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AL ORIENTE ESTÁ EL NUEVO SOL

RETORNO A LA PARCELA
(De la tierra venimos y a ella hemos de volver)

Nuestra región ha sido escenario de la violencia y ahora lucha por ser ejemplo de
convivencia, reconciliación y paz. Desde la década de los ochenta, el frente “Carlos
Alirio Buitrago” del ELN hizo presencia en la zona, donde ya operaba el Noveno
Frente de las FARC. Al parecer varios motivos llevaron a estos grupos hasta la
localidad: su ubicación estratégica, el difícil acceso, la cercanía a la autopista
Medellín-Bogotá y —según algunos investigadores— la posible construcción de
embalses y sus prometedores ingresos fueron los condicionantes para que se
instalaran allí; sumado esto a un abandono casi total por parte del Estado. La
parafernalia mediática que hizo visible a esta localidad ante el país se inició con las
acciones armadas que se desarrollaban en un territorio tan cercano a la llamada
subregión del altiplano que es la base de la industria, al aeropuerto internacional, a
la retaguardia de la fuerza pública en Antioquia pero tan lejano de la atención
estatal.
Siempre que los medios se fijaban en el Oriente Antioqueño, lo hacían para informar
sucesos del conflicto, reafirmando cada vez más la imagen de santuario de
guerrilleros que se había concebido ya. Esto llevó a la creencia generalizada de que
todos los que habitaban aquí necesariamente formaban parte de los grupos al
margen de la ley y por tanto podían ser objetivo militar de los que querían llevar “el
imperio de la ley”.
La vulnerabilidad y la desprotección del Oriente antioqueño, sumadas a la errónea
imagen distorsionada con el paso de los años, hicieron que el Ejército y los grupos
paramilitares se ensañaran y emprendieran una arremetida cruel y violenta contra
los pobladores de esta zona. Según los relatores especiales de las Naciones Unidas
sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias y tortura, “la categoría de
‘enemigo interno’, aplicada a toda persona de la que se considera que apoya a la
guerrilla de una u otra forma (incluso si los insurgentes utilizan la fuerza para
obtener, por ejemplo, alimentos o dinero de los civiles), se ha hecho extensiva, al
parecer, a todos los que expresan insatisfacción ante la situación política,
económica y social, sobre todo en las zonas rurales”.
Los representantes de la ONU fueron informados de que la finalidad de esta
estrategia es la de privar a los guerrilleros de sus bases. En palabras de un
observador no gubernamental, consiste en “luchar contra los insurgentes luchando
contra la población civil”. La implementación de este sistema de defensa provocó
en poco tiempo un éxodo masivo de campesinos que huían para salvar sus vidas,
hasta el punto que entre enero y diciembre del 2002, toda una región productiva en
la que estaban las subregiones de bosques y embalses se convirtió en un lugar
deshabitado y la naturaleza comenzó su tarea de retomar lo que era de ella.
La fuerza de las balas y el terror que produce la muerte hizo que los sobrevivientes
de la guerra salieran en una diáspora a buscar el sobrevivir, los pobladores del
Oriente Antioqueño salieron tan solo con las ganas de ser y en otras tierra
encontraron que la solidaridad y el afecto de los mismos sufridos es elemento que
ayuda a salir adelante.
Las colonias de las diversas municipalidades fueron constituyéndose para no
romper las relaciones sociales que se tenían en el terruño abandonado, la sangre
pujante que en otras décadas llevó a la colonización antioqueña por los caminos
reales a lomo de muladas se hizo nuevamente elemento que llevaba a generar
empresa como nueva forma de colonizar el comercio en Cali, en Barranquilla y hasta
en Venezuela.
Desde la distancia la tierra comenzó a llamar. Se organizaron “expediciones” a lo
que ya era suyo, a la tierra abandonada. Primero las colonias llegaron con buses de
fiesta a los cascos municipales y algunos en ese peregrinaje se arriesgaron a buscar
su casita en la finca para ver que quedaba de ella y con nostalgia apreciar lo que
dejó la guerra y consumió la naturaleza.
Las fiestas del retorno se constituyeron así en la manera de fortalecer el cordón
umbilical con la madre nutricia, cada año se soñaba con nuevos reencuentros, con
nuevos viejos cuentos de repetir, con la misma pregunta de dónde quedó el amigo,
con la nueva alegría de llegar al mismo parque y buscar la trocha que llevara a la
casa en la montaña.
Detrás de las formas organizativas de las colonias fue creciendo la idea de que el
retorno fuera una realidad y no solo una fiesta de tres días. Así los viejos
comenzaron a sacudirse el hollín de la ciudad para sacudir ahora el polvo en
acumulado en las casas de las fincas. Detrás de los viejos llegaron jóvenes que
veían frustradas sus esperanzas de progreso en una ciudad competitiva y egoísta;
luego se comenzaron a formar los nuevos hogares que hoy se encuentran
repoblando la tierra de sus ancestros.
El Oriente siempre ha estado en nuestro norte, ha sido nuestra meta y esperanza,
ha sido motivador porque allá están nuestras realidades; en el oriente nace
nuevamente la pujanza de los que no son derrotados por las adversidades, de los
que no se dejan disminuir ante los problemas, de los que renacen todos los días
como el sol que emerge en el mismo oriente.
Hoy gracias a la paz que se vive en nuestra región las familias campesinas retornan
a su terruño con el único deseo de ser sujetos productivos en nuestras propias
parcelas y con ello coadyuvar en la reconstrucción del tejido social del territorio.
Aquí estamos en la brega, volviendo a los cultivos y a la ganadería, retornando a la
vida social con nuestros pares, regresando a la esperanza de ser pues ya no somos
simples sombras que trashuman en las ciudades sino que somos nuevamente
nosotros mismos.
Con el esfuerzo de todos, de los pobladores, de las instituciones, de los gobiernos,
de los que creen en el futuro el oriente Antioqueño vuelve a ser protagonista de la
historia. De manera silenciosa se han venido construyendo escenarios de paz y
reconciliación en donde conviven sin distinción alguna resistentes, retornados y
desmovilizados sin reproches de lo que fue y siempre con la mirada hacia adelante
porque el pasado es cosa que quedó en los recuerdos.

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