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///-C U E R D O:
Por otra parte, aseguró que el rechazo por parte de la Cámara del recurso,
expresando que no se encuentra previsto en los supuestos admitidos por el
art. 477 del CPP, es una afirmación inexacta, pues en su primer inciso lo
admite cuando se invoque la inobservancia o errónea aplicación de la ley
sustantiva, siendo ése el vicio invocado, pero que también se pasó por alto.
Entendió que si se hubiera aplicado el art. 23 del CP según texto vigente a la
fecha del ilícito, ese decomiso nunca hubiera podido decretarse contra un
tercero no responsable, de ahí su nulidad y el fundamento de la acción
reivindicatoria.-
Relató que los fundamentos del recurso de inaplicabilidad de la ley, los del
recurso de casación y los de esta impugnación extraordinaria, son
esencialmente los mismos, porque se trata de la violación a los derechos
fundamentales de acceder a la justicia, a la defensa, a que se respeten las
reglas del debido proceso y a la garantía de la propiedad, que fueron
negados. Coligió que el mismo juez -Dr. Martín F. Carbonell- intervino en
ambos pronunciamientos de los años 2005 y 2015, por lo cual es suficiente
motivo para invalidar el fallo del 4/5/15 por violar la garantía de
imparcialidad objetiva, en razón de la vehemente sospecha de que por la
misma actividad realizada por el juez, derivada de la función que por ley
procesal y la decisión de la Sala Civil del Superior Tribunal le tocó cumplir.
Indicó que evidentemente ha inclinado a confirmar la sentencia
condenatoria que pronunció con anterioridad, como reitera en sus
argumentos, omitiendo mencionar algo en los fundamentos del rechazo del
recurso sobre esta delicada situación, no habiéndose salido de su discurso
ritualista sobre la procedencia formal del recurso ni el Fiscal ni la Cámara de
Casación, pareciéndose -fustigó- que la saga de este proceso ya parece un
laberinto kafkiano que concluye con la arbitraria denegación del acceso a la
justicia.-
IV.- Elevadas las actuaciones a esta Alzada y corrido traslado a las partes, el
representante legal de la firma “Del Rubio y Hunmendi SRL”, al contestarlo
(fs. 445/450), luego de ratificar y remitirse a los argumentos expuestos en el
recurso de queja, tildó de arbitrario el proceder del Tribunal a quo de
Concordia, en lógico encadenamiento con los fundamentos de su fallo
condenatorio contra María (rectius: “Mario”) Yedro y el decomiso del
campo de propiedad de su mandante, que no tuvo ninguna intervención en
la causa penal. Sostuvo que al quedar radicada la acción reivindicatoria en
dicho tribunal penal, no la consideró como acción autónoma, sino que la
acumuló y unificó prácticamente en la causa penal “Yedro, Mario Alberto y
Torres Silvia Yolanda s/enriquecimiento ilícito” y, como consecuencia de
ello, a pesar de haber comparecido el 9/2/15 a los autos “Delrubio y
Hunmendi SRL c/Gobierno de la Provincia de Entre Ríos s/acción
reivindicatoria” como apoderado de la actora en dicho expediente,
adjuntando poder general, constituyendo domicilio legal, solicitando se le
otorgue la participación correspondiente y se le preste el expediente, se
hizo caso omiso de dicha presentación, no tendiéndosela en cuenta ni
notificándoselo de ningún acto procesal, presentando un nuevo escrito
poniendo a disposición del Tribunal copia del anterior, el cual tampoco fue
proveído, presentando un tercer escrito.-
Añadió que el fallo que se recurre invoca, para fundar y mantener la eficacia
del decomiso, el citado artículo según redacción de la ley 25.188 del
1/11/99, silenciando significativamente la argumentación de su parte en la
demanda sobre la inaplicabilidad de dicho texto legal por ser posterior al
hecho delictuoso, en efecto -sostuvo- el enriquecimiento ilícito por el cual
fue condenado Yedro se concluyó en julio de 1999, por tanto, la entrada en
vigencia del nuevo texto del art. 23 del Código Penal, en consecuencia, se
tiene que regir por el texto de dicha norma según ley 23.007, y que es el
más benigno, porque establece que el decomiso no procede cuando los
efectos provenientes del delito pertenecen a un tercero no responsable,
que en este caso es la firma Del Rubio y Hunmendi SRL.-
Referenció que el juez que suscribe la sentencia del 4/5/15 del Tribunal
Penal de Concordia que rechaza la acción reivindicatoria, Dr. Martín F.
Carbonell, es el mismo juez que también suscribió la sentencia del 18/12/05
de la Sala Primera en lo Penal de la Cámara de Apelaciones de Concordia,
por la cual se condenó a Mario Alberto Yedro a la pena de tres años de
prisión condicional, multa de $ 90.000 e inhabilitación absoluta por el
término de diez años como autor material y responsable del delito de
enriquecimiento ilícito de funcionario público y que ordenó el decomiso.-
Observó que el mismo juez que ordenó el decomiso del campo que estaba a
nombre de una tercera persona, una sociedad de responsabilidad limitada
legalmente constituida y que era ajena al proceso penal, resuelve ahora
esta acción reivindicatoria promovida por dicha firma Del Rubio y
Hunmendi SRL, que impugna el despojo que ilegalmente había sufrido de su
propiedad, rechazando la acción con los mismos argumentos con que
decretó el decomiso, pasando por arriba nuevamente la existencia jurídica
de dicha sociedad, provocando ello una flagrante violación de derechos
fundamentales garantizados por nuestra Constitución Nacional y tratados
internacionales, lesionándose el derecho de defensa de su representada y
el derecho a ser juzgada esta acción por un tribunal objetivamente
imparcial.-
Expresó que es evidente que la norma prohíbe realizar actos que aumenten
considerablemente el patrimonio y que todos los bienes, cualquiera sea su
naturaleza, que se hallen contenidos dentro del incremento ilícito son
“efectos” del delito, independientemente de si se demuestra que lo han
adquirido por sí -como persona física de propia mano- o a través de
“persona interpuesta” (extraneus), intervención de terceros que solo tendrá
importancia en la imputación a título de partícipe por la restricción autoral
derivada de la naturaleza de infracción al deber o competencia institucional,
agregando que, así como ninguna trascendencia tiene que la estructura de
un tipo de “recogida”, suponga la comisión de otros ilícitos contra la
Administración Pública o “Fe” Pública, en concurso aparente, y que retoman
su significación en tanto se descubran, vgr.: Cohecho, Peculado, etc.;
tampoco la tiene el grosero intento de inocular los efectos de la ilicitud
culpable, con la argucia de la cesión gratuita de las cuotas sociales a las
hijas menores.-
Afirmó que quedó demostrado con valor de cosa juzgada que Yedro fue
quien materialmente realizó el ilícito -con su cónyuge como extraneus- y de
allí el legítimo decomiso, reforzando los argumentos vertidos la legitimidad
de lo decidido oportunamente, pero que tiene carácter inconmovible por la
cosa juzgada y la no concurrencia de ninguna de las causales de la acción de
revisión, de allí -entendió- la radical inadmisibilidad de lo planteado. Reiteró
que existe un segundo fallo también firme y con autoridad de cosa juzgada
que demuestra el yerro mayúsculo del intento reiterado, que es el que
dictara el Tribunal de Nogoyá condenando a Yedro por el delito de
Usurpación, que impuso pena en firme al unificarlo con la anterior
condicional, confirmado luego. Adujo que en dicho fallo quedó firme que
Yedro realizó el injusto de despojo al no acatar la orden de que el Estado
tome posesión del inmueble decomisado, que acaeció el 15/9/08,
confirmando la legitimidad de la constitución del dominio estatal y de la
inscripción registral consecuente, los que de nuevo fueron puesto en crisis
por el hoy “demandante” en la “acción contencioso-administrativa”, que fue
declarada inadmisible, y quedó firme al rechazársele el recurso de
inaplicabilidad de ley.-
Así voto.-
Atento al modo en que se resuelve la cuestión anterior, las costas deben ser
impuestas a la demandada Provincia de Entre Ríos que, a través de toda
esta extensa tramitación ha resistido la adecuada restauración del proceso y
en virtud del principio elemental del proceso -costas a la parte vencida- que
consagra el art. 585 del Cód. Proc. Penal, dejándose constancia que no se
regulan honorarios de los profesionales actuantes, en razón de no haber
sido ello expresamente peticionado (cfme.: art. 97, inc. 1º, Dec.-ley Nº
7046/82, ratif. por Ley Nº 7503).-
Así voto.-
DANIEL O. CARUBIA
S E N T E N C I A:
SE RESUELVE:
DANIEL O. CARUBIA