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Introducción

Advertir que la vida sigue ciertas frases o se enquista en una palabra, nos recuerda la
postulación de Lacan sobre el carácter del significante. Desprenderse de la ilusión de
que el significante cumple la función de representar al significado (Lacan, 1966) y
desterritorializar al sujeto de la ciencia, a través de la diferenciación conceptual que
permite despegarlo de las nociones de persona o la más sustantivante de individuo, abre
la posibilidad de indagar las relaciones potenciales entre un campo académico y
profesional como el de la geografía y la teoría psicoanalítica.

No se trata de forzar la relación entre una "disciplina científica" y una "corriente


teórica", o de pensar al psicoanálisis como un saber(1) que puede ser anexado o
subordinado al proyecto de una disciplina en un sentido instrumental, como lo postula la
misma denominación psicoanálisis aplicado, sino más bien de construir la relación
como psicoanálisis en extensión, ya que "la relación entre psicoanálisis e investigación
social debería situarse en la reflexividad y no en la instrumentalidad", es decir, se trata
de "producir otra modalidad de relación, consiste en pensar que el estatuto del
psicoanálisis es semejante al de la lingüística. Es decir, lingüística y psicoanálisis son
teoría generales de las ciencias sociales porque a partir de ellas, se puede dar cuenta de
lo social" (Recio, 1994:487- 488)(2).

Un poco de historia

A partir de ese presupuesto, es posible indagar las vinculaciones entre la práctica de


investigación en Geografía, es decir entre la manufactura teórica de los geógrafos y el
modo en que se construyen los objetos de estudio y diversas perspectivas psicoanalíticas
que se han producido en la última década. Desde nuestra perspectiva lo teórico no puede
ser escindido de lo metodológico sin incurrir de algún modo en la alianza que sostiene
al positivismo como modelo de producción de verdad en las ciencias sociales, es decir
un croché fantasmático entre la teoría teoricista y la metodología empirista. Sostenemos
que toda estrategia de investigación es teórico-metodológica por definición. Sin
embargo, analíticamente podemos distinguir dos vías de articulación entre la práctica de
la geografía y el psicoanálisis. Una que pone énfasis en el registro ontológico del
discurso, en el plano de la teoría sustantiva, esto es en el qué se conoce y otra más
epistemológica vinculada a los problemas del método , es decir a cómo se conoce.

Como señala Pile (1991), a excepción del artículo innovador de Lowenthal sobre
geografía, experiencia e imaginación -publicado en 1961- donde revisa algunos
desarrollos del psicoanálisis, y más recientemente en 1980, la utilización que hiciera
Sack de La interpretación de los sueños en su exploración de las relaciones entre
subjetividad y significación del espacio, la teoría psicoanalítica no estuvo presente en
los discursos producidos por el campo académico geográfico hasta la segunda mitad de
los años ochenta.

Más adelante, la relación entre la teoría psicoanalítica y las líneas de investigación en


geografía traspasará el carácter de islas en el tiempo. Algunos pensadores como Pile
(1991) explorarán las potencialidades metodológicas del psicoanálisis para la
investigación social e intentarán su incorporación a los estudios sobre las relaciones
entre el cuerpo y la vida cotidiana (Pile, 1996), también se producirán diálogos
fructíferos y fallidos, como los que se entablan en el marco de las algunas perspectivas
feministas (p.e. Blum y Nast, 1996). El mismo David Harvey, una de las figuras
centrales en la reteorización de la espacialidad, le imputará a Derek Gregory (1995) no
escudriñar en profundidad las potencialidades del psicoanálisis para su
conceptualización de las prácticas visuales. Un ejemplo de la llegada del psicoanálisis
inspirado por Lacan al campo de la geografía anglosajona lo constituye la compilación
realizada en 1997 por David Clarke The cinematic City.

Lo cierto es que la visibilidad del psicoanálisis en la investigación social en general y en


el campo de la geografía más específicamente, se inserta en un proyecto político
institucional que desde un núcleo reducido(3) quiso, y quiere, desarticular los
dispositivos de control social asociados a los procesos de institucionalización académica
de la geografía en cada contexto nacional.

Psicoanálisis y geografía en Buenos Aires

Por supuesto, Buenos Aires es un recorte ambicioso y ameritaría algún criterio de


regionalización que justifique la apropiación del nombre de una ciudad por parte de los
miembros de un pequeño equipo de investigación de la Universidad que se simboliza en
el nombre de esa ciudad. En tal sentido, más pertinente sería dar cuenta de la relación
entre la investigación en geografía y sus cruces con el psicoanálisis en la UBA.

Así las cosas, esa relación empieza a tejerse no sin las dificultades propias de estar
posicionados en campos académicos que perviven en torno al mantenimiento de
imágenes sobre las disciplinas como comunidades científicas estructuradas sobre una
competencia de enfoque/objeto. Donde el patrimonialismo de objeto y método en la
definición de las disciplinas, responde a una lógica en la que lo político prima sobre lo
epistémico. No porque rubriquemos una visión objetivista de la ciencia sino porque
entendemos que la dimensión política que atraviesa las relaciones de conocimiento y los
procesos de reproducción y normalización de los grupos de docentes e investigadores
sociales se inscribe como efecto teórico. Tema que para quienes sostienen un saber que
se presume crítico debiera ser un objeto de atención y reflexión.

La tarea de articular la teoría social y el psicoanálisis se inscribe en un proyecto que


tiene antecedentes que trascienden el campo geográfico (Laclau y Mouffe, de Certeau,
Ibáñez, Butler, Jameson, Zizek son algunos de los nombres que dan cuenta de esa
relación), sin embargo si creemos que el sentido se produce mediante un efecto de
retroversión, y por lo tanto nos viene del futuro, el programa a seguir tendrá
inevitablemente que partir de nuestros anhelos y encontrarse con la trama de los deseos
de quienes encontramos en este proyecto un lugar de realización y compromiso.

Nuestro encuentro con el psicoanálisis vino de la mano de la docencia. Quienes


venimos trabajando en la articulación entre la teoría social y el psicoanálisis en el
Departamento y en el Instituto de Geografía(4) de la UBA nos desempeñamos como
docentes y adscriptos en las materias de la Sub-área de Epistemología y Metodología
del Plan Estudios de la Carrera de Geografía, esto es en las Cátedras de Epistemología
de la Geografía y Metodología de la Investigación, así como también en el Seminario de
Metodología Cualitativa(5). En tal sentido, nuestra transferencia en la docencia no es
sólo de carácter sustantivo sino que está básicamente vinculada a la relación entre
teoría, método y técnica que constituye el proceso de construcción de los objetos de
investigación y a las reflexiones referidas a las perspectivas epistemológicas sobre las
prácticas de conocimiento. Por lo tanto la reflexión sobre las estrategias teórico
metodológicas desde los primeros momentos de construcción conceptual hasta las
modalidades de procesamiento de información son parte de nuestro proceso de
investigación porque en ello reside el núcleo de nuestra enseñanza y transmisión
docente.

El psicoanálisis nos permite revisar algunos problemas epistemológicos que hacen a la


especificidad de la construcción de los programas de investigación en ciencias sociales,
autores troncales en la estructuración de nuestros programas como Pierre Bourdieu y
Michel Foucault, pudieron ser discutidos a la luz de quienes ya venían haciéndolo -a
través del psicoanálisis- en el terreno de la reflexión metodológica en las disciplinas
sociales.

Donde las perspectivas psicoanalíticas -y en particular los trabajos de Lacan como los
de quienes trabajan sobre el fondo de ese discurso(6)- han abierto un sitio arqueológico
prometedor es en la reelaboración de la teoría del sujeto, y sus relaciones con la
subjetividad en la práctica de la investigación social. La obra de Lacan constituye una
herramienta ineludible para salir de la lógica del chantaje que organiza buena parte de
los discursos universitarios que sobre el psicoanálisis se imparten en muchas de las
cátedras de ciencias sociales. Los efectos discursivos de la apología de "la historia o la
estructura", atraviesa nuestra propia formación. En esa tensión construimos la
transmisión del cómo investigar en su carácter abierto.

Otra escena de los problemas que intentamos abordar, se materializa en la deriva sin fin
del empastamiento de la noción de individuo con la de sujeto de conocimiento. Tal vez
se trate de trabajar con el dilema que plantea la visión del individuo gobernado por lo
instintivo o la visión del individuo modelado por la cultura y la sociedad, oposición que
reeditando el dilema que opone instinto a razón, hizo y hace que se extravíe el estatuto
de la pulsión. Un estatuto indisociable del orden simbólico y por lo tanto del lenguaje
mismo. Con ese extravío se anega la posibilidad de entroncar el abordaje del sujeto de
conocimiento en sus determinaciones colectivas. A nuestro entender, la tarea consiste en
tejer el análisis social con un psicoanálisis que pueda nutrir -en el trabajo reflexivo de su
extensión- a la investigación social. En esa dirección, el encuentro de la Geografía y el
Psicoanálisis promete una fructífera exogamia.

Bibliografía

 BLUM, Virginia y Heidi Nast (1996) "Where"s the difference? The


heterosexualization of alterity in Henri Lefebvre and Jacques Lacan". En
Environment and Planning D: Society and Space, Vol.14 number 5, pp. 559-
580.
 CERTEAU, Michel de (1987) Historia y psicoanálisis entre ciencia y ficción.
México: UIA/ITESO, 1995.
 CLARKE, David (1997) The cinematic city. Londres y Nueva York: Routledge.
 DERRIDA, Jacques (1996) Resistencias del psicoanálisis. Bs.
As./Barcelona/México: Paidós, 1997.
 GLICK, Thomas (1994a) "La nueva geografía" y (1994b) "Sobre la geografía
académica y los geógrafos. La nueva historiografía de la geografía". En La
geografía hoy. Textos, historia y documentación. Suplementos, N° 43,
Barcelona, Anthropos, pp.32-41 y 19-32.
 GREGORY, Derek (1995) "Un inconsciente geográfico: espacios para diálogo y
diferencia". En: Annals of the Association of American Geographers, Vol. 85,
N° 1, pp. 175-186.
 LACAN, Jacques (1966) Escritos 1. México: Siglo XXI, 1984.
 LOWENTHAL, David (1961) "Geography, Experience, and Imagination:
Towards a Geographical Epistemology". En Annals of the Association of
American Geographers, Vol. 51, N° 3, september, pp. 241-260.
 PILE, Steven (1991) "Practising interpretative geography". En Transactions of
the Institute of British Geographers, N° 4, pp. 458-469.
 PILE, Steven (1996) The Body and the city: Psychoanalysis, Space and
Subjectivity. London: Routledge.
 RECIO, Félix (1994) "Análisis del discurso y Teoría psicoanalítica". En
DELGADO, Juan M. y Juan Gutiérrez (coord.) Métodos y técnicas cualitativas
de investigación en ciencias sociales. Madrid: Síntesis.

Notas:

1. Bien podríamos hablar de los psicoanálisis, y tal vez mediante un giro análogo
de las geografías, pero como señala Derrida (1996: 44) "pluralizar es siempre
darse una salida de emergencia hasta el momento en que es el plural el que nos
mata".Volver
2. Con ese presupuesto Recio retoma parte de las afirmaciones de Foucault en el
Triedro de los saberes -en muchos sentidos- capítulo fundante de Las palabras y
las cosas. La profundización de este supuesto como algunos de los contenidos
del presente artículo los hemos trabajado en "Psicoanálisis y geografía. Una
excursión al discurso de Giddens", Debate Feminista, Año XII, Vol. 23, México,
abril, 2001.Volver
3. A principios de los noventa, Glick (1994a: 35) describió las coincidencias
tácticas entre los teóricos sociales y quienes impulsan desde el campo de la
geografía la "reteorización de la espacialidad", movimiento que "desde el punto
de vista del conocimiento, está relacionado con la obra de un número de teóricos
sociales, entre los que Anthony Giddens es el más preeminente - aunque también
se encuentren otros : Goffman, Poulantzas, Castells-; institucionalmente, es un
fenómeno de Cambridge con unos pocos centros universitarios; por ejemplo la
UCLA, vinculados a aquella universidad; el "grupo" distintivo de geógrafos
comprometidos en ese proyecto puede ser conocido por sus representantes en la
revista que caracteriza el movimiento, Environment and Planning D: Society and
Space. El encuentro entre la geografía humana y la teoría social era esperado
desde hacía mucho tiempo y su importancia es indudable".Volver
4. En el Instituto de Geografía hemos venido trabajando en dos Proyectos
UBACyT el TF-044 (1998-2000) Políticas públicas y geografías de la vida
cotidina. Estudios de caso a través de estrategias cualitativas y el F-092 (2001-
2002) Espacios institucionales, subjetividades y geografías de la vida cotidiana.
Estudios de caso mediante estrategias cualitativas. Volver
5. Los programas de la cátedras y los resúmenes de investigación se encuentran
disponibles en la páginas web de las cátedras: Departamento de Geografía,
cátedras de Epistemología de la Geografía y Metodología de la
investigación.Volver
6. Entre otros Guy Le Gaufey y Charles Pradelles de Latour.

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