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TÉCNICA DE BRUNNSTROM

A partir de las múltiples técnicas de reeducación neuromuscular que se han


desarrollado a través de muchos años de estudio y que se han aplicado en distintos
tipos de población, con muestras y variables distintas, que varían según el nivel de la
lesión y su localización, así como las necesidades motoras, sensitivas o sensoriales de
cada paciente que se encuentren alteradas, y que en caso remoto desencadenaran un
detrimento del estado funcional y normal del SNC, han surgido continuamente
conocimientos acerca de los métodos y herramientas que podrían ayudar a miles de
pacientes hemipléjicos a volver a adquirir movimiento mediante la estimulación o el
uso de reflejos, reacciones asociadas, y estímulos aferentes sin esfuerzo voluntario. La
reeducación neuromuscular para estos pacientes cuyos obstáculos están presentes
para el desarrollo de cualquier actividad, deben cimentarse desde un efecto progresivo
que reprograme a el cerebro y permita construir a través de diferentes conexiones
cerebrales, nuevas capacidades motoras que se adapten a las diferentes situaciones
enfrentadas por los muchos pacientes que han sufrido una lesión cerebrovascular. Es
por ello, que gracias a la Fisioterapeuta Signe Brunnstrom, en los años 50, en la ciudad
de New York, se desarrolló el método el cuál hace honor a su nombre.
El método Brunnstrom surge a partir de la necesidad de adquirir nuevos conocimientos
por medio de la observación pormenorizada del movimiento corporal humano y de los
problemas que presentan los pacientes que son afectados por ACV, todo esto,
haciendo énfasis en las alteraciones de control funcional.

Desde luego, todo tiene su procedimiento y tratamiento, para comprobar la eficacia y


eficiencia de la técnica. Por eso, allí mismo, Brunnstrom observó que tanto los
estímulos externos, como los cambios de posición articular podrían producir
respuestas en los movimientos de los pacientes hemipléjicos con espasticidad, por lo
que fue de gran importancia la aplicación de sus tres grandes procedimientos basados
en la presencia de sinergias, también conocidas como contracciones coordinadas de
diferentes músculos, que tienen como objeto ejecutar un movimiento preciso;
Adicionalmente, trabajar con los reflejos posturales y reacciones asociadas, que fueron
caracterizadas por Brunnstrom como patrones primitivos que tuvieron que ser
readaptadas en los pacientes adultos y que poco después eran integradas y
controladas por los centros superiores, pero que durante un episodio de espasticidad
se imponían con carácter dominante, primitivo y a la vez estereotipado. Algo parecido
a los reflejos primitivos de un neonato, los cuales se integran a medida que el SNC va
madurando y se va haciendo más complejo por la combinación de diferentes sinergias
básicas de flexión y de extensión, propios de un SNC desarrollado. Es decir, los
pacientes con ACV presentan una regresión de las habilidades motoras, donde algunos
mecanismos reflejos parecen liberarse del control cortical y descontrolar la función
motora caracterizándola como movimientos anormales o no funcionales. Debido a
esta carencia, se reconoció la necesidad de crear un entrenamiento necesario que se
constituyera en un tratamiento que incluyera específicamente 7 fases en el proceso de
recuperación motora de los pacientes hemipléjicos. De ahí que, las características
principales e iniciales por las que transcurre un paciente con hemiplejía o ACV, son:
1. Hipotonía. La fase inicial, en donde no hay ningún tipo de movimiento
voluntario debido al tono disminuido del paciente. En esta etapa la persona
puede continuar en cama y sus movimientos de tronco pueden ser buenos najo
control. Los ejercicios pasivos en las extremidades inferiores pueden hacerlas
sentir pesadas ya que no hay ningún tipo de resistencia muscular, de la misma
manera sus miembros superiores están hipotónicos.

2. Comienzo de la recuperación, en donde se introducen las sinergias básicas, que


se suman a su vez con las reacciones asociadas y comienza a aparecer la
hipertonía de manera latente. Y los componentes de la sinergia flexora
empiezan a aparecer antes que la extensora en los miembros superiores e
inferiores. Se desarrolla la espasticidad, pero no muy marcada.

3. Aparece el control voluntario de las sinergias básicas, y el tono muscular


aumenta (hipertonía máxima). Se desarrollan movimientos más articulados y
definidos en los miembros superiores e inferiores de flexión y triple flexión.
Además, se puede llevar acabo el reflejo por imitación, es decir, el
fisioterapeuta realiza la acción y el paciente la copia. Sin embargo, esta fase
puede ser en la que muchas hemiplejías de mayor severidad se estancan sin
existir la posibilidad de una evolución, a razón de que el daño puede estar
comprometiendo grandes estructuras cerebrales.

4. Se inician las combinaciones de los movimientos, para que la hipertonía


empiece a disminuir y exista el progreso por medio de las sinergias derivadas
de las extremidades. El dominio del paciente frente a las sinergias debe ser
total y de carácter voluntario.

5. Las combinaciones son más complejas y hay un descenso de la influencia


sinérgica respecto de los actos motores. La hipertonía se disminuye
lentamente. Los movimientos son más finos y precisos como, por ejemplo,
flexionar codo, muñeca y otros.
6. La hipertonía desaparece y los movimientos aislados y analíticos se pueden
realizar. Por ende, la coordinación es idéntica a la normal.

7. No hay diferencia con el lado contrario.

Particularmente, me pregunto en qué momento de la reeducación motora, la


intensidad y la duración de los ejercicios pasivos juegan un papel importarte en
la practica de las distintas fases. Si existiría un tiempo determinado para
realizar las movilizaciones en la primera fase hipotónica? ¿Y por qué muchos
de los pacientes no salen de la 3 o 4 fase? Tal vez la severidad no tenga mucho
que ver para impedir la evolución del paciente. Y si el fisioterapeuta se excedió
en la estimulación del huso neuromuscular?..
De lo anterior, es importante destacar que, según Armenta (2003), en primer lugar, el
paciente debe tener un dominio o control sobre la presencia de las sinergias básicas,
es decir, que no se domine una sobre otra, por lo que se propuso establecer ejercicios
que incluyeran rotaciones de tronco, con los miembros superiores cruzados y
descruzados, repitiendo la acción y llevando un ritmo, para de esta forma recuperar el
tono muscular y evitar el desequilibrio que puede ser muy notorio en el trabajo de los
patrones musculares antagonistas.
En segundo lugar, se habla de la sinergia opuesta, que significa que, mediante la
ruptura del dominio sinérgico, a través de los reflejos y cambios de postura, se puede
comprobar que una sinergia puede ir perdiendo su dominio y conseguirse que se abra
paso a otras combinaciones de movimientos más complejos y de mayor análisis, dando
paso a la experimentación de nuevas posibilidades sensoriomotoras en los pacientes.
En tercer lugar, y no de menor importancia, es que los estímulos que se hacen por
medio de los reflejos no deben realizarse de una forma indiscriminada puesto que
podría llegarse a confundir al SNC, y sumado a ello, sería contraproducente y opuesto
al objetivo de la rehabilitación, el cuál está basado en la recuperación del control de los
movimientos voluntarios, para eliminar los patológicos.
Las fases con anterioridad mencionadas son las etapas por las que pasa un paciente
con ACV, sin embargo, aunque la recuperación siempre sea muy favorable, para
algunos pacientes las etapas 3 y 4 son de mayor complejidad ya que a veces es más
difícil salir de la fase de hipertonía máxima para empezar a disminuirse
progresivamente.

Conjuntamente, en cuanto a la parte sensitivo-motora, analítica y funcional de los


pacientes, se pueden evaluar cada uno de los aspectos anteriores con diferentes tipos
de pruebas, para percatarse por ejemplo, en el aspecto sensorial, del sentido del
movimiento pasivo, la sensación de oposición o no al movimiento. En lo motor, para
evaluar el grado de amplitud articular, el recorrido, el ritmo, la velocidad, las
repeticiones y el tiempo con el que se realizan los actos motores, ya que podría
determinarse según éstas, el grado de espasticidad que el paciente presenta y que
deben ser adaptadas y realizadas de forma bilateral, llevando a cabo los distintos
registros que comprueben su evolución en las diferentes fases o etapas. De tal
manera, que las escalas propuestas por Brunnstrom, tales como, Fugl-Meyer o Motor
Club Assessment, permiten evaluar
Indudablemente, existen muchas otras técnicas de reeducación neuromuscular que
podrían ajustarse a una recuperación exitosa de los pacientes con hemiplejía, sin
embargo, su fuerte en el trabajo propioceptivo y exteroceptivo, la hace ver como un
todo en el proceso de rehabilitación de los pacientes característicos con ACV. Diferente
de algunas otras, que sólo buscan el fortalecimiento neuromuscular sin readaptar al
paciente a nuevas situaciones, olvidando de paso sus estímulos sensoriales y lo que es
peor, la importancia que constituye reconstruir nuevas representaciones corticales que
permitan crear nuevas habilidades en el paciente afectado por un ACV, más
específicamente por una hemiplejía. De la misma manera, existen otras técnicas que al
igual que la de Brunnstrom, son muy completas para el manejo de pacientes, tales
como Kabatt, Bobath, Perffeti, las cuales manejan un enfoque terapéutico muy
completo, basados en el análisis y observación del comportamiento motor y el estudio
minucioso de cada uno de los movimientos corporales de las diferentes poblaciones
arraigadas a enfermedades cerebrovasculares y neurológicas, que pueden ser
rehabilitadas gracias a la variedad de técnicas que propician grandes conocimientos
bajo enfoques facilitadores, cualitativos, específicos de la evaluación tanto de los
aspectos motores como de los sensitivos, lo cual hizo Brunnstrom bajo la observación
escrupulosa sobre distintas bases del conocimiento fisioterapéutico, que le
permitieron estudiar los efectos de un tratamiento basado en la profundidad de sus
saberes respecto a todo que se asocia a reflejos, las reacciones asociadas y los
estímulos exteroceptivos, los cambios posturales, logrando generar efectos
magnificentes en la recuperación de los pacientes hemipléjicos.

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