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Una vez seleccionada a la víctima y cometido el asesinato, el plan consistía, al igual que en
otros operativos ejecutados por la Inteligencia militar, en el encubrimiento de los autores
materiales e intelectuales del mismo, obstaculizando la administración de justicia mediante
la utilización de diferentes métodos. Así, en el subsecuente proceso judicial interno se
acumularon, y se siguen acumulando, una gran cantidad de irregularidades tanto en la fase
de investigación como en la propiamente judicial. El caso Myrna Mack ha estado bajo la
responsabilidad de doce diferentes jueces, desde el juez de paz que realizó las primeras
diligencias, hasta la Corte Suprema. A lo largo de su desarrollo, el proceso se ha dilatado
enormemente debido tanto a la presentación de múltiples recursos por parte de los
procesados como al incumplimiento de los plazos procesales por parte de las instancias
judiciales, características que no sólo se han presentado en este caso, sino en todos los
desplegados en Guatemala por violaciones a los derechos humanos en los que han
intervenido agentes del Estado. Esta serie de acciones, estrategias dilatorias y falta de
voluntad para el esclarecimiento de éste y otros casos similares son las que denominamos
cuellos de botella que asfixian cualquier proceso dificultándolo, retardándolo y, por último,
obstaculizándolo de manera indefinida para lograr la impunidad de los responsables.
La hermana de la víctima, Helen Mack, es quien junto con otras personas, ha tratado
durante más de una década de hacer y obtener justicia en este caso. Todos ellos han tenido
que pagar un alto precio por desafiar la impunidad generalizada que existe en Guatemala
respecto de los casos de violaciones de los derechos humanos. Afortunadamente, y a
diferencia de la gran mayoría de los casos de violaciones de derechos humanos ocurridos en
este país, donde existe una impunidad total, la perseverancia y el tesón de los interesados
por esclarecer el crimen ha producido algún resultado. En efecto, y como señaló la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el presente caso “ha habido una
impunidad parcial, toda vez que uno de los autores materiales del asesinato, el Sargento
Mayor Especialista del grupo de la sección seguridad del Estado Mayor Presidencial Noel
de Jesús Beteta Alvarez, ha sido juzgado y condenado (…) Sin embargo, hasta la fecha han
pasado más de 10 años desde que se perpetró la ejecución extrajudicial y quienes planearon
y ordenaron el asesinato de Myrna Mack aún no han sido sancionados”.
El proceso judicial seguido contra los asesinos de Myrna Mack puede ser dividido en dos
partes.
La primera parte comprende el periodo que va desde que el Juez de paz se constituyó en el
lugar de los hechos el mismo día en que éstos ocurrieron (11 de septiembre de 1990) hasta
la resolución de la Corte Suprema de Justicia que confirmó la sentencia contra el miembro
del Estado Mayor Presidencia, sargento Noel de Jesús Beteta, y dejó abierto el proceso
contra Edgar Augusto Godoy Gaitán, Juan Valencia Osorio, Juan Guillermo Oliva Carrera,
en calidad de autores intelectuales, y Juan José Larios, Juan José del Cid Morales y un
individuo apellidado Charcal, ya que de lo actuado se deducían sospechas de su posible
concurso (9 de febrero de 1994). Contra dicha resolución se interpusieron tres recursos de
amparo el 10 de marzo de 1994 que la Corte de Constitucionalidad denegó el 6 de
diciembre de 1994, notificando su decisión el 9 de marzo de 1995. Es decir la
administración de justicia tardó más de cinco años para sentenciar definitivamente a uno de
los autores materiales y dejar abierto el proceso contra los supuestos autores intelectuales
del asesinato.
La segunda parte comprende el periodo que va desde que el Tribunal Militar, competente
en aquel tiempo para juzgar a los inculpados, recibió la causa (diciembre de 1995) para
seguir el proceso dejado abierto contra los otros presuntos responsables del asesinato de
Myrna Mack, hasta el auto de apertura de juicio oral contra Edgar Augusto Godoy Gaitán,
Juan Valencia Osorio, Juan Guillermo Oliva Carrera y que aún en octubre de 2001 continúa
paralizado. Esta segunda fase ha estado y está siendo salpicada por los diferentes recursos
impugnatorios presentados por los procesados, y el trámite que les han dado los tribunales -
algunos de ellos se encuentran todavía pendientes de resolución- medios éstos que han
obstaculizado la justicia en pro de la impunidad.
La Convención regula las medidas que la Comisión puede tomar para indagar sobre la
posible violación de derechos humanos por parte de un Estado. Así, ésta solicita
informaciones al Gobierno del Estado al cual pertenezca la autoridad señalada como
responsable de la violación alegada. Recibidas las informaciones, o transcurrido el plazo
fijado sin que sean recibidas, verificará si existen o subsisten los motivos de la petición. De
no existir o subsistir, mandará archivar el expediente; si el expediente no se ha archivado y
con el fin de comprobar los hechos, la Comisión realizará, con conocimiento de las partes,
un examen del asunto planteado en la petición. Si fuere necesario y conveniente, la
Comisión realizará una investigación para cuyo eficaz cumplimiento solicitará, y los
Estados interesados le proporcionarán, todas las facilidades necesarias.
La Comisión intentará que las partes interesadas lleguen a una solución amistosa, eso sí,
siempre "fundada en el respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Convención."
(art. 48. f).
Sin embargo, este previo agotamiento de los recursos de jurisdicción como condición de
admisibilidad de una petición no será aplicado cuando:
no exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido proceso legal para la
protección del derecho o derechos que se alega han sido violados;
Desde 1991 a 1996, como peticionarios ante la Comisión, Helen Mack y el Lawyer´s
Committee argumentaron que la falta de un efectivo progreso en la investigación y
procesamiento en Guatemala de los responsables de ordenar el asesinato de Myrna Mack,
constituía una denegación de acceso a los tribunales y una demora injustificada en los
procesos criminales, según el artículo 46, del párrafo 2 de la Convención Americana, citado
anteriormente. Durante este período, se presentaron documentos a la Comisión que
corroboraban las alegaciones de la peticionaria, manteniendo a aquélla sobre la continua
obstrucción en la investigación y procesamiento de los autores intelectuales del asesinato y
las demoras injustificadas en el mismo.
Habiendo resuelto la admisión del expediente, la Comisión procedió a iniciar las diligencias
necesarias para investigar si el Estado de Guatemala había violado la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en el caso de la ejecución extrajudicial de Myrna
Mack. De esta manera empezó a solicitar y recopilar información del estado de Guatemala
En marzo del 2000, durante los intentos de la Comisión por llegar a un acuerdo en el caso
Mack, el Gobierno de Guatemala finalmente admitió que el Estado tuvo "responsabilidad
institucional" en el asesinato de Myrna, al igual que en otros casos de violación de derechos
humanos. El gobierno declaró que era "insensato" discutir o negar los hechos en el
asesinato, describiéndolo como "una de las incontables y horrendas violaciones a los
derechos humanos que ocurrieron" durante el conflicto interno. Así mismo, reconoció las
deficiencias en la investigación y procesamiento de aquellos que ordenaron y cometieron el
asesinato. Con la intención de remediar la situación, el Gobierno hizo un número de
promesas, incluyendo el aseguramiento de los documentos necesarios para el
procesamiento de los autores intelectuales, la ayuda en la obtención del testimonio de los
testigos exiliados en el extranjero, el establecimiento de medidas de seguridad para los
abogados, jueces y testigos, garantizando la conclusión expedita en los procesos criminales.
"De nuestra verificación, se desprende que el proceso contra los militares acusados como
autores intelectuales del asesinato de la antropóloga Myrna Mack se inició en el año 1994 y
a esta fecha no podemos predecir que tenga una futura marcha sin tropiezos judiciales,
porque tal y como se ha perfilado la causa desde su inicio se ha hecho uso de toda clase de
impugnaciones que obstaculizan el cumplimiento del debido proceso"
En marzo 2001, la Comisión llegó a sus conclusiones sobre los méritos en el caso Mack y
transmitió su informe al Estado de Guatemala y a la peticionaria. Sin embargo, en vez de
hacer público el informe tras el preceptivo período de tres meses, la Comisión tomó la
medida de referir el caso a la Corte Interamericana para su decisión final. Esta remisión
indica que la Comisión encontró a Guatemala responsable de violación de la Convención
Americana y consideró necesario que la jurisdicción de la Corte fuera activada.
Si bien no se ha fijado ninguna fecha para la vista oral, se espera que éste tenga lugar en la
última mitad del 2002. Durante el juicio oral tanto la Comisión, como los solicitantes y los
representantes del Estado de Guatemala podrán comparecer ante la Corte así como
proponer las pruebas que estimen convenientes, siempre y cuando sean admitidas por la
misma. Una vez que los jueces hayan tomado conocimiento de los hechos y valorado la
prueba, emitirán una sentencia sobre el caso.
Dicha sentencia no puede ser apelada, será publica y es de obligado cumplimiento para el
Estado de Guatemala.
"Si la Corte encuentra que ha habido una violación... la Corte fallará que a la parte
damnificada le sea garantizado el goce de su derecho o libertad que fue violada. También
fallará, si es apropiado, que las consecuencias de la medida o situación que constituyó la
violación de dicho derecho o libertad sea reparada y que una compensación justa sea
pagada a la parte damnificada."
Hay que tener en cuenta que ni la Comisión Interamericana ni la Corte, son entes
autorizados para juzgar y sancionar a los perpetradores individuales de actos que
constituyan violaciones a los derechos humanos. Su papel es determinar la responsabilidad
de los Estados por tales violaciones y tomar las medidas para prevenir futuros abusos en
esta materia.
Como epílogo, señalar que gracias al procedimiento que en 1990 se inició ante la Comisión
Interamericana se han producido avances, aunque mínimos, en el proceso judicial interno
contra los autores intelectuales del asesinato de Myrna Mack. Así, puede ser calificado,
cuando menos, de significativo que el auto de procesamiento de Edgar Augusto Godoy
Gaitán, Juan Valencia Osorio y Juan Guillermo Oliva Carrera se produjera muy poco
después de la decisión de la Comisión Interamericana de admitir el caso Mack. Del mismo
modo, poco después de que la Comisión decidió remitir el caso a la Corte Interamericana,
se estableció finalmente una fecha para el juicio oral interno de estos militares.
A continuación se presentan las decisiones que emitió la Corte IDH en sus puntos
resolutivos respecto a las reparaciones, específicamente las medidas de satisfacción y las
garantías de no repetición.
[...]
Y DECIDE QUE:
por unanimidad,
5. el Estado debe investigar efectivamente los hechos del presente caso, con el fin de
identificar, juzgar y sancionar a todos los autores materiales e intelectuales, y demás
responsables de la ejecución extrajudicial de Myrna Mack Chang, y del encubrimiento de
la ejecución extrajudicial y de los otros hechos del presente caso, independientemente de la
persona que ya se encuentra sancionada por estos hechos; y que los resultados de las
investigaciones deben ser públicamente divulgados, en los términos de los párrafos 271 a
275 de la presente Sentencia.
por unanimidad,
6. el Estado debe remover todos los obstáculos y mecanismos de hecho y derecho que
mantienen en la impunidad el presente caso, otorgar las garantías de seguridad suficientes
a las autoridades judiciales, fiscales, testigos, operadores de justicia y a los familiares de
Myrna Mack Chang y utilizar todas las medidas a su alcance para diligenciar el proceso,
en los términos de los párrafos 276 y 277 de la presente Sentencia.
por unanimidad,
7. el Estado debe publicar dentro del plazo de tres meses a partir de la notificación de la
presente Sentencia, al menos por una vez, en el Diario Oficial y en otro diario de
circulación nacional, los hechos probados contenidos en los párrafos 134; 134.1 a 134.8;
134.10 a 134.19; 134.26; 134.86 a 134.90; y 134.95 a 134.106, sin las notas al pie, y los
puntos resolutivos del 1 a 12, en los términos del párrafo 280 de la presente Sentencia.
por unanimidad,
8. el Estado debe realizar un acto público de reconocimiento de su responsabilidad en
relación con los hechos de este caso y de desagravio a la memoria de Myrna Mack Chang
y a sus familiares, en presencia de las más altas autoridades del Estado, en los términos
del párrafo 278 de la presente Sentencia.
por unanimidad,
9. el Estado debe honrar públicamente la memoria de José Mérida Escobar, investigador
policial, en relación con los hechos del presente caso, en los términos del párrafo 279 de la
presente Sentencia.
por unanimidad,
10. el Estado debe incluir, dentro de los cursos de formación de los miembros de las
fuerzas armadas y de la policía, y de organismos de seguridad, capacitación en materia de
derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario, en los términos del párrafo 282
de la presente Sentencia.
por unanimidad,
11. el Estado debe establecer una beca de estudios, con el nombre de Myrna Mack Chang,
en los términos del párrafo 285 de la presente Sentencia.
por unanimidad,
12. el Estado debe darle el nombre de Myrna Mack Chang a una calle o plaza reconocida
en la Ciudad de Guatemala y colocar en el lugar donde falleció, o en sus inmediaciones,
una placa destacada en su memoria que haga alusión a las actividades que realizaba, en
los términos del párrafo 286 de la presente Sentencia.
[...]
En el acto se contó con la presencia, entre otras personas, de los presidentes de los tres
organismos del Estado, de un representante de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y de los familiares de Myrna. En dicha ocasión, el Presidente de la República
manifestó que "[e]n nombre del Estado, p[edía] perdón a la familia Mack Chang y al
pueblo de Guatemala por el asesinato de la joven antropóloga".
SEDE: OCCIDENTAL II, SAN MARCOS.
VS ESTADO DE GUATEMALA
CARNÉ NOMBRE
17-010-0292 Yeimy Jesennia Marroquin Reyna