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«mercado», que es plural, ya que

allí donde el capitalismo ha


mercantiliza- do la sociedad
reformulación más general del predomina un cierto tipo de
capitalismo, que es mercado, pero también existen
otros, bajo diferentes
el que ha creado los actuales ordenamientos sociales y
mercados. Los gobiernos de económicos, muchas veces
izquierda de América Latina han olvidados, otras veces ocultados.
dado algunos pasos en este camino, Por otro lado, el Estado es muy
pero aún falta mucho para lograr heterogé- neo en las condiciones
mercados y Estados que generen actuales, y sus esfuerzos de
bienestar social, desarrollo intervención y regula- ción
económico y cuidado ambiental. económica sufren tensiones y
contradicciones propias del
capitalismo contemporáneo.
la necesidad de regular los
mercados. El fundamentalismo de Al abrirse esta discusión a nuevos
ámbitos y categorías, queda claro
mercado parece derrumbarse
que la solución no es simplemente
El fundamentalismo de mercado «más Estado» frente a «menos
parece derrumbarse mercado», sino que es necesario
abordar la transformación del
Estos debates obligan a considerar capitalismo. En ese recorrido se
cuáles debe- rían ser las relaciones plantea la necesidad de una
entre Estado y mercado: no son regulación social, tanto sobre los
mercados (en plural) y sobre las
pocos los que asumen que el
economías (como espacios de
primero encierra las soluciones a
interacción que van más allá de los
todos los males que ha generado el mercados), pero también sobre el
segundo. Estado.

MERCADOS BAJO EL
plantear el problema como la CAPITALISMO:
búsqueda de una nueva relación
mercado-Es- tado es una
simplificación. Esto se debe a que se como la ampliación del concepto
coloca en un mismo plano, como si de «mercancía» para englobar
nuevos elementos y relaciones, la
fueran categorías análogas, dos
extensión del ámbito del mercado
conceptos que en realidad son muy
competitivo y monetarizado a esas
diferentes y no necesariamente nuevas «mercan- cías» y
conmensurables. Por un lado, la relaciones, y el énfasis en el sector
categoría financiero.
Se pasa a un enfoque utilitarista
Se trató de un proceso múltiple que donde el único fin de la prestación
no estaba restringido a las de servicios es acondicionar a las
interacciones propias del mercado, personas para desempeñar un
ya que también implicó una optimo papel en las esferas
transformación de la po- lítica y la laborales y de mercado
cultura hacia estilos más
individualistas, competitivos y Los nuevos elementos ingresados
materia- listas. Por ejemplo, se al mercado debían contar con
moldearon las expectativas de dueños y expre- sar un valor
consumo (basadas en el sueño de económico. La idea de «capital
poder comprar calidad de vida en el social» o «capital humano» se vol-
mercado) y la gobernanza mundial (c vió un concepto común, y si bien
existen versiones de este concepto
que tienen elementos positivos,
no se puede dejar de advertir el
Poco a poco, elementos que no
hecho, no menor, de haber
habían sido considerados mercancías
pasaron a ser identificados como escogido el término «capital
«bienes y servicios» que debían ser
«gerenciados», que necesariamente
tenían que ser «rentables» y ………
«competitivos», y comenza- ron a
ser transados dentro de marcos Con respecto a la naturaleza: Esta
legales propios del comercio. mercantilización alcanzó su ex-
pansión extrema en relación con la
La salud y la educación, por ejemplo, naturaleza. Se diseñaron, por
pasaron a ser considerados ejem- plo, métodos de valorización
«servicios» del mercado que debían econó- mica de la biodiversidad:
comportarse como mercancías. Una
vez converti- dos en algo que se ; se postuló el concepto de
compra y se vende, debían ser «capital natural»; se defendió la
analizados con los pa- rámetros de la «bioprospección» (un
eficiencia y la rentabilidad comercial

En suma, se desarrolló lo que ha sido


calificado como una «reingeniería de
la sociedad» en muy diversos
aspectos1.
término derivado a la prospección geológica o petrolera); la conservación
co- menzó a ser considerada una forma de inversión, e incluso comenzó a
discutirse en la omc el comercio de «bienes y servicios ambientales»2.

Este tipo de mercado se expandio con la participación de los estados

En el nuevo marco, el Estado-nación protege cierto tipo de relaciones


económicas, asegura los flujos de capital (en especial la inversión
extranjera), manipula las exigencias sociales y ambien- tales para que no
impidan recibir inversiones o mantener flujos exportadores (notablemente
en cuestiones de minería, hidrocarburos y agropecuaria) y asegura la
protección, incluso policial y militar, de los enclaves extractivos.

El estado como amenaza de los derechos políticos y sociales de muchas


comunidades., ya que se centra en proteger los derechos de los inversores
( explotación minera o hidro carburifera.) por eso no se necesita mas
estado. Se define así un Estado que protege los «derechos de los
inversores», pero que a menudo olvida los derechos políticos y sociales de
muchas comuni- dades. Por ejemplo, para aquellos afectados por la
explotación minera o hi- drocarburífera, no tiene mucho sentido reclamar
«más Estado», ya que este es visto como uno de los principales problemas
a resolver, o incluso como un cómplice del mercado que contribuye a
ocultar los impactos sociales o ambientales de estas actividades.

Transfiere el concepto de capital a elementos que no habían sido


categorizados como tal, se introducen conceptos como el capital social,
capital humano, capital natural. En estas instancias, la educación y la salud
pasan a ser elementos activos de intercambio y comercialización, al
categorizarlos como bienes y servicios.

El enorme peso del mercado capitalista contemporáneo también ha


llevado a invisibilizar y ocultar otras formas de mercado, en especial sus
expresiones no capitalistas3. Existen otros mercados basados en principios
distintos: los espacios económicos de solidaridad y asistencia, si bien
tienen un compo- nente capitalista, también discurren por otras lógicas, y
corresponden a las llamadas «economías solidarias». Hay mercados
restringidos a círculos de amigos, o comunidades que operan por el valor
de uso antes que por el valor de cambio. También persisten mercados que
operan mediante el trueque y la reciprocidad, por ejemplo en las
comunidades campesinas andinas.

Muchos de estos espacios de mercado desaparecieron bajo la sombra del


mer- cado capitalista contemporáneo, pero también son marginalizados
en los aná- lisis económicos convencionales, entendiendo, por ejemplo,
que la economía solidaria es una simple cuestión social, o que los
mercados campesinos son re- manentes exóticos que solamente
merecerían la atención de los antropólogos.

Si bien en los últimos tiempos ha quedado en evidencia que el mercado


ca- pitalista predominante encierra serios problemas, el riesgo es entender
estos problemas como «fallas» que podrían ser «reparadas». Esto supone
asumir que el mecanismo esencial del mercado capitalista es correcto,
aunque se

1. J.K.
Gibson-Graham: A Post Capitalist Politics, University of Minnesota
Press, Minneapolis, 2006.
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Estado y mercado en América Latina: una pareja despareja

hayan producido erroresPor ejemplo, se culpa a los fundamentalistas


extre- mos y a los especuladores financieros. La tarea del Estado, según
esta postu- ra, consistiría en reparar ese desperfecto y ajustar la
economía, pero sin una transformación de las dinámicas del capitalismo,
que son justamente las que generan ese tipo de mercados.

El énfasis en un único tipo de mercado hace que algunas aproximaciones


apresuradas terminen equiparando mercado con capitalismo,
confundiendo una cosa con otra, con lo cual se disimulan y hasta ocultan
otros componen- tes, como los políticos y culturales. El capitalismo genera
y recrea estilos de vida, expectativas de consumo, transforma el mundo
del trabajo, promueve sesgos culturales y ciertos estilos políticos, entre
muchas otras cosas4.

Esto, aunque puede resultar obvio, tiene implicancias importantes en el


contex- to del actual debate, ya que no es lo mismo proponer una
regulación sobre el mercado que defender una regulación que involucre al
capitalismo. Por lo tan- to, es necesario adelantar que cualquier regulación
del mercado debe ser parte de un esfuerzo más amplio sobre el
capitalismo como un todo. La reparación del mercado como horizonte de
actuación es insuficiente, y se deben discutir los cambios en las dinámicas
más profundas del capitalismo5. Esto no solo in- volucra al mercado
capitalista contemporáneo, sino que debe construirse desde el
reconocimiento de los mercados como expresiones plurales.
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