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EXPEDICIÓN BOTÁNICA A NUEVA GRANADA POR JOSÉ CELESTINO MUTIS

José Celestino Mutis fue un botánico, matemático, sacerdote y expedicionario


español que ha pasado a la historia de la Humanidad por descubrir una riqueza
natural americana nunca antes investigada, desde cargamentos de quina a una
extraordinaria representación iconográfica de la flora y la fauna del Virreinato de
Nueva Granada. Su expedición botánica ilustrada también se encargó de radiar
las nuevas teorías científicas de Linné y Newton sobre la América española.

JOSE CELESTINO MUTIS

José Celestino Mutis y Bosio nació en Cádiz, el 6 de abril de 1732. Esta era una
ciudad en pleno auge comercial con América, que estaba desarrollando el estudio
de las ciencias y el movimiento de la Ilustración.

En la década de 1750, Mutis iniciaba estudios de medicina y cirugía en el


vanguardista Colegio de Cirugía de Cádiz, fundado por Pedro Virgili, carrera que
continuó en la Universidad de Sevilla.

Tras concluir su etapa de formación, trabajó durante cuatro años en el Hospital de


Cádiz. Sus primeras etapas profesionales se desarrollaron bajo la tutoría de
algunos de los más eminentes científicos del momento.

Durante tres años se interesó por la física, la química, la fisiología, la patología y la


historia natural, trabajando como suplente de la cátedra de anatomía del Hospital
General de Madrid. En esta ciudad recibió la influencia de la botánica linneana
impartida por Miguel Barnades y participó en algunas tertulias ilustradas, entre
ellas la de la Sociedad Médica de la Real Hermandad de Madrid. Perfeccionó sus
conocimientos botánicos en el Jardín del Soto de Migas Calientes y en el Hospital
Real de la Marina de Cádiz.

En septiembre de 1760, Mutis zarpó desde Cádiz con destino a Cartagena de


Indias en la comitiva que acompañaba al recién nombrado virrey de Nueva
Granada, Pedro Messía de la Zerda, alcanzando Santa Fe de Bogotá, al año
siguiente. El territorio virreinal englobaba las actuales Colombia, Ecuador,
Panamá, Venezuela, norte del Perú y Brasil, y oeste de Guyana.

A pesar de la dureza del clima tropical, las continuas lluvias, la agresividad de los
mosquitos y su limitada salud, se dedicó a la actividad médica. Durante sus
primeros meses, quedó cautivado por la agreste y exuberante naturaleza tropical,
lo que estimularía su estudio por la botánica americana. Desde entonces, Mutis se
dedicó a observar y describir el medio natural: desde la medicina popular a los
venenos animales, desde las propiedades medicinales de las plantas a la
utilización de las aguas, desde la explotación minera a las lenguas vernáculas.
Mientras tanto, ejercía la profesión médica en la sede virreinal y una labor
educacional como catedrático de matemáticas en el Colegio del Rosario.
En 1763 y 1764, Mutis propuso a la Corte de España el apoyo y la subvención
para la realización de una expedición botánica por el Virreinato de Nueva
Granada con el objetivo de estudiar la flora y fauna americanas al más estilo de
las expediciones patrióticas e ilustradas de su época. Su proyecto consistía en
elaborar una completa historia natural, explorar la población indígena y la
naturaleza, y mejorar la economía del virreinato.

Ante la negativa burocrática, continuó sus investigaciones científicas y su cátedra,


iniciándose a la explotación de las minas de plata de La Montuosa, en la provincia
de Nueva Pamplona. Durante este período tuvo notable importancia el
descubrimiento de quinos en varios lugares.

Después de veinte años, a petición del virrey y arzobispo Antonio Caballero y


Góngora, envió un actualizado tercer proyecto científico a la Corte de Carlos III.
Este rey ilustrado, que había estudiado botánica además de otras ciencias,
técnicas y artes, aceptó la propuesta en 1783.

La Real Expedición Botánica al Nuevo Reino de Granada se inició bajo su mando


ese mismo año y prolongó unos treinta años más. Fue englobada en el marco
científico e ilustrado en el que se fomentaron las expediciones de su época y que
se denominó como el "redescubrimiento de América".

Aunque durante veinte años de vida en el territorio americano había reunido una
valiosísima información científica, hasta el momento Mutis se había ocupado de la
investigación botánica como actividad secundaria. En adelante, la observación y el
estudio del medio natural constituyó su ocupación principal, siendo nombrado
primer astrónomo y botánico de la Real Expedición.

Cubrió unos 8.000 kilómetros cuadrados, utilizando como eje el río Magdalena:
Santafé y sus alrededores, la laguna de Pedro Palo, la Mesa de Juan Díaz,
Guaduas, Honda y los alrededores de Mariquita, donde se establecería la base
científica hasta 1790.

El proyecto expedicionario permitía el adiestramiento de un grupo de naturalistas,


formados por Mutis, para colaborar en sus trabajos de campo. Por esta razón, en
Bogotá se abrió una Casa Botánica donde se formaron numerosos licenciados de
pluma y herbolarios que estudiaron la historia natural y que realizaron láminas de
excepcional calidad. Entre los dibujantes destacaban Salvador Rizo y Francisco
Javier Mutis, que fue calificado por Humboldt como el mejor ilustrador botánico del
mundo. Años más tarde, el médico y botánico bogotano José Jerónimo Triana
contribuyó decisivamente a la determinación de las especies. También fue
relevante su herbario y su biblioteca.

Su obsesión por pintar plantas desde su entorno natural, el respeto por el sistema
linneano y la reproducción con colores naturales le permitió realizar extraordinarias
colecciones de dibujos de la flora colombiana y encontrar algunos pies de quinos.

Entre sus colaboradores más notables, que extendieron la cobertura geográfica a


estudiar, estaban sus sobrinos José y Sinforoso Mutis, este último exploró el norte
del virreinato y la isla de Cuba, recogiendo materiales y participando en el negocio
de la quina; el científico naturalista Francisco José Caldas, que fue responsable de
la observación astronómica, consiguiendo además un extensísimo herbario de las
tierras de Ecuador; fray Diego García, que reunió un amplio muestrario de fauna y
geología desde el Alto Valle del Magdalena, entre La Palma y Timaná, hasta la
zona de los Andaquíes; Eloy Valenzuela, subdirector de la expedición, que efectuó
colecciones en Santander y, más tarde, en Bucaramanga; el botánico Francisco
Antonio Zea, quien llegó a ser director del Real Jardín Botánico de Madrid; y Jorge
Tadeo Lozano,que fue responsable de los trabajos zoológicos. Sus trabajos
botánicos fueron la fuente de la Historia natural del Nuevo Reino de Granada.

Preocupado por la utilidad y el provecho que podía beneficiar a la humanidad de


estos estudios, se centró en ciertas especies vegetales como el "té de Bogotá", la
canela americana y, muy especialmente, en la quina.

La quina era extraída de la corteza de los quinos, árboles de la familia de las


rubiáceas, cuyas propiedades febrífugas eran utilizadas por los indígenas. En
Europa, ya se conocía sus propiedades curativas de este llamado "polvo de los
jesuitas" desde que precisamente un jesuita, Bernabé Cobo, descubriese su uso
como medicamento en 1638. La quina se había convertido en un remedio eficaz
contra las fiebres, como el paludismo o la malaria.

Durante su tiempo, otros naturalistas se dedicaron al estudio de esta planta: el


naturalista francés La Condamine realizó investigaciones sobre la curativa corteza
en la región de Loja (Quito); el médico español Pedro Virgili, maestro y protector
de Mutis, fue el primer promotor de la creación de un monopolio de la quina
peruana a instancias de Antonio Ulloa.

En 1772, descubrió una especie de quino en los bosques de Cundinamarca,


resultando un hallazgo relevante ya que hasta la fecha se creía que el quino sólo
crecía en las cercanías del Ecuador. Más tarde, descubrió otras especies de
cinchona, el tipo de quina más habitual, teniendo propiedades medicinales algunas
de ellas.

Sobre esta planta medicinal, sus especies, su forma de cultivo, recolección y


protección, sus propiedades, y utilización en las enfermedades se volcaron
algunos de sus más importantes trabajos.

A principios del siglo XIX, Mutis consiguió implantar en el virreinato su plan de


desarrollo científico desde la base fundacional de instituciones a imagen y
semejanza a las europeos: fundó la Sociedad Patriótica del Nuevo Reino de
Granada, también conocida como Sociedad Económica de Amigos del País de
Bogotá, inauguró el Observatorio astronómico de Santa Fe, y elaboró un plan de
estudios de medicina, vinculados al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.

La Sociedad Económica de Bogotá promovió novedades en los sistemas


educativos, económicos y sociales que mejoraron la vida en el virreinato.
Esta expedición resultó decisiva para el desarrollo de la cultura y la investigación
en Colombia, ya que no sólo estudió la flora, la fauna y la minería, sino además las
lenguas indígenas de su entorno. Es destacable la elaboración de una serie de
vocabularios elementales constituidos por 100 palabras de cada idioma indígena
por encargo del rey Carlos III. El Borbón respondía a la demanda de la zarina
Catalina la Grande que le había solicitado vocabularios de las lenguas habladas
en todos sus reinos, para hacer un monumental Diccionario de todas las lenguas
del mundo. La defensa de los derechos de los indígenas y de sus culturas por
parte de la Monarquía española fue un hecho verificable tanto Mutis como otros
hombres y mujeres de su tiempo.

Impulsó el desarrollo de otras ciencias especialmente las relacionadas con


procesos industriales, como la minería de la plata y la destilación del
ron. Contribuyó a mejorar el rendimiento de la Universidad de Bogotá en la que
introdujo la ciencia moderna, siendo muy notable su influencia sobre las
matemáticas, la física, la medicina y la historia natural. Se preocupó por el
progreso de la sanidad en campos como la enseñanza de la medicina, la mejora
de la profesión, las instituciones y los tratamientos adecuados. Las líneas de
reforma eran novedosas: la medicina debía basarse en las ciencias
experimentales y ser enseñada por medio de modernos libros. Era necesario
cultivar la observación en las prácticas médicas, así como las autopsias, los
estudios de enfermos y la atención a estos junto a sus lechos. La medicina se
abría a los idiomas modernos, a las ciencias y a las prácticas recientes. Entre sus
colaboradores y discípulos destacó Miguel Isla.

La apertura hacia la ciencia astronómica permitió la fijación de los puntos


geográficos y el estudio de los cielos. Francisco José de Caldas, su principal
figura, fue quien estableció las coordenadas de Bogotá y comenzó una importante
labor cartográfica necesaria para la geografía, la economía, la política y la defensa
de las costas frente a los ingleses.
Durante su carrera científica, Celestino Mutis tuvo que defenderse de las
acusaciones de la Iglesia, por ejemplo, en 1762, cuando al inaugurar la cátedra de
matemáticas del Colegio del Rosario de Bogotá, en el Virreinato de Nueva
Granada, expuso los principios del sistema copernicano, de la ciencia moderna y
del método experimental.

Fue el primer defensor de los principios de Copérnico, así como de la física y la


matemática modernas, inspiradas en Isaac Newton, y de la "filosofía natural", lo
cual le ocasionó, en 1774, el enfrentamiento a los sectores más conservadores de
la Iglesia del virreinato, en una nueva controversia.

Con el tiempo, Mutis fue adquiriendo un gran renombre en los círculos científicos
europeos. Mantuvo constante correspondencia con los principales científicos
europeos y españoles, entre los que destacaba Carlos Linneo, "padre de la
taxonomía".

La relación entre Linneo y Mutis se inició a través de los discípulos del gran
naturalista sueco, Clas Alströmer y Frederic Logié, a quienes Mutis conoció en el
puerto de Cádiz, cuando se disponía a partir a Nueva Granada. Linneo mostró
interés en el estudio de la quina, por lo que Mutis le remitió ejemplares de una
especie diferente a la Conchona oficiales. Linneo hijo introdujo en su honor el
género Mutisia, ampliando el significado que le dieron los alumnos de Mutis.

También compartió sus observaciones con Aimé Bonpland y con el prestigioso


geógrafo y naturalista alemán Alexander von Humboldt, que le visitó durante su
viaje expedicionario por América en 1801. Tal fue la admiración despertada por el
alemán que le llamó "príncipe e ilustre patriarca de los botánicos".

También consiguió que Juan José Elhuyar fuese a Nueva Granada para mejorar la
producción de la plata en el virreinato y, al igual que había hecho su hermano
Fausto Elhuyar en Nueva España, planteó con Mutis posibles mejoras en la
extracción y administración de este metal. Eran dos magníficos científicos con muy
buena formación en química, minería y metalurgia. La Corona quería mejorar la
extracción de la plata en los virreinatos, aumentando así las remesas a una
Europa necesitada de metales nobles para la acuñación de monedas debido a los
importantes cambios políticos, bélicos, sociales y económicos de la época.

José Celestino Mutis murió en Bogotá, el 11 de septiembre de 1808. Sus restos


reposan en la Universidad del Rosario en Bogotá como docente que fue de esta
institución.

Su sobrino, Sinforoso Mutis Consuegra, hijo de su hermano Manuel, se hizo cargo


de la Expedición Botánica con la colaboración de los oficiales de la Casa Botánica.
Sinforoso completó el trabajo de su tío sobre la quina publicando, en 1809, un
importante libro médico-botánico llamado Historia de los árboles de la Quina.
Describió siete especies del género cinchona: lancifolia, cordifolia, oblongifolia,
ovalifolia, longiflora, parviflora y flora; y comentaba asimismo sus propiedades
medicinales.

El arcano de la quina. Obra póstuma del doctor don José Celestino Mutis, que
contiene la parte médica de las cuatro especies de quinas oficiales, sus virtudes
eminentes y su legítima preparación fue publicada en Madrid, en 1818, por el
doctor Manuel Hernández de Gregorio. Se trataba del trabajo que Celestino Mutis
entregó para su publicación en 1807, poco antes de morir.

Tras el estallido de los movimientos de emancipación de 1818, los materiales de la


expedición (herbario, manuscritos y dibujos) se llevaron a España y actualmente
se conservan en el Real Jardín Botánico de Madrid. Los más destacado son sus
más de 6.000 dibujos botánicos de flora colombiana que forman parte del
patrimonio nacional.

Mutis está considerado un padre fundador de la formación nacional de Colombia,


por eso es significativo que el Jardín Botánico José Celestino Mutis de Bogotá
fuese nombrado en su honor, al igual que el Parque Botánico José Celestino Mutis
de Palos de la Frontera.
LA EXPEDICION BOTANICA EN LA NUEVA GRANADA

Impulsadas por el espíritu de la ilustración, las ciencias neogranadinas alcanzaron


su máximo desarrollo en las últimas décadas del siglo XVIII.la botánica fue la
ciencia que más sobresalió en esa época y a ello se debió la organización de la
expedición botánica. A través de ella, y de su interés por el conocimiento de
la naturaleza neogranadina, penetró el pensamiento ilustrado en el virreinato. Su
creador e impulsor fue José Celestino Mutis, quien llegó en 1760. En 1762
estableció la primera cátedra de matemáticas en el Colegio Mayor del Rosario en
Santafé, en el cual dio a conocer física de Newton y la astronomía copernicana.
Con el apoyo del arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora se creó en el año
de 1783 la Expedición Botánica, bajo la dirección de Mutis.

La Expedición Botánica hizo inicialmente sus investigaciones botánicas,


zoológicas, mineralógicas en Mariquita, porque se pensaba que en esta región
estaba representada la vegetación de todos los climas. En 1791 se trasladó
a Santafé, en donde se consagró la investigación y descripción científica de
la naturaleza neogranadina. Estudió la flora septentrional de América del Sur hasta
la línea equinoccial y realizó observaciones geográficas. Recogían plantas que
catalogaban, luego buscaban sus propiedades y las dibujaban en láminas en
colores o en tinta negra para ilustrar los textos científicos.

La expedición investigó numerosas plantas, minerales y animales del área tropical,


clasificó y organizó el herbario con más de 20 mil plantas. Realizó investigaciones
sobre la quina, la ipecacuana, el guaco, el árbol del bálsamo de Tolú, el árbol del
bálsamo del Perú, la yerba del Té, la yerba cusparía, el bálsamo de rubio, el aceite
de María y muchos otros, e hizo numerosas monografías de plantas. También
investigó las causas de las mareas atmosféricas e hizo investigaciones
geográficas, botánicas y astronómicas. En 1802 por petición de mutis ,fue
incorporado a la expedición francisco José de caldas ,tres años más tarde, le
presento a mutis un herbario con 5000 muestras y varias descripciones, una
colección de semillas minerales y material suficiente para elaborar la carta
geográfica del reino .

En el ambiente de esta expedición científica se formaron algunos de los que


llegarían a ser protagonistas de la Revolución de Independencia. Entre sus
integrantes estaban el presbítero Eloy Valenzuela nombrado segundo director de
la expedición, Francisco Antonio Zea, Sinforoso Mutis, José Félix Restrepo, Jorge
Tadeo Lozano, Miguel Pombo, Joaquín Camacho, Pedro Fermín de Vargas, Fray
Diego García y José María Carbonell, sus directores eran Francisco Javier
Matiz y Salvador Rizo. Entre los pintores se destacan Pablo Antonio García, Pablo
Caballero y Antonio Cortés. Todos ellos estaban convencidos de que en las
ciencias naturales se encontraba el instrumento más adecuado para transformar la
realidad económica y lograr el progreso de la sociedad.

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