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AUTOR:
Adolfo José Orozco Carreño
Clasificación de la negociación
La negociación se clasifica, atendiendo a las circunstancias y al objetivo que persigue el
negociador en cada negociación, en cuatro tipos fundamentales:
• Negociación acomodativa
• Negociación competitiva
• Negociación colaborativa
• Negociación evitativa.
Los negociadores antiguos preferían la negociación competitiva, porque su objetivo era
vencer y según el estudio de la Universidad de Harvard los que negocian posturas
pierden una gran porción del pastel, sin embargo los que negocian intereses aumentan
la ración del pastel.
Aun con eso pienso que el negociador, debe ser un buen actor de cine que sepa utilizar
el tipo de negociación que le es favorable, atendiendo a la situación en que se encuentra,
los intereses que persigue y el tipo de negociador que le ha tocado. Lo cual hace afirmar
que cuanta mayor capacidad tenga el negociador en transformarse, mayor será su
capacidad negociadora.
• Negociación acomodativa
Frecuentemente en la vida cotidiana estamos utilizando una u otra clase de
negociación sin darnos cuenta; en el juego de las cartas por ejemplo tenemos dos formas
comúnmente de jugar en mi país (Guinea Ecuatorial) el gana-gana y el pierde-gana, el
primero es cuando el jugador busca cualquier forma y estrategias para eliminar las cartas
del contrincante y llevarse el trofeo; sin embargo la segunda, que es el caso de la
negociación acomodativa, es que el ganador es aquella persona que pierde en el juego;
me explico, que el contrincante se lleve todas las fichas, el negociador procura en el
pierde-gana, quedarse sin cartas ni opciones cosa contraria al gana-gana.
En fin, la negociación acomodativa es aquella en la que el negociador da su brazo a
torcer, pierde la negociación, porque pierde tal vez los intereses económicos, con el
objetivo de perpetuar una relación de confianza y continuidad con el cliente. Este tipo de
negociación es el más complicado, porque debemos estar seguros de que realmente el
cliente no desaparecerá después del cierre de la negociación.
La gran inconveniencia en esa clase de negociación es que corremos el riesgo de que,
tras el cierre, el cliente puede desaparecer, por ello es necesario aplicar esa negociación
con clientes habituales y permanentes, o sea los de toda la vida.
El negociador (N) invierte todo el tiempo y todas sus estrategias, acercándose cada vez más a los
intereses del negociador (n). Fuente: Dr. Habib Chamoun presentación julio del 16 al 20, MALABO. G.E.
• Negociación competitiva
Volviendo al ejemplo de la dama, esta negociación pertenece al juego de gana-gana, no
nos importa la relación ni la continuidad de confianza con el cliente, el objetivo es ganar,
llevarnos todas las fichas del contrincante, machacarlo porque en su defecto seremos
machacados.
La negociación competitiva, es aquella en la que el negociador va a por todas con un
carácter agresivo, con el fin último de vencer, de llevarse consigo el trofeo; este tipo de
negociación se debe dar en negociaciones en las que no nos importa la relación con el
cliente, en negociaciones que solo se dan en una sola ocasión y se cierran, como en la
venta de un piso, compra de un coche, etc…
No podemos aplicar este tipo de negociación con clientes habituales porque con ellos no
solamente estamos negociando intereses, sino también negociamos confianza y
continuidad y si somos agresivos con ellos, por cualquier oferta mejor que tengan, nos
abandonan.
Porque estos clientes dejan de vernos como aliados y nos convertimos en simples
proveedores de un producto, al que se puede cambiar por cualquier oferta que sea mejor.
El negociador competitivo arrastra al otro competidor a su ritmo y a su dirección para lograr sus objetivos,
sin importarle la posición de la relación. Fuente: Dr. Habib Chamoun presentación julio del 16 al 20,
MALABO, G.E.
• Negociación colaborativa
Este tipo de negociación es muy frecuente en empresas petrolíferas, es el tipo de
negociación en el que el pastel se reparte para las dos partes, aunque no sea
equitativamente pero se aproxima; en este tipo de negociación, nos importan tanto los
intereses como la relación con la otra parte, es una negociación a mediano y a largo
plazo, así que no hay que dañar la relación.
Cuando tenemos algún problema o conflicto con nuestra novia o familiares, aplicamos la
negociación acomodativa o colaborativa porque nos permite perpetuar la relación. Sin
embargo no debemos confundir estos dos tipos de negociación, en la negociación
colaborativa, procurar mantener la relación pero tampoco nos olvidemos que negociamos
intereses, hay que aplicar mucha astucia.
En esta negociación ambos negociadores les importan tanto la relación como los
intereses y se conduce la negociación a un acuerdo beneficioso para los dos
negociadores.
• Negociación evitativa
Muchos de los autores ni clasifican este tipo de negociación porque en realidad no se
debe dar, debemos ser despiertos para saber realmente cuando y con quien no negociar,
debemos ser selectivos, porque si caemos en el error de negociar con la persona
equivocada es como hacer nada.
Pondré un ejemplo del Dr. Habib CHamoun que me encanta mucho.
Si somos vendedores de automóviles, viene un cliente y empezamos la negociación,
utilizamos todas las estrategias y técnicas de negociación a nuestro alcance y estamos
seguros que serraremos con éxito la negociación, o sea, venderemos.
Mas a la mañana siguiente cuando viene el cliente a por el cierre, viene acompañado
con su esposa y al llegar la esposa exclama, ¡cariño por qué no elegimos un coche rojo,
prefiero el rojo! Y resulta que nosotros los vendedores no tenemos el rojo y entonces el
cliente no cierra la negociación, no compra; en este caso hemos perdido tiempo, esfuerzo
y todo, solo y solamente porque no hemos sido selectivos. Según el Dr. Chamoun hay
que buscar a los tomadores de decisiones para emprender la negociación, a si no perder
tiempo ni energía.
Los objetivos e intereses de los dos negociadores son divergentes, no existe una zona de posibles
acuerdos, y cuanto antes abandonen la negociación mucho mejor porque puede acabarse con grandes
conflictos. Fuente: Dr. Habib Chamoun presentación julio del 16 al 20, MALABO, G.E.
Según pruitt, la negociación se clasifica atendiendo a los intereses que tenemos en la
negociación.
Fuente: Blake y Mouton, el grid del negociador, modificado por Alejandro Mometolo.
La grafica anterior muestra la situación del negociador atendiendo a los intereses de cada
momento. Hay que puntualizar que el negociador ideal no existe, sin embargo todos los
negociadores buscan alcanzar el nivel de negociador ideal.
Fases de una negociación
Muchos de los autores clasifican en cuatro las fases de la negociación:
1. Preparación o prenegociación
Esta fase es la que lleva más tiempo porque supone realizar una investigación
minuciosa de la contraparte, para así descubrir sus debilidades y fortalezas; en esta
fase realizan las siguientes actividades:
A través de estos análisis podemos crear una matriz FODA para saber bajo qué rango
manejaremos la negociación, sabremos qué ya está dado, qué hace falta negociar y con
qué intensidad.
3. Finalización o cierre
Es el momento culminante de la negociación, y requiere un cuidado especial, ya que
pueden surgir tensiones que se hayan ido acumulando a lo largo del proceso. (Escuela
JULIÁN BESTEIRO)
Está claro que desde el inicio de la negociación ambas partes tienen un interés en llegar
a un acuerdo, el cierre se da cuando ambas partes han llegado a la zona de posibles
acuerdos, y se han realizado concesiones.
4. Post negociación
Es una fase que realiza el negociador a solas, analizando cuales fueron sus dificultades
con la otra parte para el cierre, es un periodo que le sirve de aprendizaje para futuras
negociaciones.
Elementos de la negociación
• Tiempo:
Hay que tomarse el tiempo necesario para realizar un buen cierre, se debe tener en
mente que hay que cerrar la negociación, sin embargo no empuje la negociación siempre
hacia el cierre, es mejor no llegar a un acuerdo en vez de hacer uno malo.
Una vez le compre un teléfono a mi primo, él me puso un buen precio, sin embargo no
estuve seguro de lo que compraba, pero él con técnicas de persuasión me condujo al
cierre y compré; sin embargo a las dos semanas me di cuenta que no valía para nada y
me equivoqué, pero ya había cerrado la negociación, pero ya no pienso volver a comprar
nada con mi primo, he perdido la confianza en él, aunque no fuera su culpa.
Por eso no dejemos que la otra parte se arrepienta después de haber cerrado, déjale
tiempo para que sienta que sus decisiones son convincentes, ayúdale a decidir pero no
lo empujes a ello.
Sin embargo hay veces que el cliente es indeciso y eso nos conduce a una negociación
pesada y duradera, para ello hay que estudiar porque no cierra el cliente, que le ocurre
y como ayudarlo a cerrar
• Poder:
Todo cuanto somos y sucede en nuestras vidas, se originan desde nuestra mente, desde
nuestra forma de percibir y asimilar todo cuanto vemos y pensamos.
Cohen define al poder como “la capacidad o habilidad para conseguir que las cosas se
hagan… para ejercer control sobre la gente, los acontecimientos, las situaciones y sobre
uno mismo”.
Si partimos con una postura de perdida, de inferioridad ante la otra parte, seguro que nos
sentiremos inferiores y tendemos a perder; la herramienta que nos aumenta el poder, es
la información que tenemos de la otra parte; por ello es necesario realizar la matriz de
FODA para conocer las debilidades del otro negociador convirtiéndolo así en nuestras
fortalezas.
Hablando también de poder, es necesario hacer mención a los tomadores de decisión,
porque si negociamos con los no tomadores de decisión, corremos el riesgo de tener una
negociación sin cierre.
Aunque estos estilos son básicos, cada quien toma un comportamiento diferente en cada
negociación y se adecua a las circunstancias, no necesariamente se posiciona en uno
de los cuadrantes sino que más bien se mueve por todos ellos a medida que transcurre
el proceso de negociación. Los negociadores de éxito saben que la flexibilidad es un
elemento clave, pero también saben que el análisis se constituye en un factor de éxito o
fracaso, toman posiciones agresivas o sumisas (aparentemente) de acuerdo con la
situación, están conscientes que habrán momentos en los que deberán improvisar así
como otros en los cuales no habrá espacio sino para el análisis exhaustivo y los
resultados concretos, además, están atentos, no sólo a su plan estratégico, sino tratando
de descifrar el de su contraparte porque con ello estarán un paso adelante.
Cualquiera que sea el estilo que se emplee, lo que sí debería ser seguro, es que al iniciar
un proceso de negociación se deben tener claros por lo menos los siguientes tres
aspectos propios: nuestras necesidades, nuestros propósitos y nuestros deseos; el
hacerlo le brinda al negociador la seguridad propia de quien sabe que va a la batalla bien
entrenado.
CONCLUSIÓN