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Advertir que la vida sigue ciertas frases o se enquista en una palabra, nos recuerda la
postulación de Lacan sobre el carácter del significante. Desprenderse de la ilusión de
que el significante cumple la función de representar al significado (Lacan, 1966) y
desterritorializar al sujeto de la ciencia, a través de la diferenciación conceptual que
permite despegarlo de las nociones de persona o la más sustantivante de individuo, abre
la posibilidad de indagar las relaciones potenciales entre un campo académico y
profesional como el de la geografía y la teoría psicoanalítica.
Un poco de historia
Como señala Pile (1991), a excepción del artículo innovador de Lowenthal sobre
geografía, experiencia e imaginación -publicado en 1961- donde revisa algunos
desarrollos del psicoanálisis, y más recientemente en 1980, la utilización que hiciera
Sack de La interpretación de los sueños en su exploración de las relaciones entre
subjetividad y significación del espacio, la teoría psicoanalítica no estuvo presente en
los discursos producidos por el campo académico geográfico hasta la segunda mitad de
los años ochenta.
Así las cosas, esa relación empieza a tejerse no sin las dificultades propias de estar
posicionados en campos académicos que perviven en torno al mantenimiento de
imágenes sobre las disciplinas como comunidades científicas estructuradas sobre una
competencia de enfoque/objeto. Donde el patrimonialismo de objeto y método en la
definición de las disciplinas, responde a una lógica en la que lo político prima sobre lo
epistémico. No porque rubriquemos una visión objetivista de la ciencia sino porque
entendemos que la dimensión política que atraviesa las relaciones de conocimiento y los
procesos de reproducción y normalización de los grupos de docentes e investigadores
sociales se inscribe como efecto teórico. Tema que para quienes sostienen un saber que
se presume crítico debiera ser un objeto de atención y reflexión.
Donde las perspectivas psicoanalíticas -y en particular los trabajos de Lacan como los
de quienes trabajan sobre el fondo de ese discurso(6)- han abierto un sitio arqueológico
prometedor es en la reelaboración de la teoría del sujeto, y sus relaciones con la
subjetividad en la práctica de la investigación social. La obra de Lacan constituye una
herramienta ineludible para salir de la lógica del chantaje que organiza buena parte de
los discursos universitarios que sobre el psicoanálisis se imparten en muchas de las
cátedras de ciencias sociales. Los efectos discursivos de la apología de "la historia o la
estructura", atraviesa nuestra propia formación. En esa tensión construimos la
transmisión del cómo investigar en su carácter abierto.
Otra escena de los problemas que intentamos abordar, se materializa en la deriva sin fin
del empastamiento de la noción de individuo con la de sujeto de conocimiento. Tal vez
se trate de trabajar con el dilema que plantea la visión del individuo gobernado por lo
instintivo o la visión del individuo modelado por la cultura y la sociedad, oposición que
reeditando el dilema que opone instinto a razón, hizo y hace que se extravíe el estatuto
de la pulsión. Un estatuto indisociable del orden simbólico y por lo tanto del lenguaje
mismo. Con ese extravío se anega la posibilidad de entroncar el abordaje del sujeto de
conocimiento en sus determinaciones colectivas. A nuestro entender, la tarea consiste en
tejer el análisis social con un psicoanálisis que pueda nutrir -en el trabajo reflexivo de su
extensión- a la investigación social. En esa dirección, el encuentro de la Geografía y el
Psicoanálisis promete una fructífera exogamia.
Bibliografía
Notas:
1. Bien podríamos hablar de los psicoanálisis, y tal vez mediante un giro análogo
de las geografías, pero como señala Derrida (1996: 44) "pluralizar es siempre
darse una salida de emergencia hasta el momento en que es el plural el que nos
mata".Volver
2. Con ese presupuesto Recio retoma parte de las afirmaciones de Foucault en el
Triedro de los saberes -en muchos sentidos- capítulo fundante de Las palabras y
las cosas. La profundización de este supuesto como algunos de los contenidos
del presente artículo los hemos trabajado en "Psicoanálisis y geografía. Una
excursión al discurso de Giddens", Debate Feminista, Año XII, Vol. 23, México,
abril, 2001.Volver
3. A principios de los noventa, Glick (1994a: 35) describió las coincidencias
tácticas entre los teóricos sociales y quienes impulsan desde el campo de la
geografía la "reteorización de la espacialidad", movimiento que "desde el punto
de vista del conocimiento, está relacionado con la obra de un número de teóricos
sociales, entre los que Anthony Giddens es el más preeminente - aunque también
se encuentren otros : Goffman, Poulantzas, Castells-; institucionalmente, es un
fenómeno de Cambridge con unos pocos centros universitarios; por ejemplo la
UCLA, vinculados a aquella universidad; el "grupo" distintivo de geógrafos
comprometidos en ese proyecto puede ser conocido por sus representantes en la
revista que caracteriza el movimiento, Environment and Planning D: Society and
Space. El encuentro entre la geografía humana y la teoría social era esperado
desde hacía mucho tiempo y su importancia es indudable".Volver
4. En el Instituto de Geografía hemos venido trabajando en dos Proyectos
UBACyT el TF-044 (1998-2000) Políticas públicas y geografías de la vida
cotidina. Estudios de caso a través de estrategias cualitativas y el F-092 (2001-
2002) Espacios institucionales, subjetividades y geografías de la vida cotidiana.
Estudios de caso mediante estrategias cualitativas. Volver
5. Los programas de la cátedras y los resúmenes de investigación se encuentran
disponibles en la páginas web de las cátedras: Departamento de Geografía,
cátedras de Epistemología de la Geografía y Metodología de la
investigación.Volver
6. Entre otros Guy Le Gaufey y Charles Pradelles de Latour.