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CONCEPCION CABRERA DE ARMIDA Y FELIX ROUGIER


Encuentro con Cristo

Sumario:
1ª Parte

LAS REVELACIONES (VISIONES Y LOCUCIONES) DE CONCEPCION CABRERA DE ARMIDA.


Estudio directo sobre los textos del P. Rougier.

1. Observación preliminar.

2. Las "locuciones" ("revelaciones privadas"), que él aprecia según los


criterios de la Iglesia, no tienen para él valor absoluto, sino sólo de
instrumento que puede interpretarse de diversas maneras:

A) Aprecio de las "revelaciones" según los criterios de la Iglesia.

B) Valor relativo y discernimiento de las revelaciones, sabiendo


desprenderse de ellas e incluso obrar de modo diverso cuando lo
requerían la obediencia o los criterios de Iglesia.

3. Perspectiva general del P. Rougier para interpretar su credulidad y


dependencia.

4. Conclusión de la primera parte.

2ª Parte

CONTEXTUALIZACION HISTORICA

1. Preámbulo

2. Importancia de la descripción sintética que hace del P. Rougier el


testigo P. Ollier SM.

3. Síntesis de la persona y doctrina de Concepción Cabrera de Armida en


relación con las Obras de la Cruz y los "Sacerdotes de la Cruz".

4. Explicación más detallada de la relación espiritual del P. Félix con la


Sra. Armida.

5. Conclusión de la segunda parte

6. Apéndice documental: A) Carta del P. Olier; B) Testimonios de los obispos


mexicanos; C) Mensaje de Juan Pablo II; D) Lista de libros de la Sra.
Armida, publicados y aprobados; E) Decreto sobre las virtudes heroicas de
ambos.
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1ª Parte

LAS REVELACIONES (VISIONES Y LOCUCIONES) DE CONCEPCION CABRERA DE ARMIDA.


Estudio directo sobre los textos del P. Rougier.

1. Observación preliminar.

Los estudios que ya se han realizado sobre Concepción Cabrera de


Armida (Conchita) y sobre el P. Félix Rougier, dejan entender campos nuevos
para la reflexión teológica, pastoral y espiritual. Siempre quedan algunos
vacíos por llenar y pistas por seguir.1

Uno de estos estudios por hacer es precisamente el aprecio que el P.


Félix tenía de las revelaciones (visiones, locuciones) de la Sra. Armida.
¿Se trata de dependencia y condicionamiento? ¿es una sintonía con la
experiencia que cada uno tiene sobre el amor de Jesucristo?... Su primer
encuentro providencial, en el año 1903, marcó un hito imborrable en sus
vidas, como un signo de un profundo encuentro con Cristo.

Desde el principio, anoto que, leyendo con objetividad los textos de


que disponemos, la nota que sobresale es la profunda experiencia de amor de
Jesucristo que ambos quieren intercambiar, en vistas al camino de santidad y
a los planes de apostolado. Nadie pone en duda la vida virtuosa y el
apostolado fecundo del P. Félix y de Concepción Cabrera de Armida.2

He ido leyendo detenidamente los documentos del P. Félix. Mi primera


impresión, durante las páginas iniciales, ha sido de constatar un aprecio
que parece excesivo respecto a las locuciones de Conchita. Pero al continuar
la lectura, he descubierto un itinerario interno, armónico y heroico (el del
P. Rougier) que me ha ido iluminando y matizando mi primera impresión.

He podido encontrar datos suficientes para afirmar que su dependencia


queda siempre condicionada a la fe, a los criterios de la Iglesia, al
parecer de personas prudentes y, especialmente, a la obediencia respecto a
los superiores. Su valoración respecto a los fenómenos extraordinarios no es
incondicional; tampoco les atribuye un valor absoluto.

En el decurso de su Diario, Cuenta de Conciencia y Cartas, aparece


cómo el P. Félix consulta autores místicos (Poulain, Sauvé, Naval...), que
le ayudan a dilucidar y a dar un valor relativo a las locuciones y otros
fenómenos. Queda sin dilucidar la cuestión teórica sobre la naturaleza de
los fenómenos extraordinarios (epifenómenos, en forma de visiones,
locuciones), sobre los que la Iglesia no ha dado nunca ninguna explicación.
Se aprecian propiamente los contenidos doctrinales de las inspiraciones
(expresadas por epifenómenos). En el mismo P. Félix se constata la
referencia a Santa Juana de Arco, Santa Teresa de Ávila, Santa Margarita y
Santa Gema Galgani, como punto de comparación. Hay que reconocer que el P.
Félix valora como auténticas las "locuciones" de Conchita.

Las opiniones técnicas de los autores (Poulain, Sauvé, Naval) ayudaron


al P. Rougier a dilucidar la cuestión; pero él no entra teóricamente en la
naturaleza de los fenómenos, sino en los contenidos evangélicos. Lo
importante es descubrir si hay ahí una gracia de Dios (prescindiendo del
1
Respecto a nuestro tema, con aplicación al caso de Conchita, ver: C.
CASTRO TELLO, Proceso humano y experiencia de Dios en Concepción Cabrera de
Armida (México, Universidad Pontificia, 2003) (Tesis Doctoral, manuscrito).

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En el presente estudio, se deja en evidencia que no existe una actitud
de credulidad respecto a las revelaciones privadas, ni tampoco una eventual
dependencia interna.
3
epifenómeno). Para él, los criterios de la Iglesia y la obediencia serán
determinantes.

En esta primera parte respondo más directa y sucintamente al tema. En


la segunda parte presento un estudio más contextualizado históricamente.

2. Las "locuciones" ("revelaciones privadas"), que él aprecia según los


criterios de la Iglesia, no tienen para él un valor absoluto, sino sólo de
instrumento que necesita discernimiento:

A) Aprecio de las "revelaciones" según los criterios de la Iglesia:

Su aprecio de las "locuciones" ("revelaciones privadas") es el de la


época (en los casos que tienen una aprobación de la Iglesia). El P. Félix
hace referencia a Lourdes, alguna vez también a La Salette (ambas aprobadas
por la Iglesia), frecuentemente habla de Sta. Margarita; también de Sta.
Juana de Arco, Santa Teresa de Avila y de otros santos... Para tener
criterios eclesiales y evangélicos, estudia libros de mística (Poulain,
Sauvé, santos del pasado) y consulta personalmente a autores (P. Naval, P.
Carrera, etc.). No se apoya fundamentalmente (ni ciegamente) en
epifenómenos, sino en las luces o inspiraciones cuando consta que son de
Dios (sin basarse en el modo preternatural como se comunican).

* Valora los estigmas de San Francisco:

"Mañana es aniversario de la muerte de su marido (de la Sra. Armida):


Francisco Armida. N.S. quiso que muriera el 17 de septiembre, día en
que la Iglesia celebra la Fiesta de los Estigmas de San Francisco.
Murió el día de su santo, de un santo Crucificado" (Diario, miércoles
16 de septiembre de 1903)

* Celebra fiesta de Ntra Señora de Lourdes (Diario, jueves 11 de febrero de


1904). En su Cuenta de Conciencia se narra alguna visita al santuario,
durante su viaje a Francia.

* Visita repetidas veces el santuario de Ntra. Señora de Guadalupe (de la


que era muy devoto). Recuerda las apariciones:

"Aniversario de la primera aparición de Ntra. S. de Guadalupe" (Cuenta


de Conciencia del P. Félix, sábado, 9 de diciembre de 1905). (Visita
otros santuarios: Fourbière, Ntra.Sra. de las Victorias, Merced, etc.)

* Lee y valora a Santa Teresa de Ávila:

"Fiesta de Santa Teresa. Desde dos o tres días estoy leyendo la vida
de Santa Teresa... Todo me encanta en esa santa y sobre todo su
obediencia tan alegre, pronta y ciega" (Cuenta de Conciencia del P.
Félix, 15 de octubre de 1904).
De Santa Teresa habla otras veces: "Lloré, esta mañana, viendo en la
vida de Santa Teresa cosas parecidas a las nuestras. ¡Oh, qué bonito
color de Oasis, aunque con distinto matiz!... Santa Teresa, para
fundar la Reforma de los carmelitas toma un joven religioso (San Juan
de la Cruz, entonces Juan de Santo Matía) (ella tenía 52 años; él,
25), lo forma, éste le promete obediencia, le pide su bendición, es
dócil"... (el texto es muy largo y resume la vida de la santa, y añade
casi al final:) "Pero, ¡ay! la madre era Santa Teresa y el hijo San
Juan de la Cruz... Oh, sí, sí, sí, mi Jesús, aunque de lejos, queremos
nosotros, en la oscuridad y en medio de las humillaciones y del dolor
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más agudo y continuo, en medio de las más crueles persecuciones imitar
a tus santos" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, 24 de octubre de
1904). Todavía más adelante: "En el viaje (a Manresa), ida y vuelta,
leí la vida de Santa Teresa, lloré varias veces por el parecido que
encontré en muchos casos en el espíritu del Carmelo con el del Oasis"
(Cuenta de Conciencia del P. Félix, 29 de octubre de 1904).

* Hace na novena a Ntra. Sra. de la Meced y visita (en Barcelona) el


santuario donde, según tradición, la Virgen de la Merced se apareció a San
Pedro Nolasco:

"Empecé el 1o. del mes una novena a Nuestra Señora de la Merced, de la


Redención de Cautivos, ¡para que me libre en este mes! Fue durante
nueve días, en su santuario, donde, según piadosa tradición, se
apareció en sueños a S. Pedro Nolasco, que fundó por orden de María
Santísima la Orden de los Mercedarios.¡Cuánto le pedí allí mi
libertad! Pero todavía no vino la hora, o si vino, por mis culpas e
infidelidades, ¡ay! he sido yo causa que todo se ha diferido" (Cuenta
de Conciencia del P. Félix, Barcelona, domingo 1 de septiembre de
1906).

* Lee la biografía de Santa Juana de Arco:

"Muy emocionado al leer las siguientes palabras, hoy en una biografía


de la Beata Juana de Arco: «Desde el principio de su interrogatorio
dijo a sus jueces el secreto de su vida y de sus obras maravillosas:
Yo no he hecho nada sino por revelación». Oh, mi Buen Jesús, aunque
muy vil y miserable, no he hecho nada en esa tu Obra sino por
revelaciones hechas a quien Tú sabes" (Cuenta de Conciencia del P.
Félix, 23 de abril de 1909).

* Lee la vida de Santa Gema y queda "muy emocionado" (fenómenos


extraordinarios). Pero no se apoya en ello, sino que sólo toma la decisión:

"Sí, sí, mi Jesús, voy a imitar por fin a mi Madre del cielo" (Cuena
de Conciencia del P. Félix, 26 octubre de 1910).

* Celebra siempre la fiesta de Santa Margarita de Alacoque. La referencia a


la santa se encuentra ya desde el año 1904:

"Estoy leyendo un estudio sobre Santa Margarita María «Portrait


intime» y me admiro cómo esta santa es de nuestro color. «Me parece,
dice, que no debemos respirar sino llamas y amor, pero amor
crucificado y todo sacrificado por una continua inmolación de nosotras
mismas a la voluntad de Dios, dejándonos hacer... Todo debe sernos
indiferente con tal de que El esté contento»" (Cuenta de Conciencia
del P. Félix, lunes 5 de septiembre de 1904).

* Hizo retiro en Paray-le-Monial (septiembre de 1910). Describe las


apariciones del Sdo. Corazón a Santa Margarita y su mensaje de amor,
parecido a los mensajes a la Sra. Armida, renueva su entrega total al Señor,
pero él se considera indigno. El retiro de Pary-le-Monial le lleva a esta
consecuencia: "Me consuela y vale que a Jesús le gustan las basuras" (Cuenta
de Conciencia del P Félix, domingo 4 de septiembre de 1910).

B) Valor relativo y discernimiento de las revelaciones, sabiendo


desprenderse de ellas e incluso obrar de modo diverso cuando lo
requerían la obediencia o los criterios de Iglesia:
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Después de haber resumido los datos en los que aparece su aprecio por
las revelaciones, siguiendo los casos aprobados por la Iglesia, voy a
recoger otros datos concretos de su Diario y Cuenta de Conciencia, en los
que aparece un desprendimiento de estas revelaciones y una sujeción total a
los criterios de la Iglesia. El no se condiciona a esas locuciones y
revelaciones; a veces obra en sentido contrario. Para él es la voz del mismo
Jesús cuando la Iglesia habla de modo diverso a lo que se ha recibido por
locuciones extraordinarias.

* No da nunca un paso sin obediencia perfecta a los Superiores. Las


revelaciones o locuciones no condicionan esta obediencia a los Superiores,
docilidad a su Director Espiritual y fidelidad a la Iglesia. Cuando las
dificultades persistían, escribe al Sr. Obispo de León:

"En todo este asunto yo no quiero hacer mi voluntad, pero sí estoy


dispuesto a dejarme llevar a donde quieran los superiores, pasando con
gusto por todas las consecuencias. Soy de la Cruz cuerpo y alma, y
luego dispuesto a todo, sin excepción, por vía recta y santa de la
Obediencia" (Carta del 19 de julio de 1903).

* En este contexto de obediencia a la Iglesia se mueve el aprecio relativo


por las locuciones de Conchita:

"Pero, Concha, mire Ud. y es una señal de que vamos recto, bien recto,
no es cierto que si me dice que no, y no, y no, yo debo obedecerle
ciegamente y aceptar el puesto que me dé en el último rinconcito? -
«Oh, sí, sí, Padre, ese es el Camino»" (Diario del viernes 18 de
diciembre de 1903, deja constancia del diálogo entre él y Conchita,
sobre pedir el permiso del P. General).

(Diálogo con el Sr. Delegado Apostólico, Mons. Serafini): "No hay, le


dije, Oasis de hombres, y puede ser que yo tome parte en su fundación,
pues luego se debe fundar, pero dije a N.S.J. que no haré nada sino
pasando por la santa obediencia -con la aprobación y la bendición de
mis superiores-... que queríamos andar a la luz del sol de la Iglesia,
y no hacer nada sino con plena aprobación de Roma, de los Superiores y
de los Señores Obispos. El Señor Delegado aprobó mucho la marcha que
queremos seguir en esta Obra y apoyó en este punto, a saber, «que
andando por el camino de la obediencia todo iría muy bien». Añadió
después: «Sí, venga aquí con toda confianza a contarme lo que pase. Yo
ayudaré»" (Diario, 29 de marzo de 1904).

* Desde el primer momento de haber encontrado a Conchita, no toma ninguna


decisión si no es dentro de la obediencia, examinándose a sí mismo y
consultando. En el Diario se puede observar un autoexamen permanente de sus
sentimientos íntimos (provenientes de la naturaleza) para corregirlos y
ordenarlos según los criterios evangélicos. No se busca a sí mismo. No
acusa, sino que excusa siempre a lo demás. Su obediencia hacia el Arzobispo
y Superiores respecto a su comportamiento hacia la Sra. Armida y el Oasis,
lo expresa así:

"Me siento con más valor que nunca para corresponder al llamamiento
del Señor, pasando siempre, eso sí, por el REAL CAMINO de la Santa
Obediencia, y no haciendo nada sino con el permiso y la Bendición y
los Consejos de mis superiores religiosos y eclesiásticos. Estando con
la Iglesia estaré siempre con mi Jesús. ¡Y vengan las cruces y las
calumnias! Son divinas golosinas cuya dulzura celestial ignoraba hasta
hoy" (Diario, 8 de julio de 1903).
Esta actitud es la que adopta continuamente: "Iré a explicar mi modo
de proceder a Su Sría. Ilma. con toda franqueza y rectitud, y le
aseguro de antemano que estoy enteramente dispuesto a obedecer, con
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todo el corazón, a cualquiera indicación que me haga su Sría. Ilma."
(Diario, memorandum n. 2, del 7 de julio de 1903).

* Conocía bien, por haber leído todos los volúmenes de la Cuenta de


Conciencia, lo escrito por Conchita:

"No dudo en mi interior... no puedo explicar, sea de Dios. Daría mi


sangre por sostenerlo, pues tal es mi sentir, sin embargo, creo que si
mi director me dijera que estaba equivocada, seguiría su parecer,
obedeciéndolo" (Cuenta de Conciencia de Conchita, 7,311-313, 31 agosto
1896)

* La actitud de Conchita respecto a los fenómenos es siempre de consulta y


de no fiarse por ella misma (se somete a Obispos, Directores espirituales y
expertos). Es muy significativa esta "locución" que escucha del Señor:

"«Mira: aun cuando sean Mías las revelaciones, tú no te guíes, ni


siquiera en las directas por Mí a ti, más que por la luz de la
obediencia que no engaña, bajo la dirección de quien he puesto para
dirigirte. Ahí está la luz Mía que no engaña, rígete siempre por ella
y acertarás». Y sentí, ¡ay Dios mío! la inmensa gracia que le debemos
con ese apoyo infalible, con ese descanso seguro, derivado de la
Iglesia para nuestro bien" (C.C. 34, 193-194).

* Distingue entre luces recibidas y el fenómeno o medio de expresión


(locución, fuego, visiones). El valor está en lo primero (porque se trata de
contenidos evangélicos, según los criterios de la Iglesia). Por esto, el P.
Félix corrige posibles excesos y obliga a cuidad de la salud (no siempre le
da permiso a Conchita para penitencias o también a veces se las modera):

"Le concedí todo, menos aumentar la disciplina" (Diario, 22 de mayo de


1903). "Siempre insiste en que se le permita más y más penitencia. Por
su enfermedad se las disminuí. Es muy obediente" (Diario, 11 de
septiembre de 1903). En carta del 24 de junio de 1903: "Cuando se
sienta muy débil debe acostarse en la cama. En la duda debe juzgar que
la voluntad de Dios es que se acueste en la cama".

(Tiene que consultar la voz del Señor): "Si entiende claramente que el
Señor quiere que no tome dulce ciertos días, me avisa" (Carta 24 de
junio 1903).

* Al leer los "papeles" de Conchita, distingue bien:

"En esas hojas, en esos papeles queridos encuentro mi alimento, mi


vida, la fuerza que necesito, el deseo ardiente de más perfección, de
más penitencia, de más humildad, de más desprecio de mí mismo, de más
obedecer con perfección, sacrificando a cada momento mi gusto para
adivinar y cumplir hasta los más pequeños deseos de mi Superior, que
es, para mí, Jesús visible" del P. Félix, 13 de octubre de 1904).

* Cuando Conchita duda, él le ayuda, pero también la corrige respecto a las


penitencias. Así cuando ella se encontraba en momentos de grandes
sufrimientos y pruebas, le dijo al P. Félix:

"Por momentos me pasa por la imaginación que todo es falso, que yo he


engañado a todos"... El P. Félix le responde: "Tenga fe. Jesús no
engaña". Y añade: "La confesé, le ordené que se quitara los cilicios,
la gruesa cadena, la cruz de clavos... todo, menos su santo Cristo, y
le prohibí se los volviera a poner sin orden mía" (Diario, domingo 5
de julio de 1903).
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Otro caso parecido: "Me dijo (Conchita): «Estoy revuelta. Tengo como
rabia muy grande con Ud. siento haberlo conocido. Me parece que todo
es mentira. Luego veo claro que sí, luego que no». Le dije que era
tentación de turbación, que se mantuviera firme" (Diario, jueves 22 de
octubre de 1903). También el año 1904: "Le parece ver clarísimamente
que ha engañado, que es una hipócrita, que es causa de condenación de
almas... Estas tentaciones que nuestro Jesús permite para hacerla
sufrir me afirman a mí. Veo claro que sufrir es su camino, y que tan
grande obra debe fundarse en un calvario" (Diario, 12 de febrero de
1904).

* Una actuación concreta de claro desprendimiento e independencia respecto a


las "locuciones" o inspiraciones de Conchita, aparece también cuando ambos
estaban escribiendo las Constituciones:

"Insistió (Conchita) mucho para que le permitiera las espinas durante


nueve noches seguidas, para que N.S. me diera luz, para escribir las
Reglas o Constituciones. Me volvió a repetir que «EL SEÑOR QUIERE que
Ud. solo las haga». Le dije que esta mañana había tenido impresión de
miedo, de engañarme... Que no tenía luz para resolverme a insertar o
no, en las Reglas, los vicios y virtudes3. Convenimos en que ella
escribía a Mons. Ruiz, Obispo de León, y le preguntaba si yo me había
de ocupar en la redacción de las Constituciones de las religiosas del
Oasis... Si dice que no, lo dejaré; si dice que sí, le escribiré para
tener su parecer sobre si divido las Reglas como acabo de explicar a
Concha" (Diario, sábado 22 de agosto de 1903).

* Las Constituciones las redactaron durante muchos días, con estudio,


oración, reflexión, diálogo... No se basan en "locuciones" para la redacción
del texto jurídico, sino en un trabajo agobiante por parte de los dos, en
ambiente de oración y reflexión. Al hablar de la aprobación por parte del
Sr. Arzobispo de México, anota el P. Félix:

"Todas las correcciones que ha indicado S. Sría. Ilma. se han hecho


escrupulosamente, y no se han dejado, en la segunda parte, sino las
diez virtudes indicadas por S. Sría. Ilma." (Carta del P. Félix, al
Obispo de León, D. Leopoldo Ruiz, enero 1904).

* Recibe las palabras del Superior General (que negaba el permiso de fundar)
como palabras de Jesús:

"Esas palabras, mi Jesús, son tuyas, y como tales las obedeceré con
gusto y toda la vida, y en medio de mil martirios del corazón, si ésa
es tu santísima voluntad. El M.R.P. después de leerme esa carta me la
remitió y me dijo, mirándome bien en los ojos: «Ahora, si Ud. no
propone dificultad ninguna, lo mando a España, en la casa de
Barcelona, donde tendrá al P. Gauven como Superior».
-«Iré con mucho gusto, M.R. Padre, contesté sin vacilar un segundo. Lo
mismo a España que a la Oceanía... y voy con alegría, pues estoy
segurísimo de hacer así la voluntad de mi Jesús y no pretendo otra
cosa».
-«Es la disposición en que siempre debemos estar», contestó el M.R.
Padre. Luego, saliendo del cuarto del M.R. Padre General, después de
pedirle su bendición me he ido a la Capilla, ante mi Jesús, a rezar el
Te Deum los brazos en cruz, pensando en el gozo de sufrir por El"
(Cuenta de Conciencia del P. Félix, 24 de agosto de 1904). En su
Cuenta de Conciencia, el P. Félix recuerda siempre con gran respeto y
aprecio al Superior General, especialmente en su enfermedad y muerte.

3
Se refiere a los contenidos del libro que lleva este título: "Vicios y
virtudes".
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* Después de la decisión negativa del P. General, describe su actitud,
escribiendo, con el debido permiso, a Conchita:

"El M.R.P. me dio esta decisión por escrito y tan luego como estuve
solo me fui a la Capilla, a los pies de nuestro Jesús y me ofrecí como
víctima para el holocausto que más le agradara. Lo hice con mucha
alegría interior, pues lo que queremos, por encima de todo, Ud. y yo,
es hacer la Santísima voluntad de Dios. Le suplico, pues, que no se
aflija ni un minuto. Rece, como yo lo he hecho, el Te Deum para dar
gracias al Señor de que se cumpla su voluntad" (Carta del 25 de
agosto de 1904, con permiso y visto bueno del P. General).

* El P. Félix indica a Conchita que escoja otro director, para caminar por
la obediencia (para que el director garantice la línea a seguir; las
locuciones hay que consultarlas siempre para no engañarse):

"Creo que no debe quedarse sin Director, para vivir de obediencia.


Escoja después de orar mucho" (Idem: Carta a Concepción Cabrera de
Armida, 25 de agosto 1904).

* De ahí su actitud de seguir sólo la voluntad del Señor:

Resume su diálogo con Mons. Ibarra: "Le dije: «Estoy seguro de que
gano al R.P. General, pues ya le he escrito y allí le diré: R.P., yo
obedezco; estoy seguro de que es la voluntad de Dios, pero hago lo que
me diga, y si me manda a la Oceanía, voy sin vacilación ninguna.
Viéndome obediente, ¿cómo podrá dudar? Y de veras, quiero obedecer,
pues así, EN TODO CASO, estoy seguro de que NO me puedo engañar.
Dígame Su Señoría si voy bien así?» Me contestó: «Sí, sí, así va bien.
Yo le daré una carta de recomendación»" (Diario, lunes, 23 de mayo de
1904). (Es un testimonio que lo dieron muchas personas sobre el P.
Félix).

"¡Tu querer, oh Jesús, es mi querer!" (Diario, 3 de mayo de 1904) (va


glosando la oración ampliándola, es su actitud al ir a Francia de
nuevo para consultar)

"A las 3 p.m. los brazos en cruz, después del Via-Crucis (muy doloroso
para mí, con la espina clavada) supliqué a mi Jesús me concediera esta
única gracia: "QUE SU QUERER FUERA SIEMPRE MI QUERER, Y SU PLACER MI
PLACER" (Diario, petición del Viernes Santo de año 1904)

"Prometo no tener otro resorte que el del amor, sin otro fin que
amarte sin medida y servirte en la cruz. Tu Félix, tuyo, tuyo, todo
tuyo" (Diario, junio 10 de 1904)

(Es su actitud permanente): "No quiero saber nada de dichas Obras


fuera de la voluntad de Dios" (Carta al P. General, 7 de septiembre de
1904).

* Las Obras de la Cruz se basan en la bondad que contienen y no


principalmente en las revelaciones:

"Me contó Monseñor Ibarra que él había hecho aprobar el Apostolado de


la Cruz. Trató el asunto con Mons. Rampolla, el cual le dijo que había
que ir con prudencia, a causa de las revelaciones de una señora. El
Sr. Ibarra le dijo que él y los obispos mexicanos que representaba,
hacían completamente a un lado las revelaciones, que podían ser
ciertas o no, que sólo presentaban el Apostolado como cosa buena para
las almas. Eso facilitó la aprobación" (Diario, lunes, 23 de mayo de
1904).
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"Si los superiores eclesiásticos nos mandan a Concha y a mi, cualquier


cosa, la haremos sin vacilar, pues su voz es la voz de Dios" (Diario,
jueves, 26 de mayo de 1904).

* Comenta en carta a Mons. Leopoldo Ruiz, la posición de Mons. Ibarra sobre


las "revelaciones" (afirmación citada arriba). Lo cual le hace adoptar una
actitud prudente de consulta sobre el valor de las mismas:

"Como es punto tan importante, suplico a Su Señoría Ilma. me haga el


favor de sacar más en claro el asunto revelaciones... como que esos
papeles fueron examinados por hombres notables en saber; Su Señoría
los ha leído también, en parte" (Carta del 14 de junio de 1904).

El Sr. Obispo de León (Mons. Leopoldo Ruiz) aclara la cuestión en


carta al P. General (que está en el Diario del P. Félix): "Negotium de
quo R.P. Félix Rougier acturus est maximi momenti semper mihi visus
est; et in votis habeo ut quamprimum commendatitias litteras eidem
traderer. Ipse nullo modo intendit a via obedientiae et rectitudinis
christianae discedere, quod ceteroquin pignus mihi est bonitatis
causae. Quamdiu mea sententia et plurium qui rem examini subjecerunt,
revelationes quae originem dederunt huic negotio, sumam fidem
mereantur, negotium ipsum in se consideratum rectum omnino, salutare,
et Deo gloriosum videtur, quin necesse sit revelationes ipsas tanquam
fundamentum exhibere" (Carta del 15 de junio de 1904) (el subrayado es
mí: se trata de revelaciones auténticas, pero lo más importante en la
bondad de la obra).

* Se pregunta él mismo por la fidelidad a las "locuciones" y, al mismo


tiempo, por la obediencia debida a los Superiores, diciendo que es el mismo
Jesús (en dos momentos distintos de tiempo: ahora, antes). Por ser fiel a la
obediencia, se desentiende de una carta que Conchita había escrito a otra
persona de Barcelona sobre la fundación de un Oasis:

"¡Pero qué raro que yo, yo, me haga el indiferente cuando se trata de
la fundación de un Oasis, y que bien puedo suponer que N.S. ha dado
orden terminante a Concha para que escriba esa carta y trate de llevar
a cabo esa fundación! ¡Qué raro, digo, pues me siento capaz de todos
los sacrificios para tales empresas... pero siempre con la
indispensable condición que mi Jesús lo diga, y ahora, antes, MI AMOR
me lo prohibe!" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, miércoles 9 de
noviembre de 1904)

* Ante nuevas negativas:

"¿QUE HACER? Abandonarme, más que nunca, completamente a la Santísima


Voluntad de mi Jesús. Tener paciencia, y obedecer ciegamente a todas
las indicaciones de mi Director, pues para mí, es la voluntad del
Señor, y, lo repito por la milésima vez, no quiero otra cosa sino
cumplir con esa santísima voluntad" (Cuenta de Conciencia del P.
Félix, 20 de julio de 1905).

* El paralelo con Sta. Margarita. La observación que le hizo el P. General


(en visita de agosto de 1904) descubre una actitud prudente del P. Félix al
guardar silencio:

"«Que en uno de sus escritos dijo Dña. Concepción que "N.S. sufre
místicamente en la Eucaristía". «Eso, me dijo el M.R.P. General,
demuestra que no siempre está esa señora en la verdad, pues es falso
que N.S. sufra en la Eucaristía». Añadió después, viendo que yo no
contestaba nada: «Eso no sería señal absoluta en contra de lo que Ud.
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dice ser su misión, pues también ha cometido algunos errores la
Bienaventurada Margarita María»" (Cuenta de Conciencia del P. Félix,
11 de diciembre de 1905; lo comunica él mismo en carta al Cardenal
Vives y Tutó, 10 de diciembre de 1905).

* En carta al Card. Vives, resume su opinión respecto a la fundación y a las


"locuciones", así como las autoridades que han dado su juicio. Se refleja su
propia actitud interna de plena transparencia:

"Las pruebas que más me convencen que la misión de que hablo a S.E.R.
es de Dios, son, en resumen: Que el proyecto no es mío. El modo
sobrenatural de ser llamado. La «humildad» de la persona por quien me
vino la orden de Dios.

La bondad de su espíritu, pues así ha sido reconocido por los


diferentes teólogos y religiosos que por orden del Ilmo. Señor
Arzobispo de México la han examinado. Citaré los siguientes: R.P.
Carrera, S.J., actualmente Rector de la Universidad Pontificia de
Salamanca (España). R.P. Soler, S.J., Superior de la Residencia de
"Los Angeles" (México). R.P. del Moral, Lazarista, Provincial y
Superior de los Lazaristas (México). R.P. Cepeda, ex Provincial de los
Misioneros del Venerable P. Claret y Clará.

Que nunca en eso ni ella ni yo hemos obrado por nosotros mismos, sino
por consejos de hombres santos, sabios y prudentes, sobre todo de
nuestros superiores inmediatos: El Ilmo. Sr. Arzobispo de México,
ella; y yo mis superiores religiosos. Que he venido a Europa a ver si
podía cumplir mi misión con la firmísima resolución de no hacer nada
fuera de la obediencia a mis superiores legítimos, y con la
recomendación de varios Obispos (México, Puebla, León, S.E.Ilma. el
Delegado Apostólico).

Que todos aquéllos a quienes he abierto mi alma, y conocen al mismo


tiempo a la Sra. Dña. Concepción Cabrera de Armida y a las Obras ya
fundadas del Apostolado de la Cruz y de las Religiosas de la Cruz
(Mons. Ruiz, dos Jesuitas que fueron sus confesores), me han asegurado
que todo era de Dios. Mi Director actual, el R.P. José Gauven, me dice
lo mismo.
Si mis muy amados superiores no están convencidos es que no conocen
sino a mí; antes me deberían tomar por un verdadero loco o un hombre
muy pretencioso y muy soberbio. En cuanto a la señora, creen que es
una persona muy buena, pero que de buena fe está en el error. Por lo
menos, eso ha manifestado uno de los R.R.P.P. Asistentes y parece
claro que todos piensan lo mismo" (Carta al Card. Vives y Tutó, 10 de
diciembre de 1905, y en Cuenta de Conciencia del SD).

* Su propia experiencia de sentir frecuentemente como un "fuego", no le


lleva a ilusiones, ni la confunde con una señal de santidad. Duda sobre su
naturaleza y teme sea una "ilusión:

"Mucho fuego en el pecho hoy, sobre todo por la tarde. ¿Será ilusión o
cosa natural?" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, jueves 2 de febrero
de 1905, aniversario de su profesión religiosa, que siempre recuerda
con fervor, así como otros aniversario de su pertenencia a la Sociedad
de María).

* Es sincero con sus Superiores, sin ocultar nada, y excusa a los que no
creyeron en las "revelaciones":

"Al querer emprender esa obra procuré hablar a mis superiores con la
sencillez de un niño. Tantas cosas extraordinarias en nuestras
11
relaciones con Dña. Concepción, tantas palabras de Nuestro Señor,
tantas revelaciones, tantas órdenes directas, tantas promesas para el
porvenir, tanto conjunto de cosas sobrenaturales, todo eso tuve que
manifestarlo, y lo dije claramente, insistiendo más bien sobre lo que
podía serme contrario, por miedo de engañar a mis superiores y por
consiguiente engañarme a mí mismo. Pensaron que la señora era muy
buena pero tal vez con algunas ilusiones; creyeron que yo era de buena
fe pero que mi misión era por lo menos dudosa, y en su prudencia me
separaron de México y resolvieron esperar. Creo que en su lugar, y en
caso semejante, hubiera hecho lo mismo" (Cuenta de Conciencia del P.
Félix, carta el P. Naval, 16 de julio, 1906).

* Consulta con su Director Espiritual (P. Gauven) cuando un consejero le


había dicho: "Cuidado con las ilusiones y quédese siempre en el camino de la
obediencia". El Director Espiritual le dice que está obrando bien, pues
sigue la obediencia (cfr. Cuenta de Conciencia del P. Félix, domingo 11 de
junio de 1905)

* Respuesta del R.P. Carrera, Rector de la Universidad de Salamanca, sobre


las luces recibidas por la Sra. Armida. Dice que puede haber un "segundo
momento" de estas personas que reciben una revelación, en el cual expresen
más bien sus puntos de vista. El P. Félix toma nota cuidadosamente de esa
observación del P. Carrera:

"San Ignacio, en el «Principio y Fundamento» de los Ejercicios, nos


enseña que cuando la voluntad de Dios no se ve clara, debemos esperar,
pero no ociosos sino orando, estudiando bien los diferentes
movimientos de la naturaleza y de la gracia, para no frustrar ésta, ni
dejarnos llevar de las ilusiones y engaños de aquélla. Y creo que a
esto debe estar reducido por ahora nuestro papel. Porque la voluntad
actual de los Superiores (primera y segurísima regla de acierto) está
resuelta y firmemente por la negativa; por otra parte, Concepción no
ha recibido ningún precepto categórico y formal de que ahora se haya
de hacer el tránsito; y dice San Ignacio, en las reglas de discernir
espíritus, que se ha de distinguir mucho el primer tiempo en que Dios
habla, del segundo en que el alma devota, por el calor de la visita
del Señor, y sus hábitos e inclinaciones, fácilmente se persuade ser
de Dios lo que es sólo de ella" (Carta respuesta del R.P. Carrera,
Loyola, 18 de julio de 1906).

* Consulta con su Director espiritual y obra según lo consultado, acepta


humildemente correcciones (visita mensual y dirección, en Barcelona). El
Director le dice repetidas veces que obra con obediencia perfecta, aunque
interiormente siga aspirando a la fundación. Ver, por ejemplo, el billete
del P. Gauven, su Director:

"Su carta al M.R.P. debía reproducir fielmente el estado de su alma:


punto capital y único en cuestión. Pues el estado de su alma es éste:
«En mi espíritu tengo la firme esperanza de realizar este proyecto que
creo, sin poderlo dudar, ser de Dios. En mi voluntad tengo la firme
resolución de obedecer a mis superiores y de no emprender nada sin que
mi General me dé, con su permiso, su aprobación». ¿Ha expuesto Ud. así
el estado de su alma? Si así es, esté en paz. ¿Falta Ud. a la
perfección perseverando en este estado de alma? A mi parecer, no.
Antes creo que lo que hace su obediencia perfecta, pues la juzgo tal,
es la oposición que existe entre su convicción íntima y la resolución
de su voluntad. Ud. renuncia a su proyecto mientras su Superior
General no lo bendiga. Ud. está convencido que lo ha de bendecir algún
día. ¿Qué cosa más perfecta quiere el P. Descreux (Provincial)?. Deje
obrar a la Providencia. Si ha habido ilusión de su parte, los
acontecimientos lo dirán, su convicción caerá, su obediencia será la
12
misma. Si Ud. no es víctima de la imaginación de x, y, z, o de la
suya, también lo dirá el porvenir, y tendrá Ud. el consuelo de oír
interiormente este testimonio de su conciencia: HAS SIDO FIEL A TU
CONVICCIÓN, FRANCO, LEAL Y OBEDIENTE. Oración y abandono a la
Providencia" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, 20 de octubre de
1905).

"Mi Director me asegura que hasta ahora he hecho la voluntad de Dios.


Este pensamiento me hace mucho bien. Es, creo, el único lenitivo que
tengo... pero es tan poderoso que cura cualquier herida en un abrir y
cerrar de ojos" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, domingo 24 de
enero de 1906)

"Se va a Francia el R.P. Provincial. Lo vi el primer día y le he


vuelto a hablar dos veces. Me ha dicho que estaba en el buen camino,
que siguiera obedeciendo y siguiendo los consejos de mi Director
espiritual. Le dije que mi Director era de opinión que todo es de Dios
en este asunto" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, jueves, 15 de
marzo de 1906)

* Es importante notar su actitud de duda sobre la oportunidad de seguir las


indicaciones de las "locuciones" sobre las vocaciones "vírgenes" para el
Oasis. Aunque "lo dijo el Señor" (según la locución), para él la locución no
es determinante:

"Me dijo la señora que el Señor quería que en el Oasis no entraran


sino vírgenes, lo que me pareció difícil, y así pareció a otros -y muy
delicado por la especie de inquisición que el Director debe hacer de
lo pasado, y si después tiene que decir que no...- no sé qué pensar en
este punto" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, consulta al P. Naval,
1 de febrero de 1908)

* Se siente instrumento débil e indigno para las Obras de la Cruz:

"He comprendido mejor que de mi inutilidad no debo esperar nada, y que


si algo se hace, todo se hará porque mi Jesús lo hará, a pesar del
instrumento vil y miserable, escogido tal para que se vea más claro
que Dios solo lo ha hecho todo" (Carta al P. Naval, 16 de julio de
1906).

"Ahora menos que nunca, con el favor de Dios, cuento sobre mí,
comprendo que si Dios hubiera encontrado otro pero, lo hubiera
escogido. Cuento, eso sí, sobre la virtud de la Santa Obediencia que
suplico a mi Jesús me haga practicar hasta el fin de mi vida" (Cuenta
de Conciencia del P. Félix, 25 de noviembre de 1909)

* Por obediencia, quema las cartas que llegaron de Conchita, a pesar de


suponer que allí había mensajes de Jesús para él. También quemó algunas
cartas posteriores, con gran sacrificio, a la simple indicación de Conchita:

"Tal vez habló mi Jesús... tal vez me mandó decir: «Dile que haga tal
o tal cosa, que escriba esto o aquello a sus superiores, etc., etc.,
etc., etc.» Pero no... Dijo el M.R.P. Superior General que «era mejor
quemarlas» y las quemaré sin misericordia... Todavía espero cuatro o
cinco pues ha de escribir dos veces cada semana. ¡Oh, mi Jesusito, de
antemano te ofrezco la pena amarga por la cual voy a pasar quemando
esas cartas que tal vez me traían tus palabras!.. Pero así lo quieres
Tú, mi Amor, y ASÍ lo quiero yo. Ayer falta de soberbia, orgullo, amor
propio, etc., alabándome a mí mismo... Lo confesé tal cual, así en
conversación, a mi Director, pidiéndole una penitencia. Pero no me
dio: sólo me dijo de besar tierra una vez, lo que hice en seguida en
13
mi cuarto" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, lunes 12 de septiembre
de 1904). A veces quema las cartas, sin leerlas, ante el Sagrario
(Cuenta de Conciencia, miércoles 14 y 25 de septiembre de 1904). Más
adelante, volverá a quemar (con gran sacrificio) otras cartas
(catorce), porque se lo pidió Conchita (Cuenta de Conciencia,
miércoles 22 de marzo de 1911).

* Cuando se reanuda la correspondencia mutua (año 1909, con permiso del P.


General), nunca aparece una "dirección" o normas impuesas (dependencia
absoluta) por unas revelaciones, sino consejos a la luz de los criterios
evangélicos y eclesiales y siempre en relación con la obediencia.

* Es muy significativa e importante la aceptación plena del "Decretum


Laudis" de las Religiosas, en el que se suprimen detalles que habían pedido
las "revelaciones" de Conchita. Para él la voz de la Iglesia es la voz del
mismo Jesús en dos momentos distintos; prevalece la voz de Jesús por medio
de la decisión de la Iglesia:

"Hoy, lunes 11 de abril (1910), he sabido por una carta del Oasis de
México, fechada el 27 de marzo, y escrita por la Hermana María de la
C... que en Roma han dado el «Decretum Laudis» y han suprimido la
azucena, la Cruz de la espalda y el nombre de Oasis... Me someto con
todo mi corazón, pues lo que quiere nuestra Santa Madre la Iglesia lo
quiere nuestro Jesús, pero, aun involuntariamente, es muy doloroso
para mi corazón... Recé el Te Deum. ¡FIAT!" (Cuenta de Conciencia del
P. Félix, es carta del 11 de abril de 1910)
(al día siguiente, en la Cuenta de Conciencia) "Dijo Jesús: «Se
llamará Oasis esa religión... habrá en ella»..., etc. Oh, mi Jesús, Tú
hablas por tu Iglesia, si no te gusta ya ese nombre que tanto te gustó
a Ti, a nosotros tampoco nos gusta ya... si es prueba no más, y
quieres devolvernos ese nombre, escogido por Ti, cuando se aprueben
definitivamente las Constituciones, bendito seas, Jesús nuestro, y
hágase en el sí como en el no tu santísima voluntad" (Cuenta de
Conciencia del P. Félix, 12 de abril de 1910).

* Los contenidos de los libros de Concepción, publicados por el P. Rougier,


no hablan de "locuciones" etc., sino que son sólo doctrinales (y aprobados
por la Jerarquía).

3. Perspectiva general del P. Félix para interpretar su credulidad y


dependencia:

Se nota en todos los documentos del P. Félix que se refieren a las


revelaciones privadas, la preocupación por garantizar la existencia de una
gracia (por medio del director espiritual, doctores consultados,
superiores).4
4
Además de las consultas citadas más arriba, él mismo anota en la
Cuenta de Conciencia: "VISITA AL M.R.P. JOSÉ. Presidente del Convento de la
Ayuda (Barcelona, Superior de los PP. Capuchinos). Fui hoy mismo a las
cinco, y durante una hora larga le expuse mi caso de conciencia y le leí mi
carta a S.E.R. el Cardenal Vives y Tutó. Le dije mi deseo de obedecer a mi
Superior y mi íntima convicción de que Dios me llamaba a fundar la Religión
de la Cruz o sea el "Oasis de hombres". Me escuchó con mucha atención. Me
dijo "que había obrado muy bien y que había hecho todo lo que podía hacer"
(Cuenta de Conciencia del SD, 25 de marzo de 1906). "Hoy han vuelto los
Padres Prat y Cepeda. Muy amables y cariñosos. Saben muy bien el por qué de
mi estancia aquí. El Ilmo. Sr. Obispo de León les contó el objeto de su
viaje a Lyon y el resultado. Ambos han dicho que había seguido yo el buen
camino. Que obedeciendo es como todo se llegaría a realizar" (Cuenta de
Conciencia del SD, 20 de mayo de 1906). "He consultado, con consejo y
14

La persona que recibe una locución (Concepción Cabrera de Armida) no


sabe con certeza si su palabra (o la expresión) pertenece a ella o es
realmente Dios que habla en ella. La Iglesia discierne la gracia por medio
de Directores y Doctores Pertenece a la Iglesia reconocer la santidad. Pero
la misma Iglesia no da una explicación sobre los fenómenos.

Se constata en el P. Félix una actitud permanente y creciente de


intimidad con Jesucristo: un conocimiento de Cristo vivido personalmente,
desde la propia miseria y limitación, para compartir su misma vida de amor y
de cruz. Las inspiraciones de Conchita le han ayudado a adoptar esta actitud
de fe:

(Después de una nueva negativa del Superior): "¡Oh, mi Jesús, cómo se


me clavó la espina! Y sin embargo me diste la fuerza y mucha calma. El
dolor fue todo por dentro. ¡Te di las gracias, te sonreí, recé el Te
Deum en cruz y me resolví a esperar con paciencia! "Tú querer, oh
Jesús, es mi querer y tu placer mi placer!" Y tu placer, mi Jesús, es
que venga la hora" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, sábado, 5 de
noviembre de 1904).

"¡Oh, sí! De veras, aunque me lo permitiera mi Jesús, si supiera yo


que no es de su entero agrado, no quisiera adelantar ni un momento el
principio de la obra. No, no, Jesús mío, saldré no más cuando Tú me
llames por voz de mis superiores" (Cuenta de Conciencia del P. Félix,
n. 155, martes. 20 de diciembre de 1904).

(Ante la contestación negativa del Vicario General, Juan Raffin, que


luego sería Superior General): "Gracias, mi Jesús, pues esta
contestación me viene de Ti... Heme aquí, todavía desterrado y
separado de mi madre y de las Obras por varios meses... Y sin embargo,
mi Jesús, te lo digo de todo corazón, aunque con inmensa tristeza en
el alma, pero enteramente conforme a tu divina voluntad: FIAT, FIAT,
FIAT, y bendita sea esta carta que me manifiesta tu santísima
voluntad" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, 30 de abril de 1905).

Hay continuas oraciones, de intimidad con Cristo, en su Diario y en la


Cuenta de Conciencia, que reflejan todo su interioridad de conocimiento
propio (humildad), confianza en el amor de Dios, decisión para entregarse a
la perfección:

(En Barcelona): "Ya, mi Jesús, estoy donde Tú me quieres. ¡Oh, qué


bueno es obedecer, por fin, después de haber mandado tantos años! Se
me ha quitado como un peso inmenso, y a pesar de la cruelísima espina,
que tengo clavada en lo más sensible del corazón, siento alivio aunque
con temor de que sea más bien comodidad. Mi empleo, según me parece,
será principalmente visitar las familias francesas para atraerlas a la
Iglesia, y ver sus enfermos. Tal vez confesiones, dirección de
comunidades, catecismos, etc. Estoy en la más completa indiferencia.
Estoy esperando una hora... ¡Qué importa, mientras suena, hacer esto o
aquello! Lo único que importa es hacer la voluntad de mi Jesús... Y
obedeciendo, estoy segurísimo de cumplirla siempre... Feliz yo, oh,
sí, sí, feliz, mi Jesús, feliz, mil y mil veces. Me abandono
totalmente entre tus manos y sobre tu divino Corazón descanso,
permiso de mi Director, a tres teólogos: S.E.R. el Cardenal Vives, S.E.R. el
Cardenal Casañas, el R.P. Carrera, Rector de la Universidad de Salamanca"
(Cuenta de Conciencia del SD, martes, 19 de junio de 1906). Consulta al P.
Antonio Naval, Claretiano, especialista en mística (carta de 3 de julio de
1906). Tiene varias conferencias con él. Respuesta del R.P. Carrera, Rector
de la Universidad de Salamanca: alaba su actuación y explica el sentido de
las luces de la Sra. Armida (ver el texto más arriba).
15
esperando en mi aislamiento, la hora mil veces bendita, en que me
digas por voz del M.R.P. General: ¡YA!" (Cuenta de Conciencia del P.
Félix, 30 de agosto de 1904).5

* Hay una oración a Jesús en la que trasparente su actuación y resume sus


actitudes permanentes, y que repite con frecuencia:

"Oración que leeré en tiempo de aflicción... «Ya no vivo yo; Jesús es


el que vive en mí... De veras, mi Jesús, me he desprendido de mí mismo
para entregarme a Ti sin reserva. Ya no me pertenezco, siento que no
soy sino tu cosa, tu instrumento muy miserable, pero, eso sí, lleno de
la buena voluntad que Tú mismo, por tu bondad, me has regalado...
Acepto con gusto ser juzgado mal por lo que más aprecio, como mi
General, mi Provincial, mis amigos, condiscípulos y alumnos que son
sacerdotes Maristas, y que me tengan por hombre sin juicio y
presuntuoso. Sólo a Ti confiaré mi pena, oh Jesús, pero no dejaré de
seguir el camino que Tú me has trazado... Comprendo que este muerto
podrido y resucitado debe contentarse con no poner obstáculos a la
Obra de Dios... haciendo sólo lo mandado... En tu Corazón que fue mil
veces más amargado de lo que puede serlo un corazón humano, andaré
lleno de confianza por los caminos que tu misericordia me ha trazado y
que Tú, mi Jesús, pisaste Primero. Así sea»" (Diario, 14 de junio de
1903).

Esta relación personal con Cristo es la que le sirve de guía en los


consejos espirituales que da a Conchita, más allá de las locuciones. Por
esto, ayuda a la Sra. Armida en su fidelidad a la voluntad de Dios,
desprendida de todo arrimo y consuelo que pueda provenir de tales
inspiraciones:

"La quiere POBRE de todo consuelo... Desprendida, de todo y de sí


misma, como lo fue El... Como lo fue María" (Carta 8 de diciembre de
1917)

"Copiar a María en su soledad es hacer tres cosas sin cesar: Recordar


a Jesús, Imitar a Jesús, Unirse a Jesús" (Carta 8 de diciembre de
1918).

Su decisión de entregarse a la perfección (según la espiritualidad de


la Cruz y del Espíritu Santo), y su convicción de seguir sigue la voluntad
de Dios derivan de las propias inspiraciones consultadas con sus directores.
En esta decisión y convicción han influido las "locuciones" recibidas por
Conchita. Pero la convicción está avalada por su propia entrega a la
perfección (cambio de vida), consulta con obispos mexicanos, consulta con
5
"¡Oh, mi Jesús, sí, sí, corta Tú mismo las alas que me has dado, pon
freno a este corazón que arde, aunque tan vil y miserable, por correr, volar
a donde se siente llamado!" (Cuenta de Conciencia, domingo 14 de enero de
1906). "Gracias, mi Jesús... porque he sido rechazado, expulsado,
sospechado, despreciado, aun cuando muchas veces ha sido por culpa mía"
(Cuenta de Conciencia, sábado 15 de febrero de 1908). "Pero, mi Jesús, estoy
resuelto en todo, a hacer todo lo que me ordenará o indicará la obediencia,
pero sin pedir nada, sin desear nada, sin indicar nada. Me pongo en tus
manos, para que hagas de mílo que quieras" (Cuenta de Conciencia, 26 de
junio, fiesta del Sdo. Corazón de Jesús, 1908). "¡Oh, cuánto deseo
apasionarme de amor por el Verbo, la Persona del Verbo, por Ti, mi Jesús,
que tanto quiero amar" (Cuenta de Conciencia, 11 de noviembre de 1909).
"Atareado sobremanera. Muy cansado. Por Tí, mi Jesús... y tenme lástima por
tanta flaqueza. Tu pobre Félix te ama con todo su corazón" (Cuenta de
Conciencia, lunes 22 enero 1912). "¡Oh mi Jesús, tenme lástima, que nada
soy, y nada puedo, y nada valgo, y nada haré sin Ti" (Cuenta de Conciencia,
sábado 4 de enero de 1913).
16
teólogos, su propio Director y Superior en Barcelona (como hemos indicado
arriba).

En el texto en que el P. Félix expone con sencillez al P. General


todas las "locuciones" de la Sra. Armida sobre él, como instrumento de la
fundación de los religiosos de la Cruz (Misioneros del Espíritu Santo), no
oculta nada precisamente para dar a sus superiores todos los elementos de
discernimiento. Añade a continuación:

"15-30 mayo, 1903 (consulta). Yo abro mi alma sucesivamente a dos


Padres jesuitas que conocían a la Sra. Armida desde hace muchos años
(sus confesores), al Arzobispo de Puebla, al Arzobispo de León, y
todos me dicen que lo que sucede es de Dios. El Sr. Arobispo de México
me nombra entonces director de las religiosas de la Cruz, cargo que yo
no acepto sino después del consentimiento de mi Provincial, que me lo
da por escrito" (memoria presentada al Pl Jean Raffin Sup. General de
la Sociedad de María).6

En la misma "memoria" se explica el significado del "sí" que el P.


Félix dijo a las preguntas que la Sra. Armida le hizo sobre su fidelidad al
espíritu de las Obras de Jesús. Este "sí" de entrega a las Obras estaba
condicionado a la obediencia a los Superiores:

"8 diciembre, 1903. Respondo afirmativamente a algunas preguntas que


me hace la Sra. C. de Armida, preguntas que N.S. le ha mandado
hacerme. Respondiendo que SI, yo entiendo siepre: «conformándome a la
obediencia que yo debo a jis superiores»" (ibídem).7

La vida del P. Félix se desenvuelve de manera constante en un contexto


heroico de humildad, conocimiento propio, obediencia, caridad (perdón,
aprecio y respeto de personas), apertura total (todos sus sentimientos, para
consultarlos). Además de los textos citados más arriba:

"Acepto, mi Jesús, que los mismos me tengan por loco o soberbio, con
estas apariencias de querer yo ser fundador. - Y de veras tendrán
derecho por pensarlo y decirlo, ignorando lo que ha pasado... pero, mi
amadísimo Jesús, yo callaré, enterando sólo al R.P. Superior General y
Ateniéndome a su juicio. Y si me manda, por desequilibrado, a ocupar
el último puesto en la última casa de la Congregación, aun después de
explicarle todo, ¡oh mi Jesús! me consideraré como feliz, feliz, y en
aquel aislamiento supremo no buscaré consuelo sino al pie de tu
Sagrario, en esta Hostia consagrada que es ya MI VIVIR. Te ofrezco, mi
amado Maestro, ser en todo caso, un modelo perfecto de obediencia a
mis superiores legítimos, contando con tu gracia, y a no dar un paso,
para la fundación del Oasis de hombres, sino por el camino radiante de
luz de la Santa Obediencia" (Diario, 14 de junio de 1903).

6
"15-30 mai, 1903 (Consultation). J'oeuvre mon âme succesivement à deux
Pères jesuites que connaissaient Mme. Armida depuis de longues années (ses
confesseurs), à Mgr. l'Archevêque de Puebla, a Mgr. l'Archevêque de Léon, et
tous me disent que ce qui se passe est de Dieu. Mgr. l'Archevêque de Mexico
me nomme alors directeur des religieuses de la Croix, charge que je
n'accepte qu'après le consentement de mon Provincial, qui me le donne par
écrit" (de la memoria presentada al P. Jean Raffin, Sup. General de la
Sociedad de María).

7
"8 décembre, 1903. Je réponds affirmativement à quelques questions qui
me fait Mme. C. de Armida, questions que N.S. lui a ordonné de me faire. En
répondant OUI je sous-entends toujours: "en me conformant à l'obéissance que
je dois à mes supérieurs"" (ibídem).
17
Una de sus características más sobresalientes es la de su sencillez de
niño (infancia espiritual):

"La obediencia pronta, ciega, alegre ha sido siempre mi encanto, desde


mi noviciado, y si se llegara a llevar a cabo esa fundación, deseo
ardentísimamente que sea por medio de la más perfecta obediencia. Al
querer emprender esa obra procuré hablar a mis superiores con la
sencillez de un niño" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, carta el P.
Naval, 16 de julio, 1906). "«Dejad que los pequeñitos vengan a Mí»,
decía nuestro Jesús. Pues yo quiero ser pequeño. Quiero vivir como
pequeño, obrar como pequeñito que, obedeciendo, siempre obra bien...
Es gracia preciosísima ser niño, en el sentido en que lo entendía el
Señor, la pido con frecuencia" (Cuenta de Conciencia, 22 de septiembre
de 1908). "He renovado hoy mi resolución del Retiro anual de ser
obediente como un niño" (Cuenta de Conciencia, 10 de octubre de 1908)

Desarrolló un gran apostolado en Europa (Barcelona y Francia, durante


10 años), siguiendo las indicaciones de la obediencia, aunque siempre
predicando sobre el Espíritu Santo y la cruz, y abierto a personas e
instituciones (confesiones, dirección espiritual). Ayuda a otros en el
camino de perfección, sin basarse en revelaciones:

"He trabajado mucho por visitas y sobre todo en el confesionario en


propagar el amor al dolor, la devoción al Espíritu Santo, a nuestro
Jesús, al Padre y a la Santísima Virgen. He estado feliz en medio de
mi duro y querido destierro" (Cuenta de Conciencia del P. Félix,
Barcelona, 7-16 de febrero de 1905).

(A las Damas Catequísticas) "Les hablé del dolor y de sus encantos, de


la devoción al Espíritu Santo, del Amor verdadero que no crece sino al
pie de la Cruz, de la unión interna... volvieron a insistir que
fuera... No me comprometí. Lo diré todo al P. Superior y haré la
voluntad de mi Jesús" (Cuenta de Conciencia del P. Félix, martes 4 de
abril de 1905).

4. Conclusión de la primera parte:

En esta primera parte llego a unas conclusiones, que intentaré


contextualizar más ampliamente en la segunda parte de este mismo estudio.

Se observa en el P. Félix una armonía interna y permanente. Reconoce


su naturaleza débil y sus limitaciones. Muestra gran confianza en el amor de
Dios. Sigue los criterios evangélicos y eclesiales (magisterio y santos).
Hay una dinámica de conocimiento humilde de sí mismo, de confianza en Dios y
de deseos de perfección.

No puede volver atrás en cuanto a la convicción a la que ha llegado


después de haber consultado prudentemente, pero no dará un paso si no está
garantizado por la obediencia perfecta. Es una convicción que va ligada a su
decisión de ser santo. Su entrega a Jesús fue a partir de una fuerte
experiencia espiritual que produjo un cambio de vida en el camino de la
perfección. A pesar de sus propios defectos (que reconoce), comunica a su
Director toda su interioridad y sigue las indicaciones que recibe.

El conjunto de "revelaciones" o "visiones" y "locuciones", no son más


que las expresiones de lo que acontece en el interior de un alma. Pero esa
gracia (cuando consta que es gracia) respeta la idiosincrasia de la persona
(su cultura, su psicología...). Las expresiones (aunque sean por medio de
"revelaciones" y "locuciones") tienen que pasar por la censura de los
superiores y de la dirección espiritual. Es lo que hizo siempre el P. Félix
Rougier.
18

Así, pues, la valoración del P. Félix respecto a las "revelaciones"


("locuciones") de la Sra. Armida corresponde a la que, en la época, es común
a los autores espirituales, después de un recto discernimiento. En el P.
Félix no es propiamente "credulidad" indiscriminada, sino una valoración que
queda sometida a las verdades de fe, a los criterios de la Iglesia, a la
obediencia a los superiores y a la actuación evangélica del mismo P. Félix.

Esta conclusión, a la que he llegado partiendo de la lectura minuciosa


de sus escritos, me parece suficiente. Pero he preferido hacer una
investigación más amplia, contextualizando históricamente la actitud del P.
Félix. Es lo que presento en la segunda parte de este estudio.
19
2ª Parte

CONTEXTUALIZACION HISTORICA

1. 1. Preámbulo

Voy a intentar explicar la "dependencia" del P. Félix respecto a las


"locuciones" o "revelaciones" de Conchita, en un contexto más amplio del que
he resumido en la primera parte.

He estudiado detalladamente los documentos autobiográficos del P,


Félix de Jesús Rougier: Diario (Memorias o Souvenirs), Cuenta de Conciencia,
Cartas8. También he estudiado una buena parte de la Cuenta de Conciencia de
Conchita, así como sus publicaciones. Mi estudio se ha centrado
especialmente en la posible "dependencia", llegando a la conclusión que he
anotado al final de la primera parte y que ahora iré valorando a través de
mi trabajo, especialmente con datos más amplios en el apartado n.4. La
"dependencia" respecto a las "revelaciones" de Conchita, queda dentro de una
sana teología ascética y mística.

Intento documentar y contextualizar históricamente más mi exposición,


partiendo de los mismos datos y documentos que se refieren al P. Félix. No
es mi intención dar una lección técnica ni menos esquivar las dificultades,
sino que intento partir de la misma realidad, con las posibles limitaciones
del P. Félix, para buscar una explicación adecuada desde dentro.

2. Importancia de la descripción sintética que hace del P. Félix el testigo


P. Ollier SM.9

Este documento me parece de suma importancia para situar la


8
El Diario lo escribe el Siervo de Dios Félix de Jesús Rougier del 4 de
febrero de 1903 al 14 de julio de 1904. Narra su actitud interna y su
actuación externa durante esos años del primer encuentro con Conchita. La
Cuenta de Conciencia abarca los años 1904-1914. Los contenidos de la Cuenta
puede resumirse en los siguientes: La decisión de sus Superiores de enviarlo
a Barcelona, la dirección espiritual con el P.José Gauven, obediencia
estricta, cartas qu escribe y recibe de sus Superiores, consultas sobre su
vocación y la fundación, propagador de la espiritualidad de la Cruz y del
Espíritu Santo, permiso del Superior General (desde 1909) para comunicarse
por carta con la Sra. Armida, intervención de los Obispos mexicanos para que
los Superiores concedan el permiso al P. Félix para iniciar la fundación de
los Misioneros. Las Cartas a la Sra. Armida son relativamente pocas: 8 de la
etapa 1903-1904, 1 entre 1904-1914 (las demás cartas de ese período no se
conservan), 39 entre 1914-1937.

9
OLLIER Jean, S.M. Nació en Puy de Dome, Auvernia, el 22 de diciembre
de 1866 y profesó como religioso Marista el 2 de febrero de 1888. Fue alumno
del Siervo de Dios en Barcelona y súbdito suyo en Colombia. Formó parte de
la comunidad de Oaxaca. Fue hecho prisionero en época de la persecución,
sólo porque era sacerdote extranjero. Después de una semana de prisión, fue
desterrado a San Francisco, California, en los EE.UU. El P. Félix escribió
de él: "Ese Padre (del cual he sido profesor 3 ó 4 años en la Escuela de
Teología y 5 años Superior en Colombia) me quiere mucho, y creo me estima".
Junto con el Siervo de Dios y con el P. Louis Gandy fue llamado por el
Provincial, P.J.B. Descreux, para hacer el voto de estabilidad en la
Sociedad de María. Murió el 2 de abril de 1930. (Archivo General de la
Sociedad de María. Carta del Siervo de Dios al Obispo de León, Mons.
Emeterio Valverde y Téllez, del 17 de julio de 1903). Positio, Felicis A
Iesu Rougier, Vol.I Indice de Personas, p.21.
20
problemática en sus justos términos, y pasar luego, en los apartados
siguientes, al estudio de una solución objetiva y adecuada.10

Este testigo es muy cualificado, por haber convivido largos años con
el P. Félix (en España, Colombia, México), por su objetividad y por su
descripción de detalles muy útiles para nuestro tema. Incluso se pueden
encontrar en este testimonio algunos detalles que, en otro contexto, han
podido dar origen a malentendidos (por no conocer otros documentos y datos
complementarios).

Voy a tener en cuenta, para mi reflexión y respuesta posterior, los


siguientes contenidos y afirmaciones:

El testigo P. Ollier considera al P. Félix como un santo. No deja de


indicar algunas observaciones (al menos de parte de la opinión de la
comunidad) sobre su vida de penitencia y su aprecio de las cosas místicas.
También recuerda la gracia extraordinaria (o tal vez telepatía) que tuvo el
P. Félix, al presentir la muerte de su madre.

Respecto a la relación con la Sra. Armida, describe el cambio del P.


Félix desde el día del primer encuentro11:

"De lors le père changea complétement dans sa manière de vivre


extérieure, il se livra aux mortifications comme par exemple faire une heure
de méditation à genoux, les bras au croix. A ses confrères il ne parlait que
de la croix et de la pénitence à tel point que les confréres jugeaient les
pénitences exagérés".

Son también interesantes algunos detalles sobre el P. Mir 12, que serán
útiles para valorar la relación del P. Félix con Conchita (sin prejuzgar, en
nuestro caso, la persona del P. Mir). Dice el testigo P. Ollier que el P.
Mir quiso impedir la influencia del Padre en la Sra. Armida y en el Oasis
(Religiosas de la Cruz)13; para ello, rogó al P. Ollier que le ayudara en el
intento (aconsejando que se separara). Es entonces cuando el P. Ollier da
detalles sobre la opinión algo negativa del P. Mir sobre las revelaciones de
la Sra. Armida (sólo "la mitad" serían auténticas...).14
10
Ver documento completo en el apéndice documental.

11
Este encuentro (4 de febrero de 1903) marcó el itinerario espiritual
del P. Félix y de Conchita tan profundamente, que ambos lo escribieron
varias veces, la Señora Armida en su Cuenta de Conciencia, el P. Félix en su
Diario (Memorias). Ver la narración en Autobiografía, pp. 23-24. Positio,
Felicis A Iesu Rougier, Vol.I, Informatio p.63. De ello hablaremos más
adelante.

12
MIR (CUSCÓ y MIR) Alberto, S.J. (1852-1916). Sacerdote jesuita. Nació
en Villafranca del Penedés, Cataluña, España, el 23 de diciembre de 1852.
Fue el primer Director espiritual de Conchita. Fue también Director
espiritual y consejero de la M. Julia Navarrete. Conoció y trató mucho a
Mons. Ramón Ibarra y González. Trabajó intensamente por el Apostolado de la
Cruz y las Religiosas de la Cruz del Sgdo. Corazón de Jesús. En los últimos
años de su vida el P. Mir fue celoso y abnegado misionero de la Tarahumara,
México, y después en California y Texas, EE.UU. Murió en Marfa, Texas,
EE.UU. el 22 de diciembre de 1916. Positio de Concepción Cabrera de Armida,
Vol. I, Elenco biográfico p.29.

13
Es un momento en que el P. Mir ya no tenía con el P. Félix la
confianza que había mostrado anteriormente.

14
Citamos diversos juicios anteriores del R.P. Mir sobre la Concepción
Cabrera de Armida. En 1894, Carta 17 de octubre, dice: "10a. No puedes dudar
21

También resume el testigo P. Ollier un retiro que hicieron juntos bajo


la dirección del P. Mir15. El P. Félix se tenía que preparar para hacer el
voto de estabilidad en la Sociedad de María. Durante el retiro (siempre
según el P. Ollier), el P. Félix consultó con el P. Mir si debía salir de la
Sociedad de María para fundar la rama masculina del Oasis (que pedía la Sra.
Armida). El P. Ollier cuenta esto porque le comunicó a él esta confidencia
el P. Mir.

El P. Ollier anota que el P. Rougier se creía llamado a ser el


fundador de esa nueva congregación masculina, los "Sacerdotes de la Cruz"
(que serían después los Misioneros del Espíritu Santo). El aprecio del P.
Félix hacia la Sra. Armida, se refleja en esta afirmación:

"La Sra. Armida le había revelado algunas cosas de conciencia que ella
no podía saber si no sobrenaturalmente".16

Es pues, en este momento, en el que el P. Félix (año 1904) fue llamado


por sus Superiores a Europa. El Padre marchó inmediatamente, dejando una
gran fama de santidad:

"Pero el padre ha dejado aquí una gran reputació de santidad, de


hombre de penitencia y todo de Dio".17

Respecto a la opinión de la comunidad marista en México, sobre el P.


de todos estos favores y son muchos más altos que los que hasta aquí habías
tenido, algunos a lo menos, y mucho más frecuentes. Y acerca de tus dudas te
digo que no veo cosa que no sea de Dios. En la sustancia todo y toda eres de
Dios: no dudes". En 1900, Carta 23 de marzo, dice: "Acabo de leer todos los
papeles, de los cuales he entresacado y arreglado algo para bien de las
almas. Después de tanto leer y pensar me he convencido de que tu espíritu es
de Dios". En Carta 27 de abril de 1903, dice: "8o. En cuanto a lo demás
prosigue tu marcha, que en cuanto a ti es buena. No te separes de las reglas
dadas: ellas son tu salvaguarda. Siempre humilde, siempre confiada, y muy
confiada; siempre en un abandono activo en los brazos de Dios, dejándole
hacer lo que a El le plazca. Deja guiar a Dios la Obra. El, poderoso es para
libranos de todos los males. Estés alegre, aunque sea en medio de las
lágrimas porque el reinado de la Cruz se ha de fundar sobre espinas y regar
con sangre y lágrimas. Dios te bendiga en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén".

15
"Por aquel mismo tiempo el P. Rougier fue llamado a hacer su voto de
estabilidad en la Sociedad de María. El se prepara con otro Padre y conmigo
por un retiro que nos fue dado por el P. Mir, quien me dijo después que el
P. Rougier le había consultado para saber si debía emitir este último voto
porque él creía debía salir de la Sociedad de María para fundar, según los
consejos de la Señora Armida, una Congregación de hombres sobre las mismas
bases de la Congregación del Oasis".

16
"Mme. Armida lui avait révélée certaines choses de conscience qu'elle
ne pouvait savoir que surnaturellement". El P. Juan Gutiérrez, M.Sp.S. en el
Votum Ex Officio trata del carisma de la Sra. Armida, "Conocimiento interior
de las personas" Parte I p.40: C.C. 1, 82-83, texto 135; 4, 50-51, texto
360; 6,41-42, texto 485; 7, 369-376, texto 656; 8, 2-8, texto 658. Part II
p.51: "Cuando el Señor quiere que vea el interior de un alma, me siento como
un espejo en el que ella sin saberlo, se refleja con todos sus detalles".
C.C. 27,268-271, texto 2115. cf. C.C. 8, 2-8, texto 1133.

17
"Mais le père a laissé ici une grande reputation de sainteté, d'homme
de pénitence et tout à Dieu".
22
Félix, no deja de anotar que, aunque tenía muy buena reputación para todos,
algunos lo tenían por:

... "un poco inclinado a cosas místicas y extraordinarias, y


faltándole un poco de criterio para detenerse a tiempo cuando él se ha
lanzado hacia este tipo de cosas".18

Este conjunto de datos es muy útil para lo que diremos después, en


vistas a analizar la relación de dependencia y la credulidad del P. Félix.
Habrá que encuadrar todos estos datos en el diario espiritual, en la cuenta
de conciencia y en el epistolario.19

3. Síntesis de la persona y doctrina de Concepción Cabrera de Armida en


relación con las Obras de la Cruz, los "Sacerdotes de la Cruz" y el P. Félix
de Jesús

A) La carta de Mons. Maximino Ruiz sobre la Sra. Armida20:

La carta de Mons. Maximino Ruiz, Obispo de Chiapas, a Mons. Ramón


Ibarra21, arzobispo de Puebla (4 de noviembre de 1913), ofrece los datos
esenciales para discernir la personalidad y el carisma de la Sra. Armida,
también en relación con el proyecto de Congregación de los "Sacerdotes de la
Cruz". Es la opinión que será común entre los obispos mexicanos.

Según Mons. Ruiz, la Sra. Armida y sus hijos son ejemplo singular de
18
..."un peu porté aux choses mystiques et extraordinaires et manquant
un peu de jugement pour s'arreter à temps lorsqu'il était lancé dans ces
sortes de choses".

19
El material es muy abundante. Una Cronología Documentada del P. Félix
Rougier, la presenta el P. Luis Díaz Borunda, M.Sp.S. en "Nuestro Padre
intimo", Apéndice p. 337, Ediciones Cimiento, MEXICO. Para poder explicar la
interioridad del P. Félix en estas circunstancias, he estudiado
detenidamente el Diario, la Cuenta de Conciencia y las Cartas.

20
RUIZ, Maximino (1875-1949), Obispo de Chiapas, Auxiliar de la
Arquidiócesis de México. Nació el 19 de agosto de 1875 en Atlacomulco,
Estado de México. De 1905 a 1912 fue director espiritual de Conchita, aprobó
plenamente su espíritu y envío a Roma su parecer, que fue decisivo para la
fundación de los Misioneros del Espíritu Santo. El 8 de julio de 1913 fue
preconizado Obispo de Chiapas, que gobernó solamente durante 6 años, en
plena persecución religiosa. Más tarde renunció. Entonces Mons. José Mora y
del Rio (arzobispo de México) lo consiguió como su obispo Auxiliar. Hizo sus
votos como M.Sp.S. el 3 de octubre de 1947, valederos en el momento de su
muerte. Murió el 11 de mayo de 1949. Ver la Positio Concepción Cabrera de
Armida, Vol.I, Elenco biográfico p.37. Hay que distinguirlo de Mons.
Leopoldo Ruiz y Flores (1865-1941), arzobispo de Morelia y Delegado
Apostólico.

21
IBARRA y GONZALEZ, Ramón (1853-1917). Venerable. Arzobispo de Puebla.
Nació en Olinalá, Guerrero, México, el 22 de octubre de 1853. Fue nombrado
Obispo de Chilapa, Guerrero. Trasladado a Puebla de los Angeles como Obispo,
fue el primer Arzobispo de esa Arquidiócesis. Apoyo y Padre de las cinco
Obras de la Cruz, Director y Padre espiritual de Conchita y del P. Félix de
Jesús Rougier. Sufrió el destierro en la época de la persecución religiosa.
Murió santamente como primer Misionero del Espíritu Santo, por indulto
especial del Papa Pío X, en la casa de Conchita, después de muchos
sufrimientos, el día 1 de febrero de 1917. Ver la Positio Concepción Cabrera
de Armida Vol.I, Elenco biográfico p. 23.
23
pureza, "sencillez y candor". Por esto, "todas las personas que la tratan,
pronto se dan cuenta de estas cualidades"22. En sus obras manifiesta "caridad
y compasión con los pobres". Sobresale por la humildad y las ansias de
padecer por Cristo. Es obediente a la Iglesia, sometiendo a las autoridades
eclesiásticas también las cosas extraordinarias. Explica también el tema
"encarnación mística" como unión con Cristo en el orden de una gracia
extraordinaria.

En este contexto, Mons. Ruiz presenta las "Obras de la Cruz" y su


oportunidad, como garantizadas por los signos de voluntad de Dios. Aprueba
el espíritu de la Sra. Armida y de sus Obras de la Cruz. Pasa luego a la
nueva Congregación masculina en proyecto:

..."de manera especial, la Congregación en proyecto de


«Sacerdotes de la Cruz», merece la atención de la Santa Sede,
tanto más cuanto que la admirable doctrina sobre las virtudes y
los vicios23, que ella parece haber recibido del Señor, pide, a
mi juicio, sacerdotes que la difundan y prediquen".

En esta carta de Mons. Ruiz se destaca la autenticidad de la persona


de la Sra. Armida, su coherencia, su fuerza de irradiación y el motivo
principal para la fundación de los "Sacerdotes de la Cruz": no es la fuerza
de unas revelaciones privadas, sino los contenidos evangélicos sobre la
santidad y el ministerio sacerdotal ("la doctrina sobre las virtudes y los
vicios").

En estas afirmaciones, hay que encuadrar la intención del P. Félix


para llevar a efecto la nueva fundación. La síntesis de Mons. Maximino Ruiz
será corroborada posteriormente y repetidas veces, por los Obispos mexicanos
(Mons. Leopoldo Ruiz y Flores, Ibarra, Martínez, etc.), especialmente al
pedir la aprobación de la naciente Congregación y el permiso para que el P.
Félix dirigiera la Congregación y formara parte de ella.24

No se puede estudiar toda esta cuestión del P. Félix, sin tener en


cuenta los contenidos evangélicos de los escritos de la Sra. Armida. Todavía
hoy estos escritos siguen incidiendo positivamente en muchas personas. Estos
contenidos se encuentran no sólo en su Cuenta de Conciencia, sino también en
los libros que se publicaron (también con la cooperación del P. Félix) y,
aprobados por la Iglesia, tuvieron grande difusión y aceptación: "Ante el
altar", etc.25

22
Son muy interesantes los testimonios de los hijos de Conchita: "La
adorábamos (la queríamos mucho), pero como a una madre común y corriente,
como a una mamá normal; no a una mamá extraordinaria, y yo creo que Dios lo
permitió a propósito, porque hubiera sido muy incómodo vivir con una santa.
Hubiera sido muy difícil vivir con una persona a quien debía rendírsele
homenaje y no tratarla de tú a tú como nosotros tratábamos a mi mamá"
(Positio Concepción Cabrera de Armida, Vol. I, Información p. 40).

23
El tratado Vicios y Virtudes fue y sigue siendo muy apreciado en
diversos ambientes, usado especialmente para la formación en noviciados y
seminarios. Se han hecho diversas ediciones. Como todas las publicaciones de
Conchita, ofrece contenidos doctrinales, no revelaciones privadas.

24
Sacerdotes de la Cruz (Misioneros del Espíritu Santo). Desde 1894 la
SD intuyó que existiría una Congregación Religiosa masculina que ella
llamaba "Sacerdotes de la Cruz". El origen, gestación y establecimiento en
la Iglesia de los Misioneros del Espíritu Santo está lleno de vicisitudes
que son narradas con precisión histórica por el P. Jesús Maria Padilla,
M.Sp.S. en sus obras sobre Félix de Jesús Rougier y Concepción Cabrera de
Armida.
24
El itinerario místico de la Sra. Armida pertenece a su propia Causa,
que hay que conocer para discernir su influjo en muchas personas de la época
(v.g. en algunos Obispos mexicanos) y también en el P. Félix.26

La doctrina, vida e influencia de Conchita (también en el P. Félix) es


parecida a la de Santa Teresa de Jesús respecto a San Juan de la Cruz (en
quien influyó para que colaborara en la reforma del Carmelo). El mismo P.
Félix cita esta este caso, parecido al suyo, aunque él excluye la
comparación en cuanto que se trata de dos santos y él no se cree tal.27

Actualmente, para valorar esta influencia de la Sra. Armida, habrá que


tener en cuenta las afirmaciones del Mensaje de Juan Pablo II en el primer
centenario de la fundación de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón
de Jesús:

"La Sierva de Dios Concepción Cabrera de Armida, sintiéndose


llamada a participar en la misión redentora de Jesucristo,
Sacerdote y Víctima, por medio del Apostolado de la Cruz, fue el
instrumento elegido por la divina Providencia para suscitar en
la Iglesia una nueva familia religiosa que vive esta
espiritualidad a través del sacerdocio bautismal. A este
respecto, vosotras, siguiendo el ejemplo de Conchita nombre
familiar de la Sierva de Dios- y dóciles a los dones del
Espíritu Santo, debéis imitar a Jesús en su amor humilde a los
hombres, en pureza, santidad de vida y sacrificio, y ofreceros,
con María y como María, por la salvación de todos los hombres,
especialmente por la santificación de los sacerdotes".28

Estos mismos contenidos fueron los que influyeron en el P. Félix para


encargarse de las Obras de la Cruz (con permiso inicial del P. Mir y,
posteriormente, de la Jerarquía), así como para consultar a sus Superiores
sobre la eventual fundación de los "Sacerdotes de la Cruz" (Misioneros del
Espíritu Santo).

B) La maternidad espiritual de la Sra. Armida:

Aunque este tema pertenece principalmente a la Causa de la Sra.


Armida, tiene también repercusión en otras figuras contemporáneas, además
del P. Félix Rougier.29
25
Libros de Concepción Cabrera de Armida, publicados con aprobación
eclesiástica: Positio, Vol. III, Index Scriptorum Servae Dei p.5. Ver
apéndice. Los contenidos de los libros no hablan de revelaciones, sino que
son una exposición doctrinal espiritual.

26
El estudio del P. Juan Gutiérrez, M.Sp.S. sobre el itinerario místico
de Conchita es exhaustivo y satisface a cualquier exigencia: Votum "ex
officio". Estudia la personalidad y fenómenos místicos de la Sierva de Dios
Concepción Cabrera de Armida.

27
Ver la primera parte de este estudio.

28
Mensaje de Juan Pablo II, 25 de marzo de 1997 (L'Osservatore Romano,
esp., 2 de mayo de 1997, p. 219,5). Ver documento completo en apéndice. Ver
también el Decreto sobre sus virtudes heroicas.

29
Mons. Maximino Ruiz ("hijo del dolor") cfr. C.C. 21, 288; Mons. Ramón
Ibarra y González ("hijo del consuelo") cfr. C.C. 33,54; Mons. Luis María
Martínez ("hijo de la luz") cfr. C.C. 45, 362). Habrá que tener en cuenta
(analógicamente) la Causa de Mons. Ibarra, como "hijo" espiritual y Director
25

En sus escritos, la Sra. Armida se siente llamada a ser instrumento de


gracia para otros. El instrumento es débil y lleno de "miseria" (según
afirmación suya), pero la acción corresponde al Espíritu Santo. La
"maternidad" espiritual es, pues, una fecundidad espiritual que tiene
dimensión teológica (por provenir del Padre), cristológica (por medio de
Cristo) y pneumatológica (con la acción especial del Espíritu Santo). La
Sra. Armida se siente "avergonzada" de ser instrumento lleno de miserias.

En realidad, este tema es frecuente en la historia de la Iglesia, al


menos en cuanto a mujeres santas que se sienten instrumento de Dios (Santa
Catalina de Siena, Santa Teresa de Jesús...). El tema explícito es conocido
en Santa Teresa de Lisieux, quien se considera a sí misma como "madre de las
almas".30

Los textos de la Sra. Armida hablan por sí mismos y deben encuadrarse


en su itinerario místico, como hace el P. Juan Gutiérrez31. Se trata de una
maternidad espiritual que nace del ofrecer a Cristo como María. Veamos
algunos textos de la Cuenta de Conciencia de Conchita, en los que se recogen
locuciones de Jesús:

"El nacimiento me exteriorizará en cierto sentido y quiero estar


oculto entre las telas de tu corazón. Ya llegará el tiempo de
exteriorizarme para contigo y para con otros" (C.C. 24, 199-
301). "Funde en Mí todos tus amores maternales, los de todos tus
hijos, aún espirituales". (C.C. 25, 134-135). "Yo soy tu primer
hijo según el espíritu... Y si tienes otros hijos de este modo,
es por derivación de este parentesco Conmigo, que los hace mis
hermanos, es por la fecundación del Espíritu Santo comunicada a
tu alma por mi Padre... Todas las gracias que has alcanzado a
tus hijos, les han venido por Mí, por la acción divina operativa
en ti, en atención a mis méritos" (C.C. 31, 232-237).32

Este tema se encuadra en el contexto de "salvar almas", que forma


parte de la "misión" o carisma de la Sra. Armida, como de tantas figuras
conocidas de la historia (como hemos indicado de Santa Teresa de Lisieux),
cada una de ellas con sus matices peculiares. En este sentido, Conchita
llama "hijos espirituales" a Mons. Ibarra y a Mons. Martínez.

4. Explicación más detallada de la dependencia y relación del P. Félix


respecto a las "revelaciones" de la Sra. Armida.

La reflexión que voy a hacer es fácil de avalar con más frases y


testimonios documentales, que se pueden encontrar en el Diario, la Cuenta de

espiritual de la Sra. Armida; él sostuvo la persona del P. Félix y fue el


primer Misionero del Espíritu Santo. El P. Félix distingue "tres madres":
María, su madre de la tierra y la Sra. Armida, poniendo siempre a María en
primer lugar: "mi Primera Madre" (CC del P. Félix, domingo 9 de octubre de
1904).

30
Santa Teresa de Lisieux: "Ser tu esposa, ¡oh Jesús!... ser por mi
uniòn contigo, madre de las almas" (H.A. cap. IX; cfr. carta 114). "Soy
virgen, ¡oh Jesús! No obstante, ¡qué misterio!, al unirme yo a ti, soy madre
de almas" (Poesía 22).

31
Votum "ex officio", o.c., cap. VI: "Llámame Hijo" (pp. 99-110).

32
Añade: "Sentí verguenza, sentí reproche, anonadamiento, ternura... Ay,
Señor!... te ofrezco trabajar para subordinar todos los afectos al tuyo y
entender que sin Ti, esos hijos espirituales no existirían" (ibídem).
26
Conciencia y las Cartas del P. Félix.33

El itinerario interno del P. Félix, a partir de sus documentos íntimos


se presenta como algo excepcional: se puede ir siguiendo la trasparencia de
su corazón en su relación personal continua con Cristo. En este itinerario
interno aparece su actitud de obediencia heroica y victimal (yo diría,
martirial), en unión con Cristo Sacerdote y Víctima, ofreciéndose por la
santificación de los sacerdotes. Ese itinerario marca los hitos de su
preocupación por fundar (cuando Dios quiera) y formar a los Misioneros del
Espíritu Santo (cuando le encarguen esta misión).

En este contexto espiritual, fácilmente constatable en sus escritos,


hay que encuadrar su aprecio por las "locuciones" o "revelaciones" de la
Sra. Armida y también su desprendimiento de las mismas, en aras de la
fidelidad a la Iglesia y de la obediencia más estricta.

Creo que es un caso excepcional y fácil de detectar, con una


interioridad abierta y constante, que se puede resumir en estas líneas:
Transparencia, Humildad (reconoce sus defectos y acepta correcciones), deseo
constante de santidad, obediencia perfecta, fidelidad a los criterios de la
Iglesia...

Hay una continuidad entre su vocación de sacerdote marista (quiso


siempre ser misionero y mártir por medio de la Sociedad de María) y su
misión de fundador de los Misioneros del Espíritu Santo, siempre dentro de
una obediencia heroica y martirial. Pedir la salida de la Sociedad no fue su
intención directa, sino que sólo se dará bajo consejo e instancia de sus
directores espirituales y de los Obispos que le asesoraban.34

Quiere seguir el camino de la obediencia y no buscar el camino de


pedir dispensa de los votos, como había hecho legítimamente el P. Aymard. Si
pide que le ten permiso, lo hace para obrar según obediencia y para que los
superiores accedan por la bondad de la obra de la obra, no por referencia a
las "locuciones": "No quisiera un permiso arrancado, dado «con pena y
sentimiento» como al P. Eymard; esperaré, pero quiero, por medio de una
incansable obediencia, y por la consideración que hará V.R. de la bondad de
la obra en sí misma, quiero lograr un permiso dado con alegría y con todo el
corazón: ¡tengo la más grande confianza que mi Jesús allanará todos los
obstáculos en favor de esta fundación que tanto quiere y desea!" (Cuenta de
Conciencia del P. Félix, jueves 24 de agosto de 1905 y carta al P. General,
del mismo día).35
33
Como he indicado en la primera parte, intento contestar unas
cuestiones concretas: credulidad respecto a las revelaciones privadas,
eventual dependencia interna, insistencia en fundar la nueva Congregación
masculina. Creo que será muy útil tener en cuenta los datos según los
diversos períodos: años 1903-1904 (México, encuentro con la Sra. Armida),
años 1904-1914 (España y Francia), años 1914-1938 (México, hasta la muerte
del P. Félix, con el permiso de la Santa Sede).

34
Es el consejo que le dio el P. Carrera: "Por eso mismo creo que
ninguno de México debe pedir en nombre de Ud. o por su voluntad y deseo, la
dispensa de los votos hechos. En este punto creo no debe tomar Ud. ninguna
iniciativa, sino hallarse «mere passive». Si ellos ven claro y creen que
deben pedirlo, obren según su dictamen; pero Ud. permanezca quieto, hasta
que sienta interiormente el mismo impulso directamente, y consultando con
los que Dios ha puesto para que en su lugar nos rijan y gobiernen, le
aseguren que es de El" (Carta respuesta del R.P. Carrera, Loyola, 18 de
julio de 1906).

35
Ver en la Cuenta de Conciencia también carta al P. General, del 14 de
octubre de 1905; el Superior le indicaba el camino de la dispensa de votos;
27

Abordo, pues, mi explicación distribuida en dos apartados, uno más


general (como realidad existente en la historia de la Iglesia y en el
contexto de la Sra. Armida); otro más específico como aplicación al caso
concreto del P. Félix.

A) La doctrina de la Sra. Armida, por basarse en el evangelio vivido,


apasiona a colaboradores, expositores y discípulos, no por la fuerza
de las revelaciones privadas:

El rico arsenal de doctrina evangélica de la Sra. Armida (como sucede


en otras figuras históricas) ha atraído y sigue atrayendo a quien lo lea con
el corazón abierto a la gracia. Es un hecho constatado el gran número de
personas que se han convertido leyendo la "Historia de un alma" de Santa
Teresa de Lisieux.36

Los Obispos mexicanos de la época quedaron muy impresionados, siendo


ellos mismos grandes figuras (Mons. Maximino Ruiz, Mons. Leopoldo Ruiz,
Mons. Mora, Mons. Ibarra, Mons. Martínez...). Los estudios que se han ido
realizando recientemente sobre la doctrina de la Conchita atestiguan este
mismo hecho: es una doctrina que sigue llamando fuertemente a la santidad y
que no deja al lector indiferente.

El P. Félix no es, pues, un caso aislado, aunque sí quedó captado de


modo especial por la necesidad de renovar su propia vida y por la urgencia
de renovación en la vida cristiana, sacerdotal y consagrada de la época. Su
cooperación en las Obras de la Cruz y su disponibilidad para fundar a los
"Sacerdotes de la Cruz" (Misioneros del Espíritu Santo), son fruto de una
fuerte inspiración de la gracia, en la que ciertamente colaboró, como
instrumento, el testimonio y la doctrina de la Sra. Armida.

La fuerza principal de captación que dimana de la doctrina de


Conchita, no estriba en el cauce de unos fenómenos extraordinarios
(locuciones intelectuales), sino en la autenticidad (humildad y caridad) de
Conchita, junto con la dinámica interna de la misma doctrina evangélica.

Se trata de vivir el misterio de la Encarnación y Redención con todas


sus consecuencias en la propia entrega para la santificación y para el
servicio de la misión eclesial.37

Hay en esa doctrina, expuesta y vivida por Conchita, una dinámica que
se convierte en fuerza casi irresistible para quien sea delicado de
conciencia. Es una llamada continua a la santidad cristiana y sacerdotal
exigida por el misterio de la Encarnación, a pesar de la realidad negativa
de aquella época. Se nota como una inspiración de Dios para buscar
el P. Félix amaba entrañablemente la Sociedad Marianista y siempre guardó un
gran aprecio para ella.

36
I. BENGOECHEA, Santa Teresita en la historia de las Conversiones,
"Revista de Espiritualidad" (1947) 365-402. Es también conocido el caso de
Edith Stein, convertida al leer de un tirón la autobiografía de Santa Teresa
de Jesús. Así ha sucedido también a muchas personas tras la lectura de las
"Confesiones" de San Agustín o de los "Diálogos" de Santa Catalina de Sena.

37
Nos remitimos a los textos citados más abajo. La espiritualidad de la
cruz se concreta en la transformación en Cristo, imitación de su amor
sacerdotal, "cadena de amor" (ofrecer a Cristo y ofrecerse juntamente con
El), imitación de María, disponibilidad para la misión en la Iglesia
(promover la santidad del pueblo de Dios por aceptación amorosa de la cruz).
"La cruz del apostolado" es el símbolo que resume esta espiritualidad.
28
colaboradores humildes, obedientes y audaces, según los criterios de la
Iglesia, quienes, guiados por la luz del Espíritu Santo y según los
criterios de la Iglesia, pondrán unos medios concretos para su realización:
las Obras de la Cruz.

La Sra. Armida no tiene como misión trasmitir unas revelaciones, sino


"encender el mundo con el fuego del Espíritu Santo y herir a las almas con
el leño de la Cruz" (Cuenta de Conciencia 18, 12ss). El modo de expresar
estas experiencias interiores es el de las "locuciones", de cuya garantía
constará sólo cuando haya una aprobación por parte de superiores o
directores. Lo importante no es la explicación sobre la naturaleza de los
fenómenos extraordinarios, sino los contenidos evangélicos que se expresan
por ese cauce, y los motivos para vivirlos. Es, pues, una llamada a la
renovación eclesial, parecida a la que se encuentra en tantos textos
magisteriales del Concilio Vaticano II y del postconcilio.

Esta doctrina de la Sra. Armida (como la de tantos movimientos y


grupos en la Iglesia de hoy) engendra discípulos que se entregan total y
generosamente al ideal. No necesitamos mentar el nombre de tantas
instituciones beneméritas actuales. Pero en cada institución y en las
personas que las componen hay limitaciones muy concretas, por tratarse de
campo de aplicación opinable y, a veces, discutible. Esos defectos o
limitaciones (reales), vistos desde fuera, producen malentendidos y pueden
desenfocarse (o criticarse negativamente), sobre todo cuando no se tiene en
cuenta la realidad de gracia ya garantizada por la Iglesia (la cual no
elimina las posibles limitaciones). Lo que sucede hoy con tanta frecuencia,
originando malentendidos, ha sucedido con el P. Félix, especialmente al no
conocer su realidad de gracia desde dentro. Por esto, los Obispos mexicanos
defendieron siempre al P. Félix y lo presentaron, por encima de
malentendidos y críticas, como hombre santo y providencial.38

La doctrina y los planes de apostolado presentados por la Sra. Armida


produjeron (y siguen suscitando) un gran movimiento renovador (las Obras de
la Cruz) y atrajeron a numerosos adeptos generosos y entusiastas: vocaciones
a la vida consagrada y sacerdotal, Obispos que se constituyeron en
promotores de las Obras de la Cruz, personas que cambiaban de vida para
entregarse más a Dios.

Esa doctrina espiritual cautivó entonces y sigue cautivando hoy a


quien la lee con detención. Bastaría con leer "Ante el altar" o "A mis
sacerdotes". A esa doctrina se han dedicado ya muchos estudios teológicos
especializados.39

El aprecio de la doctrina e iniciativas de la Sra. Armida no depende


principalmente de los fenómenos extraordinarios (locuciones intelectuales o
visiones), sino de la misma doctrina evangélica, siempre en relación con la
fe y moral de la Iglesia. La misma Conchita no buscaba ser aceptada o
consolada, sino que escribía por mandato de sus Directores para asegurarse
que las luces provenían de Dios (prescindiendo de la naturaleza de los
epifenómenos): "No dudo en mi interior... no puedo explicar, sea de Dios.
Daría mi sangre por sostenerlo, pues tal es mi sentir, sin embargo, creo que
38
Documentos de los Obispos mexicanos sobre el P. Félix: ver en el
apéndice y en el Voto ex officio del P. Juan Gutiérrez.

39
AA.VV., Conchita, cuéntanos tu vida, México, Edic. Cimiento 1991. Ver
las Actas y texto completo del: I Congreso Internacional sobre la
espiritualidad de la Cruz, Memorias, México 1997, 2 vol. C. CASTRO TELLO,
Proceso humano y experiencia de Dios en Concepción Cabrera de Armida
(México, Universidad Pontificia, 2003) (Tesis Doctoral, manuscrito); J.
GUTIERREZ, Concepción Cabrera de Armida, Cruz de Jesús, San Luís Potosí,
Edit. La Cruz, 1998. Ver la Tesis Doctoral citada en la nota
29
si mi director me dijera que estaba equivocada, seguiría su parecer,
obedeciéndolo".40

B) Observaciones concretas sobre la dependencia y relación del P.


Félix respecto a la Sra. Armida:

En este apartado, sintetizo mis observaciones después de haber


analizado los documentos históricos y doctrinales, que cito en las notas y
que podrían ampliarse fácilmente con numerosos textos documentales. Amplío,
pues, el resumen de la primera parte del estudio.41

El atractivo de la doctrina sobre el sacerdocio:

Hay que tener en cuenta la doctrina de la Sra. Armida sobre la


Encarnación y Redención, en relación con el sacerdocio de Cristo, que es
también la base de la escuela francesa de espiritualidad. Ver un texto
sintético Conchita, que, como otros textos, podían entusiasmar al P. Félix
(quien leyó detenidamente la C.C. de Conchita):

"Mira, este es el fin, la esencia de mis Obras de la Cruz, un conjunto


de víctimas, unidas a la gran Víctima, Yo, todas puras y sin levadura
de concupiscencia, todas reflejando en sí mismas mi pasión, para que
se levante al cielo un grito unánime: «Ese es mi Cuerpo, ésta es mi
Sangre». Es decir transformarse en sacerdotes en unión del Sacerdote
Eterno, ofreciendo al cielo por la Iglesia y los Sacerdotes sus
hermanos, unos cuerpos crucificados, formando un solo Cuerpo con el
Mío, una sola Sangre expiatoria e impetratoria con la Mía, como
miembros que son del que es la Cabeza, Cristo tu Redentor" (C.C.
40,288-292).42

La experiencia espiritual que la Sra. Armida compartió al P. Félix


durante el primer encuentro, 1903-1904, encontró en él una preparación
previa, que había recibido en la formación familiar y con los PP. Maristas,
y que forman al mismo tiempo la rica base de la escuela francesa de
espiritualidad (sobre todo del siglo XVII). El P. Félix encontró una
sintonía de fondo teológico y cultural.

El P. Félix hará referencia a los contenidos de la escuela francesa,


40
C.C. 7,311-313, 31 agosto 1896.

41
Es fácil ampliar cada afirmación con otras parecidas entresacadas de
los documentos disponibles, especialmente: Diario, Cuenta de Conciencia,
Cartas, del SD.

42
Ver los estudios del P. Juan Gutiérrez sobre el itinerario místico de
la Sra. Armida. Respecto a la doctrina sobre la "encarnación mística".
Recordamos alugnos datos. El R.P. Augusto Poulain, S.J., escribe al Excmo.
Sr. Ramón Ibarra y González: "Monseñor: Usted me mandó las revelaciones de
un alma [...] sobre la «Encarnación Mística» para que le diera mi opinión
sobre estas revelaciones. Me parece que esas revelaciones, a lo menos
tomadas en conjunto son divinas... No se encuentra en ellas ningún género de
error doctrinal y, por otra parte, impulsan fuertemente a todas las virtudes
sólidas: a la humildad, al amor de Dios y de Nuestro Señor, al amor al
sacrificio, al celo por la conversión de los pecadores, etc. El demonio no
puede producir esos efectos, y la naturaleza no tiene esa eficacia... Sólo
hay un punto que me desconcierta, la expresión Encarnación. Me parece un
poco fuerte. Sin embargo, bien explicada, probablemente puede aceptarse"
(Carta del R.P. Augusto Poulain, S.J., al Excmo. Sr. Ramón Ibarra y
González, 16 de nov. de 1913).
30
para hacer resaltar la sintonía con su Congregación de Misioneros del
Espíritu Santo:

"Estudiar a fondo (todos los sacerdotes) la Teología del Sacerdocio de


Jesucristo y del nuestro, según los principales miembros de la Escuela
espiritual francesa (L'École française: St. Fraçois de Sales, B.
Grignon de Montfort, le Cardinal de Bérulle, le R.P. de Condren (muy
especialmente, y otros fundadores del oratorio), St. Vincent de Paul,
le V. Monsieur Ollier, fondateur de Saint Sulpice, etc.). Esa Escuela,
dice Brémond, es la única que ha estudiado a fondo la teología del
Sacerdocio de N.S. Jesucristo y el sacerdocio en general. En ella nos
hemos de formar. Considero esta formación especial como muy esencial a
nuestro espíritu propio, cuando recuerdo todo lo que hay en la C. de
C. sobre el Verbo y su Sacerdocio. (Entenderán mejor la C. de C.
después de la lectura de los autores indicados)".43

El P. Félix se remite, pues, a esa pléyade de hombres cultos y


espirituales (Bérulle, Condren, Ollier, Jean Eudes, Juan Bautista de la
Salle, Luis María Grignion de Montfort, Vicente de Paul, Bourdoise, Fénelon,
Luis Lallemant ...), que suscitaron en Francia un gran movimiento de
renovación espiritual. Propusieron a la Iglesia una escuela de vida interior
profunda, de alta espiritualidad fundada sobre los dogmas, especialmente de
la Encarnación y de la Redención. La "escuela berulliana" proponía el
teocentrismo, el cristocentrismo místico, el vivo sentido de la realeza de
la Madre de Dios, la valoración del estado sacerdotal, delineando el ideal
de "nuevos sacerdotes". El análisis del estado de la Iglesia (sacerdotes,
religiosos y laicos) urgía para buscar caminos nuevos, emprender la
reforma.44

La valoración de las revelaciones privadas:

En la Francia del siglo XIX (en la que se formó el P. Félix), los


fenómenos extraordinarios habían recibido cierta garantía y aprobación de
parte de la Iglesia: Medalla Milagrosa con Santa Labouré (1830), La Salette
(1846), Lourdes con Santa Bernardette (1854). No hay que olvidar el peso que
seguían teniendo en Francia las apariciones y locuciones del Sagrado Corazón
a Santa Margarita de Alacoque (siglo XVII).45
43
Escritos Circulares, Cartas, pp. 27, del 10 de abril de 1927. Ver sus
sus sugerencias sobre la formación sacerdotal, pp. 151-152, 154.

44
Cfr. R. DEVILLE, La Scuola Francese di Spiritualità, Edizioni Paoline,
1990. La escuela despertó el deseo de misiones fuera de Francia (Canadá y el
Oriente). Los laicos se sintieron llamados a participar en este gran
movimiento. El salón de Madame Acarie se convirtió en una "central" de
restauración católica. La misma Madame Acarie que ayuda en la fundación del
Carmelo en Francia, ya viuda entra al Carmelo con sus tres hijas y muere
como María de la Encarnación. La Compañía del Santísimo Sacramento reunía
gran número de laicos y sacerdotes (Olier, Vicente de Paul, Bossuet). La
inspiración mística recupera su lugar. Magdalena de San José y la humilde
Catalina de Jesús ayudan a Bérulle; Agnese di Langeac y Marie Rousseau,
junto con otras, colaboran con Olier (cfr. H. Bremond, Histoire littéraire
du sentiment religieux: III. La conquête mystique: l'École française, Bloud
et Gay, Parigi 1921).

45
La beatificación de Margarita María Alacoque en 1864 abre camino a
nuevas fundaciones; solo en Francia e Italia se fundan 43 congregaciones
dedicadas al Sagrado Corazón. Cfr. T. GOFFI, La Spiritualità dell'Ottocento,
VII, Edizioni Dehoniane Bolonia, 1989. M. d'Ulst (1841-1896) llama el siglo
XIX el "siglo del Sagrado Corazón". El P. Félix hace referencia frecuente a
Margarita de Alacoque (como hemos visto en la primera parte)... Escribe en
31

Desde muy temprana edad el P. Félix fue educado en sólidos valores


cristianos por su muy piadosa madre, dentro de la herencia espiritual de
Francia (del Sdo. Corazón y mariana). Es su madre la que lo ofrece a María y
le enseña amarla a Ella y a Jesús, lo consagra al Padre 46. Años después (en
1930, según "Souvenirs") así describía el P. Félix la fórmula de
consagración que hizo su mamá:

"Oh María, mi buena Madre, yo te entrego este hijo para siempre.


Recíbelo como tuyo. Alcánzale la vocación sacerdotal. Que sea un santo
sacerdote... Lo cuidaré y educaré para Ti"... Y añade: "El único
recuerdo que he conservado de la Misa de Primera Comunión es que besé
muchas veces durante la Misa una imagen del Sagrado Corazón".47

Su temperamento fogoso, dispuesto siempre a seguir lo más arduo en el


camino de la perfección y misión, aparece desde su juventud. En el colegio
de la Cartuja el P. Félix responde a la invitación del Obispo de la sociedad
de María, Mons. Eloy que entusiasma a los jóvenes para ir a evangelizar en
la Oceanía. Así describe su reacción el P. Félix:

"Yo me entusiasmé, y cuando al fin de su conferencia, ya como


extenuado, dijo: Los que se sientan llamados por Dios para ir a
ayudarme en esas lejanas misiones levanten la mano, yo miré en torno
mío, sin que ninguna mano se levantara, sentí interiormente un
movimiento irresistible, y me determiné en un segundo a irme con el
Obispo misionero y levanté la mano, sin duda por inspiración de
nuestro Señor"48.

En 1933 escribiría en una plática espiritual: "Sólo los chiflados


prudentes, es decir, que consultan, hacen algo. ¡Cuidado con los impulsivos
que no consultan!". Él mismo reconocía su carácter "ardiente, impulsivo,
tenaz, emprendedor, audaz, práctico, organizador". Precisamente por ello,
durante toda su vida todo lo sometía a la obediencia y el discernimiento de
la Iglesia.

1914 sobre la lectura del "Portrait intime" de Santa Margarita María: "como
esta santa es de nuestro color... amor crucificado y todo sacrificado por
una continua inmolación de nosotros mismos a la voluntad de Dios, dejándonos
hacer." (Cuenta de Conciencia, pp. 10 - 11). Otras frases y citas, en la
primera parte de nuestro estudio.

46
Félix de Jesús Rougier, Cartas a Religiosas de la Cruz del Sagrado
Corazón de Jesús, Ediciones Cimiento, México 1989, pp. 242. "Esa luz que
tuve sobre el Divino Padre fue después de diez años de estudiar a Jesús, y
de enseñar el interior de Jesús a los novicios. Lo que más claro se revela
en ese divino interior de Jesús es el amor al Padre, ¡a su amadísimo
Padre!... Desde que nos separamos, Nuestro Señor ha permitido que vea más
claro lo relativo a la Devoción al Divino Padre, fin de todo culto divino,
de toda devoción. Después de pensarlo meses y meses, me consagré y consagré
toda la Congregación a la Primera Divina Persona" (Carta a la Rev. Madre
Rosa de Jesús, 1925).

47
Sus padres les dieron muy buena educación al P. Félix y a sus hermanos
para ofrecerles "la facilidad de ser sacerdotes, si Dios les daba vocación"
(Souvenirs). Estudió durante algún tiempo en el Colegio de los Hermanos del
Sagrado Corazón en Saint-Germain-Lembron, cerca de Breuil. Hizo la
secundaria en el Seminario de la Cartuja de Le Puy dirigido por los
sacerdotes diocesanos (1874-1878). Ver: Jesús M. Padilla, M.Sp.S, El Padre
Félix Rougier, Primera Parte, La Cruz, 1973, México, pp. 53, 61.

48
Ibídem.
32
A causa de la enfermedad de la mano derecha no fue enviado a las
misiones tan pronto como lo deseaba él. Fue curado por San Juan Bosco de la
artritis aguda de la mano en 1879. Y hasta 1895, en vez de a Oceanía fue
enviado a Colombia para iniciar una fundación49. Partió "con inmensa alegría"
porque se realizaba el sueño de su vida. 50

El P. Félix vivió en estas circunstancias históricas, en las que se


valoraban positivamente, también por parte de la Iglesia, algunos fenómenos
extraordinarios. Lo importante es constatar que, en su aprecio por esos
fenómenos (incluso cuando hay cierta aprobación de la Iglesia), nunca pueden
ser condicionantes por encima de la fe, de la moral y de la obediencia a la
misma Iglesia. La Iglesia no ha explicado la naturaleza de estos fenómenos,
sino que sólo ha garantizado (cuando lo ha creído conveniente) la existencia
de una gracia. A veces, la Iglesia ha aprobado la santidad de algunas
personas que tuvieron estos fenómenos, pero sin dar directamente una
evaluación de los mismos.

A finales del siglo XIX y a inicios del siglo XX, hubo en México un
gran resurgir de la devoción a la Virgen de Guadalupe (aprobación del texto
del Oficio Divino en que se afirma la historicidad de las apariciones, 1894;
coronación pontificia, 1895; en lo que tuvo gran mérito el P. José Antonio
Plancarte, Abad de la Basílica)51. La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es
propagada en México ampliamente por la Compañía de Jesús.

El encuentro con la Sra. Armida y dependencia espiritual:

Hay un hecho trascendental en la vida del P. Félix: un cambio profundo


a raíz del encuentro con la Sra. Armida, quien le descubrió toda su
interioridad espiritual (3 y 4 de febrero de 1903). Es verdad que a este
hecho precedió la novena al Espíritu Santo que el P. Félix había ya iniciado
para buscar la voluntad de Dios en el campo de la perfección, llevado por
una gran inquietud interior, sin prever lo que iba a pasar. 52
49
ibid. p. 136.

50
F. Rougier, Positio Super Virtutibus, vol. II, p. 3. Las personas que
lo han conocido en esta etapa hablan de él como de un sacerdote santo.
Dejamos las expresiones en su dicción original, como están en la Positio.
Padre Giovanni Thill (82 años): "Ad Ibagué, egli si distinse per la cura che
si prese dei poveri", "fu un perfetto modello di umiltà", "edificava tutti
con la sua osservanza religiosa", "le verità della fede erano norma della
sua vita", "rispettoso ai vescovi e sacerdoti", "era un uomo sincero", "Io
non ho mai sentito nessuna critica su di lui riguardo alla purezza
dell'anima sua nei suoi colloqui con le donne" (ibid., pp. 213 - 224). La
Sra. María Teresa de Benito (67 años, lo conoció en Ibagué en 1897):
"riportó ai sacramenti molti uomini lontani dalla Chiesa", "il suo zelo
apostolico meraviliò tutti", "nell'amicizia fu sempre retto ed edificante",
"coltivò le amicizie sempre con fini spirituali", "rigido osservante delle
regole della sua comunità", "lo vidi sempre conforme alla volontà di Dio.
Tutto considerava come dono di Dio", "tutto faceva per la gloria di Dio"
(ibid., pp. 225 - 231).

51
El movimiento guadalupano llegaría a un momento culminante con la
canonización de Juan Diego, por Juan Pablo II, en el año 2002.

52
Félix Rougier, S.M., Diario, 1903-1904, p. 12. Conchita le comunica el
"mensaje de la Cruz", le abre "nuevos horizones espirituales", produce
conversión interna. "Tengo siempre en el oído esas palabras que me ha
repetido tantas veces, desde 30 días (4 feb. - 6 marzo) que nos conocemos:
«Padre, hágase santo. Padrecito, hágase santo ¿Me lo promete?»" (Diario,
ibídem).
33

Hemos resumido algunos datos anteriormente al presentar el texto del


testigo P. Ollier. Pero conviene tener en cuenta las diversas narraciones
del mismo. El encuentro queda descrito en los Diarios de ambos Siervos de
Dios.

El P. M.M. Philipon ha estudiado y resumido este encuentro


providencial, con base de documentos históricos, haciendo notar la nueva
entrega de generosidad por parte del P. Félix 53. En la Cuenta de Conciencia
de la Sra. Armida, ella se describe como "impresionada" por esta gracia
inesperada de Dios, de la que ella había sido solo instrumento: "lo sentí
herido por la Cruz".54

Por parte del P. Félix, la sorpresa consistió propiamente en la nueva


gracia que le llamaba a más perfección, a una entrega total. Para él, una
señal de la autenticidad de la nueva gracia fue el que la Sra. Armida le
hubiera descubierto toda su interioridad: "Me habló de todo mi interior...Me
descubrió todos los pliegues y repliegues de mi alma, las gracias que yo
había recibido... Yo estaba admirado... y me sentía lleno de gratitud para
Nuestro Señor, que me había llamado tantas veces... Mi vida se orientó
aunque vagamente, por la voluntad de Dios, hacia otros horizontes, teniendo
constantemente a la vista este ideal de pureza, de sacrificio amoroso, de
caridad y sencillez, que constituye el fondo de las Obras de la Cruz".55

A partir de este momento trascendental, lo único que cuenta es la


fidelidad a la voluntad de Dios, cuyos signos serán los superiores
eclesiásticos (la Iglesia jerárquica y visible). La Sra. Armida consultó con

53
M.M. Philipon, Diario espiritual de una madre de familia, (Desclée de
B. 1987) 6a edic., pp. 72-74. El P. Félix actuó según normas de obediencia:
describe él mismo la impresión del encuentro y lo somete todo a la autoridad
de la Iglesia y consejo de hombres prudentes.

54
Los SD no se conocían antes. La Sra. Armida escribe en su Cuenta de
Conciencia, 18, 25: "El día 3 (de febrero 1903) supe que existía en el
Colegio de Niñas un Sacerdote, Superior de los PP. Maristas, de muy buen
espíritu. Esto lo supe a las 4 de la tarde, y no sé qué ansia le entró a mi
espíritu de hablarle de la Cruz". Ver: Cuenta de Conciencia, 18, 26-30, 4 de
febrero de 1903: "Le hablé de las Obras de la Cruz, y lo sentí enamorado de
ellas... desde luego sentí, que aquella alma daría mucha gloria a Dios en
sus Obras, lo sentí en fin, herido por la Cruz, herido en lo más hondo de su
alma... Llegué a casa muy impresionada con aquel encuentro tan raro y que yo
veía claro ser para la gloria de Dios". Es claro para la SD Sra. Armida que
el Señor llamó al P. Félix para trabajar en la nueva Congregación que se
fundaba en la Iglesia.

55
Diario (Memorias) del P. Félix, 4 de febrero de 1903. Nótese que la
dependencia es respecto a la voluntad de Dios y no respecto a la Sra. Armida
("lleno de gratitud para Nuestro Señor"). Así mismo afirma humildemente que
este momento fue decisivo, pero como momento inicial que debía seguir
discerniendo ("mi vida se orientó, aunque vagamente"). Este momento también
lo describe en sus cartas a su hermano Manuel misionero en Oceanía: "Desde
los primeros días de febrero de este año se ha verificado en mí un cambio...
La Cruz se me ha aparecido luminosa, deseable, amable, y mi pobre corazón se
ha inflamado de amor por ella... He hecho el sacrificio de todo. Preveo que
se dirán mil cosas en contra de mí. Que se calumniarán mis intenciones... No
vayas a creer que pienso en la Cartuja. El ideal es otro. Yo no lo he
buscado. Jesús ha venido a mí" (Carta a su hermano Manuel, 30 de enero de
1904). La dependencia no es, pues, respecto a la Sra. Armida, sino respecto
a Jesús.
34
el P. Mir, su Director Espiritual, sobre si el P. Félix podría ser el
fundador de la Congregación de varones. La respuesta fue: "Cien hombres como
ése pegarán fuego en el mundo".56

Como sacerdote y director espiritual, el P. Félix se fijaba en las


virtudes que practicaba la Sra. Armida. Le llamó la atención su pureza la
cual practicaba también durante los años del matrimonio ("es viuda, ha
tenido hijos y no sabe que es impureza, ni lo vislumbra")57; su humildad ("es
como otro rasgo propio de su carácter. La consideración habitual de las
humillaciones de su Jesús le han dado como una humildad muy fina que le hace
buscar las humillaciones")58; su gran espíritu de penitencia ("desde su más
tierna infancia Nuestro Señor le inspiró el espíritu de mortificación. Con
eso, siempre ha tenido ese carácter jovial, siempre la sonrisa en los
labios")59; su obediencia a la inspiración de Dios.60

La entrega del P. Félix a la fundación y su relación con Conchita:

El P. Félix quiere entregarse totalmente a los planes de Dios sobre


él, también en vistas a la renovación de los sacerdotes y de la comunidad
eclesial. Hay una inspiración interior que le llama a fundar a los
Religiosos de la Cruz. Según afirma él mismo, "no se hubiera guiado sólo por
lo que ella (la Sra. Armida) le decía". 61

Esa inspiración la irá consultando continuamente con Obispos y


personalidades mexicanas, como aparece en su Diario62. Someterá sus opiniones
56
Concepción Cabrera de Armida, Cuenta de Conciencia, 18, 32-33 (Enero
1903), recoge también la respuesta del P.Mir: "Le escribí también a mi
director (el P. Mir), cómo sentía yo que el Señor me impulsaba a tomar el
alma del P. Félix sobre mí, sacrificándome por su perfección: le dije las
luces que tenía sobre su alma, etc., etc., y me contestó: «Me pides que te
diga si es la voluntad del Señor que tomes a esa alma: La voluntad del Señor
es que tomes esa alma y la hagas subir a la perfección, por los caminos de
la humildad, etc.: es también la voluntad del Señor que la impulses, para
que en sí, y en otros, extienda la Obra de la Cruz"... Y concluye: "Cien
hombres de estos, pegan fuego al mundo! Gracias sean dadas al Corazón divino
por lo que me dices del P. Rougier".

57
F. Rougier, Diario, pp. 23: "Esa pureza es un don extraordinario".

58
F. Rougier, Diario, pp. 24. La Sra. Armida escribe en su Cuenta de
Conciencia 16, 121: 24 de febrero de 1901: "Yo he experimentado... que
mientras más baja uno, más baja también el Señor y se acerca al alma". Busca
la humillación porque tiene la experiencia de que es camino de unión con
Dios.

59
F. Rougier, Diario, pp.33: "¡Ah, Padre! Me dijo un día, tengo un deseo
grandísimo de sufrir, de quemarme, de despedazarme. Sólo la obediencia me
contiene para no hacer más de lo que hago".

60
F. Rougier, Diario, pp.181: "No queremos agregar ni quitar nada, sino
poner las cosas tal como las quiere el Señor", "proponiéndome únicamente la
gloria de Dios y la manifestación de su inmensa misericordia" (ibid., pp.
22). En el discernimiento de la voluntad de Dios tanto el P. Félix como la
Sra. Armida sujetan su experiencia a un discernimiento más amplio, siempre
consultando.

61
Citado por: J.M. PADILLA, Sacerdote de Dios (México 1985) 3a edic., p.
117.

62
Félix Rougier, Diario, Tomo II, pp. 221: "Tan luego como estuvieron
35
y deseos a sus Superiores, esperando un signo de la voluntad de Dios. Su
propósito fue: "escoger lo que más quebrante mi amor propio". Escribió
minuciosamente a su Padre General, quien le llamó a Europa donde se quedaría
por un espacio de 10 años. Ahí entra el campo de una obediencia heroica y
martirial, puesto que se decidió a no dar ningún paso que no estuviera
garantizado por sus Superiores.63

En todo ello no aparece una dependencia condicionante respecto a la


Sra. Armida64, sino que sigue sus convicciones más profundas respecto a
buscar la voluntad de Dios por el camino de la Iglesia visible (por la
consulta a personalidades espirituales y la obediencia a los superiores).65

La relación entre el P. Félix y la Sra. Armida se encuadra en el


contexto de una pureza intachable. No aparecen signos de condicionamientos
afectivos ni de dependencia exagerada, sino más bien una referencia cada vez
más profunda a Cristo.66
solos en el coche el Sr. Delegado le dijo (al obispo de León): «Mire, Sr.
Obispo, que me conteste bien francamente sobre lo que le voy a preguntar...
Dígame, ¿Qué piensa Ud. del Oasis y del Apostolado de la Cruz?». El Sr.
Obispo de León (Excmo. Sr. Leopoldo Ruiz y Flores) le dijo «todo lo que supo
de esa Señora, y le aseguró que para él, esas revelaciones eran divinas. Lo
dejó muy bien impresionado». De mí le dijo: «El P. Rougier, en todo eso, ha
obrado con mucha rectitud, y no se hace nada en el Oasis que no se consulte
primero con el Sr. Arzobispo». Diario 1903 - 1904, pp.216: "Me contó
Monseñor Ibarra que él había hecho aprobar el Apostolado de la Cruz. Trató
el asunto con Mons. Rampolla, el cual le dijo que había que ir con
prudencia, a causa de las revelaciones de una señora. El Sr. Ibarra le dijo
que él y los obispos mexicanos que representaba, hacían completamente a un
lado las revelaciones, que podían ser ciertas o no, que sólo presentaban el
Apostolado como cosa buena para las almas".

63
Felix Rougier, Cuenta de Conciencia, Tomo I, pp. 5-6 (Carta al Ilmo.
Sr. Obispo de León, Leopoldo Ruiz y Flores, Lyon, 25 de agosto, 1904): "El
M.R.P. Superior General (de la Sociedad de María), a quien presenté las
cartas de recomendación que me dió Su Señoría Ilustrísima, así como las del
Ilmo. Sr. Delegado Apostólico en México, tuvo la bondad de oírme con la
mayor benevolencia. Le abrí mi alma con toda la franqueza de que soy capaz,
y no le oculté nada, ni siquiera lo que veía claramente que lo podía
impresionar mal. Como el M.R.P. es muy espiritual y muy sabio y obra en todo
puramente por la gloria de Dios, me sentía todavía con mayor confianza...
Voy a España, como hubiera ido a Oceanía, alegremente, aunque sufra el
corazón".

64
Félix Rougier, Cuenta de Conciencia 1904 - 1914, Tomo I, pp. 5-6
(Carta a Concepción Cabrera de Armida, 25 de agosto 1904): "Nuestro Jesús,
por voz del M.R. Padre General, me manda a España... lo que queremos, por
encima de todo, Ud. y yo, es hacer la Santísima voluntad de Dios. Rece el Te
Deum para dar gracias al Senor de que se cumpla su voluntad. Si quiere el
Señor servirse de mí aunque indigno y miserable, para fundar la «Religión de
la Cruz», no le faltarán medios para abrir caminos".

65
Nótese la obediencia inmediata, así como el consejo de que la Sra.
Armida se someta, como siempre, a otra dirección espiritual: "Creo que no
debe quedarse sin Director, para vivir de obediencia. Escoja después de orar
mucho" (Félix Rougier, Cuenta de Conciencia 1904 - 1914, Tomo I, pp. 5-6
(Carta a Concepción Cabrera de Armida, 25 de agosto 1904).

66
Felix Rougier, Diario 1903 - 1904, pp. 236: "«Mire, Padre Félix, me
cuesta mucho, mucho esta separación, sin embargo, veo tan claro que es la
voluntad de Dios que yo misma lo embarcaría y lo echaría al mar». (Es
preciso conocer aquel corazón para comprender todo lo que en esas palabras
36

El hecho de conversaciones espirituales frecuentes y prolongadas está


relacionado con la materia: los contenidos
doctrinales, las Obras de la Cruz, la
fundación de los Misioneros del Espíritu
Santo, redacción de Estatutos... Estas
conversaciones tuvieron lugar también cuando
el P. Félix ya había regresado a México y se
había puesto bajo la dirección de los Obispos
respecto a la fundación y formación de los
Misioneros. La dirección espiritual de la
Sra. Armida la llevaban otros (como
indicaremos posteriormente). En estas visitas
o consultas, el P. Félix cumplía exactamente
los detalles de prudencia que él había dado
para sus Misioneros respecto al trato con las
mujeres (puerta de cristal, lugares y
horarios prudentes).67

En los escritos íntimos de ambos aparece siempre una limpieza suma de


afectos, que van dirigidos siempre a una entrega de totalidad a Dios,
concretada en amor aposionado por Jesucristo. También aparece esta limpieza
cuando la Sra. Armida era dirigida espiritualmente por otros.68

Una de las pruebas de esta limpieza de afectos es el silencio y


separación que el P. Félix guardó rigurosamente durante su estancia en
Europa. Sólo desde 1909 le permitieron escribir alguna carta. Cumplió
exactamente las normas dadas por su Superior General (ruptura inicial total
con la Sra. Armida), escribiendo sendas cartas de ruptura a la Sra. Armida y
a Mons. Leopoldo Ruiz (cartas que quiso que leyera y aprobara el mismo
General antes de enviarlas a sus destinatarios). Desde entonces rompió con
todas las personas que pudieran tener alguna relación con Conchita 69. Quemó
también todas las cartas recibidas de ella. Así quedó con la paz en el
corazón clavado en la Cruz.70
de heroísmo y amor a la voluntad de Dios)".

67
Félix Rougier, Escritos, Circulares - Cartas I y II, (Reglamento de
las Visitas Canónicas, 31 mayo de 1936), pp. 38: "3.-Si los Religiosos
tienen relaciones demasiado frecuentes con personas de afuera, sobre todo
con mujeres; si se acostumbra dar la Dirección espiritual en el Confesonario
como está recomendado".

68
Después del P. Mir, el P. Félix fue director espiritual sólo el año
1903. A continuación: Mons. Emeterio Valverde (1904-1905 y también
posteriormente); Mons. Maximino Ruiz (1905-1912); Mons. Ramón Ibarra (1912-
1917); de nuevo Mons. Emeterio Valverde (1917-1925); Mons. Luis María
Martínez (desde 1925 hasta 1937, año de la muerte de la SD). Había anotado
el P. Félix: "El Sr. Obispo manda a Concha, para su tranquilidad, me tome
por Director, que sea completamente abierta, clarísima de conciencia"
(Diario, martes 9 de junio, 1903).

69
Félix Rougier, Diario 1904 - 1914, pp. 4-6.

70
Fue a Barcelona (después del encuentro con el P. General, P. Antonio
Martin, en Francia) el 26 de agosto de 1904. Los Obispos mexicanos
escribieron al P. General para pedir que dejara volver al P. Félix a México,
e incluso fueron a Francia y a Roma para conseguir lo que pedían (entrevista
con el Cardenal Vives). El P. General dijo a los Obispos mexicanos que temía
que el P. Félix se dejara llevar ciegamente por la Sra. Armida. El P.
General (Antonio Martin) murió en 1905. El P. Félix manifiesta una sincera y
profunda pena sobre esta defunción, en sus escritos. Escribirá
37

En sus decisiones respecto a las Obras de la Cruz y a los Misioneros


del Espíritu Santo, el P. Félix no dependía principalmente de los consejos
de la Sra. Armida, sino de sus propios superiores o directores espirituales
que eran o los Superiores de la Sociedad de María (mientras formó parte de
la misma) o los Obispos mexicanos que habían conseguido después su reingreso
en México para ocuparse de estos ministerios (desde 1914). Así aparece
continuamente en su Diario, en su Cuenta de Conciencia y en sus cartas. Un
consejo espiritual (de parte de la Sra. Armida) no significaba para él lo
mismo que una orientación o decisión de los Superiores o de la Jerarquía.

Todo el proceso de formación de la nueva Congregación masculina (con


permisos renovados continuamente), así como la decisión de pedir salir de la
Sociedad de María para ingresar en los Misioneros del Espíritu santo, está
caracterizado por una actitud constante de someterse al asesoramiento y a
los permisos de sus Superiores, de sus Directores espirituales, de los
Obispos mexicanos y de numerosas personas de gran autoridad y ponderación
(como el Cardenal Mercier y Columba Marmion).71

La relación entre el P. Félix y Conchita guardó siempre las reglas


prudentes de la afectividad. Se constata en ellos un caso parecido al de la
relación espiritualmente fecunda que caracterizó a muchas otras figuras de
la historia: San Francisco (Santa Clara), Santa Teresa de Jesús (San Juan de
la Cruz y el P. Gracián), Santa Margarita de Alacoque (San Claudio la
Colombiére), Ven. María Antonia París (San Antonio Ma. Claret), etc. Las
familias religiosas de ambos nunca vieron en esta relación una demasía, sino
sólo una ayuda espiritual mutua y una colaboración pastoral supeditada a los
criterios de la Iglesia y a las decisiones de la Jerarquía visible de la
misma. La dependencia del P. Félix estriba en los contenidos evangélicos y
en la autenticidad de la vida de la Sra. Armida; pero siempre prevaleció la
obediencia a los Superiores del foro externo.72
posteriormente al nuevo P. General (P. Juan Ruffin) desde "mi querido
Nazaret de Barcelona". Los Obispos mexicanos siguieron insistiendo en su
petición. El nuevo P. General le invita a seguir escribiendo a sus
Superiores como antes, e incluso le dio permiso (1909) para escribir una o
dos cartas anuales a la Sra. Armida. También con permiso de sus Superiores,
hizo editar en Barcelona (1909) el libro Ante el Altar (ya editado
anteriormente y aprobado en México por Mons. Valverde); luego se editaría en
francés (Francia, 1911) también con aprobación de sus Superiores. Hubo
numerosas ediciones y también se tradujo al italiano, inglés y alemán.

71
Jesús M. Padilla, M.Sp.S., El Padre Félix Rougier, Fundador de los
Misioneros del Espíritu Santo, Tercera Parte, El Fundador, México 1964, pp.
33-34: "Para obrar con más prudencia, el P. Félix aprovechará todas las
ocasiones para consultar su caso con varios Obispos, como Mons. Serafini,
Delegado Apostólico, Mons. Alarcón, Arzobispo de México; Mons. Ibarra,
Arzobispo de Puebla; Mons. Ortiz, Arzobispo de Guadalajara; Mons. Leopoldo
Ruiz, Obispo de León; el Sr. Valverde, entonces Secretario de la Mitra de
México y después Obispo de León; con varios religiosos de reconocida
prudencia, como los PP. Mir y Veres, jesuitas; Cepeda y Prat, Claretianos;
Carmelo Blay, Operario Diocesano; José Gauven, Marista; el P. Crozier,
canónigo de Lyon; y después de la fundación con Dn. Columba Marmion y
Cardenal Mercier; y todos unánimemente le irán asegurando que era voluntad
de Dios que él fundara a los Misioneros del Espíritu Santo. «Yo, a la
verdad, dice el P. Félix en sus Memorias, no tenía ninguna duda sobre mi
llamamiento por nuestro Señor; pero comprendí claramente que, para evitar
dudas a mis futuros hijos, era de prudencia consultar a personajes
competentes sobre esta delicada cuestión»".

72
Señala la naturalidad de la vida de Conchita: "La vida de Concha ha
sido, exteriormente, como la de todas las jóvenes y todas las casadas. Dios
38

La insistencia del P. Félix sobre la fundación de los Misioneros del


Espíritu Santo ("Religiosos de la Cruz") no nace de una dependencia
condicionante respecto a la Sra. Armida, sino que deriva de una convicción
profunda del P. Félix, como lo ha sido siempre en muchos fundadores respecto
al carisma recibido. Su insistencia en pedir continuamente el permiso de
fundación estuvo orientada por el mismo P. General de la Sociedad de María,
quien le había llamado a Europa y quien le pidió que no dejara de escribir
por si acaso viera el Superior un resquicio de voluntad de Dios (que ambos
buscaban con sinceridad). Esa insistencia estaba condicionada a la misma
obediencia que era afirmada y prometida continuamente por el P. Félix.73

La instancia en la fundación (especialmente durante los diez años


fuera de México) está en relación de dependencia principal respecto a sus
Superiores. Hoy diríamos que es la insistencia que pide la Iglesia para
obedecer rectamente: "Propongan confiadamente y expongan insistentemente...
prontos siempre a someterse" (PO 15). La Iglesia, efectivamente, discierne
los carismas sin apagarlos (cfr. LG 12). En el Diario y cartas del P. Félix
no hay más que una búsqueda constante de los signos de la voluntad de Dios
por medio de la obediencia estricta (no por medio de revelaciones privadas).
Este es el resumen de su actitud permanente, tanto de los años de
permanencia en Europa como de los años en que fue prestado de nuevo a
México:

"¡Es tan dulce vivir abandonado a la santa voluntad de Dios


obedeciendo!".74

"Tengo conciencia de no haber desobedecido en nada. Quizá me he


equivocado en muchas cosas, pero nunca he tomado una decisión
importante sin consultar".75

"Desde que empecé a ocuparme de esta Obra, jamás he buscado sino la

ha querido demostrar que la santidad, para florecer, hasta las cumbres más
altas a donde puede llegar, no necesita de ciertos medios como de
convención" (Diario 1903-1904, pp. 26 (6 de marzo de 1903).

73
En Barcelona, sigue las indicaciones de su Superior local y Director
espiritual (P. Gauven), quien le da permiso para consultar sobre la
fundación e incluso si debe pedir dispensa de votos para pasar a la nueva
Congregación (cfr. Cuenta de Conciencia 1904-1914, pp. 154 - 167). Consultó
al Superior de los PP. Capuchinos, al Card. Casañas, a Mons. Ibarra (de paso
por Barcelona), etc. Todos le iban diciendo que siguiera en su actitud de
instar para la fundación, sin necesidad, por el momento, de pedir la
dispensa de votos. Por instancia de su Superior, escribe al Card. Vives
(Roma) y responde el P. Antonio Naval diciendo que espere. El SD P. Félix
escribe en su diario: "Mientras venga ese feliz día me voy a aplicar más a
ser fiel en todo... en dejarme hacer... en prepararme, con la gracia de
Dios, para ser el primer Religioso de la Cruz".

74
Carta a Mons. Ruiz, 18 de febrero de 1920, cuando el futuro estaba
totalmente incierto (sin permiso asegurado para continuar en la formación de
los Misioneros).

75
Carta al P. General, P. Ruffin, 20 de marzo de 1920, cuando el P.
Félix ya llevaba seis años en México, con permiso para ocuparse de la
formación de los Misioneros. Los Obispos se dirigieron a Roma e instaron a
que el P. Félix hiciera lo mismo (escribir a la Santa Sede, sin necesidad de
acudir al Superior General), para poder continuar en México. De lo cual se
siguió el malentendido de que él ya no contaba las cosas a sus Superiores
(como había hecho siempre con todo detalle desde 1904).
39
voluntad de Dios y no me he apartado en nada de la santa obediencia".76

Otra señal de independencia interna o santa libertad respecto a la


relación con la Sra. Armida, es el tema de la indiferencia ignaciana, que
aparece continuamente en afirmaciones de su Diario y de sus cartas. Está
dispuesto, si se lo indican sus Superiores, a no pensar más en el asunto de
la fundación. Pero, de hecho, sus Directores espirituales (P. Gauven, en
Barcelona) y los obispos mexicanos le urgieron siempre a insistir y a pedir,
aunque de ello se siguieran malentendidos. Su continua relación personal con
Jesús (como aparece en el Diario) le ayudó a oír en sus Superiores la
Palabra del Señor. En este contexto de santa indiferencia, se explica su
afirmación, dirigida a la Sra. Armida, al llegar a México después de su
ausencia de 10 años: "Soy el mismo para las Obras de la Cruz". Es decir,
estas Obras eran válidas si tenían el signo de la voluntad de Dios por medio
de las decisiones de los Superiores.77

Cuando regresó a México para formar a los novicios (1914), se puso


bajo la dependencia total de Mons. Ibarra, y al morir éste (1917), de Mons.
Valverde, Obispo de León, quien será su confesor y director para todo el
asunto. El P. Félix era solo un servidor de la Iglesia. Por esto, los
Obispos mexicanos escribieron siempre favorablemente sobre él, a pesar de
las calumnias y malentendidos, para pedir con insistencia a sus Superiores y
a la Santa Sede que le concedieran poder dirigir a los Misioneros e ingresar
en la naciente Congregación. Consideraban esta concesión como un gran
servicio al sacerdocio católico y a la Iglesia en general.78

5. Conclusión de la segunta parte:

La relación continua, personal y profunda con Cristo, desde su primer


encuentro en 1903, explica todas las reacciones internas y externas del P.
Félix. De este modo queda superada toda dependencia condicionante o excesiva
respecto a los fenómenos extraordinarios (locuciones intelectuales) de
Conchita. El aprecio de los fenómenos extraordinarios está subpeditado a los
criterios eclesiales.

El presente estudio se ha basado principalmente en los textos del P.


Félix (Diario, Cuenta de Conciencia, Cartas), así como en los textos de la
Sra. Armida que hacen referencia al P. Félix. Pero es también interesante
notar cómo viven hoy el carisma fundacional los Misioneros del Espíritu
Santo y otras Instituciones de la Familia y Obras de la Cruz. En sus figuras
76
Ibídem, 31 de marzo de 1920.

77
"Yo así, vengo con la intención de obedecer, como, por la misericordia
de Dios, he hecho hasta ahora, y en todo lo de los Misioneros del Espíritu
Santo seré el dócil instrumento y no más, lo que, además, es muy consolador
y me da valor, pués así casi no hay responsabilidad mayor, quiero decir con
esto que me propongo tener una obediencia muda... diré siempre con entera
lealtad y franqueza lo que creeré ver en las cosas me serán confiadas; y una
vez que haya dado mi parecer, con los motivos, me someteré con todo corazón
a lo que se me mande" (Carta escrita a Concepción Cabrera de Armida, desde
Puebla, 29 de Septiembre de 1914).

78
Jesús M. Padilla, M.Sp.S., El Padre Félix Rougier, Fundador de los
Misioneros del Espíritu Santo, Cuarta Parte, Fecundidad Espiritual,
Editorial La Cruz, México 1971, pp. 65: "Cuando el P. Félix supo que el P.
Rieu era el Vicario General... le escribió una larga carta para exponerle la
situación en que se encontraba en virtud del permiso que le había concedido
S.S. Benedicto XV... «Las relaciones con los Obispos, le dice, son
excelentes. Consideran la congregación como suya... La cruz no ha faltado,
gracias a Dios; pero Jesús y nuestra buena Madre me han ayudado sin cesar y
de manera muy visible»" (21 febrero 1923).
40
más representativas no se nota dependencia condicionante o excesiva respecto
a las revelaciones privadas de la Sra. Armida, aunque se la aprecia
grandemente por su testimonio, su doctrina y su carisma fundacional. Lo
importante no son los fenómenos extraordinarios en sí mismos, sino los
contenidos evangélicos (frutos de la contemplación) que son garantizados por
la Iglesia (por la aportación de las Instituciones y por el Mensaje de Santo
Padre a las Religiosas de la Cruz, citado más arriba).

En sus Congregaciones, el P. Félix ha dejado una herencia de vida


sacerdotal y consagrada según los criterios evangélicos de la Iglesia. Esta
herencia no se basa en una fenomenología de cosas extraordinarias, sino en
la autenticidad de una vida quiere ser "cruz viva", por acción del Espíritu
Santo y en el amor del Corazón Sacerdotal de Cristo.

El P. Félix se mueve en un contexto histórico eclesial de marcado


aprecio hacia las revelaciones privadas, como lo han han tenido algunos
santos y santas, y que la Iglesia ha garantizado de algún modo, sin explicar
su naturaleza. El aprecio positivo del P. Félix respecto a las
"revelaciones" (o "locuciones") de Conchita no es una dependencia
condicionante, sino que se convierte en una relación espiritual que le ayuda
a seguir la voluntad de Dios por el camino de la Iglesia visible.
41

6. Apéndice documental: A) Carta del P. Olier; B) Testimonios de los obispos


mexicanos; C) Mensaje de Juan Pablo II; D) Lista de libros de la Sra.
Armida, publicados y aprobados; E) Decreto sobre las virtudes heroicas de
ambos.

A) Carta del P. Olier

... (insertar aquí el texto completo)

B) Testimonios de los obispos mexicanos:

Jesús M. Padilla, M.Sp.S., El Padre Félix Rougier, Fundador de los


Misioneros del Espíritu Santo, Tercera Parte, El Fundador, México 1964, pp.
100-102:

"Domingo Serafini, Delegado Apostólico, le dio una carta para el


Superior General de la Sociedad de María (25 junio) en la cual le dice
prudentemente que el P. Félix iba a verlo «para tratarle un asunto delicado
de su espíritu del cual él no cree deberse ocupar». En cambio hace este
precioso elogio del P. Félix: «Me parece que dicho padre está animado de
recta intención y de aquel espíritu de obediencia que es el carácter
distintivo de un buen religioso, y como tal lo recomiendo a V.R.»".

"El Excmo. Sr. Alarcón, Arzobispo de México, también le dio una carta
(21 julio) en que dice lacónicamente al Padre General: «El P. Félix Rougier
va a hablar con V.R. de un asunto de grandísima importancia para la
salvación de las almas. Ruego a V.R. se sirva favorecerlo, pues la Obra de
la Cruz tiene, según mi parecer, un gran porvenir en la Iglesia para la
gloria de Dios, y es de todo mi agrado» ".

"Más explícito fue el Excmo. Sr. Leopoldo Ruiz en su carta también al


Padre General: «El asunto que va a tratarle el R.P. Félix Rougier siempre me
ha parecido de suma importancia y deseo que cuanto antes se lleve a cabo.
Por eso no dudé de darle la presente carta de recomendación. El no quiere
alejarse de ninguna manera del camino de la obediencia y de la rectitud, lo
cual es para mí una prueba de bondad de la causa»... Aun cuando, dice, según
mi parecer y el de muchas personas que han examinado el caso, las
revelaciones que han dado origen a este asunto merezcan toda fe, sin
embargo, no es necesario ponerlas como fundamento, pues la Obra en sí misma
considerada parece muy buena y útil para la salvación de las almas y para la
gloria de Dios» ".

"El P. Félix pensaba, una vez obtenido el permiso del P. General, ir a


Roma; por eso el Excmo. Sr. Leopoldo Ruiz le dio además una carta para el
Cardenal Ricardo Sanz de Samper pidiéndole que consiguiera al P. Félix una
audiencia privada con el Papa. También le dio una carta para el Cardenal
Vives y Tutó, Prefecto de la Sagrada Congregación de Obispos Regulares. A
éste le decía más o menos lo mismo que al P. Antonio Martin: «Creo que se
puede proceder tranquilamente en la realización de los proyectos del Padre
sin poner como fundamento de la Obra estas revelaciones, que para mí son
verdaderamente de Dios. Basta, en efecto, examinar la obra en sí misma y ver
su espíritu, su fin, los frutos que produce entre los fieles y la pureza de
su doctrina» ".

... (Textos completos de algunas cartas de los Obispos mexicanos)

C) Mensaje de Juan Pablo II:


42

...

D) Lista de libros de la Sra Armida, publicados y aprobados:

...

E) Decreto sobre las virtudes heroicas de ambos

...

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