La sociedad mexicana se ha caracterizado por ser patriarcal, donde las relaciones
entre cónyuges asumen diferentes roles, donde la mujer se enfrentan de muchas maneras al dominio masculino, generando desigualdad. La mujer se convierte en propiedad privada de su marido, en este núcleo se muestran diferentes formas de violencia y se vuelve una jerarquización para todos los miembros de la familia; el jefe de familia manda, el ama de casa sirve, los hijos obedecen. Por consecuencia las relaciones de genero son de poder, creencias, valores, estereotipos y normas sociales que las sociedad elabora a partir de la diferencia sexual, todo esto tiene como consecuencia que las mujer sea apartadas a roles de producción laboral menos valoradas como la domestica y el hombre a la esfera considerada como privilegiada, la pública. Algo muy importante es que la mujer se está dando cuenta de que no puede seguir en un papel de dominación o diferenciación ante la sociedad mexicana. Hay una nueva generación de mujeres jóvenes e inconformes que comenzó a dar principio al movimiento feminista en México, que llevaron a los movimiento y activismo por el derecho de la mujer, estos movimientos fueron los que marcaron la diferencia para comenzar a buscar espacio en los lugares privilegiados del hombre así como en el trabajo y la educación, esta lucha no ha concluido y a pesar del paso del tiempo, aun es visible la desigualdad de género; ya que este problema sigue presente en el núcleo familiar, por eso es muy importante reflexionar acerca de una parte de la población que ocupa la mitad de nuestro territorio y se trata de la mujer. La división sexual de trabajo en la sociedad moderna divide la producción en términos de género y de las esferas llamada pública y privada, en donde la esfera pública es donde se expresan y gestionan los intereses universales y la esfera privada o doméstica se encarga del bienestar de sus propias familias. A las mujeres se les asigna principalmente la responsabilidad de la esfera privada, en tanto que a los hombres se les da el acceso privilegiado a la esfera pública, que para las feministas liberales es la esfera donde se pueden obtener las verdaderas recompensas de la vida social, es decir, el dinero, el poder, status, libertad, oportunidades de promoción y valía personal. Es por lo anterior que el hombre y la mujer no solo están situados en la sociedad de manera diferente, sino también desigual; en concreto la mujer tienen menos recursos materiales, status social, poder y oportunidades para la autorrealización. Esta desigualdad procede de la misma organización de la sociedad no de la diferencia biológica o de personalidad entre hombre y mujer, es por esto que la desigualdad entre género no equivale a que la mujer sea menos capaz, sino son las condiciones sociales las que las reprimen reduciendo sus oportunidades de sobre salir en el ámbito laboral, profesional y en todos aquellos donde incursione. La desigualdad de género al interior de la familia, se construye desde la infancia, mejor dicho desde que se nace, dicha construcción se refuerza al paso del tiempo por la división del trabajo, la cual se define por el sexo de los integrantes . Las sociedades se han encargado de especializar a el hombre y la mujer en actividades particulares del trabajo, enfocándolos en roles específicos determinados por el sexo, lo cual delimita de forma excluyente el trabajo, en el caso específico de las mujeres se ha mitificado que el trabajo privado es exclusivo de ellas, esto se debe a que la división del trabajo genérico-sexual es concebido como natural o como creación divina. A pesar de que las mujeres siempre han trabajado, se han enfrentado a la falta de reconocimiento, porque existen dificultades para definir su trabajo como natural por las características sexuales, además de que una parte de su trabajo le ocurre y lo hace, en y por mediación de su cuerpo. Las mujeres en muchas ocasiones cumplen con una doble jornada de trabajo, público (productivo, asalariado, a contrato) y privado (reproductivo, el cuidado de los hijos, padres y esposo). La doble jornada se refiere a una misma unidad convencional de tiempo a parir de la cual se regulan las relaciones laborales, la mujer lleva acabo dos jornadas distintas definidas por trabajo cuyas características sociales son diferentes. Es preciso mencionar que la jornada doméstica, no es concebida como trabajo, sino como actividades propias del sexo femenino, es decir, como naturaleza femenina, esta jornada no tiene límites formales, ni se estable mediante contrato laboral, no hay diferencia entre días festivos y momentos de ocio. Las mujeres en muchas ocasiones cuentan con poco tiempo autónomo (es aquel que se estructura y se organiza por la misma persona que lo usa), es decir su tiempo en mayor medida es heterónomo (es estructurado y organizado por y para otros). Sin embargo podemos ver que la incorporación de la mujer a la educación superior debe reconocerse como el parteaguas para la formación de nuevas concepciones con respecto al género y por ende a la desigualdad de género. Propósito. Mi idea es poder demostrar la inmensa desigualdad que tiene que soportar la mujer en México, ya que como se menciona en el texto la desigualdad de género es demasiada, y no solo se ve en el hogar sino también en la escuela, en el trabajo y en la sociedad en general. Esto es algo que tiene que cambiar, ya que como mujer me siento igual que las demás, y siento que debo de comenzar a tener un lugar importante en esta sociedad, al igual que muchas mujeres, ya que soy capaz de hacer muchas cosas, y puedo tener un lugar importante, ya que tengo la capacidad y la fortaleza suficiente para hacerlo, y en con este ensayo pretendo mostrar un poco de la realidad que vivimos, y espero hacer llegar a hacer conciencia en las personas que lean este escrito, ya que es ese el propósito principal. Tesis Se propone analizar la desigualdad de género que se tiene entre hombres y mujeres, y su impacto en la sociedad mexicana. Se pretende hacer frente a las problemáticas más usuales de la desigualdad, y darles una solución objetiva, demostrando la capacidad y los elementos con los que cuentan las mujeres pueden tener las mismas oportunidades que los hombres.