Sie sind auf Seite 1von 3

Marco Teórico:

La resorción ósea es el proceso por el cual los osteoclastos eliminan tejido óseo liberando

minerales, resultando en una transferencia de ion calcio desde la matriz ósea a la sangre.

Los osteoclastos son células multinucleadas que contienen numerosas mitocondrias y

lisosomas. Son las responsables de la destrucción del tejido óseo, en contraposición con

los osteoblastos, que son las responsables de la creación del mismo. Los osteoclastos se

adhieren al tejido óseo y comienzan a secretar colagenasas y otras enzimas importantes

en el proceso de resorción de tejido óseo. Los iones de calcio, magnesio, fosfato y los

productos del colágeno son endocitados por el osteoclasto y liberados en el líquido

extracelular, provocando la desmineralización del tejido óseo. La resorción ósea

provocada por los osteoclastos es clave en el proceso degenerativo de enfermedades como

la artritis reumatoide o la artritis psoriásica.

La agenesia de los incisivos laterales superiores permanentes ha sido bien documentada

en la literatura, siendo las piezas con mayor prevalencia, seguidas de los segundos

premolares inferiores y con mayor frecuencia en el sexo femenino. Su tratamiento

representa un reto para el clínico pues necesita la interrelación entre diferentes

especialidades. Los implantes dentales son una opción de tratamiento pues algunos

autores creen que podrían preservan la estructura del hueso alveolar y a la vez

proporcionar estética y función 1. La mayor ventaja de los implantes unitarios es que los

dientes adyacentes no necesitan ser preparados 2. Pese a esto, debe tenerse especial

consideración al momento de la extracción de las piezas deciduas, si existiesen, pues éstas

deben coincidir con la colocación de implantes. Por otro lado, la restauración no debe

tener contactos oclusales funcionales ni debe ser removida dentro de las primeras 6

semanas del periodo de cicatrización. En el cuarto consenso de ITI se establecieron los

protocolos para la carga inmediata siguiendo las definiciones dadas en el Consenso de ITI
del 2003 Donde ser denominó a la restauración inmediata como aquella restauración

colocada dentro de las 48 horas pos colocación de implantes dentales pero sin contacto

oclusal pudiendo ser usados sobre implantes con estabilidad primaria, largo mayor a 10

mm y diámetro mínimo a 4 mm. El objetivo del siguiente artículo es describir las posibles

causas del fracaso de dos implantes dentales pos extracción con restauraciones inmediatas

colocados en una paciente con agenesia de incisivos laterales superiores permanentes.

La resorción ósea también puede ser el resultado de la falta de ejercicio y la falta de

estímulos para el mantenimiento del tejido óseo. Los astronautas, por ejemplo, sufren un

cierto grado de reabsorción ósea debido a la falta de gravedad.

Durante la infancia, la formación de tejido óseo por los osteoblastos excede a la

destrucción del mismo por parte de los osteoclastos, pero con el paso del tiempo se

igualan y en la vejez la destrucción puede exceder a la formación.

Las causas más comunes de que se padezca esta afección bucodental suelen ser:

Pérdida o extracción de dientes: el hueso alveolar de esa pieza empieza a reabsorberse

debido a que no recibe ningún tipo de estimulación procedente de la masticación.

Gingivitis: la inflamación de las encías por una higiene dental deficiente puede provocar

el deterioro del hueso alveolar, favoreciendo su pérdida gradual y poniendo en peligro la

estabilidad de los dientes.

Osteoporosis: Las personas que padecen esta enfermedad, basada en el desajuste entre el

calcio y fósforo del cuerpo, son más propensas a sufrir una pérdida de la densidad del

hueso.

Dentaduras postizas: si no se encuentra anclada al maxilar, no proporciona ningún tipo

de estímulo al hueso alveolar subyacente, por lo que con los años se va reabsorbiendo
hasta provocar un aflojamiento en la dentadura, ocasionando problemas al comer o al

hablar.

Cuando se produce una pérdida ósea, las consecuencias en la cavidad oral son tanto

morfológicas como funcionales o estéticas. Así, podemos encontrarnos con retraimiento

de los labios, arrugas de expresión sobre el labio superior, aflojamiento de dientes o

modificación de la oclusión.

Por ello se pretender definir la resorción como la pérdida de sustancia de cualquier tejido

mineralizado, mediada por sistemas celulares y humorales propios. Los cuatro tejidos

mineralizados de nuestra economía, hueso, cemento, dentina (fracción mineralizada del

complejo funcional dentino-pulpar) y esmalte, ofrecen diferentes grados de resistencia a

la resorción (fig.1). El hueso presenta la mayor labilidad y el esmalte la menor. El hecho

de que el tejido óseo sea el menos resistente a la resorción es aprovechado para desplazar

y recolocar dientes mediante fuerzas controladas (ortodoncia); y el hecho de que el

esmalte sea el más resistente ha inducido a pensar que no sufre resorciones. La resorción

que sufren todos los tejidos duros de los dientes temporales durante el cambio es

considerada fisiológica. En los dientes definitivos, se consideran fisiológicas las

resorciones menores (nivel microscopio óptico) auto-reparables que ocurren,

fundamentalmente, en el cemento de las superficies radiculares mesiales y en las paredes

del foramen apical (transposición a distal), como efecto de las tensiones que se generan

durante la deriva natural de los dientes hacia la línea media. El resto de las resorciones

dentarias, sean de causa general o local, se consideran patológicas. Concepto unificador

de la resorción y de la inflamación. La resorción considerada como la inflamación de un

tejido mineralizado.

Das könnte Ihnen auch gefallen