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Algunas razones para acudir a la concentración de Bellas Artes

Jueves 4 de abril, 12:00 hrs.


Germán A. de la Reza

La décimo tercera huelga que las autoridades del SITUAM infligen a la UAM transcurre
sin que los actores principales de nuestra casa de estudios, los alumnos y los profesores, en
su inmensa mayoría en contra de la huelga, aparezcan por ningún lado en las negociaciones
entre el sindicato y rectoría general.

A muchos parecerá que no nos importa la institución que gracias al esfuerzo mancomunado
y en menos de medio siglo, se ha posicionado como una de las mejores de América Latina.
Hacemos un trabajo insustituible, nos lo reconocen todos, llevando la educación superior a
zonas abandonadas, allí donde la movilidad vertical significaba y aún significa salir de la
pobreza y de la pobreza extrema. No tenemos vocación de reciclar élites, como lo hacen
casi todas las universidades, y eso vale mucho en el país de las desigualdades. Y no ha sido
impedimento para que nuestra Universidad sea la que mayor proporción de investigadores
nacionales tiene en todo México.

Quizá el apoyo blandengue al levantamiento de la huelga esté influido por las acusaciones
cotidianas de corrupción que la dirigencia del SITUAM le propina a la alta burocracia de la
UAM a insistencia de consejeros que, entre huelga y huelga, son candidatos a cuanto puesto
se abre en la jerarquía universitaria (pero ahora son enemigos acérrimos de la “burocracia
dorada”). Se llenan la boca con denuncias de corrupción, nepotismo y acusaciones de
sindicalismo “blanco”. Y con ello quieren que profesores y alumnos ignoremos algunas
realidades:

1. No existe en el mundo académico un equivalente al reglamento de la “bolsa de trabajo”


que maneja la dirección del SITUAM, una oda al nepotismo, amiguismo y cuatismo. Según
uno de sus agremiados, la firma sale en 3 mil pesos (sin que nadie de ese sindicato haya
salido a negarlo) y por reglamento el 75% de los puestos que se obtengan en las presentes
negociaciones (más de dos centenares, por lo pronto), entrarán en alguna de esas categorías
antiprofesionales. Si quisieran que la Universidad dejara de contratar a parientes o cuates
sin merecimiento, los líderes del sindicato podrían empezar por dar el ejemplo y no sugerir,
como lo hacen ahora, que solo les interesa obtener más plazas, aún al precio de hundir a la
UAM.
http://situam.org.mx/wp-
content/uploads/2016/05/situam_reglamento_bolsa_trabajo_mayo2016.pdf

2. La burocracia dorada es una invención de quienes, apelando a la buena fe de sus colegas,


pasearon por las redes sociales un video en el que resulta que el rector general gana más de
240 mil pesos al mes. Yo revisé la página a la que hacen referencia y hasta donde pude ver
se trata de otra más de las mentiras del grupo político que está detrás de la desestabilización
de la Unidad Azcapotzalco. Pero ese no es el motivo por el que han cerrado la segunda
universidad de México en número investigadores de máximo nivel. Si lo fuera, lo habrían

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incluido en sus demandas o ya habrían levantado la huelga, puesto que el rector ha dicho
repetidas veces que va a disminuir su salario.

3. La dirigencia del SITUAM y sus asesores atacan al rector general de manera permanente
por un objetivo distinto al declarado. Piden a periódicos, radios y televisoras que los
entrevisten y cuando les dan el espacio pontifican sobre salarios altos, la burocracia dorada,
etc. Envían cotidianamente correos electrónicos, twitters y whatsapps donde vejan e
insultan a la primera autoridad de nuestra Universidad. Deberían recordar que el rector fue
nombrado por las máximas instancias de esta Universidad siguiendo un largo proceso, lo
que no se puede decir de la dirigencia del sindicato y mucho menos de sus asesores, que no
representan a nadie. En realidad, lo que quieren con sus ataques es propiciar la renuncia del
rector general para favorecer a su candidato a la rectoría de Azcapotzalco. No les basta con
haber postrado a la Unidad que les da de comer, sino que además buscan hacer lo mismo
con el resto de la UAM. Mientras el problema estaba dentro de Azcapotzalco, era poco lo
que se podía decir, pero ahora que afecta nuestra economía y nuestro trabajo de manera
directa, invito a los colegas de Xochimilco, Iztapalapa, Cuajimalpa y Lerma a que se
involucren en lo que está pasando en esa Unidad, donde un grupo político bien conocido,
antaño bien colocado y que todos conocen por su profundo amor a los cargos (los que
sean), busca sacar al rector general sin importarle lo que eso signifique para la UAM.

4. Los profesores tenemos derecho a una representación sindical, digna, plural y acorde a
nuestra forma de contratación, nuestros intereses y objetivos académicos, incluyendo los
derechos de nuestros colegas más desprotegidos, los profesores temporales. Debido a un
rector de infausta memoria, el sindicato de profesores formado en 2009 no pudo tener
incidencia en el contrato colectivo. Por ese motivo, hoy estamos a mansalva de una
organización que no nos representa (los profesores sindicalizados son una minoría que sólo
se representa a sí misma), y que prefiere descalificar y amedrentar a quienes promueven un
supuesto “sindicato blanco”. ¿El SPAUAM es millonario al punto de contar con 8 o 9
millones en fondos de huelga? ¿El gobierno está incrustado en su dirigencia y su dirigencia
está incrustada en el gobierno? ¿Tiene cientos de plazas para distribuirlas entre familiares,
amigos y allegados, y a los que no son ni una ni otra cosa, les cobra el favor sin importar el
merecimiento (en realidad, todo lo contrario)? Si quieren ver un sindicato charro tienen que
mirar hacia otro lado.

5. Durante esta huelga me ha tocado ver a alumnos de licenciatura, maestría y doctorado


frustrados por el inmovilismo de los profesores que dicen estar en contra de la huelga, pero
asisten a la destrucción de su propio trabajo sin hacer nada o casi. Apenas me creen cuando
les digo que sí, que la UAM nos interesa y que nos duele el daño que le hacen. Sabemos
todos (o la mayoría, pues siempre habrá carroñeros u oportunistas del vaivén opinólogo)
que la UAM es más grande que las grillas sin escrúpulos, que las corrupciones que no osan
decir su nombre, que los colegas a los que no les importa dañar a toda la comunidad de la
UAM con tal de descalificar a un rector. Tenemos una crisis en la UAM, es cierto, pero no
es académica y para cualquier universidad de México y el mundo eso es algo a tener en
cuenta. Si nos dejan trabajar podremos hacer más y lo que hemos hecho no ha sido poco. Si
la dirección del SITUAM y sus múltiples asesores necesitan una plataforma política para
hacer grilla y convertirse en empleadores, bien podrían afiliarse a algún partido y dejarnos
en paz.
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6. Que en el tiempo que lleva esta Universidad de existencia y más concretamente, desde
1996, las huelgas conducidas por la dirigencia del SITUAM han significado para los
profesores: a) reducción de ingresos (salarios caídos, el infaltable sacrificio); b) inseguridad
económica (préstamos de urgencia, apoyo solidario a colegas o estudiantes, entre otros); c)
afectación laboral (oportunidades académicas perdidas, incremento en la dificultad de las
evaluaciones), d) estrés durante y después de la huelga (recuerden que son sobre todo
profesores y los alumnos los que tienen que levantar el prestigio de la universidad pisoteado
por quienes quieren encarroñarla).

7. ¿Y nuestros alumnos? El motivo por el que hay profesores, autoridades y administrativos


son ellos, los alumnos. Durante esta huelga, nadie de la dirigencia y los asesores del
SITUAM han dicho una palabra sobre su derecho a estudiar, si no es como ejercicio
demagógico. Y algo deberían contar para el SITUAM, pero con la soberbia que da tener
ocho o nueve millones de pesos de respaldo declaran que no tienen prisa y que quieren
reventar a… ¿A los estudiantes? Díganlo, porque son ellos los más perjudicados: es la
primera generación en la historia de la UAM que va a perder completamente el trimestre,
está sin becas, dos meses después de iniciada la huelga no saben si sus estudios tienen
algún futuro y ya tocan las puertas de otras instituciones para evaluar los costos de un
cambio.

No habrá levantamiento de la huelga si los profesores continúan en el inmovilismo, con


reuniones raquíticas, pronunciamientos que unos firman y otros critican sin poner nada a
cambio, con una dirigencia sindical ajena a la realidad de la UAM. No habrá levantamiento
de huelga si los estudiantes piensan que no deben opinar ni actuar en defensa de su
Universidad. Debemos hacer gestos significativos, individual y colectivamente: a)
multiplicar nuestro acercamiento a los medios de comunicación; b) mantenernos alertas en
las redes sociales (el grupo político de los asesores es hiperactivo, pero son cuatro gatos
comparados con nuestros casi sesenta mil estudiantes); c) involucrar a nuestros alumnos en
la defensa de su Universidad y, cuando corresponda, que los alumnos involucren a sus
profesores; d) participar en la Concentración masiva de profesores, alumnos,
administrativos, padres de familia, ex alumnos y simpatizantes el día jueves 4 de abril
en la explanada de Bellas Artes (12:00).

La UAM es más grande que esta huelga infame, más que unas grillas sin escrúpulos, mucho
más que las pequeñas molestias que nos pueda ocasionar el hacer algo por ella.

¡AYUDEMOS A LA UAM!

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