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Voces: APERTURA A PRUEBA ~ APLICACION SUPLETORIA DE LA LEY ~ AUDIENCIA ~

AUDIENCIA DE PRUEBA ~ CODIGO PROCESAL CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACION ~ DEFENSA


EN JUICIO ~ ESTADO ~ LIBERTAD DE LOS MEDIOS DE PRUEBA ~ OFRECIMIENTO DE PRUEBA ~
PROCEDIMIENTO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO ~ PRUEBA
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contenciosoadministrativo Federal, sala
IV(CNFedContenciosoadministrativo)(SalaIV)
Fecha: 14/12/2004
Partes: Moreyra, Jorge A. c. Estado Nacional (E.M.G.E.)
Publicado en: LA LEY 2005-E con nota de Orlando D. Pulvirenti LA LEY 2005-E, 277

Sumarios:
1. Corresponde confirmar la resolución del juez de grado que en el marco de un proceso contencioso
administrativo denegó la audiencia prevista en el art. 360 del CPCC abriendo la causa a prueba, toda vez que el
actor no ha demostrado de qué modo se ha conculcado su derecho de defensa con esta última decisión, ya que
importa la habilitación de un período dentro del cual los interesados podrán ofrecer y producir toda la prueba
que estimen pertinente para la adecuada defensa de su pretensión.
2. Cabe hacer lugar al recurso de apelación interpuesto en un proceso contencioso administrativo, contra la
sentencia del a quo que denegó la audiencia prevista en el art. 360 del CPCC y abrió la causa a prueba, pues la
supletoriedad de las normas del código procesal no puede ser entendida como la aplicación de éstas en
determinados supuestos, sino su inaplicabilidad cuando el hecho de la presencia del Estado en el proceso hace
inadecuado la vigencia de algún instituto en él contenido, situación que no se advierte en el caso de autos. (del
voto en disidencia del doctor Galli)

Texto Completo: 2ª Instancia. - Buenos Aires, diciembre 14 de 2004.


Considerando: I. Que la parte actora solicitó que se citara a la audiencia prevista en el art. 360 del código
procesal (fs. 190).
La señora juez de primera instancia no hizo lugar a lo peticionado y abrió la causa a prueba por el término de
40 días, disponiendo que las partes deberían ofrecer las que estimaran pertinentes dentro de los 10 primeros días
de consentida esa providencia (fs. 191). La decisión halló sustento en que en el proceso contencioso
administrativo el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación sólo era aplicable en forma analógica por
tener su ámbito de aplicación en las controversias del derecho privado y no en las de derecho público, y en que
la fijación de la audiencia tenía un ámbito natural ajeno al derecho administrativo y a la intervención del Estado
en juicio.
II. Que contra esa decisión la actora interpuso y fundó su recurso de apelación (fs. 194 y 196/201).
La apelante alegó que se habían conculcado sus derechos adquiridos a la realización de la audiencia y que se
había vulnerado la garantía de defensa en juicio. Indicó que tenía derecho a saber cuáles eran los hechos
controvertidos y cuáles aquellos conducentes para la solución del pleito y a ofrecer la prueba que hiciera a esos
hechos, evitando el alargamiento innecesario del proceso. Hizo mérito de no habérsele dado debida oportunidad
de probar los hechos conducentes a su derecho, citando jurisprudencia en ese sentido.
Por otra parte entendió que la resolución apelada no estaba debidamente fundada, que en ella se esgrimían
fundamentos aparentes sin hacer mención de los hechos de la causa y que ante un planteo similar la sala II de
esta Cámara había resuelto en sentido contrario a lo dispuesto por la juez.
III. Que, ante todo, cabe recordar que la expresión de agravios debe contener una crítica concreta y razonada
de las partes del fallo que la apelante considere equivocadas. De esta manera, el contenido de la impugnación se
relaciona con la carga que le incumbe a aquél a motivar y fundar su queja como acto posterior a la concesión del
recurso, señalando punto por punto, los errores en los que el a quo hubiera incurrido o las causas por las cuales
el pronunciamiento se considera injusto o contrario a derecho (conf. esta sala, causas "Cooperativa Agrícola
Ganadera Ltda. de Huanguelen", 4/3/97, "Costinovsky, José c. B.C.R.A. s/juicio de conocimiento" 8/9/98,
"Empresa de Transporte Fournier S.A. c. STN -resol. 275/98", 3/11/98, entre muchas otras)
IV. Que no se advierte que en el caso el recurrente haya dado cabal cumplimiento a la exigencia procesal
mencionada.
En efecto, no puede dejar de mencionarse que la juez dio fundamentos para decidir como lo hizo, y que ellos
en modo alguno han sido rebatidos por el recurrente. Este no ha siquiera intentado demostrar que la inaplicación
al caso del código procesal resulte arbitraria o ilegítima, o que la existencia del Estado como parte del proceso y
la aplicación de normas de derecho público para la resolución del caso no puedan presentarse como razones de
entidad suficientes para apartarse de sus disposiciones. Tampoco ha probado por qué -a su criterio- esos
fundamentos son meramente aparentes o carecen de relación con los hechos de la causa.
A ello se agrega que no se observa de qué modo el derecho de defensa del actor puede quedar conculcado

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con la decisión de abrir la causa a prueba. Las supuestas violaciones que menciona en su presentación -y que
han sido sintetizadas supra- carecen de todo sustento en tanto la resolución en cuestión expresamente importa la
habilitación de un período dentro del cual los interesados podrán ofrecer y producir toda la prueba que estimen
pertinente para la adecuada defensa de su pretensión.
Además, la falta de realización de la audiencia no impide -como parece entender el apelante- la posibilidad
de tomar debido conocimiento de los hechos controvertidos en la causa, los que se desprenden de la demanda y
su contestación.
Por todo lo expuesto se resuelve: Confirmar el pronunciamiento apelado. Sin costas por no mediar
intervención de la contraria.- Alejandro J. Uslenghi.- Guillermo P. Galli (en disidencia).- Maria Jeanneret de
Pérez Cortés.
El doctor Galli dijo:
I. Que ha sostenido esta Cámara que es justo atenuar el rigor del art. 265 del Código Procesal, y examinar
sin espíritu estricto los agravios, en tanto del recurso surja indudable la impugnación de lo resuelto, en
situaciones en que la rígida interpretación de dicha regla pueda causar grave o inmediato daño al interés público
(sala III, 15/9/88, "Vercellotti, Osvaldo Hugo c. Estado Mayor Gral. del Ejército; esta sala, 26/2/98, "Promecor
S.A. -T.F. 8331-A- c. A.N.A.").
En ese sentido, el memorial bajo examen se ajusta a ese principio que trata de mantener la acción de las
partes en el proceso que hace a la exigencia del debido proceso legal.
II. Que la aplicación supletoria del código procesal al procedimiento contencioso administrativo, examinado
en su verdadera medida, no puede implicar la libre elección por parte del juez de las normas aplicables al caso,
creando un procedimiento diferente en cada oportunidad. La necesidad de que exista compatibilidad entre ese
código con la ley de procedimiento administrativo y los principios generales propios del proceso contencioso
administrativo (conf. esta sala, 25/9/86, "Conafer S.A. c. Estado Nacional -Fuerza Aérea Argentina"; 14/8/90,
"Menzani, Carlos y otros c. Osplad"; 28/11/00, "Gallo de Cúneo, Zulema c. Instituto de Servicios Sociales
Bancarios") supone como premisa la aplicación de las normas de la ley de forma, salvo la existencia de
circunstancia que alguna de ellas se torne inadecuada a los fines de este último proceso.
III. Que la modificación introducida al art. 360 del código procesal produce un profundo cambio en busca de
una mayor inmediación en el proceso el cual no puede estar ausente en las causas contencioso administrativas.
Ello es así por cuanto la concentración de actos procesales que se produce en la audiencia de marras
favorece la marcha del proceso y no se advierte que entre en colisión con los principios generales del proceso
contencioso administrativo de modo que pueda pensarse que un futuro código en la materia no incluya esta
audiencia en la marcha del proceso.
No escapan a mi percepción las dificultades que existen en la recepción de la prueba confesional en este tipo
de proceso (conf. esta sala, 6/7/84, "Beunza, Edgardo Luis c. Estado Nacional", LA LEY, 1984-D, 626; 7/8/84,
"Rodríguez de Domínguez, Isabel c. Estado Nacional") y aun las prohibiciones para transar y,
consiguientemente, para conciliar que pesa sobre los representantes del Estado conforme a lo previsto en el art.
841, incs. 1° y 2°, del Código Civil. Sin embargo, tales particularidades, consecuencia natural de la presencia
del Estado como parte del proceso, quedan obviadas con la aplicación de la supletoriedad a que se hizo mención
más arriba.
En resumen, la supletoriedad de las normas del código procesal no puede ser entendida como la aplicación
de éstas en determinados supuestos, sino su inaplicabilidad cuando el hecho de la presencia del Estado en el
proceso hace inadecuado la vigencia de algún instituto contemplado en el código procesal.
Por las consideraciones precedentes, revócase la resolución recurrida y vuelvan los autos al juzgado de
origen a fin de que proceda a fijar audiencia en los términos del art. 360 del Código procesal.- Guillermo P.
Galli.

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