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Modulo 2.- COACHING DEPORTIVO Y DIRECCIÓN DE COMPETICIÓN.

Destrezas de comunicación.

Prof. José Lombo Rodríguez

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INDICE

1.- LA COMUNICACIÓN…………………………………………………………...2

ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN………………………………………….5

LAS BARRERAS E INTERFERENCIAS EN COMUNICACIÓN………….....10

EL LENGUAJE EN LA COMUNICACIÓN VERBAL Y NO VERBAL………..12

2.-TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN EFICAZ………………………………….21

INICIAR Y MANTENER CONVERSACIONES…………………………………23

RECIBIR CRÍTICAS……………………………………………………………….30

HACER CRÍTICAS………………………………………………………………...34

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DESTREZAS DE COMUNICACIÓN EN EL
DEPORTE

1.- LA COMUNICACIÓN

Sin duda, la comunicación es una necesidad humana. Desde los tiempos


primitivos, el hombre debió establecer códigos de comunicación que le
permitieran intercambiar sentimientos, opiniones y pareceres sobre las
cosas. De ese modo, a través de esos códigos compartidos, nació el
lenguaje, manifestación de la capacidad humana de establecer un código
común para la relación personal.

En el mundo del deporte donde las relaciones que se dan son cada vez más
complejas, la comunicación cobra un papel relevante. Es imprescindible que
el entrenador no pierda el tren. Cuando hablamos de entrenador-
comunicador no solo nos referimos a la relación directa con el deportista y
centrado exclusivamente en las cuestiones técnicas o tácticas. El
rendimiento del deportista va a depender de la habilidad del entrenador
para informar, persuadir, sugerir, motivar, etc.

Si ampliamos un poco más el circulo, las destrezas comunicativas del


entrenador le van a ser imprescindibles para acceder, mantener, cambiar de
trabajo, comunicarse con los diferentes estamentos del club, su propio
equipo técnico, los padres de los deportistas, los medios de comunicación,
etc.

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La comunicación humana, por tanto, puede ser definida desde dos puntos
de vista:

 Como proceso, la comunicación es el proceso por el que un sujeto


transmite algo (un objeto) y éste es recibido, descodificado e
interpretado de forma adecuada por otro sujeto, produciéndose en él
una respuesta. Por tanto, comunicar es conseguir que alguien haga
algo a través del uso del lenguaje adecuado.

 Como competencia personal, la comunicación es la capacidad de


emitir mensajes claros y convincentes a partir del uso de todo tipo de
estrategias. Por tanto, en este sentido, comunicar es ser capaz de
conseguir que alguien quiera hacer lo que “tiene que hacer”.

¿Qué no es comunicación?

Si mantenemos las dos acepciones que habíamos visto para acercarnos al


concepto de comunicación, podemos definir algunos comportamientos que
no son actos de comunicación:

Como proceso, no es comunicar:

 Transmitir algo sin que ese algo se entienda.


 Transmitir algo sin que ese algo se “sienta” plenamente por quien lo
recibe.
 Transmitir algo sin que quien lo recibe transmita respuesta a ese
estímulo.
 Transmitir algo usando un lenguaje inadecuado.
 Transmitir algo de forma inoportuna, en un contexto inadecuado.

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Como habilidad personal, tampoco es comunicar:

 La capacidad de hablar mucho sin decir nada (palabrería o


verborrea).
 El afán por hablar siempre y en todo momento; la “incontinencia
verbal”.
 El escucharse a uno mismo al hablar… y no escuchar al otro.
 El acto de hablar sin pensar lo que vamos a decir.
 El acto de hablar sobre algo sin conocerlo.

A partir de estos ejemplos queda claro que comunicar es siempre


interactuar con quien comunicamos y que comunicar es escuchar y aportar
algo a la persona que nos escucha.

ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN

Todo proceso de comunicación supone que alguien dice algo a alguien, y lo


hace con algo, por algo y en algún lugar o momento. Así:

 El alguien que dice algo es el emisor.


 El algo que se dice es el mensaje.
 El alguien a quien se dice es el receptor.
 El “por algo” es la razón, fin y objetivos de la comunicación. Lo
denominamos contexto. También forma parte del contexto de la
comunicación el lugar o momento en que ésta se lleva a cabo.

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Las claves de un emisor eficaz

El emisor suele ser quien inicia el proceso de comunicación Un buen emisor


cuidará los siguientes comportamientos:

 Sabrá qué quiere decir exactamente: pensará antes de hablar.


 Sabrá para qué quiere decir lo que va a decir: tendrá un objetivo al
hablar.
 Sabrá perfectamente a quién va a decir lo que va a decir: conocerá,
al menos en algo, al receptor.
 Sabrá dónde va a decir lo que quiere decir: conocerá el entorno o
contexto de la comunicación.
 Sabrá cómo lo va a decir: preparará a fondo su mensaje.
 Sabrá qué es lo que su interlocutor quiere oír: ejercitará la empatía
 Sabrá darse cuenta de cómo está influyendo en el receptor:
 Sabrá escuchar al otro: tendrá paciencia.

De forma más concreta; cuando en entrenador cumple el rol de emisor y


está en una situación de entrenamiento o competición, es muy importante
que los mensajes que proporciona al deportista sean claros, precisos, han
de referirse a acciones, gestos concretos evitando mensajes ambiguos,
genéricos o juicios de valor (p. ej: estás defendiendo fatal, ¡céntrate!,
“!ponle ganas!”).

En ocasiones ese tipo de mensajes causan en el deportista que se


descentre y/o se sobreactive cometiendo más errores. A la larga puede
generar sentimientos de rechazo o de indefensión en el jugador, pues no
sabe qué hacer para satisfacer al entrenador.

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Las claves de un receptor eficaz

El receptor suele ser el punto de llegada de un mensaje determinado. Es la


persona a la que se dirige el emisor. Todos, en nuestra vida diaria, somos
alternativamente emisores y receptores de mensajes. Un receptor eficaz
deberá ejercitar todos los comportamientos que hemos visto para el emisor,
pero, además…

 Deberá tener capacidad de descubrir lo esencial del mensaje enviado


por el emisor: tendrá capacidad de síntesis.
 Deberá ser capaz de juzgar el mensaje que recibe por el mensaje en
sí mismo, no por la mayor o menor conexión o sintonía que tenga con
el emisor: un buen receptor jamás prejuzgará al emisor ni
descalificará el mensaje por dichos prejuicios.
 Un buen receptor se esfuerza por entender: es comprensivo.
 Un buen receptor acompaña al emisor, e incluso le ayuda a que se
de cuenta de cómo está interpretando su mensaje: maneja bien el
feedback.
 Un buen receptor evitará las distracciones y se centrará en el
mensaje que está escuchando.
 Un buen receptor, cuando no entienda algo, preguntará, demostrará
por tanto, capacidad de aprendizaje, curiosidad, interés.
 Un buen receptor atenderá paso a paso a las razones del emisor,
estando preparado para responder cuando sea oportuno: ejercitará la
escucha activa.

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Las claves de un mensaje perfecto

Un emisor o un receptor excelentes pueden arruinar un proceso de


comunicación si el mensaje que se transmite en él no tiene, al menos, las
siguientes características:

 Intencionado. Cualquier mensaje que se emite debe tener un


objetivo, una intención. Dicha intención debe condicionar las palabras
empleadas y el modo como los gestos acompañan dicha
comunicación.
 Claro. Un mensaje debe, sobre todo, ser transparente. Un truco
válido será recurrir a los “Siete Sabios del Lenguaje”: ¿qué?,
¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿para qué?, ¿a quién? La
respuesta a dichas preguntas debe estar siempre en todo mensaje
que desee ser eficaz. La claridad, además, vendrá apoyada por el
uso de un vocabulario apropiado, la transmisión del mensaje sin
interferencias, la oportuna repetición de conceptos clave…
 Correcto. La corrección gramatical y ortográfica –si el mensaje es
escrito– redundará siempre en beneficio de la mayor transparencia
del mensaje.

Otros agentes de éxito en la comunicación

Además del emisor, del receptor y del mensaje, los elementos contextuales
tienen una gran importancia en el éxito o fracaso de un proceso de
comunicación.

El contexto es el entorno de una determinada acción de comunicación. En


todo contexto hay, al menos, tres elementos que intervienen y que –de no

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manejarse adecuadamente– pueden estropear la eficacia de nuestra
comunicación:

 El feedback. Es una información verbal o no verbal que el receptor


envía al emisor indicándole cómo está afectándole el mensaje y
reforzándolo. P. ej.: el “sí” o el “claro” que utilizamos cuando
hablamos por teléfono transmiten a nuestro interlocutor la idea de
que le estamos escuchando. Del mismo modo, si no miramos a una
persona a la cara cuando nos habla le estamos diciendo –sin
palabras– que no le estamos haciendo caso o que hay algo que
queremos ocultar.
 Las interferencias. Son todos aquellos elementos (materiales o no)
que intervienen en un proceso de comunicación y hacen que el
receptor no reciba el mensaje o reciba, incluso, uno totalmente
distinto al enviado. P. ej.: los ruidos ambientales, la mala relación
entre los dos interlocutores …
 Las alteraciones del mensaje. Son todas las desviaciones que –
muchas veces por interferencias y por falta de feedback adecuado–
se producen entre el mensaje recibido y el mensaje que se emitió.

Es responsabilidad de cualquier comunicador habituarse a controlar esos


tres elementos.

La transmisión y recepción de feedback

Todo proceso de comunicación es un proceso de ida y vuelta. El término


feedback retrata la retroalimentación que se produce entre emisor y
receptor en un proceso de comunicación. Esa retroalimentación nace del
intercambio de miradas, signos, gestos o actitudes que constituyen un
refuerzo de lo que se está diciendo.

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La adecuada transmisión de feedback en un proceso de comunicación entre
dos personas permite que la comunicación sea más efectiva. En cambio,
cuando comunicamos algo sin feedback de ningún tipo, nuestro receptor
podrá interpretar lo que estamos diciendo de una forma totalmente
desajustada.

Cuando somos emisores, el feedback que enviamos unido a nuestro


mensaje (gestos, miradas, tono de voz) lo hace más efectivo.

Cuando somos receptores, el feedback nos permite decirle al emisor qué


estamos sintiendo ante lo que nos dice y hacerlo, incluso, sin palabras.
Cuando decimos “hay miradas que matan” estamos haciendo referencia a
miradas que transmiten muchas cosas sin necesidad del empleo de
palabras.

Feedback positivo y feedback negativo

El feedback es una herramienta de doble filo. Puede utilizarse para


transmitir sensación de interés (feedback positivo) o para transmitir
sensación de desagrado, incomunicación o desprecio (feedback negativo).

El feedback refuerza lo que transmitimos en cualquier proceso de


comunicación. Dicho refuerzo puede, en efecto, generar sensaciones
positivas en el receptor. ¿Cómo conseguiremos transmitir feedback positivo
cuando interactuamos con un interlocutor? He aquí algunas estrategias:

 Cuando nos esforzamos por aclarar lo que estamos diciendo


repitiéndolo varias veces para evitar confusiones en nuestro
interlocutor.

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 Cuando, de vez en cuando, preguntamos al receptor si nos entiende
(p. ej.: “¿me explico?”, “¿me sigues?”), especialmente si nuestro
mensaje es largo, complicado, o de gran importancia.
 Cuando transmitimos optimismo en nuestro discurso y nos fijamos
más en lo positivo que en lo negativo. Ese optimismo no sólo será
verbal, también irá en los gestos, la sonrisa, las miradas …
 Cuando somos simpáticos y nuestro mensaje resulta, incluso,
agradable o divertido. Siempre, eso sí, con sentido de la oportunidad.
 Cuando motivamos la participación del receptor, estimulando su
respuesta y el hecho de que sienta como suyo el mensaje.
 Cuando miramos al receptor a la cara de forma pacífica, no
inquisitiva.

¿Qué comportamientos generan un feedback negativo en un proceso de


comunicación? He aquí algunos de ellos que, necesariamente, habrá que
evitar para que nuestra comunicación sea más efectiva:

 Cuando no somos ordenados en el mensaje que transmitimos o


dudamos en lo que decimos.
 Cuando imponemos por que sí nuestro criterio, cerrándonos a
cualquier interrupción o a cualquier aporte de nuestro interlocutor.
 Cuando no miramos a la cara a la persona que nos habla y damos la
sensación de mantenernos al margen.
 Cuando fingimos escuchar y no lo hacemos.
 Cuando no somos expresivos y nuestro interlocutor no encuentra
nada en nuestros gestos que pueda acompañar el mensaje que
queremos transmitir.
 Cuando no dejamos hablar al otro, interrumpiéndole constantemente.
 Cuando despreciamos a nuestro interlocutor con burlas, gritos,
amenazas, o miradas inquisitivas y acusadoras.

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LAS BARRERAS E INTERFERENCIAS EN COMUNICACIÓN

En cualquier proceso de comunicación hay un contraste real entre lo que yo


digo, lo que entiendo que estoy diciendo, lo que el receptor percibe, lo que
yo creo que el receptor está entendiendo, lo que el otro responde, lo que yo
entiendo de lo que responde…

Esta multiplicidad de enfoques nace como consecuencia de las barreras de


comunicación, es decir, de realidades que pueden distorsionar la eficacia
de un mensaje. Es necesario conocer de qué tipo pueden ser estas barreras
para hacer frente a ellas del mejor modo posible.

Las barreras personales y sociales

Un primer tipo de interferencias puede estar generado por las denominadas


barreras personales o sociales, es decir, por aquellas que nacen como
consecuencia de las cualidades personales del emisor o receptor o del
contexto social de ambos. Entre ellas se pueden destacar:

 La forma de ser o talante personal de los interlocutores (que sean


personas más o menos receptivas, despiertas, ágiles…)
 Su código biológico (edad, sexo, raza …)
 Su entorno social (extracción, formación, intereses, profesión…)
 La posición del emisor respecto del receptor (si es superior
jerárquicamente a él, si tiene cierto ascendiente sobre él…)
 Los prejuicios que pueden haberse derivado de anteriores
situaciones comunicativas (viejas disputas, faltas de entendimiento,
discusiones…)

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Las barreras de código y contexto

En ocasiones, la mala comunicación puede nacer por el empleo de códigos


inadecuados o porque la comunicación se está desarrollando en un
momento poco oportuno.

Barreras de código como las barreras idiomáticas; las generadas por el


empleo de un vocabulario inadecuado o un lenguaje confuso; o las
derivadas del empleo de ideas de rechazo.

Barreras de contexto son aquellas barreras que nacen de la inoportunidad


de lo que se está diciendo; de la abundancia de interferencias externas; de
la abundancia de elementos que distraen al receptor del mensaje central;
del cansancio mental o físico del receptor…

EL LENGUAJE EN LA COMUNICACIÓN VERBAL Y NO VERBAL

El lenguaje, entendido como capacidad humana, está formado por una serie
de signos. Y dichos signos no son sólo palabras. Los gestos, las conductas,
las miradas son esenciales para una comunicación de éxito.

La efectividad de un mensaje depende un 50% de su contenido, un 20% de


su presentación (lenguaje verbal) y un 30% de su acompañamiento
(lenguaje no verbal).

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Claves del lenguaje verbal en comunicación

Si un 50% de la efectividad o del impacto de un mensaje comunicado


depende del código verbal, debemos detenernos a estudiar a fondo algunas
de las claves del componente verbal en comunicación.

El lenguaje verbal –si es oral– no sólo está formado por las palabras que lo
componen y que son pronunciadas por el emisor sino que va reforzado por
la forma en cómo esas palabras se pronuncian, y, por lo tanto, por lo que
transmiten al receptor más allá de su significado, por lo que le sugieren.

Cualquier mensaje verbal, para su elaboración, no debe perder de vista los


siguientes puntos:

1. Perceptibilidad (¿Cómo se dice?)

 Volumen suficiente y adecuado.


 Entonación suficientemente expresiva.

2. Inteligibilidad (¿Qué se dice?)

 Organización y presentación del mensaje.


 Dicción adecuada: vocalización y pronunciación.

3. Efectividad (¿Para qué se dice?)

 Tono, grave o cálido.


 Cadencia, ritmo y velocidad adecuados
 Modulación para orientar la atención.
 Apoyo en elementos y recursos visuales complementarios, si
procede.

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La elaboración de mensajes verbales

Desde la antigua Retórica Clásica, se viene indicando que para una mayor
efectividad de un mensaje verbal, es necesario que en su composición
tengamos en cuenta los siguientes tres pasos:

 Invención. Paso inicial en el que determinamos qué ideas se quieren


transmitir y cuál es el objetivo de las mismas.
 Disposición. Una vez que tenemos claro qué queremos decir y para
qué, deberemos dotar a esas ideas de una estructura adecuada.
 Elocución. Es la emisión final del discurso ya elaborado, haciéndolo
con propiedad, corrección y educación.

Sólo cuando un comunicador compone sus discursos a partir de estos tres


pasos consigue argumentar o persuadir. En definitiva, convencer sobre la
realidad que estamos transmitiendo.

Consejos para una eficaz composición de mensajes

A comunicar y a elaborar mensajes eficaces se aprende a través del


entrenamiento, del ejercicio y la práctica.

He aquí algunas pautas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra


capacidad oratoria, tan importante para establecer una adecuada
comunicación con nuestro equipo técnico, jugadores, padres, directivos..:

Habituarse a leer y a escribir. A veces, nuestro escaso vocabulario limita


nuestra capacidad de expresión o de entendimiento.

 Dedicar tiempo a la preparación, al “borrador” de lo que vamos a


decir.

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 Tener claro qué queremos decir y con qué argumentos lo vamos a
decir.
 Emplear frases breves, sencillas y bien puntuadas.
 Recapitular a menudo lo dicho para acompañar el proceso mental del
receptor.
 Cuidar el vocabulario, que sea correcto pero transparente, es decir,
que no abuse de los términos rebuscados.

Principales conductas comunicativas no verbales

El lenguaje corporal es una lengua que todos hablamos pero que muy
pocos entienden. A continuación vamos a ver cuáles son las principales
consecuencias de emplear una u otra actitud no verbal en comunicación.

Funciones del lenguaje no verbal

Hay que saber hablar el lenguaje no verbal y también saberlo descodificar e


interpretar cuando lo emplea nuestro interlocutor. Son muchas sus
utilidades:

1. Como emisores, el adecuado uso del lenguaje no verbal nos permite:

 Potenciar el sentido del mensaje que estamos transmitiendo.


 Organizar y guiar el proceso de transmisión del mensaje.
 Facilitar al receptor pautas para que interprete el mensaje enviado de
forma adecuada.
 Transmitir al receptor feedback sobre cómo nos afecta el mensaje
que estamos transmitiendo.

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2. Como receptores, la adecuada descodificación del lenguaje no verbal nos
permite:

 Percibir más claramente las intenciones del receptor.


 Interpretar adecuadamente el mensaje del receptor.
 Advertir irregularidades, dudas, temores o inquietudes del emisor al
transmitir el mensaje.
 Transmitir al emisor feedback sobre el mensaje y sobre lo que de él
estamos recibiendo.

Usos conscientes del lenguaje no verbal

Para dotar a nuestro mensaje de mayor expresividad, es necesario conocer


qué feedback transmite a nuestro receptor el empleo de una u otra
estrategia no verbal.

 Escasa movilidad corporal: inexpresividad, ocultación, temor…


 Mucha movilidad corporal: seguridad, nerviosismo agudo …
 Movimiento pausado: confort, seguridad, entretenimiento …
 Movimiento brusco: sorpresa, desacuerdo…
 Gestos de refuerzo: contar con los dedos, acompañar con los brazos
el surgir de las palabras, asentir o disentir con la cabeza …
 Gestos emocionales: bostezos, pataletas, movimiento enérgico de las
manos…
 Gestos sociales: guiños, miradas, saludos …
 Mirada fija: interés (como receptor) o amenaza inquisitiva (como
emisor).
 Mirada perdida o hacia abajo: falta de interés, miedo, timidez…
 Mirada anclada en un punto: búsqueda de un refugio de seguridad.
 Mirada en barrido al auditorio: confianza, seguridad, orden …

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 Mirada provocativa: intento de motivar al interlocutor a que entre en
acción.

Usos inconscientes del lenguaje no verbal

Del mismo modo que podemos acomodar nuestro lenguaje no-verbal a los
objetivos que persigue el mensaje que estamos transmitiendo, podemos
obtener más datos sobre nuestros interlocutores a través de actos reflejos
inconscientes de su lenguaje no verbal.

Las pautas que aquí se recogen pueden cambiar en función de las


personas pero, normalmente:

 Indica interés la dilatación de las pupilas.


 Indica tensión y duda el encogerse de hombros.
 Indica nerviosismo y, a veces, preparación de una mentira el tocarse
la nariz, la boca, el pelo …
 Indica deseos de provocar (incluso positivos) el acercarse al
interlocutor.
 Indica actitud defensiva el esconder la cara o la mirada, alejándose
del interlocutor.
 Indica actitud de blindaje o autodefensa el cruzar los brazos, llevar
las manos en los bolsillos …
 Indica autoconfianza y seguridad la posición erguida y equilibrada.
 Indica descontento el ceño fruncido o el disentir con el rostro.
 Indica cansancio el bostezar, el moverse excesivamente con aire
distraído, etcétera.

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Causas del fracaso de la comunicación

Normalmente, cualquier proceso de comunicación, suele fallar por:

 Decir las cosas de forma confusa.


 Enviar los mensajes cuando la otra persona no los escucha o no está
en condiciones de escucharlos.
 Poner un mensaje por encima de la capacidad de comprensión del
receptor.
 Por desarrollar en nuestra acción como emisores un rol que la otra
persona no acepta.
 Por estar convencidos de que estamos en lo cierto, mientras los
demás nos indican que estamos equivocados.
 Por incapacidad para ver el otro punto de vista.
 Por descalificación de los demás o de sus circunstancias cuando
tratamos de comunicarles algo.
 Por olvidarse de que la mente necesita tiempo y energía antes de
aceptar cada mensaje que recibe.

En resumen: la claridad, la oportunidad, la adecuación, la humildad y la


empatía, son elementos que deberemos cuidar siempre en cualquier
proceso de comunicación.

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Las reglas de oro para ser un entrenador que comunica eficazmente:

 Hablar cuando se tiene algo que decir, y solamente cuando se tiene


algo que decir.
 Dedicar el mismo interés a hablar que a escuchar.
 Tener siempre una idea de fondo clara en lo que se ha de comunicar.
 Mostrar capacidad de aprendizaje para entender los intereses de los
demás y aprender de ellos.
 Poner en juego todos los elementos de feedback gestual y verbal que
refuerzan la comunicación.
 Respetar siempre al receptor, preocupándonos porque nos
comprenda siempre en nuestros razonamientos.
 Pensar más y hablar menos.
 Recapitular y marcar –con repeticiones y con intensificación del tono
de voz– lo que consideremos esencial de nuestro mensaje.
 Comunicar en serio y no en serie, personalizando cada proceso de
comunicación en función de cada receptor y cada situación.
 Analizar la oportunidad contextual de cada acción comunicativa.

Podríamos decir que la orientación temporal del proceso comunicativo del


entrenador ha de ser el presente y el futuro, tocando el pasado solo para
aclarar aspectos ambiguos o sobre comportamientos que no se desea que
repitan o para recordar acciones exitosas del pasado. Desde luego nunca para
“meter el dedo en la llaga” que hagan que el deportista reaccione
defensivamente (reactancia cognitiva).

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2.-TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN EFICAZ

La escucha activa

Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso


comunicativo es el saber escuchar. La falta de comunicación que se sufre hoy
día se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás. Se está
más tiempo pendiente de las propias emisiones, y en esta necesidad propia de
comunicar se pierde la esencia de la comunicación, es decir, poner en común,
compartir con los demás. Existe la creencia errónea de que se escucha de
forma automática, pero no es así. Escuchar requiere un esfuerzo superior al
que se hace al hablar y también del que se ejerce al escuchar sin interpretar lo
que se oye. Pero, ¿qué es realmente la escucha activa?

La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el


punto de vista del que habla. ¿Cuál es la diferencia entre el oír y el escuchar?
Existen grandes diferencias. Oír es simplemente percibir vibraciones de sonido.
Escuchar es dar sentido a lo que se oye. La escucha efectiva tiene que ser
necesariamente activa por encima de lo pasivo. La escucha activa se refiere a
la habilidad de escuchar lo que la persona está expresando directamente, sino
también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está
diciendo. Para llegar a entender a alguien se precisa asimismo cierta empatía,
es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona.

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Facilitadores de la escucha activa

 Disposición psicológica: prepararse interiormente para escuchar.


Observar al otro: identificar el contenido de lo que dice, los objetivos y
los sentimientos.
 Expresar al otro que se le escucha con comunicación verbal (ya veo,
uhmm, uh, etc.) y no verbal (contacto visual, gestos, inclinación del
cuerpo, etc.).

Entorpecedores de la escucha activa

 Distracciones. Es fácil distraerse en determinados momentos. La curva


de la atención se inicia en un punto muy alto, disminuye a medida que el
mensaje continúa y vuelve a ascender hacia el final del mensaje, Hay
que tratar de combatir esta tendencia haciendo un esfuerzo especial
hacia la mitad del mensaje con objeto de que no decaiga nuestra
atención.
 Interrumpir al que habla.
 Juzgar
 Ofrecer, justificaciones, ayuda o soluciones prematuras (“Tú, lo que
tienes que hacer es…”)
 Rechazar los sentimientos del otro. Por ejemplo: “Me siento incomodo

con esta situación”, no responderle “no será para tanto”.

 Contraargumentar. Por ejemplo: el otro dice "hoy estoy agotado" y tú

respondes “más lo estoy yo y me aguanto”.

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HABILIDADES PARA LA ESCUCHA ACTIVA

Empatía: Escuchar activamente las emociones de los demás es tratar de


"meternos en su pellejo" y entender sus motivos. Es escuchar sus sentimientos
y hacerle saber que "nos hacemos cargo", intentar entender lo que siente esa
persona. No se trata de mostrar alegría, si siquiera de ser simpáticos.
Simplemente, que somos capaces de ponernos en su lugar. Sin embargo, no
significa aceptar ni estar de acuerdo con la posición del otro. Para demostrar
esa actitud, usaremos frases como: “entiendo lo que sientes”, “noto que...”.

Emitir palabras de refuerzo o cumplidos. Pueden definirse como


verbalizaciones que suponen un halago para la otra persona o refuerzan su
discurso al transmitir que uno aprueba, está de acuerdo o comprende lo que se
acaba de decir. Algunos ejemplos serían: "Esto es muy divertido"; "Siempre es
enriquecedor charlar contigo" o "Debes ser muy bueno jugando al tenis". Otro
tipo de frases menos directas sirven también para transmitir el interés por la
conversación: "Bien", "uhm" o "¡Estupendo!".

INICIAR Y MANTENER CONVERSACIONES.

 Cuando estamos con mucha gente es más importante la comunicación no


verbal (gestos, postura, expresión de la cara...)
 Cuando estamos con una o pocas personas es más importante la
comunicación verbal, pero sin olvidar la no verbal.

A la hora de iniciar una conversación tendremos en cuenta que casi siempre se


inicia partiendo de un nivel superficial (el tiempo, la gente que hay estas
fechas por la calle, la Navidad...) Tendremos más en cuenta esto cuando
estemos con desconocidos ya que si empezamos en un nivel más profundo
puede sentir que “nos tomamos demasiadas confianzas”.

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Luego pasaremos, si la situación lo permite, a un nivel de conversación medio
donde podremos dar algún dato más personal, una opinión, podremos
preguntar “Qué te parece...” o “Tú qué opinas de...” Los temas que podemos
sacar son muy variados como: Viajar, experiencias profesionales vividas,
recuerdos personales agradables...

A medida que la conversación se hace más personal podremos pasar, también


si la situación lo permite, a un nivel más profundo donde podremos incluir
experiencias personales o emociones intensas vividas en tales o cuales
circunstancias.

Estrategia: Es importante una vez iniciada la conversación poder mantenerla


con nuestro interlocutor. Debemos empezar a fijarnos cómo el no saber hacer
preguntas puede ser motivo de que se corte la conversación.
El saber hacer preguntas es importante porque nos permite obtener más
información para seguir conversando.
Podemos hacer que la otra persona hable más o menos si elegimos el tipo de
pregunta. Las preguntas pueden ser:

Cerradas. Solo pueden ser contestadas con un “sí” o “no”.


Son aquellas que empiezan por: “Donde”, “Cuando”, “Quien”

Las preguntas cerradas inducen a respuestas muy concretas que se pueden


responder con una o muy pocas palabras. Por ejemplo, si preguntamos, ¿Estás
satisfecho con el entrenamiento que has hecho hoy?, solo permitimos que el
deportista nos responda sí o no.

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Las preguntas cerradas pueden ser a su vez:
Generales:
¿Cuándo empieza la sesión de pesas?
¿Por dónde se va a esta calle?
Personales:
¿En tu anterior club os reuníais los jugadores para organizar cenas?
¿De dónde me decías que eres?
¿Cuántos hermanos tienes?

Abiertas. Son aquellas que dejan la oportunidad al que nos escucha de


extenderse más en su respuesta
Son aquellas que empiezan por:
“Qué”, “Cómo”, “Por qué”
Las preguntas abiertas llevan a la otra persona a describir detalladamente las
contestaciones correspondientes promoviendo respuestas más largas y
manifestaciones con respecto a motivaciones, intenciones y sentimientos.
Este tipo de preguntas suelen empezar las frases con expresiones del tipo:
¿Por qué....?, ¿Podrías decirme algo más de...?, ¿Qué piensas tú de...?, ¿Qué
te parece que....?
Las preguntas abiertas pueden ser a su vez:
Generales:
-Dame tu impresión acerca de cómo has visto la competición del
domingo.
-¿Cómo haces para organizarte para entrenar y estudiar una carrera?
-Cuéntame....
Personales: relativas a sentimientos, razones, motivaciones y sensaciones de
carácter personal que promueven respuestas subjetivas y personales.
-¿Por qué te gusta el futbol?
-¿Qué te pareció la película del domingo?

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-¿Qué opinas de las nuevas reglas de juego?
Es conveniente saber que:
1. A una pregunta cerrada le debe seguir una abierta. Ayuda a evitar
interrogatorios.
2. Evitar preguntas excesivamente abiertas, inespecíficas y generales, por
ejemplo, ¿Qué tal? Cuéntame algo.

TÉCNICAS PARA HACER QUE EL INTERLOCUTOR HABLE MÁS

Paráfrasis. Consiste en decir con las propias palabras lo que parece que el
emisor acaba de decir. Es muy importante en el proceso de escucha ya que
ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si realmente
se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice. Además es una
estrategia para hacer que el otro hable más. Un ejemplo de parafrasear puede
ser: “Entonces, según veo, lo que pasaba era que...”, “¿Quieres decir que te
sentiste...?”.

Resumen: Mediante esta habilidad informamos a la otra persona de nuestro


grado de comprensión o de la necesidad de mayor aclaración. Expresiones de
resumen serían:

- "Si no te he entendido mal..."


- "O sea, que lo que me estás diciendo es..."
- "A ver si te he entendido bien...."

Expresiones de aclaración serían:


- "¿Es correcto?"
- "¿Estoy en lo cierto?"

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TÉCNICA PARA CAMBIAR DE TEMA

La técnica consiste en:


1) Empatizar con el otro diciendo algo positivo de él o de lo que nos está
contando.
2) Diremos lo que nosotros queríamos decir.
3) Pediremos alternativas acerca de lo que hemos dicho.

Contaremos con los siguientes recursos:


“Al hilo de...”, “A propósito...”, “Eso me recuerda...”
Y entonces aprovecharemos para cambiar de nivel (superficial medio,
profundo) si eso es lo que deseamos.

ASPECTOS QUE MEJORAN LA COMUNICACIÓN:

- Al criticar a otra persona, hablar de lo que hace (conductas), no de lo que es


(rasgos de personalidad). Las etiquetas no ayudan a que la persona cambie,
sino que refuerzan sus defensas. Hablar de lo que es una persona sería: "te
has vuelto a olvidar de sacar los balones del coche. Eres un desastre";
mientras que hablar de lo que hace sería: "te has vuelto a olvidar de sacar los
balones del coche. Últimamente, me parece que te olvidas de las cosas".

- Discutir los temas de uno en uno. No "aprovechar" que se está discutiendo,


por ejemplo sobre la impuntualidad en los entrenamientos, para reprochar de
paso que es un despistado y que “no tiene actitud”.

- No ir acumulando emociones negativas. Acabarán provocando estallidos de


ira que conducirían a una hostilidad destructiva.

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- No hablar del pasado. Sacar a relucir los “trapos sucios” del pasado, no sólo
no aporta nada provechoso, sino que deteriora la relación. El pasado sólo debe
sacarse a colación constructivamente, para utilizarlo de modelo cuando ha sido
bueno e intentamos volver a poner en marcha comportamientos eficaces.

- Ser específico. Ser preciso, es una de las normas principales de la


comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una forma
concreta de avanzar. Cuando se es inespecífico, rara vez se moviliza nada. Si
por ejemplo, nos sentimos solos/as y deseamos más tiempo para estar con
nuestra pareja, no le diga únicamente algo así: “No me haces caso”, “Me siento
solo/a”, “Siempre estás ocupado/a”. Aunque tal formulación exprese un
sentimiento, si no hacemos una propuesta específica, probablemente las cosas
no cambiarán. Sería apropiado añadir algo más. Por ejemplo: “¿Qué te parece
si ambos nos comprometemos a dejar todo lo que tenemos entre manos a las 9
de la noche, y así podremos cenar juntos y charlar?”.

- Evitar las generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son
ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir: "últimamente te veo
algo ausente" que "siempre estás en las nubes". Para ser justos y honestos,
para llegar a acuerdos, para producir cambios, resultan más efectivas
expresiones del tipo: “La mayoría de veces”, “En ocasiones”, “Algunas veces”,
“Frecuentemente”. Son formas de expresión que permiten al otro sentirse
correctamente valorado.

- Ser breve. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar
excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce
la sensación de ser tratado como alguien de pocas luces o como un niño. En
todo caso, corre el peligro de que le rehúyan por pesado cuando empiece a
hablar.

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- Cuidar la comunicación no verbal. Para ello, tendremos en cuenta lo
siguiente:

- La comunicación no verbal debe de ir acorde con la verbal. Decir " ya sabes


que te tengo estima" con cara de fastidio dejará a la otra persona peor que si
no se hubiera dicho nada.

- Contacto visual. Es el porcentaje de tiempo que se está mirando a los ojos de


la otra persona. El contacto visual debe ser frecuente, pero no exagerado.

- Afecto. Es el tono emocional adecuado para la situación en la que se está


interactuando. Se basa en índices como el tono de voz, la expresión facial y el
volumen de voz (ni muy alto ni muy bajo).

- Elegir el lugar y el momento adecuados. En ocasiones, un buen estilo


comunicativo, un modelo coherente o un contenido adecuado pueden irse al
traste si no hemos elegido el momento adecuado para transmitirlo o entablar
una relación. Es importante cuidar algunos aspectos que se refieren al
momento en el que se quiere establecer la comunicación:

- El ambiente: el lugar, el ruido que exista, el nivel de intimidad...

- Si vamos a criticar o pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas con


nuestro interlocutor.

- Si vamos a elogiarlo, podría ser interesante que esté con su grupo u otras
personas significativas.

- Si ha comenzado una discusión y vemos que se nos escapa de las manos o


que no es el momento apropiado utilizaremos frases como: “si no te importa
¿podemos seguir discutiendo esto más tarde?”.

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RECIBIR CRÍTICAS

Hay ocasiones en las que el entrenador tendrá que aceptar que sus decisiones
no sean aceptadas de buen grado por parte de los deportistas, puede incluso
(en el mejor de los casos) que el propio deportista manifieste su desagrado o
desacuerdo y haya que saber recibir ese mensaje de la forma más
constructiva. No siempre se llegará a un acuerdo pero si conseguimos que el
deportista sienta que ha sido escuchado y tomado en serio, al menos no
perderemos su respeto y nuestra autoridad no sufrirá menoscabo.

Las técnicas asertivas para recibir críticas nos permiten reducir al mínimo las
respuestas emocionales negativas y evitar las reacciones automáticas
defensivas.

Objetivos:

 Desensibilizarse frente a las críticas: cambio de actitudes defensivas y


ansiosas.
 Reducir la frecuencia con que nos formulan críticas manipulativas.
 Aprender y practicar técnicas asertivas: Banco de niebla, interrogación
negativa y aserción negativa.
 Aprender y practicar el recibir críticas de forma adecuada, en función de
las diferentes situaciones y objetivos.

Prepararse para recibir críticas

- Reconocer el derecho personal a cometer errores, a mantener opiniones


diferentes, cambiar de comportamiento, etc.
- Autoanalizar los temores e ideas irracionales: Es imposible obtener la
aprobación de todos.

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- Aprender a discriminar las señales de ansiedad que aparecen en mí ante
las críticas, lo antes posible, y reinterpretarlas como algo positivo. Es decir,
como aviso para poner en práctica estrategias de control: autoinstrucciones,
respiración profunda, etc.
- Aprender a escuchar y responder únicamente a lo que el crítico dice y no a
los comentarios indirectos o cargados de “moralidad”.
- Análisis de las ventajas e inconvenientes de recibir críticas de una manera
adecuada.

TÉCNICAS BÁSICAS PARA RECIBIR CRÍTICAS ADECUADAMENTE.

Banco de niebla. Existen tres posibilidades que usaremos según convenga.

 Convenir con la parte de verdad.


Reconocer cualquier verdad contenida en las declaraciones que emplean para
criticarnos.
Ejemplo:
Deportista: “Te has dejado la puerta del vestuario abierta”.
Entrenador: “Es verdad, Paloma. Me he dejado la puerta abierta”.

 Convenir en principio.
Ejemplo:
-“Lo tendré en cuenta...”
-“Lo pensare...”.

 Convenir con la posibilidad.


Ejemplo:
-“Es posible...”
-“Puede que tengas razón...”.

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El principal efecto que tiene la técnica del banco de niebla es que:
-Obliga a escuchar exactamente lo que dice el crítico, respondiendo sólo a lo
que dice y no a lo que lleva implícito; enseña a ser un buen oyente.
-Obliga a pensar en términos de probabilidad, relativizando la crítica.

Interrogación negativa
Consiste en suscitar activamente, mediante preguntas, la formulación de
críticas, obligando a nuestro interlocutor a dar más información y más
específica, con un doble objetivo:
- Agotar la crítica, si es manipulativa.
- Enriquecernos con la crítica, si está justificada.
Ejemplos:
“¿Qué hay de malo en...?”.
“¿Qué quieres decir con...?”.
“¿A qué te refieres exactamente...?”.
“¿Podrías explicarme mejor...?”.
“¿En qué cosas te parece que...?”.

Aserción negativa
Para enfrentarnos y aceptar nuestros errores o aquellos que los demás nos
señalan como tales, de una manera asertiva, sin justificarnos, disculparnos o
sentirnos culpables. Ejemplos: “Es verdad”. “Tienes razón”.

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Principios básicos de cómo recibir una crítica
 Escuchar la crítica. No interrumpir.
 No contraatacar con otra crítica (evitar escalada).
 En principio, no negar ninguna crítica (diferenciar claramente mi opinión
de la opinión del otro).

Dedicar un momento a:
 Relajarnos: respirar hondo.
 Darnos autoinstrucciones: “Calma”, “tranquilo”.
 Definir nuestro objetivo, en función de cinco supuesto:
1. La persona o la crítica son importantes.
2. La crítica es verdadera, y decido cambiar.
3. La persona o la crítica no nos interesen.
4. Las críticas verdadera, pero decido no cambiar.
5. La crítica no es verdadera.

Supuesto 1. LA PERSONA O LA CRÍTICA SON IMPORTANTES

 Concretar y operativizar: traducir los términos abstractos en conductas


concretas, mediante Interrogación Negativa: “¿A qué te refieres...?”,
“¿Qué significa...?, “Que quieres decir con...?”
 Empatizar: entender al otro, ponernos en su lugar.

Supuesto 2. LA CRÍTICA ES VERDADERA Y DECIDO CAMBIAR

 Aceptar nuestra responsabilidad:


 Aceptar la verdad (aserción negativa): “Es verdad que...”
 Aceptar la posibilidad (banco de niebla): “Es posible que...”.

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 Si consideramos que hay algún dato que la otra persona desconoce y
que es importante para comprender la situación, explicárselo. No utilizar
excusas o justificaciones.
 Dar alternativas de solución al problema (si es que las hubiera). Expreso
mi deseo de cambio: operativizo y concreto en qué.

Supuesto 3. LA PERSONA O LA CRÍTICA NO NOS INTERESA


 Reconocer la opinión del otro: Banco de niebla.
 Si la situación se alarga demasiado:
 Retirada progresiva de señales verbales y no verbales (contacto
visual...). Salir de la situación.

Supuesto 4. LA CRÍTICA ES VERDADERA, PERO DECIDO NO CAMBIAR


 Reconocer el comportamiento o la posibilidad de que pueda molestarle
al otro (empatizar).
 Evitar justificarse.
 Expresar claramente el objetivo: “No voy a cambiar...” (Disco rayado).
 Plantear alternativas (opcional).

Supuesto 5. LA CRÍTICA NO ES VERDADERA


 Explicar el propio punto de vista.
 Añadir información, si consideramos que el otro desconoce algún dato
relevante de la situación.
 Autoafirmamos en nuestra opinión: “No es cierto...” y repetirlo, si es
necesario (disco rayado).

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HACER CRÍTICAS

A lo largo de la relación entrenador-deportista y en general, en las relaciones


personales, se producen multitud de situaciones que generan equívocos,
malentendidos que no se despejan por temor a las consecuencias. Sin
embargo, en ocasiones se convierte en imprescindible criticar un
comportamiento para evitar el deterioro de las relaciones entre los miembros
del equipo.

Objetivo: Describir un comportamiento y sus efectos sin juzgar.

 Reconocer el derecho personal a expresar críticas y del derecho personal


del otro a aceptarlas o ignorarlas.
 Análisis de los temores e ideas irracionales: “Que el otro se enfade”, “Que
se sienta mal”, etc.
 Ventajas o consecuencias positivas de expresar críticas adecuadamente:
- Aumento de la probabilidad de que los otros no se sientan amenazados
y no reaccionen defensivamente.
- Aumento de la probabilidad de conseguir cambiar un comportamiento
que nos molesta o incomoda.
- Independientemente de conseguir cambio o no, el sujeto se autoafirma
incrementando la propia estima e impidiendo que se desarrollen
sentimientos de indefensión o de pérdida de control.
- Incrementa el conocimiento mutuo en una relación.
- Disminuye la probabilidad de sentimientos muy negativos en el otro.
- Evaluación del coste-beneficio para tomar la decisión de hacer una
crítica.

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Aspectos clave
1. Decir algo positivo de la persona o situación a cambiar.
2. Preparar de antemano el plan de crítica.
3. Elegir el mejor momento.

TÉCNICA

OBJETIVO: INFORMAR
1. DESCRIBIR la situación (no enjuiciar):
“cuando tu...”.
2. COMO ME AFECTA:
“yo me siento...”, “a mí me hace sentir...”

OBJETIVO: NO DETERIORAR LA RELACIÓN


3. EMPATIZAR:
“entiendo que tu”...”a ti...”
(evitar el “¿no entiendo porque me haces / dices...?”)
4. ASUMO MI PARTE DE RESPONSABILIDAD:
“tal vez yo..., pero...”

OBJETIVO: PEDIR UN CAMBIO DE CONDUCTA


5. PIDO UNA SOLUCIÓN:
“¿que podemos hacer para...?”
6. OFREZCO SOLUCIONES:
“¿qué te parece si...?

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BIBILIOGRAFIA:
- E. Caballo, Vicente. Manual de evaluación y tratamiento de las habilidades
sociales. Siglo XXI. 1999.
- Goldstein, Arnold. Habilidades sociales y autocontrol en la adolescencia. Siglo
XXI. 1999.
- Martha Davis, Matthew Mckay. Técnicas de autocontrol emocional. Martínez
Roca. 1998.

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