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INSTITUTO MORA

MAESTRIA EN ESTUDIOS REGIONALES


REGIÓN Y CIUDAD EN LA GLOBALIZACIÓN

Raúl Alexander Almogabar Robles


Omar Patiño Carapia

LA CIUDAD QUE NECESITAMOS

Movilidad, capital y participación ciudadana

En la época actual la globalización y la acelerada dinámica de la economía


actual, han generado que las ciudades sean configuradas de acuerdo con las
necesidades propias del capital. No se ha pensado en las necesidades de
nosotros como miembros activos de las ciudades; gracias a esta dinámica de los
procesos productivos se ha creado una aceleración de la vida cotidiana en las
ciudades, situación que ha traído problemas muy diversos, que van desde la
salud, hasta problemáticas ambientales muy locales. También, existen las
pregunta de cómo se puede trabajar en relación con la lógica del capitalismo
mundial y las necesidades sociales a escala de la ciudad. En el siguiente ensayo
se tocarán puntos que consideramos, son fundamentales para discutir de
manera introductoria el tema de la ciudad que necesitamos. Se planteará en todo
momento la multidimensionalidad de los problemas urbanos, bajo cuatro
enfoques: el económico (Ratcliff, Sombart), el sociológico (Weber, Wirth), el
cultural (Mumford, Zukin) y el histórico (Pirenne, Weber).1 Primero, referente al
espacio-tiempo se pensará en cómo es el cambio de la escala del tiempo y del
espacio en las ciudades2, y como se construye la idea del tiempo desde las
ciudades3. El segundo elemento para analizar será el que se encuentra más
relacionado a los planes de desarrollo urbano y a la planeación y políticas
urbanas, así como la participación del Estado.4 Por último, veremos las
problemáticas de la participación ciudadana como un factor importante que

1
Tomando como referencia a Parr en Spatial Definitions of the City: Four Perspectives
2
Tomando como referencia a Giddens en The Constitution of Society, chapter 3
3
Tomando como referencia a Crosby en Una medida de la realidad, capítulos 4 y 5
4
Tomando como referencia a autores como: Pacione, Van der Knaap, Newman, etc.
puede llevarnos a trabajar por una mejor producción de la ciudad. Es importante
recalcar que el siguiente ensayo no tiene la finalidad de hacer una revisión amplia
de los temas antes expuestos, sino visibilizar cuales son los obstáculos para
llegar a construir la ciudad que necesitamos.

Podemos partir entonces desde la lógica que genera el capitalismo actual,


en el cuál la ganancia y plusvalía se han convertido en las principales metas de
las empresas. La globalización económica ha generado que se movilice el capital
de forma impresionante, lo cual, aunque ha generado mayor crecimiento
económico, en la mayoría de los casos no ha propiciado un desarrollo social
equitativo, esto ha devenido a que el capital se concentre en manos de unas
cuantas oligarquías. Debido a esta movilidad de capital, se requiere de formas
más organizadas y capaces de transportarse dentro de la ciudad. Aunque los
individuos se mueven en función del capital (trabajo, escuela, consumo), lo
hacen a través de un proyecto y, como menciona Hägerstrand, para que estos
proyectos se puedan llevar a cabo “tienen que utilizar los recursos
intrínsecamente limitados de tiempo y espacio a fin de superar las restricciones
a que se enfrentan” (Giddens, 1984).

El capitalismo ha reducido la distancia, haciéndola al mismo tiempo más valiosa.


El precio del espacio y el territorio se han vuelto costosos. La especulación
inmobiliaria sin control se ha disparado, como puede verse en la Ciudad de
México. La separación de la urbanización y el desarrollo social han creado un
crecimiento sin control (Eibenschutz, R. y R. Rodríguez, 2013). Una problemática
que ha generado problemas en los proyectos (como los denomina Hägerstrand),
viéndose esto en el plano del transporte. Dentro de la ciudad podemos pensar
en que las limitantes van en función de la movilidad, por lo que es de vital
importancia el “achicamiento de la distancia” (Giddens, 1984). Los viajes se
vuelven más largos en ciudades de dimensiones monstruosas y los trayectos del
hogar y el trabajo crean una dinámica distinta entre las interacciones sociales.

Continuando con el ejemplo de la Ciudad de México. La distancia y el tiempo


son indisolubles para entender la dinámica del capital dentro de las ciudades.
Ya que éstas, al dedicarse a los servicios, generan mayor expectación e
importancia (Crosby, 1997). Las ciudades se vuelven en la actualidad el centro
del movimiento del capital en forma de productos y servicios, es menester para
éstas hacer que la circulación sea lo más eficiente posible. La pregunta sería
entonces ¿Qué sucede con las personas en la vida cotidiana? Si la circulación
del capital necesita moverse, entonces es de suponer que las personas deben
ser desplazadas a lugares donde puedan prestar su mano de obra, pero a la vez
no estorbar al crecimiento capitalista.

Los planes de desarrollo urbano van en función en resolver problemáticas


que van surgiendo, sin embargo, existen fuertes deficiencias en planes de
prevención. No hay un acercamiento con la sociedad civil para poder comprender
las necesidades de la población, debido a que se dan concesiones a empresas
privadas para que resuelvan problemas, como de movilidad, estacionamiento,
limpieza e incluso reacondicionamiento de ciertos espacios públicos. Claro que
las justificaciones para este tipo de prácticas neoliberales dentro de las políticas
urbanas van encaminadas a pensar en las funciones administrativas de los
gobernantes, ya que, debido a que el Estado no se puede hacer responsable de
subsanar este tipo de problemáticas, delega la responsabilidad a las empresas
privadas, para que administren este tipo de servicios, de los cuales se declara
incompetente. Esta justificación parecería ser válida en sentidos prácticos, sin
embargo, no necesariamente genera respuestas a las problemáticas de la
ciudadanía, porque estas empresas no trabajan en función a las necesidades de
la sociedad, sino que van en una lógica de acumulación de capital. La
gobernanza5 ha generado este tipo de problemáticas las cuales han focalizado
las desigualdades en las ciudades, en las cuales la cercanía con la ciudadanía
ha sido muy poca y ha traído consigo condicionantes sociales. El poco
conocimiento de las necesidades por parte de la iniciativa pública nos hace
reflexionar sobre cual es el papel del Estado en la actualidad, si en verdad puede
contrarrestar las tendencias económicas globales o si simplemente está obligado
a responder ante estas situaciones (Newman, 2008), y ver de qué manera
podemos subsanar y reparar estas ciudades.

La lógica de la acumulación y su expansión es un fenómeno


socio/económico que busca expandirse geográficamente hasta tomar
connotaciones globales (Harvey, 2014). Esto ha resultado que la mayoría del

5
También llamado en otras traducciones como gobernancia.
movimiento de capital sea intra-empresas trasnacionales, produciendo dinero
con productos intangibles como el conocimiento (Dicken, 2011). Esta gran
globalización económica ha creado transfiguraciones demográficas, sociales y
urbanísticas en las ciudades, generando así, las llamadas World Global Cities.
El capital solamente tiene el interés de generar más capital. A nuestra opinión,
es ingenuo pensar que existe una moralidad empresarial (ya sea positiva o
negativa) fuera de la generación de utilidades. La Innovación dentro de los
ámbitos de la tecnología, comunicación organizacional y eficiencia en toma de
decisiones es constantemente creada por las empresas como resultado de su
competencia y alianzas comerciales. Elementos que en ese caso pueden ser
utilizados a favor del beneficio social en las ciudades. Relación que fue
demostrada por una amplia cantidad de estudios de gobiernos municipales
exitosos compilado por Cabrero (1996). Ante esta situación queda considerar en
la actuación del Estado como un agente administrador o regulador, o sea, como
gobernanza o gobernabilidad, esta última donde el buen gobierno quede como
responsabilidad de todos nosotros, con capacidad de injerencia y de poder crear
un vínculo de sociedad y Estado, donde las problemáticas diarias se puedan
visibilizar y no ver solo desde un sentido de acumulación de capital. La mayor
presencia del Estado podría beneficiar a mejorar las políticas urbanas, aunque
la distribución del poder sería una de las cuestiones que tendrían que ser
vigiladas.

Con esto dicho, de ninguna manera podemos dejar que las prácticas
gubernamentales determinen la ciudad que queremos. La participación
ciudadana tiene una amplia serie de ventajas como la legitimación
gubernamental y transparencia de recursos (Ziccardi, 2004), y en este caso para
ayudarnos a decidir la producción de nuestra ciudad. Los municipios tienen las
facultades ahora más que nunca de construir el gobierno que se requiere desde
abajo hacia arriba, con nuevas formas de relacionarse desde la ciudadanía de
manera innovadora (Cabrero, 2003). Los avances en sesiones de cabildo
abierto, inclusión y representación ciudadana, aumento de participación electoral
y transiciones de gobierno son muy importantes a la hora de hablar de gobiernos
más representativos. Claro, es importante recalcar que hablar de participación
ciudadana es más fácil en una población con 10 000 habitantes, a hablar de los
mismo en comparación con una de 50 000 y a otra de 20 000 000. Por otra parte,
existe un histórico límite difuso entre ésta y el clientelismo político en México.
Los procesos de descentralización gubernamental que ha vivido México desde
la reforma al artículo 115 constitucional nos hace cuestionar los diferentes tipos
de dimensiones que puede tomar la participación ciudadana en función de las
particularidades culturales, demográficas, sociales e históricas que tienen los
municipios.

David Harvey llamó a la ciudad como una representación de nuestros


deseos colectivos (2013). El derecho a poder tenerla es más que simplemente
hacer un cambio de gobierno y esperar resultados, o esperar a que el capitalismo
imperialista caiga sólo por su propio peso. En nuestro caso, creemos que es una
construcción que involucra a sector empresarial, al Estado y a la sociedad civil.
Las tres esferas se encuentran relacionadas y los actores que las protagonizan
no son estáticos. En algunos momentos y espacios se mueven entre ellas. Para
poder tener la ciudad que queremos, éstas tres deben entrelazarse, comunicarse
y transformarse.

Referencias bibliográficas:

Cabrero, Enrique, (1996), “Capacidades innovadoras de municipios mexicanos”,


Revista Mexicana de Sociología, Vol. 58, No. 3, pp. 73-97.

Cabrero, Enrique (coord.), 2003, Gobiernos locales trabajando. Un recorrido a


través de prácticas de gestión que funcionan, Miguel Ángel Porrúa-CIDE,
México, pp. 41-52, 207-220, 339-348.

Crosby, A. (1997). The Measure of Reality: Quantification and Western Society,


1250-1600 (8th ed., pp. 75-95). New York: Cambridge University Press.

Dicken, P. (2011). Global Shift, Sixth Edition. 6th ed. New York: Guilford
Publications.

Eibenschutz, R. y R. Rodríguez, (2013), “Globalización, desarrollo y ciudades.


¿Veinticinco años de política urbana en México?”, en A. Iracheta (coord.),
Reflexiones sobre política urbana, Zinacantepec, El Colegio Mexiquense, pp. 47-
79.
Giddens, A. (1984). La constitución de la sociedad (pp. 146-176). Buenos Aires:
Amorrortu.

Harvey, David, (2013), Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la


revolución urbana, Madrid, Ediciones Akal, pp. 19-49.

Harvey, D. (2014). Espacios del capital (pp. 255-284). [Madrid]: Akal Ediciones,
S.A.

Newman, Michelle (2008). Planning World Cities.Globalization and Urban


Politics. UK: Palgrave Macmillan

Ziccardi, Alicia, 2004, “Espacios e instrumentos de participación ciudadana para


las políticas sociales del ámbito local”, en Ziccardi, Alicia, Participación
ciudadana y políticas sociales en el ámbito local, IIS-INDESOL-COMECSO, pp.
245-272.

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