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Viajar por la ciudad

Buenos Aires es tan grande que la noción “cerca” y “lejos” tiene un sentido peculiar. Sin embargo, moverse
por sus 190 kilómetros cuadrados no es tan difícil: hay transporte de colectivos, taxis y remises las 24
horas del día.

Para experimentar la cultura de los coletivos (buses,


micros, etc.) hay que seguir los siguientes pasos:
esperar en la parada, tener monedas a mano, estirar
el brazo para parar el coletivo. Una vez arriba, poner
las moneda en la máquina, retirar el boleto y sentarse
si es posible.

Se puede ir de norte a sur, de este a oeste e incluso a


zonas suburbanas. Es barato y seguro.

Para ser pasajero de subte hay que bajar las escaleras, comprar una tarjeta en la ventanilla, poner la
tarjeta en una máquina y traspasar. Cuatro líneas van de la plaza de Mayo hasta los alrededores en forma
de abanico y una une dos de las estaciones de tren: Constitución al sur y Retiro al norte. Se puede hacer
combinaciones siguiendo las indicaciones de los carteles que marcan la línea (A, B, C, D y E) y el sentido
mediante el nombre de la estación terminal. Es barato, muy rápido y seguro.

Los trenes son la opción más rápida para ir hacia la periferia. El sistema es similar al del subte y según las
zonas, más o menos seguro.

Para comodidad, taxi o remís. Los taxis son amarillo y negro y recorren de a cientos la ciudad. Conviene
tener cuidado, preguntar cuánto costará el viaje antes de comenzar, mirar el reloj que marca el gasto y
también trabar bien todas las puertas. Los remises se llaman por teléfono, no tienen color identificatorio,
cuestan lo mismo y son algo más seguros.

La opción “bicicleta” es la más aventurera. Para pasear por los lugares apropiados la elección es buena,
pero moverse por la ciudad, es casi turismo aventura. El tránsito de Buenos Aires es abundante y no muy
ordenado, sin embargo los ciclistas se multiplican.
Julio Cortázar, entre el cielo
y la tierra
Por esas cosas del destino, Julio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914 en Bruselas, donde sus padres
cumplían un destino diplomático. Llegó a la Argentina a los cuatro años.
Pasó la infancia en los alrededores de Buenos Aires, se graduó como maestro de
escuela e inició estudios en la Universidad de Buenos Aires, pero los debió
abandonar por razones económicas. Primero trabajó en varios pueblos del interior
del país y luego enseñó en la Universidad de Cuyo pero renunció a su cargo por
ideas contrarias al peronismo.

En 1951 se alejó de nuestro país y desde entonces trabajó como traductor


independiente de la UNESCO, en París, y viajó constantemente dentro y fuera de
Europa.
Admiró al Che Guevara y apoyó causas sociales.

Cortázar publicó numerosos cuentos y algunas novelas, la más famosa, “Rayuela”


que cuenta la historia de un grupo de amigos en París que intentan evadirse de la
realidad. La historia puede leerse capítulo tras capítulo o con otra secuencia
según decida el lector.

Murió en 1984, meses después de haber visitado Buenos Aires.

Fue un escritor de estilo refinado, preocupado por la estructura de sus obras. Escribió todos los géneros y
defendió fuertemente sus ideas.

Principales obras: Los reyes, Bestiario, Final del juego, Las armas secretas, Rayuela, Todos los fuegos el
fuego, Historia de cronopios y de famas, El libro de Manuel, Queremos tanto a Glenda.

Para más información: http://www.juliocortazar.com.ar/

¿Querés escuchar su voz?


Mafalda
Esa nenita (niñita) de pelo negro que criticó tanto el mundo adulto por su lógica ilógica, su tendencia
belicista, su corrupción, sus valores materiales, su machismo y su hipocresía nació, increíblemente, para
una publicidad.

Quino (Joaquín Lavado) creó la tira de Mafalda para promocionar electrodomésticos. Encontró su nombre
en una novela y sólo después de muchos años supo que pertenecía a una princesa italiana que murió en
un campo de concentración.

Era tan evidente que la tira tenía intención publicitaria que ningún diario aceptó publicarla. Pero su amigo
Julián Delgado, de la revista “Primera Plana” se animó y fue un éxito.

Quino nunca se pensó a sí mismo como un crítico del mundo y tampoco pretendió transformarlo. Pero
Mafalda, con sus pocos años, su claridad de pensamiento y su espontaneidad para expresarlo, lo superó.

Aunque no produjo transformaciones puso en duda todo: “Entonces, eso que me enseñaron en la
escuela…”

Ver:

www.turning-pages.com/mafalda
Sitio oficial de Quino: http://www.quino.com.ar/

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