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Teológicamente hablando, el
Diálogo interreligioso e
punto más delicado giraría en tor-
intercultural
no al tema de la unicidad y univer-
salidad de la función mediadora de
Jesús en orden a la salvación. Si es El diálogo interreligioso, hoy
cierto que en épocas precedentes tan importante y necesario, no
la controversia se centraba espe- puede dejar de entrar en un en-
cialmente en el tema de la media- cuentro entre culturas e historias,
ción de la Iglesia, hoy día se re- con lo cual se convierte, también,
quiere prestar atención ante todo a en un diálogo intercultural. Entra
la mediación de Cristo. Esto equi- así en un terreno especialmente
vale a plantearse cómo hay que en- complejo y delicado, aunque fas-
tender la singularidad del cristia- cinante. Tales encuentros son una
nismo ante la diversidad de las etapa fundamental en el conoci-
religiones de la humanidad. Esto miento y reconocimiento de rea-
apunta, de una manera tan inevi- lidades humanas y religiosas muy
table como fecunda, a tener que diversas. No solo implican un
ponderar el componente histórico aprendizaje de otras religiones y
y el alcance de la revelación cris- culturas, sino que llevan también
tiana, muy especialmente por lo a precisar y perfilar mejor la es-
que se refiere al misterio de la en- pecificidad cristiana. Por otro la-
carnación. do, un verdadero diálogo supone
que cada uno tiene bien clara su
En conexión con estas pregun-
propia identidad. No se trata de
tas se presentan diversas cuestio-
renunciar a nuestras convicciones
nes acerca de la función de las re-
y experiencias, sino de compartir-
ligiones desde el punto de vista de
las lealmente sin perder la capa-
la voluntad salvífica de Dios. ¿Se-
cidad de escuchar y de aprender.
rían las grandes religiones vías de
Poseer convicciones firmes no es
salvación solo de hecho, o tam-
un obstáculo para el diálogo, sino
bién de derecho? La respuesta a
más bien una condición indispen-
tales preguntas depende de la
sable para que llegue a buen tér-
comprensión del vínculo que pue-
mino.
den mantener las diversas religio-
nes con la fe cristiana. Un breve Hay que andar con tiento para
texto del Vaticano II, (“la Iglesia no parecer que queremos imponer
católica no rechaza nada de lo que nuestras ideas, como, lamentable-
hay de santo y verdadero en estas mente, hemos hecho a veces los
El reto de la pluralidad de religiones 5
cristianos. Se ha de excluir cual- mantendría que el cristianismo es
quier actitud impositiva. Lo cual el único camino auténtico y válido
no quiere decir que hayamos de de salvación. Este modelo domi-
poner entre paréntesis nuestras naba antes de que se iniciaran
convicciones, ya que, contraria- planteamientos más recientes, y
mente a lo que podría pensarse, de- puede seguir de alguna manera
jar de ser fiel a uno mismo podría presente. 2) El del inclusivismo,
implicar falta de respecto al inter- que sería el modelo opuesto al an-
locutor. El diálogo se ha de desa- terior y mantendría que, aunque la
rrollar entre dos que expresan sus salvación se obtiene por mediación
puntos de vista en respetuosa alte- de Jesucristo, de una u otra mane-
ridad y que mantienen interés por ra, esta salvación de Cristo puede
conocer el punto de vista del otro alcanzar de hecho a todo ser hu-
para enriquecerse mutuamente. No mano. 3) El del pluralismo, en el
dialogamos primordialmente para que Cristo sería ciertamente una
convencer o ser convencidos, sino vía de salvación, pero no la única,
para acercarnos y comprendernos. ya que también las grandes religio-
No hay diálogo auténtico si, de al- nes podrían ser mediadoras de sal-
guna manera, no compartimos las vación. Dentro de cada uno de es-
fuentes de nuestras creencias y tos modelos pueden darse diversas
nuestra propia aprehensión de la matizaciones y combinaciones,
verdad. El diálogo implica interlo- que darían lugar a posturas como
cutores conscientes de su propia la llamada del pluralismo inclusi-
identidad: una identidad humilde vo, etc.
y abierta, que es componente esen-
cial de una autentica espirituali- Tal clasificación puede ser cla-
dad. rificadora, pero resulta demasiado
simple y rígida para dar razón de
Los encuentros son un paso in- una realidad tan compleja, en la
dispensable para la elaboración de que hay distinguir muchos aspec-
una reflexión. Una teología del plu- tos diversos. Con todo, podría to-
ralismo religioso que sea fructuo- marse como un punto de partida
sa no se puede elaborar sin una que, aunque no sea plenamente sa-
práctica sostenida de esos colo- tisfactorio, abriría caminos de fu-
quios, que por ahora están dando turo. De lo que realmente se trata
solo los primeros pasos. es de ir entrando en un proceso en
el que vaya creándose un clima en
el que se puedan oír y compartir,
Una cuestión abierta
con total transparencia, las distin-
tas posiciones. Esto requiere tiem-
Es frecuente situar los intentos po: en el marco que hemos indica-
de responder a las cuestiones que do, nos hallamos ante una tarea
planeamos dentro de tres modelos que no ha hecho más que comen-
básicos: 1) El del exclusivismo, que zar.
6 Gustavo Gutiérrez
En la historia de la teología se cil, ya que no faltaban los funda-
han dado procesos de este género. mentalismos. Las repercusiones
Piénsese en la cuestión acerca de eclesiológicas son importantes, es-
la voluntad salvífica universal de pecialmente en lo que se refiere a
Dios y de la necesidad de la me- la actividad misionera. No se al-
diación de la Iglesia. El problema canzaba pleno consenso teológico,
comenzó a plantearse ya en los pri- pero poco a poco se fue saliendo
meros siglos, y entonces se hizo de lo que parecían callejones sin
con cierta abertura de miras, te- salida. Los estudios teológicos y
niendo sobre todo en cuenta las el mismo Magisterio fueron
personas y pueblos anteriores al abriendo, inicialmente con timi-
cristianismo. En el medioevo, con dez, nuevas concepciones. Solo en
la implantación de la cristiandad, la época del Vaticano II se había
prevaleció una visión más estre- creado ya un clima que permitió
cha. Por ejemplo, el Concilio de expresiones más abiertas en docu-
Florencia (1442), en un contexto mentos conciliares como Lumen
casi unánimemente cristiano, pu- Gentium 16; Gaudium et Spes
do afirmar solemnemente y sin di- 22,5, y Nostra Aetate, 2.
ficultades que “fuera de la Iglesia
no hay salvación”, con una fórmu-
la originaria de los siglos IV y V, Naturaleza y gracia
aunque en su sentido inicial no
apuntaba a la estrecha interpreta-
Otro de los temas de intenso
ción que luego quiso dársele.
debate en la primera mitad del si-
La cuestión adquiere nueva ac- glo XX fue el de la relación entre
tualidad en el siglo XVI, cuando lo natural y lo sobrenatural, o en-
el mundo europeo toma concien- tre la naturaleza y la gracia. No era
cia de la vastedad del planeta y de una cuestión meramente teórica,
los múltiples pueblos y civilizacio- sino que en ella se implicaban te-
nes, -algunas muy avanzadas-, que mas como la relación entre fe y po-
no habían tenido posibilidad de co- lítica, la misión de la Iglesia en el
nocer el evangelio. A partir de en- mundo moderno y, de manera an-
tonces se plantean diversas hipó- ticipada, lo que luego se llamó “se-
tesis teológicas (fe implícita, cularización”. También para la
intervención de un medio extraor- cuestión que nos ocupa el tema te-
dinario, bautismo de deseo, perte- nía relevancia. Diversos teólogos
nencia al “alma” de la Iglesia,...) importantes que intervinieron en
para conciliar la exigencia de per- el debate presentaron soluciones
tenencia a la Iglesia con el princi- distintas: algunas más ligadas a la
pio incontestado de que “Dios escolástica clásica, otras más cer-
quiere que todos los hombres se canas a los enfoques bíblico y pa-
salven” (1Ti 2, 4). Por momentos trístico. Con todo, aunque todos
la discusión se hizo áspera y difí- tenían como único objeto salvar la
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ménica, ya que se trata de algo que las relaciones entre confesiones
interpela a la médula misma del cristianas, sino ampliando el diá-
mensaje que comparten las diver- logo a otras tradiciones religiosas.
sas confesiones cristianas. Sería lo Este es un camino fecundo que ya
que algunos han llamado “ecume- ha empezado a ser recorrido por
nismo ecuménico”, no limitado a algunos.
POBREZA Y RELIGIONES
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