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1.

3 Grupos sujetos a la exclusión en la


educación
Existen algunos grupos en los cuales se ve marcada de manera
recurrente la exclusión del ámbito educativo: las personas con
discapacidad, las personas indígenas, las personas sin registro de
identidad, las personas migrantes y migrantes indocumentadas y,
finalmente, las niñas y mujeres.
Personas con discapacidad. Para abordar este tema, es importante
que conozcas la definición de discapacidad de acuerdo a la Organización
Mundial de la Salud (OMS):
La discapacidad está definida como el resultado de una compleja
relación entre la condición de salud de una persona, factores
personales y factores externos que representan las circunstancias en
las que vive esta persona. A causa de esta relación, los distintos
ambientes pueden tener efectos distintos en un individuo con una
condición de salud. Un entorno con barreras, o sin facilitadores,
restringirá el desempeño / realización de un individuo; mientras que
otros entornos que sean más facilitadores pueden incrementarlo
(2001, p. 27).
Es preciso que reflexiones si la discapacidad es inherente a la persona o
al entorno; en otras palabras, se nace con discapacidad para
desarrollarse en sociedad o es la misma sociedad la que construye
barreras, de manera consciente o inconsciente, que impiden el acceso en
igualdad de condiciones al ejercicio de los derechos.
Ahora imagina a una persona que se desplaza en silla de ruedas y asiste
a una escuela secundaria diseñada de manera incluyente, es decir que
cuenta con las adaptaciones suficientes y adecuadas para acceder a
todas las instalaciones; tiene programas de estudio con estrategias
didácticas que permiten que esta persona logre adquirir los
conocimientos programados; cuenta con personal docente capacitado y
sensible a su situación; incorpora de manera transversal el estudio y
ejercicio de valores humanos universales, etcétera. Es evidente que esta
persona no está limitada por su entorno para ejercer su derecho a la
educación. Ahora piensa en la misma persona, pero esta vez trata de
imaginarla en una secundaria en donde no cuentan con todos los medios
necesarios para que pueda valerse por sí misma. ¿Complicado cierto?
Ilustración 7. Las personas con discapacidad son un grupo en situación de vulnerabilidad
que de manera recurrente son excluidos de la educación
Fuente: Fotolia. Disponible en: https://mx.fotolia.com/search?k=%2353166648+&filters
%5Bcontent_type%3Aall%5D=1&search-submit=Buscar

Por lo tanto, como afirman Momm y Geiecker (s.f.), la discapacidad es un


término relativo y heterogéneo. Relativo porque hace referencia al
entorno, es decir, el medio físico y los paradigmas dominantes en las
personas con las que se rodea, los cuales pueden constituir o no
barreras para el pleno goce de derechos igualdad de condiciones.
Heterogéneo porque su definición varía, en función a si está se plantea
tomando como base una disfuncionalidad de la persona, a si se asocia
con la presencia de una enfermedad, o al estado de salud que la origina.
Para apoyarte en este tema te invitamos a revisar la sección Échale un
vistazo dónde encontrarás la recomendación de la película Yo soy Sam,
drama que muestra como una persona de mediana edad con
discapacidad intelectual debe enfrentar la vida y transformar sus
costumbres cuando le llega una hermosa sorpresa.
Personas indígenas. Para caracterizarlas como grupo en situación de
vulnerabilidad en el contexto de la educación inclusiva, es necesario
hacer una distinción entre las personas de comunidades indígenas que
habitan sus comunidades y aquellas que emigran. Respecto a las
primeras, es poco común que las escuelas reciban a personas de otros
pueblos indígenas, debido a diferentes factores, pero según nos señala
el Conapred (2013, p. 54), principalmente por el aislamiento geográfico
donde residen. Sin embargo, las escuelas donde habitan estas personas
también enfrentan el desafío de adaptarse para dar respuesta a la
necesidad de ser inclusivas.
Respecto a las y los indígenas que migran, el fenómeno se vuelve más
complejo, dado que deben adaptarse a un contexto cultural totalmente
nuevo y diferente al que están acostumbrados, este fenómeno de
migración se da principalmente por la búsqueda de mejores
oportunidades laborales, lo que se traduce en que las escuelas deben
adaptarse a una diversidad cultural cada vez mayor.
Se considera también una barrera de exclusión, el hecho de que la
mayoría de las escuelas tradicionales no cuentan con suficiente personal
docente y en algunos casos ni siquiera se ha previsto la necesidad de
que hablen alguna lengua indígena.

Ilustración 8. La inclusión de los niños y las niñas indígenas a la escuela es compromiso


social que desafortunadamente aún no se ha logrado de manera total
Fuente: Nuvia Mayorga. Disponible en: http://nuviamayorga.org/lenguas-indigenas/sep-impulsa-
educacion-multilingue-en-la-poblacion-indigena/
(Consulta con fines educativos, de difusión y no lucrativos, los cuales pertenecen a sus
creadores/as.)

En la sección ¿Tienes alguna Duda?, encontrarás el libro Derechos de


los pueblos indígenas y discriminación étnica o racial del Conapred,
donde su autor, Yuri Escalante Betancourt, presenta un recorrido histórico
que permite tener mayor conocimiento y mejores elementos para
entender la situación que enfrentan los grupos históricamente
vulnerados, en este caso los pueblos indígenas, buscando promover la
cultura de la inclusión.
Personas sin registro de identidad. A escala mundial, diversas fuentes
de derecho internacional, tales como la Convención Americana de
Derechos Humanos, la Declaración Universal de Derechos Humanos, la
Convención sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional sobre
Derechos Civiles y Políticos, reconocen el derecho humano a la
identidad.
En México, el derecho a la identidad fue incorporado a la Carta Magna en
junio de 2014; sin embargo, según datos de la Cámara de Diputados, en
2015, 14 millones de personas carecen de registro de identidad, situación
que las coloca en situación de vulnerabilidad haciendo que su situación,
en cuanto al acceso a derechos sea muy complicada. La misma instancia
refiere que Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Puebla y Michoacán
son los estados donde se concentra la mayor parte de estas personas.
No otorgar el derecho a la identidad es una de las muestras más grandes
de exclusión, porque hace invisibles a las personas y limita que puedan
acceder en igualdad de condiciones al ejercicio de sus derechos.
Según el documento Registro de nacimiento e infancia, elaborado por el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “Los niños y
niñas indígenas y afrodescendientes tienen mayor probabilidad que
cualquier otro grupo de ser excluidos de los servicios de registro a causa
de su bajo nivel de educación, altos niveles de pobreza y barreras
lingüísticas y geográficas.” (UNICEF, 2007. p. 4). Es decir que estos
grupos de por sí ya colocados en situación de vulnerabilidad, son
doblemente excluidos al establecer como requisito para acceder al
sistema educativo documentos de identidad.
Si requieres más información, puedes ir a la sección ¿Tienes alguna
duda?, ahí encontrarás un estudio elaborado por la Secretaría de
Gobernación llamado El derecho a la identidad como derecho humano,
dónde se analizan las causas y consecuencias de que las personas no
cuenten con registro de identidad.
Personas migrantes y migrantes indocumentadas. El derecho a la
educación también está protegido en nuestro país, al respecto el artículo
tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece el derecho de todos y todas las personas a la educación, por
ende las personas migrantes aun cuando carezcan de documentos
deben gozar de este derecho.
En el contexto internacional, la Declaración Universal de Derecho
Humanos, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, la
Declaración sobre los derechos de los niños, el Marco de Acción de
Dakar: educación para todos, entre otros, coinciden en afirmar que sin
importar que la migración de las personas se dé de manera legal, el
Estado al que ingresan las personas debe garantizar que se apliquen las
políticas públicas a que haya lugar para lograr el acceso a la educación.
Ilustración 9. Las personas indígenas que migran a los centros urbanos,
generalmente son excluidas de la educación

Fuente: Antonio Saavedra/Conapred. Disponible


en: http://www.conapred.org.mx/index.php?
contenido=fototeca_detalle&tipo=cedoc&id=29&id_opcion=153&op=183

En el ámbito interno de nuestro país es común la migración de las zonas


rurales a los centros urbanos, debido principalmente a temas económicos
y de carencia de infraestructura educativa en los lugares de origen. Esto
representa un reto todavía no superado para el sistema educativo
nacional, debido a la complejidad que representa, por una parte, lograr el
crecimiento del número de aulas para estas personas; y, por otra parte, el
proceso de adaptación de la población que llega, así como la asimilación
y construcción de los valores de respeto a la diversidad y tolerancia por
parte de las comunidades receptoras. Al respecto, en la tesis doctoral La
educación básica de los niños migrantes y la legislación pertinente
“Estudio contrastado internacional”, presentada por Masako Onoda, se
señala:
Para sobrevivir en un ambiente totalmente diferente en el aspecto
social y cultural al de su lugar de origen, los adultos, pero
principalmente los niños y niñas, sufren de un diverso proceso de
adaptación. Este proceso puede ser en mayor o menor grado, para
ambos diferente en tiempo y afectación interna. Esto quiere decir que
para la infancia puede ser un choque mayor, pero su adaptabilidad
puede ser más rápida. (2007, p. 531)
Mujeres y niñas. Antes de iniciar, se te invita a ver el siguiente video,
dónde de manera amena se presentan una serie de prejuicios acerca de
las mujeres y las niñas en la educación.
Fuente: Conapred (2014). Disponible en: http://www.conapred.org.mx/index.php?
contenido=registro_encontrado&tipo=3&id=37
¿Qué te pareció? Aunque no lo creas, existen todavía personas que
piensan y actúan como el papá de Tere.
En nuestro país, sobre todo en los últimos años, ha habido un gran
avance respecto a la inclusión de niñas y mujeres en la educación; sin
embargo, todavía existe un gran rezago en el tema, sobre todo en
comunidades indígenas y rurales. Esto se debe a cuestiones ideológicas,
las cuales se manifiestan al dar preferencia a los hombres para asistir a
la escuela; cuestiones como el monolingüismo (personas que sólo hablan
una lengua, por lo general distinta el español), la tradición de que las
mujeres se dediquen a labores del hogar y, finalmente, aspectos
económicos.
El panorama que enfrentan las mujeres adultas tampoco es alentador,
dado que según datos del Inegi de 2005, la proporción de mujeres con
analfabetismo, de edades entre los 45-59 años, es de 11.3 por ciento, en
tanto que para los hombres en el mismo rango de edad fue de 7.4 por
ciento.
La educación, señala el Conapred en la Ficha temática relacionada con
la situación de la mujer en México (2007), debe:
Repercutir en la transformación de la percepción del papel de la
mujer en la familia, la sociedad y el Estado, modificando también la
percepción que las mujeres tienen de sí mismas; además de la
necesidad de crear modelos educativos que incorporen la equidad de
género, eliminen los rasgos sexistas y permitan sobre todo asegurar
el desarrollo productivo con equidad y el acceso a un estándar
mínimo de calidad educativa no sólo para las mujeres, sino para
todos los sectores sociales. (p. 130)
Para cerrar este bloque acerca de los grupos sujetos a la exclusión en la
educación, no debemos olvidar a los niños y niñas con condiciones de
salud adversas, que se encuentran hospitalizados por largos periodos de
tiempo y actualmente hay muy pocos servicios de pedagogía hospitalaria
que les permitan continuar con sus estudios, así como a los niños y niñas
que viven con VIH y que en muchas ocasiones también les es negado el
ingreso a las escuelas, debido a la falta de información y a la prevalencia
de mitos y prejuicios respecto a esta enfermedad.
2.3 Principios de la educación
inclusiva
Como se revisó en el tema anterior, aún hay camino que recorrer en lo
que respecta a la educación inclusiva no obstante, para recorrerlo se
necesita reconocerlo, por ello, se presentan ahora los principios que dan
forma a la educación inclusiva.
Para lograr escuelas inclusivas existen algunos principios que las y los
miembros de la comunidad escolar deben asumirlos como ejes rectores,
al respecto Arnaiz (1996, pp. 10-12) destaca como los más importantes:
Clases que acogen a la diversidad: la inclusión implica instaurar y
conservar comunidades escolares que den la bienvenida a la diversidad y
que enaltezcan las diferencias. El profesorado que se preocupa en crear
aulas en las que el alumnado se encuentre totalmente incluido enfatiza la
atmósfera social dentro de ella, sirviendo como ejemplo y enseñando a
respetar las diferencias. Un ejemplo claro es la diversidad religiosa
que encontramos en un salón de clases, los alumnos comparten sus
tradiciones propias y explican a sus compañeros de dónde surgen, cómo se
realizan sus festejos, qué platillos se preparan, etcétera. El docente será un
mediador que promueve esa diversidad y la tolerancia.
Programa de estudios más amplio: la inclusión significa implementar una
modalidad de currículo multinivel, es decir los y las profesoras de clases
inclusivas se están alejando sólidamente de un método de enseñanza rígido
basado en el seguimiento del libro de texto y se están moviendo hacia el
método de aprendizaje cooperativo, la instrucción temática, el pensamiento
crítico, la resolución de problemas y la valoración auténtica de las
diferencias individuales.
Enseñanza y aprendizaje interactivo: la inclusión implica preparar y
apoyar al profesorado para que enseñen interactivamente. Por ejemplo: El
modelo de aula tradicional está siendo reemplazado por estructuras en las
que los y las estudiantes trabajan integrados, se enseñan mutuamente y
participan activamente en su propia educación y en la de sus compañeros y
compañeras. Se reconocen las inteligencias múltiples y se les apoya para
que el alumnado asuma de manera proactiva los roles de guía del
aprendizaje y guiado en el aprendizaje con y entre sus compañeros y
compañeras.
Apoyo para los profesores y profesoras: se debe proporcionar un apoyo
continuo al cuerpo docente en sus aulas y romper las barreras del
aislamiento profesional. Se generan las condiciones para lograr la
enseñanza en equipo, la colaboración y la consulta, así como otras formas
de acceder a las habilidades, el conocimiento y el apoyo de muchas
personas encargadas de educar a un grupo heterogéneo.
Participación de la familia: los programas de educación inclusiva se
retroalimentan en la participación activa, así como en la información
obtenida de los padres y madres sobre las particularidades de sus hijos e
hijas. Por ejemplo: Hoy en día se promueven los talleres y escuelas para
padres/madres con el objetivo de involucrar a la comunidad escolar en la
revisión de los avances, los aciertos, áreas de oportunidad y propuestas
que enriquecen y fomentan la inclusión.

Ilustración 17. Integración y participación en la inclusión. La comunidad en su conjunto


impulsando la inclusión
Fuente: Fotolia. Disponible en: https://mx.fotolia.com/id/67212240

Cuando logramos que estos principios se conjunten, podremos estar


seguros que estamos iniciando adecuadamente el tránsito hacia la
construcción de una escuela inclusiva y más adelante ¿por qué no?, una
sociedad libre prejuicios, estigmas, y estereotipos. Es decir, una sociedad
inclusiva.
En la tercera unidad puntualizaremos cómo podemos influir en otras
personas y convencerlas de cambiar su postura excluyente por una
incluyente, a partir de lograr coherencia entre nuestro pensar y lo que
decimos, pero sobre todo actuar de forma incluyente.
De acuerdo con los contenidos revisados en la unidad 2, se te invita a
que respondas el siguiente cuestionario para poner en práctica lo
aprendido y reflexionar acerca de tus propuestas para contribuir a
fortalecer la educación inclusiva en el ambiente que te desarrollas.

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