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EL DISPOSITIVO

DE SUBJETIVACION
ESCOLAR: EL PODER,
EL SABER,
EL DESEO.*
Mónica Zuleta P.**

Este ensayo propone una mirada que busca abrir nuevos caminos para el desarrollo
de investigaciones sobre violencia. Esta mirada está inscrita dentro de un marco orien-
tado por opciones teóricas en las que se describe la manera como los sujetos y los
objetos se dan forma en el juego de la relación de líneas de fuerzas referidas al poder,
al saber y al deseo, líneas que generan dispositivos de subjetivación. Desde esta pers-
pectiva, no existe un sujeto que ya constituído, voluntariamente pretenda orientar su
acción para el logro de determinados fines del objeto, sino, por el contrario, son las
fuerzas las que conforman tanto a los sujetos como a los objetos, al originar códigos
variables, que dependen de la dirección que imprima la interacción de las fuerzas. La
escuela, como espacio en el que confluyen todas las fuerzas en su movimiento constan-
te, constituye subjetividades, atrapadas en dispositivos de poder con propósitos dife-
rentes; pero también posibilita fugas a los códigos. Es en este espacio móvil del código
y de la fuga, donde proponemos situar la disposición para la violencia.

*Aquí se recogen las conclusiones de la investigación denominada «La escuela: Aproximación cartográfica a la
instauración de disponibilidades para la violencia como efecto de socialización», elaborada por Gisela Daza,
Mónica Zuleta y Gloria Alvarado. Trabajo cofinanciado Colciencias.

**Psicóloga de la Universidad de Los Andes. Magister en Sociología. Docente universitaria. Investigadora del DIUC.
H ablar de la escuela en Colombia mera es la descripción de las formas
de regulación de los códigos puestos
Al poner en relación 3 líneas de fuer-
za, el saber, el poder, y el deseo, cons-
es un asunto complejo cuando se quie-
re no tomar partido. No tomar partido en juego en lo escolar, formas de las truimos el dispositivo de subjetivación.
para evitar orientar la mirada sobre la que emergen maneras particulares de Para ello seguimos la fórmula
escuela hacia aquello que la opinión individuación y de acción. La segun- Deleuze-Foucault: la línea del saber o
señala como malo o como bueno y que da es la determinación de las fuerzas la formalización del decir y del ver,
es siempre reiterado a través de los que constituyen el tejido en el que remite a una regularidad inscrita en un
discursos y de la opinión. No tomar sujetos y objetos devienen como tales espacio inmanente, relacionado con lo
partido para evitar buscar culpables y en un espacio. La tercera es la puesta que le es exterior, de acuerdo con unas
víctimas, puesto que se tiende a darle en evidencia de las resistencias que reglas de posibilidad. El juego de
forma a lo ya juzgado como malo o hacen inoperantes los códigos y per- receptividades y espontaneidades que
como bueno. No tomar partido para miten la creación de sentido. Esta es- lo constituyen, da cuenta de la verdad,
evitar clasificar o jerarquizar, para evi- trategia visualiza la instauración de la a través de una disyunción que impi-
tar buscar causas o esencias, fines o diferencia, en cuanto muestra cómo, de la correspondencia entre el ver y el
acuerdos. el deseo, al liberarse de sus codifica- hablar, de tal suerte que se habla de lo
ciones, hace posible no ya la subjeti- que se ve y se ve aquello de lo que se
Cabe entonces la pregunta: cómo vidad sino la subjetivación, habla, conformando así los sistemas
construir una nueva mirada de la es- subjetivación que ocupa el lugar de la enunciativos y perceptivos. La luz
cuela? Es posible situarse en lo no di- exterioridad, ámbito postulado como compone una manera de ver que ori-
cho, en lo no pensado? Con nuestra el de la no-violencia. gina una concentración conformada
investigación quisimos hacer visible
un nuevo lugar, para observar desde
allí los procesos de subjetividad agen-
ciados por aquello que denominamos
escuela y que nos permitieron estable-
cer múltiples conexiones entre la so-
cialización y la violencia. Este lugar
es la exterioridad. En tanto la escuela
agencie la producción de este lugar,
se hará posible la construcción de sen-
tido y, con ello, un ámbito para la no
violencia. Es por esta razón que, des-
de este lugar, invitamos a la escuela a
llevar a cabo una reflexión sobre sí
misma y los procesos a los que da ori-
gen.

1. CONSTRUCCION DEL
PLAN
Situarse en el lugar de la exterioridad
nos condujo al pensamiento del afue-
ra, haciendo uso para ello de algunos
de los planteamientos propuestos por
Michel Foucault y Giles Deleuze1 , a
partir de los cuales construimos tres
estrategias procedimentales: La pri-
por un corpus de cosas y de cualida- El dispositivo de subjetivación acuerdo con los fines perseguidos. En
des; el lenguaje compone una manera constituye una libertad del poder-sa- primera instancia delimitamos tres ám-
de hablar, el lugar desde el cual se hace ber, una liberación del deseo, que po- bitos del ejercicio del poder en lo es-
posible que algo sea dicho; por ello lo sibilita a una fuerza el ejercerse sobre colar, ámbitos a los que les denomi-
visible es exterior a lo visto, y lo deci- sí misma, fuerza que al doblarse pro- namos control, normatización y repro-
ble es un exterior del lenguaje. duce un doble de sí, que reflexiona y ducción, respectivamente.
que resiste: línea de fuga del poder,
La línea del poder es un movi- del afuera, el adentro del afuera. Así, 2.1. El ejercicio del poder
miento que atraviesa las cosas y las construye una relación diferente, no bajo su forma de control
palabras y, en tanto que acción, en él ya de las posiciones, sino del ser con-
entran en juego solamente fuerzas. Es sigo mismo, en la que el poder se ejer- El control es entendido como
diagramático al pasar por puntos y no ce sobre el ser sí mismo, a través del el despliegue del poder que se ejerce
por formas en su movilización de poder que se ejerce sobre otros, sobre las acciones que pueden efec-
materias y funciones. De ahí que sea deviniendo una forma de regulación tuarse, y no sobre las acciones efecti-
una distribución de singularidades o de la propia acción que se constituye vamente realizadas. Para lograr esta
un movimiento no localizable que, al en reflexión. La fuerza de espontanei- finalidad, el control pone en circula-
no estar estratificado, se constituye en dad se hace inseparable de la fuerza ción un número reducido de criterios
la estrategia que escapa de lo dicho y de receptividad, de manera tal que apa- de clasificación de las acciones, crite-
de lo visto. Su manifestación permite rece una relación de las dos potencias rios que atraviesan multiplicidad de
reconocer dos intensidades o dos for- de la fuerza consigo misma, haciendo códigos lo cual permite la visibilidad
mas de potencia: una activa y otra que simultáneamente al afectar se de la convergencia y obstruye la visi-
reactiva, ya que su característica es la afecte, y en su afectación aparezca el bilidad de la divergencia. Encontra-
de afectar o la de ser afectada, razón sujeto. mos los siguientes criterios de clasifi-
por la cual no reprime sino que «inci- cación presentes en la escuela:
ta, induce, facilita, amplía o limita», Cómo entran en relación estas
ordenando sus puntos singulares, sus fuerzas en la escuela y cuáles son sus 1. Criterio de moralidad: se refiere
afectos, en un espacio-tiempo. efectos? Nos propusimos llevar a cabo a un código moral que clasifica al su-
un ordenamiento de efectos para des- jeto haciendo que se apropie del crite-
La fuerza del deseo hace que enmarañar las fuerzas junto con sus rio y ejerza así el control de su acción,
se actualicen simultáneamente la ma- direcciones y sus formas de operar, es al emerger como un sujeto moral que
teria y la función, es decir, la esponta- decir, develar las estrategias que co- depende de un principio de verdad, el
neidad y la receptividad, generando nectan las fuerzas entre sí según sus cual tiene efecto sobre el ser mismo.
una multiplicidad de conexiones po- diferentes niveles de potenciación. Este criterio lo instituye y lo habilita
sibles entre los puntos. En tanto su Este procedimiento nos permitió en- para juzgarse, bajo la condición de que
potencia, al relacionar dos puntos que contrar puntos de articulación entre utilice para el logro del fin el mismo
ocupan una posición aparentemente tipos de socialización y la violencia, parámetro que el control le determi-
complementaria, afecta, y simultánea- de acuerdo con las formas de relación na. El criterio de verdad obedece a
mente es afectada, permite la circula- de cada una de las fuerzas en acción, una forma de la razón, cuya función
ción de las intensidades. Esta fuerza agenciadas por la escuela3 . es la clasificación de todas las accio-
es la energía que traspasa los códigos, nes del sujeto, de tal manera que su
dando origen a un espacio intensivo y 2. MODO DE OPERAR posibilidad de ser sólo puede definirse
no extensivo. Se define entonces por DE LA FUERZA DEL desde la posición que la clasificación
«ejes y vectores, gradiantes y umbra- le hace ocupar en uno de los dos tér-
PODER EN LO ESCO-
les, tendencias dinámicas con muta- minos que le sirven de parámetro.
ción de energía, movimientos LAR: Bajo estas condiciones, el sujeto pue-
cinemáticos con desplazamientos de de actuar haciendo uso del juicio
migraciones y todo ello independien- Su estrategia se asocia a técni- veridictorio que le impone la razón
temente de las formas accesorias.»2 cas de diferenciación: formas de cla- moral, permitiéndole optar por accio-
sificación cuyos criterios varían de
nes que lo conduzcan a ser clasifica- que se reconoce a sí mismo a través tro de un rango amplio de acciones
do como un ser bueno o como un ser de sus acciones, en tanto éstas son juz- orientadas a la utilidad. El trabajo
malo. Se trata así, de un sujeto de ra- gadas por el residuo valorizado que constituye así el único dominio en el
zón que, mediante la conciencia, está producen. La permanencia del sujeto que se puede manifestar la permanen-
obligado a clasificarse a sí mismo y a depende de su inscripción en un cam- cia del sujeto como verdad.
clasificar el típo de acciones que efec- po de acción delimitado por el poder,
túa y el curso que les imprime. que le impone el ser útil como criterio 3. Criterio de autenticidad: orienta la
de verdad, criterio a partir del cual el posibilidad de la acción hacia la ver-
La emergencia de este sujeto se sujeto juzga su acción. dad del sujeto que la enuncia; dicho
efectúa bajo la condición de una com- criterio empareja la apariencia con la
binación del saber religioso con el sa- Este sujeto es la resultante de la com- creencia, haciendo que la acción sea
ber de la razón, en el que ésta no solo binación de un saber que lo concibe predecible y perceptible; por tanto, el
es usada para dar cuenta del mundo, como esencia, con un código laboral criterio opera la diferenciación de cada
sino también para dar cuenta de sí. La que supone lo económico bajo una de sujeto por la relación que el control
razón no está al servicio de una bús- dos formas: la de la retribución del tra- establece entre lo que se ve y lo que
queda de la verdad sino, que estable- bajo, o la del agotamiento de la fuerza se hace. La individuación producida
cida la verdad al instaurarse el sujeto, de trabajo. De ésta manera, el poder por este criterio, permite la emergen-
éste, valiéndose de la verdad, puede mantiene la identidad del sujeto den- cia de un sujeto que se materializa
dar cuenta de la razón. cuando se dice a sí mismo. Sin em-
bargo, el decirse está determinado por
2. Criterio de utilidad: determina
como fin de la acción el que ella se
haga visible bajo la forma de un tan-
gible que pueda ser medido. La clasi-
ficación de la acción operada por éste
criterio involucra al sujeto que la efec-
túa, de tal manera, que es finalmente
el sujeto quien es juzgado como útil y
en consecuencia, clasificado. La indi-
viduación resultante de la puesta en
operación del criterio de utilidad, hace
que el control recaiga sobre un sujeto
la distribución que el poder opera, la falta el principio del ser, y de la enun- 4. Criterio de eficacia: con-
haciendo que lo decible se ciación, el mecanismo de la liberación siste en la individualización de las ac-
circunscriba a la enunciación de las del ser: En tanto solo es posible la exis- ciones en unidades, que se constitu-
faltas. El sujeto que emerge de esta tencia del sujeto por la enunciación de yen a partir de un parámetro de medi-
forma de poder, es capaz de recono- la falta, éste, para poder ser reconoci- da, de tal suerte que el conjunto de
cerse a sí mismo por las faltas que do por el poder, debe asumirse como acciones diversas debe orientarse a
enuncia y que le implican un saber sujeto infractor, puesto que cualquier buscar la eficacia que hace funcional
sobre la distribución operada por el otra manifestación de ser le haría per- a la acción, al dirigirla hacia un objeti-
poder. Puesto que el control está der su posibilidad de existencia. El vo, mediante su manifestación en vi-
orientado al acto mismo de enunciar saber jurídico es requerido para la cla- sibilidades que puedan ser medidas
la falta como contenido del enuncia- sificación que el sujeto hace de sus automática o progresivamente. En el
do, no requiere de una sanción exter- faltas, ya que este saber no supone la caso del logro automático del fin, hay
na para operar. sanción externa como consecuencia finalización de la acción una vez ésta
de su enunciación y permite recono- se efectúa mientras que en el logro
La instauración del sujeto de cer la razón por la cual el sujeto, libe- progresivo del fin, el parámetro de
enunciación, es el resultado de la com- rado de su falta, no es reconocido por medida supone la acumulación de las
binación de una técnica religiosa (con- el poder sino bajo la posibilidad de que acciones, dentro de una temporalidad
fesión) con un saber referido a un vuelva a enunciar una nueva falta. que distancia cada vez mas, el logro
modelo jurídico de clasificación de las del fin, de la efectuación de la acción.
acciones (saber taxonómico que ope-
ra por deducción). El poder hace de Esta estrategia de poder requie-
re de un saber, que le de al cuerpo el
carácter de objeto para hacer de éste
un instrumento, que opera a la mane-
ra de un mecanismo, a partir del crite-
rio de verdad que lo determina. Por
esta razón, la eficacia distribuye las ac-
ciones en un dominio técnico, al or-
denarlas en una secuencia, como con-
dición para alcanzar el fin determina-
do de antemano.

5. Criterio de clase: involucra


las relaciones de filiación, y distribu-
ye las acciones ilegales, considerándo-
las como lo propio de la clase; en tal
virtud, el poder permite la emergen-
cia de acciones juzgadas como ilega-
les, siempre y cuando ellas estén cir-
cunscritas a un espacio controlado.
Puesto que el control no opera direc-
tamente sobre las acciones ilegales, el
sistema de poder produce un despla-
zamiento de la función de control, so-
bre la posibilidad de emergencia del
ilegalismo proveniente de la clase; este
criterio no pretende suprimir el
ilegalismo, sino atribuírselo a la clase,
como condición específica para ejer- Este sujeto tiene la forma del tanto el control supone que la acción
cer sobre ella su control. yo, en tanto se apropia de su indivi- no sea susceptible de corrección y, en
duación mediante la conciencia de sí, consecuencia, la restitución del no-
En este caso, el poder requiere lo cual le permite creer que ejerce con- sujeto al lugar del sujeto de razón se
de una forma de saber sobre la filia- trol sobre las acciones que no son ob- hace imposible.
ción, estableciendo una relación de jeto de sanción. Por esta razón, la rea-
causalidad entre la clase y la ilegali- lización de acciones prohibidas supo- La eficacia del sistema de nor-
dad. Lo que el criterio de verdad per- ne una pérdida de control del sujeto malización radica en permitir la emer-
mite, es la visibilidad de un solo tipo sobre su acción, dando lugar a una gencia de una sola forma de sujeto
de acción de la clase, restringiendo con doble sanción: quien, al tener la ilusión de ser libre,
ello su campo de acción a la produc- no puede realizar acciones
ción de dichas acciones, y convirtién- La primera parte de la interiori- transgresoras del código sin
dola en la causa de la ilegalidad. Por dad del sujeto que, por efecto de la transgredirse a sí mismo, de tal suerte
otra parte, el control circunscribe las prescripción, le hace creer que no es que incluso si se le permite la exclu-
acciones ilegales a espacios delimita- un sujeto de razón, en la medida en sión, el no-sujeto que deja de pertene-
dos por él, de tal suerte, que le es po- que ya no controla sus actos, y lo de- cer lleva consigo el estigma de la cul-
sible operar una distribución de los termina como un sujeto dependiente pa.
ilegalismos en dichos espacios, para de un control externo, haciendo que
ejercer el control de las acciones, sin renuncie a la condición establecida por 2.3. El ejercicio del poder como re
necesidad de operar directamente so- el poder para ser. El desplazamiento producción
bre ellas. De esta manera el control se de un sujeto de razón a un no-sujeto,
ejerce, tanto sobre la causa de la ile- por efecto de la dependencia del con- Otra forma de manifestación del ejer-
galidad, como sobre la ilegalidad mis- trol externo, establece como posibili- cicio del poder agenciada por la escue-
ma. dad de ser, un sujeto que adquiere la la tiene como finalidad la reproducción
forma de la culpa al instalarse en la indefinida de los códigos que le dan
2.2. El ejercicio del poder para la posición de transgresor de sí mismo, su forma. Para ello, este sistema de
normalización como resultado de la transgresión del poder hace que cada una de sus par-
código. tes constitutivas opere
Aparece una nueva finalidad especializadamente a través de la de-
del ejercicio del poder, consistente en La segunda, proviene de la terminación de funciones particulares
la homogeneización de las acciones externalidad y actúa sobre el no-suje- impuesta por una única unidad de
efectivamente realizadas a través de su to, una vez le ha sido destituída su mando que les es superior.
normalización, al estar regidas por un condición de sujeto de razón. Esta for-
principio de regulación. Opera, pues, ma de control externo opera median- Al buscar como fin su perma-
una forma de clasificación que distri- te una clasificación de las acciones nencia, la técnica se ejerce directamen-
buye las acciones a partir de un códi- prohibidas por graduación, así como te sobre las acciones efectivamente
go prescriptivo, en el que la permisión de una clasificación de las sanciones. realizadas, convirtiendo a las
y la prohibición son los únicos térmi- La manifestación de acciones prohi- individualidades en sus partes consti-
nos posibles, estableciendo entonces bidas que ocupan los grados inferio- tutivas. Las funciones que les son
una relación acción-efecto que supo- res de la escala son susceptibles de ser asignadas las distribuyen en conjun-
ne la aplicación inmediata de una san- corregidas a través de la aplicación de tos que, al tener que efectuar siempre
ción frente a la efectuación de una la sanción que le corresponde. En este la misma acción, sitúan al sistema de
acción prohibida. Su estrategia hace caso, la sanción está orientada a resti- poder al margen de toda modificación
aparecer un sujeto que se apropia del tuir al no sujeto a su condición de su- posible.
código prescriptivo para orientar sus jeto de razón. Cuando las acciones
acciones a la normalización, permi- prohibidas manifestadas ocupan los Las estrategias utilizadas para
tiéndole creer que es libre en la grados superiores de la escala, la san- la distribución de individualidades tie-
escogencia de la mejor opción, es de- ción que se aplica es la exclusión, en nen las formas de la rostridad y de la
cir, la homogeneización.
corporeidad. La función de los cuer- engranaje. Gracias a esta articulación, da por otros códigos que, a pesar de
pos es ejecutar únicamente las accio- el poder se asegura como totalidad y ser puestos en circulación por ese sis-
nes que el poder les determina a tra- no se dispersa en múltiples poderes tema de poder, no están orientados a
vés de la unidad de mando, garanti- manifestados por la diversidad de los su reproducción, originándose así una
zando así la articulación de las partes rostros que requiere para efectuarse. fractura que le es inmanente. Vemos
del engranaje. Los rostros -unidades como el poder, aún en lo que podría
de mando- como visibilidad del poder, La rostridad, al ser manifesta- considerarse su máxima manifesta-
tienen por función la determinación ción del poder y llevar en sí misma ción de dominio, mantiene, en tanto
de la acción de cada cuerpo, estable- una potencia productiva, también es que fuerza, su capacidad productiva y
ciendo una relación uno a uno, de tal susceptible de conectarse con otras posibilita su disponibilidad para fines
suerte que la articulación del engra- fuerzas u otros códigos. Así, deja de no contemplados por la reproducción.
naje es el resultado de la interacción operar la función de reproducción del
de cada cuerpo con el rostro y no de la poder que le había sido impuesta, per- 2.4. La fuerza del poder y su
interacción de los cuerpos entre sí. mitiéndole trasformarse en un código relación con la violencia
que da origen a sujetos y a objetos:
El poder hace usos particulares Cuando la función del rostro se con- Cuando el control, la normali-
de la fuerza del saber para adaptarlo a junta con el afecto, permite la emer- zación y la reproducción se constitu-
sus requerimientos y lograr así su fi- gencia de un sujeto moral que hace yen en la finalidad del poder, éste, ade-
nalidad: en primera instancia emplea surgir a un sujeto voluntad en la posi- más de clasificar las acciones,
un saber orientado al adiestramiento ción complementaria, el cual tiene la «categoriza al individuo, lo marca en
de la relación cuerpo-orden, consisten- opción de convertirse, a su vez, en un su propia individualidad, lo adhiere a
te en una disposición específica de sujeto moral, si acepta la sujetación al su propia identidad, le impone una ley
ejercitaciones que tienen como finali- rostro. Cuando el rostro se conjunta de verdad que él debe reconocer y que
dad el establecimiento de técnicas de con un saber de razón, se trasforma los otros tienen que reconocer en él.
automatización corporal. En segun- en un sujeto capaz de establecer una Es una forma de poder que hace a los
da instancia pone en juego otro tipo función de comunicación. individuos sujetos: ...sujeto a alguien
de saber basado en una distribución por el control y ligado a su propia iden-
eficaz de sistemas de premios y casti- La escuela, al agenciar esta for- tidad por una conciencia o auto-cono-
gos que, al operar sobre el adiestra- ma de poder, reproduce dos grandes cimiento»4 . En tanto la existencia per-
miento, garantiza la eficacia de la re- aparatos disciplinarios: el militar y el tenece al orden de lo ya producido, se
lación cuerpo-orden. En tercera ins- burocrático, los cuales constituyen una configura un estado de permanencia
tancia emplea un saber que permite de las manifestaciones de existencia de las individualidades que hace im-
hacer visible el incumplimiento de la del Estado y se caracterizan por el ejer- posible la diferencia e impide situar a
orden a través de una distribución de cicio de la dominación sobre todo la exterioridad como el lugar límite de
la función de vigilancia, propia del aquello que es alcanzado por su efec- la acción, negando la posibilidad de
rostro, en cada individualidad-cuerpo. to. En estas circunstancias, la escue- construir sentido y, por tanto,
En estas circunstancias el saber opera la al convertirse en una parte mas del instaurando así disponibilidades para
como una forma de verdad que es engranaje que estos aparatos suponen, la violencia.
potestad exclusiva del poder, en tanto se pone al servicio de una forma de
el rostro es el único capaz de reunir la poder que la sobrepasa y que le deter- Simultáneamente, y es aquí
totalidad de la información provenien- mina la misma función que al resto donde radica lo paradójico de la fuer-
te de las diferentes individualidades así de sus componentes es decir, la de la za del poder, se posibilita el estableci-
como de aplicar las sanciones corres- reproducción. miento de límites espacio-temporales
pondientes a las infracciones. Por úl- a la acción, mediante su orientación
timo, el poder utiliza un saber clasifi- El poder, al valerse de la en oposición al caos. En este sentido,
catorio que hace posible la distribución rostridad como una de las estrategias la fuerza del poder, tiene un carácter
del ejercicio del poder en una jerarquía para reproducirse, hace evidente sus productivo que no se reduce única-
que articula la rostridad dentro del propios límites. En efecto, como se mente al establecimiento de límites
señaló, la rostridad puede ser atrapa- sino que genera formas de saber, su-
jetos, estrategias, frente a los cuales discurso, al materializar el mundo, y sujeto del enunciado; en el segundo
se despliegan resistencias. Por ello, hace de éste la resonancia del sujeto caso, el sujeto construye el mundo
aunque es claro que el poder dirigido mediante su conversión en palabra, así mediante el acto de enunciación y al
al control, a la normalización y a la «...el hombre puede hacer entrar al hacerlo se convierte en el eje del mun-
reproducción, establece mecanismos mundo en la soberanía de un discurso do creado por él, de tal suerte que se
de sujetación, su acción productiva, que tiene el poder de representar su encuentra dotado de la competencia
permite reconocer la posibilidad de representación»5 . que le permite la ilusión de crear al
resistencias. Un caso específico de mundo, instaurándose como sujeto de
resistencia consistente en la desviación Esta forma del saber origina un enunciación y colocando al mundo en
de la finalidad perseguida por la estra- código de enunciación cuya manifes- el lugar del sujeto del enunciado.
tegia de poder de reproducción, es la tación se produce en signos, los cua-
rostridad, la cual al asociarse con otros les deben ser interpretados. Dichos La conjunción entre el poder
códigos, o bien debilita el código de signos conforman una cadena orientado al control y el saber
origen o bien instaura códigos cuyas enunciativa que opera por la remisión interpretativo da origen a una clasifi-
finalidades son distintas. indefinida de un signo a otro, de tal cación de la acción que se manifiesta
suerte que lo representado es siempre bajo la forma de un signo que, repre-
una representación, dando forma a un sentando al poder, debe ser interpre-
3. LA CONJUNCION ENTRE régimen significante en el que la sig- tado para dotarlo de significación.
EL PODER Y EL SABER EN nificación se genera a partir de la rela- Cuando la interpretación utiliza el có-
LO ESCOLAR ción entre los signos y no a partir de digo significante, el sujeto que emerge
lo que ellos son, en tanto no son nada tiene la condición de la subyugación,
El poder, en tanto afección, ac- distinto a una ausencia. debido a la posición que le determina
tualiza al saber como archivo. Uno y el sistema de control y a la significa-
otro existen simultáneamente de tal La emergencia de los signos ción que éste le da al signo. Esta con-
suerte que el poder produce saber y lo que conforman el régimen junción, al utilizar el signo para su
inverso. La escuela agencia conexio- significante, permite establecer una manifestación, establece la opción de
nes poder-saber que no están circuns- nueva finalidad al poder consistente que el signo sea convertido en atribu-
critas exclusivamente al poder como en la instauración del sujeto de len- to, posibilitándole su fuga del sistema
control, reproducción y normatización guaje. Así, el poder otorga primacía a de clasificación impuesto por el ejer-
sino que se orientan a la producción la enunciación puesto que su acción cicio del poder. Cuando lo anterior
de subjetividades, dejando ver fractu- está orientada al establecimiento de los sucede, nos encontramos frente a una
ras en los sistemas de poder por la in- límites de lo decible y su estrategia es resistencia activa a la clasificación.
tervención del saber. una forma de la interpretación, en la
que el sujeto es instalado bajo la con- 3.2. La relación del poder y del sa-
3.1. El poder y el saber dición de la sospecha de su propia exis- ber interpretativo con la violencia
interpretativo tencia.
Las formas de manifestación
El poder en su conjunción con La combinación poder-saber del sujeto, derivadas de la combina-
un saber interpretativo tiene como lí- que hace posible la emergencia de su- ción del poder con el saber
mite al sujeto, materializado por el len- jetos de lenguaje, regidos por el códi- interpretativo no constituyen el lugar
guaje. Esta forma de saber desplaza go de enunciación que el régimen de la exterioridad puesto que, al tener
la conciencia de la centralidad que significante supone, hace que su ma- como eje al sujeto, suponen la exis-
supone un sujeto de razón, puesto que nifestación opere de dos maneras dis- tencia del mundo como resultado de
es el mismo sujeto el que crea el mun- tintas: en un caso, el sujeto es autor su internalización o de su proyección.
do y no solamente es una facultad del enunciado que lo crea, dotándolo El mundo así conformado tiene la for-
(conciencia) la que rige la relación de la competencia que le permite la ma unitaria que le da la omnipotencia
entre hombre-mundo. Tratándose de ilusión de su existencia, la cual lo ins- del sujeto que lo crea, lo que impide,
un ser construido por el lenguaje, su tala a la vez, en sujeto de enunciación tanto la emergencia de otros mundos
posibles, condición propia de la mani-
festación de la diferencia, como la construir una norma y de regir sus esta forma, la producción de enuncia-
efectuación de la diferencia en un otro acciones por ella. La construcción de dos se convierte en expresión, al ha-
que se materializa bajo la forma del la norma supone un régimen cer que el contenido devenga sin-sen-
tú, es decir la interlocución. Lo ante- enunciativo basado en la oposición tido, o, lo que es lo mismo, devenga
rior nos conduce a suponer para estos afirmación-negación, oposición regi- la condición para la creación del sen-
casos, la instauración de disponibili- da por el principio de identidad del sig- tido. Aquí nos encontramos en el lu-
dades para la violencia, puesto que el nificado con su designado. gar de la exterioridad.
sujeto omnipotente solo es capaz de
mirarse a sí mismo o al mundo desde Los sujetos de razón inmersos
la posición que él ocupa dentro del en este régimen enunciativo no hacen 5. LA FUERZA DEL DESEO
código de significación. de la verdad un enunciado sino, a tra-
vés de la enunciación, buscan la ver- En la escuela, el deseo como
No obstante, esta forma de poder-sa- dad. Este uso de la enunciación como distribución de intensidades está su-
ber agencia la posibilidad de la fuga mecanismo, requiere de un sujeto do- jeto a dos formas de efectuación. En
por su carácter productivo, fuga que tado de la competencia que le permite la primera se conjunta con el poder.
se manifiesta en el escape al código valerse de la lógica de la razón para En la segunda, actúa líbremente dan-
enunciativo: el signo, en su remisión construir la verdad y no de un sujeto do origen a la subjetivación, como
incesante a otro, pierde su función de susceptible de ser clasificado por su posibilidad de la exterioridad y de la
representación y se convierte en atri- acción o por su enunciación, como creación del sentido. Ambito de la no
buto de las cosas, dando origen a una ocurre en las circunstancias en que el violencia.
efectuación del sentido como produc- poder emplea el saber para lograr sus
to de su creación. El mundo deja de fines. La verdad, así considerada, 5.1 Conjunción entre la fuerza del
ser así el límite del sujeto para cumple la función del poder en tanto poder y la fuerza del deseo
trasformarse en intensidades que establece una forma de gobernabilidad
desdibujan tanto a la forma de ser del de las acciones de los sujetos de ra- El poder tiene otra forma de
mundo como a su creador, al devenir zón, capaces de crear formas de po- manifestación derivada de su conjun-
fuerzas en la exterioridad. Al permitir der bajo el establecimiento de una ción con la fuerza del deseo. Cuando
una fuga del código, el establecimien- normatividad compartida apta para la ésto ocurre, la intensidad del deseo
to de atributos se efectúa en los esta- articulación de las diferencias, me- afecta la dirección del poder y lo des-
dos de cosas, de los que hace parte un diante la argumentación lógica. vía de su curso, cambiando las rela-
nuevo sujeto capaz de recrear al mun- ciones que el poder había determina-
do, al crear lenguaje. Este acto de crea- El ejercicio del poder por la ra- do de antemano entre las posiciones.
ción de lenguaje establece la zón es susceptible de perder su finali- La conjunción del poder con el deseo
interlocución al hacer de la creación dad cuando la razón deja de operar opera una codificación de este último,
un significado compartido, confor- como verdad. En estas circunstancias, convirtiéndolo en sentimiento. De esta
mando una forma de subjetivación se hace uso de la razón únicamente conjunción surgen posibilidades dis-
que, al efectuarse, permite la emergen- para la producción de enunciados y no tintas:
cia de sujetos de alteridad. para la construcción de la verdad a tra-
vés de ellos. Esta producción funcio- La primera invierte las posicio-
4. LA FUERZA DEL SABER na entonces como un sistema autóno- nes ocupadas por los sujetos dentro de
COMO FINALIDAD mo de circulación, en el que cada una jerarquía, al hacer desaparecer la
enunciado remite a otro, indefinida- normatividad que las rige. El resulta-
En algunos casos, la escuela agencia mente, convirtiéndose así en un jue- do de la inversión es el
una forma de poder que instaura al go de enunciación que no requiere de desdibujamiento de la forma que la
saber como finalidad, bajo la forma de sujetos que lo asuman. El poder, al codificación había impuesto a las fuer-
la razón. Cuando ésto ocurre, el suje- perder su acción sobre la enunciación, zas, dotándolas de potencias diferen-
to moral que se había conformado por le posibilita a esta última circular li- ciales en relación de
las otras formas de poder, se transfor- bremente, puesto que es liberada de complementariedad. La consecuencia
ma en un sujeto de razón capaz de cualquier código de significación. De es que las fuerzas operen la una sobre
la otra sin ninguna mediación codifi- ción, estando su acción determinada Dicha conjunción, al hacer que
cada. por la primera posición. El hecho de el poder desvíe su dirección y el de-
que el sujeto que ocupa una posición seo pierda su intensidad por la codifi-
La segunda transforma la rela- determine la forma de quien ocupa la cación, encierra a las fuerzas en un
ción puesta en juego por la razón en- otra, hace imposible la manifestación círculo del cual no pueden escapar, re-
tre la acción y la sanción en una rela- de sujetos diferentes y por tanto, im- accionando la una en función de la
ción puesta en juego por el deseo. Esto pide el establecimiento de la otra, por efecto de su afectación mu-
obedece al establecimiento de una es- interlocución, a la vez que reduce los tua. Por ello, la fuerza del deseo, al
tructura complementaria entre la de- mundos posibles a aquel determina- ser atrapada por la fuerza del poder, a
manda y la satisfacción, en la que la do por la posición, fijando así solamen- pesar de operar desviaciones sobre la
finalidad del código de poder se des- te la relación entre opuestos. finalidad del código, no logra reiniciar
vía, de tal suerte que las acciones
afectivas buscan la sanción al hacer
que la razón devenga satisfacción.

La tercera se deriva de una for-


ma de poder orientada a la normaliza-
ción que al conjuntarse con una codi-
ficación de la fuerza del deseo hace
perder la eficacia de la finalidad del
sistema de poder. El efecto es que la
acción se oriente a reaccionar en con-
tra de la normalización. Hay que ano-
tar que para que esta forma del afecto
pueda expresarse, se requiere de la pre-
sencia simultánea del código norma-
tivo puesto que, bajo estas circunstan-
cias, el afecto solamente puede ope-
rar como reacción y nunca como ac-
ción.

En la cuarta, la potencia del


deseo destituye a la razón como fina-
lidad del poder, permitiendo la emer-
gencia de múltiples sujetos de volun-
tad quienes al no estar ya regidos por
el código de poder, rigen su acción por
un código afectivo que no busca im-
ponerle una dirección sino permitir la
expresión caprichosa de cada volun-
tad, generando caos en la acción.

La conjunción entre las fuerzas


del poder y del deseo produce estruc-
turas de relación complementaria en-
tre las posiciones, en las que una de
éstas opera bajo las formas de la de-
manda, la oposición, la dominación o
el capricho y la otra opera como reac-
nuevamente un movimiento que le po- Toda subjetivación indica un en tela de juicio la idea de una autori-
sibilite escapar al código que lo atra- doble movimiento que, partiendo de dad que detenta un poder y un con-
pa. la superficie, crea una interioridad en glomerado subyugado por ella. Si la
la que son posibles sujetos y acciones escuela efectivamente controla, nor-
5.2. Cuando la fuerza del deseo es- y luego, por efecto de su propia inten- maliza y reproduce acciones y enun-
capa a las restricciones sidad, se despliega para convertirse en ciaciones, ello no es el producto de la
sentido. Cuando la escuela hace posi- acción individual de quienes detentan
En las pocas ocasiones en que ble esta forma de operar de las líneas, autoridad, sino de un juego de
la fuerza del deseo opera independien- no produce disponibilidades para la micropoderes resultante de la relación
temente de relaciones de poder, da ori- violencia. entre fuerzas que suponen al poder
gen a una serie heterogénea que per- pero que no se reducen a él.
mite vislumbrar la exterioridad, lo que
se manifiesta de dos maneras: en la 6.A MANERA DE
primera, el deseo genera una forma de REFLEXION
interlocución en la que es posible la
diferencia constituyendo la posibilidad Tal como ha sido señalado por
de su propia codificación, de la que distintos trabajos realizados en Colom-
emerge una relación biunívoca entre bia sobre la escuela, particularmente
un sujeto deseante y un sujeto de de- los de Rodrigo Parra, el ejercicio del
seo, ambos activos, bajo la forma de poder cumple en ella un papel impor-
la seducción. En otras palabras, el de- tante. No obstante, la constatación de
seo genera un pliegue de que éste se manifiesta de múltiples ma-
subjetivación, conformando interiori- neras y tiene finalidades diversas, pone
dades de las que emergen sujetos. La
naturaleza de los sujetos producidos
por la subjetivación es distinta de la
de los sujetos originados por las codi-
ficaciones de cualquiera de las fuer-
zas. Los sujetos de subjetivación al
hacer uso voluntario de la razón que
resulta de la fuerza del deseo, o al ad-
venir como sujeto de voluntad apro-
piándose para sí a la fuerza del poder,
se caracterizan por tener la capacidad
de determinar la dirección de su ac-
ción, es decir, de generar las normas
que les permiten autogobernarse y
gobernar a otros.

En la segunda, el deseo agen-


cia la fuga de la codificación,
deviniendo acción intensa, circunstan-
cia que desdibuja el sujeto deseante y
al objeto de deseo y los trasforma en
pura expresión. Vemos cómo la línea
de subjetivación, que se pliega sobre
sí misma, tiene la capacidad de
desplegarse y dar origen así a una fuga.
A pesar de que estas formas de estrategia para reducir o contrarrestar del poder, ni de la presencia de «suje-
poder generan disponibilidades para la la manifestación de actos violentos. tos diversos» en un mismo espacio de
violencia, su capacidad productiva ge- Como vimos, cuando el deseo se ma- intercambio, sino de la conformación
nera simultáneamente fracturas que nifiesta simultáneamente con el poder, de disposiciones que hagan posible su
les hacen perder su dirección, abrien- tanto el uno como el otro orientan su visibilidad, a partir del juego entre re-
do posibilidades de resistencia al crear capacidad productiva a la generación gímenes enunciativos y pragmáticos
acciones y enunciaciones distintas a de un tipo de sujetos desprovistos de presentes en la escuela que permitan
las originalmente dispuestas por su toda posibilidad de regulación distin- la construcción de lo diverso.
codificación. ta de la reacción mutua. Por el con-
trario, bajo condiciones en las cuales La constatación de que las for-
De lo anterior se deriva la ne- se hace posible la manifestación del mas de poder que tienen por finalidad
cesidad de considerar al poder asu- deseo como tal, es decir como expre- el control, la normalización y la repro-
miendo su complejidad, pues de una sión y no como disposición de un sis- ducción, instauran disponibilidades
parte aparece dotado de una gran ca- tema de poder, el deseo mantiene toda para la violencia, constituye un ele-
pacidad productiva: sujetos, objetos, su capacidad productiva. mento fundamental a considerar den-
individualidades, reglas y, de otra, en tro de la reflexión que creemos puede
algunas de sus interacciones, los suje- Desde el punto de vista de los adelantar la escuela sobre sí misma.
tos producidos por él se manifiestan agenciamientos producidos por la es- Igualmente, tendrían que ser conside-
desprovistos de la capacidad produc- cuela, es necesario señalar que la po- radas las manifestaciones del poder, el
tiva en cuanto las codificaciones en las sibilidad de que en ella se genere el saber, y el deseo que conducen a la
cuales están inscritos desde su consti- ámbito de la exterioridad está relacio- creación de sentido, ya que ellas son
tución, les imposibilitan el acceso al nada con formas del quehacer escolar las que se constituyen en el lugar don-
lugar de la exterioridad. que permiten acciones y relaciones de se hace posible la exterioridad y, por
ajenas a sus ordenamientos formales tanto, el ámbito donde es factible pos-
Es necesario reflexionar sobre y que escapan a su capacidad tular una socialización de la no vio-
el hecho aquí indicado del saber no codificadora; en otras palabras, con lencia.
como un propósito específico de la formas del quehacer que se abren a la
escuela, sino como una estrategia de posibilidad de existencia de lo impre-
la cual se sirve el poder para el logro visto y lo diverso. Paradójicamente,
de sus fines. Solamente un saber que esta posibilidad aparece como inheren- CITAS
sea la finalidad del poder, confirmaría te a la existencia de formas de codifi-
a la escuela en el propósito para el cual, cación que regulan la actividad en el 1
Deleuze, G. La Lógica del Sentido. Paidós: Bar-
aparentemente, fue creada. En apoyo marco de la escuela. Por tanto, en aras celona, 1989.
de lo anterior, en las pocas circunstan- de la socialización para la no violen- ———— Foucault. Paidós: Barcelona, 1987
cias en que el saber se constituye en cia, no se trata de eliminar las codifi-
———— Y Gauttari, F. Mil Mesetas, Pretextos:
finalidad del poder se genera sujetos caciones de la acción -en la medida
Barcelona, 1988.
de razón capaces de alteridad, o suje- en que ello supondría la eliminación
Foucault, M. La Arqueología del Saber, Siglo XXl:
tos de lenguaje capaces de de lo imprevisto y lo diverso-, sino de
desdibujarse en la exterioridad para considerar las formas de regulación de México, 1990.

producir sentido; los dos hechos son las fuerzas que confluyen en la escue- ———— Las Palabras y Las Cosas, Siglo XXl:
de suma importancia para la conside- la. En este sentido cabría reconsiderar México, 1990
ración de la violencia como efecto de la postura de muchos de los trabajos ———— Vigilar y Castigar, Siglo XXl: México:
la socialización de lo escolar. sobre la escuela que ven en ella un 1990.
lugar de homogeneidad cultural deri- 2
Deleuze, G. Mil Mesetas. Op Cit, p. 159.
Algunos de las relaciones deli- vada de los ejercicios de poder y las 3
Foucault, M. El Sujeto y el Poder. Bogotá: Car-
mitadas, nos permiten hacer un llama- clasificaciones que ellos operan, pues pe Diem, 1991. P. 60.
do de atención sobre las propuestas pe- la diversidad no depende de formas 5
Foucault, M. Las palabras y las cosas, Op cit.,
dagógicas basadas en el amor como democráticas de distribución formal
pg. 301

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