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UNA HISTORIA CULTURAL DE LOS JEANS

En su libro Fashion, culture., and identíty (1992),'e1 Sociólogo Fred Davís delinea el simbolismo cultural cambiante de
los jeans. Los jeans fueron inventados a mediados del siglo XIX por un vendedor ambulante bávaro-judío. Morris Levy
Strauss, quien se estableció en San Francisco.

La transformación de una prenda resistente, utilitario, en moda.


El simbolismo de los jeans ha ido alternando a través de los años, desde la ropa corriente de trabajo para
mineros y otros trabajadores hasta manifestaciones de moda por imágenes culturales.

Los pantalones eran hechos de una tela resistente de algodón teñida con azul añí1 que se decía creada en Nimes, Francia
(la palabra inglesa «denim», dril de algodón, viene de las palabras francesas de (de o desde) Nimes) y, parecidos a los
pantalones que usaban los marineros italianos de Génova a quienes los franceses llamaban genes (de aquí el ínglés
Jeans).

Por casi medio siglo los jeans fueron usados casi exclusivamente por hombres que trabajaban al aire libre (mineros,
campesinos, granjeros y, por supuesto, vaqueros). La transformación en moda de una prenda resistente, utilitaria,
empezó a finales de 1as décadas de 1930 y 1940, cuando los jeans fueron adoptados primero por los pintores y otros
artistas en el suroeste, luego por las pandillas en motocicletas, o «bikers» en los años cincuenta, y finalmente por los
activistas de la Nueva Izquierda y los hippies en los años sesenta. En diferentes formas, cada uno de estos grupos se
opuso a los estándares conservadores, respetables, de la clase media, simbolizados por el traje gris de lana del hombre
de negocios y el elegante sombrero y los guantes blancos de las reuniones de damas. Los jeans fueron una fuerte
declaración contra lo establecido. Además, eran baratos, holgados y cómodos, al menos al principio.

A finales de los años sesenta los jeans habían cruzado las líneas de las actividades de trabajo, clase, género, edad y
cultura, para alcanzar popularidad mundial. Los fabricantes ciertamente jugaron un papel para convencer a los
consumidores de que los Jeans eran para todos. Pero los pantalones también recordaban las imágenes de la democracia
rural, del hombre común y, especialmente para los europeos, el oeste norteamericano.

Apenas habían logrado una extensa aclamación cuando empezaron a cambiar. Los jeans viejos, desteñidos, con muchas
costuras o harapientos, daban un mensaje de “notable pobreza” (gastar más para parecer pobres). Pantalones pegados al
cuerpo y tallas ultracortas para mujeres convirtieron una prenda unisex en erótica. La etiqueta The Levy-Strauss, Lee o
Wrangler arriba de la bolsa trasera fue remplazada por etiquetas de diseñadores tales como Calvin Klein y Ralph.
Lauren. En realidad, al final de los ochenta Karl Lagerfeld, díseñó un “traje de etiqueta de mezclilla” para Chanel, que
incluía un traje clásico (960 dólares), un chaleco (360 dólares) y un sombrero (400 dólares). En función de su
simbolismo, así como de su diseño y su precio, los jeans han cerrado el círculo, desde el mundo del trabajo rudo hasta el
mundo posindustrial del ocio y la abundancia.

En 1993, super-baggy jeans, compro varias tallas muy grandes y las usó abajo de la cadera, llegando a ser la moda “in”
entre los adolescentes. La compañía Calvin Klein adoptó este estilo para una serie de anuncios (en parte para vender
ropa interior). Cuánto tiempo más durará esta tendencia es difícil de decirlo, los símbolos culturales están en evolución
constantemente.

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