Sie sind auf Seite 1von 7

Universidad de La Serena

Facultad de Humanidades
Departamento de Educación
Área de Filosofía

SIN CAMINO

Nombre: Constanza Zambra Brilladero


Carrera: Pedagogía en Castellano y Filosofía
Número de palabras: 1615
Sin lugar a dudas, la filosofía durante los últimos años se ha acordado de un componente que
dejó de lado por mucho tiempo, la filosofía se ha olvidado que ella es planteada y discutida
en términos lingüísticos. Así es, el componente que se ha dejado de lado es el lenguaje.

Afortunadamente Friedrich Frege, Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein fueron capaces


de desarrollar una filosofía del lenguaje influyendo, en las teorías lingüísticas posteriores.

Por ahora, ignoraré a los dos primeros, hoy Wittgenstein será el centro de atención.

Wittgenstein fue un tipo interesante, se podría decir que él tuvo dos períodos de pensamiento:
el primer Wittgenstein y el segundo Wittgenstein, pero en ambos pensamientos hubo una
concordancia en un punto: el interés por el lenguaje.

Pero, siguiendo en la línea del lenguaje, él tuvo un giro notable respecto a la valoración que
tuvo por el ‘’lenguaje ordinario’’, el primer Wittgenstein considera al lenguaje ordinario
imperfecto, pues la estructura lógica de este estaba ‘’escondida’’ por así decirlo, así que él se
preocupó de sacar a flote esta estructura, para luego llevarla a cabo en un lenguaje ideal, que
claramente no tendría las falencias de este lenguaje ordinario. Y el segundo Wittgenstein
tuvo un vuelco interesante, este Wittgenstein ya no considera al lenguaje ordinario como
imperfecto. Además, rechaza su teoría pictórica del significado – la proposición vendría a ser
una pintura lógica de la realidad –.

Creo que, a lo largo de la vida, muchos nos podemos retractar de aquello que pensamos
alguna vez, criticándolo si es necesario. Pero, Wittgenstein no se ‘’anuló’’ a sí mismo en este
caso, ambas etapas de su pensamiento son importantísimas en la filosofía del siglo pasado,
tanto así que ambas etapas de su pensamiento tienen sus propios seguidores y detractores

El primer Wittgenstein expone que el lenguaje es la expresión del pensamiento, el lenguaje


es el límite del pensamiento, lo que haya más allá del lenguaje es un unsinn – sinsentido, en
alemán –, pero Wittgenstein en su obra Tractatus Logico-philosophicus – escrito en la
Primera Guerra Mundial, en las trincheras – trabaja muy al filo del límite del pensamiento,
pues trata de determinar, por así decirlo, el límite de lo que puede decirse sin llegar a decir
nada que no se pueda decir.

Es innegable que Wittgenstein fue bastante atrevido, pues con el Tractatus creyó haber
solucionado todos los problemas de la filosofía hasta la fecha, de una manera definitiva. Un
hombre humilde, aunque quizás el factor de estar escribiendo sus pensamientos en un
escenario de muerte, lo llevó a considerar que lo que él exponía era la solución a los
problemas filosóficos existentes, a pesar que él ya venía de un ambiente que permitía la
realización artística e intelectual, quizás solo quería pensar que dejaba una huella en el
mundo, o quizás no, solo son divagaciones.

Siguiendo con el atrevimiento de Wittgenstein en sus pensamientos, cabe destacar la


consideración que Wittgenstein tiene sobre el pensamiento, el hecho de considerar al
pensamiento como una especie de eslabón –perdido– entre la proposición –acto en el cual se
expresa un juicio en el que se afirma o niega una correspondencia entre un sujeto y un
predicado–. Y podríamos observar una triangulación entre los elementos que posea la
oración, entre los elementos del pensamiento y con los objetos. Bien, hasta aquí todo en
orden, el problema es que esto solo surge en un lenguaje ideal –el mismo que mencioné
anteriormente–.

Bien, el problema aquí es ¿cómo llegamos a este lenguaje ideal? Considero fantástico que él
exponga la ‘’idea’’’ de lenguaje ideal, pero sería mucho mejor si nos guiara hacia el camino
del lenguaje ideal.

Curiosamente, o quizás no tanto, no es solo Wittgenstein el que propone un lenguaje ideal,


sino que la filosofía analítica también lo propone – también menosprecia el lenguaje
cotidiano – y si quisiéramos ir mucho más atrás en la búsqueda de antecedentes del
menosprecio al lenguaje cotidiano, fácilmente nos podemos referir a Platón con su obra el
Cratilo, pues como se expresa en la obra, los sofistas – ‘’representados’’ por Hermógenes –
consideran que el lenguaje cotidiano no tiene ninguna función epistemológica.

Y es interesante, el cómo los sofistas expresaban que el lenguaje cotidiano es una barrera a
la hora de alcanzar la verdad. Algo que en la actualidad sigue presente, o por lo menos hasta
el siglo pasado lo estuvo.

¿Cómo alcanzamos la verdad? ¿No es verdadero todo aquello que expresamos y pensamos?

Bueno, para Wittgenstein estaríamos alcanzando la verdad – el valor de verdad de la


proposición – solo si podemos combinar palabras en proposiciones, pero no en cualquier
proposición, sino que, en proposiciones elementales, o sea que representen hechos atómicos
– hechos simples, Russell los llama atómicos –, cabe mencionar que en mi búsqueda de
información sobre los hechos atómicos no hallé ningún ejemplo que él – Wittgenstein – diera
de hecho atómico, por lo que es muy confuso saber con exactitud, a que se refiere él con un
hecho atómico.

En fin, como ya mencioné, el lenguaje describe nuestra realidad, todo a lo que nos referimos
pertenece al mundo, o sea, a partir de esto podemos inferir que el pensamiento solo se refiere
a un conocimiento empírico. El lenguaje es – como ya mencioné – una descripción de la
realidad, pero solo se estaría quedando es eso, pues existe una relación figurativa, esto quiere
decir que el lenguaje – proposiciones – vendrían siendo una representación isofórmica de la
realidad, o sea no es más que una mera representación de la realidad.

Ahora, poniéndole un poco más de atención a la proposición, podemos decir de ella que las
palabras que la conforman, están dispuestas de una manera precisa, y esta estructura adecuada
que tienen, vendrían siendo la ‘’forma lógica’’, y bueno, siguiendo en la búsqueda del
lenguaje ideal, podríamos decir que lo encontraríamos si nos encontramos con proposiciones
que no nos engañen en cuanto a su forma lógica, o sea los sentidos son expresados por una
palabra y cada palabra expresase un sentido. Fácil – para los entendidos – si se le preguntase
a cualquier persona sin una formación filosófica profunda quedaría ‘’colgada’’ y
probablemente pensaría que el lenguaje ordinario ya cumple con aquella propuesta, creo que
a veces los filósofos solo hacen planteamientos para entenderlos entre ellos, quizás así como
menosprecian al lenguaje cotidiano, pueden menospreciar a aquellos que no pertenezcan a
sus círculos, quizás de ahí viene la manía de formar círculo de lo que sea – Círculo de Viena,
Círculo Eranos, etc –.

Ahora de nuevo pregunto: ¿Cómo llegamos al lenguaje ideal?

Bien, aún yo no lo sé, no sé si alguna vez se hallará el camino a este lenguaje ideal, o solo
quedará en críticas hacia el lenguaje ordinario, pero creo que, si ya Platón en sus escritos
mostraba una crítica hacia el lenguaje ordinario, y no lo han podido ‘’remplazar’’ desde
aquellos tiempos, ¿en qué momento de la humanidad podríamos presenciar la creación de
este lenguaje ideal? Si tomáramos solo el concepto de ideal, podríamos hablar también de
perfecto, utópico, ¿qué es lo ideal? Creo que es un tema demasiado amplio, quizás ya estamos
en presencia de un lenguaje ideal. Mal que mal, el lenguaje es relativo, mi mundo se hace a
partir del lenguaje, quizás por ello no hay lenguaje ideal, la imperfección existente en el
mundo no deja que este exista.

Ahora, tomando en cuenta a Russell, es interesante un planteamiento de él, en el cual expone


que son los filósofos los que se han interesado por el lenguaje, para lograr una mejor
afirmación sobre el contenido de la palabra (Russell, 1948), pero como ya mencioné, el
lenguaje ha sido recordado por la filosofía recién en el siglo pasado, no sé de qué filósofos
puede estar hablando Russell, quizás hable de él mismo y de Frege y Wittgenstein, pues como
ya escribí, fueron los que pusieron al lenguaje en el lugar que corresponde.

En fin, sin ligar a dudas es realmente difícil – para mí – hallar una posición clara de
Wittgenstein sobre el lenguaje, él se refuta a sí mismo, quizás podríamos pensar que la
posición definitiva de Wittgenstein podría ser la que plantea en las Investigaciones. Aunque
claro, eso solo sería otra divagación.

A pesar de haber leído – y bastante – sobre la existencia de algún lenguaje ideal, quedé igual
que cuando empecé a escribir esto, creo que, si estoy en lo correcto, es bastante fácil criticar
y plantear nuevas soluciones, creo que esto es ‘’pan de cada día’’, el problema es que hasta
el momento no ha surgido una solución, o bueno, quizás es muy radical hablar de una
solución pues, aunque pueda sonar un comentario ‘’mediocre’’ considero que, así como
estamos, estamos bien. Es verdad que el hecho de haber puesto al lenguaje al ‘’centro’’ de la
filosofía es un gran cambio de enfoque, pues los problemas filosóficos anteriores al giro
lingüístico, pueden ser vistos desde una perspectiva fundamental, y que lamentablemente fue
ignorada, y así el planteamiento de estos problemas puede cambiar, para que así aquellos que
son ‘’problemas filosóficos de verdad’’, sean aquellos que ocupen el tiempo y las ganas de
aquellos dispuestos a resolverlos.

Quizás Wittgenstein tiene razón en un punto, si una cuestión se puede plantear, se puede
responder. Y si alguien se guía por esta afirmación quizás se llegue a un lenguaje en el cual
las proposiciones estén de la manera perfecta, y así los problemas filosóficos pueden
plantearse de la manera deseada, y – supongo – que así estos problemas filosóficos al ser
planteados de una manera ‘’correcta’’ puedan tener una respuesta, porque si no se les
encuentra respuesta a planteamientos filosóficos planteados perfectamente, ¿qué falencia se
les podría encontrar para justificar la incapacidad de responder ciertas cuestiones?
Wittgenstein debió repetir más seguido que de lo que no se puede hablar, es mejor callar.
Bibliografía
Platón. Cratilo
Russell, B. El conocimiento humano. Su alcance y sus límites, Editorial Taurus, Chile
Wittgenstein, L. Tractatus Logico-philosophicus, Editorial Tecnos, España, 2007.
Webgrafía
Platón, Cratilo. Ministerio de Educación y Cultura Uruguay, visto el 23 de noviembre de
2016 a las 19:00.
Ruta 4> Edad Contemporánea (Wittgenstein). Instituto Nacional de Tecnologías
Educativas y de Formación del Profesorado, visto el 20 de noviembre de 2016 a las 18:00
Wittgenstein, L. Las Investigaciones filosóficas, Uruguay Piensa, visto el 20 de noviembre
de 2016 a las 18:30

Das könnte Ihnen auch gefallen