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BIORREMEDIACION

I. Introducción

Hoy día trasiegan por los mares cerca de 2 mil millones de toneladas de petróleo crudo. Su descarga accidental y
a gran escala constituye una importante causa de contaminación de las aguas marinas. La mayor responsabilidad
de la contaminación por crudos suele ser de los barcos superpetroleros que lo transportan (responsables del 22%
del total); aunque el vertimiento de otros barcos y la explotación de las plataformas petrolíferas marinas, también
son una importante aportación de vertidos. La atmósfera, la filtración natural, los ríos, las escorrentías urbanas,
las refinerías de petróleo situadas en la costa, las descargas operativas de los petroleros, son fuentes de
contaminación. Las descargas operativas se deben al lavado de los depósitos en el mar y al vertido de lastre en
forma de agua contaminada antes de la carga. Los accidentes que implican vertimiento de miles de toneladas de
petróleo originan mareas negras, que causan problemas económicos: interrumpen la pesca y la navegación, y
alteran gravemente el ecosistema, al ocasionar un alto índice de mortalidad de aves acuáticas, peces, mamíferos
acuáticos y otros organismos del océano.
El impacto de un vertido accidental de petróleo provoca efectos negativos a corto, mediano y largo plazo.
Este se puede dispersar y degradar de manera natural durante varios años. Diversas investigaciones han
evidenciado que la eliminación natural de petróleo es muy lenta, y sus depósitos permanecen durante mucho
tiempo; de modo que la recuperación de los ecosistemas afectados puede demorar mucho [3].

El suelo también es contaminado, existe actualmente una gran cantidad de sitios contaminados con diferentes
tipos de compuestos, tanto orgánicos como inorgánicos, debido principalmente a las actividades de la industria
minera y petroquímica, además de la disposición clandestina y derrames de residuos peligrosos. La mayor parte
de los suelos contaminados están sometidos a tratamientos de remediación in situ (~88%), más que tratamientos
ex situ (~12%). Del total de las empresas autorizadas para remediar suelos, más de la mitad emplean métodos
biológicos, siendo los más utilizados el composteo y la biolabranza.

Antes de considerar el uso de una tecnología de remediación para un sitio en particular, es indispensable contar
con información del sitio y llevar a cabo su caracterización, así como la del contaminante a tratar. Posteriormente,
la tecnología puede elegirse con base en sus costos y a la disponibilidad de materiales y equipo para realizar el
tratamiento. Resultados acerca del tipo de contaminantes tratados en sitios contaminados en Estados Unidos de
América, indican que más del 80% de los proyectos de remediación están dirigidos hacia contaminantes orgánicos
(EPA 2001).

En esta revisión se examinan los conceptos de biorremediación como biotecnología ambiental y sus
clasificaciones. Se analizan los factores que contribuyen a la biodegradación de petróleo en ecosistemas
marinos y suelo ; y se enuncian los microorganismos degradadores de hidrocarburos, así como diferentes
bioproductos para la biorremediación de este ecosistema.

1. Datos requeridos para la remediación de áreas contaminadas

2. El tipo de contaminante y sus características físicas y químicas, determinan si un sitio requiere ser
remediado y la manera en la que el contaminante debe tratarse. Además, dichas propiedades determinan
cómo puede ser el movimiento del contaminante y si éste es o no persistente en el ambiente. La estructura
química de un contaminante determina su toxicidad y por consiguiente permite fijar ciertos criterios para
establecer los límites de limpieza.

3. La localización y las características del sitio, así como el uso de suelo (industrial, residencial o
agrícola), fundamentalmente afectan la meta de la limpieza y los métodos que pueden emplearse para
alcanzarla.

4. Las características naturales de los suelos, sedimentos y cuerpos de agua, a menudo determinan
las particularidades de los sistemas de tratamiento. Para suelos o lodos, el manejo del material a tratar
(conversión del contaminante a una forma en la que pueda tratarse y/o transportarse desde la fuente de
la contaminación hasta el lugar de tratamiento), es el paso crítico en la mayoría de los procesos de
tratamiento. Los pretratamientos para modificar las características naturales de un suelo contaminado
pueden ser componentes muy caros en un proceso de remediación.
5. Las capacidades de las tecnologías de remediación pueden variar ampliamente en función de las
condiciones específicas del sitio. Las tecnologías de remediación pueden actuar conteniendo la
contaminación, separando el contaminante del suelo o destruyendo el contaminante. El uso de una
tecnología en particular depende, además de los factores mencionados, de su disponibilidad, fiabilidad
(demostrada o proyectada), estado de desarrollo (laboratorio, escala piloto o gran escala) y de su costo.

2. Factores que inciden en la eficiencia de una Tecnología de Biorremediación


El comportamiento de un contaminante en el suelo, así como la efectividad de una tecnología de remediación,
están determinados por una variedad de factores que interactúan de manera compleja y que dependen de las
características propias del contaminante así como de las del suelo (figura 1).
Por consiguiente, para la selección adecuada de una tecnología de remediación con buenas perspectivas de éxito,
es indispensable considerar tanto las propiedades del contaminante como las del sitio contaminado. En general,
dentro de los factores a considerar se encuentran los siguientes:
(i) procesos químicos (reacciones de hidrólisis, oxidación, reducción, fotólisis);
(ii) procesos físicos o de transporte (sorción, advección, dispersión, difusión, volatilización y solubilización); y
(iii) procesos biológicos (biodegradación, biotransformación y toxicidad) (Eweis et al. 1998, Riser-Roberts 1998).

Además de considerar las propiedades del suelo y las de los contaminantes, y para facilitar la selección preliminar
de las tecnologías que podrían emplearse para tratar un sitio en particular, es indispensable obtener una
descripción detallada de los siguientes aspectos:
• Ubicación geográfica y uso del suelo afectado.
• Tipo de instalación que dio origen a la contaminación.
• Magnitud y distribución de la mancha.
• Formas de acceso al sitio, ubicación de poblaciones y cuerpos de agua.
• Tipo de vegetación, clima y topografía del sitio.
• Características ecológicas.
• Características hidrogeológicas (formaciones geológicas, ciclo hidrológico y flujo de cuerpos de agua).

3. Caracterización del contaminante


Contaminante es un concepto muy amplio y se considera como tal cualquier agente que tiende a modificar el
equilibrio natural del medio ambiente y además puede incidir sobre la biosfera. Es importante conocer que se
conoce como xenobiótico a toda sustancia o compuesto cuya estructura química en la naturaleza es poco
frecuente o inexistente debido a que son compuestos sintetizados por el ser humano en el laboratorio y que suelen
producir efectos tóxicos, o al menos alteraciones en el normal funcionamiento de las células vivas.

Los compuestos químicos pueden clasificarse en orgánicos e inorgánicos:

3.1 Compuestos orgánicos, se componen básicamente de átomos de carbono, y pueden ser de origen
antropogénico o natural. Los contaminantes orgánicos se han dividido a su vez en seis grupos:

 Compuestos orgánicos volátiles (COV) no halogenados: Metano


 COV halogenados: Los PCBs o Bifenilos policlorados, benceno, tolueno y m-xileno
 Compuestos orgánicos semivolátiles (COS) no halogenados;
 COS halogenados;
 Hidrocarburos y
 Explosivos: TNT, DNT, RDX

 Hidrocarburos
a) Hidrocarburos Alifáticos
Alcanos: Etano, Propano, Butano
Cicloalcanos: Ciclopentano, ciclohexano
Alquenos: Eteno, Propeno
Alquinos: Propino
b) Hidrocarburos Aromáticos: Benceno, tolueno o el naftaleno

Los hidrocarburos alifáticos poliaromáticos (PAHs): Naftaleno, Benzopireno, Benzoantraceno,


Fenantreno, Antraceno.

BTEX: es una abreviación usada para cuatro compuestos aromáticos volátiles encontrados en los
productos del petróleo: Benceno, Tolueno, Xileno y Etilbenceno (Figura 5), los cuales son encontrados
juntos en suelos contaminados (Communities, 2012).

 Compuestos Aromáticos Clorados


Un compuesto orgánico clorado es un compuesto químico orgánico, es decir, compuesto por un esqueleto de
átomos de carbono, en el cual, algunos de los átomos de hidrógeno unidos al carbono, han sido reemplazados
por átomos de cloro, unidos por enlaces covalentes al carbono.

a) Los PCBs o Bifenilos policlorados: Son compuestos volátiles solubles en tejido graso,
usados habitualmente como disolventes, aislantes o refrigerantes son absorbidos por los
suelos, sedimentos y acuíferos, pudiendo formar complejo con los suelos, produciendo
bioacumulación y biomagnificación.

b) El DDT y DDE (Dicloro-difenil-etano): Se encuentran entre los insecticidas clorados, son


demasiado persistentes y tienden a acumularse en diferentes cadenas alimentarias

 Compuestos Aromáticos nitroaromáticos:


Los compuestos nitroaromáticos se emplean en la industria química para la fabricación de
productos de consumo. Entre ellos se encuentran las espumas flexibles de poliuretano se usan en
la industria de colchones, ropa de cama, muebles, tintes y en bolsas de aire de automóviles;
plaguicidas como el paratión
 Pesticidas:

3.2 Compuestos inorgánicos, no contienen átomos de carbono e incluyen a los metales (Sellers 1999) como
metales pesados

Metales pesados: Aquellos elementos químicos que presentan una densidad igual o superior a 5
g/cm3 cuando están en forma elemental, o cuyo número atómico es superior a 20
Los metales pesados se clasifican en dos grupos:
a) Oligoelementos o micronutrientes: Necesarios en pequeñas cantidades para los organismos, pero
tóxicos una vez pasado cierto umbral; incluyen As, B, Co, Cr, Cu, Mo, Mn, Ni, Se y Zn.
b) Sin función biológica conocida: Son altamente tóxicos, e incluyen Ba, Cd, Hg, Pb, Sb y Bi

El tolueno, el fenol o los polibifenilos clorados (PCBs) pueden ser utilizados como fuente de carbono por
bacterias, tanto en condiciones aeróbicas como anaeróbicas.
Bacterias de los géneros Pseudomonas, Ralstonia, Burkholderia o Mycobacterium pueden eliminar hidrocarburos
aromáticos como el tolueno o el naftaleno, pesticidas como las atrazinas, aditivos de la gasolina como el
tricloruro de etilo o sustancias venenosas como el cianuro potásico, tanto de ambientes sólidos (suelos) como
líquidos (rios y mares).
Pero, además muchas bacterias son capaces de modificar sustancias químicas peligrosas, transformándolas en
otras menos tóxicas. Así, algunas bacterias pueden reducir la biodisponibilidad (hacerla menos accesible y por
tanto menos tóxica) de metales pesados tales como el mercurio, el arsénico, el cromo, el cadmio, el zinc o el
cobre.
Antes de seleccionar una tecnología de remediación, es esencial contar con información acerca del tipo de
contaminante (orgánico o inorgánico), su concentración y toxicidad, su distribución a través del sitio y el medio en
el que se encuentra (agua o partículas de suelo), entre otras.
Para cualquier acción de remediación, ya sea en fase de investigación o de limpieza, es importante definir los
perfiles horizontal y vertical de los contaminantes, tanto como sea posible. La información acerca del rango y
diversidad de la contaminación en todo el sitio, también es crítica para la elección de una tecnología de tratamiento
(Van Deuren et al. 1997).
4. Biotecnología ambiental: biorremediación
La biotecnología ambiental emplea los procesos biológicos modernos en la protección y restauración de la
calidad del ambiente. Esta surgió como una solución a muchos de los problemas de contaminación actual: se
puede evaluar el estado de los ecosistemas, transformar los contaminantes en sustancias no tóxicas, generar
materiales biodegradables a partir de recursos renovables y desarrollar procesos de manufactura y manejo de
desechos ambientalmente seguros [7]. Esta disciplina científica-aplicada abarca cualquier aplicación destinada a
reducir la contaminación, con la utilización de microorganismos para la generación de combustibles y de plantas
modificadas genéticamente para la absorción de sustancias tóxicas.

Actualmente, la principal aplicación de la biotecnología ambiental es la biorremediación, considerada como


una tecnología emergente. El término inglés bioremediation, que en español se traduce como biorrestauración,
se refiere a los tratamientos con sistemas biológicos para la restauración o limpieza de suelos, aguas subterráneas
y aire contaminados con xenobióticos. Técnicamente el termino biorremediación es aceptado y más utilizado.

4.1 Biorremedación:
Puede definirse entonces como biorremediación: una tecnología de biorrestauración de ambientes naturales
previamente contaminados con xenobióticos por eliminación, atenuación o transformación de estos
compuestos [8, 9], con el empleo de la capacidad metabólica de los microorganismos (bacterias, hongos,
levaduras y algas) [8, 10] y algunas plantas, además de otros factores como oxígeno y nutrientes, para acelerar
los procesos de biodegradación natural.
En resumen, biorremediación es una biotecnología que utiliza el potencial metabólico de las bacterias, hongos,
protozoarios, algas y plantas o las enzimas derivadas de ellos para retornar un medio ambiente alterado por
contaminantes a su condición natural.
Lo que hacen los microorganismos o las plantas es degradar los desechos en productos menos tóxicos, además
de concentrar e inmovilizar sustancias tóxicas, metales pesados; minimizar desechos industriales y rehabilitar
áreas afectadas con diversos contaminantes.

La transformación puede ser parcial, por obtención de un compuesto menos tóxico que el parental, mientras que
la mineralización o transformación total es la degradación hasta dióxido de carbono (CO2) y agua (procesos
aerobios) ó dióxido de carbono CO2 y metano (CH4) (condiciones anaerobias). Es importante destacar que la
biorremediación es efectiva solo si el contaminante es biodegradable [8].

En 1974 se registró la primera patente de agente biológico de remediación: una cepa de Pseudomona putida
degradadora de petróleo [11]. En 1991, se habían reportado aproximadamente 70 géneros microbianos
degradadores de compuestos del petróleo, en las dos décadas sucesivas ese número casi se ha duplicado. Estos
microorganismos pertenecen al menos a 11 divisiones procariotas diferentes [12].

La biorremediación debe ser factible de aplicar en condiciones de campo, respetuosa con el entorno natural en
el que tiene que desarrollarse; y competitiva desde el punto de vista económico. En estos últimos aspectos, los
microorganismos frecuentemente asociados a los espacios contaminados, reúnen características ecológicas y
metabólicas muy valiosas, ya que son degradadores naturales de compuestos xenobióticos.
Su capacidad de desarrollarse sobre sustratos de bajo costo [13] y que sus inóculos se puedan producir
masivamente mediante técnicas convencionales de uso industrial habitual, los hace candidatos singulares para su
utilización en procesos de biorremediación.
La gran diversidad estructural de contaminantes ambientales que son degradados por microorganismos
(fundamentalmente bacterias y hongos), los convierte en potencialmente usables para la biorremediación.
Contaminantes recalcitrantes como los bifenilos policlorados, componentes de los destilados de la refinación del
crudo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, las resinas y los asfaltenos [14], se mineralizan a dióxido de
carbono por varias especies de hongos del tipo ligninolíticos y bacterias, incluyendo mezclas complejas de estas
sustancias.

Fundamento bioquímico de la biodegradación:


Las reacciones de óxido-reducción de la cadena respiratoria constituyen el principio bioquímico de la
biorremediación. El fundamento bioquímico de la biorremediación se basa en que en la cadena respiratoria, o
transportadora de electrones de las células, se van a producir una serie de reacciones de óxido-reducción cuyo fin
es la obtención de energía. La cadena la inicia un sustrato orgánico (compuestos hidrocarburados) que es externo
a la célula y que actúa como fuente de carbono y dador de electrones, de modo que la actividad metabólica de la
célula acaba degradando y consumiendo dicha sustancia. Cualquiera que sea el xenobiótico, lo primero que se
hace es quitar este carácter mediante la acción de enzimas específicas catabólicas (oxigenasas, hidrolasas,
deshidrogenasas, amidadas, transferasas, entre otras), para servir de intermediario metabólico y posteriormente
continuar en el metabolismo normal de las bacterias.

 Degradación aerobia: En presencia de oxígeno, los microorganismos dependen del oxígeno como último
aceptor de electrones y convierten en última instancia a los contaminantes en biomasa celular microbiana,
dióxido de carbono y agua (mineralización).
 Degradación anaerobia: En escasez de oxígeno, los microorganismos dependen de otras moléculas como
aceptores finales de electrones disponibles (nitrato:NO3-, sulfato: SO4 2-, formas oxidadas: Fe 3+ o Mn 4+,...).
4.2 Técnicas de Biorremediación
Teniendo en cuenta el movimiento o no de la matriz contaminada, las técnicas de biorremediación pueden
dividirse en dos: in situ y ex situ [15].

In situ: Los suelos y las aguas contaminadas son tratados en el propio lugar de la contaminación sin
transformación.

1. Atenuación natural:
2. Bioventeo o Bioventing o Inyección de aire
3. Bioestilulación
4. Bioaumentaión
5. Fitorremediación

Ex situ: Implica la excavación o traslado de los suelos contaminados; y en el caso de las aguas, significa el
bombeo-tratamiento-recarga o traslado a reactores.

1. Composteo (biorremediación en fase sólida).


2. Biopilas:
3. Biorreactores o Biosuspensión:
4. Biolabranza o Landfarming

La selección de la técnica depende de tres principios básicos:


 Bioquímica del contaminante, que es la posibilidad de que el contaminante sea transformado
biológicamente;
 Biodisponibilidad de los microorganimos, que es la accesibilidad del microorganismo al contaminante;
 Bioactividad de los microorganismos, que es la oportunidad de optimizar la actividad biológica [15].

B.1 Biorremediación in situ:


Los suelos y las aguas contaminadas son tratados en el propio lugar de la contaminación sin transformación.

La biorremediación de aguas subterráneas se efectúa mediante el bombeo-tratamiento-recarga que consiste


en extraer el agua subterránea, promover la biodegradación de los contaminantes en reactores instalados en
la superficie y posteriormente devolverla al acuífero, o bien, inyectar nutrientes y bacterias. De manera que se
establece una recirculación y el sitio mismo se convierte en un biorreactor [16].

Biorremediación in situ es la opción más adecuada para la recuperación de suelos, ya que no es necesaria
la preparación y excavación del material contaminado. No obstante, antes de decidir el tipo de tratamiento
deben valorarse numerosos factores entre los que se destacan:

 Impacto ambiental en la zona.


 Actividades industriales que pueden verse afectadas.
 Costos comparativos con otros tratamientos.
 La dificultad de acceso a la zona contaminada para proveer de oxígeno y nutrientes.
 La determinación del porcentaje de tratamiento.
 La velocidad del proceso.
 El potencial peligro de extensión de la contaminación.
La versatilidad de la biorremediación in situ se basa en que puede adaptarse a las necesidades de cada sitio.
Se clasifican en cinco tipos fundamentales:

1. Atenuación natural:
Se denomina atenuación natural, a la acción que realizan los microorganismos autóctonos o nativos
(principalmente bacterias) sobre compuestos orgánicos del medio afectado. La capacidad intrínseca de
asimilación de un medio depende, como ya se ha apuntado, de las “habilidades metabólicas” de los
microorganismos nativos, del tipo de contaminante y, lógicamente, de la geoquímica y la hidrogeología en
la zona.
Su característica principal es la utilización de los procesos fisicoquímicos de interacción contaminante-
suelo y los procesos de biodegradación que tienen lugar de forma natural en el medio. Estos procesos
se conocen como procesos de biotransformación natural que van a reducir la concentración de los
contaminantes y entre los que se encuentran la dilución, dispersión, volatilización, adsorción,
biodegradación y aquellas reacciones químicas que se producen en el suelo y que contribuyen de alguna
forma a la disminución de la contaminación.

Esta técnica se aplica en aquellos casos en los que exista contaminación producida por hidrocarburos de
tipo halogenado (hidrocarburos alifáticos o aromáticos, como el benceno y sus derivados).

La atenuación natural puede darse en presencia (condiciones aeróbicas) o ausencia de oxigeno


(condiciones anaeróbicas). En presencia de oxígeno los microorganismos convierten en última instancia
los contaminantes en dióxido de carbono, agua y masa celular microbiana (mineralización). En el caso de
escasez de oxígeno, se trata de una biodegradación anaerobia donde los microorganismos dependen de
otros aceptores de electrones disponibles (nitrato, sulfato, formas oxidadas de Fe o Mn,...). En condiciones
ideales, los contaminantes se transformarían en compuestos químicos más simples, no peligrosos para los
posibles receptores ni para el medio. Desgraciadamente, además de la propia recalcitrancia intrínseca de
la molécula, hay bastantes factores que pueden limitar o impedir la atenuación natural en un medio
contaminado como:

• Carencia de nutrientes esenciales para los microorganismos (por ejemplo, nitrógeno y/o fósforo).
• Ausencia de aceptores adecuados de electrones (generalmente oxígeno).
• Inexistencia de condiciones medioambientales apropiadas (pH, potencial redox, humedad, temperatura).
• Ausencia de poblaciones microbianas con el potencial enzimático adecuado necesario para degradar los
contaminantes.
• Presencia de componentes tóxicos en la mezcla contaminante.
Si aportamos al medio alguno de los elementos de los que carece o bien potenciamos los existentes,
favoreceremos la eliminación del posible contaminante. En muchos casos este tipo de intervención será
necesario para reforzar el proceso natural o bien para implantar unas condiciones que reduzcan el riesgo.
2. Bioventeo o Bioventing o Inyección de aire: Consistente en la ventilación forzada del suelo mediante la
inyección o extracción forzada de presión de oxígeno (aire) en la zona no saturada del suelo a través
de pozos de inyección. Debido a la aireación del suelo se va a favorecer la degradación de los hidrocarburos
por dos motivos: por volatilización, facilitando la migración de la fase volátil de los contaminantes, y por
biodegradación, ya que al incrementar la oxigenación del suelo se van a estimular la actividad bacteriana.

Los factores a tener en cuenta en la aplicación del bioventing o inyección de aire natural son:
 Se degradarán más fácilmente las moléculas más pequeñas (hasta C20), siendo más fácilmente
biodegradables los compuestos parafinados o de cadena lineal que los compuestos aromáticos. En
general, son favorables los compuestos de alta volatilidad (presión de vapor mayor de 10 mm de Hg
a 20ºC).
 Los suelos deben contener bajos contenidos en arcilla y ser lo más homogéneamente posible.
 El principal problema es la biodisponibilidad de los microorganismos. Cuanto menor es la solubilidad
de los contaminantes menor será la biodisponibilidad.
 Los aportes de oxígeno deben ser suficientes, así como la existencia de fuentes de carbono, aceptores
de electrones y energía suficientes.
 No debe existir de producto libre en flotación sobre el nivel freático.
 Deben existir unas condiciones óptimas de pH (6 y 8), de humedad (12-30% en peso), potencial redox
mayor de -50 mV, temperatura entre 0 y 40 ºC y los nutrientes del suelo en relación N:P de 10:1.
 Necesidad de tiempos de actuación cortos (meses) y coste medio-alto.

El sistema de Bioventeo se puede dividir en dos etapas, por un lado la inyección forzada de aire al sitio
contaminante y la extracción forzada de los vapores del mismo.
3. Bioestimulación, que es la adición de nutrientes para potenciar la actividad metabólica de la microbiota
degradadora autóctona. Es decir consiste en la estimulación de las poblaciones microbianas indígenas
existentes en el suelo mediante la adición de nutrientes, regulación de condiciones redox (adición de
O2 mediante aireación), cambio de pH, u otras condiciones diversas sobre las que se puede influir.

En este sistema, el agua subterránea es conducida a la superficie por medio de un sistema de pozos de
extracción, se acondiciona en un reactor para volverla a inyectar y estimular la degradación bacteriana de
los contaminantes del subsuelo y del acuífero. En el reactor en superficie se agregan al agua: nutrientes,
oxígeno, microorganismos previamente seleccionados y adaptados, y el efluente se retorna al subsuelo por
medio de pozos de inyección, aspersores superficiales o galerías de infiltración distribuidas a lo largo y
ancho del sitio que se requiere remediar. Algunas veces esta técnica utiliza biosurfactantes para ayudar al
lavado de contaminantes del suelo (Zitrides, 1990); (Cole, 1994).

En este caso, la biorremediación es válida siempre y cuando los microorganismos autóctonos sean
capaces de degradar el contaminante tras un proceso más o menos largo de aclimatación previa. En lo que
se refiere a la adición de nutrientes, la biorremediación requiere que los nutrientes entren en contacto con
el área impregnada por el contaminante y que su concentración sea suficiente para soportar el crecimiento
máximo previsto de la población de microorganismos degradadora en el transcurso de las operaciones de
remediación. Estos dos factores van a resultar claves en los intentos de biorremediación en las zonas
afectadas.

4. Bioaumentación, Es la adición de microorganismos degradadores exógenos cuando la proporción de


la microbiota degradadora autóctona es muy reducida [9]; ó es la bioaumentación con microorganismos
modificados genéticamente, tecnología prácticamente exclusiva de países desarrollados con el fin de
mejorar la biorremediación. A veces, biorremediar un ambiente contaminado puede requerir la elaboración
de un microorganismo genéticamente modificado que sea eficiente sólo para ese caso. La obtención de
productos mediante técnicas de ADN recombinante para potenciar vías degradativas específicas para fines
de biorremediación es cara, aunque muy eficiente.
Bioaumentación, es la adición de microorganismos exógenos degradadores. Esta técnica funciona en
condiciones de laboratorio o biorreactor, pero en ambientes externos (suelo o agua) su implantación
depende de una serie de factores (Alexander, 1999):

 Presencia de toxinas, nutrientes y condiciones ambientales, movilidad y/o distribución de los


microorganismos y la presencia de abundante materia orgánica.
 Los microorganismos añadidos deben sobrevivir a los depredadores y competir con éxito con la
población autóctona antes de ocupar los nichos potenciales.
 En general, los ambientes más selectivos y la utilización de consorcios microbianos favorecen la
bioaumentación. Existen en el mercado productos comerciales, ensayados en el laboratorio, que reúnen
microorganismos con gran potencial biodegradador (Korda et al., 1997).Sin embargo, la reintroducción
de microorganismos indígenas, aislados del sitio contaminado y cultivados posteriormente, es más
efectiva, especialmente cuando se acompañan de un suplemento nutricional y oxígeno. Por otro lado,
es probable que el desarrollo de microorganismos manipulados genéticamente (MMG) (Timmis y
Pieper, 1999; De Lorenzo, 2001) pueda en el futuro permitir abordar con éxito la degradación a escala
real de compuestos que por sus características químicas son resistentes. Esta aproximación incluye
también la ampliación de la capacidad degradativa de una bacteria frente a distintos compuestos, así
como el incremento de las tasas de degradación. No obstante, los problemas de persistencia de cepas
modificadas en el ambiente y los aspectos legales relacionados con la liberación de MMG, hacen esta
solución no factible a corto plazo.
Ventajas.
No requiere área adicional para llevar a cabo el tratamiento, ni el uso de maquinaria pesada.
Desventajas.
El tamaño de la población de microorganismos degradadores crece rápidamente como respuesta a la
contaminación del medio.
Alcanivorax Borkumensis, bacteria para degradación del petróleo. Presenta genes en particulares que son
capaces de romper y fragmentar los alcanos (hidrocarburos alifáticos saturados) presentes en el petróleo. Se
están aislando nuevas cepas bacterianas, y se están reproduciendo en el laboratorio. Este procedimiento se
llama “bio-aumento” y se hace añadiendo cantidades adecuadas de estas bacterias al medio ambiente; lo que
permite una aceleración de los procesos naturales de biodegradación del petróleo en pequeña y mediana escala.
Esta bacteria es capaz de recuperar las aguas, de la costa, de lagunas y marinas, que rodean la perforación de
petróleo en la costa y en plataformas de carga.
5. Fitorremediación: Uso de la capacidad de algunas plantas para acumular para eliminar, transferir,
estabilizar y destruir contaminantes tanto orgánicos como inorgánicos que contaminan el suelo y las aguas.
El término fitorremediación es asociado con el uso potencial de especies de plantas hiperacumuladoras.
Existen distintas técnicas de fitorremediación, que se clasifican en función de donde tienen lugar el
tratamiento del contaminante:
-En el exterior de la planta (el compuesto tóxico no llega a incorporarse a la planta):
1. Fitoestabilización
2. Rizodegradación o fitoestimulación
-En el interior de la planta:
3. Rizofiltración
4. Fitoextracción
5. Fitodegradación o fitotransformación
-A través de la planta:
6. Fitovolatilización

Tipos de fitorremediación:
5.1 Fitoestabilización:
Consiste en la precipitación o inmovilización de contaminantes en el suelo, en la superficie de las
raíces o en el tejido de la raíz con el objetivo de que éstos no estén de manera biodisponible en el
sedimento, evitando así que puedan extenderse a otras zonas por procesos de lixiviación. Estos
contaminantes son generalmente metales (As, Cd, Cr, Cu, Hg, Pb, Zn).
Las especies que se utilizan para esta técnica de fitoestabilización son plantas tolerantes a metales, que
no los traslocan a la parte aérea y con elevada tasa de crecimiento y biomasa radicular (cantidad, tamaño,
extracción y profundidad).
Las especies con capacidad fitoestabilizadora son muy útiles para plantar en suelos altamente
contaminados con metales pesados, pues al retenerlos en el sustrato evitan que dichos contaminantes
sean diseminados por áreas de terreno más amplias o que pasen a ríos y acuíferos por procesos de
lixiviación. En otras palabras, reduce la biodisponibilidad de los contaminantes en el entorno, mejorando
las propiedades físicas y químicas del medio(Carpena & Bernal, 2007).

Este es un método eficaz para prevenir la dispersión de contaminantes en aguas superficiales o


subterráneas. Algunas plantas adsorben los contaminantes del suelo, del agua y del aire y lo retienen
nivel local. Suele aplicarse en sitios moderadamente contaminados, cuando otros métodos de
remediación fracasan.

Además, al ser plantas que no traslocan los contaminantes a la parte aérea, generalmente se pueden
utilizar especies de consumo humano. Un ejemplo es el uso de cebada (Hordeum vulgare), pues el
grano no queda contaminado y es apto para el consumo humano (Sierra et al., 2011)

Biodisponibilidad: Pb, Cd, Zn, As

Figura 28: Esquema de la fitoestabilización (EPA, 2000).

Figura 29: Esquema de la fitoestabilización vs fitoextracción (EPA, 2000).


5.2 Fitoestimulación o Rhizodegradación: Los exudados radiculares mejoran de la actividad microbiana
en la rizosfera (biodegradación por rizosfera mejorada o rizodegradación), por lo tanto se promueve la
degradación de contaminantes orgánicos (hidrocarburos aromáticos, plaguicidas, PAHs y disolventes
orgánicos) en el suelo

Mecanismos en la rizosfera:
- La exudación de compuestos mejora la actividad microbiana.
- Oxigenación del suelo (transformaciones aeróbicas)
- La biomasa radicular incrementa el CO disponible.
- Las micorrízas (hongos) degradan contaminantes orgánicos.
- Mejora del hábitat para poblaciones microbianas.

La fioestimulación, también se le denomina Rhizodegradación, biodegradación de la rizósfera, o


bioremediación asistida, es la disminución de contaminantes en el suelo por medio de la actividad
microbiana por la presencia de rizosfera, siendo un proceso más lento que la fitodegradación. Los
microrganismos consumen y digieren sustancias orgánicas para su nutrición y energía (Figura 33).
La rizodegradación se lleva a cabo en el suelo que rodea a las raíces. Las sustancias excretadas
naturalmente por las raíces, suministran nutrientes para los microrganismos, mejorando así su actividad
biológica. Algunos microrganismos consumen sustancias orgánicas como combustibles o solventes que
son peligrosos para los humanos y los degradan a productos inofensivos por medio de la biodegradación.

La ventaja que tiene esta técnica es que el contaminante se destruye in situ, por lo que no hay ningún
transporte del contaminante a la planta. Para esta técnica se requieren plantas con un sistema radicular
bastante desarrollado y con una rizosfera abundante en microorganismos

Figura 33: Esquema del proceso de rhizodegradación (EPA, 2000).


5.3 Rizofiltración:
Utiliza las plantas para eliminar del medio hídrico contaminantes a través de la raíz (Dushenkov, Kumar,
Motto, & Raskin, 1995) Se cultivan de forma hidropónica. Cuando el sistema radicular está bien
desarrollado, las plantas se introducen en el agua contaminada con metales, donde la raíz los absorbe
y acumula. Cuando las raíces se saturan, las plantas se cosechan y se disponen para su disposición
final (Figura 29).

Generalmente se utiliza para la depuración de aguas subterráneas, aguas superficiales y aguas


residuales, tanto in situ como ex situ (descontaminación en un cultivo hidropónico). La rizofiltración está
indicada para aguas contaminadas con cadmio, cobalto, cromo, níquel, mercurio, plomo, selenio, zinc,
isótopos radiactivos y compuestos fenólicos.

Figura 29: Esquema del proceso de rhizofiltración (EPA, 2000)

5.4 Fitoextraccion o Fitoacumulación


Uso de plantas que absorben los contaminantes (inorgánicos: metales pesados: Ag, Cd, Co, Cr, Cu, Hg, Mn,
Mo, Ni, Pb, Zn o radionucléidos: U, Cs) del suelo mediante sus raíces y lo translocan/ acumulan en sus
partes recolectables (tallo, hojas y raíz).
En este método se deben seleccionar las plantas más adecuadas para el tipo de contaminante presente y sus
características de emplazamiento. Se utilizan plantas acumuladoras o hiperacumuladoras que sean capaces
de tolerar metales pesados. Estas plantas se siembran y se permite que completen su desarrollo vegetativo,
luego de lo cual se cortan, se cosechan y se incineran, eliminando sus cenizas en un vertedero de seguridad
o son transformadas para recuperar los metales acumulados (fitominería). Generalmente se utilizan especies
que no son consumidas por animales.

Esta acción se puede repetir indefinidamente hasta que la concentración de metales en el suelo este dentro
de los límites aceptables (Kumar, Dushenkov, Motto, & Raskin, 1995).. Un ejemplo característico utilizado como
herramienta para la fitoextracción son plantas de la familia Brassicaceae o Cruciferae, pues generalmente son
plantas de elevada biomasa, hiperacumuladoras, muy tolerantes a metales pesados y de gran adaptabilidad a
distintas condiciones ambientales.

Biodisponibilidad:
Alta: Cd, Ni, Zn, As, Se, Cu
Moderada: Co, Mn, Fe
Baja: Pb, Cr, U (EDTA, Ac. Cítrico Δ biodisp.)
5.4 Fitodegradación o Fitotransformación: Metabolismo o degradación enzimática de contaminantes
orgánicos en el interior de la planta, transformándolos en no-tóxicos o disminuyendo su toxicidad (incluye la
fitovolatilización) o los mineraliza totalmente hasta llegar a CO2 y H2O. En este proceso los
contaminantes orgánicos son metabolizados dentro de los tejidos vegetales y las plantas producen
enzimas (deshalogenasa, oxigenasa) que ayudan a catalizar la degradación de sustancias absorbidas o
adsorbidas para transformarlas en sustancias menos tóxicas o no toxicas por la metabolización de los
contaminantes en los tejidos vegetales o por los microorganismos de la rizosfera de la planta
(Rizodegradación) (O. V. Singh & Jain, 2003).

Procesos:
- Almacenaje de contaminantes en la planta (lignificación).
- Degradación en CO2 y H2O.

Torres Delgado & Zuluaga Montoya (2010) lo presentan como el proceso mediante el cual las plantas
toman el contaminante y lo metabolizan transformándolo en un material sin riesgos para el medio
natural (Figura 32).
Esta técnica se ha empleado para eliminar explosivos como el TNT, DNT, RDX y pesticidas
organoclorados y organofosforados, entre otros (Hannink et al., 2001), aguas residuales
agropecuarias, solventes clorados, DDT, fenoles, nitrilos, etc. (Arias Martínez et al., 2010).

Figura 32: Esquema del proceso de fitodegradación (EPA, 2000).

5.6 Fitovolatilización:
La fitovolatilización consiste en la absorción, metabolismo y transpiración de los contaminantes a
través de la planta y liberación de los mismos en formas modificadas menos tóxicas.
Se produce simultáneamente al proceso en el cual árboles y otras plantas en crecimiento absorben agua
con contaminantes orgánicos e inorgánicos. Estos contaminantes pueden llegar hasta las hojas y
evaporarse o volatilizarse en la atmósfera en bajas concentraciones por medio de la transpiración (Figura
31).De esta manera se han eliminado elementos volátiles como el benceno, tolueno y m-xileno,
reconocidos compuestos orgánicos tóxicos. También funciona para eliminar contaminantes del aire.
La fitovolatilización se ha realizado en aguas residuales agropecuarias, aguas con mercurio, selenio y
solventes clorados.
Figura 31: Esquema del proceso de fitovolatilización (EPA, 2000).

Figura 32. Degradación o transferencia de hidrocarburos de petróleo en el sistema suelo-planta


Plantas con capacidad para tolerar hidrocarburos del petróleo

Plantas con capacidad de reducir hidrocarburos en el suelo


B.2 Biorremediación ex situ: Implica la excavación o traslado de los suelos contaminados; y en el caso de las
aguas, significa el bombeo-tratamiento-recarga o traslado a reactores.

Dos son los tratamientos que se distinguen cuando el procedimiento se realiza fuera del lugar donde está la
contaminación:
1. Tratamiento por vía sólida: La biorrecuperación vía sólida se puede realizar por dos métodos: tratamiento
en lechos y tratamiento por compostaje. La diferencia fundamental entre ambos es el sistema de aireación,
mientras que en el primero sólo se pueden tratar las capas de suelo menos profundas, en el compostaje se
requiere la formación de grandes apilamientos de material degradable.

2. Tratamiento por vía suspensión: En el tratamiento vía suspensión se excava el material contaminado y se
traslada a un reactor. La característica de este método es la suspensión en un medio acuoso del suelo
contaminado, es decir, el tratamiento se lleva a cabo bajo condiciones de saturación de agua. La ventaja de
estos procedimientos frente a los primeros radica en la posibilidad de optimizar mejor los parámetros
microbiológicos, así como el control del proceso; a cambio, lógicamente, de un mayor costo.

Ventajas.
• Es económico con respecto a otras técnicas de biorremediación.
• Es un proceso considerado de bajo nivel tecnológico que no requiere exigentes consideraciones de ingeniería,
y a la vez permite una fácil manipulación y control de las variables de diseño y operación.

Desventajas.
• Requiere grandes extensiones de terreno para disposición de suelos y no es viable si no se cuenta con
suficiente área.
• Cuando los contaminantes son hidrocarburos livianos la remediación puede ser acelerada por su volatilización,
lo cual generaría problemas con las autoridades ambientales donde las regulaciones de emisiones
atmosféricas son exigentes.
• Cuando la contaminación es profunda los costos de excavación y movimiento de tierras pueden ser altos.

1. Composteo (biorremediación en fase sólida). Es un proceso biológico controlado, por el cual pueden tratarse
suelos y sedimentos contaminados con compuestos orgánicos biodegradables, para obtener
subproductos inocuos estables. El material contaminado se mezcla con agentes de volumen (paja, aserrín,
estiércol, desechos agrícolas), que son sustancias orgánicas sólidas biodegradables, adicionadas para
mejorar el balance de nutrientes, así como para asegurar una mejor aireación y la generación del calor
durante el proceso.

Aplicaciones: El composteo se ha usado con éxito para remediar suelos contaminados con clorofenoles
(PCP), gasolinas, hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), hidrocarburos del petróleo (HTP). Se ha
demostrado también la reducción, hasta niveles aceptables, en la concentración y toxicidad de explosivos
(TNT). El uso de estrategias de composteo, se ha adoptado seriamente hasta los últimos tres a cinco años
(Van Deuren et al. 1997, Semple et al. 2001).

Limitaciones: Algunas limitaciones del proceso son: (i) necesidad de espacio; (ii) necesidad de excavar el
suelo contaminado, lo que puede provocar la liberación de Compuestos Orgánicos Volatiles (COV); (iii)
incremento volumétrico del material a tratar y (iv) no pueden tratarse metales pesados.

Costos y tiempos de remediación. El costo del composteo está en función de: (i) la cantidad y fracción de
suelo a tratar; (ii) disponibilidad de agentes de volumen; (iii) tipo de contaminantes y proceso; (v)
necesidad de tratamientos previos y/o posteriores y (vi) necesidad de equipos para el control de COV. Es
una tecnología que puede llevar desde algunas semanas hasta varios meses. Los costos típicos se
encuentran entre 130 y 260 USD/m3 (Riser-Roberts 1998).
Los sistemas de composteo incluyen tambores rotatorios, tanques circulares, recipientes abiertos y biopilas
(Alexander 1994, Eweis et al. 1998, Semple et al. 2001).
2. Biopilas: Las pilas estáticas ó biopilas, son una forma de composteo en el cual, además de agentes de
volumen (paja, aserrín, estiércol, desechos agrícolas), al sistema se adiciona agua y nutrientes, y oxígeno
y se coloca en áreas de tratamiento (que incluyen alguna forma de aireación y sistemas para colectar
lixiviados).

Es un tratamiento de biorremediación en condiciones no saturadas, que consiste en la reducción de la


concentración de contaminantes derivados del petróleo en suelos excavados mediante el uso de la
biodegradación a partir de la construcción de un sistema cerrado que permita controlar lixiviados,
hidrocarburos volátiles y algunas variables de diseño mediante el suministro de nutrientes y oxígeno a
través de la pila del suelo.
La técnica consiste en la formación de pilas de material biodegradable de dimensiones variables,
formadas por suelo contaminado y materia orgánica (compost) en condiciones favorables para el desarrollo
de los procesos de biodegradación de los contaminantes. En el fondo de la pila el sistema cuenta con un
aislante que generalmente son geomembranas o canales plásticos para el control de lixiviados. Las pilas
de suelo generalmente se cubren con plástico para controlar los lixiviados, la evaporación y la volatilización
de contaminantes, además de favorecer su calentamiento (Eweis et al. 1998). Estas pilas de compost
pueden ser aireadas de forma activa, volteando la pila, o bien de forma pasiva, mediante tubos perforados
de aireación, con distribución permanente de nutrientes, microorganismos y aire. En principio, las biopilas
se pueden aplicar a la mayoría de los compuestos orgánicos, siendo más eficaz en los compuestos de
carácter más ligero.
Factores que influyen en la aplicación de las biopilas:
• Los hidrocarburos deben ser no halogenados y deben encontrarse en el suelo en concentraciones menores
a 50.000 ppm.
• Dada la necesidad de excavación y posterior depósito del suelo contaminado, se requiere una superficie de
trabajo relativamente grande cuyas dimensiones dependen del volumen de suelo a tratar.
• Necesidad de una densidad de poblaciones microbianas (>1.000 UFC/gramo de suelo), condiciones de humedad
(40 a 85% de capacidad de campo), temperatura (10 a 45ºC), textura (baja proporción de arcillas), pH del suelo
adecuadas (6 a 8) y baja presencia de metales pesados (< 2.500 ppm).
• La concentración de nutrientes en el suelo cuyo rango normal de C:N:P sea de 100:10:1.
• Tiempo: alto (meses a años) – Costo bajo.

Ventajas.
Esta técnica es muy eficiente en el tratamiento de residuos con bajas concentraciones de hidrocarburos.
Por ser un sistema cerrado permite un mayor control de las variables del proceso, como el control de condiciones
climatológicas adversas (baja temperatura o alto régimen pluviométrico).
Cuando no se dispone de espacio suficiente para extender el suelo, este sistema permite construir pilas de suelo
cuatro o cinco veces más altas que en una disposición sobre el suelo (ocupa diez veces menos área)(Zitrides,
1995)

Desventajas.
Si en el proceso se generan gases o vapores de hidrocarburos volátiles regulados por la autoridad ambiental, o
las condiciones climatológicas de la zona pueden afectar negativamente la eficiencia del proceso, la pila del suelo
se debe cubrir con membranas o poner techo de forma similar a los invernaderos. Los vapores generados en el
proceso se deben colectar y tratar antes de ser emitidos a la atmósfera. Lo que incurre a costos adicionales.
Como todos los tratamientos “Ex Situ”, cuando la contaminación es muy profunda, el movimiento de tierra puede
requerir costos más altos.
3. Biorreactores o Biosuspensión:
También conocido como sistema biorreactor o contacto líquido-sólido. El procedimiento consiste en
excavar el suelo contaminado y luego introducirlo en un reactor añadiendo nutrientes, agua, y los cultivos
microbianos adecuados para que se lleve a cabo la degradación.
Se mezcla bien y se airea (suministra oxígeno) la suspensión hasta que las transformaciones de los
compuestos seleccionados para su eliminación alcanzan el nivel deseado. A continuación se detienen el
mezclado y la aireación, y se deja a los sólidos separarse de los fluidos por sedimentación. El sedimento
es retirado y, si la transformación ha tenido éxito, el suelo se devuelve a su lugar de origen, mientras que
los líquidos se tratan como aguas residuales. El mezclado y la aireación ayudan a romper los flóculos de
tierra y a disolver los contaminantes

El suministro de oxígeno puede realizarse mediante aireación difusa, turbina difusora y aireación superficial
(Metcalf y Eddy, 1991). La tasa de transferencia de oxígeno necesaria es función de la tasa de degradación
de los compuestos orgánicos y de la tasa de crecimiento microbiano. Su determinación no es fácil de hacer,
sin embargo, las tasas de transferencia disminuyen al aumentar la concentración de sólidos suspendidos.

El mezclado y el suministro de nutrientes también son fundamentales, el mezclado incrementa el contacto


entre los microorganismos y los componentes contaminantes, dando como resultado un incremento de las
velocidades de transferencia de masa y de reacción. Los nutrientes normalmente optimizan la
biorrecuperación por favorecer el crecimiento de los microorganismos.

Los biorreactores pueden usarse para tratar suelos heterogéneos y poco permeables, o cuando es
necesario disminuir el tiempo de tratamiento, ya que es posible combinar controlada y eficientemente,
procesos químicos, físicos y biológicos, que mejoren y aceleren la biodegradación (Reiser-Roberts 1998).
Uno de los reactores más utilizados para biorremediar suelos es el biorreactor de lodos, en el cual el
suelo contaminado se mezcla constantemente con un líquido, y la degradación se lleva a cabo en la fase
acuosa por microorganismos en suspensión o inmovilizados en la fase sólida.

Aplicaciones. Los biorreactores de lodos aerobios, se utilizan principalmente para tratar HTP, COS no
halogenados y COV. Se utilizan también reactores secuenciales de lodos aerobios/anaerobios para
tratar BPC, COS halogenados, pesticidas y desechos de artillería (Van Deuren et al. 1997).

Limitaciones. Algunos factores que pueden limitar el uso y efectividad de los biorreactores son: (i) el
suelo debe tamizarse; (ii) suelos heterogéneos y arcillosos pueden generar problemas de manipulación;
(iii) los productos intermediarios pueden ser más tóxicos que el contaminante original (en caso de
explosivos o solventes clorados); (iv) los residuos pueden requerir de tratamiento o disposición final (Van
Deuren et al. 1997, Riser-Roberts 1998).

Costos y tiempos de remediación. Los biorreactores de lodos pueden clasificarse como una tecnología
de corto a mediano plazo. El uso de biorreactores de lodos oscila entre 130 y 200 USD/m3.
Ventajas.
En comparación con otros procesos de tratamiento, los reactores vía suspensión proporcionan el mayor contacto
entre los contaminantes, los microorganismos, el oxígeno, el agua y los nutrientes.
La capacidad de controlar los sistemas del tratamiento vía suspensión es mucho mayor y por tanto puede ser la
tecnología más efectiva.
El tratamiento vía suspensión puede aplicarse en particular a los suelos contaminados con residuos oleosos y de
consistencia alquitranada (siendo estos compuestos difíciles de biodegradar).
Es más rápido y requiere menos superficie que otros sistemas

Desventajas.
Debido al energético mezclado y a la aireación forzada se favorece el escape de emisiones de aire, por ello la
suspensión no es una buena elección para suelos donde los compuestos volátiles sean mayoría.
Esta técnica demanda mayor cantidad de dinero a comparación de otras técnicas de biodegradación.

4. Biolabranza o Landfarming
La superficie del suelo contaminado se trata en el mismo sitio por medio del arado. El suelo contaminado se
mezcla con suelo limpio y nutrientes, y se remueve periódicamente para favorecer su aireación. Las condiciones
del suelo (pH, temperatura, aireación) se controlan para optimizar la velocidad de degradación y generalmente
se incorporan cubiertas u otros métodos para el control de lixiviados.
La diferencia entra la biolabranza y el composteo, es que en la biolabranza, se mezcla el suelo contaminado
con suelo limpio, mientras que el composteo generalmente se realiza sobre el suelo (Van Deuren et al. 1997).

Aplicaciones
Los contaminantes tratados con éxito por biolabranza, incluyen diesel, gasolinas, lodos aceitosos, PCP, creosota
y coque, además de algunos pesticidas. Es una tecnología de gran escala, que se practica en los Estados Unidos
de América, Canadá, Reino Unido, Holanda, Suiza, Dinamarca, Francia y Nueva Zelanda.

Limitaciones. La biolabranza debe manejarse con cuidado para prevenir la contaminación de acuíferos,
superficies de agua, aire o en la cadena alimenticia. El mayor problema es la posibilidad de lixiviados de los
contaminantes hacia el suelo y el agua. Otra limitante para su utilización, es que por la incorporación de suelo
contaminado en suelo limpio, se genera un gran volumen de material contaminado. No es recomendable su
uso para contaminantes diluidos, ni tampoco cuando no todos los contaminantes son biodegradables (Van
Deuren
et al. 1997).

Costos y tiempos de remediación. Es una tecnología de mediano a largo plazo. El costo para su aplicación
en desechos peligrosos oscila entre 30 y 70 USD/ m3 (Van Deuren et al. 1997, Reiser-Roberts
1998).
Como todo proceso tecnológico, la biorremediación tiene ventajas y desventajas.

Ventajas de la biorremediación
Una ventaja importante es su bajo costo en relación con otros tratamientos. Es difícil hacer una comparación de
costos, porque es necesario conocer las características de cada sitio en particular, pero en términos generales se
puede decir que la biorremediación es por lo menos diez veces más económica que la incineración, y tres veces
más económica que algunas tecnologías fisicoquímicas de inmovilización. Ello está dado por varios factores, como
un menor gasto de energía, bajo costo de los nutrientes y la operación bajo condiciones ambientales, que hace
que su uso sea muy práctico para los países en vías de desarrollo [15].
Por otra parte, es una tecnología limpia, ya que los contaminantes pueden ser transformados hasta compuestos
inocuos como el dióxido de carbono.

Desventajas de la biorremediación
Las desventajas consisten principalmente en que no se puede aplicar en el campo cuando hay compuestos
radioactivos, cuando los compuestos orgánicos contaminantes son altamente halogenados, cuando existen
metales pesados que inhiben la actividad microbiana o cuando las condiciones microambientales son
desfavorables.
Debido a que cada microorganismo tiene sus características, la tolerancia que presentan ante cada situación es
muy particular. También pueden ocurrir fenómenos de inhibición de la actividad microbiana a concentraciones muy
altas de contaminantes orgánicos [16].
5. MICROORGANISMOS QUE INTERVIENEN EN LA BIORREMEDIACION

BACTERIAS
Existen bacterias útiles para degradar una gran cantidad de contaminantes, se
incluyen Achromobacter sp., Alcaligenes denitrificans, Bacillus cereus, Pseudomonas sp., Pseudomonas putida,
Pseudomonas aeruginosa, Ralstonia sp., Staphylococcus sp., para degradar derivados del petróleo, aromáticos y
similares.

Existen por ejemplo bacterias que pueden degradar con relativa facilidad contaminantes orgánicos como el
petróleo, benceno, tolueno y otros derivados.
Para el catabolismo de hidrocarburos alifáticos, cíclicos y aromáticos por parte de bacterias y hongos implican la
oxidación del sustrato mediante oxigenasas, que requieren oxígeno molecular como aceptor de electrones para
convertir el hidrocarburo a dióxido de carbono y agua. La disponibilidad de oxígeno generalmente es un factor
limitante en la degradación de los hidrocarburos del petróleo [54, 55], ya que el funcionamiento de los
microorganismos es menos eficiente bajo condiciones anaeróbicas. Tradicionalmente se ha considerado que la
biodegradación anaeróbica de hidrocarburos tiene lugar a tasas despreciables, y que, por lo tanto, la importancia
ecológica es limitada. No obstante, investigaciones posteriores han puesto de manifiesto la trascendencia de las
rutas catabólicas anaeróbicas en la biorremediación [3, 57, 58].

Altas concentraciones de metales pesados pueden inhabilitar completamente una población microbiana al inhibir
parte de la actividad metabólica y de la división celular, provocando desnaturalización de proteínas y alteraciones
en la membrana celular. Los microorganismos también pueden desarrollar resistencia o tolerancia a elevados
niveles de metales [9]. Los metales pesados son difícilmente removibles de los ambientes contaminados, ya que
por lo general no pueden ser degradados biológicamente. El zinc, cobre, níquel y cromo son metales esenciales o
micronutrientes beneficiosos para microorganismos, plantas y animales [60], mientras que otros como el cadmio,
mercurio y plomo no tienen funciones fisiológicas y/o biológicas conocidas [61].
Los metales pesados como uranio, cadmio, y mercurio no son biodegradables, pero las bacterias pueden
concentrarlo y aislarlos para poder eliminarlos más fácilmente (Montoya, 1990).

Con respecto a los metales pesados, algunas Geobacter sp. son capaces de respirar usando metales, es decir de
reducirlos, su aplicación en el terreno de la bioremediación es muy amplia. Por ejemplo en el caso de la
contaminación por Uranio (VI) el cual es insoluble, pero que al ser metabolizada por Geobacter sp. es reducido a
Uranio (IV), el cual es soluble y puede ser removido.

Una de las desventajas de los microorganismos es que pueden ser inhibidos por altas concentraciones de los
contaminantes.

Ventajas de las bacterias sobre otros microorganismos:


1. Alta velocidad de replicación y crecimiento
2. Amplia variabilidad genética
3. Son los únicos organismos que pueden trabajar en condiciones anaerobias para degradar gran cantidad
de xenobióticos y contaminantes.
Estas características hacen que las bacterias sean altamente adaptables a muchas condiciones del entorno. El
hecho de poder trabajar en condiciones anaerobias las capacita para trabajar en condiciones de anoxia,
predominantes en regiones húmedas, en lechos acuáticos, pantanos, lagos y similares, incluso condiciones
anaerobias producidas por los mismos derrames.
En condiciones “in-situ”, altas concentraciones de crudo pueden cubrir grandes áreas impidiendo el ingreso de
oxígeno, bajo estas condiciones se puede favorecer el crecimiento de bacterias anaerobias o anaerobias
facultativas como Pseudomonas aeruginosa o Phormidium sp. para la degradación de hidrocarburos, la cual es
lenta pero efectiva.
De la misma manera se ha empleado bacterias anaerobias en condiciones de rellenos sanitarios, donde la
profundidad de los contaminantes dificulta el tratamiento aerobio.
En el trabajo “ex-situ” en muchos casos son requeridos biorreactores para procesos de degradación aerobia y/o
anaerobia para abarcar todos los contaminantes que en encuentran en los suelos; es frecuente encontrar que sea
necesario un tratamiento anaerobio inicial, para producir sustratos degradables por la vía aerobia, motivo por el
cual es imprescindible el trabajo de las bacterias; como sucede con el benceno, hidrocarburos aromáticos y
poliaromáticos. Sin embargo el ser anaerobias no exime que sus respuestas no dependan del pH, acidez,
temperatura y capacidad de intercambio catiónico del suelo.

CIANOBACTERIAS
Las cianobacerias contribuyen al tratamiento terciario de aguas residuales porcinas, en los que ha explotado el
potencial de las cianobacterias Phormidium sp. y Spirulina maxima. Los resultados obtenidos indican que el
crecimiento de las cianobacterias disminuyó la demanda química de oxígeno (DQO) de los residuales dando como
resultado un efluente terciario cuya calidad hace posible su vertimiento a cuerpos de agua o su utilización en
actividades de regadío y de limpieza. (Ferrera-Cerrato, Rojas-Avelizapa, Poggi-Varaldo, Alarcón, & Cañizares-
Villanueva, 2006)

Respecto a la cianobacteria Spirulina maxima y su capacidad para remover (PAHs) como el fenantreno
(compuesto altamente tóxico para los organismos acuáticos), La presencia del contaminante no afectó de manera
directa el contenido de proteína ni el crecimiento de la cianobacteria, no obstante, la clorofila a resultó ser un factor
de respuesta importante en el comportamiento del cultivo expuesto a fenantreno (Ferrera-Cerrato et al., 2006).

ALGAS
Las algas por su parte, son importantes productores primarios en la cadena alimenticia. Las algas tienen la
capacidad de modificar el pH, la alcalinidad, el color y la turbiedad.
Las pequeñas algas verdes unicelulares son las más importantes para mantener el nivel adecuado de oxígeno
disuelto en los estanques de estabilización (Rivas Cevallos & Vera Vera, 2011). La importancia de las algas para
el funcionamiento del planeta es enorme, aunque desde el punto de vista (terrestre) pasan inadvertidas. Las algas
son enormemente diversas (desde unicelulares de 1μm de diámetro hasta gigantescas algas marina de 50m de
largo) y están presentes en prácticamente todos los ecosistemas de la biosfera (Rivas Cevallos & Vera Vera,
2011).
En el proceso de purificación natural, las algas oxigenan el agua y utilizan los subproductos del proceso de
depuración. Una de las características más importantes de las algas es su capacidad depuradora del medio
ambiente, ya que a través del proceso de fotosíntesis incorporan oxígeno, contribuyendo de esta manera a la
oxidación de la materia orgánica, por una lado y por el otro a aumentar el oxígeno disuelto en el agua, el cual será
utilizado por las otras comunidades u organismos que componen la flora y fauna del medio acuático donde
viven (Lujan de Fabricius, 2000), citado por Rivas Cevallos & Vera Vera (2011).
Algunas microalgas se cultivan en fitorreactores para procesos de depuración de aguas residuales y de desechos
industriales (Rivas Cevallos & Vera Vera, 2011).
En los últimos 10 años, se ha venido investigando la capacidad de las microalgas para biotransformar y
biodegradar contaminantes orgánicos como hidrocarburos, plaguicidas, etc., que resultan de alta peligrosidad
para los seres vivos. Los contaminantes orgánicos en el medio acuático son biodegradados por diversos
microorganismos, incluyendo algas, las cuales han demostrado que son capaces de biotransformar y biodegradar
contaminantes aromáticos comúnmente encontrados en aguas naturales y residuales (Semple, Cain, & Schmidt,
1999).

La utilización de organismos fotosintéticos para la oxidación de compuestos orgánicos incluyendo los


hidrocarburos policíclicos aromáticos (PAHs), ha sido demostrada. Microalgas como Chlamydomonas ulvaensis,
Chlorella pyrenoidosa y el flagelado Euglena gracilis y las cianobacterias Anabaena cylindrica, Phormidium
foveolarum, Oscillatoria sp., han mostrado ser eficientes para degradar diversos compuestos orgánicos incluyendo
derivados del petróleo y (PAHs),
Las microalgas y cianobacterias proveen carbono reducido y nitrógeno a la microbiota presente en los ecosistemas
acuáticos, lo que incrementa el potencial de degradación y eliminación de contaminantes (Ferrera-Cerrato et al.,
2006).
HONGOS
También se usa los hongos para limpiar ambientes contaminados, aprovechando la capacidad que tienen algunas
especies para degradar, transformar, acumular, tolerar y/o extraer diversos contaminantes (orgánicos, metales
pesados, elementos radioactivos, etc)(Alonso, 2007).

Para la degradación de compuestos orgánicos como hidrocarburos aromáticos se usan Trametes versicolor,
Stereum hirsutum, y diversas especies de Ganoderma, Phlebia, Phellinus, etc.

Para eliminar iones metálicos como Torio y Uranio de disoluciones y aguas contaminadas (Biosorción), se utilizan
Saccharomyces, Aspergillus, Penicillium y Rhizopus (Alonso, 2007).

Como técnica utilizando hongos se encuentra la micoextracción, la cual consiste en la extracción con apoyo de
hongos (generalmente se usan géneros o especies de gran tamaño, de forma que sean visibles y fácil trabajar con
ellos), de sustratos sólidos contaminados por metales pesados. Los más empleados son Agaricus
bisporus y Pleurotus ostreatus con los cuales se ha logrado extraer Platino de pilas de compost. Con Agaricus
macrosporus también se ha logrado extraer Cadmio, Mercurio, Plomo, Cobre y Zinc (Alonso, 2007).

Hay una serie de ventajas en el uso de hongos en relación al uso de las plantas.
1. La infiltración del hongo al sustrato es muy superior al de las plantas (debido a que su cuerpo constituido
por hifas puede penetrar más profundo por su diámetro más pequeño).
2. Las especies más acumuladoras, especialmente el género Agaricus, poseen una capacidad de
acumulación de metales como cadmio o mercurio superior a la de las plantas. Su crecimiento y
productividad no se ve inhibido por la presencia de concentraciones elevadas de metales tóxicos como el
mercurio.
3. Los cultivos de Agaricus sobre sustratos ricos en materia orgánica está ampliamente estudiado y
comprendido. Especies como Agaricus macrosporus o Agaricus arvensis son perfectamente cultivables
con altas producciones de carpóforos (cuerpos reproductivos).
4. La actividad descomponedora del micelio sobre el sustrato, permite no solo seguir la depuración de metales,
sino también la degradación de xenobióticos orgánicos en las pilas de compost o el reciclado para un
posterior uso agrícola.
5. El crecimiento y productividad de Agaricus macrosporus no se ve significativamente afectada por la
presencia de mercurio y otros metales (Alonso, 2007).

Sin embargo, también se presentan inconvenientes, como:


1. Conseguir la inoculación del micelio sobre sustratos pobres en materia orgánica puede dificultase, debido
a que requieren materia orgánica a descomponer para poder crecer.
2. Obtener altas producciones de carpóforos en condiciones ambientales no controladas, como son las
condiciones de campo.
3. Posibles dificultades en el cultivo y producción por competencia con otros hongos y microorganismos, ya
que la mayoría de los micoextractores de compuestos xenobióticos no son altamente
competitivos (Alonso, 2007).

Ciertos hongos son muy efectivos en la remoción de un amplio rango de contaminantes, por ejemplo:
• Sustancias empleadas en la preservación de la madera.
• Hidrocarburos aromáticos policíclicos.
• Organoclorados.
• Bifenilos policlorados (PCBs)
• Tinturas.
• Pesticidas.
• Fungicidas.
• Herbicidas.
• Lignina.

Aunque los macromycetos sean los preferidos para los procesos de fitoextracción, son los hongos microscópicos
los que predominan entre los degradadores de hidrocarburos poliaromáticos (PAHs), como se observa en
el Cuadro 10.
Cuadro 10: Géneros fúngicos que contienen especies que degradan hidrocarburos poliaromaticos (PAHs)(Al-
Turki, 2009).

Los hongos pueden biodegradar solos, también en cooperación con plantas resaltando sus funciones, o con
bacterias en cometabolismo; cualquiera que sea el caso, algunos de sus procesos metabólicos son similares o
complementarios, p. ej, el uso de enzimas mono y dioxigenasas para la degradación inicial, con la diferencia de
que son diferentes enzimas, como lignoperoxidasas y manganeso peroxidasas, las cuales usan H2O2 como
aceptor de electrones y catalizan la oxigenación de diversos compuestos incluyendo los polímeros de lignina.
Cabe señalar que debido a la biotrofía obligada de los hongos de micorriza arbuscular (HMA), los mecanismos por
los cuales hacen frente a altos niveles de metales pesados (MP) se expresan prácticamente en su totalidad en el
estado simbiótico, formando la micorriza arbuscular (MA). Estos mecanismos son en su mayoría muy similares a
los que presentan las plantas, destacando:
(1) Inmovilización en el suelo por la secreción de sustancias quelantes (reduce la toma o incrementa el flujo,
formación de complejos fuera de las células, liberación de ácidos orgánicos, etc).
(2) Enlace de los metales pesados (MP) a los biopolímeros de la pared celular (quitina, celulosa), melaninas en
las EM (Galli, Schüepp, & Brunold, 1994).
(3) Inmovilización sobre la superficie de la membrana plasmática una vez atravesada la pared celular.
(4) Transportadores de membrana que ingresan los MP desde el suelo al citosol.
(5) Quelación intracelular por síntesis de ligandos como ácidos orgánicos, polifosfatos, aminoácidos, etc.
(6) Exportación de los MP desde el citosol mediante transportadores de membrana.
(7) Confinamiento de los MP en vacuolas.
(8) Absorción biológica via glomalina.

Figura 27: Mecanismos de tolerancia al estrés por metales pesados desarrollado por la simbiosis de hongos de
micorriza arbuscular (HMA),
Tanto la planta como el hongo poseen mecanismos similares:

1) quelación extracelular;
2) enlace del MP a la pared celular;
3) membrana plasmática como barrera selectiva;
4) incorporación mediante transportadores de membrana;
5) quelación en el citosol;
6) exportación por transportadores;
7) secuestro en la vacuola.

Sólo el hongo presenta los siguientes mecanismos:

8) transporte de MP en las hifas; y


9) transporte a la planta a través de arbúsculos (Cornejo et al., 2008), adaptado de Göhre & Paszkowsky (2006),
en los cuales se ha encontrado altas concentraciones de metales pesados (Siddiqui et al., 2008).

El Cu se acumula principalmente en forma extracelular asociado al Fe, también se asocia con trazas de arsenato
dentro del citoplasma en el micelio externo de la endomicorriza Glomus mosseae; por su parte el arsenato también
se puede acumular dentro del citoplasma en forma similar a los polifosfatos, lo cual indica que existen diferentes
mecanismos de acumulación de Cu y Arsenato (Siddiqui et al., 2008), al igual puede suceder con otros metales.

El transporte de MP a través de las hifas es favorecido por tratarse de organismos con hifas cenocíticas (sin septos
o divisiones celulares claras). Por otra parte, la posible existencia de transportadores en la membrana de los
arbúsculos que exportan MP hacia la matriz interfacial (zona de contacto íntimo entre la membrana plasmática del
hongo y la célula radical), permitiría una mayor incorporación de MP por la planta. Esto explicaría que algunas
especies de plantas micorrizadas incrementen sus contenidos de MP en la parte aérea (Ebbs & Kochian, 1998).
Esta asociación es un componente clave en ecosistemas contaminados con estos elementos, como ocurre con
los suelos afectados por el depósito de residuos provenientes de la minería; además, se convierte en una
herramienta biotecnológica muy importante a tener en cuenta al momento de diseñar programas de
fitorremediación (Cornejo et al., 2008).

En suelos contaminados con altos niveles de MP, se ha observado la presencia de poblaciones naturales de HMA
que generan colonizaciones micorrícicas efectivas o incluso incrementadas por altas concentraciones de Cd, Zn y
Pb (Cornejo et al., 2008; Turnau, Miszalki, Trouvelot, Bonfante, & Gianinazzi, 1996). Así mismo la tolerancia de los
hongos micorrizas arbusculares (HMA) y ectomicorrizas (EM) a altas concentraciones de MP se refleja en el
número de esporas de HMA, colonización de raíz por HMA y EM, y la abundancia de cuerpos fructíferos de EM.

En el mismo sentido el tipo de metaloide o metal pesado influye en el sentido de estas variaciones, así por ejemplo
la esporulación es la más reducida por estrés a metaloides (Al, As, Ba, Cd, Cr, Cu, Pb, Se, Sr y Zn) a largo plazo,
mientras el Ni aumenta la esporulación de HMA (Siddiqui et al., 2008). Estos hechos revisten un elevado interés
biotecnológico si se consideran las ventajas que la simbiosis micorrícica puede aportar en la biorremediación de
suelos afectados por actividades mineras (Cornejo et al., 2008).

Existen numerosos estudios que muestran la significativa contribución de los HMA en biorremediación. Por
ejemplo, se ha observado que la micorrización confiere a las plantas una mayor capacidad de establecimiento en
suelos afectados por actividades mineras (Shetty, Hetrick, Figge, & Sshwab, 1994). Esto se puede deber a la
mayor velocidad de adaptación de los hongos respecto de las plantas frente a condiciones ambientales
adversas (Wilkinson & Dickinson, 1995). Esto los convierte en un grupo de organismos más tolerantes a elevados
niveles de MP y otras limitantes. Esta mayor tolerancia otorgada por el HMA a las plantas, incluso sin otro beneficio
evidente, justificaría el uso de este tipo de hongos en biorremediación de suelos contaminados con MP, como los
presentes en áreas influidas por la actividad minera (Cornejo et al., 2008).

De forma más particular, se ha demostrado que plantas micorrizadas (como Avena sativa y Hordeum vulgare)
extraen cantidades considerables de algunos MP (como Pb y Zn), llegando a igualar lo extraído por plantas
hiperacumuladoras no micorrizables (como Brassica juncea (Ebbs & Kochian, 1998), lo que demuestra su utilidad
en procesos de fitoextracción.
Por otra parte, los procesos de fitoestabilización también se favorecen en plantas micorrizadas, como lo
demuestran diversos estudios donde se ha observado el transporte de algunos MP (como Zn, Cd y Cu) por hifas
y raíces de plantas micorrizadas de Trifolium repens y Zea mays, sin que se produzca su posterior translocación
a la parte aérea. En este caso, el MP queda en el suelo, pero de formas menos disponibles para otros organismos,
por lo que se reduce su toxicidad.

Por lo anteriormente señalado, los HMA resultan una importante herramienta a considerar al momento de optar
por el desarrollo de procesos de fitoestabilización (Leyval, Joner, Del Val, & Haselbandter, 2002). Aún sin que
existiese un efecto promotor de la fitoacumulación o fitoestabilización, la formación de HMA efectivas sería muy
beneficioso, ya que facilitaría el establecimiento de una mayor densidad y diversidad de plantas (Pawlowska,
Chaney, Chin, & Charvat, 2000), generándose así una espiral de efectos beneficiosos para el sistema suelo-planta.
Además, en el caso particular de plantas bioacumuladoras, la micorrización puede incrementar su crecimiento,
viéndose incrementada también la cantidad total de MP extraída desde el suelo (Cornejo et al., 2008; Khan, Kuek,
Chaudhry, Khoo, & Hayes, 2000).

La asociación HMA se encuentra en el 80% de las plantas en el planeta y su eficiencia en cuanto a la tolerancia a
los metales puede variar dependiendo factores como (Siddiqui et al., 2008; Smith & Read, 2008):
 Los ecotipos de HMA (provenientes o no de suelos ricos en metales, sitios metalíferos o minas poluidas con
metales pesados).
 Expresión fúngica.
 Producción de metalotioneinas (proteína que se une al metal).
 La especie de HMA.

Población microbiana: interacciones y concentración

El factor determinante en el proceso de biodegradación es la población microbiana, que debe estar adaptada a
utilizar el compuesto contaminante y poseer las enzimas necesarias para catalizar las reacciones de degradación
[23, 34, 62]. Al estar el petróleo constituido por numerosos compuestos químicos, ningún microorganismo puede
degradar por sí solo todos sus constituyentes, sino que necesita agruparse con otros formando poblaciones
mixtas o consorcios microbianos.
Los consorcios microbianos tienen mayor poder biodegradativo porque la información genética que codifica al
sistema enzimático del consorcio es más completa y por tanto es más probable la degradación de las mezclas
complejas de hidrocarburos presentes en un área dañada [32, 62]. Además, se establece una compleja interacción
entre las especies microbianas: algunas atacan a un compuesto y otras culminan su degradación, por lo que
generalmente se consideran más eficientes que los cultivos puros [24, 29].

Los consumidores primarios inician el proceso degradativo y los consumidores secundarios se encargan de
degradar completamente los productos generados por éstos. También pueden facilitar el crecimiento de los
primarios, suministrándoles productos metabólicos (factores de crecimiento), eliminando tóxicos mediante co-
metabolismo y produciendo intercambio de material genético [23, 63, 64].

La adaptación de una comunidad microbiana a un contaminante determinado puede ocurrir por tres mecanismos:
inducción o represión de niveles de enzimas específicas, cambios genéticos que deriven en nuevas
potencialidades metabólicas y/o enriquecimiento selectivo de microorganismos capaces de transformar un
compuesto de interés [23].

Dependiendo de la concentración de los microorganismos y del tipo de hidrocarburo contaminante, así como de la
velocidad de degradación propia por el microorganismo, se estiman las concentraciones óptimas del
microorganismo para alcanzar la mayor velocidad de degradación posible [24].

Microorganismos competentes para degradar Hidrocarburos del Petróleo

Un extenso rango de microorganismos utiliza diferentes hidrocarburos como única fuente de carbono y se
encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza. Sin embargo, se localizan en bajas concentraciones en
áreas no contaminadas y su población aumenta en ambientes sometidos a impactos crónicos del contaminante
[65]. De todos los organismos vivos que se utilizan en las tecnologías de biorremediación, las bacterias
heterótrofas aerobias conforman el grupo mejor estudiado. Los microorganismos anaerobios por su parte son
menos flexibles a adaptarse a la disponibilidad de sustratos y son menos tolerantes a la presencia de metales
pesados, por lo que su papel en la biodegradación se encuentra limitado [51]. Las bacterias constituyen un grupo
microbiano de gran importancia debido a la extensa variedad de géneros y especies, y a la versatilidad metabólica
que poseen.
Un gran número de bacterias metabolizan compuestos xenobióticos como fuente de carbono en cultivos puros
[66]. Desde los estudios pioneros de ZoBell [67] en ambientes marinos, se han aislado numerosas cepas
bacterianas de ambientes litorales y oceánicos capaces de degradar diferentes hidrocarburos [20, 57, 68,69].
Muchas de estas bacterias, tales como Alcalinivorax,o Planococcus, usan un número limitado de fuentes de
carbono, preferentemente utilizan hidrocarburos de petróleo, y podrían considerarse como especialistas [70-74].
No obstante, también se han aislado bacterias que no presentan esta marcada especialización, como
Marinobacter, Staphylococcus, Micrococcus, Sphingomonas o Geobacillus [75-78].

La Tabla 1 lista microorganismos descritos como degradadores de diferentes compuestos de hidrocarburos del
petróleo.
Se ha enfatizado en la importancia de emplear para la biorremediación de ecosistemas marinos a poblaciones
microbianas autóctonas de las zonas contaminadas, puesto que presentan una mayor resistencia al lavado de las
superficies que producen los ciclos de mareas [57]. La literatura disponible sobre bacterias ha sido documentada
desde 1946, y excede a la literatura disponible para hongos [79]. Esto parece sugerir que la asimilación directa de
hidrocarburos es poco frecuente en hongos. No obstante, diversos trabajos han demostrado que los hongos son
capaces de utilizar a los hidrocarburos como única fuente de carbono y energía [79, 80].

Características de los microorganimos biodegradadores:


 Casi todos son Procariotas.
 Poseen actividades de peroxidasas y oxigenasas.
 La oxidación subsecuente cambia las propiedades de los compuestos, haciéndolos susceptibles de
ataques secundarios y facilitando su conversión a bióxido de carbono y agua.
Sistemas bentónicos estratificados

Los tapetes microbianos son ecosistemas naturales donde microorganismos pertenecientes a diferentes grupos
fisiológicos se agrupan en unos pocos milímetros de espesor. En ellos pueden establecerse complejas
comunidades microbianas que se estratifican en profundidad, dependiendo de los abruptos gradientes de luz,
oxígeno, sulfuro de hidrógeno y potencial REDOX que se generan, y de su propia fisiología; de manera que a nivel
macroscópico, pueden observarse una serie de laminaciones de diferentes colores en función de la composición
taxonómica que presentan [81-83].

Las capas superficiales consisten principalmente en poblaciones fototróficas oxigénicas de cianobacterias y algas
eucariotas. En dichas laminaciones las bacterias heterotróficas consumen materia orgánica y oxígeno, y por debajo
de ellas se sitúan las capas anaeróbicas dominadas por bacterias anaeróbicas fototróficas y heterotróficas si las
condiciones son adecuadas [3].
Este tipo de comunidades, debido a su estructura física, son capaces de soportar perturbaciones tales como un
episodio de contaminación ocasionado por un derrame de petróleo. Tanto es así que numerosos estudios han
puesto de manifiesto que los tapetes microbianos no solo se desarrollan en ambientes marinos no contaminados;
sino que también se encuentran en lugares sujetos a una contaminación crónica.

La idea de utilizar los tapetes microbianos para la biorrecuperación de las zonas litorales contaminadas surgió a
raíz de diversas observaciones realizadas durante la guerra del Golfo en 1991. Dichos ecosistemas rápidamente
cubrieron extensas áreas severamente contaminadas con petróleo y en pocos meses se observó la degradación
de hidrocarburos, tanto aeróbica como anaeróbicamente. Diferentes investigaciones aportan evidencias sobre la
degradación de hidrocarburos por cianobacterias [84]. Además, se ha visto que tapetes microbianos localizados
en zonas litorales contaminadas tienen la capacidad de degradar petróleo, aunque no se han identificado las
poblaciones responsables de la metabolización de los compuestos [85,86]. No hay duda de que las cianobacterias
tienen un papel crucial en los tapetes, ya que son los responsables del establecimiento de los gradientes de
oxígeno y de la síntesis de materia orgánica que utilizan las bacterias heterotróficas. A pesar de ello, no está claro
si son las cianobacterias o las bacterias heterotróficas las responsables directas de la biodegradación de los
componentes del petróleo. Diversas investigaciones postulan que las cianobacterias tienen la capacidad de
oxidar hidrocarburos. Al-Hasan y cols. [87] mostraron que cultivos no axénicos de Microcoleus chthonoplastes y
Phormidium corium aislados a partir de sedimentos contaminados del Golfo de Arabia eran capaces de degradar
n-alcanos. Estudios en Oscillatoria sp. y Agmenellum quadruplicatum demostraron su capacidad de oxidar
naftaleno [88, 89]. Además, hay otros trabajos que muestran la capacidad de muchas otras cepas de degradar
diversos componentes del petróleo [84, 90-92]. Sin embargo, en la mayor parte de los estudios realizados con
cianobacterias no se precisa si los cultivos utilizados son axénicos. En este sentido, se han realizado diversas
investigaciones donde las bacterias heterotróficas asociadas a las cianobacterias son las responsables de la
biodegradación [3]. Estos autores postulan que las cianobacterias por sí mismas no serían las responsables
directas de la degradación de los componentes del petróleo, pero pudieran jugar un papel esencial indirecto
soportando el crecimiento y la actividad de los verdaderos degradadores [93].

Bioproductos y fertilizantes

Con el propósito de ser empleados en procesos de biorremediación de ecosistemas marinos se han formulado
diversos bioproductos y fertilizantes de origen y composición variadas.

La composición de los bioproductos se basa en microorganismos y nutrientes, y se emplean en ecosistemas


donde la población endógena no tiene la posibilidad de degradar todos los hidrocarburos, considerándose un
biorrefuerzo. Estos productos rara vez no cuentan con nutrientes, dada la necesidad de potenciar el crecimiento
tanto de la población endógena como exógena que se introduce; otros poseen en su formulación un surfactante
producido por un microorganismo, necesario para la disminución de la tensión interfacial agua-petróleo y por ende
aumentar la biodisponibilidad del contaminante. Estos productos tienen funciones bioaumentadoras y/o
bioestimuladoras.

Los fertilizantes, cuyas fórmulas contienen nutrientes (nitrógenos y fósforo esencialmente) son empleados como
bioestimuladores de la microbiota autóctona; el empleo de estos se recomienda luego de confirmar que la
población microbiana autóctona posee toda la batería enzimática para degradar al hidrocarburo.
Las tablas 2 y 3 muestran una selección de bioproductos y fertilizantes con su variabilidad de origen y la
versatilidad en la composición. La aplicación de estos productos no constituye una contaminación adicional, pues
los microorganismos los consumen por completo (incluyendo la fuente de carbono contaminante) y posteriormente
mueren.
En Cuba, el pionero de la formulación de bioproductos, patentaron un producto denominado BIOIL [94] (Tabla2).
El BIOIL se empleó en varias oportunidades en derrames de petróleo en playas y se encontraron resultados de
98% de remoción del petróleo.

6. Bibliografía

http://datateca.unad.edu.co/contenidos/358025/Material_online/leccin_16_introduccin.html

http://datateca.unad.edu.co/contenidos/358025/Material_online/leccin_28_clases.html

http://masscience.com/2015/05/19/el-potencial-de-la-fitorremediacion-como-tecnologia-medioambiental/

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