una oda de veinte páginas al mismo hecho; 474 Ibn tribus, junto con el jefe o sayyed -el charif del mundo islámico arabopersa-,
Arid al-Jusha1ni advirtió en un poema a los habitantes de Taif la inminente a los que seguían el orador o jatib y el adivino o kajim. 482
destrucción de la diosa al-Lat, 475 y así por el estilo. También muchos de sus
enemigos eran poetas: baste recordar que otro Abu Sufran (al-Harith, su pri- Queda claro que Mahoma sólo aprobaba y protegía a aquellos poetas que lo
mo) escribía exhortaciones en verso destinadas a enardecer a sus paisanos los ensalzaban y se adaptaban a sus gustos y sus necesidades, y detestaba a aque-
koreishitas y lograr la venganza. 476 llos que no estaban de acuerdo con él o que incluso lo denigraban -y en esto,
Washington Irving, al igual que otros autores, afirma que Mahoma sí era por supuesto, Mahoma en nada se distinguía de los numerosos soberanos y
sensible "a los encantos de la poesía", y en apoyo de su afirmación cita dos ca- líderes que han jugado el papel de mecenas en la historia, muchos de ellos
sos. Un día, habiendo el Profeta apresado a varios miembros de los tamanitas <~déspotas ilustrados" y que han disfrutado la poesía en la medida en que ésta
por negarse a pagar impuestos, éstos propusieron un torneo entre los poetas canta sus glorias-. No todos, sin embargo, han asesinado a los poetas que
de su tribu y los poetas de Mahoma. Afirma Irving que Mahoma quedó tan les estorbaban. Los han silenciado con amenazas, exiliado o encarcelado. Pero
complacido con el ingenio de los tamanitas, que les entregó a sus compañeros Mahoma sí fue uno de los que mancharon sus manos con la sangre de algu-
y los despidió con regalos. Kaab ibn Zohair fue el mejor ejemplo de un poeta nos poetas.
acomodaticio, ya que, habiendo satirizado al Profeta y al islam durante largo Uno de esos desdichados a los que el Profeta mandó ejecutar fue Kaab al-
tiempo, cuando sintió que su vida estaba en peligro, se hizo musulmán y comen- Ashraf de la tribu judía de los Banu Nadir, quien se había ganado el aborreci-
zó a componer poemas y odas en el estilo beduino tradicional, de una magní- miento de Mahoma por haber escrito un poema en el que lamentaba la muerte
fica elocuencia, que cantaban las hazañas de Mahoma y sus seguidores. 477 El de unos koreishitas que los musulmanes habían asesinado tras la batalla de
Profeta le perdonó los improperios y las burlas del pasado. 478 Badr y echado a un pozo, así como algunos versos en los que denostaba a las
Sin embargo, Mahoma prohibió las proverbiales lecturas en voz alta que de mujeres musulmanas. Al-Ashraf pretendía asimismo formar un partido con
sus composiciones hacían los poetas llegados de toda Arabia en algunas plazas los judíos y los mecanos "hipócritas" para combatir a los musulmanes. Un día,
como la de Okadh, en ocasión de la Feria Anual, 479 y en los versículos 221 a fastidiado, el Profeta exclamó: "¿Quién de vosotros me quitará de encima a Ibn
228 de la azora XXVI -en la que de paso arremete contra los homosexuales-, al-Ashraf?" Ésta era una clara invitación para asesinar al poeta, quien pronto
dice de los poetas: "Os diré yo cuáles son los hombres sobre los cuales des- sucumbió apuñalado. 483 Su cuerpo fue arrojado a un pozo.484
cienden los demonios, y a quienes ellos inspiran. Descienden sobre todo em- No fue el único. Otro fue Abu-Akaf, un poeta centenario asesinado mien-
471
tras dormía. 485 Y una poeta, madre de cinco hijos, Asma bint Marwan, atra-
Maxime Rodinson (1967), p. 180.
472
Miguel Asín Palacios (1984), p. 97· vesada con una espada mientras dormía, después de que el Profeta pronun-
473
Ibn Ishaq (1995), p. 306. 480
474
Ibid., pp. 340-360.
Idem.
481
475 Idem.
Ibid., p. 588. 482
476
Ibid., p. 362. Malek Chebel (1995), p. 378, y Alfred Morabia (1993), p. 39·
483
477
Martín Lings (1986), p. 513. Régis Blachere (1952), p. 107.
484
478 Washington Irving (1945), pp. 180-181. lbn Ishaq (1995), p. 365.
485
479 El Corán (1995), p. 262 nota comentarista. Maxime Rodinson (1967), p. 203.
ciara la consabida frase: "¿Quién de vosotros me quitará de encima a la hija de Ibn Jahsh llevaba consigo una carta del Profeta de cuyo contenido no debía en-
Marwan?" terarse hasta pasados dos días de marcha. Al abrirla, se dio cuenta de que las
Caratini nos recuerda que shair, que es la palabra árabe que designa al poeta, instrucciones eran las de asaltar una caravana que por esas fechas solía partir de
da a entender que éste se comunicaba tanto con los espíritus -los jüms- como La Meca hacia el Yemen, y así lo hizo, con saldo de algunos muertos. Los medi-
con los demonios -los shayatin-, y que por lo mismo el poeta era el oráculo, nenses se horrorizaron al enterarse que se había violado la sacralidad del mes
el guía y el cantor de su tribu. 486 Es evidente que los poetas, así definidos, repre- santo, en el cual la guerra estaba prohibida. Según Karen Armstrong, esto tenía
sentaban una competencia potencial muy poco deseable para Mahoma. a Mahoma sin cuidado, visto que "esos meses sagrados formaban parte del sis-
tema pagano con el que quería terminar". 490 Pero esto se contradice con la acep-
tación de la Kaaba como el corazón del islam y otras concesiones a los usos y
UN CORÁN A LA MEDIDA DEL PROFETA leyes de los llamados Tiempos de la Ignorancia que precedieron al islam.
Mahoma fingió estar furioso con Abdalla, y después, para el alivio de los
Entre lo que afirma el gran místico y filósofo Ibn Arabi, en el sentido de que medinenses -y supongo que de él mismo también- tuvo una revelación di-
Mahoma fue la teofanía perfecta -es decir, la perfecta epifanía o manifesta- vina por demás oportuna, que fue incorporada al Corán. En esa ocasión, Alah
ción de la esencia de Dios en una persona-487 y el concepto de Pascal sobre el le dijo: "Te interrogarán sobre el mes sagrado, sobre la guerra en este mes.
Profeta, de quien dijo que sólo había sido un hombre que buscaba el éxito en la Diles: la guerra en este mes es un grave pecado, pero apartarse de la senda
Tierra, 488 sería necesario encontrar un término medio para situar a este perso- de Dios -es decir, no combatir por la causa de Alah- es un pecado más grave
naje extraordinario. Mahoma, es necesario reiterarlo, fue un hmnbre sencillo y. todavía". 491
bondadoso, en ocasiones humilde, y de una sabiduría -en el sentido bíblico- Por muchos méritos personales que haya tenido Mahoma, por muchas
excepcional. Pero por otra parte, supo muy bien utilizar algunas de sus virtu- cualidades que tenga el Corán, es inexplicable la ingenuidad de los musulma-
des, como su carisma y su gran elocuencia, para imponer, a las buenas o a las nes, su ceguera, su aceptación pasiva -entonces y a través de 13 siglos- en
malas, su voluntad. El creerse elegido por Dios para conducir a su pueblo al . lo que concierne a todos aquellos versículos que le fueron revelados a Maho-
paraíso no lo hizo muy diferente de todos los tiranos que ha sufrido la huma- ma para justificar a posteriori, a los ojos de sus seguidores, sus acciones y sus
nidad. Cabe preguntarse por su honestidad. ¿Creía realmente Mahoma, en el errores, que fueron varios y algunos muy serios, e incluso sus caprichos y
fondo de su corazón, que Dios lo había iluminado? ¿Sufría de alucinaciones sus fracasos. Cuando Mahoma entró a Medina, a su regreso de la campaña más
que así lo convencieron, o todo fue una sarta de mentiras? Nos dice Félix M. distante jamás realizada por los musulmanes hasta entonces, la expedición de
Pareja: "El problema que se plantea no es el de si realmente Mahoma tuvo o no Tabuk, fue recibido con gran júbilo por los medinenses. Pero algunos cuantos,
revelaciones divinas, sino de si realmente creyó tenerlas, o si, al contrario, pre- que se habían negado a participar en la guerra, se encadenaron a la pared de la
dicó lo que no creía". 489 Esto no lo sabremos nunca. Sin embargo, lo que pode- mezquita y juraron que así permanecerían hasta que no fueran perdonados.
mos llamar los "versículos de conveniencia" ponen en seria duda la honestidad Por su parte, el Profeta afirmó que allí, pues, se quedarían, a menos que el Se-
del Profeta. ñor dispusiera otra cosa. El Señor dispuso otra cosa mediante una revelación
A fines del mes sagrado de Rajab -correspondiente a enero del 624- su- de Alah en la que le ordenaba perdonar a los disidentes.
cedió algo que puso en duda la honestidad de Mahoma. En obediencia a sus A su retorno de otro triunfo, el del Paso de Hunayn -una valiosa par-
órdenes, uno de sus primos, Abdallah ibn Jahsh, fue enviado al frente de un te del botín de guerra consistía en mujeres y niños- algunos de los seguidores
pequeño grupo de hombres armados, rumbo a Nakhla, una población -ya de Mahoma se preguntaron entonces -y le preguntaron al Profeta- si se
mencionada en esta part~-, situada entre La Meca y Taif. Según los biógrafos, podrían casar con aquellas mujeres capturadas cuyos maridos aún estuvieran
vivos, sin cometer el pecado de adulterio. El Corán acudió nuevamente en su
486 Roger Caratini (1993), p. 51.
487 Citado por Rochdy Alili (2ooo), p. 218.
488 Albert Hourani ( 1991), p. 26.
49

491
°Karen Armstrong (1993), p. 170.
489 Félix M. Pareja (1975), p. 16. El Corán (1995) 11:214.

286
auxilio con una nueva revelación: "No tomaréis por esposas a mujeres libres fue lo sucedido, declarado por la misma Aísha. Ibn Ishaq lo narra en primera
que estén casadas, a no ser que vuestra mano derecha las haya hecho escla- persona, como si ella misma lo contara. 496 Pero un rumor corrió como regue-
vas".492 En otras palabras, se autorizaba a los creyentes a tomar por esposas a ro de pólvora, alimentado como era de esperarse por las otras mujeres de Maho-
las mujeres ganadas en la guerra, estuvieran, o no, casadas, pero con la condi- ma: Aísha, se dijo a los cuatro vientos, había cometido adulterio con Safwan.
ción, primero, de esclavizarlas. Mahoma estaba desesperado y sus celosas mujeres le armaron un sainete de
Otro versículo del Corán muy conveniente a los intereses sexuales del Pro- los muchos con los que abrumaban al Profeta. Alí le dijo a su suegro, que al fin
feta es el primero de la azora LXVI. Cuando Mahoma recibió como obsequio a y al cabo, mujeres había muchas y podía cambiar a Aísha por cualquiera otra
Mariya la capta, el Profeta comenzó a visitarla noche y día, de modo que des- que se le antojara, y el poeta oficial de Mahoma, Hassan ibn Thabit, acusó a
pertó el celo de sus esposas, las cuales, furibundas, le hicieron llover toda una Aísha de infidelidad en un poema. 497 Mahoma interrogó a Aísha, ésta juró ser
cantinela de protestas y regaños interminables. Mahoma trató de aplacarlas, y inocente, y el escándalo creció. Pero unos días más tarde, el Profeta estaba fe-
Alah por su parte acudió en su auxilio, reprochándole que, sólo por dar gusto a liz, porque anunció que una nueva revelación le había llegado del cielo: no se
sus mujeres prohibiera lo que él mismo, Alah, había permitido. 493 De cualquier podía acusar a nadie de adulterio, a menos que hubiera cuatro testigos que su-
manera, al tener relaciones con Mariya, Mahoma había ya violado la ley esta- ministraran todos los detalles del mismo. La revelación quedó incorporada en
blecida en el versículo 33 de la azora XXIV, que prohíbe la fornicación con sir- los versículos 11 a 13 de la azora XXIV498 y el poeta Ibn Thabit se deshizo en-
vientas o esclavas. tonces en elogios a Aísha y escribió un poema en el que la pintaba como una
El episodio que concierne a la esposa que tanto amó, Aísha, es tratado noble mujer de la tribu de Luayy ibn Ghalib, modelo de castidad por encima de
también por una buena parte de los biógrafos de Mahoma. El Profeta acababa toda sospecha, y dechado de virtudes domésticas.
de efectuar una expedición contra la tribu de los Banu al-Mustaliq, quienes a Pero sin duda la más notable de estas revelaciones, que tanto facilitaban
su vez se preparaban para atacar Medina. El enemigo fue sorprendido en el ma- la vida del Profeta y lo sacaban de todos los apuros, fue la relacionada con su
nantial de Muraysi en la costa del Mar Rojo. Los musulmanes salieron victo- hijo adoptivo Zaid. Un día, ya hecho un joven, Zaid se casó con Zaynab, mu-
riosos y se apoderaron de dos mil camellos, cinco mil ovejas y cabras y doscien- jer que era considerada como la más bella del país de Kaiba, y que no era otra
tas mujeres, 494 entre ellas de Juwairiya, la hija del jefe. 495 que la mujer de labios oscuros con la que el Profeta se había encontrado en
Aísha, que apenas tenía 14 años de edad, había obtenido el permiso de via- el paraíso. En una ocasión, Mahoma decidió visitar a Zaid, sin saber que éste
jar con Mahoma, quien tenía la costumbre de hacerse acompañar en sus ex- no se encontraba en su casa. El Profeta fue recibido por Zaynab, y Mahoma
pediciones guerreras por una de sus esposas. Aísha no sólo era la más amada, quedó deslumbrado con su hermosura. Tanto elogió su belleza que, al ente-
sino la única, según el Profeta, en cuya cmnpañía recibía revelaciones. De rarse de ello por boca de su propia esposa, Zaid comprendió que su padre ha-
vuelta a Medina, en una de las escalas que hizo la caravana, Aísha, quien viaja- bía sido subyugado y le ofreció repudiar a Zaynab, para que quedara libre de
ba a lomo de camello en un baldaquín velado, tuvo que bajar de su montura casarse con él. Mahoma se resistió, porque era contrario a la ley, pero Zaid
para satisfacer una necesidad. Camino de vuelta al campamento, notó que ha- insistió, aun cuando amaba a su mujer: tal era la veneración que le inspiraba
bía perdido su collar de cuentas de ónix -o perlas del Yemen-, fue a buscar- el Profeta. Al fin Zaid se divorció, y Mahoma aceptó su sacrificio y celebró su
lo, y a su regreso vio con sorpresa que la caravana había partido sin ella. Su matrimonio con Zaynab con gran lujo y esplendor. Mahmna había tenido
camello se había también marchado. Desolada, se tendió en la arena en espe- una revelación que incorporó al capítulo XXXIII del Corán499 en la cual se dis-
ra de que pronto notaran su ausencia, cuando pasó un musulmán que se había tingue a los parientes consanguíneos de aquellos que lo son por adopción, y
quedado atrás, Safwan ibn al-Muataal, quien la reconoció de inmediato, la mon- se señala que no es pecado casarse con la que ha sido la esposa de un hijo
tó en su camello y poco de~pués dieron alcance a la fuerza expedicionaria. Esto adoptivo.

492 El Corán (1995) IV:z8. 496


Ibn Ishaq (1995), p. 494·
493
El Corán (1995) LXVb. 497
Maxime Rodinson (1967), p. 234.
4 94 Karen Armstrong (1996), p. 199. 498
El Corán (1995) XXIV:u-13.
495
Idem. 499
El Corán (1995) XXXII1:4 y 37·

288
Y por si esto fuera poco, el Profeta obtenía también de Alah los mensajes entonces y hasta nuestros días, quedó dividido en dos grandes ramas: sunnitas
divinos necesarios para que se respetara su privacidad. Como es de suponerse y chiitas; estos últimos, partidarios de Alí. Unos y otros lucharon durante si-
por el versículo 53 de la azora XXXIII, algunas veces los invitados a comer en su glos por el poder, hasta que la expulsión de los fatimíes de Egipto, realizada
casa, entusiasmados con la compañía y hospitalidad del gran líder, alargaban la por el gran guerrero kurdo· Saladino, reafirmó la supremacía de los sunnitas en
sobremesa más de lo que a Mahoma le gustaba. El versículo puso fin a estos el mundo musulmán. De estos dos grupos nacerían docenas de sectas y dinas-
abusos, recomendando a quienes fueran comensales del Profeta a retirarse tías, y con ellas innumerables guerras fratricidas.
después de consumir los alimentos. También los profetas necesitan descansar, A pesar de estas profundas divisiones, el islam no sólo prevaleció, sino
y Mahoma, según se tiene entendido, era partidario de la siesta. que a partir de esos momentos su expansión en el mundo adquirió un nuevo y
Fue así como un día, su joven esposa Aísha, que no era nada tonta, le dijo formidable ímpetu. Los lugartenientes de Mahoma se encargaron de realizar una
a Mahoma que por lo visto Dios se apresuraba a hacer su voluntad -la del serie de asombrosas conquistas que cubrieron de gloria a los árabes. Sus obje-
Profeta, se entiende-. 500 Y en efecto, Mahoma gozó siempre de la autoridad tivos se centraron primero en el llamado "Creciente Fértil", que se extiende
divina para corregir el Corán o desdecirse según su conveniencia, e incluso desde el Mar Muerto hasta el Golfo Pérsico, pasando por el sur de Turquía.
para eliminar unos versículos que le dictó no el Altísimo, sino el propio Iblis o Entre 634 y 636 los musuln'lanes obtuvieron una rotunda victoria en la batalla
Satán. de Yarmuk, y recapturaron la ciudad de Damasco de manos de Bizancio. El ca-
lifa Ornar, por su parte, reafirmó la hegemonía del incipiente Imperio mu-
LA SUCESIÓN Y LAS PRIMERAS CONQUISTAS DEL ISLAM sulmán con la conquista de Siria, Palestina y Egipto. Este triunfo significó la
ocupación de Jerusalén -que tenía fama de ser -la ciudad más antigua del
Todo descendiente consanguíneo del Profeta, ya sea directo -de su hija Fáti- mundo- y con ella el dominio de Antioquía, Alepo, Cesarea, Gaza, Ascalón y
ma- o indirecto recibe el nombre de charif -"noble" o "santo"-. A sus su- Trípoli. A principios de los años cuarenta del siglo VII los árabes consolidaron
cesores políticos se les llamó khalifa rasul Allah, lo que significa "Represen- la conquista de la Mesopotamia bizantina, y poco después Amr ibn al-As derro-
tante del Enviado de Dios". Uno de sus títulos era el de "Comendador de los tó a Bizancio en la Batalla de Babilonia, y culminaron las invasiones de Egipto
Creyentes". Con la muerte de Mahoma se presentó el problema de la sucesión. y las tierras altas de Persia. La expansión marítima permitió a los árabes la
Los familiares de Mahoma pensaban que Alí era el indicado para ocupar. el captura de Chipre y de Rodas. Dos siglos después ocuparían Sicilia. A esto si-
puesto del Profeta, pero Aísha se opuso. La vieja rivalidad entre la esposa de guió la invasión de Marruecos, la reconquista de Irak y el sometimiento de
Mahoma y su yerno Alí salió a la superficie, más fuerte que nunca. Aísha ganó Túnez. En el siglo VIII, el Imperio islámico se extendía desde el norte de Áfri-
la batalla, al haber sido su padre, Abu Bakr, el eterno compañero y suegro del ca, al oeste, hasta Transoxiana -en el Turquestán- y Sind, el actual Pakistán.
Profeta, nombrado como primer califa del islam. Es probable que en el acuerdo Había llegado también a Anatolia, en Asia Menor, los Balcanes, China y la In-
final para su nombramiento haya int1uido el hecho de que, durante los días dia. Se extendería más tarde al África sub sahariana. 502 De algunos de los países
previos a su muerte, Mahoma lo designara como su sustituto en las plegarias y regiones dominados, los árabes habrían de retirarse más tarde, pero en ellos
de la mezquita. Abu Bakr reinó sólo dos años, y fue sucedido por Ornar, quien dejaron plantada la semilla del árbol del islam, que se multiplicó hasta formar
a su vez gobernó durante una década y llevó a cabo importantes conquistas. bosques inmensos: las palabras del Profeta llovieron como maná sobre exten-
Un consejo de koreishitas eligió a su muerte a Uthman (o Utmán), el tercer sísimas regiones de Oriente.
califa, quien favoreció al gobernador de Siria, Muawiya, hijo de Abu Sufian. Se cumplieron así varios de los anuncios hechos por el Profeta, y con ellos
Muawiya fue el gran impulsor de la fuerza naval musulmana 501 y estaba desti- la venganza póstuma contra algunos de los monarcas que lo habían humillado.
nado a fundar la dinastía_ de los Omeya. Uthman fue asesinado en el año 656 y Entre ellos, Cosroes II de Persia. No soñó nunca este monarca que su país,
sucedido por Alí, primo y yerno de Mahoma. Con el ascenso de Alí se inició la llamado después Irán, sería conquistado por la fe musulmana. Cosroes fue de-
primera y más grande de las escisiones jamás habidas en el islam, que desde rrotado por el emperador romano Heraclio, pero fue éste quien perdió ama-
500 Hans Küng (1992), p. 148. 502
50! Rochdy Alili (2ooo), p. 138. Jonathan M. Bloom y Sheila S. Blair (2003), p. 48.
nos de los árabes musulmanes los territorios antes mencionados de Siria, Pa- Borgoña, y que Carlos, después de Potiers, se dirigió a Narbonne, en donde
lestina, Egipto y la Mesopotamia bizantina. obtuvo otro triunfo sobre los árabes, y a continuación se vengó de las ciudades
Un día del siglo VIII, los musulmanes llegaron a la puerta de Europa: el sospechosas de haber colaborado con los invasores: vandalizó y destruyó Agde,
Peñón de Gibraltar situado en la punta de la península ibérica, frente al estre- Béziers, Maguelonne y Nimes. 506 Es en esa época que nace la palabra "sarra-
cho del mismo nombre, a su vez enmarcado en el norte por las montañas es- cenos" aplicada a los árabes o moros y musulmanes moros en general, aunque
pañolas de Calpe y en el sur por las africanas de Abila, conocidas estas últimas, anteriormente se aplicaba sólo a los habitantes de la Arabia Feliz. Según Char-
en su conjunto, como las Columnas de Hércules. les Conte, "sarraceno" se deriva del griego sarakenoi, "los que viven bajo una
No se apoderaron de toda la península ibérica, pero sí de una parte sustan- tienda", 507 y de acuerdo a otra fuente del árabe xarquiín, "oriental". 508 Muchos
cial. Sevilla, Córdoba y Aragón cayeron en sus manos y, en el 713, Toledo. Si- creyeron, sin embargo, que la palabra derivaba de Sarah, la mujer de Abraham.
guió a estas conquistas la de Cataluña en el 720. Avanzaron pocos años des- Pero se supone que los árabes no descienden de Sarah, sino de Agar, la esclava
pués hacia el norte para realizar la conquista de Septimania, antigua región de de Abraham, y fue por ello que también en una época se les llamo agarenos. En
la Galia -Francia-, actualmente repartida entre los departamentos de los Pi- español la expresión "sarracina" conserva una connotación racial, ya que sig-
rineos Orientales, Aude, Hérault y Gard, de Languedoc. En el 732, ocurrió la nifica "pelea multitudinaria y confusa", y algo semejante sucede con "algara-
Batalla de Tours, en un lugar situado entre esta ciudad y la ciudad de Poitiers. bía", palabra árabe que en castellano significa gritería desordenada o escritura
Después pasó a llamarse, este enfrentamiento, la Batalla de Poitiers. Los mu- o lengua ininteligible. 509
sulmanes efectuaron también incursiones en Aquitania con fuerzas de caba- Max Rodinson nos recuerda que en su Historia ecclesiastica gentis anglo-
llería. Los jinetes, en su mayoría, eran bereberes comandados por jefes árabes. rum [Historia eclesiástica del pueblo inglés], Beda el Venerable dice de la Bata-
En la Batalla de Poitiers los musulmanes fueron derrotados. El año anterior, lla de Poitiers: "en esa época, una terrible plaga de sarracenos devastaba las
731, Abd er-Rahman había triunfado en Burdeos sobre las fuerzas de Eudes, Galias por medio de una deplorable carnicería". 510
Duque de Aquitania, quien llamó en su ayuda a Carlos Martel. Éste fue el hé-
roe del combate, considerada como una de las batallas decisivas de la historia Los restos de Carlos Martel, el Martillo de los Moros, descansan en la catedral
al detener el avance del islam en Europa y pavimentar el camino glorioso de su de Saint-Denis, un barrio de las afueras de París -la banlieu- que cuenta con
nieto Carlomagno y, con él, el de la dinastía Carolingia. una inmensa población árabe y musulmana. En otras palabras, el hombre que
Sin embargo, como nos indican algunos historiadores, esa misma batalla, logró poner un dique a la invasión de los árabes en Francia, está ahora rodeado
la de Poitiers, no fue considerada como una derrota seria por los musulmanes por decenas de miles de ellos en el lugar que hoy se conoce popularmente en
árabes. Es un mito, nos dice Franco Cardini en su bello libro Nosotros y el Islam. Francia como Sandenistán. A pesar de sus luchas en pro de la cristiandad, a
Un mito que "ha contribuido en cierto sentido a racionalizar toda la historia de !l!lartel no le fue muy bien en el otro mundo: por haberse apoderado de algunos
Europa como una historia de la confrontación con el islam". Agrega Cardini bienes de la Iglesia, nos cuenta Jacques Le Goff, fue torturado en el purgatorio.
que "se ha dicho que sin Poitiers y el heroísmo de Carlos :Nlartel-MarteZ, que No se nos dice por cuánto tiempo y si hoy día, en este nuestro siglo XXI, toda-
significa "martillo", era su apodo- el nombre de Alah habría sido anunciado vía se encuentra allí. 511 Y de todas maneras, Martel no fue el primer defensor
por los muecines desde lo alto de las torres de Oxford ..."503 cristiano que detuvo el avance musulmán en Europa: unos cuantos años antes,
El mismo Cardini nos dice, unas páginas más adelante, que Poitiers no en el718, el emperador de Bizancio León III, el Isáurico, había destruido la flota
detuvo a los infieles, ya que en el 73 7 ocuparon Aviñón, saquearon Arlés Y árabe en el Bósforo. Seguiría después en el 726 el triunfo de Akroinon. 512
capturaron Borgoña. 504 Los árabes llaman a la Batalla de Poitiers Balát al-Shua-
506
dá, "y le atribuyen una importancia mediocre". 505 Jean-Paul Roux nos cuenta 507
Jean-Paul Roux (2007), p. 87.
Michel Serceau (2004), p. 124.
que Hildebrando, hermano de Martel, obligó a las fuerzas árabes a retirarse de 508
Véase "Sarraceno", en Diccionario enciclopédico UTEHA.
509
Véase "Algarabía", en Diccionario enciclopédico UTEHA.
510
503 Franco Cardini (2002), p. 16. Maxime Rodinson (1967), pp. 19-20.
511
504 Ibid., p. 21. Jacques Le Goff (1981), p. 161.
512
505 Ibid., p. 16. Jean-Paul Roux (2007), p. 57; The Enciclopedia of Military History, p. 225.

293
La palabra Gibraltar deriva del árabe ]abal Tariq,.que fue el nombre que el conquistar España, describiéndole sus grandes riquezas. Muza decidió que Ta-
conquistador musulmán bereber Tariq ibn Zeyad dio al sitio de la península riq ibn Zeyad comandara la expedición. Éste cruzó el estrecho, que era la parte
ibérica en el cual desembarcó. Tariq abrió así las puertas del sur de Europa a más angosta del Mediterráneo o al-bahr al-shami para los árabes -Mar de
los omeyas y con ellos, a la creación del Al-Andalus. Situado frente a la ciudad Siria-, puso pie en Europa, bilad al-ajam, o país de los bárbaros, 515 y venció
africana de Algeciras, y fortificado por Tariq y más tarde por el almohade Abd al rey Rodrigo en la batalla de Guadalete, en el 711. Por otra parte, la leyenda
al-Munim, el Peñón de Gibraltar adquirió gracias a esta posición privilegiada -más bien considerada de origen árabe o mozárabe que español- nos dice otra
un enorme valor estratégico que persiste hasta nuestros días, como propiedad cosa: que Olián -Don Julián- encomendó al rey Rodrigo la honra de su hija,
británica -y después protectorado- desde 1704, f<echa en que se firmó el Tra- la Dama de Egilona conocida como "la Cava", mientras se dedicaba a sus tareas
tado de Utrecht con el que concluyó la Guerra de la Sucesión Española. Pero como gobernador de la Mauritania Tingitana, pero que Rodrigo sedujo a la Cava,
antes de ser adjudicado a Gran Bretaña, cristianos y musulmanes se habían y que por esta razón, en venganza, Olián buscó a Tariq para proponerle la con-
arrebatado Gibraltar en más de una ocasión: en 1309 lo conquistó Fernando IV quista de España. En el libro Floresta de leyendas heroicas españolas, compila-
de Castilla, sólo para perderlo a manos de los nazarí es diez años más tarde. 513 das por Ramón Menéndez Pidal, se alude a otras tradiciones: el destino de Es-
Fue recuperado por España durante la Reconquista. paña fue sellado cuando Muza se apoderó de un palacio, en Toledo, "la casa de
Anwar G. Chejne, en su Historia de la España musulmana, nos recuerda los candados", donde se guardaban las coronas de veinticinco reyes de España
que la expedición de Tariq estuvo precedida por la ocupación, apenas un año -las coronas votivas, o sea aquellas que los monarcas ofrendaban a Dios-,
antes, de un musulmán de nombre parecido: Tarif -de allí Tarifa, isleta de la conservadas en una habitación a cuya puerta cada rey tenía la obligación de
provincia de Cádiz-, oficial del gran caudillo Muza a quien por ser hijo de un agregar un candado más. En otra variante de la leyenda, contada por un tal Al-
cristiano converso apodaban "el Renegado", y que fue el gran coordinador de la makkari, se dice que a un rey extranjero que gobernaba la península se le ocu-·
conquista de la España visogótica. Pero Tarif se contentó con un gran botín rrió guardar en un cofre, en su palacio de Toledo, un talismán que preservaría
antes de regresar al Magreb, y nunca volvió. Chejne nos describe a continua- a España de ser invadida por los africanos. Todos y cada uno de los reyes que lo
ción el itinerario victorioso de Tariq, en lo que entonces era la España visogó-· sucedieran debían agregar un candado más a la puerta de la habitación donde
tica, que siguió a su desembarco en Gibraltar: conquistó varias ciudades cami- se encontraba el cofre. "Cuando Rodrigo quebrantó el amuleto -nos dice Me-
no a Toledo, a la cual encontró casi desierta. Conquistó Sidonia, Carmona y néndez Pidal- la ruina del país sería inevitable."5 16
Sevilla, Huelva, Béjar y Mérida. Y, tras el invierno del año 713, sus tropas al- Sin embargo, el desembarco de Tariq no provocó la ruina de esa España
canzaron Zaragoza, Lérida, Barcelona y Narbona. Nuestro autor indica que la que en realidad no había comenzado a existir, y sí el nacimiento de una Espa-
mayor parte de estas ciudades fueron conquistadas con facilidad, pero el ejér- ña en la que surgiría un reinado de gloria y esplendor que fue el asombro del
cito musulmán dejaba en cada plaza una presencia tan escasa, que le fue nece- mundo: la España musulmana.
sario a Tariq confiar su administración a los nativos, especialmente en los ju- En otras palabras, la civilización arabohispana.
díos. En Toledo, se dice, encontró una gran fortuna en oro, piedras preciosas,
soberbias vestiduras, caballos y, entre otras cosas, las llamadas Tablas de Salo-
món. Se dice que, al igual que lo hizo Hernán Cortés a su llegada a México,
Tariq, decidido a triunfar o morir, mandó quemar sus naves. 514
Las narraciones sobre los comienzos de la conquista de España por los
moros navegan entre la verdad y la fantasía. Según otra versión, Don Julián,
berberisco y cristiano, ft-"!e sitiado en Ceuta por Muza, y al morir el rey visi-
godo Witiza y sucederle Rodrigo -o Roderic-, el último monarca visigodo,
Don Julián se sometió a Muza, entregó Ceuta e incitó al caudillo musuhnán a
515
513 Jean-Paul Roux (2007), p. 227. Bruno Étienne (1989), p. 56.
516
514 Anwar G, Chejne (1999), pp. 19-20. Ramón Menéndez Pidal (1942), pp. XLV, XLVI.

294 295
Tercera parte
HISTORIA ANTIGUA DE UN PUEBLO "DEICIDA"
I
De los orígenes de la nación judía
al principio de la Diáspora

LA TRINIDAD ECUMÉNICA

¿Cómo es posible asesinar a Dios? El antisemitismo -el odio a los judíos y al


judaísmo- tiene sus raíces más profundas en el corazón de los cristianos: la
nación judía, por haber dado a muerte a Jesús, el Hijo de Dios, se transformo,
para los cristianos, en el pueblo deicida. ¿Cómo es posible asesinar a un Dios
que es omnipotente e inefable, inconmensurable? No se puede asesinar al infi-
nito. No se puede asesinar a la eternidad. Y Dios, el Dios de los cristianos -al
igual que el Dios de los judíos y el Dios de los musulmanes- es infinito y
eterno por definición: no nació nunca, habita en sí mismo y en el Universo
entero desde siempre. No ha de morir jamás: para Él no existen ni el principio
ni el fin de los tiempos.
Quizás estos argumentos, que tan claros, en mi opinión, parecen hoy día,
eran demasiado sutiles para la mentalidad cristiana en la época en que la Igle-
sia comenzó a consolidar su poder e.n el Viejo Mundo y, con él, su aberración
al judaísmo. O, si hubo alguien a quien se le ocurriera este razonamiento, fue
ignorado. Los judíos habían crucificado a Jesús, al Mesías, al Hijo de Dios, y
por este crimen estaban ellos condenados, así como sus hijos, y los hijos de sus
hijos, mientras existiera la humanidad, a la persecución y las vejaciones. Muchos·
siglos después, los nazis los condenarían al exterminio, pero no por el crimen de
haber dado muerte a Dios, sino por el delito, inadmisible, de autoproclamarse
el pueblo elegido del Señor. Los nazis adujeron la inferioridad física, la subhu-
manidad, de los judíos. Pero la verdad es que no cabían en el mismo planeta, y
al mismo tiempo, dos Pueblos Elegidos.
Cristo, sin embargo, resucitó al tercer día de haber muerto en el Gólgota
-donde se dice estaba sepultada la calavera de Adán-: en otras palabras, los
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