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Friedrich Hayek

Friedrich Hayek

8 de mayo de 1899
Nacimiento
Viena, Austria
23 de marzo de 1992
Fallecimiento
Friburgo, Alemania
Ocupación economista, filósofo, jurista

Friedrich August von Hayek (Viena, 8 de mayo de 1899 - Friburgo, 23 de marzo de


1992) fue un filósofo y economista de la Escuela Austríaca, discípulo de Friedrich von
Wieser y de Ludwig von Mises. Ha sido uno de los grandes economistas del siglo XX y
es considerado por muchos uno de los padres del liberalismo moderno. Ha sido también
uno de los mayores críticos de la economía planificada y socialista ya que conducen al
totalitarismo y a la ausencia de la libertad para el desarrollo individual, como se sostiene
en Camino de servidumbre. Fue galardonado con el Premio Nobel de Economía en
1974.

Su obra, que comprende unos 130 artículos y 25 libros, no se limita únicamente a la


ciencia económica, sino que trata desde filosofía política hasta antropología jurídica o
historia, y en general todo lo referente a las ciencias sociales.

Contenido
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 1 Vida
 2 Aportes más relevantes
o 2.1 Teorías sobre el ciclo económico
o 2.2 Imposibilidad del socialismo por falta de precios de mercado
o 2.3 Contradicción entre economía planificada y libertad individual
o 2.4 Orden espontáneo del mercado, la ley y la moral
 3 Obras
 4 Véase también
 5 Referencias
o 5.1 Bibliografía

 6 Enlaces externos

[editar] Vida
Friedrich Hayek nació en 1899 en una familia de intelectuales de Viena, entonces
capital del Imperio austrohúngaro. Participó en la Primera Guerra Mundial y al regresar
comenzó los estudios de ciencias jurídicas y sociales en la Universidad de Viena. Según
afirmó él mismo la experiencia de la guerra fue la que le condujo a interesarse por las
ciencias sociales, a pesar de que sus influencias familiares le podrían haber conducido
más fácilmente hacia las ciencias naturales. En 1921 y 1923 se doctoró en leyes y en
política económica.

Durante aquellos años, Hayek, como la mayoría de sus compañeros, era un socialista
fabiano que creía en la intervención del estado para mejorar el orden social y no le
gustaban las posiciones antisocialistas y liberales de su profesor Ludwig von Mises,
destacado economista de la Escuela Austríaca. Pero precisamente fue la lectura de un
libro de von Mises, El socialismo, donde hacía una devastadora crítica a esta doctrina lo
que le hizo cambiar de posición y lo convirtió en discípulo suyo. Durante cinco años
trabajó bajo su dirección en la Abrechnungsamt (Oficina de Cuentas) encargada de
desbloquear y cobrar cuentas que otros estados tenían con el gobierno de la recién
nacida Austria. En 1927 se convirtió en director del Instituto para el Análisis del Ciclo
Económico, creado por ellos dos mismos.

En 1931 (y hasta 1950), gracias a Lionel Robbins, también alumno de von Mises, se fue
a Londres donde ocupó una cátedra en la London School of Economics. Durante sus
años en Londres tomó una gran notoriedad y fama en el ámbito académico, tanto por sus
publicaciones y estudios, como por su rivalidad con Keynes y la beligerancia en contra
de sus ideas. Pero durante los años 30, fueron las ideas de Keynes las que se impusieron
y también tras la Segunda Guerra Mundial triunfaron gobiernos socialdemócratas o
socialistas, con lo que Hayek perdió relevancia y mucha de la fama que había ganado de
joven.

Su enfrentamiento comenzó cuando Hayek hizo un escrito desfavorable al libro de


Keynes Tratado sobre el dinero y Keynes le replicó. Después, Keynes tomó la iniciativa
y pidió a Piero Sraffa que hiciera un informe crítico de la obra Precios y producción de
Hayek, que este replicó. Esta situación provocó que todos los más importantes
economistas del momento tomaran parte por uno de los dos bandos. La controversia
acabó en 1936 con la publicación de la Teoría general de Keynes, que le proclamó
ganador, al menos momentáneamente, e hizo que sus tesis fueran las que se impusieran.

Después de esto, dejó las cuestiones técnicas de la economía para dedicarse a temas más
filosóficos o sociales. También creó sociedades con tal de difundir sus ideas y oponerse
al socialismo, como la Mont Pelerin Society, en 1947.

En 1949 se divorció de su esposa para casarse con un antiguo amor de juventud, lo que
motivó que muchos de sus amigos ingleses, como Robbins, lo abandonaran (aunque
años más tarde se reconciliaran). Este hecho lo decidió a emigrar a los Estados Unidos,
a la Universidad de Chicago, donde no tuvo una muy buena acogida por parte del
Departamento de Economía, debido a las grandes diferencias metodológicas de la
Escuela Anglosajona con la Escuela Austríaca de la que provenía. Durante estos años,
comenzó a tener problemas de salud, sordera y también depresiones que lo alejaron de
la vida pública.

En 1962 volvió a Europa, a la Universidad de Friburgo, donde estaría hasta que, al


jubilarse en 1969, retornó a su Austria natal, a la Universidad de Salzburgo hasta que se
retiró en 1977. En 1974 recibió el Premio Nobel de Economía, compartido con Gunnar
Myrdal, por sus trabajos en el campo de la teoría monetaria y las fluctuaciones
económicas y los análisis de la interdependencia de la economía, la sociedad y las
instituciones. A partir de entonces su salud mejoró y comenzó una gran actividad que lo
llevaría a viajar por todo el mundo exponiendo sus ideas.

Murió en 1992 en Friburgo, y fue enterrado en Viena.

Su popularidad actual ha ido creciendo, en particular desde el hundimiento del régimen


comunista, del cual, ya en los años treinta había previsto su inevitable degradación por
razones económicas básicas. También se opuso al paradigma neoclásico (también
conocido como neoclásico-walrasiano), que todavía define hoy en día el mainstream
académico. Es contrario también a los economistas liberales partidarios de la teoría del
equilibrio general (TEG) como Debreu. Defendió la tesis según la cual un cálculo
planificador era imposible sin un mercado (que asigne los precios) y que un sistema
económico que no se fundamente en el mercado libre y en la libre concurrencia nunca
será óptimo desde el punto de vista de la distribución de recursos.

[editar] Aportes más relevantes


[editar] Teorías sobre el ciclo económico

Las contribuciones de Hayek sobre los ciclos económicos se consideran su contribución


más importante a la economía, y las hizo durante su juventud. Tomó las bases de su
teoría de la obra Teoría del dinero y el crédito de Mises e hizo su propia interpretación
del ciclo económico, que fue conocida como Teoría Austriaca del ciclo económico.
Podemos considerar como obras más importantes de esta etapa Precios y producción de
1931, que era un compendio de las conferencias que había hecho en la London School
of Economics, Beneficios, interés e inversión de 1939 y Teoría pura del capital de 1941.

Hayek explica el origen del ciclo económico a partir del crédito concedido por el banco
central y los tipos de interés artificialmente bajos. La expansión del crédito debido a los
bajos intereses hace que los empresarios inviertan en proyectos muy arriesgados y en
los que nunca hubieran invertido con unos tipos más altos, y provocan una mala
coordinación entre producción y consumo e inflación. Primero hay una gran expansión,
pero después una gran recesión hasta que vuelve a ajustarse la economía. El proceso
sería el siguiente: el alza de precios resultante de una expansión conduce a la caída de
los salarios reales, que induce a la substitución de máquinas por mano de obra y una
reducción general de los períodos de producción, y en consecuencia los tipos de interés
suben, cae la inversión y la economía sufre un descalabro; a la inversa, en una depresión
el alza de los salarios reales reactiva la inversión y la mano de obra es reemplazada por
maquinaria y los períodos de producción se alargan. Según este argumento, un nivel de
consumo al alza a partir de un cierto punto reduce la inversión más que no la aumenta, y
viceversa por lo que hace a un nivel de consumo a la baja.

[editar] Imposibilidad del socialismo por falta de precios de mercado

Artículos principales: Cálculo económico y Debate sobre el cálculo económico en el


socialismo

El formulador de la idea de que el socialismo no es posible por la inexistencia de


precios de mercado fue Mises en un artículo1 de 1920, que después amplió en 1922 con
el libro “El socialismo, un análisis económico y sociológico”, libro que causó una fuerte
impresión en un Hayek todavía estudiante. Hayek, desde un principio, puso mucho
interés en este tema y desarrolló los argumentos de Mises en diversos artículos durante
los años 30. Estos artículos se reunieron en un libro publicado en 1935 y titulado
“Planificación económica colectivista: estudios críticos sobre las posibilidades del
socialismo”. También podemos destacar “El uso del conocimiento en la sociedad” de
1945 e “Individualismo y orden económico”, que recoge ensayos publicados en 1948.

Los argumentos de sus teorías son que los objetivos del socialismo son sustituir el libre
mercado por una economía planificada. Este tipo de economía necesita una institución
que elabore un plan central que determine todo lo que se debe producir, institución a la
que Hayek llamó Junta Central de Planificación. Esta junta debería tener amplios
poderes para intervenir en asuntos económicos, pero el problema sería que cuando esta
junta se pusiera a elaborar el plan de producción se encontraría que no tiene ninguna
guía o referencia que le indicara qué posibilidades de producción son económicamente
factibles, ya que no existirían precios de mercado y sin estos precios no hay guía ni
manera de saber lo que se debe producir. Aunque posteriormente este argumento tuvo
que refinarse ante la solución de Lange-Lerner que proponía un procedimiento iterativo
de dos reglas, por el cual una economía plantificada podía alcanzar la misma solución
que el libre mercado, a partir de la intervención de una Junta central de planificación.

Según Hayek, los precios de mercado son los transmisores de cantidad de informaciones
económicas dispersas y servirían para compartir y sincronizar muchos conocimientos
personales; por lo tanto, intentar manipular el mercado conlleva un problema de falta de
información. Un intercambio y uso eficiente de los recursos sólo se conseguiría a través
del mecanismo de precios. Así pues, esta economía planificada, produciría aquello que
aleatoriamente decidiera la junta central, sin que tenga que coincidir necesariamente con
la demanda de la población ni con criterios de eficiencia, ya que sería imposible tener en
cuenta todas las preferencias de la sociedad. Según Hayek, este era el talón de Aquiles
del socialismo.

[editar] Contradicción entre economía planificada y libertad individual

Hayek no sólo pensaba que el socialismo y la colectividad comunista implementadas


por el estado eran inviables por la falta de precios de mercado, sino que, además, en un
plano más filosófico y político, eran incompatibles con la libertad individual, y que,
además, estos sistemas, necesariamente, llevaban al establecimiento de régimenes
totalitarios, ya que los que llegarían al poder serían siempre los peores elementos de la
sociedad. Estas críticas no iban dirigidas tan sólo hacia los sistemas de economía
planificada, si no en general hacia cualquier intervención del estado en la economía, que
para él significaba un socialismo progresivo. Hayek desarrolló estos argumentos en
Camino de servidumbre, libro publicado en 1944, que le hizo muy popular y que se ha
convertido en un clásico. Esta obra la realizó para contraargumentar las opiniones que
rezaban que el nazismo era la consecuencia única del pueblo alemán, y la culpa estaba
en el "germanismo". Él dijo que el nazismo se había desarrollado como un sistema
socialista muy similar al de la URSS, solo que se cambió el elemento de clases por
razas, y que esa era la única consecuencia de la evolución del comunismo. Cabe
destacar también en este campo, Los fundamentos de la libertad de 1960, considerada
una de sus obras maestras.

Hayek argumentaba que sin propiedad privada, se crea una dependencia tan grande del
Estado que nos convierte prácticamente en esclavos. El estado debería tener tantos
poderes que necesariamente tendría que repercutir en la sociedad. En una sociedad
planificada, debe haber alguien que ejerza el poder, que controle el estado. Para imponer
unos objetivos comunes a una sociedad, aunque se quiera hacer de manera
bienintencionada, es necesario imponer estos objetivos a las personas que no estarán de
acuerdo. Para imponerlo, se deberá coaccionar y tomar medidas represivas en caso de
que no acepten a la autoridad central, por lo tanto el dirigente se verá obligado a tomar
decisiones “desagradables” como el arresto o el asesinato. En consecuencia, los que
llegarían al poder serían los que estuvieran dispuestos a tomar estas medidas, y estos
serían asesinos y criminales y a partir de aquí estas personas utilizarían el poder para su
beneficio personal.

[editar] Orden espontáneo del mercado, la ley y la moral

Según Hayek, las instituciones de la sociedad, como las leyes, los mercados o el
gobierno, incluso el sistema de precios o el lenguaje, no eran un invento o diseño
humano para responder a unas determinadas necesidades, sino que era fruto de un orden
espontáneo que consideraba un resultado de la acción humana pero no de su diseño. Así,
el ser humano, en un proceso de prueba y error, ha visto como ciertas acciones hechas
de forma inconsciente le servían para cierta finalidad. Las acciones que sirven para algo
perduran y su combinación también espontánea acaba dando lugar a instituciones
humanas, que aparecen sin que el hombre se haya planteado deliberadamente su
creación. Es por eso que defendía que no debían haber interferencias en la acción
individual espontánea y consideraba que la idea del racionalismo de intentar diseñar
conscientemente el mundo era una amenaza para la civilización, ya que esta
precisamente había nacido a partir del orden espontáneo.

Dicho de otro modo, Hayek concluirá que el surgimiento y desarrollo de las normas
morales que permitieron el surgimiento y crecimiento de sociedades extensas fue
producto de un azar evolutivo aún en curso, considerando entonces al orden espontáneo
que permite tales sociedades inabarcable para la razón humana, no en el sentido de
comprender su funcionamiento, sino en el controlar su dirección, por lo que rechazará
todo racionalismo constructivista que pretenda guiar o rehacer racional y
completamente tal evolución natural del orden social.

Necesaria sería, para Hayek, la coexistencia de la primitiva moral colectivista propia de


los grupos pequeños y muy cohesionados que perviven dentro de la sociedad extensa,
con su contraria moral evolutiva individualista que garantiza el funcionamiento y
crecimiento exitoso de la sociedad humana extensa. Como un intento de imponer la
primera sobre la segunda definirá al socialismo, deduciendo de ello que la búsqueda de
tal orden social expresaría una aspiración involutiva o retrograda y su consecución
implicaría la imposibilidad de sustentar la numerosa población humana creciente.

Sobre este tema podríamos destacar los libros El orden sensorial de 1952, libro
psicológico donde defiende que la mente humana, igual que el mercado o la sociedad
eran fenómenos tan complejos que no se pueden explicar o predecir su funcionamiento;
Derecho, legislación y libertad que apareció en tres volúmenes en 1973, 1976 y 1979,
donde trata sobre la aparición espontánea de las normas legales y morales, y La fatal
arrogancia de 1988, donde atribuye el nacimiento de la civilización a la propiedad
privada.

[editar] Obras
 La teoría monetaria y el ciclo económico, 1929.
 Precios y producción, 1931.
 Economía y conocimiento, 1936.
 La teoría pura del capital, 1941.
 Camino de servidumbre, 1944.
 Individualismo y orden económico, 1948.
 La contrarrevolución de la ciencia. Estudios sobre el abuso de la razón, 1952.
 El orden sensorial. Los fundamentos de la psicología teórica, 1952.
 El capitalismo y los historiadores, 1954.
 Los fundamentos de la libertad, 1960.
 Derecho, legislación y libertad, 1973, 1976, 1979. (3 vols.)
 La desnacionalización del dinero, 1976.
 La fatal arrogancia. Los errores del socialismo, 1988.

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