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Vicenç Font se dedica a investigar la enseñanza de las matemáticas y es catedrático en la

Universidad de Barcelona, pero se define a sí mismo como un profesor de matemáticas de


secundaria. Para él, la matemática es una determinada manera de pensar sobre las
cosas de este mundo, que si bien es abstracta y exige de cierto esfuerzo, no es imposible de
aprender y dominar. La semana pasada, Font participó del VII Coloquio Internacional sobre
Enseñanza de las Matemáticas y fue distinguido como profesor honorario del Departamento de
Ciencias de nuestra Universidad, debido a la colaboración permanente de casi diez años con la
PUCP, en los campos de la docencia e investigación sobre educación matemática.

¿Las matemáticas son difíciles?


No diría que son difíciles, pero para aprender matemáticas, el alumno se tiene que esforzar. No
puede decir “yo no sirvo para las matemáticas”, sino simplemente “no me va bien en
matemáticas porque no me he esforzado lo suficiente”.

¿Pero por qué sucede este rechazo?


Sucede en todos los países, con mayor o menor énfasis. El problema es que las matemáticas
y, en general, las ciencias implican trabajo. No son estudios difíciles, pero exigen
esfuerzo. Actualmente, las personas son muy inmediatistas y no valoran demasiado
aquello que les cuesta trabajo. Las matemáticas no son imposibles ni más difíciles que otras
materias. Cuando alguien dice “las matemáticas no son para mí, no las entiendo”, está teniendo
un discurso de auto justificación. Si de verdad no sirvieras para las matemáticas no importaría
cuanto te esfuerces, no podrías lograrlo y sí se puede.

¿Por qué es necesario que los gobiernos se preocupen por mejorar la


enseñanza de las matemáticas?
Primero, porque el desarrollo científico del país está basado en una buena formación matemática
de sus habitantes y es importante que los países procuren el desarrollo científico a través de las
matemáticas. Todos los países quieren desarrollar su ciencia, por lo que el desarrollo de
disciplinas como la matemática o la física es relevante. Además, cualquier persona necesita
de las matemáticas y no sólo para ser científico, sino para no ser un analfabeto en la
sociedad actual: así como es necesario saber leer y escribir, también es fundamental tener
cierto nivel de conocimientos de matemática e informática para ir por el mundo.
El investigador Vicenç Font recibiendo la distinción como profesor honorario del rector Marcial
Rubio.

En su experiencia, ¿qué es lo más importante al momento de enseñar


matemáticas?
De alguna manera los profesores debemos lograr que la enseñanza de las matemáticas
sea contextualizada y significativa, que las personas puedan darse cuenta de su utilidad.
Hacer una matemática basada en el estudio de contextos extra matemáticos ayuda a darle un
sentido y demuestra su funcionalidad. Este es el tipo de matemáticas se está enseñando,
aunque hay ciertas zonas y países que, por tradición del profesorado, son más resistentes y
siguen enseñando una matemática más repetitiva y mecánica, donde no se explica el porqué de
las cosas, ni se da el significado. Esto, a veces, puede crear una sensación a los alumnos de que
la matemática es algo misterioso que se hace de una determinada manera pero no se sabe muy
bien para qué sirve.

¿Algo abstracto?
El problema es más la falta de significado. Tú puedes hacer algo muy abstracto,
empiezas con cosas muy simples pero significativas y vas subiendo el nivel de
abstracción, pero siempre teniendo una base conectada a tierra, donde el concepto
abstracto tiene un origen determinado. Si haces las matemáticas significativas, las puedes
hacer muy abstractas. Lo que pasa es que la abstracción no se da de golpe, sino que es un
proceso lento que empieza con bases más completas. En todos los países hay un colectivo que
sigue con la “tradición” de unas matemáticas más mecánicas, repetitivas, no significativas.
Según el país puede ser más o menos numeroso, pero están en todas partes.

¿Qué elementos pueden aportar los profesores a sus alumnos en el proceso


de enseñanza?
Al inicio, cuando los niños aprenden matemáticas, no tienen ningún problema, están muy
contentos. La sensación de fracaso en las matemáticas se produce entre los 12 y 14
años y tiene que ver con una falla en el proceso de enseñanza. Los profesores no les dan
a sus alumnos una justificación de por qué tiene que dejar de contar con los dedos y buscar una
técnica mejor, alternativa, que sirva para cifras más grandes. En otras palabras, no las hacen
significativas. El profesor de matemáticas no solo debe dominar la materia sino también tener
los conocimientos para poder desarrollar las competencias matemáticas de sus alumnos. Su
formación debe incluir competencias de análisis didáctico para poder entender qué es lo que
sucede en su clase, saber describirlo, explicarlo y tener la capacidad y los elementos para poder
efectuar una mejora.

¿Cuál fue su participación en el VII Coloquio Internacional sobre


Enseñanza de las Matemáticas?
Yo participé dictando un taller y una conferencia sobre el tema de competencias de los
profesores, temática que tiene cierta relevancia a nivel internacional porque los planes de
estudios de los profesores se realizan por competencias. El coloquio va dirigido tanto a los
docentes, como a los investigadores en la didáctica de las matemáticas en todos los niveles. Este
coloquio ya tiene una cierta consolidación, pues va séptima edición. Se trata de un evento con
cierta tradición que ya es reconocido a nivel internacional.

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