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Su Despacho.-
TÍTULO I
CAPÍTULO I
Cursa ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado XXXXXXXXXXX (Expediente Nº 10304):
SOLICITUD DE CALIFICACIÓN DE DESPIDO, REENGANCHE Y PAGO DE
SALARIOS CAÍDOS incoada contra nuestra representada: XXXXXXXXXXX C.A.
(GEA), por el ciudadano NELSON DARIO SUÁREZ OJEDA, quien es mayor de
edad, identificado con el Pasaporte Nº 0892000 y de este domicilio.
Se nos hace indispensable destacar que, tal y como consta de las actas
procesales, en el referido inmueble funcionó la sede social de GEA, y que fue éste
el domicilio procesal indicado por nuestra mandante en la oportunidad de la
Contestación a la Demanda.
Ahora bien, retomando el hilo cronológico de la exposición, una vez recibidas las
actas procesales por el Tribunal de la Ejecución, la parte actora continuó
impulsando los actos de ejecución, entre ellos, la designación de Perito Avaluador
y la realización del Avalúo del inmueble embargado ejecutivamente; actos éstos
que han avanzado hasta la publicación del CARTEL DE REMATE, y que se
verificaron a espaldas de nuestra mandante, en cuanto la misma no fue ni válida ni
legalmente notificada de la antes referida Decisión de esa alzada de fecha 17 de
Julio de 2000.
CAPÍTULO II
“… considera este Tribunal (el a quo) que no puede dejar sin efecto la actuación
de su superior jerárquico que ordenó que se practicara la notificación de la parte
demandada en el domicilio procesal constituido en esta causa, el cual no había
sido sustituido por otro, (…) debe forzosamente este Tribunal negar el pedimento
formulado por la parte demandada (…) cuando es evidente que dicho acto alcanzó
el fin para el cual estaba destinado, no pudiendo este Tribunal, decretar
reposiciones inútiles, todo de conformidad con los postulados del artículo 26 de la
Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Así se decide.
(…) considera este Tribunal que en modo alguno procede la nulidad de los actos
celebrados con posterioridad a la notificación de la parte demandada, pues dichos
actos se han celebrado con apego a las disposiciones que rigen la etapa de
ejecución de sentencia en la cual se encuentra esta causa, especialmente lo
concerniente al nombramiento del único perito avaluador designado en esta
causa, pues su designación se ajusta a lo establecido en la Ley Orgánica de
Tribunales y Procedimientos del Trabajo y en el artículo 556 del Código de
Procedimiento Civil, el cual establece que en defecto de la asistencia de las partes
al acto de nombramiento del perito que habrá de realizar el justiprecio de la cosa
embargada, dicha designación la realizará el Tribunal.- Notifíquese”.
“De la revisión periódica de los expedientes que realiza este Tribunal, se observa,
en relación a la notificación ordenada en la decisión de Fac. 26 de marzo de 2002
para informar a las partes del contenido de la misma y concretamente en relación
a notificación dirigida a la parte demandada GRUPO DE EXPERTOS
AMBIENTALISTAS C.A. (GEA), para verificarse en la personas de su presidente:
JOSÉ MARCIAL BRITO MARCANO o en su defecto, en uno cualquiera de sus
apoderados judiciales XXXXXXXXXXX, CARLOS JULIO OCANDO y RAÚL TINEO
TINEO, que según se desprende de la respectiva exposición del ALGUACIL
NATURAL de este Tribunal, 29 de abril de 2002, el mismo se trasladó al domicilio
procesal de dicha empresa (…) y, practicó la referida notificación en la persona de
una ciudadana que, según se evidencia de dicha exposición, dijo llamarse ALCIDA
GARCÍA (…) Observa el Tribunal que consta de las actas procesales que en fecha
24 de noviembre de 1999, fue ejecutada medida ejecutiva de embargo sobre el
referido inmueble, quedando bajo la custodia de la DEPOSITARIA JUDICIAL
XXXXXXXXXXX C.A. (DEJUMACA), ÚNICA PERSONA AUTORIZADA PARA
OCUPAR DICHO INMUEBLE, y que la antes nombrada ciudadana que dijo
llamarse ALCIDA GARCÍA no se identificó como representante de dicha
DEPOSITARIA JUDICIAL.- Considera este Tribunal que con la ejecución del
referido embargo ejecutivo sobre el inmueble que constituyo el domicilio procesal
de la parte demandada, éste ha quedado insubsistente y, en consecuencia,
inexistente, por lo cual la notificación allí realizada no puede llegar a cumplir el
objetivo comunicacional propio de estos llamamientos procesales, indispensables
a los fines de garantizar el debido proceso.- En consecuencia, este Tribunal (…)
procede a corregir su propia actuación; para lo cual (…) DECLARA LA NULIDAD
DE LA REFERIDA NOTIFICACIÓN (…) y ORDENA LA REPOSICIÓN DE LA
CAUSA al estado de que sea practicada por la imprenta, en aplicación de la
doctrina jurisprudencial contenida en sentencia de la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia de fecha 22 de junio de 2001, en la cual se precisa
que en casos de inexistencia de domicilio procesal, las notificaciones deben
verificarse por esa vía. Líbrese cartel de notificación”.
“Cuando por disposición de la Ley sea necesaria la notificación de las partes para
la continuación del juicio, o para la realización de algún acto del proceso, la
notificación puede verificarse por medio de la imprenta, con la publicación de un
Cartel en un diario de los de mayor circulación en la localidad, el cual indicará
expresamente el Juez, dándose un término que no bajará de diez días”.
Aun más, se nos hace indispensable destacar que, a pesar de que la referida
Decisión del Tribunal de la Ejecución, de fecha 26 de Marzo de 2022, consideró
que la irregular práctica de la NOTIFICACIÓN ordenada por esa Superioridad
sobre la publicación de la SENTENCIA de fecha 17 de Julio de 2000, por medio
de la cual fue declarada SIN LUGAR la Apelación de nuestra representada contra
la Sentencia de fecha 08 de Febrero de 2000 emanada del a quo, en la cual éste
se pronunció desfavorablemente sobre nuestra OPOSICIÓN AL EMBARGO
EJECUTIVO practicado sobre el inmueble ubicado en Sierra Maestra y propiedad
de GEA, lo cierto es que – legalmente – y desde esa primera y supuestamente
“convalidada” NOTIFICACIÓN, se ha negado a nuestra mandante el acceso a
todos los medios impugnativos pertinentes, lo cual ha redundado en la realización
de actos de ejecución a sus espaldas, y por ello, se le han cercenado sus
constitucionales Derechos al Debido Proceso y a la Defensa.
CAPÍTULO III
Ahora bien, Ciudadana Juez Constitucional, como igualmente se expuso en el
referido ESCRITO de fecha 18 de Septiembre de 2001, las irregularidades
procesales evidenciadas en el trámite de ejecución del presente juicio, excedieron
no sólo la publicación del antes referido CARTEL DE NOTIFICACIÓN. Así se
evidencia de las actuaciones siguientes:
–I–
“… solicito de este Tribunal se sirva designar Perito para que avalúe el inmueble
propiedad de la demandada Grupo Expertos Ambientales C.A. (GEA), y sobre el
cual recae el embargo ejecutivo solicitado por mi conferente”.
“… el segundo día hábil a las diez de la mañana, para que las partes procedan de
mutuo acuerdo a nombrar al Perito Avaluador del bien a rematar en el presente
proceso. Advirtiéndoles que en caso de desacuerdo el Perito será designado por
el Tribunal”.
Luego, consta en actas, que el día 13 de Febrero de 2001, ese Tribunal declara
que siendo:
“… día y hora fijados por este Tribunal para llevar a efecto el acto de
nombramiento de Perito Avaluador, designado por las partes de mutuo acuerdo
(…) se hizo el anuncio de Ley, y no estando presente las partes ni por sí ni por
medio de Apoderados judiciales, el Tribunal de conformidad con lo establecido en
el artículo 556 del Código de Procedimiento Civil, designa Perito Avaluador del
inmueble embargado al ciudadano Hernán Rivera, a quien se ordena notificar”.
La ausencia de nuestra representada GEA a dicho acto se encuentra más que
justificada, en cuanto todas estas actuaciones se estaban verificando a sus
espaldas.
“En el caso de autos se ha producido falta absoluta del perito designado por una
de las partes, por renuncia y no por impugnación, y en ese caso no es aplicable la
mencionada norma, sino la genérica a que se contrae el artículo 452 del Código
de Procedimiento Civil, por remisión del artículo 470 ejusdem. En cuya
consecuencia deberá fijarse nueva oportunidad para que la parte interesada
designe nuevo experto en sustitución del renunciante. Por los razonamientos
expuestos, este Tribunal administrando justicia y por autoridad de la Ley, revoca el
auto dictado por el a quo mediante el cual designó experto en sustitución del
experto renunciante y en consecuencia decide que el a quo, al recibo de la copia
de la presente decisión, y conforme a lo pautado por el artículo 452 del Código de
Procedimiento Civil, fijará oportunidad para la designación del nuevo experto en
sustitución del renunciante”. RAMÍREZ & GARAY: “Jurisprudencia
Venezolana”. Tomo C. 1987. Sentencia Nº 580-87. pp. 83-84, que
acompañamos “C”.
– II –
– III –
Pero la cosa no se queda allí, Ciudadana Juez Constitucional, pues, como consta
de actas en la Boleta de Notificación, la Perito designada fue notificada el día 15
de Marzo de 2001, consignada en el Expediente por el Alguacil al día siguiente (16
de Marzo de 2001) y la misma Boleta se indicó que la designada Perito debería
comparecer ante el Tribunal: “al tercer día hábil siguiente después que conste en
actas su notificación”, y lo cierto es que la mencionada Perito compareció el día 20
de Marzo de 2001, aceptando el cargo y prestando el juramento de Ley, cuando lo
válido y ordenado por el Tribunal, era que la Perito compareciera: “… el tercer día
hábil siguiente después que conste en actas su notificación”, y compareció cuando
apenas era el primer día de Despacho después de constar en actas su
Notificación, a los fines de su aceptación y juramentación; todo, por encontrarnos
en presencia de un término procesal y no un lapso, como parece fue entendido, es
decir, que ese acto de Aceptación y Juramentación sólo podía celebrarse ese
tercer día y no en otro, de conformidad con el Artículo 12 del Código Civil, en
concordancia con el contenido normativo del Artículo 198 del Código de
Procedimiento Civil, conforme al cual no se cuenta el día en que se dicta la
providencia o se verifica el acto (dies a quo non computatur); en consecuencia, la
aceptación y juramento de la Perito designada, es manifiestamente extemporánea,
tanto por vía legal, como por contravenir la misma orden emanada del Tribunal de
la Ejecución.
Por las razones de hecho y de derecho expuestas, es por lo que se solicitó del
Tribunal de la Ejecución ordenara la nulidad de dichos actos y la reposición de la
causa al estado de que el Juez fijara día y hora para que las partes designen
nuevo Perito y demás actos, en razón de que el designado como funcionario
público ad hoc, ya había emitido opinión sobre el asunto. Y así fue solicitado en
nuestro ESCRITO de fecha 18 de Septiembre de 2001, y desestimado por el
Tribunal de la Ejecución en su Decisión del 26 de Marzo de 2002; la cual a su vez
nos fue irregularmente notificada, ocasionando incertidumbre a nuestra mandante
en la oportunidad de ejercicio de sus derechos procesales.
– IV –
Por otra parte, Ciudadana Juez Constitucional, pero en referencia al mismo asunto
del Peritaje, como hicimos notar al Ciudadano Juez de la Ejecución y hoy
destacamos ante su Sede Constitucional, en líneas generales, los trámites de
designación de la Perito y la actividad del Peritaje, se verificaron con alteración de
las normas procesales, es así como el Artículo 558 del Código de Procedimiento
Civil prevé que:
“… Una vez juramentados los peritos, el Juez, de acuerdo con ellos, fijará
oportunidad para que concurran al Tribunal, y reunidos en la oportunidad
señalada, oirán las observaciones que deseen hacerle las partes que puedan
contribuir a la fijación del valor racional de las cosas”.
Esta “oportunidad” no fue fijada por acuerdo entre el Juez y la Perito designada,
como se evidencia de las actas procesales, por lo que también le fue cercenado a
las partes su derecho al Debido Proceso y su íncito Derecho a la Defensa, de
hacer observaciones sobre el posible valor del inmueble a justipreciar.
“.. el fin de la norma transcrita, aplicable al proceso laboral, es que las partes
interesadas hagan sus observaciones a manera de contribuir con la fijación del
valor del bien por el perito, y según la ley para que ese fin se cumpla se requiere
que las partes tengan la oportunidad de reunirse con él o los peritos en una
oportunidad específica a manera de hacerle a este (sic.) o a éstos las
observaciones que contribuyan a la fijación del valor de la cosa objeto del remate.
En tal sentido, la decisión judicial impugnada repuso la causa al momento de la
nueva fijación del día y la hora para que el perito consignara el nuevo informe
respectivo, previo cumplimiento del procedimiento descrito. El tribunal fundamentó
su fallo en que, cuando el auto de 2 de marzo de 2000 no fijo la hora específica
para que el perito consignará el informe, se le violó el derecho a las partes para
hacer las observaciones que desearen o contribuyeran con la fijación del
justiprecio (…) es por ello que esta Sala está de acuerdo con la decisión del
Juzgado Décimo de Primera Instancia del Trabajo del Área Metropolitana de
Caracas de reponer la presente causa al estado que fuera determinada de nuevo
la oportunidad para la fijación del justiprecio, manteniendo así el derecho que a las
partes les otorga el artículo 87 de la Ley Orgánica del Trabajo y el artículo 588
(sic. 558) del Código de Procedimiento Civil”. PIERRE TAPIA: “Jurisprudencia
del Tribunal Supremo de Justicia”. 2001. Volumen 10. Tomo II. pp. 703-705;
que se acompaña marcado “D” a la presente Solicitud.
–V–
“El mismo día de la reunión de los Peritos en el Tribunal para la fijación del
justiprecio, podrán las partes impugnar el resultado (…) lo cual probarán dentro de
los cinco días siguientes, resolviendo el Juez el sexto día la pretensión del
impugnante…”.
La situación analizada lleva a hacer procedible la Nulidad del Avalúo y de los actos
procesales subsiguientes, con la consiguiente reposición de los actos. Y así fue
solicitado en el referido ESCRITO de fecha 18 de Septiembre de 2001, y
desestimado por el Tribunal de la Ejecución en su Decisión del 26 de Marzo de
2002; la cual a su vez nos fue irregularmente notificada, ocasionando
incertidumbre a nuestra mandante en la oportunidad de ejercicio de sus derechos
procesales.
—- o —-
Por todo lo expuesto, es que tanto las partes como el órgano jurisdiccional deben
dar estricto cumplimiento tanto a las formalidades legales como a las ordenadas
por el Juez en la causa, para su corrección y validez. Admitir una interpretación
distinta desconociendo su formalismos rigurosos, es violar el derecho que tienen
las partes a su legal actuación y defensa, para cuya garantía y tutela promulga el
legislador la norma adjetiva, que el Juez interpreta y aplica como director del
proceso, a fin de impedir la arbitrariedad y el fraude procesal.
Por todo ello, desde el 24 de Diciembre de 1915, nuestra Casación ha venido
afirmando que aún cuando las partes litigantes manifiesten su acuerdo, no es
potestativo a los Tribunales subvertir las reglas legales con que el legislador ha
revestido la tramitación de los juicios, pues su estricta observancia es materia
ligada al orden público.
“El justiprecio fijado por los peritos de acuerdo a las disposiciones anteriores serán
vinculante para el Juez”.
Cada una de las denuncias delatadas sobre las infracciones a normas procesales
cometidas en las actividades de Designación del Perito Avaluador y en la
formación del Avalúo, agrupadas en este Capítulo a los efectos de sistematizar la
exposición, constituyen por si mimas una segunda razón que justifica nuestra
pretensión de AMPARO CONSTITUCIONAL a los fines de solicitar la restitución
de la situación jurídica infringida, declarando la violación a nuestra mandante de
los Derechos Constitucionales que le asisten a la Defensa y al Debido Proceso
(Artículo 49 Constitucional), y para restablecer la situación jurídica infringida,
ordenando la nulidad de dichos actos y la consecuencial reposición de la causa al
estado de la realización de los actos inficionados de nulidad. ASÍ SOLICITAMOS
SEA DECLARADO.
Sirva esta oportunidad para expresar que la NULIDAD de los referidos actos
irregulares de designación de Perito y formación del Avalúo, fueron realizadas en
el año 2001, produciendo como resultado un espurio INFORME DEL PERITO que
a su vez sirvió de soporte a la publicación de un CARTEL DE REMATE, nulo
como resultado de la nulidad de los actos anteriores, y conculcatorio de derechos
y garantías de rango constitucional.
“Ciertamente, como lo aduce el formalizante, debe existir una tasación actual del
bien a rematarse, por cuanto de constituirse la caución para el remate anticipado o
bien para hacer posturas en el remate en ejecución de sentencia, se haría sobre la
base de un avalúo no cónsono con la realidad inflacionaria, en materia
inmobiliaria, entre otros, que vive el país, pudiendo darse el caso de que sea el
propio actor a quien se le adjudique el bien, cobrando éste su crédito e intereses,
el cual frente al mayor valor del inmueble, resultaría de ’poca monta’ con lo cual se
le ocasionaría un gravamen irreparable y un evidente daño patrimonial al
ejecutado.- Esta máxima de experiencia debió ser deducida por le Juzgador
Superior, aplicando los correctivos pertinentes, en resguardo de una sana
administración de Justicia, que implicaría una compensación, tanto para el
ejecutante como para el ejecutado”. RAMÍREZ & GARAY: “Jurisprudencia
Venezolana”. Tomo CXXIII. 1992. Sentencia Nº 878-92. pp. 688-698, que
acompañamos “E”.
CAPÍTULO IV
Por ello, partimos recordando que ese Juzgado Superior del Trabajo – hoy Sede
Constitucional – conoció de la Apelación por nos interpuesta contra la Sentencia
de la Primera Instancia (del 08 de Febrero de 2000), la cual oída por el a quo “en
ambos efectos”, es decir, con remisión del expediente en su integridad.
Sin embargo, nótese de esta actuación que el Alguacil sólo refiere la dirección de
los Abogados Apoderados de GEA, más no indica el lugar o dirección donde, en
“cumplimiento de sus obligaciones”, solicitó al Presidente de GEA, pues, el mismo
Alguacil es quien dice que realizó la referida diligencia en la: “dirección que me fue
suministrada por la parte interesada”, (omitiendo cualquier otra), es decir, en la
“Torre Socuy (…) en la Avda. 4 Bella Vista y Avda. 8 Santa Rita, Municipio
XXXXXXXXXXX, Estado XXXXXXXXXXX”, muy a pesar de que pudo dejar la
referida Boleta de Notificación en la persona que se encontraba atendiendo dicha
oficina de abogados, o de que en actas constan otras direcciones (folios 307 al
316) y sobre ello insistió la Apoderada actora y el Tribunal de Ejecuciones en el
Acta de EJECUCIÓN DE EMBARGO EJECUTIVO del 24 de Noviembre de 1999,
lo que significa que no hubo una verdadera gestión diligente del Alguacil para
notificar a la parte demandada: GEA, pues no refiere ninguna gestión de haber
procurado notificarla en la persona de su Presidente JOSE MARCIAL BRITO
MARCANO.
Luego, con fecha 2 de Octubre de 2000 ese Juzgado Superior dictó AUTO, pero
medio del cual ordenó al Alguacil de ese despacho actuar de conformidad con lo
establecido en los Artículos 233 y 174 del Código de Procedimiento Civil.
Ciudadana Juez Constitucional, en este sentido, esa Alzada que dictó la sentencia
del 17 de Julio de 2000, no garantizó plenamente el Debido Proceso y el Derecho
de Defensa del demandado. Y así se solicitó fuera declarado en el referido
ESCRITO, con todas sus consecuencias jurídicas.
CAPÍTULO V
Tampoco podrá pasar por alto que nos encontramos ante un Procedimiento de
Estabilidad Laboral, en el que no se autoriza, en principio, el trámite de
incidencias, ni apelación sobre las mismas.
En igual sentido:
“… este Tribunal para preservar en todo caso esa garantía constitucional del
derecho a la defensa y al debido proceso (… como en el caso de sub iudice)
estima que la presente situación (vicios en la notificación) se encuadra dentro
de esos casos excepcionales en que en materia de estabilidad puedan
presentarse incidencias que ameriten la apelación para que sea en definitiva el
Tribunal Superior el que determine conforme a los autos si ha habido alteración o
no de ese derecho de defensa esencial a todo proceso”;
“… si bien es cierto que éstos Tribunales Superiores del Trabajo han considerado
que no hay lugar en principio a la reposición de la causa en los juicios de
estabilidad laboral por la aplicación del artículo 122 de la Ley Orgánica del
Trabajo, no es menos cierto que se admite por excepción que cuando se ha
lesionado el derecho a la defensa o al debido proceso como en el caso en
comento y como en otros por ejemplo la falta de citación o errores en la misma
(errores en notificación) si es posible dictar la reposición de la causa y así se
deja establecido”,
como se extrae de Sentencia publicado en RAMÍREZ & GARAY:
“Jurisprudencia Venezolana”. Tomo CLIII. 1999. Sentencia Nº 703-99. pp. 149-
150, que acompañamos “L”
TÍTULO II
DEL DERECHO
En el caso concreto que nos ocupa, Ciudadana Juez Constitucional, por medio de
la expedición y publicación de un irregular CARTEL DE NOTIFICACIÓN para
informar a nuestra mandante del contenido de la Decisión dictada por el Tribunal
de la Ejecución de fecha 26 de Marzo de 2002, y con la realización de actos de
ejecución a espaldas de nuestra representada: GEA, los cuales a su vez se
encuentran inficionados de nulidad absoluta por subvertir formalidades procesales
expresas, que interesan al orden público, se han conculcado a XXXXXXXXXXX
C.A. (GEA), sus derechos tanto de impugnar dicha Decisión, como de estar
presente en un Debido Proceso, coartando su Derecho Constitucional a la
Defensa.
En ese orden de ideas, ha sido doctrina del Tribunal Supremo de Justicia que:
“Observa igualmente esta Sala Constitucional, que para el caso de que las
violaciones a derechos y garantías constitucionales surjan en el curso de un
proceso debido a actuaciones de las partes, de terceros, de auxiliares de justicia o
de funcionarios judiciales diferentes al juez, este último deberá remover ex officio o
a instancia de parte, los obstáculos que impidan el desarrollo o la continuación del
proceso dentro de la normalidad, imparcialidad y transparencia que exige el
ordenamiento constitucional y legal. Indistintamente del agente de la presunta
vulneración (provenga de actuaciones de las partes o de terceros, o bien de la
acción u omisión imputables a los auxiliares de justicia y demás funcionarios
judiciales), el juez deberá ejercer los poderes jurisdiccionales de ordenación y
disciplina, según el caso, e incluso exigir la colaboración de otros Poderes
Públicos para mantener el orden público procesal. En este caso particular del
denominado `amparo sobrevenido´ no es un remedio procesal idóneo ante la
inactividad del juez requerido para que ejerza sus poderes de control y demás
correctivos ordinarios, siendo el amparo autónomo fundado en el artículo 4 de la
Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, la vía
correcta, como lo tiene establecido esta Sala”. Sentencia de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia Nº 2278 del 16-11-2001. En: RAMÍREZ &
GARAY: “Jurisprudencia Venezolana”. Tomo CLVXXXII. 2001. Sentencia Nº
2288-01. pp. 147-150.
Acompañada a esta Solicitud marcada “M”.
Del precedente supra se desprende que dentro de los actos conculcatorios que
hacen procedente la Acción de Amparo contra Decisiones Judiciales, se
encuentran no sólo los que provienen directamente del órgano subjetivo de la
jurisdicción, sino también aquellos verificados por las partes, terceros, y aun
auxiliares de justicia y funcionarios judiciales diferentes a él (El Alguacil, La
Secretaría, etc.) en cuanto éstos están sometidos a sus potestades de control y
ordenación del proceso.
PEDIMENTOS
Sobre la base de los hechos expuestos y del Derecho cuya tutela se solicita,
establecido en las normas antes citadas contenidas tanto en la Constitución
Nacional como en la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales; existiendo la violación de derechos de rango constitucional, ante
la posibilidad cierta de restitución de la situación jurídica infringida, dentro del
término legal establecido y siendo ésta la única vía breve, expedita, sumaria y
efectiva que confiere el ordenamiento jurídico venezolano para tales fines; es por
lo que acudimos, en representación de XXXXXXXXXXX C.A. (GEA), ante su digna
y competente jurisdicción, como Sede Constitucional, a los fines accionar
AMPARO CONSTITUCIONAL en tutela de sus Derechos Constitucionales a la
Defensa y al Debido Proceso, consagrados en el Artículo 49 del Texto
Constitucional, en contra de la irregular y viciada “NOTIFICACIÓN” verificada por
el Tribunal de la Ejecución: Juzgado Segundo de Primera Instancia del Trabajo de
la Circunscripción Judicial del Estado XXXXXXXXXXX; sobre la Decisión proferida
por éste en fecha 26 de Marzo de 2002, y contra el CARTEL DE NOTIFICACIÓN
– por demás ilegal y defectuoso – expedido y publicado como consecuencia de la
NULIDAD y REPOSICIÓN ordenadas por la Sede de la Ejecución por AUTO de
fecha 20 de Noviembre de 2002, por haber privado a nuestra mandante del
ejercicio de los respectivos medios impugnativos y haber permitido la continuidad
en la realización de los actos de ejecución subsiguientes a dicha Decisión,
celebrados a espalda de nuestra mandante, los cuales intrínsecamente – por
incumplimiento de las formalidades procesales requeridas para su validez – o
extrínsecamente – por devenir de actos inficionados de nulidad absoluta – ,
también son NULOS; todo a los fines de que sea restituida la situación jurídica
infringida, con la orden de nulidad de dichas actuaciones.
PETICIÓN CAUTELAR
Ciertamente, Ciudadana Juez Constitucional, el Juez de Amparo Constitucional
está investido de un poder cautelar general dirigido a evitar daños mayores en el
restablecimiento de la situación jurídica infringida; con el objeto de evitar la
irreparabilidad de la lesión de orden constitucional al ejecutarse la eventual
decisión anulatoria del acto recurrido.
“… esta Sala debe recordar que, por lo que atañe a la solicitud de medidas
cautelares dentro de juicios de amparo constitucional, tal como lo estableció esta
Sala en sentencia del 24 de marzo de 2000 (caso: Corporación L´ Hotels C.A.) el
peticionario no está obligado a probar la existencia de fumus bonis iuris ni de
periculum in mora, sino que dada la celeridad y brevedad que caracterizan al
proceso de amparo, depende únicamente del sano criterio del juez, acordar o no
tales medidas, tomando en consideración las circunstancias particulares del caso
sometido a su examen”. PIERRE TAPIA: “Jurisprudencia del Tribunal Supremo
de Justicia”. 2002. Volumen 3. p. 38. El referido precedente se acompaña
marcado “O”.