Sie sind auf Seite 1von 3

tres significados del término

adoración
Una entrevista

By:
John D. Witvliet

Pregunta. En nuestras congregaciones invertimos mucho tiempo y dinero en el


servicio de adoración. Pero, ¿no es cierto que toda nuestra vida es un acto de
adoración a Dios? ¿Qué caso tiene poner tanta energía en un servicio de
adoración?

Pregunta.Si cada domingo vamos al templo a "adorar" a Dios, ¿por qué hay tanta
oposición a los cantos de alabanza? ¿No se trata precisamente de alabar a Dios?

Respuesta. Estas dos preguntas surgen esencialmente del mismo problema: El


uso tan limitado que se le da al término adoración. La misma palabra tiene por lo
menos tres significados o dimensiones diferentes. Cualquier uso del término
"adoración" en un diccionario cristiano moderno debería tener al menos estas tres
acepciones.

Primero, toda nuestra vida debe ser un acto de adoración. Somos llamados a
ofrecer nuestro trabajo, nuestro tiempo libre, nuestra vida familiar, y cualquier otro
aspecto de la vida al Señor. Nuestra vida entera es un sacrificio de alabanza a
Dios. Este es el sentido con que dicho término se utiliza en Romanos 12:1 "que es
tu adoración espiritual".

Segundo, adoramos a Dios cuando nos reunimos en eventos, prácticas rituales o


litúrgicas llamadas "servicios de adoración". Es por eso que esta publicación se
llama Adoración Reformada ("Reformed Worship). Este puede ser el sentido que
se le da al término adoración en Juan 4: "ni en este monte ni en Jerusalén
adorarán ustedes". Este uso es sinónimo del término liturgia (liturgia no se refiere
a las palabras en la página de un boletín, sino a la suma total de "lo que pasa
cuando la gente se reúne el domingo en la mañana para adorar a Dios". Y cada
congregación, sin importar el tipo de iglesia que sea, tiene una liturgia --
independientemente de que esté escrita o no).

Tercero, participamos en actos específicos de culto y alabanza, que también


llamamos adoración. Así es como se describe la "adoración" en el Salmo 95, por
ejemplo, "postrémonos reverentes". Este sentido estrecho de la palabra es el que
más se acerca al sentido de la palabra "adorar," que significa "reverenciar con
sumo respeto y honor a un ser". Es lo que hacemos cuando halagamos a la gente
por un trabajo bien hecho. Por ello nuestra respuesta instintiva hacia Dios debería
ser de alabanza, de adoración. Esto lo hacemos a menudo en nuestros servicios
de adoración y algunas veces en otros contextos (como cuando vemos a un recién
nacido o visitamos un parque nacional).

Ahora imagínese los tres significados en círculos concéntricos. La alabanza es


una parte del servicio de adoración, que a su vez es sólo una parte de la alabanza
que le rendimos a Dios en nuestra vida entera. Estos tres niveles de significado
son parte del término "adoración".

El problema surge cuando nos confundimos en cuanto al sentido que le estamos


dando a este término en un momento y contexto determinados. Considere algunos
de los problemas que genera esta confusión: A veces nos enfocamos tanto en el
servicio de adoración (sentido medio) que olvidamos la importancia de la
adoración en toda la vida (sentido más amplio). Tradicionalmente, los cristianos
reformados se sienten orgullosos cuando señalan este problema en algunas
expresiones del cristianismo. El considerar toda la vida como un acto de adoración
es uno de los temas principales del cristianismo reformado.

Sin embargo, históricamente nosotros los reformados tenemos un problema


propio. En nuestro entusiasmo por indicar lo importante que es la adoración en su
sentido más amplio, a veces minimizamos la importancia del servicio de
adoración. Por ejemplo, a veces hemos sido reticentes para construir capillas en el
campo universitario, por temor a que se le de demasiada atención a los servicios
de adoración, y se pierda el énfasis en la adoración en todas las áreas de nuestra
vida. También hemos pensado que los cursos de liturgia en los seminarios no son
verdaderamente importantes. O, a veces, en el servicio de adoración,
consideramos como "preliminar" todo aquello que viene antes del sermón. Estas
son señales sutiles de que este segundo significado del término "adoración" no ha
recibido la atención necesaria. Lo que no se reconoce es que ambos tipos de
adoración (en el sentido amplio y en el sentido litúrgico), son interdependientes.
Entre más fuerte es uno, más fuerte será el otro. Necesitamos eventos litúrgicos
que mantengan nuestra adoración bien enfocada en las demás áreas de nuestra
vida.

Recientemente, ha surgido un tercer problema en nuestro uso del término


adoración. Con mucha frecuencia enfatizamos tanto los cantos de alabanza que
pensamos que el propósito primordial o único de un servicio de adoración
(segundo sentido), es la alabanza (en el sentido estrecho). Lo que antes la
mayoría de los cristianos reformados pensaban que era el propósito principal de la
adoración (sentido medio), escuchar el sermón, ahora ha sido desplazado por la
alabanza (en el sentido estrecho), que muchos consideran como el fin principal del
culto. Y por ello, se sugiere que la alabanza ha hecho de los micrófonos, en lugar
del púlpito, el accesorio litúrgico central en muchas iglesias. A menudo, nuestros
cantos de alabanza ahogan otros actos de adoración, como las oraciones de
confesión, lamentación, credos y testimonios. En algunas iglesias, es común
escuchar a un líder decir, "nuestro tiempo de alabanza se ha terminado y ahora es
tiempo de la enseñanza". ¡El canto de salmos, himnos y cantos de alabanza es
excelente! Es algo que no debemos negociar. ¡Una vez que nos hemos unido a
Cristo, no podemos dejar de adorarle! Pero la alabanza no es lo único que
hacemos en un servicio de adoración. Es sólo una parte de nuestro diálogo con el
Dios del pacto (vea el artículo en las pp. ** [RW 56:30-44]).

Sería mejor usar la palabra "adoración" haciendo claro a cuál de los tres
significados nos referimos. Sin embargo, a menudo los usamos confusamente. Lo
que sí debemos hacer es tener presente cuán importantes son los tres sentidos
del término, distinguirlos claramente y, sin embargo, no desvincularlos entre sí.
¡Debemos estar seguros que nuestra vida delante de Dios manifieste ampliamente
los tres significados!

Das könnte Ihnen auch gefallen