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DEPENDENCIA EMOCIONAL EN

LAS RELACIONES DE PAREJA DE


LOS/LAS ADOLESCENTES DEL
PUERTO DE LA CRUZ
TRABAJO FINAL DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL

Universidad de La Laguna
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Comunicación
Convocatoria de Junio 2015/2016
Fecha 17 de junio de 2016

AUTORA: Estefanía Hernández García


TUTOR: Juan Octavio Hernández Cabrera

ASIGNATURA: Trabajo de Fin de Grado

CURSO: 4º Grado de Trabajo Social


ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS .......................................................................................................... 4

RESUMEN .......................................................................................................................... 5

ABSTRACT ......................................................................................................................... 5

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 6

MARCO CONCEPTUAL Y TEÓRICO .................................................................................... 7

2.1 DEPENDENCIA EMOCIONAL .................................................................................... 7

2.1.1 CONCEPTOS BÁSICOS EN DEPENDENCIA EMOCIONAL ............... 7

2.1.2 CONCEPTOS AFINES. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS: .................. 8

2.1.3 CARACTERÍSTICAS DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL ............. 13

2.1.4 ÁREAS DE DEPENDENCIA EMOCIONAL............................................ 15

2.2 ADOLESCENTES Y ADICCIONES................................................................ 17

2.2.1 LA ADOLESCENCIA ................................................................................. 17

2.2.2 CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE LAS ADICCIONES ......................... 17

2.2.3 RELACIÓN DE LAS DROGAS Y LA ADOLESCENCIA ...................... 21

2.2.4 NUEVAS ADICCIONES ............................................................................ 22

2.3 DROGODEPENDENCIAS ............................................................................... 23

2.2.1 CONCEPTOS BÁSICOS EN DROGODEPENDENCIAS .................... 23

2.2.2 MODELOS EXPLICATIVOS DEL CONSUMO DE DROGAS ............. 25

2.2.3 LA ATENCIÓN A LAS PERSONAS CON ADICCIÓN A LAS DROGAS


................................................................................................................................. 30

OBJETIVOS .................................................................................................................. 34

3.1 OBJETIVO GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN:........................................ 34

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE LA INVESTIGACIÓN: ............................. 34

HIPÓTESIS ................................................................................................................... 35

MÉTODO....................................................................................................................... 36
5.1. TIPOS DE DISEÑO.......................................................................................... 36

5.1.1 INSTRUMENTO ......................................................................................... 37

5.1.2 SUJETOS: DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA ..................................... 37

5.2 PROCEDIMIENTO LLEVADO A CABO ........................................................ 38

RESULTADOS ............................................................................................................. 39

6.1 RESULTADOS DEMOGRÁFICOS DE LAS PERSONAS


ENCUESTADAS: ..................................................................................................... 39

6.2 RESULTADOS SOBRE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL (EN


TÉRMINOS GENERALES) .................................................................................... 41

6.3 RESULTADOS SOBRE LA DEPENDENCIA DE PAREJA ........................ 43

6.4 RESULTADOS SOBRE SI CONSUME DROGAS Y EXISTE CODEPENDENCIA ............. 48

ANALISIS DE DATOS Y DISCUSIÓN ..................................................................... 52

CONCLUSIONES ........................................................................................................ 55

PROPUESTAS DE MEJORA .................................................................................... 57

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................... 58

ANEXOS ....................................................................................................................... 62

11.1 CUESTIONARIO:................................................................................................... 62

11.2 Tablas de resultados de los cuestionarios: ......................................................... 66


AGRADECIMIENTOS
Considero oportuno expresar mis más sinceros agradecimientos a todas
las personas que de una u otra forma han colaborado en la realización de mi
Trabajo de Fin de Grado.

En primer lugar, quería agradecer, a los tres institutos del Puerto de la


Cruz: IES Puerto de La Cruz, IES María Pérez Trujillo; IES Agustín de
Betancourt, por permitirnos el acceso al centro para la realización del trabajo,
además de a sus alumnos y alumnas por su colaboración.

En segundo lugar, agradecer a mi tutora de campo de prácticas (Servicio


Municipal en Prevención de Adicciones) Alicia Díaz Paz, ya que su apoyo tanto
anterior como posterior a la investigación fue crucial.

En tercer lugar, a mi tutor de prácticas de la Universidad de La Laguna,


Juan Manuel Herrera Hernández, ya que fue él quien me sugirió la idea de
poder relacionar mi investigación de trabajo de fin de carrera con las prácticas
que ya había realizado.

En cuarto lugar, a mi tutor de Trabajo de Fin Juan Octavio Hernández


Cabrera, por guiarme lo mejor posible a lo largo de toda la investigación,
sugiriéndome ideas y propuestas que me han servido de gran utilidad.

En quinto lugar, a mi familia haciendo especial acentuación en mi madre,


mi padre, mi hermano, además de mi hermana por ayudarme en alguno de los
puntos de este trabajo, no sin olvidarme de su compañía en estos 4 años, y
como no, a mi pareja Yeray, por ayudarme tanto en la realización de este
trabajo como a lo largo de estos cuatro años. Porque sin ellos esto no sería
posible. Han sido el pilar fundamental en estos cuatro años de carrera. Muchas
gracias por vuestro apoyo, ánimos, consejos, comprensión, cariño, etc.

Y en último lugar, aunque no menos importantes, quiero dar gracias


también a mis grandes amigas Irene, Carmen y principalmente Verónica,
porque ella ha sido mi pilar de la carrera y ha formado parte de esta aventura
que termina. Pero en general todas, por darme todas aquellas aportaciones y
consejos durante toda mi carrera universitaria.

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RESUMEN
El presente estudio trata sobre la dependencia emocional en las
relaciones de pareja de los/las adolescentes del Puerto de la Cruz, así como la
repercusión del consumo de drogas en la pareja, y, además la influencia de la
dependencia emocional, hablando en términos generales, sobre todo ello.

Se pretende confirmar una serie de hipótesis, las cuales, expuestas a lo


largo de la investigación y que fueron desarrolladas anterior a la realización de
ésta. Todo ello con la intención de poder seguir mejorando en los proyectos
posteriores.

Palabras clave: dependencia; dependencia emocional; dependencia de


pareja; drogas.

ABSTRACT
This study deals with the emotional dependence on relationships of
adolescents from Puerto de la Cruz, and the impact of drug use on the couple,
and also the influence of emotional dependency, generally speaking, on all.

It is intended to confirm a number of assumptions, which exposed


throughout the investigation and that were developed before performing it. All
this with the intention to continue to improve in subsequent projects.

Keywords: dependence; emotional dependency; dependence partner; drugs.

5
INTRODUCCIÓN
Este documento es un trabajo de fin de grado, llevado a cabo por una
alumna de 4º de Trabajo social de la Universidad de La Laguna cuyo título es
‘'La dependencia de las relaciones de pareja en los/las adolescentes del puerto
de la cruz’’.

Este estudio surge de las inquietudes de quien suscribe este trabajo


como futura trabajadora social, motivada por las prácticas desarrolladas a lo
largo de la carrera, las cuales fueron en dicho municipio, más concretamente
en el
Servicio Municipal en Prevención de Adicciones.

A lo largo de la participación en dicho servicio y el correspondiente


desarrollo de los distintos proyectos que se estaban llevando a cabo con los
menores del municipio, surgen distintas cuestiones en función de la edad de
todos ellos/ellas. Para la realización de esta investigación, surgen dudas como,
por ejemplo: ¿existe relación del consumo de drogas con tener pareja? ¿cuál
es el grado de dependencia emocional que puede existir en los/las
adolescentes? ¿existe dependencia de pareja en los/las jóvenes del Puerto? y
un sin fin de preguntas, algunas de las cuales hemos intentado responder con
la realización de este estudio.

Se pretende que, con esta investigación, se pueda llegar a mejorar en


algunos puntos de los proyectos que están vigentes y, por supuesto, se tomen
las diferentes medidas para fortalecer aquellos puntos débiles existentes y que
veremos al final, como propuestas de mejora.

Para finalizar con este apartado introductorio, observamos que los


apartados que podemos encontrar en este documento son los siguientes: un
breve resumen de los resultados de este estudio; un marco teórico que incluye:
en primer lugar, todo lo relacionado con la dependencia emocional, en segundo
lugar, todo acerca de los/las adolescentes y las adicciones, y en tercer lugar,
todo lo que tiene que ver con drogodependencias; la metodología llevada a
cabo en la investigación; los resultados obtenidos; el análisis de los mismos y
las conclusiones y propuestas de mejora que se han visto pertinentes.

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MARCO CONCEPTUAL Y TEÓRICO
2.1 DEPENDENCIA EMOCIONAL

La dependencia emocional es un concepto utilizado con cierta


frecuencia, pero que no ha sido claramente delimitado ni estudiado. Por ello, se
tratarán los conceptos básicos que están relacionados con esta temática, los
cuales son el apego ansioso, sociotropía, Personalidad autodestructiva,
codependencia o adicción amorosa. Se analizarán los paralelismos y las
diferencias que presentan con la dependencia emocional obedeciendo a una
doble finalidad: en primer lugar, profundizar en ella sirviéndonos de las
similitudes con dichos conceptos, y luego, delimitarla considerando las
discrepancias, ya sean de contenido o de perspectiva. Para este apartado
tomaremos como referencia principal al ANÁLISIS DEL CONCEPTO
"DEPENDENCIA EMOCIONAL", del psicólogo y autor Castelló Blasco, J.
dentro del cual nos encontramos con la variación de otros autores que han
complementado su trabajo.

2.1.1 CONCEPTOS BÁSICOS EN DEPENDENCIA EMOCIONAL

La Dependencia Emocional ha sido definida por distintos autores en


diferentes dimensiones. En primer lugar, Hirschfeld, Klerman, Barrett, et al
(1977) la conciben como la sobre-dependencia en una relación interpersonal
importante, que afecta tanto la visión de sí mismo como al tipo de relaciones
que se mantienen con los demás; por otra parte, Bornstein (1993) dice que es
una necesidad de protección y apoyo, en donde la confianza existente en la
relación es un elemento esencial que influye en la autoestima, identidad y
funcionamiento general de la persona; asimismo, la explicación que Rathus y
O´Leary (1997) complementan mencionando que esto se debe a que el
dependiente emocional basa su bienestar personal en los sentimientos de su
pareja.

Del mismo modo Castelló (2005, 2006), por otro lado, amplía el concepto
mencionando que la necesidad es exclusivamente de carácter afectivo y no de
ningún otro tipo; es Cid (2011) quien apoya la propuesta de Castelló ya que,
afirma que ésta necesidad afectiva es un patrón que podría repetirse en sus

7
diferentes relaciones de pareja, y que además éste patrón de necesidad hace
que se cree una construcción de sí mismo diferente en donde se percibe la
relación como el eje central de la vida.

Patton (2007) plantea una dimensión en donde la dependencia


emocional, aparece en la vida de una persona, cuando la necesidad de tener a
otro se considera tan indispensable como vivir; por otra parte, una dimisión
distinta, está encaminada a considerarla como un patrón de cogniciones y
comportamientos (Lemos, Londoño & Zapata, 2007; Lemos, Jaller, Gonzales,
Díaz & De la Ossa, 2010).

En contraste, Sánchez (2010), enfoca su definición hacia una dimensión


de la personalidad proponiéndola como un trastorno de la personalidad y
Congost (2011) concibe el concepto como una adicción hacia la pareja.

2.1.2 CONCEPTOS AFINES. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS:

Dentro de la dependencia emocional encontramos varios conceptos con los


que se relaciona dicha dependencia debido a sus semejanzas y diferencias con
dicho término. Estos son:

a) Apego Ansioso: El apego ansioso o ansiedad de separación se ha


relacionado con psicopatologías adultas como la depresión y la
agorafobia, e indirectamente con el comportamiento violento o antisocial.
Las similitudes de este concepto con la dependencia emocional son
evidentes; de hecho, en ésta se presentan los tres subcomponentes
fundamentales del apego ansioso: temor a la pérdida de la figura
vinculada, búsqueda de proximidad, y protesta por la separación.
Las diferencias entre el apego ansioso y la dependencia emocional se
basan en el enfoque excesivamente conductual del primero, es decir, en
que en su conceptualización los fenómenos del apego y de la
separación están desestimados afectivamente. De hecho, las
referencias explícitas a las emociones se producen cuando se describe
la reacción ante un apego exitoso (bienestar, alegría) o uno frustrado
(ansiedad, tristeza o ira), por lo que se echa en falta una mayor
relevancia del componente afectivo del vínculo. Bowlby (1998), otorga

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una importancia excesiva a una separación puntual o al recuerdo de
amenazas de abandono, y sin duda la tienen, pero sólo si son un
aspecto más de unas relaciones familiares perturbadas o
insatisfactorias. Autores como M.Rutter (1993), han expuesto muy
acertadamente que lo patógeno no es en sí una separación temporal,
sino la pérdida de vínculos afectivos creados, y mucho más cuando no
hay oportunidad para crear otros nuevos o se producen situaciones de
indefensión (peligros, soledad, entorno desconocido). El mencionado
autor llegó a la conclusión fundada empíricamente de que tanto las
experiencias repetidas de desamparo como la deficiente calidad de la
relación previa podían ser por sí mismas determinantes de la ansiedad
de que se produzca una separación, y por tanto del apego ansioso
posterior. Esto explicaría las diferencias individuales en las reacciones
ante la separación, observadas por el propio Bowlby (1998).
b) Sociotropía: existen dos grandes tipos de estilos cognitivos en los
pacientes deprimidos: uno de ellos, centrado en la dependencia
interpersonal, la necesidad imperiosa de afecto, o el temor y la
sobrevaloración del rechazo; el otro, más independiente y perfeccionista,
con rumiaciones sobre el fracaso o la inutilidad. Al primero de los estilos
cognitivos se le denominó “sociotropía” y al segundo “autonomía”,
pasando después a considerarse como rasgos de personalidad
predisponentes a la depresión, que interactuaban con eventos vitales
que los pacientes percibían como estresantes de acuerdo con sus
creencias, y que poseían perfiles sintomatológicos diferentes. En la
sociotropía, los acontecimientos desencadenantes estarían más ligados
al rechazo, y en la autonomía a los logros personales. Podemos afirmar
que la sociotropía ha tenido más aceptación y evidencia empírica
favorable que la autonomía, encontrándose en este constructo hallazgos
contradictorios sobre su validez. Sin duda, la sociotropía es uno de los
conceptos más parecidos a la dependencia emocional. Los lamentos y
las creencias subyacentes en un caso de depresión sociotrópica son
fieles exponentes del sufrimiento que puede llegar a padecer un
dependiente emocional, hasta el punto que podemos hablar de
conceptos solapados. La dependencia emocional, no podemos

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considerarla únicamente como un rasgo de personalidad que predispone
a la depresión. Un concepto que ha de tener relevancia propia no debe
estar subordinado a otro; sería como concebir a la evitación solamente
como un rasgo que predispone a padecer ciertos trastornos de
ansiedad. Situar un rasgo de personalidad en la perspectiva de la
depresión trae como consecuencia descuidar su existencia en pacientes
asintomáticos, al margen de que el término “dependencia emocional”
sea mucho más adecuado que el de “sociotropía” para referirse a los
componentes fundamentales de necesidad y anhelo profundo. Castelló
(2001).
c) Personalidad autodestructiva: Actualmente este concepto, se considera
como un trastorno de la personalidad, caracterizado por: mantenimiento
de relaciones interpersonales de subordinación; rechazo de ayuda o
elogios; estado de ánimo ansioso; minusvaloración de los logros;
tendencia a emparejarse con personas explotadoras; escasa evitación
del dolor; asunción del papel de víctima; etc. Además, poseen escasas
habilidades sociales como el asertividad, tienden a padecer trastornos
depresivos, además, su autoestima es muy baja, y apenas experimentan
placer en sus vidas.
La característica más similar de este concepto con la dependencia
emocional es, sin duda, el interpersonal, puesto que, La descripción de
las relaciones de sumisión que llevan a cabo, el anhelo por preservarlas
a cualquier coste, o el emparejamiento con personas narcisistas y
explotadoras, son también la esencia de la dependencia emocional, que,
ciertamente, es autodestructiva.
Por otro lado, la diferencia más fundamental, es de perspectiva. Se han
postulado numerosas hipótesis para explicar este comportamiento,
desde las psicoanalíticas tradicionales sobre la génesis del masoquismo,
hasta otras más modernas de diversa procedencia teórica. Desde el
punto de vista del conductismo se ha afirmado que el comportamiento
autodestructivo pudo haber sido reforzado con cuidados y atención en la
historia de las personas que lo padecen, pero se ha encontrado que es
más bien todo lo contrario: cuando estas personas estaban enfermas
recibían una mayor desatención, inconsistencia y falta de cariño. Por

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otra parte, desde el punto de mira de la psicología, se considera que
estas personas persisten en las situaciones de sufrimiento para
acostumbrarse mejor al dolor, expían sus culpas por deseos no
reconocidos, y asocian el sometimiento con la aceptación. Según
Castelló (2001), la mayoría de las hipótesis sobre la personalidad
autodestructiva, parten del supuesto de que estos sujetos son
masoquistas (es decir, gozan del dolor) o por lo menos
“autodestructivos”, término que continúa recordándonos su procedencia
psicoanalítica y que sigue teniendo connotaciones peyorativas, como la
de inculpar a la víctima.
d) Codependencia: Este concepto, un tanto impreciso, se creó para dar
cuenta de las diversas perturbaciones emocionales que ocurrían en las
parejas de personas con trastornos relacionados con sustancias.
Aunque no se puede definir claramente un patrón de personalidad
codependiente, sí existen ciertas características identificativas de estas
personas: se obsesionan y preocupan más del trastorno relacionado con
sustancias –generalmente alcoholismo y toxicomanías- que la propia
persona que lo padece, con la consiguiente necesidad de control de su
comportamiento presentan una gran comorbilidad con trastornos del eje;
se descuidan o autoanulan; tienen baja autoconfianza y autoestima; y se
involucran continuamente en relaciones de pareja dañinas y abusivas.
los paralelismos con la dependencia emocional son incuestionables:
baja autoestima, subordinación, desarrollo de relaciones interpersonales
destructivas, temor al abandono, o falta de límites del ego. No obstante,
analizando más en profundidad este concepto, surgen algunas
discrepancias. La primera es de perspectiva, y es que la codependencia
está condicionada por otra persona, generalmente un alcohólico o un
toxicómano, aunque también se haya extrapolado este concepto a otras
situaciones como la convivencia con enfermos crónicos. Los
dependientes emocionales no están vinculados necesariamente con
personas que sufran enfermedades o condiciones estresantes crónicas
como las mencionadas, e incluso pueden estar solos. El concepto de
codependencia se sitúa en la perspectiva de los trastornos relacionados
con sustancias.

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La segunda diferencia es de contenido. Aunque, como hemos dicho, no
podemos configurar un patrón homogéneo de la personalidad de los
codependientes, sí es frecuente en ellos la autoanulación para
entregarse y cuidar a la persona con problemas. Ciertamente, un
dependiente emocional puede realizar los mismos actos, pero con una
diferencia notable de fondo: lo hará únicamente para asegurarse la
preservación de la relación, y no por esa continua entrega y
preocupación por el otro que caracteriza a los codependientes. Castelló
(2001).
e) Adicción al amor: conceptualmente, podemos confrontar la adicción
amorosa con la dependencia emocional. Se trata de una de las nuevas
“adicciones sin sustancias”, aunque es posiblemente tan antigua como el
propio ser humano. Algunos trabajos han estudiado este fenómeno
comparándolo con el modelo tradicional de los trastornos relacionados
con sustancias encontrando numerosas coincidencias que han
justificado su denominación de “adicción”: necesidad irresistible
(“craving”) de tener pareja y de estar con ella; priorización de la persona
objeto de la adicción con respecto a cualquier otra actividad;
preocupación constante por acceder a ella en caso de no encontrarse
presente (“dependencia”); sufrimiento que puede ser devastador en caso
de ruptura (“abstinencia”), con episodios depresivos o ansiosos, pérdida
aún mayor de autoestima, hostilidad, sensación de fracaso, etc.; y
utilización de la adicción para compensar necesidades psicológicas.
La equivalencia de contenido con la dependencia emocional es total. No
podemos afirmar lo mismo en el caso de la perspectiva de ambos
conceptos, y es que en la adicción amorosa el punto de vista se focaliza
en las relaciones interpersonales, es decir, en la existencia de una
dependencia real hacia un objeto de adicción: la pareja. En este
momento, reiteramos lo expuesto en la revisión de la codependencia, y
es que el dependiente emocional no necesariamente tiene que estar
involucrado en una relación para serlo. Podemos clarificar esta
matización manifestando que el dependiente emocional puede estar
“asintomático” -entendiendo la adicción como el síntoma- pero por
supuesto continuar siéndolo, y que sólo se convertirá en un adicto al

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amor cuando esté involucrado en una de sus numerosas relaciones
destructivas. Esta diferencia de perspectiva es fundamental, porque si se
nos presenta en la consulta una persona con tendencia a ser “adicta al
amor” pero que actualmente se encuentra sola, quizá pensemos que nos
baste con una prevención de recaídas dentro de un planteamiento
cognitivo-conductual; mientras que si entendemos al paciente como a un
dependiente emocional, enfocaremos la intervención en la comprensión
y reestructuración de su personalidad, utilizando técnicas
interpersonales, psicodinámicas, o de reestructuración cognitiva sobre
sus creencias nucleares. Castelló (2001).

2.1.3 CARACTERÍSTICAS DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

A lo largo de este apartado, se mencionarán las principales


características que presentan las personas con dependencia emocional según
el autor Castelló (2001). Las características que posee este constructo son
clasificadas en diferentes ámbitos.

En las relaciones interpersonales, se puede decir que las relaciones de


pareja son las más representativas dentro de la dependencia emocional,
aunque estas se pueden extrapolar a otras. Éstas son principalmente, las
características de las relaciones interpersonales, especialmente de pareja, de
los dependientes emocionales, según B.Schaeffer (1998):

- Necesitan excesivamente la aprobación de los demás, por lo que, a


medida que el vínculo es más relevante la necesidad es mayor, pero
también hay cierta preocupación por “caer bien” incluso a
desconocidos. Lo excesivo de esta necesidad genera en ocasiones
pensamientos obsesivos sobre su aceptación por un determinado
grupo, empeños en tener una buena apariencia, o demandas más o
menos explícitas de atención y afecto.
- A las personas con dependencia emocional, le gustan de relaciones
exclusivas y “parasitarias”. Este punto es uno de los rasgos más
molestos en estas personas, puesto que suele ser un motivo
frecuente de enfados y rupturas. El dependiente emocional, quiere
disponer continuamente de la presencia de la otra persona como si

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estuviera “enganchado” a ella, aspecto similar al del apego ansioso.
Llamará continuamente a su pareja al trabajo, le pedirá que renuncie
a su vida privada para estar más tiempo juntos, demandará de ella
atención exclusiva y todavía le parecerá insuficiente, etc. Debemos
tener en cuenta que el motivo subyacente no es la posesión o el
dominio, sino la enorme necesidad afectiva que tienen estos
individuos. En cualquier caso, es comprensible la sensación de
agobio que produce en sus parejas.
Su anhelo de tener pareja es tan grande, que se ilusionan y
fantasean enormemente al comienzo de una relación o con la simple
aparición de una persona interesante. Schaeffer, compara este
fenómeno con la intoxicación de los alcohólicos o
drogodependientes, puesto que posiblemente, son uno de los pocos
momentos verdaderamente felices de sus vidas: cuando empiezan
una relación o al menos tienen posibilidades de que esto ocurra. La
excesiva euforia que manifiestan se refleja en expectativas irreales
de formar pareja con alguien a quien no conocen bien.
- Adoptan posiciones subordinadas en las relaciones, que se pueden
calificar de “asimétricas”. Su baja autoestima, y la elección frecuente
de parejas explotadoras, generalmente conducen al dependiente
emocional a una continua y progresiva degradación. Normalmente,
soportan desprecios y humillaciones, no reciben verdadero afecto, y,
además, en ocasiones pueden sufrir maltrato emocional y físico.
- Sus relaciones no llenan el vacío emocional que padecen, pero sí lo
disminuyen. Las parejas que forman, los dependientes emocionales,
suelen ser tan insatisfactorias como enfermizas porque no se
produce intercambio recíproco de afecto, a consecuencia del
incremento de la autoestima y de la calidad de vida de sus
componentes. No obstante, estas personas están tan poco
acostumbradas a quererse y a ser queridas que no esperan cariño de
su pareja, simplemente se enganchan obsesivamente a ella y
persisten en la relación por muy frustrante que ésta sea.
- Presentan cierto déficit de habilidades sociales. La baja autoestima
que presentan, así como la constante necesidad de agradar impide

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que desarrollen una adecuada asertividad. Además, si su demanda
de atención hacia otra persona alcanza ciertos límites, pueden
manifestarla sin importarles demasiado la situación o las
circunstancias, mostrando así falta de empatía.

2.1.4 ÁREAS DE DEPENDENCIA EMOCIONAL

De acuerdo con las definiciones que se han visto anteriormente sobre la


dependencia emocional, podemos decir que se define como una adicción a las
relaciones sentimentales; sin embargo, abarca más de una adicción simple, ya
que han sido identificadas seis áreas de dependencia emocional
(Castelló,2005, Lynch, Robins y Morse, 2001 y Schaeffer, 1998; Villa & Sirvent,
2008), las cuales son:

1. Ansiedad por separación: es cuando se expresa un terrible miedo al


abandono, a la separación o el aislamiento. Esto va a generar las
directrices para la dependencia interpersonal, donde la persona se
aferra a su pareja. Estas personas consideran necesario tener pareja
para ser feliz, puesto que ven a la otra persona como la clave para no
sentir la angustia de estar solo. Esta ansiedad de separación puede ser
provocada por el aislamiento temporal que implica la vida diaria; o
cualquier separación que cree desconfianza de que su pareja no va a
volver, lo cual está afín con pensamientos relacionados con la pérdida y
la soledad (Castelló, 2005; Schaeffer, 1998).
2. La expresión Afectiva: la persona emocionalmente dependiente tiene
una constante sensación de inseguridad y desconfianza en relación con
el amor de la otra persona, por lo que estas personas necesitan la
garantía constante de que son amados, de esta manera se sentirán
seguros. (Lynch, Robins y Morse, 2001). Esto se puede relacionar con
dependencia, debido a esa necesidad insaciable de sentirse seguros o
amados.
3. Modificación de los planes: estas personas suelen cambiar sus planes o
las actividades que pretende llevar a cabo sólo para pasar más tiempo
con su pareja. Así que la otra persona se convierte en el centro de su
vida y todo lo demás se excluye. Su atención se centra en la

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satisfacción de las necesidades de la otra persona, deseos o incluso
indulgencias. Hace referencia al deseo de exclusividad por la persona
emocionalmente dependiente, igual que el deseo de su pareja se sienta
de la misma manera que el mismo (Castelló, 2005).
4. El miedo a la soledad: consiste en el temor por no tener una pareja;
necesita una pareja para así sentirse equilibrado y seguro; por el
contrario, siente que estar solo es como algo muy aterrador. Esta área
de dependencia se podría llegar a confundir con la de Ansiedad por
separación, aunque hace referencia a un miedo totalmente diferente.
5. Límite de expresión: La posible ruptura de la relación de una persona
emocionalmente dependiente es algo tan catastrófico que en muchos
casos conduce a esa persona a cometer acciones y expresar el deseo
de hacerse daños a sí mismos, lo cual se relaciona con las
características que tiene una persona con trastorno límite de la
personalidad. Este comportamiento, puede ser visto como una
estrategia para aferrarse a la relación; la persona dependiente es capaz
de hacer cualquier cosa, incluso hacerse daño a sí mismos para evitar
la ruptura de relación.
6. La búsqueda de atención: la persona dependiente tiene una necesidad
psicológica de atención por parte de su pareja, para intentar que su
relación se convierta en el centro de sus vidas (Castelló, 2005). La
búsqueda de atención puede ser visto como una tendencia histórica que
se manifiesta en algunas personas dependientes emocionales.

Cuando hablamos de la diferencia entre géneros, la dependencia


emocional estándar se presenta con mayor frecuencia en las mujeres debido a
una combinación de factores culturales y biológicos. Las mujeres debido a las
convenciones sociales y, posiblemente, debido a su propia la naturaleza tienen
una tendencia más pronunciada a sentir empatía y tienen lazos afectivos. En
cambio, los hombres son más propensos a separarse del afecto hacia los
demás y en consecuencia de la hostilidad y el individualismo (Aunque
conservando su autoestima, a diferencia del patrón que se manifiesta por la
dependencia emocional).

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2.2 ADOLESCENTES Y ADICCIONES

2.2.1 LA ADOLESCENCIA

En primer lugar, cabe decir, que el Plan Integral de atención a la infancia


y a la adolescencia de la Generalitat de Catalunya (2014) dice que la mayoría
de autores que han estudiado los diferentes cambios que se producen en los
seres humanos a lo largo de su ciclo vital, consideran la adolescencia como un
período de tránsito entre la infancia y la edad adulta. Este periodo se inicia con
la pubertad, momento en el que se producen una serie de cambios físicos y
hormonales en el organismo que a su vez propician toda una serie de cambios
psicológicos y sociales.

Por otra parte, en el Diccionario General Ilustrado de la Lengua


Española (2001) se define la adolescencia como aquel periodo de vida de una
persona comprendido entre la aparición de la pubertad, que marca el final de la
infancia, y el inicio de la edad adulta, momento en que se ha completado el
desarrollo del organismo.

2.2.2 CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE LAS ADICCIONES

Los cambios psicológicos y sociales de los que hablábamos


anteriormente, es decir, el hecho estar construyendo su personalidad, el querer
sentirse aceptado dentro del grupo de iguales…sumado a otros factores, hace
que los y las adolescentes sean especialmente vulnerables al consumo de
drogas. Las drogas son una vía engañosa que aparentemente se presenta
como algo placentero y agradable que resulta ser completamente lo contrario.
Previamente de comenzar a hablar de la drogadicción, debemos de tener
claros determinados conceptos como: droga, drogodependencia, uso, abuso,
dependencia y adicción.

A. Droga:

Existen diferentes definiciones del concepto de droga, esto se debe


fundamentalmente, a su evolución a lo largo del tiempo. Para simplificar la
exposición, nos ajustaremos a los criterios de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), que son comúnmente aceptados en todo el mundo. Para la OMS,

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droga es toda sustancia química que, introducida voluntariamente en el
organismo de un sujeto, posee la propiedad de modificar las condiciones físicas
y/o químicas de éste. (De la Garza y Vega, 2005, p.11)

A la hora de clasificar las drogas hay diferentes criterios. Esto se debe,


por un lado, a que es un tema abordado por muchas disciplinas con puntos de
vista distintos; por otro, por la propia dinámica del saber científico, así, nos
encontramos con que muchas son parciales o insuficientes. Sobre todo, son los
distintos objetivos y criterios, los que hacen que se multipliquen las
clasificaciones. A lo largo de la historia se han clasificado según su origen
(naturales y sintéticas), atendiendo a su estructura química, según su acción
farmacológica, atendiendo a las manifestaciones que se producen en el
comportamiento de los sujetos y según consideraciones legales y sociológicas.

La OMS (Kramer y Cameron, 1975), lo hace ateniéndose a su toxicidad


y a la rapidez con que causan dependencia, ateniendo a estos factores:

Cuadro (Número 1):

Mayor peligrosidad Menor peligrosidad

Las que crean sólo dependencia


Las que crean dependencia física
psíquica

Las que crean dependencia con Las que crean dependencia con
mayor rapidez menor rapidez

Las que poseen mayor toxicidad Las que poseen menor toxicidad

Fuente: Elaboración propia, a partir de Kramer y Cameron, 1975.

Según estos factores, La OMS (1975), elaboró la siguiente clasificación:

- Primer grupo: opio y derivados: morfina, heroína, metadona, etc.


- Segundo grupo: barbitúricos y alcohol.

18
- Tercer grupo: coca-cocaína, anfetaminas y derivados.
- Cuarto grupo: LSD, cannabis y derivados, etc.

Por otro lado, desde el punto de vista jurídico, las drogas se han
clasificado en legales e ilegales, lo que ha suscitado grandes diferencias por
países: según la prohibición, despenalización o legalización de su elaboración,
distribución y consumo y según las sanciones en las que incurren quienes
trafican con ellas.

A continuación, centrándonos en la clasificación de un autor, vemos


como Shuckit (1989), hizo una clasificación de las drogas separándolas en
depresoras del Sistema Nervioso Central (SNC) (como el alcohol), estimulantes
o simpaticomiméticos del SNC (como todos los tipos de cocaína), opiáceos,
cannabinoides, alucinógenos inhalantes, drogas para contrarrestar otros
efectos y otros (véase en la tabla de a continuación).

Cuadro (Número 2):

TIPO EJEMPLOS

Alcohol, hipnóticos, muchas drogas


Depresores del SNC
ansiolíticas (benzodiacepinas)

Estimulantes o simpaticomiméticos Anfetaminas, metilfenidato, todos los tipos


del SNC de cocaína, productos para perder peso

Heroína, morfina, metadona y todas las


Opiáceos
prescripciones analgésicas

Cannabinoides Marihuana, hachís

Dietilamida de ácido (LSD), mescalina,


Alucinógenos
psilocibina, éxtasis (MDMA)

19
Aerosoles, sprays, colas, tolueno,
Inhalantes
gasolina, disolventes

Contienen: atropina, escopolamina,


Drogas para contrarrestar otros
estimulantes menores, antihistamínicos,
efectos
analgésicos menores

Otros Fenciclidina (PCP)

Fuente: elaboración propia a partir de Shuckit, 1989.

B. Drogodependencia: Para la OMS (2001), “se caracteriza por


determinadas reacciones comportamentales o de otro tipo, en particular
una fuerte compulsión a tomar la sustancia en cuestión de manera
continuada para experimentar sus efectos psíquicos o para evitar el
malestar causado por su carencia” (p.13).
C. Uso, abuso y dependencia: conforme a lo que afirma Becoña (2002),
interpretamos por “uso” de una droga al consumo de una sustancia que
no produce consecuencias negativas en el individuo. Este tipo de
consumo es el más habitual cuando se usa una droga de forma
esporádica.
Por otro lado, el “abuso” se da cuando hay un consumo continuado a
pesar de las consecuencias negativas derivadas del mismo.
En cambio, la “dependencia” surge con el uso excesivo de una
sustancia, que genera consecuencias negativas significativas a lo largo
de un amplio periodo de tiempo.
También puede ocurrir que se produzca un uso continuado intermitente
o un alto consumo sólo los fines de semana. Los efectos y trastornos
físicos y mentales a raíz del consumo de sustancias psicoactivas pueden
ser muy diferentes.
El DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales/
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) considera que el

20
consumo de drogas puede producir los siguientes trastornos clínicos:
abuso, dependencia, intoxicación, síndrome amnésico, trastorno del
estado de ánimo, trastorno sexual, trastorno del sueño, trastorno
perceptivo, etc. Efectivamente, se pueden dar todos estos efectos y
trastornos, aunque van a depender del tipo de sustancia que se
consuma.
1.2.3 Adicción: Se define como una enfermedad crónica del cerebro, con
recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de
drogas, a pesar de las consecuencias nocivas. Se considera una
enfermedad del cerebro porque las drogas cambian al cerebro:
modifican su estructura y cómo funciona. Estos cambios pueden
durar largo tiempo y llevar a los comportamientos peligrosos que se
ven en las personas que abusan de las drogas. (National Institute on
Drug Abuse, 2008, p. 5)

2.2.3 RELACIÓN DE LAS DROGAS Y LA ADOLESCENCIA

Para el desarrollo de este apartado vemos como, el National Institute on


Drug Abuse (2008) plantea que las personas que empiezan a consumir lo
hacen generalmente para sentirse bien, para sentirse mejor, para rendir mejor,
por curiosidad o porque los demás lo hacen. Respecto a este último punto,
los/as adolescentes son especialmente vulnerables debido a la influencia que
tienen sus iguales sobre ellos, razón por la que es más probable que sean
quienes participen en comportamientos transgresores como este.

Esto es un problema ya que el cerebro sigue desarrollándose hasta la


edad adulta y sufre cambios bruscos durante la adolescencia ya que es en esa
etapa cuando una de las áreas del cerebro, la corteza prefrontal, continúa
madurando. Esta parte en concreto, es la que nos permite evaluar situaciones,
tomar decisiones y mantener emociones y deseos bajo control, con lo cual el
hecho de que esta parte del cerebro adolescente esté sin completar su
maduración aumenta el riesgo de tomar decisiones inadecuadas (como probar
o abusar de las drogas). Por lo tanto, si se introducen drogas en el cerebro
cuando éste aún está desarrollándose puede ocasionar consecuencias
profundas y de larga duración.

21
Por último, vemos como cada vez es mayor el deseo entre los jóvenes
de consumir de drogas con la finalidad ya no solo de sentirse bien, sino que
además está la necesidad de rendir mejor, con ello surge la nueva moda de los
Nootropicos, conocidos también como las drogas inteligentes. Estos son
"potenciadores cognitivos" que cada vez son más usados ya no solo entre la
población joven, sino que, además, se utiliza en población adulta, puesto que
en los ambientes laborales competitivos priman el intelecto por encima de
cualquier otra cualidad. En general, estas drogas inteligentes, se utilizan
esencialmente por que ayudan a estar en alerta, mantener la concentración,
mejorar la memoria e incrementar la creatividad y productividad.

2.2.4 NUEVAS ADICCIONES

A lo largo de este punto hablaremos de manera sencilla y clara acerca


de las nuevas adicciones, es decir, de aquellas a las que algunas personas se
enganchan de forma compulsiva y a las que todavía hay quien denomina
manías, vicios o enfermedades morales. No se trata de sustancias. Son
adicciones fundamentalmente psicológicas, cuya “prevalencia continúa
creciendo año tras año”, Navajits (2001, p. 29).

El aumento de tales adicciones y las razones por las cuales se


diagnostican, pueden deberse a diversas causas. Una de ellas es el aumento
de las posibilidades diagnósticas de los trastornos mentales. Hoy día se da
entre los clínicos la tendencia a designar “casi toda” conducta humana que se
desvía de la media con un nuevo epígrafe de trastorno. El diagnóstico,
actualmente, se basa en unir grupos de síntomas, pequeños indicadores,
mediante lo cual se gana en precisión, pero se pierde en subjetividad, en
narrativa del proceso y hasta, cabría añadir, se olvida en ocasiones la historia
de la persona.

Desde hace varias décadas encontramos que las modas han venido
cambiando en cuanto a la expresión de las adicciones, y que cada una
presenta matices, peculiaridades y formas adictivas diferentes. Así, en los años
ochenta apareció oficialmente la ludopatía; después las líneas 906; a
continuación, las compras, el sexo, el tamagochi y, a partir del 2000, se
popularizó la adicción a Internet, a los móviles, a las nuevas tecnologías que,

22
en suma, se presentaron como vehículos del deseo adictivo. Algunos clínicos
esgrimen que los síntomas cambian de envoltura y se desarrollan acordes con
cada época. Esto quiere decir que hay algunas personas que presentan nuevas
formas conscientes o inconscientes de expresar su malestar. La psicología del
ser humano también se adapta y acusa los nuevos tiempos. Inventamos
nuestros propios síntomas adaptándolos a las nuevas realidades individuales y
socioculturales. Parece claro que cada época tiene sus propios relatos y mitos,
que se transforman en rituales y desarrollan sus propios síndromes, dolencias y
enfermedades.

2.3 DROGODEPENDENCIAS

En primer lugar, cabe decir, que existen numerosos documentos en los que
se recogen los conceptos básicos en materia de drogodependencias. Para este
apartado tomaremos como referencia principal el Plan Nacional Sobre Drogas
(2003), el manual de Drogodependencias de Lorenzo, Madera, Leza, y
Lizasoain (2009), el glosario sobre prevención del abuso de drogas de Alonso,
Salvador, Suelves, Jiménez y Martínez, (2004) y el capítulo sobre conceptos
básicos de drogas de Puyol y Tosco (2007). Además, aunque no se tomen
como referencia para este apartado, se debe tener en cuenta que el propio
marco legislativo existente en materia de drogodependencias también
contempla definiciones sobre dicha materia, como son la Ley 5/ 2002 de la
Comunidad de Madrid, de 27 de junio, sobre Drogodependencias y otros
Trastornos Adictivos y la Ley Canaria 9/1998, de 22 de julio, sobre prevención,
asistencia e inserción social en materia de drogodependencias.

2.2.1 CONCEPTOS BÁSICOS EN DROGODEPENDENCIAS

En el año 1969 la Organización Mundial de la Salud (OMS), definió las


drogas como “toda sustancia que, introducida en un organismo vivo, pueda
modificar una o varias de sus funciones” (OMS, 1969, s.r.f. Lorenzo, Madera,
Leza, y Lizasoain, 2009, p. 2).

El concepto de la OMS, también ha sido definido por otros autores como,


por ejemplo, Alonso, Salvador, Suelves, Jiménez y Martínez (2004) quienes
distinguen entre dos usos diferentes de dicho concepto. Por un lado, para la

23
medicina, es “cualquier sustancia con capacidad para prevenir o curar
enfermedades o mejorar el bienestar físico o mental” (Alonso, Salvador,
Suelves, Jiménez y Martínez, I., 2004, p. 64) y para la farmacología es
“cualquier agente químico que altera los procesos fisiológicos bioquímicos de
tejidos u organismos” (Alonso, Salvador, Suelves, Jiménez y Martínez, 2004, p.
64).

También la OMS en el año 1982 definió el concepto de drogodependencias


como el “estado de intoxicación periódica o crónica producida por el consumo
repetido de una droga natural o sintética y caracterizado por: 1) deseo
dominante para continuar tomando la droga y obtenerla por cualquier medio; 2)
tendencia a incrementar la dosis; 3) dependencia física y, generalmente,
psicológica, con síndrome de abstinencia por retirada de la droga; 4) efectos
nocivos para el individuo y la sociedad” (OMS, 1982, s.r.f. Lorenzo, Madera,
Leza, y Lizasoain, 2009, p. 5).

Por otro lado, el Plan Nacional Sobre Drogas (2003) define la dependencia
cuando “se prioriza el uso de una sustancia psicoactiva frente a otras
conductas consideradas antes como más importantes. El consumo de drogas,
que quizás empezó como una experiencia esporádica, pasa a ser un eje de la
vida del sujeto. Este dedicará la mayor parte de su tiempo a pensar en el
consumo de drogas, a buscarlas, a obtener dinero para comprarlas, a
consumirlas, a recuperarse de sus efectos, etc.” (Plan Nacional Sobre Drogas,
2003, p. 13). Este mismo plan define la tolerancia y que comienza cuando “a
medida que el organismo se va adaptando a la presencia regular de la
sustancia, se necesita una mayor cantidad para producir los mismos efectos.”
(Plan Nacional Sobre Drogas, 2003, p. 9). Para Puyol y Tosco (2007, p.125) es
“el estado de adaptación, caracterizado por la disminución de la respuesta a la
misma cantidad de droga o por la necesidad de una dosis mayor para provocar
el mismo grado de efecto. Por lo tanto, la tolerancia es la necesidad de
consumir cantidades cada vez mayores de una droga para alcanzar los mismos
efectos y sensaciones”.

En cuanto al uso de drogas, este se entiende como “aquella relación con las
drogas en la que, tanto por su cantidad, como por su frecuencia y por la propia

24
situación física, psíquica y social del sujeto, no se producen consecuencias
negativas sobre el consumidor ni sobre su entorno”. (Plan Nacional Sobre
Drogas, 2003, p. 11) Por otra parte, se recoge que el abuso se concibe como
“aquella relación con las drogas en la que se producen consecuencias
negativas para el consumidor y/o para su entorno” (Plan Nacional Sobre
Drogas, 2003, p. 12). Además, para Puyol y Tosco (2007, p. 125) el abuso es el
“uso continuado de una droga. El consumo se prolonga en el tiempo, dando
lugar a un deterioro físico, familiar, laboral y social, pero sin llegar a establecer
una dependencia”.

2.2.2 MODELOS EXPLICATIVOS DEL CONSUMO DE DROGAS

“En el campo del consumo de drogas existe un buen número de teorías y


modelos explicativos, lo que muestra, por una parte, el interés por el tema y,
por otra, la dificultad para apresar en toda su extensión este complejo
fenómeno” (Becoña y Martín, 2004, p. 99). Estos mismos autores manifiestan
que “una teoría resume un conjunto de evidencias empíricas, que puede ser
derivada de las hipótesis, explicar leyes o construir modelos” (Becoña y Martín,
2004, p. 99). Por otro lado, Mitchell y Jolley (1992) definen los modelos como
“una teoría o un grupo de teorías aplicadas a un área específica o situación
(Mitchell y Jolley, 1992, s.r.f. Becoña y Martín, 2004, p. 99).

Por otro lado, Laespada, Iraurgi y Aróstegi (2004, p.29) también manifiestan
que “son múltiples las teorías que han surgido en torno a la conducta desviada
y muchas de ellas las aplicables a la conducta de consumir drogas” y que
“estas teorías pretenden crear un cuerpo explicativo que dé respuesta a la
relación que se establece entre determinadas variables y factores, y la
conducta que pretenden explicar”.

A continuación, se presentan tres clasificaciones en cuanto a los modelos y


teorías explicativas del consumo de drogas.

Por un lado, Becoña en 1999 (s.r.f. Becoña y Martín, 2004) realizó una
extensa revisión de los modelos y teorías, quien las ha clasificado en tres
grandes grupos: 1) Teorías y modelos parciales o basados en pocos
componentes que se basan o inciden en su nivel de explicación en los estadios

25
o en el desarrollo evolutivo de las personas respecto a su madurez y el
consiguiente consumo de drogas. 2) Teorías y modelos de estadios evolutivos
que se basan o inciden en su nivel de explicación en los estadios o en el
desarrollo evolutivo de las personas respecto a su madurez y el consiguiente
consumo de drogas. 3) Teorías y modelos integrativos y comprensivos que
explican la conducta del consumo de sustancias mediante la integración de
distintos componentes de diversas teorías, o bien plantean una teoría
comprensiva que permite explicar por sí sola dicha problemática.

Cuadro (número 3)

Clasificación de las teorías y los modelos explicativos según Becoña y Martín


(2000)

Teorías y modelos biológicos: la adicción como un


trastorno con sustrato biológico y las hipótesis de la
automedicación.

Modelo de salud pública, de creencias de salud y de


competencia

Teorías parciales o Teorías del aprendizaje: condicionamiento clásico,


basadas en pocos operante y teoría del aprendizaje social.
componentes

Teorías actitud – conducta: teoría de la acción razonada


y teoría de la conducta planificada.

Teorías psicológicas basadas en causas intrapersonales:


modelo de mejora de la estima de Kaplan et al. A la
teoría integrativa de la conducta desviada de Kaplan y
modelo basado en la afectividad de Pandina et al.

26
Teorías basadas en la familia y en el enfoque sistémico

Modelo social de Peele

Otros modelos teóricos: modelo de Becker, modelo de


Burgess y el modelo de afrontamiento del estrés de Wills.

Modelo evolutivo de Kandel

Modelo de etapas motivacionales multicomponentes de


Werch y Diclemente

Modelo del proceso de reafirmación de los jóvenes Kim


et al.

Teoría de la madurez sobre el consumo de drogas de


Teorías de
Labouvie
estadios y
evolutivas Teoría de la pseudomadurez o del desarrollo precoz de
Newcomb

Modelo psicopatológico del desarrollo de Glantz

Modelo de enfermedad del desarrollo psicosocial de la


dependencia de drogas de Cathlos

Teoría de la socialización primaria de Oetting et al.

Modelo de promoción de la salud


Teorías
integrativas y
Teoría del aprendizaje spcial y teoría cognitiva social de

27
comprensivas Bandura

Modelo del desarrollo social de Catalano, Hawkins et al.

Teoría interaccional de Thomberry

Teoría de la conducta de problema de Jessor y Jessor

Teoría para la conducta de riesgo de los adolescentes de


Jessor

Modelo integrativo general de la conducta de consumo


de drogas de Botvin

Modelo de estilos de vida y facotres de riesgo que lo


condicionan de Calafat et al.

Teoría de la influencia triádica de Flay y Petraitis

Modelo de autocontrol de Santacreu et al.

Fuente: Becoña y Martín (2004, p. 100).

Por otra parte, encontramos que Herrera (2007) distingue entre seis
modelos explicativos diferentes: 1) Modelo jurídico en el que se criminaliza el
problema. 2) Modelo de la distribución del consumo que reduce el asunto a un
problema de disponibilidad. 3) Modelo médico que medicaliza el problema. 4)
Modelo sociológico que estigmatiza a las clases más deprivadas. 5) Modelo
psicosocial que individualiza el problema del consumo. 6) Modelo ecológico
que pretende superar la visión parcializada de los modelos anteriores.

Por último, Laespada, Iraurgi y Aróstegi (2004) clasifican las teorías en


cinco diferentes: 1) Teorías cognitivo-afectivas. 2) Teorías del aprendizaje

28
social. 3) Teorías del apego social. 4) Teorías de las características
intrapersonales que juegan un papel esencial y las que integran constructos
cognitivo-afectivos. 5) Teorías de aprendizaje, compromiso y apego e
intrapersonales.

Cuadro (número 4)

Clasificación de las teorías y modelos explicativos según Laespada, Iraurgi y


Aróstegi (2004)

Teoría de la acción razonada (Ajzen y


Fishbein, 1980; Fishbein y Ajzen, 1975)
Teorías cognitivo-
afectivas
Teoría de la conducta planificada (Ajzen 1985,
1988)

Teoría del aprendizaje social (Akers et al.,


1979)
Teorías del aprendizaje
social
Teoría del aprendizaje social/cognitiva social
(Bandura, 1986)

Teoría del control social (Elliot et al., 1985,


1989)
Teorías del apego social
Modelo del desarrollo social (Hawkins y Weis,
1985)

El modelo de ecología social (Kumpfer y


Teorías en las que las Turner, 1990-1991)
características
intrapersonales juegan un
Teoría del autodesprecio (Kaplan, Martin y

29
papel esencial Robbins, 1982, 1984)

Modelo de varias etapas de aprendizaje social


(Simons et al., 1988)

Teoría de la interacción familiar (Brooks et al.,


1990)

Teoría de la conducta problema (Jessor y


Jessor, 1977)

Teorías que integran


constructos cognitivo- Teoría del cluster de iguales (Oetting y
afectivos, de aprendizaje, Beauvais, 1986ª, 1986b, 1987)
compromiso y apego e
intrapersonales Modelo de vulnerabilidad de Sher (1991)

Modelo del dominio (Huba y Bentler, 1982)

Fuente: Laespada, Iraurgi y Aróstegi. (2004, p. 30)

2.2.3 LA ATENCIÓN A LAS PERSONAS CON ADICCIÓN A LAS DROGAS

A lo largo de este apartado se tratará de explicar a qué nos referimos


cuando hablamos de tratamiento con personas drogodependientes, es decir, a
los tipos de tratamientos que hay (centrándonos en el social), cuáles son las
fases de toda intervención y cómo se puede prevenir la drogadicción. Para el
último punto, se explicará cómo se interviene para prevenir este tipo de
adicciones centrándonos mayormente en los adolescentes, siguiendo la
metodología que se lleva a cabo en el Servicio Municipal en Prevención de
Adicciones del Puerto de la Cruz, y en el Plan Municipal.

En primer lugar, para referirnos al tratamiento con las personas


drogodependientes encontramos que, según Martínez, Nieto y del Pueyo
(2000, p. 51), “el tratamiento de rehabilitación de las drogodependencias se

30
articula en sucesivas estrategias de intervención, que se estructuran en
programas de atención y que, a su vez, se realizan en centros de tratamiento
para drogodependientes. Todas ellas van dirigidas a la consecución de un fin
genérico que es la normalización del drogodependiente y su reinserción social”.

En cuanto a los tratamientos que se realizan con las personas


drogodependientes, Trinidad y Ureña (2009), hacen referencia a tres tipos de
tratamientos que se presentan en personas con un problema de alcoholismo
pero que es aplicable a otro tipo de sustancias. Estos son: tratamiento médico,
psicológico y social. En referencia a éste último, “se busca conocer la realidad
social del o la paciente, estudiar y conocerlos factores sociales que rodean a la
persona y su contexto durante el tratamiento y rehabilitación para, o bien
proporcionar los recursos oportunos, o bien generar nuevas alternativas
construidas conjuntamente, entre los y las agentes intervinientes” (Trinidad y
Ureña, 2009, p. 160).

Por otro lado, en lo relativo a la metodología básica para llevar a cabo una
intervención social, ésta se articula en varias fases con un orden lógico y que,
además, hay una estrecha relación de unas a otras. Castanyer (1998, s.r.f.
Gutiérrez, 2007, p. 173) refiere que “este método de avanzar por etapas
permite una actuación ordenada y no casual y favorece la profesionalidad de la
intervención”. Para Gutiérrez (2007) basándose en Castanyer, las tres fases del
proceso metodológico de intervención son las siguientes:

1. Análisis del problema: “(…) se caracteriza por reconocer o identificar las


situaciones de consumo problemáticos de drogas a fin de poder intervenir
sobre ellas. Esta misma fase, puede ser dividida en dos fases; la recepción de
las demandas formuladas por los usuarios/as y una segunda en la que se
pasaría a una búsqueda o detección de situaciones-problema o de grupos con
factores de riesgo. En esta fase nos encontramos ante un momento muy
delicado del proceso, ya que supone el primer contacto para iniciar el
tratamiento, pudiéndose convertir en el punto de referencia de este. Se trata de
hacer una recogida de datos de la persona usuaria y su problemática, así como
de realizar una valoración primaria y motivar para la intervención (…)”
(Gutiérrez, 2007, p. 173).

31
2. Valoración: “se trata del estudio y análisis de las condiciones y
características de la persona usuaria, familia y entorno relacionadas con el
consumo abusivo de drogas. Esta valoración debe de tener como objetivos
fundamentales: establecer los factores de riesgo que los profesionales han de
tener en cuenta, reconocer los puntos positivos del entorno, señalar las áreas a
trabajar y establecer una evaluación del caso” (Gutiérrez, 2007, p. 173-174).

3. Atención y tratamiento: “a partir de la valoración del caso se diseñará la


intervención a realizar por los diferentes profesionales del equipo, ajuntándola a
las características individuales de la persona a tratar” (Gutiérrez, 2007, p. 174).

Por otro lado, Puyol (2006, s.r.f. Rizo, 2014) constituye un modelo de
intervención terapéutica en drogodependencias que consta de las siguientes
fases:

Cuadro (número 5)

Fases de la intervención terapéutica con personas drogodependientes.

El/la trabajador/a social conoce la demanda del


paciente, su origen, se informa sobre el
1. Acogida
tratamiento, se deshacen mitos y se informa del
funcionamiento del centro.

Conocer la situación del paciente y su familia


2. Estudio y análisis
para establecer las líneas de actuación, puesto
de la situación
que toda intervención tiene que adaptarse a las
problema
necesidades cambiantes de los pacientes.

Será interdisciplinar biopsicosocial y pretende


3. Diagnóstico
comprender la situación del/de la usuario/a.

Se concretarán los objetivos y las estrategias de


4. Plan de actuación
actuación.

32
El tratamiento tiene varias fases. La primera es
la desintoxicación donde se suprime el consumo
de la droga y se trata el síndrome de
abstinencia y puede ser ambulatoria o
intrahospitalaria. La segunda fase es la
deshabituación que pretende eliminar la
5. Tratamiento
dependencia a la sustancia cambiando el estilo
de vida del paciente. Y la última fase es la de
mantenimiento y otras situaciones que se suele
hacer mediante programas de mantenimiento
con metadona para los consumidores de
opiáceos.

Se inicia y desarrolla al mismo tiempo que las


anteriores fases y se utilizan redes y recursos
6. Integración Social
que favorezcan la normalización y eviten la
segregación.

Se debe realizar durante toda la intervención


mediante instrumentos de registro y evaluación
7. Evaluación como: la historia clínica, la ficha de
identificación del paciente, los libros de registro,
entre otros.

Fuente: Rizo (2014, pp. 15-16).

Por último, en lo referente al Servicio Municipal en Prevención de


Adicciones del Puerto de la Cruz, dispone de distintos proyectos en los que se
trabaja para interviene con los Adolescentes y los padres/madres de los
mismos, generalmente del municipio.

33
OBJETIVOS

3.1 OBJETIVO GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN:

- Conocer si existe dependencia de pareja en los adolescentes y si esto


repercute en el consumo de drogas de los mismos, con la finalidad de
conocer si existe una codependencia emocional.

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE LA INVESTIGACIÓN:

- Conocer si existe dependencia emocional en los jóvenes.


- Conocer si todos los jóvenes consumidores que tienen pareja, son
dependientes de él o ella.
- Conocer si todos los adolescentes que tienen pareja que consume,
ellos/ellas también lo hacen.
- Conocer si todos los jóvenes que consumen además tienen pareja
consumidora.

34
HIPÓTESIS

Previo a la realización de esta investigación se plantearon una serie de


hipótesis, las cuales se describen a continuación:

- La mayoría de los/las jóvenes que consumen son dependientes


emocionales.
- La mayoría de las personas encuestas que son dependientes
emocionales, son chicas.
- Las chicas son más dependientes de sus parejas que los chicos.
- La mayoría de las personas encuestadas consumidoras de drogas,
tienen pareja que también las consume.
- Existe relación entre la dependencia de la pareja y el consumo de
drogas (codependencia).
- Los chicos consumen más drogas que las chicas.
- Los dependientes emocionales, son más propensos a ser dependientes
de sus parejas.
- Las drogas más consumidas en la actualidad entre los jóvenes del
municipio del puesto de la Cruz, son tabaco, alcohol, cannabis y
cocaína.

35
MÉTODO

El presente estudio se realizará en El Puerto de La Cruz. Se trata de un


estudio de carácter cuantitativo, aunque integra algunos aspectos cualitativos
ya que se pretende conocer, dentro de una muestra de población (jóvenes
comprendidos en edades de 16 a 25 años que sean dependientes
emocionales) aquellas posibles variables que nos muestren además si son
dependientes de su pareja y si son consumidores de drogas.

Para ello se ha empleado como instrumento de recogida de datos un


cuestionario (de elaboración propia o ad hoc), que incluye variables
relacionadas con la dependencia emocional (si necesitan aprobación de
alguien importante para lograr sus objetivos, si necesitan tener siempre a
alguien importante en sus vidas que les ayude a afrontar las distintas
situaciones que se les presenten, etc.), así como variables para valorar si hay
dependencia de pareja y su relación con el consumo de drogas.

Las fuentes de esta investigación son primarias (referidas a los datos


obtenidos con los cuestionarios, fruto del trabajo de campo realizado) y también
han sido utilizadas las fuentes secundarias, para la elaboración de la parte
teórica y conceptual que ha sido volcada en el Marco Teórico.

5.1. TIPOS DE DISEÑO

El estudio tiene una amplitud micro, en la que el cuestionario utilizado y


aplicado a la muestra ha sido parte fundamental de la misma.

El grado de experimentación de esta investigación podemos definirlo como


pre-experimental, ya que las unidades de análisis sólo serán observadas y
descritas, aunque se hayan seleccionado dentro de una muestra con
parámetros básicos. Han sido encuestados un total de 238 jóvenes con edades
comprendidas entre los 16 y los 25 años de edad.

Por otro lado, el objetivo que plantea esta investigación es de carácter


explicativo dado que se pretende conocer si hay alguna relación causa - efecto
entre la dependencia de sus parejas y consumo de drogas de la muestra
seleccionada, pero de manera colateral, la investigación también contiene

36
objetivos de carácter descriptivo, pues nos aportará información sobre la
realidad de la muestra, referidos a la dependencia emocional en general que
presentan.

5.1.1 INSTRUMENTO

El instrumento de obtención de datos que hemos utilizado para este estudio


es el cuestionario semi - estructurado que se incluye en el Anexo, el cual se ha
aplicado a un total de 238 jóvenes todos ellos/ellas estudiantes de los tres
institutos del Puerto de la Cruz, validado previamente ante mi tutor de este
proyecto, y que, además, contendrá información en cuatro bloques
diferenciados. El primero de ellos incluirá preguntas relacionadas con los datos
demográficos de la persona encuestada (edad, sexo, y curso). El segundo
bloque incluirá un conjunto de preguntas destinadas a indagar sobre si son
dependientes emocionales de manera general (como bien se explica
anteriormente). El tercer bloque, va dirigido a determinar si existe dependencia
de pareja. Y, por último, el cuarto bloque, va destinado para saber si el/la
encuestado consume drogas y si existe codependencia sabiendo si la pareja
también consume drogas. Los informantes han tardado entre 5 y 10 minutos en
responderlas.

El cuestionario tiene un total de 20 preguntas con sus respectivas opciones.


La escala de medición será nominal, dónde se expondrá un máximo de 12
indicadores a seleccionar para las preguntas potencialmente posibles, así
como una escala de preguntas cerradas (si/no) en las adecuadas. Además, se
utilizará escala de valores ordinales (a veces) y un baremo de respuestas en el
que podrán elegir la opción que más se adapte a su opinión o añadir la suya
propia en el caso de que fuera diferente a las que están expuestas.

5.1.2 SUJETOS: DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA

En relación a la muestra, se ha realizado un muestreo no probabilístico por


cuotas, conformado por un total de 238 personas, todas ellas estudiantes en
los tres institutos que están el Puerto de la Cruz de la isla de Tenerife. Se
pretende conocer si existe alguna variación que determine que la decencia
hacia sus parejas, también afecta en el consumo de drogas, tanto de las

37
personas encuestadas como en sus respectivas parejas, en el caso de que las
tuvieran.

Más concretamente, se han definido como criterios de inclusión:

- Hombres y mujeres comprendidos en edades desde los 16 a los 25


años de edad. (Se ha comprendido que esta es la franja de edad más
adecuada para realizar la investigación)
- Estudiantes en uno de los tres institutos del Municipio del Puerto de
la Cruz.
- Residentes en Tenerife.

Por otro lado, los criterios de exclusión son los siguientes:

- Menores de 16 y mayores de 25 años de edad.


- No estudiantes en ninguno de los tres centros del municipio del
Puerto de la Cruz.
- Residentes fuera de la isla de Tenerife

5.2 PROCEDIMIENTO LLEVADO A CABO

Tras los cuestionamientos personales que motivaron la realización del


estudio, ya expuestos en los primeros apartados de este trabajo, comenzamos
a buscar información y bibliografía sobre el tema en cuestión y a redactar la
parte del Marco Teórico, mientras se realizaba el cuestionario que se incluye en
el Anexo I.

Posteriormente, se contactó con los tres institutos pertenecientes al


municipio del Puerto de la Cruz (IES. Puerto de la Cruz; IES. María Pérez
Trujillo y IES. Betancourt) a través de una carta informativa para que facilitaran
el acceso y así poder pasar los cuestionarios in situ.

Después de tener una muestra adecuada, se procedió al vaciado y


tratamiento de datos para posteriormente llevar a cabo su análisis. Para el
tratamiento de los datos se ha utilizado el programa Microsoft Word Excel
2016, cuyos resultados obtenidos se expondrán en el apartado siguiente.

38
RESULTADOS

En este apartado se desglosan los resultados obtenidos en cada uno de los


cuatro bloques diferenciados del cuestionario aplicado.

En primer lugar, se incluirá preguntas relacionadas con los datos


demográficos de la persona encuestada. El segundo bloque incluirá un
conjunto de preguntas destinadas a indagar sobre si son dependientes
emocionales de manera general. El tercer bloque, va dirigido a determinar si
existe dependencia de pareja. Y, por último, el cuarto bloque, va destinado para
saber si el/la encuestado consume drogas y si existe codependencia sabiendo
si la pareja también consume drogas.

6.1 RESULTADOS DEMOGRÁFICOS DE LAS PERSONAS ENCUESTADAS:

- Gráfico 1: PORCENTAJE DE PERSONASPARCIPANTES SEGÚN


SU EDAD:

EDAD

29,4%
25,2%
20,6%

15,1%

9,6%

16 17 18 19 20< X >25

Comentario: Tal y como se muestra en la gráfica nº 1, el rango de edad


de los participantes, es el ya descrito, cuya distribución quedó dividida en
29,4% de 16 años; 25,2% de 17 años; 20,6% de 18 años; 9,6% de 19 años y
por último, 15,1% de entre 20 y 25 años (ambos inclusive).

39
- Gráfico 2: NIVEL EDUCATIVO:

CURSO

41,3%
37,2%

17,4%

4,1%

1º BACH 2º BACH FP GRADO MEDIO FP GRADO SUP

Comentario: Como podemos observar en la gráfica nº2, están los cursos


en los que os participantes quedan divididos, siendo un 37,2% perteneciente a
1º de Bachiller; un 17,4% a 2º de Bachiller; un 41,3% de FP de Grado Medio; y,
por último, un 4,1% de FP de Grado Superior.

- Gráfico 3: DISTRIBUCIÓN DE LOS/LAS PARTICIPANTES SEGÚN


SU GÉNERO

SEXO

57,8%

42,2%

HOMBRE MUJER

Comentario: Tal y como podemos ver en este gráfico nº3 el 57,8% de las
personas encuestadas son hombres, y un 42,2% son mujeres.

40
6.2 RESULTADOS SOBRE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL (EN TÉRMINOS
GENERALES)

- Gráfico 4: NECESIDAD DE REFUERZO POSITIVO DE OTRAS


PERSONAS:

PREGUNTA 1

48,1%

32,1%

19,8%

A B C

Comentario: Observamos en la gráfica nº 6, que un 48,1% prefieren que


las personas importantes para ellos/ellas estén de acuerdo, pero si no lo están
siguen adelante (opción A); un 32,1%, necesitan que las personas importantes
para ellos/ellas les animen y estén de acuerdo con ellos/ellas (opción B); y, por
último, un 19,8%, necesitan que las personas importantes para ellos/ellas les
animen a pesar de que no estén de acuerdo con ellos/ellas (opción C).

41
- Gráfico 5: GRADO DE DEPENDENCIA PARA AFRONTAR LOS
DIFERENTES CONTEXTOS:

PREGUNTA 2

65,8%

26,2%
8,0%

A B C

Comentario: Tal y como se expone en la gráfica nº5, observamos que


para un 8% es indispensable en su vida (opción A); para un 65,8% viene bien,
pero con quien tienen que contar es consigo mismos/mismas (opción B); y para
finalizar, un 26,2% es importante, pero no indispensable en sus vidas (opción
C)

- Gráfico 6: DEPENDENCIA EMOCIONAL EN LAS RELACIONES


PERSONALES

PREGUNTA 3

42,8%
41,1%

16,1%

A B C

Comentario: Como podemos ver en la gráfica nº 6, un 16,1% no se


siente bien (opción A); un 42, 8%, prefiere encontrarla, pero si no la tiene
también está bien (opción B); y un 41,1% se encuentra bien si le va bien
(opción C).

42
- Gráfico 7: GRADO DE TOLERANCIA A LA SOLEDAD

PREGUNTA 4

48,1%
38,4%

13,5%

A B C

Comentario: Tal y como se expone en la gráfica nº7, un 13,5%


“frecuentemente” (opción A); un 48,1% “a veces” (opción B); y un 34,4% “casi
nunca” (opción C).

6.3 RESULTADOS SOBRE LA DEPENDENCIA DE PAREJA

- Gráfico 8: SITUACIÓN SENTIMENTAL

PREGUNTA 5

49,4%
43,0%

7,6%

A B C

Comentario: Como podemos ver en la gráfica nº8, un 49,4% tiene pareja


(opción A); un 43% no tiene pareja (opción B); y un 7,6%, no tiene pareja
actualmente, pero la ha tenido (opción C).

43
- Gráfico 9: DISTRIBUCIÓN DE LAS PAREJAS DE LOS/LAS
PARTICIPANTES SEGÚN SU GÉNERO:

PREGUNTA 6

50,4%

49,6%

A B

Comentario: Tal y como podemos observar en la gráfica nº 9, un 50,4% de


las parejas son hombre (opción A); y un 49,6% son mujeres (opción B).

- Gráfico 10: NIVEL DE CONTROL SOBRE LAS REDES SOCIALES:

PREGUNTA 7

89,0%

11,0%

A B

Comentario: Como podemos ver reflejado en la gráfica nº 10, un 11%


contesta que “sí” (opción A); y un 89% contesta “no” (opción B).

44
- Gráfico 11: GRADO DE SUPERVISIÓN DEL TIEMPO INVERTIDO
EN TERCERAS PERSONAS:

PREGUNTA 8

87,5%

12,5%

A B

Comentario: Como podemos ver en la gráfica nº 11 un 12, 5% de las


personas encuestadas contestan que “sí” (opción A); y un 87,5% contestan que
“no” (opción B).

- Gráfico 12: GRADO DE VIGILANCIA DEL TIEMPO LIBRE:

PREGUNTA 9

87,6%

12,4%

A B

Comentario: Tal y como vemos reflejado en la gráfica nº 12, un 12,4%


contestó que “sí” (opción A); y un 87,6% contestó que “no” (opción B).

45
- Gráfico 13: NIVEL DE CONTROL SOBRE LA VESTIMENTA:

PREGUNTA 10

96,4%

3,6%

A B

Comentario: Como se observa en la gráfica nº 13, un 3,6% contestó que


“sí” (opción A); y un 96,4% contestó que “no” (opción B).

- Gráfico 14: GRADO DE SUMISIÓN EN SITUACIONES DE ENFADO


CON LA PAREJA

PREGUNTA 11

67,9%

32,1%

A B

Comentario: Tal y como podemos ver reflejado en la gráfica nº 14, un


32,1% contestó que “sí” (opción A); y un 67,9% contestó que “no” (opción B).

46
- Gráfico 15: GRADO DE NECESIDAD DE APROBACIÓN DE LA
PAREJA

PREGUNTA 12

86,8%

13,2%

A B

Comentario: Como podemos comprobar en la gráfica nº 15, un 13,2%


contestó que “sí” (opción A); y un 86,8% contestó que “no” (opción B).

- Gráfico 16: PORCENTAJE DE LOS CAMBIOS EN LA


PERSONALIDAD CUANDO TIENEN PAREJA

PREGUNTA 13

91,9%

8,1%

A B

Comentario: Tal y como podemos observar en la gráfica nº 16, un 8,1%


contestó que “sí” (opción A); y un 91,9% contestó “no” (opción B).

47
- Gráfico 17: NIVEL DE TRATO PATERNAL O MATERNAL

PREGUNTA 14

88,9%

11,1%

A B

Comentario: Como podemos ver reflejado en la gráfica nº 17, un 11,1%


contestó que “sí” (opción A); y un 88,9% contestó “no” (opción B).

6.4 RESULTADOS SOBRE SI CONSUME DROGAS Y EXISTE CODEPENDENCIA

- Gráfico 18: NÚMERO DE ENCUESTADOS/AS QUE CONSUMEN


DROGAS

PREGUNTA 15

44,7%

33,2%

22,1%

A B C

Comentario: Tal y como vemos en la gráfica nº 18, un 22,1% contestó


“sí” (opción A); un 33,2% contestó “no” (opción B); y, por último, un 44,7%
contestó “a veces” (opción C).

48
- Gráfico 19: TIPOS DE DROGAS QUE CONSUMEN

PREGUNTA 16

62,2%

34,5%
22,3%
5,0% 0,0% 0,4% 2,1% 0,0% 0,4%

A B C D E F G H I

Comentario: Como podemos comprobar en la gráfica nº 19, un 34,5%


contestó “tabaco” (opción A); un 62,2% “alcohol” (opción B); 22,3% contestó
“cannabis” (opción C); un 5% contestó “cocaína” (opción D); 0% contestó
“heroína” (opción E); un 0,4% contestó “psicofármacos” (opción F); un 2,1%
contestó “drogas de síntesis” (opción G); un 0% contestó “disolventes”; y, por
último, un 0,4% contestó “Nootropicos” (opción I).

- Gráfico 20: PORCENTAJE DE PAREJAS DE LOS/LAS


ENCUESTADOS/AS QUE CONSUMEN DROGAS

PREGUNTA 17

44,4%

30,4%
25,2%

A B C

Comentario: Tal y como vemos en la gráfica nº 20, un 25,2% contestó


“sí” (opción A); un 44,4% contestó “no”; y finalmente un 30,4% contestó “a
veces” (opción C).

49
- Gráfico 21: TIPOS DE DROGAS QUE CONSUMEN SUS PAREJAS

PREGUNTA 18

49,6%

29,6%
23,7%

4,4% 0,0% 0,0% 5,2% 0,0% 0,0%

A B C D E F G H I

Comentario: Como podemos comprobar en la gráfica nº 21, un 29,6%


contestó “tabaco” (opción A); un 49,6% “alcohol” (opción B); 23,7% contestó
“cannabis” (opción C); un 4,4% contestó “cocaína” (opción D); 0% contestó
“heroína” (opción E); un 0% contestó “psicofármacos” (opción F); un 5,2%
contestó “drogas de síntesis” (opción G); un 0% contestó “disolventes”; y, por
último, un 0% contestó “Nootropicos” (opción I).

- Gráfico 22: GRADO DE CONFIANZA PARA CONSUMIR EN PAREJA:

PREGUNTA 19

51,9%

33,3%

13,3%
8,9% 9,6% 2,2% 1,5% 6,7% 1,5% 2,2% 0,7% 4,4%

A B C D E F G H I J K L

Comentario: Tal y como se ve reflejado en la gráfica nº 22, un 33,3%


contestó “Sí” (opción A); un 8,9% contestó “Sí, porque, ella/él también lo hace
no tengo ningún problema, es más me incita hacerlo a mí también, y así

50
pasamos un buen rato juntos” (opción B); un 9,6% contestó “Sí, porque, ella/él
no lo hace, pero no le importa que yo lo haga mientras estoy con él/ella”
(opción C); un 2,2% contestó “Sí, ya que empecé a consumir con él/ella”
(opción D); un 1,5% contestó “Sí, aunque a él/ella le molesta, yo lo sigo
haciendo, es algo que me gusta y nadie podrá cambiar” (opción E); un 6,7%
contestó “Otros motivos” (opción F); un 51,9% contestó “No” (opción G); un
1,5% contestó “No, porque ella/él no lo hacen por lo que se enfada si me ve
consumir drogas a mí” (opción H); un 2,2% contestó “No, porque quiere que
deje de consumir” (opción I); un 0,7% contestó “No, porque no sabe qué
consumo, le miento” (opción J); un 4,4% contestó “No, porque es algo que solo
hago con mis amigos/as” (opción K); y por último un 13,3% contestó “Otros
motivos” (opción L).

51
ANALISIS DE DATOS Y DISCUSIÓN

Una vez expuestos los resultados en sus respectivas gráficas y el


consiguiente resumen de cada una de las características analizadas, se
aclaran y se contrastan los resultados obtenidos tanto con los antecedentes
teóricos como con los objetivos propuestos para la investigación, comparando
además entre los cuatro bloques en los que se divide el cuestionario de la
investigación.

En primer lugar, como hemos podido comprobar en la representación de los


resultados, la mayoría de las personas participantes son hombres siendo un
57,8%, mientras que mujeres fueron un 42,2%. De todos ellos, la mayoría
tienen 16 años, es decir, un 29,4% de los participantes, seguido de 17 y 18
años, con un 25,2% y un 20, 6% respectivamente. Asimismo, la mayoría con un
41,3%, está cursando FP Grado Medio, seguido de 1º Bachiller con un 37,2%.

En segundo lugar, si analizamos las cuestiones referentes a la dependencia


emocional, vemos que, la mayoría de los/las participantes reflejan la opinión de
que presentan una clara dependencia emocional. En la pregunta 1 (Gráfica
nº4), vemos que el porcentaje de la respuesta B es un 32,1% y C un 19,8%,
con lo cual la suma del porcentaje de ambas cuestiones es 51,9%, con lo cual,
la mayoría responden que tienen dependencia emocional, ya que son ambas
cuestiones la que lo determinan, mientras que un 48,1% del resto contesta
claramente que no.

Lo mismo ocurre con las tres siguientes cuestiones, ya que en las preguntas
2, 3 y 4, la mayoría responden A y B, siendo éstas las respuestas que
muestran la dependencia emocional. En la pregunta 2, la suma de A y B,
corresponde a un porcentaje de un 73,8%, mientras que C, que es la respuesta
de independencia emocional, es un 26,2%. Por otro lado, en la pregunta 3, la
suma de A y B, muestra un porcentaje de un 58,9%, mientras que C, la cual es
la respuesta de independencia emocional, refleja un 41,1% de los participantes.
Y, por último, en la pregunta 4, en la suma de A y B, vemos un porcentaje de
un 61,6%, en cambio, en la respuesta C de independencia emocional vemos un
38,4%.

52
En tercer lugar, con respecto las preguntas del bloque 3, para saber si las
personas participantes dependen de su pareja, hemos observado que la
mayoría tienen pareja actualmente siendo un 49,4%, o la han tenido en algún
momento siendo un 7,6%, siendo la suma de ambos un 57%, mientras que un
porcentaje correspondiente a un 43% nunca ha tenido pareja. Del porcentaje
total de personas que han tenido pareja o tienen actualmente, es decir, el 57%
de los/las encuestadas, presentan pareja con sexo masculino el 50,4%
mientras que un 49,6% tienen pareja con sexo femenino.

Por otra parte, dentro del mismo bloque, tal como hemos podido comprobar
en las gráficas de los resultados, la mayoría son independientes de su pareja,
aunque presentan ciertos rasgos de dependencia de sus parejas. Las
preguntas específicamente expuestas para determinar la dependencia de
pareja van desde la 7 a la 14. En primer lugar, cabe destacar, la pregunta con
repuesta de mayor porcentaje de dependencia de pareja, la cual es la pregunta
11 (Cuando se han enfadado, ¿la mayoría de las veces cedes tú aun teniendo
la razón porque si no podría estar días sin hablarte o haciéndote el vacío?), que
muestra un porcentaje de un 32,1% de “sí”. En segundo lugar, la pregunta que
presenta mayor porcentaje de dependencia de pareja es la pregunta 12
(¿Sientes que necesitas su aprobación en cada cosa que haces, o incluso
piensas?), que muestra un porcentaje de un 13,2% de respuesta “sí”. Y, por
último, en tercer lugar, las preguntas con mayor porcentaje de dependencia de
pareja son la pregunta 8 (¿Se enfada si inviertes más tiempo libre en tus
amistades o familiares del que considera necesario?) y la pregunta 9
(¿Organiza tu tiempo libre? ¿Sientes que en los ratos de ocio tienes que
consultarle lo que hacer?), las cuales presentan prácticamente el mismo
porcentaje, con un 12,5% y un 12,4% respectivamente.

En cuarto y último lugar, si analizamos las preguntas del bloque 4, las


cuales son referentes al el consumo de drogas y la codependencia, podemos
observar en primera instancia, que la mayoría consumen drogas, ya que un
22,1% contestó “Sí” y un 44,7% contestó “a veces”, siendo la suma de ambas
un 66,8% de consumidores/as, frente a un 33,2% que no consumen.

53
Los cuatro tipos de drogas que más se consumen entre las personas
participantes son: en primer lugar, alcohol con un 62,2%; en segundo lugar,
tabaco con un 34,5%; en tercer lugar, cannabis con un 22,3%; y en cuarto
lugar, cocaína con un 5%.

Por otra parte, del 57% de las personas encuestadas que tienen o han
tenido pareja en algún momento, un 25,2% ha contestado que su pareja “sí”
consume drogas, y un 30,4% ha contestado que su pareja consume drogas “a
veces”, con lo que la suma de ambos corresponde a un 55,6%, lo cual sería la
mayoría de las parejas de las personas encuestadas consumen drogas.

Los cuatro tipos de drogas que más se consumen entre las parejas de las
personas participantes se encuentran: en primer lugar, alcohol siendo un
49,6%; en segundo lugar, tabaco siendo un 29,6%; en tercer lugar, 23,7%; y,
en cuarto lugar, cocaína con un 4,4%.

Para finalizar, en cuanto a los resultados expuestos de la pregunta 19


(¿Consumes drogas cuando estás con tu pareja?), hemos observado que la
mayoría de las personas encuestadas con pareja han respondido que “no”
siendo un 51,9%, dejando más específicamente que la razón por la que no
consumen con su pareja es por otros motivos diferentes a los expuestos en el
cuestionario de la investigación, siendo este porcentaje un 13,3% de ellos/ellas.
Por el contrario, un 33,3% han contestado que “sí” consumen cuando están con
su pareja, presentando como motivos con mayor porcentaje las repuestas B y
C, siendo 8,9% y 9,6% respectivamente.

54
CONCLUSIONES

De acuerdo con análisis al que hemos sometido los resultados del


estudio y algunos aspectos recogidos del marco teórico, hemos determinado
las siguientes conclusiones.

En primer lugar, podemos decir, que la mayoría de los/las adolescentes


del Puerto de la Cruz que han participado en la realización de los cuestionarios
son dependientes emocionales, hablando en términos generales, con lo cual,
tienen la gran necesidad de siempre contar con el apoyo incondicional de
alguna persona significativa en sus vidas.

En segundo lugar, podemos confirmar que la mayoría de los/las


participantes, consumen drogas habitualmente o la consumen de vez en
cuando. Más concretamente podemos afirmar que los chicos consumen más
que las chicas.

En tercer lugar, logramos corroborar que el mayor porcentaje de


encuestados/as, afirman que tienen pareja actualmente o la han tenido en
algún momento, con lo que podemos afirmar, además que existe esa
necesidad de contar con alguien significativo, como bien decíamos
anteriormente.

En cuarto lugar, hemos podido reconocer que un alto porcentaje de


personas consumidoras que tienen pareja, son consumidores de drogas, y
además sus parejas también lo son, llegando, además, prácticamente a
consumir lo mismo que su compañero/a sentimental.

Y en último lugar, podemos afirmar que a pesar de que la gran mayoría


de los/las participantes consumen drogas y tienen pareja que consume, los
momentos en los que consumen no los suelen compartir con ellos/ellas por
diversos motivos.

Con los resultados obtenidos, así como estas conclusiones puntuales a


las que hemos llegado con la realización de la investigación, si observamos las
hipótesis que tenemos desarrolladas inicialmente, podemos corroborar que
todas se cumplen en su totalidad, puesto que se ve completamente reflejado en
los resultados que:

55
- La mayoría de los/las jóvenes que consumen son dependientes
emocionales.
- La mayoría de las personas encuestas que son dependientes
emocionales, son chicas.
- Las chicas son más dependientes de sus parejas que los chicos.
- La mayoría de las personas encuestas consumidoras de drogas, tienen
pareja que también las consume.
- Existe relación entre la dependencia de la pareja y el consumo de
drogas (codependencia).
- Los chicos consumen más drogas que las chicas.
- Los dependientes emocionales, son más propensos a ser dependientes
de sus parejas.
- Las drogas más consumidas en la actualidad entre los jóvenes del
municipio del puesto de la Cruz, son tabaco, alcohol, cannabis y
cocaína.

Para finalizar, podemos concluir argumentando que la realización de este


trabajo ha aportado a quien lo suscribe, una comprensión más profunda acerca
de la dependencia emocional, puesto que hemos visto claramente como existe
en el ser humano la necesidad impune de contar con una persona significativa,
ya sea una pareja, un familiar, un amigo/a, etc. Así como unos conocimientos
más íntegros acerca de todo lo que tiene que ver con las adicciones y las
drogas.

A lo largo de la carrera, se aprende que ante todo un Trabajador/a Social no


está para quedarse conforme acerca de estos temas, sino que por el contrario
debemos trabajar para fortalecer aquellas debilidades que existen en los/las
jóvenes de la actualidad, para que éstos sean más independientes en todos los
sentidos, y así no necesiten “engancharse” a nadie ni a nada, para estar bien
consigo mismos/as o incluso solucionar sus problemas.

56
PROPUESTAS DE MEJORA

De acuerdo con las conclusiones a las que hemos llegado con el


desarrollo de esta investigación, quien suscribe el trabajo ha sugerido distintas
propuestas de mejora que se podrían aplicar en el municipio del Puerto de la
Cruz, para así mejorar aquellos proyectos vigentes y tomar medidas en los
planes, programas y proyectos que se traten en el futuro. Estas medidas son
las siguientes, conforme al III Plan Municipal en Drogodependencias y otras
Adicciones, por el cual se rige el Servicio Municipal en Prevención de
Adicciones del Puerto de la Cruz:

- La suscriptora de este trabajo, realizaría un proyecto específico para


tratar la dependencia emocional en los institutos del municipio, puesto
que como hemos visto en los resultados repercute tanto en el consumo
de drogas como en la dependencia en general de tener a alguien
significativo, por lo que podríamos afirmar que es una adicción más y un
tema muy importante a tratar.
- Además, propone la posibilidad de realizar talleres en los que se trate
por separado con los/las adolescentes, para trabajar sobre cómo
podrían ser más independientes. Esto, por un lado, podría llevar a
mejorar el tema del consumo de drogas, ya que no tendría que consumir
ninguna sustancia para evadir realidades, sentirse bien, sentirse
aceptados, etc. Y, por otro lado, se trataría sobre tema de la
dependencia emocional, para que cuando no cuentan con esa persona
significativa, que les apoya en todo, etc. No les afecte tanto como para
aferrarse a que no son capaces de salir solos hacia delante.
- Para finalizar, plantea el desarrollo de actividades con los padres y
madres de dichos adolescentes, para abordar temas sobre la educación
que les están aportando a sus hijos/as, ya que, indirectamente es lo que
les hace que ellos/ellas sean tan dependientes.

57
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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df

61
ANEXOS

11.1 CUESTIONARIO:

CUESTIONARIO PARA ANALIZAR LA DEPENDENCIA DE LAS RELACIONES DE PAREJA EN


LOS/LAS ADOLESCENTES DEL PUERTO DE LA CRUZ:

Este cuestionario es anónimo. Con el pretendemos conocer tu opinión acerca de los


siguientes apartados. Lee atentamente y contesta con sinceridad, recuerda que no hay
respuestas correctas o incorrectas. GRACIAS POR TU COLABORACIÓN.

EDAD: SEXO:

CURSO: MUJER

HOMBRE

1. la hora de tomar una decisión…


A. Prefiero que las personas importantes para mí estén de acuerdo, pero si no lo
están sigo adelante.
B. Necesito que las personas importantes para mí me animen y estén de acuerdo
conmigo.
C. Necesito que las personas importantes para mí me animen a pesar de que no
estén de acuerdo conmigo.

2. Tener al lado a una persona más fuerte que yo para afrontar diferentes situaciones…
A. Es indispensable en mi vida
B. Viene bien, pero con quien tengo que contar es conmigo mismo/a
C. Es importante, pero no indispensable en mi vida

3. Cuando no tengo pareja o persona muy cercana (por ejemplo, un mejor amigo/a):
A. No me siento bien
B. Prefiero encontrarla, pero si no la tengo también estoy bien
C. Me encuentro bien si me va bien

4. ¿Con qué frecuencia sientes malestar (miedo, tristeza) cuando no tienes personas
importantes para ti?
A. Frecuentemente
B. A veces
C. Casi nunca

62
5. ¿Tienes pareja? En caso de que tu respuesta sea No, pasa a la pregunta 15.
A. Si
B. No
C. No, pero la he tenido

6. Sexo de tu pareja:
A. Hombre
B. Mujer

7. ¿Controla tu móvil y tus redes sociales?


A. Si
B. No

8. ¿Se enfada si inviertes más tiempo libre en tus amistades o familiares del que considera
necesario?
A. Si
B. No

9. ¿Organiza tu tiempo libre? ¿Sientes que en los ratos de ocio tienes que consultarle lo que
hacer?
A. Si
B. No

10. ¿Te dice cómo tienes que vestirte? ¿Prefieres vestirte como él/ella dice, para evitar
discusiones?
A. Si
B. No

11. Cuando se han enfadado, ¿la mayoría de las veces cedes tú aun teniendo la razón porque
si no podría estar días sin hablarte o haciéndote el vacío?
A. Si
B. No

12. ¿Sientes que necesitas su aprobación en cada cosa que haces, o incluso piensas?
A. Si
B. No

13. ¿Sientes que no puedes ser tú mismo/a cuando estás con tu pareja?
A. Si
B. No

14. ¿Te trata como si fuera tu padre/madre en lugar de tu pareja?


A. Si
B. No

15. ¿Consumes drogas?


A. Si
B. No

63
C. A veces
16. ¿Cuál/ cuáles de los tipos de drogas de a continuación consumes? Márcala/s.
A. TABACO
B. ALCOHOL
C. CANNABIS
D. COCAÍNA
E. HEROÍNA
F. PSICOFÁRMACOS
G. DROGAS DE SÍNTESIS (ÉXTASIS, MDMA, LSD…)
H. DISOLVENTES Y SUSTANCIAS VOLATILES (PINTURA, GASOLINA…)
I. NOOTROPICOS (Drogas inteligentes)

EN CASO DE NO TENER PAREJA, EL CUESTIONARIO PARA TI, HA


FINALIZADO, GRACIAS POR TU COLABORACIÓN.

17. ¿Tu pareja consume?


A. Si
B. No
C. A veces
18. ¿Cuál/ cuáles de los tipos de drogas de a continuación consume tu
pareja? Márcala/s.
A. TABACO
B. ALCOHOL
C. CANNABIS
D. COCAÍNA
E. HEROÍNA
F. PSICOFÁRMACOS
G. DROGAS DE SÍNTESIS (ÉXTASIS, MDMA, LSD…)
H. DISOLVENTES Y SUSTANCIAS VOLATILES (PINTURA,
GASOLINA…)
I. NOOTROPICOS (Drogas inteligentes)

19. ¿Consumes drogas cuando estas con tu pareja? Elige la respuesta que más se adapte a ti
o escribe si hay algún motivo diferente:
A. SI

B. Sí, porque, ella/él también lo hace no tengo ningún problema, es más me incita
hacerlo

a mí también, y así pasamos un buen rato juntos.

C. Sí, porque, ella/él no lo hace, pero no le importa que yo lo haga mientras estoy

64
con él/ella.
D. Sí, ya que empecé a consumir con él/ella.
E. Sí, aunque a él/ella le molesta, yo lo sigo haciendo, es algo que me gusta y
nadie podrá cambiar.
F. Otros motivos……………………………………………………………

G. NO

H. No, porque ella/él no lo hacen por lo que se enfada si me ve consumir drogas a


mí.
I. No, porque quiere que deje de consumir.
J. No, porque no sabe qué consumo, le miento.

K. No, porque es algo que solo hago con mis amigos/as.


L. Otros motivos……………………………………………………………

EL CUESTIONARIO HA FINALIZADO.
GRACIAS POR TU COLABORACIÓN.

65
11.2 Tablas de resultados de los cuestionarios:

- TABLA DE GRÁFICO 1:

- FRECUENCIA PORCENTAJE

16 64 29,4%

17 55 25,2%

18 45 20,6%

19 21 9,6%

20<X>25 33 15,1%

TOTAL 218 100%

- TABLA DE GRÁFICO 2:

CURSO FRECUENCIA PORCENTAJE

1º BACHILLER 81 37,2%

2º BACHILLER 38 17,4%

FP GRADO MEDIO 90 41,3%

FP GRADO SUERIOR 9 4,1%

TOTAL 218 100%

66
- TABLA DE GRÁFICO 3:

SEXO FRECUENCIA PORCENTAJE

HOMBRE 134 57,8%

MUJER 98 42,2%

TOTAL 232 100%

- TABLA DE GRÁFICO 4:

PREGUNTA 1 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 114 48,1%

B 76 32,1%

C 47 19,8%

TOTAL 237 100%

- TABLA DE GRÁFICO 5:

PREGUNTA 2 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 19 8,0%

B 156 65,8%

67
C 62 26,2%

TOTAL 237 100%

- TABLA DE GRÁFICO 6:

PREGUNTA 3 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 38 16,1%

B 101 42,8%

C 97 41,1%

TOTAL 236 100%

- TABLA DE GRÁFICO 7:

PREGUNTA 4 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 32 13,5%

B 114 48,1%

C 91 38,4%

TOTAL 237 100%

68
- TABLA DE GRÁFICO 8:

PREGUNTA 5 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 117 49,4%

B 102 43,0%

C 18 7,6%

TOTAL 237 100%

- TABLA DE GRÁFICO 9:

PREGUNTA 6 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 70 50,4%

B 69 49,6%

TOTAL 139 100%

- TABLA DE GRÁFICO 10:

PREGUNTA 7 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 15 11,0%

B 121 89,0%

69
TOTAL 136 100%

- TABLA DE GRÁFICO 11:

PREGUNTA 8 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 17 12,5%

B 119 87,5%

TOTAL 136 100%

- TABLA DE GRÁFICO 12:

PREGUNTA 9 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 17 12,4%

B 120 87,6%

TOTAL 137 100%

- TABLA DE GRÁFICO 13:

PREGUNTA 10 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 5 3,6%

B 132 96,4%

70
TOTAL 137 100%

- TABLA DE GRÁFICO 14:

PREGUNTA 11 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 44 32,1%

B 93 67,9%

TOTAL 137 100%

- TABLA DE GRÁFICO 15:

PREGUNTA 12 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 18 13,2%

B 118 86,8%

TOTAL 136 100%

- TABLA DE GRÁFICO 16:

PREGUNTA 13 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 11 8,1%

B 124 91,9%

71
TOTAL 135 100%

- TABLA DE GRÁFICO 17:

PREGUNTA 14 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 15 11,1%

B 120 88,9%

TOTAL 135 100%

- TABLA DE GRÁFICO 18:

PREGUNTA 15 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 52 22,1%

B 78 33,2%

C 105 44,7%

TOTAL 235 100%

72
- TABLA DE GRÁFICO 19:

PREGUNTA 16 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 82 34,5%

B 148 62,2%

C 53 22,3%

D 12 5,0%

E 0 0,0%

F 1 0,4%

G 5 2,1%

H 0 0,0%

I 1 0,4%

TOTAL PERSONAS ENCUESTADAS 238 100%

- TABLA DE GRÁFICO 20:

PREGUNTA 17 FRECUENCIA PORCENTAJE

73
A 34 25,2%

B 60 44,4%

C 41 30,4%

TOTAL 135 100%

- TABLA DE GRÁFICO 21:

PREGUNTA 18 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 40 29,6%

B 67 49,6%

C 32 23,7%

D 6 4,4%

E 0 0,0%

F 0 0,0%

G 7 5,2%

H 0 0,0%

I 0 0,0%

TOTAL PERSONAS ENCUESTADAS 135 100%

74
- TABLA DE GRÁFICO 22:

PREGUNTA 19 FRECUENCIA PORCENTAJE

A 45 33,3%

B 12 8,9%

C 13 9,6%

D 3 2,2%

E 2 1,5%

F 9 6,7%

G 70 51,9%

H 2 1,5%

I 3 2,2%

J 1 0,7%

K 6 4,4%

L 18 13,3%

75
TOTAL DE PERSONAS ENCUESTADAS 238 100%

76

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