Sie sind auf Seite 1von 3

Johann Georg Hamann

(1730-1788)

CARTA A CHRISTIAN JACOB KRAUS


(Könisberg, 18 de diciembre de 1784)

[Nota: texto escaneado a partir de VV.AA. ¿Qué es ilustración? Tecnos, Madrid, 19994,
pp. 31-36.]

[31] Clarissime Domine Politice1:


Ya que mis viejos y desgastados huesos apenas me sirven para la filosofía
peripatética y los momentos para paseos laberínticos no siempre se dan antes de la
comida, sino también, a veces, durante ella, entre plato y plato; por eso tengo que
recurrir a una macarrónica pluma de ganso, para expresarle mi agradecimiento por el
envío de la Berlinische Christmonat2 escrita en cant-style3, que el singular historiador de
esa extraña literatura transforma suprimiendo la «e» en Kantschen Styl (estilo de Kant)
como un asmus cum puncto4.
[32] El sapere aude! pertenece también a la misma fuente del noli admirari!5.
Clarissime Domine Politice! Usted ya sabe lo mucho que estimo a Platón y con qué
gusto lo leo; también deseo admitir su tutela, cum grano salis, para dirigir mi propio
entendimiento, sin preocuparme por ello de falta de corazón.
Sería casi alta traición recordarle las reglas de la explicación a un profesor de lógica
y crítico de la razón pura; puesto que me han quitado su Hutchinson6, sin reemplazar su
moral, no dispongo ahora, en mi pobre biblioteca, de otro Organon7. Menos aún, estoy
en condiciones de explicarme la coincidencia judeocristiana 8 sobre la libertad del
pensamiento tutelado, pues el bibliotecario real me ha ocultado de modo despiadado el
segundo tomo de Hutchinson; tan grande quisiera que fuera mi aportación al nacimiento
del quilianismo platónico cosmopolita, con todas mis fuerzas mediante deseos,
recuerdos, ruegos y agradecimientos.
Por eso, acepto más bien con gusto la Ilustración estética que la dialéctica, de tal
modo que, si no está explicada, al menos está aclarada y ampliada gracias a la
equiparación de la minoría de edad con la tutela. El error básico (pewton yeudoj)9 —
una palabra artificial y muy importante, que sólo de modo muy grosero puede ser
traducida a nuestra lengua vernácula— reside a mi juicio en el maldito epíteto
autoculpable.

1
Clarissime Domine Politice se refiere a un destacado estadista. Ch. J. Kraus era profesor de «teoría del
Estado». Probablemente, ese tratamiento hay que entenderlo irónicamente.
2
Se refiere al número de diciembre de la Berlinische Monatsschrift, en el que apareció en la primera
página el artículo de Kant «¿Qué es Ilustración?». Hamann hace un uso irónico de esta revista, jugando
con las palabras Christmonath y Monatsschrift, que literalmente significa en el «mes de Cristo» o, mejor,
el «mes del nacimiento de Cristo».
3
Hamann utiliza la ambigüedad de la expresión inglesa «Cant-Style» para referirse irónicamente al
nombre Kant, de su filosofía y de su lenguaje.
4
Asmus, del latín asinus, en castellano «asno».
5
Cita irónica de Horacio, Epístola I, 6, 1. El original latino es «Nil admirari».
6
F. Hutchinson (1694-1747), profesor en Glasgow y fundador de la filosofía estética moral.
7
Expresión que se utiliza para designar los escritos lógicos de Aristóteles como instrumentos del
conocimiento de la verdad.
8
Alusión a que Mendelssohn, judío, y Kant, cristiano, contestasen ambos a la cuestión de qué es la
Ilustración.
9
Protón Pseudos, La primera mentira.
Como el mismo Platón reconoce, la incapacidad no es realmente una culpa; sólo
sería culpable por la voluntad y la falta de decisión y de valor, o como consecuencia de
culpas anteriores.
[33] Sin embargo, ¿quién es el otro indeterminado que aparece dos veces
anónimamente?10. Vea aquí, Domine Politice! Cuánto les cuesta a los metafísicos
definirse de modo adecuado y cómo se andan con rodeos como los gatos; ahora bien, y
no veo la Ilustración de nuestro siglo con ojos de gato, sino con los ojos puros y sanos
del hombre que, por supuesto, a través de los años, tanteos y elucubraciones, no ven
muy bien, aunque los prefiero diez veces más que los ojos ilustrados en el claro de luna
de una Aqhnh glaukwpij11.
Por todo ello, me pregunto por segunda vez con simpleza catequista: ¿quién es el
otro acerca del cual profetiza el quiliasta cosmopolita? ¿Quién es el otro, holgazán o
guía, que el autor tiene en la cabeza, pero que no tiene el coraje de nombrar? Respuesta:
el desgraciado tutor, que ha de ser comprendido implícitamente como el correlato de los
menores de edad. Este es el hombre de la muerte 12. La tutela culpable y no la minoría de
edad.
¿Por qué el quiliasta procede tan limpiamente con el joven Absalón 13? Porque él
mismo forma parte de la clase de los tutores, y con ello se quiere dar una reputación
frente al lector menor de edad. Así pues, la minoría de edad no es realmente culpable
cuando se confía a la dirección de un tutor y jefe ciego o invisible (como objetó aquel
catecúmeno pomeranio a su párroco rural). Este es el verdadero hombre de la muerte.
Ahora bien, ¿en qué consiste, pues, la incapacidad o la culpa del acusado falsamente
como menor de edad?, ¿en su propia pereza y cobardía? No, en la ceguera de su tutor,
que pretende estar viendo y, precisamente, por esto tiene que responsabilizarse de toda
la culpa.
¿Con qué conciencia puede reprochar un charlatán o [34] especulador14, apoltronado
detrás de la estufa y con el gorro de dormir hasta los ojos, la cobardía del menor de
edad, si su ciego tutor tiene como fiador de su infalibilidad y ortodoxia un ejército
incontable y bien disciplinado? ¿Cómo se puede burlar uno de la pereza de tales
menores de edad, si su instruido y reflexivo tutor los declara como los eximios
mentecatos de toda la obra, no les considera ni tan siquiera máquinas, sino meramente
sombras de grandeza? Ante tales menores, él no ha de tener ningún temor, puesto que
ellos son los espíritus a su servicio y los únicos en cuya existencia él cree.
De ahí resulta una y la misma cosa: cree, exorciza y paga, si no quieres que el diablo
te lleve. ¿No es esto una Sottise des trois parts (estupidez de tres partes)? ¿Y cuál de
ellas es la más grande y grave? ¿Un ejército de curas o esbirros, siervos y explotadores?
Según el extraño e inesperado transcurrir de las cosas humanas, de acuerdo con el cual
todo lo considerado con amplitud es paradójico, se me hace mucho más difícil creer y
ajustar las cuentas a los menores de edad, donec reddant novissimum quadrantem15, que
remover montañas, hacer evoluciones y ejercicios.
Así pues, la Ilustración de nuestro siglo es únicamente una aurora boreal, que no se
puede profetizar apoltronado detrás de la estufa y con el gorro de dormir hasta los ojos.
Todo parloteo y especulación de los eximios menores de edad, que se erigen en tutores
de los que se convierten a sí mismos en tutores menores de edad pero provistos de
cuchillos de caza y puñales, proyecta un rayo de luna frío e infructuoso, sin Ilustración
10
Hamann se refiere a las tres primeras frases del texto de Kant sobre «¿Qué es la Ilustración?».
11
Nombre de diosa griega: Athene Glaukopis.
12
Alusión clara al Salmo 12, 5.
13
El tercer hijo de David, que se rebeló contra su padre.
14
Una vez más Hamann se refiere a la opinión de Kant en el texto «¿Qué es Ilustración?»; cfr. supra.
15
«Hasta que hayan pagado el último céntimo.»
para el perezoso entendimiento y sin calor para la voluntad temerosa. La totalidad de la
respuesta a la pregunta planteada es una ciega iluminación para todo menor de edad,
que cambia bajo el sol del mediodía.
Escrito la santa noche del cuarto y último domingo de [35] Adviento de 1784, a las
últimas horas del día (entre chien et lou).
Por el unido y liberado, en su externa e interna libertad, del Clarissimi Domini
Politici, Morczinimastix16 reconocido de poetas y estadistas.

Magus in Telonio17

También en la oscuridad existen hermosas y divinas obligaciones. Y sin saberlo ellos


las hacen. (Mat. XI, 11.)

Postdata

Mi interpretación de la explicación de Kant va más allá de que la verdadera


Ilustración consista en una salida de los hombres menores de edad de una grandiosa
culpable tutoría. El temor del Señor es el principio de la sabiduría, que nos hace
temerosos de mentir y remisos a hacer versos. Cuanto más fuertemente se lucha contra
los tutores, que como máximo pueden matar el cuerpo y vaciar la bolsa, tanto más
caritativos somos en favor de nuestros hermanos menores de edad y provechosos en las
buenas obras de la inmortalidad. La distinción entre el uso público y privado de la razón
es tan cómica como la de Flögel entre lo digno de risa y lo risible 18. Desde luego, se
trata de conciliar las dos naturalezas, la del menor de edad y la del tutor, pero hacer a las
dos hipócritas, contradictorias entre sí, no es ningún secreto que deba ser sólo
predicado, sino que aquí reside, precisamente, el nudo de toda tarea política. ¿Para qué
me sirve el traje de fiesta de la libertad, si en casa tengo que llevar el delantal de la
escla-[36]-vitud? También Platón pertenece al bello sexo, que él niega como un viejo
solterón. Las hembras deben callarse en las asambleas, y, si hubiesen callado, los
filósofos habrían sobrevivido. En su casa (por ejemplo, en la cátedra, en el escenario y
en el pulpito) podrían hablar cuanto quisieran. Aquí hablan como tutores, pero tienen
que olvidarlo todo y contradecirlo, tan pronto como —en su propia y culpable minoría
de edad— deben hacer un trabajo para el Estado. De ahí que el uso público de la razón y
de la libertad no es otra cosa que un postre, un postre voluptuoso. El uso privado es el
pan de cada día, del que hemos de prescindir para el uso público. La autoculpable
minoría de edad es por sí misma un insulto que se hace a todo el bello sexo, y tal
insulto19 mis tres hijas no lo soportarían. Anch’io sono tutore!20 y no un criado o
servidor del alcalde, sino un partidario de la inocencia no culpable.
¡Amén!

16
Formación análoga a «Homeromastix».
17
Magus in Telonio o el «vidente de la aduana». Hamann se hacía llamar a sí mismo como aquel que ha
visto la estrella de Belén y la ha seguido.
18
K. F. Flögel (1729-1788), autor de una Historia de la literatura extraña.
19
Frente a la autoculpable minoría de edad del sexo femenino, a la que parece referirse Kant, Hamann
toma partido aquí irónicamente en favor de sus tres hijas.
20
Aquí Hamann parafrasea la frase de Corregio ante un cuadro de Rafael, a saber, «yo también soy
pintor».

Das könnte Ihnen auch gefallen