Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
MESOAMERICANAS
Filosofía Maya.
Los temas abordados son la creación del supramundo, la del mundo terrenal, del
inframundo (el mundo de
abajo) y del mundo de los
enanos que están en el
nadir. La creación del
universo y la de las cosas
en la tierra eran los misterios de los progenitores. Para el maya la divinidad es el
principio de todas las cosas.
Por ejemplo, el Popol-vuh habla del origen de las cosas del mundo, como las
plantas, los animales, los minerales y el ser humano. Engloba los conocimientos
enigmáticos que exponen el sentir y el saber, y asimismo presenta la fuente de la
sensibilidad del corazón, la razón que explica el sentido de las cosas; expone la
gran sabiduría sobre la existencia divina en el "Corazón del Cielo". "De esta
manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de
Dios"
Otra obra a ser comentada es el Chilam Balam, que tiene un sentido a la vez
histórico y profético. Balam (jaguar/chaman) es el nombre del más famoso de los
chilames (sabio) que existieron antes de la llegada de los españoles al continente;
tiene varios contenidos de carácter histórico, además contiene los textos
cronológicos y astrológicos, incluyendo predicciones, astrología, la astronomía; los
rituales; los textos literarios y novelas, las profecías y sobre el devenir de los
problemas de la sociedad maya.
El maya, por naturaleza, considera que es necesario primero existir para poder
enfrentarse al ta k'ustik oy (mundo). El maya pertenece al mundo y se considera
como parte de él porque cohabita con él.
Hace una reflexión interrogativa: buch' un(¿quién soy?), bu talemun (¿de dónde
vengo?), bu chi bat (¿a dónde voy?), bu talem jch'iel (¿cuáles la causa de mi
existencia?), k'ucha'al U jtakupaltik ja'ba'iyu'un snopobel ta k'ustike (¿por qué
nuestra materia es previa al pensamiento del mundo?), k'usi ta jpas U' ta xkux.lejil
asile (¿qué estoy haciendo en este sitio sagrado?).
La materia está en primer plano al realizar una acción trascendente, la acción
física en la búsqueda del bien yutsilal yo'on (moral) y en la satisfacción de los
slajesel (deseos). Es el takupal (cuerpo) el que realiza una actividad sustancial y
mental con la que reflexiona sobre todo mediante la constitución psicosomática,
que se ubica en snopel sjolilal (el entendimiento) para comprender tanto la
conducta propia como la de otros o incluso nuestras conductas comunes o
compartidas. El tik- nosotros tiene un sentido adicional porque significa vivir en
comunidad, trabajar de común acuerdo, compartir las mismas necesidades y tener
problemas comunes; era usual el referirse a "nosotros" en lugar de "yo".
El maya ha podido entender el
mundo a partir de su existencia
material, pues ella chak'be sbi
(nombra) las cosas del mundo. El
maya considera que la existencia
es importante para poder xa'ibe
(comprender) la realidad de su
entorno. Si no fuera por el cuerpo
no le hallaría sentido al mundo.
Sin cuerpo faltaría la esencia de la existencia para poder entender el mundo.
¿Cómo se podría pensar si no existiera el sujeto o individuo que se entiende
desde su interioridad hacia lo fenoménico? La existencia del ente es causa
primera del pensamiento; como efecto es la presencia de las cosas del mundo.
Sólo así puede funcionar el mundo maya, a partir de sus componentes corporales.
Un cuerpo con vida para pensar y la naturaleza de donde extrae los conocimientos
le dan la categoría de la vida. Desde ahí puede actuar por medio de la existencia.
Filosofía Tolteca.
Hace miles de años los Toltecas eran conocidos en todo el sur de México como
«mujeres y hombres de conocimiento». Los antropólogos han definido a los
toltecas como una nación o una raza, pero en realidad eran científicos, filósofos y
artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento
espiritual y la Sabiduría de Vida de sus antepasados. Formaron una comunidad de
maestros (naguales) y estudiantes en Teotihuacán,
la ciudad de las pirámides en las afueras de Ciudad
de México, conocida como el lugar en el que «el
hombre se convierte en Dios»…
La Sabiduría Tolteca afirma que lo que ves y
escuchas ahora mismo no es más que un sueño. En
este mismo momento estás soñando. Sueñas con el
cerebro despierto… Soñar es la función principal de
la mente, y la mente sueña veinticuatro horas al día.
Sueña cuando el cerebro está despierto y también cuando está dormido.
Según esta Sabiduría, nacemos con la capacidad de aprender a soñar, y los seres
humanos que nos preceden –familia, escuela, religión- nos enseñan a soñar de la
forma en que lo hace la sociedad: sus creencias, sus leyes, sus religiones, sus
diferentes culturas y maneras de ser, sus gobiernos, sus escuelas, sus
acontecimientos sociales y sus celebraciones… Se trata del “sueño externo o
sueño del planeta”
Quienes logran “despertar” de este “sueño externo” reaprenden sus sueños y
empiezan a vivir conforme a un “sueño interior o sueño personal” que les hace
realmente plenos y felices.
Las “Maestrías de la Sabiduría Tolteca” son precisamente los caminos para tomar
conciencia de si vivimos conforme al “sueño exterior” o conforme al “sueño interior”
y para tener dominio sobre nuestros sueños de tal manera que nos conduzcan a la
plenitud, a la armonía y a la libertad… Para esto es para lo que los Toltecas se
convirtieron en los “Maestros del Sueño”… Ellos enseñan que cada vida humana
es la manifestación de un sueño y que cada vida-sueño es un arte. Y que todos
podemos cambiar nuestra vida en cualquier momento si no disfrutamos de nuestro
sueño… Los maestros del sueño y sus discípulos –que se convierten igualmente
en maestros- crean una vida que es una obra
maestra; controlan el sueño a través de sus
elecciones. Todo tiene sus consecuencias, y un
maestro del sueño es consciente de ellas.
Ser un Tolteca es una forma de vivir en la cual no
existen los líderes ni los seguidores, donde tú
tienes y vives tu propia verdad. Un Tolteca es
alguien que se vuelve sabio, se vuelve pleno y se
vuelve libre.
Existen tres Maestrías que llevan a la gente a
convertirse en Toltecas. La primera es la Maestría de la Conciencia: ser
conscientes de quiénes somos realmente, con todas nuestras posibilidades.
La segunda es la Maestría de la Transformación: cómo cambiar, cómo liberarnos
de la domesticación y de los “sueños externos”.
La tercera es la Maestría del Amor: esa parte de la vida que hace que la
transformación de la energía sea posible; es el ser viviente que envuelve toda
energía, o lo que llamamos «Dios». Es la vida misma; es el amor incondicional.
Toda nuestra mente es una bruma que los Toltecas llamaron mitote. Nuestra
mente es un sueño en el que miles de personas hablan a la vez y nadie
comprende a nadie. Esta es la condición de la mente humana: un gran mitote, y
así es imposible ver lo que realmente somos. En la India lo llaman maya, que
significa «ilusión». Es nuestro concepto de «Yo soy». Todo lo que creemos sobre
nosotros mismos y el mundo, todos los conceptos y programas que tenemos en la
mente, todo eso es el mitote. Nos resulta imposible ver quiénes somos
verdaderamente; nos resulta imposible ver que no somos libres… Hemos
aprendido a vivir intentando satisfacer las exigencias de otras personas. Hemos
aprendido a vivir según los puntos de vista de los demás por miedo a no ser
aceptados y de no ser lo suficientemente buenos para otras personas.
Según esta Sabiduría Tolteca tú has establecido millares de acuerdos contigo
mismo, con otras personas, con el sueño que es tu vida, con Dios, con la sociedad,
con tus padres, con tu pareja, con tus hijos; pero los acuerdos más importantes
son los que has hecho contigo mismo. En esos acuerdos te has dicho quién eres,
qué sientes, qué crees y cómo debes comportarte. El resultado es lo que llamas tu
personalidad. En esos acuerdos dices: «Esto es lo que soy. Esto es lo que creo.
Soy capaz de hacer ciertas cosas y hay otras que no puedo hacer. Esto es real y
lo otro es fantasía; esto es
posible y aquello es imposible».
Un solo acuerdo no sería un
gran problema, pero tenemos
muchos acuerdos que nos
hacen sufrir, que nos hacen
fracasar en la vida. Si quieres
vivir con alegría y satisfacción,
debes hallar la valentía
necesaria para romper esos
acuerdos que se basan en el
miedo y reclamar tu poder
personal.
Los acuerdos que surgen del
miedo requieren un gran gasto de energía, pero los que surgen del amor nos
ayudan a conservar nuestra energía e incluso a aumentarla.
Si somos capaces de reconocer que nuestra vida está gobernada por nuestros
acuerdos y el sueño de nuestra vida no nos gusta, necesitamos cambiar los
acuerdos. Cuando finalmente estemos dispuestos a cambiarlos, habrá cuatro
acuerdos muy poderosos que nos ayudarán a romper aquellos otros que surgen
del miedo y agotan nuestra energía.
Filosofía Azteca.
Miguel de León portilla menciona que algunas de las inquietudes filosóficas de los
nahuas del siglo XVI eran el problema de la fugacidad d la vida, la felicidad en la
tierra, la finalidad de la acción humana, del más allá y la búsqueda del origen de la
comunidad.
Para ello existieron personas que se dedicaron a reflexionar sobre sí mismos y
sobre el mundo, a los que se les conoció como TLAMATINIME "los que saben
algo" herederos de la tradición intelectual tolteca y teotihuacana, por ejemplo,
Nezahualcóyotl.
Los Tlamatinime pertenecían a la clase sacerdotal que comenzaron una labor
intelectual. El libro Colloquio de los doce, es la fuente histórica que nos permite
conocer su labor que era el estudio de los movimientos de los astros; estudio y
reflexión de los códices así como la interpretación de calendarios; sirve de guía
moral y ética; su reflexión trasciende a lo teológico para instalarse en una reflexión
filosófica.
Un problema a reflexionar fue la falta de verdad en el mundo sensible del hombre;
esta palabra tenía connotación de cimiento, de contar con raíces y poder
sostenerse por sí mismo. Para ellos la idea del mundo terrenal era algo fugaz, se
compone de instantes que desaparecen, todas las cosas tienen un principio y un
final, por ello en este mundo no se encuentran las cosas buscadas por ellos; pues
lo bien enraizado y cimentado, es lo que escapa al tiempo, y no es fugaz como lo
terrenal.
La Flor y el Canto, poesías, son un ejemplo del cuestionamiento del mundo de los
tlamatinime.
Filosofía Náhuatl
La polémica acerca de si el pensamiento náhuatl es o no es una filosofía, implica
considerar diversos elementos, y así, no parece muy viable argumentar que el
pensamiento náhuatl es una filosofía porque en él se encuentran ideas
relacionadas con lo divino, lo humano y el universo, como sucede en cualquier
pensamiento filosófico de occidente, porque en tal caso, el término filosofía se
estaría entendiendo como sinónimo de cosmovisión. En efecto, lo divino, lo
humano y el universo, son tres elementos nocionales con los cuáles se articula
una visión global, ya sea de una persona o la de un pueblo, que da pie a una
cosmovisión, pero he aquí que sale a colación una precisión de tipo lógico a
considerar: toda filosofía es una cosmovisión, pero no toda cosmovisión es una
filosofía.
Así pues, aunque se pudiese hablar de una cosmovisión náhuatl relativa a lo
divino, hombre y universo, que fue propia de los grupos etnolingüísticos a los que
antropólogos socioculturales han denominado como náhuatl y que tuvo su
esplendor en la región central de lo que actualmente es la República Mexicana
durante los siglos XV y XVI antes del contacto con el mundo hispánico, esto no es
suficiente como para hablar de una filosofía náhuatl, sino a lo mucho de una
cosmovisión náhuatl que sería de tipo religioso.
El pensamiento nahual tenía una visión del universo, de la vida y uno de los
grandes filósofos es el padre de Sagahum y el historiador Miguel León Portilla,
además de lo antes manifestado destacaron en la cultura y en la poesía así como
la educación de hombres y mujeres.
En la educación los nahual tenían un lugar
especial llamado Calmecac donde habitaban los
sacerdotes y eran los que impartían la educación
de los jóvenes (los Macehuales)
Su responsabilidad de los tlamatineme era
enseñar la ciencia, la poesía, la cultura, el arte, y
todo lo que hubieran relación con el vivir, y por
ultimo fueron grandes maestro del cálculo y de la
arquitectura.
En la imagen del mundo de los nahuas había
varias regiones: El Topan: donde se alojan los
dioses. El Mictlan: donde moran los muertos. Y
el Tlaltipac: donde mora el hombre.
Filósofos tlamatinine destacados:
Nezahualcóyotl: poeta, señor de Texcoco, se
preocupó de los problemas relacionados con el tiempo, el venir y la divinidad.
Tlacaelel: conejero de gobernante azteca y forjador de una nueva visión del
mundo. Ayocuan Cuetzpalizin: del cual se dice encontró en el placer y en el arte la
realización personal, como manera de olvidar la vida fugaz.
La Filosofía Nahuatl deriva sobre todo inmersa en un pensamiento religioso, lo
cual es común prácticamente de todos los pueblos antiguos y de las primeras
formas de evolución del pensamiento; esto se presenta en China, India, Egipto y
Grecia. Donde el pensamiento filosófico tardo en separarse de la religión y la
mitología.
Caritas Sonrientes.
Las caritas sonrientes constituyen un
género de la alfarería de la cultura del
Centro de Veracruz, que se desarrolló
en Mesoamérica durante el Período
Clásico. Erróneamente se les ha
atribuido una paternidad totonaca, lo que
no resulta plausible porque fueron
producidas muchos siglos antes del
desarrollo de esa cultura. Se trata de
pequeñas piezas de barro cocido que
representan rostros humanos sonriendo.
En el universo de las representaciones
antropomorfas mesoamericanas son
excepcionales, puesto que el arte mesoamericano se caracteriza por sus retratos
hieráticos y el esquematismo de las representaciones humanas.
En estricto sentido, no se trata de representaciones faciales. Las caritas
sonrientes constituían parte de efigies de cuerpo completo, que se desprendieron
con el paso del tiempo. Existen piezas prehispánicas completas con rostros
sonrientes, todas procedentes del centro de Veracruz.
Se desconoce cuál era la función de estas figuras de cerámica, que se han
encontrado en sitios como Remojadas, Cerro de las Mesas, Nopiloa, El
Tajín y Xiutetelco, sitios en los que la cultura clásica del Centro de Veracruz tuvo
su mayor florecimiento. Se han propuesto varias hipótesis:
-Las piezas serían representaciones de sujetos en trance por el uso
de alcaloides en rituales religiosos y sacrificiales.
-Podrían ser representaciones de personajes importantes provenientes de
diversas regiones de Mesoamérica, los cuales se identifican por el tipo de tocado
que portan.
-Se trataría de representantes del culto de las deidades de los alimentos, del juego,
y de los placeres, llamados Xochipilli, Macuilxochitl, y Xochiquetzal por los aztecas
(Alfonso Medellín).
Con todas las anteriores culturas podemos ver como el pensamientos filosófico ha
ido evolucionando con el pasar de los años y muchos de aquellos pensamientos
aun nos acompañan hasta nuestros días…