Respondiendo a un pedido de una alumna aclaró brevemente el texto de Ortega y
Gasset correspondiente a la unidad 1. En este texto el autor quiere marcar la diferencia
entre la ciencia y el conocimiento filosófico. Comienza su exposición marcando el desarrollo filosófico del siglo pasado centrado en la teoría del conocimiento y reduciendo la filosofía a ella. En el siglo XIX se rendía culto a la verdad física, y se consideraba que no había más verdad que la física. La verdad física consistía en la deducción racional y la confirmación por los sentidos. Así la física se convirtió en la ciencia por excelencia. Era el conocimiento ejemplar, prototipo de la verdad. En este sentido la filosofía que es más que la ciencia qué es soberbia por naturaleza se vio forzosamente humillada. Afortunadamente este siglo presenta el revivir de la filosofía. A principios del siglo XX la ciencia en general y la física en particular había caído en crisis, por lo tanto, el físico se dedicó a indagar los motivos de la crisis y comenzó a investigar la propia ciencia física desde fuera de ella. Llegó a la conclusión de que su estudio debía ser estrecho y que no podía abarcar ciertas situaciones, la ciencia se reconoció infértil en ciertos asuntos y buscó solucionar solo los que podía hacerlo. La ciencia reconoció además qué (con el auge de los experimentos), es una manipuladora de la naturaleza, es decir interviene en la naturaleza desde el experimento, así la llamada realidad física es una realidad dependiente y no absoluta, es una cuasi realidad. Cuando la ciencia se dio cuenta de esta situación la filosofía volvió a surgir en su plenitud como conocimiento de lo universal y de la realidad toda. La ciencia ser reconoció qué es un conocimiento simbólico, parte de supuestos y trata de demostrarlos. A diferencia de la filosofía qué parte sin supuestos y se aboca a la tarea de conocer la totalidad. Esta situación no quito nada de gloria a la física al contrario cada vez más se consolido su prestigio y su facilidad reconociéndose como un conocimiento simbólico. A la filosofía le compete por lo tanto el tratamiento del universal pero la física es trabajada por hombres y cuando termina el hombre científico comienza el hombre filósofo. La ciencia recorta su universo de estudio la filosofía lo amplía. La verdad científica se caracteriza por su exactitud y el rigor de sus previsiones, la filosofía es un continuo preguntarse. La ciencia busca un principio acotado la filosofía indaga sobre ese primer principio universo. La verdad científica es una verdad exacta completa y penúltima, la filosofía trata de buscar la verdad última. La pregunta sería ¿por qué el hombre vuelve a la filosofía?, ¿por qué vuelve a ser normal la vocación hacia la filosofía? ¿Pero de donde viene ese apetito por lo universal? La respuesta Aristotélica sería muy fácil: porque los hombres sienten por naturaleza el afán de conocer. Pero ¿por qué el hombre se esfuerza por conocer? Para Aristóteles sería: porque le es natural. Pero el conocer mismo no es una facultad porque es una ardua tarea que se impone el hombre. El conocer nos hace dar cuenta que nuestras facultades intelectuales no son suficientes. Debemos entender, que sí como dice Aristóteles la “naturaleza” en el hombre es el conjunto de sus aparatos corpóreos y mentales y su funcionamiento, debemos reconocer que el conocimiento “no es natural”. Conocer por lo tanto sería ir más allá de la naturaleza humana.