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2014
LUCERO GUILLERMINA GÒMEZ VALENZUELA
UNADM
AL13504316
BIOTECNOLOGIA
PROFESORA: MONICA BENITEZ MANDUJANO
EVIDENCIA DE APRENDIZAJE 2DA UNIDAD
Los biocombustibles existen desde la invención de los automóviles. A principios del siglo XX,
Henry Ford consideró usarlos para mover sus famosos Modelos T con etanol e incluso los
primeros motores diésel llegaron a funcionar con aceite de cacahuete.
De hecho, la gasolina y el diésel son biocombustibles prehistóricos. Pero se les conoce con el
nombre de combustibles fósiles porque están hechos de plantas y animales que han estado
enterrados durante millones de años. Los biocombustibles son similares, excepto que se
fabrican a partir de plantas cultivadas en la actualidad.
La mayor parte de la gasolina en los Estados Unidos está mezclada con un biocombustible: el
etanol. Es el mismo material de las bebidas alcohólicas, excepto que está hecho de maíz, pero
sometido a un intenso tratamiento. Existen distintas formas para fabricar biocombustibles,
generalmente se usan reacciones químicas, fermentación y calor para descomponer los
almidones, azúcares y otras moléculas de las plantas. Los productos residuales se refinan
posteriormente para producir un combustible que pueden usar los coches.
Varios países del mundo están utilizando distintas clases de biocombustible. Durante décadas,
Brasil ha fabricado etanol a partir de la caña de azúcar y algunos vehículos funcionan con
etanol puro y no como aditivo a los combustibles fósiles. Y el biodiesel, un combustible similar
al diesel fabricado del aceite de palma, está disponible generalmente en Europa.
Dicho así, parecería que los biocombustibles son la gran solución. Los automóviles son grandes
emisores de dióxido de carbono, el peor gas de efecto invernadero causante del calentamiento
global. Pero como las plantas absorben dióxido de carbono mientras crecen, los cultivos
destinados a la fabricación de biocombustible absorben tanto dióxido de carbono como el que
emiten los escapes de los vehículos que los queman. Y a diferencia de las reservas petrolíferas
subterráneas, los biocombustibles son un recurso renovable ya que siempre podemos cultivar
más para producir biocombustible.
Uno de los argumentos que se ofrecen para promover los biocombustibles es que su impacto
ambiental sería menor que el de los combustibles fósiles. En un estudio realizado por Jorn
Scharlemann y William Laurence, del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales, se
midió la influencia de los biocombustibles en las emisiones de CO2. Los autores del estudio
concluyen que 80% de los biocombustibles reducen las emisiones de CO2 en un 30%. El etanol
reduciría las emisiones en 13% y el biodiesel en 79%, comparados con el diesel petrolero.
Además, según este estudio, se producen menos partículas suspendidas y hollín, que son
nocivos para el sistema respiratorio. Scharlemann y Laurence señalan también que la relación
entre la energía invertida y la obtenida (balance energético) del biodiesel es positiva; por cada
unidad de energía fósil invertida en producirlo el biodiesel da 3.2 unidades de energía. En el
etanol obtenido a partir de la fermentación del azúcar, el rendimiento energético es de 1.98
unidades; es decir, se obtiene casi el doble de la energía invertida.
Sin embargo, otros autores no dan cuentas tan alegres; ellos afirman que los cultivos de los
que se extraen biocombustibles presentan balances energéticos negativos: para producirlos se
necesita invertir más energía de la que se obtiene. Por ejemplo, se ha calculado que, en el caso
del etanol de maíz, por cada unidad de energía fósil gastada en su producción se recuperan
0.78 unidades; y que en el peor de los casos (el del biodiesel producido a partir de la soya) se
recuperan 0.53 unidades, ¡la mitad de lo invertido!
Estos cálculos permiten concluir que los balances energéticos del biodiesel y del bioetanol
dependen en gran medida de la materia prima que se elija, la eficiencia tecnológica, el proceso
utilizado y el lugar donde se producen los cultivos; es decir, si se usan campos ya abiertos al
cultivo o se eliminan ecosistemas naturales para establecerlos. En nuestro país se ha
comenzado a fomentar el cultivo de la palma aceitera, el pino piñonero y diversas especies del
género Jatropha como materias primas de biocombustibles, aunque todavía se debate la
conveniencia de producir biocombustibles. Rafael Elvira Quesada, secretario del Medio
Ambiente y Recursos Naturales, ha opinado que el etanol producido a partir del maíz no es una
buena opción para México.
Incluso si se toman en cuenta sólo los combustibles fósiles empleados durante el proceso de
cultivo, el balance de CO2 es negativo, ya que se genera más dióxido de carbono del que
absorben las plantas durante su crecimiento. Además, en las fábricas de destilación y
fermentación de etanol se utilizan combustibles fósiles, y también para cosechar y transportar
las cosechas hasta la planta industrial. En 2006 Tad Patzek, de la Universidad de California en
Berkeley, calculó las emisiones de otros gases de efecto invernadero (como óxidos de
nitrógeno, metano, etc.) que se generan durante el proceso de cultivo y fabricación de
biocombustibles, y lo que éstas equivalen en toneladas de CO2. El resultado fue que, por cada
hectárea de maíz dedicada a la producción industrial de etanol en Estados Unidos, se liberan a
la atmósfera tres toneladas de CO2, lo que no puede considerarse una ventaja ambiental
desde ningún punto de vista.
Por si fuera poco, la combustión del etanol produce como desecho formaldehído y
acetaldehído, sustancias cancerígenas. También se cree que su uso podría elevar las emisiones
de óxido nítrico y otros compuestos orgánicos gaseosos precursores del ozono.
En el futuro los expertos consideran que será mejor hacer biocombustibles a partir de
gramíneas y arboles pequeños ya que contienen más celulosa.
Los biocombustibles provienen de la biomasa, o materia orgánica que constituye todos los
seres vivos del planeta. La biomasa es una fuente de energía renovable, pues su producción es
mucho más rápida que la formación de los combustibles fósiles.
Entre los cultivos posibles de utilizar para la elaboración de biocombustibles, están los de alto
tenor de carbohidratos (caña de azúcar, maíz, mandioca), las oleaginosas (soja, girasol, palmas)
y las esencias forestales (eucalipto, pinos).
En gran parte del mundo, la leña (o carbón vegetal) que se obtiene a partir de la madera sigue
siendo el principal biocombustible empleado para la cocina, la calefacción y la luz. Esta fuente
de energía es un recurso renovable si se obtiene a partir de bosques convenientemente
reforestados. Asimismo, muchos vehículos utilizan biocombustibles a base de metanol y etanol
mezclado con gasolina. Se puede obtener etanol a partir de la caña de azúcar, de la remolacha
o el maíz. En algunos países como la India y la China producen biogás a partir de la
fermentación natural de desechos orgánicos (excrementos de animales y residuos vegetales).
LA OBTENCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES:
Cada técnica depende del tipo de biomasa disponible. Si se trata de un material seco puede
convertirse en calor directo mediante combustión, el cual producirá vapor para generar
energía eléctrica. Si contiene agua, se puede realizar la digestión anaeróbica que lo convertirá
en metano y otros gases, o fermentar para producir alcohol, o convertir en hidrocarburo por
reducción química. Si se aplican métodos termoquímicos es posible extraer metanol, aceites,
gases, etc. El método de la digestión por el cual se obtiene biogás es el más empleado.
Biodisel
Bioetanol
El bioetanol se produce (al igual que la cerveza) a partir de la fermentación por levaduras de
los azúcares que se encuentran en los tejidos vegetales. Se obtiene de plantas con un alto
contenido de azúcares o celulosa, separando posteriormente, por destilación, los diferentes
componentes líquidos de una mezcla de etanol y agua. El bioetanol puede mezclarse con la
gasolina
BIOTECNOLOGÍA Y BIOCOMBUSTIBLES:
Bibliografía
http://porquebiotecnologia.com.ar. (s.f.).
http://usuarios.lycos.es/biodieseltr/hobbies4.html, F. (s.f.).
http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/123/los-biocombustibles. (s.f.).
http://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/calentamiento-global/biofuel-profile.
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