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Nivel de Alinier: 1
1. Introducción
Las manos son el vehículo más importante en la transmisión de microorganismos en la atención
de salud, por este motivo, es esencial tener presente que el lavado de manos es la acción más
efectiva para prevenir y controlar las Infecciones Asociadas a la Atención de Salud (IAAS). El
objetivo del lavado de manos es eliminar la microbiota transitoria y disminuir la microbiota
residente, ya sea por la acción mecánica de arrastre -frotando y escurriendo agua- o por la
destrucción de los microorganismos, mediante el uso de antisépticos.
A pesar de existir consenso internacional sobre la importancia del lavado de manos, se evidencia
poca poca adherencia de esta práctica por parte del personal de salud (Maciel F, Padilha T,
Kuerten P et al, 2013).
2. Higiene de manos
Se conocen distintos tipos de higiene de manos, estos son “lavado de manos corriente” o de
“higiene común”, “lavado de manos clínico”, “higienización de las manos con alcohol gel” y
“lavado de manos quirúrgico”.
HIGIENE DE MANOS
Antes de iniciar el lavado de manos se deben retirar las joyas (anillos, pulseras), y se deben
mantener las uñas cortas y sin esmalte.
El lavado clínico de manos se debe realizar al comienzo de la jornada de trabajo; antes del
contacto con el paciente; antes de manipular un dispositivo invasivo; después de entrar en
contacto con líquidos o excreciones corporales, mucosas, piel no intacta o vendajes de heridas;
durante la atención del paciente; si va cambiar de sitio de manipulación de uno más
contaminado a uno menos contaminado; después del contacto con el paciente; posterior al
contacto con objetos localizados en la habitación del paciente. En la figura se muestran los 5
momentos del lavado de manos.
En la actualidad el lavado de manos no tan solo debe aplicarse al ámbito hospitalario, sino que
deben extenderse a todas las situaciones de atención en salud, por ejemplo, en consultas
ambulatorias, servicios de imagenología, etc.
Frotar palma de una mano con el
dorso de la otra mano y entrecruzar
los dedos.
Figura: Lavado de las yemas contra la palma de la mano contraria (Tomado de OMS, 2009).
Frotar muñecas y antebrazos con movimientos circulares sin devolver hacia la mano.
Enjuagar las manos bajo el agua, colocando los dedos hacia arriba, y dejando escurrir el
agua desde los dedos hacia los antebrazos (distal a proximal).
Cerrar la llave del lavamanos con el codo.
Secar las manos desde los dedos hacia el antebrazo sin devolver hacia la mano.