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El modelo simuló los efectos del derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia
y la Antártida debido al aumento de las temperaturas, así como los patrones de
circulación y de la temperatura de los océanos y el aire, si las políticas climáticas
actuales se mantienen sin cambios.
Según las simulaciones, el aumento más rápido del nivel del mar se producirá
entre 2065 y 2075. La fusión de las capas de hielo alterará la temperatura del agua
y los patrones de circulación del océano, lo que afectará a la temperatura del aire y
creará un circuito de retroalimentación complejo que involucra hielo, océanos y
aire.
"El nivel del agua no se elevará como una bañera", explica una de las autoras de
esta investigación, Natalia Gómez, en un comunicado. “En algunas partes del
mundo, como en las islas del Pacífico, el aumento será significativo, mientras que
cerca de las capas de hielo, el nivel del mar bajará. "
Sin embargo, el impacto de la fusión de las capas de hielo va más allá del nivel del
mar. Al entrar en los océanos, como en el Atlántico norte, el agua de fusión más
caliente tendrá el efecto de debilitar las grandes corrientes oceánicas. Este será el
caso de la Corriente del Golfo, que desplaza una gran masa de agua cálida
procedente del golfo de México hacia el Atlántico Norte.
Esta situación provocará temperaturas del aire más cálidas en el Ártico, el este de
Canadá y en América Central, y temperaturas más frías en el noroeste de Europa al
otro lado del Atlántico, creando así un "caos climático".
"Ya estamos viendo un aumento en el nivel del mar debido al derretimiento de las
capas de hielo, y este aumento en el agua también se ha acelerado en los últimos
años. Nuestros datos indican que esta tendencia continuará en cierta medida
incluso si el clima de la Tierra se estabiliza. También muestran que si reducimos las
emisiones significativamente, podremos limitar el impacto", señala el director de la
investigación, Nick Golledge.
"Si las políticas del gobierno global no cambian, veremos un calentamiento de 3ºC
o 4ºC con respecto a las temperaturas preindustriales y una gran cantidad de
agua de deshielo de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida fluirá hacia
todos los océanos. De acuerdo con nuestros modelos, este agua de fusión
interrumpirá en gran medida las corrientes oceánicas y cambiará los niveles de
calentamiento global ", añade Golledge.
2018, cuarto año más cálido
A nivel regional, la NOAA señala que 2018 ha sido el más cálido desde que se
tienen registros por segundo año consecutivo más allá de los 20º de latitud sur. En
Europa el año pasado ha sido el más cálido de todos, con temperaturas récord
obtenidas en Francia, Alemania y Suiza.
Para Oceanía y África, 2018 ha sido el quinto año más cálido; para Asia figura en
entre los 10 más calurosos y para Norteamérica entre los 20 más cálidos desde
que se tienen registros.
Estos datos señalan que el modelo descrito por la nueva investigación se basa en
una tendencia al calentamiento global que no está siendo contenida con las
políticas actuales, por lo que el escenario de un caos climático dentro de cuarenta
años se perfila con más precisión en el horizonte cada año que pasa.