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LA POSESIÓN Y LA PROPIEDAD EN EL

IMPUESTO PREDIAL: ALCANCES Y


DIFICULTADES
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LA POSESIÓN Y LA PROPIEDAD EN EL IMPUESTO PREDIAL: ALCANCES Y


DIFICULTADES

1. INTRODUCCIÓN

Los derechos de posesión y propiedad califican como derechos reales, los cuales vienen desde
la tradición romana y el Derecho que se formó en aquellos años de la antigüedad y se han
mantenido hasta la fecha con algunas variantes.

Ambos derechos tienen particularidades que determinan una relación de atributos que detenta
una persona respecto de un bien, por naturaleza mueble o inmueble (si mantenemos la
tradicional clasificación romana hasta nuestros días).

En la aplicación del Impuesto Predial resulta de importancia determinar quién es el obligado al


pago de dicho tributo, habida cuenta que el mismo grava la calidad de propietario de los
inmuebles ubicados en una determinada jurisdicción municipal.

En muchos casos será el propietario quien cumpla con efectuar el pago del Impuesto Predial,
en cumplimiento de lo indicado por la Ley de Tributación Municipal. Pero ¿qué sucede si no
existe propietario del predio?, ¿será el poseedor el obligado al pago del mencionado tributo?.
La respuesta a estas interrogantes será materia de análisis en el presente informe.

2. LOS DERECHOS REALES: Algunos alcances de la doctrina

Respecto a los Derechos Reales ROMERO ROMAÑA nos indica que dicha expresión “no se
remonta al derecho romano. En él no existía una voz que comprendiera todas las
instituciones jurídicas que hoy se agrupan bajo esta denominación. Fue creado por los
comentadores del derecho romano y ha sido adoptada por los tratadistas y las
legislaciones modernas” 1.

GARCÍA MAYNEZ dice “El derecho real es el que ejercitamos en forma inmediata sobre
una cosa. Es una facultad en virtud de la cual la cosa nos pertenece, ya sea en su totalidad
o en ciertos aspectos, según el derecho de propiedad que tengamos o por tener derecho
a alguno de sus desmembramientos, como son las servidumbres o el usufructo”.2

MUÑOZ ROCHA indica con respecto al derecho real que “Es el poder jurídico que ejerce
directa o indirectamente una persona sobre una cosa sobre el fin de obtener de ella el
aprovechamiento parcial o total para el cual está facultado y que puede ser oponible
universalmente”3.

Cabe mencionar que dentro de la categoría “Derechos Reales” encontramos, entre otros, a:
(i) Posesión.
(ii) Propiedad.
(iii) Servidumbre.
(iv) Usufructo.
(v) Habitación.
(vi) Prenda (derecho real de garantía).
(vii) Hipoteca (derecho real de garantía).
(viii) Anticresis (derecho real de garantía).

3. LA POSESIÓN

Debemos recordar que la posesión de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española es


el “… acto de poseer o tener una cosa corporal con ánimo de conservarla para sí o para
otro”4.

Tanto la posesión como la propiedad son Derechos Reales Principales establecidos en el


Código Civil Peruano de 1984.

LA POSESIÓN de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 896º del referido código establece que
es el ejercicio de uno o más poderes inherentes a la propiedad.

Para conocimiento, el poseedor solo puede ejercer los siguientes poderes:

(i) Uso.
(ii) Goce.
(iii) Disfrute.

En sí el poseedor es un propietario en potencia, toda vez que en la mayoría de casos se


comporta como propietario frente al común de las personas.

Además el poseedor puede hacer uso de la llamada prescripción adquisitiva de dominio, una
acción que la ley le otorga al comportase como propietario si posee el bien de manera continua,
pacífica, pública y como propietario durante cinco años si hay buena fe, y por diez si no la hay5.

El fundamento legal que sustenta la prescripción adquisitiva de dominio lo ubicamos en el texto


del artículo 950 del Código Civil, al señalar que:

“La propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión continua,


pacífica y pública como propietario durante diez años. Se adquiere a los cinco años
cuando median justo título y buena fe”.

“Es la posesión una presunción en la cual el poseedor es considerado el dueño mientras


no se compruebe lo contrario; esta figura jurídica creada por el legislador es muy
importante ya que si una persona propietaria abandona una cosa y la deja a su suerte,
pero otra persona la posee la cuida, la conserva, la mejora, es justo que con el transcurrir
del tiempo exista una figura que le permita adquirir la propiedad de ese bien al cual le ha
dado una utilidad y ha gastado tiempo en conservarlo. Es la posesión el camino para que
con el transcurrir del tiempo se adquieran los bienes por prescripción adquisitiva de
dominio”6.
En la doctrina SALVAT precisa algunas ideas relacionadas con la posesión. El indica que “La
posesión no debe ser confundida con la propiedad: 1º) La posesión confiere al poseedor
el derecho de tener la cosa sometida a su voluntad, de usarla y aprovecharla como lo
crea más conveniente y este conjunto de derechos recibe en doctrina el nombre de jus
possessionis o derechos derivados de la posesión; la propiedad confiere al propietario
el derecho de poseer la cosa o jus possidendi, pero al lado de este derecho el propietario
tiene otro más, que le permite disponer y gozar ampliamente de ella (…) Debe tenerse en
cuenta, sin embargo, que si bien la posesión y la propiedad son cosas diferentes, existen
entre esas dos instituciones relaciones muy grandes: 1º la posesión, como veremos más
adelante, si es protegida y amparada por la ley es precisamente porque ella crea una
presunción de propiedad; 2º la posesión en sí misma es un elemento de adquisición de
la propiedad; 3º la posesión por el transcurso del tiempo conduce a la adquisición de ésta
por la prescripción adquisitiva” 7.

Veamos otra idea que sobre la posesión se indica. “La concepción básica del derecho de
JHERING que se termina de relacionar se hace visible en su caracterización de la
posesión. No es difícil establecer que partiendo de ese concepto JHERING orientó toda
su discrepancia con las ideas desarrolladas por SAVIGNY en torno a la materia. Para él,
la posesión, como se irá viendo, resultaba ser un derecho, no un hecho, y en lo tocante
a la controversia sobre si la posesión debe ser considerada entre los derechos, y en su
caso en qué clase de ellos debe ser ubicada, JHERING sostenía: Sí la definición que
nosotros hemos dado del derecho es exacta, la posesión, indudablemente, es un
derecho; es un interés jurídicamente protegido. Ahora bien, como este interés tiene por
objeto inmediato (y no indirecto como el que se presenta en las obligaciones) la cosa
misma, es preciso hacer figurar la posesión entre las relaciones jurídicas sobre la cosa”8.

Una persona que es posesionaria no tiene la calidad de propietario pero intenta o pretende
comportarse como tal, ello se manifiesta a través de la figura jurídica del “animus domini”.

Cabe hacer referencia que la figura del animus domini, es una expresión latina cuyo significado
da a entender que un sujeto tiene la voluntad de tratar un bien o cosa como suyo. De allí que la
intención de ocupar o buscar poseer en la figura de propietario resulta de necesidad
imprescindible, sobre todo para poder lograr la prescripción adquisitiva de dominio, en un futuro
cuando lo solicite a través de la vía judicial y obtenga la sentencia que lo reconozca como
propietario.

A manera de reflexión, diremos que si una persona no cuenta con el animus domini no podrá
más adelante llegar a convertirse en propietario, ya que debe demostrar a lo largo del período
para solicitar la prescripción adquisitiva dicha condición.

Conforme lo indica SAVIGNY citado por AVENDAÑO “el animus possidendi no es otra cosa
que la intención de ejercer el derecho de propiedad. Esta definición, sin embargo, no es
suficiente porque el detentador de una cosa puede tener dicha intención de dos maneras
diferentes. Ejercer el derecho de propiedad de otro o el suyo propio. Si tiene la intención
de ejercer el derecho de propiedad de otro, derecho que el reconoce, no tiene el animus
possidendi necesario para que el hecho de la detención se transforme en posesión(…)
“La segunda hipótesis es en la que el detentador tiene la intención de ejercer su propio
derecho de propiedad de suerte que en este caso el animus possidendi no es aquí otra
cosa que el animus domini o el animus sibi habendi”. “Así para ser considerado como
verdadero poseedor de una cosa (….);(…) quien pretende disponer de los hechos como
tendría el propietario la facultad de hacerlo en virtud de su derecho , implica en particular
también el desconocimiento en cabeza de otro de un derecho superior a suyo. La idea de
la posesión no exige absolutamente nada más que este animus domini; y sobre todo no
supone la convicción de ser realmente el propietario (opinio seu cogitatio domini); he
aquí por qué el ladrón y el bandido pueden también ser poseedores de la cosa robada
como el propietario mismos, y del mismo modo es diferente del arrendatario, que no es
poseedor, porque no considera la cosa como suya”9.

ROBLES MORENO indica con respecto a la figura de la prescripción adquisitiva de propiedad


lo siguiente: “La prescripción adquisitiva es un modo de adquisición de la propiedad, en
el confluyen dos factores determinantes: el transcurso de un cierto lapso de tiempo (que
varía según las circunstancias) y la existencia de una determinada calidad de poseedor
sobre el bien materia del caso”10.

¿Cuáles son los elementos que permitirían demostrar la existencia de un animus domini o
voluntad del poseedor en comportarse como propietario respecto de un bien inmueble?.

Sobre el tema con precisión GONZALES BARRÓN advierte que “Los medios probatorios
típicos que sirven para acreditar la posesión son los siguientes: las declaraciones
juradas y recibos de pago del impuesto predial o arbitrios municipales, los contratos que
se refieran al inmueble o que lo señalen como domicilio, los recibos de pagos por los
servicios públicos domiciliarios del bien, los documentos públicos, como escrituras
notariales, en los cuales se hayan señalado como domicilio el bien, las construcciones
realizadas y los recibos de pago por la asesoría técnica o de la adquisición de los
materiales de construcción, las licencias o autorizaciones tramitadas ante la autoridad
municipal o administrativa, las constancia de posesión emitidas por organizaciones
oficiales o representativas de los pobladores, los recibos de arrendamiento girados por
el solicitante en calidad de arrendador, las declaraciones testimoniales de vecinos o
colindantes o los procedimientos administrativos o judiciales que haya seguido el
poseedor y en los que la controversia gire sobre la ocupación del bien, o por lo menos
se indique el domicilio fehaciente del actor; certificados domiciliarios o inspecciones
judiciales tramitadas como prueba anticipada o que hayan sido levantadas dentro de
cualquier tipo de proceso, constataciones notariales, entre otras” .

4. LA PROPIEDAD

La Propiedad de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española es el “…derecho o


facultad de poseer alguien algo y poder disponer de ello dentro de los límites legales”12.

En cambio, LA PROPIEDAD se encuentra regulada en el artículo 923º del referido código y se


establece que es aquel poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien.

A diferencia del posesionario, el propietario puede disponer del bien, puede por ejemplo
venderlo, enajenarlo, etc. y si lo pierde puede recuperarlo a través de la acción reivindicatoria,
la cual solo puede ser ejercida por el propietario más no por el poseedor. Repasando entonces
las facultades que tiene el propietario serían las siguientes:

(i)Uso.
(ii)Goce.
(iii)Disfrute.
(iv)Enajenación.
(v) Reivindicación.

Las causales de pérdida de la propiedad se encuentran reguladas en el artículo 968º del Código
Civil y son:
• Adquisición del bien por otra persona.
• Destrucción o pérdida total o consumo del bien.
• Expropiación.
• Abandono del bien durante veinte años, en cuyo caso pasa el predio al dominio del Estado.

Con respecto al Derecho de Propiedad AVENDAÑO VALDEZ nos señala que “Los caracteres
del derecho de propiedad, como complemento de los atributos del propietario, configuran
y delinean este derecho de propiedad como el más completo de los derechos reales. La
doctrina señala cuatro caracteres: es un derecho real, es un derecho exclusivo, es un
derecho absoluto y es un derecho perpetuo. Por ser un derecho real, la propiedad
confiere a su titular las facultades de persecución y de preferencia, y además establece
respecto de la cosa una relación directa e inmediata. Por ser un derecho exclusivo, la
propiedad es erga omnes, esto es, se puede oponer a todos y excluye de su ámbito a
todo otro titular. Por ser un derecho absoluto, la propiedad confiere a su titular todas las
facultades posibles sobre un bien. Acá se insertan precisamente los atributos del
propietario referidos en el acápite anterior. Y por ser un derecho perpetuo, la propiedad
sólo se extingue cuando el bien desaparece o cuando es abandonado no así por el simple
no uso del titular” 13.

“El derecho de propiedad sobre los predios, es decir, sobre los terrenos, las casas, los
edificios y bienes similares es uno que usualmente se analiza desde el punto de vista del
derecho civil clásico. Sin embargo, las categorías conceptuales del derecho civil, muchas
veces importadas de otros países, no siempre llegan a engarzarse adecuadamente con
el contexto socioeconómico de nuestro país. De ahí que se susciten diversos problemas
sociales en torno a la propiedad predial: los asentamientos humanos y las posesiones
informales, el crecimiento desordenado de la ciudad, las construcciones irregulares, el
déficit de vivienda y de servicios básicos, etc.

Por ello, consideramos que es pertinente una investigación en torno a la propiedad


predial y específicamente al concepto de predio con una perspectiva funcionalista que
tome en consideración el desenvolvimiento de dichos conceptos en la realidad y
procurando tomar en cuenta los vínculos de este ámbito del derecho con otras ciencias
como la economía, la sociología y el urbanismo”14.

En la doctrina extranjera ALBALADEJO indica que “El derecho de propiedad (como


cualquier derecho subjetivo) es un poder unitario, en el sentido de que concede sobre la
cosa un señorío global, del que las distintas facultades (que frecuentemente la propia ley
o la jurisprudencia o doctrina denomina derechos) o posibilidades de hacer (u omitir)
respecto de la cosa (así, usarla, percibir sus frutos, modificarla, excluir a los demás de la
misma, etc.) son solo manifestaciones. Así como si se dijese: sobre la cosa X se puede
todo (derecho total), luego cabe (facultades) usarla, disfrutarla, modificarla, excluir a
otros, enajenarla, etc. Hacer esta especificación tiene solo la utilidad de proporcionar una
idea más detallada de adonde llega en esos puntos contemplados, el poder del
propietario”15.

Cabe indicar que desde mucho tiempo atrás se ha determinado que el derecho de propiedad se
ha generado en aplicación del derecho natural y luego por la aplicación de las reglas del derecho
civil.

Ello se puede apreciar la información que aparece en las INSTITUCIONES DE JUSTINIANO,


cuando indica que “Las cosas llegan a ser propiedad de los particulares, de muchas
maneras. En efecto, se adquiere el dominio, o por derecho natural, llamado, como hemos
dicho, derecho de gentes, o por el derecho civil. Para mayor comodidad, es preciso
exponer antes el derecho más antiguo, y éste es evidentemente el derecho natural, que
nació con la naturaleza de las cosas, con los mismos hombres, mientras que los
derechos civiles sólo tuvieron origen cuando empezaron a fundarse ciudades, crearse
magistrados y escribirse leyes”16.

“La propiedad sin la posesión sería un tesoro sin la llave para abrirlo, un árbol frutal sin
la escalera necesaria para cosechar los frutos. La utilización económica consiste, según
la naturaleza diversa de las cosas, en el uti, frui, consumere. La protección jurídica contra
el despojo reside en que al defender al poseedor se defiende al propietario. La posesión
es el contenido del derecho de propiedad” 17.

5. ¿QUÉ ES LO QUE GRAVA EL IMPUESTO PREDIAL?

Coincidimos con lo expresado por RUIZ DE CASTILLA PONCE DE LEÓN y ROBLES


MORENOcuando precisan que “El Impuesto Predial – IP constituye una modalidad de
imposición al patrimonio. Más exactamente el IP grava un elemento del patrimonio: el
predio”18.

Al efectuar una revisión de la legislación que regula el Impuesto predial, observamos la


existencia de la Ley de Tributación Municipal, la cual fue aprobada por el Decreto Legislativo Nº
776, el cual fuera publicado en el Diario Oficial El Peruano el 31 de diciembre de 1993 y se
encuentra vigente desde el 1 de enero de 1994. Existe un Texto Único Ordenado – TUO de
dicha norma que fue aprobado mediante Decreto Supremo Nº 156-2004-EF.

En el artículo 8º de la Ley de Tributación Municipal, se precisa que el Impuesto Predial grava el


valor de los predios urbanos y rústicos. Dicho artículo también determina que se considera
predios a los terrenos, incluyendo los terrenos ganados al mar, a los ríos y a otros espejos de
agua, así como las edificaciones e instalaciones fijas y permanentes que constituyan partes
integrantes de dichos predios, que no pudieran ser separadas sin alterar deteriorar o destruir la
edificación.

En el Derecho Comparado se puede apreciar que en México el tratadista DE HOYOS señala


que “El impuesto predial, como su nombre lo dice, es el gravamen que recae sobre la
propiedad o posesión de predios. El objeto de esta contribución es el valor catastral del
terreno y los sujetos obligados a su pago son los dueños o posesionarios del mismo
según sea el caso”19.

Es interesante analizar lo que señala SMOLKA y DE CESARE acerca del Impuesto Predial.
Ellos indican que

“El impuesto predial constituye, al menos potencialmente, la fuente más importante de


recaudación local que podría utilizarse para brindar una infraestructura urbana y
servicios públicos. Además, acreditamos que la parte del impuesto predial gravada sobre
el valor del suelo aumenta la oferta de suelos con servicios en el mercado”20.

Cabe señalar que este impuesto es de recaudación de las Municipalidades Distritales en donde
se encuentre ubicado el predio.

6. ¿QUIÉN ES EL OBLIGADO AL PAGO DEL IMPUESTO PREDIAL?


De acuerdo a lo indicado por el texto del artículo 9º de la Ley de Tributación Municipal, se indica
que son sujetos pasivos en calidad de contribuyentes, las personas naturales o jurídicas
propietarias de los predios, cualquiera sea su naturaleza.

Excepcionalmente, se considerará como sujetos pasivos del impuesto a los titulares de


concesiones otorgadas al amparo del Decreto Supremo Nº 059-96-PCM, Texto Único Ordenado
de las normas con rango de Ley que regulan la entrega en concesión al sector privado de las
obras públicas de infraestructura y de servicios públicos, sus normas modificatorias,
ampliatorias y reglamentarias, respecto de los predios que se les hubiesen
entregado en concesión, durante el tiempo de vigencia del contrato.

Los predios sujetos a condominio se consideran como pertenecientes a un solo dueño, salvo
que se comunique a la respectiva Municipalidad el nombre de los condóminos y la participación
que a cada uno corresponda. Los condóminos son responsables solidarios del pago del
impuesto que recaiga sobre el predio, pudiendo exigirse a cualquiera de ellos el pago total.

Cuando la existencia del propietario no pudiera ser determinada, son sujetos obligados al pago
del impuesto, en calidad de responsables, los poseedores o tenedores, a cualquier título, de los
predios afectos, sin perjuicio de su derecho a reclamar el pago a los respectivos contribuyentes.

Nótese que solo el último párrafo del artículo 9º de la Ley de Tributación Municipal, es el que
reconoce la posibilidad de afectar con el pago del Impuesto Predial, al ocupante que tiene la
calidad de poseedor del predio ubicado en una determinada jurisdicción municipal.

7. ¿QUÉ DOCUMENTO EXIGE LA MUNICIPALIDAD PARA PODER REGISTRAR UN


PREDIO?

Cuando un propietario de un predio (sea persona natural, sucesión indivisa, sociedad conyugal,
persona jurídica, u otros) se acerca a la Municipalidad de la jurisdicción donde se encuentra
ubicado el predio que adquirió para poder registrarlo, la entidad edil le exigirá la presentación
de un título que acredite la condición de propietario del mismo.

Este documento puede ser un contrato privado de compraventa, una transacción judicial o
extrajudicial, un contrato de permuta, un contrato de donación21, dación en pago, sentencia que
acredita el otorgamiento de título por prescripción adquirente de dominio, entre otras.

En el caso específico de un contrato de compraventa, que es la forma más utilizada para adquirir
la propiedad de un bien inmueble, es posible que el comprador se presente a la Municipalidad
respectiva con cualquiera de los siguientes documentos:

(i) su contrato de compraventa privado con las firmas de los contratantes.

(ii) su contrato de compraventa privado con las firmas de los contratantes legalizadas ante
Notario Público.

(iii) su contrato de compraventa en minuta firmada por las partes contratantes ingresada a una
notaría y con número de kárdex.

(iv) una Escritura Pública otorgada por una Notaría donde indica la transacción de compraventa
realizada por las partes contratantes.
(v) una ficha registral donde da cuenta de la inscripción de la partida electrónica del contrato de
compraventa.

Pero ¿cuál de todos estos documentos debe cumplir con presentar el comprador?, en realidad
la respuesta a dicha consulta es cualquiera. Recordemos que conforme lo indica el texto del
artículo 949° de Código Civil “La sola obligación de enajenar un inmueble determinado
hace al acreedor propietario de él, salvo disposición legal diferente o pacto en contrario”.

Bajo esta lógica, bastaría con que el comprador presente cualquiera de los documentos antes
mencionados para poder inscribir su propiedad ante la Municipalidad respectiva, pudiendo
realizar inclusive con la forma más elemental que es el contrato privado firmado por las partes
contratantes.

No corresponderá considerar como contrato de transferencia de propiedad a los contratos


preparatorios22, los cuales en sí solo son contratos orientados a la firma de otro acuerdo por el
cual si corresponde la transferencia de propiedad.

Para mejor explicación de lo indicado en el párrafo anterior apreciamos el pronunciamiento


emitido por el Tribunal Fiscal ad emitir la RTF N° 834-7-2008, la cual indica con respecto a la
acreditación de la calidad de propietario y contrato preparatorio lo siguiente:

“El contribuyente deberá presentar documentación que compruebe su propiedad, para


tal efecto no se considerará como tal un contrato preparatorio”.

Tengamos presente que la Municipalidad no puede hacer distingos donde la ley no lo hace, por
ello no sería correcto que dicha entidad solo realice la inscripción de los predios exigiendo al
propietario que se acerque el título de propiedad inscrito en los registros públicos o quizás la
exigencia del contrato privado que cuente con minuta elevada a Escritura Pública.

Lamentablemente, por la aplicación de este tipo de normativa civil se pueden presentar casos
de fraudes al existir la posibilidad que más de una persona intente registrar el predio ante la
respectiva Municipalidad, ya que un “propietario” puede solicitar inscribir su predio con un
contrato privado con firmas legalizadas y otro “propietario” lo realice ante la misma entidad con
un contrato elevado a Escritura Pública. Frente a esta situación la Municipalidad no puede
realizar una elección y procederá a inscribir el mismo predio a dos personas con código de
registro distinto.

Lo antes indicado determina que existirán dos contribuyentes que acreditan propiedad del
inmueble ante la misma entidad municipal y los dos serán obligados al pago del Impuesto
Predial. Recordemos que la Municipalidad no es el Poder Judicial, por esta razón no puede
señalar o distinguir quien es el verdadero propietario, situación que necesariamente será
materia de una demanda presentada ante dicho poder del Estado quien al revisar el proceso y
culminar el mismo con una sentencia consentida y ejecutoriada señale quien es el real
propietario. Mientras esta situación no se produzca la exigencia del cobro del Impuesto Predial
será obligatoria para ambas partes litigantes en la respectiva municipalidad.

8. ¿QUÉ HACER FRENTE A LA NEGATIVA Y/O CONDICIONAMIENTO DE LA MESA DE


PARTES DE ACEPTAR DOCUMENTACIÓN PRESENTADA POR EL CONTRIBUYENTE?

En caso que la Municipalidad se niegue a la recepción de documentos para acreditar la


“propiedad” o realice una discriminación a un contribuyente prefiriendo un tipo de documento
conforme lo indicamos en líneas arriba, el “propietario” perjudicado en su derecho de inscripción
podrá solicitar la presencia de un Notario Público, quien dará fe de tal hecho.

Conforme lo determina el texto del artículo 2º de la Ley del Notariado, aprobada mediante
Decreto Legislativo Nº 1049: “El Notario es el profesional del Derecho que está autorizado
para dar fe de los actos y contratos que ante él se celebran. Para ello formaliza la voluntad
de los otorgantes, redactando los instrumentos a los que confiere autenticidad, conserva
los originales y expide los traslados correspondientes.

Su función también comprende la comprobación de hechos y la tramitación de asuntos


no contenciosos previstos en las leyes de la materia.”

Como se aprecia, el Notario Público para poder comprobar los hechos que las partes le solicitan,
debe emitir un Acta, la cual califica como un Instrumento Público Extraprotocolar conforme a lo
dispuesto por el artículo 26º de la Ley del Notariado, en la cual registra y certifica los actos,
hechos o circunstancias que él presencie por razón de su función.
Con esta certificación notarial el administrado podrá iniciar acciones legales contra la entidad
que se niega a recepcionar la documentación presentada en la mesa de partes. Inclusive esta
certificación servirá para plantear una queja ante el Tribunal Fiscal.

Sobre el tema resulta pertinente la cita de la RTF N° 11330-7-2008, la cual indica con respecto
a la recepción de las declaraciones juradas del Impuesto Predial lo siguiente:

“Las normas que regulan el Impuesto Predial no han establecido la obligación del declarante
que se considera contribuyente de acreditar la propiedad del predio, razón por la cual la
Administración Tributaria no puede negarse a recibir sus declaraciones juradas ni sus pagos”.

En ese mismo sentido observamos el pronunciamiento del Tribunal Fiscal en la RTF N° 7652-
7-2008, ligada al hecho que no hay obligación del declarante que se considera contribuyente de
acreditar la propiedad del predio. La referida RTF indica lo siguiente:

“Las normas que regulan el IP no han establecido la obligación del declarante que se considera
contribuyente de acreditar la propiedad del predio objeto del impuesto, razón por la cual la
Administración Tributaria no podría negarse a recibir sus declaraciones juradas ni sus pagos”.

Un tercer pronunciamiento del Tribunal Fiscal con respecto a que la declaración jurada no
implica reconocimiento de propiedad se aprecia en la RTF N° 4176-1-2007 cuando se menciona
que:

“La recepción de la declaración jurada de autovalúo por parte de la Administración Tributaria es


un acto de carácter administrativo que no implica el reconocimiento de un derecho de propiedad
sobre un inmueble, lo cual sí podría ser determinado en el Poder Judicial.

Asimismo, la Administración Tributaria no puede negarse a recibir dichas declaraciones, ni


puede declarar la nulidad de las mismas, por el hecho que el contribuyente cuestione el derecho
de propiedad, ya que no es competente para resolver dicha situación”.

9. ¿UN POSESIONARIO PUEDE CUMPLIR CON EL REGISTRO DEL PREDIO ANTE LA


MUNICIPALIDAD RESPECTIVA?
La respuesta a esta interrogante necesariamente nos lleva a realizar un análisis de la posesión
del predio por parte de una persona.

Recordemos que el último párrafo del texto del artículo 9° de la Ley de Tributación Municipal
considera que “Cuando la existencia del propietario no pudiera ser determinada, son sujetos
obligados al pago del impuesto, en calidad de responsables, los poseedores o tenedores, a
cualquier título, de los predios afectos, sin perjuicio de su derecho a reclamar el pago a los
respectivos contribuyentes”.

Este último párrafo del artículo 9º de la Ley de Tributación Municipal, es el que reconoce la
posibilidad de afectar con el pago del Impuesto Predial, a la persona que tenga la calidad de
ocupante, lo cual en términos que estamos analizando sería considerado como el poseedor del
predio ubicado en una determinada jurisdicción municipal.

Pero el ocupante de un predio también puede ser un inquilino, en la medida que exista un
contrato de arrendamiento celebrado con el propietario, ¿será posible entonces que un inquilino
pueda ser obligado al pago del Impuesto Predial?. Consideramos que el inquilino no podría ser
obligado al pago de un impuesto que le corresponde su cancelación al propietario, además que
el título con el que se encuentra en contacto directo con el inmueble no le otorga el animus
possidendi, lo cual descartaría que cuente con animus domini, ya que su intencionalidad no es
comportarse como propietario sino más bien como sujeto que detenta la posesión pero bajo el
concepto de inquilino.

En este punto resaltamos el pronunciamiento del Tribunal Fiscal al emitir la RTF N° 17084-7-
2008, el cual está relacionado con la prelación de propietario sobre poseedor. La RTF en
mención indica lo siguiente:

“Para que un poseedor sea sujeto obligado al pago del Impuesto Predial en calidad de
responsable, se debe verificar que la existencia del propietario del inmueble no pudiera ser
determinada, por lo que no podría aplicarse responsabilidad al poseedor cuando el predio
pertenezca a un tercero, aunque existan indicios de que este los posea.”

Otro pronunciamiento del Tribunal Fiscal relacionado con el tema materia de análisis, lo
encontramos en la RTF Nº 06369-7-2009, cuando indica que:

“No resulta suficiente tener la condición de poseedores atribuida en una fecha de fiscalización
a efectos de establecer la responsabilidad de los recurrentes al pago del Impuesto Predial”.

Otro pronunciamiento del Tribunal Fiscal sobre el tema es la RTF N° 12299-11-2010, a través
del cual se analizó si el predio pertenece a un tercero identificado, no cabe considerar al
poseedor de dicho predio como responsable del pago del Impuesto Predial. El pronunciamiento
indicó el siguiente criterio:

“Se revoca la apelada que declaró infundada la reclamación contra la Resolución de


Determinación emitida por Impuesto Predial de 1998 a 2004 y se deja sin efecto dicho valor.

El supuesto de excepción para que un poseedor sea sujeto obligado al pago del Impuesto
Predial en calidad de responsable, es que la existencia del propietario del inmueble no pueda
ser determinada, lo que no podría ocurrir si el predio pertenece a un tercero ya identificado.

La recurrente como la Administración concuerdan en que el predio no es de propiedad de la


recurrente, sino que sólo detenta el uso, por lo que no resulta procedente tal determinación y
cobro, pues aquella no era propietaria del referido predio sino un tercero plenamente
identificado, por lo que no cabe atribuirle dicha deuda en virtud del artículo 9° de la Ley de
Tributación Municipal, siendo que carece de sustento emitir pronunciamiento sobre los demás
argumentos expuestos por la recurrente”.

La Administración Tributaria Municipal puede exigirle al poseedor la constancia de posesión, la


cual es entregada normalmente por las propias Municipalidades o por alguna instancia
gubernamental ligada a la titulación de los predios.

Una vez registrado el predio del poseedor ante la Municipalidad respectiva, es casi seguro que
dicha persona cumpla a cabalidad con el pago oportuno del Impuesto Predial a su cargo, la cual
le servirá más adelante como prueba ante el proceso que pretenda llevar a cabo para solicitar
la prescripción adquisitiva de dominio ante el Poder Judicial.

10. ¿QUÉ OBLIGACIONES TRIBUTARIAS CORRESPONDE CUMPLIR A UN


CONTRIBUYENTE DEL IMPUESTO PREDIAL?: SEA PROPIETARIO O POSEEDOR

En el caso de los contribuyentes, sean estos propietarios o poseedores corresponde cumplir


con la presentación de declaraciones juradas del Impuesto Predial ante la municipalidad
respectiva donde se ubica el inmueble.

Para ello debemos revisar lo señalado en el artículo 14º de la Ley de Tributación Municipal. se
indica que los contribuyentes se encuentran en la obligación de presentar la declaración jurada
de manera obligatoria en los siguientes casos:

a) Anualmente, el último día hábil del mes de febrero, salvo que el Municipio establezca una
prórroga.

b) Cuando se efectúa cualquier transferencia de dominio de un predio o se transfieran a un


concesionario la posesión de los predios integrantes de una concesión efectuada al amparo del
Decreto Supremo Nº 059-96-PCM, Texto Único Ordenado de las normas con rango de Ley que
regulan la entrega en concesión al sector privado de las normas públicas de infraestructura y
de servicios públicos, sus normas modificatorias, ampliatorias y reglamentarias, o cuando la
posesión de éstos revierta al Estado, así como cuando el predio sufra modificaciones en sus
características que sobrepasen el valor del cinco (5) UIT. En estos casos, la declaración jurada
debe presentarse hasta el último día hábil del mes siguiente de producidos los hechos.

c) Cuando así lo determine la administración tributaria para la generalidad de contribuyentes y


dentro del plazo que determine para tal fin.

10.1 LAS DECLARACIONES DE TIPO DETERMINATIVO

Bajo este rubro se pueden ubicar a las declaraciones juradas presentadas por los contribuyentes
en las cuales ellos mismos determinan el contenido de la obligación tributaria, indicando los
elementos que sirven para el cálculo del pago del Impuesto Predial, como por ejemplo el tipo
de edificación, el uso, las características de los materiales utilizados, la antigüedad del predio,
entre otros datos.

10.1.1 LA PRESENTACIÓN DE LA DECLARACIÓN JURADA ANUAL DEL IMPUESTO


PREDIAL POR PARTE DEL CONTRIBUYENTE (DECLARACIÓN DETERMINATIVA)
Tal como lo indicamos en puntos anteriores, el propietario de un predio que tenga la calidad de
contribuyente ante la municipalidad respectiva, se encuentra en la obligación de presentar una
declaración anual del Impuesto Predial ante la jurisdicción donde se encuentra ubicado el
inmueble.

Es pertinente indicar que esta declaración jurada corresponde al mismo año por el cual se
declara. Por ejemplo, si se debe cumplir con la presentación de la declaración jurada anual del
Impuesto Predial por el año 2015, ello implica que la declaración se presenta en el mismo año
2015, hasta el último día hábil del mes de febrero de dicho año.

Para saber si se está obligado o no a la presentación de la declaración jurada anual del Impuesto
Predial se debe verificar que situación se tiene al 1 de enero de cada año, de tal manera que si
a esa fecha una persona era propietaria de un predio, ello determinaba que se encontraba en
la obligación de presentar la declaración jurada anual del Impuesto Predial, ello al margen que
posteriormente a esa fecha dicho propietario haya transferido la propiedad de dicho predio a
una tercera persona.

El comprador del predio que hubiera adquirido la propiedad del vendedor posterior al 1 de enero
de cada año, no tendría la calidad de contribuyente de acuerdo con la regla establecida en el
literal a) del artículo 14º de la Ley de Tributación Municipal, por lo que no estaría en la obligación
de presentar la declaración jurada anual del Impuesto Predial de ese año sino más bien la
declaración correspondiente al año siguiente. Lo antes indicado se aprecia en la RTF Nº 09325-
7-2007, según la cual el Tribunal Fiscal indicó que “El adquirente del predio no tiene la obligación
de comunicar la transferencia de dominio a la Administración, de acuerdo con el inciso b) del
artículo 14º de la Ley de Tributación Municipal, por tanto no incurre en la infracción tipificada en
el numeral 2 del artículo 176º del Código Tributario”.

10.1.2 LA PRESENTACIÓN DE LA DECLARACIÓN JURADA ANUAL DEL IMPUESTO


PREDIAL CUANDO SE PRODUZCAN TRANSFERENCIAS DE DOMINIO DE UN PREDIO
(DECLARACIÓN INFORMATIVA)

En aplicación de lo señalado por el literal b) del artículo 14º de la Ley de Tributación Municipal,
se establece la obligación de presentar una declaración jurada del Impuesto Predial cuando se
efectúa cualquier transferencia de dominio de un predio. En este término estarían incluidas
todas las operaciones en las cuales exista la transferencia de dominio, como compraventa,
donación, permuta, dación en pago, aporte a sociedades, entre otras modalidades.

El plazo para la presentación de esta declaración es el último día hábil del mes siguiente de
producidos los hechos.

La pregunta inmediata que surgiría en el lector es si ¿el comprador del inmueble debe cumplir
con la presentación de esta declaración en el mismo plazo?. Nuestra respuesta será negativa,
toda vez que el comprador no es contribuyente sino cuando cumpla la condición de propietario
al 1 de enero del año siguiente, de tal manera que el plazo que tendría el comprador para
presentar la declaración jurada sería hasta el último día hábil del mes de febrero del año 2015
en nuestro ejemplo. Pese a ello, algunas municipalidades exigen la presentación de esta
declaración a los compradores antes de la fecha señalada e inclusive les notifica resoluciones
en las cuales determinan una multa por la supuesta omisión formal, argumentando que la
omisión está tipificada en el numeral 2 del artículo 176 del Código Tributario.

Como afirmamos anteriormente, si el comprador no es contribuyente del Impuesto Predial hasta


el 1 de enero del año siguiente al de su adquisición del predio, no tiene la obligación de
presentar la declaración del Impuesto Predial en el año en el cual adquirió el predio sino hasta
el año siguiente.

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