Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
CAPÍTULO 1
Introducción
Pablo escribió esta carta alrededor del año 56 D.C. cuando estaba en la ciudad de
Corinto. Pablo no había visitado aún la Iglesia de Roma. El deseaba ir allá y oraba que
Dios hiciera posible esta visita (Romanos 1:10-12; 15:23-24). Esto hace que la carta a
los Romanos sea especial. La mayoría de las otras cartas fueron escritas a iglesias a las
cuales él había ministrado personalmente. Pero aquí había una iglesia (la iglesia de
Roma) donde Pablo no había estado y donde Pablo no había enseñado. Podríamos hacer
esta pregunta: ¿Qué enseñará Pablo cuando llegue a Roma? En este libro de Romanos,
Pablo da una presentación preliminar del contenido de su ministerio de enseñanza. Lo
que Pablo expone en estos 16 capítulos es nada menos que una obra doctrinal maestra.
¿De qué se trata el cristianismo? ¿Cuál es su mensaje central? ¿Cuál es el verdadero
evangelio de Dios? ¿Cuáles son realmente las buenas nuevas de salvación? ¿Qué clase
de mensaje predicaba el más grande de todos los apóstoles de la iglesia dondequiera
que fuera? Para encontrar la respuesta a todas estas preguntas debemos volver al libro
doctrinal más importante del Nuevo Testamento—la epístola de Pablo a los Romanos.
Romanos 1:1
Observa la primera frase (¿dónde encuentras el primer punto?). Tiene 124 palabras en
la versión Reina Valera 1960. Este es el estilo característico de Pablo (ver Efesios 1:3-
14). El Apóstol Juan tenía un estilo diferente (frases cortas y sencillas, sin embargo
profundas) –ver Juan 4:8, 19 etc. La doctrina correcta en cuanto a la inspiración de las
Escrituras va más allá de la idea de un dictado mecánico. Las diferentes personalidades
y estilos de los escritores humanos son claramente observables y, sin embargo, lo que
escribieron está sin error y es exactamente lo que Dios quería decir —ver 2 Pedro 1:20-
21 y 2 Timoteo 3:16. Cada escritor bíblico tenía su propio estilo y característica, sin
embargo Dios los usó como Sus escribientes para anotar exactamente lo que el Señor
quería que fuese incluido en Su Palabra.
De acuerdo al Nuevo Testamento, ¿qué sucedió para causar tal cambio? ¿Qué causó la
conversión de Saulo de Tarso? Ver 1 Corintios 9:1 --“¿No he VISTO a Jesús, el Señor
nuestro?” y compare con Hechos 9:3-6 y 1 Corintios 15:8. Críticos hostiles del
cristianismo tienen que dar una explicación satisfactoria para la conversión de Pablo.
George Lyttelton (1709-1773) estudió la conversión de Pablo con la intención de
desaprobar el cristianismo. Como resultado de su investigación, él se convirtió. En su
notable escrito, “Observaciones sobre la conversión de Pablo”, expone cuatro
proposiciones que parecen agotar todas las posibilidades del caso:
Pablo fue un impostor que dijo algo que él sabía que era falso, con la intención
de engañar (él en realidad no vio al Cristo resucitado, pero dijo que lo vio).
El fue engañado por el fraude de otros (de alguna manera otros lo hicieron pensar
que había visto al Cristo resucitado).
Dios tenía un ministerio único y especial para Pablo y los demás apóstoles. ¿HAY AÚN
APÓSTOLES EN LA IGLESIA HOY?
En Efesios 2:20 se dice que los apóstoles son hombres “fundamentales”. Un fundamento
se coloca solo una vez, al comienzo del proyecto de edificación. Los apóstoles fueron
necesarios al comienzo de la edad de la iglesia para llevar a cabo su especial ministerio
de “fundación”.
Hoy en día nadie satisface los requisitos de un apóstol, porque un apóstol tenía que
haber VISTO al CRISTO RESUCITADO (1 Corintios 9:1; 15:8-9 y Hechos 1:22— cuando
buscaban un reemplazante para Judas). Cristo no se aparece a los hombres hoy (1 Pedro
1:8; Juan 16:10).
Aplicación: ver Hechos 2:42. Hoy día no tenemos apóstoles, pero tenemos la DOCTRINA
o la ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES. Hoy no tenemos al Apóstol Pablo, pero tenemos la
DOCTRINA DEL APÓSTOL PABLO, es decir el LIBRO DE ROMANOS (y sus otros escritos
que ahora forman parte de las Escrituras).
Hay un aspecto negativo en la separación (separación del pecado, de las cosas del
mundo, etc.), pero este versículo enfatiza uno de los aspectos positivos (no SEPARACIÓN
DE sino SEPARACIÓN PARA). La dedicación y devoción de Pablo hacia el evangelio de
Dios se ve en Romanos 1:16; 1 Corintios 1:17-18; 2:1-2; 9:16; 15:1-4; Efesios 6:19-
20; Hechos 20:21, 24.
Frase clave en el libro de Romanos = EL EVANGELIO DE DIOS (de esto se trata el libro de
Romanos)
En ningún lugar de la Biblia las buenas nuevas de salvación son expuestas con más
claridad que en el Libro de Romanos. Pablo presenta el evangelio de Dios hábil y
sistemáticamente en esta epístola. Hoy en día hay mucha confusión en cuanto a lo que
es realmente el evangelio y cómo ha de ser presentado. Estudiemos con cuidado como
Pablo define y explica y presenta el evangelio y no olvidemos quién fue el que enseñó a
Pablo el evangelio (ver Gálatas 1:11-12). Debemos estar también en alerta frente a los
EVANGELIOS FALSOS (ver Gálatas 1:6-9).
Romanos 1:2
Romanos 1:2
“Las Santas Escrituras” – compare lo que está escrito en la tapa de la mayoría de las
Biblias (SANTA BIBLIA). Santo = apartado. La Biblia es puesta aparte y es diferente de
todos los demás libros. Es único en su clase. Es un libro absolutamente único. Es el único
libro inspirado por Dios (2 Timoteo 3:16). Como alguien ha dicho, “Yo creo en la Biblia
de tapa a tapa y creo hasta en la tapa (SANTA BIBLIA)”. Tratemos a la Biblia siempre
con respeto, sabiendo que es la Santa Palabra de Dios.
Romanos 1:3-4
1. Su humanidad (Romanos 1:3 y ver también Juan 1:14; Mateo 1:1; 1 Timoteo
2:5). ÉL fue hecho (ver Juan 1:14) del linaje de David según la carne. Por
estirpe real, Cristo era descendiente de David. ¿Por qué Dios se hizo hombre?
Hebreos 2:9 nos ayuda a responder esta pregunta.
2. Su deidad (Romanos 1:4 y ver también Juan 1:1, 20:28; Tito 2:13; 1 Juan
5:20, etc.) ÉL se hizo hombre, pero ÉL nunca dejó de ser Dios. El término “Hijo
de Dios” indica la completa deidad de Cristo. Así es como los judíos del primer
siglo entendieron el término (ver Juan 5:17-18).
Nota: Leer Mateo 22:41-46. Los judíos sabían que el Mesías tenía que venir del linaje
de David (Mateo 22:42). Los judíos también entendían que el Salmo 110:1 se refería al
Mesías: “Jehová(aludiendo a Dios el Padre) dijo a mi (el pronombre “mi” se refiere a
David, el autor del Salmo) Señor (“Adonai”, que significa “Señor” o “Maestro”, y aquí se
refiere al Mesías o a Cristo). Los judíos quedaron confundidos con la pregunta de nuestro
Señor (Mateo 22:45-46) que simplemente era esta: ¿CÓMO PUEDE EL HIJO DE DAVID
SER TAMBIÉN EL SEÑOR DE DAVID? Pablo responde esta pregunta en Romanos 1:3-4.
Compare Romanos 1:3-4 con Romanos 9:5 (¿ves el énfasis tanto en Su humanidad como
también en Su deidad?).
“Por la resurrección”—La resurrección fue la comprobación final de que Jesucristo era
todo lo que Él afirmaba ser (comparar Mateo 12:38-40 y Juan 2:18-21).
Jesucristo resucitó de los muertos o bien no resucitó. Explique los problemas y las
deficiencias de las siguientes teorías falsas:
“Con poder” –En el Antiguo Testamento, cuando Dios quería resaltar Su gran poder, Él
señalaba el milagro del cruce del Mar Rojo (Deuteronomio 26:8; Éxodo 32:11;
Deuteronomio 4:37; 2 Reyes 17:36, etc.). No encontramos ésto en el Nuevo
Testamento. Hoy día, cuando Dios quiere resaltar Su gran poder, ÉL llama nuestra
atención hacia ¿qué evento (Efesios 1:19-20; Filipenses 3:10)?Cuando Dios quiere que
veamos Su amor, ÉL nos señala la cruz (Juan 3:16; Romanos 5:8; 1 Juan 4:10); cuando
Dios quiere que veamos Su poder, ÉL nos señala la tumba vacía.
Romanos 1:5
Hoy en día Dios está visitando a los gentiles (naciones) y está tomando de ellos pueblo
para Su Nombre (Hechos 15:14). Cristo está edificando Su Iglesia (Mateo 16:18). El
término “iglesia” (griego-ekklesia), se refiere a la asamblea de los ‘llamados-fuera’ por
Dios. Dios está llamando a personas para que tengan comunión con ÉL (1 Corintios 1:9).
¿Dios te ha llamado a ti de las tinieblas a Su luz admirable (1 Pedro 2:9)?
Romanos 1:7
1. Ellos eran “amados de Dios”. Eran muy amados por Dios. Aprenderemos más
sobre el gran y asombroso amor de Dios en Romanos 5.
2. Ellos eran “llamados a ser santos”. Un santo es alguien que “ha sido apartado,
una persona que ha sido separada del pecado y separada para el servicio de
Cristo”. Cada creyente es un santo, pero a menudo los creyentes no viven muy
santamente. Aprenderemos como vivir santamente en Romanos capítulo 6 y
siguientes.
Romanos 1:8-13
Hay al menos ocho cosas sobre la oración que podemos aprender de estos versículos:
Pablo daba gracias a Dios por los cristianos que vivían en Roma, y estaba especialmente
agradecido por su FE. Esta gente era FAMOSA POR SU FE. Su fe les había ganado una
reputación mundial (compare 1 Tesalonicenses 1:8 donde aprendemos que los cristianos
tesalonicenses también eran conocidos por su fe). ¿Qué es la FE? En la Biblia hay dos
definiciones sencillas de la fe que se encuentran en Romanos 4:21 y Hechos
27:25. (Compare la Iglesia de Roma del primer siglo, a la cual Pablo escribió, con la
Iglesia de Roma de hoy. La Iglesia de Roma actual también es famosa – famosa por sus
tradiciones, sus sacramentos, sus rituales, el liderazgo del papa, etc. – pero no es
famosa por su fe en Dios y en Su Palabra). Pablo estaba agradecido de que en la capital
pagana del Imperio Romano hubiese personas que adoraban y creían en el verdadero
Dios vivo.
No podemos acercarnos a Dios por otro camino (Juan 14;6). ÉL es nuestro gran
MEDIADOR (1 Timoteo 2:5) y aparte de ÉL, la oración sería imposible. Por eso oramos
“en el Nombre de Jesús”.
3. La oración debería ser constante (versículo 9)
Pablo oraba por los romanos “sin cesar” (versículo 9 y comparar con 1 Tesalonicenses
5:17). Esta misma expresión se usa para describir la TOS PERSISTENTE (toser sin
cesar). Tal como la tos persistente permanece con una persona durante el día, así la
preocupación de Pablo por los creyentes romanos lo acompañaba de continuo.
Dios era el testigo de Pablo. Dios sabía como era realmente la vida de oración de Pablo.
Otras personas no pueden ser testigos de tu vida de oración; sólo Dios puede serlo.
Pablo no solo pretendía ser un hombre de oración. Pablo sabía que su vida de oración
era genuina y él sabía que Dios sabía.
Pablo hizo en su oración una petición específica. El oró por un “próspero viaje”. No hay
detalle en tu vida que sea tan trivial que no lo puedas hacer materia de oración. Si Dios
está preocupado de alimentar a las aves y de vestir a los lirios, él ciertamente estará
preocupado por el viaje de Pablo a Roma. ¿Vive el hombre desprovisto de paz, gozo y
santo amor? Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.
Note la frase clave:”por la voluntad de Dios”. Compare con la oración de Jesús en Lucas
22:42. Pablo no exigía a Dios u ordenaba a Dios o imponía a Dios lo que él quería. El
simplemente hacía una petición y deseaba que su petición fuese otorgada solamente si
era la voluntad de Dios.
¿Tenía Pablo buenas razones para pedir un “próspero viaje” a Roma? ¿Por qué deseaba
Pablo ir a Roma? 1) El quería hacer la voluntad de Dios (versículo 10); 2) El quería
confirmar (fortalecer) a los creyentes romanos en la Roca, Cristo Jesús (versículo 11);
3) El quería confortar y animar a estos creyentes (como también ser confortado y
animado por ellos)— (versículo 12). Las razones de Pablo eran buenas razones. El estaba
preocupado por la gloria de Dios y por el bien de otros.
¿CÓMO CONTESTÓ DIOS LA ORACIÓN DE PABLO? Pablo deseaba mucho ir a Roma (ver
versículo 11—“porque deseo (un fuerte anhelo) veros” – compare 1 Pedro 2:2, donde se
usa la misma palabra para describir el hambre del nuevo creyente por la Palabra de
Dios). Ver también Romanos 15:23-24. Roma había sido incluida muchas veces dentro
del itinerario de viaje de Pablo, pero una y otra vez, Pablo se vio impedido de hacer este
viaje (Romanos 1:13 y Romanos 15:22). Una razón por la cual Pablo quería ir a Roma
se encuentra en Romanos 1:13. Otra razón es sugerida en Hechos 9:15. Pablo sabía que
Dios le había dado un ministerio especial “a los reyes” y no había mejor lugar que Roma
para encontrar a un rey. EL REY (César, el emperador romano) vivía allí.
¿Contestó Dios la oración de Pablo? ¿Llegó Pablo finalmente a Roma? Sí, pero de una
manera muy inusual. Dios no contesta siempre nuestras oraciones como nosotros
pensamos. El próspero viajede Pablo (ver Romanos 1:10) resultó ser uno de los más
ingratos y peligrosos viajes a través del Mar Mediterráneo que puedas imaginarte
(descrito con detalle en Hechos capítulo 27). El viaje no fue ciertamente como Pablo lo
había esperado. Pablo también llegó a Roma bajo circunstancias muy inusuales. EL FUE
LLEVADO ALLÁ COMO PRISIONERO. La oración de Pablo fue contestada, pero de una
forma muy inusual. Como dice el autor del himno:
Romanos 1:14
“Deudor” = yo debo algo. Tengo una obligación. Tengo la tarea del evangelio. Compare
1 Corintios 9:16. “Griegos y no griegos” son dos clases de gentiles. Los griegos eran
los que estaban bajo la influencia de la cultura y del lenguaje griegos (el lenguaje griego
era el lenguaje universal y común del Imperio Romano y la carta de Pablo a los Romanos
fue escrita griego, no en latín ni en hebreo). Los no griegos eran extranjeros, los que no
estaban bajo la directa influencia de la cultura griega (ver Hechos 28:2, 4).
Romanos 1:15
“pronto estoy” = listo, dispuesto, deseoso (compare Hechos 17:11 –“con toda
solicitud”).
Romanos 1:16
“todo aquel” –El evangelio de Dios no es para un grupo selecto, sino para todos.
“que cree” – el evangelio tiene que ser creído (responsabilidad humana). Dios salva,
pero el hombre tiene que creer. La fe es la mano del corazón que se extiende y recibe
el don de la salvación de Dios (Romanos 6:23).
“salvación” –todo aquel que cree el evangelio es salvo (comparar Hechos 16:30-31; 1
Corintios 1:21; 1 Corintios 15:1-2; Lucas 8:12; Juan 6:47; etc.)
Al Judío Primeramente
Pablo usó aquí palabras muy firmes: “ERA NECESARIO”. Era absolutamente esencial que
el evangelio llegase primero a los judíos. Aquí hay varias razones por las cuales la Palabra
de Dios debía ser predicada primero a los judíos:
1. El evangelio debía llegar primero a los judíos porque la “SALVACIÓN viene de los
JUDÍOS” (Juan 4:22). El Salvador Mismo era judío. Puesto que la salvación viene
de los judíos, es justo que el glorioso mensaje de salvación llegara PRIMERO a
los judíos.
2. El evangelio debía llegar primero a los judíos porque Cristo vino al mundo con el
propósito de salvar a “Su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). “Su pueblo” es
una clara referencia al pueblo de Israel (comparar Mateo 2:6 y Hechos 10:42,
donde “al pueblo” se refiere más probablemente a los judíos). Correspondía
entonces que el mensaje y las bendiciones de salvación llegaran primero a Israel
(compare Hechos 3:26).
3. El evangelio tenía que llegar primero a los judíos, porque a los judíos fueron
dadas las Escrituras hebreas (los 39 libros). Ver Romanos 3:1-2 y 9:4. Ellos,
antes que cualquier otro pueblo, deberían haber reconocido al Salvador
prometido y deberían haberle aceptado como al Cristo, el Mesías de Israel. No es
extraño, entonces, que fuera la costumbre de Pablo ir a la sinagoga de los judíos
el día sábado y que argumentara con ellos desde las Escrituras, demostrándoles
claramente que Jesús de Nazaret era el Mesías prometido. Dios envió el evangelio
primero a los judíos, porque ellos deberían haber sido los PRIMEROS en reconocer
al Cristo del evangelio como Aquel que fue prometido antes en la ley y en los
profetas.
4. El evangelio tenía que llegar primero a los judíos porque Dios quería mostrar que
Él es un Dios misericordioso. ¿Merecían los judíos ser LOS PRIMEROS en escuchar
el evangelio? Ellos fueron los que rechazaron y crucificaron a su Mesías (ver
Mateo 27:22; Hechos 2:23; 2:36; 3:14-15; 5:30; 7:52; 10:39; 13:27-28; 1
Corintios 2:8; Zacarías 12:10; 1 Tesalonicenses 2:14-16). Ellos deberían haber
sido los últimos en escuchar. De hecho, ellos no merecían siquiera escuchar. Ellos
han rechazado a su Salvador, pero Dios no los ha rechazado a ellos. Cuán
benevolente es Dios para alcanzar primero y principalmente al pueblo judío, que
no lo merecía. Cuando el pecado de Israel fue grande, la gracia de Dios fue aún
mayor (compare Romanos 5:20).
C. H. Mackintosh explica bellamente el benevolente trato de Dios para con los judíos:
ÉL les dice “comenzando desde Jerusalén”. Sí, Jerusalén, donde nuestro Señor
fue crucificado; donde toda indignidad que la enemistad humana podía inventar
fue descargada sobre Su divina Persona; donde asesinos y ladrones fueron
preferidos antes que “Dios manifestado en carne”; donde la iniquidad humana
hubo alcanzado su punto culminante al clavar al Hijo de Dios a una cruz
destinada a malhechores—allí debían comenzar los mensajeros su bendita
obra; ése debía ser el centro de sus beneficiosas operaciones; y desde allí
debían viajar hasta los últimos confines de la tierra habitada. Ellos debían
empezar con los “pecadores de Jerusalén” – con los asesinos del Hijo de Dios,
y luego salir y publicar en todo lugar las gloriosas noticias, para que todos
conocieran la preciosa gracia de Dios, que fue suficiente para responder a la
infame culpabilidad de Jerusalén misma.
¡Cuán glorioso es todo ésto! Los culpables asesinos del Hijo de Dios fueron los
primeros en recibir el dulce relato del amor perdonador, para que todos los
hombres pudieran ver en ellos un ejemplo de lo que la gracia de Dios y la sangre
de Cristo pueden hacer. Ciertamente, la gracia que puede perdonar a los
pecadores de Jerusalén, puede perdonar a cualquiera; la sangre que puede
limpiar a los traidores y asesinos del Cristo de Dios, puede limpiar a cualquier
pecador que está afuera de los recintos del infierno. Mientras estos mensajeros
de salvación recorrían nación tras nación, podían decir a sus oyentes de dónde
venían; podían hablar de la superabundante gracia de Dios que había
comenzado a operar en el lugar más culpable de la faz de la tierra, y que era
ampliamente suficiente para encontrar al más vil de los hijos de Adán”.
Romanos 1:17
“por fe” – El hombre tiene que recibir y apropiarse esta justicia POR FE. Dios usó este
versículo (Romanos 1:17) para abrir los ojos de Martín Lutero. Mientras meditaba en
este versículo, repentinamente comenzó a comprender que la justificación es POR FE,
no por esfuerzo humano, no por buenas obras, no por sacramentos, no por rituales o
por cualquiera de esas cosas, sino por fe en Jesucristo. Lutero mismo dijo, “Porque Dios
no quiere salvarnos por nuestra propia (justicia) sino por una justicia ajena, una que no
tiene su origen en nosotros mismos, sino que nos viene de afuera, que no procede de la
tierra, sino que viene del cielo (Comentarios de Romanos). Esta doctrina de
la JUSTIFICACIÓN POR FE llegó a ser uno de los tres grandes pilares de la Reforma (los
otros dos fueron LA AUTORIDAD SUPREMA DE LA BIBLIA y EL SACERDOCIO UNIVERSAL
DE LOS CREYENTES).
Romanos 1:18
Dios tiene que juzgar y tiene que derramar su ira sobre todo lo que no alcance Su norma
de justicia. ¿Logras tú alcanzar la norma de la perfecta justicia de Dios? 1) ¿Alcanzas la
norma comparándote con Jesucristo, el único hombre realmente justo? 2) ¿Alcanzas la
norma enfrentado a la justa ley de Dios (especialmente a los 10 Mandamientos)? ¿Has
guardado fielmente todos estos mandamientos? Si somos honestos ante Dios y ante
nosotros, ¿a qué conclusión debemos llegar (Romanos 3:10)?
Hoy en día, el evangelio se presenta a menudo sobre la base del beneficio personal.
Aquí hay un ejemplo de tal presentación sacado de un tratado del evangelio:
Debemos admitir que estas cosas son ciertas. Satisfacción, felicidad, libertad y muchos
otros beneficios se encuentran en Cristo Jesús y la vida cristiana es la única vida que
vale la pena ser vivida. Pero, ¿debemos presentar el evangelio sobre esta base? ¿Era
éste el acercamiento de Pablo? Hay muchas, muchas personas inconversas que
piensan que son muy felices. Están relativamente satisfechas con la vida, las cosas
van bien con ellos y disfrutan lo que están haciendo. Están satisfechas con su estilo
de vida y no ven ninguna razón apremiante para hacerse cristianos. “El cristianismo
está bien para ti si te hace feliz”, dicen, “pero yo me siento contento y feliz con la
manera en que estoy viviendo ahora”. Ellos no ven su NECESIDAD de Cristo.
La gente tiene que ver cuan NECESITADA está. La gente tiene que ver
cuanto necesitan la salvación que se les ofrece en Cristo. Después de leer los primeros
tres capítulos de Romanos, te darás cuenta que tienes un cáncer mortal en tu alma
(el pecado) y que nada puedes hacer para sanarte a ti mismo. El único remedio se
encuentra en Cristo (“La vida es corta, la muerte es segura; el pecado es la causa,
Cristo es la cura”).
Otro pensamiento más: Si la gente viene a Cristo por causa de los beneficios
personales, puede estar viniendo por las razones equivocadas. Jesús vino para
salvarnos de nuestros ___________________ (Mateo 1:21), no de nuestra infelicidad
o de la soledad o de nuestra fracasada manera de vivir. Estas cosas son síntomas
superficiales de un problema mucho más serio y fundamental: el hombre no está en
la relación correcta con su Creador por causa del PECADO. Cuando este problema
fundamental es resuelto, los problemas superficiales menores también quedarán
corregidos. Tristemente, la mayoría de la gente ignora cual es en verdad el gran
problema. La cosa que menos les preocupa, es lo que debería preocuparles más: EL
PROBLEMA DEL PECADO.
Ruego notar que esta gente no ignoraba la verdad y ellos no carecían de conocimiento
de la verdad. Ellos tenían la verdad, pero la suprimieron. Ignoran la verdad,
pretendiendo que no existe. Esto es lo que la gente hace con la verdad de Dios.
Romanos 1:19
Nota: Los tres primeros capítulos de Romanos tratan básicamente con una sencilla
pregunta: ¿Está todo el mundo condenado ante un Dios santo? ¿Está perdido todo el
mundo? Cuando la humanidad comparece ante Dios, el Juez justo, el veredicto es
¿CULPABLE o NO CULPABLE? Como un anticipo de la respuesta ver Romanos 3:9, 19,
23. En el Capítulo 1 Pablo prueba que el hombre incrédulo está perdido y sin excusa. En
la primera parte del capítulo 2, él prueba que el hombre moral está perdido y sin excusa.
En la última parte del capítulo 2 y en el capítulo 3, él prueba que el hombre religioso (los
judíos) está perdido y sin excusa.
Romanos 1:20
Recuerda el contexto del versículo 19. Los hombres tienen conocimiento de Dios. Dios
Mismo se ha dado a conocer a ellos. ¿Cómo ha hecho Dios ésto? El versículo 20 lo explica.
“de ÉL” = Dios. Note la paradoja: los hombres ven claramente las cosas invisibles de
Dios. El Dios invisible quiere que los hombres lo vean. Dios es invisible, pero ÉL es visto
con claridad.
Ilustración: Considere el Monte Rushmore en Dakota del Sur, donde hay una gran
escultura con las cabezas de cuatro presidentes (Washington, Jefferson, Lincoln y
Roosevelt). Cada cabeza tiene 60 pies de alto. Alrededor de 3 millones de personas
visitan al año este interesante monumento nacional. Supongamos que el señor Sam
Smith visitara esta montaña por primera vez y nadie le dijera cómo habían sido formadas
estas cabezas. ¿Qué pensaría Sam?
Mirando simplemente el Monte Rushmore, el señor Smith podía aprender ciertas cosas
acerca de los hombres que la formaron y la esculpieron (aunque nunca había visto a
estos hombres ni se había encontrado con ellos):
2) Estos hombres tienen que haber tenido SABIDURÍA para poder ejecutar ese
gran proyecto. En realidad, tomó más de seis años completarlo.
3) Estos hombres tienen que haber tenido PODER para ser capaces de cincelar
el duro granito (usando dinamita, etc.)
1) EL SENTIDO DEL ORDEN DE DIOS (ÉL es un Dios de ley y orden) —la ley de la
gravedad y todas las demás leyes inalterables de la naturaleza;
4) LA BONDAD DE DIOS—las lluvias, los tiempos de cosecha, el sol que alumbra sobre
todos (Hechos 14:17; Mateo 5:44-45);
7) LA CREATIVIDAD DE DIOS (Su ilimitada habilidad para crear y diseñar con una
asombrosa variedad y originalidad) – todo copo de nieve es un cristal hexagonal, sin
embargo no hay dos iguales; no hay dos personas que sean iguales y aún hay
diferencias entre gemelos idénticos.
10) LA FIDELIDAD DE DIOS – el ciclo del día y de la noche, las estaciones (ver Génesis
8:22; Jeremías 31:35-36; 33:20).
¿Cómo se ha revelado el Creador a Sí Mismo para que le conozcamos? Por cuanto Dios
quiere darse a conocer a Sí Mismo y quiere revelarse a Sí Mismo, Él ha escrito DOS
LIBROS. Estos DOS LIBROS nos hablan del Creador. Dios quiere que los hombres lean
AMBOS libros para que le conozcan.
(Salmo 19:1-6)
Libro 2 - Las Palabras del Creador (La Biblia)
(Salmo 19:7-11)
Todos los hombres leen el LIBRO 1, pero muy pocos leen realmente el LIBRO 2. El LIBRO
1 son las OBRAS DEL CREADOR (LA CREACIÓN) y están descritas en el Salmo 19:1-6.
El LIBRO 2 son las PALABRAS DEL CREADOR (LA BIBLIA) y se describen en el Salmo
19:7-11. Ilustración: Piensa en un libro infantil. Algunos contienen palabras, pero otros
solo tienen láminas. El LIBRO 1 es un LIBRO DE LÁMINAS. No tiene palabras. El hombre
solo necesita MIRAR y VER (Romanos 1:20 – el poder y la Deidad de Dios “se hacen
claramente VISIBLES”). Un bebé empieza a leer el LIBRO 1 cuando abre sus ojos por
primera vez para explorar y descubrir el mundo que lo rodea.
¿Cuál es el libro que puede ser leído y entendido aún por los que son ILETRADOS
(ver Salmo 19:2-4)? _________________________
¿Cuál libro está escrito en un lenguaje universal (no hay problemas de traducción,
porque está escrito en un lenguaje que todos pueden entender)?
_______________________
¿Cuál libro nos enseña cómo llegar al cielo (Juan 14:6)? _______________
¿Cuál libro puede hacer sabia a una persona en cuanto al poder y la grandeza y
la gloria de Dios (Romanos 1:20)? ________________
¿Cuál libro da a una persona sabiduría para salvación (ver 2 Timoteo 3:15)?
___________
¿Cuál libro puede convertir el alma (Salmo 19:7)? _______________
¿Cuál libro puede ayudarnos a saber sobre Dios y cuál libro puede ayudarnos a
CONOCER REALMENTE A DIOS DE UNA MANERA PERSONAL? ______________
¿Qué de los GENTILES? ¿Qué de los que viven en medio de la jungla? ¿Qué de aquellos
que no saben y que nunca han escuchado? La sorprendente respuesta de Dios es esta:
ELLOS SABEN (Romanos 1:19-21) y ELLOS HAN OIDO (Romanos 10:13-18). Observa el
argumento de Pablo en Romanos 10:13-18. Los hombres necesitan escuchar (vers.14);
el evangelio tiene que ser predicado (vers.15); el evangelio necesita ser creído (vers.
16-17); pero luego el versículo 18 enfatiza que todos han oído. Dios ha alcanzado a
todos al menos con el Libro 1. El Libro 1 no es suficiente para traer salvación al
hombre, (para ello necesitamos el Libro 2), pero el Libro 1 es suficiente para dejar a
todos SIN EXCUSA (compare Romanos 1:20). Si el hombre rechaza el mensaje del Libro
1 (ver Romanos 1:21), ¿está obligado Dios a dar al hombre el Libro 2? (No obstante
haber dicho esto, debemos recordar Romanos 1:14 – “deudor”. Todo cristiano
debería sentir la obligación de llevar el evangelio a toda criatura). Una ilustración
terrenal: Un hombre rico ve a un hombre pobre necesitado de alimento para él y su
familia. Por compasión, él da al hombre 20 dólares. Tiene la intención de darle más, pero
sólo le da 20 dólares para ver lo que hará con ello. El hombre pobre gasta
inmediatamente los 20 dólares en alcohol y drogas. Sabiendo ésto, ¿estará dispuesto el
hombre rico a darle 100 dólares? Si no sabemos manejar correctamente lo que tenemos,
no se nos dará más.
Romanos 1:21
“HABIENDO CONOCIDO A DIOS” – pero, ¿qué hicieron con este conocimiento? Dios
se dio a conocer a Sí Mismo (versículos 19-20), pero ellos rechazaron obstinadamente
esta revelación. Recuerda, de acuerdo con la historia bíblica, la humanidad comenzó con
el conocimiento del único Dios verdadero: ADÁN tuvo el conocimiento del único Dios
verdadero. Noé y su familia tuvieron conocimiento del único Dios verdadero. Pero con el
correr del tiempo este conocimiento se corrompió, tal como está descrito en este
versículo. Ellos rechazaron la luz que tenían y el resultado fue que “su necio corazón fue
_______________________”.
“ni le dieron gracias” - fallaron en darle gracias por lo que ÉL había hecho. No lo
honraron como al Creador y no le dieron gracias como al Sustentador de la vida (Hechos
17:28). Comieron todos los días de la benevolente mano de su Creador, pero ellos se
rehusaron a darle las gracias (comparar con la gente de hoy).
“Entenebrecido”—Ellos tenían luz, pero rechazaron la luz que tenían, de modo que sólo
les quedó la oscuridad.
Romanos 1:22
Romanos 1:23
Compare Romanos 1:23 con el Salmo 106:20 y Jeremías 2:11 (no es extraño que diga
que “se hicieron necios” –versículo 22).
El hombre no lo hizo muy bien con este “cambio”. El hombre dejó la gloria del Dios
incorruptible y terminó con algo totalmente inservible (un ídolo indefenso y desvalido).
Note que esto no es evolución, es INVOLUCIÓN (evolución invertida, degeneración). El
hombre no está progresando, está degenerando. El hombre está retrocediendo, no está
avanzando. Este no es un hombre que se está superando, sino un hombre que está
descendiendo. No es un hombre que está mejorando, sino el hombre está empeorando.
No es el hombre alcanzando las alturas, es el hombre cayendo en las profundidades. El
capítulo 1 de Romanos es contrario a “la evolución de la religión” como se enseña
comúnmente. El hombre no alcanzó gradualmente las alturas del monoteísmo. El
hombre comenzó allí y desde allí cayó.
Considera Oseas 4:1. ¿Por qué está la gente sin conocimiento del verdadero Dios?
¿Nunca tuvieron este conocimiento o lo tuvieron y lo rechazaron? Oseas 4:6 contesta
ésto con claridad (esto fue así en cuanto a la nación de Israel, pero el mismo principio
es obvio en Romanos capítulo 1).
En la siguiente sección leemos tres veces que “DIOS LOS ENTREGÓ” (ver Romanos
1:24, 26, 28). Es cada vez la misma palabra griega y significa “dejar, despedir,
desprender, desistir, abandonar, desentenderse de una persona”. Se usa de Judas que
entregó o traicionó a Jesús (Mateo 26:21, 23, 24; 27:23; etc.) Aquí se usa de Dios
abandonando al hombre a sus propios deseos. Compare Salmo 81:12 – “Los dejé, por
tanto, a la dureza de su propio corazón; caminaron en sus propios consejos”. Dios se
retira en juicio y los abandona a sus propios caminos pecaminosos. Ellos abandonaron a
Dios y ÉL los abandonó a ellos. En juicio, Dios se desiste, los cede a sus propios deseos
(deseos pecaminosos), quita todo freno (como un perro es librado de su correa) y
permite que el hombre pecador tenga y haga lo que quiere.
Romanos 1:24
“Por lo cual” –esto señala a los versículos previos (21-23). ¿Por qué los entregó Dios?
Porque ellos entregaron a Dios y cambiaron Su gloria por un ídolo mudo. Ver Salmo 115
que ilustra la insensatez de la idolatría. Los que fabrican los ídolos son tan tontos como
los ídolos.
“Inmundicia”—esto es lo que ellos quieren y Dios deja que la tengan. Ilustración: viste
a un cerdo, acicálalo para la feria del pueblo, pero al momento en que lo “entregas” y lo
dejas ir, irá derecho al barrizal. Por naturaleza los cerdos se deleitan en la suciedad. Los
hombres se deleitan en sus pecados (comparar Juan 3:19).
“Deshonraron entre sí sus propios cuerpos” – esto se explicará más adelante en
Romanos 1:26-27.
Romanos 1:25
“LA MENTIRA” = La criatura es digna de adoración. El diablo tentó a Jesús con esta
mentira en Mateo 4:9 [“si postrado me adorares (a una criatura)”]. Jesús respondió al
diablo con la verdad de Mateo 4:10 [“Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás”—
solamente Dios es digno de adoración].
Compare la enseñanza de los Testigos de Jehová. Ellos enseñan que Jesús es una mera
CRIATURA (un ángel exaltado que Dios creó originalmente y luego enseñan que, por
medio de este ángel, Dios creó todo lo demás]. Los Testigos de Jehová enfrentan un
serio problema. Si Cristo es una CRIATURA (como ellos enseñan), y si la ADORACIÓN
DE CRIATURAS es condenada por Dios (Romanos 1:25 y muchos otros pasajes de la
Biblia), entonces, ¿por qué es aceptada y aún demandada la ADORACIÓN DE CRISTO?
Considere lo siguiente:
1. La Biblia enseña claramente que la adoración pertenece solo a Dios y que nunca
debe ser rendida a ninguna criatura, no importando cuan exaltada esa criatura
pueda ser. Por ejemplo: los apóstoles rechazaron ser adorados (Hechos 14:11-
15), Pedro rechazó ser adorado (Hechos 10:25-26), los ángeles rechazaron ser
adorados (Apocalipsis 19:10; 22:8-9), Cristo mandó a los hombres a adorar
solamente a Dios (Mateo 4:8-10) y los hombres son castigados por aceptar lo que
solo pertenece a Dios (Hechos 12:21-23).
2. Sin embargo esta misma Biblia enseña que Cristo debe ser adorado como Dios:
c. El Padre manda que Cristo sea adorado (Hebreos 1:6). Compare también
Salmo 2:12 (“besar”= adorar, rendir culto).
Nota adicional en Romanos 1:25: Hay otro pasaje en el Nuevo Testamento que menciona
específicamente “LA MENTIRA”. Se encuentra en 2 Tesalonicenses 2:11. En el contexto
vemos nuevamente que “la mentira” es la misma que en Romanos 1:25. La mentira de
que la criatura es digna de adoración. Note que la adoración de la criatura es descrita
en el versículo 4. El hombre de pecado (un mero hombre) se pondrá a sí mismo en el
lugar de Dios y se presentará a sí mismo como objeto de adoración (para ahondar esta
profecía, ver Apocalipsis capítulo 13). De hecho, exigirá tal adoración y castigará a
quienes rehúsen hacerlo.
Romanos 1:26
Esta gente rechazó LA VERDAD y aceptó LA MENTIRA. Dejaron la verdad y por eso Dios
los dejó a ellos. Ellos abandonaron a Dios y Dios los abandonó a ellos (los entregó a sus
propios deseos y pasiones).
“pasiones” =impulsos
“vergonzosos”= cuando pienses en esta palabra, piensa en tres palabras que empiezan
con la letra “D”: Deshonesto, Degradante, Deshonroso.
“cambiaron” = permuta (hicieron una mal canje, intercambiando el uso que Dios dio a
sus cuerpos, por uno que es pervertido y “contra naturaleza”)
Romanos 1:27
“natural”- lo que es natural, normal, apropiado y recto a los ojos de Dios (Dios es quien
establece las normas y las pautas).
“se encendieron” = ardieron sexualmente, hirviendo de deseos (no amor, sino lujuria)
2. Para saber lo que es anormal, necesitamos saber lo que es normal. Para saber
lo que es desnaturalizado, debemos saber lo que es natural. ¿Cómo sabemos
lo que esta bien o lo que está mal, lo que es propio o lo que es impropio, lo
que es santo o lo que es pecaminoso en la esfera del sexo, del amor y del
matrimonio? ¿Qué NORMAS nos ha dado Dios? Leer Mateo 19:3-8 y note
especialmente la palabra “PRINCIPIO” en los versículos 4 y 8. De acuerdo con
Cristo, la norma para lo que es bueno y santo y propio, es lo que Dios hizo en
el principio (Mateo 19:4-6). Esto nos lleva de vuelta a Génesis capítulo 2
(especialmente los versículos 21-25). En otras palabras, Génesis 2 nos da la
norma y la pauta. Lo que encontramos en Génesis 2 es normal, recto, santo y
hermoso. Es exactamente lo que Dios pensó y lo que Dios ordenó y estableció
para el bien de la humanidad y para la propagación de la raza. Cualquier cosa
que se desvía de lo que Dios instituyó en Génesis 2, debe ser considerado como
anormal, desnaturalizado, impropio y contrario al perfecto plan y diseño de
Dios para el hombre y la mujer.
“ni los que se echan con varones”—un homosexual macho, uno que practica
el coito anal, un sodomita. Literalmente esta palabra griega (arsenokoitoi)
consiste de dos partes 1) macho; 2) cama (eufemismo que indica relación
sexual). De modo que el término indica a alguien que se acuesta con un
hombre. Lleva la idea de un hombre yaciendo con un hombre como lo haría
con una mujer (compare Levítico 18:22 y 20:13). Este es un homosexual
activo.
Hay una gran bendición para quienes viven dentro de los parámetros de las
pautas y de las normas de Dios (Hebreos 13:4 y compare Proverbios 5:18-19).
Hay infelicidad y finalmente el juicio de Dios para quienes hacen caso omiso de
las normas de Dios y violan las leyes sexuales que Dios ha establecido (Hebreos
13:4 y compare con Proverbios 5:20 y el Séptimo Mandamiento dado en Éxodo
20:14).
Romanos 1:28
Romanos 1:29-31
Pablo nos da ahora (en los vs. 29-31) una de las listas de vicios más terribles y severas
de toda la Biblia. El nos da un espantoso compendio de los delitos de esta gente. Lo que
tenemos realmente aquí son los “RAYOS-X DE DIOS del corazón humano” (compare
Jeremías 17:9 y las palabras de Jesús en Marcos 7:21-23). Al examinar esta lista,
escudriña tu propio corazón. Después de leer cada descripción, pregunta, “Señor, ¿soy
yo? ¿Soy yo culpable de ésto? ¿Esto me describe a mí?”
ATESTADOS DE TODA INJUSTICIA – una palabra general (ver vers. 18) que incluye
toda clase de pensar, hablar, actuar y vivir mal.
LLENOS DE PERVERSIDAD –iniquidad, los que se deleitan en hacer lo que está mal
LLENOS DE MALICIA – mala disposición, malas maneras, perfidia, una persona que
tuerce el bien para que aparezca mal
INJURIOSOS – violentos, alguien que daña, ultraja, insulta ofende (1 Tim. 1:13)
INVENTORES DE MALES – urden y traman y planean las cosas malas que pueden
hacer
SIN AFECTO NATURAL – poco amables, sin corazón, faltos del amor natural que los
padres deben tener hacia sus hijos, los hermanos por las hermanas, etc.
IMPLACABLES – no perdonan
El fallecido Dr. R.H.Graves de Cantón, China, dijo que un chino que leyó estos versículos
le dijo que Pablo no pudo haber escrito esto, sino solo un moderno misionero que hubiera
estado en China. Era una perfecta descripción de los chinos.
Romanos 1:32
“que los que practican tales cosas” = “los que hacen tales cosas”. ¿Qué cosas? Las
enumeradas en los versículos 29-31.
“son dignos” = (piensa en los platillos de una balanza equilibrada). La sanción tiene
que equiparar la culpa. El castigo tiene que tener igual peso que el crimen.
La PRUEBA de que los gentiles CONOCEN MUY BIEN el juicio de Dios se encuentra en
Hechos 28:1-4. Estos bárbaros sabían que los asesinos merecían la muerte (aunque en
este caso estaban equivocados en cuanto a Pablo).
Note el final del versículo 32. Ellos mismos practican estos crímenes (aunque saben que
les acarreará la pena de muerte) y “tienen placer” o aplauden o felicitan a quienes hacen
estas cosas. Ellos disfrutan del pecado y disfrutan de la compañía de los pecadores.
El hombre carece de la justicia necesaria para ser aceptable ante un Dios santo
y justo.
Ellos conocieron a Dios y conocieron el juicio de Dios, por lo cual no tienen excusa.
Introducción
Hay una PALABRA CLAVE que se encuentra en los primeros 16 versículos del capítulo 2.
Es la palabra “JUZGAR” o “JUICIO” (ver versículos 1, 2, 3, 5, 12, 16). En el versículo 1
vemos al hombre juzgando, pero al empezar el versículo 2, tenemos a Dios en el trono
del juicio, lo cual es justo y apropiado. Dios es el JUEZ justo y perfecto y en estos
primeros 16 versículos encontraremos varios PRINCIPIOS DE JUSTICIA. Estos
importantes principios nos ayudarán a entender qué clase de Juez es Dios y cómo ÉL
ejerce y lleva adelante Su juicio.
Romanos 2:1
Inexcusable significa “sin defensa alguna” (comparar Romanos 1:20). No tiene nada
que decir, se le tapa la boca (comparar Romanos 3:19); es culpable y lo sabe.
Este versículo está hablando de la persona que está juzgando a otra, condenando las
acciones de otra. Por lo tanto, está hablando de la persona moral (la persona con
discernimiento moral, la persona que emite un juicio moral sobre alguien). Hay una
diferencia entre el hombre moral y el hombre impío. En Romanos 1:32 el hombre impío
APRUEBA y APLAUDE la conducta pecaminosa, pero en Romanos 2:1, el hombre moral
DESAPRUEBA y JUZGA la conducta pecaminosa.
El hombre moral condena al otro por su conducta pecaminosa, pero puesto que él es
culpable de la misma cosa, él está, en efecto, condenándose a sí mismo. Este principio
puede ilustrarse de tres maneras:
1. Judá (Génesis 38:12-26). ¿Judá pronunció un juicio sobre alguien (v.24)? ¿Era Judá
culpable de lo mismo? ¿Judá quedó silenciado, sin excusa y sin nada que decir (v.26)?
Al condenarla a ella, ¿se condenó a sí mismo?
Romanos 2:2
Romanos 2:3
Romanos 2:4
Paciencia = retener. Dios retiene Su Juicio; Dios retarda Sus castigos; ÉL no juzga de
inmediato el pecado.
Longanimidad = toma tiempo en enojarse, lento para la ira. Esto no significa que Dios
nunca se enoja, pero significa que ÉL es lento para enojarse. Su longanimidad no durará
para siempre.
El hecho de que Dios sea bueno y paciente y sufrido debería llevar al hombre al
arrepentimiento. Los hombres deben apresurarse en venir a Dios en busca de Su
misericordia. En lugar de ello, los hombres desprecian a Dios, endurecen su corazón y
se niegan a arrepentirse. Hoy en día, durante la edad de la gracia, la benignidad y la
gracia y la misericordia de Dios abundan hacia todos los hombres, pero aún así, el
hombre no quiere arrepentirse. Durante el período de la tribulación, la severidad y el
juicio y las plagas de Dios abundarán sobre todos los hombres, pero aún así, los hombres
se negarán a arrepentirse (ver Apocalipsis 9:20-21). Sin embargo, cuando un pecador
se arrepiente, sea ahora o entonces, hay gran alegría en el cielo (Lucas 15:7, 10).
Romanos 2:5
Este día de juicio es descrito como “el día de la ira y de la revelación de los justos juicios
de Dios”. Este día del juicio final para los impíos también se describe en 2 Pedro 3:7 (“el
día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”) y en Apocalipsis 20:11-15.
Dureza: los corazones de los hombres se endurecen más y más cuando se niegan a
responder a la benignidad y paciencia y longanimidad de Dios.
Atesoras para ti mismo ira = atesorar ira, amasar ira. En vez de acumular tesoros en
el cielo (Mateo 6:19-20), ellos estaban atesorando ira desde el cielo (almacenándolo
para aquel día final).
Es llamado “el justo juicio de Dios”. Dios, el Juez justo, no comete errores. Ver Génesis
18:25 y Romanos 9:14. Cuando el Juez divino llega a una resolución, tiene que ser
JUSTA. El castigo (la pena) también tiene que ser justo. Dios no comete errores. El Juez
de toda la tierra hará lo que es justo. Él no puede hacer mal. Todo ocupante del infierno
lo merecerá totalmente.
Romanos 2:6
“Dios pagará (devolverá) a cada uno (cada hombre) conforme (de acuerdo) a sus obras”.
Aquí tenemos la realización de una justicia perfecta. Dios evalúa las obras de un hombre
y juzga de acuerdo a ellas. El castigo será equivalente al delito. Todo hombre recibirá su
debida recompensa, sea buena o mala.
Esta misma enseñanza se encuentra en los siguientes pasajes: Mateo 12:36-37 (los
hombres serán juzgados de acuerdo con sus palabras); Mateo 16:27 (todo hombre será
recompensado según sus obras); Romanos 12:19 (Dios pagará a los hombres por el mal
que han hecho); 2 Timoteo 4:14 (Dios pagará a este hombre malo conforme a sus
obras); Apocalipsis 18:4-6; Jueces 1:7 (“Como yo hice, así me ha pagado Dios”); 2
Samuel 3:39; Salmo 28:4; Salmo 62:12; Salmo 94:1-2; Proverbios 22:12;
Lamentaciones 3:64 y Jeremías 17:10.
Felizmente, Dios no es solo un Dios de JUSTICIA, sino ÉL es también un Dios de GRACIA.
De acuerdo con la JUSTICIA, el pecado tiene que ser juzgado y castigado. De acuerdo
con la GRACIA, el pecado puede ser perdonado y remitido (ver Salmo 103:3 y Efesios
1:7). Dios es un Dios de juicio, pero ÉL también es un Dios de gracia (Salmo 103:8).
Salmo 103:10 es verdad sólo por la GRACIA DE DIOS. La maravillosa verdad del
evangelio es que Dios puede ser misericordioso con el hombre pecador SIN
COMPROMETER SU JUSTICIA. El Señor Jesús murió por nuestros pecados, de modo que
Dios trató con Cristo de acuerdo con nuestros pecados y Dios ha pagado a Cristo según
nuestras iniquidades (compare Salmo 103:10). Dios permanece JUSTO (porque ÉL ha
derramado Su juicio y Su ira sobre Cristo) y al mismo tiempo ÉL
puede JUSTIFICAR benignamente al pecador que confía en Su Hijo (Romanos 3:26;
4:5). ¡Alabado sea Dios!
Romanos 2:7-10
“Pagará” (v.6) = devolver, retribuir, recompensar (dar a una persona justo lo que se
ha ganado)
“Al judío primeramente” (v.9) – ¿Por qué los judíos son los primeros en el juicio?
Porque de acuerdo con Lucas 12:48, “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho
se le demandará”. A los judíos se les había dado mucho (ver Romanos 3:1-2 y Romanos
9:1-5). A quienes se ha dado más, son más responsables. No es irracional que el Juez
pregunte, “¿Qué has hecho con toda la luz y la verdad que te he dado?” Ejemplo: Una
persona inconversa que vive cerca de una iglesia que predica la Biblia en América, es
mucho más responsable que una persona inconversa que vive en una tribu de la jungla
donde no hay testimonio del evangelio. Esto no significa que ese habitante de la jungla
no sea juzgado, pero el juicio de Dios será más severo hacia la persona que ha tenido
tal privilegio y oportunidad.
Problema Teológico
Podría parecer que Pablo estuviera diciendo que una PERSONA SE GANA la vida eterna
HACIENDO BIEN. “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?” A primera vista
pareciera que la respuesta de Pablo fuera, “Para heredar la vida eterna tienes que
continuar pacientemente en hacer bien” (v.7) o “para ganar la vida eterna tienes que
hacer el bien” (v.10). Para resolver este problema teológico, consideremos los
siguientes puntos:
1. De acuerdo con las Escrituras, ¿qué tiene que hacer una persona para tener
vida eterna (Juan 3:16; 3:36; 6:47; 5:24; 11:25-26; Hechos 16:30-31; etc.)?
2. De acuerdo con las Escrituras, ¿la vida eterna es algo que una persona tiene
que ganarse haciendo buenas obras o es la vida eterna una DON GRATUITO
que todo pecador puede recibir por fe (Romanos 6:23; 5:16-18; Efesios 2:8-
9)?
4. Una idea equivocada muy común que tiene la gente es que LA GENTE BUENA
VA AL CIELO, PERO QUE LA GENTE MALA SE VA AL INFIERNO. Pero
considere lo siguiente:
CLASE # 1 CLASE # 2
Los que obedecen la verdad (por Los que “no obedecen la verdad” (v. 8)
implicación)
Los que no obedecen a la injusticia (por Los que obedecen a la injusticia (v. 8)
implicación)
Los que no hacen lo malo (por Los que “hacen lo malo” (v. 9)
implicación)
Los que “hacen lo bueno” (v. 10) Los que no hacen lo bueno (por
implicación)
Comparar Juan 5:29, que también expone dos grupos: 1) los que hicieron lo bueno
(VIDA); 2) los que hicieron lo malo (CONDENACIÓN).
1. Juan 3:19-21 imparte más luz a nuestro problema. Aquí se nos dice que los
que hacen lo malo son los que odian la luz (Jesucristo) y que se niegan venir
a la luz (Jesucristo). En otras palabras, los que hacen lo malo son incrédulos.
A LOS OJOS DE DIOS, la persona que hace lo bueno o “hace verdad” es la
persona que VIENE A LA LUZ (Jesucristo).
2. 3 Juan 11 también es muy importante. “El que hace lo bueno, es de Dios (él
pertenece a Dios, ha nacido de Dios, es un creyente en Cristo); pero el que
hace lo malo, no ha visto a Dios (compare 1 Juan 3:6: la persona que hace lo
malo es una persona inconversa que nunca ha nacido de nuevo).
De modo que de estos pasajes debemos concluir que la CLASE 1 (ver arriba)
está compuesta por creyentes nacidos de nuevo y la CLASE 2 (ver arriba) está
compuesta por los que son incrédulos y que han rechazado venir a Cristo.
CONCLUSIÓN: Pablo está exponiendo el sencillo principio del juicio que Dios
recompensa lo bueno y castiga lo malo. Pablo está indicando aquí como la gente es
juzgada, no como la gente es salva. En Romanos capítulos 3 y 4 Pablo presentará las
buenas nuevas de que Dios puede salvar a gente mala por Su gracia. Entonces
aprenderemos como son salvos los hombres.
Romanos 2:11
Romanos 2:12
Los que están “sin ley” (ver Romanos 2:14) son los gentiles. Los que tienen la ley
(compare Romanos 2:17-20) son los judíos. Dios nunca dio la ley a las otras naciones
(como Egipto, Asiria, etc.) La ley fue dada exclusivamente a la nación de Israel (ver
Éxodo 19:3-5; 20:2; 34:27 y comparar Deuteronomio 4:1-8 y Romanos 9:4).
De acuerdo con la primera parte del versículo 12, ¿qué sucederá a los gentiles (gente
pagana) que han pecado sin ley? (Esto da luz a la pregunta, “¿Están perdidos los
paganos?”) De acuerdo con la última parte del versículo 12, ¿qué sucederá con los judíos
que pecaron, aunque ellos tenían la ley? Note la expresión “porque todos los que han
pecado”. ¿Cuántos han pecado (ver Romanos 3:23 y 3:9)?
Los versículos 13-15 son un paréntesis (para ver esto, lea el versículo 12 y luego vaya
directamente al versículo 16). La estructura aquí es un paralelismo invertido, y puede
ser explicado como sigue:
A.1 Versículo 12a --se refiere a los gentiles (que no tienen la ley)
Versículo 13 – este versículo se refiere a los judíos que tienen la ley y que escucharon
la ley. No es suficiente tener la ley. No es suficiente escuchar solamente la ley. Una
persona tiene que HACER (guardar, obedecer) la ley. El argumento de Pablo es muy
simple: los judíos tenían la ley (ellos la poseían), ellos escucharon la ley, pero ellos no
hacían la ley, y en consecuencia, los judíos están condenados.
A) En Romanos 10:5 leemos que la persona que hace las cosas contenidas en
la ley, vivirá por ellas (compare Levítico 18:5).
B) En Mateo 19:16-19 el Señor Jesús enseñó que para tener vida eterna tienes
que cumplir los mandamientos. En Lucas 10:25-28 tenemos un mensaje
similar: Cumple los mandamientos y tendrás vida eterna.
El problema: ¿Es posible que un hombre pecador pueda cumplir la santa ley
de Dios? ¿Alguien ha cumplido perfectamente los Diez Mandamientos? ¿Alguien
ha amado perfectamente a Dios y a su prójimo (comparar Mateo 22:36-40)?
¿Hay alguien que haya guardado verdaderamente la ley o somos todos
culpables de quebrantar la ley?
Romanos 2:14-15
Los gentiles no tienen la ley escrita de Dios. Ellos no tienen la ley de Moisés. Pero de
acuerdo con estos versículos, ellos tienen la ley de Dios EN ELLOS, “escrita en sus
corazones”. Aunque ellos nunca han visto una copia de los Diez Mandamientos, ellos
saben que está mal matar, robar, mentir, etc. Y sus conciencias los condenan cuando
hacen esas cosas. Aquí hay dos ejemplos: 1) Hechos 28:3-4. Estos bárbaros nunca
habían visto los Diez Mandamientos, pero de algún modo sabían que el asesinato era
malo y que era castigado con la pena de muerte. 2) Génesis 26:6-11. Este rey pagano
nunca había visto los Diez Mandamientos, sin embargo sabía que el adulterio era malo.
Cuando hacen BIEN, su conciencia aplaude y aprueba. Cuando hacen MAL, su conciencia
los condena y dice “eres culpable”.
De modo que los judíos pecaron al fallar en hacer lo que la ley de Moisés les mandaba
hacer. El gentil pecaba al fallar en hacer lo que su conciencia le indicaba hacer. Tanto el
judío como el gentil fallaron en vivir de acuerdo con la luz que Dios les había dado.
Ambos están condenados ante Dios.
Romanos 2:16
Compare Hebreos 4:12-13 y Mateo 10:26. En Apocalipsis 20:12 leemos que los libros
serán abiertos y que todos los secretos serán revelados. Dios guarda un fiel registro de
todo lo que hemos pensado o dicho o hecho.
“Por Jesucristo” = el Juez de todos los hombres no será otro sino Jesucristo Mismo
(ver Juan 5:22, 27). Dios el Padre ha entregado todo el juicio a Su Hijo.
Romanos 2:17
La palabra clave en estos versículos es = la LEY (ver Romanos 2:17, 18, 20, 23, 25,
26, 27). Los judíos, a diferencia de los gentiles, poseían la ley escrita de Dios. Por cuanto
eran responsables por lo que se les había dado, los judíos SERÁN JUZGADOS POR ESTA
LEY (Romanos 2:12). Como Pablo ya les había dicho, no era suficiente tener la ley y
escuchar la ley, sino ¿qué más era necesario (Romanos 2:13)?
“Tienes el sobrenombre de judío” – Esta gente se enorgullecía del hecho de ser hijos
de Abraham (ver Mateo 3:9; Juan 8:33, 39). “Puesto que somos judíos, somos mejores
que los demás. Somos el pueblo escogido de Dios”. Algunos parecían pensar que el ser
judíos les garantizaba un lugar en el cielo. Pero es obvio, por la Palabra de Dios, que ser
JUDÍO no hace JUSTA a una persona ante Dios. Ser judío exteriormente es una cosa (ser
física o racialmente judío), pero ser un VERDADERO JUDÍO espiritual e interiormente es
algo diferente (ver Romanos 2:28-29).
“Te apoyas en la ley” – confiando en la ley, descansando confortablemente. La tarea
de Pablo en esta sección es TURBAR SU DESCANSO. Está por retirar su confortable cama
de debajo de ellos.
Romanos 2:18
“Conoces Su voluntad” – Los judíos tenían la Palabra de Dios, por lo cual conocían Su
voluntad (comparar Lucas 8:21 con Mateo 12:50 donde vemos que hacer la Palabra de
Dios es equivalente a hacer la voluntad de Dios). Una cosa es CONOCER la voluntad de
Dios, pero otra cosa es HACER la voluntad de Dios.
Romanos 2:19-20
“Confías” – nota las palabras que Pablo ha estado usando para describir a esta gente:
descansando confortablemente, ufanos, confiando, etc. Pablo tenía que humillar a esta
gente, perturbar su descanso, abatirlos (comparar Lucas 18:14). Es muy difícil demoler
el orgullo religioso. La gente religiosa confía en sí misma y no en Cristo. Se sienten
demasiado seguros.
“Confías” = convencido, persuadido. Estos dos versículos pintan un cuadro del judío
sintiéndose muy superior a los demás. Ellos estaban seguros que su perspectiva era
correcta. Si sus corazones hubiesen estado bien con el Señor, entonces habrían sido
fieles testigos del Señor (Isaías 43:10-12 y ver Deuteronomio 4:6-9), y a pesar de que
no eran superiores a otros, habrían sido de gran ayuda para ellos en estas cosas:
Pablo los está preparando para un gran porrazo. Los tiene que derrumbar.
Romanos 2:21-22
Pablo está listo ahora a quitar los soportes de debajo de estos judíos religiosos. Esta
gente tenía la ley de Dios y había escuchado la ley de Dios, pero ellos no hacían la
ley de Dios (versículo 13), de modo que serían juzgados por la ley de Dios (v.12). En
vez de guardar la ley, ellos quebrantaban la ley (v. 23, 25).
Romanos 2:23
Los judíos pensaban que ellos eran excelentes testigos del Señor (ver v. 19), pero en
verdad eran testigos desastrosos. Ellos DESHONRABAN a Dios (v. 23) al quebrantar la
santa ley de Dios. Esto se explica luego en el versículo 24.
Romanos 2:24
“Porque como está escrito” – Pablo estaba pensando en pasajes del Antiguo
Testamento que decían lo mismo. Considere los dos siguientes: 1) Isaías 52:5; Ezequiel
36:21 (y leer también los versículo 22-23). Dios se preocupaba mucho por Su Nombre
(Su reputación, Su gloria) y cuando los judíos no vivían rectamente, eso daba mala fama
a Dios delante de las naciones. Si las naciones veían a Israel como gente pecadora,
¿cómo podrían pensar que Jehová fuera un Dios santo? El pueblo de Dios siempre hará
recaer prestigio o deshonra en Dios. UN TESTIGO ES ALGUIEN QUE PROVOCA A OTROS,
POR SU VIDA O POR SUS HECHOS, A PENSAR BIEN DE DIOS.
Romanos 2:25
Romanos 2:26-27
Romanos 2:28-29
Favor notar: En el versículo 28, Pablo está hablando de un judío (no de un gentil) que
es judío exteriormente. El ha sido circuncidado y es descendiente de Abraham, pero él
no es creyente (su corazón no está bien con Dios). El es judío exterior y físicamente,
pero interior y espiritualmente no es judío. En el versículo 29, Pablo está hablando de
un judío (no de un gentil) que es un judío interiormente. Ser judío interiormente es ser
un judío que cree en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. No es solo un hijo de Abraham,
sino es un hijo de Dios. En el versículo 29 Pablo no está diciendo que los gentiles sean
judíos interiormente. Los gentiles salvos nunca son llamados judíos y nunca son
nombrados “Israel”.
ROMANOS
CAPÍTULO 3
Introducción
En el capítulo 2 Pablo demostró hábilmente que el judío está sin excusa y que está bajo
la condenación y el juicio de Dios. Ahora, en el capítulo 3, el judío agota su último recurso
–TRATARÁ DE ARGUMENTAR UNA SALIDA DEL JUICIO. Encontramos lo mismo hoy día.
Cuando presentamos el evangelio a otros y les mostramos claramente su pecaminosidad
y su necesidad de Cristo, a menudo ellos comienzan a levantar objeciones y enarbolan
argumentos tratando de eludir el juicio de Dios (por ejemplo: “¿Qué de los paganos?”
“¿Cómo puede un Dios de amor enviar a alguien al infierno?” etc.).
Romanos 3:1
“Pues” = por lo tanto. Esta palabra nos remite al capítulo 2, donde vimos que los judíos
descansaban cómodamente en tres cosas:
Con estas cosas en mente, es natural que el judío haga las preguntas que se encuentran
en Romanos 3:1 – “¿Qué ventaja tiene el judío?” etc. ¿Qué aprovecha? Si vamos a ser
condenados con el resto del mundo, ¿qué provecho hay en ser judío? Si estamos bajo el
juicio de Dios igual que los gentiles, ¿qué ventaja tiene ser judío? ¿Cuál es el beneficio?
¿Qué tiene de bueno? Si tener la ley y estar circuncidado y ser hijo de Abraham no me
aprovecha, ¿qué privilegio hay en ser judío?
Romanos 3:2
“Mucho, en todas maneras” – Los judíos tienen muchas ventajas. Los judíos tienen
ventajas y beneficios que ninguna de las demás naciones tienen. Pablo enumera varias
de estas ventajas en Romanos 9:4-5, pero aquí nombra solamente la ventaja principal
(la primera y más importante ventaja que tenían): A ELLOS (LOS JUDÍOS) LES HA
SIDO CONFIADA LA PALABRA DE DIOS.
Los judíos estaban encargados de la Palabra de Dios. Ellos debían ser los custodios de
la Palabra de Dios (ver Deuteronomio 4:7-8 y Salmo 147:19-20).
Romanos 3:3
Los judíos estaban aparentemente acusando a Dios de ser infiel: “Señor, Tú nos has
dado Tu Palabra y Tú nos has dado muchas promesas como nación, ¿por qué ahora eres
infiel con nosotros?” Ellos estaban acusando a Dios de ser infiel: “Dios nos ha escogido
y ahora ÉL nos está condenando”. Pero en el versículo 3 Pablo muestra quién
es realmente infiel.
“¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?” ¡NO! ¿La infidelidad del hombre
anulará la fidelidad de Dios? ¡NO! Dios les dio Su Palabra y ellos fueron los infieles. Dios
no falló. La Biblia no falla. Ellos fueron los que fallaron. Puedes echar perlas delante de
los cerdos y ellos pueden pisotearlas en el barro, pero eso no cambia el hecho de que
siguen siendo perlas. Del mismo modo, los judíos pueden pisotear la Palabra de Dios,
pero eso no cambia la Palabra de Dios y eso no altera Sus promesas y no afecta Su
fidelidad (ver 2 Timoteo 2:13).
Romanos 3:4
Romanos 3:4
Los hombres pueden ser mentirosos, pero eso no hace a Dios un mentiroso. Los hombres
pueden ser infieles, pero eso no hace a Dios infiel. Aunque todos los hombres sobre la
faz de la tierra creyeran en la teoría de la evolución, esto no la haría verdadera. Dios y
Su Palabra (especialmente Génesis 1-2) son verdad y todo hombre sería un mentiroso.
En este versículo Pablo cita del Salmo 51:4 (la gran oración de confesión de David que
siguió a su pecado de adulterio):
“Para que seas justificado en tus palabras”. Señor, todo lo que Tu dices es recto.
Pablo fue muy sabio al citar estas palabras de la oración de confesión de David.
Difícilmente había alguien a quien los judíos estimaran más que a David, el piadoso rey
de Israel, que escribió muchos de los Salmos. Pablo les está recordando que aún David
fue infiel. Hasta David fue un adúltero y un asesino. El cometió adulterio con Betsabé y
fue el causante de la muerte de su marido en el campo de batalla. David estaba diciendo
en su oración: “Señor, Tú tienes la razón y yo estoy mal”. David sabía que era CULPABLE
y que necesitaba la misericordia de Dios. Si David era culpable y estaba reprobado, este
hecho condenaría a todo judío. ¿Qué judío osaría decir que era mejor que David? (Nota:
cuando lleguemos al Capítulo 4, Pablo nos dirá como fue salvo David).
Romanos 3:5
Los judíos no solo estaban acusando a Dios de ser infiel (versículo 3), sino aquí, en el
versículo 5, vemos que también estaban acusando a Dios de ser INJUSTO (arbitrario,
parcial). “Señor, eres injusto al juzgarnos”. (¿La gente de hoy dice tales cosas?).
Sigamos la lógica y el razonamiento: La injusticia del hombre nos ayuda a apreciar mejor
la justicia de Dios. La justicia de Dios se ve más claramente por contraste. Si piensas
que tu automóvil no está muy limpio, colócalo al lado de un automóvil sucio. Si crees no
tener muy buena salud, pasa un tiempo en un hospital. Si crees no ser muy pecador,
echa un vistazo a la santidad de Dios (como hizo Isaías en Isaías 6:1-5). La justicia
divina resplandece con mayor brillo ante el negro telón de la injusticia del hombre. La
fidelidad de Dios es más radiante ante el oscuro trasfondo de la infidelidad del hombre.
De modo que el argumento es éste: “Si yo, por mi injusticia, he magnificado la justicia
de Dios, ¿cómo puede Dios castigarme? Si mis pecados hacen que Dios aparezca más
justo, ¿cómo puede Dios castigarme por mis pecados? Mi pecado beneficia a Dios. Dios
se beneficia por mi injusticia. Mi pecado hace que Dios se vea bueno. Mi injusticia hace
que Dios aparezca justo. Mi infidelidad hace resaltar la fidelidad de Dios. Por lo cual estoy
haciendo un gran favor a Dios al realzar y magnificar Su carácter justo. Por lo tanto, si
mi pecado está beneficiando tanto a Dios, ¿cómo puede Dios castigarme por mi pecado?
En consecuencia, si Dios me castiga por hacerle un favor, ÉL tiene que ser injusto”.
Romanos 3:6
Los judíos sabían que Dios juzgaría al mundo y que ÉL era justo al hacerlo así. El
argumento es éste: “Si yo soy justo al juzgar al mundo, entonces soy justo al juzgarte
a ti (porque tú eres parte del mundo)”.
El mundo podría usar el mismo argumento tonto que estaban usando los judíos:
considera Juan 3:16: “De tal manera amó Dios al mundo”. Los hombres malvados
podrían decir: “Dios, mientras más malvados seamos, más engrandecido será tu amor,
¿cómo, entonces, puedes juzgarnos? Nuestra iniquidad realza Tu amor”. Tal
pensamiento distorsionado y pervertido se parece a la siguiente etiqueta blasfema:
“Cristo murió por nuestros pecados. . . No lo decepcionemos”.
Romanos 3:7
Es cierto que Dios puede usar el pecado y la maldad y la ira del hombre para traer
GLORIA a Su Nombre (Salmo 76:10). Aún un malvado Faraón puede traer gloria a Dios
con la dureza de su corazón (ver Romanos 9:17, 18, 21, 22, 23). Siguiendo la misma
lógica pervertida, el Faraón podría decir: “Señor, ¿qué derecho tienes Tú para juzgarme?
Yo te he hecho un servicio. He ayudado a traer gloria a Tu nombre. He hecho ver a todos
lo paciente que has sido conmigo y cómo se manifestó Tú poder. Si yo no me hubiera
resistido a Tí, Tú no podrías haber hecho todos esos poderosos milagros y esas señales
sobre la tierra de Egipto”. El pecado del hombre puede traer gloria a Dios, pero
ciertamente eso no exime del juicio al hombre.
Nota: ¿Por qué permitió Dios que el pecado y la maldad entraran en Su universo? La
respuesta a esta pregunta nunca será completamente entendida por el hombre mortal.
Una razón puede ser ésta: Dios está interesado en darse a conocer, (revelar cuán grande
y glorioso Él es en verdad). Hay ciertos aspectos del asombroso carácter de Dios que
nunca podrían conocerse aparte del pecado: Su misericordia, Su amor, Su paciencia, Su
gracia, Su juicio, etc.) Por ejemplo, ¿cómo podría Dios mostrar cuán misericordioso Él
es en perdonar a pecadores si no hubiera pecado y no hubiera pecadores a quienes
perdonar?
Romanos 3:8
“Hagamos males para que vengan bienes” – Pablo fue acusado falsamente de enseñar
ésto. ¿Por qué? Porque Pablo enseñaba que la salvación es por gracia y no por
obras. El enseñaba que el más malvado de los pecadores podía ser salvo aparte de
cualquier obra (ver Romanos 3:28; 4:1-5). Puedes ver cómo las enseñanzas de Pablo
pueden pervertirse fácilmente: “Vivamos como nos plazca y hagamos mal, porque la
salvación es por gracia. Mientras más pequemos, más brillará Su gracia. Pequemos más,
porque eso solo magnificará más la gracia”. Pero recuerda: PABLO NO ENSEÑÓ ESTO
(ver Romanos 6:1-2). Esto es una malvada distorsión de la doctrina de la salvación por
gracia. En realidad, la gracia salvadora de Dios nos enseña todo lo contrario (ver TITO
2:11-12).
4. ROBO – “Robaré este pan para poder alimentar a mi familia hambrienta y para
poder así mantenerla con vida”. El acercamiento cristiano: “Señor, no tengo que
hacer lo que está mal a Tus ojos y no tengo que quebrantar los Diez
Mandamientos. Me niego a robar porque Tú has dicho, “NO HURTARÁS”. Confiaré
en que Tú cuidarás de alguna manera de mi familia hambrienta, y yo haré todo
de mi parte para usar toda vía legítima para ayudarles (toda vía legal)”.
RECUERDA ESTO:
Nuestra actitud debe ser ésta: “Señor, haré lo correcto, no importa lo difícil que sea y
dejaré los resultados en Tus manos. Tú tendrás que resolver el problema”. HAZ EL BIEN
Y CONFÍA EL RESULTADO A DIOS.
“Pues” = por lo tanto, y señala nuevamente al versículo 2. La gran ventaja que tienen
los judíos (Romanos 3:2), ¿los hace ser mejores que los gentiles? No.
“Nosotros” – Pablo se incluye junto con los judíos y se identifica humildemente con los
“todos” que están bajo pecado.
“Ya hemos acusado antes” – En Romanos capítulos 1-2 Pablo ya había acusado y
demostrado que tanto los judíos como los gentiles están condenados delante de un Dios
santo.
Romanos 3:10
“Como está escrito” – compare Gálatas 3:22. Desde el versículo 10 al 18 Pablo está
citando de
las Escrituras del Antiguo Testamento. Aquí hay una lista de los pasajes del Antiguo
Testamento a los que Pablo se está refiriendo:
Romanos 3:10-12 del Salmo 14:1-3 y Salmo 53:1-3
Romanos 3:13 del Salmo 5:9 y Salmo 140:3
Romanos 3:14 del Salmo 10:7
Romanos 3:15-17 de Isaías 59:7-8 y ver Isaías 48:22
Romanos 3:18 del Salmo 36:1
Romanos 3:10 es una cita del Salmo 14:1-3 y del Salmo 53:1-3. Note en el Salmo 14:2
– “el Señor miró desde los cielos”. Todo esto es desde el PUNTO DE VISTA DE DIOS.
Compare 1 Samuel 16:7. Esto es como DIOS VE EL CORAZÓN HUMANO desde Su
perspectiva omnisciente. El versículo 10 es un resumen de todos los versículos que
siguen. Todos estos versículos demuestran lo injustos que somos. Estos versículos son
el diagnóstico de Dios del corazón humano. (Ilustración: Puedo lavar mis manos tan bien
como pueda, pero si luego las examinara bajo un microscopio o algún otro instrumento
de aumento, probablemente estaría asombrado de la suciedad y de las bacterias y del
polvo que todavía tendrían. Mi propia vida puede parecer limpia y pura al compararla
con otros, pero no es así como Dios me ve).
Romanos 3:11
“No hay quien entienda” – esto describa la ceguera espiritual del hombre. Cuando se
trata de las cosas de Dios y de la verdad de Dios, no hay entendimiento (comparar 1
Corintios 2:14).
“No hay quien busque (diligentemente) a Dios” – ¿Pero no contradice ésto Hechos
15:17 y Hebreos 11:6 que enseñan que el hombre busca a Dios? El punto principal de
Romanos 3:11 es éste: El hombre, dejado a su propia naturaleza depravada, se aleja de
Dios en vez de acercarse a Dios. El hombre, por naturaleza, ¿anda por los caminos de
Dios o anda por sus propios caminos (Isaías 53:6)? Por naturaleza, ¿los hombres aman
la luz y vienen a la luz (Juan 3:19-20)? ¿Buscó Dios al Adán perdido o buscó el Adán
perdido a Dios (Génesis 3:6-10)? ¿Los hombres perdidos andan en busca del Salvador
o es el Salvador quien busca de los hombres perdidos (Lucas 19:10)? Por analogía con
1 Juan 4:19 podríamos decir, “Nosotros lo buscamos a ÉL, porque ÉL nos buscó primero”.
Por analogía con 1 Juan 4:10 podríamos decir, “En esto consiste el amor de Dios que
busca y salva, no en que nosotros hayamos buscado a Dios, sino en que ÉL nos buscó a
nosotros”. Por analogía con Juan 15:16, “Ustedes no me buscaron a Mí, sino Yo los
busqué a ustedes”. Todo creyente debería dar gracias a Dios por la misericordiosa obra
que ÉL está dispuesto a hacer y que ÉL hace en el corazón humano (ver Hechos 16:14;
Juan 6:44-45, 65). Dios es el gran Iniciador. Como dice el himno: “Perdido en la
oscuridad tropezaba solo yo, lejos de la luz del día. Jesús entonces me encontró y disipó
la oscuridad. Antes que yo le amara a Él, Él me amo a mí. Antes que yo le encontrara a
ÉL, ÉL me encontró a mí. Antes que yo le buscara a ÉL, Él me buscó a mí. Sí, Jesús cuida
de mí” (Ron Hamilton). Dios nos buscó cuando éramos Sus enemigos (Romanos 5:6-10)
y cuando aún estábamos muertos en pecado (Efesios 2:1-5). Antes que Adán aún
pensara en volver a Dios, Dios se volvió y lo llamó, “¿Dónde estás tú?” (Génesis
3:9). DIOS ES EL GRAN Y BENIGNO BUSCADOR. ¿Has sido tú encontrado por ÉL?
Romanos 3:12
“No hay quien haga lo bueno (bondad)” – esta palabra “bueno” o “bondad” se
encuentra en Efesios 2:7 y Tito 3:4 (Dios fue muy bondadoso con los desagradables).
Dios fue muy bondadoso con los que no merecían bondad alguna. Hombres depravados
carecen de toda bondad y caridad.
¿Hay alguna excepción a lo que Pablo está diciendo en Romanos 3:10-12? Note el
énfasis: no. . ni uno. . no. . ni aún uno. . no hay . . no hay. . ni aún uno, ninguno.
Romanos 3:13
“Sepulcro” = sepultura, tumba. Dios mira la garganta del hombre y ¿qué es lo que ve?
Compare Mateo 23:27.
“Engañan” – Desde el punto de vista de Dios, todos los hombres son engañadores y
mentirosos.
Romanos 3:14
Comparar Mateo 12:34-35. Cuando una persona blasfema y maldice podemos decir,
“Caballero, excúseme, pero su corazón se está revelando”. Los labios del creyente deben
estar continuamente llenos de bendiciones (hablando bien de Dios). Ver Salmo 103:1-
2.
Romanos 3:15
“Derramar sangre” – esta gente es descrita como asesinos (derramar sangre se refiere
a una muerte violenta y brutal).
Romanos 3:16
“Quebranto” = ruina
Romanos 3:17
Ellos no han conocido el camino de paz. Observe la terrible historia de guerras en cada
edad y en cada generación (comenzando con el día en que Caín mató a Abel). La
Sociedad de la Ley Internacional de Londres ha entregado estadísticas declarando que
por los últimos 4000 años de historia humana, no ha habido más de 286 años de paz a
pesar de los más de 8000 tratados de paz. Durante los últimos 300 años ha habido más
de 286 guerras mayores y menores en Europa. La historia del hombre ha sido una
historia de guerras y las condiciones no están mejorando. ¿Qué guerras y conflictos
están teniendo lugar ahora en el mundo? Cuando el hombre no está en paz con Dios
(compare Romanos 5:1), entonces está en guerra con su prójimo.
Romanos 3:18
Aquí está la raíz del problema. No hay reverencia ni respeto hacia Dios. Los hombres
pueden temer a la policía o al juez, pero no tienen temor del Juez de toda la tierra. La
persona que tiene un sano temor de Dios es la persona que TEME (tener miedo) hacer
algo que pueda desagradar al Señor. Ver Proverbios 1:7 y 9:10 (el temor de Jehová es
el “comienzo”. Sin eso, no puedes siquiera pasar por la puerta para entrar en la casa de
la sabiduría del Señor). El temor de Dios debe ser la marca y la característica de todo
verdadero hijo de Dios (Filipenses 2:12; 1 Pedro 1:17).
Romanos 3:19
“Toda boca se cierre” – he aquí la defensa del hombre. ¡No tiene nada que decir! El
hombre sabe que es culpable de la acusación. Dios, el Juez justo, SABE TODO y VE TODO
y es TESTIGO de todo pecado y delito que hayamos cometido. ¿Qué podemos decir?
Romanos 3:20
Hay algunas cosas que la ley NO PUEDE HACER y hay ciertas cosas que la ley SÍ
PUEDE HACER. De acuerdo con este versículo, ¿qué es incapaz de hacer la ley? Es
incapaz de justificar al hombre pecador. Pero este mismo versículo enseña que la ley
puede dar al hombre el conocimiento del pecado. Puede mostrar al hombre su total
pecaminosidad. El propósito de la ley puede ilustrarse con un ESPEJO. Al realizar las
actividades del día, de alguna manera mi rostro se ha ensuciado sin yo darme cuenta.
El espejo sirve para mostrarme que mi cara está sucia. Me muestra que tengo un
problema. Pero el espejo no puede lavar la suciedad. Del mismo modo, la santa ley de
Dios me muestra que soy un pecador culpable (incapaz de cumplir los santos
mandamientos de Dios), pero no me puede salvar. Sólo me puede condenar y me
muestra que necesito un Salvador. Tal como el espejo te debe dirigir al jabón y al agua,
así la LEY debe dirigirte al CORDERO de Dios que puede salvarte y que puede quitar
tus pecados.
Romanos 3:21
“Pero ahora” – estas palabras indican un cambio crucial. Todo lo que Pablo ha dicho
hasta ahora han sido “malas noticias”. El ha mostrado claramente la culpabilidad y la
condenación del hombre. Pablo ha mostrado que todo hombre es un pecador perdido y
sentenciado, “culpable ante Dios” (Romanos 3:19). PERO AHORA Pablo comienza a
compartir la “BUENAS NUEVAS”. La buena noticia es que Dios tiene un maravilloso plan
de salvación (“justificación”) por el cual el hombre puede ser declarado justo ante un
Dios santo. “Pero ahora” – estas palabras indican un cambio drástico en la orientación
de esta carta (compare la misma expresión en Efesios 2:11-13 y 1 Corintios 15:16-20).
Los próximos seis versículos son de fundamental importancia. El Dr. Alva J. McClain ha
dicho lo siguiente sobre Romanos 3:21-26:
Esta sección es el corazón mismo del libro de Romanos. Por esta razón todos los
cristianos deberían memorizar los versículos 21-26. Si alguien me preguntara,
“Hermano McClain, si usted pudiera elegir sólo seis versículos de la Biblia, y se le
quitaran todos los demás, ¿cuáles escogería?” Yo seleccionaría estos seis
versículos. En ellos se presenta todo el evangelio de Dios (Buenas Nuevas), y de
una manera tal, como no se encuentra en ninguna otra parte de la Palabra de
Dios. (El Evangelio de la Gracia de Dios).
Empezando por el versículo 21 y continuando hasta el final del capítulo, hay una
PALABRA CLAVE que se encuentra repetidas veces. Es la palabra “JUSTICIA”
(JUSTIFICAR).
v. 21 – justicia
v. 22 – justicia
v. 24 – justificar
v. 25 – justicia
v. 26 – justicia, justo, justificar
“Se ha manifestado la justicia de Dios” –Con ésto comenzó Pablo en Romanos 1:17,
pero después de ese pasaje, la justicia de Dios no vuelve a mencionarse hasta Romanos
3:21. Pablo quería mostrarnos primero cuánto necesitamos esa justicia (comparar
Romanos 3:10).
En las Escrituras del Antiguo Testamento podemos leer acerca de la justicia de Dios que
es aparte de la ley (comparar Romanos 1:2), siendo testificada . . .
1. . . . por la ley (ver Génesis 15:6 y Génesis 7:1 con Hebreos 11:7)
Romanos 3:22
“Por medio de la fe” –la justicia de Dios se recibe por fe
“Para todos los que creen” – comparar Romanos 1:16. Todos necesitan esta justicia
(Romanos 3:23) y todos los que creen reciben esta justicia. En ninguna parte la Biblia
enseña el UNIVERSALISMO (que finalmente todos los hombres serán salvos). La Biblia
enseña una salvación que es ofrecida y es asequible a todos, pero beneficia solamente
a los que creen (compare 1 Timoteo 4:10). Dios limita los beneficios de Su salvación
solo a aquellos que se la apropian por fe.
Romanos 3:23
¿Y el Señor Jesús? ¿Pecó ÉL alguna vez? Ver 1 Pedro 1:19; 1 Pedro 3:18; 1 Pedro 2:22;
Hechos 3:14; 1 Juan 3:5; Mateo 27:4; Mateo 27:24; Juan 19:4; Mateo 27:19; Lucas
23:41; Mateo 27:44; Mateo 27:54; Lucas 4:33-34; Juan 8:46; Juan 8:29; Mateo 3:17;
Isaías 53:9; 2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15; Hebreos 7:26; Lucas 1:35 etc. La
impecabilidad de Cristo es una doctrina muy importante.
¿Qué de la virgen María? ¿Era ella una excepción de Romanos 3:23? Ver Lucas 1:47 y
compare con Lucas 5:30-32. ¿Qué clase de personas necesitan un Salvador? ¿Qué clase
de persona era María? La primera mención que ha sido registrada de gente tratando de
adorar a María se encuentra en Lucas 11:27. ¿El Señor alentó o desalentó semejantes
alabanzas a María? María era una joven mujer piadosa a la cual Dios usó de una manera
muy especial, pero guárdate de la Mariolatría.
“TODOS PECARON” – esta es una verdad bíblica vital. Veamos otros lugares de la Biblia
en donde esto es enseñado claramente:
La palabra hebrea por pecado es usada de una manera interesante en Jueces 20:16. Los
hijos de Benjamín eran muy diestros en usar la honda. Estos hombres eran zurdos y
podían tirar una piedra con una honda a un cabello y no erraban. Esta palabra “errar”
es la palabra “pecado”. Un pecador es uno que YERRA. Un pecador es alguien que no
alcanza el objetivo (el objetivo de Dios). ¿Cuál es el objetivo de Dios? Se encuentra en
Mateo 22:37, 39. ¿Has logrado este objetivo perfectamente o lo has errado?
“La GLORIA DE DIOS” – esto se refiere a todo lo que Dios es en Su carácter perfecto:
ETC.
Comparados con Cristo, ninguno de nosotros queda en buen pie. Recuerda al entrenador
de básquetbol. El dijo que nadie que midiera menos de 1.80 mts podría formar parte de
su equipo. Dios dice que nadie que no alcance la altura de Jesucristo podrá entrar al
cielo. Esto significa que ninguno de nosotros está calificado para llegar al cielo, porque
ninguno de nosotros llena el requisito. Sin embargo, Dios sabía que ninguno de nosotros
alcanzaría la norma, de modo que ÉL preparó un plan de salvación que hace posible que
pecadores creyentes puedan ser tan justos como Cristo(ver 1 Juan 3:7—
“como ÉL es justo”).
Más ilustraciones de Romanos 3:23. Saltar sobre el Mississippi: Supongamos que a toda
persona se le diera la tarea de saltar sobre el río Mississippi. Un hombre atlético podría
saltar unos 5 mts. o más. Una señora de edad podría saltar solo 1 mt. El atleta podría
decir a la señora de edad: “Ha, yo lo he hecho mucho mejor que usted”. Pero la dama
respondería: “Sí, pero ninguno de los dos alcanzamos la meta”. Aviones: Piensa en
aviones que se estrellan contra una montaña. Un avión se estrella en la base de la
montaña. Otro avión se estrella a la mitad de la montaña y el tercero se estrella a cinco
metros de la cumbre de la montaña; pero todos quedaron cortos y todos se estrellaron
y perecieron. Unos lo hicieron mejor que otros, pero todos ellos fallaron. El asunto no es
si acaso eres menos pecador que otros. El problema es que no importa cuán bueno hayas
sido, no has alcanzado la norma.
Romanos 3:24
“Justificar” no significa “hacer justo”. Ver Romanos 3:4 (una persona no puede hacer
justo a Dios, solo puede decir que ÉL es justo y declararlo justo). El Antiguo Testamento
dice, “nunca justifiques al impío” (ver Proverbios 17:15). En otras palabras, nunca digas
a un delincuente, “Tú no eres culpable, eres inocente”. Al decir eso, no lo estás haciendo
justo (él es tan criminal como siempre lo ha sido) pero tú estas (equivocadamente)
declarándolo justo o inocente. El Dr. Alva McClain explica la justificación como sigue:
Sí, Dios nos ve TAN JUSTOS COMO CRISTO. Por esto en 1 Juan 3:7 se dice que la persona
salva es “JUSTA COMO ÉL ES JUSTO”. En y por nosotros mismos hemos pecado y no
alcanzamos las justas demandas de Dios (Romanos 3:23). Sin embargo, EN CRISTO no
nos quedamos cortos, sino somos vistos como quienes cumplen perfectamente con todas
las demandas de Dios.
Por causa de Jesucristo, Dios puede ser bondadoso hacia quienes no merecen
ninguna bondad. En Efesios 2:1-3 leemos que estábamos muertos en pecados
y que merecíamos la ira de Dios y, sin embargo, Dios, por causa de Cristo,
puede ser bondadoso con quienes solo merecen Su ira. Gracia es la bondad
inmerecida de Dios.
Por causa del Salvador, Dios puede manifestar Su amor y bondad hacia el
hombre, aún hacia el hombre descrito en Tito 3:3 (insensato, rebelde,
extraviado, esclavo de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en
malicia y envidia, aborrecible y aborreciéndose unos a otros). Este hombre
no merece nada sino la ira de Dios, y sin embargo, por causa de Cristo, él
puede conocer la bondad y el amor de Dios. “Asombrosa gracia que salvó a
un miserable como yo”.
De modo que la gracia de Dios es Su bondad y amor hacia hombres que no merecen
una gota de ello.
Romanos 3:25
“A quien” –se refiere a “Jesucristo” (final del v. 24). La redención acaba de ser
mencionada (v.24) y la redención siempre debe hacernos recordar la obra de Cristo en
la cruz, que es el tema del versículo 25.
“Propiciación” = esta es una de las expresiones clave para describir la obra de Cristo
en la cruz, que enfatiza el aspecto de nuestra salvación en cuanto a Dios se refiere. Ver
1 Juan 4:10. La palabra “PROPICIACIÓN” se usa en el Antiguo Testamento y allí es
traducida como “TRONO DE GRACIA” (propiciatorio). El propiciatorio era la tapa que
cubría el arca que estaba ubicada en el Lugar Santísimo del tabernáculo. La tapa estaba
hecha de oro puro (Éxodo 25:17) y en cada extremo había labrado un querubín o ángel
(Éxodo 25:18). Dentro del arca estaba la ley de Dios, los Diez Mandamientos (ÉXODO
25:21). En Romanos 7:12 la ley es descrita como SANTA, JUSTA y BUENA. ¿Es posible
que un hombre pecador pueda cumplir perfectamente la ley de Dios (Gálatas 3:10;
Romanos 3:20; Santiago 2:10)? De ninguna manera. Por lo cual, la ley dentro del arca
proclamaba este mensaje:
Dios nunca podrá estar satisfecho hasta que el pecado haya sido castigado y la pena
haya sido pagada. Cuando Jesús murió en la cruz, el pecado del hombre fue castigado y
la pena del pecado fue totalmente pagada (Juan 19:30; 1 Juan 2:2).
Dios está completamente satisfecho y complacido con la obra que Jesús cumplió en la
cruz. ¿LO ESTÁS TÚ? La fe dice, “Dios está satisfecho y yo también lo estoy (Romanos
3:25) – es suficiente que Jesús muriera y que ÉL muriera por mí”.
Por cuanto la santidad y la justicia de Dios han sido SATISFECHAS, Dios ahora es libre
para tratar con nosotros según Su gracia (Romanos 3:24). Por lo cual podemos
acercarnos confiadamente al trono de la gracia, en vez de venir temerosos al trono de
juicio y de ira (Hebreos 4:16; 10:19-22). Alabemos a Dios por lo que fue realizado en la
cruz.
Romanos 3:25
Romanos 3:26
Este es el gran problema que Dios enfrentó y que solo puede ser resuelto en el evangelio:
¿CÓMO PUEDE DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO JUSTIFICAR (DECLARAR JUSTO)
A UN PECADOR IMPÍO Y MISERABLE? Dios es justo al condenar el pecado, pero, ¿como
puede Dios ser justo al justificar al pecador? Este problema puede contestarse solamente
con la cruz de Cristo y con la doctrina de la muerte vicaria de Cristo. En la cruz Dios
preparó un plan mediante el cual Él podía justificar al pecador SIN COMPROMETER EN
ABSOLUTO SU CARÁCTER SANTO Y JUSTO. Hoy en día, muchos liberales modernos
quieren que Dios comprometa Su carácter tolerando el pecado u olvidando el pecado,
etc. Dios nunca puede hacer esto. ÉL no puede quedar conforme hasta que el pecado
haya sido juzgado.
Note en este versículo que, aunque Dios ha provisto justificación para todos los hombres,
Dios justifica solamente “a los que creen en Jesús”. El don bondadoso de la justificación
es ofrecido a todos, pero tiene que ser recibido personalmente por fe (ver Romanos
5:17).
Romanos 3:27
La ley por obras dice, “Haz y tendrás vida”; pero tienes que hacer todo perfectamente y
guardar la ley perfectamente, porque Dios demanda nada menos que la perfección.
La ley de fe dice, “Cree y vivirás” (Juan 6:47; 5:24; etc.). Cree en la obra perfecta que
Cristo hizo en la cruz.
Romanos 3:28
“Sin” = totalmente aparte de (cf. Hebreos 4:15 “sin pecado”; Romanos 3:21; etc.). La
conclusión de Pablo aparentemente está en conflicto con Santiago 2:24 – “Veis pues que
el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”. Esta aparente
contradicción se resuelve cuando entendemos que Santiago y Pablo estaban viendo la
salvación del hombre desde perspectivas diferentes.
No puedes ser salvo por obras (Efesios No puedes demostrar que eres salvo sin
2:8-9) obras (Santiago 2:14, 18)
¿Cómo puede ser salva una persona? ¿Cómo puede una persona demostrar que
es salva? ¿Cómo puede “mostrar su fe”?
Sólo por fe (Romanos 3:28)
Sólo por obras (Santiago 2:18)
Fe sin obras salva (Romanos 3:28) Fe sin obras no salva (Santiago 2:14)
Esta es una fe viva (fe que salva) Esta es una fe muerta (Santiago 2:18)
Una persona no es salva por obras. (Las Una persona salva hará buenas
“obras” son rechazadas por Pablo obras.(Santiago entiende que las “obras”
como medio de salvación: es errado son el resultado de la salvación: una
decir que una persona tiene que hacer persona hace buenas obras porque es
buenas obras para ser salva). salva).
Estas son obras meritorias, es decir, Estas son obras de fe, es decir, obras que
obras que se hacen con el fin de merecer nacen de una fe viva y real.
o ganar la salvación.
Pablo está de acuerdo con Santiago. Santiago está de acuerdo con Pablo.
El enseñó que las buenas obras El enseñó que una persona hereda el reino
acompañan a la fe que salva (Ef. 2:10; solo por fe (Santiago 2:5) y que Abraham
Tito 3:8; Gá. 5:6; Fil. 2:11-12). fue justificado por fe (2:23).
La salvación es por las obras de la ley (el Las obras no son necesarias una vez que
error del legalismo) la persona es salva (el error del
antinomianismo)
Romanos 3:29-30
El glorioso evangelio de Dios no se limita a una nación. Dios creó a todos los hombres y
Dios murió por todos los hombres, de modo que el evangelio es ofrecido a todos los
hombres. Esto se enseña en Romanos 10:12 – “porque no hay diferencia entre judío y
griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan”.
El evangelio no es solo para los judíos; es para “TODO AQUEL” (ver Romanos 10:13).
“Circuncisión” = judíos
“Incircunsición” = gentiles
En los primeros capítulos de Romanos Pablo probó hábilmente que tanto judíos como
gentiles están perdidos en pecado y bajo la condenación de Dios (Romanos 3:10). Estas
eran las malas noticias. Ahora Pablo comparte la buena noticia de que la justificación es
ofrecida a TODOS LOS HOMBRES, tanto judíos como gentiles. Y ambos grupos la reciben
de una sola manera: POR FE o POR MEDIO DE LA FE. La pregunta importante no es si
eres judío o gentil. La pregunta importante es si eres o no eres JUSTIFICADO (si eres o
no eres un creyente en el Crucificado y Resucitado).
Romanos 3:31
La ley es confirmada cuando cumple el propósito por el cual fue dada (ver Romanos
3:20). La ley puede hacer algunas cosas (Romanos 3:20; 7:7-14) y hay otras cosas que
la ley no puede hacer (Romanos 8.3; Gálatas 2:16; Romanos 3:20; etc.).
Introducción
Las PALABRAS CLAVE de Romanos capítulo 4 son “creer” y “fe”. Estas palabras clave
se encuentran en Romanos 4, versículos 3, 5, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 19, 20 y 24. La
justificación es por fe y no por obras. ¿Cómo sabemos ésto? El Antiguo Testamento lo
pone de manifiesto (como se demuestra por Abraham y David).
Romanos 4:1
¿Cómo fue justificado Abraham? ¿Cómo fue salvo? ¿Cómo obtuvo Abraham la justicia de
Dios? ¿Cuál fue la verdad en su caso? ¿Qué encontró Abraham? ¿Qué descubrimiento
hizo Abraham? Aplicación: ¿Has descubierto tú la justicia de Dios? ¿Has encontrado tú
el camino de salvación de Dios? Tristemente, la mayoría de las personas nunca hacen
este descubrimiento.
Romanos 4:2
Para esclarecer el tema, Pablo asume algo que no es cierto. “Supongamos que Abraham
fue justificado por obras. Si esto fuera cierto, él tendría motivos para vanagloriarse”.
Para ver como la vanagloria (alardear, alabarse, jactarse, enorgullecerse, presumir,
creer en sus propios méritos, etc.) está totalmente excluida de la salvación genuina, ver
Romanos 3:27 y Efesios 2:8-9. Hay una sola clase de gloriarse que es aceptable a Dios:
GLORIARSE EN EL SEÑOR (1 Corintios 1:29, 31), es decir, dar todo el reconocimiento y
toda la alabanza a Dios por lo que ÉL HA HECHO (enorgullecernos de nuestro
SALVADOR).
Es obvio que ningún pecador se jactará jamás delante de Dios (ver 1 Corintios 1:29 y
las últimas cuatro palabras de Romanos 4:2), de modo que es evidente que Abraham
no puede haber sido justificado por obras.
Romanos 4:3
¿Abraham fue salvo (justificado) por obras o por fe? Esta pregunta es crucial. Todas las
religiones del mundo (incluyendo los cultos e ismos) enseñan algún tipo de SALVACIÓN
POR OBRAS – que el hombre tiene que hacer ciertas cosas y que el hombre tiene que
cumplir ciertos requisitos para ser salvo y ganarse el favor de Dios. El camino de
salvación de Dios es totalmente diferente. El hombre ha fallado completamente en
alcanzar los justos requisitos de Dios (Romanos 1-3), pero Dios, por medio de Cristo, ha
hecho posible que el hombre pecador sea salvo y sea justificado.
¿Por qué escogió Pablo a Abraham como el primordial ejemplo de cómo una persona es
salva? Abraham es estimado grandemente por millones de personas en el mundo entero.
Para los judíos, él es su más notable y distinguido patriarca, el padre de la nación judía.
Para los musulmanes, él es igualmente apreciado, porque Abraham es el padre de Ismael
quien es el padre de los árabes. Quizás podríamos usar ésto como un medio para
testificar a judíos y musulmanes. “¿Alguien ha compartido con usted alguna vez
cómo Abraham llegó a ser un hombre justo?”
¿Cómo fue justificado Abraham? La Biblia responde a ésto con mucha claridad. Pablo
cita Génesis 15:6. Esta Escritura enseña claramente que Abraham fue justificado POR
FE. “El creyó a Dios” y así fue justificado. Este versículo no dice absolutamente nada
sobre obras. ¿Cómo es salva una persona hoy? Ver Efesios 2:8-9 (igual como Abraham).
Todos los hombres en todos los tiempos siempre han sido salvos de una sola manera:
“POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE.” Sin embargo, el contenido de la fe no ha sido
siempre el mismo. Por ejemplo, ¿qué tenía que creer Abraham para ser salvo (ver
Génesis 15:5 y compare con Génesis 12:1-3)? ¿Qué tienen que creer las personas hoy
para ser salvas (ver Gálatas 2:20; Romanos 10:9; 1 Corintios 15:1-4, etc.)?
¿QUÉ TIENE QUE HACER UNA PERSONA PARA SER SALVA? – Esto ha sido
lomismo en todo tiempo. Tienes que creer a Dios y tienes que tomar a Dios por Su
Palabra. Tienes que confiar en un Dios fiel. La salvación es por fe. La salvación está
basada siempre y para siempre en la sangre derramada de Cristo.
¿QUÉ TIENE QUE CREER UNA PERSONA PARA SER SALVA? – Esto no ha
sidosiempre lo mismo en todo tiempo, porque Dios no ha revelado la misma verdad
a cada generación. Toda persona es responsable por la revelación que Dios le ha dado.
A quién mucho ha sido dado, mucho se le pedirá.
De acuerdo con Romanos 4:3, Dios contó la fe de Abraham por justicia. La fe de Abraham
le fue contada a Abraham por justicia. De esto se trata la justificación. Piensa en una
cuenta bancaria. En y por ti mismo, ¿cuánta justicia tienes en tu cuenta bancaria
(Romanos 3:10)? Como creyente en Cristo, ¿qué tienes en tu cuenta bancaria (ver
Romanos 3:22)? Dios puso SU justicia en mi cuenta bancaria.
Piensa en una página de contabilidad. Dios exige que en esta página se encuentre una
justicia perfecta. Pero cuando miro mi hoja, me doy cuenta que no tengo ninguna justicia
(Romanos 3:10; Isaías 64:6). Pero habiendo sido colmado con las buenas nuevas del
evangelio, yo escribo las siguientes palabras en mi hoja: “Yo creo en el Señor Jesucristo
con todo mi corazón. ÉL ha muerto y ha resucitado por mí.” Dios toma en cuenta lo que
he escrito y dice, “Cuento esto como justicia.” Y solamente sobre esta base yo puedo
ser justificado.
Romanos 4:4
Este versículo describe a la persona que obra. El versículo siguiente (v.5) describe a la
persona que no obra (el creyente). La persona que obra (v.4) espera una recompensa
para su obra. El cree que con sus buenas obras puede ganar la salvación y el favor de
Dios. Note el contraste en estos versículos:
Si Dios nos diera lo que merecemos, ¿qué sería eso (Romanos 6:23; 1:29-32; etc.)?
Dios no nos debe la salvación, pero ÉL nos da la salvación por Su gracia por medio de
Cristo. Por sus obras el hombre pecador solo se ha ganado condenación y castigo y
muerte eterna.
Romanos 4:5
La mayoría de la gente hoy cree que la manera de salvarse es “SER BUENA”. Ellos creen
y enseñan que la salvación se gana siendo buenos (de acuerdo a cualquier concepto de
“bueno” que tengan). Romanos 4:5 enseña que el camino para ser salvo no es ser
bueno, sino es creer. Nadie de nosotros es lo “suficientemente bueno” como para
alcanzar el nivel de santidad y perfecta bondad que Dios requiere.
“Señor, yo no soy bueno. No soy recto. No soy santo. No soy justo. Soy un
pecador culpable, sin defensa y sin esperanza. Mi única esperanza es venir ante
un Dios bondadoso y misericordioso. Yo creo en tu Hijo, el Señor Jesucristo y
creo que ÉL derramó Su sangre por mí y que pagó totalmente la pena del pecado.
Confío en Ti para salvarme y para hacer de mí la persona que debo ser. Puedo
ser bueno, pero sólo por Tu gracia salvadora”.
“Mas al que no obra” – Cuando una persona no está obrando, está descansando. La
salvación (justificación) no es obrar, sino es DESCANSAR sobre la obra de Otro (la obra
consumada por Cristo en la cruz – Juan 19:30). La fe en Cristo del creyente le es contada
por justicia (tal como en el caso de Abraham –versículo 3).
Muchas personas no son salvas porque no se ven a sí mismas como IMPÍAS, y así ellos
no ven la necesidad de ser salvos. Necesitamos vernos tal como Dios nos ve. ¿Cómo te
describe Dios en Romanos 5:6? ¿En Romanos 5:8? ¿En Romanos 5:10?
De manera que en Romanos 4:4-5 hay un gran contraste entre quienes OBRAN y quienes
NO OBRAN (creyentes). Hay una diferencia cielo/infierno entre los dos grupos. Toda la
gente religiosa del mundo (incluidos todos los cultos e “ismos”) pueden ser descritos por
la palabra “HACER”. Esta sola palabra resume su religión de obras. Ellos están tratando
de hacer ésto y aquello para ganarse la aceptación de Dios. El cristianismo bíblico (el
camino de salvación de Dios) puede resumirse en una palabra “HECHO”. “Mi alma
descansa completamente sobre lo que Cristo ha HECHO en la cruz por mí”. ¿Cuál palabra
te describe a ti? ¿Estás ocupado HACIENDO o estás descansando en la obra acabada de
Jesucristo que ya ha sido HECHA?
Los dos primeros son hechos. El tercero llega a ser verdad sólo por
fe (ver Romanos 5:17).
Una vez más, Pablo recurre a las Escrituras para probar su punto. El cita el Salmo 32:1-
2 que fue escrito por David. Note que la maravillosa doctrina de la justificación incluye
también la gloriosa verdad del PERDÓN. El perdón es descrito aquí de tres maneras:
¿Alguna vez has considerado la plenitud y la maravilla del perdón de Dios hecho
posible solamente por la cruz de Cristo? Considera los pasajes siguientes:
1. Miqueas 7:19 – Mis pecados se han ido para siempre. Nunca más volverán
a aparecer.
2. Jeremías 50:20 – Mis pecados nunca serán hallados.
3. Salmos 103:10-12 - ¿Cuánto hizo alejar Dios mis rebeliones? (Nota: la
distancia de sur a norte es finita, pero la distancia de este a oeste es
infinita. Puedes caminar hacia el oeste por siempre, pero no puedes
caminar por siempre hacia el norte).
4. Isaías 38:17 – Mis pecados están completamente fuera de vista.
5. Isaías 44:22 – Mis pecados han sido deshechos.
6. Isaías 1:18 – Mis pecados han sido blanqueados [rojo+rojo=blanco]
7. Hebreos 10:16 -(doble negación en griego). Mis pecados nunca serán
recordados por Dios
8. Levítico 16:20-22 – El mensaje del macho cabrío: PIÉRDETE.
9. Juan 1:29 – “quitado”. Mis pecados fueron totalmente quitados (lanzados
al espacio).
10. Hebreos 9:26 – “quitar” = apartar. ¿Cómo? Por el sacrificio por el pecado.
Dios no puede ignorar el pecado o pasarlo por alto. ÉL tiene que tratar con
él y juzgarlo. ÉL hizo ésto en la Persona de nuestro bendito Sustituto, el
Señor Jesucristo.
¿Dónde estaríamos si no hubiera tal cosa como el perdón divino? ¡Cuán maldito es el
hombre a quien el Señor inculpa de pecado (compare Romanos 4:8)! ¡Cuán terrible es
el pensamiento de una persona muriendo EN SUS PECADOS (ver Juan 8:21, 24)! ¿Qué
sucedería contigo si Dios tratara contigo según tus pecados, es decir, te diera el castigo
que tus pecados merecen (Salmo 103:10)? ¿Qué te sucedería si Dios te recompensara
de acuerdo a tus iniquidades (Salmo 103:10)? ¿No es mejor dejar que Dios trate contigo
según SU gracia y misericordia (Salmo 103:8)? Si el Señor mirare a los pecados, ¿quién
podrá mantenerse (Salmo 130:3)? Si se hiciera estricta justicia y Dios escrutara tu vida
y recordara cada pecado y te procesara, ¿cómo te las verías? ¿Estás agradecido por el
Salmo 130:4? ¿Has experimentado tú personalmente el perdón de Dios? ¿Conoces la
bienaventuranza del hombre a quién el Señor nunca inculpará de pecado?
Hay una lápida que tiene una sola palabra en ella: PERDONADO. Esa palabra es lo más
importante que pueda decirse de la persona. El perdón solo se encuentra en Jesucristo
(Efesios 1:7).
Romanos 4:9
Romanos 4:9b-10
Una vez más Pablo se refiere a Génesis 15:6, el pasaje clave que muestra que Abraham
fue justificado por fe. Basándose en este pasaje, Pablo hace una pregunta importante
en el versículo 10: Cuando Abraham fue justificado (en Génesis 15:6), ¿él era un judío
o un gentil? ¿El estaba circuncidado o incircuncidado? Qué fue primero, ¿su salvación o
su circuncisión? La respuesta es muy obvia. Abraham fue salvo (Génesis 15) mucho
antes de ser circuncidado (Génesis 17:24). De hecho, después que Abraham fuera salvo
nació su hijo Ismael (Génesis 16:11) y este niño tenía 13 años de edad cuando Abraham
fue circuncidado (Génesis 17:25). De modo que Abraham fue justificado y luego, más
de 13 años después, él fue circuncidado. Como Stifler dijo en su comentario de Romanos:
“Pablo puso de cabeza la jactancia de los judíos. No es el gentil el que tiene que adoptar
la circuncisión de los judíos para ser salvo; es el judío el que tiene que venir a la fe
gentil, esa fe que tenía Abraham mucho antes de ser circuncidado”.
Romanos 4:11-12
La circuncisión significa dos cosas: 1) UNA SEÑAL – las señales están para indicar algo,
y en este caso, la circuncisión indicaba hacia la fe que Abraham tenía y hacia la justicia
que se le acreditaba; 2) UN SELLO—los sellos se utilizaban en el mundo antiguo para
demostrar que un documento era auténtico (si recibías una carta del rey y ésta traía el
sello del rey, sabrías que era un documento genuino y que no era una carta falsificada).
La circuncisión de Abraham indicaba la autenticidad y realidad de su fe. Abraham no fue
justificado porque fue circuncidado; él fue circuncidado porque había sido justificado. Lo
mismo es válido hoy en día con el bautismo en agua. Un hombre no es salvo porque ha
sido bautizado en agua; él es bautizado en agua porque ha sido salvo. No es el rito el
que hace justo a un hombre ante los ojos de Dios. Primero tienes que estar bien ante
los ojos de Dios (por fe) y luego, lo apropiado es el bautismo.
Abraham es el padre de TODOS LOS QUE CREEN (Romanos 4:11). El es el padre de los
fieles. Todo verdadero creyente puede decir, “Abraham es mi padre y yo soy su hijo”.
Todo creyente gentil puede decir ésto (Romanos 4:11) y todo creyente judío puede decir
ésto (Romanos 4:12). Los judíos incrédulos pueden alegar una descendencia física, pero
cuando se trata de la fe, ellos no llevan la marca de la familia (ver Mateo 3:7-10 y Juan
8:33, 37, 38, 39-44). Los hijos deberían parecerse a sus padres, y los incrédulos no se
asemejan espiritualmente a Abraham, que era un creyente.
Los otros pasajes que enseñan que Abraham es el padre espiritual de los creyentes son
Romanos 4:16 y Gálatas 3:7, 8, 9, 14, 26-29 (los que pertenecen a Cristo por fe son la
simiente de Abraham) y compare Lucas 19:9. El relato de Lucas 16:19-31 es muy
interesante a la luz de lo que acabamos de aprender. ¿Quién es el “Padre” (Lucas 16:24)
que es visto en el paraíso? De hecho, el nombre mismo de ese lugar es llamado “el seno
de Abraham” (v. 22). Ese es el lugar al cual van los creyentes y Abraham es el padre de
los creyentes. La tragedia es que el hombre rico nunca conoció a Abraham como a su
padre espiritual (v. 24). El era rico, pero no era rico en fe (comparar Santiago 2:5).
Físicamente, Abraham no era solamente el padre de los judíos (los que vienen de Isaac
y Jacob), sino también era el padre de los que vienen de Ismael (los árabes) y de los
que vienen de Esaú (los edomitas). Espiritualmente, Abraham es el padre de todos los
que creen, tanto judíos como gentiles. Génesis 22:17 quizás sea una referencia tanto a
su descendencia terrenal o física (“arena”) como a su simiente celestial o espiritual
(“estrellas”). O también puede ser dos maneras distintas de decir la misma cosa – que
la descendencia de Abraham sería innumerable.
Romanos 4:13
Recuerda el contexto. La palabra clave del capítulo es “fe” (“creer”). Hijos de Abraham
son “todos aquellos que creen” (v.11). Necesitamos tener el parecido familiar. Tenemos
que seguir las pisadas de la fe de Abraham (v. 12). Debemos creer como él creía.
Necesitamos tomar a Dios por Su Palabra tal como lo hizo Abraham (v.3).
Heredero = poseedor
Ver Mateo 5:5 – “los mansos heredarán la tierra” (“manso” no significa débil; se refiere
a una persona que ha sido quebrantada y que se ha sometido a la voluntad de Dios).
Ver Mateo 25:34—cuando Cristo regrese a la tierra, algunos heredarán el reino. Lo
poseerán y lo disfrutarán. Otros estarán excluidos (ver v. 41).
Ver Lucas 13:27-29. Algunos están en el reino (incluidos) y otros estarán fuera
(excluidos). Abraham y otros creyentes están incluidos. Ellos poseerán el mundo y
disfrutarán el reino. Los que no son de la simiente de Abraham (los incrédulos) no serán
herederos (ellos serán excluidos del reino).
La verdadera Simiente de Abraham es nadie menos que el Señor Jesucristo (ver Gálatas
3:16). Es Jesucristo (el Mesías de Dios, el Rey ungido de Dios—Salmo 2:1-2) quien
poseerá la tierra de acuerdo con el Salmo 2:8 (comparar también v. 12). La tierra le
pertenece a ÉL. Es Su Reino. Abraham y toda su descendencia espiritual (creyentes)
compartirán las bendiciones de este reino.
De modo que la expresión “herederos del mundo” significa esencialmente “participar del
reino de Cristo”. De acuerdo con Romanos 4:13, ¿cómo llega una persona a ser
participante del reino? ¿Cómo llega una persona a ser heredero del mundo? No por medio
de la ley, sino por medio de la fe. Si fuera por medio de la ley, esto incluiría lo siguiente:
obras, tratar de cumplir las demandas de Dios como han sido dadas en la ley, tratar de
ganar el favor de Dios obedeciendo la ley de Dios, tratar de ganar las bendiciones de
Dios, tratar de hacerse digno, tratar de obtener una recompensa como pago por un
trabajo realizado, esforzarse, esmerarse, etc. La fe opera bajo un principio totalmente
diferente: Dios da y yo recibo. No merezco nada de ello, pero Dios me da lo que no
merezco (eso es gracia).
Romanos 4:14
A modo de argumento, Pablo asume algo que no es verdad. Aquí hay grandes
contrastes: la ley o la gracia; las obras o la fe; el sistema de méritos o la dádiva y el
inmerecido favor de Dios; cumplir la ley de Dios o creer en la promesas de Dios. La ley
requiere obediencia perfecta; la salvación requiere de la gracia y de la misericordia de
Dios. El camino de la ley está basado en los mejores esfuerzos del hombre, que nunca
son suficientes; el camino de la fe se basa en la obra acabada de Cristo en la cruz (Juan
19:30), que es totalmente suficiente. La ley de Dios condena absolutamente al mejor
hombre; la asombrosa gracia de Dios justifica gratuitamente al peor de los hombres. Por
la ley el pecador está condenado y bajo la ira de Dios, por la gracia, el pecador es salvo
y está bajo las alas de Dios. La ley y la gracia siempre son principios opuestos (ver
Romanos 11:6).
Si los que son de la ley son los herederos, entonces no es mi fe lo que cuenta, sino lo
que cuenta son mis obras. Tengo que ganarme el camino al reino por mis obras y por
mi obediencia a la ley. Por supuesto, llegar a ser salvo por la ley es totalmente imposible
(ver Lucas 10:25-28—“haz esto y vivirás”, pero ningún pecador es capaz de hacer jamás
estas cosas). De modo que la promesa quedaría sin efecto. Nadie podría ser heredero y
nadie podría entrar en el reino. Todos los injustos violadores de la ley quedarían
excluidos (comparar 1 Cor. 6:9-10 y Efesios 5:5).
Romanos 4:15
La ley solo produce ira. La ley solo puede acarrear una maldición, no una bendición
(Gálatas 3:10). ¿Por qué? Por mi condición de pecador. Un pecador no puede cumplir la
santa ley de Dios, por lo cual soy un violador de la ley. La ira de Dios tiene que caer
sobre mí. Los quebrantadores de la ley merecen la muerte. Los que guardan la ley,
merecen la vida, pero ¿cuántos de nosotros hemos realmente guardado la santa ley de
Dios, perfectamente, todos los días de nuestra vida?
La ley no trae justicia ni bendición ni herencia, sino sólo trae la ira de Dios. Si el hombre
pudiera guardar la santa y perfecta ley de Dios, entonces la ley traería vida y bendición
(Lucas 10:28). La ley produce ira, porque el hombre pecador quebranta la ley. Donde
hay ley, hay trasgresión, y donde hay trasgresión, tiene que venir la ira de Dios. La ley
produce ira, condenación y muerte (comparar 2 Corintios 3:7, 9). Cuán torpes son
aquellos que quieren ponerse bajo las imponentes demandas de la santa ley de Dios.
Pablo dice que ni siquiera esas personas guardan la ley (Gálatas 6:13). Pedro está de
acuerdo con Pablo (Hechos 15:9-11). El Señor Jesús dijo, “Ninguno de vosotros cumple
la ley” (Juan 7:19).
Romanos 4:16
La primera parte de este versículo puede parafrasearse como sigue: “Por cuanto la ley
no puede producir otra cosa sino ira, es (la herencia prometida) por fe, para que sea por
gracia (la dádiva gratuita de Dios para los pecadores que creen)”.
La justificación por las obras de la ley depende del hombre y tiene que fallar, porque el
hombre es un pecador. La justificación por gracia depende sólo de Dios y de la obra
acabada de Cristo. Y no puede fallar, porque Dios no puede fallar.
“Sea firme” – Es una cosa segura. La promesa es SEGURA para todo creyente, sea judío
o gentil (4:11; 4:16). Bendita seguridad. Todo creyente debería poder decir,
“estoy seguro que la herencia prometida es mía. Estoy seguro de ser un heredero (ver
el análisis bajo Romanos 4:13).
Abraham es el padre de todo aquel que cree (4:11), sea judío o gentil (4:11; 4:16). El
es el “padre de muchas gentes” (4:17). El es el padre espiritual de aquellos que creen
de todo linaje y lengua y pueblo y nación (cf. Apocalipsis 5:9).
Si la promesa fuera por la ley, estaría limitada a los judíos, porque a ellos fue dada la
ley (ver Romanos 9:4). Pero la promesa fue por gracia, para que todos los creyentes
(sean judíos o gentiles) pudieran poseer y disfrutar la promesa.
Romanos 4:17
Note que la primera parte de este versículo es un paréntesis. De modo que la última
parte del versículo 16 debería conectarse a lo que sigue al paréntesis: “. . .Abraham,
quien es padre de todos nosotros delante (a los ojos de) Dios, a quien (Abraham) creyó,
el cual (Dios) da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen”.
La cita que está entre paréntesis se encuentra en Génesis 17:5. Esta asombrosa
declaración se encuentra en tiempo pretérito (no “te pondré” sino “te he puesto”). Dios
lo dice como si fuera un hecho consumado. En la mente de Dios ya ha sido hecho.
Históricamente, Isaac aún no existía cuando Dios dijo estas palabras. En Romanos 8:30
hay un ejemplo similar –“a éstos también glorificó”. En la mente y en el propósito de
Dios ya es un hecho.
1. QUE DA VIDA A LOS MUERTOS. Dios puede hacer vivir a los que están
muertos. Abraham y Sara estaban muertos en el sentido de que ellos no podían
dar vida (ver Romanos 4:19 y Hebreos 11:11-12). De la estéril matriz de Sara
Dios trajo vida. Luego, cuando a Abraham se le dijo que matara a su único hijo
Isaac, él sabía que Dios volvería a dar vida a su hijo muerto, porque sabía que
Dios tiene que cumplir Su promesa (Hebreos 11:17-19 y compare con Génesis
22:5). Isaac llegó a ser así un tipo de Cristo que fue ofrecido a la muerte y que
fue devuelto a la vida (cf. Hebreos 11:19 y Romanos 4:24-25). Hoy en día, Dios
aún está ocupado en dar vida a los que están muertos (Efesios 2:1, 5; Juan 5:24;
6:47; 1 Juan 5:11-12; etc.).
2. QUE LLAMA LAS COSAS QUE NO SON, COMO SI FUESEN. (ÉL da existencia
a cosas que no son). Esto se refiere a las cosas que Dios ha determinado que
sucedan, pero que todavía no se han cumplido. Dios nos dijo todo sobre Isaac
antes de que él existiera históricamente. Dios anuncia lo por venir desde el
principio (Isaías 46:9-11). Por medio de Isaías, Dios nos puede decir todo sobre
un rey persa (Ciro), años antes de que él exista y años antes de que él aún
tuviera un nombre (ver Isaías 45:1).
Romanos 4:18
Romanos 4:19
“Muerto” = no estaba capacitado para dar vida (ver Hebreos 11:11-12). Desde el punto
de vista físico, era imposible para ellos tener hijos. Estaban demasiado viejos (para ver
su edad, ver Génesis 17:17).
Romanos 4:20
Romanos 4:21
Aquí hay una definición bíblica de la fe (comparar también Hechos 27:25). La persona
que cree a Dios es la persona que está persuadida y convencida que Dios hará
exactamente lo que ha prometido. DIOS PUEDE. (OMNIPOTENTE).
Romanos 4:22
“Su fe” (ver Romanos 4:3, 5). Abraham fue justificado por fe. El recibió su justificación
por fe (4:3), su herencia por fe (4:13) y su posteridad por fe (4:17-19). El no recibió
nada por esfuerzo humano.
Romanos 4:23-24
Ahora Pablo presenta la aplicación. ¿Qué tienen que ver Abraham y su fe con la gente
que vive hoy? El mismo Dios que salvó a Abraham es el mismo Dios que salva a los
hombres hoy y ellos son salvos de la misma manera – “por gracia por medio de la fe”
(Efesios 2:8-9). En todos los tiempos, Dios tiene una manera para salvar a los hombres.
Yo debo ser justificado de la misma manera en que Abraham fue justificado. Su
justificación debía ser el modelo para mi justificación. Tal como él creyó a Dios, debo
hacerlo yo. Tal como él creyó que Dios puede sacar vida de la muerte, también debo
hacerlo yo (v.24).
Hay algunas diferencias que debemos considerar. Abraham miraba hacia delante;
nosotros debemos mirar hacia atrás. A Abraham se le dio una promesa incumplida;
nosotros somos obsequiados con una obra acabada. Note el énfasis futuro de Romanos
4:18 –“ASÍ SERÁ” y contrástelo con el énfasis pasado de Romanos 4:25 – “EL CUAL
FUE”. Lo primero indica hacia lo que Dios hará y lo otro señala hacia lo que Dios ha
hecho.
Si NOSOTROS creemos en el Dios que levantó a Jesús nuestro Señor de los muertos,
entonces nuestra fe nos es contada por justicia. [Usualmente, Cristo es presentado como
el objeto de la fe salvadora, pero aquí lo es Dios el Padre. Para entender ésto, ver Juan
5:23-24 y Juan 12:44). El mismo Dios que sacó a Isaac de la muerte (primero en su
concepción y luego, en figura, cuando fue ofrecido sobre el altar), es el mismo Dios que
levantó a Jesucristo de la muerte. Isaac es un tipo de Cristo (Hebreos 11:19).
Romanos 4:25
Aquí tenemos una completa presentación del evangelio (el evangelio en pocas palabras).
Note que los dos grandes hechos del evangelio son la muerte y la resurrección de Cristo
(comparar 1 Corintios 15:1-4). Cristo fue dado y entregado por Dios el Padre (cf.
Romanos 8:32) y ÉL fue resucitado otra vez por Dios el Padre (v.24). Las palabras “por”
o “para” significan “por causa de” o “a cuenta de”. ¿POR QUÉ FUE ENTREGADO CRISTO?
Por causa de nuestras ofensas (para expiar mis ofensas). ¿POR QUÉ FUE RESUCITADO
CRISTO? A favor de nuestra justificación (para justificarme). Hay un lado negativo:
Cristo fue entregado para llevar nuestro pecado con toda su culpa y su castigo. Hay un
lado positivo: Cristo fue resucitado para proveer al creyente un nuevo lugar y una
nueva posición “en Cristo Jesús”, y sin esa nueva posición no podríamos tener ninguna
rectitud y ninguna justicia.
Sin la resurrección no podría haber salvación ni justificación ni perdón (ver 1 Corintios
15:17). Romanos 4:25 no enseña que la cruz no tiene relación alguna con nuestra
justificación. La Biblia enseña en otra parte con mucha claridad que la base de la
justificación del creyente es la sangre derramada de Jesucristo (ver Romanos 3:24;
4:25; 5:9—“justificados por Su sangre”). El punto aquí es que la resurrección de Cristo
también es esencial para nuestra justificación. Como William Newell dice:
“Esto implica que Dios concede al impío que cree una posición en el Cristo
resucitado . . . Su muerte y Su resurrección son una sola cosa indivisible, en lo
que a la justificación se refiere. Una vez resucitado Cristo, Dios me hace saber:
“No solamente fueron quitados tus pecados por la sangre de Cristo, de modo que
eres justificado de todo, sino que también lo he resucitado y tendrás tu puesto
en ÉL. Te he dado esta fe en un Cristo resucitado y te hago conocer que ahora
sólo en ÉL tienes tu puesto y tu posición. Cristo es tu vida y tu justicia.”
¿Qué es la Justificación?
4. Justificar o declarar justo, es, como consecuencia, el acto por el cual Dios
imputa al pecador creyente todo el valor de la infinita obra de Cristo en
la cruz; además, es el acto por el cual une a este pecador creyente con
el Cristo resucitado en gloria, dándole la misma aceptación que Cristo
tiene delante de ÉL: de modo que el creyente ya es “la justicia de Dios
en ÉL” (Cristo).
1) La Necesidad de la Justificación
Romanos 3:10 – Nos falta la justicia que necesitamos.
Isaías 64:6 – La justicia que tenemos es inútil, no sirve.
1 Corintios 6:9-10 – Los injustos no heredarán el reino de Dios.
2) El Significado de la Justificación
“Justificar” – piensa en la palabra “recto”.
“Justificación” – piensa en la palabra “rectitud”.
“JUSTIFICAR” significa “declarar o pronunciar recto”. Es un término judicial
(ver Deuteronomio 25:1).
“Justificar” no significa “hacer recto” (ver Lucas 7:29—la gente no “hizo” recto
a Dios, ellos afirmaron que ÉL era recto).
Lo contrario de Justificación es CONDENACIÓN (Deuteronomio 25:1; Romanos
5:16-19).
3) El Problema de la Justificación
Romanos 3:26 -- ¿CÓMO PUEDE DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO
JUSTIFICAR AL PECADOR CREYENTE? ¿Cómo puede un Dios justo justificar a una
persona culpable e impía (Romanos 4:5)? Sin la cruz del Calvario no puede haber
solución.
4) La Base de la Justificación
“Justificado por Su sangre” (Romanos 5:9).
La muerte sustitutiva de Cristo es la única base de la justificación de hombres
pecadores (1 Pedro 3:18; 2 Corintios 5:21; Isaías 53:6).
Todas las demandas de la justicia divina han sido completamente satisfechas por
la obra acabada de Cristo en la cruz. Dios juzgó a Su Hijo (Romanos 8:3; 2 Cor.
5:21) para que pudiera justificar al pecador creyente (Rom. 4:5). Mi Sustituto
tomó mi pecado para que yo pudiera recibir Su justicia (Isaías 53:6; 2 Cor. 5:21).
La muerte de Cristo es la única base para la justificación; de otro modo la muerte
de nuestro Salvador habría sido “en vano” (Gálatas 2:21).
5) La Fuente de la Justificación
“Justificados gratuitamente por Su gracia” (Romanos 3:24).
Todo es de Dios y todo es por gracia. No merecemos en absoluto el don de Dios
de la justificación (comparar Romanos 5:15-16). El publicano no la merecía
(Lucas 18:13-14) y los “impíos” no la merecen (Romanos 4:5).
Dios, en Su gracia, la proveyó, la ofrece a todos y la da a todo aquel que cree.
6) La Vía de la Justificación
“Justificado por fe” (Romanos 3:28; 5:1)
¿Cómo adquiere el pecador esta perfecta justicia? Se recibe “por fe”.
La base de la justificación del pecador es la muerte de Cristo y se la
apropia por medio de la fe. El don gratuito de la justificación de Dios debe ser
“recibido” personalmente (Romanos 5:17)
7) El Ejemplo de la Justificación
ABRAHAM es el principal ejemplo usado tanto por Pablo como por Santiago
(Génesis 15:6; Romanos 4; Santiago 2).
8) El Resultado de la Justificación
La perfecta justicia de Dios es puesta en mi cuenta (Romanos 4:3-5) de modo
que yo soy perfectamente justo, no en mí mismo (aún soy un pecador), sino “EN
CRISTO JESÚS” (2 Corintios 5:21; 1 Corintios 1:30). Dios me ve ahora tan justo
como Jesucristo (1 Juan 3:7), como si nunca hubiera pecado y como si siempre
hubiera cumplido perfectamente la santa ley de Dios. Habiendo sido justificado,
ahora tengo PAZ PARA CON DIOS (Romanos 5:1) y NINGUNA CONDENACIÓN
(Romanos 8:1; Juan 3:18; 5:24). Ver también el estudio titulado: 215 Cosas que
son Ciertas en Cuanto a Mí Ahora que soy Salvo.
9) La Evidencia de la Justificación
Santiago dice que Abraham fue “justificado por obras” (Santiago 2:14-22). Así es
como “mostramos nuestra fe” y así es como probamos a los hombres la realidad
de nuestra justificación. Ver también 1 Juan 2:29; 3:7; 3:10.
Note como la última palabra de Romanos 4:25 (“justificación”) se enlaza con el primer
versículo del capítulo 5 (“habiendo sido justificados” - traducción literal del griego). La
palabra “pues” señala hacia lo que se había dicho antes. Hasta ahora en el libro
de Romanos, Pablo nos ha mostrado. . .
Con el capítulo 5 comienza una nueva sección. Pablo nos hace saber ahora algunos de
los BENEFICIOS de la justificación (Romanos 5:1-11). La justificación es la dádiva
gratuita de Dios (Romanos 5:18) y viene en un paquete que es recibido por el creyente
en el momento de la salvación. En Romanos capítulo 5 Pablo quiere que abramos este
paquete y que veamos algunos de los beneficios y de las bendiciones que hay adentro.
Aquí van algunos ejemplos . . .
Por causa de todas estas bendiciones y beneficios, tenemos motivos para regocijarnos
con confianza: Romanos 5:2 – “nos gloriamos”; Romanos 5:3 – “nos
gloriamos”; Romanos 5:11 – “nos gloriamos”. Este verbo significa “regocijarse,
alborozarse, gozarse mucho”. Cuán satisfechos deberíamos estar de las ricas
bendiciones de Dios que nos pertenecen por Su gracia. Nos gloriamos y contentamos en
un gran Dios.
Hay algunos que hablan de la necesidad de recibir “la segunda bendición” o “una segunda
obra de gracia”. Se refieren a una experiencia después de la salvación (usualmente
hablar en lenguas, que llaman el “bautismo del Espíritu”). Los siguientes puntos aclaran
esto:
1. Los beneficios de la justificación son para todos los que han sido
justificados por fe (Romanos 5:1).
Si tenemos a Cristo y todas las bendiciones espirituales en ÉL, ¿qué nos falta?
El verdadero problema no es que al creyente le falta una segunda experiencia de
bendición. El verdadero problema es que los creyentes muchas veces fallan en darse
cuenta de cuán bendecidos son en Cristo. Ellos fallan en recurrir a sus riquezas y fallan
en poseer sus posesiones. Los que son hijos del Rey deben dejar de vivir como
pordioseros.
Por cuanto has sido justificado por fe, ahora tienes paz con Dios. Paz con Dios es algo
que todo creyente tiene. La hostilidad que había en un tiempo entre mí y Dios, se ha ido
para siempre. La guerra ha terminado. Estoy en paz con mi Creador y soy totalmente
aceptado por ÉL. Mi aceptación nada tiene que ver con quien yo soy o con lo que yo he
hecho. Tiene todo que ver con Quién es Jesucristo y con lo que ÉL ha hecho (comparar
Efesios 1:6-7). Dios está complacido con Su amado Hijo (Mateo 3:17) y Dios está
complacido conmigo porque yo estoy en Su amado Hijo (Efesios 1:6 – “aceptado”
significa “altamente favorecido”). Lamentablemente, la mayoría de los creyentes no
toman a Dios por Su Palabra cuando se trata de la aceptación. Cuando todo va bien y
parece que Dios los bendice, entonces sienten que ÉL los ama y los acepta. Pero cuando
están tropezando, y todo parece duro y difícil, entonces sienten como que ÉL no los ama
y no los acepta. ¿Cómo puede ser ésto? Nada hay en nosotros que nos pueda
recomendar con Dios. Nuestra aceptación es en Cristo Jesús y no en nosotros mismos.
Dios nos ha aceptado en Su Hijo solo por gracia y debemos basar nuestra fe sobre este
hecho.
Que nunca olvide la enemistad que en un tiempo existía entre mí y Dios. Considera
cuidadosamente los siguientes versículos moderadores:
La paz con Dios fue posible de una sola manera – POR LA CRUZ (ver Col. 1:20-21 y Ef.
2:13-18).
¡Cuán agradecido debo estar que el Dios que en un tiempo estaba CONTRA MÍ (Romanos
1:18; 2:2) ya NO ESTÁ EN CONTRA DE MÍ (Romanos 8:31)! ¡ÉL está POR MÍ (cf. Salmo
118:6)!
La PAZ CON DIOS es la bendita posesión de todo creyente. La PAZ DE DIOS (Filipenses
4:7) es diferente. Para tener la paz de Dios descrita en Filipenses 4:7, el creyente tiene
que cumplir las condiciones expuestas en Filipenses 4:6. Estas condiciones son las
siguientes: 1) no afanarse por nada; 2) oración – venir a Dios en vista de Quién ÉL es;
3) ruegos – una petición basada en una necesidad específica que tenga en mi vida
(cualquier cosa que me está causando preocupación); 4) acción de gracias –dar gracias
a Dios porque Él solucionará el problema a Su manera y en Su tiempo. La paz de Dios
es el resultado de haber hecho estas cuatro cosas. También debemos mencionar el don
de la paz de Cristo que es mencionada en Juan 14:27, que hace posible que nuestros
corazones estén tranquilos en un mundo lleno de turbaciones (comparar Juan 16:33).
¿Estamos disfrutando del don que Cristo nos ha dado?
Romanos 5:2
“Por quien” = por medio de quien. Por medio de Cristo tenemos PAZ (v.1) y por medio
de Cristo tenemos ENTRADA (v.2). La palabra griega por “entrada” significa literalmente
“guiar o llevar a la presencia de”. Dios nos guía y nos trae a Su presencia. Cristo ha
hecho posible ésto (Efesios 2:13-18; Hebreos 10:19-20) y es solamente por Él que
podemos venir (Juan 14:6). Dios manda al creyente a ACERCARSE CONFIADAMENTE a
Su presencia (Hebreos 4:16; 10:19, 22).
En la esfera humana es muy difícil y aún imposible tener acceso a la presencia de reyes
o presidentes u otras personas “importantes”. Pero el hijo del presidente tiene un
privilegio especial y puede entrar directamente a su oficina. Como hijo de Dios, el
creyente puede irrumpir hasta la presencia misma de su Santo, Celestial Padre en
cualquier momento y en cualquier lugar y puede tener una audiencia con el Rey de
Reyes.
Dos ilustraciones del Antiguo Testamento nos muestran cuán privilegiados somos y cuán
bienaventurado es este acceso que tenemos: 1) LOS HIJOS DE ISRAEL EN EL MONTE
SINAÍ – Cuando el Dios Santo dio Su Santa Ley en el Monte Sinaí, la gente no tenía
acceso. Se les dijo que se alejaran y que permanecieran lejos y se les advirtió que no se
acercaran (ver Éxodo 19:12-13, 16, 18, 21-24); 2) LOS HIJOS DE ISRAEL EN EL
TABERNÁCULO – Dios manifestó Su gloria y Su presencia de una manera especial sobre
el propiciatorio en el Lugar Santísimo (el lugar más recóndito del tabernáculo, detrás del
velo). ¿Qué clase de acceso tenían los hijos de Israel? Su acceso era extremadamente
limitado. Sólo un hombre podía entrar a este lugar y él podía entrar solamente una vez
al año (ver Hebreos 9:7). ¡Cuán diferente es hoy en día! Por causa de la obra acabada
de Cristo, el velo se rasgó (Mateo 27:51) y los creyentes pueden entrar en el Lugar
Santísimo (Hebreos 10:19). Tenemos acceso ilimitado (Hebreos 4:16; 10:19-20).
¿Estamos aprovechando ésto?
“Esperanza” – esta palabra incluye algo futuro, una expectativa futura (ver Romanos
8:24). La palabra “esperar” muchas veces expresa la idea de incertidumbre (“espero
recibir una carta hoy día”; “espero que no llueva el día de nuestro paseo” etc.) En el
Nuevo Testamento la palabra “esperanza” lleva la idea de certeza, porque cuando Dios
dice que algo sucederá en el futuro, podemos esperar que sin duda sucederá. Un ejemplo
de ésto se encuentra en Tito 2:13—“la bienaventurada esperanza” (la feliz expectativa).
No hay incertidumbre en cuanto a la venida de Cristo (Juan 14:2-3), excepto que no
conocemos el día. Tenemos la certeza de que ÉL regresará, pero no tenemos certeza de
cuándo tendrá lugar este magnífico suceso.
“La gloria de Dios” – ésto involucra algo que el creyente está esperando en el futuro.
El creyente tiene un glorioso futuro trazado y preparado por Dios (cf. 1 Co. 2:9-10). La
glorificación del creyente se ve en los siguientes pasajes: Romanos 8:18; 8:30 (es tan
seguro, que desde el punto de vista de Dios, ya es un hecho); 2 Corintios 4:17; 1 Pedro
1:11; 4:13; 5:10; 1 Juan 3:1-2; etc.
Romanos 5:3
No nos regocijamos solamente por nuestra futura esperanza (v.2), sino también nos
regocijamos en la presente seguridad de que nuestras tribulaciones producirán
paciencia (V.3). El sufrimiento no es algo anormal, sino está más bien en el amante plan
de Dios para Sus creyentes.
“Tribulaciones” = presiones, aflicciones, las dificultades de la vida que nos acosan,
pruebas problemas, conflictos, apuros etc. Ver Juan 16:33; Hechos 14:22 y 1 Ts. 3:3-4
(debemos esperar tribulaciones). ¿Por qué se regocija el creyente en las tribulaciones?
Porque él SABE algo. El sabe que la tribulación produce paciencia.
Romanos 5:4
“Prueba” –esto viene de una palabra que significa “probar”. ¿Por qué Dios nos envía
tribulaciones? ÉL nos está probando. ¿Por qué dijo Dios a Abraham que sacrificara a su
hijo (Génesis 22)? ÉL estaba probando su fe. La prueba de nuestra fe es algo muy
precioso (1 Pedro 1:7). Toda prueba y dificultad es una oportunidad única para confiar
en el Señor y descubrir que ÉL es fiel y suficiente. La palabra “prueba” contiene la idea
de “aprobación”. El pensamiento es éste: nosotros no somos solamente probados (por
las tribulaciones que Dios permite), pero PASAMOS LA PRUEBA (como hizo Abraham en
Génesis 22). De modo que la palabra “prueba” contiene la idea de “carácter probado” o
“la calidad de haber sido aprobado” o “carácter aprobado”. Se refiere a una persona que
ha pasado exitosamente el duro examen. Ha aprendido que, por la gracia de Dios, él
puede resistir. “He confiado en Dios en medio de la tribulación y he visto que Dios es
fiel”.
Romanos 5:5
“Esperanza” = futura expectativa (v.2 y ver los comentarios allí). Mi futura salvación
y glorificación están garantizadas. Los que esperan en Cristo nunca deben estar
avergonzados o desilusionados. Recuerda que la salvación es en tres tiempos – pasado,
presente y futuro (comparar 2 Corintios 1:10 donde vemos que la gloriosa LIBERACIÓN
de Dios es en tres tiempos).
La palabra “esperanza” nos señala el aspecto futuro de la salvación (ver Romanos 5:9-
10 donde es enfatizado este aspecto futuro: “seremos salvos”). Como creyente, puedo
saber en mi corazón que mi futura salvación es segura y que el Dios que comenzó Su
obra salvadora en mí, la perfeccionará (Filipenses 1:6). ÉL termina lo que comienza
(Romanos 8:29-30). ¿Cómo puede un creyente tener tal seguridad y tal esperanza?
“PORQUE el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones” (Romanos 5:5).
“El Espíritu Santo que nos FUE DADO”. El Espíritu Santo es el don de Dios para todo
creyente (ver Juan 7:39; Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19). Uno de los beneficios de la
justificación es la presencia de Dios el Espíritu Santo que mora en el creyente. Uno de
Sus ministerios es señalarnos el amor de nuestro Salvador como se demuestra en la
cruz y derramar este amor en nuestros corazones (Romanos 5:5-10). Los siguientes
versículos nos señalarán hacia la CRUZ DEL CALVARIO y nos explicarán el amor de Dios
y lo que el amor de Dios significa en cuanto a nuestra futura y total salvación.
Romanos 5:6
“Impíos” – ver Romanos 4:5. Impíos son los que no tienen temor de Dios, no tienen
respeto a Dios y no reverencian a Dios (ver Romanos 3:18). Cristo murió por esa clase
de personas.
Romanos 5:7
Este versículo proporciona más explicaciones por vía de contraste. El amor más grande
que un hombre pueda tener queda corto frente al amor de Dios. Un hombre podría dar
su vida por su amigo (aunque esto puede suceder a veces, no sucede a menudo), pero
el DIOS-HOMBRE puso Su vida por Sus enemigos.
“Justo” – ésto implica, por vía de contraste, que Cristo murió por hombres injustos (ver
1 Pedro 3:18)
Romanos 5:8
“Mas” – Note el contraste. Dios hizo mucho más de lo que los hombres jamás se
atreverían a hacer. ÉL dio Su vida por Sus enemigos.
“Pecadores” = Los que han errado el blanco, los que han quedado cortos ante los
justos requerimientos de Dios (todos nosotros hemos pecado contra el Dios
Todopoderoso. Ver Romanos 3:23).
¿Cómo muestra Dios Su amor? ¿Dónde debemos mirar para ver el amor de Dios? Muchas
veces la gente acusa a Dios de no tener amor. “¿Cómo puede un Dios de amor permitir
que millones de personas mueran de hambre en la India o en África?” “¿Cómo puede un
Dios de amor permitir que un terremoto arrase con miles de vidas?” etc. Pero para ver
el amor de Dios tienes que mirar al lugar correcto. La más grande demostración del
amor de Dios tuvo lugar en la cruz del Calvario. Ver también Juan 3:16; 1 Juan 3:16;
4:9-10. (Ver el estudio: El Nuevo Mandamiento).
Romanos 5:9-10
Romanos 5:9
Si Dios nos ha justificado por Su sangre, cuánto más seremos salvos de la ira por medio
de Jesucristo. En otras palabras, si Cristo murió para salvarte cuando eras injusto, con
mayor razón ÉL te salvará ahora que eres justo (en ÉL) y que has sido justificado. Si ÉL
murió por ti cuando tú eras Su enemigo, cuánto más hará ÉL por ti ahora que eres Su
amigo. Si Dios me amó cuando yo era un pecador (v.8), cuánto más derramará Su amor
sobre mí ahora que soy Su hijo.
Romanos 5:10
Este versículo amplía la explicación del versículo 9 (“porque”). Si Dios nos reconcilió
Consigo Mismo cuando aún éramos Sus enemigos, cuánto más hará por nosotros ahora
que hemos entrado en una preciosa relación con ÉL.
“Reconciliado” = Dios y el hombre han sido reunidos en armonía, en paz (v.1), toda
hostilidad ha sido removida y todas las barreras para tener compañerismo han sido
quitadas. El profundo abismo que separaba a un Dios santo de un hombre pecador ha
sido subsanado y superado. Hemos sido reconciliados, no porque Dios comprometiera
Su santidad (“permitiré que el hombre se acerque a mí, pasando por alto su pecado y
comprometiendo Mi santidad” –perezca ese pensamiento), sino porque Dios sacrificó a
Su Hijo.
“Salvos por Su vida” –ver Hebreos 7:25, que constituye un comentario perfecto para
estas cuatro palabras. Mi eterna seguridad está atada a Su vida. Para que yo pudiera
perder mi salvación, el Señor Jesús resucitado tendría que morir (pero vea Romanos
6:9-10 y Apocalipsis 1:18). ÉL murió UNA VEZ, pero nunca más. ÉL vive siempre para
interceder por nosotros. ÉL murió para salvarme; ÉL vive para mantenerme salvo.
Romanos 5:11
4. Lea Génesis 9:6 donde fue instituida la pena capital. Note la expresión
“por el hombre su sangre será derramada”. Piense en la ejecución por
medio de la horca, como se hacía en el salvaje oeste. ¿Violaría esto
Génesis 9:6? ¿Sería ésto una forma válida de aplicar la pena capital?
9. Que nunca olvidemos el precio que fue pagado por nuestra redención (1
Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18-19). ¡Que la sangre de Cristo siempre sea
preciosa para nosotros!
LA SANGRE DE JESÚS
No hay perdón sin ella.
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión”. Hebreos 9:22
Redime al creyente.
“Rescatados. . . con la sangre preciosa de Cristo”. 1 Pedro 1:18-19
Justifica al creyente.
“Estando ya justificados en Su sangre”. Romanos 5:9
Note los DOS ACTOS: El acto de desobediencia de Adán al comer el fruto prohibido
(Génesis 3:6); el acto de obediencia de Cristo cuando murió en la cruz (Filipenses 2:8).
Ver Romanos 5:18-19.
Note los DOS RESULTADOS: Por lo que hizo Adán: MUERTE, JUICIO y CONDENACIÓN.
Por lo que hizo Cristo: VIDA y JUSTICIA y GRACIA.
Note que Adán y Cristo son hombres representativos. Ellos actuaron en nombre del
hombre (tal como nuestros representantes elegidos en el Congreso votan por nosotros).
Adán pecó por nosotros y Cristo murió por nosotros.
El punto principal de esta sección es el triunfo de la gracia de Dios sobre el pecado (ver
Romanos 5:20-21). La frase clave es “MUCHO MÁS” (Romanos 5:15, 17, 20). Si piensas
que lo que hizo Adán fue significativo (y lo fue), CUÁNTO MÁS significativo y grande e
importante es lo que hizo Cristo. Lo que Cristo hizo superó y sobrepasó en mucho lo que
hizo Adán.
Considera la historicidad de Adán. ¿Fue Adán una persona real e histórica que vivió
verdaderamente en esta tierra como el progenitor de la raza humana? Nadie niega la
historicidad de Jesucristo, que Él fue una Persona histórica real que vivió en la tierra.
Sin embargo, muchos niegan la historicidad de Adán. Esto se debe a la incredulidad del
hombre y a la popular teoría de la evolución que rechaza los primeros 11 capítulos de
Génesis y que alega que estos capítulos están desprovistos de toda veracidad histórica.
Los patrocinadores de este punto de vista dicen muchas veces que las cosas que
sucedieron en esos primeros capítulos de Génesis son sólo historias interesantes (pero
falsas) que contienen ciertas lecciones morales para nosotros. Pero en Romanos 5:12 y
siguientes, Pablo asume que Adán fue una persona histórica real, tan histórica como
Moisés (Romanos 5:14) y Cristo (Romanos 5:15). Ver también 1 Corintios 15:22, 45,
47; 2 Corintios 11:3 (si Eva desaparece, también tiene que desaparecer el diablo); 1
Corintios 11:8-9; 1 Timoteo 2:13-14; etc. Ver también la genealogía de Lucas capítulo
3 que comienza con Adán y termina con Cristo (en orden inverso). Si Cristo fue una
Persona histórica pero no así Adán (como les gustaría a los incrédulos que pensáramos),
entonces ¿en qué momento de la genealogía pasamos de la ficción a lo histórico o de lo
mitológico a lo histórico?
Para todo creyente cristiano la prueba final de la historicidad de Adán y Eva se encuentra
en las palabras de Jesucristo Mismo, tal como están registradas en Mateo 19:4-5. Estos
dos versículos no solo muestran que Adán y Eva fueron personas reales que vivieron en
la historia, sino muestran también que Cristo aceptaba ampliamente la veracidad de los
dos primeros capítulos de la Biblia (Mateo 19:4 está basado en Génesis 1 y Mateo 19:5
está basado en Génesis 2).
Romanos 5:12
“Un hombre” = Adán. El pecado entró al mundo por Adán. Y siempre que aparece el
pecado, trae consigo a su estrecho compañero: LA MUERTE. El pecado y la muerte son
una pareja, siempre andan juntos. El pecado da a luz la muerte (Santiago 1:5).
“y por el pecado la muerte” = esta es una frase incompleta. Esto es lo que significa
la frase cuando es completada:
Las palabras “a todos los hombres” (en la mitad de Romanos 5:12) están enfatizadas en
el griego. La muerte pasó a ¿quién? A TODOS LOS HOMBRES. ¿Por qué pasó la muerte
a TODOS LOS HOMBRES? ¿Por qué fue infectada toda la humanidad con esta horrible
enfermedad de pecado y muerte? ¿Por qué todos los hombres? ¿Por qué no sólo Adán?
Si él es el que pecó, entonces él y solamente él es el que debería morir. ¿Por qué la
muerte pasó a todos los hombres? He aquí la respuesta de Dios: CUANDO ADÁN PECÓ,
TODOS NOSOTROS PECAMOS. Cuando Adán cayó, caímos todos nosotros. ¿Por qué pasó
la muerte a todos los hombres? “Porque todos pecaron” (Romanos 5:12, ver el final del
versículo). ¿Cuándo pecaron todos los hombres? Cuando Adán pecó.
Esta verdad, aunque sea difícil de aceptar, es enseñada en todo este pasaje: Romanos
5:15—Por la trasgresión de Adán muchos murieron. Por el pecado de Adán, yo
morí. Romanos 5:18—Por causa del pecado de Adán, yo estoy bajo juicio y
condenación. Romanos 5:19—Por el acto de desobediencia de Adán, yo llegué a ser un
pecador. Ver también 1 Corintios 15:22 – EN ADÁN TODOS MUEREN.
En Adán todos pecaron. También es cierto que en Adán todos fueron creados. Hablando
en forma precisa, la gente que vive hoy no fue creada. Nosotros hemos llegado al mundo
por procreación, no por creación. Las únicas personas que fueron creadas son Adán y
Eva. Sin embargo, en cierto sentido es correcto decir que yo fui creado en Adán. Sin
Adán, yo no tendría existencia. Cuando Adán fue creado, yo estaba en los “lomos” de
Adán (cf. Hebreos 7:10). Yo formaba parte de “su simiente”. (Del mismo modo podemos
decir que toda la nación de Israel estaba en Abraham, Isaac y Jacob).
Cuando Adán pecó, yo no estaba allí. Yo no comí la fruta, Adán lo hizo. Yo no desobedecí
a Dios, Adán lo hizo. Sin embargo, en cierto sentido yo estaba allí. Yo estaba allí en
Adán. Yo pequé en Adán. Yo morí en Adán. Podría preguntársele a una persona, “¿Cuál
es la peor cosa que te ha sucedido?” Esto podría ser respondido de muchas maneras: la
muerte de un ser querido, un terrible accidente en automóvil, alguna tragedia
inesperada, etc. Pero todas esas respuestas son incorrectas. La Biblia revela una sola
respuesta verdadera para esta pregunta: LA PEOR COSA QUE JAMÁS ME HA
SUCEDIDO, ES CUANDO ADÁN COMIÓ EL FRUTO PROHIBIDO HACE MILES DE
AÑOS (Romanos 5:12). De igual manera, LA MEJOR COSA QUE JAMÁS ME HA
SUCEDIDO, ES CUANDO CRISTO MURIÓ EN LA CRUZ HACE COMO 2000 AÑOS
(Romanos 5:18-19).
¿Por qué es cierto que YO PEQUÉ EN ADÁN, YO MORÍ EN ADÁN Y ESTOY CONDENADO
EN ADÁN? Yo no estaba allí cuando sucedió, ¿o sí lo estaba? Considere lo siguiente:
3. Adán actuó por mí como mi representante. Adán fue la cabeza de nuestra raza y
él representó la raza. Es interesante notar que la caída del hombre se vincula con
la desobediencia de Adán no con la desobediencia de Eva, aunque Eva
desobedeció primero. Pero Eva no era la cabeza de la raza. Lo determinante fue
cuando Adán comió. Fue entonces cuando la raza cayó. Un representante es
alguien que actúa en lugar de otro. Adán estaba allí en el jardín del Edén actuando
por ti y representándote a ti. Hoy en día elegimos hombres al Congreso llamados
“representantes”. Ellos están allí para votar por mí. Yo no puedo votar, pero ellos
pueden y ellos votan por mí. Cuando Adán estaba en el jardín del Edén, como mi
representante, él tenía que hacer un voto. El tenía que votar a favor de Dios o en
contra de Dios. El tenía que escoger obedecer a Dios o desobedecer a Dios. El
escogió desobedecer. Hay un sentido en que su voto llegó a ser mi voto.
Entender este principio hará que la Biblia cobre vida para ti. Cuando leas el relato de la
caída de Adán en Génesis 3, te darás cuenta que esto no es una narración remota que
nada tiene que ver contigo, sino que tu estabas allí en un sentido real. Por cuanto Adán
era tu representante, tú participaste de lo que Adán hizo. En la caída de Adán todos
pecamos.
Del mismo modo, cuando leas la historia de la crucifixión, recordarás que tú estabas allí
en un sentido muy real. Su muerte llegó a ser tu muerte. SU historia llegó a ser tu
historia (tal como veremos en Romanos 6). Cuando leo acerca de Cristo siendo
crucificado, esto llega a ser muy personal, porque yo también fui crucificado allí (Gálatas
2:20), y, alabado sea Dios, yo también salí de aquella tumba con ÉL.
Romanos 5:12 también dice algo que se relaciona con la ciencia y en particular con el
debate creación/evolución. Este versículo enseña que la muerte fue el resultado del
pecado de Adán. La caída del hombre también afectó al reino animal y como veremos
en Romanos 8:19-22, los animales gimen, esperando ser liberados de la esclavitud en
que se encuentran por el pecado del hombre. Antes de la caída de Adán, la muerte no
era una realidad en el reino animal, por lo cual no puede haber fósiles anteriores a la
caída del hombre (contrariamente a lo que dice la teoría de la evolución). Los
creacionistas creen que la vasta mayoría de los fósiles se formaron en el tiempo del
diluvio universal en los días de Noé.
Romanos 5:13-14
El punto principal de Pablo en estos dos versículos es que la muerte pasó a todos los
hombres (v.12), no porque ellos pecaron, sino porque Adán pecó. Fue el pecado de Adán
lo que trajo la muerte sobre la humanidad. La gente desde Adán hasta Moisés no pecaron
como Adán (el pecado de Adán fue una violación voluntaria de un mandamiento directo
de Dios). Sin embargo, la muerte reinó sobre ellos, no por causa de sus acciones, sino
por causa del acto de Adán. Hoy podríamos usar la ilustración de niños que mueren.
Estos bebés nada saben acerca del bien y del mal, pero ellos mueren. Esto debe
recordarnos del efecto universal del pecado de Adán. Por causa de su trasgresión, la
sentencia de muerte pasó a todos los hombres.
Adán es una “figura” o TIPO de Aquél que había de venir, es decir, Jesucristo (Romanos
5:14). Adán es un tipo de Cristo. En 1 Corintios 15:45 Jesucristo es llamado “Adán” (“el
postrer Adán”) y Cristo también es llamado el “segundo hombre” en contraste al primer
hombre, Adán (1 Corintios 15:47). Si comparamos a estos dos hombres. Encontraremos
similaridades y diferencias entre ellos:
ADÁN JESUCRISTO
El primer hombre Adán (1 Co. 15:45) El postrer Adán (1 Co. 15:45)
“Fue hecho un alma viviente” (1 Co. “Fue hecho espíritu vivificante” (1 Co.
15:45)(a Adán le fue dada vida – Génesis 15:45). Cristo da vida – Juan 5:21, 25;
2:7) 6:33; etc.).
El hombre refleja a Adán (1 Co. 15:49 y El hombre salvo puede y debe reflejar a
ver Génesis 5:3) Cristo (1 Co. 15:49 y ver Col. 3:10; Ef.
4:24; Rom. 8:29; 2 Co. 3:18; 1 Juan
3:2; etc.)
Adán realizó un acto que tuvo tremendas Cristo realizó un acto que tuvo
consecuencias consecuencias aún mayores
El acto de Adán fue un acto pecaminoso El acto de Cristo fue un acto justo (Rom.
(Rom. 5:12, 15, 16, 17, 18) 5:18—“la justicia”)
Esto es lo que produjo el acto de Adán: Esto es lo que produjo el acto de Cristo:
MUERTE (Rom. 5:12, 14, 15) VIDA (Rom. 5:17, 18, 21)
JUICIO (Rom. 5:16, 18) EL DON GRATUITO (Rom.5:15, 16, 17,
CONDENACIÓN (Rom. 5:16, 18) 18)
GRACIA (Rom. 5:15, 17, 20, 21)
JUSTIFICACIÓN (Rom. 5:16, 18, 19)
JUSTICIA (Rom. 5:17, 19, 21)
REINAR (Rom. 5:17; compare v.21)
Romanos 5:15
Note el “mucho más” en este versículo (la expresión “mucho más” se encuentra 4 veces
en Romanos 5. ¿Puedes encontrarlos? Versículos ____ ____ ____ ____).
Adán hizo “MUCHO” (para mal), pero Cristo hizo “MUCHO MÁS” para el beneficio y la
bendición del hombre. Por la ofensa de Adán MUCHOS MURIERON. En la caída de Adán
todos pecamos y en la muerte de Adán todos morimos.
La ofensa de Adán trajo desastre y muerte sobre la raza humana (“la muerte pasó a
todos los hombres” – v.12), pero el don gratuito que ofrece el Cristo crucificado y
resucitado trae perdón y vida a todos los que quieran recibir el don. Por causa de la
ofensa de Adán todos los hombres mueren (v.15—aquí hay un ejemplo importante de
que “MUCHOS” es igual a “TODOS”), pero por medio de la muerte de Cristo el
benevolente don de Dios de la vida y la justicia es ofrecido a todos.
Romanos 5:16
En este versículo hay un contraste entre “un pecado para condenación” y “muchas
transgresiones para justificación”. Por una ofensa de Adán vino el juicio. El remedio
exigió que MUCHAS OFENSAS fuesen puestas sobre Cristo cuando ÉL murió en la cruz.
Una sola ofensa de Adán trajo juicio y condenación sobre la humanidad. Lo que Cristo
hizo es mucho más grande, porque Él proveyó un camino para que MUCHAS OFENSAS
pudieran ser borradas. Alva McClain da esta ilustración: Un hombre va al bosque y toma
un fósforo y pone fuego a un árbol. Esta es una acción pequeña que cualquiera puede
realizar. Pronto todo el bosque podría estar incendiándose. Supongamos que alguien
viene y apaga todo. ¿La segunda acción no sería bastante mayor “mucho más” que la
primera? Por una acción de Adán cayó todo el “bosque” de la humanidad. Por el acto
justo de Cristo millones y millones de ofensas fueron pagadas y fue posible borrarlas.
Cristo hizo MUCHO MÁS.
Romanos 5:17
La palabra “abundancia” está relacionada con la palabra “abundaron” del versículo 15.
La gracia de Dios es superabundante y profusa. El don gratuito ha sido provisto para
todos los hombres, pero todos los hombres tienen una responsabilidad. Ellos tienen
que RECIBIRLA. “Recibir” es una palabra de fe (ver Juan 1:12).
Los que “reciben” esta abundancia de gracia, con ella tienen el don de
justicia. ¡Qué don! ¡Aparte de las obras, aparte de la Ley, aparte de las
ordenanzas, aparte de la dignidad personal, un don de justicia sin
reserva de parte de Dios! Muchas veces, al enseñar este pasaje a clases
bíblicas las he aconsejado repetir tres veces cada una de estas
expresiones: “La abundancia de la gracia”, “el don de la justicia”. Te
recomendamos sinceramente que hagas lo mismo, querido lector.
Pruébalo. (William Newell, Romanos).
Por causa de Adán ha reinado la muerte (los numerosos cementerios dan testimonio de
ésto). Por causa de Cristo, los creyentes reinan (literalmente ellos “reinan como reyes”).
Romanos 5:18
“Por la justicia de uno” = por el acto de justicia de Uno (es decir, el justo acto de
Cristo de morir en la cruz).
El don gratuito vino para todos los hombres (la obra de Cristo en la cruz fue hecha a
favor de toda la raza humana), pero, lamentablemente, no todos los hombres la reciben
(v.17). Calvino lo dijo de esta manera: “ÉL (Dios) da Su favor a todos, porque es
asequible para todos, y no porque sea en realidad extendido a todos (es decir, en su
experiencia); porque aunque Cristo sufrió por los pecados de todo el mundo y es
ofrecido, por la benignidad de Dios, indiscriminadamente a todos, no todos lo reciben”.
(Nota: Calvino parece enseñar aquí que Cristo murió por todos los hombres. Para una
mayor discusión sobre el punto de vista de Calvino sobre la expiación ver ¿Por
Quiénes Murió Cristo?
Romanos 5:19
“Fueron constituidos” = llegaron a ser, fueron hechos. Todos los que están en Adán
son pecadores; todos los que están en Cristo son justos. Por nuestro nacimiento físico
estamos en Adán; por el nuevo nacimiento estamos en Cristo.
En primer lugar, reconocemos que el Señor Jesucristo vivió una vida perfecta y
sin pecado y que ÉL obedeció perfectamente los mandamientos de Dios y que
siempre hizo aquellas cosas que agradaban al Padre. Él era el inmaculado e
impecable Cordero de Dios. Sin embargo, la justicia con la cual somos
justificados no proviene del Jesús terrenal; llega a ser nuestra por causa del
Hijo de Dios resucitado y glorificado y por nuestra unión con ÉL. Rogamos notar
que Romanos 4:25 no dice: “que fue entregado por nuestras transgresiones y
que obedeció la ley para nuestra justificación”. La teología reformada, como
sucede a menudo, tiene a Cristo en el lado equivocado de la cruz. No
encontramos nuestra justicia en la ley ni tampoco en Cristo guardando la ley,
sino encontramos nuestra justicia solo EN ÉL, el Cristo resucitado (2 Corintios
5:21). Nuestra posición justificada en Cristo se debe al hecho de que hemos
sido UNIDOS al Cristo resucitado y ÉL ha llegado a ser nuestra justicia (1
Corintios 1:30).
Romanos 5:20
“Se introdujo” = se añadió. ¿Por qué se añadió la ley? ¿Por qué se agregó la ley
(comparar Gálatas 3:19)? “Para que el pecado ABUNDASE”. La ley hace que el
pecado se vea peor. La ley da al pecado el carácter adicional de trasgresión y hace
aparecer el pecado aún más pecaminoso (cf. Romanos 7:13). Piensa en un lente de
aumento y sustituye la palabra “abundar” por “aumentar”: “Pero la ley se introdujo para
que el pecado aumentase. Mas cuando el pecado aumentó, la gracia aumentó mucho
más”. La ley aumenta el pecado. El pecado aumenta la gracia. La gracia de Dios brilla
con mayor fulgor frente al negro telón del pecado. “Admirable gracia, cuán dulce canto,
que salva a un miserable como yo”. ¿Por qué permitió Dios que el pecado entrara en Su
universo? Una razón (entre otras) es para que ÉL pudiera mostrar MUCHO MÁS de Su
gracia. DONDE EL PECADO ABUNDÓ, SOBREABUNDÓ LA GRACIA. Donde el pecado
abundó, la gracia se desbordó completamente.
Romanos 5:21
ROMANOS
CAPÍTULO 6
Introducción
Los primeros cinco capítulos de Romanos han tratado con la JUSTIFICACÓN. Romanos
capítulo 6 trata con la SANTIFICACIÓN. La palabra “santificación” significa
“consagración” (ser apartado para el servicio de Dios). Esta palabra se encuentra en
Romanos 6:19, 22.
Dios me está salvando del PODER del pecado – ésto es la SANTIFICACIÓN (Romanos 6-8).
Dios me salvará de la PRESENCIA del pecado cuando mi salvación sea completada – ésto es la
GLORIFICACIÓN (Romanos 8).
De manera que Romanos 6 trata con estas preguntas importantes: ¿Cómo debo vivir la
vida cristiana? ¿Cómo puedo tener victoria y dominio sobre el pecado? ¿Cómo puedo
vivir una vida consagrada al servicio del Señor Jesucristo? ¿Cómo puedo ser libre de la
esclavitud del pecado? ¿Qué tengo que hacer para vivir una vida que agrade a Dios?
Ver estudio La Vida Cristiana.
Si alguien preguntara, “¿Qué debo hacer para ser salvo?” o “¿Qué debo hacer para ser
justificado?” ciertamente querríamos dar a esa persona la respuesta que Dios tiene en
la Biblia (comparar Hechos 16:30-31). De igual manera, si un creyente preguntara,
“¿Qué tengo que hacer para vivir la vida cristiana?” o “¿Qué tengo que hacer para andar
en novedad de vida?” deberíamos poder dar claras respuestas de la Palabra de Dios. Las
respuestas se encuentran en Romanos capítulo 6. La tragedia es que tantos cristianos
no entienden los principios de Dios de victoria y santidad. En vez de seguir los principios
de Dios, ellos siguen varios programas carnales y métodos carnales. Ellos intentan
técnicas de auto perfeccionamiento. Ellos intentan con técnicas de auto disciplina. Ellos
intentan con la confesión de pecados (lo que está bien y es correcto, ver 1 Juan 1:8-
10), pero la confesión no parece impedir el pecar y caen en un ciclo de pecar-confesar-
pecar-confesar-pecar-confesar (confesando constantemente sus pecados, sin ser
capaces de abandonar sus pecados). Se esfuerzan, trabajan, luchan para hacerlo mejor,
etc. pero siempre es la misma vieja historia – DERROTA. Pablo lo describe bien en
Romanos 7:14-18: Las cosas que quiero hacer, no las hago y las cosas que detesto, esas
cosas hago. Deseo hacer la voluntad de Dios, pero no puedo hacer lo que es recto.
Mientras más asiduamente trato, tanto más parezco fracasar.
¿Qué debo hacer para vivir una vida santa? Escudriñemos Romanos 6 para buscar
mandamientos. Es interesante que el primer verdadero mandamiento no se encuentra
sino hasta el versículo 11 – “CONSIDERAOS”. En estos versículos el énfasis no está
sobre HACER, sino sobre SABER (ver Romanos 6:3, 6, 9, 16; 7:1). Para tener victoria,
debo SABER ciertas cosas. No es que yo necesite HACER ALGO, sino que yo necesito
SABER ALGO.
Las tres palabras clave de Romanos 6 son éstas: 1) SABER (v. 3, 6, 9);
2) CONSIDERAR (v.11); 3) PRESENTAR (v.13). Primero, el creyente tiene
que SABER LOS HECHOS. Estos hechos están centralizados en la muerte y resurrección
de Cristo (los hechos de la justificación también se centralizaban en los mismos hechos
del evangelio – Romanos 4:25). Estos hechos se centran en lo que Cristo ya ha realizado
por Su muerte y resurrección (SU OBRA TERMINADA). El énfasis no está en lo que yo
hago, sino en lo que Cristo ya ha hecho. Segundo, el creyente tiene que CONSIDERAR o
CONTAR CON ESOS HECHOS (considerar que son verdad). Le fe es la clave. La fe fija la
mirada en los hechos de la Palabra de Dios y los considera ser la verdad. La fe dice
“Amén” a los hechos de la Palabra de Dios. La fe dice, “Sí, es cierto. Yo estoy muerto al
pecado y vivo para Dios. Me gozo en ese hecho” (comparar versículo 11). Tercero, el
creyente en Cristo debe PRESENTAR o someter sus miembros a Dios como alguien que
está VIVO DE ENTRE LOS MUERTOS (v.13). Como una nueva criatura en Cristo, él se da
cuenta de que debe presentar para el servicio del Rey de Reyes todo lo que tiene.
Es necesario observar los tiempos de los verbos en Romanos 6:1-14. No dice que somos
(presente) o que seremos (futuro) o que deberíamos (indicando que es algo que
debemos hacer nosotros), sino que hemos muerto (pasado) al pecado.
Romanos 6:1-14
2. En ninguna manera (Dios no lo permita). Porque los que hemos muerto (tiempo pasado)
al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3. ¿O no sabéis (ignoráis este hecho) que todos los que hemos sido bautizados (sumergidos)
en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte?
4. Porque somos sepultados juntamente con ÉL para muerte por el bautismo (inmersión), a
fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva.
6. sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado (tiempo pasado) juntamente con
ÉL, para que el cuerpo del pecado sea destruido (sea incapacitado), a fin de que no
sirvamos más al pecado.
10. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para
Dios vive.
11. Así también vosotros consideraos (contar con ello como verdad) muertos al pecado, pero
vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
12. No reine (gobierne como rey), pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias (pasiones, malos deseos);
13. ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino
(por el contrario) presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
14. Porque el pecado no se enseñoreará (no tendrá dominio) de vosotros; pues no estáis bajo
la ley, sino bajo la gracia.
Romanos 6:1
“Pues” = por lo tanto. Esta palabra nos enlaza con el final del capítulo 5 (ver
especialmente 5:20, que habla de la gracia que sobreabunda al pecado).
Así es como el hombre natural (1 Corintios 2:14) vuelve la gracia de Dios en lascivia
(una conducta vergonzosa, un desenfrenado libertinaje –Judas 4): “Si, como ustedes los
cristianos dicen, una persona es salva por gracia y no por alguna obra (no por lo bueno
que pueda ser) y si la persona salva es salva para siempre, entonces me parece que una
vez que la persona es salva, puede vivir como quiera. Si una persona no es salva por
cuán buena sea, y una persona salva no se pierde por cuán mala sea, ¿qué le impedirá
ser mala? ¿Por qué no puede continuar en pecado para mostrar a todos cuán benevolente
y perdonador Dios puede ser con Su malvado hijo?”
Todo verdadero creyente que conoce la gracia de Dios, debería responder a ésto de una
sola manera: ¡QUE ESTO NUNCA SEA ASÍ! ¡DIOS NO LO PERMITA! ¡PEREZCA ESE
PENSAMIENTO!
Los que conocen verdaderamente la gracia de Dios, no la usan como licencia para pecar.
La gracia de Dios nos enseña lo contrario (ver Tito 2:11-12). Las profundidades que ya
han alcanzado nuestra maldad y miseria son ciertamente lo suficiente como para
magnificar a nuestro bondadoso Dios y no hay necesidad de agregar pecado sobre
pecado. Ya hemos pecado lo suficiente (ver 1 Pedro 4:3). Ya hemos explorado las
profundidades de la depravación y no necesitamos penetrar más profundamente en la
inmundicia y en el fango del pecado. Por lo demás, el libro de 1 Juan enseña que aquellos
que continuamente practican el pecado, nunca han nacido de Dios (ver 1 Juan 3:6, 8,
9; 5:18). El verdadero hijo de Dios odia el pecado y desea ser libre de su terrible
esclavitud. Ciertamente no desea continuar en ello.
Romanos 6:2
Note que este versículo no es un mandamiento. Pablo no está diciendo, “Tienes que
morir al pecado”. Este versículo es la declaración de UN HECHO: El hecho es éste: Yo,
(coloca tu propio nombre si eres un creyente), MORÍ AL PECADO”. Nota también que
esto no es algo que sucederá, sino es algo que ya sucedió (tiempo pasado). Ya está
hecho. Ya se ha efectuado. Yo morí al pecado. Ten cuidado de andar por el HECHO y no
por la EXPERIENCIA. Nuestra experiencia personal a menudo parece contradecir este
hecho. Mi experiencia (la manera en que vivo) muchas veces me dice que estoy muy
vivo al pecado, pero Dios dice que yo morí a él. La persona no salva está muerta para
Dios (Efesios 2:1—no hay vínculo, no hay contacto vital) y vive para el pecado. La
persona salva está muerta al pecado y vive para Dios (comparar versículo 11). El pecado
ya no tiene derechos sobre su vida. Dios tiene todos los derechos sobre su vida, de
hecho, DIOS ES SU VIDA. (Ver Colosenses 3:3-4).
La muerte del creyente al pecado incluye nuestra UNIÓN con Jesucristo, como se
explicará en los versículos siguientes. Hemos sido identificados de tal manera con
Jesucristo, que SU muerte al pecado (v.10) ha llegado a ser nuestra muerte al pecado.
Nosotros morimos al pecado en ÉL.
Romanos 6:3
Note la palabra clava “SABER”. Pablo está comunicando un hecho que el creyente
necesita saber y que debe tomar en cuenta. No ignores este hecho. Créelo.
“Todos los” = todos nosotros. Esto ha sucedido a todo aquel que es un verdadero
creyente en Cristo. Los únicos que no han sido bautizados en Jesucristo son aquellos
que no son salvos.
Hay dos grandes verdades que se repiten una y otra vez en el Nuevo Testamento: 1)
BAUTISMO 2) MORADOR. El bautismo me pone en Dios y el morar pone a Dios en mí. El
Señor predijo esta relación en Juan 14:20 – “vosotros en MÍ” (BAUTISMO) y “YO en
vosotros” (MORAR)” y ver también Juan 17:21, 23, 26.
El bautismo en agua es una FIGURA de esta gloriosa relación y posición que el creyente
tiene EN CRISTO. Considera lo siguiente:
4. Por cuanto estoy EN CRISTO, yo tengo perdón de pecados (Efesios 1:7), de modo que el
bautismo es una figura simbólica de que mis pecados han sido lavados (comparar Hechos
2:38; 22:16).
5. Por cuanto estoy EN CRISTO, yo ya no estoy bajo condenación (Romanos 8:1), de modo
que el bautismo da testimonio del hecho de que yo estoy libre de culpa y que tengo una
buena conciencia hacia Dios (1 Pedro 3:21).
Romanos 6:4
De modo que, cuando pienses en la sepultura de Cristo, recuerda siempre ésto: 1) que
ese cuerpo en el sepulcro estaba realmente muerto; 2) tres días después, ese cuerpo en
el sepulcro se había ido realmente. Cristo había resucitado y estaba vivo para siempre.
Romanos 6:4b-5
“Sabiendo esto” –Esto introduce un hecho clave que debe ser creído. ¿Qué es el “viejo
hombre” (Romanos 6:6; Efesios 4:22; Colosenses 3:9) y qué es el “nuevo hombre”
(Colosenses 3:10; Efesios 4:24)? El viejo hombre se refiere a todo lo que soy y a todo
lo que tengo en Adán; el nuevo hombre se refiere a todo lo que soy y a todo lo que
tengo en Cristo. El viejo hombre es mi vieja vida en Adán; el nuevo hombre es mi nueva
vida en Cristo. Lo primero se refiere a la VIDA PROPIA; lo segundo a la VIDA EN CRISTO.
Lo primero tiene que ver con el HOMBRE CAÍDO; lo segundo con el HOMBRE REDIMIDO
o REGENERADO. El viejo hombre es el viejo yo; el nuevo hombre es el nuevo yo, la
nueva criatura en Cristo. El viejo hombre se caracteriza por esa naturaleza pecaminosa
y caída recibida de Adán; el nuevo hombre se caracteriza por esa naturaleza divina y
santa recibida de Dios en el momento del nuevo nacimiento. El viejo hombre es nacido
de la carne; el nuevo hombre es nacido de Dios. El viejo hombre vino por nacimiento
natural; el nuevo hombre viene por el nuevo nacimiento. El viejo hombre está “VICIADO
conforme a los deseos engañosos” (Efesios 4:22; y comparar Romanos 7:24); el nuevo
hombre es “creado según Dios (de acuerdo a Dios, modelado según Dios, un reflejo de
Dios, etc.) en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:24). El nuevo hombre es
una cosa nueva, que no existía previamente, pero que fue creada (Efesios 4:24; 2
Corintios 5:17). Cinco años antes de que fueras salvo, el nuevo hombre no existía en
absoluto, pero existía el viejo hombre.
El viejo hombre es descrito por sus obras (sus hechos) en Efesios 4:25-31: es un infame
mentiroso (v.25), tiene un genio detestable (v.26), es un malvado ladrón (v.28), tiene
una boca corrupta de la cual sale basura (v.29) y se caracteriza por amargura, ira, enojo,
gritería, maledicencia y un espíritu vengativo (v.31-32). El nuevo hombre, por el
contrario, habla verdad (v.25), se enoja de manera recta, cuando corresponde (v.26),
trabaja duro y sabe dar (v.28), habla lo que es bueno y lo que edifica (v.29), y se
caracteriza por amabilidad, bondad y un espíritu perdonador. El nuevo hombre es un
reflejo de Dios, de Aquel que lo ha creado.
¿Cómo trata Dios entonces con el viejo hombre? Dios no cambia al viejo hombre. Dios
no transforma al viejo hombre. ¿Qué hizo Dios con tu viejo yo? ¿Qué hizo Dios con todo
lo que eres y con todo lo que tienes en Adán? Romanos 6:6 responde esto: “TU VIEJO
HOMBRE FUE (tiempo pasado) CRUCIFICADO CON ÉL”. Dios condenó al viejo hombre,
lo juzgó y derramó Su ira sobre él cuando nuestro bendito Salvador murió en la cruz. Mi
viejo hombre fue crucificado.
Considera ahora el lenguaje de Efesios 4:22, 24. Aquí se nos dice que hagamos algo.
Despojaos y vestíos. Estos son mandamientos. Pero, ¿no decía Colosenses capítulo 3
que eso ya había sido hecho? Observa la diferencia:
Otra ilustración de este mismo principio se encuentra en Gálatas 3:27 y Romanos 13:14.
El primer pasaje nos dice que estamos revestidos de Cristo. El segundo pasaje nos
ordena: “vestíos del Señor Jesucristo”. Gálatas 3:27 es el HECHO (estáis revestidos de
Cristo). Romanos 13:14 apela a la FE (se nos dice que hagamos por fe lo que Dios ya
ha realizado en el hecho).
Considera Gálatas 2:20—“Con Cristo yo (el viejo hombre en Adán) estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo (el viejo hombre en Adán), mas vive Cristo en mí (la nueva
criatura en Cristo); y lo que ahora yo (el nuevo hombre) vivo en la carne, yo (el nuevo
hombre) lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por
mí”.
La fe tiene que creer los hechos de Dios y contar con que son verdad.
“El cuerpo del pecado” (comparar Romanos 7:24) – esta expresión se refiere a mi
cuerpo no redimido, que el pecado usa como su instrumento. En el capítulo 8 leeremos
que la esperanza futura del creyente es que su cuerpo será redimido (8:23) y entonces
nunca más volveremos a pecar. Sin embargo, hoy poseemos un cuerpo no redimido que
aún está sujeto al deterioro, a la corrupción, al pecado, a la enfermedad y, finalmente,
a la muerte física. El PECADO aún está presente en nuestros miembros (ver Romanos
6:12; 6:16; 6:19; 7:5; 7:13; 7:17; 7:20 – el pecado que mora en mí; 7:23; 7:25).
“Destruido” –esto debería traducirse “hacer inefectivo, hacer inactivo, hacer
inoperativo, paralizar, poner fuera de uso, frenar, dejar inerte”. Por causa de la obra de
Cristo en la cruz y porque por fe tomo en cuenta esa obra, EL PECADO HA PERDIDO SU
PODER SOBRE MÍ: “a fin de que no sirvamos más al pecado” (Romanos 6:6). Ya no
necesitamos estar sirviendo como esclavos del pecado. Antes de la salvación, yo era un
continuo un esclavo del pecado (Juan 8:34 y Romanos 8:7-8). En Cristo, ahora soy libre
(ver Romanos 6:18, 22).
1. Por las simples declaraciones de las Escrituras—1 Juan 1:8, 10; 2:1-2.
2. Por el hecho obvio de que mientras está en este cuerpo, el creyente puede pecar
y de hecho, peca (si mi pecado hubiese sido erradicado, me sería IMPOSIBLE
pecar).
Las palabras “ya no más” en Romanos 6:6 significan “desde ahora en adelante, en el
futuro”. Considera los siguientes pasajes “YA NO”:
Romanos 6:7
Este versículo explica por qué (“porque”) el creyente ya no tiene que ser esclavo del
pecado: “el que ha muerto, ha sido justificado (libertado) del pecado”. Ver también
Romanos 6:18, 22—“libertado del pecado”. Cuando Abraham Lincoln y el gobierno de
los Estados Unidos libertaron a los esclavos, ellos tuvieron que hacer cinco cosas para
beneficiarse de su libertad: 1) conocer la proclamación; 2) creer que era verdad
(considerar, contar con ella); 3) reclamar su libertad: empacar sus bolsos, etc. 4)
negarse a ser un esclavo –vivir como una persona libre; 5) contar con que todo el poder
de la legislatura de los Estados Unidos los apoyaban. Del mismo modo, el creyente en
Cristo necesita “estar firme en la libertad con que Cristo nos hizo libres (Gálatas 5:1) y
necesita contar con todo el poder de Dios el Espíritu Santo (Romanos 8), que es el Único
que puede hacer que esta libertad sea una realidad en la experiencia diaria.
Romanos 6:8
Si morimos con Cristo (y lo hemos hecho), creemos que también viviremos con ÉL. La
clave es la fe. Debemos creer los hechos de Dios. “El método de Dios no es comportarse,
sino creer; el comportamiento viene después del creer” (Newell, pág.183). Dios ha
revelado los hechos de nuestra identificación con Cristo y nuestra posición EN ÉL. La fe
debe descansar sobre estos hechos. No solo CRUCIFICADO JUNTAMENTE, sino también
RESUCITADO JUNTAMENTE. Yo participo en SU muerte y también participo en SU vida.
Romanos 6:9
¿De qué clase de vida participo? De vida eterna, vida sin fin. La muerte ya no tiene
dominio sobre Cristo y ya no tiene dominio sobre mí. Ver Apocalipsis 1:18. La muerte
ya no es amo o señor sobre Cristo. ÉL la conquistó. SU muerte ha quedado para siempre
en el pasado. La resurrección de Cristo fue muy diferente de la resurrección de Lázaro.
Lázaro solo fue resucitado para morir otra vez. Cristo fue resucitado para no morir nunca
más. En la vida de Cristo, yo vivo. En Su muerte, yo morí. “Fui crucificado. . . sin
embargo, yo vivo” (Gálatas 2:20). Por causa de mi unión con Cristo, yo comparto Su
vida interminable. En realidad, ÉL es mi vida (Colosenses 3:3-4).
Romanos 6:10
Pablo explica ahora (“porque”) que la muerte de Cristo sucedió una vez y que nunca se
repetirá. “Una vez” =una vez para siempre. Esta doctrina de Cristo muriendo UNA VEZ
es importante y es enfatizada en los siguientes pasajes: Hebreos 9:26, 28; 10:10-14; 1
Pedro 3:18. Si Cristo tuviera que morir otra vez, esto significaría que Su muerte no fue
suficiente y que Su obra en la cruz no fue terminada (ver Juan 19:30 y 17:4). Compara
la clara enseñanza de la Biblia sobre la obra de Cristo terminada una vez para siempre
en la cruz con la falsa enseñanza católica de la MISA. La cita siguiente ha sido sacada
del Catecismo Oficial de Baltimore:
Note que el versículo 10 dice que Cristo “murió al pecado”. No dice que “murió a
los pecados”. Romanos 6 trata con “el pecado” (la raíz), no con “los pecados” (el fruto
corrupto). Trata con la liberación del poder del pecado, no de la pena (castigo) por los
pecados. Éste es el énfasis de los capítulos 6-8.
Es importante también entender que Romanos 6:10 no habla de Cristo muriendo “por
nuestros pecados”, es decir, para librarnos de la pena (castigo) por los pecados, para
procurar el perdón por nuestros pecados. La muerte de Cristo por nuestros pecados fue
el énfasis de los capítulos 3 y 4 de Romanos (y note el plural “iniquidades”, “pecados”,
“ofensas” en Romanos 4:7, 25).
En Romanos 6:10 se dice que Cristo murió una vez por todas “al pecado”, no “por los
pecados”. Y puesto que los creyentes están identificados con ÉL, yo puedo decir, “Yo
morí una vez por todas al pecado (en ÉL)”. En virtud de nuestra posición en y nuestra
unión con Cristo por el bautismo del Espíritu (Romanos 6:3-4), lo que sucedió a Cristo
en Su muerte, sepultura, resurrección y ascensión, nos sucedió a nosotros también.
Romanos 6:10 debería conectarse a Romanos 8:3, donde se dice que la muerte de Cristo
“condenó al pecado en la carne”. “Los pecados”, el fruto, son perdonados (note el plural
“pecados” en Hechos 10:43; 2:38; 3:19; Lucas 24:47; etc.), pero la
naturaleza “pecaminosa” es condenada (no perdonada). Dios no perdona nuestra
naturaleza pecaminosa (la fuente del pecado), sino la condenó en el Calvario (Romanos
8:3).
“Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando
a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado
en la carne (la naturaleza pecaminosa)” (Romanos 8:3).
Cristo “murió al pecado una vez” (Romanos 6:10). En la Biblia, la muerte a menudo se
refiere a separación. Posicionalmente, yo he sido separado de la fuente del pecado (el
viejo hombre, la naturaleza pecaminosa, etc.). Posicionalmente ya no estoy en la vieja
carne adánica (ver Romanos 8:9), aunque experimentalmente aún está en mí.
Por causa de nuestra identificación con Cristo, tenemos una posición enteramente nueva
en ÉL. Ya no estamos en el primer Adán, la cabeza de la vieja creación a la cual
pertenecimos una vez, sino estamos en el Postrer Adán, la Cabeza de la Nueva Creación.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
“Nuestro viejo hombre (adánico)” incluye todo lo que éramos posicionalmente en Adán;
de modo que en la crucifixión de nuestro viejo hombre con Cristo (Romanos 6:6),
nuestra historia en Adán llegó a su completo fin; hemos sido cortados y separados de
nuestra posición y de nuestra condición en el primer/viejo Adán.
William Newell lo explica de la siguiente manera:
¿No podía Cristo, el Inocente, llevar la culpa de nuestros pecados y nada más?
De ninguna manera, pues que estábamos federalmente relacionados con el
primer Adán, con una raza probada como completamente injusta y mala. Y para
que fuésemos relevados de ese estado de Adán, no sólo debían ser llevados
nuestros pecados, sino que teníamos que ser librados de la antigua potestad de
Adán.
Ahora, el plan de Dios no era “cambiar” al viejo hombre, sino enviarlo a la cruz,
a la muerte, y libertarnos de él. ¡Nadie que permanezca en la raza de Adán será
salvo! “Tenéis que renacer” es el toque de alarma, más aún, de terror, para cada
uno de los que aún no están en Cristo. Porque el método de Dios consistió en
proponer a un Segundo Hombre, un último Adán, a Cristo. Nuestro viejo hombre,
pues, tenía que ser crucificado con Cristo, para que toda la maldad del viejo
hombre, así como todas sus responsabilidades fueran completamente anuladas
delante de Dios, en favor de todos los creyentes. Porque tenían que ser
justamente libertados de Adán, antes de ser creados en Cristo, el otro Adán. Y
esto tenía que ser por la muerte. (Romanos, páginas 173-174).
El creyente no necesita morir al pecado cada día. Cristo murió al pecado UNA VEZ. El
creyente murió al pecado UNA VEZ (hace como 2000 años). Yo no necesito estar
muriendo. . .YO MORÍ. Cuando Cristo murió, ¡yo morí! Pero hay algo que debo hacer
cada día. Esto nos lleva al versículo 11—CONSIDERAR.
Romanos 6:11
2 Corintios 10:10-11 (“tener en cuenta”) —así como somos en la palabra por carta, lo seremos
en los hechos, y PUEDEN CONTAR CON ELLO.
Hebreos 11:19—“pensando” (calculando) es una palabra de fe. Abraham tuvo que hacer una
evaluación. Tenía estos hechos con los cuales trabajar: 1) El mandamiento de Dios: sacrifica
a tu hijo; 2) La promesa de Dios: Tu hijo tendrá descendencia. Por fe él sumó estos hechos
y llegó a esta conclusión: UN HIJO MUERTO NO PUEDE TENER HIJOS, DE MODO QUE DIOS
TENDRÁ QUE LEVANTARLO DE LOS MUERTOS.
En Romanos 6:11 debemos contar con los hechos gemelos de que 1) yo morí en Cristo;
2) yo estoy vivo en Cristo.
“Muertos al pecado” -- ¿Por qué estoy muerto? Porque morí (v.2). ¡EN CRISTO YO
MORÍ y EN CRISTO YO VIVO! Yo estoy EN CRISTO (Romanos 6:3) de modo que estoy
IDENTIFICADO con ÉL en SU muerte y resurrección. Había un tiempo en que yo estaba
FUERA DE CRISTO (ver Colosenses 4:5; 1 Timoteo 3:7; etc.) y en ese tiempo yo estaba
VIVO AL PECADO (el pecado tenía poder y derechos sobre mi vida) y MUERTO PARA
DIOS (por causa del pecado yo estaba separado de Dios y no tenía una relación vital con
ÉL—Efesios 2:1; 4:18). Pero ahora, las demandas que el pecado tenía sobre mí han sido
canceladas en la cruz y ahora estoy unido a un Salvador vivo (Romanos 7:4). Nuestro
gloriamos es en Cristo y en Su cruz (1 Corintios 1:29-31; Gálatas 6:14).
Dios no nos pide que “consideremos” algo como verdadero para que llegue a ser
verdadero, sino que lo consideremos así, porque es así (posicionalmente, en ÉL). Los
hechos son hechos, los consideremos verdaderos o no, creamos o no creamos los
hechos. Pero no nos beneficiaremos de los hechos a menos que los reclamemos por fe.
Romanos 6:12
Aquí tenemos otro mandamiento: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal”.
Es posible que un creyente permita que esto suceda (de otro modo el mandamiento no
tendría sentido). Cuando los creyentes fallan en andar por fe y fallan en contar con los
hechos de Dios (v.11), entonces reinará el pecado. No permitas que el pecado sea el
soberano en tu vida.
Romanos 6:13
En este versículo tenemos la tercera palabra clave en este versículo que se relaciona
con la responsabilidad del creyente: 1) SABER (v. 3, 6, 9); 2) CONSIDERAR (v.11);
3) PRESENTAR o
La frase clave en el versículo 13 es ésta: “sino presentaos vosotros mismos a Dios COMO
VIVOS DE ENTRE LOS MUERTOS” (esto nos hace volver a los grandes hechos que
consideramos en el versículo 11). Aquí es donde yerran muchas personas cuando se
trata de la consagración. Ellos presentan a Dios su viejo yo. Dios no puede utilizar y no
utilizará al “viejo hombre”. Dios no cambiará al viejo hombre y ÉL no reformará al viejo
hombre. Cuando nos presentamos a nosotros mismos ante Dios, ¿a quién estamos
presentando? ¿Nos estamos presentando como quienes están vivos de entre los
muertos?
Señor, te doy gracias de que en Cristo las cosas viejas pasaron y que todas las
cosas han llegado a ser nuevas. Como una nueva criatura (creación) en Cristo,
me presento a mí mismo a TÍ, esperando que TÚ hagas en mí aquellas buenas
obras que has preparado de antemano para que ande en ellas (Efesios 2:10). Me
presento ante TÍ como alguien que está muerto al pecado, pero vivo para Dios.
Esta es la clase de consagración que agrada a Dios. Para Su santo servicio, Dios usa
solamente lo que somos en Cristo, no lo que somos en Adán. Lo que somos en Adán ha
sido rechazado y condenado en la cruz.
Romanos 6:14
“Se enseñoreará” viene de la palabra griega “kurios” que significa “Señor” o “Amo”. El
pecado no debe ser nuestro amo o señor. Si el pecado fuese tu amo y señor, entonces
serías un ESCLAVO del pecado. De modo que Pablo está diciendo, “No serás un esclavo
del pecado. El pecado no será tu amo”. ¿Por qué no se enseñoreará el pecado sobre
nosotros? “Porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia”. No estamos bajo un
sistema legal; estamos bajo el sistema de la gracia. No estamos bajo el régimen de la
ley, estamos en el reino de la gracia. La ley no tiene soberanía sobre nosotros. La gracia
es soberana sobre nosotros (ver Romanos 5:21—la gracia reina). No estoy bajo la ley
como regla de vida, sino bajo la gracia.
Hay muchos hoy en día que tratan de poner al creyente cristiano bajo la ley. Este es un
error peligroso y tiene como resultado poner al creyente bajo el dominio del
pecado. Alva McClain en su libro Ley y Gracia hace estos valiosos comentarios respecto
a la relación del creyente con la ley:
La Biblia establece muy claramente que una persona no está bajo la ley como camino
de salvación. La ley (tratar de guardar la ley) nunca puede justificar (ver Romanos
3:20; Gálatas 2:16; Hechos 15:7-11; Hechos 13:38-39, Romanos 3:27-28). Un hombre
es salvo por gracia mediante la fe sin las obras de la ley.
La Biblia también establece claramente que una persona no está bajo la ley como regla
de vida. La ley (tratar de guardar la ley) nunca puede santificar (producir santidad). La
ley es santa (Romanos 7:12), pero no nos puede hacer santos. Romanos capítulo 6 pone
en claro que la santificación no es por las obras de la ley. Esto también es la enseñanza
del libro de Gálatas (ver especialmente Gálatas 3:2-3). En realidad, Romanos 7 (como
veremos más adelante) nos muestra la tremenda frustración de un hombre que trata de
ser santo cumpliendo la ley.
Cuando Pablo dice en Romanos 6:14 que el creyente no está “bajo la ley sino bajo la
gracia”, se está refiriendo a la santificación (el progreso en santidad del creyente) no
a la justificación (la justa posición del creyente ante Dios en Cristo). Anteriormente en
esta epístola, Pablo había puesto en claro que ninguna persona es justificada por las
obras de la ley (Romanos 3:20, 3:28). El tema del capítulo 6 es la santificación
(santidad—v. 19, 22), no la justificación (con la cual se trató en los capítulos 3-5).
Romanos 6:14 deja en claro que Pablo está hablando de ser libre del dominio y del poder
y de la autoridad del pecado, y de ésto se trata la santificación.
Estar “bajo la ley” es estar bajo el dominio de la ley (Romanos 7:1) y estar sujeto a ella
(Romanos 7:6). Cuando una persona está “bajo la ley”, está “bajo el dominio del pecado”
(ver Romanos 6:14). Ambos van juntos. Estar bajo la ley es estar bajo la esclavitud y el
dominio del pecado. Esto es así porque la LEY DEMANDA, pero no da poder para hacer
(comparar Romanos 7:18). Juan Bunyan escribió acerca del contraste entre la ley y la
gracia de esta manera:
La ley solo lleva a la persona a la esclavitud (como veremos en Romanos 7). Sólo la
gracia de Dios y el Dios de toda gracia trae liberación. El problema no está en la ley
(Romanos 7:12); el problema está en el hombre que es un pecador (Romanos 7:14). La
ley confronta al hombre con los impresionantes y santos requerimientos de Dios. El
hombre está desvalido y sin esperanza y es incapaz de cumplir las demandas de Dios
(Romanos 7:15-24).
Para un estudio detallado que demuestra que le creyente no está bajo la ley como regla
de vida, ver ¿Cuál es la Regla de Vida del Creyente?
LEY GRACIA
Ley es lo que el hombre tiene que Gracia es lo que Dios ha hecho
hacer
Tratar y esforzarse por alcanzar las Dios me eleva a Sus normas (lo que
normas de Dios (lo que el hombre Dios por Su gracia ha hecho en
pecador nunca puede lograr) Cristo).
Romanos 6:15
El hombre natural falla totalmente en entender la gracia de Dios. Cree que estar bajo la
gracia es una licencia para pecar. La gracia no es LICENCIA (libertad para pecar) sino
es LIBERACIÓN (libertad para no pecar). ¿Enseña la gracia de Dios al creyente a vivir
inicuamente y a continuar en el pecado (ver Tito 2:11-12)? Piensa en una persona que
lleva una terrible y pesada carga de pecados en su espalda. Cuando viene al Monte Sinaí,
¿qué sucede? Siente que su carga se vuelve más y más pesada (Romanos 7:13). Cuando
viene al Monte Calvario, ¿qué sucede? La carga cae a los pies de la cruz. El Monte Sinaí
nunca puede quebrantar el poder del pecado, sólo la gracia puede hacer eso. El Monte
Sinaí nunca puede libertar a un alma cargada de pecado, pero el Monte Calvario puede
hacerlo. La ley nunca puede romper el poder del pecado. La Biblia nos dice lo que la ley
hace con el pecado -- ¡LE DA PODER! (1 Corintios 15:56) y por la ley el pecado llega a
ser SOBREMANERA PECAMINOSO (Romanos 7:13).
Romanos 6:16
En este versículo Pablo recuerda a sus lectores un principio muy sencillo. ERES UN
ESCLAVO DE QUIENQUIERA TU OBEDEZCAS. Eres un siervo de quienquiera tu sirvas. Si
tú sirvieras a Hank, entonces serías un siervo de Hank. Si sirves a Dios, eres un siervo
de Dios. Si sirves al pecado, entonces eres un siervo del pecado. Hay otro principio obvio
implicado en este versículo: “Ninguno puede servir a dos señores” (Mateo 6:24). No
puedes servir a Dios y al pecado. Tienes que servir a uno o al otro (ver también Juan
8:34).
Romanos 6:17-18
Los creyentes siempre necesitan recordar lo que ERAN (v.17) y lo que SON ahora (v.18),
por causa de la gracia de Dios. Ver el estudio: Las Riquezas de Su Gracia—215 Cosas
que Me Sucedieron en el Momento en que fui Salvo.
Pablo comienza estos versículos con GRATITUD a Dios. Dar gracias es en realidad un
acto de fe y un acto de consideración (comparar v.11). Pablo estaba diciendo, “Gracias
Señor, que aunque antes yo era un esclavo del pecado, ahora soy un siervo de la
justicia”. En otras palabras, él estaba diciendo, “Señor, yo creo que antes era un esclavo
del pecado, pero ahora soy un siervo de la justicia”. La acción de gracias es un excelente
medio ordenado por Dios por el cual el creyente puede expresar su fe en los hechos que
Dios ha realizado. Verdadera gratitud es consideración en acción: “Gracias Señor que yo
morí al pecado y que estoy vivo para Dios en Cristo Jesús, mi Señor” (ver Romanos
6:11).
¿De qué se trata la libertad? ¿Es una licencia para hacer lo que yo quiera? ¿Es libertad
para pecar? ¡Dios no lo permita! Estos versículos nos muestran que la verdadera libertad
cristiana es libertad para servir a Dios. El creyente sigue siendo un esclavo. La diferencia
está en que ha cambiado a de amo.
Un Esclavo
Yo soy un hombre marcado, marcado con las marcas del Maestro. Soy un esclavo—
un esclavo de la justicia, no del pecado; un esclavo de la honestidad, y no del engaño;
un esclavo de la pureza, y no del vicio; un esclavo de la libertad, y no de la licencia;
un esclavo del reino, y no de la multitud; un esclavo de la fe, y no del temor; y, lo
mejor de todo, un esclavo del Maestro, y no de Mamón. Como esclavo debo darme
prisa y estar en los negocios de mi Maestro.
Wesley G. Huber
Romanos 6:19
Aquí Pablo está hablando en términos humanos usando una ilustración común de las
relaciones humanas, la relación de esclavo-amo.
“Debilidad” = flaqueza
“Iniquidad” = ilegalidad
“Siervos = esclavos
Como creyentes comprados con sangre, debemos dejar muy en claro que ahora tenemos
un nuevo Amo.
Romanos 6:20
Esto es una descripción de mi vida cuando no era salvo. Yo estaba libre respecto a la
justicia. Yo estaba libre de vivir justamente y de pensar rectamente. Era un esclavo de
la injusticia. No podía hacer nada para agradar a Dios (Romanos 8:8). Era un esclavo
del pecado. Pero, gracias sean a Dios, he sido redimido.
Romanos 6:21
Cuando miramos hacia atrás, hacia nuestra vida cuando no éramos salvos, no hay cosa
alguna que podamos reclamar como fruto. Yo era libre (de la justicia) y sin fruto. Ver
Mateo 7:17-18 (un árbol malo no puede llevar buen fruto). Al mirar mi vida anterior
desde el punto de vista de Dios, me siento avergonzado. No puedo estar orgulloso de la
vida que viví en la carne, separado de Dios y separado de SU vida. El fin de una vida no
salva es la MUERTE. Una vida no salva puede describirse como sigue: sin fruto, sin fruto,
sin fruto. . . MUERTE.
Romanos 6:22
¡Qué contraste! ¡Qué diferencia ha hecho la gracia de Dios! La vida de una persona salva
puede describirse de esta manera: fruto, fruto, fruto. . . ¡VIDA ETERNA! El creyente está
libre del pecado, un siervo de Dios, viviendo una vida que está separada del pecado y
separada PARA DIOS (santificación) y el fin es la vida eterna (una relación eterna con
Dios – ver Juan 17:3).
Como hijos del Dios vivo, que nuestras vidas estén marcadas por Su fruto (Gálatas
5:22-23). Que llevemos mucho fruto (Juan 15) para la alabanza de la gloria de Su
gracia.
Romanos 6:23
Este versículo está dividido en dos partes. La primera parte muestra lo que el hombre
merece; la segunda parte muestra lo que Dios da. El versículo 23 es, en realidad, un
resumen de los versículos 21 y 22. La primera parte del versículo 23 resume el versículo
21 y la segunda parte del versículo 23 resume el versículo 22.
“¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis?
Porque el fin de ellas es muerte. . . Porque la paga del pecado es muerte” (v. 21,
23 a)
“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis
por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. . . Mas la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (v. 22, 23 b).
“La paga” = salario, lo que nos hemos ganado, lo que merecemos, porque hemos
trabajado por ello. ¡Qué sueldo tan infernal! El pecado es un pagador terrible. ¡Qué
empleador tan repugnante! Por una vida de malas obras me he ganado la muerte. Eso
es lo que mi vida de pecado me ha ganado. Yo no estaría esperanzado por recibir el
sueldo que me he ganado por la manera en que he vivido.
EN UN VERSÍCULO
GÁLATAS 2:20
En mí (esto es en mi carne) no mora el bien… La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me
ha librado de la ley del pecado y de la muerte
¡Miserable de mí! (Romanos 7:18,24).
(Romanos 8:2).
Todas mis justicias son como trapo de Estoy en Cristo Jesús quien me ha sido hecho
inmundicias (Isaías 64:6). sabiduría y justificación (1 Corintios 1:30).
Yo vivo para mí (2 Corintios 5:15). Vivo para Aquel que murió y resucitó por mí
(2 Corintios 5:15).
Las obras de la carne son adulterio, El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz….
fornicación, inmundicia…. (Gálatas 5:19). (Gálatas 5:22-23).
Los que viven según la carne, no pueden No estoy en la carne, sino en el Espíritu. El
agradar a Dios (Romanos 8:8). Espíritu de Dios mora en mí (Romanos 8:9).
Me he despojado del viejo hombre con sus Me he revestido del nuevo hombre, que es
hechos (Colosenses 3:9). renovado a la imagen del que lo creó
(Colosenses 3:10).
Mi viejo hombre está viciado conforme a los Mi nuevo hombre ha sido creado en la justicia
deseos engañosos (Efesios 4:22). y santidad de la verdad (Efesios 4:24).
Mi viejo hombre fue crucificado con Él Mi vida está escondida con Cristo en Dios
(Romanos 6:6). (Colosenses 3:3).
He muerto con Cristo (Colosenses 2:20). He resucitado con Cristo (Colosenses 3:1).
He sido crucificado con Cristo (Gálatas 2:20) Sin embargo vivo…y la vida que ahora vivo,
la vivo en la fe del Hijo de Dios (Gálatas
2:20).
Las cosas viejas pasaron (2 Corintios 5:17) Todas las cosas han llegado a ser nuevas.
Soy una nueva criatura en Cristo (2 Corintios
5:17).
Estoy muerto al pecado (Romanos 6:11). Estoy vivo para Dios (Romanos 6:11).
Antes era un esclavo del pecado (Romanos He sido libertado del pecado y soy siervo de
6:17, 20). Dios (Romanos 6:18, 22).
ROMANOS
CAPÍTULO 7
La Relación del Creyente con la Ley
Los dos temas de Romanos capitulo 7 son 1) la relación del creyente con la ley y
2) la absoluta incapacidad de la ley para santificar. Comparemos Romanos capítulo
7 con Romanos capítulo 6:
Romanos 6 Romanos 7
Palabra Clave del PECADO (ver versículos 1, LEY (ver versículos 1-14, 16,
Capítulo 2, 6, 7, 10-23) 11 veces 22, 25) 18 veces
Para tener victoria en la vida cristiana, el creyente tiene que SABER, CONSIDERAR y
PRESENTAR (ver apuntes de Romanos 6). La fe en la obra terminada de Cristo es clave.
La tendencia humana es tratar de vivir la vida cristiana en la carne, por obras, por
nuestro propio esfuerzo humano, por nuestro afán y desvelo, por nuestras luchas y
contiendas, haciendo resoluciones, tratando de seguir reglas, normas y programas, etc.
Mientras más tratamos, tanto más fallamos. El tema de Romanos capítulo 7 es que la
santificación (santidad) por medio de la ley no da resultado. Ver Gálatas 3:1-5.
Debemos recordar la afirmación que Pablo hace en Romanos 6:14 –“Porque el pecado
no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. Esto
implica que si estuviéramos bajo la ley, el pecado tendría dominio sobre nosotros. ¿Qué
significa GRACIA y qué significa LEY? Considere las palabras de Watchman Nee:
Gracia significa que Dios hace algo por mí; ley significa que yo hago algo por
Dios. Dios pone sobre mí ciertas demandas santas y rectas: eso es ley. Ahora, si
ley significa que Dios requiere de mí que yo cumpla algo, entonces liberación de
la ley significa que ÉL ya no requiere eso de mí, SINO QUE ÉL MISMO LO PROVEE.
La ley implica que Dios requiere que yo haga algo para ÉL; liberación de la ley
implica que ÉL me exime de hacer aquello, y que en gracia, ÉL Mismo lo hace. .
. El problema de Romanos 7 es que el hombre en la carne trató de hacer algo
para Dios. Tan pronto como tú tratas de agradar a Dios de esa manera, te pones
bajo la ley, y la experiencia de Romanos 7 empieza a ser tuya. (La Vida
Cristiana Normal. El uso citas de Watchman Nee en este capítulo no significa que
estemos de acuerdo con todo lo que él escribe).
Romanos 7:1
“Dominio” significa estar bajo el señorío de. La ley es señor sobre el hombre (gobierna
al hombre), de modo que el hombre está sometido a la ley mientras vive. EL ESTÁ BAJO
LA LEY MIENTRAS VIVE. Hay una sola cosa que puede romper la relación del hombre
con la ley: MUERTE.
“Mujer casada” – tiene un marido y está sujeta a él. “Está sujeta” significa “unidos”
(cuando dos personas se casan, ellos están unidos de por vida; están unidos el uno al
otro hasta que la muerte los separe – ver Mateo 19:5-6). El matrimonio es un
COMPROMISO hasta que una de las dos personas muere (ver 1 Corintios 7:39). Nadie
puede ser libertado de la ley del matrimonio hasta que ocurre esta muerte.
Romanos 7:4
Estoy atado por la ley. La ley tiene dominio sobre mí (v.1). ¿Cómo puedo ser rescatado
y puesto en libertad? (cf. v.6). En la muerte de Cristo, YO MORÍ: Yo morí a la ley. La ley
no puede morir, pero yo morí. Mi muerte hace posible una nueva relación con un nuevo
marido: “Para que seáis de Otro, del que resucitó de los muertos” (v.4). Por cuanto yo
morí con Cristo, yo estoy LIBRE DE LA LEY. Por cuanto estoy vivo en Cristo, puedo ser
UNIDO A ÉL EN UNA MARAVILLOSA RELACIÓN. Dios ha hecho posible (por SU gracia)
que fuéramos desatados de la ley y fuéramos juntados a Jesucristo (en UNIÓN con ÉL).
Ahora Cristo tiene dominio sobre mí, no la ley. La ley es un marido terrible –estricto,
inflexible, severo, rígido, exigente e inconmovible. El Señor es un marido maravilloso—
misericordioso, bondadoso y ÉL, por Su poder y por Su vida, me CAPACITA para
agradarle. Tal como una relación matrimonial produce FRUTO (hijos), así mi matrimonio
con Cristo produce fruto (ver Romanos 6:22; Gálatas 5:22-23). Ver también Juan 15:1-
7; “fruto” “más fruto” “mucho fruto”.
Note que hay una sola mujer, en tanto que hay dos maridos. La mujer está en
una posición muy difícil, porque ella solo puede ser la esposa de uno de los dos
y, desafortunadamente, ella está casada con el menos deseable. El hombre con
el cual está casada es un buen hombre; pero el problema está en que el marido
y la mujer son totalmente inadecuados el uno para el otro. El es un hombre muy
meticuloso, sumamente preciso; ella, por otra parte, es muy despreocupada. Con
él todo es preciso y exacto; con ella todo es informal e improvisado. El quiere que
todas las cosas sean metódicas, mientras que ella toma las cosas como vienen.
¿Cómo puede haber felicidad en un hogar como ese?
Pero si yo estoy muerto, ¿cómo me puedo casar con otro? En la muerte de Cristo, yo
morí y en la resurrección de Cristo, yo VIVO. De modo que puedo unirme en matrimonio
a Cristo.
El creyente está desposado con Cristo. Es una RELACIÓN DE AMOR y no una RELACIÓN
DE LEY (LEGAL). El Cristianismo consiste en esta relación de amor (vinculado a Cristo y
en unión con ÉL). El Cristianismo no es una RELIGIÓN, es una relación con una
PERSONA, el Hijo de Dios (Juan 17:3). No es hacer algo, sino es conocer a
Alguien (Juan 17:3; 1 Juan 2:3-4). No es un conjunto de reglas y no es un sistema de
moral. Es una relación única e íntima con el único verdadero Dios y con Jesucristo, a
quien ÉL ha enviado.
Muchos en nuestros días han perdido la visión de esta verdad. Para muchos la vida
Cristiana ha degenerado en otro sistema religioso legal. Es común que la gente se vea
envuelta en reglamentos y regulaciones y requerimientos y obligaciones. Es fácil que
uno piense que la vida Cristiana consiste en leer la Biblia y en orar y en testificar y en
memorizar y en hacer ciertas cosas y en dejar de hacer ciertas cosas. Sabemos como
debería vivir un Cristiano, sabemos como debería actuar un Cristiano, sabemos como
debería hablar un Cristiano, sabemos como debería pensar un Cristiano, sabemos la
clase de cosas que un Cristiano debería hacer y sabemos la clase de cosas que un
Cristiano no debería hacer, Y SIN DARNOS CUENTA, LA VIDA CRISTIANA HA PERDIDO
EXACTAMENTE LO QUE LA DIFERENCIA DE CUALQUIER OTRA RELIGIÓN. No hemos
comprendido el verdadero sentido.
Filipenses 3:8 – Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia
de tratar de cuidar mi lengua, tratar de vencer mis malos hábitos y tratar
de tener mis devocionales diarios.
Apocalipsis 2:4 – Pero tengo contra ti que has dejado tu programa de lectura
diaria de la Biblia y has quebrantado tus resoluciones de Año Nuevo y
has fallado en guardar los 10 Mandamientos.
Al vivir cada día, ¿estamos andando con una Persona y disfrutando SU presencia o
estamos siguiendo una rutina religiosa legal? Si tenemos realmente esa relación de amor
íntima y única con el Señor Jesucristo, ésto cambiará entonces todo lo que hagamos.
Esto cambiará la ORACIÓN (orar es hablar a la Persona que amo). Esto cambiará nuestro
ESTUDIO DE LA BIBLIA (deseo conocer mejor a esta Persona). Esto cambiará el
TESTIFICAR (deseo que otros conozcan a esta Persona maravillosa. Deseo que otros
conozcan al Cristo que yo conozco y amo). Compare Apocalipsis 2:2-4.
¿Estamos caminando con una Persona o estamos ocupados con una religión? A la luz de
Juan 17:3, ¿podemos decir de corazón: “YO CONOZCO A ESTA PERSONA COMO A MI
SALVADOR, MI SEÑOR, MI AMIGO, MI SOBERANO MAESTRO, MI AYUDADOR, MI
PASTOR, MI COMPAÑERO SIEMPRE-PRESENTE… (y tantas cosas más que podrían
decirse)”?
Romanos 7:5
El versículo 4 habla sobre el fruto de la nueva relación; el versículo 5 mira el fruto que
se producía bajo la antigua relación. En unión con Cristo y permaneciendo en ÉL, puedo
llevar fruto para Dios (v.4). En la carne (ver Romanos 8:8-9), las pasiones pecaminosas
que eran (excitadas) por la ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para
muerte (v.5). Comparar también Romanos 6:21 (el fruto de la vida vieja) y Romanos
6:22 (el fruto de la vida nueva). La ley nunca podrá vencer mis pasiones. Solo puede
excitar mis pasiones. Note las palabras que están unidas en este versículo: LEY—
PECADO —MUERTE y compare luego con Romanos 8:2.
Romanos 7:6
“Pero ahora (ahora que somos salvos y que estamos EN CRISTO), hemos sido (tiempo
pasado) librados (soltados, relevados, compare 7:2 y 7:3 “libre”) de la ley por haber
muerto para aquella en que estábamos sujetos (atados), de modo que sirvamos (como
esclavos de Dios—Romanos 6:22) bajo el régimen nuevo del Espíritu (compare Romanos
8:2) y no bajo el régimen viejo de la letra (una referencia a la ley)”. La ley nunca puede
libertar a una persona. Necesitamos el Espíritu de Dios y la vida de Dios. El creyente
puede decir, “Yo morí a la ley por la muerte de Cristo y yo vivo para servir a Dios por la
resurrección de Cristo”. Pablo lo dijo de esta manera, “Porque yo por la ley soy muerto
para la ley, a fin de vivir para Dios” (Gálatas 2:19 y ver también Gálatas 2:20). ¿Has
descubierto el maravilloso hecho de que como creyente en Cristo tú has MUERTO a la
ley y que VIVES para Dios?
Romanos 7:7
Note lo que se nos ha dicho hasta ahora acerca de la ley en este capítulo:
La ley suena como algo horrible. Cuán terrible debe ser la ley que yo necesite ser librado
de ella y necesite ser rescatado de ella. Me tiene sujeto y atado. Excita mis pasiones
pecaminosas.
La ley parece ser algo muy malo, pero no lo es, y Pablo corrige esta idea equivocada:
“¿LA LEY ES PECADO?” ¿La ley es algo malo, pecaminoso, malvado? ¡DIOS NO LO
PERMITA! ¡Que perezca tal pensamiento! ¡Que no sea así! El verdadero problema no es
con la ley. ¡No culpes a la ley! (La pregunta es contestada en realidad en Romanos 7:12.
La ley es, en efecto, lo opuesto al pecado).
Ver la ilustración del espejo bajo Romanos 3:20 de estos apuntes. El propósito del espejo
es mostrar a la persona que su cara está sucia. El problema no es el espejo, sino la cara
de la persona. El espejo no está sucio en absoluto. Pero el espejo revela la suciedad que
hay en la cara. No puedes culpar al espejo por la cara sucia. “Pero”, significa “por el
contrario”. La ley no es pecado, pero revela el pecado (Romanos 3:20). El espejo no
está sucio, pero revela la suciedad. “No conocí el pecado”. Pablo ignoraba su propio
pecado. (Antes de que apareciera el espejo, la persona pensaba que tenía una cara
limpia). Tal como el espejo muestra la suciedad, así la ley muestra (y convence de) el
pecado.
Romanos 7:8
Romanos 7:9
“En un tiempo” se refiere al tiempo antes de que Pablo fuese confrontado con la ley
de Dios, al tiempo antes de que viniera la ley. “Vivía” conlleva el significado de
inalterado, despreocupado, no darse cuenta de la grave sentencia de muerte que pendía
sobre él. Todo parecía en orden (como la persona con la cara sucia que aún no se había
mirado en el espejo. Todo parecía bien, pero no estaba bien. El problema está, aún
cuando yo todavía no me doy cuenta). “El pecado revivió” significa “el pecado volvió
a la vida, volvió a vivir” (es una palabra que se usa para la resurrección). El mandamiento
hace revivir el pecado y resucita el pecado (tal como la serpiente que repentinamente
volvió a la vida). “Yo morí” –de improviso me di cuenta que soy un trasgresor de la ley
y los trasgresores de la ley merecen la muerte. Por lo cual la ley es llamada “el ministerio
de muerte” y “el ministerio de condenación” (2 Corintios 3:7,9). La santa ley de Dios
convence y “mata” al pecador.
Romanos 7:10
“Era para vida” – Esta expresión es explicada en Mateo 19:16-17 y en Lucas 10:25-
28. Todo lo que una persona necesita hacer para VIVIR y para heredar la vida eterna es
guardar la ley. Pero tiene que guardarla perfecta y completamente y tiene que hacerlo
así durante toda su vida. El problema es que ninguna persona jamás ha hecho ésto y
ningún pecador jamás hará esto. Los que tienen sus caras limpias, no tienen que temer
al espejo. El problema es que ninguno de nosotros tenemos una cara limpia. Todos
somos pecadores, de modo que la ley nos condena a todos. “A mí me resultó para
muerte”—Cuando fui confrontado con la ley, me di cuenta de mi pecaminosa
desobediencia a la ley y tuve que enfrentar el horrible castigo de una ley quebrantada,
que es la muerte.
Romanos 7:11
Romanos 7:12
Romanos 7:13
Pero el pecado usa lo que es bueno (la ley). “Sobremanera pecaminoso” significa
“extremadamente pecaminoso”. La ley aumenta el pecado (la suciedad estaba allí todo
el tiempo, pero yo no pensaba que tenía un problema hasta que me miré al espejo, y
entonces pareció extremadamente sucio). Cuando quiera que nos miremos al lado de
algo SANTO, nos veremos a nosotros mismos como absolutamente pecaminosos
(comparar Isaías 6:1-5). Al lado de la SANTA LEY de Dios (v.12), nosotros aparecemos
como totalmente impíos.
Romanos 7:14
Ante todo debemos reconocer que hay un sentido en el cual el verdadero creyente no es
carnal. Romanos 8:9 dice “no vivís según la carne, sino según el Espíritu”. Pablo se
refiere a su vida no salva como el tiempo en que estaba “en la carne” (ver Romanos
7:5). En otras palabras, hablando posicionalmente, un verdadero creyente (una persona
salva) ya no está en el reino de la carne, sino en el reino del Espíritu (Romanos 8:9): El
está en Cristo y Cristo está en él. Posicionalmente así mismo, la persona salva ya no es
esclava del pecado, como hemos visto en Romanos 6:17-18; 6:22. Sin embargo, en
Romanos 7:14 Pablo no se está refiriendo a su gloriosa posición, sino a
su condición presente. Se está refiriendo a su experiencia actual al vivir la vida
cristiana. Y es posible que un verdadero cristiano tenga un ANDAR carnal (comparar 1
Corintios 3:1-4). Esto no significa que la vida cristiana de Pablo estuviera marcada y
caracterizada por la carnalidad. Esto se contradice con todo lo que sabemos sobre el
apóstol. Pero debemos decir que Romanos 7:15-24 fue la experiencia muy real del
apóstol y todo creyente honesto debe confesar que de un modo u otro, él también ha
tenido las mismas experiencias y que ha pasado por las mismas luchas que el apóstol
describe aquí.
Romanos 7:15
“Porque” –esto explica la expresión “vendido al pecado” (esclavo del pecado) del v.14.
¿Qué es un esclavo? Un esclavo es una persona que está bajo el dominio de otro, y por
ésto no puede hacer, lo que quiere hacer; y tiene que hacer, lo que no quiere hacer,
incluso, lo que odia hacer. Un ejemplo de ésto serían los hijos de Israel que sufrían bajo
la esclavitud en Egipto. El esclavo israelita estaba obligado a hacer ladrillos. El no quería
hacer esto, pero tenía que hacerlo. El quería hacer otras cosas, pero no podía hacer lo
que quería. Del mismo modo, la persona que es esclava del pecado está en una lucha
desconcertante (“no entiendo”, “no comprendo, estoy perplejo”). Lo que él quiere
hacer, no lo hace. Lo que detesta hacer, eso hace. No puedo hacer, lo que quiero hacer;
y tengo que hacer, lo que odio hacer.
Romanos 7:16
“Apruebo” =estar de acuerdo. Esta persona está de acuerdo con la ley. Ejemplo: “No
codiciarás”. “Estoy de acuerdo. Esta es una buena ley. El mandamiento de Dios contra
la codicia es santo y recto y bueno. Digo ¡AMEN! a ello. No quiero codiciar. Yo se que
codiciar es malo. Odio la codicia, ¡PERO NO PUEDO HACER OTRA COSA QUE CODICIAR!
Soy un esclavo de este pecado”.
Romanos 7:17
Aquí tenemos el problema del pecado que mora en mí, un gran problema que enfrenta
todo creyente. Es interesante cómo Pablo hace una diferencia entre él y el pecado que
mora en él: “NO YO. . . SINO EL PECADO”. Esto indica que Pablo está escribiendo desde
la perspectiva de una persona salva. El yo pecaminoso no es su verdadero yo. Pablo era
un hombre nuevo en Cristo, pero el viejo Pablo era responsable del pecado. Pablo no
está tratando de desligarse de su responsabilidad por sus acciones, sino está
distinguiendo entre las dos naturalezas, como también lo hace en el v.20.
Romanos 7:17 – “ya no soy yo, sino el pecado”. Esto es ¡EL GRITO DE DERROTA!
Gálatas 2:20 – “ya no yo, sino Cristo”. Esto es ¡EL GRITO DE VICTORIA!
Romanos 7:18
Literalmente podría traducirse: “Ninguna cosa buena mora en mí”. Esta es una frase
dura, pero todo creyente necesita ver ésto y creerlo. ¿Por qué tenemos el paréntesis que
contiene las palabras, “esto es, en mi carne”? Esto es otro indicio de que Pablo estaba
escribiendo desde la perspectiva de una persona salva, no de una persona no
regenerada. Pablo tenía que hacer esta aclaración entre paréntesis, porque él sabía que,
además de su carne pecaminosa, algo (Alguien) muy bueno moraba en él (ver Romanos
8:9). “Querer” significa “desear, tener la voluntad de”. Yo quiero hacer el bien, yo
quiero tener victoria sobre el pecado, yo quiero guardar la santa ley de Dios y obedecer
la Palabra de Dios, pero yo NO TENGO PODER para hacerlo. Soy inhábil. Soy
impotente. No puedo hacerlo. ¡Soy absolutamente INCAPAZ de vivir la vida cristiana!
¿Has hecho este descubrimiento? La nueva criatura en Cristo tiene la voluntad de hacer
lo que es bueno y justo (vs. 18, 19, 21), pero no tiene poder. El poder no está en
nosotros mismos, sino se encuentra solo en Dios el Espíritu Santo (Romanos capítulo 8
y comparar con Filipenses 2:13).
Romanos 7:19
El pensamiento es el mismo que en el versículo 15. El bien que quiero hacer, no lo hago;
el mal que no quiero hacer, eso hago. Todos estos versículos describen la lucha de
quienes son verdaderos creyentes. Las personas no regeneradas no tienen esta clase de
lucha, porque ellos tienen solo una naturaleza (una naturaleza corrupta, pecaminosa).
Ellos desean el mal y lo hacen (a menos que sean reprimidos por otros medios). Ellos
odian lo que es bueno y justo y lo evitan. Las personas no salvas pecan y lo hacen con
gusto. El creyente peca y odia hacerlo. El deseo de hacer bien, tal como lo encontramos
en el v.20, es el deseo del “hombre nuevo” y no el deseo del hombre inconverso.
Romanos 7:20
El pensamiento es paralelo al v.17. Soy incapaz de quebrar el poder del pecado que
mora en mí. No puedo hacerlo. De igual manera, nada podían hacer los israelitas para
romper el poder que los egipcios tenían sobre ellos. ¿Qué es lo que necesitaban? UN
LIBERTADOR. Alguien que pudiera rescatarlos de la esclavitud por SU PODER.
Romanos 7:21
Esta ley es la “ley del pecado y de la muerte” que también es mencionada en 7:23; 7:25
y 8:2. Yo no quiero codiciar; yo quiero contentarme, pero ese pecado de codicia está en
mí (en mi corazón) y como soy esclavo de ese pecado, tengo que codiciar. Yo no quiero,
pero lo hago.
Romanos 7:22
“Deleitar” significa estar de acuerdo (comparar v.16 “consentir”). “Yo estoy felizmente
de acuerdo con la ley de Dios”. Estoy de acuerdo con la ley de Dios y deseo sinceramente
obedecerla, pero soy un esclavo y un cautivo del pecado (v.23).
Romanos 7:23
Note la gran batalla y conflicto y lucha que está teniendo lugar (comparar Gálatas 5:17).
Note quién está luchando en esta contienda:
Por un lado Por el otro lado
El que está de acuerdo con la ley de Dios El pecado morador (v.17, 20)
y se deleita en ella (v.16,22)
La “mente” renovada (v.23, 25) La carne que está bajo la ley del pecado
y la muerte (v. 23, 25).
¿Quién está ganando esta guerra? El versículo 23 dice que yo ya he perdido. Soy un
prisionero de guerra. Un cautivo. ¡Estoy vencido!
Romanos 7:24
“¿Quién me librará?” En este clamor por un LIBERTADOR, note que él no dice: ¿QUÉ
DEBO HACER? o ¿CÓMO ME LIBERTO A MÍ MISMO? No, esta persona ha llegado al final
de sí misma. La dependencia de sí MISMO lo ha llevado solo al fracaso y a la derrota.
Ha descubierto que por sí mismo es totalmente incapaz, impotente y sin esperanza, y
finalmente clama por liberación fuera de sí mismo. La ley no le puede ayudar. La ley no
puede hacerlo santo. La ley no lo puede santificar. El clama por el SEÑOR, no por la ley.
La ley no es cumplida por nosotros; es cumplida EN NOSOTROS (como veremos en
Romanos 8:4) por el poder del Espíritu Santo, cuyo fruto es AMOR, que es el
cumplimiento de la ley (Gálatas 5:22; Romanos 13:8-10).
Romanos 7:25
La última parte del versículo 25 concluye y resume los versículos 15-24 (“así que”). Con
la mente sirvo a la ley de Dios (ver v.22), mas con la carne a la ley del pecado (ver
v.23).
Hay dos grandes lecciones que toda persona necesita aprender. La primera lección se
relaciona con la salvación; la segunda lección se relaciona con el vivir la vida cristiana:
En mi vida debo llegar al punto en que reconozca que soy un pecador y que estoy
desvalido y sin esperanza (Romanos 5:6 “sin poder”). El Señor tiene que hacerlo todo.
Debo dejar de tratar y debo empezar a confiar. Yo tengo que creer; Dios tiene que salvar.
b) Este hombre “según el hombre interior, se deleita en la ley de Dios” (v.22), en tanto
que la mente carnal del hombre no salvo es enemistad contra Dios y no se sujeta a la
ley de Dios, ni tampoco puede (Romanos 8:7). Enemistad es lo contrario de deleitarse,
de modo que el hombre de 7:22 no “está en la carne” y su mente, no es “la mente de
la carne”.
c) En 7:25 dice, “con MI MENTE sirvo a la ley de Dios”, lo cual, ciertamente, no es una
descripción de la mente de la carne descrita en Romanos 8:5-7.
d) La persona descrita en 7:14-25 es una persona que quiere hacer el bien (v.15, 18,
19, 21), y el mal que hace, lo hace en contra de su deseo y voluntad (v. 16, 19, 20).
Ciertamente que ésto no se corresponde con el hombre no salvo descrito en Romanos
8:5-8.
e) Todo verdadero creyente conoce demasiado bien la lucha con el pecado que mora en
él y puede identificarse muy bien con el hombre descrito en Romanos 7:14-25. El hombre
no regenerado, que solo posee la naturaleza de Adán, no tiene esta clase de lucha. La
contradicción existe solo en el creyente. La persona no salva no tiene este conflicto entre
las dos naturalezas, porque tiene solamente una naturaleza (para pelear, son necesarios
dos).
f) El clamor de 7:24 no es el clamor de una persona no salva que quiere ser salva de la
pena del pecado; es el clamor de una persona salva que quiere ser salva del PODER
pecado que mora en ella.
(Ver Romanos de John Murray, que explica estos argumentos con mayor claridad y con
más detalles).
Ante todo, debemos decir que hay mucha verdad en esta opinión. Es cierto que el
creyente tendrá un conflicto entre las dos naturalezas mientras viva en este cuerpo. La
naturaleza pecaminosa nunca será erradicada o desarraigada. Hay ciertas cosas en este
pasaje de Romanos 7, que siempre deben ser ciertas en cuanto al creyente. Mientras
más maduramos en la fe, tanto más conscientes deberíamos estar de nuestra propia
miseria y pecaminosidad (v.24). Mientras más crecemos en el Señor, tanto más
conoceremos la plaga de nuestro propio corazón (1 Reyes 8:38) y nuestra propia
perversidad. También deberíamos tener conciencia siempre de nuestra total incapacidad
de hacer lo justo en y por nosotros mismos. No tenemos el poder para realizar lo que es
bueno (v.18). Sin Cristo, nada podemos hacer (Juan 15:5), y esto siempre será así. De
modo que estamos de acuerdo con estos hombres Reformados en que siempre debemos
permanecer en Romanos 7, en el sentido de reconocer nuestra pecaminosidad e
incapacidad y nuestra necesidad, momento tras momento, de un Libertador, que es
Cristo Jesús.
Pero por otra parte, tenemos que estar en desacuerdo con estos hombres de la Reforma
por las siguientes razones. Romanos 7 describe a un hombre que, en contra de su
voluntad, FALLA EN HACER LO BUENO Y, EN CAMBIO, HACE LO MALO (Romanos 7:19).
Esta puede ser la experiencia común de los cristianos, pero sería absurdo decir que ésta
es la experiencia que Dios tiene para una persona salva. Esto sería contrario a todas las
Escrituras que enseñan que el creyente es responsable no solo de querer la voluntad de
Dios, sino también de hacerla (Filipenses 2:13; Santiago 1:22, etc.). Ciertamente, la
vida cristiana normal que Dios quiere para nosotros, no es una de fracasos y de derrotas
y de total frustración. No es el deseo de Dios que nosotros fallemos en hacer el bien que
queremos hacer, y no es la voluntad de Dios que hagamos el mal que detestamos hacer.
Romanos 7 nos lleva al punto en que clamamos “YO NO PUEDO”, pero Romanos 8 nos
da la respuesta, “DIOS PUEDE”. Yo no puedo cumplir la ley (Romanos 7:22-24), pero la
ley puede ser cumplida EN MÍ por el poder de Dios (Romanos 8:4). Así, técnicamente,
no es que el creyente deja Romanos 7 para ir a Romanos 8, sino quizás sea mejor decir
que Romanos 7 nos lleva a Romanos 8. Romanos 7 nos enseña lecciones valiosas acerca
de nosotros mismos—acerca de nuestra impotencia y pecaminosidad e incapacidad de
agradar a Dios por nosotros mismos. Que nunca olvidemos estas lecciones.
A.W. Pink enseñaba que el tiempo futuro en Romanos 7:24 (quién me librará) indica que
al presente no hay “liberación” de la naturaleza carnal por el poder del Espíritu Santo.
Los cristianos no serán liberados de “este cuerpo de muerte” hasta la futura venida de
Cristo, enseñaba. Esta enseñanza, de que al presente no hay liberación del poder del
pecado, ciertamente es contraria a muchos pasajes de las Escrituras. De hecho, Pablo
mismo, tres versículos más adelante escribe, “Porque la ley del Espíritu de vida me ha
librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2). Pink dice que tal liberación
es futura, pero Pablo dice que ya ha sido efectuada. Los creyentes deben reclamarla por
fe. Es cierto que la redención final de nuestro cuerpo es aún futura (como veremos en
nuestro estudio de Romanos 8:23) y que vivimos en cuerpos no redimidos, que aún
están muy subyugados al pecado y a la muerte. Pero tenemos que hacer una diferencia
entre la liberación de la PENA DEL PECADO (Dios me ha liberado de ésto), liberación
del PODER DEL PECADO (Dios me está liberando de ésto a medida de que yo, por fe,
acepto la obra terminada de Cristo – ver Romanos capítulo 6) y liberación de la
misma PRESENCIA DEL PECADO (Dios hará ésto, cuando yo sea llevado a Su
presencia).
La vida cristiana que Dios tiene para sus creyentes, no es una vida de hacer el mal que
odio y fallar en hacer el bien que quiero (Romanos 7:19). El propósito de Dios para la
vida cristiana no es una vida de cautividad y esclavitud al pecado (Romanos 7:23). Cristo
vino para darnos libertad (Juan 8:31-36). No es el deseo de Dios que vivamos en
perpetua derrota y fracaso y frustración, por días sin fin. No, el propósito de Dios para
la vida cristiana se despliega en muchos pasajes, incluyendo los siguientes: Colosenses
1:10-12; 1 Juan 3:18, 22; Efesios 4:1-3; Filipenses 4:1-9; 1 Corintios 15:10; Gálatas
2:20; 5:22-23; etc. ¡Que vivamos y andemos así!
“¡Corre, Juan corre! ¡Ordena la ley!
Pero no me da pies ni manos.
Noticias mayores trae el evangelio:
¡Me ordena volar y me da alas!”
Atribuido a Juan Bunyan.
Demasiados creyentes están tratando de correr sin pies y sin manos. ¡Que por el poder
y la gracia de Dios podamos remontarnos!
f
ROMANOS
CAPÍTULO 8
Romanos 8:1
La persona que está “EN CRISTO JESÚS” está salva y segura para siempre (v.1).
Romanos capítulo 8 es uno de los capítulos clave de la Biblia, que expone muy
claramente la doctrina de la seguridad eterna.
Estamos “en Cristo Jesús”, en Aquel que es NUESTRA VIDA. Estamos tan identificados
con el Cristo resucitado y glorificado, que tal como ÉL es, así somos nosotros. La
condenación nunca podría caer sobre nosotros, porque estamos identificados y unidos a
ÉL. En otras palabras, estamos tan identificados con Cristo, que si Dios nos condenara a
nosotros, ÉL tendría que condenar también a Su Hijo. ¡Imposible! “En ésto se ha
perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del
juicio; pues como ÉL es, así somos nosotros en este mundo” (1 Juan 4:17).
Por una parte se nos dice que el creyente no vendrá a condenación (Juan 5:24 y
Romanos 8:1) y por otra parte se nos dice que todo creyente estará ante el Tribunal de
Cristo (Romanos 14:10). ¿Cómo pueden entenderse estos dos hechos aparentemente
contradictorios? 1) El creyente nunca estará ante Dios como JUEZ para ser condenado
por sus pecados y para ser castigado por sus pecados. Esta condenación y este castigo
ya han caído sobre Cristo, nuestro Sustituto (Romanos 8:3 y ver el párrafo anterior).
Recuerda, si el creyente tuviera que ser condenado por un solo pecado, eso sería
suficiente como para condenarlo para siempre al lago de fuego. 2) El creyente estará
ante el BEMA o el Tribunal de Cristo para dar cuenta sobre qué tan fielmente ha vivido
la Vida Cristiana desde el día en que fue salvo. El asunto no será condenación o no
condenación, sino el asunto será recompensas o pérdida de recompensas (1 Corintios
3:12-15). La pérdida de recompensas no significa pérdida de la salvación. Aún el
cristiano más infiel “será salvo” y no condenado ante el tribunal de Cristo (1 Corintios
3:15).
“En Cristo Jesús” – todas las cosas maravillosas acerca de las cuales nos hablará Pablo
en Romanos 8 se aplican solamente a los que están en Cristo Jesús. Todo verdadero
creyente está “en Cristo” (ver Gálatas 3:26-28: “bautizados en Cristo” por fe). La última
vez que nos encontramos con esta expresión “en Cristo Jesús” fue en Romanos 6:23. En
Cristo tenemos vida eterna (Rom. 6:23). En Cristo no hay condenación (Rom. 8:1). En
Cristo somos realmente bendecidos (Efesios 1:3).
“Los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Hay alguna
duda si acaso estas palabras pertenecen al texto inspirado de las Escrituras. Los que
estudian los manuscritos griegos nos dicen que algunos manuscritos griegos contienen
estas palabras y que otros manuscritos griegos no contienen estas palabras. Ver por
ejemplo las traducciones del Nuevo Testamento de John Darby y William Kelly de
Romanos 8:1: “Ahora pues no hay ninguna condenación para los que están en Cristo
Jesús”. (Comparar también otras traducciones). Deberíamos notar también que estas
mismas palabras se encuentran al final del versículo 4 (donde los manuscritos griegos
coinciden), y es posible que un escriba tomara estas palabras del versículo 4 y
equivocadamente las añadiera al versículo 1.
La mayoría de las variaciones textuales del Nuevo Testamento griego son de tan poca
importancia, que no afectan en ninguna manera el sentido del texto y normalmente no
vale la pena mencionarlos, pero la variación textual aquí en Romanos 8:1, tiene algún
significado doctrinal. La pregunta clave es ésta: ¿Nuestro bendito estado de “ninguna
condenación” depende de nuestra posición “en Cristo Jesús” o depende también de la
manera en que andamos y vivimos la vida cristiana? ¿Depende de Cristo y Su obra
consumada o depende también de nuestro ANDAR?
Para un mayor estudio sobre esta materia textual, ver Estudios sobre el Libro del
Deuteronomio de C.H.Mackintosh (su disertación sobre Deuteronomio capítulo 4).
Mackintosh diserta largamente sobre Romanos 8:1 y del motivo por el cual la última
cláusula no pertenece al texto inspirado por Dios de las Escrituras (pero pertenece
ciertamente al versículo 4).
Romanos 8:2
Romanos 8:3
Hay ciertas cosas que la ley no puede hacer. La ley es justa, pero no puede justificar
(Rom. 7:12; 3:20). La ley es santa, pero no puede santificar (Rom. 7:12). La ley me
puede decir que soy un pecador, pero no puede hacerme santo. (El espejo puede
mostrarme mi suciedad, pero no puede limpiarme). Lo que la ley no pudo hacer, DIOS
LO HIZO. Lo que LA LEY no pudo hacer, ELCORDERO sí lo pudo hacer.
¿Por qué era débil la ley? El problema no era con la ley, sino conmigo. Era “débil por la
carne” (comparar 7:14). En realidad, la ley es muy poderosa. La ley puede DAR VIDA si
una persona CUMPLE TODOS LOS MANDAMIENTOS TODO EL TIEMPO (Lucas 10:25-28;
Mateo 19:16-17), pero nadie de nosotros ha hecho ésto o podría hacer ésto, de modo
que la ley no puede dar vida. No puede traer bendición, sólo maldición (Gálatas 3:10-
11). Pero la debilidad es nuestra y no de la ley. Ilustración: Piensa en un ancla resistente.
¿El ancla es capaz de sujetar? SÍ. Pero si echas el ancla en el fango blando no sujetará.
“Lo que el ancla no pudo hacer porque era débil por el fango”. El problema no es la santa
ley de Dios, sino nuestra carne pecaminosa.
Note como se expone el evangelio en Romanos 8:3. En esencia está diciendo que Dios
envió a Su Hijo único e impecable (literalmente “Hijo de ÉL Mismo”) para ser condenado
en nuestro lugar y para morir por nuestros pecados. ¿Por qué hizo ésto? Para que
podamos vivir a la justicia (v.4 comparar 1 Pedro 2:24).
Note con cuanto cuidado Pablo dice estas cosas. Si lo hubiese dicho de una manera
ligeramente diferente, habría sido una herejía (una enseñanza falsa acerca de la persona
de Cristo). El no dijo “en semejanza de carne”, porque esto sería decir que Cristo no era
realmente un hombre. Cristo vino en carne y fue un verdadero Hombre (1 Juan 4:2-3).
Pablo no dijo “en carne de pecado”, porque eso habría hecho de Cristo un pecador. ¿Qué
estaba diciendo Pablo? El está diciendo que Cristo era verdaderamente un hombre, pero
que no era un hombre pecador.
“A causa del pecado” – como un sacrificio por el pecado. ÉL ocupó mi lugar. Comparar
2 Co. 5:21. La condenación se refiere al juicio de Dios que cae sobre una persona. El
juicio de Dios por el pecado cayó sobre mi inocente Sustituto cuando ÉL murió en la
cruz, para que no caiga sobre mí (Rom. 8:1). El fuego del juicio de Dios quemó la cruz
y la tierra alrededor, para que cuando yo tome mi lugar (por fe) al pie de la cruz, el
fuego de Dios no me queme a mí (el fuego no quemará dos veces la misma área).
Romanos 8:4
“Justicia” significa “justas demandas”. La ley tiene ciertas demandas justas. La ley
demanda y requiere que una persona viva una vida justa, amando a Dios
(perfectamente) y amando al prójimo (perfectamente). ¿Cómo puedo cumplir lo que la
ley requiere? ¿Cómo puedo guardar la ley? La Persona y el Poder del Espíritu Santo
lo hace posible. Observe con cuidado que el versículo no dice “por nosotros”, dice “en
nosotros”. Esto es algo que Dios hace EN MÍ por Su poder y por Su operación y por
Su Espíritu. “La carne” es lo que yo hago en y por mí mismo (lo que yo produzco). “El
Espíritu” se refiere a lo que Dios hace en mí por la Persona del Espíritu Santo que mora
en mí. La ley requiere que YO AME A DIOS y QUE AME A MI PRÓJIMO (Mateo 22:36-40).
Estos dos mandamientos no solo resumen los Diez Mandamientos, sino todos los
mandamientos de Dios. Yo no puedo cumplir la ley tratando de cumplir la ley. Un pecador
no puede guardar la santa ley de Dios; es imposible. Aún un “pecador renovado” no
puede hacer ésto. Como vimos en Romanos 7:14-25, la persona salva quiere, pero no
puede: “El querer el bien (cumplir la ley de Dios) está en mí, pero no el hacerlo” (Rom.
7:18). La clave para cumplir la ley es AMOR (Rom. 13:8-10 y Gál. 5:14). La clave para
tener AMOR es un andar conforme al Espíritu (Gál.5:13-23 y Rom. 8:4). Es el Espíritu
de Dios entonces el que produce en mi este AMOR (Gálatas 5: 22). Yo no puedo, pero
ÉL puede. Si una persona está andando conforme al Espíritu, entonces Dios está obrando
en ella produciendo esa vida justa. Somos hechura Suya (Efesios 2:10). Es imposible
para mí, esto es en mi carne, cumplir la ley de Dios. Es imposible para Dios en mí,
(cuando le permito hacer Su obra) no cumplir la ley. Lo que la carne nunca podría hacer,
Dios puede hacer (comparar versículo 3).
Romanos 8:1-14
LA PERSONA LA PERSONA
DOMINADA POR LA CARNE DOMINADA POR EL ESPÍRITU
“los que son de la carne” (v.5) “los que son del Espíritu” (v.5)
Dos Reinos
Dos Nacimientos
Dos Propósitos
Piensa en las cosas de la carne (vs.5-7) Piensa en las cosas del Espíritu
(v.5 y ver Col.3:1-2; Mat. 16:23)
Condición Presente
Condición Futura
Muerte (versículo 13) Vida resucitada (versículos 11, 13)
(Ver Gálatas 5:19-21)
Posesión Presente
Guía
La Obligación de la Persona
Está obligado a vivir según la carne Está obligado a mortificar (hacer morir)
(v.12). las obras de la carne (v.13).
POSICIONALMENTE ésto ya ha sido
No puede vivir de otra manera. “Lo que hecho (Gál. 5:24), pero
es nacido de la carne, carne es” (Juan EXPERIMENTALMENTE esto necesita ser
3:6). La persona que está “en la carne” realizado por fe (Col. 3:5; Rom.6:11 en
tiene que vivir en ese reino. Está vista de Rom. 6:6; etc.). Por fe tengo
dominado por su naturaleza pecaminosa que considerar lo que ya ha sido hecho
heredada de Adán. por Cristo.
OBSERVACIONES: hay una sola manera en que puede vivir un hombre no salvo. El
está “en la carne” y tiene que vivir y andar “conforme a la carne” (Romanos 8:8 y
compare v.4). No puede hacer otra cosa sino cumplir los deseos de la carne. Está
totalmente esclavizado por el pecado que mora en él. Este andar conforme a la carne se
describe en Efesios 2:1-3 y Efesios 4:17-19.
La persona salva es descrita como estando “en el Espíritu” (Romanos 8:9) y ya no está
en el reino de la carne (Romanos 8:9). El santo Espíritu de Dios mora en él. Su vida está
dominada por la Persona y la Presencia de Dios el Espíritu Santo y aún cuando no ande
rectamente, el Espíritu hará notar Su presencia contristada (Efesios 4:30).
Considerando la vida de una persona salva en su totalidad, no puede decirse que esté
dominada por la carne. Podrá caer en pecado, pero no persistirá en el pecado (1 Juan
capítulo 3). Por la convicción del Espíritu, por confesión y, si es necesario,
por disciplina (1 Co. 11:31-32) él es llevado de vuelta al camino de la obediencia. El
creyente puede manifestar en cualquier momento cualquiera de las obras de la carne
(Gálatas 5:19-21), pero su vida no estará dominada por las obras de la carne, porque
los que “practican tales cosas (tiempo presente—siguen haciendo; los que persisten en
estas cosas) no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:21 y comparar 1 Corintios 6:9-
11 y Efesios 5:5).
Al mismo tiempo, la Biblia pone en claro que el creyente puede estar controlado por la
carne. Romanos capítulo 8 no trata con ésto, sino Romanos 13:12-14. Ver también 1
Corintios 3:1-3 y Gálatas 5:16-25. Es una anormalidad terrible que un creyente que está
“en el Espíritu” ande como el hombre que está “en la carne”, y que una nueva criatura
en Cristo, ande como un mero hombre no regenerado (1 Co. 3:3), pero,
lamentablemente, sucede.
Romanos 8:5-6
“Pensar”= poner la mira (esta expresión es usada en Mateo 16:23 y Col. 3:2). “En las
cosas de la carne”—se refiere a quienes están dominados por su naturaleza adánica
pecaminosa (ver diagrama anterior). El versículo 6 debería traducirse “porque la mente
de la carne es muerte; pero la mente del Espíritu es vida y paz” (comparar Romanos
6:21-23).
Romanos 8:7
“Por cuanto los designios de la carne (la mente de la carne) son enemistad
contra Dios”. La carne siempre está contra Dios. La carne es enemiga de Dios. “Se
sujeta” = somete. La carne no es sumisa. En cambio, se rebela contra Dios. Se subleva
contra Dios y contra la ley de Dios. Una ilustración de esto se encuentra en Números
14:9-10, 27-29; 40-44 (Si Dios viene con nosotros, no iremos. Si Dios no va con
nosotros, iremos. Cualquier cosa que Dios diga, ellos harán lo contrario). “Ni tampoco
pueden” – la carne es incapaz de someterse. Es imposible que la carne se someta a
Dios. La carne pecaminosa del hombre (la naturaleza pecaminosa del hombre) es rebelde
(no se somete).
Todo hijo de Dios puede regocijarse en este hecho: “Pero los que son de Cristo (los que
pertenecen a Cristo) han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:24).
Romanos 8:8
Por cuanto estas cosas, respecto a la carne, son así (v.7), los que están EN LA CARNE
(los que no son salvos) NO PUEDEN agradar a Dios (es imposible para ellos agradar a
Dios). Comparar Hebreos 11:6 (los que están en la carne, son los que están sin fe). Para
un comentario del Antiguo Testamento sobre Romanos 8:8 ver Proverbios 15:8, 9, 26.
La carne nunca jamás podrá agradar a Dios. Para la mayoría de las personas es muy,
muy difícil aceptar la verdad de este versículo. Está diciendo que todo lo que hice en mi
vida (antes de venir a Cristo) era inaceptable para Dios y no le agradaba. Nosotros
podemos haber considerado muchas cosas como buenas y rectas y dignas de alabanza,
pero Dios no estaba complacido. La única manera en que podemos agradar a Dios es
“POR JESUCRISTO” (Hebreos 13:21).
¿Qué sugieren los versículos 7 y 8 acerca de la persona que tiene la mente del Espíritu?
(Ocuparse del Espíritu es tener la mente del Espíritu o tener una mente espiritual).
Veamos lo opuesto: La mente espiritual (la mente del Espíritu) es un amigo de Dios (está
en paz con Dios, no hay guerra, no hay hostilidad), porque es sumisa a la ley de Dios
(Rom. 8:4) y siempre lo será. De modo que los que viven según el Espíritu PUEDEN
agradar a Dios. El versículo siguiente habla de los que están en el Espíritu:
Romanos 8:9
“Mas vosotros” (en contraste con los que están en la carne). Vosotros no estáis en la
carne. Ustedes pueden agradar a Dios. Toda persona salva está “EN EL ESPÍRITU” y toda
persona no salva está “EN LA CARNE”. Todo creyente es “espiritual” en el sentido que
TIENE el Espíritu (ver Judas 19). “Mora” = tiene su hogar en ti. Tu cuerpo es la casa
del Espíritu o su morada o su templo santo (1 Corintios 6:19-20).
Pablo está diciendo aquí que TÚ ESTÁS EN EL ESPÍRITU, SI EL ESPÍRITU ESTÁ EN TÍ. Si
el Espíritu no está en ti, entonces estás en la carne (no eres salvo). “Alguno” = alguien.
“No es de ÉL” = él (esta persona, que no tiene el Espíritu) no es “de ÉL”, es decir, no
pertenece a Cristo, no es de ÉL, no es un cristiano, de modo que no es salvo. Por
inferencia, este versículo nos enseña claramente que en todo verdadero cristiano mora
el Espíritu Santo. Si una persona es salva, el Espíritu Santo MORA (habita) en ella, y ella
está en (la esfera del) el Espíritu. Cada creyente en Cristo recibe el Espíritu Santo con la
única condición de su fe en Cristo (Juan 7:37-39). No hay tal cosa como un verdadero
creyente que no tiene el Espíritu Santo. El verdadero cristiano ya no está “en la carne”
(en la esfera de la carne). El no está en la carne, pero la carne está en él (Romanos
7:18). Observe como es designado el Espíritu Santo: “Espíritu”, “Espíritu de Dios”,
“Espíritu de Cristo”.
Romanos 8:10
Compare con Romanos 8:1 – Cristo está en mí (v.10) y yo estoy en Cristo (v.1).
Romanos 8:9 enseña que yo estoy en el Espíritu y que el Espíritu está en mí. ¡Benditas
relaciones! En Romanos 7:18 Pablo dice, “yo sé que en mí no mora el bien”, pero el
creyente también puede decir, “yo sé que en mí mora el Dios vivo”. Si una persona es
realmente salva, entonces Jesucristo está EN esa persona (ver 2 Corintios 13:5). De
modo que lo que Pablo dice en el v.10 se aplica al verdadero creyente. Si tú eres
realmente salvo, entonces esto es cierto: el cuerpo está muerto a causa del
pecado. ¿En qué sentido está muerto? Tú aún no estás físicamente muerto. Pablo dice
“muerto” en el sentido de “mortal” (ver v.11), lo que significa sujeto a muerte y
decadencia y enfermedad a causa del pecado. El cuerpo del creyente aún no ha sido
redimido (pero lo será en el futuro—Romanos 8:23). El cuerpo del creyente aún no ha
sido renovado o vigorizado o vivificado, pero lo será en el futuro (Romanos 8:11).
“El espíritu vive a causa de la justicia”. Este versículo hace un contraste entre el
cuerpo del creyente y el espíritu del creyente. El espíritu no está muerto, es VIDA. Hemos
sido vivificados o avivados (se nos dio vida) espiritualmente (Efesios 2:1,5). Mi espíritu
fue vivificado o reavivado en el momento en que fui justificado. La vivificación de mi
espíritu ya tuvo lugar en el momento de mi salvación (Romanos 8:10); la vivificación de
mi cuerpo tendrá lugar en el futuro, en el día de la resurrección (Romanos 8:23).
Romanos 8:11
“El que levantó de los muertos a Cristo Jesús” se refiere a Dios el Padre. Si el
Espíritu de Dios mora en ti (y esto es así, si eres salvo—Rom.8:9), entonces Dios
vivificará (dará vida en el futuro) tu cuerpo mortal (tu cuerpo que todavía no ha sido
redimido y que está sujeto a enfermedad, deterioro y muerte). Si el Dios Omnipotente
pudo levantar a Jesús de los muertos, ciertamente también podrá cuidar de nuestros
cuerpos. Esta es una maravillosa promesa de la futura resurrección de los creyentes. La
presencia del Espíritu en tí ahora, es la garantía de tu futura resurrección (Efesios 1:13-
14; 4:30).
Romanos 8:12
Romanos 8:13
Notemos primeramente que debemos mortificar (hacer morir) “por el Espíritu”. Esto es
algo que se hace por el poder del Espíritu, no por nuestro propio poder. Hay dos aspectos
de la mortificación del creyente que deben ser considerados:
Romanos 8:14
Romanos 8:15
Romanos 8:16
Ver 1 Juan 5:10—La clave es ésta: CREE Y SABRÁS (tendrás el testimonio en ti mismo).
De acuerdo con Romanos 8:15-16, si tu crees, el Espíritu dará testimonio con tu espíritu
de que eres un hijo de Dios. CREE Y SABRÁS. Salmo 34:8 ilustra ésto. ¿Cómo puedo
saber si el Señor es bueno? ¡GUSTAD Y VED! Los que gustan, sabrán. Comparar 1 Pedro
2:3. ¿Cómo puedes saber si un postre es delicioso si nunca lo has gustado? ¿Cómo
puedes conocer la bienaventuranza de una relación personal con Dios si nunca has
creído?
Romanos 8:17
No somos sólo hijos de Dios, también somos herederos. Tenemos una espléndida
herencia. Somos millonarios espirituales (Efesios 1:3). Ver también 1 Pedro 1:3-4. El
Espíritu Santo ha venido a nuestros corazones 1) para decirnos y asegurarnos de que
ahora somos hijos de Dios (Romanos 8:15-16); 2) para garantizar de que más adelante
recibiremos nuestra herencia (Efesios 1:13-14). No somos sólo HEREDEROS DE DIOS,
somos también COHEREDEROS con Cristo. Lo que le pertenece a ÉL, nos pertenece a
nosotros. Lo que es de ÉL, es mío. Yo participo de todas las riquezas de Cristo. ¿Cuán
rico es Cristo? Ver Hebreos 1:2—heredero de TODAS LAS COSAS y ver también 1
Corintios 3:21-23. De ésto se trata la ADOPCIÓN. Dios me ha puesto en la posición de
un hijo, con todos los derechos y privilegios y beneficios y bendiciones y herencia que
un hijo de Dios debe tener. Con Cristo yo recibo gustoso TODAS LAS COSAS (Romanos
8:32), aún cuando yo sé que no merezco ninguna de ellas.
Compartiremos con Cristo entonces, pero también compartimos con Cristo ahora.
Participaremos de Sus riquezas y de Su gloria, pero también participaremos de Sus
sufrimientos: “si es que padecemos juntamente con ÉL”. El creyente debe esperar
SUFRIMIENTO PRESENTE Y GLORIA FUTURA. Cuando el Señor Jesús estaba en el mundo,
ÉL fue tratado de cierta manera y cada creyente participa de ello. Cuando el Señor Jesús
regresó a Su Padre, ÉL fue tratado de cierta manera y nosotros también participaremos
de ello.
Debe esperarse el sufrimiento presente (ver Juan 15:18-21; 16:1-3; 16:33; 17:14; 1
Tesalonicenses 3:3; 2 Timoteo 3:12; 1 Juan 3:13). El sufrimiento presente es
un privilegio dado por Dios (Filipenses 1:29; Hechos 5:41).
Hay algunos que enseñan que todo creyente es un “heredero de Dios”, pero que no todo
creyente es “coheredero con Cristo”. Ellos entienden que ser “coherederos” es ser una
clase especial de creyentes que son victoriosos y que perseveran hasta el fin, aún cuando
hacer ésto, signifique dificultades y sufrimiento. Esta enseñanza refleja un serio error de
comprensión de este versículo. Pablo no está hablando de una clase especial de
creyentes vencedores, que califican como coherederos de Cristo y que reinarán con ÉL
en el reino, en contraste con creyentes mundanos que no sufren y que serán excluidos
del reino milenial y que serán castigados en las tinieblas de afuera con lloro y crujir de
dientes durante mil años. Aunque es cierto que algunos creyentes sufren más que otros,
también es cierto que todos los creyentes participan de los sufrimientos de Cristo (2
Corintios 1:5; Juan 15:18-21; 16:33, etc.). Todo creyente es un coheredero con Cristo
y participa de su gloria. Todos los creyentes reinarán con Cristo en Su reino (Mateo
13:40-43).
Si es que padecemos juntamente con ÉL, para que juntamente con ÉL seamos
glorificados—De aquí se separan dos escuelas de interpretación. La una sostiene
osadamente que todos los santos están designados y que todos reinarán con Cristo. La
otra dice que para reinar con Cristo se necesita escoger voluntariamente el camino del
sufrimiento con ÉL. Bien, la palabra griega eiper, que se traduce “si es que”, soporta
ambas interpretaciones.
“Para que juntamente con ÉL seamos glorificados.” Esta es la llave de nuestra cuestión:
¿QUIENES serán glorificados con Cristo cuando venga? En el capítulo 5 Pablo dice (y lo
dice de todos y para todos los santos): “Nos regocijamos en la esperanza de la gloria de
Dios.” En 2 Tes.1:10 leemos: “Cuando venga para ser glorificado en Sus santos y ser
admirado en todos los que creyeron”. En 1 Co.15:23: “Cristo las primicias; luego, los
que son de Cristo en Su venida.” En Col. 3:4: “Cuando Cristo, nuestra vida sea
manifestado, entonces vosotros también (evidentemente todos los santos) seréis
manifestados con Él en gloria.” En 1 Juan 3:2: “Ahora somos (todos los santos) hijos de
Dios. . . Sabemos que cuando ÉL fuere manifestado, seremos (todos los santos)
semejantes a ÉL, porque le veremos tal como ÉL es.”
Zane Hodges está entre quienes enseñan que sólo un grupo élite de creyentes reinará con
Cristo, dividiendo así el cuerpo de Cristo durante el milenio y entregando, durante mil años, a
los creyentes infieles, que no han sufrido, a las tinieblas de afuera donde habrá lloro y crujir de
dientes. Hodges enseña que todos los creyentes son “herederos de Dios”, pero que sólo los
creyentes victoriosos y vencedores y que sufren, son “coherederos con Cristo”. Pero ésto no es
lo que el texto de Romanos 8:16-17 dice realmente. Romanos 8:16 enseña que nosotros somos
los hijos (tekna) de Dios (y ciertamente, esto es verdad en cuanto a todos los creyentes—Juan
1:12). Romanos 8:17 enseña que si somos hijos (y lo somos), entonces también
somos herederos. Como hijos de Dios, ¿qué clase de herederos somos? Somos herederos de
dos maneras: 1) Somos herederos de Dios; 2) somos coherederos con Cristo (ver Hebreos
1:2 donde leemos que Cristo es el gran Heredero).
En su excelente Gramática Griega, Daniel B. Wallace traduce Romanos 8:17 como sigue:
“Ahora, si somos hijos, también (somos) herederos; por una parte, herederos de Dios, por otra
parte, herederos compañeros con Cristo”.
“Si es que” (eiper) es usado seis veces en el Nuevo Testamento. Es usado por Pablo en
Romanos sólo en un lugar más, en este mismo capítulo. Romanos 8:9—“Mas vosotros no vivís
según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.” Pablo
está haciendo una declaración que es cierta en cuanto a cada creyente (“no estáis en la carne
sino en el Espíritu”) y luego prosigue con otra afirmación, que es cierta en cuanto a cada
creyente (“el Espíritu de Dios mora en vosotros”). Pablo estaba diciendo algo como ésto: “Eres
un verdadero cristiano (no en la carne sino en el Espíritu) porque estoy asumiendo que el
Espíritu de Dios mora en ti”.
Sigamos el mismo modelo en Romanos 8:17. Pablo está haciendo una afirmación que es cierta
en cuanto a cada creyente (“sois herederos—herederos de Dios y coherederos con Cristo”) y
luego prosigue con otra afirmación que es verdadera en cuanto a cada creyente (un verdadero
creyente sufre con Cristo—Juan 15:18-21; 1 Pedro 5:10; Filipenses 1:29, etc.). Pablo estaba
diciendo algo como ésto: “Vosotros sois verdaderos cristianos (herederos de Dios y coherederos
con Cristo) porque estoy asumiendo que ÉL está EN VOSOTROS, y si ÉL está en vosotros,
entonces el mundo que lo odió a ÉL, os odiará a vosotros, porque os habéis identificado con ÉL
(Col. 1:24; Juan 16:33). Por lo tanto, todo verdadero creyente sufre con ÉL. Es decir, los
que comparten Su gloria entonces, son los que comparten Sussufrimientos ahora (ver
1 Pedro 5:10, donde Pedro no da ninguna indicación de que estuviera hablando de un grupo
de élite de creyentes que sufren, como opuesto a creyentes carnales que no sufren; tampoco
lo hace Pablo en Filipenses 1:29).
Otro ejemplo similar de “si es que” se encuentra en 1 Pedro 2:2-3. Aquí encontramos un modelo
parecido. Pedro da un mandamiento a todo niño en Cristo recién nacido: “Desead la leche
espiritual de la palabra”. El sigue con otra declaración que es verdad en cuanto a cada creyente:
“Habéis gustado la benignidad del Señor.” Pedro estaba diciendo algo como ésto: “Ustedes son
verdaderos cristianos (verdaderos niños en Cristo) y deberían desear la leche pura de la Palabra,
porque estoy asumiendo que han gustado que el Señor es benigno (y todo creyente lo ha
gustado). Si realmente has gustado la gracia del Señor, entonces desearás más y más y más.
Cuando Cristo estaba en el mundo, Él estaba bajo el constante ataque del mundo y del diablo.
Hoy Cristo está en Sus creyentes que están en el mundo, y Él, en ellos, continúa estando bajo
continuo ataque. El resultado de ésto, es que nosotros participamos de los sufrimientos de
Cristo. Pablo, escribiendo a los Corintios que a menudo eran muy carnales, les dijo, “Porque
como los sufrimientos de Cristo abundan en nosotros” (2 Corintios 1:5 y comprar 2 Corintios
4:16-18). En Romanos 8:18 Pablo habla de “las aflicciones del tiempo presente” y ¿qué
creyente, en el cual mora el Espíritu, está exento de eso?
Finalmente, Pedro les dice a todos los creyentes que esperen “fuegos de pruebas” y difíciles
tribulaciones y que se gocen en ello, “por cuanto sois participantes de los padecimientos de
Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 Pedro 4:12-
13). No hay aquí ni el más leve indicio que Pedro esté dirigiendo sus palabras a algún grupo
élite de creyentes sufrientes, en contraste a otros creyentes, que no están dispuestos a sufrir
por Cristo. Pedro estaba hablando sobre los sufrimientos que todos los creyentes comparten y
participan.
Es ciertamente verdad que unos creyentes sufren más que otros. De igual manera, algunos
creyentes son más fieles en su servicio al Señor que otros. Algunos creyentes son más efectivos
para compartir el evangelio que otros. Algunos creyentes andan más en el Espíritu que otros.
Nadie duda que los hijos de Dios exhiben diferentes niveles de fidelidad y que muchos sufrirán
pérdida en el Tribunal de Cristo. Sin embargo, no podemos decir que algunos creyentes están
exentos de los sufrimientos de Cristo, de los cuales todos participamos. Cristo anduvo por el
camino del sufrimiento y nosotros, que lo seguimos, debemos hacer lo mismo. El sufrimiento
no es opcional en este mundo que odia a Cristo y que rechaza a Cristo. En este mundo, los hijos
de Dios están marcados por el sufrimiento (comparar Hebreos 11:36-38, donde este mismo
principio está ilustrado por los santos del Antiguo Testamento).
“Está la circunstancia de sufrir con ÉL para que seamos juntamente glorificados; pero
ésto será favorable para todos los que le pertenecen a ÉL. . Todos los que tienen la
naturaleza divina, incluso a ÉL mismo como su vida, sufren en un mundo malo, que
constantemente hiere y pone a prueba a quienes tienen esa naturaleza. . . Este
sufrimiento (en conjunto) se debe a tener vida en ÉL, mientras se vive en un ambiente
en que todo se opone a ÉL. . . Por lo cual, si este sufrimiento en un mundo tal como es
ahora, es una consecuencia necesaria de la vida divina, rodeada de todo lo que está
resultando en miseria y alejamiento y rebelión contra ÉL, es un gran privilegio sufrir con
Cristo, gozándose, mientras tanto, en la esperanza de compartir Su gloria.” (William
Kelly, Epístola a los Romanos).
Tal como enseña el escritor de Hebreos, que los que están sin disciplina son bastardos (hijos
ilegítimos) y no hijos (Hebreos 12:8), así Pedro (1 Pedro 4:12-13) y Pablo (Romanos 8:16-18;
2 Corintios 1:5; Filipenses 1:29) dirían lo mismo: Pero si estáis sin sufrimiento, de lo cual
todos participan (1 Pedro 4:13; 2 Corintios 1:5), entonces sois bastardos y no hijos. Pero
regocijaos puesto que ustedes son hijos y son herederos de Dios y son coherederos con Cristo
(Romanos 8:16-17). Ustedes comparten Su cruz y ustedes compartirán Su corona.
Pablo está hablando aquí de los sufrimientos presentes que experimentan los creyentes
a través del tiempo, y los hace contrastar con la gloria que los creyentes experimentarán
en el futuro, cuando estén con el Señor. “Tengo por cierto” –“calculo, cuento con que
este hecho es cierto, sé que es un hecho”. Dios quiere que creamos este hecho y que
contemos con él, estando convencidos de que es verdad. Los sufrimientos del tiempo
“ahora” no son comparables a la gloria que será revelada en nosotros. Cuando algo es
comparable (digno) a otra cosa, significa que son iguales. Aquí se nos dice que los
sufrimientos NO SON COMPARABLES a la gloria, es decir, tenemos una situación
desequilibrada. La gloria es muy superior a los sufrimientos. Puedes decirlo de esta
manera: a un lado de la balanza tienes una insignificante partícula de polvo, que
representa los sufrimientos del tiempo presente. En el otro lado de la balanza tienes una
gran pieza de oro que pesa diez toneladas, que representa la gloria futura. ¡No hay
comparación! En 2 Corintios 4:17 tenemos la misma verdad. Los sufrimientos y
aflicciones presentes son muy “leves” y “temporales”. La gloria es muy PESADA y
ETERNA. Desde luego, cuando personalmente pasamos por tiempos de sufrimiento y
pruebas, nos parecen muy, muy pesados y muy, muy largos, (como si no fueran a
terminar nunca). Pero esto nos parece así desde nuestro muy limitado punto de vista.
Desde el punto de vista de la eternidad, los sufrimientos y aflicciones que soportamos
en esta vida son muy leves.
¿Sabía Pablo lo que era el sufrimiento? En Romanos 8:18 y en 2 Corintios 4:17 Pablo
nos dice que sus sufrimientos presentes son “leves” comparados con su gloria futura.
Nos asombramos cuando leemos acerca de los sufrimientos que Pablo experimentó
realmente en 2 Corintios 11:23-28 (y compare Hechos 9:16). En realidad, la mayoría de
nosotros diríamos ésto: “Mis sufrimientos no son dignos de ser comparados con los del
apóstol Pablo”. Pero Pablo sabía que aún sus sufrimientos no eran dignos de compararse
con la gloria futura que le pertenecerá como coheredero con Cristo.
Romanos 8:19
Este versículo y los versículos siguientes hablan de la creación de Dios, tanto la animada
(animales y plantas) como la inanimada (rocas, montañas, etc.). Podríamos usar el
término “naturaleza”. Aquí la naturaleza es personificada de una manera interesante. La
naturaleza o la creación está esperando algo ansiosamente, está aguardando algo
ansiosamente. Las bestias y las aves, las rocas y los ríos—todos están diciendo, “No
puedo esperar que ésto suceda”. La creación de Dios está bajo la terrible maldición y
esclavitud del pecado. Abundan las evidencias de que vivimos en un mundo caótico,
maldito por el pecado (animales que atacan a animales, animales que devoran animales,
tempestades violentas, tornados, huracanes, inundaciones, etc.). Esto no siempre fue
así. Antes de la caída del hombre, la creación de Dios estaba en pacífica armonía
(Génesis 1-2). En un tiempo futuro, esta armonía será restaurada nuevamente (ver
Isaías 11:6-9). La creación será libertada de la maldición y ésto sucederá en la
“manifestación (revelación, presentación) de los hijos de Dios”. Cuando el Señor
Jesucristo sea revelado en Su segunda venida (2 Tesalonicenses 1:7), entonces también
los “hijos de Dios” serán revelados con ÉL (ver Apocalipsis 19:14 y comparar Apocalipsis
19:7-8).
Romanos 8:20
“No por su propia voluntad”—la naturaleza no escogió estar bajo esta maldición. Los
animales no sostuvieron una convención en la cual todos decidieron voluntariamente
ponerse bajo la maldición divina. Fue Adán quien hizo la elección y fue Dios quien trajo
la maldición. “Del que” se refiere a Dios que pronunció la maldición y sojuzgó la tierra.
No se refiere a Adán. Pero aunque toda la naturaleza ha sido llevada a este estado de
vanidad, hay esperanza. El futuro contiene una promesa de esperanza. La maldición no
durará para siempre.
Romanos 8:21
Romanos 8:22
Romanos 8:23
La creación de Dios (la naturaleza) no es la única que está gimiendo. Los creyentes
también están gimiendo. Nosotros también estamos esperando ansiosamente un evento
futuro. Este evento es llamado “la adopción” y se refiere a una adopción futura, cuando
nuestra condición de hijos se materialice plenamente. La “adopción” se describe aquí
como la “redención de nuestro cuerpo”. Esta es la futura y final redención que se
cumplirá cuando Cristo venga por Su iglesia. Hay un aspecto presente de la redención
mencionado en versículos como Efesios 1:7; Colosenses 1:14; 1 Corintios 1:30; 1 Pedro
1:18-19, pero también hay un aspecto futuro de la redención (cuando nuestra salvación
sea acabada) como se expone en Efesios 1:14 y 4:30 y también aquí en Romanos 8:23.
Del mismo modo, hay un aspecto de la adopción que es realidad para los creyentes
ahora (Romanos 8:15), y también hay un aspecto futuro de adopción, que espera un
cumplimiento futuro (Romanos 8:23). Las “primicias” es la prenda o garantía de que
nuestra salvación será completada, y aquí las “primicias” es nada menos que la Persona
y la Presencia de Dios el Espíritu Santo en la vida del creyente. ¿Qué significan las
primicias? Cuando cosechas los primeros tomates de tu huerto, ésto indica que habrá
muchos más. Vendrán muchos tomates más. Se disfrutarán muchas más bendiciones
del huerto. En el momento en que una persona confía en Cristo, ella recibe el Espíritu
Santo que es, ÉL Mismo, las ARRAS (el anticipo, garantía—Efesios 1:13-14) de que
mucho más seguirá (un cuerpo nuevo, una herencia eterna, un hogar en el cielo,
glorificación futura- v.18, etc.).
Romanos 8:24-25
Nota: El rapto es una revelación (1 Corintios 1:7; 1 Pedro 1:7; 1:13; 4:13), pero no son
los hijos los que son revelados al mundo, sino más bien es Cristo, en toda Su gloria,
quien es revelado a los hijos.
Romanos 8:26-27
Dios el Espíritu Santo toma nuestras débiles y defectuosas y vacilantes peticiones y las
lleva ante Dios el Padre, traduciéndolas a lo que es aceptable a Dios y en armonía con
la voluntad de Dios. Aquí se nos dice que hay una admirable comunicación entre Dios el
Espíritu Santo y Dios el Padre y de la cual poco entendemos (pero cuán agradecidos
debemos estar por ella). No sabemos cómo orar. . .de modo que ÉL ora por nosotros.
ÉL SABE COMO ORAR.
La intercesión del Espíritu Santo es una obra de Dios poco conocida y poco apreciada.
Note que en este mismo capítulo se hace mención de la intercesión del Hijo de Dios
(v.34). El Espíritu intercede por los santos (v.27) y así hace Cristo (v.34). Ambos oran
y ruegan a nuestro favor, pero de maneras diferentes. Ambos ruegan a Dios el Padre
por nosotros. Ambos ministerios son esenciales.
Los “gemidos que no pueden expresarse (gemidos indecibles)” es una referencia a esa
bendita comunicación entre Dios el Espíritu y Dios el Padre. Esto no es una referencia al
don de lenguas (el don de lenguas solo se menciona en una de las epístolas de Pablo, 1
Corintios, y aún allí es tratado por constituir un problema). Las razones por las cuales
no se refiere al don de lenguas son las siguientes:
3. El don de lenguas era algo que se podía oír (aunque no entender) por los
hombres. Estos gemidos solo Dios el Padre los puede oír.
4. El don de lenguas era un don de gracia (“charisma” en griego) que era dado sólo
a algunos creyentes, no a todos (1 Corintios 12:29-30). El ministerio de
intercesión del Espíritu, por el contrario, es a favor de todos los santos.
Romanos 8:28
Palabra (Juan 14:21-24), y los que se niegan a guardar Sus mandamientos son
mentirosos si aseguran conocer a Cristo (1 Juan 2:3-5 y comparar Juan 17:3). Como
hijos de Dios, nuestra vida debe estar caracterizada por la obediencia (1 Pedro 1:14).
Obedecemos, porque amamos a nuestro Padre Celestial. ¿Cómo podríamos hacer algo
menos?
Los que no lo aman a ÉL, no son salvos y están bajo la maldición de Dios (1 Corintios
16:22). Si una persona dice, “yo no amo a Cristo, no, de ningún modo”, ¿cómo podría
entonces esa persona asegurar que cree en ÉL? Por otra parte, hay quienes aseguran
amar a Dios, pero con sus hechos prueban que ellos no lo aman realmente (1 Juan
4:20). En Romanos 8:28 Pablo no está hablando de un grupo especial de cristianos que
aman a Dios en contraste con otra gente salva que no ama a Dios. Los que aman a Dios
(v.28) son identificados como los llamados (v.28), y los que son LLAMADOS, son
identificados como los que antes conoció, los predestinados, justificados y glorificados
(v.29-30). Estos son hechos que son verdad en cuanto a cada y todo creyente. Es
impensable que hubiera algunos creyentes que no hubiesen sido conocidos antes, que
no hubiesen sido predestinados, llamados, justificados y glorificados.
Este versículo no dice que “todas las cosas son buenas” sino que “todas las cosas ayudan
a bien”. Ilustración del pastel: Para hacer un pastel se necesitan varios ingredientes
y varios de estos ingredientes, por sí solos, no tienen buen sabor (pocos se deleitan
comiendo huevos crudos, o harina o manteca, etc.), pero si juntamos todos estos
ingredientes, todos ellos ayudan para hacer un exquisito pastel (producto final). Así Dios
toma lo amargo y lo dulce, lo difícil y lo fácil, lo malo y lo bueno y hace que todo ello
resulte en algo bueno.
La verdad de Romanos 8:28 es tan importante que Dios ha apartado 9 capítulos del libro
de Génesis (la historia de José) para ilustrarla. A José le sucedieron algunas cosas muy
malas y terribles – sus hermanos lo odiaban, trataron de matarlo, lo vendieron como
esclavo, etc. (Génesis 37) y luego José fue acusado falsamente por una mala mujer y
fue echado en prisión (Génesis 39). Pero Dios tenía un plan y un propósito para José, un
hombre que amaba a Dios. El padre de José no entendió la verdad de Romanos 8:28
(ver Génesis 42:36—“contra mí son todas estas cosas”), pero José sí las entendió (ver
Génesis 50:20 y ver también Génesis 45:5,7 “Dios me envió”). Las cosas terribles que
le sucedieron a José fueron en realidad usados por Dios como los medios por los cuales
salvaría a los hijos de Israel del hambre y de la muerte.
Nótese que en estos versículos el énfasis está puesto sobre la obra de Dios—“ÉL conoció
de antemano, ÉL predestinó, etc.”. Todo esto es obra de Dios, no del hombre. Dios
conoció al creyente de antemano, Dios lo predestinó, Dios lo llamó, Dios lo justificó y
Dios lo glorificó. Esto es lo que Dios hizo. La salvación es del Señor (comparar Jonás
2:9). La salvación empieza y termina con Dios. Dios recibe todo el mérito y toda la gloria
por nuestra salvación (1 Corintios 1:29, 31). El hombre no puede jactarse (Efesios 2:8-
9) y decir, “Mira, lo que yo he hecho”. No, la salvación es “DE DIOS” (1 Corintios 1:30;
Juan 1:13). Nosotros no nos damos gracias a nosotros mismos, sino decimos, “GRACIAS
SEAN A TI SEÑOR, POR SALVAR MI ALMA”.
Dios lo hace todo en la salvación. Esto no quita la responsabilidad del hombre. El hombre
tiene que creer (Juan 3:16-18; Hechos 16:31) y el hombre es culpado por no hacerlo (2
Tesalonicenses 2:10-12; Juan 5:40; comparar Mateo 23:37), pero Dios, y solamente
Dios puede salvar. Dios lo hace todo de acuerdo a Su maravillosa gracia y a Su soberano
propósito (ver 2 Timoteo 1:9 y compare 2 Tesalonicenses 2:13-14; Efesios 1:3-14).
Las palabras “A LOS QUE” se refieren al mismo grupo mencionado en el versículo 28—
“a los que aman a Dios, a los que conforme a Su propósito son llamados”. Se está
refiriendo a verdaderos creyentes. Es este grupo al que Dios conoció de antemano. En
la eternidad pasada, antes de que el mundo fuese creado, Dios conocía a Sus verdaderos
creyentes (comparar 2 Timoteo 2:19—“conoce el Señor a los que son Suyos”).
Note atentamente lo que el versículo dice y lo que el versículo no dice. Dice “a LOS que
antes conoció”; no dice, “LO que antes conoció”. Dice que DIOS TE CONOCIÓ A TÍ
DESDE ANTES. No dice que Dios sabía desde antes lo que tú harías. Mucha gente
entiende la presciencia (saber de antemano) en este sentido: en la eternidad pasada
Dios, que sabe todas las cosas, sabía cuales personas creerían en Su Hijo y cuales
personas no creerían. Esto ciertamente es verdad y es enseñado en la Palabra de Dios
(ver Juan 6:64 y ver versículos 70-71), pero esto no es lo que enseña Romanos 8:29.
Este versículo no está hablando acerca de que Dios sabía de antemano que tú creerías.
Está diciendo que Dios te conocía a TÍ de antemano. Desde antes, Dios te conocía. De
acuerdo con este versículo, lo que se conoce de antemano son PERSONAS. Tampoco
dice que Dios conoció desde antes a todos los seres humanos (aunque ciertamente Dios
sabía de antemano acerca de todos ellos). Pero este versículo enseña que Dios antes
conocía a los llamados según Su propósito (lo que excluye a todos los que persisten en
su incredulidad y que por eso nunca serán salvos). ¿Qué significa ésto?
Otros pasajes de la Biblia dan luz sobre la presciencia (Su conocer de antemano) de
Dios. Considera Amos 3:2—“A vosotros (los hijos de Israel) solamente he conocido de
todas las familias de la tierra”. ¿Qué significa ésto? Ciertamente Dios conocía también
todo sobre los egipcios y las otras naciones. Tiene que significar más que simplemente
saber acerca de ellos. Dios sabía todo acerca de cada nación y cada persona sobre la
tierra. Pero Dios entró en una relación especial con Israel, y no así con las otras naciones:
“Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos
que están sobre la tierra. . . os ha querido Jehová” (Deuteronomio 7:6-7).
Ron Hamilton
En Romanos 8:28 la palabra “primogénito” se refiere a Cristo y significa “el más alto en
rango y posición”. Cristo es el Hijo Supremo, el Preeminente (comparar Juan 3:16—“el
Hijo unigénito” o el ÚNICO, único en su clase, HIJO). Cristo está como Cabeza y Principal
entre y sobre esas incontables multitudes que por medio de ÉL son hechos hijos de Dios.
Cristo es EL HIJO, pero “llevará muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10).
3) ESLABÓN # 3—“A ESTOS TAMBIÉN LLAMÓ”
El próximo eslabón en la cadena del propósito eterno de Dios: LLAMADO. Vimos ésto en
el versículo 28— “los que conforme a Su propósito son llamados”. ¿Quiénes son LOS
LLAMADOS? No todos los hombres, porque en el versículo 28 se dice que ellos son los
que “aman a Dios” (creyentes verdaderos, los que pertenecen a Dios, los que fueron
conocidos de antemano, etc.). Por cierto, hay un sentido general en que TODOS LOS
HOMBRES son llamados para salvación y todos los hombres son invitados a venir a
Cristo. Este llamado o invitación general y universal a la salvación se ve en pasajes como
Romanos 10:9-13; Mateo 11:28; Juan 3:16; Juan 7:37-38; Apocalipsis 22:17; etc. Pero
hay un sentido especial en el cual Dios llama solamente a aquellos que responden
verdaderamente al llamado general del evangelio (los que vienen a Cristo y realmente
le pertenecen). Así, en un pasaje como 1 Corintios 1:24-27 la expresión “los llamados”
se refiere a los escogidos de Dios, los que realmente son salvos. No son muchos los
llamados (1 Corintios 1:26), pero algunos lo son. Ver 2 Timoteo 1:9; 1 Pedro 1:15; 2:9;
5:10; 2 Pedro 1:3; 1:10; Apocalipsis 17:14 “llamados y elegidos y fieles”. Note que
todos estos versículos están hablando acerca de verdaderos creyentes, no de todos los
hombres en general. Dios nos ha llamado a Sí Mismo (1 Corintios 1:9) para que le
pertenezcamos a ÉL. Como dice un himno: “ÉL me llamó mucho antes de que yo
escuchara, antes de que mi corazón pecaminoso fuera turbado. Pero cuando creí en Su
Palabra, me levantó perdonado”.
Deberíamos notar que estas cinco cosas son ciertas en cuanto a todo creyente. Tú no
puedes tener solo una de estas cinco cosas. Es imposible que una persona sea antes
conocida y no sea justificada. Es imposible que una persona sea justificada y no sea
glorificada (por tanto, es imposible que una persona pierda su salvación). Es imposible
que una persona sea llamada y no sea justificada: “a los que llamó, a estos también
justificó”. ¿Pueden ser ciertas de una persona sólo tres de las cinco cosas? No, todas
ellas tienen que ser verdad. Es todo o nada. Una persona es salva o no lo es, y si es
salva, entonces estas cinco cosas son verdad. Deberíamos notar también que
NINGUNA DE ESTAS COSAS es verdad de los que nunca llegan a ser creyentes. Judas
nunca fue conocido, predestinado, llamado, justificado o glorificado.
Nota: Debemos ser muy cuidadosos con un tratado evangelístico muy popular que
comienza:”Dios te ama y tiene un maravilloso plan para tu vida”. Lo que Dios tiene para
aquellos que rechazan a Su Hijo no es maravilloso (ver Juan 3:18; 3:36; 2
Tesalonicenses 1:8-9, etc.). El maravilloso plan de Dios es para los que aman a Dios,
para los que conforme a Su propósito son llamados (Romanos 8:28). Una vez que una
persona da buena evidencia de tener una fe salvadora, podemos animarla a reclamar
las maravillosas verdades que se encuentran en Romanos 8:28-30, pero nunca debemos
aplicar descuidadamente estos pasajes a quienes no son salvos en absoluto. De hecho,
todas las grandes verdades de Romanos capítulo 8 son solamente para los que de veras
están “EN CRISTO” (Romanos 8:1). Por otra parte, no olvidemos que Dios quiere que
todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 3:3-
4).
Romanos 8:31
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios ha hecho todo esto (Romanos 8:28-30), ¿qué
podemos decir entonces? Empecemos por decir simplemente y sin cesar, “GRACIAS
SEÑOR”. Si Dios es por nosotros (está a nuestro lado), ¿quién puede estar contra de
nosotros? La respuesta obvia: NADIE. Muchas personas pueden estar en contra nuestra
y los creyentes pueden tener muchos enemigos, pero si Dios está por nosotros, no
importa quién esté en contra nuestra. Es Dios y yo contra cualquiera. Dios con el
creyente es mayoría siempre, y en cualquier lugar. Ver Salmo 118:6 y Hebreos 13:6.
Los versículos siguientes muestran cómo Dios está POR NOSOTROS. En el versículo 32
vemos como ÉL murió POR NOSOTROS y en el versículo 34 vemos como ÉL vive POR
NOSOTROS.
Romanos 8:32
¿Quién fue realmente culpable de poner a Cristo en la cruz? Note la palabra “entregó”
en Romanos 8:32 que a veces se traduce como “traicionar”. Note los siguientes usos de
esa palabra:
¿Quién entonces fue responsable de poner a Cristo en la cruz? Judas lo traicionó. Los
líderes judíos lo condenaron y lo entregaron a los romanos. Pilato lo entregó a los
soldados romanos. Los soldados romanos lo clavaron a la cruz. TODOS ELLOS TUVIERON
PARTE, pero en última instancia fue DIOS MISMO quien lo entregó. Fue Dios
quien “LO ENTREGÓ POR TODOS NOSOTROS” (Romanos 8:32). Fue Dios quien “DIO
A SU HIJO UNIGÉNITO” (Juan 3:16) para morir en la cruz. “Dios quiso QUEBRANTARLO”
(Isaías 53:10). ¿Por qué Dios hizo esto? FUE POR NOSOTROS. Fue por nuestros pecados
que ÉL sufrió y sangró y murió. ÉL “FUE ENTREGADO POR NUESTRAS
TRANSGRESIONES” (Romanos 4:25). Cada uno de nosotros era responsable por la
muerte de Cristo, porque ÉL murió en nuestro lugar como nuestro Sustituto. A ÉL se le
dio el pago que nosotros merecíamos (Romanos 6:23). Él murió la muerte que nos
correspondía a nosotros.
Romanos 8:33
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Los escogidos de Dios son los que están
descritos en Romanos 8:29-30. Ellos son los escogidos de Dios, los que conforme al
propósito de Dios son llamados en Cristo. Dios te ha justificado. Tú has comparecido
ante la corte más alta del universo y has sido encontrado NO CULPABLE. Tu caso ha sido
sellado en la corte suprema del universo, y no hay otra corte más alta que pueda
condenarte. Si Dios, el Juez justo, te ha justificado, ¿qué juez más alto te puede
condenar? Si el Juez de toda la tierra está DE NUESTRO LADO, no tenemos
absolutamente nada que temer.
Romanos 8:34
¿Quién me condenará? Cristo ciertamente no, porque ÉL murió por mí. Mi condenación
cayó sobre ÉL (Romanos 8:3). ÉL no solo murió por mí, sino vive por mí. Satanás me
podrá acusar y sus acusaciones en mi contra aún pueden ser ciertas, pero el Señor
Jesucristo vive para interceder por mí (rogar y orar por mí). Ver estos importantes
pasajes: 1 Juan 2:1-2; Hebreos 7:25; 9:24.
Romanos 8:35
“El amor de Cristo” se refiere al amor que Cristo tiene por nosotros. Nadie (v.35) y
nada (v.39) podrá separarnos de ese amor. Estamos salvos y seguros para siempre en
el amor de Cristo. Consideremos algunas de las palabras que se usan en este versículo:
PERSECUCIÓN = acoso a los creyentes para dañar y herir (ver 2 Timoteo 3:12; 2 Corintios
4:9)
HAMBRE = los creyentes del primer siglo sabían lo que era el hambre (ver Hechos 11:28);
ni siquiera los desastres naturales nos podrán separar del amor de Cristo
ESPADA = muerte por la espada (ver Hechos 12:2—Santiago, el hermano de Juan estaba
seguramente agradecido por la verdad de Romanos 8:35)
Romanos 8:36
Romanos 8:37
“Somos” (v.37) — esto es cierto ahora mismo. “En todas estas cosas” –en medio de
todas las dificultades, nosotros triunfamos. “Más que vencedores” = hiper-
vencedores, súper-vencedores, súper-victoriosos, súper-triunfadores. Se refiere a
alguien que gana una victoria arrolladora y aplastante, alguien que gana la más brillante
victoria. No somos sólo vencedores, somos más que vencedores. No somos sólo
triunfadores, somos más que triunfadores.
Es la palabra griega hupernikao (de “huper” –comparar con “hiper” o “súper” y el verbo
“nikao” –vencer, tener victoria (es la misma palabra usada para vencedores en
Apocalipsis 2 y 3). No somos sólo vencedores, somos más que vencedores. No somos
sólo triunfadores, somos más que triunfadores. En vista de ésto, cómo puede alguien
decir que algunos creyentes no son vencedores (como enseñan algunos que creen en un
rapto parcial, como también otros). Ningún creyente es menos que un vencedor, todos
los creyentes son “más que vencedores”. Nos pertenece una victoria abrumadora.
¿Quién es Aquel que nos amó? Ver Romanos 8:35—Cristo Mismo. Por medio de Cristo
somos más que vencedores. Comparar 2 Corintios 2:14 (en nosotros mismos fallamos,
pero en Cristo triunfamos).
Romanos 8:38-39
En estos gloriosos versículos Pablo está explorando el universo entero para ver si hay
algo que pudiera separarnos del amor de Cristo. La muerte se menciona primero, porque
es el mayor temor del hombre (Hebreos 2:15—la muerte es “el rey de los temores”).
Dios no está diciendo que ÉL librará al creyente de la muerte física, sino dice que la
muerte física nunca nos separará de ÉL. De hecho, para el creyente en Cristo la muerte
es en realidad la entrada a la presencia misma de Dios, donde conoceremos más y más
Su amor:
Dios no elimina la muerte física (con la excepción de aquellos que estén vivos cuando
Cristo venga por Su iglesia—1 Corintios 15:51-52), sino elimina el aguijón de la muerte
(1 Corintios 15:55). La muerte sin su aguijón no es de temer (tal como una abeja, sin
su aguijón, no es más que una inofensiva bola de pelusas).
“Ni lo alto, ni lo profundo” (v.39) –por muy alto que subas o por mucho que
desciendas, en el valle más profundo o en la montaña más alta, nunca encontrarás algo
o alguien que te separe del amor de Cristo.
“Ni ninguna otra cosa creada” = nada en toda la creación. Pablo agrega ésto, para
asegurarse de no haber olvidado algo. Pablo nos asegura, con las palabras más
vehementes, nuestra total seguridad en el amor de Dios que se encuentra SOLAMENTE
EN EL SEÑOR JESUCRISTO.
Hay muchas personas que toman estos dos últimos versículos de este capítulo y lo
aplican indiscriminadamente a todas las personas, sin considerar si la persona es
realmente salva o no. Estos versículos sólo son aplicables a los que están “EN CRISTO
JESÚS” (Romanos 8:1) y que “aman a Dios y que conforme a Su propósito son llamados”
(Romanos 8:28). Nadie más tiene derecho a estos versículos. Los incrédulos estarán
separados del amor de Cristo, y esta separación durará por toda la eternidad (ver 2
Tesalonicenses 1:8-9; Mateo 25:41, 46; 7:21-23; etc.)
Introducción
Los capítulos 9 al 11 de Romanos forman una unidad. El tema de los tres capítulos es la
nación de Israel (ver 9:3-4; 10:1, 21; 11:1-2, 26, 28). En cierto sentido, estos capítulos
son un paréntesis. La corriente del pensamiento de Pablo podría haber seguido del
capítulo 8 directo al capítulo 12. En los primeros 8 capítulos, Pablo ha expuesto el
Evangelio de Dios, es decir, las buenas nuevas de la JUSTIFICACIÓN (Romanos 1-
5), SANTIFICACIÓN (Romanos 6-8) y GLORIFICACIÓN (Romanos 8). En el capítulo
12, él trata con las implicaciones prácticas del evangelio (cómo la verdad del evangelio
debe afectar nuestro diario vivir en cuanto a Dios y a nuestro prójimo). De modo que el
capítulo 8 debería desembocar naturalmente en el capítulo 12, pero en vez de hacer eso,
Pablo nos da un paréntesis de tres capítulos en los cuales nos ayuda a entender donde
cabe la nación de Israel en los planes y propósitos de Dios.
Esta sección comienza con una GRAN TRISTEZA (9:1-3) y termina con una GRAN
DOXOLOGÍA a Dios (11:33-36). Una manera sencilla de ver estos tres capítulos es
como sigue:
Capítulo 10 trata principalmente con el PRESENTE de Israel (como una nación que
ha rechazado someterse al evangelio de Dios).
Capítulo 11 trata principalmente con el FUTURO de Israel (una nación que algún
día será salva y que disfrutará el cumplimiento de las promesas nuevo pacto).
Para entender esta sección, tratemos de ponernos en los zapatos de los que vivieron en
el primer siglo y tratemos de entender el PROBLEMA JUDÍO.
Hecho # 3—La nación de Israel (al menos la gran mayoría de la nación) rechazó a
su Mesías cuando vino a la tierra (Juan 1:11; Mateo 12:22-24; Mateo 21:33-46;
27:22, 23, 25; Juan 19:15; Hechos 22:22; 1 Tesalonicenses 2:14-15).
Ponte en el lugar de un judío del primer siglo. El evangelio que predicaba Pablo era cierto
o era falso. Jesucristo, a quien Pablo predicaba, era el verdadero Mesías o no lo era. De
modo que tenemos dos alternativas: 1) El evangelio que predicaba Pablo no es cierto y,
por lo tanto, Jesucristo no es el verdadero Mesías y entonces tenemos que seguir
esperando la venida del verdadero Mesías. Si esto es así, la razón por la cual el Reino
no ha llegado aún, es porque el verdadero Mesías aún no ha venido. 2) El evangelio que
predicaba Pablo es verdadero, por lo cual Jesucristo es el verdadero Mesías. Si esto es
así, ¿por qué no hay un reino? ¿Por qué sigue sufriendo en este mundo el pueblo judío?
¿Por qué no se han cumplido las promesas, en cuanto al reino, del Antiguo Testamento?
¿Ha desechado Dios a Su pueblo? DIOS NOS HA DADO LOS CAPÍTULOS 9-11 DE
ROMANOS PARA RESPONDER ESTAS PREGUNTAS.
Estas cuestiones son muy relevantes también en nuestros días. Hoy en día hay
numerosos cristianos profesantes, especialmente aquellos bajo la influencia de la
Teología Reformada/del Pacto, que niegan que la nación de Israel tenga alguna
esperanza de un futuro reino en la tierra bajo su Mesías, tal como ha sido predicho
en cientos de profecías del Antiguo Testamento. Algunos enseñan que la IGLESIA
ha heredado las promesas que fueron hechas a ISRAEL. Otros enseñan que el reino
ya está aquí y que Cristo está reinando espiritualmente en los corazones de Sus
creyentes. Aunque hay un sentido en que esto es cierto, esto no resuelve el
problema de que hay cientos de promesas y predicciones referentes al reino que
aún no se han cumplido. ¿Quiso Dios realmente decir lo que dijo acerca del reino
y de la venida del Mesías o no? De modo que los capítulos 9-11 de Romanos son
capítulos de vital importancia para entender correctamente el lugar de Israel en el
programa de Dios.
¿Qué está haciendo Dios con la nación de Israel? La respuesta es básicamente doble:
1. Dios tiene para el judío HOY un maravilloso plan y propósito, pero este plan y
propósito no puede cumplirse hasta que la persona judía crea en el Señor
Jesucristo (ver Romanos 10:9-13; 11:1-5).
2. Dios tiene un maravilloso plan y propósito para el judío MAÑANA, pero este plan
y propósito no puede cumplirse hasta que el verdadero Mesías de los judíos venga
a la tierra por segunda vez. Ver Romanos 11:25-28. La presente incredulidad de
Israel y su rechazo del evangelio no impedirán que Dios cumpla para con Israel
cada una de Sus promesas referentes al reino.
Deberíamos notar que en esta presente era de la iglesia (que ha durado como 2000
años) no fue revelada en el Antiguo Testamento. El judío del Antiguo Testamento miraba
hacia el futuro distante y veía la cima de una montaña que era la venida del Mesías y la
gran edad el reino. No se daba cuenta que lo que estaba viendo era en realidad dos
cimas de montañas con un valle entremedio:
1) ISAÍAS 9:6-7
2) MIQUEAS 5:2
El Mesías tenía que nacer en Belén y ÉL tiene que gobernar en Israel. Sólo se
cumplió lo primero en Su primera venida.
El Señor Jesús sabía donde detener la lectura, porque Él sabía cual parte de este
pasaje se cumpliría en Su primera venida. El día del juicio espera Su segunda
venida.
4) ZACARÍAS 9:9-10
5) LUCAS 1:31-33
Esta profecía del Nuevo Testamento es similar a las profecías del Antiguo
Testamento ya mencionadas, en la parte relativa a Su primera venida y una parte
tiene que esperar un cumplimiento futuro en Su segunda venida.
Cuando el judío del Antiguo Testamento leía su Biblia, él sólo podía ver una venida.
Hoy estamos viviendo en el período entre las dos venidas de Cristo, durante el cual ÉL
está edificando SU IGLESIA (Mateo 16:18) y tomando de entre las naciones pueblo para
Su Nombre (Hechos 15:14). Cuando leemos nuestra Biblia hoy, tenemos la ventaja de
estar más capacitados para poder ver mejor dos venidas distintas de Cristo –una ya es
historia y la otra aún es profecía (ÉL ha venido y ÉL volverá nuevamente).
Romanos 9:1
Romanos 9:2
“Tristeza” = pena, congoja, aflicción. Pablo estaba muy apenado y con gran dolor.
“Continuo” =sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17), constante, incesante. “Dolor”=
sufrimiento, angustia (1 Timoteo 6:10). Si aquí vemos solamente la pesadumbre de
Pablo, no estamos divisando todo el cuadro. Debemos ver más allá del pesar de Pablo y
ver al Señor Mismo llorando y apenado y lamentando sobre Israel, Su pueblo escogido
(tal como Jeremías, el profeta llorón, es un cuadro del afligido corazón de Jehová Mismo).
Este versículo puede parecer sorprendente a algunos en vista de las duras declaraciones
de Pablo en Romanos 11:28 respecto a los judíos (“enemigos”) y especialmente 1
Tesalonicenses 2:15, pero Pablo, tal como su Señor, podía odiar el pecado pero aún así,
amar al pecador.
Romanos 9:3
Sabemos que Pablo no pudo cumplir su deseo, aunque fue dicho con toda sinceridad y
verdad. ¿Por qué no? 1) Romanos 8:38-39: Si nada podía separarlo del amor de Dios,
entonces era imposible que fuera maldecido; 2) No había necesidad de ello, porque
Cristo ya lo ha hecho. En vez de ello, Pablo dedicó su vida a predicar el evangelio acerca
de un Salvador que pasó por juicios y fuegos infernales para salvar a los pecadores y
Pablo dijo que si alguien no predicaba este evangelio, que fuera ANATEMA (Gálatas 1:8-
9). ¿Cómo puede una persona no amar a este Cristo, quien hizo ésto por nosotros?
(Comparar 1 Corintios 16:22). (Moisés estaba lleno del amor de Dios y de profundo
pesar y preocupación por su pueblo—Éxodo 32:32; y compare Judá en Génesis 44:33 y
el pesar de David en 2 Samuel 18:33).
Romanos 9:4
Pablo identifica a sus hermanos y parientes según la carne como “Israelitas”, aquellos
que descienden de Jacob cuyo otro nombre era Israel (Génesis 32:38). Por definición,
un judío de raza es uno que puede decir, “Mis padres antiguos son Abraham, Isaac y
Jacob”. Los que no pueden decir ésto, son gentiles. Los judíos y gentiles que han creído
en Cristo durante la presente edad son miembros de un organismo único de Dios, LA
IGLESIA (ver 1 Corintios 10:32 y 12:12-13).
“De los cuales son” –Pablo quería que los judíos supieran lo que les pertenecía. ¡Dios
les había dado tanto! Ellos eran una nación especial, bendecida por Dios de una manera
singular (Deuteronomio 7:6-8). A este pueblo escogido pertenecían numerosos
beneficios y bendiciones y privilegios y ventajas. A ninguna otra nación bajo el cielo fue
dado tanto por la mano de Dios.
Uno de los beneficios y ventajas dados a Israel ya fue mencionado por Pablo en Romanos
3:1-2: Dios encomendó y confió Su Palabra a este pueblo. Los judíos eran los custodios
de la Palabra de Dios. Dios usó a ciertos judíos como Sus escritores (2 Pedro 1:21) y
Dios usó a muchos otros judíos para copiar y transmitir Su Palabra, y ellos realizaron un
trabajo muy cuidadoso y notable. En Romanos capítulo 9 Pablo da una lista adicional de
ocho beneficios y ventajas que pertenecían a Israel.
La nación de Israel tenía una relación única con Dios. Se les había dado el privilegio de
la FILIACIÓN. Ninguna otra nación sobre la tierra ha sido llamada por Dios como “MI
HIJO”. Note en Éxodo 4:22-23, “Israel es mi HIJO, mi PRIMOGÉNITO. Ya te he dicho
(Faraón) que dejes ir a mi HIJO, para que me sirva”. Tal como el hijo primogénito disfruta
de privilegios, rango y posición especiales, así Israel disfrutaba de una posición
privilegiada entre las naciones. Tenga presente que cuando Dios habló estas palabras
registradas en Éxodo 4:22-23, Israel no era más que un puñado de esclavos en un país
extranjero. Ver también Oseas 11:1. Dios llamó a Su hijo Israel fuera de Egipto en el
tiempo del Éxodo y cientos de años después Dios llamó a Su único Hijo fuera de Egipto
luego de la muerte de Herodes el Grande—Mateo 2:15. Ver también Malaquías 1:6 (note
la relación Padre-Hijo; el problema era que Israel no honraba a su Padre). [Favor notar
que Romanos 9:4 se refiere a la adopción nacional, que es diferente a la adopción
individual mencionada en Romanos 8:15, 23].
Dios nunca dio a conocer Su presencia de una manera tan singular a ninguna otra nación.
“Porque ¿qué nación grande hay que tenga A DIOS TAN CERCANO A ELLOS?”
(Deuteronomio 4:7).
Note el plural. A las otras naciones pertenecía solo un pacto—el pacto Noético (Génesis
9:8-17). Este pacto fue hecho entre Dios y todos los que descienden de Noé y sus hijos,
que incluye a gente de todas las naciones (Génesis 9:15) y ÉL prometió la perpetuidad
del ciclo del día y la noche, de las estaciones, etc. (Génesis 8:21-22).
Todos los demás pactos pertenecen a Israel y pueden ser enumerados como sigue:
EL PACTO ABRAHÁMICO (Génesis 15:7-21; 17:1-14)
Dios prometió que de Abraham procedería una gran nación que poseería la
tierra prometida con ciertos límites definidos.
Este pacto prometía una casa eterna (dinastía), un trono eterno, un reinoeterno
y una Persona eterna que sería el Rey, es decir, Cristo, el Hijo de David.
Ninguna otra nación recibió la ley. Los Mandamientos no fueron dados a los egipcios o a
los babilonios o a los persas o a los romanos. Israel tuvo el privilegio de conocer la
impresionante santidad de Dios como se revela en Su santa ley: “¿Qué nación grande
hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley? (Deuteronomio 4:8).
Romanos 9:5
Esto se refiere en particular a Abraham, Isaac y Jacob, que eran los patriarcas de la
nación. El Dios de Israel se identificaba a menudo con estos tres hombres (ver Éxodo
3:6, 15).
El beneficio más grande es guardado para el final. La Persona más importante que jamás
ha nacido, nació judío, “hijo de David, hijo de Abraham” (Mateo 1:1). ÉL es el “León de
la tribu de Judá” (Apocalipsis 5:5). La salvación viene de los judíos (Juan 4:22), porque
el Salvador viene de los judíos, y fuera de ÉL no hay salvación (Hechos 4:12). En cuanto
a Su HUMANIDAD, ÉL es un israelita según la carne; en cuanto a Su DEIDAD, ÉL es
“DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS (totalmente soberano), BENDITO POR LOS SIGLOS”
(Romanos 9:5).
¿Qué hizo Israel con todos estos beneficios? ¿Tomaron ventaja de sus ventajas? ¿Fueron
bendecidos por sus bendiciones? ¿Se beneficiaron de todos sus beneficios? Aquí está la
tragedia. Aunque había piadosas excepciones (José, Moisés, Josué, Caleb, David, Daniel,
Jeremías, etc.), la nación, en su mayoría, no aprovechó lo que tenía. En cambio, ellos
(1) deshonraron y menospreciaron a Dios como su Padre (Malaquías 1:6); (2) ellos no
dieron importancia a la presencia de Dios en medio de ellos; (3) perdieron de vista los
compromisos del pacto de Dios; (4) quebrantaron la ley de Dios (Jeremías 31:32); (5)
su adoración perdió su significado y se volvió un ritual vacío; (6) las grandes promesas
no estaban acompañadas por fe (Hebreos 3:18-4:2); (7) ellos no siguieron en las
pisadas del fiel Abraham que creyó a Dios (Romanos 4:11-12); y por último, y lo más
significativo, (8) ellos crucificaron a su propio Mesías (Mateo 27:22; Juan 19:15-16; 1
Tesalonicenses 2:14-15).
Principio espiritual: “Porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, más se le
demandará” (Lucas 12:47-48). A los israelitas se les dio mucho, por lo cual mucho se
les demandará. Este principio también se ve en Mateo 11:20-24 y 12:38-42. A los que
se les ha dado más, serán juzgados más severamente. El juicio será proporcional a la
luz recibida.
Aplicación espiritual: ¿Qué nos ha dado Dios? ¿Qué ventajas y beneficios tenemos? ¿Qué
estamos haciendo con lo que nos ha sido dado? ¿Tenemos una Biblia? (No solamente el
Antiguo Testamento, sino la Biblia completa, 66 Libros). ¿Qué estamos haciendo con la
Biblia que tenemos? ¿Nos ha dado Dios el privilegio de ser Sus hijos (Juan 1:12)? ¿Nos
ha dado mandamientos que cumplir y promesas que creer? ¿Nos ha dado ejemplos de
hombres y mujeres piadosos del pasado para que los sigamos? ¿Nos ha sido dada una
iglesia local donde se adora verdaderamente a Dios? ¿Qué estamos haciendo con Su
Iglesia? ¿Qué estamos haciendo con Su Palabra? ¿Qué estamos haciendo con el Señor
Jesucristo? Debemos tomar ventaja de todos nuestros beneficios. Si lo hacemos, ¡cuán
bendecidos seremos! Si no lo hacemos, ¡pobre de nosotros!
Romanos 9:5 (LA DEIDAD DE CRISTO)
Romanos 9:5 es una de las afirmaciones más contundentes de la plena deidad de Cristo
que se encuentra en la Biblia. Se encuentra junto a otros pasajes que nos dicen
claramente quién es realmente Jesucristo:
Nunca lo hagamos menos que Dios, como lo hacen los Testigos de Jehová y otros cultos
falsos. El liberalismo religioso también ha negado la deidad de Cristo, enfatizando Su
humanidad como nuestro “gran maestro” “ejemplo perfecto” “profeta importante” etc.
Romanos 9:5 es una de las afirmaciones más perentorias sobre la deidad de Cristo que
se encuentran en la Biblia. Pablo declara en los términos más precisos que Cristo, quien
según la carne vino de Israel, es nada menos que Aquel que es SOBRE TODAS LAS
COSAS, DIOS BENDITO POR LOS SIGLOS.
Sin embargo, la erudición moderna ha realizado todo esfuerzo por evitar las
implicaciones obvias de tal afirmación, y con ese objeto han estado jugando un ingenioso
juego de repuntuación. Ellos han puesto mañosamente un punto después de “Cristo” (…
Cristo. Dios, el cual es sobre todas las cosas sea bendito por los siglos) o después de
“sobre todas las cosas” (…Cristo, que es sobre todas las cosas. Dios sea bendito por los
siglos), pero en todos los casos hacen que la doxología no se refiera a Cristo, sino a Dios
el Padre. Si permitimos una puntuación semejante, el versículo se vuelve dudoso y
Romanos 9:5 no puede usarse como prueba de la deidad de Cristo.
¿La puntuación de este versículo depende del capricho del traductor? ¿Hay alguna
manera segura de saber cuál versión es correcta? En verdad, cuando Romanos 9:5 se
examina objetivamente a la luz de las reglas del contexto, lenguaje, uso y gramática, el
traductor reverente puede llegar con seguridad a una sola conclusión. Considera los
siguientes hechos:
1) Como todo Testamento griego interlinear revela, el texto griego puede traducirse
como sigue: “de los cuales vino Cristo según la carne el cual es sobre todas las cosas
Dios bendito por los siglos Amén”. ¿Cómo puntuarías esta frase? (He omitido
deliberadamente toda puntuación).
2) De acuerdo con un pasaje paralelo en Romanos 1:3-4, esperaríamos que Pablo dijera
algo sobre la deidad de Cristo en Romanos 9:5. En Romanos 1:3-4 Pablo dijo (permítame
parafrasear), “en cuanto a Su Humanidad, Él es del linaje de David; pero en cuanto a
Su deidad, ÉL es el Hijo único de Dios”. De igual modo en Romanos 9:5, “en cuanto a
Su humanidad, ÉL vino de Israel, pero en cuanto a Su deidad, ÉL es sobre todo, Dios
bendito por los siglos”. O como Hodge ha escrito, “Cristo, según la carne era un israelita,
pero según Su naturaleza superior, era el Dios supremo”. Esperaríamos esa antítesis.
3) Hay otros dos lugares en que Pablo usa la expresión “bendito por los siglos”:
ii. 2 Corintios 11:31: “El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por
los siglos”.
¿Quién es “bendito por los siglos”? EL DIOS Y PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Romanos 9:5: “. . .Cristo, quien es sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos.
¿Quién es “Dios bendito por los siglos”? CRISTO QUIEN ES SOBRE TODAS LAS COSAS.
4) Los traductores liberales no tiene un verdadero precedente para hacer “Dios bendito”
una doxología independiente. La forma normal de doxologías tanto en el Antiguo como
en el Nuevo Testamento (y en otra literatura antigua) es casi siempre “Bendito sea Dios”
y no “Dios sea bendito”. Comparar 1 Reyes 8:15,56; Efesios 1:3; 2 Corintios 1:3; 1
Pedro 1:3; etc.
5) La interpretación que hace que el pasaje se refiera a Cristo calza con la estructura de
la frase, en cambio la interpretación que toma las palabras como una doxología dirigida
en forma independiente al Padre, es amañada y no es natural. A.T.Robertson, el
distinguido gramático, agrega: “Comenzar una nueva frase para la doxología es abrupto
e inconveniente”.
6) Los padres de la Iglesia entendían en forma casi unánime que el pasaje se refiere a
Cristo.
En conclusión, permítame citar las palabras de Charles Hodge y Henry Alford quienes
afirman que la expresión “Dios bendito” sólo puede referirse a Cristo: “Considerando las
mínimas reglas de redacción, este importante pasaje se puede interpretar de una sola
manera”. La versión dada más arriba (que señala la deidad de Cristo) no es entonces
solo la más compatible con los usos del Apóstol, sino que es la única admisible según
las reglas de la gramática y redacción”.
Antes de dejar el tema de la deidad de Cristo, es provechoso leer lo que C.S.Lewis tuvo
que decir acerca de las notables afirmaciones hechas por Jesús mismo:
Entre los judíos apareció repentinamente un hombre que andaba hablando como
si ÉL fuera Dios. ÉL asegura que perdona pecados. ÉL dice que ÉL ha existido
siempre. ÉL dice que vendrá a juzgar al mundo al final de los tiempos. Algunas
de sus afirmaciones pasan desapercibidas por nosotros, porque las hemos
escuchado tantas veces que ya no vemos su significado. Me refiero a la afirmación
de perdonar pecados, cualquier pecado. A menos que el que habla sea Dios, esto
es realmente tan descabellado que parece divertido. Él dijo a la gente que sus
pecados estaban perdonados y nunca esperó para consultar a todas las demás
personas a quienes sus pecados sin duda habían herido. Resueltamente se
comportaba como si ÉL fuera la parte principalmente afectada, como si Él fuera
la persona principalmente ofendida por las ofensas. Esto sólo tiene sentido si ÉL
realmente es Dios cuyas leyes han sido quebrantadas y cuyo amor es herido con
cada pecado. En la boca de cualquier orador que no sea Dios, estas palabras
implicarían lo que yo solamente puedo ver como una necedad y un engaño que
no tienen rival en la historia.
Estoy tratando de prevenir que alguien diga esa cosa tonta que la gente a
menudo dice sobre ÉL: “Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro
de moral, pero no acepto Su afirmación de que es Dios”. Eso es algo que no
podemos decir. Un hombre que es solamente un hombre y dice esa clase de cosas
que Jesús dijo, no podría ser un gran maestro de moral. ÉL sería un lunático—al
nivel de alguien que dice que es un huevo escalfado – o sería el diablo del mismo
infierno. Tienes que escoger. Este hombre era y es el Hijo de Dios o es un malvado
o algo peor. Puedes hacerlo callar por necio, puedes escupirle y matarle como a
un demonio; o puedes caer a Sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no vengamos
con el condescendiente disparate de que ÉL es un gran maestro humano. Él no
nos ha dejado esa opción y no era esa tampoco su intención.
(Nota: Compartimos la cita anterior porque el autor hace una excelente observación y
lo dice muy bien. El uso de esta cita no intenta ser una aprobación de C.S.Lewis o de
alguna de sus enseñanzas).
Romanos 9:6
Las Promesas: En Su Palabra, Dios ha dado maravillosas promesas a los israelitas. Él les
prometió la tierra (Génesis 15:18; 17:8). ÉL les prometió que de Abraham procedería
una gran nación (Génesis 12:2), la cual nunca dejaría de ser una nación delante de Dios
(Jeremías 31:36-37). ÉL prometió un reino futuro durante el cual habría justicia en toda
la tierra (Jeremías 23:5) y paz en todo el mundo (Miqueas 4:3). ÉL prometió a los
israelitas que ÉL haría un nuevo pacto con ellos que incluiría el perdón de pecados y una
relación única con Dios (Jeremías 31:31-34 y ver Ezequiel 36:24-29). Y lo más
importante, ellos disfrutarían de la presencia personal de Jehová Mismo (Jehová Jesús)
en medio de ellos (Isaías 33:17, 22; Ezequiel 48:35; Jeremías 23:5-6).
El Problema: Cuando Pablo escribió a los Romanos, la mayoría de los judíos estaba
rechazando a Cristo y rechazando el evangelio. El evangelio que Pablo predicaba dejaba
muy en claro que los que rechazaban a Cristo estaban condenados y perdidos por la
eternidad, y esto incluye a los judíos incrédulos. El evangelio estaba llegando a más y
más naciones gentiles. Cuando comenzó la iglesia, ésta estaba compuesta por creyentes
judíos (Hechos 2), pero al paso del tiempo, más y más gentiles eran salvos y llegaban a
formar parte del cuerpo de Cristo. De modo que tenemos un problema: ¿Qué de los
judíos que rechazan creer en Cristo? ¿Qué de los muchos judíos que enfrentarán la ira
de Dios por rechazar a Cristo y que nunca participarán en el reino prometido? SI DIOS
HA PROMETIDO A LOS ISRAELITAS TODAS ESTAS COSAS, ¿POR QUÉ MUCHOS
ISRAELITAS NUNCA VERÁN EL CUMPLIMIENTO DE ESTAS PROMESAS? ¿Ha fallado Dios
en guardar Su Palabra?
“No ha fallado”. La Palabra de Dios no ha fallado. Las promesas de Dios a Israel nunca
caerán en tierra sin cumplirse (Josué 21:45). Dios nunca ha quebrantado y nunca
quebrantará ninguna de las promesas que ÉL hizo a Abraham, Isaac o Jacob. PERO SI
DIOS CUMPLE SUS PROMESAS, ¿CÓMO EXPLICAS EL HECHO DE QUE MUCHOS JUDÍOS
NUNCA VERÁN EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROMESAS? Pablo lo explica dando un
principio: No todos los que descienden de Israel son israelitas. No son israelitas
todos los que descienden de Israel. Sólo porque desciendes de Israel (es decir, eres un
descendiente de Jacob) no te hace un verdadero israelita. Sólo por ser un judío, eso no
te hace un verdadero judío. Sólo por ser exteriormente un judío, eso no te hace un judío
interiormente (Romanos 2:28-29). Sólo por haber sido circuncidado exteriormente, eso
no significa que has sido circuncidado en el corazón (Romanos 2:28-29).
Romanos 9:7
Pablo comienza ahora a ilustrar el principio de que puedes descender de alguien muy
importante y, sin embargo, no ser bendecido por Dios y no ser un receptor de las
promesas de Dios. Es interesante notar que Pablo se dirige primero al libro de Génesis,
ilustrando este punto por las vidas de Abraham, Isaac, Jacob, etc. El espera que el lector
esté muy familiarizado con el libro de Génesis. Más adelante en el capítulo, él usará el
ejemplo del Faraón, asumiendo así que el lector domina el contenido del Éxodo. Luego
en el capítulo, él citará a Oseas e Isaías y él asume que el lector está familiarizado con
estos libros. Recuerda, en el libro de Romanos Pablo cita del Antiguo Testamento como
60 veces. Es muy trágico que con todas las Biblias que circulan hoy en América, la
mayoría de las personas sean tan ignorantes de la Biblia. Para la mayoría de las personas
(aún para la gente que asiste a la iglesia), la mayoría de las páginas de las Escrituras
son territorio desconocido. Cuando abres tu Biblia, ¿te encuentras ante un territorio
inexplorado y extraño o te encuentras en un lugar que te es familiar y bien conocido?
Que Dios nos ayude a estar cada día más en casa en Su Palabra.
Considera el versículo 7 –Isaac no era el único hijo de Abraham. Ismael era el hijo
primogénito de Abraham e Isaac nació varios años después. De modo que Abraham tuvo
dos hijos (dos que eran de la simiente de Abraham), pero solo uno de esos hijos pudo
decir realmente, “Soy un verdadero hijo de Abraham”. Ambos eran físicamente hijos de
Abraham, pero en la esfera espiritual, Dios escogió solo a uno de esos hijos para ser el
que recibiría las bendiciones y las promesas (ver Génesis 17:19-21; 21:12).
En los días de Cristo, los judíos se enorgullecían de ser hijos de Abraham (ver Mateo
3:9; Juan 8:33, 37, 39, 44). Los judíos pensaban que todos los que procedían de
Abraham eran bendecidos y eran recipientes de las promesas. Ellos pensaban
equivocadamente que todos los que descendían de Israel eran el verdadero Israel. Ellos
fallaron en darse cuenta de que un verdadero judío debía tener cuatro PADRES—
Abraham, Isaac, Jacob y DIOS. Compare a los ismaelitas (los árabes de hoy) que
pueden reclamar a Abraham como su padre. Compare los descendientes de Esaú
(edomitas) que pueden reclamar a ambos, Abraham e Isaac. Comparar los incrédulos
judíos de los días de Cristo que reclamaban a Abraham, Isaac y Jacob (los tres) como
sus padres, pero el problema es que Dios no era su padre (Juan 8:42). Necesitas a los
cuatro para calificar como verdadero judío: Abraham, Isaac, Jacob y DIOS. Una persona
llega a estar relacionada correctamente con Dios sólo por fe personal.
Romanos 9:8-9
Ismael era un hijo de la carne; Isaac era el hijo de la promesa (ver Gálatas 4:22-23,
28). El nacimiento de Ismael fue natural (Génesis 16). No sucedió porque Abraham
escuchara a Dios, sino porque escuchó a su esposa. Fue el intento carnal de ayudar a
Dios a cumplir Su promesa. El resultado fue Ismael, el hijo de la carne. El nacimiento de
Isaac fue sobrenatural (Génesis 18:14). Fue un nacimiento milagroso— ¡Dios lo hizo!
Dios cumplió Su promesa de una manera notable. Isaac fue el hijo de la promesa. El
punto que Pablo estaba haciendo es éste: Abraham tuvo dos hijos, pero sólo uno de
estos hijos participó de las promesas del pacto y llegó a formar parte del linaje escogido
que llegaría a ser una gran nación y de la cual vendría el Mesías. Isaac fue incluido;
Ismael quedó excluido.
Romanos 9:10
Aquí hay otro ejemplo que es aún más asombroso. En el caso de los hijos de Abraham
las madres eran diferentes y los nacimientos fueron diferentes. En el caso de los hijos
de Isaac, tenemos a la misma madre y al mismo padre (“concibió de uno, de Isaac
nuestro padre”) y un mismo nacimiento. Era un nacimiento y dos hijos (mellizos). El
primogénito fue rechazado y el que nació segundo, fue escogido (v. 12-13). Si los
hombres escogieran, el escogido sería Esaú, porque usualmente el hijo primogénito era
el hijo preferido, y Esaú fue ciertamente el hijo favorecido por su padre (ver Génesis
25:28). Pero la elección pertenecía a Dios y no al hombre.
Romanos 9:11-12
Ver Génesis 25:23. Cuando los dos hijos estaban aún en su vientre y aún no habían
nacido, Dios habló a Rebeca y dijo, “El mayor (el primogénito Esaú) servirá al menor
(Jacob)”. Dios escogió al menor y no escogió al mayor y con esa elección, ÉL hizo mayor
al menor. Esta elección fue hecha antes de que los hijos hubieran nacido y antes de que
hubieran hecho bien o mal. El propósito de Dios, de acuerdo a Su elección, debe
permanecer (perdurar sin cambios). ¿Cuál es la base de la elección de Dios? No es “por
obras”. La elección no es por obras, no es por méritos, no es por virtudes (tú no eres
escogido porque merezcas ser escogido). No está basada en obras. La elección de Dios
es “por el que llama”. Está basada en Dios Mismo. La razón de la elección se encuentra
en el que escoge y no en el escogido. Así, Isaac tuvo dos hijos, pero solamente uno de
ellos pudo decir realmente, “Soy un verdadero hijo de Abraham e Isaac”. Físicamente,
ambos eran hijos, pero en la esfera espiritual, Dios escogió solamente a uno para recibir
las bendiciones y las promesas.
Romanos 9:13
Encontramos esta cita en Malaquías 1:2-3. Es Dios el que está hablando y esta es una
aseveración muy fuerte. Una mujer dijo una vez al Sr. Spurgeon, “No puedo entender
por qué Dios dijo que ÉL aborrecía a Esaú”. Spurgeon contestó, “Eso no me causa
problema, señora. Mi problema es que no entiendo cómo Dios pudo amar a Jacob”. En
verdad, Jacob era todo un bribón. Todos los hombres lo son. Lo asombroso no es que
los hombres estén perdidos y estén destinados al infierno, porque eso es lo que todos
merecemos. Lo asombroso es que alguien sea salvo y esté destinado al cielo. El juicio
de Dios no es asombroso, porque eso es exactamente lo que nos hemos ganado. Lo que
es asombroso, es la gracia de Dios. Ver Salmo 5:5 y compare el v.4 (es asombroso que
a alguien le sea permitido entrar a la presencia de Dios). ¿Cómo podemos entender la
palabra “aborrecer” en Malaquías 1:2-3? Comparar Lucas 14:26 con Mateo 10:37
(nuestro amor por el Señor tiene que ser tan grande que, en comparación, nuestro amor
por cualquier otro parece odio). Otro pasaje instructivo es Génesis 29:16-18, 30, 33.
Jacob escogió a Raquel. El la escogió para que fuera su cónyuge. El escogió amarla. Lea
fue aborrecida en el sentido de que ella no fue escogida. El asunto en Romanos capítulo
9 es este: ¿A QUIÉN HA ESCOGIDO DIOS? El punto principal de Pablo es: No todos los
que descienden de Israel son israelitas. Dentro de Israel hay un grupo especial conocido
como el Israel escogido (el verdadero Israel, el Israel creyente). El asunto que aquí se
trata es la ELECCIÓN. De modo que cuando Dios dice “a Esaú aborrecí”, significa “No he
escogido a Esaú”. Cuando dice “Amo a Jacob”, significa “he escogido a Jacob y mis
promesas y bendiciones se cumplirán en él y en su simiente después de él”.
Romanos 9:14
Pablo anticipa una objeción: “¿Cómo puede Dios escoger a una persona y no escoger a
otra persona? Eso no es justo”. Esto lleva a una pregunta importante: “¿Qué hay
injusticia en Dios?” (En el griego, esta pregunta exige una respuesta negativa).
“Injusticia” = maldad, arbitrariedad, mala acción o mala decisión, parcialidad,
atropello. ¿Hay injusticia (incorrección) en Dios? ¡Perezca ese pensamiento! (¡Dios no lo
permita!). Dios es perfectamente justo, correcto y honesto en todo lo que hace. Hay
injusticia en Esaú y en Jacob y en cada uno de nosotros, pero no en Dios. La INJUSTICIA
está en el hombre, pero no en Dios (ver Romanos 1:18, 29; 2:8; 3:5; 6:13 donde se
encuentra esta misma palabra “injusticia”; comparar también Romanos 3:10).
Clarifiquemos de una vez por todas: EL JUEZ DE TODA LA TIERRA HARÁ LO QUE ES
JUSTO (ver Génesis 18:25). Si Dios fuera injusto, dejaría de ser Dios. ¡El Dios Justo no
puede hacer mal!
Si Dios operara en base a las obras de los hombres o del mérito humano o de la calidad
humana (lo que el hombre merece recibir de Dios), o si Dios operara en base a la
absoluta justicia, ENTONCES NINGUNO DE NOSOTROS LO LOGRARÍA. Todos nosotros
merecemos la ira y el juicio de Dios. Todos merecemos el infierno de Dios. Si Dios enviara
a CADA UNO DE NOSOTROS al lago de fuego para siempre, ÉL SERÍA PERFECTAMENTE
JUSTO Y CORRECTO, porque esto es lo que cada uno de nosotros merecemos (Romanos
6:23a; Romanos 1:32; 1:18). Lo asombroso no es que Dios salve a unos pocos, sino que
Dios sea misericordioso con alguien. Lo asombroso no es que muchos sean
juzgados, sino que alguien sea justificado. Lo asombroso no es que Dios aborreciera a
Esaú, sino que Dios amara a Jacob. Los que meditan sobre los misterios de la elección
de Dios, nunca deberían dejar de maravillarse y de estar agradecidos de que Dios, en
Su infinita gracia y misericordia, haya escogido a algunos: “Pero nosotros debemos dar
siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que
Dios OS HAYA ESCOGIDO desde el principio para salvación, mediante la santificación
por el Espíritu y la fe en la verdad” (2 Tesalonicenses 2:13).
Romanos 9:15
Pablo está citando Éxodo 33:19 y es importante entender el contexto del pasaje. En
Éxodo capítulo 32 los hijos de Israel se habían apartado rápida y perversamente del
camino que Dios les había ordenado (v.8) y habían hecho un becerro de oro, violando el
segundo mandamiento. El pueblo era culpable y todos ellos merecían ser juzgados y
destruidos (ver Éxodo 32:10—Dios podría, con toda justicia, haberlos destruido a todos).
Es asombroso que sólo murieran 3000 (Éxodo 32:28). Comparar la preocupación de
Moisés por su pueblo (Éxodo 32:32) con la preocupación de Pablo por los judíos
(Romanos 9:1-3). Que nunca dejemos de maravillarnos por la gran misericordia de
nuestro Dios (Éxodo 34:5-7) y que, como Moisés, inclinemos nuestras cabezas y lo
adoremos (Éxodo 34:8), diciendo, “Señor, no hay injusticia en TI”.
Romanos 9:16
Este versículo está hablando de la misericordia que Dios concede: “. . .Dios tiene
misericordia”. ¿Sobre qué base concede Dios Su misericordia? Note lo que dice el
versículo, “No depende del que . . .ni del que. . .SINO DE DIOS”. No depende del
hombre, sino de Dios. Comparar Juan 1:13.
“No depende del que quiere” =no depende del deseo o de la voluntad o del querer
del hombre; “Ni del que corre” = no depende de los esfuerzos del hombre (tenaz afán
y desvelo).
Aquí tenemos el ejemplo de Faraón, un hombre famoso por su obstinado y duro corazón
y su negativa pecaminosa de hacer lo que Dios le dijo. Aquí hay un hombre que no
obtuvo misericordia y cuyo corazón fue endurecido (Romanos 9:18b). Pero antes de
condenar a Faraón por su maldad, necesitamos recordar que todos tenemos un corazón
como el de Faraón (Jeremías 17:9). Todos los hijos de Adán son corruptos (Salmo 14:1-
3) y totalmente depravados (Rom. 3:9-19).
Dios pudo darse a conocer de una manera maravillosa por medio de Faraón. Faraón era
un gobernante muy poderoso y su reputación se extendía a lo largo y ancho del mundo.
En muchos aspectos, el imperio egipcio no tenía rivales.
“Anunciado por” = declarar por, proclamar a lo largo y ancho. Por causa del trato de
Dios con Faraón, los gentiles llegarían a saber algo del poder del Dios de Israel (ver
Josué 2:9-10; 1 Samuel 4:7-8).
Romanos 9:18
“De modo que ÉL tiene misericordia de quien ÉL quiere y endurece a quien Él quiere”.
Es Dios quien muestra misericordia; es Dios quien endurece el corazón (el verbo significa
“hacer duro o seco”). El mismo sol que derrite la mantequilla, también endurece la
arcilla. “El que es perdonado, no puede decir que lo fue por ser mejor que otros; mientras
que el que es condenado, tiene que reconocer que recibe nada más que la justa
recompensa por sus pecados” (Hodge). Los que se pierden sólo pueden culparse a sí
mismos; los que son salvos, se lo agradecen solo a Dios. El hombre recibe toda la culpa
(y la merece); Dios recibe todo el mérito (y ÉL lo merece). Dios recibe toda la gloria (1
Corintios 1:29-31).
1) Dios no fue injusto con Faraón, porque Dios nunca es injusto (Romanos 9:14).
4) Dios fue extremadamente paciente con Faraón (Rom. 9:22). Faraón dijo repetidas
veces “NO” a Dios y Dios esperó y le dio oportunidades adicionales (si tú o yo fuésemos
Dios, seguramente habríamos destruido mucho antes a este hombre).
Romanos 9:19
Pablo anticipa otra objeción: “¿Por qué entonces Dios nos censura y nos culpa? Porque,
¿quién puede resistir Su voluntad?” Si Dios nos endurece, ¿por qué nos culpa por ser
duros? “Resistir” = oponerse, estar en contra. Podemos imaginarnos a Faraón diciendo,
“¿Cómo puede Dios culparme? Yo solo estoy haciendo la voluntad de Dios y estoy dando
gloria a Dios”.
Romanos 9:20
Es interesante que Pablo en realidad no conteste la objeción, sino que nos muestra cuál
debería ser la actitud de nuestro corazón delante del Señor. En Romanos capítulo 9 Pablo
está tratando con doctrinas que son muy difíciles de entender (el propósito de Dios
conforme a la elección-v.11; Dios otorgando soberanamente misericordia- v.15-16; Dios
mostrando misericordia a algunos y endureciendo a otros—v.18; etc.). Hay una sola
manera de entender estas cosas. Debemos ponernos en el lugar apropiado delante de
Dios (comparar Éxodo 34:8—Moisés inclinó su cabeza y adoró). Debemos darnos cuenta
de quienes somos. No solo somos frágiles criaturas hechos de polvo, sino también somos
criaturas caídas y depravadas. Solo cuando inclinamos nuestras cabezas y nos
humillamos ante nuestro Hacedor, estaremos preparados para aprender el trato
soberano de Dios hacia hombres pecadores que sólo merecen la ira y el juicio de Dios.
¿Qué derecho tiene el hombre de debatir con Dios? ¿El hombre sabe más que su
Hacedor? ¿Es la criatura más sabia que el Creador? ¿Quiénes somos nosotros para
cuestionar la justicia de lo que Dios hace? ¿Quiénes somos nosotros para poner en duda
Su rectitud? El alfarero tiene todo derecho de tomar un trozo de arcilla y transformarlo
en el vaso que quiera y el vaso no tiene derecho de reclamar.
Ver Isaías 29:16 donde el profeta muestra lo absurdo que es que la vasija niegue que
ha sido hecha (“ÉL no me hizo”) o que neciamente diga que el alfarero no tiene
entendimiento (“No sabe nada”). Ver Isaías 45:9 donde el profeta muestra cuan necio
sería que el tiesto altercara o discutiera con su hacedor. Comparar Jeremías 18:1-6.
Romanos 9:21
Pablo no está hablando de la creación del hombre. Dios creó al hombre bueno,
santo y justo, pero la arcilla de la cual Pablo está hablando aquí es una arcilla
pecaminosa. Todos los hombres son de esa misma arcilla. Todo hombre es un
pecador y todo hombre merece el juicio. Dios tiene el derecho de tomar a un
hombre de esa masa y tener misericordia de él.
“Vaso” = pieza de alfarería, jarro, plato, etc. Comparar 2 Timoteo 2:20 que también
habla de vasos de honra y vasos de deshonra. En el palacio de un rey puede haber un
vaso o vasija para poner bellas flores y otra vasija para colocar basura infestada de
gusanos. Otra vasija puede usarse para acarrear agua y otra para sacar residuos o
desperdicios. El alfarero tiene todo el derecho de hacer diferentes tipos de utensilios
para diferentes propósitos.
Romanos 9:22
¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que estas personas están “preparadas para
destrucción”? Esto está ilustrado en el caso de Faraón.
Dios no lo hizo malvado y obstinado; pero como castigo por su pecado, ÉL trató
con él de tal modo que la MALDAD DE SU NATURALEZA se reveló en una forma y
bajo circunstancias tales, que lo hizo un objeto preparado para la justicia punitiva
de Dios (Hodge).
Piense de esta manera: ¿Cómo puede ser hecho malo un hombre? No es necesario hacer
nada. Ya es malo y si es dejado a su propio arbitrio, con el tiempo revelará totalmente
la pecaminosidad de su corazón y lo merecedor que es del juicio de Dios. ¿Cómo puede
ser hecho bueno el hombre y ser preparado para el cielo? Esto es imposible aparte de la
gracia de Dios y el Dios de gracia. El hombre no necesita de Dios para ser malo. El
hombre necesita de Dios para ser bueno. El hombre nunca puede ser bueno sin Dios.
Había una vez un tratado evangelístico que tenía estas palabras en su cubierta: “¿QUÉ
TENGO QUE HACER PARA PERDERME?” Cuando se abría, el interior estaba en blanco.
Romanos 9:23
Este versículo deja muy en claro que es DIOS quien ha preparado de antemano los vasos
para gloria (en contraste con el v.22 que no dice que Dios preparó los vasos de ira o
destrucción).
2. Comparar Mateo 25:34 con Mateo 25:41. El reino fue preparado por Dios
para los justos desde la fundación del mundo (v.34). Si la REPROBACIÓN fuera
cierta, entonces deberíamos esperar que se dijera lo contrario en el versículo 41.
Esperaríamos leer, “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado (por
Dios) para USTEDES”. No, el fuego eterno no fue preparado para el hombre, sino
para el diablo y sus ángeles.
C.H. Mackintosh, el muy estimado escritor de los Hermanos, argumenta de una manera
similar:
Debemos ser muy cuidadosos de no adoptar una enseñanza sólo porque parezca tener
sentido o porque sea razonable o lógica. La única prueba segura de cualquier doctrina
es ésta: “¿QUÉ DICEN LAS ESCRITURAS?” (Romanos 4:3). Si es conforme a la Biblia,
somos responsables de creerlo, tenga o no tenga sentido, lo entendamos o no, parezca
ser razonable o no. La Biblia hace muy claro que LOS QUE SON SALVOS Y VAN AL
CIELO, PUEDEN DAR SÓLO GRACIAS A DIOS y que LOS QUE ESTÁN PERDIDOS Y
CONDENADOS, PUEDEN CULPARSE SÓLO A SÍ MISMOS.
Los que son salvos, sólo a Dios pueden dar gracias por ello: Ver 1 Corintios 1:29-31
(Dios debe recibir todo el reconocimiento); Efesios 2:8-9 (no hay motivo para jactarse);
Mateo 16:16-17 (Pedro no se abrió sus propios ojos); Juan 6:44-45, 65 (nadie puede
venir al Salvador sin ser sobrenaturalmente capacitado para ello). Los que están
perdidos, sólo pueden culparse a sí mismos: 1 Timoteo 2:4 (Dios quiere que todos los
hombres sean salvos); Romanos 10:12-13 (Dios es rico para con todos los que lo
invocan); Mateo 23:37 (Dios estaba dispuesto, pero el hombre no quería); Juan 5:40
(la razón por al cual el hombre no tiene vida eterna es por su porfiada NEGATIVA a venir
al único Salvador); 2 Tesalonicenses 1:8-9 (los que sufren el eterno castigo son los que
DESOBEDECIERON las buenas nuevas del evangelio). El hombre tiene que asumir toda
la responsabilidad y culpa por su destino eterno.
La persona salva dirá con gratitud, “ESTOY EN EL CIELO GRACIAS A DIOS”. La persona
perdida tendrá que decir con verdad, “YO ESTOY EN EL INFIERNO POR CULPA MÍA”. Los
que están condenados nunca podrán culpar a Dios o decir, “Estoy condenado porque
DIOS NO ME ESCOGIÓ”. Su condenación no se debe a que Dios los rechazara a ellos,
sino porque ELLOS RECHAZARON A DIOS: “El que no creyere, será condenado” (Marcos
16:16). “El que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el Nombre del
unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18). “De pecado, por cuanto no creen en Mí” (Juan 16:9).
“Y no queréis venir a Mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
El hombre no contribuye a su propia salvación. Es la obra de Dios, “no por obras, para
que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Dios no contribuye a la incredulidad del hombre.
Esa es obra del hombre. Solamente Dios puede llevar a cabo la salvación. El hombre
tiene que creer. Dios debe recibir toda la gloria y todo el mérito. El hombre incrédulo
tiene que asumir la culpa. “A Dios sea la gloria, grandes cosas HA HECHO ÉL”. “Soy un
gran deudor de la gracia”.
Romanos 9:24
¿Quiénes son estos vasos de misericordia? “ESTO ES, NOSOTROS”. Los vasos de
misericordia son los que Dios ha llamado (ver Romanos 8:28, 30). La IGLESIA es la
ASAMBLEA LLAMADA POR Dios (ekklesia) compuesta de judíos y gentiles (comparar
Romanos 3:29).
Recuerda el trasfondo histórico. El libro de Romanos fue escrito por Pablo alrededor del
año 56 D.C., esto es, 25 años después de la muerte y resurrección de Cristo. La mayoría
de los judíos no estaba respondiendo al evangelio (Rom. 11:28). Una muy pequeña
minoría de judíos había puesto su fe en Jesús como su Mesías, incluyendo a Pablo.
Cuando recién comenzó la iglesia, la membresía era totalmente judía (Hechos 2). En
Hechos capítulo 10 fueron salvos los primeros gentiles y fueron añadidos a la iglesia. Al
paso del tiempo, más y más gentiles vinieron a Cristo y antes de mucho, la mayoría de
cristianos eran gentiles. Pronto los judíos salvos llegaron a ser una minoría en las
iglesias. Hoy en día, un creyente judío es una rareza. En los días en que Pablo escribió
a los Romanos, esto constituía todo un problema: Si los judíos son el pueblo escogido
de Dios (Rom. 9:1-5), ¿entonces por qué tan pocos judíos son salvos? “¿Ha desechado
Dios a Su pueblo?” (Ver Rom.11:1). En Romanos 9:24 Pablo está ayudando a entender
que en esta presente edad el pueblo escogido de Dios son aquellos que ÉL ha llamado
“no sólo de los judíos, sino también de los gentiles”.
Hay algunos que creen que la iglesia es el “VERDADERO ISRAEL”. Sin embargo, nótese
que Pablo no dice, “A los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros los
VERDADEROS JUDÍOS, el VERDADERO ISRAEL, compuesto de judíos salvos y de gentiles
salvos”. No, en la Iglesia de Dios no hay judío ni gentil (ver Colosenses 3:10-11; Gálatas
6:15).
¿Qué derecho tienen los gentiles de ser el pueblo de Dios? ¿Por qué deberían ser
incluidos en aquella especial asamblea llamada por Dios, la iglesia? En el pasado, los
gentiles no habían sido el pueblo de Dios. Los judíos habían sido el pueblo de Dios.
¿Cómo puede Dios dejar que un pueblo llegue a ser Su pueblo, si previamente no habían
tenido en absoluto una real y recta relación con Dios?
Pablo responde a esto citando dos pasajes del libro de Oseas. Ver Oseas 2:23
(Rom.9:25) y Oseas 1:9-10 (Rom.9:26). El profeta Oseas se refiere a Israel, las diez
tribus del norte, que se habían apartado del Señor y que se habían vuelto a la idolatría.
Por su infidelidad, Dios los deshereda y los llama “LOAMMI” (Oseas 1:9), una expresión
hebrea que significa “no Mi pueblo”. “Porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré
vuestro Dios” (Oseas 1:9). Sin embargo, nos asombra leer que en el futuro Israel será
restaurado nuevamente en el favor de Dios y que Dios los reclamará como propios: “les
será dicho: Sois hijos del Dios viviente” (Oseas 1:10 y ver 2:23). Estos judíos se
apartaron de Dios y se volvieron a un estado apóstata y pagano, pero Dios promete que
un día estos israelitas serán restaurados a Su favor. Aunque Oseas se estaba refiriendo
a los israelitas, el principio se aplica a los gentiles. El principio es éste: Dios, en
Su misericordia, traerá a un pueblo, previamente rechazado, a una relación con
ÉL. Pablo aplica este principio a los gentiles: ellos no eran el pueblo de Dios, pero ahora
lo son. Lo que se enfatiza en esta cita de Oseas es la soberana y compasiva gracia de
Dios mostrada hacia aquellos que (sean judíos o gentiles) carecen del derecho de
considerarse a sí mismos pueblo de Dios (ver 1 Pedro 2:9-10).
“Bien, dejaremos que los gentiles sean parte del pueblo de Dios, pero, ¿qué de los
judíos? ¿No son los judíos el pueblo de Dios? ¿Por qué no pueden todos los judíos ser el
pueblo de Dios? ¿Por qué se opone al evangelio la vasta mayoría de los judíos y son
enemigos de la cruz (11:28)? ¿Por qué son tan pocos los judíos que han reconocido a
Cristo como Salvador y lo han recibido por fe?”
“Clama” = llamar, exclamar (indica el urgente discurso del profeta). “Como la arena
del mar” = un número incontable (tantos, que no los puedes contar). “Remanente” =
parte pequeña, pequeño grupo sobreviviente. De los millones y millones de judíos, sólo
un pequeño número (un remanente) será salvo. El resto perecerá. Comparar Romanos
9:6—Dentro de la nación de Israel (los judíos) hay un grupo mucho más pequeño
conocido como el verdadero Israel o el Israel elegido o el remanente piadoso (ver
Romanos 11:5—“un remanente escogido por gracia”).
Romanos 9:28 habla del juicio de Dios. Dios podará y recortará a la nación de modo que
quedará sólo un remanente. Cuando Dios juzga, es poco lo que queda. (“Ejecutará Su
sentencia” llevará a su fin, completará Su resolución). La mayoría de los judíos serán
“enjuiciados” (cortados), pero un remanente será salvo. Compare “el tiempo de angustia
para Jacob” (Jeremías 30:7) cuando dos tercios de la nación serán cortados de ella y se
perderán (Zacarías 13:8).
Romanos 9:29 parece responder a una objeción: “No es justo que sólo unos pocos (un
pequeño remanente) sea salvo. ¿Por qué no puede ser salva la mayoría de los judíos?
¿Por qué habrá solo unos pocos sobrevivientes?” Paro al leer el versículo, debemos estar
agradecidos de que habrá ALGUNOS SOBREVIVIENTES. Gracias a Dios que algunos
serán salvos. No hubo sobrevivientes en Sodoma. Ningún habitante de Sodoma escapó
(Lot no era sodomita, aunque él vivía allí). Fue una DESTRUCCIÓN TOTAL. Ellos fueron
TOTALMENTE destruidos. “Señor de los ejércitos” = “Señor de las huestes” (Señor del
Universo, Soberano, Comandante y Jefe). “Descendencia”—esta palabra debería
relacionarse con la palabra “remanente” del v. 27.
Romanos 9:30-31
“Iban tras” = seguían, perseguían, lograr alcanzar algo. Los gentiles no iban en busca
de la justicia de Dios, pero terminaron recibiéndola, poniendo simplemente su fe en
Jesucristo (Romanos 3:22-24; 4:5; 5:1). Los judíos buscaban la ley de la justicia y
trataban diligentemente de guardar la ley, pero nunca obtuvieron la justicia de Dios,
porque la justicia de Dios no se consigue por las obras de la ley (Rom.3:20; 10:3-4;
Gálatas 2:16). Para alcanzar y obtener la justicia por la ley, una persona tendría que
cumplir perfectamente la ley en cada momento de su vida. Ningún judío (o gentil)
pecador ha hecho esto jamás y jamás podría hacerlo (Gálatas 3:10-11). Los gentiles no
buscaban la justicia de Dios, pero escucharon el evangelio, confiaron en Cristo y fueron
justificados total y gratuitamente (multitudes de gentiles habían abrazado el
Cristianismo cuando el libro de Romanos fue escrito). Los judíos estaban a la siga de la
justicia de Dios, pero trataban de conseguirla de manera equivocada, dependiendo de
ELLOS MISMOS en vez de depender del SALVADOR (Rom.10:3). Ellos no lograron ni
alcanzaron la justicia que buscaban y necesitaban desesperadamente. Los judíos
buscaron, pero no encontraron. Los gentiles no buscaron, pero encontraron. (Como un
hombre que ha estado buscando oro durante toda su vida sin encontrarlo; otro hombre
que no está buscando oro, excava un fundamento para su casa y se encuentra con una
gran veta de oro. Otro ejemplo: un cazador persigue a una liebre durante todo el día sin
lograr alcanzarla. Otro hombre que no estaba cazando, va caminando en el momento
preciso y en el lugar preciso y sucede que una liebre salta a sus brazos).
Otra ilustración: Imagínate a mucha gente que está en el muelle del puerto de Nueva
York tratando de dar un salto para llegar a Londres. Esto es una absoluta imposibilidad
(tal como es absolutamente imposible que hombres pecadores guarden la santa ley de
Dios). Ninguno de los saltadores lo logra, aunque algunos logran saltar más lejos que
otros. Pero todos quedan muy lejos de la distante costa de Londres. Otra persona no
está tratando de saltar. Está allí parado observando a todos esos necios saltadores.
Sucede que se sube a un barco que está junto al muelle para poder observar mejor y,
repentinamente, el barco abandona el muelle y lo lleva a Londres. Los saltadores que
estaban tratando de lograrlo por sí mismos, no lo consiguieron y no alcanzaron su meta.
El espectador logró llegar a Londres (aunque no estaba tratando de llegar allá) en virtud
del barco que hizo todo el trabajo. Comparar 1 Pedro 3:18.
Romanos 9:32-33
¿Por qué Israel no alcanzó la justicia de Dios? Porque trataron de lograrla de una manera
equivocada. Y rechazaron a Cristo mismo, cuya muerte en la cruz habría hecho posible
que fueran justificados. Pablo cita nuevamente del Antiguo Testamento (ver Isaías 8:14
y 28:16). Piensa otra vez en la ilustración del barco. El pueblo judío está tratando (con
sus propias fuerzas) de saltar a Londres y ninguno lo está logrando. Llega un barco (que
representa a Cristo que los puede llevar a donde necesitan estar –1 Pedro 3:18). Ellos
resienten esto y están ofendidos (“Saquen este barco de nuestro camino. Estamos
tratando de saltar”). Todo lo que ellos necesitaban hacer era subirse al barco y dejar
que hiciera todo el trabajo para llevarlos a Londres (el barco representa a Cristo; subirse
al barco representa la fe; saltar representa tratar de llegar a Dios por las obras de la ley
o por los propios esfuerzos religiosos del hombre).
Comparar Mateo 21:42-44. ¿Cuál es tu relación con la Piedra, Cristo Jesús? Tres
alternativas:
1) Puedes tropezar sobre la piedra y ser quebrantado (1 Pedro 2:8); 2) Puedes dejar
que la piedra caiga sobre ti y te pulverice. 3) Puedes pararte firme sobre la piedra y
estar salvo y seguro (un cuadro de la fe). Apliquemos estas tres alternativas a la
ilustración del barco: 1) tropezar con el barco y ser herido; 2) saltar al agua y tener al
barco atropellándote; 3) subir al barco y dejar que te lleve a Londres.
“Anhelo” significa “deseo, añorar” (el verbo significa “estar complacido”; por lo tanto,
Pablo estaba diciendo, “Estoy anhelando su salvación, y su salvación traería mucha
alegría y regocijo a mi corazón”). La palabra “oración” no es la palabra que se usa
comúnmente en el Nuevo Testamento para oración, sino es una palabra que indica un
pedido específico en vista de una necesidad. Era una oración específica para una
necesidad específica: que ellos fueran salvos. En el futuro, Israel, como nación, será
salva (ver Romanos 11:26). En el presente, Pablo estaba orando para que judíos
individuales creyeran en Cristo y fueran salvos. Pablo mismo era un judío que confió en
Cristo para salvación (Hechos capítulo 9). Nosotros, tal como Pablo, debemos tener la
compasión de Cristo por los que están perdidos (Mateo 9:36-38).
Hay una enseñanza extrema y errónea que dice que la soberanía de Dios contradice la
responsabilidad humana. Dice algo como esto: “¿Por qué habría de molestarme en orar?
Una persona ha sido elegida o no ha sido elegida. Dios la salvará o no la salvará. Si Dios
ha determinado que esa persona sea salva, entonces ella será salva, tanto si yo oro,
como si no. Así, ¿por qué habría yo de orar?” Pablo oraba. La doctrina de la soberanía
de Dios, si es entendida correctamente, nunca es un obstáculo para la oración. La
soberanía de Dios debería ser un gran incentivo y aliciente para la oración. El Dios a
quien oramos es el Dios que controla todas las cosas y que hace “todas las cosas según
el designio de Su voluntad” (Efesios 1:11). La oración nos pone a nosotros a tono y en
armonía con la mente y el corazón y la voluntad de nuestro Dios soberano, de modo que
ÉL pueda obrar más efectivamente en y por medio de nosotros para llevar a cabo Su
propósito (Filipenses 2:13).
Cuando una persona es realmente salva, tendrá una preocupación y deseo y carga por
la salvación de otros. El verá a otros como hombres y mujeres perdidos que necesitan
desesperadamente a Cristo. El comparte el deseo de su Dios y Salvador (ver 1 Timoteo
2:3-4).
Romanos 10:2
Aquí, Pablo está diciendo: “Yo soy un testigo. Yo se todo acerca de su celo (su afán, su
desvelo), porque yo soy judío y yo era igual (ver Gálatas 1:14; Filipenses 3:6 celo sin
conocimiento; 3:9-10 celo con conocimiento). Un celo que es sin conocimiento es como
un jugador de fútbol que toma la pelota y corre con todas sus fuerzas, pero que corre
hacia el lado equivocado. “Celo de Dios” significa celo por Dios (Dios es el objeto de
mi celo). Algunos tienen celo sin conocimiento; otros tienen conocimiento sin celo (una
ortodoxia muerta).
Romanos 10:3
La palabra “ignorante” se conecta con la frase “no conforme a ciencia” del v.2. Ellos
ignoraban por completo el método de justificación de Dios basado en la gracia y estaban
intentando su propio método de justificación basado en las obras/ley/carne. El énfasis
está sobre las palabras “SU PROPIO”. La frase “procurando” significa “buscando”. Esta
es la elección: ¿Debería tratar de obtener la justicia por mis propios esfuerzos o por la
gracia de Dios? ¿Debo establecer mi propia justicia o debo sujetarme a Su justicia? ¿Soy
YO LLEVÁNDOME A DIOS o es CRISTO LLEVÁNDOME A DIOS (1 Pedro 3:18)? ¿Encuentro
la justicia en el Monte Sinaí (tratando de guardar la ley) o encuentro la justicia en el
Monte Calvario (confiando en el Salvador que fue crucificado por mí)?
Ilustración: Los que buscan establecer su propia justicia cumpliendo la ley son como
la gente que trata de nadar de Nueva York a Londres por sus propios esfuerzos. Es
imposible. Algunos lo harán mejor que otros. Algunos incluso podrán nadar varias millas.
Pero todos se ahogarán y perecerán en el océano. Nadie lo logrará. “Los que “se sujetan”
son como los que sencillamente se suben al barco y dejan que el barco los lleve de Nueva
York a Londres. El barco hace todo el trabajo. No son ellos mismos los que se llevan allá,
es el barco el que los lleva. Cristo es Aquel que nos lleva a Dios (1 Pedro 3:18; Juan
14:6). Nuestras propias obras y nuestros propios esfuerzos, no importa cuán diligentes
y sinceros seamos, nunca nos llevarán a Dios (ver Efesios 2:8-9; Tito 3:5).
Romanos 10:4
Cuando vengo a Cristo por salvación, esto pone fin a mi búsqueda de encontrar y obtener
justicia por medio de guardar la ley. Toda la justicia que necesito se encuentra en
Jesucristo. La ley puede mostrarme mi INJUSTICIA, pero no puede darme justicia: “pues
si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo” (Gálatas 2:21). La justicia
de Dios se obtiene en el Monte Calvario, no en el Monte Sinaí. Usando nuevamente la
ilustración del barco: subir al barco representa la fe en Cristo (“todo aquel que cree”).
Todo aquel que ha abordado el barco puede decir: “Ya no necesito nadar. He encontrado
una vía mejor. Estoy confiando en que este barco me llevará al lugar que yo nunca
podría alcanzar nadando. Mis días de natación han llegado a su fin, porque ahora estoy
en el barco”. ¡Mis días tratando de obtener justicia por la ley han terminado!
Como Pablo escribió en otro lugar, “Y ser hallado en ÉL, no teniendo MI PROPIA justicia,
que es por la ley, sino la (justicia) que es por la fe de Cristo (aquella fe que tiene a Cristo
como objeto), la justicia que es de Dios (literalmente, “la justicia que viene de Dios”, lo
que significa que mi justicia viene de Dios, ÉL es la fuente de ella) por la fe” (Filipenses
3:9). Los judíos incrédulos estaban bajo la ira de Dios, porque ellos no podían vivir
conforme a Su ley y no querían someterse a Su gracia.
Nótese que se ha agregado un requisito: “a todo aquel que cree”. Este requisito
implica que solamente para el creyente, Cristo es el fin de la ley para justicia. [Los
incrédulos, según se ve en el v.3, todavía están muy ocupados siguiendo la ley
para justicia, a pesar de que este método nunca funcionará. La ley no ha
terminado para ellos, porque todavía están confiando en ella para su
justificación]. Pablo dice que es para todo aquel que cree, que Cristo es el fin de
la ley, y toda su declaración es simplemente en el sentido de que todo creyente
ha acabado con la ley como método para lograr justicia [el material entre
paréntesis y enfatizado ha sido agregado] — (Epístola a los Romanos).
La ley demanda justicia perfecta la cual yo nunca podré lograr ni obtener por mí mismo.
Cuando recibí al Señor Jesucristo como a mi Salvador, en Cristo me fue dada toda la
justicia que Dios jamás requerirá de mí. He encontrado lo que necesitaba, no por la ley,
sino en Jesucristo. ÉL es mi justicia.
Romanos 10:5
Esta cita es de Levítico 18:5 y el énfasis está sobre la palabra “HACER”. Literalmente,
“el hombre que haya hecho estas cosas, vivirá”. Si una persona ha guardado la ley,
entonces vivirá. Este es el “evangelio” según la ley, pero realmente no son buenas
nuevas cuando nos damos cuenta de que lo contrario también es cierto: “Si has fallado
en guardar la ley, morirás”. El castigo por una ley quebrantada es la muerte. Pero si un
hombre cumple la ley, vivirá.
La fórmula legal de salvación es esta: HAZ Y VIVIRÁS. (Cumple todos los mandamientos
y guárdalos perfectamente y guárdalos continuamente y vivirás).
Romanos 10:6-7
El lenguaje que Pablo utiliza aquí fue tomado de Deuteronomio 30:11-14. ¿Quién hará
bajar a Cristo del cielo? ¿Quién hará subir a Cristo de los muertos? “El hombre no podía
hacer ninguna de las dos cosas, pero Dios, por gracia, va al encuentro del hombre. Fue
el Padre quien envió a Su Hijo al mundo. Fue por la gloria del Padre que ÉL fue levantado
de los muertos. ‘De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito' y
‘Dios le levantó de los muertos'” (William Kelly). No necesitas hacer bajar a Cristo del
cielo. El Padre envió al Hijo. ÉL ya vino. Ya ha sucedido. “Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15). Es un glorioso hecho consumado (que
debe ser creído).
Cristo no necesita ser resucitado de los muertos. Eso ya fue hecho. Es un hecho que
tiene que ser creído (v.9). No hay nada que el hombre necesite hacer. Dios, no el
hombre, llevó a cabo la encarnación y Dios, no el hombre, llevó a cabo la resurrección.
Cristo Jesús realizó todo lo que era necesario para la salvación del hombre. ÉL descendió
a la tierra, murió en la cruz y resucitó de los muertos. Estos grandes hechos tienen que
ser predicados y creídos.
Hay una enorme diferencia entre el verdadero Cristianismo y todas las demás religiones
del mundo. Las religiones del mundo pueden resumirse en tres letras: HAZ, el verdadero
Cristianismo en cambio, se puede resumir en cuatro letras: HECHO. ¿Quién puede decir
del alivio que experimenta un corazón agobiado cuando descubre que todo está hecho y
que todo fue realizado por Otro (Juan 19:30)? (Quién puede decir del alivio del nadador
cuando se da cuenta de que no necesita nadar hasta Londres, sino que puede
simplemente subir al barco y dejar que el barco haga todo el trabajo).
Romanos 10:8-9
“Cristo ha sido dado y es predicado. Es del hombre confesarlo con su boca y creerlo con
el corazón” (William Kelly). El glorioso anuncio acerca de Cristo está CERCA. No está
lejos. Es asequible a todos y está disponible para todos. Las buenas nuevas de salvación
están al alcance de todos. (Ilustración nadar/barco: el barco está allí. Sólo necesitas
subir a él). ¿Cuán cerca está? En tu boca y en tu corazón. Pero necesitas hacer algo con
ello. Con tu corazón créelo. Con tu boca, confiésalo. (Está cerca y próximo a la gente en
América hoy, está tan cerca, que está en sus bocas—usan el Nombre del Señor todo el
tiempo, pero de mala manera, no para confesar, sino para blasfemar).
Los versículos 8-9 pueden ser ilustrados por el ladrón en la cruz (ver Marcos 15:32 y
Lucas 23:39-43). El Cristo crucificado estaba muy cerca de él. La palabra estaba en la
boca del ladrón, pero de manera equivocada (él primero lo insultó). Pero este hombre
se arrepintió y creyó en su corazón que Dios le levantaría de los muertos (Lucas 23:42)
y con su boca él confesó a Cristo como Señor y Rey (Lucas 23:42). ¡Que creamos y
confesemos como lo hizo este hombre!
Confesar que Jesús es el Cristo significa que una persona está de acuerdo de que Jesús
es en verdad el Mesías (Juan 1:41; 4:25-26, 42). Según las Escrituras del Antiguo
Testamento, el Mesías era retratado como 1) el Dios-Hombre (Isaías 7:14); 2) el Dios
fuerte (Isaías 9:6); 3) el Sustituto y Salvador del pecador (Isaías 53:4); 4) el Rey eterno
(Miqueas 5:2) y 5) EL SEÑOR (JEHOVÁ) JUSTICIA NUESTRA (Jeremías 23:5-6). Confesar
que Jesús es el Mesías tiene un costo (Juan 9:22) y por causa de este costo, muchos no
lo confiesan (Juan 12:42). Pero los que confiesan a Jesús delante de los hombres, tienen
la promesa de Cristo mismo de que ÉL los confesará a ellos ante los ángeles y ante Su
Padre celestial (Mateo 10:32; Lucas 12:8).
La palabra que significa lo contrario de “confesar” es la palabra “negar” (Juan 1:20; Juan
2:22-23). Confesar es decir “SÍ”; negar es decir “NO”. En Lucas 22:57-60 Pedro debió
haber dicho, “Sí, yo lo conozco (v.57)”. “Sí, yo soy uno de ellos (v.58)”. “Sí, yo estuve
con ÉL (v.59-60)”. Pero Pedro negó a Cristo (aunque su negación solo fue temporal,
porque después, en el Día de Pentecostés, él confesó a Cristo con denuedo y predicó a
Cristo ante miles de personas –Hechos capítulo 2). De modo que, cuando se le hace esta
pregunta, “¿Conoces a Jesús como tú Salvador y Señor? ¿Puedes decir que Él te
pertenece?” el creyente puede responder: “Sí, reconozco que ÉL es mío. Yo pertenezco
al Hijo de Dios que me amó y se entregó a Sí Mismo por mí”. Durante las grandes
persecuciones cristianas del segundo y tercer siglo, los creyentes que no negaban al
Señor, aún a riesgo de grandes sufrimientos, eran conocidos como CONFESORES. Qué
nunca nos avergoncemos de Dios, que no se avergonzó de morir por nosotros (2 Timoteo
1:8; Rom. 1:16; 1 Pedro 4:16).
Finalmente, la confesión de nuestra boca tiene que concordar con la conducta de nuestra
vida. En Tito 1:16 Pablo describe a un grupo de personas que confiesan que ellos conocen
a Dios. ¿Pero conocen realmente al Dios vivo? Sus labios dicen, “Sí, conocemos a Dios”.
Pero sus vidas dicen, “No, no conocemos a Dios”. Su andar está en conflicto con su
hablar y esto es una abominación al Señor. Estas personas nombran el nombre de Cristo,
pero ellos no pertenecen a Dios (2 Timoteo 2:19). Aunque ellos alegan conocer a Dios,
ellos son mentirosos y la verdad no está en ellos (1 Juan 2:3-4). Como creyentes en
Cristo, hagamos una buena profesión (confesión) ante muchos testigos (ante los
hombres) igual como Timoteo (1 Timoteo 6:12). Que el mundo vea que el Cristo que
nombramos con nuestros labios, es el Dios a quien servimos con nuestras vidas. Tal
como la etiqueta de un envase está para confesar su contenido, así los creyentes deben
confesar a su Señor y Salvador claramente, sin estar avergonzados.
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor”—el énfasis está sobre la palabra
“Señor”. La construcción de la frase es similar a Filipenses 2:11 (“Todo lengua confiese
que Jesucristo es el Señor”). ¡Jesús es Señor! Esta es la verdad que debe se confesada
por la boca del creyente. La PALABRA “Señor” es la palabra griega “kurios”, que es la
palabra que es usada consistentemente en el Antiguo Testamento para JEHOVÁ (en la
Septuaginta). Debemos confesar que Jesús es JEHOVÁ, lo cual significa que ÉL es DIOS
(el único Salvador y el único Dios—ver Isaías 43:11; 44:6, 8; 45:21-22 donde JEHOVÁ
declara que ÉL es el único Dios y el único Salvador. No hay otro). Jesucristo es Dios. ÉL
es el soberano Señor. ÉL es Jehová Jesús. Los creyentes confiesan ahora gustosamente
esta verdad (Romanos 10:9). Todos los hombres confesarán algún día esta verdad
(Filipenses 2:11). Durante los primeros siglos los cristianos se negaron a inclinarse ante
César y se negaron a llamarlo Señor. En vez de ello confesaron que Jesús era Señor.
Hoy en día hay un gran debate en cuanto al Señorío de Cristo. A menudo se hace la
pregunta, “¿Puede una persona recibir a Cristo como Salvador, y no como Señor?” En
un extremo están quienes enseñan que 1) la gente puede recibir a Cristo como Salvador
pero rechazar Su Señorío, de modo que pueden vivir como les plazca; 2) los creyentes
irán al cielo porque son salvos, pero muchos de ellos vivirán vidas inmorales e inicuas
mientras estén en la tierra, de modo que no podrás siquiera distinguirlos de los
inconversos; sin embargo, estos carnales no recibirán ninguna recompensa; 3) los
creyentes pueden vivir en total rebeldía contra la autoridad de Cristo sobre sus vidas y
aún así ser salvos. En el otro extremo están aquellos que enseñan que toda persona
salva se inclinará inevitablemente ante la autoridad de Cristo y se someterá totalmente
a Su Señorío en cada área de su vida y que será Su fiel discípulo. Ellos dicen que no hay
tal cosa como un cristiano carnal y que cualquier evidencia significativa de carnalidad
indicaría que esa persona no es salva. Como sucede a menudo, la enseñanza de la Biblia
al respecto se encuentra entre estos dos extremos. La verdad de Dios debe mantenerse
siempre en un cuidadoso equilibrio. “El péndulo oscila a extremos ridículos, pasando por
alto la verdad que está en el medio”. Considere lo siguiente:
1. El término “Señor” (kurios) se usa para un amo que es señor sobre su esclavo o
esclavos (Colosenses 3:22). El creyente puede decir, “Jesucristo es mi Dueño y
yo soy Su esclavo por amor”.
2. El término “Señor” se usa para un emperador o rey, que es señor sobre sus
súbditos. Se usaba para el emperador romano: “César es Señor”. Comparar
Hechos 25:26; Mateo 27:63 (Pilato) y Apocalipsis 17:14. El creyente puede decir,
“Jesucristo es mi Rey y yo soy Su súbdito”.
3. El término “Señor” se usa para un esposo que es señor sobre su esposa (1 Pedro
3:6). El creyente está desposado con el Señor Jesucristo (Romanos 7:4; Efesios
5:22 ss.).
4. El término se usa para un empleador que es señor sobre sus empleados (Lucas
16:3, 5). El creyente puede decir, “El Señor Jesús es mi Amo y mi Jefe”.
5. El término se usa para un padre que es señor sobre su hijo (Mateo 21:30). El
creyente se somete a Dios como su Padre celestial.
6. Para los judíos el término “kurios” era una palabra griega que se usaba para
traducir dos nombres importantes de Dios: 1) Adonai (que significa Amo y Señor
y Soberano; y 2) Jehová (el Nombre más sagrado para Dios en lo que concierne
a los judíos; se refería a la deidad absoluta). Ver Salmo 110:1—“El Señor
(Jehová) dijo a mi Señor (Adonai)”. En la traducción griega ambos Nombres
fueron traducidos como KURIOS (Señor).
7. Cuando Tomás vio al Señor resucitado él dijo, “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28)
y esto incluía significados tales como “mi Señor, mi Amo, mi Soberano, mi Dueño,
mi Autoridad, etc.
9. Cuando una persona recibe a Cristo como Salvador, también lo recibe como
Señor, porque eso es exactamente lo que Él es. Note con cuidado Colosenses
2:6—“De la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo”. ¿Quién es este
Salvador en quién he creído? Ver Lucas 2:11—“Un Salvador, que es Cristo el
Señor”. Nunca debemos divorciar el Señorío de Cristo de Su calidad de Salvador
(o viceversa). Una persona no puede decir, “Yo recibo a Jesús como Salvador,
pero lo rechazo como Señor”. Esto es imposible porque la Persona que has
recibido (si es que lo has recibido realmente) es Señor de todos (Hechos 10:36).
ÉL es el Señor Jesucristo y ÉL es Señor de todo. Precisamente ahora ÉL es Señor,
lo creas o no lo creas, te guste o no te guste, lo reconozcas o no lo reconozcas,
tanto si te sometes a Él como si no. ÉL es todo lo que ÉL es y ÉL es todo lo que
Dios dice que es. Cuando una persona recibe al Señor, lo recibe como todo lo que
ÉL es.
10. Ver Hechos 9:6 y Hechos 22:10. El apóstol Pablo se rindió al Señorío de Cristo
desde un comienzo. Que el clamor del corazón de todo verdadero creyente sea,
“Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (comparar Isaías 6:8—heme aquí, Señor).
11. Ver Hechos 16:31. Aquel en quien hemos de creer es SEÑOR. cf. Juan 9:38.
12. ¿ES JESUCRISTO TU SEÑOR? Todo verdadero creyente debería decir sin
vacilación “SÍ” Y “AMÉN”. Si una persona no puede decir eso, deberíamos dudar
si acaso esta persona es realmente salva (1 Corintios 12:3).
15. Mientras más crecemos en el Señor, tanto más entenderemos las muchas
implicaciones del Señorío de Cristo y cómo esta verdad afecta cada área de
nuestra vida. Esto sucede gradualmente, no de una vez (2 Corintios 3:18).
Romanos 10:10
Tal como la etiqueta en un envase proclama su contenido, así también por la confesión
el creyente proclama quién mora en él (2 Corintios 13:5 “. . Jesucristo está en
vosotros”).
Romanos 10:11
Romanos 10:12
Romanos 10:13
En la Biblia hay dos ejemplos muy claros de hombres que invocaron el Nombre del Señor:
1) El publicano o cobrador de impuestos de Lucas 18:10-14—“DIOS, SÉ PROPICIO
A MÍ, PECADOR”. 2) El malhechor en la cruz de Lucas 23:39-43 “SEÑOR, ACUÉRDATE
DE MÍ CUANDO VENGAS EN TU REINO”. Conociendo su desesperada necesidad, ellos
clamaron con fe al Único que podía hacer frente a su necesidad. El publicano fue
“justificado” y el malhechor estaría pronto en el “paraíso”. El Fariseo y el otro malhechor
se negaron a invocar al Señor y ambos desecharon clamar por salvación, y ambos
permanecieron en sus pecados. Ellos enfrentarán una eternidad sin Cristo en el infierno.
Romanos 10:14-15
Antes de que una persona pueda invocar a Cristo, primero tiene que creer de corazón
en Cristo. Antes de que el malhechor clamara, “Señor, acuérdate de mí” él primero creyó
en su corazón. Sus palabras solamente expresaron la fe que ya tenía. Antes de que una
persona crea en Cristo, tiene que OÍR (comparar Juan 9:35-38). Una persona no puede
creer en Cristo si nunca ha escuchado de Cristo. La fe se radica sobre los hechos respecto
a QUIÉN ES CRISTO y LO QUE ÉL HA HECHO. Los hechos se encuentran en la Palabra
de Dios y esos hechos tienen que ser OÍDOS (comparar Romanos 10:17).
Antes de que una persona pueda oír, el evangelio tiene que serle predicado (o que se le
entregue el evangelio de alguna manera, como con un tratado o un Evangelio de Juan,
etc.). Sin predicador no hay mensaje del evangelio y así no puede haber fe ni salvación.
Por eso los creyentes tienen una tremenda responsabilidad en esto, porque NOSOTROS
SOMOS LOS PREDICADORES QUE DIOS USA (no ángeles o algún otro ser).
Antes de que una persona pueda predicar (v.15), tiene que ser ENVIADA (POR DIOS).
Dios es el que envía. Dios, no el hombre, envía a Sus siervos y a Sus misioneros.
Nosotros hacemos el PEDIDO (Mateo 9:38) y Dios hará el ENVÍO. Cuán hermosos son
los pies de aquellos que Dios ha enviado y que proclaman fielmente las buenas nuevas.
Cuán feos son los pies de aquellos que han salido predicando un mensaje falso, no
habiendo sido enviados nunca por Dios (ver Jeremías 14:14, 15; 23:21, 32 y también
Gálatas 1:8-9).
Sería maravilloso si todos los que oyen las buenas nuevas, creyeran las buenas nuevas
y fueran salvos. La tragedia es que la gran mayoría de los que oyen el evangelio lo
rechazan, y ésto nos lleva al versículo 16.
Romanos 10:16
¡Qué trágico! Dios tiene buenas noticias y el hombre no las quiere. Ellos rechazan la
oferta de paz de Dios (v.15). Rechazan la invitación de Dios de ser salvos (v.13). Ellos
rechazan las riquezas de Dios (v.12). Ellos rechazan la salvación tan grande de Dios
(v.9). Ellos rechazan la justicia de Dios (v.3). ¡Es la tragedia de la insensata incredulidad
humana! No todos obedecieron al evangelio. En verdad, la gran mayoría de la gente ha
DESOBEDECIDO el evangelio. ¿Cómo desobedece una persona el evangelio? Al negarse
a creerlo. El mandamiento de Dios se ve claramente en 1 Juan 3:23 (la primera parte
del versículo), y los que desobedecen este mandamiento son desobedientes al evangelio.
Isaías, el profeta, anticipó esta terrible incredulidad en el primer versículo de ese
importante capítulo 53, que habla del Mesías muriendo por nuestros pecados. “¿Quién
ha creído a nuestro anuncio?” ¡No muchos! Qué triste que la gran mayoría de los judíos
rechazan el gran mensaje de Isaías 53 aún hasta el día de hoy (y también la mayoría de
los gentiles). “¿Y sobre quién se ha manifestado (descubierto, revelado) el brazo
(símbolo de fuerza y poder) de Jehová?” El evangelio está encubierto a los que se pierden
(2 Corintios 4:3) y el mensaje de la cruz es “locura” para ellos (1 Corintios 1:18), pero
para nosotros que somos salvos, es el PODER de Dios (1 Corintios 1:18, 24; Romanos
1:16). Isaías 53:1 encontró su cumplimiento en Juan 12:37-38, y sigue cumpliéndose
hoy cuando hombres y mujeres rechazan el evangelio de la gracia de Dios y se niegan
a confiar en el Hijo de Dios, el único Salvador.
Romanos 10:17
La palabra “el oír” (dos veces en el v.17) es la misma palabra griega como la palabra
“anuncio” del v.16. Para que una persona sea salva tiene que haber un anuncio y un
mensaje que es oído y este anuncio o mensaje tiene que ser creído. ¿Cómo puedo
obtener una fe que salva? ¿Cómo me puede venir una fe salvadora? Tengo que escuchar
el mensaje de la Palabra de Dios y responder a él de una manera positiva. La Palabra de
Dios es PODEROSA (Hebreo 4:12). La Palabra de Dios es EFICAZ (1 Tesalonicenses
2:13). La Palabra de Dios es VIVA (Juan 6:63, 68; Hebreos 4:12). La Palabra de Dios es
PENETRANTE (Hebreos 4:12; Efesios 6:17). La Palabra de Dios puede hacer SABIA PARA
LA SALVACIÓN a una persona (2 Timoteo 3:15). La fe del hombre debe radicarse sobre
los hechos de Dios y los hechos de Dios se encuentran en la Palabra de Dios. Esto no
significa que todo el que oye los hechos del evangelio de la Biblia será salvo (como
hemos visto en Romanos 10:16). Pero significa que nadie será salvo sin oír los hechos
del evangelio de la Biblia.
¿Por qué la gente no obedece el evangelio (v.16)? ¿Por qué la gente no llega a tener fe
en Cristo (v.17)? ¿Por qué tantos judíos han fallado en obedecer el evangelio y en venir
a Cristo con fe? ¿ES PORQUE NO HAN OÍDO? No, ellos han oído. Ellos recibieron el
mensaje. Ellos escucharon el mensaje. El problema es que ellos no respondieron con fe
al mensaje. Dios no tiene problemas en hacer llegar Su mensaje a los hombres. Pablo
cita del Salmo 19:4, un pasaje que expresa la verdad de que el conocimiento de Dios y
la gloria de Dios han sido dados a conocer a todos los hombres, en todos los lugares de
la tierra, por vía de la CREACIÓN. Estudiamos esto en detalle en el Capítulo 1. Como
resultado, todos los hombres están SIN EXCUSA, porque Dios se ha dado a conocer a Sí
Mismo. La gente pregunta a menudo, “¿Y qué de la gente de países lejanos que nunca
han oído el evangelio?” Por una parte es cierto que ellos no pueden oír el mensaje del
evangelio (de Cristo y la cruz) sin un predicador (Romanos 10:14), y a la iglesia de
Jesucristo ha sido dada la responsabilidad y el mandamiento de predicar el evangelio a
toda criatura (Marcos 16:15) y de hacer discípulos a todas las naciones (Mateo 28:19-
20). Debemos notar también que es Dios quien ENVÍA PREDICADORES (Romanos 10:15
y Mateo 9:38) y en Su sabiduría Dios envía la persona precisa, al lugar preciso, en el
momento preciso, con el mensaje preciso. Por otra parte, es cierto que todos los
hombres sobre la faz de la tierra han OÍDO el mensaje de Dios como es revelado en la
CREACIÓN. Por causa del pecado los hombres rechazaron, suprimieron y desecharon el
conocimiento de Dios que tenían (Romanos capítulo 1, ver especialmente versículos 21-
23, 28).
Los hombres no sólo han oído la revelación de Dios en la naturaleza, sino hay otro
mensaje que es proclamado durante esta era de la iglesia a través de todo el mundo, es
decir, el mensaje del evangelio:
Romanos 10:19
¿Sabía Israel acerca del mensaje de Dios que iría a todo el mundo, hasta los fines de la
tierra habitada, incluso hasta donde los despreciados gentiles? Ellos deberían haberlo
sabido, porque sus propias Escrituras lo indicaban así. Pablo cita primero a Moisés (ver
Deut. 32:21 y nótese que la Biblia enseña claramente que Moisés es el autor humano
de Deuteronomio, un hecho que es negado por los incrédulos hoy). En Deuteronomio
32:21 la gente provocó a Dios a celos con lo que no es Dios, y así Dios los provocaría a
celo a ellos con aquellos que “no eran pueblo”. ¡Ellos escogieron otro dios; Él escogería
otro pueblo! “Insensato” significa sin entendimiento. Aquí hay un pueblo sin
entendimiento (ver Tito 3:3), y, sin embargo, ellos creen el evangelio. Los judíos, que
tenían las Escrituras y que deberían haber tenido entendimiento, rechazan a Cristo y Su
evangelio. Ver Romanos 11:11.
Romanos 10:20-21
La segunda cita de Pablo es de Isaías 65:1-2. “Me manifesté” significa “me revelé”. Los
gentiles no buscaron a Dios (Romanos 9:30), pero Dios los buscó y los encontró a ellos
(cf. Lucas 19:10). Dios es quien busca y ÉL está buscando ahora “a los que no
preguntaban por Mí” y ÉL ha sido hallado por los que “No lo buscaban”. Ellos escucharon
simplemente las buenas nuevas y creyeron. ¡Que alabemos Su incomparable gracia!
Nótese el versículo 21. ¡Qué anhelo, qué amor, qué súplica! “Contradictor” significa “en
oposición a Dios, rebelde, negarse a tener algo que ver con Dios”. Qué palabras podrían
expresar mejor la tierna invitación de Dios al hombre pecador cuando ÉL extiende Sus
manos (comparar Prov. 1:24; Isaías 65:2). “Las manos extendidas todo el día, son un
símbolo del amor que suplica incesantemente y que Israel ha despreciado
consistentemente durante toda su historia” (Expositor's Greek New Testament). Ver
Mateo 23:37. ¡Dios estaba tan dispuesto! ¡El hombre era tan rebelde! Los que se
pierden sólo pueden culparse a sí mismos. Rechazar el remedio que Dios ha provisto y
ofrecido con tanta bondad, es no tener remedio.
ROMANOS
CAPÍTULO 11
En este capítulo Pablo mira tanto el presente como el futuro. Cuando él mira el presente,
él ve a un remanente de judíos que son salvos (un número pequeño comparado con el
número total). Cuando mira el futuro, él ve a todo Israel siendo salvo. Nótense las
palabras que enfatizan el tiempo:
“Desechar” = significa literalmente apartar o rechazar (ver Hechos 7:27), de modo que
toma el significado de “expulsar, repudiar (desprenderse, suspender todo trato)”. ¿Ha
rechazado Dios a Su pueblo? ¿Se ha desprendido Dios de Su pueblo? ¿Ha suspendido
Dios todo trato con ellos ahora y en el futuro? ¡DIOS NO LO PERMITA! En verdad, hasta
en Romanos 10:21 vimos a Dios con Sus manos extendidas hacia Su pueblo. ¡Dios se
preocupa!
Pablo se ofrece a sí mismo como el ejemplo número uno de que Dios no ha desechado
a Su pueblo: “Porque también yo soy israelita (y Dios no me ha repudiado)”. Pablo era
un judío salvo que había venido a Cristo y que nunca sería echado fuera (Juan 6:37).
Nótese que el final del versículo define específicamente a un israelita. Un israelita es
alguien que desciende física y literalmente de Abraham, Isaac y Jacob y que ha salido
de una de las doce tribus (en el caso de Pablo, de la tribu de Benjamín, comparar
Filipenses 3:5). Esto es importante, porque hoy en día hay aquellos que enseñan
falsamente que cualquiera que es salvo y pertenece a la iglesia de Dios es un verdadero
israelita (aún los gentiles salvos). Esto no es cierto. Dios no ha cambiado Su definición
de lo que es un verdadero israelita. Un israelita, al creer en Cristo, puede llegar a ser
miembro de la Iglesia, pero llegar a ser miembro de la Iglesia no hace que una persona
sea un israelita. Una persona nace como israelita; una persona llega a pertenecer a la
Iglesia por el nuevo nacimiento.
Cualquier judío que estuviera familiarizado con el Antiguo Testamento debería haber
sabido que Dios había hecho un compromiso definitivo con la nación de Israel y que ÉL
nunca ABANDONARÍA o DESECHARÍA esta nación: ver Jeremías 31:35-37 y Jeremías
33:25-26. Los que han creído en Cristo hoy, pueden regocijarse en la verdad de que
Dios se haya comprometido con nosotros de una manera maravillosa, con el resultado
de que estamos SALVOS y SEGUROS en Cristo para siempre (Juan 6:37-40; 10:27-30;
Hebreos 13:5; etc.). Cuando pecamos, el Espíritu de Dios es CONTRISTADO, pero ÉL
no nos ABANDONA (Efesios 4:30). Cuando pecamos, somos CASTIGADOS, pero
nunca seremos CONDENADOS (1 Corintios 11:31-32).
Romanos 11:2-3
Romanos 11:4
Romanos 11:5
Lo que era cierto en los días de Elías, también era cierto en los días del apóstol Pablo.
En los días de Elías había 7000 israelitas que no habían rechazado a Jehová. En los días
de Pablo también había miles de israelitas que no habían rechazado al Señor Jesucristo,
sino que habían creído en ÉL. Dios no nos ha dicho cuantos, pero es seguro decir que
probablemente había más de 7000 judíos que habían creído en Cristo en el tiempo en
que Pablo escribió estas palabras a los Romanos (ver Hechos 2:41 y 4:4). La mayoría
de los judíos no creyeron en Cristo, pero había una minoría (un remanente) que creyó,
y el Apóstol Pablo formaba parte de este remanente creyente (Rom. 11:1), como
también Juan, Pedro, Mateo y miles de otros judíos que habían confiado en Cristo. Este
remanente es llamado “un remanente escogido por gracia”. Estos judíos habían creído
en Cristo (el lado humano) y había sido escogido por Dios (el lado divino), “no conforme
a (sus) obras, sino según el propósito Suyo y la GRACIA” (1 Timoteo 1:9). Siempre ha
habido y siempre continuará habiendo un remanente escogido por gracia. En los días de
Pablo, no todos los judíos eran salvos. ¡Lejos de ello! Sólo un remanente (ver Romanos
9:27). Gracias a Dios por el remanente creyente. Demos gracias a Dios por Su
bondadoso trato con los judíos aun después que ellos crucificaran a Su Hijo. Demos
gracias a Dios por Su bondadoso trato con Saulo de Tarso, aún después que él
persiguiera ferozmente a la iglesia de Dios. En vez de desechar a Su pueblo, Dios
extendió bondadosamente Sus manos y salvó un remanente. “Para alabanza de la gloria
de Su gracia” (Efesios 1:6). Dios, en Su gracia, se aseguró incluso de que el evangelio
llegara “al judío primeramente” (Romanos 1:16).
Nótese con atención la expresión “en este tiempo”. Es muy importante que
entendamos el propósito y programa que Dios tiene ahora, “en este tiempo”. Muchas
personas ponen sus ojos en lo que está sucediendo en el mundo hoy y se sienten
frustrados y confundidos y hasta atemorizados porque no entienden el programa y
propósito de Dios para el tiempo presente.
2) Mateo 16:18 (esta era una predicción de lo que Cristo haría en el futuro, empezando
en el Día de Pentecostés, Hechos capítulo 2). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy?
ÉL está edificando Su iglesia. La palabra griega para iglesia es ekklesia y se refiere a la
asamblea LLAMADA FUERA por Dios. Dios está visitando a las naciones para tomar de
ellas pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). ¿Quiénes son estas personas? Ellos son
los LLAMADOS FUERA de Dios, Su iglesia.
3) 1 Corintios 12:13 (este versículo explica cómo la gente llega a ser miembro de la
iglesia, que es el cuerpo de Cristo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está
bautizando (poniendo) a personas (creyentes) en el cuerpo de Cristo, haciéndolos así
miembros del organismo especial y único de Dios.
4) Hechos 2:47. ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL
está añadiendo diariamente a la iglesia los que han de ser salvos. Nótese que Dios está
salvando individuos, ÉL no está salvando al mundo. El sistema mundial encabezado por
Satanás está condenado y está destinado a la destrucción. Dios bondadosamente salva
y saca de este sistema mundial a individuos (Juan 15:19; 17:14). Ilustración: Piense
en el Titanic cuando se estaba hundiendo. Se hicieron esfuerzos por salvar a individuos
que estaban en los salvavidas o en las heladas aguas, pero no se hicieron esfuerzos por
salvar el barco que se estaba hundiendo. El propósito de Dios no es salvar el mundo
(que se está hundiendo—1 Juan 2:17). No es el propósito de Dios cristianizar el mundo,
para que los gobiernos, los negocios, las escuelas y los hogares del mundo operen de
acuerdo a principios bíblicos. No, el propósito de Dios es añadir diariamente a la iglesia
aquellos que han de ser salvos. Dios nos ha dicho que pesquemos peces, no que
limpiemos la pecera.
5) Romanos 11:25 (que se discutirá con más detalle cuando lleguemos a este
versículo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está haciendo una obra especial
entre los gentiles hasta que el número total haya entrado. Dios está añadiendo
diariamente más y más personas a Su iglesia (Hechos 2:47) a medida de que la iglesia
está siendo edificada (Mateo 16:18). Llegará el día en que el edificio estará terminado y
en que el último individuo estará salvado y haya sido hecho miembro del cuerpo de
Cristo. En ese momento, Cristo regresará para tomar a Sus creyentes a Sí Mismo, un
evento conocido como el rapto (Juan 14:2-3; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios
15:51-52; Tito 2:13; Fil. 3:20-21; etc.).
Romanos 11:6
Gracia y obras son dos principios totalmente opuestos. Son contrarios el uno al otro.
Si tienes gracia, no puedes tener obras. Si tienes obras, no puedes tener gracia. La
salvación no puede ser el resultado de gracia más obras. Tiene que ser enteramente por
obras (algo que el hombre se ha ganado por la manera en que ha vivido) o tiene que
ser enteramente por gracia (algo que Dios da y que el hombre no merece en manera
alguna).
GRACIA se refiere a lo que Dios da al pecador creyente como don gratuito y que él no
merece y que él no se ha ganado. Se basa en la obra de Dios en la cruz (Rom.
3:24). OBRAS se refiere a aquellas cosas que el hombre hace para ganarse la
aprobación de Dios y el favor de Dios. Se basa en los esfuerzos del hombre, en los
inútiles intentos del hombre de tratar de abrirse el camino al cielo. Comparar Romanos
4:4-5 y Gálatas 2:16. Rom. 4:4 habla de OBRAS que implica una recompensa (pago,
salario) que se debe a la persona que obra. Hombres pecadores no tienen nada que
esperar en el día en que reciban su “cheque” por la manera en que han vivido y obrado,
porque la única cosa que se han ganado es la MUERTE (Rom. 6:23). Rom.4:5 habla de
“gracia” e implica una justicia perfecta que es otorgada GRATUITAMENTE basada en la
obra realizada por Cristo en la cruz.
Pablo lo resumió de esta manera: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios
15:10).
La gracia de Dios incluye todo lo que Dios nos ha dado y que nosotros en manera alguna
merecemos. La misericordia de Dios incluye todo lo que Dios no nos ha dado y que
nosotros sí merecemos por causa de nuestros pecados. ¡Demos gracias a Dios todos los
días por Su gracia y misericordia!
Romanos 11:7
Israel (la gran mayoría de la nación) no ha obtenido lo que buscaba con tanto ahínco,
pero los escogidos (el pequeño remanente de judíos creyentes) lo obtuvieron. “Los
escogidos” del v.7 es equivalente al “remanente” del v.5. Estas expresiones se refieren
a aquellos judíos que han puesto su confianza en Cristo durante la presente edad de la
iglesia. “Los demás” se refiere al resto de los israelitas que no pertenecen al remanente
creyente. En el v.7 encontramos las expresiones “los demás” e “Israel” que se refieren
ambas a la gran mayoría de los israelitas que no creyeron en Cristo. Ver Rom.9:31 y
10:3. Los judíos estaban tratando de obtener la justicia de Dios, pero ellos estaban
tratando de obtenerlo por la vía equivocada, por las “obras de la ley” (Rom.9:32). El
remanente la obtuvo poniendo simplemente su fe en Cristo, quien es el fin de la ley para
justicia a todo aquel que cree (Rom. 9:32; 10:4). Estos judíos fueron salvos,
pero el resto de los judíos que no creyeron en Cristo fueron ENDURECIDOS (o
ENCEGUECIDOS), que es la misma palabra usada en Romanos 11:25 (no todos los judíos
están endurecidos o ciegos, pero la mayoría de ellos lo están). El endurecimiento de
Israel se explica en 2 Corintios 3:14-16 y ver también 2 Corintios 4:3-4 y 1 Corintios
1:18, 23-24).
El resto ha sido “enceguecido” judicialmente. La retribución de Dios cayó sobre
un pueblo que primero cerró sus ojos. Cuando un hombre dice, “No quiero”,
puede que venga un tiempo en que diga “No puedo” (Alva McClain, Romanos).
Romanos 11:8-10
Romanos 11:11
“Tropezar” =trastabillar; caer = arruinarse, caer de tal modo que no hay recuperación,
“caer más allá de toda recuperación”. La segunda palabra para “caer” (transgresión) es
una palabra diferente que significa un paso en falso, transgresión, pecado (es decir,
incredulidad). La misma palabra se encuentra en Rom.5:20 “pecado”. La nación de Israel
pecó y cayó y rechazó a Cristo, pero no fue una caída fatal. La nación no ha sido
arruinada más allá de toda esperanza de recuperación. Vendrán días mejores. La nación
se levantará nuevamente. Cuando Cristo vino la primera vez, la nación “no lo recibió”
(Juan 1:10-12). Cuando Cristo venga por segunda vez, la nación bendecirá a su Mesías,
justo antes de Su regreso (Mateo 23:39). Hoy en día la nación esta enceguecida y Dios
le ha dado “un espíritu de estupor” (Rom.11:8). En el futuro la nación podrá mirar
(Zacarías 12:10) y Dios derramará sobre Su pueblo “espíritu de gracia y de oración”.
El presente rechazo será seguido por una futura admisión.
El presente rechazo y caída de Israel es una maldición para Israel pero es una bendición
para los gentiles, porque “por su transgresión vino la salvación a los gentiles”.
Durante la presente edad de la iglesia la gran mayoría de los que son miembros del
cuerpo de Cristo son gentiles (aunque damos gracias a Dios por las excepciones judías).
Dios está visitando a los gentiles para tomar de ellos pueblo para Su Nombre (Hechos
15:14). Esto está ilustrado en Juan 1:11-12 (los judíos no recibieron a Cristo, de modo
que Dios ofrece Su salvación a TODO AQUEL que quiera recibirla). Dios tiene un propósito
con la caía de Israel: traer salvación a los gentiles. Dios tiene un propósito en traer
salvación a los gentiles: provocar a celos a Israel, para hacer celoso a Israel (ver
Romanos 10:19 y también Romanos 11:14). Cuando los judíos rechazaron a su Mesías,
Dios tuvo en mente el bien de los gentiles y la salvación fue llevada a ellos (Rom.11:11).
Dios, al tratar con los gentiles durante la edad presente, tiene en mente el bien de los
judíos, buscando provocarlos a celos por medio de los gentiles.
Tres veces habla Pablo del propósito de Dios de provocar a celos a los judíos por medio
de los gentiles (ver Romanos 10:19; 11:11 y 11:14, y comparar Deuteronomio 32:21).
Cuando una persona está celosa o envidiosa está diciendo, “Tú tienes algo que yo quiero.
Tú tienes algo muy bueno que yo no tengo”. Consideremos ahora algunas de las cosas,
que tienen ahora los gentiles salvos, que deberían provocar a celos a los judíos. Estas
son bendiciones que deberían poseer los judíos, pero ellos se perdieron estas cosas por
causa de su incredulidad. Estas son bendiciones que ahora la iglesia (compuesta
mayormente por gentiles) posee y disfruta en Cristo. Considere lo siguiente:
EL REINO “He aquí que vienen días, “El cual nos ha librado de la
dice Jehová, en que potestad de las tinieblas, y
levantaré a David renuevo trasladado al reino de su
justo, y reinará como Rey, amado Hijo” (Colosenses
el cual será dichoso. . .En 1:13).
Sus días será salvo Judá e
Israel habitará confiado “Porque el reino de Dios no
(Jeremías 23:5-6; cf. Lucas es comida ni bebida, sino
1:32-33). justicia , paz y gozo en el
Espíritu Santo”(Romanos
14:17).
HIJOS “Sé que sois descendientes “Los que son de la fe, éstos
de Abraham; pero son hijos de Abraham. . .y
DEABRAHAM procuráis matarme .. si vosotros sois de Cristo,
.Respondieron y le dijeron: ciertamente linaje de
Nuestro padre es Abraham. Abraham sois” (Gá.3:7, 9,
Jesús les dijo: Si fueseis 29).
hijos de Abraham, las
obras de Abraham harías” “Para que fuese (Abraham)
(Juan 8:37, 39; cf. Mateo padre de todos los
3:9) creyentes” (Romanos 4:11).
Romanos 11:12
Romanos 11:13-14
Pablo era el “apóstol a los gentiles”. Ver Romanos 15:16; Hechos 9:15 y Gálatas
2:7-8. “Ministerio” =servicio, cago, ocupación; “honro”= reconocer, apreciar,
ensalzar. La obra de amor de Pablo entre los gentiles no era hecha sin preocupación por
los judíos. Muy por el contrario. Pablo tenía la esperanza de que la gran obra de salvación
de Dios entre los gentiles provocara a celos a los judíos, resultando en la salvación
de algunos de ellos. La preocupación de Pablo por la salvación de sus hermanos, los
judíos, se encuentra a lo largo de estos capítulos (ver 9:1-4; 10:1).
Romanos 11:15
Romanos 11:16
“Si”—Pablo da ahora una explicación más amplia de la futura restauración de Israel,
como también de la situación presente de los gentiles. Esta explicación se encuentra en
varios de los siguientes versículos que tratan de la ilustración del olivo. “Primicias” se
refiere a la masa (“si la parte de la masa ofrecida como primicia es santa, entonces toda
la masa es santa”). “Masa” se refiere a todo el amasijo (ver Números 15:17-21 donde
de lo “primero que amaséis” era ofrecido al Señor). Como dice Murray, “Lo primero del
amasijo dado al Señor significaba la consagración de todo el amasijo”. Después de la
ilustración de la masa, Pablo va a la ilustración del olivo, que continua hasta el versículo
24. Todo el amasijo es tan santo como lo son las primicias de la masa. Así también las
ramas tienen que ser santas como lo son las raíces. Una raíz santa tendrá ramas santas.
Las primicias y la raíz se refieren a Abraham, Isaac y Jacob (comparar Rom.11:28 y 9:5
“los padres”). Los padres eran santos porque fueron escogidos por Dios. Ellos fueron
separados y escogidos por Dios con un propósito especial. De ellos provendría la nación
especial y santa de Dios (Deuteronomio 7:6-8; cf. Jeremías 2:2-3).
Romanos 11:17
Dios tiene que tener ramas que estén en armonía con las raíces. Los judíos incrédulos
no tienen ninguna semejanza con el padre Abraham que “creyó a Dios” (Génesis 15:6).
Las ramas naturales se refieren a Israel. Las ramas silvestres se refieren a los gentiles.
El olivo cultivado se refiere al lugar de bendición de Dios. El olivo silvestre no es el lugar
de bendición (cf. Efesios 2:22-13), pero las ramas del olivo silvestre fueron injertadas
en el olivo cultivado y pueden participar así de la raíz y de la rica savia del olivo (Rom.
11:17). Algunas de las ramas naturales fueron “desgajadas”, y el v.20 da la razón de
ello (“por su incredulidad”). Ramas silvestres fueron “injertadas en lugar de ellas” por
su fe en Cristo—comparar Rom. 9:30-32—y así están en el lugar de bendición. Gentiles
creyentes pueden disfrutar de la salvación de Dios y de la justicia de Dios y del Espíritu
de Dios—ver Gálatas 3:14 – para que la bendición de Abraham alcanzara a los gentiles
por medio de Jesucristo, para que recibiésemos el Espíritu por fe.
Romanos 11:18
“No te jactes contra las ramas (naturales)”. Pablo se está dirigiendo a los gentiles
con una fuerte advertencia. Ellos no sustentan a la raíz, sino la raíz los sustenta a ellos,
y ellos deben darse cuenta de ello. Ellos están en el lugar en que están, no por algún
mérito o bondad de su parte, sino sólo debido a su fe en el Dios de Abraham
(Rom.4:12,16).
Romanos 11:19-20
Las palabras de Murray caben aquí: “La jactancia que se condena es la arrogante y
presuntuosa confianza de la cual son capaces los gentiles cuando consideran el lugar de
privilegio y honor que ellos ocupan por el desplazamiento de Israel. . . .La persona que
es llamada a ocupar el lugar dejado vacante por otro, por haberse ejercido disciplina,
está expuesta a sentir un placer de auto-justicia por este ascenso, y a mirar al caído con
desdén”.
Los gentiles dicen, “Las ramas fueron desgajadas, para yo fuese injertado”. Pablo dice,
“Bien dicho. Tienes razón” (v.20). Es cierto que la salvación alcanzó a los gentiles por la
transgresión de Israel (v.11), pero los gentiles deben entender por qué esto es cierto.
Israel cayó por su incredulidad y fue por su incredulidad que las ramas naturales fueron
desgajadas. Es por fe que los gentiles están en pie. Por ello la advertencia: “No te
ensoberbezcas, sino teme”. No pienses que no puedas también caer. Si los judíos
rechazaron a Cristo por incredulidad, ¿pueden los gentiles hacer ésto también? Esta
advertencia ha sido pasada por alto durante estos 2000 años de la historia de la iglesia.
Hemos visto como los gentiles han creído que pueden permanecer en el lugar de
bendición sin fe genuina en Cristo (sustituyendo la fe por ritualismo, religión,
racionalismo, etc.).
Romanos 11:21
Si Dios quitó las ramas naturales (por causa de la incredulidad) que deberían haber sido
parte del árbol, ¿cuánto más quitará Dios a las ramas silvestres que realmente
no estarían allí, si no fuera por la bondad y la misericordia de Dios? Si Dios no perdonó
a los judíos, ¿por qué habría de perdonar a los gentiles? Si Dios juzgó la incredulidad en
Israel, ¿no juzgará la incredulidad entre los gentiles? Si el pueblo escogido de Dios cayó
en incredulidad, ¿no deberían prestar atención los gentiles para cuidarse de caer en lo
mismo?
Romanos 11:22
Pablo, el apóstol a los gentiles (v.13), quiere que los gentiles consideren atentamente
tanto la bondad (gentileza) como la severidad (firmeza) de Dios. La severidad de Dios
se ve en Su trato con el incrédulo Israel. Ellos han sido cortados del lugar de bendición.
La bondad de Dios se ve en Su trato amable con los gentiles creyentes que han
participado en las bendiciones de la salvación. “Si permaneces en esa bondad”. La
palabra “permanecer” se emplea también en el v.23. Israel no permanecerá para
siempre en la incredulidad (v.23), pero sería conveniente que los gentiles se aseguraran
de permanecer en la fe, para así continuar en la bondad de Dios, de otra manera serán
cortados.
Nota: Este pasaje no debe ser usado como argumento en contra de la sólida doctrina de
la seguridad eterna del creyente. Pablo está considerando a judíos y gentiles, pero no
está considerando a individuos. Su punto es simplemente el siguiente: Tal como los
judíos fueron removidos del lugar de bendición cuando rechazaron a Cristo, los gentiles
también serán removidos del lugar de bendición si rechazan a Cristo. Pablo no está
hablando de un creyente individual que cree en Cristo y es salvo, y que luego, más tarde
en su vida rechaza a Jesucristo como Salvador y pierde su salvación y se va al infierno.
Esto es una imposibilidad bíblica. Los que el Padre ha dado a Cristo (verdaderos
creyentes) nunca se perderán (Juan 6:37-40; 10:27-30). Dios no solamente nos salva,
sino también nos mantiene salvos. El verdadero creyente nunca se apartará final y
fatalmente de la fe (aunque pueda tener serios lapsos de fe). Esto está muy bien
ilustrado en Lucas 22:31-32. Pedro tuvo un serio lapso de fe y aún negó a su Señor,
pero gracias a la intercesión de Cristo, su fe no faltó. Aunque hay tiempos de debilidad
y tentación y fracaso, Dios obra en nuestros corazones para que continuemos creyendo:
“Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que
está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 Pedro 1:5). Esto está
bien ilustrado en Hechos 27:22-31. La salvación y seguridad de estos hombres estaba
predicha y prometida y garantizada por Dios (Hechos 27:22, 24, 25), sin embargo, la
manera en que Dios los mantendría salvos era que permanecieran en el barco (v.31).
La seguridad de aquellos que están en el “barco de la fe” (verdaderos creyentes) ha sido
prometida y garantizada por Dios (Juan 10:27-30), la manera, sin embargo, en que Dios
nos mantiene salvos es dándonos repetidas advertencias sobre el peligro de abandonar
el barco (apartarnos de la fe). Tales advertencias (como en Colosenses 1:23; Hechos
13:43; Hechos 14:22) son usadas por Dios como medio para mantener al creyente salvo
y seguro en Cristo para siempre. Un verdadero creyente permanece siempre en el barco
de la fe. Puede caer seriamente en la cubierta del barco (como hizo Pedro), pero nunca
caerá fuera de borda.
Romanos 11:23-24
Romanos 11:25
Pablo no quería que los creyentes romanos fuesen ignorantes en cuanto al misterio del
endurecimiento en parte de Israel durante la presente edad. En el Nuevo Testamento,
un misterio es algo que había estado escondido, algo que permanecía en secreto, algo
que no se había dado a conocer previamente a los hombres, pero que ahora se
manifestaba y se daba a conocer y se revelaba en la presente edad por los apóstoles y
profetas del Nuevo Testamento (ver Efesios 3:4-5; 3:9; Col.1:26; Rom. 16:26). Pablo
quería que los creyentes romanos supieran algo que los creyentes de otras edades
ignoraban. Moisés, David e Isaías nada sabían de lo que Pablo estaba hablando ahora.
Pablo está hablando de una obra especial que Dios está haciendo entre los gentiles
durante el tiempo presente (comparar Hechos 15:14). Entre las dos venidas de Cristo y
durante este tiempo, Israel está CIEGO. En cuanto a la ceguera de Israel ver 2 Corintios
3:14-16. La ceguera puede ser quitada hoy de un judío individual cuando se vuelve al
Señor Jesús; la ceguera será quitada de la nación en la segunda venida, cuando la nación
se vuelva al Señor (comparar 2 Corintios 3:16 y Romanos 11:26).
Pablo no quería que los gentiles se hincharan de orgullo (“para que no seáis
arrogantes en cuanto a vosotros mismos”), y para prevenir ésto, los creyentes
gentiles necesitan entender el programa presente y futuro de Dios para Israel. Pablo
resalta dos cosas en cuanto al endurecimiento de Israel: 1) Su endurecimiento es
parcial, no es total. Aunque hoy la mayoría de los judíos están ciegos, no todos los
judíos lo están. Hay algunos judíos que pueden ver muy bien, porque han recibido a
Cristo como su Mesías y Salvador; 2) Su endurecimiento es temporal, no es
permanente. Durará “hasta que haya entrada la plenitud de los gentiles” (v.25).
La restauración de Israel (v.12) tendrá lugar después que haya entrado la plenitud de
los gentiles. Cristo está edificando hoy Su Iglesia que se compone principalmente de
gentiles. Dios está visitando las naciones del mundo para tomar pueblo para Su Nombre
(Hechos 15:14). En algún momento en el futuro (un momento sólo conocido por Dios)
habrá entrado el número total de gentiles (es decir, todos aquellos a quienes Dios tenía
el propósito de incluir en Su Iglesia, serán salvos y habrán entrado).
No confundir “la plenitud de los gentiles” (Rom.11:25) con “los tiempos de los gentiles”
(Lucas 21:24).
2) LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES implica la relación de los gentiles con la nación
de Israel. Tal como dice en Lucas 21:24—“Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta
que los tiempos de los gentiles se cumplan”. Scofield define este tiempo como sigue:
Los tiempos de los gentiles son aquel largo período que comienza con la cautividad
babilónica de Judá bajo Nabucodonosor y que llegará a su término con la destrucción del
poder mundial gentil por la ‘piedra cortada no con mano' (Daniel 2:34, 35, 44), es decir,
con la venida del Señor en gloria (Ap. 19:11, 21). Hasta entonce, Jerusalén estará
sometida al gobierno gentil” (Lucas 21:24).
En cuanto a “la plenitud de los gentiles”, son los gentiles quienes están siendo salvos y
que son añadidos a la iglesia hasta que el cuerpo de creyentes esté completo. En cuanto
a “los tiempos de los gentiles” son los gentiles los que están gobernando sobre Jerusalén
y controlándola hasta la segunda venida de Cristo. Aunque estas dos frases se parecen,
deben ser distinguidas (a menudo Rom. 11:25 se asocia erróneamente con Lucas 21:24
en referencias cruzadas en los márgenes de las Biblias, etc.). Debemos diferenciar las
cosas que son distintas.
Romanos 11:26
Después que haya entrado la plenitud de los gentiles (v.25), vendrá la restauración de
Israel (v.12; v.26 “todo Israel será salvo”). Este versículo predice claramente la futura
salvación de la nación de Israel. También nos dice el tiempo en que sucederá esto:
cuando el gran LIBERTADOR venga a Sion (una clara referencia a Jesucristo en Su
segunda venida—comparar Isaías 59:20). Israel tiene un brillante futuro. Debe notarse
que hoy la nación de Israel no es una nación PIADOSA. Es una nación incrédula y en su
mayor parte, es una nación que rechaza a Dios (los que no honran la Hijo, no honran al
Padre—Juan 5:23, y los que niegan al Hijo, no tienen al Padre –1 Juan 2:23). Pero llegará
el día en que Cristo, el Libertador, quitará la impiedad de esta nación e Israel será una
nación temerosa de Dios y una nación que honrará a Dios.
Romanos 11:27
La salvación nacional de Israel (v.26) fue garantizada por un pacto especial que Dios
hizo con esta nación. Un compromiso de este pacto era que los pecados de Israel serían
quitados. ¿Qué pacto era éste? Esto es claramente una referencia al NUEVO PACTO del
cual leemos en Jeremías 31:31-34 (nótese al final del versículo 34 la notable promesa,
“Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”). En el v.27
las palabras “ellos” y “sus” se refieren a “Israel” y a “Jacob” del v.26. Jeremías 31:31
indica claramente que el nuevo pacto se hizo con la casa de Israel y con la casa de Judá
(de modo que incluye a toda la nación). Este versículo entrega en el Nuevo Testamento
la prueba de que Dios cumplirá Su promesa del nuevo pacto a la nación de Israel en el
futuro.
Nota: Hay muchos que enseñan que Dios ha terminado con la nación de Israel y que
Dios no cumplirá Sus promesas del nuevo pacto con esta nación. Ellos enseñan que la
iglesia es el “verdadero Israel de Dios” y que las promesas del nuevo pacto se están
cumpliendo en la iglesia basados en pasajes tales como Mateo 26:28; 2 Corintios 3:1-8
y Hebreos 8:6-13; 10:16-17. Aunque es cierto que los creyentes de este tiempo
participan de las bendiciones del Nuevo Pacto (ver los pasajes recién citados) para
provocar a celo a Israel (ver comentarios bajo Romanos 11:11), también es cierto que
Israel recibirá todas las bendiciones del Nuevo Pacto prometidas cuando regrese Cristo,
como se enseña en Rom. 11:26-27. En verdad, los versículos 28-29 muestran la
imposibilidad de que Dios falle en guardar estas promesas a Israel. Considere
atentamente lo que Dios dijo por medio de Jeremías respecto a lo que tendría que
suceder para que Israel ya no fuera una nación delante de Dios—Jer. 31:35-37 y Jer.
33:19-26. Esto es todo un desafío para todos los que son antisemitas. ¡Esto es todo un
desafío dado por Dios a quienes desean destruir a Israel!
Romanos 11:28
En cuanto al evangelio, los judíos son enemigos; en cuanto a la elección, los judíos son
elegidos por Dios y son objeto de Sus inalterables promesas que ÉL hizo a Abraham,
Isaac y Jacob. En los primeros días de la iglesia (como se ve en el libro de los Hechos)
la mayor oposición a la predicación del evangelio vino de los judíos incrédulos. Esto se
ve quizás más claramente en 1 Tesalonicenses 2:14-16 (estas son palabras muy fuertes,
pero recuerde que fueron escritas por el mismo Apóstol que escribió Romanos 9:1-4 y
10:1). La incredulidad y hostilidad de ciertos judíos no alteran las promesas de Dios para
con la nación que Él ha escogido (ver Deuteronomio 7:6-8 y Deut. 10:15). Romanos
11:28 es de gran ayuda para mostrar la actitud que debemos demostrar hoy hacia el
pueblo judío. Por una parte no debemos excusar o minimizar el mal que están haciendo.
No deseamos llegar a ser tan “pro-Israel” que pretendamos que ellos no pueden hacer
ningún mal. Dios aún no ha quitado la impiedad de esta nación (ver v.26) y hay
bastantes acciones impías cometidas por el pueblo judío. Por otra parte, no deseamos
olvidar el lugar muy especial que esta nación tiene en el plan y programa de Dios y
esperamos con emoción el cumplimiento de todas las promesas de Dios a esta nación.
En los días de Moisés y Balaam se hizo un esfuerzo por parte de los paganos de
MALDECIR a la nación de Israel, pero lo que Dios ha bendecido, el hombre no lo podrá
maldecir (ver Números 23:20), porque Dios llevará a cabo todo lo que Él ha dicho y todo
lo que ÉL ha prometido (ver Números 23:19).
Romanos 11:29
Aquí está la razón por la cual Israel sigue siendo una nación amada delante de
Dios. “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Dios no
cambiará de parecer y no alterará Su futuro plan y programa para Israel. El compromiso
de Dios para con esta nación es IRREVOCABLE (algo que Dios no modificará). Dios no
cambiará de opinión. Dios no alterará Su Palabra o Sus promesas hechas a Abraham,
Isaac y Jacob. Dios ha hecho un compromiso con este pueblo y ÉL no lo quebrantará.
Romanos 11:30-32
Este versículo está hablando de los gentiles (“vosotros” =los gentiles) y el versículo
siguiente habla de los judíos (“éstos” y “ellos” (v.31)= los judíos). Como ha dicho
Newell, “nuestra historia gentil se resume en las palabras “desobedientes a Dios”,
nuestra posición presente en las palabras, “habéis obtenido misericordia por la
desobediencia de ellos (de Israel)”. Dios se deleita en ser misericordioso para con los
miserables, para con los que no lo merecen. En el v.31 leemos que hoy en día los judíos
son desobedientes e incrédulos, pero ellos también obtendrán misericordia en el futuro.
Por la incredulidad de Israel, los gentiles reciben ahora misericordia (v.30); por la
misericordia de Dios mostrada a los gentiles, Israel obtendrá misericordia algún día
(v.31). Ver también Romanos 11:11 donde encontramos la misma verdad (Israel cayó,
para que la salvación pudiera llegar a los gentiles; los gentiles provocan a celos a Israel,
para que Israel pueda llegar a ser salvo). La misericordia de Dios se derrama sobre
aquellos que no merecen otra cosa sino Su ira (v.32).
Romanos 11:33-36
Pablo termina esta sección con una gloriosa doxología, rebosando en alabanza por la
inescrutable sabiduría de Dios. Las palabras de Pablo están en agudo contraste con la
persona mencionada en Rom. 9:19-20 que estaba alegando contra Dios. Con humildad
de corazón, Pablo adora a Dios, confesando que hay mucho en cuanto a Dios y en cuanto
a los caminos de Dios que él no entiende, sin embargo sabe con toda confianza que Dios
hace solamente lo que es perfectamente sabio y mejor. Dios no necesita consejeros
humanos. Antes bien, nosotros necesitamos inclinarnos ante ÉL y someternos a Su
consejo. Dios es el gran Maestro. Nosotros no le enseñamos a ÉL, sino ÉL nos enseña a
nosotros (v.34). Dios es el gran Dador (v.35). ¿Qué tenemos nosotros que no hayamos
recibido de ÉL? (Comparar 1 Corintios 4:7). Dios nada nos debe, nosotros le debemos a
ÉL.
“POR ÉL”—todo pasa por Dios. ÉL es el canal de todo. ÉL está totalmente involucrado
en todo. Nada puede quedar fuera de Su plan y propósito. Todo tiene que fluir a través
de ÉL y nada puede suceder sin ÉL.
“PARA ÉL”—ÉL es la meta de todas las cosas. Todo tiene que terminar en Dios. ÉL es
el propósito y la meta final de todas las cosas. ÉL no es solamente el Alfa, ÉL también
es el Omega; ÉL no es solamente el comienzo, ÉL también es el final. ÉL no es solamente
el Primero, ÉL también es el Último. Qué podemos decir, sino, “¡A ÉL SEA LA GLORIA
POR LOS SIGLOS! ¡AMÉN!”
ROMANOS
CAPÍTULO 12
Introducción
Con este capítulo comienza la sección práctica del libro. Hasta aquí, en el libro de
Romanos, hemos encontrado muy pocos mandamientos (con la excepción de ciertos
mandamientos en el capítulo 6 – “saber”, “considerar”, “presentar”, etc.). En los
primeros capítulos, el énfasis no está en lo que nosotros debemos hacer, sino en lo que
Dios ha hecho. Un modelo similar se encuentra en el libro de Efesios. Los primeros tres
capítulos enfatizan lo que Dios ha hecho por GRACIA y no se encuentran mandamientos.
Los últimos tres capítulos son prácticos y en ellos se encuentran varios mandamientos.
Lo que Dios ha hecho por GRACIA es siempre la base de toda conducta y comportamiento
cristiano.
Romanos 12:1
“Así que”—esto apunta a todo lo que Pablo ha expuesto en los primeros 11 capítulos
(todo lo que Dios ha hecho por pecadores impíos y culpables).
“Vivo”—en contraste con los sacrificios de animales del Antiguo Testamento que eran
inmolados y terminaban muertos. James Ventilato ha agregado los siguientes
comentarios que son útiles para entender mejor por qué es un sacrificio vivo:
Miles J. Stanford lo dice de esta manera: “Esto es el quid del asunto. La pregunte
es ésta: Cuál vida ha de ser consagrada a ÉL, ¿la vieja vida del yo o la nueva vida
de Cristo? Dios no puede aceptar absolutamente nada de la vieja naturaleza (que
fue condenada en la cruz) —ÉL ve y reconoce sólo lo que está centrado en Su
Hijo, Quien es nuestra vida. De aquí que Dios ha puesto una condición para la
consagración: “presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos” (Rom. 6:13). Este es nuestro único fundamento y desde esta
plataforma hemos de considerarnos muertos al pecado, al yo, a la ley, al mundo
y vivos para Dios en el Cristo resucitado—para andar en “novedad de vida”, “vida
resucitada” (Romanos 6:11, 4b)”.
“Racional” – la palabra “lógico” viene de esa palabra griega. A la luz de lo que Cristo
ha hecho por nosotros, darnos enteramente a ÉL mediante un acto de total consagración,
es la única cosa RACIONAL Y LÓGICA que podemos hacer. Ninguna otra cosa tiene
sentido para el verdadero creyente. Es hacer lo que es lógico. Así es como los creyentes
ADORAN A DIOS (es un “servicio”), dándose a sí mismos enteramente a ÉL para Su
servicio.
Muchos enseñan que la dedicación es algo que se hace después de la salvación, en algún
momento más adelante en la vida cristiana. Pueden decir algo como ésto: “Primero una
persona tiene que recibir a Cristo como Salvador. Luego, meses o quizás años más tarde,
la persona tiene que hacer a Cristo el Señor de su vida y dedicar su vida al Salvador”.
Aunque puede haber alguna verdad en esto, considere los siguientes puntos:
Creyente profesante B: “Yo quiero obedecer a mi Señor, a Aquel que murió por
mí, pero muchas veces fallo. Mi corazón se entristece mucho cuando fallo en
obedecerle y me siento culpable y molesto y miserable. He deshonrado a mi Señor
y he afrentado Su Nombre”.
Una persona que está viviendo en pecado, que sabe que está viviendo en
pecado, que disfruta vivir de esa manera, que tiene la intención
de continuar viviendo esa vida de pecado—esa persona no tiene al Espíritu
Santo morando en ella. El hecho mismo de que se sienta “confortable” con
su pecado es prueba de que el Espíritu está ausente. Sus signos vitales
espirituales registran, “no hay vida”.
Un creyente nuevo tampoco entiende de una vez todo lo que implica la gracia
salvadora de Cristo. El está aprendiendo lo que significa ser salvo por gracia y
este aprendizaje dura toda una vida. Juan 3:16 debería significar más para un
creyente ahora, que hace un año y debería significar más para él dentro de un
año, de lo que significa ahora. Así es también con el discipulado y con el Señorío.
Hay involucrado un proceso de aprendizaje. El hecho del Señorío de Cristo debe
ser para mí ahora más precioso que hace un año. A medida que crezco en Cristo
(2 Pedro 3:18), entenderé gradualmente mejor lo que significa someterme a
Cristo como a mi Señor.
Que Romanos 12:1 sea un recordatorio constante para cada creyente de que no nos
pertenecemos a nosotros mismos, porque hemos sido comprados por precio (1 Corintios
6:19-20). No tenemos el derecho de usar nuestro cuerpo como nos guste; como siervos
amantes de Jesucristo tenemos el deber de usar nuestro cuerpo como ÉL quiere. Hemos
sido comprados con sangre y estamos ligados por amor. Hemos de presentarnos a
nosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos (Rom. 6:13). A la luz de la
misericordia y de la gracia de Dios demostrada en el Calvario, ¿cómo podríamos hacer
menos?
Romanos 12:2
Nótese que en este versículo hay dos mandamientos, el primero es negativo (lo que no
debemos hacer) y el segundo es positivo (lo que debemos hacer).
“Este mundo” = esta edad. En 2 Corintios 4:4 leemos que Satanás es el “dios de este
siglo (edad)”. Cristo se dio a Sí Mismo por nuestros pecados para librarnos del presente
siglo (edad) malo –Gálatas 1:4. Cuando no éramos salvos, éramos parte de este siglo
(edad) malo y satánico, pero Dios nos ha librado de él. Demas, que era considerado un
creyente leal en Colosenses 4:14, fue descrito más adelante por Pablo con estas tristes
palabras, “porque Demas me ha desamparado, amando este mundo” (2 Tim. 4:10 –
“este” indica que ahora está aquí, pero que no durará mucho; es pasajero). Finalmente
en Tito 2:12, los creyentes son enseñados por gracia a vivir piadosamente en este siglo.
Estamos en este mundo, pero no hemos de vivir como los que son de “este mundo” y
que forman parte de este sistema mundial que está en oposición al verdadero Dios vivo.
“No os conforméis”—el verbo significa “ser formado como, ser conformado a, ser
modelado por, amoldar o adaptar una cosa a otra”. Pablo está diciendo, “No permitas
que el mundo te presione dentro de su molde”. No seas moldeado por las poses,
conversaciones, expresiones, estilos y hábitos de este mundo. Kenneth Wuest ha
parafraseado este versículo como sigue: “deja de adoptar una expresión exterior que
está moldeada por este mundo, una expresión que no viene de y que no representa lo
que tú eres en tu interior como un hijo de Dios regenerado”.
Romanos 12:3
En el versículo dos leímos que debemos dejar que el Espíritu de Dios nos transforme a
la imagen y semejanza de Cristo (comparar 2 Corintios 3:18). Si hemos ser como Cristo,
entonces debemos ser HUMILDES (comparar Filipenses 2:5-8) y a ésto apunta Pablo en
el versículo 3. “Digo”—esta es la manera de Pablo de dar una instrucción sencilla y
sobria. “Por la gracia que me es dada”—Pablo había recibido gracia (el inmerecido
favor de Dios) para ser un apóstol (Rom. 1:5), y como apóstol, está escribiendo ahora
a estos creyentes romanos dándoles con cordialidad y con cariño un mandamiento en
cuanto a la humildad.
“No tenga más alto concepto de sí que el que debe tener” – tenemos que pensar
con sobriedad en cuanto a nosotros mismos y no inflarnos con una idea irreal y
exagerada respecto a nuestra importancia y superioridad. No debemos tener un
concepto elevado, altivo, excelso de nosotros mismos, sino que debemos vernos como
Dios nos ve. “Cordura”—tener un juicio justo y acertado, pensar sobria y sensatamente
acerca de sí mismo, verse a sí mismo como Dios nos ve.
Considere Gálatas 6:3. Pensamos ser algo; Dios dice que somos nada. Pensamos
ser algo importante, pero sin Dios somos realmente igual a cero. Pero no
debemos desanimarnos por nuestra propia insignificancia y falta de importancia.
La buena noticia es que Dios en Su gracia, puede hacer algo de nada. Martín
Lutero dijo, “Dios creó el mundo de la nada (Génesis 1:1; Hebreos 11:3) y
mientras seamos nada, Dios puede hacer algo con nosotros”. Considera también
la humillante verdad de 1 Corintios 4:7-- ¿Qué tienes que no hayas recibido?
Ilustraciones: Aquí hay algo para quien se considera un V.I.P. (Very Important People
–Persona Muy Importante):
Cuando te sientas muy importante, cuando tu ego se esté inflando, cuando tomes
por sentado de que eres el “cachorro” que ganará el premio, cuando sientas que
tu ausencia dejará un vacío difícil de llenar, sigue estas sencillas instrucciones y
mira como humilla tu alma. Toma un balde de agua y llénalo con agua, mete tu
mano hasta la muñeca. Saca luego rápidamente tu mano y el hueco que quede,
es la medida en que serás echado de menos. Puedes salpicar todo lo que quieras
al entrar y agitar mucho las aguas, pero cuando te detengas, verás que en menos
de un minuto el agua estará igual que antes.
Un pequeño árbol, chico pero presumido, echó una mirada alrededor del suelo y
luego alzó su cabeza y clamó, “Miren, que grande soy, cuán encima de la tierra”.
Y jactándose así, se balanceaba en desdeñosa hilaridad. El pino más alto del
bosque levantó su cabeza al cielo y suspiraba mientras lo contemplaba, “Ved,
cuán pequeño soy y cuán lejos estoy del cielo. Cuántos años de espacio hay entre
mi y las estrellas”. Nuestra grandeza depende con qué nos medimos—si sobre la
tierra, o debajo del cielo.
El creyente que tiene un concepto muy elevado de sí mismo, se compara con otros y se
exalta por encima de otros, creyéndose más importante que otros. En Romanos 12:3
Pablo quiere que los Romanos entiendan que cada creyente tiene un lugar especial en
el cuerpo de Cristo y que tiene un don especial dado por Dios para el beneficio de todo
el cuerpo.
“La medida de la fe”—comparar con el v.6. Pablo no está hablando aquí de la fe que
salva (la fe por medio de la cual somos salvos—Ef.2:8), sino está hablando de diversos
y particulares dones que Dios ha dado a los creyentes y de la fe necesaria para ejercer
esos dones. Los dones no pueden ejercerse apropiadamente sin fe y confianza en el
Salvador.
Romanos 12:4-5
Tal como es en el cuerpo humano, así es en el cuerpo de Cristo. Hay un cuerpo, pero
muchos miembros y los miembros tienen diferentes funciones, pero todos ellos son
miembros del mismo cuerpo y todos ellos tienen una función importante. Todos tienen
una función, todos son importantes, todos tienen una parte, pero las funciones son
diferentes. En un aspecto somos muchos (muchos miembros); pero en otro aspecto
somos uno (un cuerpo). Somos miembros del mismo cuerpo, compartiendo la misma
vida. La verdad de estos versículos se explica ampliamente en 1 Corintios 12:12-31.
Cuando el cuerpo local de creyentes es robusto, la vida de Cristo se manifestará, los
incrédulos serán convictos y Dios será glorificado.
Romanos 12:6
Pablo está considerando ahora los dones espirituales (otros capítulos del Nuevo
Testamento que tratan con los dones espirituales son 1 Corintios 12-14, Efesios 4 y 1
Pedro 4). La palabra “don” es la palabra griega “charisma” (de la cual derivamos la
palabra “carismático”, un término que ahora se usa para un movimiento religioso
moderno, que lamentablemente exagera los dones espirituales). “Charis” es la palabra
griega para GRACIA, por lo cual estos son “dones de gracia”. Dios, en su bondad, ha
dado estos dones a Su cuerpo, de modo que ningún miembro del cuerpo carece de un
don, y los dones son para el beneficio de todo el cuerpo.
“Diferentes dones”—todos los miembros tienen diferentes (no los mismos) dones y
diferentes habilidades que se complementan unos con otros. Esto es ilustrado por los
miembros del cuerpo humano que tienen diferentes funciones (ver 1 Corintios capítulo
12). “A la medida de la fe”- esta es una expresión interesante de la cual derivamos el
término teológico “analogía (similitud, parecido, semejanza) de la fe” (la cual a veces
es referida como “analogía de la Escritura”). “Analogía de la fe” significa que la Escritura
debe interpretarse a la luz de la Escritura y de acuerdo con la Escritura. La regla infalible
para la interpretación de la Escritura, es la Escritura misma. Todo versículo debe
entenderse a la luz de la enseñanza general de la Biblia y no puede contradecir lo que
la Biblia enseña claramente en otra parte. La Biblia no puede contradecirse a sí misma.
Ejemplo: A primera vista parece que Hebreos 10:26-30 enseñara que un verdadero
creyente puede perder su salvación, pero por analogía de la Escritura sabemos que eso
no puede ser (Juan 10:27-30; Juan 6:37-40; etc.). Este es un principio fidedigno de
interpretación de la Biblia, pero esto no es exactamente lo que la expresión “medida de
la fe” significa en este versículo. Los que tienen el don de profecía deben profetizar en
proporción a su fe. Todos los dones espirituales deben ser ejercidos por fe, mirando a
Dios, examinando Su Palabra, buscando mantener una recta relación con Cristo.
Romanos 12:7
El maestro debe saturar al pueblo con la doctrina y la verdad. Todos los creyentes
deberían, en cierta medida, poder enseñar y compartir la verdad; pero hay algunos
creyentes que están especialmente dotados para ésto. La diferencia entre un maestro y
un profeta es ésta: Un profeta recibe su mensaje directamente de Dios, por lo cual su
discurso es inspirado: “Así dice el Señor”. Un maestro obtiene su mensaje estudiando
diligentemente la Palabra de Dios, dependiendo en oración del ministerio iluminador del
Espíritu Santo. El profeta transmite la Palabra de Dios. El maestro explica y anuncia la
Palabra de Dios (pero no bajo directa inspiración). Las explicaciones de la Palabra de
Dios del maestro pueden ser discutibles. El tiene que apoyarse mucho en el Señor para
entenderla, pidiendo al Señor que lo guíe a una correcta interpretación de las Escrituras
y que lo guarde del error.
Romanos 12:8
Pablo menciona en estos tres versículos (6-8) siete distintos y diferentes dones. Esta es
sólo una muestra de los dones y la lista ciertamente no es exhaustiva. Uno de estos
dones, el de profecía, era un don temporáneo que ahora “ha acabado” (1 Corintios 13:8),
pero los demás dones aún son necesarios en las iglesias locales hoy día.
Es de vital importancia reconocer que las Escrituras enfatizan el mayor de todos los
dones: el don de la vida de Dios, que es la posesión presente de todo creyente (1
Juan 5:11-12: Rom. 6:23; Juan 6:47). Ningún creyente carece de este don. Es nuestra
primera y primordial responsabilidad procurar manifestar la vida resucitada de nuestro
Señor Jesucristo (2 Corintios 4:10-11; Gálatas 2:20; 4:19; 5:22-23) por el poder del
Espíritu Santo morador. Cada miembro del cuerpo de Cristo necesita mantenerse en una
vital y debida relación con el Señor Jesucristo, permaneciendo en ÉL como la Vid
Verdadera (Juan 15:1-5). ÉL es nuestra vida. (Colosenses 3:4). Mientras nos
mantenemos en una vital relación con Cristo, Dios desarrollará nuestro don o dones para
Su gloria y para el beneficio de la asamblea local de la cual formamos parte.
Romanos 12:9
“Amor”—es lo que busca lo mejor y lo supremo de Dios para la persona amada; incluye
mi decisión y mi elección de dar de mí mismo por el bienestar de la otra persona sin
considerar el costo o sacrificio personal. “Sin fingimiento” = sin hipocresía, franco, un
amor que es genuino y sincero. No pretendas que amas, cuando no amas; no uses la
máscara de amor. No pretendas que amas a alguien, demuéstralo. Ejemplos de amor
hipócrita se encuentran en Santiago 2:14-16 y 1 Juan 3:16-18. Algunas personas aman
con palabras pero no con hechos (1 Juan 3:18).
“Aborrecer” = odiar, rehuir de algo con horror, tal como rehuirías la muerte misma (de
una raíz griega stug de la cual viene la palabra griega Styx que era el río del Hades, el
río de la muerte). Lo malo = vil, malvado. “Los que amáis al Señor, ABORRECED EL
MAL” (Salmo 97:10 y ver Proverbios 8:13; Amos 5:15). Los cristianos deberían ser
reconocidos por su amor (Juan 13:35) y también deberían ser reconocidos por su odio.
Debemos odiar las cosas que nuestro Dios odia. “Seguid” = asirse (firmemente) a algo,
estar aferrado y dedicado a lo que es bueno, estar atado a lo que es bueno.
Nota: La idea de un amor sincero ocupa el resto del capítulo 12. En cierto sentido es
otro “capítulo de amor” como 1 Corintios capítulo 13. Ciertamente, el amor de Dios es
un tema importante en el capítulo 12 de Romanos.
Romanos 12:10
“Amaos los unos a los otros” = tener afecto, ser leales unos con otros, amar con
ternura. Se refiere al amor y afecto que debería encontrarse en las relaciones familiares
–afecto familiar, lealtad y preocupación. Se refiere al amor de relaciones cercanas,
atados por lazos familiares. Los creyentes están unidos en la familia de Dios y deberían
tener ese afecto y ese amor los unos por los otros (1 Juan 3:14). “Amor fraternal” =
esta es la palabra griega “Philadelphia” que significa “amor por los hermanos”. Se refiere
a aquel amor por nuestros hermanos y hermanas en Cristo. “En cuanto a honra” –
debemos honrar y valorarnos unos a otros; debemos ver el valor de la otra persona y
debemos darle el debido honor y respeto. No trates a la persona como si no valiera nada.
Si Cristo mora en esa persona, esa persona es valiosa.
“Prefiriéndoos los unos a los otros” – con una disposición humilde debería considerar
a los hermanos creyentes como mejores que yo (ver Fil. 2:3). Otras versiones dicen:
previniéndoos con honra unos a otros (Reina Valera 1909); “dando preferencia los unos
a los otros” (Reina Valera 1977); “Dándose preferencia y respetándose mutuamente
(Dios Habla Hoy). Cuán enceguecida por el orgullo está la persona que siempre se ve a
sí misma como mejor y superior a los demás.
Romanos 12:11
Romanos 12:12
Romanos 12:13
Romanos 12:14
“Bendecir” =hablar bien de (lo opuesto a “maldecir”, como vemos en este mismo
versículo). “Persiguen” –es la misma palabra que se encuentra en el v.13 (“seguir la
hospitalidad”). Aquí se refiere a quienes acosan y asedian a los creyentes con el
propósito hostil de dañar y herir. Pablo nos está instruyendo a no pronunciar juicio sobre
tales personas. No te desquites (él dirá más sobre esto al final del capítulo). En verdad,
Pablo está repitiendo aquí las enseñanzas de Cristo Mismo (ver Mateo 5:44).
“Maldecir”—ésta es la reacción normal hacia nuestros enemigos, pero no es la reacción
cristiana. La última parte del capítulo 12 nos dirá cómo hemos de reaccionar y responder
cuando la gente nos maltrata.
Romanos 12:15
Somos miembros de un mismo cuerpo. Dios nos ha unido unos con otros de una manera
maravillosa. “Los miembros deben tener la misma solicitud unos por otros. Si un
miembro sufre, todos los miembros sufren; si un miembro es honrado, todos los
miembros se regocijan con él” (1 Corintios 12:25-26). Debemos sentir los unos por los
otros, participar de sus alegrías y de sus penas. Por cuanto soy un miembro del mismo
cuerpo del cual también tú eres miembro, tus alegrías son mis alegrías y tus lágrimas
son mis lágrimas. No soy independiente, sino que más bien estoy conectado con todos
los demás miembros del cuerpo. Yo los necesito a ellos y ellos me necesitan a mí. Nota:
a veces es más difícil regocijarse con una persona que llorar con ella. Esto es así por
causa de orgullo, celos, envidia, etc.
Romanos 12:16
“NO ALTIVOS”—no ambicionen cosas demasiado altas. Esta es una advertencia contra
la ambición orgullosa (buscar cosas elevadas como honores y riquezas y posición y
poder, no afanosos). No aspirar cosas elevadas (ver Salmo 131:1). “Con los
humildes”—gramaticalmente esto puede significar dos cosas: 1) hombres humildes
(masculino); 2) cosas humildes (neutro). “Asociándoos” – ser llevados con, ser
acompañados por. El masculino significaría esto: asóciate con las personas humildes, no
consideres a esas personas por debajo de ti (tenemos el ejemplo de Cristo que tenía
amigos entre los publicanos y pecadores y marginados y pobres, etc.). El neutro
significaría esto: acomódate a un modo sencillo, cede o sométete a cosas, condiciones
y empleos modestos, en contraste con las cosas elevadas mencionadas.
Romanos 12:17
“Mal por mal” = devolver mal por mal. “Paguéis” = recompensar, retornar, pagar,
retribuir a alguien el mal que ha hecho (alguien te da un puñetazo en la nariz y tu le
devuelves el mismo trato). Esta actitud se expresa de esta manera: “Te pagaré con la
misma moneda. ¡Me desquitaré! ¡Me la pagarás! ¡No te saldrás con la tuya!” En vez de
la regla de oro, tenemos una regla sucia: ¡HAZ A OTROS COMO TE HAN HECHO A TI
O AÚN PEOR! Para otros pasajes del Nuevo Testamento que enseñan el mismo asunto
ver 1 Tes. 5:15 y 1 Pedro 3:9. No des a la persona lo que se merece. Cuán agradecidos
debemos estar de que Dios no nos da lo que merecemos (Salmo 103:10; Sal. 130:3-4).
¿Qué de la enseñanza del Antiguo Testamento de “ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo
21:24)? Esto significa que el castigo debe ser equivalente al crimen, y esto es un
principio de justicia válido y verdadero. Una persona debe recibir exactamente lo que
merece. Ver por ejemplo Génesis 9:6 (vida por vida). ¿Es cierto que el Antiguo
Testamento enseña una doctrina de retribución en tanto que el Nuevo Testamento
enseña la doctrina de no-retribución? Proverbios 20:22 y Proverbios 25:21-22
pertenecen al Antiguo Testamento y ambos enseñan la no-retribución. Romanos 13:1-4
pertenece al Nuevo Testamento y este pasaje enseña claramente que los malhechores
deben ser castigados y que Dios hace ésto por medio de los gobiernos, etc. En Romanos
12, Pablo no está diciendo que los malos hombres no deben ser castigados. Su punto
principal, como veremos, es que el creyente debe dejar que Dios, el Juez Perfecto, se
haga cargo del mal y de las injusticias a Su manera y en Su tiempo (ver v.19 por
ejemplo).
“Procurad” –esta palabra se usa en 1 Timoteo 5:8 (proveer para su propia casa). La
palabra aquí significa “pensar en, tomar en consideración”. “Lo bueno” = honesto,
moral, bueno y bello, noble, loable. Este versículo es una cita de Proverbios 3:4 en la
Septuaginta y comparar con 2 Corintios 8:21. “Sean diligentes en hacer lo que es bueno
y recto a la vista de todos”. Tenemos un testimonio. La gente está mirando y
observando. Ellos saben cómo debería actuar un cristiano. Ellos observarán y verán
acaso nosotros retribuimos como lo hace el mundo, acaso nos desquitaremos o no. Un
versículo importante que da mucha luz sobre Romanos 12:17 es 1 Tesalonicenses 5:15.
Hoy estamos viviendo en una sociedad hinchada de pleitos cuyo lema parece ser
“DEMANDAR O SER DEMANDADO”. El énfasis está sobre cuánto puedo obtener de la otra
persona para mi beneficio personal. Esto es lo contrario del principio del amor como se
expone en este capítulo. El amor siempre pregunta, “¿Cuánto puedo dar a esta persona
aunque me signifique pérdida y sacrificio personal?” En una sociedad tan confundida, los
creyentes, cuyos corazones están llenos del amor de Cristo, deberían alumbrar
brillantemente. No es nuestra tarea usar y abusar de otros para nuestra ganancia
personal.
Romanos 12:18
Hay cuatro pasajes en el Nuevo Testamento que indican al creyente que SIGA LA PAZ
(la persiga, ir tras la paz): Romanos 14:19; 2 Timoteo 2:22; Hebreos 12:14 y 1 Pedro
3:11.
Romanos 12:19
Romanos 12:20
Aquí tenemos reseñado el amor a nuestro enemigo en forma práctica (comparar Mateo
5:44). Ver Prov. 25:21,22. El verdadero amor hacia el enemigo implica escoger DAR a
esa persona lo que necesita a pesar de lo que sintamos hacia esa persona. Por
naturaleza, una persona no tiene ganas de amar a su enemigo. Siente deseos de pegarle
en la nariz o perforar los neumáticos de su automóvil, etc., pero no siente deseos de
alimentarlo y darle de beber. Amamos a nuestros enemigos, porque Dios nos lo ha
mandado (Mateo 5:44), no porque deseamos hacerlo. Si vas a esperar a tener ganas de
hacerlo, nunca sucederá. Ver 2 Reyes 6:20-23 como un ejemplo de cómo Eliseo trató a
sus enemigos.
Romanos 12:21
Aquí tenemos la forma activa y pasiva del mismo verbo. “No seas vencido” =pasivo;
“vence” = activo. No permitas que el mal te conquiste (que tenga victoria sobre ti), sino
vence el mal con el bien. Ahoga el mal en el bien. Yo conozco a un creyente dedicado,
Paul McMillan, era mi compañero de estudios en el seminario. Era su deseo dar su vida
como misionero a la misma gente que había asesinado a su padre en el campo misionero
hacía muchos años. Este es un hermoso ejemplo de vencer el mal con el bien: desear
entregar el evangelio de Cristo a las mismas personas que habían asesinado a su padre.
En el corazón de este hombre no hubo lugar para la venganza, pero hubo lugar para el
amor de Cristo. El resultado fue que Paul fue guiado por el Señor a otro campo misionero.
Dios escogió no enviarlo al mismo lugar donde su padre había trabajado, pero Paul había
estado dispuesto ir allí o dondequiera que el Señor quisiera enviarlo.
Esto concluye nuestro estudio de Romanos capítulo 12. Hay una conexión entre el
capítulo 12 y el capítulo 13. Hemos aprendido que no es tarea del creyente castigar a
los malhechores. Esta es tarea de Dios. ÉL es el vengador de ira. La venganza pertenece
a ÉL. ÉL pagará a Su modo y en Su tiempo. El capítulo 13 nos habla de que una de las
maneras en que Dios castiga a los malhechores es por medio del gobierno humano que
ÉL ha ordenado y establecido (comparar 13:4).
ROMANOS
CAPÍTULO 13
El Gobierno Humano
Una de las maneras que Dios tiene para ejecutar Su ira y juicio y venganza sobre los
malhechores es por medio del gobierno humano (así tenemos la conexión entre la
última parte del capítulo 12 de Romanos y la primera parte del capítulo 13). Dios delegó
autoridad al gobierno humano después del Diluvio del Génesis. Esto se ve especialmente
en que Dios otorgó al hombre el derecho de castigar a los malhechores, especialmente
a los asesinos (Génesis 9:6). Esta misma verdad es presentada aquí
en Romanos capítulo 13.
Romanos 13:1
“Sométase” –este es un término militar que significa “estar bajo jerarquía, tomar su
propio lugar bajo quienes están en autoridad, estar en sujeción, rendirse, ser obediente”.
Comparar con el mandamiento dado en Tito 3:1. “Autoridades superiores” =
autoridades, autoridades gobernantes, definidos en el versículo 3 como dirigentes,
autoridades civiles, magistrados. El gobierno humano fue instituido por Dios después del
Diluvio del Génesis. El versículo clave es Génesis 9:6 que dice que la persona que
derrama la sangre de un hombre (asesinato violento), por el hombresu sangre será
derramada. Dios Mismo podría haber decidido castigar directamente a los asesinos, pero
ÉL escogió delegar esta responsabilidad en el hombre. El gobierno humano fue instituido
y ordenado por Dios, y sean salvos o no salvos, todos los hombres se benefician del
gobierno y todos los hombres deberían temer al gobierno cuando desobedecen sus leyes
y se rebelan contra su autoridad.
“Porque no hay autoridad sino de parte de Dios” –Dios es la máxima y más alta
Autoridad. ÉL está por sobre todo gobernante. El Señor Jesús lo dijo claramente en Juan
19:11. Comparar también Daniel 4:17, 25, 32; 2 Crónicas 20:6 y Salmo 75:7.
“Establecidas” =ordenadas, designadas, puestas en su lugar. Ningún hombre o mujer
podría estar en alguna posición de autoridad sin la voluntad y el permiso del Soberano
Dios del cielo.
Romanos 13:2
Por cuanto las autoridades civiles han sido ordenadas por Dios, ¡no las resistas! No es
sabio luchar contra lo que Dios ha establecido. “Resiste” = estar en contra, oponerse
(lo contrario de “someterse”). “Condenación” =juicio o castigo. Desobedecer a las
autoridades es desobedecer a Dios (ver 1 Pedro 2:13-17).
Romanos 13:3
“Temor” = miedo, objeto de terror. Los gobernantes deben premiar las buenas obras y
castigar las malas obras. Como regla general, los gobiernos recompensan lo bueno y
castigan lo malo. Usualmente, si uno obedece las leyes y es un ciudadano observante
de la ley, nada tiene que temer. El libro de 1 Pedro hace una clara distinción entre
quienes sufren como resultado del mal que han hecho y quienes sufren como resultado
de su testimonio cristiano (ver 1 Pedro 2:14, 19-20; 3:13-14; 4:14-16).
Romanos 13:4
El mandatario (la autoridad gubernamental) es siervo de Dios. Esto sería aplicable hoy
al presidente, los congresistas, gobernadores, policías, etc. Aunque la mayoría de estos
hombres no son salvos, con todo, ellos son siervos de Dios en el sentido de que están
cumpliendo con la voluntad de Dios castigando a los que hacen mal. Dios ha puesto a
estos hombres en posiciones de autoridad para nuestro bien. Los que quebrantan las
leyes y hacen mal tienen motivo para temer, porque si son capturados, tienen que
padecer el castigo que las autoridades han determinado. Dios podría castigar
directamente a los malhechores, pero ÉL ha escogido usar al gobierno humano para
ejecutar el rigor en la persona que hace mal. Por esto los gobernantes son para bien y
para nuestra conveniencia. El gobierno nos protege castigando a los delincuentes y
disuadiendo y desalentando a potenciales trasgresores de la ley. Es poco probable que
cometan crímenes los que temen el castigo y que piensan que pueden ser apresados. La
venganza pertenece Dios (Rom. 12:19), y el Dios de la venganza ha permitido a Sus
siervos gobernantes que ejecuten juicio sobre los que hacen mal (Rom. 13:4).
Dios ha dado al gobierno incluso el poder sobre la vida y la muerte: el derecho a ejecutar
la pena capital. Ellos llevan de continuo la espada, y la espada se usa para castigar a los
malhechores. La espada no se lleva en vano, sino sirve para un propósito importante.
En los tiempos del Nuevo Testamento, la espada era un instrumento para ejecutar la
pena capital. Juan el Bautista fue ejecutado con la espada. Así también Jacobo, el
hermano de Juan (Hechos 12:2). Pablo fue ejecutado con la espada en los días de Nerón
(no podía ser crucificado, porque era un ciudadano romano). La crucifixión era el método
de ejecutar a los peores criminales. El método usual para ejecutar la pena capital era
decapitación mediante la espada.
Es importante estudiar bien lo que la Biblia enseña acerca del importante tema de la
pena capital.
La pena capital fue instituida por Dios Mismo después del diluvio universal. Leemos
de ésto en Génesis 9:6—“El que derramare sangre de hombre, por el hombre su
sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”. Este
versículo está hablando acerca de un asesino, alguien que a sabiendas y con
violencia derrama la sangre de un hombre ocasionando su muerte. Aquí Dios da al
hombre la autoridad y el derecho y la obligación de ejecutar al asesino: “por el
hombre su sangre será derramada”. La razón dada para ésto está basada en el
valor y el carácter sagrado de la vida humana: “porque a imagen de Dios fue hecho
el hombre”. En este caso la justicia se lleva a cabo según la regla: “vida por vida,
ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo 21:23-24). El castigo tiene que ser
equivalente al crimen. El crimen en este caso es el asesinato y el castigo era la
muerte. Nótese que Génesis 9:6 fue dado al hombre antes de que fuera dada la
ley de Moisés.
2. “¿No Matarás?”
La pena capital no es una violación del sexto mandamiento que dice, “No matarás”
(Éxodo 20:13). La traducción correcta de este verbo es, “No asesinarás”. Todo
asesinato es matar, pero no todo matar es asesinato. Algunos ejemplos de matar
que no se consideran asesinato son los siguientes: a) matar al enemigo en la
guerra (ejemplos bíblicos: David matando a Goliat, Josué y los israelitas cuando
conquistaron la tierra); b) un esposo que descubre que un hombre está a punto
de matar a su esposa y/o sus hijos, protege y defiende a su familia matando al
atacante; c) un policía que mata en el cumplimiento de su deber, para proteger
vida inocente; d) la persona que ejecuta la pena capital, como el hombre que
conecta el interruptor de la silla eléctrica; e) matar por accidente, cuando el
homicida no intentaba quitar la vida a alguien. Debemos notar también que el
Señor Jesucristo Mismo “juzgará y hará guerra” en Su segunda venida, lo que
resultará en una innumerable cantidad de muertes (Ap. 19:11-20).
En los tiempos del Nuevo Testamento aún se practicaba la pena capital. Romanos
13:4 dice que Dios ha dado al gobierno humano la autoridad de ejecutar severidad
sobre los malhechores por medio de la espada (un instrumento común de pena
capital en los días del Nuevo Testamento). El Apóstol Pablo vivía en un tiempo en
que la pena capital se practicaba comúnmente en el Imperio Romano (no como en
nuestros días), sin embargo él no condenó esa práctica. Por el contrario, él
describió a la persona que lleva la espada como siervo de Dios. De modo que el
que castiga al malhechor, lo hace ejerciendo la autoridad delegada de Dios.
6. ¿Cruel e Inhumano?
¿La pena capital es cruel e inhumana? Por lo general no es agradable ser testigo
de la muerte y los que tienen la responsabilidad de ejecutar a un criminal,
ciertamente no tienen una tarea envidiable. Sin embargo, debemos cuidarnos de
concentrarnos en el criminal y olvidarnos de la víctima del crimen. El asesinato a
sangre fría es muy cruel e inhumano. Una violación forzosa es muy cruel e
inhumana. Secuestrar un avión poniendo en peligro la vida de muchas personas
es muy cruel e inhumano. Promover drogas destructivas es muy cruel e inhumano.
En nuestro celo por proteger al criminal podemos perder de vista la atrocidad del
crimen. A pesar de la posición que una persona tenga en cuanto a la pena capital,
todos tendrán que estar de acuerdo en que si un asesino es ejecutado, nunca
volverá a asesinar. Es notable que las personas que condenan la pena capital como
un método cruel e inhumano de destruir la vida de una persona, sean a menudo
las mismas personas que están a favor del derecho al aborto. ¿Por qué tiene mayor
derecho a la vida un asesino culpable que un niño no nacido?
7. El Testimonio de Pablo
¿Qué pensaba el Apóstol Pablo de la pena capital? ¿La consideraba injusta y cruel
e inhumana? Ya hemos considerado la enseñanza de Pablo en Romanos 13, pero
debemos notar también lo que el Apóstol dijo en Hechos 25:11: “Porque si algún
agravio, o cosa alguna digna de muerte he hecho, no rehúso morir”. Pablo sabía
que había ciertos crímenes que eran dignos de muerte, y sabía que los culpables
de dichos delitos debían ser ejecutados. Si él era culpable de alguno, él no se
negaría a morir. El se sometería a la pena capital si hubiera hecho algo que lo
mereciera. Desde luego, Pablo era inocente de cualquiera de esos delitos, y sin
embargo él fue finalmente ejecutado bajo Nerón. ¿Por cuál delito? Por predicar el
evangelio de la gracia de Dios.
8. Bárbaros Perspicaces
Aún hombres sin cultura saben en lo profundo de su corazón que ciertos delitos
demandan la pena de muerte. Esto está ilustrado en Hechos 28 cuando Pablo
naufragó en la isla de Malta donde se encontró con un grupo de naturales amables
(v.1-2). Mientras Pablo echaba unas ramas al fuego, una víbora venenosa le
mordió la mano. Normalmente una mordedura así resulta fatal en un par de
minutos. Cuando los nativos vieron ésto, ellos dijeron, “Ciertamente este hombre
es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir” (v.4). Estos
nativos vieron lo que ellos pensaban era el castigo (muerte) y así asumieron un
crimen (él tiene que ser un homicida). Pronto se dieron cuenta que estaban
equivocados, pero el punto es que estos naturales tenían un sentido de justicia
formado y sabían que los asesinos deben pagar con su vida por su crimen.
Si se practica la pena capital, ¿no puede suceder que un hombre inocente sea
declarado culpable y sea ejecutado? Sí, lamentablemente esto es cierto. Nuestro
sistema judicial está lejos de ser perfecto y a veces el culpable es justificado y el
inocente es condenado (comparar Deut. 25:1). Aún sin la pena capital, es cierto
que a veces algunos hombres inocentes son enviados a la cárcel, aún de por vida.
Debemos recordar que en el cielo hay un Juez recto y justo que ve todo y que sabe
todo y que algún día rectificará todo lo que está mal y que enderezará todo lo que
está torcido. En la eternidad todo será corregido (ver Lucas 16:25 como ejemplo
de ésto). El ejemplo más grande de un hombre inocente que fue ejecutado es el
del Señor Jesús Mismo, “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1
Pedro 2:22). El único Hombre sin pecado que jamás haya vivido fue condenado a
muerte por crucifixión. Al meditar sobre la muerte de Cristo, debemos recordar
que fue por nuestros pecados que ÉL sufrió y sangró y murió (1 Co.15:3; Rom.5:8).
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los
injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18). Nosotros somos los culpables que
merecíamos la pena de muerte (Rom.6:23), pero Jesús lo pagó todo. ÉL murió
para que nosotros podamos vivir (Juan 5:24).
Romanos 13:5
Pablo está enseñando aquí que el SOMETIMIENTO a las autoridades civiles es necesaria:
“es necesario estarle sujetos”. ¡Es necesario! ¡Tienes que estarlo! Luego Pablo da dos
razones por qué debemos estar sujetos: 1) “castigo”—tememos el castigo si no nos
sometemos; tememos al “servidor de Dios, que es vengador para castigar al que hace
lo malo” (v.4). Tenemos un sano temor al castigo que sufriremos si quebrantamos la
ley. Tememos lo que sucede a quienes resisten y se rebelan y quebrantan las leyes del
país. Tiene que haber una disuasión al crimen. Si las autoridades eliminan el castigo,
también eliminan el temor y no hay freno para el delito. 2) “la conciencia” –debemos
someternos por causa de la conciencia. Debemos tener una conciencia limpia. La persona
que tiene una conciencia limpia puede decir, “Sé que soy un ciudadano que observa la
ley. Yo guardo las leyes de Dios y guardo las leyes del país. Lo hago así porque Dios lo
dice”. Muchas personas se someten por la primera razón (“castigo”), pero no por la
segunda razón (“conciencia”). Ellos razonan, “mientras pueda hacerlo y evite el castigo,
no tengo problemas en quebrantar la ley” (manejar a exceso de velocidad, falsear mi
declaración de impuestos, etc.).
La Biblia enseña en otra parte que a veces no debemos someternos, cuando es necesario
desobedecer a los que tienen autoridad sobre nosotros. Dos ejemplos de ésto son obvios:
1) el caso de Daniel en Daniel capítulo 6, cuando se le dijo que no orara; 2) el caso de
los primeros cristianos en Hechos 5, cuando las autoridades religiosas les dijeron que no
predicaran. En tales casos las autoridades se introducen en el “campo de Dios”, lo cual
es una violación de las órdenes de Dios. Cuando hay mandamientos que están en
conflicto, tenemos que seguir la enseñanza de Hechos 5:29—“Respondiendo Pedro y los
apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. Otros
dos ejemplos de desobediencia a las autoridades humanas a fin de obedecer a Dios son:
1) las parteras hebreas (Éxodo 1:15-17); 2) los magos que desobedecieron la orden de
Herodes (Mateo 2:8, 12, 16).
Otros pasajes que se refieren a la responsabilidad del creyente frente a las autoridades
civiles son: 1 Pedro 2:13-17; 3:13-14; 3:16-17.
Romanos 13:6
Romanos 13:7
“Pagad a todos lo que debéis” = devuelve lo que debes, retorna lo que les pertenece.
Nosotros le debemos algo a nuestra sociedad. Debemos cumplir con nuestra obligación
para con todos los hombres. Hay cuatro cosas que debemos rendir: tributo, impuesto,
respeto, honra. “Tributos” = impuestos, impuestos gravados sobre personas y
propiedades, especialmente para César (a Roma); “impuestos” = derechos de aduana
sobre bienes importados o exportados, peaje, tarifa. Hay quienes merecen nuestro
temor, nuestro respeto. Hay otros que merecen nuestro honor.Hombres como oficiales
de policía, jueces, hombres en funciones de gobierno merecen nuestro respeto y honor.
En 1 Pedro 2:17 dice que “honremos a todos”. Recordemos lo que nuestro Señor enseñó
acerca de tributos e impuestos: Mateo 17:24-27 y Lucas 20:21-26.
Romanos 13:8
“No debáis a nadie nada” = No debas nada a nadie. Esta frase importante ha sido
entendida de dos maneras: 1) Yo no debo nada a nadie porque nunca he incurrido en
deudas. Me niego a pedir prestado dinero. Me niego a usar tarjetas de crédito. Me niego
a comprar algo a menos que tenga el dinero en la mano. No quiero deber nunca nada a
nadie. Nunca pediré prestada cosa alguna, por lo cual nunca deberé nada a nadie. 2) Yo
no debo nada a nadie porque he pagado todas mis deudas. He cumplido con todas mis
obligaciones como es debido. Yo estaba en deuda con ciertas personas, pero he pagado
esas deudas a tiempo y he cumplido con mis obligaciones. No tengo ninguna deuda
pendiente (sin pagar).
La primera interpretación de la frase no puede ser correcta por varias razones. Esta
interpretación dice, “No debo nada a nadie porque nunca he contraído una deuda”. Esto
contradice al versículo anterior (v.7) que dice que debemos pagar a todos lo que les
debemos (es decir, estamos en deuda con las personas de nuestra sociedad y debemos
pagar lo que les corresponde). De modo que el énfasis del v.7 no es que no tengamos
deudas, sino que nos hagamos cargo de estas deudas y que devolvamos (paguemos) lo
que debemos. De modo que debemos entender el v.8 como sigue: “no debo nada a
nadie porque he pagado mis deudas y he rendido a todo hombre lo que le debía”. De
modo que rechazamos el punto de vista que dice que el v.8 significa “NUNCA
CONTRAIGAS DEUDAS”. Debe entenderse que significa: “PAGA TUS DEUDAS (paga lo
que debes) PARA QUE NO DEBAS NADA A NADIE”.
Si el otro punto de vista fuera correcto (“NUNCA CONTRAIGAS DEUDAS”), entonces todo
préstamo sería pecado, porque te pondría en deuda y tendrías la obligación de
reembolsar y de devolver lo prestado. Esto no solo incluiría dinero, sino el tomar en
préstamo de cualquier objeto (como un libro de la biblioteca, un rastrillo de tu vecino,
etc.). Esto también significaría que sería malo prestar, porque al prestar tu estarías
alentando el pecado (estarías animando a alguien a pedir prestado y estarías así
animando a alguien a deber algo a alguien).
“El hombre de bien tiene misericordia y PRESTA; gobierna sus asuntos con juicio” (Salmo
112:5). Un hombre bueno es el que PRESTA.
“Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó
diciendo: Ah, señor mío, era prestada” (2 Reyes 6:5). No había nada malo en pedir
prestada el hacha. El problema era que el objeto prestado se había perdido en el agua
haciendo imposible su devolución al que la había prestado. Lo que la Escritura condena
no es el pedir prestado, sino el no devolver los bienes prestados y el fallar en retornar
lo que había sido facilitado.
“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta”
(Prov. 22:7). El que pide prestado llega a ser siervo del que presta. Este versículo no
condena el pedir prestado, sino que advierte de sus peligros. Hay un gran peligro en
entrar en una deuda prolongada. Debemos pagar nuestras deudas tan pronto sea posible
y debemos ser cuidadosos de no pedir prestado más de lo que podamos devolver. En
nuestros días es muy importante ser cuidadosos con el uso de las tarjetas de crédito.
Los bancos y las compañías de tarjetas de crédito actúan como PRESTAMISTAS cada vez
que se usa la tarjeta de crédito y si la persona no paga pronto su deuda (a la primera
facturación), terminará pagando altas tasas de interés. Muchos se han metido en
problemas financieros por el uso imprudente de las tarjetas de crédito.
“El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da” (Salmo
37:21). Nótese la primera parte de este versículo. ¿Por qué es considerado IMPÍO este
hombre? No es porque pidiera prestado, sino porque no devuelve lo que pidió prestado.
No devolver lo que has pedido prestado es en verdad una manera de robar. Es quedarte
con algo por demasiado tiempo y usarlo como si fuera tuyo, cuando debió haber sido
devuelto a su legítimo dueño. ¿Qué si robaras el rastrillo de tu vecino y lo dejaras en tu
cochera? ¿Qué si pidieras prestado el rastrillo de tu vecino y meses más tarde aún
estuviera en tu cochera? En ambos casos estas quedándote malamente con lo que
pertenece a tu vecino y que debería estar en la cochera de tu vecino. No deberías actuar
como si lo poseyeras, porque no es tuyo. Debemos respetar la propiedad de los demás.
La diferencia entre estos dos ejemplos está en primer lugar en la manera en que el
rastrillo llegó a tu cochera. En el primer ejemplo llegó allí por el pecado de hurto. En el
segundo ejemplo llegó allí porque lo pediste prestado con el permiso de tu vecino. El
dijo que podías usarlo. Pero él no te dijo que podías usarlo y guardarlo durante meses.
El resto del versículo da claridad de que éste es el verdadero significado: “No debáis a
nadie a nada, SINO EL AMAROS UNOS A OTROS; porque el que ama al prójimo, ha
cumplido la ley” (Rom.13:8). El punto de vista que dice que nunca debemos contraer
una deuda, está enseñando que nunca debemos tener obligación alguna. Romanos 13:8
no enseña que nunca debemos tener obligación alguna, sino que debemos cumplir con
nuestras obligaciones pagando nuestras deudas. Sin embargo, hay una obligación que
tendremos siempre. Hay una deuda que nunca podremos pagar, y esa es la DEUDA DEL
AMOR. Mientras más pagas esa deuda, más debes.
Supongamos que tú debes a alguien $10.00. Una semana más tarde, tú devuelves a esa
persona toda la cantidad. Entonces puedes decir: “He cumplido con mi obligación y con
mi responsabilidad. Ya no estoy en deuda. He terminado con esto. Ya no tengo que pagar
más”. Mas, por el contrario, cuando tú demuestras amor hacia alguien y te das a ti
mismo por el bien de otra persona, entonces no puedes decir, “He cumplido con mi
responsabilidad. He amado a esa persona y ya no tengo obligaciones. Nunca más
necesitaré amar otra vez a esa persona”. No, el amor es una obligación constante y
debemos seguir cumpliéndola.
Aplicación a la salvación: Por causa de nuestro pecado, teníamos una gran deuda
para con Dios. Cristo vino a pagar una deuda que no era Suya, porque nosotros teníamos
una deuda que no podíamos pagar. “La paga del pecado es MUERTE” y la única manera
en que podríamos pagar esa deuda, sería sufriendo la eterna separación (MUERTE) de
Dios en el lago de fuego. Cuando el Señor Jesús tomó nuestro lugar en la cruz, ÉL murió
como nuestro SUSTITUTO y ÉL pagó totalmente la deuda que nosotros teníamos. El
pecador podría preguntar, “Pero, Dios, ¿no estoy obligado a pasar la eternidad en el lago
de fuego por causa de mi pecado?” Dios podría responder, “Estoy completamente
satisfecho de que la deuda ha sido pagada. Mi amado Hijo la pagó por completo”. Como
dice el himno, “Cantaré de mi Redentor y de Su maravilloso amor por mí; ÉL sufrió en
la cruenta cruz para librarme de la maldición. Canta, canta de mi Redentor, con Su
sangre me compró, en la cruz selló mi perdón, ÉL PAGÓ LA DEUDA y me libertó”.
¿Cómo puedo cumplir con mi responsabilidad hacia mi prójimo? Es imposible hacerlo sin
amor: “Porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley” (Rom. 13.8). Gálatas 5:14
enseña lo mismo: “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo”.
Romanos 13:9-10
En este versículo Pablo cita de la segunda tabla de la ley que trata de nuestras
responsabilidades hacia el hombre, nuestras obligaciones hacia nuestro prójimo. El cita
el 6º, 7º, 8º, 9º y 10º mandamiento (ver Éxodo 20:13-17) y luego da el mandamiento
resumen, que se encuentra en Levítico 19:18, amarás a tu prójimo como a ti mismo,
que el Señor Jesús llamó el segundo gran mandamiento (Mateo 22:38-39). Si realmente
AMAMOS al Señor Dios con todo nuestro corazón (el mandamiento más grande),
entonces no nos inclinaremos ante un ídolo, no tomaremos Su Nombre en vano, etc. “El
amor no hace mal al prójimo” (v.10). Si realmente AMAMOS a nuestro prójimo,
entonces no le robaremos, no cometeremos adulterio con su mujer, no lo asesinaremos,
no codiciaremos lo que le pertenece, etc. Por esto el AMOR es el cumplimiento de la LEY.
Si AMAS a Dios y a tu prójimo como corresponde, entonces has practicado y cumplido
las demandas de la LEY. Nota: La palabra “matar” del v.9 debería traducirse “asesinar”
(ver Mateo 19:18). Todo asesinato es matar, pero no todo matar es asesinato (como ya
hemos discutido anteriormente en este capítulo, en la sección de la pena capital). La
palabra “se resume” en el v.9 significa “síntesis, recapitular”. Aquí tenemos toda la LEY
condensada en pocas palabras. Los 613 mandamientos de la ley se pueden resumir en
los dos mandamientos que se encuentran en Mateo 22:36-40. Estos dos mandamientos
se pueden resumir en una palabra, “AMOR”.
Pero, ¿cómo podemos AMAR? Por nosotros mismos es imposible. La clave se encuentra
en Gálatas 5:16-22 y Romanos 8:2-4.
Romanos 13:11-14
Como creyentes en Cristo no debemos estar durmiendo. Debemos estar alerta y muy
despiertos, sirviendo al Señor. Sin embargo, es triste y a menudo cierto, que los
creyentes se encuentran en un estado espiritual de somnolencia y modorra y por ésto
Dios tiene que hacer un llamado a despertar. Hay cuatro pasajes en el Nuevo Testamento
en los que Dios llama a los creyentes a DESPERTAR.
1) Efesios 5:14
2) 1 Corintios 15:32-34
En la iglesia de Corintio había un serio problema doctrinal. Había algunos entre los
corintios que estaban diciendo que no había resurrección de los muertos (1 Co.15:12).
De acuerdo con esta falsa enseñanza, la gente muere, ¡y eso sería! Ellos no resucitarán.
Negar la sana doctrina es algo muy serio, porque lleva a la decadencia moral. Lo que
una persona CREE afecta a como una persona se COMPORTA. La doctrina falsa afecta la
manera en que la gente vive. Si no creen bien, no vivirán bien.
Si los muertos no resucitan, ¿por qué no ser indulgentes ahora con los deseos de la
carne? Si vas a morir mañana, ¿por qué no pasarlo bien hoy? La filosofía epicúrea era
que la meta del hombre era vivir una vida de placer: “Comamos y bebamos y seamos
felices, porque mañana moriremos”. Comparar 1 Co.15:32. Hay una antigua fábula
acerca de una mosca epicúrea que se estaba ahogando y muriendo en un frasco de miel.
La mosca dice: “He comido y bebido y me he bañado y no me importa nada si muero”.
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Co. 15:33).
“Malas conversaciones” significa “mala compañía, malos compañeros”. No te asocies con
quienes sostienen falsas doctrinas y que se comportan de acuerdo a ellas. Si lo haces,
terminarás corrompiéndote. La mala compañía corrompe la moral (el buen carácter). Es
muy importante andar y asociarse con el tipo de personas apropiado (Prov. 13:20; Salmo
119:63).
El LLAMADO DE ALERTA de Pablo se encuentra en el v.34: “VELAD debidamente, y no
pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo” (1
Co.15.34). “Velad” significa despertar sobriamente después de un sueño aletargador,
recobrar los sentidos después de haber estado amodorrado y adormecido. Pablo está
diciendo: “Despierta a la sobriedad. Levántate de tu intoxicación moral. No sigas
embriagado con esa doctrina falsa y corrupta. No sigas bajo la terrible influencia de esas
doctrinas engañosas”.
3) 1 Tesalonicenses 5:4-9
Por cuanto la Palabra de Dios es verdad, los creyentes están informados sobre lo que
está sucediendo en el mundo. Los creyentes conocen el programa profético de Dios que
ÉL ha revelado en las Escrituras. Los inconversos se verán totalmente cogidos por
sorpresa por los eventos que han de suceder (1 Tesalonicenses 5:2-3).
Ver los versículos 4-5. Los creyentes no estamos en tinieblas, aunque antes lo estábamos
(1 Pedro 2.9; Col. 1:13). Los creyentes son hijos de luz. Estamos en el mundo, pero no
somos del mundo. Estamos en un mundo de tinieblas, pero no somos de las tinieblas.
Pertenecemos a la luz y al día.
“Por tanto, no durmamos como los demás” (1 Ts. 5:6). Este es un LLAMADO DE ALERTA
diferente. Los otros pasajes decían: “¡DESPIERTA!”. Este pasaje es diferente porque
dice: “¡NO TE DUERMAS!” Los “otros”, a los cuales se refiere este versículo, son los
INCONVERSOS. Los inconversos son “los que duermen”. Los creyentes deben
permanecer despiertos. Los que no conocen al Señor Jesucristo como a su Salvador,
están durmiendo. Sus ojos espirituales están cerrados. Ignoran totalmente lo que está
sucediendo y el peligro en que se encuentran.
Los creyentes son personas del día. Los inconversos son personas de la noche (ver v.8).
Gente del día son los que están despiertos, están sobrios y alerta. Una hermosa
descripción de un creyente sobrio, que está despierto y que está brillando para Cristo,
se encuentra en 1 Ts. 5:16-19.
4) Romanos 13:11-14
Este es el cuarto pasaje del Nuevo Testamento que nos da un LLAMADO DE ALERTA.
Consideremos cada uno de estos versículos separadamente:
Romanos 13:11
El tiempo que tenemos ahora para servir al Señor es limitado. Nuestros días son pocos
en número. Cómo no debemos permanecer despiertos y redimir el tiempo, aprovechando
al máximo cada oportunidad que nuestro Dios nos da, mientras le servimos en el tiempo.
Cuando llegue el día de nuestra final salvación, ya no proclamaremos el evangelio. Ya
no ganaremos almas para Cristo. Hemos de hacer estas cosas ahora, por causa de Cristo
y para la gloria de Dios.
Romanos 13:12
La noche está avanzada (casi ya ha pasado). Aún es de noche, pero la noche casi ha
terminado. Aún no es de día, pero casi. El día está “cerca”. El día se está aproximando
y acercando más y más (comparar Hebreos 10:25). El término “cerca” significa “está a
la mano” (es la misma palabra del v.11—“más cerca”). Es usada para el reino en Mateo
3:2 (el reino “se ha acercado”) y para la venida del Señor en Santiago 5:8. La venida
del Señor está tan CERCA que casi ya está AQUÍ. Estamos viviendo en este mundo de
tinieblas. Aún es de noche, pero pronto será de día. Como creyentes, estamos esperando
el día. Estamos esperando el día de Cristo, el día del regreso de Cristo (el día del rapto).
“Aguardando la esperanza bienaventurada” (Tito 2:13). “Esperando la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo” (1 Co. 1:7 y ver el v.8 donde Su venida es equivalente al “día
de Cristo”). DESECHEMOS” significa “quitar, sacar, desembarazarse de algo”, como
quitarse la ropa. “VISTÁMONOS” tiene el significado contrario (de modo que significa
ponerse la ropa, ataviarse, usar algo). Las “ARMAS” indican que estamos en una lucha.
Aún es de noche. Estamos metidos en una verdadera batalla. Los soldados no deben
encontrarse durmiendo. Debemos estar despiertos y alerta, para que podamos luchar y
vencer. Levántate y brilla y lucha. Usa las armas de la luz. Ver Efesios 6:10-18 y 1
Tesalonicenses 5:8 para una completa descripción de la armadura que Dios ha provisto
para el creyente. Es interesante que estos dos pasajes clave, que tratan de la armadura
del creyente, están precedidos por el LLAMADO DE ALERTA de Dios (ver Efesios 5:14 y
1 Tesalonicenses 5:6).
Romanos 13:13
Los creyentes deben andar “honestamente” o DECENTEMENTE (la misma palabra como
en 1 Co.14:40). Debemos andar correctamente, como corresponde a hijos de luz.
Aunque aún es de noche, no somos de la noche y debemos andar de la manera que es
adecuada y decente para los que pertenecen al día y al reino de luz.
Romanos 13:14
En agudo contraste con las obras de las tinieblas mencionadas en el v.13, los creyentes
han de vestirse con las armas de la luz, AÚN DEL SEÑOR JESUCRISTO, Aquél que es
nuestra VIDA (Col. 3:3-4). El término “provisión” significa “previsión, cuidado,
premeditación”. Por ejemplo, cuando una familia sale de viaje, usualmente hace
provisión para el viaje. Ellos lo planifican, lo ponderan, compran lo que necesitan para
el viaje, se preocupan de que el automóvil esté arreglado, llenan el estanque de
combustible, etc. El pecado hace su obra mortal, porque nosotros lo permitimos.
Hacemos provisión para ello. Lo planificamos y pensamos en ello y proveemos para ello
de mil maneras diferentes. No debemos pensar y discurrir en cómo lo haremos para
gratificar nuestra vieja naturaleza pecaminosa. Recuerda, la carne NO PUEDE ser
reformada, mejorada, transformada, hermoseada o perfeccionada. La Cruz (MUERTE)
es la única solución: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones
y deseos” (Gálatas 5:24).
A nosotros nos parece una expresión inusual hablar de VESTIRSE DE UNA PERSONA,
pero los griegos entendían que este lenguaje significaba “imitar Su ejemplo, reproducir
Su espíritu, ser como ÉL”. (Ilustración: cuando una persona se pone un disfraz de gorila,
normalmente trata de actuar como un gorila, caminar como un gorila, hacer ruidos como
de gorila, etc.) Debemos vestirnos del carácter amable del Señor Jesucristo, para que
ÉL sea visto. ¡Vístete de Cristo! ¡Identifícate totalmente con ÉL! ÉL es nuestra VIDA,
nuestra VESTIDURA.
Compare este versículo con Gálatas 3:27 que enseña que cada creyente ya está
revestido de Cristo:
Un pasaje dice que lo has hecho; el otro pasaje dice que debes hacerlo. El pasaje de
Gálatas está hablando de la POSICIÓN del creyente; el pasaje de Romanos está
hablando de la CONDICIÓN del creyente. Tenemos una posición perfecta EN CRISTO, y
por eso estamos REVESTIDOS DE CRISTO. Cuando Dios me ve EN CRISTO, yo soy como
Cristo. Tengo Su justicia. Soy perfecto y completo en ÉL. No tengo imperfecciones de
carácter. Pero en cuanto a mi condición (mi andar en el tiempo), cuando la gente me
ve, ¿ellos ven a Cristo? ¿Ven Su carácter? ¿Ven el fruto del Espíritu (Gá.5:22-23)?
Colosenses expone el HECHO; Efesios apela a la FE. Se nos dice que hagamos por FE lo
que Dios ya ha realizado en el HECHO. Romanos 13:14 también apela a la FE basado en
el HECHO de nuestra posición en Cristo. Por FE hemos de VESTIRNOS DEL SEÑOR
JESUCRISTO, y dejar que Su vida y carácter sean vistos en nosotros.
Que por fe nos “consideremos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús
Señor nuestro” (Rom.6:11).
ROMANOS
CAPÍTULO 14
Romanos 14:1
¿Por qué debemos recibir a este creyente débil? La razón se da al final del v.3: “Porque
Dios le ha recibido”. Ver también Romanos 15:7. Si Cristo lo recibió, ¿cómo lo podemos
rechazar? Cuán agradecidos debemos estar de que el Señor nos recibiera: “Todo lo que
el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Dios
nos ha recibido y nunca nos echará o nos dejará de lado.
“Contender sobre opiniones”—no recibas al creyente débil con el objeto de tener una
gran discusión o disputa. No lo admitas solo para criticar sus escrúpulos y juzgar sus
opiniones: “Te permitiré entrar en nuestra asamblea, pero debes darte cuenta que
cuando se trata de las cosas que un cristiano puede comer, tienes mucho que aprender”.
“Eres bienvenido aquí, aunque tienes algunas serias vacilaciones, y necesitamos
enderezarte”. “Ahora que eres uno de los nuestros, discutamos lo que podemos o no
podemos comer, y te probaré por medio de las Escrituras que tú estás equivocado”. Esta
no es la manera de recibir al hermano débil.
Romanos 14:2
El creyente que tiene un conocimiento doctrinal correcto sabe que puede comer todas
las cosas. Bajo la ley, había ciertos alimentos que los judíos podían comer y había ciertos
alimentos que no podían comer (ver Levítico 11). Dios les estaba enseñando a hacer
diferencia entre lo limpio y lo inmundo, entre lo santo y lo profano (Lv. 11:44-47).
Durante la dispensación actual nada de lo que Dios ha creado está prohibido si se recibe
con acción de gracias: “Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse,
si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es
santificado” (1 Ti. 4:4-5). El creyente débil mencionado en Rom.14:2 tenía el hábito de
comer solamente hierbas o vegetales, creyendo que no estaba permitido comer todas
las cosas (creyendo que la carne estaba prohibida).
Romanos 14:3
Este versículo es una advertencia, tanto al creyente fuerte como al débil. La tendencia
del creyente fuerte sería despreciar al débil (desdeñar, desvalorizar). La tendencia del
creyente débil sería juzgar o criticar o condenar al creyente fuerte.
El creyente fuerte podría decir, “Vegetariano necio. ¿Cómo puedes ser doctrinalmente
tan débil? ¿No sabes que como creyentes en Cristo podemos comer todas las cosas?”
(DESPRECIANDO).
El creyente débil podría decir, “No deberías comer carne. No deberías comer cerdo. Estás
mal haciendo eso”. (JUZGANDO).
La última frase del v.3 (“porque Dios le ha recibido”) podría referirse sólo al creyente
fuerte que está siendo juzgado por el creyente débil, pero puede referirse a ambos (“al
que no come” y “al que come”). Aunque se refiera solo “al que come”, permanece cierto
que Dios ha recibido a ambos. Dios ha recibido bondadosamente a cada creyente (Rom.
15:7) y por ésto debemos recibir a nuestros prójimos creyentes, sean débiles o fuertes
(Rom.14:1 donde a los creyentes se les dice que reciban a los que son débiles).
Nótese que Dios (por medio de Pablo) menciona al “que es débil” (v.1) pero no se refiere
al creyente fuerte como “fuerte”. Aún el creyente que es maduro y que entiende los
asuntos doctrinales, es muy débil aparte de la gracia de Dios (comparar 2 Timoteo 2:1,
“Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”), incluso es propenso a ciertos pecados,
como despreciar a su hermano (Rom. 13:3, 10) y envanecerse en su conocimiento (1
Co. 8:1). Es en nuestra debilidad que aprendemos del poder de Dios (2 Co. 12:10).
Romanos 14:4
Este versículo es para la persona que juzga a su prójimo creyente por lo que come. La
palabra “criado” se refiere a un esclavo doméstico. El que está juzgando debe darse
cuenta de que él no es la cabeza del hogar. El no es el amo o señor de este hombre. El
no es más que un consiervo, un colaborador, un creyente compañero. Un siervo es
responsable solamente ante su amo. Es responsable ante su amo y ante nadie más. Su
amo es el único que tiene el derecho de juzgarlo. El Amo del creyente es el SEÑOR
Jesucristo (ver v.9). A ÉL responde y rinde cuenta el creyente. Ante Su tribunal
compareceremos todos (v.10).
Supongamos que dos hombres trabajan en una fábrica y uno le dice al otro, “estás
haciendo un trabajo horrible”. Lo que diga este correligionario, sea verdadero o falso,
realmente no tiene importancia. El no es el jefe. Si el jefe le dice que está haciendo un
trabajo terrible, entonces debe preocuparse.
¿Qué clase de Maestro es nuestro Señor Jesús? Nuestro Señor no quiere que Sus siervos
caigan. ÉL quiere que ellos estén en pie. Dios los sostiene. Dios está por ellos, no contra
ellos (Rom. 8:31). Como dice el himno: “Sustentados por Su bondadosa, poderosa
mano”. Dios puede sostenerlos en pie. Como creyentes, deberíamos imitar a nuestro
Dios en ésto. Nuestro deseo debería ser sostener a nuestros hermanos creyentes y hacer
todo lo posible para ayudarles a estar en pie. No debemos empujarlos para que caigan,
JUZGÁNDOLOS o DESPRECIÁNDOLOS. Que les ayudemos a levantarse y a alcanzar un
lugar más elevado. “Hágase todo para edificación” (1 Corintios 14:26).
Romanos 14:5
Nuestro tema pasa ahora de los alimentos a los días. ¿Debemos considerar un día más
especial o más santo que otro día? Un creyente lo piensa así, pero otro creyente
considera todos los días iguales. En el asunto de los alimentos, Pablo identificó al
creyente débil (v.2). Aquí Pablo no hace tal distinción. Un creyente escoge un día y dice,
“Este día es especial. Este día es santo”. Otro creyente considera santos todos los días:
“El sábado es tan santo como el domingo y el domingo es tan santo como el lunes”.
¿Cuál creyente tiene la razón? ¿Cuál creyente es el creyente fuerte que tiene el
entendimiento doctrinal correcto en cuanto a los días?
En otro lugar Pablo advierte contra el peligro legalista de observar ciertos días: “Guardáis
los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en
vano con vosotros” (Gálatas 4:10-11). Es cierto que la costumbre de los creyentes ha
sido adorar en el Día del Señor, el primer día de la semana (domingo), el día en que
Cristo resucitó de los muertos. Hebreos 10:25 da una seria advertencia a quienes
pudieran dejar de congregarse con otros creyentes. Sin embargo, nunca encontramos
en el Nuevo Testamento el mandamiento: “GUARDA EL DÍA DEL SEÑOR”. Para el
creyente en Cristo, cada día es “terreno santo” cuando servimos al Salvador y andamos
de una manera digna de nuestro alto, celestial y santo llamamiento (Efesios 4:1).
Obviamente, no debemos estar más dedicados a Cristo el día domingo que en cualquier
otro día. Sin embargo, admitimos que en círculos religiosos hay muchos “cristianos del
día domingo”, que hacen una muy buena presentación el domingo en la mañana y que
viven de manera muy diferente el resto de la semana. Hermanos, estas cosas no deben
ser así.
El mismo principio es aplicable al DAR. Es el creyente débil el que piensa que un décimo
de sus ingresos pertenece al Señor y que el resto le pertenece a él: “Tengo diez centavos.
Este centavo es santo y especial. Es el diezmo. Los otros nueve son para mi uso
personal”. El creyente fuerte ve las cosas de una manera muy diferente: “Todo lo que
tengo pertenece al Señor, porque yo no me pertenezco a mí mismo; he sido comprado
por precio (1 Co.6:19-20). Puedo dar uno o más de mis diez centavos a la asamblea
local, pero los centavos restantes también pertenecen al Señor y deseo ser un buen
administrador de todo lo que el Señor me ha dado”.
William Newell, en su comentario sobre Romanos, cita a los padres de la iglesia respecto
a su entendimiento de la observancia del Sábado. El cita a Ignacio, que fue martirizado
alrededor del año 115 D.C.: “Los que se preocupaban de las cosas antiguas han venido
a una nueva confianza, no guardando por más tiempo los sábados, sino viviendo de
acuerdo con el Día del Señor, de quien depende nuestra vida, como resucitados por
medio de ÉL”. Y Justino Mártir (quien sufrió el martirio por el año 168 D.C.), cuando fue
reprendido por Trifo por “abandonar el sábado”, dijo: “¿Cómo podemos guardar el
sábado, si descansamos del pecado todos los días de la semana?”
Al final del versículo 5 Pablo dice, “Cada uno esté PLENAMENTE CONVENCIDO
(totalmente persuadido, seguro) en su propia mente”. Estamos viviendo hoy en tiempos
en que la importancia de la doctrina es minimizada y la actitud es a menudo ésta: “En
realidad, no importa lo que lo cristianos creen, especialmente en cuestiones donde hay
diferentes opiniones. Lo importante es que nos amemos unos a otros”. Pero nótese que
Pablo no dice que estas cosas no son importantes. El no dice, “No importa lo que creas
acerca de comer alimentos y observar días”. No, por el contrario, él dice que cada
creyente debe estar persuadido en su propia mente en cuanto a estos asuntos. Deja que
Dios te convenza y persuada de lo que es correcto. Debemos amar a los que son débiles
en la fe (v.1,3) y debemos edificarlos, pero Dios nunca anima al creyente a ser débil en
la fe y débil en la doctrina. Cuando se trata de asuntos doctrinales y de materias de fe
y práctica, los creyentes deben estar “plenamente persuadidos”. Que Dios nos ayude a
estar firmes, a persistir y entender.
Romanos 14:6
El creyente no debe estar solo “plenamente persuadido” (v.5), sino que también debe
hacer lo que hace “para el Señor” (v.6). “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como
para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa
de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col. 3:23-24). El versículo 6 trata de
los dos temas discutibles que fueron introducidos: comer (v.2) y observar los días (v.5).
La estructura del versículo es un paralelismo invertido:
Aunque hay diferencias en la práctica de comer y observar los días, es importante notar
que, en lo que respecta a cada una de estas personas, el motivo es recto, el corazón es
recto y la actitud es recta. Cada creyente hace lo que hace PARA EL SEÑOR, para agradar
al Señor, para honrar al Señor. Cada uno lo está haciendo con acción de gracias,
teniendo a Dios presente. Cada uno está poniendo en práctica el principio de 1 Corintios
10:31—“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de
Dios”. El creyente que se daba cuente que era libre para comer todas las cosas era
diligente en dar gracias a Dios (ver 1 Timoteo 4:3-5). El creyente que comía hierbas
(v.2) era diligente en dar gracias a Dios por los vegetales que eran puestos ante él. Los
primeros cristianos daban gracias a Dios cuando comían (ver el buen ejemplo de Pablo
en Hechos 27:35).
Romanos 14:7-9
Romanos 14:10
“Nosotros”—según el contexto, esto se refiere sólo a los creyentes, los que “son del
Señor” (v.8).
“Todos” –es un juicio para todos los creyentes; nadie estará excluido.
¿QUIÉN es el Juez ante el cual comparecerá cada creyente para rendir cuenta? El Juez
es Cristo Mismo. Es el Tribunal de Cristo. Cristo está sentado en este tribunal. Esta es
una clara evidencia de la deidad de Cristo. Se dice aquí que Cristo será el Juez final de
cada creyente, Aquel ante quien daremos cuenta de toda palabra, pensamiento o hecho.
Algunos manuscritos hasta dicen “el tribunal de Dios”, aunque en 2 Corintios 5:10 los
manuscritos concuerdan en que es el tribunal de Cristo. Ambos son ciertos, porque es
Cristo el que está sentado como Juez y Cristo es Dios. Dios el Padre ha dado todo juicio
a Dios el Hijo (ver Juan 5:22, 27).
¿Cuál era entonces el punto de Pablo en este versículo? ¿Por qué estás juzgando a tu
hermano? Tú no eres el Juez, Cristo lo es. No solo tu hermano será juzgado, tú también
lo serás. Preocúpate de ti mismo, para que puedas recibir el “BIEN HECHO” de Cristo y
seas recompensado.
Romanos 14:11
En este versículo Pablo cita Isaías 45:23—“Por MI MISMO hice juramento, de MI boca
salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y
jurará toda lengua.” En el contexto de este pasaje de Isaías, el que está hablando es el
SEÑOR (Jehová), el Creador (Isaías 45:18, 21). En el versículo 22 se hace un llamado a
la salvación a todos los hombres en todo lugar: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los
términos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay más” (Isaías 45:22). En el v.22 el
punto principal de Isaías es este: Hay salvación para todos. En el v.23 el punto
principal de Isaías es este: Todos tendrán que rendir cuenta personalmente. TODA
rodilla se flexionará y se doblará. Los que se niegan a doblar su rodilla ante el Salvador
ahora (v.22) doblarán más adelante su rodilla ante el Juez (v.23).
A menudo pensamos en Isaías 45:23 como aplicable a los inconversos impíos: “Conozco
una persona que tiene una boca sucia y que siempre blasfema de Cristo. Algún día esta
misma persona doblará sus rodillas ante Cristo y confesará que Jesús es Señor”. Esto es
cierto y es enseñado claramente en Filipenses 2:9-11, donde se cita este mismo pasaje
de Isaías. Los verdaderos creyentes rechazan la doctrina del UNIVERSALISMO –la
enseñanza de que finalmente todos los hombres serán salvos. Sin embargo, nosotros
creemos en el universalismo cuando del doblar la rodilla y del confesar (reconocer) a
Cristo como Señor se trata. Todos los hombres en todo lugar harán esto. La diferencia
está en que es el privilegio de la persona salva CONFESAR a Cristo como Señor en esta
vida (Rom. 10:9-10). Ahora es el momento de doblar la rodilla ante el Salvador.
Debemos hacerlo ahora con un corazón dispuesto, en vez de hacerlo más adelante por
obligación.
Aquí en Romanos 14:11 Pablo toma la verdad de Isaías 45:23 y la aplica a los creyentes.
El énfasis está sobre “todos”. Cada creyente doblará su rodilla ante Cristo en Su tribunal.
Todo creyente confesará y reconocerá Su absoluta autoridad como el Juez Supremo.
Romanos 14:12
El énfasis nuevamente está sobre “todos”. “CADA UNO DE NOSOTROS”. No hay manera
de escapar de este juicio. Nótese el énfasis:
“todos” – v.10
“toda rodilla” –v.11
“toda lengua” –v.11
“cada uno de nosotros” –v.12
SALVACIÓN RECOMPENSAS
Si Dios nos diera exactamente lo que “Vino el primero, diciendo: Señor tu mina
merecemos por la manera en que ha producido diez minas. El le dijo: Está
hemos vivido y por los pecados que bien, buen siervo; por cuanto en lo poco
hemos cometido, ¿qué nos daría? has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez
ciudades” (Lucas 19.16-17). Este hombre
“SEÑOR, si mirares a los pecados, merecía una recompensa porque su mina
¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? produjo diez minas y porque había sido fiel
(Salmo 130:3). en lo poco. (Advertencia: El creyente que
La paga del pecado es MUERTE trabaja fielmente para Cristo nunca debe
(Rom.6:23)Ver también Salmo 130:10. olvidar lo que Pablo dijo en 1 Co. 15:10,
“Por la gracia de Dios soy lo que
soy.. hetrabajado… pero no yo, sino la
gracia de Dios conmigo”. De modo que aun
al ganar recompensas, está en operación la
gracia).
“Quien nos salvó y llamó con “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la
llamamiento santo, NO CONFORME A gloria de Su Padre con Sus ángeles, y
NUESTRAS OBRAS, sino según el entonces pagará a cada uno CONFORME A
propósito Suyo y la gracia (2 Ti.1:9). SUS OBRAS” (Mateo 16:27). “He aquí yo
“Nos salvó, NO POR OBRAS de justicia vengo pronto, y mi galardón conmigo,
que nosotros hubiéramos hecho, sino para recompensar a cada uno SEGÚN SEA
por su misericordia” (Tito 3:5). “Como SU OBRA” (Ap.22:12).
también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien
Dios atribuye justicia SIN OBRAS”
(Rom.4:6).
“De cierto, de cierto os digo: El que oye “Y serás bienaventurado; porque ellos no te
mi palabra, y cree al que me envió, pueden recompensar, pero TE SERÁ
TIENE VIDA ETERNA” (Juan 5:24). “De (futuro) RECOMPENSADO EN LA
cierto, de cierto os digo: el que cree en RESURRECCIÓN DE LOSJUSTOS” (Lucas
mí, TIENE VIDA ETERNA” (Juan 6:47). 14:14). Los creyentes recibirán
recompensas en la primera resurrección, y
“El que tiene al Hijo, TIENE LA VIDA” (1 para los creyentes de la edad de la
Juan 5:12). iglesia ésto tendrá lugar en el rapto.
EL que TIENE AL HIJO tiene la vida; el “¿No sabéis que los que corren en el
que no tiene al Hijo de Dios no tiene la estadio, todos a la verdad corren, pero uno
vida (1 Juan 5:12). solo se lleva EL PREMIO? Corred de tal
manera QUE LO OBTENGÁIS. Todo aquel
que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una CORONA
corruptible, pero nosotros, una
incorruptible” (1 Co. 9:24-25).
8) El pecador que viene a Cristo por 8) El creyente fiel que está recibiendo
salvación escucha estas palabras: recompensa escucha estas palabras:
“HECHO ESTÁ”. “BIEN HECHO”.
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, “Su señor le dijo: BIEN, buen siervo y fiel;
dijo: CONSUMADO ES” Juan 19:30). sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor”
(Mateo 25:23).
“Ellos dijeron: Cree en el Señor “El que es fiel en lo muy poco, también en
Jesucristo, y serás salvo (Hechos lo más es fiel; y el que en lo muy poco es
16:31). Dios se encarga de salvar; injusto, también en lo más es injusto. Pues
nosotros nos encargamos de creer. si en las riquezas injustas no fuisteis fieles,
¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo
ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os confiará
lo verdadero?” (Lucas 16:10-12).
13) La pregunta de salvación: ¿HAS 13) La pregunta de recompensas:
CREIDO EN CRISTO? ¿HAS PERMANECIDO EN CRISTO?
16) Todos los creyentes comparten 16) Todos los creyentes no comparten
la misma salvación. las mismas recompensas.
18) La salvación no cuesta nada. 18) Las recompensas cuestan una vida
de servicio.
“A todos los sedientos: venid a las
aguas; y los que no tienen dinero, venid, Servir fielmente a Cristo en un mundo que
comprad y comed. Venid, comprad SIN odia a Cristo puede ser costoso:
DINERO y SIN PRECIO, vino y leche” “Bienaventurados los que padecen
(Isaías 55:1). persecución por causa de la justicia, porque
de ellos es el reino de los cielos….Gozaos y
alegraos, porque VUESTRO GALARDÓN ES
GRANDE en los cielos” (Mateo 5:10,12).
La salvación es algo que recibimos al Las recompensas son algo que recibimos al
comienzo. final.
20) Mostramos nuestra gratitud por 20) Mostramos nuestra gratitud por las
la salvación mediante un servicio recompensas echando nuestras
fiel. coronas delante e nuestro Salvador.
“Así que, hermanos, os ruego por las “Los veinticuatro ancianos se postraron
misericordias de Dios, que presentéis delante del que está sentado en el trono, y
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, adoraron al que vive por los siglos de los
santo, agradable a Dios, que es vuestro siglos, y ECHAN SUS CORONAS DELANTE
culto racional. No os conforméis a este DEL TRONO, diciendo: Señor, digno eres de
siglo, sino transformaos por medio de la recibir la gloria y la honra y el poder;
renovación de vuestro entendimiento, porque tú creaste todas las cosas, y por tu
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad existen y fueron creadas” (Ap.
voluntad de Dios, agradable y perfecta” 4:10-11).
(Rom. 12:1-2).
Pablo reconoció que toda cosa buena que él hizo era atribuible a la gracia de Dios:
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para
conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios
conmigo” (1 Co. 15:10). Aun cuando se trate de un servicio fiel a Cristo, somos
deudores a la gracia de Dios.
*******
Romanos 14:13
No nos juzguemos más los unos a los otros. Deja el juicio en las manos de Dios (v.10).
Tú no eres el juez de tu hermano, Cristo lo es. En vez de estar juzgando a tu hermano,
debes estar amando a tu hermano. Pablo está presentando en este versículo el principio
del “tropiezo”, al cual muchos se han referido como “la ley del amor”. Nótese lo que se
dice en este versículo: “No juzgues… pero juzga (decide)”. El punto de Pablo es éste: No
juzgues a tu hermano, pero JÚZGATE A TI MISMO y asegúrate de no poner tropiezo
en el camino de tu hermano. Es a nosotros mismos, no a nuestro hermano, a quien
debemos juzgar. Comparemos la expresión que se repite en los Salmos: “Júzgame, oh
Dios”. Asegurémonos de no estar haciendo algo que haga cometer un desliz o que dañe
a nuestro hermano en Cristo. Trata de edificar a tu hermano, no de causarle una caída.
Busca ayudarle, no herirlo. Busca levantar a tu hermano, no echarlo abajo. Coloca ante
el camino de tu hermano un escalón, no un tropiezo.
Romanos 14:14
Cuando Pablo habla de que nada es inmundo, se está refiriendo, en el contexto, a los
alimentos que se comen (v.2,6,15,17,21,23). El reconocía ciertamente, que había
algunas cosas que eran moralmente INMUNDAS (ver por ejemplo lo que Pablo escribió
en Efesios 5:3-6; Gálatas 5:19-21 y Colosenses 3:5-6). El punto de Pablo en este
versículo es este: “En cuanto a los alimentos que se pueden comer, yo sé y estoy
persuadido de que nada es inmundo en sí mismo”. ¿Quién persuadió a Pablo en cuanto
a esta verdad? El Señor Jesús Mismo (“Confío [he sido persuadido por] en el Señor
Jesús”). Dos veces se menciona la palabra inmundo en este versículo. Es la palabra
griega que significa “común” y sugiere ordinario, vulgar. La palabra se usa en Hechos
10:14—“Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa COMÚN o inmunda he
comido jamás”. Aquí vemos que la palabra es sinónimo de “inmundo”. Pedro, como buen
judío, observaba las distinciones que se encontraban en Levítico entre los alimentos que
eran limpios y los alimentos que eran inmundos. En esta ocasión, la respuesta de Dios
a Pedro fue ésta: “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 10:15). Las
Escrituras enseñan claramente que en la presente edad de la iglesia, no hay alimentos
que deban ser considerados inmundos por los creyentes: “Prohibirán casarse, y
mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de
gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la
verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se
toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado”
(1 Timoteo 4:3-5).
Dios dice que el alimento no es inmundo y Pablo está de acuerdo: “nada es inmundo en
sí mismo” (Rom.14:14). Entonces, ¿qué es lo que hace que algo sea inmundo? Cuando
una personaconsidera que algo es inmundo, entonces para él es inmundo. Considera por
ejemplo a un judío creyente que aún piensa que debe seguir las regulaciones dietéticas
que se encuentran en Levítico capítulo 11. “¿Puedo comer carne de cerdo? El cerdo
estaba catalogado como animal inmundo en Levítico 11. De modo que mi conciencia me
dice que no debo comer cerdo y que para mí el cerdo es inmundo. ¿Qué sucede si como
cerdo? Mi conciencia me condena y me dice que hago mal al comer algo que es común
e inmundo” (comparar la experiencia de Pedro en Hechos 10:14). Si ese creyente
comiera carne de cerdo, estaría actuando en contra de su conciencia y estaría haciendo
lo que él considera malo. “Aunque yo sé que está mal comer cerdo, igual lo haré”. Esto
es PECADO (ver Romanos 14:22-23). ¿Por qué es pecado? ¿Por qué está mal? ¿Porque
está mal comer cerdo? ¡No! Ya hemos demostrado que, en esta presente dispensación,
la carne de cerdo puede recibirse con acción de gracias (1 Timoteo 4:3-5). Es malo para
este hombre comer cerdo, porque se está permitiendo hacer algo que él cree que es
malo. Si en mi corazón y conciencia considero que algo está mal, entonces no debo
hacerlo. Con el pasar del tiempo puedo repasar algunas cosas y volver a evaluar algunas
cosas a la luz de la Palabra de Dios y descubriré que lo que yo pensaba que estaba mal,
después de todo, no estaba mal. Pero en este capítulo Pablo se está refriendo al creyente
débil que no entiende estas cosas en esta etapa de su crecimiento en Cristo.
Romanos 14:15
Si eres un tropiezo para tu hermano por causa de los alimentos que comes, entonces no
estás andando caritativamente. Es decir, no estás andando conforme al amor.
Recuerda, el amor edifica o construye (1 Co. 8:1). El amor quiere lo más elevado y lo
mejor de Dios para el hermano. Ilustración de Romanos 14:15—Tú comes carne de cerdo
y no tienes problema con ello. Tú hermano, que considera que es malo comer cerdo, te
ve haciendo esto y se dice a sí mismo, “Si él lo hace, ¿por qué no puedo hacerlo yo?”
Entonces él va y come carne de cerdo, pero luego se siente culpable y su conciencia lo
condena por hacer algo que él cree que no debe hacer. Tú lo has animado entonces a
hacer algo que él considera malo. Compara el pasaje paralelo que se encuentra en 1
Corintios 8:10-13.
La palabra “perder” es una palabra muy fuerte. Generalmente se usa para la perdición
eterna de los inconversos. Significa “causar la ruina, hacer sucumbir”. Es la misma
palabra que se usa en Juan 3:16 (“pierda”). Pablo está diciendo, “No arruines a tu
hermano”. En cambio, trata a tu hermano de acuerdo a la ley del amor, ilustrada por
Dios Mismo en Juan 3:16 –“De tal manera amó Dios al mundo”. Dios, en Cristo, amó
tanto a este hermano, que estuvo dispuesto a hacer el sacrificio más grande para que
no se perdiera eternamente. En vista de la cruz del Calvario, ¿no deberíamos estar
dispuestos a hacer un pequeño sacrificio (renunciando a algunas tajadas de jamón) por
el bienestar temporal de nuestro hermano? Cristo lo sacrificó todo para que este
hermano no se perdiera eternamente. ¿No puedo yo sacrificar unas tajadas de cerdo
para que mi hermano no se arruine o pierda en su caminar en el tiempo? Este versículo
nos da algún indicio de cuán importante es para Dios la edificación de los creyentes.
Dios usa un término tan fuerte (“no se pierda”) para describir lo opuesto a edificar. Esta
palabra también se usa en 1 Corintios 8:11 en un contexto similar. No debemos tomar
con liviandad si un hermano no es edificado. Su bienestar temporal es crucial, no sea
que “se pierda” o “arruine”.
Romanos 14:16
Para ti es “bueno” comer. No tiene nada de malo. No hay ningún problema por ejemplo,
en comer cerdo, a menos que cause tropiezo a tu hermano. Estás persuadido en tu
propia mente que todo lo que Dios ha creado es bueno y que ha de recibirse con acción
de gracias. Eres libre de comer, pero no abuses de esta buena libertad tuya. No eres
libre de comportarte de una manera que pueda herir a tu hermano. Debemos andar de
acuerdo al amor. Comparar 1 Corintios 8:1—“En cuanto a lo sacrificado a los ídolos,
sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor
edifica”. El conocimiento dice, “Sé que soy libre para comer esta vianda, porque Dios
lo dice así en 1 Timoteo 4:3-5”. El amor dice, “Renunciaré mi derecho de comer esta
vianda por el bien de mi hermano más débil. No quiero que mis actos sean un problema
para él”.
Romanos 14:17
En un sentido general, el “reino de Dios” está dondequiera Dios reina. En el futuro, Dios
reinará efectivamente en esta tierra. En ese tiempo:
¿Dónde gobierna Dios hoy? ÉL gobierna en los corazones de los creyentes. Cristo vino
la primera vez para poner orden en los corazones de los hombres. Cristo vendrá por
segunda vez para poner orden en el mundo. La justicia, la paz y el gozo no son realidades
en el mundo hoy, pero pueden ser realidad en nuestras vidas personales por vía del fruto
del Espíritu (Gálatas 5:22-23, “amor, gozo, paz”). ¿Es la justicia fruto del Espíritu? Ver
Efesios 5:9 y Filipenses 1:11.
Romanos 14:18
¿A qué se refiere la palabra “esto”? Esto nos lleva al versículo anterior y se refiere a la
justicia, la paz y el gozo. ¿Cómo hemos de servir a Cristo? Hemos de servir a Cristo
viviendo para la justicia (1 Pedro 2:24), apropiándonos de la paz de Dios (Juan 14:27)
y experimentando la plenitud del gozo de Dios (Juan 15:11). La palabra “agradable”
significa “satisfactorio”. Dios se deleita y se siente complacido cuando los creyentes son
llenos del Espíritu (Efesios 5:18), manifestando el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).
Dios se agrada de esa conducta y también los hombres aprueban esa conducta. ¿Qué
otra cosa podrían hacer sino aprobar tal comportamiento? ¿Cómo podrían desaprobar
una vida justa? ¿Cómo podrían hablar en contra de quien está en paz en medio de las
pruebas? ¿Cómo podrían objetar el hecho de que una persona está gozosa, con un gozo
que no depende de las circunstancias?
Romanos 14:19
Romanos 14:20
Romanos 14:21
Romanos 14:22
Este versículo atañe al creyente fuerte. En este contexto, la “fe” se define como la
firme creencia y convicción de que lo que estoy haciendo es correcto. La persona que
tiene fe es contrastada con la que duda (v.23), la que no está segura de que lo que está
haciendo es correcto. El creyente fuerte tiene una convicción fuerte de que tiene toda la
libertad para comer: “Yo sé y estoy persuadido de que puedo comer este alimento”
(comparar v.14). Se le dice al creyente fuerte que no haga alarde de esta libertad ante
otros, sino que la tenga para consigo delante de Dios: “Señor, tú sabes que soy libre
para comer este alimento, pero al comer y beber, quiero hacer todo para la gloria de
Dios (1 Corintios 10:31), no siendo tropiezo para nadie, creyente o inconverso (1
Corintios 10:32)”. Hendriksen explica la última parte del versículo como sigue:
Romanos 14:23
Este versículo atañe al creyente débil. La conciencia es como un juez moral
interior:”Lo que estás haciendo está mal. Eres culpable” o “Has hecho lo correcto”. El
creyente nunca debería permitirse hacer lo que su conciencia condenaría. En otras
palabras, el creyente debe estar convencido de la rectitud de su actuar. Debemos tener
una conciencia buena y limpia en cuanto a lo que hacemos. Si tenemos dudas en cuanto
a un curso de acción, no es prudente persistir en ese curso de acción y debería
abandonarse de una vez. “El que duda, se condena si come”. El que duda es como el
creyente débil descrito en 1 Corintios 8:7, 10, 11. Personalmente piensa que es malo
comer lo sacrificado a los ídolos, pero él ve que el creyente fuerte come y se siente
confundido: “Bueno, quizás está permitido comer”, y, sin embargo, él cuestiona si acaso
es correcto. Cualquier cosa que no se haga con la total convicción de que está bien,
es pecado. El creyente nunca debe hacer algo que piensa que está mal o algo que piensa
que podría estar mal. Si un creyente hace algo que él no cree que está bien, es pecado.
Si un creyente sigue adelante y hace algo que él cree que está mal, esto es rebelión. No
debemos proseguir con un curso de acción que creemos que está mal o que pensamos
que podría estar mal.
Si un hombre está convencido de que algo está mal y lo hace, eso es pecado. Lo contrario
no es verdadero. Si un hombre cree que algo está bien y lo hace, eso no es
necesariamente correcto. Ver Juan 16:2 donde ciertos judíos estaban convencidos que
era bueno matar a los creyentes. Ver también Hechos 26:9 donde Pablo (Saulo) estaba
convencido que era su deber hacer muchas cosas en contra del Nombre de Jesús de
Nazaret.
Pregunta: ¿Cuántas veces hacemos cosas con la certeza absoluta de que lo que
estamos haciendo es correcto y que agrada a Dios?
Romanos 15:1
Quizás esta sea una desafortunada división de capítulos. (La división en capítulos fue
agregada posteriormente y no forma parte del texto original inspirado por Dios). Pablo
continúa con el tema del capítulo 14, mostrando la responsabilidad del creyente fuerte
hacia su hermano más débil.
Pablo presenta la responsabilidad de aquellos que son fuertes en la fe. “Los que somos
fuertes”—Pablo se incluye entre los fuertes. La palabra “debemos” significa
“necesitamos, estamos obligados”. Es decir, tenemos una obligación moral. Esta
obligación moral es hacia los débiles. Les debemos nuestro amor (Rom.13:8). El término
“flaquezas” significa debilidades, literalmente “falta de fortaleza”. El verbo “soportar”
significa “cargar, sostener como una carga, llevar una carga, respaldar con paciencia,
sustentar”. Considera el ejemplo del Señor Jesús con Sus discípulos. Ellos eran débiles
en muchas maneras, pero ÉL soportó sus flaquezas, era paciente con ellos y poco a poco
los llevó a la madurez.
Romanos 15:2
Romanos 15:3
Cristo nunca “tuvo cuidado de sí mismo”; ¡todo el mundo lo sabe! “Las zorras
tienen sus cuevas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene
donde reclinar Su cabeza”. ¡Antes por toda su vida, desde el amanecer hasta el
anochecer, y a menudo hasta muy de noche, estaba ocupado en ministrar a los
demás! El continuo asedio de que era objeto por parte de las multitudes, a la que
repartía Su tiempo, Su amor, Sus enseñanzas, Sus sanidades, ¡era la maravillosa
prueba de que ellos podían contar con la absoluta ausencia en Él de agradarse a
Sí Mismo! (William Newell).
Para una ulterior ayuda para entender como vivir para no ser tropiezo a un
hermano, ver nuestro estudio titulado, “Guiándome por la Palabra de Dios: 67
Preguntas que puede hacer un Creyente para decidir un Curso de Acción”.
Romanos 15:4
Si el fuerte ha de ser lo que debe ser para el débil (v.1-2), es esencial que tenga la
mente de Cristo (v.3). La única manera de tener la mente de Cristo es mediante el
entendimiento de las Escrituras, las cosas que se “ESCRIBIERON ANTES”.
Cuán agradecidos debemos estar que estas cosas hubiesen sido ESCRITAS para
nosotros:
“Pero éstas se han escrito para que CREÁIS….” (Juan 20:31).
En este versículo aprendemos que hay dos cosas que llegan al corazón creyente por
medio de las Escrituras – paciencia y consolación: “A fin de que por la paciencia y la
consolación de (que viene por) las Escrituras tengamos esperanza”. Las Escrituras son
la FUENTE de la paciencia y de la consolación. PACIENCIA incluye resistencia,
perseverancia en medio de grandes dificultades y pruebas y aflicciones. Literalmente
significa “permanecer bajo”, es decir, permanecer firme bajo las duras pruebas de la
vida. CONSUELO significa aliento. El creyente, cuya mente está saturada con las
Escrituras y cuya mente está sumergida en la Palabra de Dios, encontrará en esta fuente
toda clase de aliento para perseverar y permanecer fiel a Dios aún bajo las circunstancias
más difíciles. ¿Cuál es el resultado? “Para que tengamos ESPERANZA”. Por medio de
las Escrituras somos animados a confiar en Dios y a perseverar durante las más grandes
dificultades con la gran EXPECTATIVA y la certera ESPERANZA que Dios nos llevará a
través de ellas con éxito y que el futuro sólo puede ser brillante.
Ilustración de una carrera: La vida cristiana ha sido comparada con una carrera
(Hebreos 12:1-2; 1 Corintios 9:24; 2 Timoteo 4:7). Cuando corremos una carrera, hay
ciertas dificultades y pruebas y obstáculos que enfrentamos a lo largo del camino, pero
tenemos que seguir corriendo, no importa cuán difícil sea, no importa cuán cansados
estemos, no importa cuánto nos duela el cuerpo. Debemos persistir (PACIENCIA,
comparar Hebreos 12:1) y resistir y perseverar. No debemos abandonar. Tenemos que
acabar la carrera. A lo largo del camino recibimos CONSUELO y ALIENTO. Los
espectadores pueden aplaudirnos, nuestras fuerzas son renovadas y, lo más importante,
recordamos a Aquel que ya ha corrido exitosamente la carrera (Hebreos 12:2). Más aún,
corremos con la gran ESPERANZA y segura EXPECTATIVA de la meta, sabiendo de las
alegrías y bendiciones que nos esperan allí, anhelando con gran expectación el “Bien
Hecho” que escucharemos al completar la carrera. Para que por la paciencia y
la consolación (ánimo) tengamos esperanza (feliz expectativa).
Romanos 15:5
¿Cómo es posible que los creyentes tengan un mismo sentir? ¿Cómo pueden pensar
igual? ¿Cómo podemos ser unánimes? ¿Cómo podemos estar de acuerdo? La clave se
encuentra al final de Romanos 15:5—“según Cristo Jesús”. Nuestro pensamiento tiene
que estar en línea con Su pensamiento. ÉL es el modelo.
Ilustración: Cuando se trata de medidas lineales, tiene que haber un estándar (patrón,
pauta). ¿Cuánto mide un pie (12 pulgadas)? ¿Cómo podemos todos llegar a un acuerdo
en cuanto al largo de un pie? Cada uno podemos tener nuestra propia idea de cuánto
debería medir un pie. O, si hemos decidido que un pie debe ser el largo del pie de un
adulto, algunos adultos, como los jugadores de baloncesto, tienen pies que son grandes
y largos, mientras que otros tienen pies cortos. Felizmente hay un patrón, para que
todos podamos estar de acuerdo en el largo exacto de una pulgada, un pie o una yarda.
El largo exacto de un pie ha sido establecido por el National Bureau of Standard en
Washington DC. Cuando se trata de cómo deben pensar los creyentes, el modelo es
Jesucristo. Si hemos de ser de un mismo sentir (parecer), entonces debemos tener SU
sentir (Filipenses 2:2, 5). Nuestro pensamiento tiene que estar en línea con Su
pensamiento y Su pensamiento está revelado en la Palabra de Dios. Si yo he de estar
de acuerdo contigo, entonces ambos tenemos que estar de acuerdo con Cristo. Si yo
estoy en desacuerdo con Cristo o si tu estás en desacuerdo con Cristo o si ambos
estamos en desacuerdo con Cristo, entonces no seremos de un mismo sentir. ¿Y de qué
sirve que nosotros estemos de acuerdo el uno con el otro, si estamos en desacuerdo con
el estándar de Dios? El pueblo de Dios tiene que hacer todo esfuerzo para estar en línea
con Jesucristo y Su Palabra. Tenemos que amar lo que Él ama y odiar lo que Él odia y
pensar como ÉL piensa.
Los creyentes deben estar en la misma página. Debemos ser de un MISMO SENTIR.
Supongamos que todos los creyentes estén reunidos para un servicio de adoración y al
momento de cantar un himno, ningún número de himno es anunciado. Cada creyente
abre el himnario en la página que desea y hasta el pianista y el organista abren la página
que ellos desean. Todos hemos abierto ahora el himnario en páginas diferentes y el
director de coro alza su mano para dar la señal de empezar a cantar. ¿Te puedes
imaginar el caos y la confusión que resulta de este método de canto? Esto sería una total
disonancia. Tenemos que estar todos en la misma página. Todos los creyentes deben
dejarse guiar por Dios y Su Palabra. Dejemos que Dios sea el Director. Todos estamos
en diferentes niveles y etapas. Una persona es un bebé recién nacido en Cristo y otro es
un creyente más maduro que ha sido salvo y ha estado creciendo por 50 años –
cualesquiera sea el caso, todos necesitamos enfocarnos en nuestro Señor vivo y en Su
Palabra y recibir de Él nuestra instrucción.
Romanos 15:6
La palabra “unánimes” está en plural. El mensaje de Pablo a los creyentes era éste:
Aunque somos muchos, hemos de ser como UNO. Aunque tengamos diversas opiniones,
debemos tener UNA MISMA MENTE, es decir, la mente de Cristo (Filipenses 2:5; 1
Corintios 2:16). Aunque tenemos muchas bocas, debemos ser como UNA BOCA. Todos
los creyentes están unidos por el deseo de que Dios sea glorificado en todas las cosas.
La frase “unánimes” significa tener un mismo parecer, estar de acuerdo. El término se
usa con frecuencia en el Libro de los Hechos (Hechos 1:14; 2:1, 46; 4:24; 5:12; 15:25)
en cuanto a los primeros creyentes que eran “de un corazón y de un alma” (Hechos
4:32). En los días de la iglesia primitiva, un creyente habría estado fuera de lugar si no
hubiese estado de acuerdo con Cristo y con Su Palabra. En Hechos 7:57 se usa la misma
palabra en cuanto a los enemigos de Esteban que “arremetieron a una contra él”.
Estaban unánimes en su oposición al evangelio de Esteban y a Cristo, a quién él
representaba.
En este versículo, la referencia a Dios el Padre se lee literalmente de esta manera: “el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Esta construcción griega ofrece un ejemplo
de lo que se ha llamado la regla de Granville Sharp. Esta regla dice lo siguiente: dos
sustantivos unidos por la conjunción “y” (kai), el primero con el artículo y el segundo sin
artículo, son identificados, por el artículo, como uno y el mismo individuo o clase. De
acuerdo con esta regla el nombre “Dios” tiene que referirse al “Padre” en este versículo.
De modo que está correctamente traducido: “Dios y Padre”. Hay pasajes, en que los que
se encuentra la regla Granville Sharp, que señalan claramente la deidad de Cristo, como
Tito 2:13 y 2 Pedro 1:1. En esos versículos el nombre “Dios” tiene que referirse a nuestro
Salvador, el Señor Jesucristo.
Romanos 15:7
¿Por qué debemos recibir a los hermanos? Porque Cristo nos ha recibido. ¿Cómo debo
de recibir a otro hermano? Tal como Cristo me recibió a mí. Comparar Romanos 14:1,
3. Si Dios me ha dado la bienvenida a Su familia y a Su cuerpo, la Iglesia, ¿cómo puedo
rehusar dar la bienvenida a otro, a quien Cristo ha recibido? ¿Cómo puedo rechazar a
una persona que Cristo ha recibido? El Nuevo Testamento enseña lo siguiente:
En resumen, “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”
(Fil. 2:5). Si estoy de acuerdo con Cristo, entonces recibiré como Él recibe, amaré como
ÉL ama, perdonaré como ÉL perdona, etc. La palabra “recibir” se usa como para la clase
de recibimiento que tuvo Pablo por los naturales en la isla de Malta (Hechos 28:1-2).
También se usa en Filemón 12 y 17, donde Pablo anima a Filemón a recibir de vuelta a
su esclavo fugitivo, que en el intertanto había llegado a ser un hermano en Cristo.
Romanos 15:8
El ministerio de Cristo a los judíos fue a causa de la verdad de Dios, para confirmar las
promesas hechas a los padres (Abraham, Isaac, Jacob, David, etc.). Las promesas de
Dios son absolutamente fidedignas y Cristo confirmó este hecho. Dios prometió a Su
pueblo un Mesías y Cristo, siendo el cumplimiento de esta promesa, confirmó la promesa
y demostró cuán leal y fiel a Su Palabra es Dios. Dios prometió salvación a Su pueblo y
la veracidad de esta promesa se cumplió cuando ÉL envió al Salvador. Dios prometió a
Su pueblo un reino por boca de todos los profetas, y Dios se mostró a Sí Mismo fiel a Su
promesa, enviando al Rey Mismo que predicó este mensaje: “El reino de los cielos se ha
acercado”. Dios es fiel a Su Palabra, fiel a Sus promesas. Todas las promesas y pactos
incondicionales de Dios son SÍ y AMÉN (2 Corintios 1:20).
Romanos 15:9a
Todas estas promesas, ventiladas en el párrafo anterior, fueron dadas a los judíos, no a
los gentiles. Dios prometió a los judíos que Él enviaría al Mesías, pero los gentiles no
tenían una promesa semejante. El Salvador fue enviado a las ovejas perdidas de la casa
de Israel, no a los gentiles. Las promesas del reino fueron dadas a los Israelitas, no a
las otras naciones. Los pactos (Abrahámico, Davídico, Nuevo, etc.) fueron hechos con la
nación de Israel, no con las otras naciones.
Los judíos podían, pues, apelar a Dios basados en Sus promesas. “Señor, contamos con
que Tú harás exactamente como has prometido. Sé fiel a Tu Palabra. Cumple Tus
promesas. Guarda Tu pacto que hiciste con nuestros padres. Concédenos Tu salvación
de acuerdo con Tu Palabra”. Los gentiles, por otra parte, no podían apelar a Dios sobre
esta base. Ellos no tenían tales promesas para reclamar. Dios no estaba ligado a ellos
por ningún pacto. Dios no había prometido enviarles ningún Mesías. ¿Cuál era entonces
la base para su apelación? Los gentiles sólo podían apelar a Dios basados en
Su MISERICORDIA: “Señor, ¡ten misericordia de nosotros! No nos ha sido prometido
nada y no merecemos nada sino Tu ira. Concédenos Tu salvación basado en el hecho de
que TÚ eres un Dios misericordioso”.
Los judíos podían glorificar a Dios porque Él cumplió fielmente Sus promesas y honró
Sus compromisos pactados. Los gentiles podían glorificar a Dios por Su misericordia:
“Para que los gentiles glorifiquen a Dios por Su misericordia”.
Romanos 15:9b-12
Pablo, quien era ministro de Jesucristo para los gentiles (v.16), cita cuatro pasajes del
Antiguo Testamento que muestran la preciosa misericordia de Dios hacia los gentiles.
Estos son pasajes del Antiguo Testamento que muestran que la misericordia de Dios
alcanza a los gentiles resultando en su salvación. El punto de Pablo es éste: ¿Es Él
solamente el Salvador de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Sí, también de
los gentiles (comparar Rom.3:29).
Romanos 15:13
GOZO y PAZ serán las características del reino milenial de Cristo (ver nuestros
comentarios sobre Rom.14:17) cuando ÉL gobierne sobre las naciones. Cuando Cristo
reina en el corazón creyente, GOZO y PAZ son los benditos subproductos. Pero el
creyente debe creer. La fe es la raíz; el gozo y la paz son el fruto (ver Gálatas 5:22—“el
fruto del Espíritu es amor, GOZO, PAZ”). Sin fe no hay gozo ni paz. No hay gozo ni paz
para el creyente carnal que anda según la carne. Pero el creyente que confía, puede
tener una actitud de continuo regocijo (1 Tesalonicenses 5:16) y puede conocer el
sosiego de un corazón no turbado (Juan 14:27). El verdadero GOZO y la verdadera PAZ
vienen de Dios Mismo. Recuerda, ÉL habló de “MI gozo” (Juan 15:11) y de “MI paz”
(Juan 14:27). Dios siempre SE DELEITA en lo que ÉL está haciendo y podemos participar
de Su delicia y de Su gozo. Dios nunca está turbado por nada y podemos participar de
Su paz aunque vivamos en un mundo turbulento (Juan 16:33). Es el creyente lleno del
Espíritu el que está lleno del GOZO de Dios y de la PAZ de Dios. No puede ser de otra
manera. Tiene que ser por el poder del Espíritu Santo (Romanos 15:13).
La palabra “abundar” es un verbo que significa “exceder un número o medida fija, estar
por sobre o encima de un número o medida, ser más, desbordar”.
El creyente abunda en la indudable confianza de que todas las cosas ayudarán a bien y
para el final propósito de ser conformados a la imagen de Cristo (Rom.8:28-29). El
creyente abunda en la indudable confianza de que Cristo será magnificado en todas las
cosas (Fil.1:20). El creyente abunda en la indudable confianza de que cuando Cristo se
manifieste, seremos semejantes a ÉL, porque le veremos tal como ÉL es (1 Juan 3:2-
3). Es asombroso que podemos abundar y desbordar en esperanza, aún nosotros, que
una vez fuimos descritos como estando “sin esperanza y sin Dios” (Efesios 2:12). Esto
fue antes, pero ahora Jesucristo es nuestra esperanza (Tito 1:1).
Romanos 15:14
La palabra “estoy seguro” (que Pablo usa en Rom.8:38; 14:14; 2 Ti.1:12, etc.) significa
estar persuadido, convencido, confiado. Había tres cosas de las cuales Pablo estaba
persuadido o convencido respecto a sus hermanos (verdaderos creyentes) que estaban
en Roma:
Ellos estaban llenos con el resultado de que continuaban siendo llenados (tiempo
perfecto). Dios había llenado a estos creyentes con el conocimiento de Sí Mismo y de Su
voluntad. Recordamos lo que Pablo dijo de los creyentes corintios: “Gracias doy a mi
Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque
en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia” (1
Corintios 1:4-5). ¿Por qué está lleno de conocimiento el creyente? Porque está habitado
por Cristo Mismo, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento” (Colosenses 2:3). Nunca nos falta conocimiento, porque tenemos a Cristo.
“Tenemos la mente de Cristo” (1 Co.2:16). Debemos aprovechar lo que tenemos
(comparar Fil.2:5—“haya pues en vosotros este sentir…”). Podemos poseer una gran
enciclopedia, pero si no la usamos nunca y nunca nos valemos de ella, ¿de qué nos sirve
todo ese conocimiento?
Pablo estaba totalmente persuadido de que los creyentes romanos eran capaces de
amonestarse unos a otros. Nótese que este es un ministerio que debemos ejercer unos
con otros. El pastor debe hacerlo, pero no solamente el pastor. Ciertamente es algo que
el pastor debe hacer desde el púlpito, pero es algo que todos los creyentes robustos
deberían estar haciendo. Los creyentes romanos no tenían en este tiempo a ningún
apóstol ministrándoles personalmente, y, sin embargo, ellos eran capaces de
amonestarse unos a otros.
1) CAMBIO
Hay necesidad de CAMBIO porque hay un problema. Algo anda mal en la vida de la
persona que es confrontada. Hay algo malo, algún pecado, algún problema, alguna
dificultad, alguna necesidad que tiene que ser reconocida y tratada. La persona necesita
cambiar y rectificar su vida en conformidad a la revelación de Dios (la Palabra de Dios).
2) CONFRONTACIÓN
La persona que necesita cambiar tiene que ser CONFRONTADA verbalmente. Podemos
ver un ejemplo de esto en la confrontación de David por Natán después de su pecado
con Betsabé o Urías, o Cristo confrontando a Pedro después de la terrible negación de
Pedro (Juan 21). Al confrontar a otra persona estamos diciendo, “Este es el problema y
esto es lo que Dios dice que debe hacerse al respecto”.
3) PREOCUPACIÓN
Romanos 15:15-16
Cuando Pablo ministraba como apóstol de Cristo (enviado por Cristo en una misión
especial), él siempre estaba consciente de que era deudor a la gracia de Dios que le
había sido dada. Los pasajes siguientes destacan la gracia que había sido dada a Pablo
para el ministerio: Rom. 12:3; 1 Co.3:10; Gálatas 2:7-9; 1 Ti.1:12-14 y Efesios 3:6-12.
Quizás está mejor resumida en 1 Co.15:10 – “Pero por al gracia de Dios soy lo que soy;
y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos;
pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. Pablo consideraba su ministerio como un
don de la gracia de Dios y estaba agradecido por ello, aunque incluía sufrimientos más
allá de toda medida (Hechos 9:16). Los que hemos sido salvos por gracia, debemos vivir
por gracia y servir por gracia: “tengamos gratitud y mediante ella sirvamos a Dios
agradándole…” (Hebreos 12:28).
Pablo era un ministro de Jesucristo a los gentiles (v.16), y debemos recordar que la
iglesia de Roma era mayormente una iglesia de gentiles. En Romanos 11:13 Pablo
escribió, “porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles”.
En Gálatas 2:6-8 vemos el contraste entre el ministerio de Pedro a los judíos y el
ministerio de Pablo a los gentiles. Esto no significa que Pedro nunca ministrara a los
gentiles (como a la casa de Cornelio en Hechos 10), y tampoco significa que Pablo nunca
ministrara a los judíos (él entraba frecuentemente a la sinagoga de la ciudad en la cual
estaba y predicaba a Cristo a los judíos).
Romanos 15:17-18
Pero él dijo, “Sólo me enorgulleceré de lo que Cristo realizó por medio de mí”.
Aunque Cristo está en el cielo, ÉL está obrando activamente en la tierra (ver Marcos
16:20), por medio de Sus instrumentos escogidos. La obra de Cristo por medio de Pablo
tenía como propósito “la obediencia de los gentiles”. Esto se refiere a la obediencia al
Evangelio. Un gentil obedece el evangelio cuando cree en el Señor Jesucristo. Rechazar
a Cristo y el evangelio significa desobedecer el mandamiento de Dios para todos los
hombres, que se arrepientan (Hechos 17:30) y sean salvos (Hechos 16:31). Ver 2
Tesalonicenses 1:8-9 para un pasaje muy claro en cuanto a la desobediencia al
evangelio.
Cristo hizo grandes cosas por medio de Pablo “con la palabra y con las obras”. [Nota:
“con la palabra y con las obras” debe conectarse con “hecho por medio de mí” no con
“obediencia”. El no se está refiriendo a cómo obedecieron los gentiles, sino a cómo Cristo
obró por medio de él]. El hecho de que Cristo estaba obrando por medio de Pablo “con
la palabra y con las obras” nos recuerda Hechos 1:1-2. En este pasaje se nos dice que
todo lo que Cristo hizo y enseñó hasta Su ascensión fue sólo el COMIENZO de Sus hechos
y enseñanzas (“todas las cosas que Jesús comenzó a HACER y ENSEÑAR” –Hechos 1:1).
El libro de los Hechos registra la CONTINUACIÓN de Sus hechos y enseñanzas (Sus
palabras y Sus obras). Lo que Cristo comenzó en Su ministerio terrenal, ÉL lo continúa
por medio de Su iglesia. Lo que Cristo comenzó en la tierra, ÉL lo continúa desde el cielo,
obrando por medio de Sus instrumentos escogidos en la tierra (Pablo y otros creyentes).
El glorioso ministerio de Cristo no terminó en la cruz o en la resurrección o en la
ascensión. ¡Continua hoy! (Marcos 16:20).
Romanos 15:19
Este versículo continúa el pensamiento del versículo 18. Cristo estaba obrando y
logrando grandes cosas por medio de Pablo (para la salvación de los gentiles) por
palabras y por obras, “con potencia de señales y prodigios”. Cristo realizó asombrosos
milagros por medio de Pablo. Pablo dijo a los corintios algo muy similar: “Porque en nada
he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. Con todo, las señales
de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y
milagros” (2 Co. 12:11-12). Nótese que estas eran “las señales de un apóstol” (comparar
también con Hechos 2:43; 5:12). De modo que en la iglesia del primer siglo eran los
apóstoles los que normalmente hacían los milagros. No era algo que hicieran todos los
creyentes. Cuando los apóstoles abandonaron la escena, las señales de un apóstol
abandonaron la escena con ellos. El propósito de estas primeras señales milagrosas se
expone en Hebreos 2:3-4. Los milagros confirmaban y ratificaban el mensaje de los
apóstoles. Los apóstoles, muchos de los cuales eran “hombres sin letras y del vulgo”
(Hechos 4:13), no tenían credenciales propias, por lo que el Señor les daba credenciales,
que eran tan espectaculares y sensacionales, que ellas indicaban que el mensaje de los
apóstoles venía de Dios.
Hoy, en esta era post-apostólica, los milagros de señales ya no son necesarios para
evangelizar. Dios nos ha equipado con Su Palabra completa (los 66 Libros) y con Su
Espíritu poderoso y con toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-18). ¿Qué más
necesitamos? Cuídate de aquellos que enseñan que las “señales y milagros” son
necesarios hoy día para evangelizar (a lo cual algunos se refieren como “evangelismo de
poder”). No tenemos apóstoles hoy día, tampoco tenemos las señales de un apóstol,
pero tenemos la DOCTRINA de los apóstoles, que debemos predicar y proclamar
activamente. Dios, con todo el infinito poder del cielo, respaldará y apoyará Su Palabra
cuando es proclamada con el poder del Espíritu.
¿Cuáles fueron algunos de los milagros que hizo Cristo por medio de Pablo?
“Y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús…. Así crecía
y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (Hechos 19:17, 20).
El evangelismo centrado en Dios tiene que llevarse a cabo “en el poder del Espíritu de
Dios”. La obra de Dios tiene que realizarse a la manera de Dios y en el poder de Dios.
“No con ejército, ni con fuerza, sino con MI ESPÍRITU, ha dicho Jehová de los ejércitos”
(Zacarías 4:6). En estos tiempos, Cristo está edificando Su Iglesia (Mateo 16:18), la
cual es Su casa (1 Timoteo 3:15; comparar Hebreos 3:6), y “si Jehová no edificare la
casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1). Que los primeros discípulos
operaban en el poder y bajo la dirección el Espíritu de Dios se deduce de lo siguiente:
Hechos 1:8; 2:15-17; 4:8; 4:31; 6:5; 7:55; 9:17; 13:2,4; 13:52; 15:28; 16:6.
Pablo cumplió con el evangelio. Usa una expresión similar en Colosenses 1:25. Su
ministerio era “anunciar cumplidamente el evangelio, aún el misterio”.
Romanos 15:20-21
La política de Pablo al plantar iglesias era ir a lugares donde el evangelio aun no había
sido predicado. Pablo era un misionero pionero, un precursor, un plantador de iglesias.
Su política también se expone en 2 Corintios 10:14-16. La política de Pablo es violada
repetidamente en nuestros días cuando hombres muy agresivos (mayormente bautistas)
entran en una comunidad para empezar una iglesia, aun cuando en el área ya existe una
sólida iglesia que cree en la Biblia, ya hay una asamblea de creyentes bien establecida.
Esto tiene como resultado una competencia carnal y una confusión innecesaria y es
totalmente contrario al modelo del Nuevo Testamento. Es lamentable que se introduzcan
en territorio que ya ha sido reclamado para Cristo, cuando hay muchos otros lugares
que necesitan desesperadamente del testimonio del evangelio.
Romanos 15:22-24
Habiendo evangelizado los territorios recorridos durante sus tres viajes misioneros, él
desea ir ahora a Roma para ver a los creyentes allí (v.23). Por muchos años Pablo tenía
este gran deseo de visitar a los santos romanos y él expresó este deseo al comienzo de
su epístola (Rom.1:9-13). El deseaba ser de bendición y estímulo para ellos (Rom. 1:11)
y ellos para él (Rom.1:12). El deseaba estar con sus hermanos y hermanas en Cristo
que habían sido comprados con sangre (Romanos 15:24 y comparar 1 Juan 3:14).
El objetivo último de Pablo era ir a España, no a Roma. Esto estaba en armonía con su
política de alcanzar un área no evangelizada (v.20). Roma había sido evangelizada y la
iglesia allí estaba bien establecida. Pero al ir a España, Pablo tenía el plan de detenerse
primero en Roma para ayudar a los creyentes de allí y para ser ayudado por ellos. El
esperaba que los santos de Roma lo encaminaran a España (que proveyeran lo necesario
para su viaje). “Así se extendía el evangelio en aquellos días, y no solo en aquellos días,
sino también ahora. Porque vemos compañías de santos quienes, por medio de la oración
y por sus donaciones, envían al predicador a otros campos” (Newell).
Pablo tenía planes de visitar Roma y luego, de cabeza a España, pero sus planes estaban
sujetos a la revisión de Dios. El itinerario de Pablo no resultó como él lo había planificado.
El llegó a Roma, pero no como un alto en su camino a España, sino como prisionero
después de un naufragio. No resultó como Pablo lo había previsto, pero ciertamente
resultó como lo había previsto su Guía soberano. Así también nosotros debemos poner
siempre nuestros planes y programas en las manos de Dios, para que ÉL los pueda
corregir de acuerdo a Su voluntad o descartarlos totalmente.
¿Llegó Pablo alguna vez a España? La Biblia no nos da respuesta. Hay algunos escritos,
aparte de la Biblia, que pudieran indicar que Pablo llegó a España. “Pablo, habiendo
enseñado justicia a todo el mundo, habiendo llegado a los límites de Oeste…” (Clemente
de Roma, 1 Corintios V.vii). Los “límites de Oeste” probablemente se refieren a la parte
oeste de Europa, que podría muy bien ser una referencia a España.
Romanos 15:25-26
Antes de que Pablo pudiera emprender viaje a España vía Roma, había algo que él tenía
que hacer primero. El tenía que ministrar a los santos judíos en Jerusalén. Pablo no
olvidó lo que le habían dicho Pedro, Jacobo y Juan cuando lo animaron a ir donde los
gentiles, pero que nunca olvidara a los pobres (Gálatas 2:10, probablemente una
referencia a los creyentes pobres de Jerusalén). Estos creyentes eran muy pobres y
necesitaban asistencia y los creyentes de Macedonia y Acaya habían dado
generosamente y con sacrificio para ellos. Lo que Pablo no dijo aquí es que él había
tenido un importante papel en animar a los creyentes de Macedonia y Acaya para dar a
los santos de Jerusalén (estudiar 1 Corintios 16:1-4 y 2 Corintios capítulos 8-9).
¿Por qué se encontraban los santos de Jerusalén en tan abrumadora estrechez? Sabemos
que en los primeros días de la iglesia los judíos de Jerusalén vendieron y compartieron
sus posesiones: “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas
las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la
necesidad de cada uno” (Hechos 4:44-45). Esto implica que aún en ese tiempo había
creyentes necesitados. Probablemente, la razón principal para la pobreza de tantos, era
la persecución. A través de la historia de la iglesia, judíos creyentes han sido perseguidos
por su propia gente, desheredados por sus propias familias y excluidos de la sociedad
judía. Un anticipo de esto se encuentra en Juan 9:34-35 (el hombre ciego de nacimiento
fue expulsado de la sinagoga, ver también Juan 9:22), recordándonos que cuando los
hombres nos expulsan, el Señor Jesús nos está esperando para recibirnos (ver también
Juan 6:37). Para conocer una emotiva historia reciente de cómo un judío creyente fue
repudiado por su propia familia, ver nuestro folleto, Charlie Coulson, Drummer Boy
(acerca de un cirujano judío en la batalla de Gettysburg, que encontró a Cristo de una
manera notable). Otra razón para la pobreza de los judíos de Jerusalén era una severa
hambruna que afectó seriamente a Palestina y por causa de esta hambre “cada uno
conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban un
Judea” (Hechos 11:27-30).
Romanos 15:27
Los creyentes gentiles estaban gustosos de dar tal donativo a los judíos que estaban
sufriendo. Lo hicieron voluntariamente. Lo hicieron de buena gana, no por necesidad.
Ellos dieron de acuerdo con el espíritu de 2 Corintios 9:7.
Los gentiles son deudores de los judíos. Nosotros les debemos mucho, porque “la
salvación viene de los judíos” (Juan 4:22). Le debemos tanto porque la Biblia viene de
los judíos. En verdad, aún los autores del Nuevo Testamento eran judíos, siendo Lucas
la única excepción. Somos deudores de los judíos porque su Dios ha llegado a ser nuestro
Dios. Su Mesías ha venido a ser nuestro Salvador. Los gentiles han llegado a ser
participantes de sus bienes espirituales. Corresponde, pues, que los gentiles ministren
a ellos en los bienes carnales (materiales). Grandes bendiciones espirituales nos han
venido por medio de ellos. Es apropiado entonces, que grandes bendiciones carnales o
materiales de nuestra parte les lleguen a ellos. Deberíamos ayudar a nuestros hermanos
judíos lo más que podamos. En cierta forma, también somos deudores a los judíos
incrédulos por causa de su herencia divina, aunque al presente ellos no representen esa
herencia. El creyente en Cristo debería ser el mejor amigo que el judío tiene en este
mundo.
Romanos 15:28-29
El “fruto” del cual Pablo está hablando es la dádiva de amor de los creyentes gentiles de
Macedonia y Acaya, entregado como sacrificio a los santos pobres de Judea (comparar
Filipenses 4:17, donde “fruto” también se usa para la generosa contribución de santo a
santo). Lo que algunos estiman ser un sacrificio inútil, Dios lo considera un fruto
duradero. “Hay quienes reparten y les es añadido más” (Prov.11:24).
El plan de Pablo era ir a España “pasando entre vosotros” (v.28), es decir, por los
Romanos. Los romanos lo enviarían a España con su ayuda y sustento material. Es el
privilegio de las iglesias sostener a los hombres de Dios para la obra de Dios.
¿Cómo llegaría Pablo a Roma? “Con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo”
(v.29). El corazón de Pablo estaba tan lleno y tan bendecido con las buenas nuevas de
Dios que desbordaría sobre los Romanos. El término “evangelio” es la palabra clave en
el libro de Romanos. El tema de esta epístola es “el evangelio de Dios” (Rom.1:1). Pablo
no solo predicaba el evangelio, sino que vivía el evangelio, él estaba inmerso en el
evangelio, él estaba “apartado para el evangelio” (Rom.1:1). Uno no podía encontrar a
Pablo sin encontrar la bendición del evangelio. Uno no podía encontrarse con Pablo y no
tener un encuentro total con las buenas nuevas de Dios.
Romanos 15:30-33 Petición de Oración de Pablo
Por el Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo (Gálatas 5:22) Pablo solicitaba
a los Romanos que agonizaran y lidiaran con él en oración (v.30). La palabra que se ha
traducida como “ayudéis” significa contender en una prueba atlética, luchar, forcejear,
pelear. Implica un arduo esfuerzo y es una palabra que Pablo usa en otras partes en
cuanto a la oración (ver Col.4:12) y en referencia a pelear la buena batalla de la fe (1
Ti. 6:12; 2 Ti.4:7). La oración bíblica no es un ejercicio fácil (comparar Col. 2:1).
Demanda nuestro máximo por lo superior. Muy pocos santos hoy en día han
experimentado personalmente lidiar y agonizar con Dios en oración. “Señor, enséñanos
a orar”. Ver Lucas 11:1.
Cuando Pablo fue a Jerusalén, se metió en gran peligro (Hechos 21:11). Es admirable
que escapara con vida. Pablo se encontró en medio de un tropel de judíos furiosos que
estaban decididos a matarlo. La multitud gritaba “¡Muera!” (Hechos 21:36). “Quiten a
ese individuo de la tierra, porque no conviene que viva” (Hechos 22:22). Para leer de la
asombrosa liberación de Pablo de los incrédulos de Jerusalén, ver Hechos capítulos 21-
23. “Los rebeldes” = los que son desobedientes, es decir, desobedientes al evangelio.
2ª Petición de Oración (v.31) – poder entregar la ofrenda y que ésta sea acepta a los
santos.
“Acepta” significa que sea bien recibida, aceptada. La misma palabra se usó en el v.16.
Pablo deseaba cumplir con su misión de amor para con los empobrecidos santos de
Judea y ver que el donativo era recibido con gratitud. ¿Cómo fue recibido Pablo por estos
judíos? Ver Hechos 21:17. Lo más importante es que estos judíos se dieron cuenta de
que Dios estaba haciendo una gran obra entre los gentiles (Hechos 21:19-20). Ellos no
resintieron la gran obra que Dios estaba haciendo al visitar a las naciones y tomar pueblo
para Su Nombre (Hechos 15:14).
Pablo llegó a Roma por la voluntad de Dios, pero no como él lo había planificado. El
hombre propone, pero Dios dispone. El llegó en cadenas como un prisionero romano,
pero era en la voluntad de Dios y era para “el progreso del evangelio” (Filipenses 1:12).
Pablo llegó a Roma con gozo. El gozo que sintió Pablo cuando primero se encontró con
los hermanos romanos puede verse en Hechos 28:14-15. “”Ser recreado” significa
descansar o refrescar el espíritu (Thayer). El verbo (sin el prefijo) se usa en Mateo
11:28—“Yo os haré descansar”. Para el significado de “confortar” ver 1 Corintios 16:18;
2 Corintios 7:13; Filemón 7,20. Pablo sería un una bendición reconfortante para ellos y
ellos para él.
Romanos 16:1
Febe puede haber sido la persona que entregó personalmente la epístola de Pablo a los
Romanos. Ella recibió las sinceras recomendaciones de Pablo. Es interesante que de los
cinco primeros creyentes que Pablo menciona (v.1-6), tres de ellos fueran mujeres.
Cuando del servicio a Cristo y a Su asamblea se trata, las mujeres en ninguna manera
ocupan un lugar secundario al hombre. Ellas son “coherederas de la gracia de la vida”
(1 Pedro 3:7) y su fidelidad será recompensada en el Tribunal de Cristo. Cuando se trata
de trabajar fielmente para el Maestro, no hay varón ni mujer en Cristo. Todos servimos
al mismo Salvador como Sus siervos amantes, aunque con diferentes capacidades. El
Cristianismo Bíblico, a pesar de lo que digan sus críticos, siempre ha dignificado a la
mujer y ha permitido a las mujeres creyentes encontrar plena satisfacción y gozo en ser
la persona que Dios quiere que sean. Es en las sociedades en las cuales los principios
bíblicos no son honrados, que las mujeres son horriblemente maltratadas y tenidas en
baja estima.
Febe era tanto HERMANA como SERVIDORA (v.1). Pablo la reconoció como hermana en
Cristo (un acogedor término familiar) y como una servidora (diakonon) de la asamblea.
Ella servía en la asamblea local que estaba en Cencrea, una ciudad puerto localizada
cerca de Corinto (comparar Hechos 18:18).
Febe era una “servidora” o una “diaconisa” de la iglesia. ¿Esta palabra se usa en un
sentido general, para indicar que ella era una humilde servidora de la asamblea o es
usada en un sentido más técnico, de que ella tenía un cargo en la iglesia? ¿Tenía la
iglesia primitiva un cargo de “diaconisa” (diácono femenino)? No se hace mención de
“diaconisas” en el Nuevo Testamento. Sin embargo, hay un pasaje interesante que se
encuentra en 1 Timoteo capítulo 3, el capítulo que habla de los requisitos para los
ancianos (obispos) y diáconos. A la mitad de la lista de los requisitos para los diáconos,
Pablo agrega esta acotación: “Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras,
sino sobrias, fieles en todo” (1 Ti.3:11). ¿Se refiere a las mujeres de los diáconos o a
otras mujeres en la asamblea (diaconisas)? Si se refiere a las esposas de los diáconos,
¿por qué Pablo no dice nada en este capítulo acerca de los requisitos de las esposas de
los ancianos? ¿Por qué deben cumplir las esposas de los diáconos con ciertas normas,
mientras hay silencio en cuanto a las esposas de los ancianos? Alguien diría que Pablo
no está estableciendo pautas para las esposas de los diáconos, sino para las diaconisas.
Romanos 16:2
Pablo exhorta a los creyentes romanos a “recibir” a Febe. Esto significa que la “recibieran
entre ellos, que la admitieran, la recibieran en comunión y compañerismo” (Thayer).
Que le dieran una cordial bienvenida en su medio (esta palabra “recibir” se usa en cuanto
a los creyentes que esperan ansiosamente la venida del Señor—Tito 2:13 –
“aguardando”; Judas 21—“esperando”, y comparar Lucas 2:25- “esperaba” y Lucas
2:38—“esperaban”). Se usa en Filipenses 2:29 de los creyentes filipenses recibiendo
a Epafrodito, el fiel compañero de milicia de Pablo. Se usa del Señor Jesús que recibía a
los pecadores y comía con ellos (Lucas 15:2). Debían recibirla “en el Señor”, como a una
hermana en Cristo, una que disfrutaba la bendita UNIÓN con el Hijo de Dios. Debían
hacerlo como “corresponde a santos”, como es digno de los santos. Debían recibirla
como es apropiado para los santos. Como creyentes debemos andar como es digno (la
misma palabra) de nuestro elevado, santo y celestial llamamiento (Efesios 4:1), y esto
incluye nuestra conducta hacia nuestros compañeros creyentes. Ser salvo es un
tremendo privilegio, pero trae consigo la enorme responsabilidad de andar y vivir de una
manera digna.
Debemos andar como es digno del Señor, agradándole en todo (Col. 1:10)
Debemos andar como es digno de Dios, que nos llamó a su reino y gloria (1
Te. 2:12)
El Señor no quiere que olvidemos nunca QUIENES SOMOS EN CRISTO. Nunca olvidemos
que somos SANTOS (Rom.1:7). Dios nos ha santificado en Cristo Jesús (1 Co.6:11).
Nosotros somos Sus SANTOS, que han sido apartados para servir al Dios vivo. Vivamos
santamente. No traigamos vergüenza sobre el Nombre de Aquel que nos apartó para sí
mismo.
Pablo instruye a los creyentes romanos que “ayuden” a Febe. Lo que significa “prestarle
auxilio” (Thayer), “proveer”, “preparar” (ver Hechos 23:24) cualquier cosa que
necesitara. ¿Por qué debían asistirla? Porque ella ayudaba y asistía a muchos, incluso a
Pablo. Los que ayudan, merecen ser ayudados. Los que asisten a otros, merecen ser
asistidos. Es apropiado y corresponde asistir al que ayuda. No se nos dice exactamente
qué hacía Febe para ayudar a Pablo y a muchos otros. Pero piensa en las incontables
personas que a través de los siglos han sido ayudadas y bendecidas espiritualmente por
la epístola de Pablo a los Romanos. Al entregar esta epístola, Febe, en verdad, ha
“ayudado a muchos”.
Romanos 16:3-4
Es interesante que Priscila, la esposa, es mencionada por Pablo antes que Aquila, su
esposo. Considera la siguiente información que provee el Nuevo Testamento acerca de
este notable equipo marido/esposa:
Ella no era una mujer oprimida. Ella parece haber tenido dones o habilidades
especiales o una devoción a Cristo única que la capacitaban de tal modo para
sobrepasar a su marido en algunas áreas, como para merecer un reconocimiento
especial de Pablo.
Ella era sumisa. En los seis pasajes en que ella es mencionada en el Nuevo
Testamento (por Lucas y Pablo), nunca se implica que ella estuviera de alguna
manera fuera de línea. Ella nunca es censurada, sino recomendada. Siempre se
la menciona en conjunto con su marido. Ella era una mujer sumisa.
10. Ellos fueron consistentes y fieles hasta el final (2 Timoteo 4:19). Esta es la
última carta de Pablo, escrita como 14 años después de que Pablo se
encontrara por primera vez con Aquila y Priscila. Ellos eran creyentes fieles. En
ninguno de los escritos de Pablo o Lucas se dice nada negativo de estos dos
creyentes. Hasta donde indican los registros, entre Pablo y Aquila/Priscila
siempre había armonía. Pablo nunca tuvo que decir de ellos lo que dijo de
Demas (2 Ti.4:10). ¿Qué de ti? ¿En qué condición espiritual estarás en catorce
años más? ¡Que no perdamos nuestro primer amor y que no perdamos el gozo
de nuestra salvación!
Romanos 16:5
Pablo envió saludos a la iglesia que estaba en la casa de Aquila y Priscila. Esto nos lleva
a la interesante cuestión de las “iglesias hogareñas”. En el primer siglo no había edificios
para iglesias como los conocemos hoy. Los creyentes se reunían donde podían – en
hogares, en el campo (comparar Hechos 16:13 donde vemos que los judíos se reunían
junto al río), en las catacumbas, etc. Ellos tenían la promesa de Cristo, “Porque donde
están dos o tres congregados en Mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo
18:20). El transporte tampoco era tan fácil como hoy en día. Hoy podemos viajar de un
extremo al otro de una gran ciudad sin mayor problema, pero en el primer siglo, cuando
la mayor parte de los viajes se hacían a pie, esto no era tan fácil.
Cuando Aquila y Priscila vivían en Efeso, se hace mención de “la iglesia que está en su
casa” (1 Corintios 16:19).
En Romanos 16:14 Pablo saluda a varios creyentes y luego hace mención de “los
hermanos que están con ellos”. En Romanos 16:15 Pablo saluda a varios creyentes y
luego menciona a “los santos que están con ellos”. ¿Podría esto indicar dos localidades
adicionales donde acostumbraban reunirse los creyentes?
En Hechos 12:12 leemos que “muchos estaban reunidos orando” en la casa de María, la
madre de Juan Marcos.
La casa de Lidia era usada como un lugar de reuniones para los creyentes (Hechos 16:15,
40).
En Laodicea había una iglesia hogareña cuyo anfitrión era Ninfas (saludos a “la iglesia
que está en su casa”—Colosenses 4:15).
Hoy día, a pesar de tener un sistema de transporte superior, justificamos el tener más
de una iglesia en una ciudad por el tamaño y la población de la ciudad. “Una iglesia no
podría alcanzar a toda esta gente. En esta ciudad hay lugar para varias iglesias”. En
vista de esto, es interesante considerar la población estimada de algunas ciudades que
eran importantes en los tiempos del Nuevo Testamento:
JERUSALÉN
Josefo declara que en el tiempo de la Pascua (cuando había miles y miles de peregrinos
y visitantes) había 2.700.000 personas en esta ciudad.
La International Standard Bible Encyclopedia dice que para el año 70 D.C. la población
de Jerusalén podría haber consistido de 250.000 (probablemente menos) habitantes.
Sería bastante seguro decir que había al menos 100.000 habitantes.
¿Cuántos creyentes había en la iglesia de Jerusalén (ver Hechos 2:41; 4:4; 5:14)?
¿Cuántas iglesias había en Jerusalén (Hechos 15:4)?
ROMA
ALEJANDRÍA
Alejandría era la segunda ciudad más grande del Imperio Romano y contenía tres
grandes grupos: egipcios, judíos y griegos. De acuerdo con la Encyclopedia Schaff-
Herzog, “al comienzo de la era cristiana había 300.000 hombres libres en la ciudad de
Alejandría”. La World Book Encyclopedia dice que, en su momento culmine, esta ciudad
puede haber tenido una población de 1.000.000 de habitantes.
EFESO
Había una sola iglesia en esta gran ciudad (Ap.2:1). Su población era tan grande que en
el segundo siglo rivalizaba con Alejandría en cuanto a la población.
ANTIOQUÍA
¿Cuántas iglesias había en esta ciudad (Hechos 14:26-27)? Esta también era una de las
ciudades más grandes del Imperio. Su población también consistía de una multitud
diversa. De acuerdo con la Schaff-Herzog Encyclopedia su población, en tiempos del
Nuevo Testamento, era de 500.000 (medio millón).
TESALÓNICA
¿Cuántas iglesias locales se encontraban en esta ciudad (1 Ts.1:1)? En los días de Pablo,
esta ciudad puede haber tenido como 200.000 personas (ver Introducción al Nuevo
Testamento de EverettF. Harrison, p.260).
CORINTO
Esta gran ciudad comercial tenía una sola iglesia (1 Co. 1:2). La ciudad era heterogénea
(una mezcla de todo). La gente se atestaba allí para ganar dinero y gastarlo. Empresas
y negocios comunes y libertinaje común eran el único lazo que mantenía unida a la
gente. Era la ciudad de pecado e inmoralidad y su población puede haber llegado a los
700.000 (la mayoría la estima en medio millón de personas).
La Zondervan Pictorial Encyclopedia dice que había como 200.000 hombres libres y
500.000 esclavos.
Pablo se gozó en una cosecha de almas mientras ministraba en Asia. El primer fruto de
esa cosecha (el primer convertido) fue Epeneto, un creyente que fue cercano al corazón
de Pablo. La Biblia dice “Acaya”, pero el manuscrito griego apoya más bien que
debemos leer “Asia”. Asia se refiere a Asia Menor (la Turquía moderna), el área donde
estaba localizada Efeso (como también las otras ciudades mencionadas en Apocalipsis
2-3).
Poco se nos dice de María, excepto que ella “trabajó mucho” para Pablo y sus
compañeros (o para la iglesia de Roma, si aceptamos la variante de “vosotros”). El
significado del término griego es que ella trabajó mucho y se afanó diligentemente, hasta
el agotamiento y la extenuación. Muchos creyentes trabajan muy duro por la causa de
Cristo y esto muchas veces pasa inadvertido, desapercibido y es ignorado por los
hombres. Pero Dios ciertamente toma nota (ver Hebreos 6:10). Que nosotros demos
nuestro todo por el Salvador y Su obra: “Levántense, hombres de Dios, olviden las cosas
poco importantes; den su corazón y su alma y su mente y sus fuerzas para servir al Rey
de Reyes”.
María (Miriam) era un nombre muy común en el Nuevo Testamento y varias mujeres
diferentes tenían este nombre:
Romanos 16:7
1. Ellos eran “parientes” de Pablo. Esta palabra se usa a veces para parientes
sanguíneos cercanos, como en Marcos 6:4; Lucas 1:36 (Elisabeth, “parienta de
María”), Lucas 1:58; Lucas 2:44; Lucas 14:12; Lucas 21:16; Juan 18:26 y Hechos
10:24. En Romanos 9:3 Pablo usa este término en un sentido más amplio al
referirse a todos los israelitas como sus “parientes según la carne”. En Romanos
16 Pablo usa este término tres veces (ver versículos 7,11,21) y nombra a seis
personas como sus parientes. ¿Significa esto que estas personas eran israelitas,
relacionados unos con otros como lo eran todos los judíos, o está indicando Pablo
un parentesco más cercano? Parece inusual que Pablo (originalmente de Tarso)
tuviera seis parientes cercanos en Roma que fueran todos creyentes, de modo
que es mejor entender este término en un sentido más amplio. Pablo no saludaba
a todos los judíos como sus “parientes”, porque en el versículo 3, Priscila y Aquila
son judíos, pero Pablo no los llama sus “parientes”. Si el término aquí se refiere
al hecho de que esas seis personas son israelitas, entonces es interesante que
cuando Pablo saluda a la iglesia, él hace mención especial de algunos israelitas
que estaban en la iglesia. Esto puede tener relación con Gálatas 6:16, donde
Pablo hace una mención especial de un grupo que él llama “el Israel de Dios” (el
Israel que pertenece a Dios). El “Israel de Dios” no se refiere a creyentes gentiles
(los gentiles nunca son llamados israelitas en las Escrituras), sino a creyentes
judíos que son judíos “interiormente” (Romanos 1:28-29).
2. Ellos eran “compañeros de prisiones” de Pablo. El libro de Romanos fue escrito
antes del primer y segundo encarcelamiento de Pablo en Roma, pero de acuerdo
con 2 Corintios 6:5 y 11:23, Pablo estuvo a menudo en prisión
y Andrónico y Junia tienen que haber compartido la aflicción de Pablo durante
uno de esos encarcelamientos.
3. Ellos eran “muy estimados entre los apóstoles”. Esto puede entenderse en una
de dos maneras: 1) ellos eran apóstoles de reputación especial, es decir, se
destacaban entre los apóstoles. Si este es el significado de Pablo, entonces está
usando el término “apóstol” en un sentido no técnico, o sea, de cualquiera que
es enviado en una misión; 2) Los apóstoles tomaron nota de ellos. Este es el
significado más probable. Puesto que estos dos creyentes vinieron a Cristo antes
que Pablo (ver punto #4), ellos probablemente eran de la cercanía de Jerusalén
y eran conocidos por los apóstoles y tenían un excelente testimonio delante de
ellos.
4. Ellos fueron “en Cristo” antes que Pablo. Ellos vinieron a Cristo antes que Pablo,
antes de Hechos capítulo 9. En años espirituales, ellos eran mayores que Pablo.
Este interesante punto es significativo para entender cuando comenzó la iglesia.
Si estar “en Cristo” tiene el significado técnico que se encuentra en Gálatas 3:27-
28 (estar “en Cristo”= estar en la iglesia), entonces, de acuerdo con Romanos
16:7, la iglesia tiene que haber comenzado antes de Hechos 9. Esto también lo
sabemos por los versículos que hablan de Pablo persiguiendo a “la iglesia” (1
Co.15:9; Fil.3:6; Gá.1:13). Esto agrega apoyo al hecho de que la iglesia empezó
en Hechos capítulo 2 (Pentecostés) y niega la noción ultradispensacionalista de
que la iglesia empezó en Hechos 13 (como dicen algunos) o en Hechos 28 (como
dicen otros). Debemos notar también que si “estar en Cristo” lleva el significado
técnico de ser parte de Su iglesia, entonces 1 Tesalonicenses 4:16 (“los muertos
en Cristo resucitarán primero”) indica que la resurrección que tendrá lugar en el
rapto sólo incluye a los santos de la era de la iglesia y no incluye a los santos del
Antiguo Testamento (como enseñaban algunos antiguos dispensacionalistas).
De acuerdo con Hendricksen, el nombre Amplias era un nombre común entre los
esclavos. Amplias era posiblemente un esclavo en la iglesia de Roma, pero era amado
por Pablo. Los creyentes tienen un maravilloso vínculo en Cristo, sin importar su estado
en la vida o su posición social. El evangelio pone a todos los creyentes al mismo nivel.
Todos somos siervos de nuestro Amo, el Señor Jesucristo (Col. 3:23-24). Amplias puede
haber sido un esclavo, pero para Pablo, él era un muy querido hermano en Cristo. En
las iglesias del Nuevo Testamento el énfasis era sobre la espiritualidad del hombre y su
andar con el Señor y no sobre su condición en la vida. Por ejemplo, en 1 Timoteo capítulo
3 un hombre no queda descalificado para ser anciano o diácono por ser un esclavo (no
se menciona nada semejante). Esto abre el camino a la fascinante posibilidad de que un
esclavo pueda ser un oficial en una asamblea local de creyentes y que su amo creyente
tuviera que estar en sumisión a él en la asamblea; en cambio fuera de la asamblea, el
esclavo creyente estaría sometido a su amo creyente. Uno recuerda los días de William
Carey en la India cuando la gente estaba esclavizada por un estricto sistema de castas,
pero cuando esta gente confiaba en Cristo como en su Salvador e ingresaban en la iglesia
del Dios vivo, ellos disfrutaban de igual posición en Cristo, siendo coherederos de la
gracia de la vida. “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28).
Ellos eran colaboradores (la misma palabra como en el v.3). Los creyentes trabajan
juntos en el mismo equipo, teniendo la misma ambición (agradar a Cristo –2 Co.5:9) y
teniendo la misma meta (la gloria de Dios –1 Co.10:31). Tal como los miembros de
nuestro cuerpo se ayudan unos a otros, así es en el cuerpo de Cristo (1 Co.12:12, 20-
27). Estaquis era amado por Pablo. Nótese cuán animadores son los saludos de Pablo
en estos versículos. Estos creyentes romanos tenían ciertamente sus debilidades y sus
fallas, pero Pablo los saluda con amor y “el amor es benigno y no hace nada indebido (1
Co. 13:4-5). Pablo no veía a estos creyentes como eran en sí mismos, sino como estando
“en Cristo” (ver v.3, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y note las expresiones “en Cristo” “en el
Señor”).
Romanos 16:10
Algunos (Lightfoot, Hendricksen) han sugerido que Aristóbulo puede haber sido el nieto
de Herodes el Grande (el hermano de Herodes Agripa I), si bien es difícil determinar si
esto es realmente el caso. Si así fuese, Pablo estaría probablemente refiriéndose a
esclavos de su casa que eran creyentes. Nunca debemos ser reticentes de encontrar
creyentes aun en los lugares menos pensados. La familia de Herodes era una de las
familias más impías de la historia de la humanidad, pero Dios puede hacer Su maravillosa
obra de gracia aun dentro de las puertas y los muros de los incrédulos más infames. Es
irónico que aún en nuestros días, la más celebrada y publicitada atea de la segunda
mitad del siglo veinte tuviera un hijo que se hizo cristiano, muy a su pesar y disgusto.
Herodión era pariente de Pablo, lo cual probablemente indica que era judío (ver discusión
bajo v.7). Debemos recordar también el cercano parentesco que, como “hermanos”,
tienen todos los creyentes. No puede haber un pariente más cercano que un hermano.
El nombre “Herodión” puede indicar alguna relación con la familia de Herodes.
Hendricksen sugiere “asociado con” o “teniendo admiración por” la familia de Herodes.
Murray sugiere que pertenecía a la familia o a la casa de Herodes. Quizás él también
estaba relacionado con la casa de Aristóbulo (v.10).
El nombre “Narciso” nos recuerda a un joven mitológico, que era tan hermoso, que todas
las niñas deseaban pertenecerle, pero él solo las evitaba. No quería a ninguna.
Finalmente, una de las niñas, cuyo corazón él había herido, hizo la siguiente oración a
los dioses, “Que el que no ama a otros, se ame a sí mismo”. La diosa Némesis concedió
su petición. Cuando Narciso se inclinó sobre una límpida poza para beber y vio su propio
reflejo, se enamoró inmediatamente de él. El ardía de amor por sí mismo y no podía
dejar de contemplar su imagen. El permaneció allí, languideciendo lentamente hasta que
murió. De modo que Narciso (narcisismo) ha llegado a ser un término que se refiere a
AMOR A SÍ MISMO, un interés excesivo por la propia apariencia, bienestar, importancia,
habilidades, etc. Lamentablemente, esta es una de las principales características de los
últimos tiempos – “Porque habrá hombres amadores de sí mismos” (2 Ti.3:2).
Lightfoot sugiere que Narciso puede haber sido un rico y poderoso liberto que tenía una
cercana relación con el Emperador Claudio, sirviendo como su secretario, y que, más
tarde, fue ejecutado poco después que Nerón asumiera el trono. Si Aristóbulo estaba
relacionado con la casa de Herodes (ver v.10), entonces podría haber sido un cercano
aliado de Claudio. Estas dos posibilidades nos pueden ser de alguna ayuda para entender
Filipenses 4:22 (“los santos… de la casa de César”), porque habría habido al menos dos
casas dentro del palacio que tenían creyentes entre ellos.
Estas tres creyentes eran conocidas por su TRABAJO. La palabra significa trabajo arduo,
aun hasta el punto del cansancio y agotamiento. El creyente debe aprender a
DESCANSAR aun en medio del trabajo (Mateo 11:28). Estas tres mujeres trabajaron “en
el Señor” y sabemos que nuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Co. 15:58).
Nuestro trabajo debe ser “en el Señor” y también debe ser por amor a Su gran
Nombre (Ap.2:3), por causa de QUIÉN ES ÉL. AQUEL para quien trabajamos, es digno
de nuestro mayor esfuerzo y energía. ÉL merece nada menos que lo mejor de nosotros.
Si alguien trabajó, ese fue el Apóstol Pablo mismo: “Pero por la gracia de Dios soy lo
que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he TRABAJADO más que
todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Co.15:10 y comparar
Col.1:29; 2 Co.11:23). Este fue un TRABAJO motivado y capacitado por la gracia de
Dios. Nuestra motivación para trabajar también debería ser el AMOR—amor por el
Salvador y por los creyentes y por todos los hombres. Dios no es injusto como para
olvidar ese trabajo de amor (Hebreos 6:10).
Trifena y Trifosa tenían nombres muy similares y quizás eran hermanas (a veces los
padres dan a sus hijos nombres que suenan parecidos o que en alguna manera son
similares (Ruth y Raquel, Maricarmen y Marisol, etc.). El trabajo de Pérsida es descrito
en tiempo pasado, lo cual es inusual (el trabajo de las primeras dos mujeres es descrito
en tiempo presente). Hendricksen ofrece una posible explicación: “La distinción en el
tiempo del verbo, ¿indicaría que la fragilidad, relacionada con la edad, había alcanzado
a Pérsida, de modo que ya no estaba en condiciones de trabajar tan diligentemente
como antes? Si fuese así, Pablo se preocupa de que su trabajo anterior no pase al olvido.
Es una lección que todos debemos recordar”. Pablo era cuidadoso al referirse a una santa
femenina. En el v.9, él se dirige a Estaquis (un hombre) como “amado mío”, pero se
refiere a Pérsida como “la amada”. Es importante ser cuidadoso en estas cosas, no sea
que un hombre dé la impresión de ser demasiado familiar con una mujer.
Es posible que aquí Pablo esté enviando saludos al mismo “Rufo” que es mencionado en
Marcos 15:21, el hijo de Simón, el hombre que llevó la cruz de nuestro Señor. El “Rufo”
mencionado en Marcos 15:21 tenía un hermano llamado Alejandro. Pablo describe a la
madre de Rufo como “su madre y la mía”. Había un sentido en que Pablo llamaba a la
madre de Rufo como su madre, recordándonos Marcos 10:29-30. Sin duda que ella tuvo
ocasión de cuidar de Pablo como si fuera su propio hijo. Cuando somos salvos y llegamos
a ser miembros de la familia de Dios (Juan 1:12), pronto descubrimos que tenemos
muchos hermanos y hermanas y madres y padres. Los hijos de Dios, comprados con
sangre, tienen una relación única unos con otros. “Que las madres cristianas encuentren
aquí un campo inmenso para desarrollar ese prodigioso corazón de instintivo cuidado
amoroso dado por Dios a las madres, para que extiendan su solicitud maternal más allá
del círculo de su propia familia, a todos los cristianos y especialmente a todos los que
trabajan por Cristo. ¡El Señor lo tendrá presente en Su venida! (Newell).
Todos los creyentes son “escogidos en el Señor”. Todos somos los elegidos de Dios (ver
Col.3:12; Rom.8:33; 2 Ti.2:10; 1 Pedro 1:2; 2:9 donde se usa esta misma palabra).
Comparar también Efesios 1:4. Algunos piensan que este término es usado aquí en un
sentido especial, que significa que Rufo era un creyente “selecto” (un creyente
excepcional que tenía alguna eminencia). Thayerdice que puede tener el significado de
“preferente, selecto, es decir, lo mejor de su clase, excelente, preeminente”. Pero si
Rufo era un creyente tan excepcional y preeminente, ¿por qué es mencionado solamente
aquí y en ninguna otra parte de las Escrituras? (Aquila y Priscila, por ejemplo, son
mencionados varias veces en el Nuevo Testamento). De modo que es posible que Pablo
usara la expresión “escogido en el Señor” en su sentido normal y común. Quizás estaba
tratando de animar el corazón de Rufo recordándole el glorioso hecho de su elección, un
hecho que debiera provocar mucha gratitud en el corazón de todo creyente (2 Ts.2:13).
Quizás Rufo llegó a ser salvo de una manera muy notable, habiendo sido una persona
que parecía poco probable que jamás viniera a Cristo. Todos conocemos personas que,
desde un punto de vista humano, parecen candidatos imposibles para ser salvos: “¡Ese
hombre nunca será salvo!” Pero Dios, que convirtió a Saulo de Tarso, puede
sorprendernos maravillosamente. “Rufo, no olvides nunca la maravillosa obra de Dios
de llamarte y escogerte y atraerte a Sí Mismo. ¡Tu eres un trofeo de la gracia soberana
y salvadora de Dios!”
Cinco creyentes son saludados por nombre en el v.14 y se hace mención de los
“hermanos que están con ellos”. Cinco creyentes son mencionados en el v.15 como
también los “santos que están con ellos”. Ver nuestro comentario en cuanto a las
“iglesias hogareñas” bajo Romanos 16:5. Nereo puede haber sido un instrumento en la
salvación de dos Romanos famosos. En el año 95 D.C. Roma estuvo conmocionada
cuando dos distinguidos ciudadanos Romanos fueron condenados a muerte por ser
creyentes cristianos: Flavio Clemente y su esposa Domatilla (ella era la nieta de
Vespasiano, un Emperador anterior y era la sobrina de Domiciano, el Emperador
reinante). Flavio fue ejecutado y su esposa fue exiliada a una isla. Flavio y su mujer
tenían un sirviente doméstico llamado Nereo (ver v.15). Nereo era un nombre común,
pero si el sirviente doméstico de Flavio era el mismo hombre al cual se estaba refiriendo
Pablo, entonces es probable que Nereo tuviera influencia en la salvación de estas dos
personas eminentes.
En la iglesia primitiva había un parentesco único entre los creyentes: “Saludaos los unos
a los otros con ósculo santo (beso santo)”. También había una relación única entre las
asambleas de creyentes: “Las iglesias de Cristo os saludan”. Los creyentes tenían una
relación especial los unos con los otros y las asambleas tenían una relación especial las
unas con las otras, todo por causa de Jesucristo.
Hay ocasiones en que los creyentes tratan de obedecer la “letra de la ley”, y al hacerlo,
desobedecen el “espíritu de la ley”. Esto podría suceder con el “beso santo”. Hay algunas
iglesias en América que tratan de practicar esta costumbre, pensando que es bíblica. Sin
embargo, los que han sido testigos de ésto, informan que tal saludo es cualquier cosa,
menos cálido y afectuoso.
Besar a otros creyentes es tan extraño a nuestras costumbres, que hacemos los gestos
respectivos, pero pierden toda calidez y afecto. De modo que al guardar la letra de la
ley, hemos perdido el espíritu de la ley. Es mucho mejor perder la letra de la ley
reemplazando el beso por un cordial apretón de manos y así cumplir con el espíritu de
la ley (un saludo cálido y afectuoso). Los creyentes que viven en países en los cuales
esta clase de beso se practica, están en mejores condiciones para cumplir tanto con la
letra como con el espíritu de la ley.
“Las iglesias de Cristo” envían sus saludos a la iglesia de Cristo que está en Roma. Las
iglesias del primer siglo tenían un vínculo y una unidad que ya no encontramos entre las
iglesias hoy en día. Esto era así, porque las iglesias del primer siglo tenían en común lo
siguiente:
IGUAL PRÁCTICA “como el Señor llamó a cada uno, así haga; esto ordeno
en todas las iglesias” (1 Co.7:17).
IGUAL ORDEN “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas
las iglesias de los santos” (1 Co. 14:33).
Hoy hay un grupo de Iglesias llamado “LA IGLESIA DE CRISTO” que asegura basar sus
prácticas y su doctrina solamente en la autoridad de las Escrituras del Nuevo
Testamento. Lamentablemente, este grupo de iglesias promueve serios errores en al
menos dos puntos: 1) Ellos enseñan la regeneración bautismal, que una persona no
puede ser salva y que no puede tener sus pecados perdonados hasta que haya sido
bautizada en agua; 2) Ellos enseñan que un creyente en Cristo puede perder su
salvación.
En estos versículos Pablo expresa una advertencia y exhortación final en cuanto a los
falsos maestros, en los cuales él enuncia dos maneras en que los creyentes pueden
protegerse contra los falsos maestros. La primera es por SEPARACIÓN (v.17) y la
segunda es por PENETRACIÓN (v.18).
La primera manera en que podemos protegernos contra los falsos maestros es por
SEPARACIÓN. Este versículo está estructurado alrededor de dos mandamientos. La
separación bíblica sólo puede llevarse a cabo obedeciendo estos dos mandamientos. El
primer mandamiento es un mandato a identificar: FÍJENSE. Es imposible separarse de
un falso maestro si no sabes quién es. Tiene que ser identificado por lo que realmente
es. Este mandamiento es dado a los “hermanos” de Roma, no solamente a los ancianos
de Roma y no solamente a la directiva de esta asamblea local. Cada creyente debe tener
esta clase de discernimiento. Pablo estaba diciendo, “Asegúrense de reconocerlos y de
identificarlos. Tienen que estar constantemente en guardia contra aquellos que pueden
promover falsas doctrinas” (compare la advertencia que Pablo dio a los ancianos de Efeso
en Hechos 20:29-31).
Luego Pablo da alguna ayuda para identificar a esos falsos maestros, describiéndolos
como aquellos que “causan división y tropiezos”. Los que son fieles a la Palabra de Dios
y en buena manera de “mente estrecha” (la Biblia es un libro muy estrecho, comparar
Mateo 7:13-14), son acusados de ser DIVISIVOS. “Ustedes, los separatistas, están
siempre dividiendo el cuerpo de Cristo. ¿Por qué no son más amorosos y menos
dogmáticos en cuanto a lo que creen?” Etc. Pablo nos recuerda quienes son realmente
los que causan división: los que van en contra de la doctrina que había sido transmitida.
En otras palabras, los que causan división son los que rehúsan permanecer en obediencia
y fidelidad a la Palabra escrita de Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis. Los que se
apartan de ese seguro fundamento son los que, desde la perspectiva de Dios, causan
división. Ellos no deberían haberse movido del sólido fundamento de la roca de la verdad.
En cuanto a los que enseñan falsa doctrina, nótese lo que el Nuevo Testamento nos dice
en otras partes:
(Cada uno de estos pasajes debe ser estudiado en su contexto para que
cada mandamiento pueda ser entendido correctamente y obedecido
apropiadamente).
Romanos 16:19
Después de dar una seria advertencia contra los falsos maestros no regenerados, Pablo
amonesta a los romanos en cuanto a su responsabilidad hacia el bien y el mal. El destaca
primero su fidelidad (ellos no habían sucumbido ante la enseñanza falsa): “vuestra
obediencia ha venido a ser notoria a todos”. Ya hemos visto que los romanos eran
famosos por su fe (Romanos 1:8). Donde hay fe, también habrá obediencia: “por fe
Abraham….obedeció” (Hebreos 11:8). El mejor antídoto contra la enseñanza falsa es
obedecer simplemente la Palabra de Dios (comparar Rom.6:17). Su obediencia causaba
que Pablo estuviera contento y se gozara sobre ellos (comparar con el regocijo del
apóstol Juan sobre los creyentes obedientes en 3 Juan 3-4). Los creyentes Romanos
ocupaban un lugar crucial y estratégico en el corazón del imperio y sería trágico que su
fe se corrompiera. Históricamente sabemos que con el tiempo esto sucedió. El sistema
religioso más corrupto e influyente que jamás se desarrollara desde el cristianismo lleva
el nombre “Romano”- la iglesia Católica romana.
El sincero deseo de Pablo para esos creyentes era que ellos fuesen “sabios para el bien
e ingenuos para el mal”. Ser sabio para el bien comprende “el constante estudio de la
Palabra de verdad de Dios, y la cuidadosa observación y valoración de lo que es bueno
en las vidas que nos rodean y en las vidas y obras que leemos. Pablo resume la idea en
Filipenses 4:8” (Newell). Dios quiere que seamos estudiantes esmerados cuando se trata
de lo que es bueno, quién es bueno y cómo ser bueno. Debemos estar comprobando
constantemente cual sea esa buena voluntad de Dios (Rom.12:2), siguiendo siempre lo
bueno (1 Ts.5.15; 1 Pedro 3:13), evitando siempre lo que no es bueno (1 Pedro 3:11)
y abundando siempre en toda buena obra (2 Co. 9:8; Ef.2:10; 2 Ts.2:17; 2 Ti.3:17; Tito
3:1) llevando fruto en toda buena obra (Col.1:10).
Ser “ingenuo para el mal” tiene que significar, en cierto sentido, lo opuesto a “ser sabio
para el bien”. No debemos ser sabios para el mal. Debemos ser ingenuos (inocentes,
ignorantes) para el mal, en un buen sentido. No debemos inspeccionar el mal, en el
sentido de ir y averiguar por experiencia y por investigaciones personales cuán podrido
ha llegado a ser el sistema del mundo. Cuando se trata de conocimiento y entendimiento,
debemos ser maduros y no como niños, pero cuando se trata de la malicia y maldad,
debemos ser muy inmaduros e ignorantes (1 Co. 14:20). Cuando hay un programa de
televisión corrupto, el creyente no necesita verlo para descubrir por sí mismo lo malo
que es, para poder advertir a otros. “Muchos cristianos razonan que ven películas y
programas de televisión degradantes, porque dicen que deben estar familiarizados con
los caminos del mundo para poder analizar mejor la cultura secular y estar mejor
preparados para testificar a los mundanos. Pero no es necesario escarbar la basura para
reconocerla por lo que es, y mientras más andamos alrededor de ella, tanto más se nos
adhiere su hediondez. Mientras más estemos dispuestos a asociarnos con el mal, tanto
más nos rebajará a su nivel” (MacArthur). Debemos “aborrecer lo malo” (Rom.12:9) y
esquivarlo con horror y no tratar de acercarnos lo suficiente como para investigarlo.
Como pecadores salvos por gracia, ya hemos estado lo suficientemente cerca del pecado.
Nuestro objetivo ahora es alejarnos de él no más posible, “aborreciendo aun la ropa
contaminada con su carne” (Judas 23).
La palabra “ingenuo” significa literalmente “sin mezcla, sencillo”. Viene de un verbo que
significa “mezclar, combinar, mezclar vino y agua” con el prefijo negativo, de modo que
“no mezclado, separado”. Significa sin “entremezclar el mal, libre de engaño, inocente,
sencillo” (Thayer). Se usaba para vino no diluido con agua (vino puro) y de metal que
no ha sido amortiguado (metal puro). Se usa en otros dos lugares en el Nuevo
Testamento – 1) Filipenses 2:15, “para que seáis irreprensibles y sencillos hijos de
Dios….en medio de una generación maligna y perversa”. 2) Mateo 10:16 –“sed
prudentes como serpientes y sencillos como palomas” (nótese que aquí, tal como en
Rom.16:19, la palabra se contrasta con la palabra “sabio”). En las Escrituras, la “paloma”
parece ser un símbolo de pureza. Se usa en Cantar de los Cantares 6:9 como término
paralelo a “inmaculado” y es un símbolo del Espíritu Santo en Mateo 3:16.
Romanos 16:20
En este versículo se da al creyente esa maravillosa promesa de que nuestra lucha con
Satanás llegará pronto a su completo y total final, con Satanás totalmente vencido y con
la gloriosa victoria que comparten los santos de Dios. Dios es el “Dios de paz” en el
sentido de que ÉL solamente puede poner fin a la guerra con Satanás, lo cual resultará
en paz para los santos (“paz” en el sentido de acabar con la guerra, libre de conflicto).
Obviamente, el pueblo de Dios disfruta ahora de la paz de Dios (Juan 14:27), pero a la
luz de la promesa de este versículo, Pablo estaba pensando probablemente en la paz
final que el creyente tendrá con la derrota de Satanás.
Esta promesa se refiere directamente a Génesis 3:15, donde se nos dice que la simiente
de la mujer (Cristo) heriría o aplastaría la cabeza de la serpiente (un golpe fatal), y que
Satanás heriría o golpearía el calcañar de Cristo (la cruz del Calvario). Dios infligirá un
aplastante golpe al archienemigo de nuestras almas, y nosotros participaremos de la
victoria de Dios sobre Satanás. Los que son “coherederos” (Rom.8:17) también son “co-
conquistadores”. El será aplastado “bajo vuestros pies”. Cuando los israelitas
conquistaban a reyes enemigos, ellos simbolizaban su gran victoria poniendo sus pies
sobre sus cuellos (Josué 10:24). Dios invita a Sus santos a celebrar Su victoria sobre
Satanás.
¿Cuándo tendrá lugar esta gran derrota de Satanás? Sucederá “en breve, rápido,
repentino, pronto”. Los creyentes son animados por el hecho de que la lucha, aunque
difícil, no será larga. Podemos esperar que sea pronto. El tiempo de Satanás es corto y
su derrota es segura.
Proféticamente sabemos que, a la mitad de la tribulación, Satanás será echado fuera del
tercer cielo y que ejecutará su furia sobre la tierra, sabiendo que su tiempo es corto
(Ap.12:12). Sabe que su destino está sellado. Tres años y medio después, será lanzado
al abismo y en ese tiempo estará literalmente “bajo los pies” de los santos del milenio.
Su último y final destino se describe en Apocalipsis 20:10 (y comparar Mateo 25:41).
Cuando Pablo escribió a los Romanos, Satanás, aunque derrotado en el Calvario, era aún
un enemigo formidable y activo, tal como también lo es hoy (1 Pedro 5:8-9; 1 Juan
4:4). Los creyentes del primer siglo, tal como los creyentes de hoy, están esperando
ansiosamente el inminente regreso de Cristo (Tito 2:13; Rom.13:11; 1 Co.1:7; etc.).
Sabemos que una vez que suceda este evento (lo que puede ser en cualquier momento),
la derrota de Satanás seguirá prontamente. Es desde la perspectiva de la inminencia
que podemos hablar de la derrota de Satanás como “pronto”. Los creyentes de cualquier
período de la historia de la iglesia deberían animarse con el hecho del pronto regreso de
Cristo y de la pronta derrota de Satanás.
Esta frase griega “pronto” o “en breve” también se encuentra en Apocalipsis 1:1 y 22:6—
“las cosas que deben suceder pronto”. Hay quienes piensan hoy que el período de la
tribulación no es futuro, sino que ya se ha cumplido en la historia o alrededor del
tiempo de la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C. Ellos creen que la mayor parte
de la profecía, incluso la mayoría de lo que se ha predicho en el libro de Apocalipsis, se
cumplió en ese tiempo. Puesto que dice, “las cosas que han de suceder pronto”, ellos
razonan que todas estas cosas tienen que haber sucedido en el primer siglo. Pero
Romanos 16:20 sirve como argumento en contra de tal pensamiento. Obviamente,
Satanás es un enemigo activo y peligroso en el día de hoy, y que aun no ha recibido su
golpe aplastante y destructivo, aun cuando Pablo prometió hace como 2000 años que
esto sucedería pronto. Sin embargo, desde la perspectiva de los creyentes de entonces
y de ahora, puede anticiparse que este evento tendrá lugar “en breve”.
Nótese que DeMar, al tratar de interpretar “en breve” literalmente, está obligado a
interpretar el versículo en una forma no-literal. El dice que “en breve” significa “en
breve”, pero luego sigue explicando que Satanás realmente no significa Satanás, sino
que es una mera metáfora de los judíos incrédulos que serán aplastados en el año 70
D.C. Esto es típico de la posición preterista. Al insistir en que la mayoría de las profecías
encontraron su cumplimiento en el primer siglo, se ven forzados a entender la mayoría
de las profecías de una manera muy no literal.
Romanos 16:21-24
En la primera parte de este capítulo Pablo envía sus saludos personales a varios santos
en Roma. En esta sección, comenzando con el v.21, Pablo transmite a los romanos los
saludos de sus compañeros que estaban con él en Corinto. El libro de Romanos fue
escrito en Corinto hacia el final del tercer viaje misionero de Pablo.
Gayo (v.23) era conocido por su hospitalidad y no solo hospedaba a Pablo, sino a toda
la asamblea. “Aquí tenemos un hermano cuya hospitalidad recibió con los brazos abiertos
a todos los santos. Hermano, si anhelas ser útil a los santos de Dios, ¡sé un Gayo! No
cuentes las cosas que posees como propias, sino como de la pertenencia de Cristo, y,
por lo tanto, que los que son de Cristo las usen liberalmente” (Newell). El es
probablemente el mismo hombre mencionado en 1 Corintios 1:14, a quien Pablo bautizó
(Pablo escribió Romanos desde Corinto). Algunos lo identifican con Justo de Hechos
18:7. Se piensa que Gayo era un hombre rico y prominente y como tal él puede haber
tenido una casa espaciosa, apta para reunir a los santos para la adoración.
Cuarto (v.23) puede no haber sido una persona prominente, pero él era un hermano
amado en Cristo y Pablo envió sinceros saludos de Cuarto a los Romanos. Cuán
agradecidos debemos estar que Cristo no se avergüenza de llamarnos “hermanos”
(Hebreos 2:11). Cuarto fue el último de los compañeros de Pablo que envió saludos.
En el v.24 Pablo da la bendición final, muy similar a lo que está escrito en el v.20.
Algunos manuscritos omiten este versículo. Escribir dos bendiciones seguidas no era
ajeno al estilo de Pablo (ver 2 Tesalonicenses 3:16, 18). El creyente en Cristo no puede
ser recordado demasiadas veces de su necesidad del Dios de gracia y de la gracia de
Dios (comparar 2 Co.9:8; 2 Ti.2:1).
Romanos 16 Romanos 1
“mi evangelio” – v.25 “el evangelio de Dios” –v.1
“dar a conocer a todas las gentes” –v.26 “en todas las naciones” –v.5
“La revelación del misterio que se “que ÉL había prometido antes por
ha mantenido oculto desde tiempos Sus profetas en las Santas
eternos, pero que ha sido Escrituras –v.2
manifestado ahora y por las
Escrituras de los profetas” –v.25-26
El Evangelio Antiguo
El mensaje del evangelio se centra alrededor de la Persona y la obra de Cristo,
especialmente Su muerte sustitutiva y Su resurrección corporal de la muerte. Pablo
define más claramente el evangelio en 1 Corintios 15:1-4, donde dice “Cristo murió por
nuestros pecados conforme a las Escrituras….y resucitó al tercer día conforme a las
Escrituras”. La cruz y la tumba vacía no tienen que ser predicadas conforme a nuestras
ideas y opiniones, sino estrictamente en conformidad y en concordancia con lo que ha
sido revelado acerca de estos tremendos eventos en las Escrituras, para ser exactos, en
las Escrituras del Antiguo Testamento. Por ejemplo, la explicación más descriptiva y la
información más detallada de la muerte sustitutiva de Cristo es dada en Isaías 53, como
700 años antes de que Cristo fuera crucificado. Aún en el Nuevo Testamento es difícil
encontrar la doctrina de la muerte sustitutiva de Cristo tan minuciosamente presentada
como en Isaías 53 (los escritores del Nuevo Testamento asumen que ya has dominado
lo que Dios ha dicho por medio del profeta Isaías). La prueba de que las grandes
verdades de la muerte y resurrección de Cristo fueron reveladas en el Antiguo
Testamento se puede encontrar en las palabras de nuestro Señor resucitado en Lucas
24:44-46.
Cuando Felipe predicó el evangelio al etíope, el usó Isaías 53 como punto de partida
(Hechos 8:28-35). En Hechos 2:24-32 Pedro predicó la resurrección de Cristo y usó el
Salmo 16 como base de su mensaje. En Hechos 3:18 Pedro predicó el evangelio y
anunció que los sufrimientos de Cristo habían sido predichos por boca de todos los
profetas de Dios. En Hechos 4:10-11 Pedro predicó la muerte y resurrección de Cristo y
la basó en el Salmo 118. En Hechos 10:43 Pedro proclamó que todos los profetas han
señalado hacia Jesucristo y el perdón que se encuentra en ÉL. En Hechos 13:33-37 Pablo
predicó el evangelio en una sinagoga y dijo a los judíos que la resurrección de Cristo era
el cumplimiento del Salmo 2 y del Salmo 16.
El evangelio que predicaba Pablo era “conforme a las Escrituras (del Antiguo
Testamento)” (1 Co.15:3-4). Los temas básicos de la cruz y de la tumba vacía y de la
justificación por fe se encuentran en el Antiguo Testamento. No había ningún misterio
en esto.
El Evangelio Nuevo
Hoy hay un aspecto de “misterio” en el evangelio que era desconocido en otras edades,
pero que ahora, en esta edad, forma el verdadero núcleo de la predicación del evangelio:
Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres,
como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los
gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la
promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio….. me fue dada esta gracia de
anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,
(Efesios 3:5-8).
En esta edad, por lo tanto, hay un elemento distintivo en el contenido del evangelio que
es llamado “el misterio del evangelio” (ver Efesios 6:19 y comparar Colosenses 1:26-
27; 4:3). Esta nueva revelación es que los gentiles son coherederos y co-miembros del
cuerpo y copartícipes de la promesa (Efesios 3:6). Esa igualdad –judíos y gentiles unidos
en un cuerpo- era desconocida anteriormente. El mensaje distintivo de la iglesia es que
tanto judíos como gentiles pueden creer el evangelio y estar unidos en UN CUERPO (1
Co.12:13) con el propósito de manifestar y dar testimonio de Cristo, quien es la Cabeza
soberana de este organismo vivo y único.
Consideremos algunas de las palabras y frases clave de estos tres versículos finales:
Romanos 16:25
“Para confirmaros” significa hacerte firme y constante, guardarte de caer. Dios tiene
todo el poder y la habilidad para establecer a los creyentes en la verdad, que nuestra FE
esté asentada en los HECHOS de Dios. Los creyentes que no están bien versados en las
verdades expuestas en el libro de Romanos, están en terreno peligroso y son
susceptibles a muchos graves errores. Pero aquellos creyentes que han dominado la
obra doctrinal maestra de Pablo, se han fortalecido en estas grandes verdades
fundamentales y es difícil lograr que se muevan o desvíen del sólido fundamento sobre
el cual se han establecido. Como caso en cuestión, el compañerismo de Iglesias Bíblicas,
del cual yo formaba parte, fue dañado profundamente por una falsa enseñanza
que negaba la Eterna Filiación de Cristo (enseñando, por el contrario, que Cristo llegó a
ser el Hijo de Dios en el momento de la encarnación). Este error es tan simple y
claramente respondido y refutado en Romanos 1:3-4 (en la encarnación, Aquel que ya
era Hijo, llegó a ser hombre “del linaje de David según la carne”, en tanto que el punto
de vista erróneo enseña que en la encarnación el Dios eterno llegó a ser el Hijo). Esto
es solo un ejemplo de cómo un correcto entendimiento de la enseñanza expuesta
en Romanos puede establecer a los creyentes en la verdad y guardarlos de caer en el
error.
¿Qué quería decir Pablo con “mi evangelio”? ¿En qué sentido pertenecía el evangelio a
Pablo? Recuerda, en Romanos 1:1 Pablo había dejado muy en claro que las buenas
nuevas que predicaba eran “el evangelio de Dios”. Eran las buenas nuevas de Dios. ¿En
qué sentido eran las buenas nuevas de Pablo? Hay al menos dos razones por las cuales
Pablo personalizaba las buenas nuevas: 1) Era el evangelio de Pablo en el sentido
de que había sido confiado a él: “El glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me
ha sido encomendado” (1 Ti.1:11). “La comisión (dispensación, mayordomía) del
evangelio me ha sido encomendada….porque me fue impuesta necesidad; ¡y hay de mí
si no anunciare el evangelio!” (1 Co.9:17,16). Pablo tomaba muy en serio su
responsabilidad en cuanto al evangelio. 2) Era el evangelio de Pablo en el sentido
de que había sido revelado únicamente a él: “El evangelio anunciado por mí no es
según hombre; pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación
de Jesucristo” (Gálatas 1:11-12). “Mi evangelio…..según la revelación del misterio”
(Romanos 16:25-26). “Subí según una revelación, y les expuse el evangelio que predico
entre los gentiles” (Gálatas 2:2). “Por revelación me fue declarado el misterio” (Efesios
3:3 y comparar v.6— “por medio del evangelio”).
Las buenas nuevas de Pablo incluían el misterio: “a fin de que al abrir mi boca me sea
dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” (Efesios 6:19).
En vista de ésto, hay dos errores ultradispensacionalistas que deben evitarse: 1) Pablo
fue la única persona que recibió la revelación del misterio. Este error es corregido
por Efesios 3:5 que enseña que el misterio es revelado a los santos apóstoles y profetas
de Dios. Sin duda, Pablo era el principal revelador del misterio, pero no fue dado
exclusivamente a él. El no fue el único administrador de los misterios de Dios (1 Co.4:1-
2). 2) El misterio no fue dado a conocer hasta que Pablo lo reveló. Los misterios
de Dios son revelados en toda la plenitud de su hermosura en las epístolas de Pablo,
pero Pablo no fue el primero en revelar estos secretos.
Debería notarse que el misterio había sido revelado, al menos en forma embrionaria,
por el Revelador principal, nuestro Señor Jesucristo. Esto se ve especialmente en los
misterios de Mateo 13 y en el Discurso del Aposento Alto de Juan 14-17. Aquí hay
algunos ejemplos:
Lewis Sperry Chafer también descubrió una significativa correspondencia entre los
“misterios del reino de los cielos” como están delineados en Mateo 13 y los misterios
revelados por Pablo en las epístolas del Nuevo Testamento:
En Mateo 13 están dadas, por Cristo Mismo y bajo siete parábolas, las
características de la presente edad. En esta Escritura, esta edad misma es
declarada un misterio o un secreto sagrado (Mateo 13:11), y las parábolas
desarrollan la verdad de que hay tres aspectos principales presentes durante esta
edad, es decir, (a) lo que es aceptable – el trigo, la perla, y los peces buenos; (b)
lo que representa a Israel enceguecido (vs.14-15), que es el tesoro escondido en
el campo – el campo es el mundo- y (c) la presencia del mal- la cizaña, las aves
malas, levadura y peces malos. Debería observarse que en el Nuevo Testamento,
cada uno de estos tres factores mismos es declarado ser un misterio o un secreto
sagrado: (a) la Iglesia compuesta de Judíos y Gentiles en un cuerpo (Ef.3:4-6),
(b) Israel enceguecido hasta que la Iglesia haya sido llamada (Rom. 11:25; cf.
Hechos 15:13-18), y (c) la presencia y la característica del mal en esta edad (2
Ts.2:7). Ver Teología Sistemática, vol.IV.
Hay cinco pasajes que definen claramente lo que es un misterio en el Nuevo Testamento.
Son los siguientes:
De acuerdo con esta definición basada en la Biblia, los dispensacionalistas han mantenido
la posición de que un misterio en el Nuevo Testamento es algo que nunca se había
revelado en generaciones anteriores (en el período del Antiguo Testamento), pero que
Dios tuvo a bien revelar en los tiempos de Pablo. Como ya se ha esbozado, esos misterios
fueron dados a conocer primero por Cristo (parcialmente) y luego por Su apóstol Pablo
(totalmente). Contrario a esta posición es la Teología Reformada (Teología del Pacto),
que dice que los misterios del Nuevo Testamento fueron revelados en tiempos del
Antiguo Testamento, pero que no fueron entendidos tan claramente como hoy día. Ellos
enseñan que esos misterios no estaban del todo ausentes del Antiguo Testamento. De
modo que ellos enseñan que los misterios fueron revelados parcialmente, pero que no
fueron entendidos hasta más tarde. Sin embargo, esto es contrario a los cinco pasajes
indicados anteriormente. Estos versículos no dicen que el misterio hubiese sido dado a
conocer parcialmente, sino que no había sido dado a conocer en absoluto. Estaba oculto
y guardado en secreto y encerrado en el amante corazón de Dios.
Ilustremos esto con un ejemplo específico. En 1 Corintios 15:51-52 Pablo dio a conocer
un misterio que había estado escondido en tiempos anteriores. El secreto que él reveló
es que habría toda una generación de creyentes vivos que no gustarían la muerte física.
El Antiguo Testamento no dice nada, en ninguna parte, acerca de un evento tal. Moisés,
Elías, David e Isaías nunca tuvieron la más mínima indicación de que tal cosa sucedería
algún día. Esto estaba totalmente oculto para ellos y no se podía encontrar en sus santas
Escrituras. Dios nunca dijo una palabra de ésto hasta los tiempos del Nuevo Testamento,
cuando fue insinuado por nuestro Señor (Juan 14:1-3) y explicado totalmente por Pablo
(1 Co.15:51-52 y 1 Ts.4:13-18). Este es un verdadero misterio del Nuevo Testamento.
El misterio del cual Pablo habló en Romanos 16 era que tanto Judíos como Gentiles eran
tratados por Dios sobre la base de total igualdad y que, al creer en Cristo, ellos serían
unidos en un cuerpo con el propósito de mostrar las excelencias de Aquel que los llamó
de las tinieblas a Su luz admirable. De dos, Dios hizo UN NUEVO HOMBRE (Efesios 2:11-
18) y UN NUEVO REBAÑO (Juan 10:16). Y es nuestro privilegio, en los días en que
vivimos, dar a conocer este misterio, revelar el secreto, descubrir la revelación que había
estado oculta. Este es un caso en que Dios quiere que seamos buenos para contar
secretos (en contraste con Prov.11:13 donde contar secretos es condenado).
Romanos 16:26
“Pero que se ha dado a conocer ahora por las Escrituras de los profetas”
El misterio que había estado oculto, ahora es dado a conocer. La frase “por las Escrituras
de los profetas” es una traducción pobre. Debería traducirse “por las escrituras
proféticas” (Kelly, Darby). Dios ha dado a conocer este misterio por los escritos de Sus
profetas.
Es difícil entender cómo los intérpretes no-dispensacionalistas pueden pensar que ésto
se refiere a los escritos del Antiguo Testamento, especialmente después que Pablo acaba
de decir que el misterio había estado oculto en épocas anteriores. Pablo tiene que estar
refiriéndose a profetas del Nuevo Testamento. En Efesios 3:5 leemos que el misterio que
no había sido dado a conocer a los hombres en otros tiempos, ahora es revelado a los
santos apóstoles y profetas de Dios. Estos son apóstoles y profetas del Nuevo
Testamento, los mismos hombres a los que se refiere Efesios 2:20 (ver también 1 Co.
12:10, 29; Efesios 4:11). Por cierto que los escritos que exponen más clara y
completamente los misterios son las epístolas de Pablo, siendo Pablo el principal, pero
no el único revelador de los misterios. Cuando se trata de los misterios, los profetas del
Antiguo Testamento estaban en total oscuridad. El Único que conocía estos misterios
durante el período del Antiguo Testamento era Dios Mismo.
Pablo usa esta palabra, con respecto a su misión, solo en otros dos lugares: 1) “Pablo,
apóstol de Jesucristo por mandato (orden) de Dios nuestro Salvador y del Señor
Jesucristo, nuestra esperanza” (1 Ti.1:1). Pablo era un apóstol (un “enviado”) por orden
del Dios vivo, y hay un sentido en al cual esto es cierto en cuanto a todo creyente:
“Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan 17:18 y ver
20:21). El mandato y orden de Dios es que nosotros debemos representarlo bien en el
mundo y que debemos dar a conocer Su glorioso evangelio a todas las naciones. 2) “Y
a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue
encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador” (Tito 1:3). Pablo sabía que tenía
una responsabilidad por el evangelio y una responsabilidad de predicar que le había sido
encomendada. El estaba bajo órdenes para dar a conocer y manifestar la Palabra de
Dios por medio de la predicación.
Por cierto que estas afirmaciones están en total armonía con la Gran Comisión que
incluye el mandato de Cristo de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda
criatura (Marcos 16:15), hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:19-20),
predicar el arrepentimiento y la remisión de pecados a todas las naciones, empezando
primero por los judíos (Lucas 24:27) y ser testigos de Cristo por todo el mundo,
empezando por Jerusalén (Hechos 1:8; y comparar Romanos 1:16- “al judío
primeramente”). Pero con el paso del tiempo, los primeros discípulos aprendían más y
más acerca de las verdades de la iglesia y del misterio y estas revelaciones adicionales
sirvieron para profundizar y enriquecer su entendimiento del evangelio de la gracia y del
propósito de Dios para la edad presente. Pero ninguna de estas revelaciones adicionales
disminuyó jamás su obligación de predicar a Cristo y Su evangelio de acuerdo con las
órdenes de marcha originales que ellos habían recibido durante los 40 días entre la
resurrección y la ascensión.
“Se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe”
Aquí el lenguaje es muy similar a Romanos 1:5 –“para la obediencia a la fe en todas las
naciones”. Todos los hombres en todas las naciones son mandados a creer y ser salvos
(comparar Hechos 17:31 y 1 Juan 3:23a). Todos los hombres en todo lugar son
responsables de OBEDECER el evangelio creyendo en el Señor Jesucristo. Los que
DESOBEDECEN el evangelio serán castigados con eterna perdición (2 Tesalonicenses
1:8-9). Debemos hacer saber a la gente que Dios les ha mandado a que sean salvos, y
que les exhorta enfáticamente a responder al evangelio de la manera correcta (comparar
2 Corintios 5:18-21).
Romanos 16:27