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¿QUÉ ES LA ANEMIA?

La anemia se produce porque la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos (que contienen a la
hemoglobina) para transportar el oxígeno al resto del organismo. Tu cuerpo produce tres tipos
de células sanguíneas: los glóbulos blancos (que se ocupan de combatir infecciones), las
plaquetas sanguíneas (que ayudan en la coagulación) y los glóbulos rojos, que se ocupan de
llevar el oxígeno a todas partes del cuerpo.
Los glóbulos rojos se valen de la hemoglobina, una proteína rica en hierro que le da a la sangre
el color rojo que la caracteriza, y además de permitirle a la sangre llevar el oxigeno desde los
pulmones hacia otros lugares, también la ayuda a recolectar el dióxido de carbono de otras
partes del cuerpo para llevarlo a los pulmones, desde donde lo exhalada para eliminarlo del
cuerpo.
Si los glóbulos rojos (y la hemoglobina) son escasos (están por debajo de lo normal), el oxígeno
no puede llegar a todas partes del cuerpo. Se produce así la anemia que, si no se controla,
puede ir provocando problemas más o menos serios de salud, ya que se pueden dañar otros
órganos y el corazón deberá trabajar con mayor esfuerzo, lo que también puede provocar
fallas cardíacas.
Los tipos de anemia
Hay varios tipos de anemia que tienen causas y características específicas:
 Anemia por deficiencia de hierro (cuando el hierro está bajo), una de las más comunes.
 Anemia aplástica (a veces causada por exposición al benceno o a ciertas toxinas; a
infecciones, a algunas medicinas)
 Anemia por hemorragia (pérdida de sangre)
 Anemia por deficiencia de vitamina B12 (anemia perniciosa) o anemia por deficiencia de
ácido fólico o folato (anemia megaloblástica).
 Anemia asociada con ciertas enfermedades crónicas (como artritis reumatoide, VIH/SIDA,
falla renal, etc.)
 Anemias hemolíticas en las cuales se destruyen los glóbulos rojos (pueden ser heredadas
o se pueden desarrollar por infecciones, por ejemplo)
 Anemia asociada a enfermedad de la médula ósea (como: enfermedad
mieloproliferativa, mieloma múltiple, leucemia, linfoma, etc.
 Anemia de células falciformes (drepanocítica), entre otras.
 Otras anemias menos comunes como la talasemia y otras debido a hemoglobinas
defectuosas.
Lo importante es que entiendas que la anemia puede producirse por diferentes motivos:
 Porque la persona pierde mucha sangre. Por ejemplo, por algún accidente, por un
sangrado interno, por alguna cirugía o por cáncer.
 Porque el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos. Esto puede ocurrir porque la
persona lo hereda o por otros factores, como llevar una mala alimentación, porque tiene
concentraciones anormales de ciertas hormonas o cierto tipo de enfermedad crónica.
Frecuentemente, las mujeres embarazadas están anémicas porque aumenta el volumen
de líquido en su cuerpo y hay cambios hormonales.
 Porque los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que tardan en volver a formarse.
Esto también puede ocurrir por herencia o por una enfermedad en el bazo, un órgano
que remueve del cuerpo a los glóbulos rojos viejos y que, si no funciona bien o si está
agrandado, remueve más glóbulos rojos de los que debiera.
Síntomas
A veces, los síntomas de la anemia son leves y puedes no darte cuenta. Los principales son el
cansancio y la fatiga. Pero también podrías sentir:
 palidez
 frío en las manos y los pies,
 dolores de cabeza
 mareos
 irritabilidad
 palpitaciones, latidos del corazón rápidos y/o irregulares
 falta de aire
 dolor en el pecho
 dificultad para concentrarte
De todos modos, es posible que tengas algunas de estos síntomas sin que sea anemia, pues
muchas de ellos son comunes, como los dolores de cabeza leves o el tener las manos frías.
Asimismo, todos pueden indicar otras enfermedades.
Por eso, antes de que te asustes, si notas que los síntomas no desaparecen o si tienes dudas
con respecto a tu estado de salud, no tardes en pedir una cita con tu médico para que pueda
hacerte los estudios necesarios para dejarte tranquilo(a). En general, para detectar la
presencia de anemia, el médico te hará un chequeo físico completo y pedirá un análisis de
sangre. El diagnóstico de anemia se establece con una biometría hemática (en inglés se llama
CBC) que permite la cuenta de los glóbulos rojos, la hemoglobina y el hematocrito.
Factores de riesgo
Ten en cuenta que hay personas que tienen más riesgos que otras de desarrollar anemia.
¿Quiénes son?
 Las mujeres en edad de la reproducción, ya que pierden sangre durante la menstruación.
Sin embargo, la anemia puede presentarse tanto en los hombres como en las mujeres, y a
cualquier edad.
 Las mujeres embarazadas, que pueden tener poco hierro y ácido fólico (folato). Además,
durante los primeros seis meses del embarazo, el plasma, que es la parte líquida de la
sangre, aumenta con más rapidez que los glóbulos rojos y puede provocar anemia.
 Los bebés que nacen antes de tiempo (bebés prematuros), durante el primer año de vida,
y los niños entre 1 y 2 años que no reciben suficiente hierro en la alimentación.
 Los adultos de edad avanzada.
 Las personas que tienen antecedentes familiares de anemia, como la anemia de células
falciformes o las talasemias.
 Los que pierden mucha sangre por una cirugía, un accidente o una lesión.
 Quienes sufren infecciones prolongadas o tienen enfermedades crónicas o graves, como
enfermedad renal, cáncer, diabetes, artritis reumatoide, infección por el VIH, SIDA,
enfermedades inflamatorias en el intestino, enfermedad en el hígado, insuficiencia
cardíaca y enfermedades de la tiroides.
 Quienes llevan una dieta baja en hierro, vitaminas o minerales, para producir glóbulos
rojos. El cuerpo necesita hierro, vitamina B-12, ácido fólico y otros nutrientes que obtiene
de los alimentos que consumes. (La deficiencia de vitamina B-12 es común en los
vegetarianos que no comen productos lácteos, ni huevos).
Prevención
Algunos tipos de anemia se pueden evitar si llevas una alimentación sana. Por ejemplo, para
que no te falte hierro puedes comer carnes rojas, vegetales de hojas verdes, frutas secas y
nueces. La vitamina B-12 la puedes obtener de los lácteos y de la carne, entre otros alimentos.
Y al ácido fólico lo encuentras en jugos de frutas cítricas como el limón y la naranja, en los
vegetales de hojas verdes, las legumbres y los cereales fortificados.
En general, una dieta saludable es suficiente para obtener todos estos nutrientes, aunque a
veces tu médico podría indicarte que tomes hierro, por ejemplo, si tu periodo es muy
abundante (pero no los tomes sin su aprobación o sin antes consultarlo con un especialista).
También puedes evitar la anemia si se combate su causa. Es el caso de las anemias causadas
por otras enfermedades, como las que mencionamos anteriormente.
Por su puesto, si la anemia es de tipo hereditario no es posible prevenirla, pero en la mayoría
de los casos las anemias pueden ser tratadas y controladas. Si tienes síntomas, consulta a tu
médico y si hay dudas con respecto a la causa de a anemia, el especialista es el hematólogo.
Sólo estableciendo la causa se puede establecer el tratamiento adecuado. Una vez que se trata
la anemia podrás recuperar las energías, mejorar tu calidad de vida y evitar complicaciones.

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