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1) Rasgos que caracterizan el final de la escolástica y el inicio de la modernidad.

Respuesta: apuntes de clase de Guillermo de Occam y Renacimiento/ Humanismo.


Rasgos característicos de la frontera: no estar en ninguno de los dos lados, pero es tener
el peso de ambos. renacimiento y humanismo poseen carácter transicional. ideario
básico de la escolástica: conocimiento del hombre por la vía de la abstraccion, hay un
agente intelectual en el hombre que permite decodificar las sensaciones, masa de
realidad, transformada en percepciones. Renacimiento y Humanismo. fe y razón.
ABAGNANO. Renacimiento y Humanismo, punto 332; Origenes de la ciencia
experimental. Punto 335.

A partir de la segunda mitad del siglo xiv, literatos, historiadores, moralistas y politicos
insisten unánimemente, en intalia, sobre el cambio radical que parecía haber tenido
lugar en la actitud de los hombres frente al mundo y a al vida. Estan convenciodos de
que ha comenzado una nueva época que constituye una ruptura radical con el mundo
medieval, y tratan de explicarse a sí mismos el significado del cambio. Este significado
lo interpretan ellos como el renacimiento de un espíritu que fue propio del hombre en la
edad clasica y que se perdió durante la edad media, un espíritu de libertal, por el cual
reivindica el hombre su autonomía de ser racional y se reconoce profundamente inserto
en la naturaleza y en la historia y decidido a hacer de ellas su reino. Desde el punto de
vista de estos escritores, el renacimiento es un regreso a lo antiguo, un reapropiarse del
poder y de la capacidad que los antiguos (griegos, latinos) habian poseido y ejercitado:
pero un retorno que consiste no en la mera repetición de lo antiguo, sino en la
reanudacion y prosecución de lo realizado por el mundo antiguo. Son muchisimas las
figuras del renacimiento italiano que expresan estas convicciones de una uy otra
manera, pero puede decirse que cada nuevo descubrimiento de material documental
permite darse mejor cuenta de la extensión en que participaron de ellas escritores y
personas de la epoca.
Estos testimonios se han visto apoyados por imponentes fenómenos culturales, el
nacimiento de un arte nuevo, esplendido en la variedad y en el valor de sus
manifestaciones, una nueva concepción del mundo, una ciencia que desde entonces
hasta ahora tenia que dar frutos estupendos, un nuevo modo de entender la historia, la
politica y en gral las relaciones entre los hombres. Todos estos testimonios fueron
admitidos durante largo tiempo al pie de la letra y han servido de fundamento para la
periodización histórica de la civilización occidental.
Sin embargo, la histografía filosofica no se limitó, ni podñia hacerlo, a tomar nota de la
contraposición que los propios humanistas trataron de establecer entre su época y la
edad media. Si una parte de esta historiografía ha aceptado esta contraposición como
hilo conductor para la interpretación de las doctrinas y de las figuras que dominan la
escena del siglo xv, la otra en cambio ha puesto de relieve la continuidad que existe
entre este siglo y los anteriores. Sin embargo, es cierto q, desde el punto de vista de la
exactitud historia no se puede establecer la interpretación del humanismo y del
renacimiento sobre la base de una antitesis entre el hombre medieval y el hombre del
renacimiento: no es posible considerar el renacimiento como afirmación de la
inmanencia frente a la trascendencia medieval, de la irreligiosidad y del paganismo, del
individualismo, del sensualismo, del escepticismo, frente a la religiosidad, al
universalismo, al espiritualismo y al dogmatismo de la edad media. En el renacimiento
no faltan, mas bien abundan, motivos netamente religiosos, afirmaciones energéticas de
la trascendencia aceptación de elementos cristianos y dogmaticos y muchas veces estos
elementos y estos motivos estan enlazados con elementos y motivos opuestos, en
formas complejas, de las que resulta difícil determinar el centro de la gravedad y el
significado total. Tmb es facil entender el significado de las polemicas que agitan la
vida cultural del renacimiento: la que entablan los humanistas en nombre de la
elocuencia; la suscitada entre platonicos y aristotelicos y la q se desarrolla en el mismo
seno de los aristotelicos, entre alejandristas y averroistas. Es evidente que ninguna de
posiciones polemicas tomadas por si sola representa el renacimiento y x lo tanto no es
posible ver en esto tan solo la reaccion de la sabiduria y de la elocuencia ni la de la
ciencia contra la elocuencia ni la reivindicación del platonismo contra el aristotelismo
medieval, ni el resurgir del aristotelismo cientifico contra la trascendencia platonizante,
lo que debe intentarse primeramente es comprender el renacimiento en su totalidad, y x
lo tanto determinar el terreno comun del q nacen y en el q radican las opuestas tesis
polemicas.

con el reconocimiento del carácter esencial y determinante de la relación del hombre


con la naturaleza, el humanismo establece la premisa fundamental de la investigación
experimental moderna. Se ha insistido mucho, en estos últimos tiempos, sobre la
importancia de la contribución que los escolásticos del siglo XIV dieron a la formación
de la ciencia moderna, con la crítica de fundamentales teorías aristotélicas como la del
movimiento de los astros y de los proyectiles (§ 325). Comparando estas contribuciones
con la hostilidad que los humanistas manifiestan hacia Aristóteles como físico y, en
general, hacia las especulaciones físicas y metafísicas de los escolásticos, se ha llegado
a veces a la conclusión de que el desarrollo de la ciencia moderna está más vinculado al
aristotelismo tradicional que al humanismo renacentista.

No obstante, ya se ha visto que la aversión hacia el Aristóteles físico y la


preferencia otorgada al Aristóteles moral es para los humanistas un motivo
polémico encaminado a acentuar la importancia que ellos pretenden dar a las disciplinas
morales consideradas como indispensables para dirigir la vida activa del hombre. Este
motivo polémico no implicaba la aversión a la naturaleza o a la investigación y
observación directa de la naturaleza, pues el arte del Renacimiento, tan estrechamente
emparentado con el movimiento humanista la consideraba como su fundamento, su guía
y su ideal. Ahora bien, la investigación científica, tal como se anuncio en las intuiciones
de Leonardo y en la obra de Galileo, era una investigación fundada en la observación y
en la experiencia. Pero la observación y la experiencia no son cosas que pueden ser sólo
anunciadas y programadas ni que pueden quedar en la fase de simples ideas, sino que,
efectivamente, deben ser emprendidas y llevadas a término. Pero no pueden ser
emprendidas ni llevadas a término como no sea movidas por un interés vital; y este
interés puede constituirlo únicamente la convicción de que el hombre está sólidamente
afianzado en el mundo de la naturaleza y que sus facultades cognoscitivas más eficaces
y más propias son las que derivan precisamente de su relación con la naturaleza.
Cuando Galileo ponía, junto a los razonamientos matemáticos, como única fuente de
conocimiento, la "sensata experiencia", señalaba claramente el cambio de orientación
que constituye la basé del esfuerzo experimental de la ciencia moderna. Antes que él,
Bernardino Telesio, aunque sin embarcarse en operaciones de investigación, había
afirmado en el
De rerum natura juxta propria principia que los principios propios del
mundo natural, únicos capaces de explicarlo, son los principios sensibles, estableciendo
la ecuación entre "lo que la naturaleza misma manifiesta" y "lo que los sentidos hacen
percibir . Dirigirse a la experiencia sensible, interrogarla y hacerla hablar es el único
camino que, desde este punto de vista, conduce a explicar la naturaleza por la
naturaleza, es decir, que no recurre a principios ajenos a la misma naturaleza. Esta
autonomía del mundo natural, que es el presupuesto de toda investigación experimental,
es un aspecto de la actitud humanista que trata de interpretar cada cosa en sus elementos
constitutivos y en su valor intrínseco. Así que, desde un punto de vista general puede
afirmarse que el Renacimiento ha puesto las condiciones necesarias para el desarrollo de
una investigación experimental de la naturaleza, que son:

1) que el hombre no es un huésped provisional de la naturaleza sino un


ser natural en sí mismo que tiene su patria en la naturaleza;
2) que el hombre, como ser natural, tiene no sólo interés sino capacidad
de conocer la naturaleza ;
3) que la naturaleza sólo puede ser interrogada y comprendida con los
instrumentos que ella misma proporciona al hombre.

Claro está que se trata de condiciones generales pero no determinantes que, por lo
mismo, no pueden dar razón de todas las características con que la ciencia moderna
aparece provista en sus inicios. Estas características se determinan también por otros
factores, asimismo pertenecientes preferentemente al humanismo renacentista. El
primero de ellos lo proporciona precisamente aquel "retorno a lo antiguo" que es la
tendencia propia del humanismo. El retorno a lo antiguo produjo la reviviscencia de
doctrinas y de textos que habían sido descuidados durante siglos, tales como las
doctrinas heliocéntricas de los pitagóricos, las obras de Arquímedes, de los geógrafos,
de los astrónomos y de los médicos de la antigüedad. Muchas veces los textos
antiguos facilitaron la inspiración o el punto de partida para nuevos descubrimientos
como ocurrió, sobre todo, con Arquímedes en

quien tan frecuentemente se inspiraba Galileo. Por otra parte, el

aristotelismo renacentista, mientras fomentaba una lectura nueva y más libre de


Aristóteles, elaboraba con toda eficacia, en controversia con las concepciones teológicas
y milagrosas, el concepto de un orden natural inmutable y necesario, fundado en la
cadena causal de los acontecimientos. Este concepto vino a constituir el esquema general
de la investigación científica. La magia, puesta en primer plano por el Renacimiento, con
su correspondiente aceptación y difusión, contribuyó a determinar el carácter activo y
operativo de la ciencia moderna, que consiste en dominar y someter a las fuerzas
naturales para dirigirlas al servicio del hombre. Finalmente, del platonismo y del
pitagorismo antiguo derivó otro presupuesto suyo fundamental, en el que insisten tanto
Leonardo como Copérnico y Galileo: la naturaleza está escrita con caracteres
matemáticos y el lenguaje propio de la ciencia es el de la matemática.

En todos estos factores que, con diversa importancia y de diferentes maneras


condicionan los inicios de la ciencia experimental en Europa, el Renacimiento se halla
presente, en forma directa o indirecta, en alguno de sus aspectos esenciales.
Naturalmente que, entre estos factores, pueden y deben incluirse las críticas que los
escolásticos del siglo XIV (Ockham, Buridán, Alberto de Sajonia, Nicolás de Oresme)
habían formulado contra algunos puntos fundamentales de la física aristotélica. Estas
críticas derivan (no hay que olvidarlo) de la orientación empírica que Ockham hizo
predominar en la última escolástica: cuando, por la reconocida imposibilidad de la
tarea de interpretación y de defensa de las verdades teológicas, la filosofía había
quedado disponible para otros objetivos e intereses. Aquellas críticas derivan su valor,
no del hecho de inscribirse en el • aristotelismo tradicional, sino de ser
antiaristotélicas y constituir la primera manifestación de aquella rebelión del
aristotelismo que, en la segunda mitad de aquel mismo siglo y durante el siglo
siguiente, dieron lugar al humanismo. En consecuencia, constituyen no ya la soldadura
entre el aristotelismo y la ciencia, sino por el contrario, la primera ruptura del frente
aristotélico tradicional. Sin embargo, al aristotelismo del siglo XIV ( como a gran
parte del aristotelismo renacentista) le faltaba el reconocimiento de lana tu ra l id a d
del hombre y de sus medios de conocimiento, que es la condición indispensable para
toda investigación experimental de la naturaleza. En este aspecto, el aristotelismo no
podía proporcionar a la ciencia ningún impulso o motivo de vida. Sólo la rebelión
humanista pudo realizar el cambio radical de perspectiva del que nació la
investigación científica y la nueva concepción del mundo.

Esta concepción, a la que contribuyeron por igual platónicos como Cusano y Fiemo,
filósofos naturalistas como Telesio y Bruno, científicos como Copérnico y Galileo es
(bueno será recordarlo) la antítesis exacta de la aristotélica. El mundo no es una
totalidad finita y acabada, sino un todo infinito y abierto en toda dirección. El orden
del mismo no es finalista sino causal: no consiste en la perfección del todo y de las
partes sino en la concatenación necesaria de los acontecimientos. El hombre no es el
ser en quien desemboca la teleología del universo y cuyo destino está confiado a esta
teleología; sino un ser natural entre todos los demás que, además, tiene la capacidad
de proyectar y realizar su propio destino. El conocimiento humano del mundo no es
un sistema fijo y acabado, sino el resultado de tentativas siempre renovadas que
continuamente deben ser sometidas a control. El instrumento de este conocimiento no
es una razón supramundana e infalible, sino un conjunto de poderes naturales, falibles
y corregibles. Estos son los rasgos de la concepción general que todavía se mantiene
en el fondo de nuestra ciencia y de nuestra civilización.

2) Occam: ¿Cuál es el fundamento de la filosofía de Occam?. Explique.


Abstracción. experiencia es fundamental, pero es decodificada por la abstracción.
Occam rompe con esto. Lo que está primero es la experiencia, toda abstracción será
consecuencia, no causa. Toda idea es porque primero fue experiencia. Fundamento del
Nominalismo. Experiencia previa a cualquier tipo de saber, conocimiento. Idea
basica para entender berkeley y Hume.

-Guillermo de Ockham es la última gran figura de la escolástica y al mismo tiempo


la primera figura de la Edad Moderna. El problema fundamental del cual había nacido
escolástica y de cuya incesante elaboración había vivido, el acuerdo entre la
investigación filosófica y la verdad revelada, es declarado por vez primera imposible
por boca de Ockham, y por él mismo vaciado de todo significado. Con esto la
escolástica medieval cierra su ciclo histórico; la investigación filosófica queda
disponible para la consideración de otros problemas, el primero de los cuales es el de la
naturaleza, esto es, del mundo al cual el hombre pertenece y que puede conocer con las
solas fuerzas de la razón. La negación de la posibilidad del problema escolástico
implica inmediatamente la apertura de un problema en el cual la investigación
filosófica reconoce su propio dominio.

El principio del cual Ockham se ha valido para llevar a cabo la disolución


de la escolástica, ya comenzada por Duns Escoto, es el recurso a la experiencia. Para
Duns Escoto, el principio limitativo y negativo de la investigación escolástica había sido
el ideal aristotélico de ciencia demostrativa. Tomado y hecho valer por vez primera en su
pleno rigor, este ideal había conducido al Doctor sutil a reconocer en la teología una
ciencia puramente practica, esto es, apta para procurar las normas de acción, pero
incapaz de alcanzar verdades especulativas. El recurso a la experiencia, que constituye,
en cambio, el rasgo saliente del procedimiento de Ockham, conduce a este último a
poner el fundamento de todo conocimiento en la experiencia y a rechazar como cosa de
todo conocimiento posible cuanto trasciende los límites de la misma experiencia. Se
puede suponer que esta primacía de la experincia, afirmada por Ockham, sea también
un elemento del aristotelismo; en realidad, el valor de la experiencia había ya sido
reconocido por la tradición franciscana y había encontrado afirmaciones solemnes en
Roberto Grossetete y en Rogerio Bacon. Ockham se mantiene más fiel a esta tradición
que Duns Escoto. Pero como ideal aristotélico de la ciencia, aunque ya conocido y
aceptado por la escolástica latina, sólo fue empleado por Duns como fuerza limitadora y
negadora del problema escolástico, así también el empirismo, aunque conocido y
aceptado por muchos escolásticos, solamente con Ockham se convirtió en la fuerza
que determinó la caída de la escolástica.
Al empirismo, que es el fundamento de su filosofía, llegó partiendo de una exigencia
de libertad que es el centro de su personalidad

Tal exigencia domina todos sus puntos de vista. A propósito de la


condenación pronunciada por el obispo de París Esteban tempier, sobre
algunas proposiciones tomistas (284), dice: "Las aserciones principalmente
filosóficas, que no conciernen a la teología, no deben ser condenadas o puestas en
entredicho por nadie solemnemente, porque en ellas cualquiera debe ser libre de decir
libremente lo que le parece" et Disc., I, trat. II, q. 22, ed. Goldast, p. 427). Era la
primera vez que se hacía una semejante reivindicación; y en ella Ockham inspiraba no
solamente su investigación filosófica, sino también su actividad política. Durante
veinte años defendió la causa imperial con un conjunto imponente de obras, cuyo
intento principal es el de llevar a la Iglesia a la condición de libre comunidad
religiosa, ajena a intereses y finalidades materiales, garantía y custodia de la libertad
que Cristo reivindicó para los hombres. La Iglesia, que es el dominio del espíritu, debe
ser reino de libertad; el imperio que, según el viejo concepto medieval, tiene en su
poder no las almas, sino los cuerpos, puede y debe tener una autoridad absoluta. Tal es
la esencia de las doctrinas políticas que Ockham defendió en la lucha entre el Papado
de Aviñón y el impeno. Una sola posición domina toda su actividad: la aspiración a la
libertad de la investigación filosófica y de la vida religiosa.
Pero la condición de la libertad de la investigación filosófica es el empirismo, ya que
una investigación que no reconoce ya como guía a la verdad revelada no puede tomar
por guía más que a la realidad misma en que el hombre vive, como se nos da por la
experiencia.

LAD O C T R I N A D E L C O N O C I M I E N T O INTUITIVO

La distinción entre conocimiento intuitivo y conocimiento abstractivo de que se


había servido Duns como fundamento para su teoría metafísica de la sustancia (§ 305),
sirve a Ockham como formulación de su doctrina de la experiencia. El conocimiento
intuitivo es aquel mediante el cual se conoce con toda evidencia si la cosa existe o no,
y que permite al entendimiento juzgar inmediatamente sobre la realidad o irrealidad
del objeto. El conocimiento intuitivo, además, es aquel que hace conocer la inherencia
de una cosa a otra, la distancia espacial y cualquier otra relación entre las cosas
particulares. "En general, cualquier conocimiento simple de uno o más términos, de
una o más cosas, en virtud del cual se puede conocer con evidencia una verdad
contingente, que concierne especialmente a un objeto presente, es conocimiento
intuitivo"(I n q. 1 Z). El conocimiento intuitivop e r f e c to , el que es el principio del
arte y de la ciencia, es lae x p e r i e n c i a , que tiene siempre por objeto una realidad
actual y presente. Pero el conocimiento intuitivo puede ser tambiéni m p e r f e c to y
referirse a un objeto pasado q. 1 Z; II, q. 15

Entre el conocimiento intuitivo perfecto y el imperfecto hay una relación de


derivación: todo conocimiento intuitivo imperfecto procede de una experiencia. La
misma relación existe entre conocimiento intuitivo y conocimiento abstractivo, el cual
prescinde de la realidad o irrealidad de su objeto; éste procede de aquél y se puede tener
conocimiento abstractivo solamente de aquello de que se ha tenido previamente
conocimiento intuitivc. El conocimiento intuitivo puede ser sensible e intelectual. La
función del entendimiento no es puramente abstractiva, según Ockham. El
entendimiento puede conocer intuitivamente también las cosas singulares que son
objeto del conocimiento sensible ; ya que, si no las conociera, no podría formular sobre
ellas ningún juicio determinado(Q u o dl i b e ta , I, q. 15). Intuitivamente, el
entendimiento conoce también sus propios actos y en general todos los movimientos
inmediatos del espíritu, como el placer, el dolor, el odio, etc. El entendimiento, de
hecho, conoce la realidad de estos actos espirituales y no puede conocerla sino a través
del conocimiento intuitivo

I, q. 14).

Del concepto mismo de conocimiento intuitivo, que implica una relación


inmediata entre el sujeto que conoce y la realidad conocida, se deduce la negación
de cualquier species que sirva de intermediaria del conocimiento. En primer lugar,
tals p e c i e s sería inútil y, por tanto, derogaría aquel principio metodológico de la
economía (llamado "rasero de Ockham"), al cual Ockham se mantiene fiel
constantemente. Y en segundo lugar, el valor cognoscitivo de la especie es nulo,
porque, si el objeto no fuese percibido inmediatamente, especie no podría darlo a
conocer. La estatua de Hércules no conduciría nunca al conocimiento de Hércules, ni se
podría dictaminar sobre su semejanza con hercules, si no fuera previamente conocido
hercules mismo. En esta negación de la especie, que Ockham tiene en común con
Durand de St. Pourcain y Pedro Aureolo, va más allá que sus predecesores, porque
niega también que la realidad tenga en el entendimiento un e s s e internationale o
apparens distinto de la realidad misma. Si, en efecto, el ser puramente conceptual es
distinto del ser real, no nos lo hace conocer; la realidad misma debe ser, como tal,
inmediatamente presente al conocimiento, si éste debe tener el pleno y absoluto
valor de verdad .

\, d. 27, q. 3

Sobre la base de una teoría de la experiencia tan completa y madura, que anticipa
la de Locke en todos los rasgos fundamentalesy hasta en la distinción entre
experiencia interna y externa, ninguna realidad podía ser reconocida al universal.
Ockham, en efecto, afirma en términos explícitos la individualidad de la realidad
como tal y hace una crítica completa de todas las doctrinas que de alguna manera
reconocen al universal un grado cualquiera de realidad, distinguiendo entre las que lo
consideran real como separado de las cosas singulares, y las que lo consideran como
real en unión con las cosas mismas. La conclusión es la imposibilidad absoluta de considerar
real al universal. "Ninguna cosa externa al alma, ni por sí, ni por otra cosa real o simplemente
racional que se le añada, ni de cualquier manera que se la considere o entienda, es
universal, ya que tanta es la imposibilidad de que una cosa externa al alma sea de alguna
manera universal, cuanta es la imposibilidad de que el hombre, por cualquier
consideración, o bajo cualquier aspecto, sea asno"

En otras palabras, la realidad del universal es en sí misma contradictoria y debe ser


radical y totalmente excluida. ¿Qué es, y qué valor tiene entonces el concepto?

Ockham no niega que el concepto tenga una realidad mental, esto es, que
exista (sustancialmente o realmente) en el alma. Pero esta realidad
mental no es otra cosa que el acto del entendimiento. No es, pues, una
especie, ni siquiera un idolum o fictum , esto es, una imagen o una ficción que sea de
algún modo distinta del acto intelectual. Pero esta realidad subjetiva del concepto es,
con toda realidad, determinada y singular . La universalidad del concepto consiste
pues, no en la realidad del acto intelectual, sino en su función significativa,
por la cual es una intentio. El término intentio expresa precisamente la
por la cual el acto intelectual tiende, más allá de si a una realidad significada. Comoi n
t e n t i o , el concepto es un Signum, o sea un símbolo de la realidad; y como tal, está
en lugar de ella en todos los juicios y razonamientos en los cuales interviene. Ockham
determina esta función del símbolo con el concepto de la suppositio.

Se preocupa, sin embargo, de garantizar la validez del concepto. Si el concepto del


hombre sirve para indicar todos los hombres y no, por ejemplo, los asnos, debe tener
con los hombres una semejanza efectiva y tal semejanza debe existir también entre los
hombres, si todos pueden ser representados igualmente bien con un único concepto.
Pero esto no supone una realidad objetiva del universal. La semejanza misma, según
ockahm es un concepto, como es un concepto cualquier relación, por ejemplo, la
semejanza entre Sócrates y Platón significa solamente que Sócrates es blanco y Platón
también; pero no es una realidad que se añada a los términos considerados. Que un
concepto represente un determinado grupo de objetos y no otro, no es cosa que pueda
tener fundamento en la relación de estos objetos entre sí y con el concepto, ya que la
relación misma no es mas que un concepto falto de realidad objetiva. La validez del
concepto no consiste en su realidad objetiva. Ockham abandona aquí (y es la primera
vez en la Edad Media) el criterio platónico de la objetividad. El valor del concepto, su
relación intrínseca con la realidad que simboliza, están en su génesis: el concepto es el
símbolo natural de la cosa misma. A diferencia de la palabra, que es un símbolo
instituido por convención arbitraria entre los hombres, el concepto es unsí m b o lo
natural predicable de muchas cosas.Significa la realidad "al modo que el
humo significa el fuego, el gemido del enfermo el dolor y la risa la alegría interior"
Esta naturalidad del signo expresa simplemente su dependencia causal de la realidad
significada. Es producido en el alma por esta realidad misma; su capacidad para
representar el objeto no significa nada más . Es éste, sin duda, el rasgo más
acentuadamente empirista de la teoría del concepto de Ockham: la relación del concepto
con la realidad no es justificada por él metafísicamente, sino explicada empíricamente
con la derivación del mismo concepto de la realidad, que por sí sola produce en la
mente humana el signo que representa.

El otro rasgo característico del empirismo de Ockham es su doctrina de lai n d u c c i


ó n . Mientras Aristóteles considera la inducción siempre como completa, que funda en la
consideración de todos los casos posibles la afirmación general (§ 85), para Ockham la
inducción se puede efectuar incluso sobre la base de un único experimento, admitiendo el
principio de que causas del mismo género tienen efectos del mismo género (In Sent.,

q. 2 G). Ockham ha indicado de esta manera correctamente en el principio de la


uniformidad causal de la naturaleza el fundamento de la inducción científica que
será teorizada por vez primera en la Edad Moderna por Bacon y analizada en sus
presupuestos por Stuart Mill.

3) Explique porque el nominalismo niega el concepto de especie de conocimiento


intuitivo.

4) ¿porqué la validez del concepto no consiste en su realidad objetiva?

5) Defina el concepto según Occam y explíquelo en relación a la naturaleza.


Guillermo de Occam (abagnano) cap 22, punto 316. doctrina del conocimiento intuitivo.

6) Loke, capitulo 8. Abagnano.


(Renacimiento/Humanismo: Fotocopiadora Facu (sacar). , esto es algo que agregó la
profe del teorico.
ABAGNANO: En vida y escrito, punto 452. ¿qué distingue a Locke de Decart
7) ¿De dónde proceden las ideas y qué distinción hace Locke entre ellas?. Capítulo
8.Punto 455: Ideas Simples y la pasividad del espíritu.
Punto 456: Ideas complejas y la actividad del espiritu.

8) ¿Con qué medios cuenta el hombre para conocer la realidad?

9) Berkeley:
¿Cómo aborda el nominalismo?:
Punto 464: El nominalismo.
Punto 465: El inmaterialismo.
¿Cuáles son sus premisas gnoseológicas?
Origen y validez de la abstracción.
Estatuto de la realidad sensible.

10) HUME:
¿Cuáles son los fundamentos de la Filosofía? (relatividad de la experiencia)
¿Qué distinción hace entre las percepciones?
¿Qué es el hábito?
¿Cómo se conectan las ideas entre sí?
Hume: Tratado de la Naturaleza Humana: ¿Cómo se originan las ideas en el ser
humano?
Abagnano: Siglo XVIII. Naturalización; siglo que culmina con las reflexiones del
marqués de sade.
Todo el siglo XVIII está preso en que la constituye a la naturaleza.
Hume pone en el origen del conocimiento a la experiencia, aunque la relativiza. La
experiencia nos permite un conocimiento, pero no EL Conocimiento; nos permite
construir un saber pero no nos garantiza la verdad de ese saber. el conocimeinto es
probable. Los resultados del conocimientos adquiridos siempre es parcial.
Todo conocimiento, al igualo lque protagoras, plantea que la sensación hace a la
percepcion. Enla percepción pueden distinguirse dos tipos de percepción.

1) las impresiones, son mas intensas.


2) las ideas, imággenes. Copias de las impresiones, son por eso menos vivaces que
aquellas.
Instinto del orden de la necesidad, "es y no puede no ser". Es necesario, cuando una
impresión es muy fuerte, la necesidad de aclararla es instintiva.
Ideas: es la impresión más debilitada. Ej: rojo: idea simple; que combinada con el
perfume, sabor, gusto, me da la manzana que es una idea compleja.
Hume, su tratado "no hay una sola idea simple, que no corresponda a una impresión"

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