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Teoría conductista: John Broadus Watson

Eylin Flórez Fandiño

Liz Paola Hernández Villa

Michell Ángela López Pallares

Universidad de la costa

Facultad de ciencias humanas y sociales

Programa de psicología

Memoria y Aprendizaje

Melissa Gelves

2019-1
John Broadus Watson (1878 – 1958)

Psicólogo norteamericano conocido por ser el fundador de unas de las escuelas de la psicología

conocida como el conductismo, publicando en 1913 un artículo titulado “Psychology as the behaviorist

views it”, reconocido por ser una propuesta de perspectiva diferente en el cual mencionaba a la

psicología como ciencia objetiva que estudiaba el comportamiento de los organismos, sin hacer ninguna

referencia a la conciencia (Rubén, 2013). Es decir, para Watson la conducta de los seres humanos y de

los animales se podía estudiar sin hacer énfasis a la conciencia, basándose únicamente en lo observado.

Asimismo, una de las características principales de la teoría conductista fue el ambiente,

refiriéndonos al entorno como alfarero que moldea la forma como actuamos. Con lo anterior se da

hincapié a la frase expuesta por Watson, la cual dicta:

“Dadme una docena de niños sanos y bien formados y mi mundo específico para criarlos, y yo

me comprometo a tomar cualquiera de ellos al azar y entrenarlo para que llegue a ser cualquier tipo de

especialista que quiera escoger: médico, abogado, artista, mercader y si, incluso mendigo y ladrón, sin

tener para nada en cuenta sus talentos, capacidades, tendencias, habilidades, vocación o raza de sus

antepasados” (Watson, 1930, p. 104).

Así, el aprendizaje es el resultado de las condiciones del medio ambiente, por ejemplo en un aula

de clase, el maestro crea un ambiente propicio para que el estudiante mantenga enfocada su atención y

les proporcione comportamientos adecuados, también, el aprendizaje se manifiesta como un cambio

conductual y esto lo observamos muy a menudo en el diario vivir, un docente para dar evidencia qué han

aprendido sus estudiantes, les aplica un examen; igualmente cuando vamos a estudiar, leemos un tema y

al final retroalimentamos para ver si realmente comprendimos la lectura (Gómez y Polonia, 2008).

Por ello, Watson propuso el paradigma (estimulo- respuesta), el estímulo es cualquier objeto

externo que pretende lograr una conducta o reacción; la respuesta es el resultado o reacción a este
estímulo. Es muy importante en pedagogía entender que esto no siempre es así, es decir, la respuesta no

siempre será igual en todos los alumnos porque cada uno de ellos tiene su propia individualidad, aunque

sea el mismo estímulo para todos. Además cierto estimulo que funciona satisfactoriamente con un grupo,

no siempre funciona para otro grupo; o los estímulos aplicados en otros años, quizá en la actualidad no

obtenemos los mismo resultados (Pellón, 2013).

Asimismo, Watson estudió las conductas de temor en bebés y niños pequeños, elaborando un

experimento con un infante llamado Albert B, utilizando técnicas de condicionamiento, lo cual logro que

el menor presentara temor a una rata blanca, que ante el primer contacto con este no producía miedo

alguno, con ello demostró que los niños pequeños no tenían temores a los animales como los gatos, ratas,

conejos, etc., esto se debía a que los menores aprendían del ambiente social en el que se encontraban,

luego en el segundo roce con el animal, Watson lo asociada a un ruido muy fuerte, que después de

varios ensayos, el niño desarrolló temor a la rata, temor que luego se generalizó a otros objetos peludos.

Así, este autor llegó a plantear que era posible, mediante un condicionamiento planeado y adecuado,

transformar a un niño ‘normal’ en cualquier tipo de persona que se desease.

Por ende, la pedagogía del aprendizaje no solo debe basarse en la teoría, sino también en darle

cavidad a la práctica y a la repetición de esa enseñanza, así se tendría un nivel de destreza, tomando

como ejemplo la formulación de cálculos, la ortografía, la pronunciación, entre otras. De esta manera, la

memoria juega un papel sumamente importante, puesto que, a medida en que la práctica y repetición

sean constantes a su vez, se irá desarrollando el aprendizaje, por ejemplo, “cuando un niño de preescolar

está aprendiendo a leer: su maestra le muestra el abecedario, pero va relacionando las letras con algún

objeto, animal o cosa.” (Acosta, Beltrán, Cuéllar, Castillo, Duarte, Gámez y Mendoza, 2011).
Referencias

Rubén, A. (2013). Los orígenes del conductismo, Watson y el manifiesto conductista de 1913. Revista

Latinoamericana de Psicología. Volumen (45), 315-319.

Watson, J.B. (1930). Behaviorism (rev.ed.). Newyork: Norton.

Manuel, G. y Néstor, P. (2008). Estilos de enseñanza y modelos pedagógicos: Un estudio con profesores

del Programa de Ingeniería Financiera de la Universidad Piloto de Colombia (maestría).

Universidad de La Salle, Bogotá.

Pellón, R. (2013). Watson, Skinner y algunas disputas dentro del conductismo. Revista colombiana de

psicología. Volumen (22), 389-399.

Acosta, I. Beltrán, L. Castillo, I. Cuéllar, S. Duarte, C. Gámez, M. Mendoza, J. (2011). El Conductismo

[Mensaje en un blog]. Recuperado de http://elconductismoequipo2.blogspot.com/

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