Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Biofase es una empresa mexicana que descubrió en la semilla del aguacate una fórmula
para crear popotes que se degradan en 240 días y no en casi cien años como los de plástico.
“
La gente todavía es renuente a pagar más por algo que proteja al medio
ambiente
Scott Munguía
Tras año y medio de investigación en el laboratorio de su escuela, encontró ‘la receta
secreta’, en la que se extrae una molécula de la semilla, se sintetiza para convertirse en
biopolímero, se moldea y finalmente se obtiene plástico biodegradable.
“Yo crecí escuchando los problemas de contaminación y por eso sabía que mi negocio tenía
que enfocarse en problemáticas importantes y una de esas es el plástico, por eso estuve
buscando una cierta molécula parecida a lo que ya se utiliza ahorita para hacer plástico
biodegradable pero con otras fuentes”, cuenta Scott Munguía.
“Trataba de ir buscando en cosas que fueran desechos, algo que pudiera ser útil y me
encontré con el aguacate”.
Para 2013, Munguía ya había patentado esta tecnología y fundado la empresa, sin
embargo, quería llevar a su invento más allá de las probetas y matraces, por lo que en 2015
instaló su primera planta de bioplástico, única en su tipo, con sede en Morelia,
Michoacán, y en la que primero sólo se fabricaba bioplástico.
La venta de plástico ‘ecofriendly’ como materia prima no fue suficiente para Biofase,
quería fabricar objetos que la gente reconociera y comprara, así que en 2016 abrió otra
planta enfocada en fabricar cubiertos y desde febrero de este año comenzó con
los popotes.
Sin embargo, el emprendedor señala que la aceptación en el mercado no es fácil. “La gente
todavía es renuente a pagar más por algo que proteja al medio ambiente”, considera.
Pese a que México es su segundo mercado más importante, los supermercados no son su
fuerte, ya que les hacen pedidos de dos cajas (una caja de 2 mil piezas cuesta 350 pesos). A
los que sí les vende es a los distribuidores de restaurantes como Fiesta Americana, P.F.
Changs y Chillis.
En cuanto a la competencia, Scott Munguía dice que las empresas que hacen popotes
biodegradables generalmente utilizan el maíz, y que algunas llegan a vender la caja hasta
mil pesos más caros, y que además los traen de China.
“Un bioplástico tiene que ser sustentable… ¿Cómo uno hace bioplástico de alimento? Tanta
gente muriéndose de hambre, hay tanto problema con los costos del maíz que es absurdo e
incongruente, y sí es biodegradable, pero no hay que quitarle el alimento a la gente, es
como si hiciéramos nuestra ropa de tortillas o de arroz, menos si estás tratando de resolver
una problemática ambiental”, remata Munguía.