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Introducción

Se puede observar por parte de la corriente hegemónica de pensamiento económico (mainstream) un menosprecio generalizado
por el estudio de la historia de la economía (y el resto de las ciencias sociales). De esta forma forjan una visión de la economía como
disciplina sin pasado, aislada y capaz de prescindir de las demás ciencias sociales. De esta forma el marginalismo, corriente del
mainstream, se postula como la única corriente posible, cima del conocimiento económico (error que han cometido todas las
ortodoxias de turno). Lo hacen amparados en un “darwinismo teórico”, creyendo en un progreso irrefrenable en el que sólo
sobreviven las teorías más aptas y las menos aptas se descartan: “el nacimiento de las ideas económicas se encuentra íntimamente
vinculado con las necesidades de cada época histórica. De manera que la romántica representación de la historia de la economía
como una desinteresada búsqueda de la verdad está por completo desprovista de realismo.” (Kicillof, 2006: 7). De esta forma,
sosteniendo un supuesto progreso natural, ignoran burdamente el hecho de que ciertas teorías económicas cuentan con mayores
oportunidades de imponerse que otras; que una escuela alcance el lugar dominante, no asegura que sean “las mejores”. Alguno de
los diversos sistemas logra conquista una mayor aceptación durante un período determinado, pero nunca logra destruir por
completo a los demás. La teoría económica nunca es una sola. El desprecio de la historia por parte del mainstream intenta negar la
relevancia de las demás vertientes. Si el postulado del darwinismo teórico sería válido, entonces estudiar la historia sería en vano.

El libro intenta rescatar estos sistemas teóricos alternativos, las circunstancias de su surgimiento, los debates que suscitaron y sus
puntos en común y en discordancia. Exclusivamente cuatro de ellos: el sistema clásico1, marginalista2, keynesiano3 y marxista4. El
recorte sólo estará hecho sobre lo que habitualmente se denomina como “teoría del valor y de la distribución” (determinaciones
de los precios, el salario, la ganancia y la renta).

Lección 1. Adam Smith y el nacimiento de la economía política clásica


Smith toma retazos de obras prestadas (por eso se dice que no es un autor original). El mérito de su recopilación radica en haber
hecho de ellos un conjunto inteligible, un proyecto de sistema teórico. Esto es así, ya que se presentan numerosos nudos de
inconsistencias y contradicciones. Estas últimas son las que hacen que la obra sea reconocida por diversos sectores y Smith sea
considerado unánimemente como el padre de la economía moderna. Muchas de las inconsistencias se explican por una actitud de
este autor, como si hubiese preferido inclinarse por la exhaustividad que por la precisión. Tenía en claro qué teorías económicas
debían ser descartadas, pero a veces no optaba tajantemente por una sola explicación alternativa. “La riqueza se transforma
entonces en un verdadero yacimiento de teorías económicas, convirtiéndose a la vez en el punto de partida de muchas de las
polémicas posteriores. Alcanza así un indudable valor histórico y, fundamentalmente, una incuestionable relevancia teórica.”
(Kicillof, 2006: 17) A su vez, sienta los cimientos que con la contribución de Ricardo se convertirán en el sistema teórico clásico.

Para leer a Smith hay que tener en cuenta la presencia de estas contradicciones, que a veces introduce en apariencia de convivencia
pacífica; y también algunos “mitos” que rondan acerca de su figura como defensor de la burguesía naciente, los mecanismos de
mercado y la no intervención estatal. Sin negar su filiación de clase, estos mitos no son útiles para comprender la riqueza teórica de
sus aportes.

Casi todos los autores intentan contestar directa o indirectamente la pregunta de ¿qué es el capitalismo? Puede decirse que el
mismo sustituye al régimen feudal en el período que va desde el SXVI al SVIII. La riqueza se publica en el último cuarto del SXVIII,
por lo tanto se ubica en la etapa final de la transición. Smith indaga las leyes que gobiernan al sistema capitalista cuando este aún
no se había consolidado: en el que coexisten rasgos novedosos con otros de continuidad con la época feudal. Por eso algunos

1 “Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las Naciones de Adam Smith (1776); “Principios de economía política y tributación” de David Ricardo
(1817); “Principios de economía política de John Stuart Mill (1848).
2 “La teoría de la economía política” de William Stanley Jevons (1817); “Principios de economía” de Karl Menger (1871); “Elementos de economía política pura o

la teoría de la riqueza social” de Marie Espirit León Waleas (1874); “Principios de economía” de Alfred Marshall (1890).
3 “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” de John Maynard Keynes (1936).
4 “El capital. Crítica de la economía política” de Karl Marx (1867).

1
autores llaman a Smith como “el economista de la etapa manufacturera”5, etapa que consolida dos clases propias de la era
moderna: capitalistas y proletariado. El capitalista industrial reúne a los obreros en grandes establecimiento, profundizando la
cooperación y la especialización.

La producción de Smith se enfrenta a dos principales corrientes económicas: mercantilistas y fisiócratas6. Si bien a veces se tilda a
este autor como ferviente defensor del sistema capitalista, su apología debe ser contextualizada como crítica y reacción ante la
sociedad tradicional. De hecho, su contribución puede ser ubicada dentro de la ilustración europea, cuyo principal adversario fue
el oscurantismo medieval. El avance capitalista sobre las bases de la sociedad tradicional levanta actitudes reaccionarias en los
sectores religiosos que ven en estas transformaciones caos y catástrofe. Ante estas posiciones conservadoras es que La riqueza se
erige en defensa del sistema capitalista: “el proyecto de Smith consiste en construir argumentos en defensa del nuevo régimen social
desde una perspectiva científica”. (Kicillof, 2006: 21) Se propone demostrar que las formas económicas capitalistas no conducirán
al caos, ya que están regidas por un conjunto de leyes que aseguran la reproducción material, el progreso de la sociedad y la
promoción del bienestar del conjunto.

En primer lugar, descarta toda vinculación inmediata entre las leyes económicas y las divinas. Tampoco se trata de leyes de la
naturaleza, ya que se está investigando fenómenos humanos (sociales); son leyes del hombre, y es lo que estampa su obra de la
impronta iluminista. A pesar de regir la conducta de los hombres, estas leyes parecen imponerse con independencia de su
conocimiento y voluntad. Su raíz se encuentra en la acción libre de cada individuo, los hombres actúan en apariencia, dictados según
su libre albedrío. Se abren dos caminos entonces7: ubicar el origen de estas leyes en la razón individual, voluntad consciente,
inteligencia de cada hombre y cálculo de conveniencia; o atribuirles un origen asociado a la “naturaleza humana”, como
propensiones innatas del ser humano a actuar de determinada forma. Cada vez que Smith se propone develar el origen y la esencia
de las formas y leyes económicas, opta por alguna de estas dos: razón individual o instintos naturales.

Ilustración de esto puede ser su famoso pasaje sobre “la mano invisible”, la que supuestamente guía a la sociedad hacia las
actividades más provechosas, asegurando el bienestar general, actuando más allá de la voluntad y objetivos conscientes de los
sujetos: “(el hombre) es conducido por una mano invisible a promover un fin que no entrada en sus intenciones. (…) al perseguir su
propio interés, promueve el de la sociedad de una manera más efectiva que si esto entrara en sus designios”. Entonces, la sociedad
se encuentra gobernada por leyes desconocidas para los individuos. Por consiguiente, ambos caminos (de la razón y del instinto),
pueden ser cuestionados. Más allá de esto, las leyes económicas se pueden considerar como “objetivas”, ya que efectivamente
operan a espaldas de los individuos. A su vez, si bien intenta romper con el pensamiento religioso, muchas de sus explicaciones al
respecto, guardan semejanza con los procedimientos teológicos.

Controversias sobre el origen de la riqueza: ruptura con las corrientes anteriores

Corriente mercantilista  grupo heterogéneo de autores en los SXVI, XVII y XVIII. Son una corriente de opinión más que “escuela”
o “sistema teórico”. Su idea central coincide con el sentido común del comerciante: “la riqueza consiste en dinero, o en oro y plata.
Enriquecerse consiste en adquirir dinero. Riqueza y dinero se toman como sinónimos”. Por este motivo las naciones europeas se
dedicas a estudiar diversas maneras de acumular oro y plata. Esta actitud da sustento a muchas de las políticas colonialistas, así
como también a la batería de regulaciones y medidas proteccionistas para restringir la salida de los metales preciosos de los países
(Smith las considera como inservibles). Afirman que el comercio es la actividad primordial, por generadora de riqueza genuina.
Ganancia comercial = única fuente de riqueza (extremismo). Dicen “el crecimiento de la riqueza es el resultado de vender las
mercancías por encima de su valor”, pero no explican cómo puede incrementarse la riqueza de todos los vendedores (sin que
algunos salgan necesariamente perjudicados, “juego de suma cero”). Más bien explican la redistribución de un volumen de riqueza,

5 Se distingue de la producción fabril (la gran industria, con nueva maquinaria). La producción manufacturera está vinculada con la organización del proceso de
trabajo y no al uso de herramientas novedosas. Convivía con otras dos modalidades “feudales”: la producción artesana independiente y la industria doméstica.
6 También son modernas.
7 Que suscitan diversos problemas metodológicos: lo difícil de ahondar en supuestas características de la naturaleza humana, naturalización del régimen

capitalista, lo difícil de adentrarse en las conciencias de los hombres, etc.


2
pero no se su origen y fuente de crecimiento. La suma total del valor involucrado en las transacciones permanece fija, no se crea
nueva riqueza de esta forma. Sólo explican el atesoramiento de dinero, no la fuente de generación de las riquezas.

Fisiócratas  Francia-mediados del SXVIII-perfil eminentemente agrícola. Núcleo relativamente compacto. Principal exponente:
Quesnay. Riqueza: productos del proceso productivo, material natural. No dinero, no metales o tesoro, no tiene su origen en las
actividades de intercambio comercial, en la circulación, lo tienen en la producción agrícola  única capaz de “crear algo adicional”
de los insumos originales. La industria combina materias primas, pero no agrega nada nuevo a lo existente. Estos pensadores
recomiendan todas aquellas medidas para fortalecer la producción primaria y el libre comercio sin restricciones, para poder colocar
los productos agrícolas en el extranjero. Agro francés librecambista: remoción de todas las limitaciones y regulaciones. Turgot
(discípulo de Quesnay) es el que dice “laissez faire, laissez passer”.

Crítica de Smith sobre el origen de la riqueza según estas dos corrientes: acta de nacimiento de la teoría económica moderna
clásica. Núcleo medular de su sistema teórico: “El trabajo anual de cada nación es el fondo que en principio provee de todas las
cosas necesarias y convenientes para la vida, y que anualmente consume un país.” Riqueza: constituida por bienes. Fuente única: el
trabajo8 de la sociedad tomada en su conjunto (no en el intercambio, no en el dinero, no únicamente trabajo agrícola, ni productos
primarios). ¿Qué parte de esa riqueza total está contenida en cada producto particular?  “teoría del valor”9: ¿cómo se determina
el valor de cada uno de los bienes que conforma la riqueza de la nación?

La explicación sobre la fuente de la riqueza de las otras corrientes, era más fácil de constatar empíricamente, para el sentido común.
En cambio, la afirmación de Smith requiere de un trabajo de reflexión más profundo. Primero, por lo dificultoso que resulta
determinar el precio de los bienes, al no poder compararse directamente con el trabajo; segundo, porque no es sólo el trabajo el
único factor que participa en el proceso productivo, lo hacen también el capital y la tierra. Entonces se torna necesario explicar
cómo es posible que el trabajo se “convierta” en el valor de esos bienes  problema de la conmensurabilidad.

¿Cómo es posible que los distintos trabajos se hagan iguales y que los bienes también se igualen entre sí para llegar a la afirmación
de que el “trabajo de la nación” produce la riqueza considerada como un todo? Se trata de sumar primero toda la masa de trabajos
y asignar una parte de esa suma a cada mercancía, ese sería su valor. Los valores o precios, permiten que los bienes configuren una
magnitud susceptible de ser agregada para conformar la riqueza. Como los bienes difieren todos entre sí, su valor o precio permite
que sean sumados perfectamente. De esta manera se estable que determinada cantidad de trabajo (homogeneizado, aunque no lo
sea) se convierte en otra cantidad, no de bienes, sino de valor (suma de los precios de diferentes bienes). Otro punto conflictivo es
determinar de qué modo esa masa de trabajo se “convierte” en esa magnitud de valor, o aún más misterioso, en su precio. El
problema radica en que el trabajo no es en sí mismo valor; el trabajo es una actividad humana y el valor es un atributo de las
mercancías misterios que esconde la ecuación trabajo=valor.

Los rasgos novedosos del capitalismo y la división del trabajo

Otra marca registrada10 de Smith es la descripción de la división del trabajo (a la que le confiere una enorme importancia) aludiendo
al ejemplo de la fábrica de alfileres (es su prueba empírica). Se centra en esta, ya que en los primeros capítulos de La Riqueza se
dedica a pensar ¿cuáles son los rasgos fundamentales que caracterizan al capitalismo (“sociedad civilizada”) y que lo distinguen de
las etapas históricas anteriores? Entonces, motivado por la curiosidad que le despertaba el incremento espectacular y súbito del
volumen de producción en los países centrales11, desemboca en la división del trabajo, como una de las más llamativas
manifestaciones de los cambios del capitalismo naciente. Se pregunta, cómo un mismo número de hombres, en el mismo lapso de
tiempo y aplicando similar esfuerzo físico es capaz de obtener mayor productividad de su trabajo (“incremento de la producción
característico de la sociedad civilizada”)  es consciente de que se encontraba ante una transformación histórica de gran

8 Sostener tal afirmación le suscitará obstáculos que no logra resolver del todo. No obstante, insiste en sostenerla.
9 A ella Smith dedica gran parte de sus esfuerzos.
10 La anterior es la de la “mano invisible”.
11 Más espectacular aún si se tiene en cuenta que en la época de Smith no existían las fábricas modernas con sus innovaciones tecnológicas  “economista de

la etapa manufacturera”.
3
envergadura. Por eso se pregunta cuáles son los caracteres salientes de esa nueva etapa y cuál es la “causa primera” y principal de
esa enorme transformación.

Sobre la causa del aumento de la productividad afirma: “El progreso más importante en las facultades productivas del trabajo, y
gran parte de la aptitud, destreza y sensatez con que éste se aplica o dirige, parece ser consecuencia de la división del trabajo”. ¿Qué
entiende por división del trabajo? Utiliza este término para describir dos fenómenos distintos: a) profundización de la
especialización entre las distintas unidades productivas que comienzan a dedicar crecientemente a la fabricación de unos pocos o
incluso de un solo producto. Antes un único fabricante producía numerosos y variados artículos, que son ocupados por una red de
nuevos oficios especializados y producciones independientes. Llama división del trabajo a la densidad de esa red12; b) fragmentación
de un mismo productivo en múltiples operaciones, realizadas separadamente pro trabajadores distintos, al interior de un mismo
taller13. Es decir que designa de la misma forma la separación entre distintos procesos manufactureros como la separación en la
fabricación de un mismo producto en distintas tareas. La analogía lo empuja al error porque estas dos modalidades de la división
del trabajo son bien distintas.

División del trabajo dentro de una misma manufactura (proceso productivo para fabricar un artículo se fragmenta en numerosas
operaciones simples realizadas por distintos obreros), aumenta la productividad porque: a) la especialización del trabajador en una
sola tarea reiterativa le otorga mayor destreza; b) se produce un ahorro de los tiempos muertos provocados por el pasaje de una
operación a otra; c) al dedicarse a una sola tarea la creatividad del obrero se ve estimulada para idear nuevos y más efectivos
instrumentos.

Comete el error de “homologar escalas”, toma la fábrica más pequeña como reproducción exacta de la producción social en su
conjunto. Semejanzas: a) dentro de la manufactura consiste en la especialización de los obreros y entre distintas empresas, oficios
y ocupaciones implica también la especialización de cada unidad productiva; b) en los dos casos se registra un aumento de la
productividad; b) ambas suponen fragmentación de un mismo proceso en varias etapas. Diferencias: a) la habilidad atribuible al
obrero individual como resultado de la repetición no es comparable con la habilidad del obrero colectivo de una empresa entera;
b) difiere el modo en que se implementa la división de un mismo proceso en uno y otro: entre unidades productivas se caracteriza
por desorganizada, espontánea y mediada por el mercado (más inconsciente), y al interior de la fábrica es minuciosamente
organizada y planificada (más consciente). Lo que separa a la división técnica de la división social del trabajo es el intercambio de
mercancías. La distinción entre una y otra sólo puede aplicarse a una sociedad mercantil y carece de toda significación fuera de ella.

Origen del intercambio

¿Cuál es la causa de la división del trabajo? “Es la consecuencia gradual, necesaria aunque lenta, de una cierta propensión de la
naturaleza humana que no aspira a una utilidad tan grande: la propensión a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra.”
Sostiene que tal proceso fue ocasionado por un impulso inconsciente, instintivo, propio de la naturaleza humana14. Cambio: acto
voluntario de intercambio de una cosa por otra.

Cadena causal = propensión natural al cambio  división del trabajo  incremento de la productividad  aumento de la producción
 característico del capitalismo. ¿Cómo se explica que esto suceda en el SXVIII precisamente? Dice que la propensión al intercambio
tiene un “despliegue gradual, aunque lento”. A su vez, al sostener que el intercambio es un atributo de la naturaleza humana
consigue naturalizar y eternizar al régimen capitalista. Choca con sus propios prejuicios ideológicos, convirtiendo a la sociedad
mercantil como último peldaño de un proceso evolutivo prefigurado, latente en el ADN.

Aún más, identificar cuáles conductas son innatas y cuáles adquiridas es una empresa para nada sencilla; para demostrar que una
conducta es instintiva, hay que constatar que existió en toda época histórica y que seguirá siendo así. Smith para justificarlo afirma
que el intercambio es común a todos los hombres y no se encuentra en otras especies animales. Lo que no alcanza para concluir
que tales actividades pertenecen a la naturaleza humana. Agrega también, que en casi todas las especies los individuos cuando

12 División social del trabajo, Rubin-Marx.


13 División técnica del trabajo, Rubin-Marx.
14 Contradictorio con sus aspiraciones históricas de indagar acerca del capitalismo.

4
maduran alcanzan la independencia (los etólogos comprueban que esto no es tan así), pero los hombres reclaman mayor ayuda de
sus semejantes. De todas formas, que el cambio sea una actividad exclusivamente humana, no demuestra que sea una acción
necesariamente instintiva. También explica que los animales no producen en conjunto (falso) y los hombres sí, por lo que
intercambian el producto de su trabajo. Es verdad que los animales son incapaces de intercambiar, pero a través de esta explicación
también niega al hombre la posibilidad de producir sin la necesidad de intercambiar (época feudal-pequeña producción-ferias
medievales). Naturaliza la mercancía y falsea la historia de la humanidad. También intenta justificarse apelando a supuestas
conductas del “hombre primitivo”, sosteniendo que en las tribus de cazadores o pastores también había mercancías; pero su
observación es puramente imaginaria, porque esas “tribus” a las que remite son históricamente inexistentes, míticas; también halla
dentro de ellas “primitivas formas de la división del trabajo”.

Como el intercambio es instintivo, agrega Smith, los hombres tienen la certeza de que en caso a dedicarse a la producción de un
solo bien, podrán obtener el resto de los productos del trabajo recurriendo a los demás miembros de la sociedad, ya que todos
estarán igualmente predispuestos a intercambiar. Así introduce un elemento de racionalidad, como conveniencia del individuo a
intercambiar. Entonces presenta al intercambio como causa de la división del trabajo. Pero se objeta que para que se realice el
intercambio, primero hace falta que los hombres se hayan especializado previamente. Se podría decir que también hay una relación
causal inversa: la división del trabajo (lo natural) empuja a los hombres a intercambiar sus productos entre sí (resultado). Esto va en
contra de otras de sus afirmaciones: “la diferencia de talentos naturales en hombres diversos no es tan grande como vulgarmente
se cree, y la gran variedad de talentos que parece distinguir a los hombres de diferentes profesiones, cuando llegan a la madurez es,
las más de las veces, efecto y no causa de la división del trabajo”  lo lleva a afirmar que la propensión (más natural todavía) a
cambiar produce la división del trabajo y esta, la diferenciación de las capacidades. Dice que si no hubiera sido por la inclinación al
cambio, cada uno debería proveerse las cosas necesarias para la vida, y no hubiera habido variedad de empleos que propician la
variedad de talentos. Por más de que los animales tienen talentos diferentes, no pueden obtener ventaja alguna de ellos. Los
hombres con talentos más dispares se caracterizan por su mutua utilidad, ya que los respectivos productos de sus aptitudes se
aportan a un fondo común, en virtud de esta disposición general para el cambio.

El razonamiento y las pruebas de Smith se tornan muy poco convincentes. Si bien en la sociedad capitalista la ampliación y
profundización de la división del trabajo viene de la mano de la extensión del mercado, nada se gana con asociar casualmente ambos
fenómenos para luego convertir al intercambio en un instinto humano y sostener que su consecuencia es la moderna división del
trabajo. Queda pendiente entonces una explicación acerca del origen de la mercancía.

Respecto del tema del “egoísmo” natural del hombre (algo que se le adjudica a Smith), no es del todo cierto. Dice que el hombre es
por naturaleza “cambiador” pero no egoísta. El egoísmo (actuar en arreglo a la propia conveniencia) es resultado del intercambio y
no su causa. Ya que los hombres viven de lo que cambian, es entendible que intente obtener la máxima cuota de producto social a
través de dicha actividad (por necesidad): la conducta egoísta también es consecuencia de la propensión natural a cambiar: “No es
la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés.
No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su egoísmo; ni les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas.” El
egoísmo así pasa a ser producto también de la naturalización, lo que redunda en que el intercambio presupone la propiedad privada
sobre el producto del trabajo. De esta forma también naturaliza a la propiedad privada, ligada al instinto (recurriendo al argumento
falso de nuevo de que los animales no muestran propensión a decir “esto es mío, esto es tuyo”) y precondición del intercambio.

De esta manera un conjunto de formas sociales observadas por Smith en las sociedades capitalistas quedan atadas a la naturaleza
humana: el intercambio, el comportamiento egoísta, la propiedad privada, la mercancía y la división del trabajo.

La génesis del capitalismo y la extensión del mercado

Naturaleza humana  intercambio  división del trabajo  incremento de la productividad  incremento de la producción en
la sociedad civilizada.

Motor de todo desarrollo histórico = mercancía naturalizada.

5
División del trabajo = nuevos instrumentos de trabajo y herramientas (por el incentivo a la creatividad del trabajador). También por
el ingenio de los fabricantes (especializados en la producción de maquinarias) y de otros “filósofos u hombres de especulación”,
afán y profesión de ciertos ciudadanos. Origen del capitalismo = conjunto de individuos “inspirados” que inventan maquinarias.
Pero, ¿por qué lo hacen en este momento histórico? En La Riqueza Smith convierte al intercambio como elemento central (natural),
como motor que impulsa una más acusada división del trabajo y la aparición de numerosos y sustanciales avances técnicos.

Otro costado vulnerable es el prolongado intervalo que el intercambio natural tardó en conseguir su efecto pleno: desde el
surgimiento de la especie humana hasta la difusión de la mercancía transcurren casi 2 millones de años15. Asocia esta tardanza con
aspectos puramente naturales (geográficos16) también. Para especializarse en una sola actividad, no sólo debe haber compradores
suficientes, sino que también vendedores del resto de productos necesarios para vivir. Entonces, dice Smith “ciertas actividades
económicas no pueden sostenerse como no sea en poblaciones grandes”. La profundidad y extensión de la división del trabajo es
proporcional a la escala de producción permitida por el tamaño del mercado.

La mercancía nace al interior de cada individuo con propensión a cambiar los productos de su trabajo, se expande hasta abarcar
la comunidad (de insuficiente escala) donde no encuentra ambiente propicio para ampliarse. Luego a través de la expansión de
las vías navegables, siempre guiada por el mismo impulso natural, logra abarcar el mundo entero. Esta sería la historia del
surgimiento de la sociedad civilizada. La mercancía se expande desde dentro del individuo hacia el afuera, abarcando el mundo
entero para convertirlo en un gran mercado. Así, las fuerzas centrífugas del mercado destruyen los anteriores lazos comunitarios.
De esta forma Smith sienta bases históricas y conceptuales de una narración del origen del capitalismo de carácter mítico, pacífico
y natural. Muy criticada por autores como Marx y Polanyi en sus principales obras.

Lección 2. Adam Smith y la formación del sistema clásico


Núcleo del sistema teórico de Smith: Teoría del valor –precio- y de la distribución –salario, ganancia y renta. Concepción del dinero
+ límites del crecimiento de la economía capitalista.

Más allá de las críticas previamente esbozadas, es incuestionable el mérito de Smith de haber caracterizado lúcidamente el papel
protagónico del mercado en el régimen capitalista. Destaca el rol primordial de la mercancía en una sociedad en la que la división
del trabajo se profundiza a tal punto de abarcar el conjunto de la producción social  el hombre subviene a la mayor parte de sus
necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo por porciones de producto ajeno, vive gracias al cambio. Sociedad
civilizada = sociedad comercial. Todos los hombres que viven bajo el sistema capitalista deben ocuparse a alguna actividad, ya que
a todos les toca “vivir gracias al cambio”. Al especializarse, parece que todos se han liberado de lazos previos, siendo independientes
(se dedica a la actividad que más le convenga)  ninguna autoridad puede forzar a nadie a encaminar su esfuerzo hacia una tarea
determinada. Smith refuta esa independencia, diciendo que entre los productores se establece una relación de dependencia
mutua17: “cada hombre necesita a cada instante la cooperación y asistencia de la multitud”. ¿Cómo se concilia entonces esa
aparente “independencia” con la mutua dependencia? A través de las mercancías  papel mediador. Ya que no pueden ponerse
de acuerdo acerca de qué producir, la mercancía funciona como vínculo social entre ellos, es la forma en la que los hombres
independientes se relacionan para coordinar la producción social entre sí.

Imposibilidad del trueque generalizado: la capacidad de cambio se ve con frecuencia cohibida y entorpecida en sus operaciones.
No siempre se presenta una adecuada correspondencia mutua de los deseos entre los individuos que quieren intercambiar entre
sí. Según él, esto se resuelve a través de la sensatez de las personas quienes disponen todo el tiempo “de una cierta cantidad de
cualquier otra mercancía, que a su juicio escasas personas serían capaces de rechazar a cambio de los productos de su respectivo
esfuerzo”  Génesis del dinero-principal función: medio de cambio. Instrumento, vehículo que agiliza, facilita e incluso posibilita
el intercambio. El dinero surge como el resultado de una decisión individual puesta en cabeza de cada productor individual. Se
pregunta por él porque observa que siempre se encuentra circulando a la par de las mercancías. Pero esboza un razonamiento

15 Dedica entero el capítulo 3 de la riqueza para explicar cuáles fueron las trabas que impidieron que no se expanda más rápido. Los primeros 3 capítulos de la
Riqueza los dedica a hablar de la división del trabajo.
16 Como la existencia de vías navegables por ejemplo, que abaratan los costos de transporte.
17 Yugo que recae con más peso sobre el obrero, desprovisto de medios de producción, debe proveerse de todas las mercancías.

6
circular, ya que la mercancía que todos toman por buena, ya es el dinero. La secuencia causal que da nacimiento al dinero en realidad
lo presupone. Se destaca de sus desarrollos: que el dinero simplifica el cambio y es una mercancía18. Enumera mercancías que
históricamente fueron dinero y concluye que los metales por sus propiedades que lo hacen fácilmente divisible (sin perder sus
cualidades) es el material que mejor se adecúa a esta función. Comprobación de su calidad, pureza y peso (“se lo hace de forma
racional”): sellos públicos y acuñación/evitar estafas y falsificación en calidad y cantidad  lo que hoy sería “depreciación de la
moneda”/”debasarla”  se reduce la cantidad de oro o de plata contenida en una pieza dineraria, sin cambiar su nombre. La
consecuencia, en la teoría de Smith, es exactamente igual a la de la actual inflación (pág. 53).

Su teoría del dinero tiene debilidad teórica, ya que la idea de que el dinero es una mercancía debería obligarlo a tratar primero el
análisis del valor (luego la teoría del dinero y sus consecuencias prácticas). El descubrimiento de la conexión interna que obviamente
existe entre el dinero y la mercancía no se resuelve al sostener que el dinero es una mercancía.

La centralidad de la ley del valor

Determinación del valor de las mercancías: fuerzas que gobiernan las relaciones de cambio. Ley del valor: piedra angular de su
sistema teórico. ¿Cómo se determina el valor relativo o “valor de cambio” de las mercancías? Mercancías = bienes = cosas útiles.
Proporción en la que se cambian en relación a su utilidad. Más útiles, más valor de cambio. Voluntad de los vendedores: qué utilidad
le asignan al bien que intercambian (apreciación subjetiva sobre la utilidad). Si todos obran así, la utilidad rige el intercambio19.
Smith desbarata esta teoría cómodamente sostenida en el sentido común. Lo hace separando conceptualmente dos factores
distintos de la mercancía, que cuando se confunden, empujan a asociar el valor de cambio con la utilidad de los bienes. Dos
acepciones de “valor”: “valor de uso” (utilidad de un valor objeto particular) y “valor de cambio” (capacidad de comprar otros
bienes derivada de la posesión de dinero). ¿Está el valor de cambio determinado por el valor de uso? Smith dice que no. Para
explicar por qué, recurre a lo posteriormente denominado como “paradoja del agua y del diamante”: “las cosas que tiene un gran
valor de uso tiene comúnmente escaso o ningún valor de cambio, y por el contrario, las cosas que tienen un gran valor de cambio no
tiene, muchas veces, sino un pequeño valor de uso, o ninguno”. Agua (más útil para la vida, pero más barata)-Diamantes (más caros,
menos útiles). Si bien sus planteos son sumamente interesantes, sus conclusiones no están a la altura. Según Kicillof, lo que Smith
debería haber dicho en realidad es que el valor de cambio no está cuantitativamente condicionado por el valor de uso (utilidad), que
la magnitud del valor de uso y del valor de cambio son dos factores independientes de la mercancía. En cambio, su formulación
parece sostener que el valor de uso y el valor de cambio sí guardan una proporción, aunque inversa. Lo importante de esta reflexión
de Smith es rescatar el hecho de que el valor de uso no determina al valor de cambio, entonces el estudio del comportamiento de
las mercancías puede centrarse exclusivamente sobre este último. Otro inconveniente que suscita el ejemplo de Smith se encuentra
relacionado con los elementos que elije, agua y diamantes, los que resultan de origen “aparentemente natural”. Implica confusiones
que no se hubieran presentado si es que este autor hubiera elegido otros bienes cualquiera.

De todas formas, la paradoja de Smith representa un nudo central que desata las más variadas controversias en las escuelas de
pensamiento económico. Ricardo y Marx continúan la tradición de este autor. Mientras que los marginalistas (fundadores de la
actual ortodoxia) retoman la discusión e unifican valor de uso y de cambio, haciendo depender la relación de cambio de las
mercancías con su utilidad (“utilidad marginal”).

Dificultades para convertir al trabajo en la fuente única y exclusiva del valor

Una vez separados valor de cambio de valor de uso, Smith asocia las proporciones a las que obedece el intercambio con el trabajo
ajeno que las mercancías permiten obtener. División del trabajo  muy pocas cosas se pueden procurar con el esfuerzo personal.
La mayor parte se consigue mediante el trabajo de otras personas. Rico o pobre será según la cantidad de trabajo ajeno que se
pueda adquirir. Por lo tanto, el valor de los bienes (para quien lo posee y no lo piense usar, por lo tanto quiera intercambiarlo) es
igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir por mediación suya. Trabajo = medida real del valor de cambio de todos los bienes.
El valor de la mercancía es igual al trabajo de otros que su mercancía permita adquirir o “comandar” en el intercambio. Existen dos
formas distintas de adquirir trabajo ajeno. Directa  mercancía por horas de trabajo (inconveniente, se transforma en el salario del

18 En oposición a otra teoría que sostiene que el dinero es algo puramente inmaterial que obtiene su valor de una fuente diferente a su carácter de mercancía.
19 Esto no es novedad de Smith, muchos previos a él lo establecen.
7
trabajador. Pero como Smith no habla de trabajo asalariado, se tomará como la compra de trabajo muerto y no de trabajo vivo). La
otra forma compra trabajo de manera indirecta: se cambia un artículo por otro en el que hayan sido invertidas las mismas horas de
trabajo en su producción.

Intercambio de una mercancía por otra = obtención de trabajo ajeno encarnado en un producto  el valor es el trabajo y su
magnitud se fija por la cantidad de este. Problema de la “medida del valor”. ¿Cómo se mide el trabajo? Smith tropieza con este
dilema una y otra vez. Es una tensión que remite al debate sobre el origen y funcionamiento de las leyes económicas. La ley que
opera el intercambio o bien actúa mediante la intervención consciente de los individuos o lo hace a espaldas de ellos. Para Smith
parece ser necesario que las cantidades serán “visibles” o que puedan ser estimadas de algún modo.

En otro pasaje afirma “El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuanta al hombre que quiere adquirirla, son las penas y
fatigas que su adquisición le supone”. Penas y fatigas = trabajo requerido por su producción = “trabajo incorporado”. Trabajo =
precio real  valor: trabajo empleado para producirla y trabajo (corporizado en otras mercancías) que se puede obtener a través
de ella. Primera versión de la teoría del valor fundada en el trabajo  resultado de la secuencia lógica de las ideas que Smith venía
exponiendo: trabajo como fuente de riqueza social  fragmentada en unidades independientes fuerza al intercambio 
relaciones de cambio gobernadas por las cantidades de trabajo contenidas en las mercancías. Mercancía = envoltorio material del
trabajo socialmente dividió. Trabajo incorporado = esfuerzo y sacrificio-no por el tiempo de trabajo promedio que requiere la
producción. Componente puramente subjetivo.

Mercancía, dos valores distintos. Valor dado por el trabajo incorporado; valor dado por el trabajo que con ella puede adquirirse.
Efectivización de un intercambio: ambas magnitudes deben coincidir. Tiempo de trabajo  regula al valor de cambio. ¿Cómo puede
asegurarse que esta igualdad rige efectivamente en el intercambio?

El dinero (otra clase de bienes) nos dispensan de la fatiga del esfuerzo de nuestro cuerpo. Contienen el valor de una cierta cantidad
de trabajo, que nosotros cambiamos por las cosas que suponemos encierran, en un momento determinado, la misma cantidad de
trabajo. Cada individuo hace cumplir rigurosamente por mano propia la ley del valor. Pero para que esto suceda, los hombres deben
conocer las cantidades de trabajo requeridas para producir la propia mercancía y la ajena. El inconveniente radica en que esto no
suele suceder. Smith sólo estaría seguro de esta ley si demostrara cómo opera en la intervención consciente de los individuos que
intercambian.

Para estimar el trabajo, busca un patrón, un punto fijo para medirlo, representado por una mercancía cuyos requisitos de producción
fueran siempre los mismos, fijos e invariantes, que en toda época y lugar pudiera producirse empleando igual tiempo de trabajo 
“medida invariable del valor”, para medir indirectamente el tiempo de trabajo. Cada poseedor observa exclusivamente la relación
de su mercancía con este patrón invariable (en vez de andar midiendo el trabajo de todas). “Mercancía patrón” = el dinero. Todas
las mercancías se cambian por dinero y su valor se estima en cantidades de él. Se mide el tiempo de trabajo en relación al patrón
fijo. Las mercancías se cambian por intermedio del dinero en base al trabajo incorporado. Pero el dinero no es una medida precisa
del valor de las restantes mercancías porque su propio valor fluctúa (según las circunstancias de tiempo de trabajo requerido para
producir el metal).

Dilema = Smith pone como requisito de validez de la ley del valor que los individuos conozcan fehacientemente el tiempo de trabajo
contenido en su mercancía y el tiempo de trabajo comandado por ella. Otra salida posible es reconocer que la ley actúa sin la
intervención consciente de los cambiantes, pero Smith no explota este camino.

Omisión fundamental = el trabajo adquirido, ¿se trata de trabajo “cristalizado”/trabajo muerto o es trabajo vivo/fuerza de trabajo
obtenida como mercancía en el mercado? Además siempre se refiere al trabajo sin considerar el modo en el que ese trabajo se
realiza. Omite el tema de que en la sociedad capitalista la capacidad de trabajo es también algo que se compra y se vende  la
fuerza de trabajo se comporta como una mercancía, y como tal debe tener su propio valor.

Smith dice, “Iguales cantidades de trabajo, en todos tiempos y lugares, tienen según se dice, el mismo valor para el trabajador”, e
intenta demostrar que para el trabajador medio el sacrificio asociado al acto de trabajar es siempre equiparable. Parece haber
encontrado una “medida invariable”, pero su carácter individual y ligado a los sentimientos del trabajador la torna inconducente.
8
Más no se deduce que sea la fuente o la medida del valor de cambio, o que asegure que las mercancías se cambien por sus valores.
Que “siempre sufre en igual medida” no le proporciona pauta alguna para cambiar los productos según ese grado de sufrimiento.
Entonces dice de los bienes, que “lo que varía es el valor de los mismos, y no el trabajo que los adquiere (…) El trabajo es su precio
real, y la moneda es, únicamente, el precio nominal.” Entonces, tratando de solucionar la búsqueda infructuosa de una medida
invariable del valor, se topa con otro problema: la determinación del valor de la fuerza de trabajo o del salario.

Smith afirma que el trabajador, por igual trabajo, recibe distintos pagos en términos de bienes. Por igual trabajo, el trabajador recibe
como salario siempre una misma cantidad de trabajo, encarnada unas veces en una mayor cantidad y otras en una menor cantidad
de bienes: “El precio del trabajo varía como el de todas las demás cosas, siendo unas veces caro y otras barato. En realidad, son los
bienes los que son caros o baratos.” Si el salario nunca se modificara, hubiera encontrado una solución para la medida invariable del
valor. Pero si esto fuera así, el capitalista no obtendría ganancia; lo único que la aseguraría sería que el trabajador trabaje por el
mismo salario más horas de las que le pagan. Smith se conduce desde la teoría del valor y el precio (irresuelta) hasta la teoría del
salario y la ganancia. El trabajo, como mercancía, incorpora más trabajo que el que “comanda”, de modo que con esta mercancía el
principio propuesto por Smith no parece cumplirse. Si el trabajador fuera retribuido con el producto íntegro de su trabajo, la
ganancia del capitalista sería nula. Entonces, el valor de cambio no estaría únicamente regulado el por el tiempo de trabajo.

¿Cuál es la forma más adecuada para conservar la riqueza a lo largo del tiempo y cuál es la mejor forma de medir y comparar la
riqueza entre distintos países y épocas? Introduce la diferencia entre precio nominal (razón entre el precio de las mercancías y el
salario, el trabajo que las mercancías pueden comprar) y precio real (razón entre las mercancías y el precio en dinero, que varía
según las modificaciones del valor de los metales y también por el contenido metálico de las diferentes unidades monetarias).
Trabajo como medida universal y más exacta del valor. Entonces el salario se convierte en la medida del valor más adecuada. Pero
los bienes que componen el salario del obrero requieren para su producción siempre la misma cantidad de trabajo, lo cual no puede
convertirse en una regla que asegure el cambio de las mercancías por su valor.

Abandono de la teoría del valor fundada en el trabajo

Ley que rige el cambio  incompatibilidad entre cantidad de trabajo y mercancías que se pueden obtener con él/desconocimiento
de las cantidades de trabajo contenidas/inexistencia de una medida invariable. Imposibilidad de establecer al trabajo como medida
invariable  fuerza de trabajo, mercancía, precio, salario. Pero el salario que recibe no es siempre el mismo. ¿Cuáles son las leyes
que rigen la determinación del salario? Suma otro problema más que una solución. Dilema de la ganancia nula del capitalista-menor
cantidad de trabajo comandado  Se destruye la ley del valor que el mismo había introducido. Por todas estas dificultades, elige
cambiar de rumbo. Dice que la ley del valor “trabajo” no opera en las sociedades civilizadas sino en un hipotético estado primitivo
y rudo de la sociedad (ficción analítica)20. Es como si se hubiera forzado a inventar una sociedad imaginaria a la medida de sus
necesidades teóricas: una “nación de cazadores” (donde todos conocen el tiempo de trabajo empleado en cada producción), sin
medios de producción (ni capitalistas), y con libre uso de las tierras (sin terratenientes): “En este estado de cosas, el producto íntegro
del trabajador pertenece al trabajador, y la cantidad de trabajo comúnmente empleado en adquirir o producir una mercancía es la
única circunstancia que puede regular la cantidad de trabajo ajeno que con ella se puede adquirir”. La ley del valor resiste así
cualquier perturbación, hasta los cambios provenientes de la demanda. Antes: un castor, dos siervos. Cambio de preferencias de
los consumidores  exceso de demanda que presiona al laza del precio del ciervo. Nueva tasa de cambio: un ciervo por un castor.
El precio no está únicamente regido por la cantidad de trabajo, sino también (y principalmente) por la utilidad. Sin embargo, esta
desviación nunca podrá ser duradera, sólo transitoria. Los cazadores de castores se dan cuenta que dedicarse a la industria de los
ciervos es más lucrativo = aumenta la oferta para responder a los nuevos requisitos de la demanda. Se produce un reacomodamiento
y un nuevo equilibrio los precios se corresponden con las cantidades relativas de trabajo. Entonces, lo único que puede modificar
los precios de forma duradera es un cambio en la capacidad productiva del trabajo. Le cierra todo perfecto, pero a cuestas de
inventar un modelo social, sin responder a su interrogante inicial: ¿cuál es la ley que rige el intercambio en la sociedad actual?
Piensa una teoría totalmente nueva = “teoría de los costos de producción”21  el valor de cambio está determinado por la suma

20 En los cinco capítulos anteriores no decía nada de esto, hablaba como si diese por sentado que lo hacía de las sociedades capitalistas.
21
Esta teoría, a diferencia de la anterior, se despoja de los conflictos redistributivos capital-trabajo, pues esto estarían compensados según sus
propias leyes. Se convierten en dos elementos independientes e indiferentes que conforma el valor.
9
del salario, la ganancia y la renta (las retribuciones que obtienen los que participan del proceso productivo: trabajadores, capitalistas
y terratenientes): “salario, beneficio y renta son las tres fuentes originarias de toda clase de renta y de todo valor de cambio” 
abandono de la teoría del valor fundada en el trabajo.

“es necesario que se dé algo por razón de las ganancias que corresponden al empresario, el cual compromete su capital (…) El valor
que el trabajador añade a los materiales se resuelve en dos partes: una paga el salario de los obreros, la otra las ganancias del
empresario.” Así, las ganancias serían “algo más” sobre y por encima de la inversión con la que se pagan los salarios y los materiales.
La ganancia se convierte en una adición. Pero se contradice. No es lo mismo decir que la fuente del valor es exclusivamente el
trabajo, que luego “se reparte”, que decir que ambos trabajo y capital crean valor (expresado en la suma de salarios y ganancias)
 teoría de los costos de producción. La primera afirmación indica que la ganancia proviene del trabajo humano, y que el capitalista
se apropia de una cantidad de trabajo mayor al que paga (ganancia como excedente no retribuido al trabajo); de esta forma el
capital y la propiedad territorial no son fuentes de valor de por sí. Esta explicación choca con un dilema: a mayor desembolso de
capital (se emplean materiales más costosos) e igual cantidad de trabajo que en otras, se obtiene más ganancia. Aquí la valorización
de las mercancías no parece ser proporcional al trabajo que encierran. Parece entonces que cada una de las partes integrantes del
costo serían las que producen la ganancia. Si la ganancia es una parte integrante del valor, es necesario investigar cuál es su origen.
Teoría de la ganancia  no es “el salario del capitalista” por sus labores de inspección y dirección. La cuantía de las ganancias están
siempre en proporción al monto total del capital invertido. Concluye que la ganancia se suma al salario para conformar el valor (o
precio) del producto. ¿De dónde surge y por qué va a dar a manos del capitalista? Una posible respuesta es la del riesgo como fuente
de la ganancia; otra consiste en decir que lo que produce la ganancia es el capital en sí mismo (ambas puestas en duda). La teoría
del valor previa de Smith no es capaz de explicar el origen de la ganancia.

“El beneficio del capital forma parte del precio de las mercancías. El producto íntegro del trabajo no siempre pertenece al trabajador;
ha de compartirlo con el propietario del capital que lo emplea. Hay una cantidad adicional que corresponde a los beneficios del
capital empleado en adelantar los salarios y suministrar los materiales.” Nuevamente el dilema de si el valor es generado
exclusivamente por el trabajo o no. El trabajo empleado para producir una mercancía es siempre menor que el trabajo que con esa
mercancía puede obtenerse en el intercambio, pues tiene que existir una “cantidad adicional” para retribuir al capitalista. En las
sociedades civilizadas, con la aparición del capitalista el valor del producto debe ser siempre mayor al salario (ganancia)  se suma
al salario para conformar el precio. Pero sigue persistiendo la pregunta, ¿de dónde surge la diferencia que hace a la ganancia? No
se puede explicar empleando el argumento de la suma cero de los mercantilistas (vendo más caro de lo que me salió, engaño,
estafo). Así en el capítulo sexto ofrece distintas explicaciones del origen de la ganancia, como: sustracción del trabajo; recompensa
al riesgo; beneficio adicional que se obtiene en el cambio; producto genuino del capital. Inconclusas, pero marcan el cambio violento
de rumbo que sufre la “teoría del valor”. Con la aparición del capitalista, la cantidad de trabajo deja de ser la única norma que rige
al intercambio. Ley del valor antigua sólo para el mundo primitivo.

Otro tanto ocurre con la renta de la tierra: “Desde el momento en que las tierras de un país se convierten en propiedad privada de
los terratenientes (…) ha de pagar una parte de lo que su trabajo produce o recolecta. Esta Proción, o lo que es lo mimos, el precio
de ella, constituye la renta de la tierra y se haya en el precio de la mayor parte de los artículos como un tercer componente.” 
teoría del valor por los costos de producción. No son los rubros en que se reparte el valor creado por el trabajo, son el fundamento
del valor, tres fuentes independientes que conforman al precio. Ganancia, renta y salario son las fuentes del valor, dan origen al
precio: “En un país civilizado son muy pocas las mercancías cuyo valor de cambio se deba únicamente al trabajo, porque en la
mayoría de ellas entran en bastante proporción la renta y el beneficio”. En el capítulo quinto el precio se determina por la cantidad
de trabajo y luego se somete al proceso de distribución entre las clases, entonces el valor manda sobre la distribución. Luego, en el
capítulo sexto, son las retribuciones (costos) las que conforma el precio.

Precio natural, precio de mercado y leyes de la distribución

Las circunstancias coyunturales del mercado pueden hacer variar súbitamente los precios y también los costos. Al cambiar los
precios, alguno de los componentes deberá también modificarse (generalmente la ganancia). Esta consideración le falta a la teoría
del valor por los costos de producción. El beneficio del capitalista no es “un costo más”. Por esto, Smith introduce una separación
analítica entre el precio registrado en cada momento en el mercado y otro valor al que denomina “precio natural” (aquel que
10
alcanza para pagar la tasa promedio o corriente de salarios, beneficios y rentas): “Cuando el precio de una cosa es ni más ni menos
que el suficiente para pagar la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital empleado en obtenerla, prepararla
y traerla al mercado, de acuerdo con sus precios corrientes, aquélla se vende por lo que se llama su precio natural”. El precio al que
efectivamente se venden las mercancías en cada situación se denomina “precio de mercado”, y puede encontrarse por encima o
por debajo del precio natural, regulado por la oferta y la demanda. Cantidad de mercancía en el mercado menor a las necesidades
de la demanda = incremento por arriba del precio natural. Cantidad de mercancía mayor a la demanda efectiva (cantidad deseada
al precio natural) = precio de mercado por debajo del costo promedio. Cantidad llevada al mercado = cantidad demandada  precio
de mercado igual al precio natural. No obstante, precio de mercado y precio natural no pueden alejarse mucho. Si la demanda se
mantiene por debajo de la oferta, el precio de mercado cae y alguno de los componentes del valor se paga por dejado de su tasa
natural; esto conduce a la reducción de la cantidad producida de ese artículo. Lo mismo a la inversa  existe una tendencia a la
igualación de la ganancia, salario y la renta en todas las producciones, de modo de que ningún componente se ubique por encima
del nivel promedio, que asegura que los precios de mercado se acomoden hasta ubicarse en su nivel natural. Si la oferta difiere de
la demanda, el precio se aleja de su nivel natural. Pero luego, la oferta se expande o contrae, haciendo que le precio regrese a su
punto de reposo. “El precio natural viene a ser el precio central alrededor del cual gravitan continuamente los precios de todas las
mercancías. Pero, cualesquiera que sean los obstáculos que les impiden alcanzar su centro de reposo y permanencia, continuamente
gravitan hacia él. El conjunto de actividades desarrolladas se ajusta en forma natural a la demanda efectiva”. En condiciones de
libre competencia, si el precio de mercado se mantiene mucho tiempo debajo del natural, se retira lo invertido en la producción de
dicha mercancía, porque ya no valdría la pena. No obstante, la situación inversa sí puede perdurar, “obteniendo así ganancias,
salarios o beneficios extraordinarios”. Este privilegio puede ser por: un secreto comercial o industrial; disposición de tierras
especialmente fértiles; por ciertos privilegios estatales que favorecen a la creación de un monopolio. Son todas desviaciones
ocasionales y transitorias. Pero siempre el precio de mercado tiende a igualarse al precio natural.

Ante esta explicación, cabe formular también las leyes que fijan el salario, la ganancia y la renta naturales. Estos elementos que se
suman son también precios. “Las tasas naturales de salario, ganancia y renta se regulan por las circunstancias generales de la
sociedad, su riqueza o su pobreza, su condición estacionaria, adelantada o decadente.” Pero esta no puede ser nunca una ley del
valor, pues el problema radica en descubrir cuáles son los precios en condiciones estables de “equilibrio”, cuando la oferta y la
demanda dejan de perseguirse. La verdadera pregunta es ¿dónde se ubican esos promedios?, ¿cuál es la relación entre el salario, la
ganancia y la renta?, ¿existen leyes que rigen y determinan sus respectivos montos? Es necesario descubrir las determinaciones
independientes de cada uno de estos tres elementos.

Salario

En la sociedad moderna los trabajadores se encuentran privados de tierras, instrumentos de trabajo y la capacidad de sostener su
propia vida. Parte del producto que recibe el trabajador no es igual al total producido, sino que sufre deducciones. La parte que le
queda al trabajador depende del tamaño de esas deducciones. Es el capitalista el que paga los salarios, y cuanto mayor sean, menos
será la parte de ganancia que conserve para sí. Por esto, el salario depende de la relación de fuerzas entre capitalistas y trabajadores
(“cuyos intereses difícilmente coinciden”): “No es difícil prever cuál de las dos partes saldrá gananciosa en la disputa, y podrá forzar
a la otra a contentarse con sus términos”. Una fuerza que opera como “contra-tendencia” se interpone para que el salario no
descienda sin límites. El límite inferior es el nivel que asegura la subsistencia física del obrero, sino acabaría con los trabajadores
como clase. “Tasa natural” de equilibrio del salario: límite inferior (porción que le alcanza para adquirir sus medios de vida). Esta
ley es incompatible con la teoría según la cual el precio natural tiende a igualarse con los costos de producción. El precio natural de
las mercancías encuentra en el salario natural uno de sus componentes, por ejemplo, el pan  argumentación circular. El precio
natural del pan depende del salario natural, y el salario natural, depende, a su vez, del precio del pan. Atenta contra toda la teoría
de los costos de producción, ya que los precios están formados por la suma de otros precios y así sucesivamente22.

“Hay, a veces, ciertas circunstancias, que son favorables a los trabajadores y les permiten elevar considerablemente sus salarios por
encima de dicha cuota.” El salario crecerá sobre el mínimo, si la demanda pide una mayor cantidad de brazos. Así surge la segunda

22
Y aquí sus desarrollos encuentran su fin, ya que los dilemas quedan en la nada.
11
teoría del salario23, conocida como “teoría del fondo de salarios”: la demanda de quienes viven de su salario no se puede aumentar
sino en proporción al incremento de los capitales que se destinan al pago de dichas remuneraciones. Porción de capital que las
clases pudientes utilizan para contratar trabajadores (lo que excede a su propio sustento). Cuando se incrementa este capital,
aumenta la demanda de trabajo, y con ella, suponiendo una oferta fija, los salarios. Esto regula la “producción de trabajadores”: “la
demanda de hombres, al igual que de las demás mercancías, regula la producción de la especie, acelerándola cuando va más lenta
y frenándola cuando se aviva demasiado. Esta misma demanda es la regula y determina las condiciones de la procreación”.
Demanda: fondo destinado para salarios. Oferta: masa obrera. Salario mayor al mínimo = crecimiento poblacional + aumento de
mano de obra  el salario regresa a su mínimo “natural” de subsistencia. Ley poblacional que impide que el salario supere el nivel
mínimo = “ley de hierro de los salarios”. Relación recíproca entre oferta y demanda modifica el salario transitoriamente = la
población obrera se ajustará para restaurar el equilibrio. Para que los salarios se eleven por encima del nivel de subsistencia la
demanda de trabajadores debe crecer más que la tasa de crecimiento poblacional. Agrega que haya países más ricos, en los cuales
los salarios son más elevados, son los más laboriosos y los que más rápido crecen. Así distingue diferentes categorías de naciones:
decadentes, estacionarias y progresivas, en función de la tendencia y velocidad de crecimiento de la riqueza en cada una.

Ganancia

El precio natural debería tener alguna determinación precisa que dé cuenta del nivel de equilibrio, porque con la teoría de la oferta
y demanda pueden únicamente establecerse las causas de las variaciones de los precios, pero no su nivel absoluto, su punto de
reposo. Smith no expone una ley que permita establecer el monto de ganancias. Termina girando sobre el crecimiento de la
producción social como forma de explicar las variaciones de la ganancia, pero no su nivel.

La evolución de las ganancias dice Smith, es inversa al movimiento de los salarios. Las ganancias tienden a descender a medida que
la sociedad progresa, como consecuencia de la competencia entre los comerciantes. Se presenta así una restricción para el
crecimiento de la demanda, ya que la abundancia de capital obtura. La abundancia de capital estimula una competencia máxima
por doquier, haciendo del beneficio corriente lo más bajo posible  límites de la expansión del capital. Tope máximo para el
crecimiento de la producción = los negocios rentables se acaban, y a los capitales sólo les queda competir entre sí reduciendo su
tasa de ganancia. Sostiene entonces (a diferencia de antes) que la sociedad civilizada se dirige hacia una situación de estancamiento
(techo para colocar la producción) reduciendo la rentabilidad a un mínimo por ausencia de nueva demanda. Refuta esta idea la
famosa “Ley de los mercados” o “Ley de Say”24 la que plantea que todos los incrementos de la producción pueden ser siempre
colocados en el mercado con provecho (“la oferta crea su propia demanda”). Para Smith la expansión de la producción capitalista
contiene límites internos; no obstante, como en otras oportunidades, tiene declaraciones ambiguas al respecto25.

Teoría de la ganancia + explicación acerca de la tasa de interés. Smith establece una distinción entre el retorno de una inversión
productiva (ganancia) y el retorno de una inversión mentaría o “financiera” (el interés). Recurrir al crédito pagando una tasa de
interés a cambio del préstamo. ¿Qué relación guarda la tasa de interés con la tasa de ganancia? Las variaciones en la tasa de interés
indican cambios en la magnitud del beneficio, la primera baja si el segundo baja y subiendo si aquel sube. Se debe a que la tasa de
interés es siempre una porción del ingreso que proviene de las ganancias, así que en general no podrá ser superior a ellas y
acompaña su movimiento. La tasa de interés es una porción de la ganancia (los componentes fundamentales del precio siguen
siendo tres).

Dice Smith que cuando el producto se estanca, la ganancia crece a expensas del salario. No obstante, esta cuenta con un límite
superior fijado por el salario de subsistencia. No puede avanzar más allá de las condiciones que permitan sostener a los obreros con

23
La primera es la del salario de subsistencia.
24
En homenaje a su creador, J. B. Say. Keynes desarrollará muchos de sus postulados en oposición a sus premisas. Dice que sí, la demanda pone
límites a la expansión de la producción.
25
Pág. 81. Este dilema será retomado más adelante. Disminución del gasto + ahorro, ¿con o sin inversión? ¿Qué opinaba Smith al respecto? La
ortodoxia se sirve de algunas interpretaciones. Keynes los critica.
12
vida, ya que no sería posible sostener a la producción como tal. “Los beneficios elevados tienden a aumentar mucho más el precio
de la obra que los salarios altos”26.

Renta de la tierra

Las leyes que gobiernan la magnitud de la renta contrastan con las que rigen los salarios y las ganancias = “Salarios o beneficios altos
o bajos determinan que los precios sean elevados o módicos, mientras que una renta alta o baja es consecuencia del precio”. Es el
precio el que determina la magnitud de la renta, que se obtiene como un residuo. “Teoría de la renta diferencial de la tierra”27 =
cuando la producción de determinados productos se encuentra condicionada o restringida por las condiciones naturales del suelo
(no puede expandirse con facilidad), es la demanda la que fija su precio; cuanto más intensa, más crecerá el precio, superando los
costos de producción en salarios y beneficios. La diferencia entre el precio y el costo es apropiada por el dueño de la tierra. La
magnitud de la renta que debe pagarse dependerá de los costos de producción en esas tierras. Si las condiciones son mejores, el
costo de producción será menor y mayor la renta. La renta es un precio de monopolio que proviene de la propiedad sobre tierras
de distinta fertilidad.

Smith deja un abanico de teorías plausibles, inconclusas y con inconsistencias, pero que preparan el terreno. La historia del
pensamiento económico continuó dialogando con los incisivos, poderosos y múltiples argumentos de Smith. Ricardo enderezará
muchas de sus equivocaciones.

Lección 3. David Ricardo y la culminación de la economía política clásica


Smith abatió a sus adversarios (fisiócratas y mercantilistas) pero sin embargo no puedo formar estrictamente hablando una nueva
escuela sobre los cimientos que deja, tambaleantes, ambiguos y múltiples. También cabe destacar su carácter de pionero y el
contexto de desarrollo capitalismo prematuro en el que escribió. Ricardo atestigua un desenvolvimiento capitalista más maduro,
donde las fuerzas de la revolución industrial ya daban a la formación social una fisonomía más definida; además contaba con el
valioso aporte de partida que le confirió “La Riqueza”. Su obra “Principios de economía política y tributación” dialoga abiertamente
con los aportes de Smith. Gana gran aceptación, casi desplazando por completo a predecesor Smith, y muchos seguidores que
continuaron y recuperaron sus aportes. Hasta tal punto que en 1848 John Stuart Mill publica “Principios de economía política con
algunas aplicaciones a la filosofía social”, exponiendo sus ideas principales. La ortodoxia ricardiada posterior terminará apoyándose
principalmente en la obra de Mill más que en la de Ricardo.

1860-predominio Ricardo-Mill, se rompe (por dos hitos). 1867  “El Capital” de Karl Marx28 (acusa a Mill de alejarse de las ideas
originales de Ricardo, a su vez que intenta superar sus teorías originales). Casi en simultáneo (primeros años de la década de 1870)
se produce la revolución marginalista  Leon Walras-Willam Stanley Jevons-Karl Menger (por separado se proponen derrocar a la
ortodoxia ricardiana). No obstante, las ideas de Ricardo permanecen por mucho tiempo29, de hecho Alfred Marshall (el economista
que concreta el triunfo de la revolución marginalista en 1890 con “Principios de economía") escribe: “los fundamentos de la teoría
tal como los dejó Ricardo permanecen intactos; se les agrega, se construye sobre ellos, pero se les ha quitado muy poco”.

Ricardo  lúcido observador del indiscutible triunfo del capitalismo industrial, supremacía incuestionable del capital. Ocaso del
SXVIII = sucesión de inventos + proceso productivo + aumento de las fuerzas productivas del trabajo. Se destacan las máquinas de
hilar automáticas; el hierro; el carbón como combustible; y la máquina a vapor. Se modifican de cuajo las relaciones hombre-
naturaleza. La manufactura es sustituida por la fábrica y se reemplazan viejas herramientas por nueva maquinaria. Esto es el
resultado de un proceso histórico signado por dos sucesos: una cantidad de capitales considerables disponibles para la inversión; y
un torrente de campesinos despojados y “libres”. A su vez, el capitalismo comienza a exhibir su lado más oscuro. Surgen las primeras
formas de organización de clase obrera. La burguesía lucha contra los reaccionarios partidarios del Ancient Regime y los obreros

26
Pág. 82.
27
Posteriormente popularizada por Ricardo.
28
Esta vertiente fue rápidamente apartada de la corriente principal bajo la acusación de ser “no científica”.
29
El papel que desempeño en el desarrollo posterior de las teorías económicas es central. Hasta luego Keynes intenta derrocar algunos de sus
postulados.
13
descontentos. El capital arrasa con las formas preexistentes, transformando la faz de la tierra y las relaciones entre los hombres.
Inglaterra como factoría del mundo. Si Adam Smith era considerado el teórico de la manufactura, Ricardo puede ser el teórico del
período de la fábrica y de la producción maquinizada. En la obra de Ricardo se puede observar una naturalización de las formas de
vida propias del mundo capitalista30: ya no cobra relevancia preguntarse por la viabilidad del sistema capitalista, el carácter
históricamente específico de la sociedad moderna o la naturaleza de las leyes económicas. El estado más avanzado del capitalismo
le proporciona el material adecuado para lograr un mayor rigor terminológico y nivel de abstracción; adopta un estilo netamente
analítico. En la exposición de “Los principios” aborda de forma directa uno de los problemas fundamentalmente pendientes de
Smith: el análisis de la mercancía y sus determinaciones de valor (lo hace de manera más rigurosa, concisa y sofisticada).

Algunas contradicciones y antagonismos propios del régimen capitalista que sólo se insinuaban a fines del SXVIII, se ponen de
manifiesto ahora. Ricardo ante todo es un extremo defensor del desarrollo capitalista. No aboga ni por una ni otra clase, defiende
al sistema capitalista por sí mismos, situándose “por encima” de los intereses particulares de cada grupo, adoptando una postura
“objetiva”.

Ricardo se propone defender la ley del valor fundada en el trabajo31 que Smith terminó por desechar. El dilema fundamental era
que los productores y dueños de las mercancías ignoran en la práctica sus requisitos de trabajo y no disponen de un instrumento
de medición que les permita estimarlos con precisión. Para probar que la cantidad de trabajo gobierna el valor de cambio introduce
un giro metodológico. Hasta cierto punto se lo puede comparar con el refutacionismo de Popper; ¿Cómo hacer para demostrar el
cumplimiento de una teoría del valor cuyo factor central no es directamente observable? Sostiene que si la conjetura no puede ser
refutada mediante ningún hecho empírico, la hipótesis, si bien no queda corroborada, tampoco puede ser descartada. Postula que
el valor se determina por el tiempo de trabajo y muestra que nada contradice esa ley; muestra que ninguno de los obstáculos
planteados por Smith la contradicen. Obstáculos: existencia de un salario cuya magnitud difiere del valor de la masa total de
producto; utilización de herramientas y maquinaria en el proceso de trabajo; aparición de un ingreso que se apropia el capitalista
por el hecho de comprometer su capital; propiedad de la tierra y el pago de una rentar al terrateniente. Se dedica entonces a
corroborar si alguno de estos elementos logra derrocarla. Si lo logra, se estaría ante la presencia de una “ley oculta”, puede
concluirse que el intercambio está efectivamente (aunque secretamente) regido por el tiempo de trabajo, más allá de la información
que poseen los individuos que realizan estas transacciones (la ley actúa a sus espaldas).

Ricardo  continuador y crítico de la Riqueza. =Smith, coloca al trabajo en el centro de la escena, pero asociado con “la máquina y
el capital”. Concibe a la sociedad como dividida en tres clases principales: propietario de la tierra, dueño del capital y trabajadores.
Ausencia de referencias históricas  naturalización del capitalismo. Pone de manifiesto el conflicto entre estas clases para la
apropiación del producto social, capaz de poner en peligro la reproducción del capital. En la época de Smith era hegemónico el tema
del análisis de las causas del incremento de la riqueza de las naciones, Ricardo ahora pasa a estudiar con mayor detalle el modo en
que se distribuye la riqueza (antagonismo inocultable entre las principales clases).

Valor de uso y valor de cambio

“El valor de un producto, la cantidad de cualquier otro artículo por la cual puede cambiarse, depende de la cantidad relativa de
trabajo que se necesita para su producción, y no de la mayor o menor compensación que se paga por dicho trabajo (salario)”. Es
única y exclusivamente el trabajo lo que determina el valor relativo de las mercancías: es la cantidad de otra mercancía que puede
obtenerse por medio del cambio (contradicción) el valor no es uno solo, depende de la mercancía con que eventualmente se
compare; tendrá tantos valores como mercancías existan. No queda claro si el valor es una cualidad inmanente, propia, que existe
en la mercancía, o si sólo se trata de una cualidad putamente relativa, ubicada por fuera de ella. Pero si se acepta esta definición,
se puede aceptar que una mercancía tiene algo propio que le permite relacionarse con las otras mercancías, por lo que existiría un
valor intrínseco. Falencia = confunde valor con valor de cambio32.

30
No repara tanto como Smith en la descripción de las sociedades modernas, la división del trabajo y un supuesto orden pretérito. Toma esos
aportes como dados por sentado de la obra del pionero.
31
Piedra angular del sistema económico clásico.
32
Nada de esto atenta contra la determinación de la relación de cambio por la relación entre las cantidades de trabajo que postula Ricardo.
14
Avanza sobre Smith (paradoja del agua y del diamante) diciendo “la utilidad no es la medida del valor de cambio, aunque es
absolutamente esencial para éste”. Para que sea cambiable la mercancía debe ser útil; la utilidad es condición para que sea
mercancía; en condición para que tenga valor de cambio, para que pueda ser intercambiable. No obstante debe renunciarse a
intentar relacionar valor de uso con valor de cambio cuantitativamente, ya que el primero no fija ni mide al segundo. Utilidad = no
es fuente ni medida de valor cambio. “Los bienes obtienen su valor de dos fuentes: de su escasez, y de la cantidad de trabajo
requerida para obtenerlos”. El mundo de las mercancías se divide en dos clases distintas. La escasez manda en aquellos bienes en
que ningún trabajo puede aumenta su cantidad; son bienes que no son reproducibles por medio del trabajo33. El valor de cambio
de estas mercancías (son las menos) depende de los gustos y la riqueza de quienes las desean (condiciones de la demanda), en
conjunto con la cantidad disponible de ellas (stock disponible e inmodificable de oferta). El caso general, es el de las mercancías
multiplicables por el trabajo (casi sin límites). En el caso de las no multiplicables, es la escasez (absoluta)34 la que rige los precios.
Smith también supone una oferta fija de productos, deja implícito que las cantidades de todas las mercancías vienen dadas de
antemano (“precio natural”, “precio de mercado”). Utilizando las categorías de Smith, para Ricardo, los bienes escasos (no
reproducibles) tienen únicamente precio de mercado y no natural.

Luego Ricardo procede a demostrar que para el caso general de las mercancías reproducibles, el único factor que influye en la
determinación del precio es la cantidad de trabajo requerida para su producción: “Esta es la base del valor de todas las cosas, salvo
aquellas que no puede multiplicar la actividad humana”.

La “comprobación” de la determinación del valor por el tiempo de trabajo (Pág. 99)

Ricardo critica de Smith: la búsqueda de una medida invariable del valor35 y la separación del valor en dos cantidades distintas, el
trabajo incorporado en la mercancía y el trabajo que la mercancía adquiere cuando es cambiada (trabajo comandado). Ricardo niega
rotundamente que exista una medida invariable del valor (y esto no quiere decir que la ley del valor no opere): sólo se puede medir
mediante la comparación de su valor de cambio con todas las restantes mercancías. A su vez, señala que la noción de trabajo
comandado36 conduce a una falsa vía: la cantidad de trabajo empleada en un bien no es igual que la cantidad de trabajo que este
mismo bien puede adquirir (comandar); la recompensa del trabajo no está en proporción a lo producido por él. Con esta crítica (un
poco injusta) hacia Smith, quiere dejar ver que bajo el régimen capitalista, el trabajo comandado (salario) no puede coincidir con el
trabajo incorporado (valor del producto). Ricardo dice que el salario está regido por otras leyes y sometido a permanentes
variaciones (=que el resto de las mercancías), y como tal no determina ni mide el valor. El obrero “debe compartir el producto de
su trabajo” (Smith) con el capitalista que le adelanta el salario: el valor del trabajo no es igual al valor del producto que obtiene el
capitalista. La presencia del salario no contradice ni invalida la determinación del valor por tiempo de trabajo. Cuando Smith se topa
con esta encrucijada, deshecha la teoría y diseña la de los costos de producción. Ricardo sostiene que el valor del trabajo no guarda
relación con la magnitud de valor del producto y sigue adelante.

Refuta la teoría por los costos de producción introduciendo el caso hipotético en que los salarios aumentan. Si se cumple la
determinación del valor por el tiempo de trabajo, esto no debería afectar el valor de las mercancías, ya que el tiempo de trabajo
empleado en ellas continúa siendo el mismo: “ninguna alteración en los salarios de la mano de obra podría ocasionar una alteración
del valor relativo de dichos bienes”. Pero esta variación debe ser absorbida de algún modo, por eso Ricardo establece que las
ganancias guardan relación inversa con los salarios. El valor del trabajo, el salario, si varía no modifica la magnitud de valor de las
mercancías, sí varía la distribución entre las clases (el salario no contradice la ley del valor) conflicto distributivo entre

33
Esto lo retoman los marginalistas que asocian la formación de precios con el llamado “intercambio puro”, que es un ejercicio analítico en el
cual se considera que los bienes están disponibles en determinadas cantidades fijas, en términos de Ricardo, todos los bienes serían no
reproducibles.
34
Los marginalistas popularizan la definición del objeto de estudio de la economía como asignación de recursos escasos (escasez relativa).
Asumen que un mismo recurso tiene usos alternativos y que por tanto el recurso es “insuficiente” o escaso para satisfacer todas las necesidades
existentes.
35
Lo hizo para fundamentar la validez de la teoría en la conducta consciente de los individuos que participan del intercambio. Así, el mismo Smith
que había aceptado que ciertas leyes operan a espaldas de los hombres, luego se esfuerza inútilmente por demostrar que otros fenómenos (el
valor) son producto del comportamiento con conocimiento de causa de los hombres.
36
Con esta expresión Smith se refería a dos cosas: “trabajo muerto” que la mercancía compra, incorporado en otras mercancías; retribución
directa al obrero a cambio de su trabajo (“vivo”)-mercancía como parte del salario del obrero.
15
capitalistas y trabajadores37. No obstante, adopta una “teoría del salario de subsistencia” que supone que los trabajadores son
incapaces de elevar –a través de sus luchas- el salario real por encima del mínimo requerido para mantenerse con vida.

¿Qué ocurre con el empleo de capital? “Aun en aquella etapa inicial a que se refiere Smith, cierto capital, posiblemente logrado o
acumulado por el propio cazador, sería necesario para permitirle matar a su presa”. Lo que Smith no había logrado
comprender es la forma en los instrumentos de trabajo y las materias primas (medios de producción) intervienen en la
determinación del valor por el tiempo de trabajo. “El valor de cambio de los bienes es proporcional al trabajo empleado en
su producción: no sólo en su producción inmediata, sino en todos aquellos implementos o máquinas requeridos para llevar
a cabo el trabajo particular al que fueron aplicados”. El valor de los medios de producción (cantidad de trabajo requerida
para su producción) es transferido al producto, en proporción a su desgaste. Entonces el empleo de medios de producción
tampoco contradice su principio. Así desarrolla su teoría de la distribución, a la que le falta para completarse el análisis del
origen de la renta38 y su efecto sobre el valor.

La renta diferencial de la tierra

¿La propiedad privada de la tierra (existencia de la renta)39 contradice la determinación del valor por la cantidad de trabajo?
Comienza definiendo a la renta como “aquella parte del producto que se paga al terrateniente por el uso de las energías originarias
e indestructibles del suelo (energías naturales, propias de la tierra)”. Potencia productiva natural de la tierra desigualmente
distribuida  proporcional a la renta. Mejoras que el propietario introduce que le confieren mayor poder productivo al suelo 
son inversiones de capital y como tales obtienen ganancias, no rentas. El propietario de la tierra posee un derecho sobre el producto
que proviene no de su inversión de capital ni de su propio trabajo sino de la posesión de una porción de suelo40 (y sus cualidades).

Ley del precio único: mercancías iguales tienden a tener en el mercado el mismo precio. Entonces el terrateniente se apropia de
porciones distintas de ese valor según la calidad de la tierra, entonces las ganancias o los salarios tendrían que variar para dar lugar
a esa diferencia. Igualación de las tasas de ganancia entre los distintos productores agrícolas (sino ningún productor estaría
dispuesto a producir en tierras de peor calidad o todos competirían por las mejores). “Teoría de la renta diferencial”. Primero se
cultivan las tierras de primera calidad, por la que no se paga renta. En la segunda tierra el empleo de iguales cantidades de capital
y trabajo arrojará una cantidad menor de producto (se supone que el capitalista que use las primeras entonces obtendrá más
ganancias). Lo que garantiza que las tasas de ganancia no difieran es que en la tierra más fértil, “su terrateniente tendrá derecho a
exigirle el producto diferencial, por concepto de renta adicional, ya que no puede haber dos tasas de utilidades”. Según esta teoría
la renta colabora con la equiparación de las tasas de ganancia. Los terratenientes se aseguran que los capitalistas inversores en
tierras de distinta calidad obtengan igual beneficio, convirtiendo a las ganancias extraordinarias en un beneficio para ellos (los
propietarios). Renta = sustracción de una porción de ganancia. ¿Qué pasa en relación con la teoría del valor (en términos de
cantidades de trabajo)? Ya que un mismo producto agrícola requiere más trabajo cuando se produce en tierras menos fértiles (más
demanda, más producción, más crece el valor de los productos).

Pero, en todas las ramas de producción los inversores (según sus circunstancias individuales) deben invertir distintas cantidades de
capital. ¿Cómo se fija el precio único que rige en el mercado? En el caso de la producción agropecuaria, el valor queda establecido
por el producto fabricado en las peores condiciones. Ricardo generaliza esta norma a todas las actividades. El valor de todas las
mercancías de igual tipo es fijado por el productor que emplea la mayor cantidad de trabajo dentro del conjunto. La figura del
terrateniente es el que iguala la tasa de ganancia entre los capitalistas agropecuarios, lo que queda sin explicar es el mecanismo
que lleva a que en las demás ocurra lo mismo. Por lo pronto, la renta del suelo, entonces, no contradice la teoría del valor.

37
La teoría del valor por los costos de producción anula el conflicto, porque para él cuando aumentaban los salarios, aumentaba el precio de las
mercancías, no se disminuían las ganancias de los capitalistas.
38
Contribución fundamental de Ricardo. Sirve de base para la teoría de la renta de Marx y la ley de los rendimientos marginales decrecientes de
la escuela marginalista a todos los factores que intervienen en los procesos productivos.
39
Recordar que para Smith en el “estadío primitivo”, la tierra era de libre acceso.
40
Distingue este elemento natural de otros, como el aire, el agua, la fuerza de gravedad, etc. La diferencia radica en que la tierra no es ilimitada
en cantidad ni uniforme en calidad.
16
Dificultades que Ricardo no consigue resolver

¿Es cierto que las variaciones salariales sólo se traducen en reducciones del beneficio y nunca en variaciones de los precios relativos?
Él plantea que en cada rama de producción la ganancia debe ser igual, pero entre ellas se observan diferencias entre la porción de
capital destinada al pago de salarios (capital circulante) y la destinada a comprar implementos, máquinas, edificios (capital fijo41).
La objeción que el propio Ricardo presenta a la determinación del valor por el tiempo de trabajo, en que ante un cambio en los
salarios, sin que medie una modificación alguna en los requisitos de trabajo, se presentará variaciones en los precios relativos que
aseguraran la igualdad de la tasa de ganancia. Desarrolla el ejemplo del trigo y las camisas. Iguala las ganancias, al costo de modificar
la anterior relación de cambio. En general, puede decirse que el valor de aquellas mercancías que requieran para su producción más
capital circulante (trigo) se incrementará en relación con el valor de las mercancías que requieren más capital fijo. Para que las
ganancias se igualen, deja de respetar la determinación del valor por el tiempo de trabajo. “El principio de que la cantidad de trabajo
empleada en la producción de bienes determina su valor relativo, considerablemente modificado por el empleo de maquinaria u otro
capital fijo”. Las variaciones en el salario afectan de manera distinta al valor de cada mercancía, impactando de este modo sobre
los valores relativos. “El grado de alteración del valor relativo de los bienes, ocasionado por un aumento o una reducción del trabajo,
dependerá de la proporción del capital global empleada como capital fijo. Todos los bienes que requiere más capital fijo, requieren
un lapso más largo antes de llevarlos al mercado, reducirán su valor relativo, mientras que los obtenidos principalmente por el
trabajo, o rápidamente colocados en el mercado, verán aumentado su valor relativo”. Lo discordante es que ahora el nivel del salario
interviene en la fijación de precios (similar que en la teoría de los costos de producción), ya que el valor de las mercancía que
requieren más capital circulante42 crece relativamente cuando el salario aumenta. Pero no la abandona como Smith. Sostiene que
la causa principal en la variación del valor de los bienes, sigue siendo el cambio en la cantidad de trabajo necesario para producirlos.
Pero que sería erróneo darle mucha importancia a los efectos del aumento de los salarios, ya que esto ocurre sólo ocasionalmente
 fisura en la teoría del valor.

Capital circulante43: el que sostiene al trabajo, el que retorna al capitalista más rápidamente; salarios pagados por el capitalista.
Capital fijo44: se invierte en herramientas, maquinaria y edificios, demora más en retornar a su origen. Tropieza con dificultades
para proporcionar una definición certera de capital. Ya comenzaba su libro diciendo que “cualquier herramienta es capital”. El
concepto que ofrece está plagado de interrogantes. Si todo instrumento de trabajo fuera capital, el capitalismo sería tan antiguo
como la especie humana (hasta los monos usarían capital). Su teoría se transforma en estéril para comprender en qué consiste el
régimen capitalista. Smith había naturalizado la mercancía, Ricardo llega más lejos, y naturaliza al capital. También se puede criticar
su distinción entre capital circulante y fijo: los salarios se convierten en una porción del capital y contradice su anterior definición
de que el capital estaba exclusivamente constituido por los elementos de trabajo.

Otra crítica es que pareciera que el capital engendra por sí mismo, natural y mecánicamente una tasa de ganancia. Siguiendo lo que
él mismo postuló sobre el trabajo como único creador del valor, la ganancia debería concebirse como porción del valor, trabajo no
remunerado. Pero entraría en contradicción con otro hecho que Ricardo enuncia: “cada capitalista se apropia de una masa de
ganancia proporcional al capital total que invirtió”. No logra resolver este dilema, porque tampoco responde a la pregunta de ¿cuál
es el origen de la ganancia? A su vez, posee otras inconsistencias, como ejemplos que brinda en el que la determinación del valor
se termina asemejando más a la teoría de los costos del valor, que a la del valor por la cantidad de trabajo.

El dinero en el sistema clásico

En la teoría clásica, el desarrollo que abarca la determinación del valor45, del salario, la ganancia y la renta, se destaca por una
llamativa ausencia: el dinero. Sería lo mismo funcionar con o sin dinero, podría tratarse de una economía de trueque o monetaria,
ya que las leyes que determinan el funcionamiento de la economía prescinden por completo del dinero. No obstante, en el mundo
real, el intercambio de mercancías se realiza empleando al dinero como mediador de las transacciones, al igual que las retribuciones

41
Según Ricardo, el valor de las máquinas se transfiere en parte al producto. Ejemplo del trigo y las camisas (Pág. 108).
42
Revolución Industrial de trasfondo. Maquinarias que elevan la productividad, reducen la cantidad de trabajo requerido y afectan los precios.
43
El trigo para el panadero, retorna día a día y semana a semana con la venta del pan.
44
El trigo para el agricultor que lo utiliza como semilla, sólo puede reutilizarse al cabo de un año.
45
Tanto en Smith como Ricardo se utiliza para hablar como sinónimos de “valor de cambio”.
17
al trabajo y al capital, pagadas en dinero. Pero no responden, ¿qué es el dinero? ¿Cuál es el concepto de dinero compatible con el
sistema clásico?

Smith: el dinero es una mercancía más que agiliza el intercambio, cuyo valor se encuentra regido por la misma ley del valor que el
resto de las mercancías. Tropieza con la intención de postular al dinero como medida invariable del valor.

Ricardo: primera versión de la teoría clásica del dinero. Se pregunta ¿sirve el dinero como medida exacta del valor? No. Para medir
las variaciones del valor relativo, se pregunta si puede hacerse comparándolo sucesivamente con cierta medida estándar invariable,
no sujeta a ninguna fluctuación (a la que sí están expuestos los demás bienes). Pero descarta que existe una medida de esta clase,
ya que no existe ningún bien que no esté expuesto a requerir más o menos trabajo para su producción. El oro que funciona como
dinero, no es una excepción: “Al igual que cualquier otro bien, los perfeccionamientos en el ahorro de mano de obra podrían aplicarse
a su producción, y por tanto vería disminuido su valor relativo con respecto a los demás bienes, por este único: la mayor facilidad
con que se puede producir”. Primera teoría ricardiana del dinero, dos características: 1) el dinero es una mercancía cualquiera cuyo
valor está sujeto a las mismas leyes que los restantes productos; tiene valor intrínseco, dado por sus requisitos de trabajo. Precio
 relaciones de cambio de cada mercancía con la mercancía dineraria. Su función es únicamente ser la medida de los valores, pero
una medida imperfecta (ya que su propio valor varía, la cantidad de trabajo requerida para producirlo varía); 2) en Los principios, el
dinero es utilizado como medida invariable del valor, a través de la imposición de un “supuesto simplificador”  contradice todo lo
que venía diciendo. Se establece por decreto que su valor es fijo (aunque sabe que fluctúa). El dinero deja de ser una mercancía
cualquiera, ya que su valor deja de depender de las condiciones de producción ya que su valor es “congelado”. Su única función es
la de ser el medio con que se estima el valor o se expresa el precio.

No obstante, en su misma obra incluye una nueva versión de la teoría clásica del dinero: introduce que el dinero además de servir
como patrón de los precios para estimar el valor de las demás mercancías, se utiliza en la práctica como medio de circulación o
medio de cambio. Las mercancías expresan su valor a través de su precio en dinero y además se cambian entre sí a través de su
mediación. Esta segunda función lo obliga a reformular su primera teoría. ¿Cuánto dinero se requiere para hacer circular una
determinada cantidad de mercancías en un determinado intervalo de tiempo? La cantidad de dinero susceptible de ser utilizado en
un país debe depender de su valor. Esta es la regla para determinar la cantidad de dinero (oro) requerida en la órbita circulatoria
de cada país. Dada la cantidad total de transacciones que se realizan durante, un año por ejemplo, dado también el valor de las
mercancías y dado, el valor del oro. Si crece el valor del oro, será necesaria menor cantidad para hacer circular a las mercancías y
viceversa. El valor del oro determina la cantidad necesaria de circulante. Las reducciones en el valor del oro entonces implican un
aumento de todos los precios de las demás mercancías. Las variaciones en el valor del oro originan “inflación” (el oro se desvaloriza)
y “deflación” (si se revalúa). Entonces, la cantidad de circulante depende del valor del dinero. Pero, ¿es cierto que el circulante está
conformado realmente por otro? No. Hasta en los tiempos del “patrón oro”, circulaban además de monedas de metales preciosos,
billetes de banco hechos de papel. Ricardo intenta compatibilizar su teoría con este hecho, pero termina contradiciéndose. ¿Qué
ocurre con el valor del dinero cuando Estado acuña monedas metálicas y cobra una comisión por ello? La pieza acuñada de moneda
excederá el valor de la pieza de metal no acuñada, porque tiene más trabajo incorporado. Cuando el costo de acuñación se eleva,
se necesitaría entonces menos oro amonedado para asegurar el mismo volumen de mercancías en circulación. La regla es entonces:
limitando la cantidad de dinero que se amoneda, puede elevarse el valor del dinero por encima del trabajo requerido para
producirlo. Aplica la misma regla a la circulación del papel moneda, el cual no posee un valor intrínseco: “Cuando su cantidad se
limita, su valor de cambio es tan grande como la denominación de la moneda, o del metal fino que contiene”. El valor de cambio de
cada billete está determinado exclusivamente por la cantidad de dinero que emite el Estado (según las necesidades de circulación
de oro). Y por esta vía se arriba a una teoría opuesta a la anterior: sería la cantidad de dinero circulante la que determina su valor
 igual que la “teoría cuantitativa del dinero”46 = cada vez que aumenta la cantidad de dinero, debe reducirse el valor del mismo
proporcionalmente. Dinero-medida del valor: si varía su precio, varía el de todas las mercancías. Si pasa a valer la mitad, todas las
mercancías se duplicarán  teoría de los precios: el nivel general de los precios cambia a la par que la cantidad de dinero. A su vez,
dice que los billetes de papel pueden emanciparse por completo del oro: “no es necesario que el papel moneda sea pagadero en
especie para asegurar su valor; todo lo que se necesita es que su cantidad sea regulada de acuerdo con el valor del metal adoptado

46
Teoría sumamente antigua en su origen, pero aún hoy influyente. Ricardo la formula en el capítulo 27.
18
como patrón”. En esta segunda versión, la cantidad de dinero se convierte en una variable exógena, determinada arbitrariamente
por el Estado. Teoría cuantitativa del dinero ricardiana: la emisión de billetes es siempre inflacionaria. La inflación tiene causas
monetarias, ya que si aumenta la cantidad de dinero, incrementa el nivel general de los precios (si se duplica la cantidad de billetes
se duplican los precios y viceversa).

Al presentarse en dos versiones distintas, la teoría clásica del dinero es contradictoria. En la primera versión, la cantidad de dinero
está determinada por el valor intrínseco del mismo. En la segunda, sostiene que el dinero no es una mercancía y como tal, carece
de valor intrínseco, la cantidad de dinero emitida por el Estado es la que fija su valor (el dinero se convierte en un medio de
circulación). Son contradictorias, pero coinciden en: “por más grande que sea la variación del valor del dinero, no afecta la tasa de
utilidades, ni tampoco repercute en el poder adquisitivo del salario”. Así como el dinero no puede modificar las leyes de la
distribución, tampoco afecta de manera duradera (sólo puede hacerlo de manera transitoria) la tasa de interés: “el interés del dinero
no está regulado por la tasa a que el Banco lo presta, sino por la tasa de ganancia que puede obtenerse con el empleo del capital, lo
que es totalmente independiente de la cantidad o del valor del dinero”. Ricardo sostiene que la política monetaria expansiva tiene
nulos o limitados alcances, siendo su única consecuencia la de aumentar los precios. La “escuela monetarista” (1960) convirtió esta
teoría en su bandera. Esta noción de dinero tiene consecuencias sobre la teoría de la acumulación de Ricardo.

Los límites de la acumulación de capital en el sistema clásico

“Reparto del producto entre las clases sociales”/”conflicto distributivo”/”Teoría de la distribución”/”Conflicto entre obreros y
capitalistas” (anulado por su adhesión a la “Ley de Hierro de los salarios”).

Sigue la línea de Smith (desarrollada por Malthus), diciendo que la “tasa natural del salario” depende del precio de los alimentos,
de los productos necesarios y de las comodidades para el sostén del trabajador y su familia”  el salario tiende al nivel de
subsistencia, regulándose por los aumentos poblacionales. Salario real (lo que puede comprar) se mantiene constante.

Ambos, Ricardo y Smith, vaticinan a la larga una declinación de la tasa de ganancia, y por lo tanto la potencia de acumulación de
capital decreciente, como resultado del mismo progreso capitalista, aunque le adjudican diferentes causas. Ricardo dice que la
expansión de la economía hace crecer constantemente la población trabajadora  se necesitan cada vez más tierras para producir
alimento  sus salarios (sometidos a la ley de hierro) no crecen en términos reales  las tierras que se explotan son cada vez de
menor calidad  se eleva la renta de los terratenientes y de los salarios en valor47, porque se requiere más trabajo para labrarlas
 se produce un efecto depresivo sobre las ganancias. Para Smith la declinación de la ganancia se origina en la intensidad de la
competencia. Para Ricardo lo tiene en el encarecimiento de los alimentos en términos de valor. Para refutar a Smith, quien dice que
si al capital se le agotan las oportunidades de inversión rentable, se debe a que la demanda estaría perdiendo fuerza a medida que
avanza la acumulación, recurre a lo que más tarde se conocerá como “Ley de Say”: “la demanda está limitada por la producción.
Nadie produce si no es para vender o comprar. Al producir, se transforma necesariamente en consumidor de sus propios productos,
o en comprador y consumidor de los productos de alguna otra persona”. Según esta ley, no existirían límites para los incrementos
de la producción originados por la falta de demanda, ya que esta última sería ilimitada: todo aumento de la producción implica igual
aumento de la demanda  en el fono reposa en la concepción clásica del dinero (economía monetaria: economía de trueque): los
productos ya han sido colocados por el hecho de haber sido fabricados. No hay forma de que la producción quede sin venderse, ya
que la nueva oferta produce nueva demanda. Por esto Ricardo afirma que el dinero no afecta esta igualdad: “el dinero es únicamente
el medio por el cual se efectúa el cambio. Puede producirse en exceso determinada mercancía cuyo mercado esté tan saturado que
le capital gastado en ella no produzca la utilidad habitual; pero éste no puede ser el caso respecto de todas las mercancías”. Este
razonamiento piensa que el dinero siempre será gastado como mero intermediario entre las mercancías, no contempla la posibilidad
de que sea “ahorrado” (posibilidad de “crisis de realización” “crisis de sobreproducción” o “crisis de demanda”). Razonamiento: la
producción genera ingreso, que se transforma en demanda, que se traduce siempre en un gasto: “la oferta crea su propia demanda”.
Smith sostuvo que la demanda en algún punto se agotaría y esto debilitaría la inversión, llevando al estancamiento. Ricardo,
apelando a la Ley de Say, asegura que la acumulación no será entorpecida por insuficiencias en la demanda. No obstante, en la
época de la Gran Depresión con índices de desocupación generalizada, la aludida Ley de Say es llamada a declarar en el banquillo
de los acusados, junto con la teoría cuantitativa del dinero y la noción de que el dinero es “neutral”.

47
Pero no en términos de los bienes que puede adquirir, porque se produce un alza de los artículos de primera necesidad.
19
Lección 4. La revolución marginalista (Pág. 120)

Junto con el avance del capitalismo, aumenta el conflicto entre clases que tiene a la trabajadora como su protagonista; cambian su
papel eminentemente pasivo, expresado en la ley de hierro de los salarios, lo que se ve rápidamente reflejado en los desarrollos de
la teoría económica. Se destacan: los movimientos ludistas, la formación de los primeros sindicatos modernos, la etapa “cartista”,
revoluciones de 1848, la toma de la comuna de Paris (1871). 1850-1870 (la “era del capital”): dos décadas de crecimiento económico
casi ininterrumpido + expansión geográfica del capitalismo + maridaje ciencia tecnología concluye estrepitosamente con la “Gran
Depresión”48: 1873 (colapso bursátil)-1896  dos décadas de estancamiento económico. Período 1815-1873 = dos etapas bien
marcadas: esplendor y crisis. Las teorías económicas acompañan estos ciclos. Además de ocuparse en las controversias entre los
partidarios y detractores de Ricardo. 1850-1870  se forma una ortodoxia “ricardiana” = John Stuart Mill. En paralelo se gestaban
dos nuevos sistemas teóricos que parten del rechazo a Ricardo, y ponen fin al predominio de la economía clásica: los marginalistas
y Marx. De las ruinas de la economía política clásica surgieron dos nuevos sistemas teóricos que marcarían el terreno teórico durante
el SXX.

Las dificultades de Ricardo, nuevamente

Los principios  Ricardo con incuestionable autoridad, desplaza a Smith. Controversias de la época, los principios como punto de
referencia obligado. Tras muchas discusiones sin solución, el sistema clásico es edulcorado, empaquetado, disimulado en sus fallas
y convertido en una nueva ortodoxia con vaga inspiración ricardiana = Principios de economía política de John Stuart Mill (1848) 
sustituye al sistema clásico por una versión vulgarizada (simplificada en nombre de la pedagogía)  prepara el campo para su
abandono y para el triunfo del marginalismo.

Mayor dificultad de Ricardo: sostiene que las variaciones en los salarios no pueden afectar las relaciones de cambio entre las
mercancías (modifican únicamente la tasa de beneficios). Pese a esto, luego debe reconocer que la ley se ve “modificada” por la
distinta composición de capital fijo y circulante49. El problema radica en debe reconocer que los salarios sí afectan, de distinta
manera, a cada esfera de la producción, para que la tasa de ganancia se mantenga nivelada. Sostiene entonces (como salarios y
ganancias son iguales en todas las ramas) cuando el salario crece y la ganancia se reduce, deben descender los precios relativos de
las mercancías que se producen con una mayor proporción de capital fijo  contradice la ley general50. Puede comprobarse que los
instrumentos de trabajo no crean valor, sino que una parte de su propio valor (dado por la cantidad de trabajo que contienen), se
transfiere al producto. La dificultad estriba cuando se consideran dos ramas distintas, cuando en una se emplean más obreros que
la otra (+ tiempo de trabajo para la producción). La cuestión es si sólo el trabajo “crea” valor (y ganancia), ¿cómo es posible que
ramas que utilizan menos trabajo y más medios de producción produzcan mercancías que se vendan a un valor mayor que el que
está dado por la cantidad de trabajo (necesario para que se igualen las ganancias)? Incongruencia entre valor creado y precio de
venta. ¿Cómo hacer para que capitales de la misma magnitud, pero distinta composición, arrojen la misma tasa de ganancia?
Debería ser distinta en una y otra, ya que el valor y la ganancia se originan en el trabajo (“capital circulante”). Para que la tasa de
ganancia se iguale, se debe obtener un beneficio por la inversión en instrumentos (“capital fijo”): pero en la teoría del valor los
instrumentos no pueden incrementar la magnitud del valor ni la ganancia.

Otro problema similar se le presenta cuando Ricardo estudia la relación entre el trabajo empleado en la producción y el tiempo que
toma colocar los productos en el mercado. El valor de los productos con igual cantidad de trabajo incorporado, según la ley, debería
ser el mismo. Sin embargo, su precio de venta no puede coincidir en el caso de que se tenga que esperar, por ejemplo, más de diez
años para ver los frutos de un negocio. El precio de los productos cuyo tiempo de circulación es mayor debe elevarse. Esta fórmula
produce la impresión de que el valor se incrementa por el “mero paso del tiempo”. Ricardo reconoce otra “excepción” a su ley.

Valor: cantidad de trabajo aplicado en la producción de una mercancía; precio de costo: suma del capital invertido + una tasa de
ganancia homogénea. Valor difiere de precio de costo  se manifiesta en distintas ramas con diferente composición del capital o
con distinta velocidad de rotación e iguales tasas de ganancia. En vez de distinguir estos dos elementos, intenta reconciliarlos en
una sola figura: “valor de cambio”.

48
La de 1930 es aún más profunda, y toma prestado su nombre.
49
Característica de las distintas ramas de producción.
50
Si los cambios en los salarios afectan los precios relativos, entonces los “valores de cambio” de las mercancías no se determinan exclusivamente
por el tiempo de trabajo que se requiere para su producción.
20
Con estas incongruencias alimenta la apariencia de que todo el monto completo del capital invertido produce ganancias (para fuerza
de trabajo o medios de producción) lo que contradice su ley del valor trabajo. Por esta razón, muchos de sus antagonistas y más
fieles seguidores, interpretan que tanto trabajo como capital fijo crean valor y engendran ganancias, llegando a una conclusión
similar a la de Smith con su ley de los costos de producción (la que Ricardo se empeñó tanto en refutar).

Para dilucidar cómo se nivelan ganancias en distintas ramas de producción que emplean diferentes cantidades de trabajo, podría
haber investigado a fondo cuál es el origen de la ganancia, cosa que Ricardo no hizo. Ricardo describe, pero no analiza la siguiente
contradicción: según su ley las mercancías se cambian por su tiempo de trabajo. Pero cuando el capitalista le paga al obrero, lo hace
por un equivalente de sus medios de vida (salario de subsistencia)  suministra mercancías con una cantidad de trabajo acumulado
menor al trabajo “vivo” que el obrero realiza. Según Ricardo, el capitalista le paga menos valor que el que el obrero produce. Esta
diferencia entre el intercambio de capital y trabajo es la fuente de la ganancia: “La proporción que debería pagarse en concepto de
salarios es de importan máxima en lo que atañe a las ganancias, pues bien se comprende que serán altas o bajas, exactamente en
proporción a que los salarios sean bajos o altos.”

No logra explicar en base a su ley el intercambio del capital por el trabajo, y la conexión entre la ganancia y el valor; confunde el
valor con el precio de costo. Por estas omisiones su sistema caerá en desgracia51.

La declinación de la escuela ricardiana

Según Malthus (anti-ricardiano), el proceso de la sociedad irá alterando las proporciones de capital fijo requeridas, como las
velocidades de rotación de los distintos capitales, de forma tal que los problemas de Ricardo no pueden tomarse como simples
“excepciones”. Este camino conduce al abandono de la determinación del valor por el tiempo de trabajo y a la adopción de una
teoría de los costos de producción similar a la de Smith, aunque con incongruencias y ambigüedades: “las mercancías se cambian
entre ellas de acuerdo a la cantidad de trabajo humano y de ganancia empleada para producirlas”  trabajo y capital = fuentes
equivalentes de valor. Los partidarios de Ricardo tampoco hicieron mucho por aportar a sus ideas, ya que se empeñaron en defender
sus dichos como “palabra santa”. James Mill (padre) para refutar la idea smithiana y malthusiana, afirmó que el capital es “trabajo
ahorrado”. Por lo que termina dándole la razón a quienes intentaba negar, abandonando los postulados ricardianos. El capital sería
trabajo no aplicado inmediatamente a la mercancía en cuestión, sino aplicado a ella a través de otras mercancías, el capital crea
valor, en su condición de trabajo pasado. También McCulloch hace su parte con un juego de palabras sobre “trabajo”, diciendo que
el hombre trabaja, la máquina trabaja, la naturaleza trabaja, etc.

Mientras sus defensores no aportan nada productivo a su teoría, los detractores de Ricardo se encargan de consolidar la teoría del
valor basada en los costos de producción. Tienden a cerrar filas en torno a la explicación de Say; tres factores independientes que
contribuyen a la producción de valor: la tierra, el trabajo y el capital. Capital: intrínsecamente productivo.

Nassau William Senior (anti-ricardiano), dice acerca del surgimiento de la ganancia: el propietario también experimenta sufrimiento
cuando aporta su capital, ya que se abstiene de consumir. La ganancia es la recompensa del capitalista por ese sufrimiento. Así la
producción implica el sacrificio de trabajar y el de abstenerse. Se recompensan con el salario y la ganancia, convertidos en costos
de producción que regulan el valor. Esta explicación, combinada con la se Say (“todo capital es productivo”) da como resultado el
material necesario para construir la moderna teoría marginalista del capital y la ganancia.

John Stuart Mill  hace un intento por reconciliar las ideas de los ricardianos con los anti-ricardianos, lo que arroja un abandono
de los intentos de Ricardo por sostener su ley del valor trabajo. De hecho parte de definiciones smithianas, diciendo: “puesto que el
costo de producción para el capitalista no es trabajo sino salarios y puesto que éstos pueden ser más elevados o más bajos, sin que
varíe la cantidad de trabajo, parece como si el valor del producto no pudiera fijarse tan sólo por la cantidad de trabajo, sino que hay
que tener en cuenta la cantidad con la que éste se remunera”. Mill le hace decir a Ricardo lo que en realidad había dicho Smith y
este había tratado de rechazar. En lugar de la cantidad de trabajo habría que considerar al salario como elemento que conforma el
valor (que depende de los costos de producción); concluye esto tomando un punto central de los anti-ricardianos que empleó para
completar la teoría del valor. Incorpora la ganancia del capital, derivada del sacrificio que atraviesa el capitalista, entre los costos
de producción de las mercancías. Con el libro de Mill, la teoría clásica del valor se convierte en una teoría de los costos de producción.
Declinación de la escuela de Ricardo = regresión hacia teorías por él mismo descartadas  retroceso llevado a cabo en su nombre.

51
Con inusitada franqueza las hace pasar como “excepciones” a su ley del valor.
21
El problema son los inconvenientes propios de la teoría de los costos de producción: hace depende a los precios de otros precios y
así sucesivamente.

El marginalismo revolucionario

Finales del SXIX  marginalismo como nueva ortodoxia que reemplaza al sistema clásico. Germinó de forma simultánea en distintos
países, a través de autores con diferentes libros  reconstruir su punto de partida es más costoso. Atravesó dos etapas bien
disímiles: 1) publicación de sus libros fundacionales (Jevons, Menger y Walras); etapa “clandestina” y “heroica” de la revolución
marginalista. Sus contribuciones son así de revolucionarias; lo que se pierde en su versión actual y edulcorada de mainstream, el
movimiento pierde sus aristas interesantes. 2) “etapa victoriosa”: consolidación con Marshall 1890 “Principios de economía”52;
se propone continuar con las ideas de Ricardo tamizadas por Mill (como una controversial síntesis entre los marginalistas y los
clásicos).

La fundación del marginalismo

Los primeros marginalistas tienen una actitud revolucionaria y rupturista para con los clásicos (“…se verá que ese hombre
competente pero equivocado, David Ricardo, condujo el carro de la ciencia económica en una dirección errónea. Lanzado aun más
lejos hacia la confusión por su igualmente competente y equivocado admirador, John Stuart Mill”). Tenían la costumbre de
denominar a la escuela clásica como “escuela Ricardo-Mill”: adversario declarado53 de la revolución marginalista. Justamente su
punto de partida es el corazón de la escuela clásica: la teoría del valor  la de Ricardo y la de Mill, que no hace más que confundirlas:
solapa la teoría de los costos de producción con la del valor trabajo. El marginalismo se puede interpretar como una reacción a la
teoría de los costos de producción como inválida y circular. La determinación del valor por el tiempo de trabajo (empresa de
Ricardo), ya había sido dejada de lado.

Aunque el marginalismo elige a Ricardo como adversario, el Ricardo que tomaron fue uno mediatizado por los ojos de Mill (su
versión predominante). Para ellos, en el sistema clásico (Mill) los saliros y ganancias se terminan de forma independiente y previa
al valor, el que se forma sumando ambos elementos (teoría del valor + teoría de la distribución). Al respecto Walras dice: “la fórmula
de la escuela clásica debería invertirse totalmente, porque los precios de los servicios productivos vienen determinados por los de
sus productos, y no al revés”. Para invertir la fórmula, Jevons introduce su teoría: primero propone unificar todas las categorías con
las que habían descompuesto analíticamente al fenómeno “precio”: valor, valor de uso, valor de cambio, precio natural y precio de
mercado se reducen a relación de intercambio  tiene correlación con lo que postulan los primeros marginalistas: la determinación
del valor se produce exclusivamente en el momento del intercambio, de manera que el único aspecto del fenómeno que amerita
un análisis es esa relación (“intercambio puro”). Los clásicos consideraban que además de su precio, las mercancías tenían un valor.
Los marginalistas dicen que no existe algo como el valor intrínseco (“algo que las mercancías tienen pero no se ve”; sí hay calidades
diferentes que influyen en su valor, pero para expresar simplemente la circunstancia de su intercambio en una cierta relación por
otra sustancia.

Creían que la igualación en el intercambio implicaba equivalencia, pero los marginalistas establecen que el intercambio no implica
igualdad alguna entre atributos intrínsecos de las mercancías (Menger: “supuesta, pero inexistente, igualdad del valor entre dos
cantidades de bienes. Se olvida el carácter enteramente subjetivo del valor y la esencia del intercambio. La teoría de los precios debe
mostrar cómo los hombres, llevados por su deseo de satisfacer del mejor modo posible sus necesidades, entregan unas determinadas
cantidades de sus bienes por otras cantidades”). El valor no es un atributo de los bines, sino una circunstancia a la que éstos son
sometidos por los hombres. Las mercancías no son valores, sino que son los individuos quienes les atribuyen un determinado valor
en el momento del intercambio. Primera operación analítica del marginalismo: aislar el intercambio y restringir todo el análisis
del valor a ese momento.

Cabe recordar que el propio Smith había reflexionado acerca de la determinación de los “precios de mercado”, dependientes de las
circunstancias del cambio. No obstante, estos se movían en torno a un centro gravitatorio compuesto por los “precios naturales”.
Cuando el precio de mercado difiere del precio natural, se desencadena un proceso de ajuste que va acercando paulatinamente el
primero al segundo  determinación de los precios que se encuentra por detrás de su fijación según el estado circunstancial de la
oferta y la demanda. El eje del análisis marginalista consiste en estudiar la determinación del valor en el momento del cambio 
diferencia sustancial de origen. Clásicos: las mercancías llegan al proceso de cambio con un valor determinado por las condiciones

52
Le da una expresión más madura y acabada a los aportes del marginalismo. Forma parte de la “Segunda generación” de marginalistas.
53
Por eso es tan errónea la costumbre moderna de llamar a los marginalistas como “escuela neo-clásica”.
22
de producción (por la cantidad de trabajo o costos de producción)  relación intercambio-producción54. Marginalistas: las
mercancías llegan al mercado vacías de toda determinación (borran analíticamente el proceso productivo). Secreto del intercambio
puro: en su modelo, las mercancías no han sido producidas de ningún modo, sino que nacen directamente listas para el
intercambio55. Para escapar a la alternativa clásica, establecen que el valor se fija exclusivamente en la esfera del cambio56  las
mercancías aparecen en el mercado sin que nada pueda decirse de su origen (se obtienen arbitraria y gratuitamente). Modelo de
intercambio puro en el que las mercancías sólo poseen dos atributos: cantidad (de cada mercancía, disponible en las manos de sus
poseedores, que se fija por fuera del proceso económico, ya que es completamente aleatoria) y utilidad (lo que la economía política
solía llamar “valor de uso”). Haciendo el ejercicio analítico de que las mercancías “han salido de la nada”, concluyen que las
proporciones de cambio dependen de las cantidades de cada una de ellas (que en suerte se les haya proporcionado a los
propietarios) y de las necesidades de sus dueños en relación con los usos que se le pueda dar a esos productos. Entonces se dedican
a establecer la relación entre el valor de los bienes y su utilidad.

Así es como se proponen rebatir la paradoja del agua y el diamante57. Los tres marginalistas se ocuparon de refutarla. Jevons 
cuando Smith hablaba de agua, hablaba de agua en abundancia. “El agua, cuando se hace muy escasa, adquiere un poder adquisitivo
extremadamente grande. De forma que Smith entiende por valor de uso la utilidad total de una sustancia cuyo grado de utilidad ha
caído muy bajo, porque la necesidad de esa sustancia ha sido poco menos que satisfecha”. Los clásicos concluían que el agua era
barata porque para su producción se emplea poco trabajo; del mismo modo con la teoría de los costos de producción: el agua tiene
menor costo que los diamantes. Jevons: la relación de intercambio no tiene relación alguna con las condiciones de producción, sino
con las de intercambio  los bienes no provienen de la producción, lo único que los caracteriza es la cantidad existente y la utilidad
asignada por sus dueños. Agua y diamantes están disponibles en ciertas cantidades arbitrarias y fijas, en base a ellas se determina
la relación de cambio. Antecedentes del intercambio puro pueden encontrarse en Ricardo: “ciertos bienes cuyo valor está
determinado tan sólo por su escasez, su valor es totalmente independiente de la cantidad de trabajo originariamente necesaria para
producirlos y varía con la diversa riqueza y las distintas inclinaciones de quienes desean poseerlos”. Sin embargo esa clase particular
de bienes a los que Ricardo se refiere es muy limitada: aquellos cuya cantidad no puede multiplicarse por el trabajo humano. Los
primeros marginalistas construyen su modelo de intercambio puro extendiendo esta condición de escasez, a través de un restrictivo
e irreal supuesto, a todas las mercancías.

El intercambio puro

Establecen una relación cuantitativa entre utilidad58 y precio, ya que son los únicos fundamentos del precio, se debe establecer una
forma de conversón precisa que vaya de uno a otro. Comienzan rechazando la paradoja de Smith, ya que no alcanza con analizar la
“utilidad total” del agua, es decir, de toda la disponible y consumida: “Tampoco podemos decir que todas las partes de la misma
mercancía posean la misma utilidad”. Lo que interesa es la utilidad de cada porción. La primera Proción de agua tiene una utilidad
incalculable, mientras que la utilidad correspondiente a cada porción adicional irá descendiendo, hasta hacerse muy pequeña, nula
e incluso negativa. El ejercicio del intercambio puro ideado por los marginalistas, supone que las cantidades de todas las mercancías
vienen dadas, y son fijas. Se considera a las mercancías como si fueran divisibles, y se le asigna una determinada utilidad a cada
porción por separado (no a la cantidad total); la utilidad de cada porción se va reduciendo a medida que la cantidad crece. Entonces,
la utilidad total es elevada, pero porque la valoración de las primeras lo es. Pero cuando se consideran los sucesivos incrementos
de la cantidad de una mercancía, por más alta que sea la utilidad del consumo inicial, irá descendiendo gradualmente a cero. Hasta
qué punto se reduce la utilidad de las porciones depende de la cantidad total disponible. La utilidad relevante para el intercambio
de la mercancía es la que corresponde a la última porción disponible. Si la cantidad es suficientemente grande, la utilidad de la
última porción se reduciría hasta hacerse muy pequeña. Pero si es escasa en relación con las necesidades o gustos, la utilidad
correspondiente a la última porción aun será elevada, porque no se ha saciado completamente la necesidad. Este cálculo sólo puede
hacerse porque se supone que las cantidades de los bienes vienen dadas (caprichosamente) y no son el resultado de la actividad
productiva del hombre.

El inconveniente es que la paradoja de Smith parecía plantear algo totalmente distinto. Mercancías = resultado de la actividad
productiva; cantidad = decisión tomada por los productores. La pregunta es otra: dado que el hombre puede producir cantidades
variables de cada mercancía, ¿cómo se determina el valor de cada una de ellas? Smith dice que el valor no puede depende del valor

54
Los productores eligen qué y cuánto producir comparando precios de costo (“precios naturales”) con los precios de mercado.
55
La cantidad de bienes está dada según las “dotaciones iniciales” arbitrarias.
56
Aíslan analíticamente el momento del intercambio.
57
Independencia entre el valor de uso y el valor de cambio. El valor de uso no condiciona la magnitud del valor de cambio.
58
Muy difícil ya que puramente individual y psicológica, por lo tanto, difícil de ser medida.
23
de uso, sino de la cantidad de trabajo requerida para su producción. Los marginalistas, a contramano de lo que sostenían Smith y
Ricardo, dicen que el valor de uso (utilidad de la última porción) determina el valor de cambio (relación de intercambio). Utilidad de
la última porción de agua  pequeña = hay abundante. Utilidad de la última porción de diamante  elevada = cantidad pequeña.
La utilidad relevante es la de cada parte del total disponible, de modo que la determinación que importa es la utilidad mediada por
la cantidad: la utilidad de la última porción disponible59. Jevons limita y fragmenta el valor de uso y luego formaliza su explicación
en un modelo matemático para explicar que la relación de cambio no está determinada por las condiciones de producción60, sino
por la cantidad y la utilidad de las mercancías disponibles en el ejercicio del intercambio puro.

Objetivo de la economía: Smith  comprender el origen de la riqueza; Ricardo  su distribución entre las clases sociales;
Marginalistas  cálculo del placer y del dolor (Jevons). Determinación del valor como determinado por las leyes del disfrute
humano. “Trabajamos para producir con el único objetivo de consumir, y las clases y cantidades de bienes producidos deben
determinarse con respecto a lo que queremos consumir. La teoría de la economía debe iniciarse con una teoría correcta del
consumo”. Problemática de la teoría económica  el consumo. Valor de las mercancías  reflejo de la satisfacción que
proporcionan en el consumo61. Teoría clásica-producción capitalista  actividad regida por el afán de lucro, búsqueda ciega de
ganancia que conduce al bienestar común. Marginalistas  actividad guiada por las leyes del disfrute humano, proceso que viene
a satisfacer esas necesidades y esos deseos.

Utilidad como determinante del precio de los productos intercambiados  se remonta a los mercantilistas. + intuitiva  se vende,
se compra, se intercambia instintivamente, comparando el “placer perdido” al desprenderse de un bien, con el placer ganado por
consumirlo. Es arcaico, pero realizan el primer intento de asociar cuantitativamente, de manera precisa, los precios de las
mercancías con sus utilidades (a través del estudio de la utilidad de cada porción). La dificultad de esta tarea está en cuantificar y
hasta medir la utilidad de un bien y hasta de cada parte de una misma mercancía.

Jevons, Ley de la utilidad decreciente. Llama a cada parte “incremento” = a cada incremento a partir del segundo, le corresponde
una utilidad menor al anterior. A la utilidad de cada incremento lo denomina “grado de utilidad”. La utilidad del primer incremento
es infinitamente alta, entonces la utilidad total es infinita. Siempre, cada incremento adicional, tendrá una menor utilidad que el
anterior  ley de variación del grado de utilidad. Lo importante para el fenómeno del precio no es la utilidad total de una mercancía
(suma de todos los grados de utilidad), sino la utilidad correspondiente a la última adición consumida “grado final de utilidad”
de aquí sacan su nombre los marginalistas, ya que la utilidad correspondiente a la última unidad consumida también puede llamarse
utilidad en el margen o utilidad marginal: “Podemos sentar como ley general que el grado final de utilidad varía con la cantidad de
mercancía, y, en última instancia, disminuye a medida que esa cantidad aumenta”. Ley de utilidad marginal decreciente62 = el valor
se determina puramente en el intercambio, causalmente antes de la producción63.

Modelo de intercambio (Jevons) = supone que intervienen en el cambio sólo dos mercancías, que se intercambian una por la otra
según una relación de predeterminada de una unidad a cambio de una unidad. ¿Cuál será el comportamiento de un individuo
cuando se propone intercambiar las cantidades de cada bien que posee originalmente en cantidades dadas? Cambio uno a uno 
cálculo del placer y el dolor = entregar una unidad, de modo tal que la utilidad que se pierda sea menor que la que gane  es un
intercambio provechoso. Así se pasa a un punto con nuevos grados de utilidad de la última unidad. El proceso de intercambio
prosigue, hasta llegar a un punto donde se detiene con una máxima ventaja. Los grados finales de utilidad de ambas mercancías
coinciden. Piedra angular de la teoría económica: “La relación de intercambio entre dos mercancías cualesquiera será el recíproco
de la relación entre los grados finales de utilidad de las cantidades de mercancía disponibles para el consumo después de completado
el intercambio”. Esta es la mima conclusión que ofrecen los tres marginalistas en base a ejercicios similares de intercambio puro:
las utilidades marginales determinan las relaciones de cambio. Jevons = grado final de utilidad; Walras = intensidad de la última
necesidad satisfecha; Menger: utilidad límite.

Walras: el precio de venta de los productos se determina en el mercado de productos en razón de la utilidad de su cantidad. Utiliza
una paradoja similar a la del agua y el diamante para contradecir a Smith. “El valor que un bien tiene para un sujeto económico es
igual a la significación de aquella necesidad para cuya satisfacción el individuo depende de la disposición del bien en cuestión. La

59
Se basa en supuesto de que las cantidades de las mercancías “no producidas”, vienen dadas de antemano.
60
Eliminadas axiomáticamente del planteo del problema.
61
Totalmente diferente a lo que planteaba Smith de que el valor está llamado a reflejar las condiciones de producción de cada bien (trabajo).
62
Pilar y fundamento de la teoría marginalista del intercambio puro (según Jevons).
63
“… teoría del intercambio. Encuentro tanto posible como deseable tomar en consideración este tema antes de introducir ningún concepto
relativo al trabajo o a la producción de mercancías.” Jevons.
24
cantidad de trabajo no tiene ninguna conexión directa y necesaria con la magnitud de ese valor. En la vida práctica nadie se pregunta
por la historia del origen de un bien; para valorarlo sólo se tiene en cuenta el servicio que puede prestar o al que habría que renunciar
en caso de n o tenerlo. Las cantidades de trabajo o de otros medios de producción empleados para conseguir un bien no pueden ser
el elemento decisivo para calcular su valor”.

El primer inconveniente que presenta la justificación de Jevons, es que su prueba se analiza en el comportamiento de un solo
individuo que cuenta con dos mercancías, no puede incluir a todos los individuos y a todas las mercancías. A su vez, sólo sirve para
determinar el valor de los bienes de consumo directo y no de todas las clases (insumos y factores de producción). Parte de suponer
que la relación de cambio ya está fijada (uno por uno en el ejemplo) para analizar luego el comportamiento del individuo; si bien
obtiene la combinación que proporciona la máxima utilidad, no logra deducir la relación de cambio. Demuestra cuáles son las
cantidades comerciadas según el principio de utilidad marginal, tomando como dada la relación de cambio. Pero pretendía explicar
lo contrario: la relación entre las utilidades marginales que determina la relación de cambio de las mercancías.

Otra dificultad es que no logra demostrar que la cantidad demandada de A es igual a la cantidad ofrecida de B y que la cantidad
demandada de B es igual a la cantidad ofrecida de A. No garantiza que los individuos que poseen el bien A estén efectivamente
dispuestos a intercambiar exactamente la cantidad requerida por el deño de B, ya que su propio intercambio óptimo dependerá de
sus particulares funciones de utilidad. Los mercados no necesariamente se vacían.

Walras (más ambicioso): comienza desde el mismo planteo, pero se propone generalizar la explicación hasta abarcar la
determinación simultánea de los precios de todas las mercancías mediante la participación de todos sus dueños. Intenta explicar
cómo los precios se ajustan para alcanzar el equilibrio, tendencia conectada con la utilidad marginal. Construye una “curva de
demanda” para cada mercancía: la cantidad demandad por un individuo depende inversamente de su precio mayor precio, mayor
demanda); y una curva de oferta64, dependiente directamente del precio (a mayor precio, mayor oferta). Oferta: cantidad de masa
total de cada mercancía que el individuo posee y está dispuesta a entregar a cambio de otras (“antidemanda”)  sustancialmente
diferente a la oferta de la economía clásica65. El que ofrece es el productor, ya que no desean ni necesitan su propio producto, ya
que el mismo carece en general de utilidad para él. La definición marginalista de la oferta es peculiar, hecha a la medida de sus
necesidades “sin producción”  detalle no menor, ya que es una de las características preponderantes de las economías capitalistas,
producir para obtener ganancias. Irradia una falta imagen del intercambio como si consistiera en entregar cosas que se valoran por
menos por otras que se valoran más, como si en el capitalismo no fueran las empresas las que deciden qué producir, sino que el
núcleo estuviera en los consumidores que cambian entre sí. “Planes de intercambio” ley de establecimiento de los precios de
equilibrio66: “que la demanda efectiva de cada una de las mercancías sea igual a su oferta efectiva. Si no se da, es necesario un alza
en el precio de la mercancía con demanda efectiva superior a la oferta, y una reducción en el precio de aquella con oferta superior a
la demanda”. El precio relativo deberá modificarse hasta que el mercado se vacié: cuando oferta y demanda se igualan. Cuando se
encuentra el equilibrio, explica la causa de la demanda de cada mercancía  la utilidad marginal: “las curvas de utilidad y las
cantidades poseídas son los elementos necesarios y suficientes para la determinación de los precios corrientes o de equilibrio”.
Entonces, la intensidad de la última necesidad satisfecha se convierte en la causa del valor de cambio, proporcional a ésta. Luego,
se aboca a estudiar el problema del intercambio de varias mercancías, para lo que formula el “teorema del equilibrio general”.
Cuando se estudian sólo dos mercancías, se asegura que el exceso de demanda de un mercado será siempre igual al exceso de
oferta en el otro (verdad algebraica)  las magnitudes de los excesos de demanda y de los excesos de oferta son, por fuerza,
siempre iguales. Esta situación se corregirá a través de un ajuste. (Pág. 148) El incremento del precio de una mercancía significa la
caída del precio de la otra, lo que contribuye a reducir los excesos de oferta y de demanda recíprocos, proceso que continúa hasta
alcanzar el equilibrio. En un mercado en el que confluyan numerosos individuos, para que el mecanismo funcione, se supone que
no deben realizarse transacciones antes de que se alcance el precio de equilibrio. Primero debe calcularse el precio de equilibrio
(que iguala la oferta con la demanda) y después puede realizarse todo junto, el intercambio entre todos los participantes.

64
No proviene de la producción, ya que las mercancías se encuentran “mágicamente” en poder de sus dueños.
65
Y a la oferta real de mercancías en una economía capitalista.
66
Contempla sólo dos mercancías, al igual que Jevons.
25
Cuando se comparan tres mercancías, si se fija un precio relativo para cada mercado (AB-AC-CB), no puede afirmarse que se haya
alcanzado un genuino “equilibrio general” Porque puede ocurrir que se presenten “posibilidades de arbitraje”67: descalibran el
equilibrio inicialmente logrado y dando lugar a la obtención de ganancias espurias. Para evitar esto, introduce un artificio que
denomina como “numerario”: mercancía en términos de la cual se expresan los precios de todas las demás  una mercancía que
por decreto tiene un precio absoluto, que le agrega al sistema anterior la condición de no arbitraje. Contando con ecuaciones de
equilibrio en todos los mercados, más ecuaciones de no arbitraje, más la ecuación que dice que el precio del numerario es igual a
uno, construye un sistema de ecuaciones cuya resolución proporciona los precios de equilibrio de todas las mercancías  “equilibrio
general”. Se demuestra que un conjunto de precios puede vaciar todos los mercados (igual que en el modelo de intercambio puro
general). Y como las curvas se fundan en la utilidad marginal, quedaría probado que la causa de los precios es justamente ella. El
tema de los precios en continuo movimiento no configuraba una dificultad para el sistema clásico, ya que los precios de mercado
se definían como en permanente oscilación en torno a los precios naturales. En cambio, en el sistema marginalista, la imposibilidad
de obtener precios de equilibrio únicos que igualen todas las ofertas y demandas, significa la ruina de la teoría del valor fundada en
el intercambio puro (si el mercado no se comporta como el modelo, no se puede decir que los precios tienen este fundamento):
“Este problema del intercambio de varias mercancías, es el mismo que se resuelve empíricamente en el mercado por el mecanismo
de la competencia”. El mundo funciona como el modelo matemático, aunque para reconciliarlos introduce el proceso de “regateo”.
Las mercancías están disponibles en cantidades fijas y todo comienza cuando los precios de los bienes se fijan a azar, se expresan
en términos del numerario y se anuncian a viva voz. Pero, ¿quién los establece al azar y quién los vocea? Además, supone que los
individuos calculan sus ofertas y demandas a esos precios y que el intercambio tiene lugar sólo si se igualan en todos los mercados.
Pero, ¿cómo se calculan esas magnitudes totales y quién impide que los individuos se lancen a cambiar de todos modos a precios
falsos? También se sostiene que como oferta y demanda no coinciden los precios se ajustan y los precios se vocean de nuevo, ¿quién
recibe todas las órdenes de compre y venta, calcula los totales, aplica los cambios de precios y los vocea nuevamente (sin que aún
se haya cambiado una mercancía)?

Estas dificultades explican por qué sus seguidores introducen a sus supuestos la figura del “rematador walrasiano”68: protagonista
del proceso de regateo, sin ser poseedor de ninguna mercancía; vocea los precios, recibe pedidos y ofertas, los suma, los concilia,
examina la situación de cada mercado, etc. Y permite que se intercambie, sólo cuando se han alcanzado un conjunto de precios que
garanticen el equilibrio general. La existencia del rematador es una necesidad analítica para hacer consistente el modelo de
intercambio puro y la determinación del valor en el mercado.

Consecuencias de la teoría del valor en comparación del sistema clásico: “llamo riqueza social al conjunto de cosas material o
inmateriales escasas, que son útiles, pero existen a nuestra disposición en cantidades limitadas, valiosas e intercambiables. Una vez
que las cosas son escasas, se establece entre las mismas una relación independiente de la utilidad directa que tengan, cada una
adquiere la facultad de cambiarse entre sí en tal o cual proporción determinada” (Walras). Aquí hay un punto coincidente entre
ambas escuelas: valor en el marginalismo  utilidad + limitación de la cantidad. Pero estos dos atributos indudablemente han
reunido los bienes en todas las épocas. ¿Cómo es posible que la escasez haya existido siempre y el valor de cambio sólo haga su
aparición en determinadas circunstancias históricas? Similar a lo que sucedió a Smith, cuando termina naturalizando a la mercancía
como propensión natural del hombre69 (Pág. 152). La investigación sobre las características privativas del capitalismo va siendo
abandonada en aras de la completa naturalización de todas las formas sociales del presente (Por ejemplo, cuando Ricardo llama
capital a los instrumentos del cazador primitivo). El marginalismo, definiendo al valor como consecuencia de la utilidad y limitación,
avanza un paso más en la naturalización de la mercancía y de la economía capitalista en su conjunto. Pareciera que la alusión a
civilizaciones pasadas fuera un excepción, pero justamente se emplea en función de hablar de capitalismos arcaicos o características

67
Transacciones fuera de los precios de equilibrio (“transacciones falsas). Estos intercambios llevan a un proceso de perpetua oscilación que
impide alcanzar el equilibrio, ocasionando una redistribución de las ganancias del cambio provocado por los individuos que compran para vender,
no para maximizar la utilidad del consumo, sino para aprovecharse de las oportunidades de los precios.
68
“Agentes tales como los agentes de cambio, corredores de comercio o voceadores que las centralizan, de forma tal que ningún cambio tiene
lugar sin que sus condiciones sean anunciadas y conocidas y sin que los vendedores tengan la oportunidad de rebajar sus precios y los compradores
de aumentarlos” (los mercados con rematador son los más perfectos).
69
Mientras se dice que la mercancía acompaño al hombre en épocas remotas, Smith al mismo tiempo debe negarlo para reconocer el carácter
mercantil exclusivamente a la sociedad actual.
26
capitalistas que “existieron desde siempre”.70 Como el análisis de la mercancía es incapaz de captar lo que tiene de histórica y
particular, se deduce que es inseparable de la especie humana. Smith concibe a las mercancías y al dinero y al capital) como
productos del instinto natural del hombre. Marginalistas: resultado ineludible de los atributos naturales e inmutables de las cosas
mismas71.

Del valor de los bienes de consumo al valor de los medios de producción

Teoría marginalista del valor + teoría marginalista de la distribución = conjunto de leyes que rigen la determinación del salario, la
ganancia y la renta no hay un acuerdo entre los primeros tres marginalistas, como sí lo hicieron sobre la utilidad marginal).

Menger, es el más meritorio teóricamente al respecto  el sistema de precios abarca sólo una parte de los bienes, qué pasa con
los que fueron excluidos, los que no son deseados de la misma manera que las mercancías que acabamos de analizar, porque son
incapaces de satisfacer necesidades o deseos de los hombre de manera directa: el trabajo y los medios de producción (incluidas las
materias primas). Distingue: “bienes de primer orden” los que sirven para la satisfacción inmediata de nuestras necesidades.
“Bienes de segundo orden” aquellos aunque no puedan satisfacer inmediatamente las necesidades humanas, pueden hacerlo de
forma mediata. “Bienes de tercer orden” los que contribuyen en la producción de los de segundo orden. A partir de los de segundo
orden, va denominando a todos aquellos insumos que intervienen en la producción de los bienes de consumo inmediato. Esta
distinción deja en claro un inconveniente del modelo marginalista: el modelo de intercambio puro no asocia los precios con su
utilidad marginal, porque los bienes de orden superior no sirven de nada en la esfera del consumo, sino que ingresan al proceso
productivo. Los insumos no intervienen, porque no satisfacen directamente ninguna necesidad. ¿Cómo se fija el precio de los bienes
que intervienen en la producción y no en el consumo, y cómo se asegura que el precio de ellos en conjunto no sea mayor que el
precio del producto en cuya fabricación participan?  relacionado con el hecho de que la utilidad es la única fuente de valor: “El
valor que tienen para nosotros los bienes de orden inferior no puede estar condicionado por el valor de los bienes de órdenes
superiores utilizados para la producción de los primeros. El valor de los bienes de órdenes superiores está condicionado por el valor
previo de aquellos bienes de órdenes inferiores a cuya producción sirve” (El valor del pan determina el de sus insumos). Dice que el
valor de los bienes de orden superior no está fijado por el valor de que tienen actualmente los bienes de orden inferior, sino por su
valor previsible en el futuro, pues el valor del producto sólo será fijado por las circunstancias del cambio. La producción ocurre antes
de la venta, y el precio del bien de primer orden puede variar entre el momento en el que se empieza la fabricación y en el que se
coloca en el mercado. Además, acepta que sobre la suma de los precios de los bienes de orden superior debe agregarse “un margen
para el valor de utilización del capital y de la actividad empresaria”: aparece mágicamente la ganancia del productor en el precio de
costo.

A su vez, observa que distintas combinaciones de bienes de orden superior sirven para obtener igual cantidad de un mismo bien de
orden inferior = el valor de cada uno no puede obtenerse como parte fija y proporcional del valor total del producto de consumo
que a su vez depende de su utilidad marginal. Soluciona todos estos problemas, diciendo que el valor de un determinado insumo
está dado por la diferencia entre las satisfacciones que se obtienen en el caso de utilizarlo y las satisfacciones (menores) que se
obtendrían en caso de emplear otros bienes de orden superior para producir el mismo artículo  el valor de todos los bienes
depende exclusivamente de la utilidad, sólo que es unos casos la dependencia es directa y en otros indirecta. Todos los fenómenos
del valor son siempre de una misma naturaleza, tienen el mismo origen y se rigen siempre por los mismos principios. Salario: se
regula por la magnitud de la significación que aquella satisfacción de necesidades de que nos veríamos privados si no dispusiéramos
de las correspondientes prestaciones laborales; lo mismo sucede con la renta de la tierra y el interés del capital. Cada uno de los
factores recibe una retribución en virtud de su contribución del proceso productivo, condicionada por el valor del bien final, dado a
su vez por su utilidad. Valor de los bienes de orden superior = incremento en la utilidad de los productos que se obtienen al
utilizarlos, al comprarla con la menor utilidad en caso de no tenerlos. El punto en común con la teoría del salario de Jevons y Walras
es que el precio final de las mercancías directamente consumibles es el que determina los precios de los factores de producción.
Agrega un segundo paso analítico a su anterior “teoría del intercambio” (la del equilibrio general), construyendo una teoría de la
producción”: las cantidades de tierra, trabajo y capital también están dadas. La producción de las mercancías intercambiadas en

70
Luego la alusión a sociedades salvajes es reemplaza por la más moderna fórmula de “Robinson Crusoe”.
71
Los objetos útiles, cuya cantidad es limitada (prácticamente la totalidad de los objetos) son naturalmente mercancías.
27
forma apura se realizan en base a determinadas combinaciones de estos tres factores - también tienen un precio de equilibrio,
en el cual aparece nuevamente la figura del rematador. Se invierte así el orden de determinación de precios y costos, que los
marginalistas atribuyen a la escuela Ricardo-Mill. La teoría de la utilidad marginal (en su versión walrasiana) permanece hasta el día
de hoy. En cambio la teoría de la distribución cae en desuso por sus propias falencias. (pág. 157)

28

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