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manera,
¿Cómo decidirnos
correctamente?
¿Nos vendría
bien un método?
Primeros consejos
Hagamos un ejercicio:
Por ejemplo, ¿cómo te decidirías si quisieras comprarte un auto?
5. Confía en tu intuición.
Cada vez más estudios indican que hay una parte de nosotros que sabe más de lo que
creemos saber. No se trata de ser temerarios, pero tampoco nos cerremos del todo a la
primera impresión. Alguna noción sobre mecánica básica, elementos de seguridad y
otras cosas generales sabemos de los automóviles, no sólo que tienen 4 ruedas y un
volante.
unidad 1
¿Cómo decidimos?
El proceso
Ken Watanabe, un brillante japonés que estudió cómo
resolver problemas de la mejor manera, lo definió como
un proceso que puede dividirse en cuatro fases:
Situación
deseada
Problema
Situación real
o esperada
Tipos de decisiones
Decisiones cruciales
Una situación es crucial cuando debemos inclinarnos por
una opción que -una vez tomada la decisión- será difícil
(o imposible) cambiar. Eso significa que hay que pensar
muy bien las opciones que tenemos y las consecuencias
de cada una. El problema se complica cuando las
posibilidades son numerosas y todas garantizan ventajas.
El principal factor que puede llegar a condicionar e incluso
bloquear la decisión es el miedo. Por ejemplo, decidir la carrera y
universidad en la que se va a estudiar.
Decisiones difíciles
Lo que vuelve difícil una decisión no es la elección, sino la conciencia
de sus efectos, los daños colaterales que pueda generar. Existen
muy pocas situaciones en las que tomar una decisión traiga
consigo única y exclusivamente efectos deseados. En estos
casos, lo que complica la vida a quien debe tomar la decisión
no es tanto la lógica del proceso, sino las emociones que activa.
Saber gestionar bien las emociones es clave en estas situaciones.
Por ejemplo, decidir el despido de empleados por necesidades de la empresa.
Decisiones complejas
La complejidad de un problema o de una situación
consiste en la dificultad de su comprensión, que suele
requerir un análisis atento de todos los factores que
influyen o a los que puede afectar. En este tipo de
decisión, la mayor dificultad reside sobre todo en
las capacidades analíticas y creativas de quien va a
tomar la decisión, que en los tormentos emocionales que
traiga consigo. Por ejemplo, elegir la estrategia que se puede
usar en un partido de futbol, sabiendo que el rival juega de una
manera, pero que puede cambiar su forma de juego.
Decisiones extremas
Son aquellas en las que está en juego la vida propia y/o la de
los demás, situación que requiere mucho valor y
determinación, características que marcan claramente
la diferencia entre quien está capacitado para tomar
decisiones extremas y quien no lo está. Sin embargo,
la valentía y la determinación no son suficientes para
enfrentarse con éxito a situaciones extremas. Es necesaria
una capacidad de resolución de problemas muy elevada, que
permita encontrar rápidamente las opciones adecuadas en cada
situación. Eso requiere habilidades específicas junto con la intuición
y la capacidad de mantener las emociones bajo control. Por ejemplo, las decisiones que
tienen que tomar los médicos del Servicio de Urgencia para salvar personas en riesgo vital.
Decisiones inevitables
Existen condiciones que obligan a inclinarnos por
opciones no deseadas o consideradas erróneas, aunque en
este caso no es una persona la que decide lo que hay que
hacer, sino las propias circunstancias. Se trata de
situaciones no elegidas ni planificadas que obligan a poner
en marcha acciones que van en contra de nuestra voluntad,
a veces incluso con duros efectos. El sentimiento que más se
expone en estas situaciones es la rabia ante la injusticia. Frente a ello, lo importante
aquí es nuestra capacidad de resiliencia. Por ejemplo, decidir hacer una eutanasia a una
mascota por estar desahuciada.
En el polo opuesto, nos encontraríamos con las diez prácticas básicas que nos
ayudan a tomar decisiones inteligentes. Pasamos del proceso a la persona, de lo
teórico a lo práctico, donde la creatividad –una vez más- cobra especial importancia.
Buenas prácticas
1. Hay que empezar. Evitemos la demora, ganemos tiempo desde el principio.
2. Concentrarse en lo que es importante.
3. Desarrollar un plan de ataque.
4. Reducir la complejidad.
5. Ser creativo para salir del aprieto.
6. Saber cuándo parar.
7. Valerse del grupo o equipo de trabajo con sensatez.
8. Establecer principios básicos.
9. Perfeccionar el estilo decisorio.
10. La decisión final la lleva a cabo uno mismo.
Y conservar la perspectiva.
FACILITADORES obstáculos
• Conocimientos • Miedo al fracaso
• Empatía • Miedo al rechazo
• Mentalidad abierta • Mentalidad cerrada
• Confianza • Exceso de confianza
• Experiencia • Presiones de tiempo
• Asunción de riesgos • Escasez de retos
• Tenacidad • Burocracia
• Medios adecuados • Oportunidades limitadas
Miedo a decidirnos
El hecho de tener que decidir nos provoca, inevitablemente, una serie
de temores. Los diferentes modos en que los gestionamos influyen no
solo en cada uno de los actos de toma de decisiones, sino también en las
dinámicas personales e interpersonales de quien toma la decisión.
El miedo a equivocarse
Esto es lo más habitual cuando enfrentamos el riesgo de tomar una
determinada decisión. Cuanto más crucial es ésta, más lenta se
vuelve la elección, hasta llegar a ser paralizante.
El miedo a exponerse
Surge cuando debemos tomar decisiones y hay que comunicárselas a los
demás. En este caso, además de la carga que suponen las distintas opciones,
lo que asusta es plantearlas, es decir, exponerse al juicio de otras personas.
El miedo a la impopularidad
Saberse querido es una necesidad primordial del ser humano, pero la
necesidad de sentirse querido por todos es su expresión disfuncional; de
hecho, las víctimas de esta disfuncionalidad son continuamente rehenes de
su deseo de sentirse apreciadas por los demás.
Pereza. Demostrarse ineficaz para comprobar los hechos, para tomar la iniciativa, para confirmar
las hipótesis, o para reunir información adicional. Básicamente, estas personas se perciben como
descuidadas en su trabajo y reacias a esforzarse.
Indecisión. En el otro extremo de la escala, nos encontramos con una decisión compleja que se basa en
el constante cambio de datos.
Permanecer en el pasado. Algunas personas toman malas decisiones porque utilizan datos antiguos
o procesos que utilizaron siempre.
Sobredependencia. Algunas decisiones nunca se toman porque una persona está esperando por otra,
que a su vez, está a la espera de la decisión de otro.
Aislamiento. A veces las personas carecen de las habilidades de contacto necesarias para acceder a la
información correcta. Otras veces, nos encontramos con que la gente no implica a otros porque quieren
el reconocimiento de la decisión. Por desgracia, ellos también terminan teniendo la culpa de las malas
decisiones.
Falta de profundidad técnica. Las organizaciones de hoy son muy complejas, e incluso los mejores
líderes no tienen suficiente profundidad técnica como para comprender plenamente temas técnicos.
Fracaso al comunicar los qué, dónde, cuándo y cómo asociados a sus decisiones. Algunas
buenas decisiones se vuelven malas simplemente porque la gente no las entiende, o incluso no saben de
ellas. Comunicar una decisión, su razón de ser y consecuencias, es fundamental para la implementación
exitosa de la misma.
1. Practicar la resiliencia
• La resiliencia es la propiedad que tiene un resorte de estirarse y volver a su posición original.
• La próxima vez que sintamos frustración porque las cosas no salieron como queríamos,
observemos cómo reaccionamos y cuánto tiempo nos toma volver a un estado mental de
claridad.
• También debemos identificar qué actividades nos podrían ayudar a reducir ese tiempo de
recuperación.
2. Ser transparente
• Transparencia total. Si las cosas no salen como esperábamos, hay que ser absolutamente
transparentes con todos los involucrados, las personas nos lo agradecerán.
5. Ser honesto
• No importa si los inversionistas de nuestra idea son nuestros papás o un fondo de inversión,
si no les comunicamos los problemas estamos cometiendo un grave error.
6. Confiésalo
• Muchos han dicho que la mejor terapia para superar el fracaso es contarlo frente al público.
• Contemos la historia de una idea nuestra que sobre el papel era “genial” pero que nunca llegó
a buen puerto.
• Los fracasados nos lo agradecerán.
unidad 3
¿Cómo hacerlo?
El método 6:3:5
RESUMEN DE
CARACTERÍSTICAS
Design thinking
5. Evaluar y testear. Finalmente, hay que validar los prototipos con los
usuarios del producto o servicio para comprobar su eficacia. Esta interacción
nos permitirá mejorarlo y ajustarlo progresivamente a las necesidades de
nuestro público objetivo. Si en esta fase nos encontramos con algún problema
no solucionado, tendremos que volver a las fases anteriores. En cambio, si
obtenemos la satisfacción plena de las personas, el producto o servicio estará
listo para su lanzamiento.
- Decidir. Para tomar la mejor decisión, debemos confrontar las alternativas con los
criterios, manteniendo el objetivo en el punto de mira. La ponderación numérica, al
estilo de un cuadro de decisión, es una de las opciones que podemos utilizar.
- Validar. Volvemos a dibujar el mapa mental, pero en esta última fase, situamos
la opción elegida en el centro del mapa, siendo las ramificaciones, cada una de las
opciones que nos han llevado a tomar esa decisión.
Puede volar?
n S
Idea simple de cómo
puede ser un cuadro o Puede ladrar? pájaro
árbol de decisiones. n S
gato perro
https://www.youtube.com/channel/UCZ0t_OLyt1dYbBDTWRVECXQ
https://www.youtube.com/watch?v=HBKAD3pht5Y
https://www.youtube.com/watch?v=DEvuxyupsqA
El método PROACT
La capacidad de tomar decisiones afortunadas es
una destreza fundamental de la vida.
1. Problema
2. Objetivos
3. Alternativas Para cualquier decisión
4. Consecuencias
5. Transacciones
6. Incertidumbre
7. Tolerancia del riesgo Ambientes volátiles o en evolución
8. Decisiones vinculadas
Especificar los objetivos. La decisión debe llevarnos donde queremos ir, debido a que
una decisión debe ser un medio para llevar a un fin. Preguntémonos: ¿qué es lo que más
deseamos alcanzar? ¿Cuáles son nuestros intereses, valores, preocupaciones, temores y
aspiraciones más acertadas para alcanzar la meta? Pensar bien los objetivos da la dirección
hacia las decisiones.
Entender las consecuencias. ¿Hasta dónde satisfacen las alternativas nuestros objetivos?
Las alternativas atraen y hasta sugestionan, pero más allá están las consecuencias que
nos hacen pensar las cosas dos veces. Evaluar de manera franca las consecuencias de
cada alternativa ayudará a identificar las que mejor se ajustan a los objetivos planteados
(a TODOS los objetivos).
Estudiar las transacciones. Como los objetivos muchas veces son contradictorios entre
sí, es preciso encontrar un punto medio. Hay que sacrificar un poco de esto a cambio de un
poco de aquello. En las decisiones más complejas no hay por lo general una alternativa
perfecta. Las distintas alternativas cumplen diferentes conjuntos de objetivos. La tarea
es elegir inteligentemente entre posibilidades que no son menos imperfectas. Para llegar
a ello necesitamos fijar prioridades, atendiendo abiertamente a la necesidad de hacer
transacciones entre los diversos objetivos contradictorios.
Aclarar las incertidumbres. Tener incertidumbre hace más difícil la decisión, pero una
eficaz toma de decisiones exige que se tenga en cuenta la incertidumbre, que se juzgue la
probabilidad de distintos resultados y se evalúen sus posibles impactos.
Pensar muy bien en la tolerancia del riesgo. Cuando las decisiones se toman en
condiciones de incertidumbre, la consecuencia que se busca puede no ser la que en realidad
resulte. Las personas varían en cuanto a su tolerancia del riesgo, y según lo que esté en
juego, en cuanto al riesgo que están dispuestas a aceptar de una decisión a otra. Tener
clara conciencia de su voluntad de aceptar riesgos hará el proceso de toma de decisión
más suave y eficiente. Ayuda tener claro el nivel de riesgo que se está dispuesto a correr.
¿Qué ganamos
usando alguna o
varias de estas técnicas?
Bibliored de crEatividad
“El futuro será del que es capaz de gestionar sus ideas como
su activo más precioso, del que organiza una reflexión
utilizando la mejor parte de sus dos hemisferios cerebrales.
La imaginación le proporciona muchas ideas, mientras el
juicio le indica cuales son las buenas. En la frontera entre
el hemisferio derecho y el izquierdo se encuentra el
“mapa mental”, que es al mismo tiempo herramienta de
divergencia y medio de convergencia, técnica de
creatividad y voluntad de rigor”.
Jonah Lehrer
Cómo decidimos
Y cómo tomar mejores decisiones
(Editorial Paidós, 2011)
¡Hazlo
¡Hazlo de
de otra
otra forma!
forma! Curso
Curso de
de creatividad
creatividad ee innovación.
innovación
Módulo 3 | ¡Tenemos un problema!
Ken Watanabe
¡Resuélvelo!
Un método simple para solucionar problemas
(Empresa Activa, 2009)
Dan Roam
Tu mundo en una servilleta
Resolver problemas y vender ideas mediante dibujos
(Editorial Gestión 2000, 2010)
Ed Catmull
Creatividad, S.A.
Cómo llevar la inspiración hasta el infinito y más allá
(Editorial Conecta, 2014)
Demian Sterman
Historias de Fracasos y Fracasados que cambiaron el mundo
(Editorial Paidós, 2017)
Magnus Lindkvist
Cuando menos te lo esperas
Una guía para enfrentar sorpresas e incertidumbres
(Ediciones Urano, 2011)
Giorgio Nardone
El Miedo a decidir
Cómo tener el valor de elegir
(Editorial Paidós, 2016)