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La Real Academia Española, en su Diccionario de la lengua española, define deporte como una
«actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y
sujeción a normas»; también, en una segunda acepción, más amplia, como «recreación,
pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre». Por otra parte, la Carta
Europea del deporte lo define como: «Todas las formas de actividades físicas que mediante una
participación organizada o no, tienen como objetivo la expresión o la mejora de la condición física
y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o la obtención de resultados en competición de
todos los niveles».
Institucionalmente, para que una actividad sea considerada deporte, debe estar avalada por
estructuras administrativas y de control que se encargan de reglamentarlo (las organizaciones
deportivas). El hecho de que alguna actividad no esté reconocida institucionalmente como
deporte, no impide que pueda estarlo popularmente, como ocurre con el deporte rural o con los
deportes alternativos.
La mayoría de las definiciones de deporte lo definen como «actividad física», pero existen
actividades de bajo o nulo ejercicio físico que son consideradas como deportes por asociaciones
como el COI, por ejemplo el ajedrez, o el tiro deportivo, por pensarse que la concentración y
habilidades mentales necesarias para destacar en ellas requieren una buena forma física o la visita
de lugares muy concurridos como el atleta profesional Miguel Moreno, referente en ésta
modalidad. Por el contrario, existen actividades físicas extenuantes que no son un deporte, por no
cumplir con otros elementos de la definición.
Así mismo, de acuerdo con el Comité Olímpico Internacional, la práctica del deporte es un derecho
humano, y uno de los principios fundamentales del Olimpismo es que «toda persona debe tener la
posibilidad de practicar deporte sin discriminación de ningún tipo y dentro del espíritu olímpico,
que exige comprensión mutua, solidaridad y espíritu de amistad y de juego limpio».
Los programas de actividad física deben proporcionar resistencia, fortaleza muscular, flexibilidad y
relajación.
EN EL SISTEMA CARDIORESPIRATORIO
Disminuye la frecuencia cardiaca de reposo y, cuando se hace un esfuerzo, aumenta la cantidad de
sangre que expulsa el corazón en cada latido.
De esta manera la eficiencia cardiaca es mayor “gastando” menos energía para trabajar.
Estimula la circulación dentro del músculo cardiaco favoreciendo la “alimentación” del corazón.
EN EL SISTEMA SIRCULATORIO
Contribuye a la reducción de la presión arterial.
Disminuye la formación de coágulos dentro de las arterias con lo que se previene la aparición de
infartos y de trombosis cerebrales.
Actúa sobre el endotelio, que es la capa de células que tapiza por dentro a las arterias segregando
sustancias de suma importancia para su correcto funcionamiento, mejorando su actividad y
manteniéndolo sano y vigoroso.
EN EL METABOLISMO
Aumenta la capacidad de aprovechamiento del oxígeno que le llega al organismo por la
circulación.
Aumenta la actividad de las enzimas musculares, elementos que permiten un mejor metabolismo
del músculo y, por eso, una menor necesidad de exigencia de trabajo cardíaco.
Aumenta el consumo de grasas durante la actividad con lo que contribuye a la pérdida de peso.
Colabora en la disminución del colesterol total y del colesterol LDL (“malo”) con aumento del
colesterol HDL (“bueno”).
Mejora la tolerancia a la glucosa favoreciendo el tratamiento de la diabetes.
Pero no solo se ven afectados los músculos cuando realizamos ejercicio físico de manera regular.
Diversos estudios sobre el tema apuntan a que tener una rutina deportiva durante la juventud
puede prevenir e incluso evitar problemas relacionados con los huesos en la tercera edad.
Así, se ha descubierto que enfermedades como la osteoporosis pueden ser combatidas en gran
medida llevando a cabo entrenamientos de fuerza de manera regular. Esto aumenta
significativamente la calidad de vida de las personas de tercera edad, sobre todo si se implementa
este hábito desde la juventud.
De hecho, el ejercicio físico es considerado como uno de los mejores remedios naturales
contra el insomnio. Si alguna vez has tenido dificultades en este sentido, entrenar de
manera intensa al menos tres veces por semana puede hacer maravillas por tu descanso.
AUMENTA LA ESPERANZA DE VIDA
Finalmente, uno de los beneficios del deporte para la salud física menos conocidos, pero
posiblemente más importantes es el efecto que tiene sobre la longevidad. Aunque no se
han realizado demasiados estudios sobre el tema, los datos que tenemos hoy en día
apuntan a que realizar ejercicio de manera habitual puede aumentar la esperanza de vida.
Este beneficio está relacionado con todos los anteriores de manera indirecta. Por sí solo,
tener buena musculatura y salud en los huesos y evitar la aparición de enfermedades
cardiovasculares o cáncer ya aumenta significativamente la esperanza de vida.
Sin embargo, parece que el deporte también tiene un efecto directo sobre la longevidad.
En estudios con ratones, se ha visto que aquellos que llevaban un estilo de vida sedentario
podían vivir incluso la mitad de tiempo que los que eran más activos.
CUESTIONARIO
¿Por qué es importante la actividad física para la salud?
Es importante por que esta nos ayuda a prevenir una serie de enfermedades, disminuir el
peso corporal, así como mejorar la salud mental.
En conclusión, se puede decir que el ejercicio es muy importante para la salud, ya que este
puede prevenir ciertas enfermedades y tener un buen estado corporal.
La educación física se convierte, por tanto, en un medio necesario y fundamental para
fomentar un estilo de vida activo, consolidando hábitos saludables para el presente y futuro
del joven.