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Universidad Central del Ecuador

Carrera de Sociología

Epistemología

Nombre: Mauricio Rivadeneira Tema: Diálogos: Kant y Nietzsche

Epifanía

Sonaban campanas en una obscura y fría noche, mientras un escrupuloso estudiante dispuesto a
la ardua e infame tarea de comprender el pensamiento de Kant y Nietzsche centraba todos sus
esfuerzos en la lectura de crítica a la razón pura. No apartaba la vista del texto, pasaron horas, se
apreciaba en su rostro una palidez escalofriante producto del éxtasis y la obscuridad que
acompañaba al texto. No obstante, el joven estudiante continuaba su lectura. Ensimismado, siguió
su tarea hasta que las palabras se tornaron borrosas, rojos y cansados sus ojos se cerraban
lentamente, lentamente.

Nietzsche: Inevitablemente me estremezco ante la ingenuidad de quienes se han atrevido a


llamarse filósofos. Se dicen hombres del saber, místicos con una inspiración casi divina, más lo
que primordialmente representan es una mirada a medias. Incluso el viejo Kant no se ha
salvado, su locuacidad a través de la cual predica la moral resulta en ciertos casos una comedia.

Kant: He escuchado tus suplicios con una gran extrañeza, sin embargo, sería ciertamente un
equívoco el no comprender por completo tus quejas. Por tanto, me circunscribo a tus juicios, si
tu así lo deseas, y de este modo se podrá en definitiva encaminar la razón hacia un principio de
legislación universal.

Nietzsche: Gran dicha poseo al contar con la presencia del viejo Kant. No obstante, en mí reside
cierta insatisfacción. Como ya lo he expresado su astucia es innegable; como una zorra ha
sabido romper los barrotes de su jaula, más su disposición hacia razonamientos metafísicos lo
llevaron a volver a entrar en ella. Su tabla de categorías que gran prestigio le ha valido, son tan
solo engaños hacía sí mismo. Aún peor, su engaño ha implicado un esfuerzo innecesario para
varias generaciones que buscando orgullosos una facultad universal a priori se han engañado
también ellos.
Kant: Parecería que usted sabe mucho de mi obra, ello me alegra en gran medida, sin duda es
un gran avance. Sin embargo, también es claro que usted no ha sabido comprenderla
adecuadamente. Efectivamente ostento gran orgullo de haber edificado una tabla de categorías,
esto es, sin duda alguna “lo más difícil que jamás pudo haber sido emprendido con vistas a la
metafísica”. Siento por lo tanto la necesidad de enrumbarlo por el camino de la verdad. El
conocimiento a priori de la razón, a diferencia de su consideración como un engaño, es un
conocimiento puro. Se aplica solo a fenómenos, y en cuanto a la cosa en sí misma y por sí
misma es desconocida ante nosotros, por lo cual es necesario ir más allá de la experiencia y
emplear la razón….

Nietzsche: Para ya viejo Kant. La facultad de una facultad, ¡vaya cinismo ¡

Conozco de tu detallada y venerable profundidad, más lo que me resulta es una divertida


simpleza, tu respuesta se presenta en forma de pregunta. Lo que prima ahora es preguntarse el
porqué de la validez de tus juicios. Por lo tanto, habrá que valerse de la genealogía del saber si
se quiere llegar al auténtico saber.

Kant: Confundes mis proposiciones, y, además, erras totalmente al no considerar en primera


instancia el conocimiento a priori. Si tu afán es realizar una genealogía debes en primer lugar
reflexionar que los conceptos no se pueden pensar con una infinidad de significados,
únicamente los fenómenos a priori como el espacio en tanto una intuición a priori y no un
concepto puede ser pensado de tal modo. Así, el concepto transcendental de los fenómenos en el
espacio no es otra cosa que representaciones de nuestra sensibilidad.

Nietzsche: En primer momento, concuerdo contigo y considero una gran verdad lo que has
dejado implícito. Como ya lo expusiste tiempo atrás “La razón no tiene la fuente de sus leyes en
la Naturaleza, sino que se las prescribe”. Por el contrario, es una bella ingenuidad tu
complicidad con Platón, al defender una realidad que no es más que una apariencia. Vuestro
éxito es de teólogos. Conocimiento puro en sí, para sí; errores nada más que errores.

Instas a la liberación de la seducción del lenguaje y a centrarse en la cosa en sí, más lo que es
necesario está en” alejarse del sujeto puro del conocimiento, del sujeto ajeno a la voluntad, al
dolor, al tiempo” en beneficio de una visión perspectivista, una multiplicidad de visiones de la
cosa que brinde un concepto más objetivo y completo. El saber se funda en un no-saber, la
verdad es la creencia dominante y el sujeto es colectivo, orientado a partir de un conjunto de
metáforas construidas a partir de un lenguaje que reproduce conceptualmente lo real. Esquemas
del conocimiento que regulan la vida…… ese es el camino adecuado del auténtico saber. La
antinaturaleza como instinto y la decadencia de la filosofía alemana, eso es lo que representas.
Cree usted viejo Kant estar haciendo un honor al arte “cuando entre los predicados de lo bello
pone en primer plano el conocimiento”

Kant: Es evidente. Usted señor Nietzsche, no solo no ha comprendido mis postulados, no ha


comprendido, además, las disposiciones subjetivas para el pensar. La verdad de las cosas no es
únicamente un tipo de error, invención o imaginación; Argucia de una razón mal instruida. La
verdad más universal no separa los objetos de los sentidos. La forma del objeto se debe buscar
en el sujeto a quien aparece en tanto fenómeno producto de espacio y tiempo que constituyen un
a priori del cual se extraen conocimientos sintéticos.

Es necesario considerar la naturaleza de la razón, por ello es también una necesidad conocer en
qué medida son posibles los fenómenos metafísicos. Los conceptos son de dos tipos: conceptos
a posteriori los cuales dependen de la experiencia y los conceptos a priori, en donde el
conocimiento es puro. Se burla de mi estética transcendental, más lo que refleja, es su falta de
perspicacia. La estética a la que ha confundido con lo bello en, en mi doctrina trascendental de
los elementos, la intuición, la percepción sensible de los objetos. Los conceptos del
entendimiento pueden además ser a priori y los esquematismos son en realidad la forma en la
que se aplican los conceptos del entendimiento a las intuiciones de la sensibilidad. Sin esta
sensibilidad las cosas no son más que ilusiones que la razón crea.

Din-Don; Din-Don. Las campanas no dejaban de sonar, esténtor insoslayable. El joven


estudiante se despertó súbitamente; anonadado sin entender lo que pasaba, se percató entonces
del texto abierto que reposaba abierto e imponente sobre el escritorio. De pronto, atisbó los
rayos solares que penetraban las ventanas del lugar donde se encontraba, y entonces reflexionó.
“Conceptos sin intuiciones son vacíos, intuiciones sin conceptos son ciegas” sin embargo,
“¿Qué es la verdad? Un ejército móvil de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en una
palabra, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas, adornadas
poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, a un pueblo le parecen fijas,
canónicas, obligatorias”

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