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Café pacífico: como El otro poder.

Las redes del

la muerte anda suelta


narcotráfico, la política y la violen-
cia en México (Aguilar, 2001) y De
los maras a los zetas. Los secretos
Gilda Waldman del narcotráfico, de Colombia a Chi-
cago (Grijalbo, 2006), de Jorge Fer-
nández Menéndez; El hombre sin
cabeza (Anagrama, 2009), de Ser-
gio González Rodríguez; Herencia

I nfiltrado en los más diver-


sos ámbitos de la vida social y
maldita (Grijalbo, 2007), de Ricar-
do Ravelo; El cártel (2002), Horas
extra (2003) y En estado de alerta
política del país, el narcotráfico se (2005), del legendario Jesús Blan-
ha expandido también al mundo co Ornelas, publicados por la edi-
de la cultura. Por una parte, ésta Luis E. Gómez, Café pacífico. Muerte en Tijuana, torial Plaza & Janés; Con la muerte
México, Ediciones Quinto Sol, 2ª ed., 2010.
se ha visto enormemente influi- en el bolsillo (Planeta, 2005), de
da por valores que apologizan respecta a las artes visuales, una María Idalia Gómez y Darío Fritz;
los nuevos y temerarios íconos artista como Teresa Margolles El cártel de Sinaloa. Una historia
de esta forma de criminalidad: los ha abordado, de diversas mane- del uso político del narco (Grijalbo,
tensos y peligrosos modos de vida ras, la violencia referida al tráfi- 2009), de Diego Enrique Osorno;
en los que fluye el dinero a manos co de drogas; de igual modo, lo y El cartel incómodo. El fin de los
llenas, así como una nueva estéti- que se ha denominado “la estéti- Beltrán Leyva y la hegemonía del
ca asociada al crimen organizado. ca narco” se ha apoderado de la Chapo Guzmán (Grijalbo, 2010),
Por la otra, el tema del narcotrá- arquitectura, a través de la cons- de José Reveles.
fico también se ha convertido en trucción de mansiones de un esti- En el ámbito estrictamente
un terreno propicio para la crea- lo barroco y kitsch que lindan con literario, son numerosas las nove-
ción artística. Así, por ejemplo, el lo estrambótico. las que giran alrededor del nar-
narcocorrido es, hoy por hoy, la Pero, ciertamente, ha sido en cotráfico. Al respecto, algunos
expresión más representativa de el campo de la palabra escrita autores fundamentales son Yuri
la cultura popular mexicana, que, donde el tema del narcotráfico ha Herrera (Trabajos del reino, Perifé-
incluso, ha sido llevado a la ópera, alcanzado una presencia notable. rica, 2008), Eduardo Antonio Parra
tal como se evidenció en el estreno En el ámbito académico, el inves- (Nostalgia de la sombra, Joaquín
de la obra Únicamente la verdad: tigador Luis Astorga, en su libro El Mortiz, 2002), Luis Humberto
la verdadera historia de Came- siglo de las drogas (Plaza & Janés, Crosthwaite (Aparta de mí ese cáliz,
lia la Tejana, estrenada en marzo 2005) analiza rigurosamente los Tusquets, 2009; Tijuana crimen
de 2010 en el Festival de México. procesos a través de los cuales se y olvido, Tusquets, 2010), Martín
El cine no ha podido dejarlo de mueve el narcotráfico en Méxi- Solares (Los minutos negros, Mon-
lado, la película El infierno así lo co. Desde otra óptica, el perio- dadori, 2006), Élmer Mendoza (El
demuestra; en el campo del docu- dismo —particularmente en su amante de Janis Joplin, Tusquets,
mental, cabe mencionar Al más modalidad de reportaje de inves- 2001; Balas de plata, Tusquets,
allá, de Lourdes Portillo, que gira tigación— constituye una fuen- 2008; La prueba del ácido, Tus-
en torno a la realidad del narco- te invaluable sobre el tema. En quets, 2010) y Heriberto Yépez (Al
tráfico en la costa maya. En lo que esta línea, cabe mencionar textos otro lado, Planeta, 2008).

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Gilda Waldman
Café pacífico: la muerte anda suelta
A esta vasta proliferación lite- ciudad— realiza una investiga- producción simbólica de lo social.
raria se agrega recientemente Café ción en una sociedad en crisis o Ciertamente, la literatura no
pacífico. Muerte en Tijuana, prime- descomposición, y llega a cono- puede reflejar ni recrear de mane-
ra novela del académico y sociólo- cer en carne propia las más pro- ra fiel y exacta la realidad, sino
go Luis Gómez (editada en 2009 fundas tinieblas de la perversidad que está llamada a reinventarla;
y reimpresa en 2010). Ligada que genera la drogadicción. El sin embargo, al no poder dejar de
también a la narrativa policia- relato del periodista denuncia, relatar lo que sucede, la ficción se
ca —o más bien a la serie negra entre otras cosas, los mecanismos vuelve una representación, qui-
de la novela mexicana, derivada de del tráfico de estupefacientes, las zá retorcida, pero certera, de una
la tradición estadounidense y que formas de organización políti- sociedad desgarrada y de las cul-
tuvo entre sus más notables expo- cas locales en el norte del país, turas subterráneas que la reco-
nentes a Dasihell Hammett y Ray- la corrupción de las autoridades, rren. Las historias por contar
mond Chandler, cuya influencia en los mecanismos de la ilegalidad, en torno a un fenómeno con tal
la literatura latinoamericana ha el clandestinaje del narcotráfico, diversidad de matices y ramifica-
sido ampliamente reconocida—, la cultura subterránea que lo per- ciones sociales pueden ser múl-
la novela de Luis Gómez consti- mea, las modalidades de violen- tiples: el enfrentamiento entre
tuye una especie de ‘historia del cia que genera y sus ligas con las grupos rivales, las confrontacio-
tiempo actual’ que registra la his- descomposición (policial, política, nes con los diferentes cuerpos
toria reciente del país. Fiel a la tra- económica y moral) de las institu- policiacos y militares (presunta-
dición del relato en ‘serie negra’, ciones relacionadas con el hecho mente) encargados de su comba-
la novela asume que no existe criminal. te, las biografías de los ‘capos’,
el mal como anormalidad indi- Los códigos del género (vio- los mecanismos de la clandes-
vidual; sino que la sociedad en lencia, crímenes, búsqueda de tinidad en las que se mueve el
su conjunto se encuentra aque- la verdad, etc.) resultan perfec- narcotráfico, los medios utiliza-
jada por la corrupción y el ham- tos para recrear, rastrear, soca- dos para el control territorial, el
pa, aun en las más encumbradas var y desenterrar el trasfondo vicariato como forma de vida, el
esferas políticas o financieras. En criminal de las décadas recien- culto a sus propias deidades…
este sentido, las causas de un cri- tes en México: a partir de un Café pacífico. Muerte en Tijua-
men no se resuelven con el descu- asesinato, la investigación reali- na es una de estas historias por
brimiento del criminal, pues sus zada por el periodista Alejandro contar y ser leída.LC
causas, casi siempre, se encuen- Moraga devela un presente enig-
tran en las bases mismas del sis- mático y violento.
tema social. Mediante una prosa desnuda
El texto constituye, así, de y rápida —en un estilo seco, duro
manera transgresora y subver- y violento, aunque no necesaria-
Gilda Waldman. Profesora de tiempo com-
siva, un notable enfoque críti- mente plagado de sangre—, la
pleto en el Posgrado de la Facultad de
co de la realidad social y política: novela se ocupa de la parte más Ciencias Políticas y Sociales de la Univer-
un periodista —encargado de sórdida y oculta de la sociedad, sidad Nacional Autónoma de México. Li-
cenciada en Sociología por la Universidad
hacer un reportaje sobre el nar- lanzando una mirada inquisitiva de Chile. Maestra y doctora en Sociología
cotráfico en Tijuana y convertido sobre el pasado y el presente del por la Facultad de Ciencias Políticas y
en detective para aclarar inicial- país, denunciando la muerte que Sociales de la UNAM. Tiene estudios de
Maestría en Literatura Comparada por la
mente el asesinato de un médi- anda suelta por la calle y apro- Facultad de Filosofía y Letras de la misma
co en el avión que lo lleva a esa piándose de una nueva escena de universidad.

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