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Al hablar de la cultura de la República de Haití uno puede adentrarse en un

conjunto de tradiciones europeas específicamente francesas y españolas, pero


el fuerte de la cultura haitiana tiene sus orígenes en las costumbres africanas.
Este país conserva en sus entrañas rasgos muy firmes debido a la trata de
esclavos de la cual es procedente el mayor porcentaje de su población.

El día 5 de diciembre de 1492, según los registros históricos, llega a La


Española Cristóbal Colón, un navegante de origen genovés, en busca de oro y
con su obsesión de encontrar el preciado metal, esclaviza a la población
originaria, acostumbrada a la vida silvestre, la pesca y la agricultura,
actividades que no necesitaban de esfuerzos mayores.

Los indígenas fueron obligados a trabajar en plantaciones y minas, se


produjeron rebeliones y muchos perdieron la vida. La manera brutal en la que
fueron atacados y contagiados con enfermedades europeas para las cuales no
tenían defensas, acabó con los indígenas poco a poco, hasta no quedar uno.

Llegada de esclavos africanos. Exterminada la raza indígena, el trabajo no se


podía suspender por lo que los españoles trajeron esclavos desde África para
continuar con su explotación. Luego siguieron explorando otras tierras del
continente americano y, eventualmente, abandonaron la parte occidental de la
isla, dejando el camino libre para que una colonia francesa se estableciera allí,
produciendo así una mezcla de culturas africanas, españolas y francesas.

Estas combinaciones marcaron la cultura haitiana, de allí se desprenden un


conjunto de tradiciones que los haitianos han sabido poner en práctica hasta la
actualidad.

Conociendo la cultura haitiana. Los idiomas oficiales de Haití son el francés y


el creole, éste último es un idioma joven, oficializado en 1961, nace producto
de la mezcla de la lengua francesa con la influencia de vocabularios africanos y
españoles. Además de ser una herramienta de los esclavos para poderse
comunicar entre ellos sin que los colonos pudieran entenderlos y también en
consecuencia fue utilizado como forma de rechazo a los europeos.

Gastronomía haitiana. La cocina haitiana está influenciada en gran medida


por la gastronomía francesa así como también por la africana y en menor grado
por la española. Los haitianos a menudo usan pimientos y otros sabores
fuertes. La cocina haitiana es considerada como moderadamente picante y no
muy condimentada.

Sus platos son el arroz y las judías, que es lo mismo que las habichuelas y
demás legumbres en sus diferentes presentaciones. Su dieta básica consiste
en alimentos con un alto contenido en almidón y carbohidratos.

En las zonas más rurales tienen otras opciones como el maíz molido, un
compuesto parecido a la harina de maíz que puede ser comido con salsa pois,
con salsa hecha con uno de los diferentes tipos de judías como la riñón, la
pinta, garbanzos y frijoles de palo (conocidos en otros países como gandul).

Platos típicos. Pésée, es un plato típico con carne de cerdo o cabra


acompañado de bananito frito en aceite de girasol (conocidos como tostones
en la República Dominicana y en Puerto Rico), es comido frecuentemente en
Haití tanto como comida o aperitivo. El “ diri ak djon-djon” o arroz con hongos,
otra comida típica a la cual no tienen acceso todos los ciudadanos de Haití, por
la amplia brecha social existente.
El jouroumou. Este es un plato sagrado del pueblo haitiano, al que se le rinde
reverencia, como el dominicano con la habichuela dulce. Sólo que el
“ jouroumou” tiene una historia de rebeldía y de libertad.

Celebración de la libertad. La sopa de auyama o “ soup joumou” es el plato


especial de la tradición culinaria haitiana, por la relación de ser la primera
república negra en independizarse en la historia y ser la segunda en América.

Según la tradición, los esclavos en la antigua colonia francesa no tenían


derecho a tocar la auyama ni acceso a ingredientes como apio, zanahoria,
repollo y puerro.

Al romper el yugo de esclavitud y declarar el nacimiento de la República de


Haití, los antiguos esclavos comenzaron a preparar la sopa de auyama como
símbolo de su libertad, una costumbre que se repite cada primero de enero,
cuando la nación celebra su fiesta nacional.

Religión. En cuanto a las religiones, un alto porcentaje de la población haitiana


profesa la fe católica, mientras un grupo menor se inclina por la protestante y el
vudú.

El vudú es una religión traída de las esencias africanas, combina elementos del
cristianismo primitivo, del catolicismo y de religiones tribales. Los cultos vudú
veneran un dios principal, el Bon Dieu; a los ancestros o, más en general, a los
muertos; a los gemelos y a los espíritus llamados loas. Esta es una religión que
se practica de manera reservada en Haití, no como las demás, sino más bien
en lugares apartados y se dice que sus devotos rara vez pregonan su
inclinación.

“ La cultura haitiana es misteriosa por los elementos que se hallan en el vudú,


por ejemplo nosotros tenemos una particularidad totalmente distinta a otras
naciones que practican esta religión y es el hecho de la celebración del Gede la
cual se realiza el primero de noviembre de cada año, donde un espíritu entra
en el cuerpo de un hombre o una mujer y éste es incitado hacer revelaciones
de la vida de cualquier persona que se encuentre en el evento. La gente piensa
que el vudú es sinónimo de maldad, pero no todo en el vudú es malo, todo va
depender de las cosas que el creyente o practicante le pida a los loas o
espíritus. Esta religión más que cuestión de fe es práctica, de manera que si yo
le pido a los espíritus por la salud de un hermano me lo concede, pero también,
si pido para hacerle daño a una persona, de igual manera se hace efectiva
dicha petición. Esto no es tan sencillo como la gente creé, porque así como las
personas le piden al loa, este a la vez tiene la potestad de cobrar su favor” ,
expresó la diplomática haitiana Vichy De La Fayette Thibeaud, representante
de la embajada haitiana en República Dominicana.

Música Haitiana. En la música los haitianos tienen lo suyo, aunque esta se


desprende de la influencia de los lazos europeos coloniales y la migración
africana por la esclavitud. En el caso de la colonización, la influencia musical ha
venido principalmente de Francia, sin embargo la música haitiana tiene una
significativa influencia española, así como también de República Dominicana y
Cuba, cuya música en español ha contribuido a crear otros géneros musicales
en Haití.

Música típica de Haití. El compás (en francés) o kompa (en el criollo haitiano)
es una música compleja, proveniente de ritmos africanos y el baile de salón
europeo, surtida con la cultura de la burguesía haitiana. Este género tiene
cierta relación entre la bachata y el merengue dominicano, pero con ritmos más
suaves, el cual se baila de una manera sensual, con movimientos atrevidos en
algunos casos.

Gagá o ra-rá. El gagá es un culto socio-religioso popular que tiene mucha


semejanza con el vudú, su nombre original es ra-rá, es un ritmo contagioso el
cual se originó en Boca Chica debido a los contratos de haitianos en los
ingenios azucareros.

El gagá escenifica las rebeliones del cimarronaje, la lucha de los esclavos


contra el esclavista francés, es una representación del encuentro de
hermandad y solidaridad entre los dos pueblos: haitiano y dominicano.

Arte haitiano máxima representación cultural. En cuanto al arte, la pintura


específicamente, los haitianos se caracterizan por la utilización de colores
brillantes, el humor inteligente, el cual predomina en sus obras, entre los
objetos que plasman en sus cuadros se pueden encontrar frutas deliciosas y
paisajes que enmarcan la realidad cotidiana en las ciudades haitianas.

Según los críticos, la pintura haitiana es un reflejo de su propia raíz cultural. En


esencia, pasión, devoción, fe, esperanza, alegría y tristeza. Pocos lo saben,
pero es real. El arte haitiano, sobre todo en lo relativo a la pintura y la escultura,
es uno de los más valorados a nivel mundial. Goza de cierto éxito comercial y
la crítica por lo general le hace buenas apreciaciones.

Patrimonios Culturales. Los patrimonios más famosos e importantes de Haití


son el palacio de Sans Souci y la Ciudadela, los cuales fueron inscritos como
lugares de Patrimonio de la Humanidad en 1982, ubicados al norte del Macizo
de Hotte, en uno de los parques nacionales de Haití, la estructura data de
comienzos del XIX. Fue una de las primeras en ser construidas tras la
independencia de Francia.

¿Qué tanto conoce el haitiano residente en República Dominicana sobre su


cultura?

Al abordar algunos estudiantes haitianos en la Universidad Autónoma Santo


Domingo (UASD) sobre lo que conocen de su cultura fue notorio lo reservados
que son a la hora de hablar de su país.

Ante la pregunta ¿Cuánto sabes sobre la cultura haitiana? Muchos de ellos de


manera enfática respondían lo siguiente: “ la comida es muy rica en mi país,
pero hay algo que nos identifica y nos hace diferentes y es nuestra gente, las
personas son muy amables allá, aunque sé que pensaras todo lo contrario por
las tantas cosas que se dicen de los haitianos de este lado” . “ Cuando visitas
Haití quieres quedarte por las atenciones y la hospitalidad que se le brinda al
extranjero en mi país” .

PUERTO PRÍNCIPE. La hora del carnaval ha llegado a Haití, donde decenas


de miles de personas aprovechan estos tres días de fiesta para saborear los
nuevos éxitos de sus músicos preferidos, desahogarse y olvidar sus problemas
y las polémicas que la inmensa celebración no deja de crear. Aunque todos
saben cuándo es, todo se deja para el último momento. A pesar de ser el
mayor evento cultural del país, cada año se nombra un comité provisional de
carnaval que se encarga de gestionar, como puede, tanto el aspecto financiero
como el artístico. Todos los años hay dificultades de planificación, pero todos
los años volvemos a hacer lo mismo”, admite sonriente Emelie Prophète, la
portavoz del comité organizador del carnaval 2018, puesto en marcha hace
apenas dos meses. “La diferencia de este año es que intentamos organizar un
carnaval sin deudas. Antes incurríamos en gastos y siempre había proveedores
que no cobraban y al año siguiente no querían trabajar para el comité. Y sin
embargo les necesitamos, la oferta de servicios es muy limitada”, explica
Prophète. Los haitianos celebraron el tradicional carnaval, una fiesta
que sacó a la calle a miles de personas en ciudades y pueblos. Este
año, fue la ciudad de Las Cayes, a 200 kilómetros al sur de la
capital, Puerto Príncipe, la que acogió los desfiles más importantes.
Decenas de miles de personas desfilaron durante dos días por sus
calles, según informaron los medios locales haitianos. Haití es el
país más pobre de América Latina y hace dos años, el 12 de enero
de 2010, sufrió un fuerte terremoto que provocó más de 200.000
muertos y dejó a millones de personas sin hogar. Fue un duro golpe
para este país ya inestable política y económicamente.

El último episodio de tensión se produjo el viernes, 17 de febrero,


cuando hubo un tiroteo a unos metros del palacio presidencial, en
Puerto Príncipe, la capital. El tiroteo se produjo después de que un
grupo de estudiantes protestaran contra el presidente Michel
Martelly. Un estudiante resultó herido. Y es que la tensión reina en
las inmediaciones del palacio presidencial, destruido por el seísmo,
y donde aún continúan viviendo miles de personas que se quedaron
sin hogar hace dos años. Tan sólo un día antes, el 16 de febrero, una
delegación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidos visitó el país e insistió
en los serios desafíos a los que éste tiene que hacer frente dos años después del
devastador terremoto. Desafíos de orden político, económico, social y
humanitario.

Kanaval (el domingo, lunes y martes antes del miércoles de


ceniza) es un tiempo festivo de baile y desfiles. La gente se
prepara para la fiesta con semanas de antelación, comenzando
justo después de Año Nuevo. El desfile incluye bailarines
vestidos con trajes tradicionales, raras (bandas musicales a pie),
Chaloska (personas disfrazadas de monstruos), y caracteres
(flota de la que grupos de música popular entretener al público).
La fiesta continúa toda la noche y e hasta primeras horas de la
mañana durante dos o tres días. Las tiendas están abiertas sólo
por la mañana en estos días.

Rara, otro día de fiesta estrechamente vinculado a la Cuaresma,


contiene una mezcla de tradiciones vudú de Haití y África. Por lo
general se celebra en las zonas rurales pero también en Puerto
Príncipe. Todos los domingos durante la Cuaresma, y de vez en
cuando durante la semana, una serie de bandas de rara salir a
las calles, tocando música con instrumentos de haitianos hecho y
la recolección de las personas en una multitud, que los sigue a
medida que avanzan. Los instrumentos incluyen la banbou (un
tubo de bambú), Tambou (un tambor de mano con una base de
madera, cubierto con cuero), LANBI (una concha de caracol
cuerno), y graj (un rallador que se frota con un palo de metal). Fèt
Gede (2 de noviembre) rinde homenaje a los muertos, que están
muy venerados en la cultura haitiana. En este día, ofertas tales
como el café y kleren (una bebida alcohólica hecha a partir de la
caña de azúcar) pueden ser llevados a la Bawon Samdi (el primer
hombre enterrado en un cementerio) o Gran Brijit (la primera
mujer enterrada en un cementerio). Cada pueblo o ciudad tiene
un día de fiesta para el patrón de la localidad, que se celebra con
una misa de la mañana, el festival durante el día, y la bola de la
tarde. Algunos de estos festivales son muy grandes, tales como
la Fiesta de Notre Dame.

“Un carnaval muy político”


Esta improvisación favorece al sector político que, debido a la precariedad del equipo
organizativo, puede influir fácilmente en las decisiones más importantes, como la lista de
artistas seleccionados para los desfiles nocturnos.

“Los cantantes son elegidos porque han participado en el carnaval durante años. Luego
tratamos de seleccionar el merengue (música tradicional haitiana) más popular para
amenizar el recorrido. E, inevitablemente, luego está la intervención de los políticos para
decir este o aquel grupo. El carnaval es muy político”, lamenta Prophet.

Esta politización del carnaval se ha multiplicado desde que Michel Martelly, alias Sweet
Micky y estrella de la fiesta en los últimos 20 años, fue presidente de 2011 a 2016.
Para la edición de 2018, la participación del grupo de Michel Martelly ha cristalizado las
pasiones. Su legendaria actitud áspera y su propensión a insultar a quienes criticaron su
política empujaron a dos ciudades provinciales a vetarlo en sus desfiles.

A pesar de las peticiones de algunas organizaciones feministas, el expresidente desfilará


en el recorrido por la inmensa plaza de Champ de Mars, en el corazón de la capital.

El espíritu carnavalesco de libertad total divierte a una mayoría y muchos de los temas
compuestos para la ocasión no son indulgentes con los líderes ni con la sociedad.

Ricos y pobres, reunidos


“El carnaval es eso: decimos todo lo que queremos”, explica Carel Pedre, que ha creado
un sitio en internet y una aplicación móvil en la que ha compilado todos los merengues
carnavalescos que le han enviado. Ya va por 800. “Recibimos muchos que hablan del caso
Petrocaribe, de corrupción. También sobre el gran problema de los residuos. Y hay uno
que incluso habla del mal comportamiento de nuestros dirigentes”, ríe Pedre. “A través de
todos estos merengues, uno puede hacerse una idea global de la situación del país: un
Haití que sufre, que tiene sus problemas políticos pero que celebra y se divierte”, explica.
Mientras que Haití es uno de los países más desiguales del planeta, el carnaval reúne a
ciudadanos de todos los ámbitos económicos y sociales. Sean ricos o pobres, bailamos
con las canciones de las mismas bandas. Si todo el año estuviéramos unidos como en
estos tres días, seríamos un país desarrollado”, zanja Pedre.

por Amelie BARON

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