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Facultad de ciencias Económicas, Administrativas y

Contables

ESCUELA PROFECIONAL DE ADMINISTRACION

ASIGNATURA: F
ADMINISTRACION PÚBLICA

DOCENTE:
A
C
ATOCHE PACHERRES, Jorge Hernán

ALUMNOS:

CASTILLO RIVADENEIRA María


DÍAZ MEGO Roberto E
QUIÑONES ISIQUE Cesar Julián
PEREZ MENDOZA Jhony Armando
ZAPATA CASTRO Erick Joao A
CICLO:

VIII C
Contenido

CHARLES-LOUIS DE SECONDAT- BARON DE MONTESQUIEU......................................... 3


BIOGRAFIA ....................................................................................................................................... 3
OBRAS.............................................................................................................................................. 4
INFLUENCIA ..................................................................................................................................... 5
OBRA MAESTRA............................................................................................................................... 7
EL ESPIRITU DE LAS LEYES ............................................................................................... 7
LIBRO SEGUNDO.......................................................................................................................... 7
DE LAS LEYES QUE SE DERIVAN DIRECTAMENTE DE LA NATURALEZA DEL GOBIERNO .............. 7
LIBRO TERCERO ........................................................................................................................... 9
DE LOS PRINCIPIOS DE LOS TRES GOBIERNOS ............................................................................ 9
BIBLIOGRAFIA ................................................................................................................................ 12
LINKOGRAFIA................................................................................................................................. 12
CHARLES-LOUIS DE SECONDAT- BARON DE
MONTESQUIEU

BIOGRAFIA

Charles de Secondat - Baron Montesquieu nació el 18 de enero de 1689 en el


castillo de la Brède, cerca de Burdeos (Francia), en el seno de una familia de
magistrados bordeleses. Sus padres le ingresaron en el colegio de oratorianos
católicos Juilly y, posteriormente, siguió con la tradición familiar para estudiar
Derecho.

Pertenecía a una familia noble en la que era tradicional que los varones ocuparan
altos cargos relacionados con la Justicia. Por eso desde niño se le orientó hacia
los estudios jurídicos (relacionados con el Derecho y las leyes).

A los siete años se quedó huérfano de madre, por lo que su educación estuvo a
cargo de su padre, que era magistrado (juez). En 1700 fue enviado a estudiar a
una famosa escuela situada en los alrededores de París; cinco años después,
regresó a Burdeos y empezó a estudiar Leyes.

Se licenció en Derecho en 1708, y al año siguiente viajó de nuevo a París, con el


deseo de ascender en su carrera política y judicial. Tras la muerte de su padre,
ocurrida en 1713, volvió a Burdeos y fue nombrado consejero en el parlamento de
esa región (1714).

Se casó en 1715 y, al año siguiente, heredó de un tío suyo el título de barón de


Montesquieu, nombre con el que habría de pasar a la historia (aunque también
poseía el título de barón de La Brède).

Pronto fue conocido por su amplia cultura, que le permitió su ingreso en la


Academia de Ciencias de Burdeos (1717). Por aquel tiempo, se dio a conocer
como escritor e intelectual por medio de algunos libros de carácter científico.

Pero la obra que le hizo famoso fue Lettres persanes (Cartas persas, 1721),
publicada de forma anónima en Amsterdam. Montesquieu se había retirado a esa
ciudad holandesa para dedicarse a escribir y a realizar estudios humanísticos,
pues había descubierto que estas materias le interesaban más que las Ciencias.

Cartas persas era una obra muy valiente y arriesgada para su época, ya que en
ella Montesquieu criticaba a las autoridades políticas y religiosas. Pero fue un libro
muy bien recibido, que le permitió introducirse en los principales círculos
intelectuales de París.

Se decidió, entonces, a vivir sólo de sus obras literarias y filosóficas. En 1726 dejó
su cargo político en Burdeos y, ya convertido en uno de los grandes escritores de
su tiempo, fue elegido miembro de Academia Francesa (1728).

A partir de 1728 viajó por numerosos países de Europa, estudiando sus leyes y
sus costumbres políticas. Visitó Austria, Italia, Alemania y Holanda, y se estableció
durante dos años en Inglaterra (1729-1731).

A su vuelta a Francia, siguió escribiendo diferentes obras, muchas de ellas


basadas en los conocimientos que había adquirido a raíz de sus viajes. En 1748
publicóL'esprit des lois (El espíritu de las leyes), obra que habría de darle fama
universal. Luego colaboró en la Enciclopedia con otro trabajo de gran calidad:
Essai sur le goût(Ensayo sobre el gusto).

OBRAS

La obra literaria y filosófica del barón de Montesquieu es un auténtico monumento


a la Razón. Está basada en el pensamiento racional: el autor investiga y saca sus
conclusiones teniendo en cuenta sólo su capacidad de razonar. Esto supuso en su
tiempo una auténtica revolución, pues hasta entonces nadie se había atrevido a
razonar prescindiendo de las creencias religiosas.

Su interés por todo tipo de conocimientos y saberes le convierte en uno de los


mejores ejemplos del espíritu ilustrado y enciclopédico. Colaboró, en efecto, con
ese proyecto monumental desarrollado por los intelectuales franceses del siglo
XVIII: la Enciclopedia. En esta obra pretendían incluir todos los conocimientos del
ser humano, enfocados desde la luz que arroja la Razón (es decir, sin tener en
cuenta las creencias religiosas).

Una de sus principales obras es Cartas persas (1721), una sátira de la vida en la
corte y en París, donde Montesquieu afirma que las ideas políticas y religiosas que
dominan esa vida pública están anticuadas, y propone numerosas reformas
sociales y culturales. Utiliza un recurso muy ingenioso para presentar sus críticas:
los distintos aspectos de la sociedad son contemplados por unos personajes
extranjeros, procedentes de lugares en los que son muy distintas las costumbres y
las formas de vida. Gracias a este procedimiento, Montesquieu pudo expresar sin
miedo sus críticas: en las Cartas persas, son esos personajes extranjeros los que
analizan la sociedad y la política que descubren con extrañeza en Francia.

Reflexiones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1734)


es un estudio de la historia, las leyes y la política del Imperio Romano.
Montesquieu, como buen ilustrado, elogia los gobiernos basados en la razón y la
inteligencia, y critica a aquellos pueblos que se dejan gobernar por las ideas
religiosas.

Pero su obra maestra es El espíritu de las leyes (1748), uno de los libros
fundamentales del período conocido como Ilustración. El escritor francés estudia
las leyes de los diversos pueblos del mundo, con la intención de descubrir las
razones que han llevado a los hombres a fijar dichas leyes. En esta obra aparece
la aportación más importante de Montesquieu a la política contemporánea. Aquí
analiza las tres principales formas de gobierno (república, monarquía y
despotismo) donde sostiene que debe darse una separación y un equilibrio entre
los distintos poderes: quienes juzgan (el poder judicial), quienes gobiernan (el
poder ejecutivo) y quienes hacen las leyes (el poder legislativo) deberán ser
independientes, para que no haya presiones de unos sobre otros.

Otras obras de Montesquieu son: Observaciones sobre la historia natural (1721),


Viajes (1731) y Reflexiones sobre la monarquía universal (1734).

La mayoría de sus escritos fueron censurados por la Iglesia Católica e incluidos en


el Index Librorum Prohibitorum, que indica los escritos catalogados como
perniciosos para la fe.

INFLUENCIA

 Sobre las ideas de Montesquieu se apoyan todos los estados democráticos


actuales. Gracias a su pensamiento, hoy se admite sin discusión que, para
que haya libertad, los jueces tienen que poder dictar sentencias sin que
intervengan en sus decisiones los parlamentarios y el Gobierno.

 En el Río de la Plata el periódico Semanario de Agricultura (1802) y el


Correo de Comercio (1810) sirvieron como medios de difusión de las ideas
de Montesquieu y de Rousseau, fermento de lo que luego sería la
Revolución de Mayo de 1810, inicio a la emancipación de América Latina.
 Montesquieu también era tenido en alta estima en las colonias británicas en
América como un campeón de la libertad (aunque no de la independencia
norteamericana). El estudioso de la política Donald Lutz ha descubierto que
Montesquieu era la persona más comúnmente citada en temas de gobierno
y política en la América británica colonial pre-revolucionaria, siendo citado
por los fundadores norteamericanos más que ninguna otra fuente, con
excepción de la Biblia. George Washington y Benjamin Franklin, por
ejemplo, sentían devoción por Montesquieu.

 Luego de la Revolución estadounidense, las obras de Montesquieu


continuaron ejerciendo una poderosa influencia en muchos de los
pensadores y fundadores de los Estados Unidos, particularmente James
Madison de Virginia, uno de los padres de la Constitución. La filosofía de
Montesquieu en el sentido que «debe establecerse un gobierno de forma tal
que ningún hombre tenga miedo de otro» fueron un recordatorio para
Madison y otros que un cimiento libre y estable para su nuevo gobierno
nacional requería de poderes separados claramente definidos y
balanceados.

 Desde que la Constitución de los Estados Unidos plasmó por escrito tales
principios, la obra de Montesquieu ejerció una influencia decisiva sobre los
liberales que protagonizaron la Revolución francesa de 1789 y la posterior
construcción de regímenes constitucionales en toda Europa, convirtiéndose
en un dogma del Derecho Constitucional que ha llegado hasta nuestros
días. Pero, junto a este componente innovador, no puede olvidarse el
carácter conservador de la monarquía limitada que proponía Montesquieu,
en la que procuró salvaguardar el declinante poder de los grupos
privilegiados (como la nobleza, a la que él mismo pertenecía), aconsejando,
por ejemplo, su representación exclusiva en una de las dos cámaras del
Parlamento.
OBRA MAESTRA

EL ESPIRITU DE LAS LEYES

LIBRO SEGUNDO

DE LAS LEYES QUE SE DERIVAN DIRECTAMENTE DE LA NATURALEZA DEL GOBIERNO

CAPITULO PRIMERO

DE LA INDOLE DE LOS TRES DISTINTOS GOBIERNOS

Hay tres especies de gobiernos: el Republicano, el Monárquico y el Despótico.


Para distinguirlos, basta la idea de que ellos tienen las personas menos instruidas.
Supongamos tres definiciones, mejor dicho, tres hechos: uno que "el gobierno
republicano es aquel en que el pueblo, o una parte del pueblo, tiene el poder
soberano; otro, que el gobierno monárquico es aquel en que uno solo gobierna,
pero con sujeción a leyes fijas y preestablecidas; y por último, que en el gobierno
despótico, el poder también está en uno solo, pero sin ley ni regla, pues gobierna
el soberano según su voluntad y sus caprichos". He aquí lo que yo llamo
naturaleza de cada gobierno. Ahora hemos de ver cuáles son las leyes que nacen
directamente de esta naturaleza que son, por consecuencia, las fundamentales.

CAPITULO II

DEL GOBIERNO REPUBLICANO Y DE LAS LEYES RELATIVAS A LA


DEMOCRACIA

Cuando en la república, el poder soberano reside en el pueblo entero, es una


democracia. Cuando el poder soberano está en manos de una parte del pueblo, es
una aristocracia. El pueblo, en la democracia, es en ciertos conceptos el monarca;
en otros conceptos es el súbdito. No puede ser monarca más que por sus votos;
los sufragios que emite expresan lo que quiere. La voluntad del soberano es
soberana. Las leyes que establecen el derecho de sufragio son pues
fundamentales en esta forma de gobierno. Porque, es efecto, es tan importante
determinar como, por quién y a quién se ha de dar los votos, como lo es en una
monarquía saber quién es el monarca y de qué manera debe gobernar.
CAPITULO III

DE LAS LEYES RELATIVAS A LA INDOLE DE LA ARISTOCRACIA

En la aristocracia, el poder supremo está en manos de unas cuantas personas.


Estas hacen las leyes y las hacen ejecutar. Lo restante del pueblo es mirado por
aquellas personas, a lo sumo, como los vasallos en las monarquías por el
monarca.

No debe elegirse por sorteo en la aristocracia, porque sólo se verían los


inconvenientes de ese modo de elección. En efecto, es un régimen que ya tiene
establecidas las más escandalosas distinciones, el que fuera elegido por la suerte
no sería menos aborrecido que antes: no se odia al magistrado, sino al noble.

Cuando los nobles son muchos, es preciso que un Senado se encargue de


proponer a la corporación de nobles todo lo que ésta, por numerosa, no puede
resolver sin consultar; el Senado propone, y algunas veces decide. Se puede decir
que el Senado es la aristocracia, que el cuerpo de nobles es la democracia y que
el pueblo no es nada.

Será una fortuna que la aristocracia, por alguna vía indirecta, haga salir al pueblo
de su nulidad. Es lo que pasa con Génova, donde el banco de San Jorge,
administrado en parte por los principales del pueblo, hace que éste adquiera cierta
influencia en el gobierno, de la cual dimana toda la prosperidad.

Una autoridad exorbitante dada de pronto a un ciudadano convierte a la república


en monarquía; peor que en monarquía, porque en ésta el monarca está sometido
a una Constitución; pero si en la república se le da un poder exorbitante a un
ciudadano, es mayor el abuso de poder puesto que las leyes no lo han previsto.

CAPITULO IV

DE LAS LEYES EN SUS RELACIONES CON LA INDOLE DEL GOBIERNO


MONARQUICO

Los poderes inmediatos, subordinados y dependientes constituyen la naturaleza


del gobierno monárquico, es decir, de aquel en que gobierna uno solo por leyes
fundamentales. He dicho poderes intermediarios, subordinados y dependientes; en
efecto, en la monarquía, el príncipe es la fuente de todo poder político y civil; las
leyes fundamentales suponen forzosamente canales intermedios por los cuales
corre todo el poder del príncipe. Si no hubiera en el Estado más que la voluntad
momentánea y caprichosa de uno solo, no habría nada estable, nada fijo, y por
consiguiente no existiría ninguna ley fundamental.
El poder intermedio subordinado más natural en una monarquía, es el de la
nobleza. Entra en cierto modo en la esencia de la monarquía, cuya máxima
fundamental es ésta: "Sin monarca no hay nobleza, como sin nobleza no hay
monarca”

CAPITULO V

DE LAS LEYES RELATIVAS A LA NATURALEZA DEL ESTADO DESPÓTICO

Resulta de la naturaleza misma del poder despótico, y se comprende bien, que


estando en uno solo encargue a uno solo de ejercerlo. Un hombre a quien sus
cinco sentidos le dicen continuamente que él lo es todo y los otros no son nada, es
naturalmente perezoso, ignorante, libertino. Abandona, pues, o descuida las
obligaciones. Pero si el déspota se confía, no a un hombre, sino a varios, surgirán
disputas entre ellos; intrigará cada uno por ser el primer esclavo y acabará el
príncipe por encargarse él mismo de la administración. Es más sencillo que lo
abandone a un visir, como los reyes de Oriente, quien tendrá desde luego el
mismo poder que el príncipe. La existencia de un visir es ley fundamental en el
Estado despótico.

Cuéntase de un Papá que, penetrado de su incapacidad, se había resistido


insistentemente a su elección. Al fin hubo de aceptar, y entregó el manejo de
todos los negocios a un sobrino suyo. Poco después el tío decía maravillado: "No
hubiera creído nunca que fuera tan fácil todo esto".

LIBRO TERCERO

DE LOS PRINCIPIOS DE LOS TRES GOBIERNOS

CAPITULO PRIMERO

DIFERENCIA ENTRE LA NATURALEZA DEL GOBIERNO Y LA DE SU


PRINCIPIO

Después de haber examinado cuáles son las leyes relativas a la naturaleza de


cada gobierno, veamos las que lo son a su principio.

Hay esta diferencia entre la naturaleza del gobierno y su principio: que su


naturaleza es lo que le hace ser y su principio lo que le hace obrar. La primera es
su estructura particular; el segundo las pasiones humanas que lo mueven.

Ahora bien, las leyes no han de ser menos relativas al principio de cada gobierno
que a su naturaleza. Importa pues buscar cuál es ese principio. Voy a hacerlo en
este libro.
CAPITULO II

DEL PRINCIPIO DE LOS DIVERSOS GOBIERNOS

Ya he dicho que la naturaleza del gobierno republicano es, que el pueblo en


cuerpo, o bien ciertas familias, tengan el poder supremo; y que la del gobierno
monárquico es, que el príncipe tenga el supremo poder, pero ejerciéndolo con
sujeción a leyes preestablecidas. La naturaleza del gobierno despótico es que uno
solo gobierne, según voluntad y sus caprichos. No se necesita más para encontrar
sus tres principios. Empezaré por el gobierno republicano comenzando en su
forma democrática.

CAPITULO III

DEL PRINCIPIO DE LA DEMOCRACIA

No hace falta mucha probidad para que se mantengan un poder monárquico o un


poder despótico. La fuerza de las leyes en el uno, el brazo del príncipe en el otro,
lo ordena y lo contienen todo. Pero en un Estado popular no basta la vigencia de
las leyes ni el brazo del príncipe siempre levantado; se necesita un resorte más,
que es la virtud.

CAPITULO IV

DEL PRINCIPIO DE LA ARISTOCRACIA

Tan necesaria como en el gobierno popular es la virtud en el aristocrático. Es


verdad que en éste no es requerida tan en absoluto.

El pueblo, que es respecto a los nobles lo que son los súbditos con relación al
monarca, está contenido por las leyes; necesita, pues, menos virtud que en una
democracia. Pero los nobles, ¿cómo serán contenidos? Debiendo hacer ejecutar
las leyes contra sus iguales, creerán hacerlo contra ellos mismos. Es necesaria
pues la virtud en esa clase por la naturaleza de la constitución.

El gobierno aristocrático tiene por sí mismo cierta fuerza que la democracia no


tiene. Los nobles, en aquél, forman un cuerpo que, por sus prerrogativas y por su
interés particular, reprime el pueblo; basta que haya leyes para que, a este
respecto, sean ejecutadas.

Pero si al cuerpo de la nobleza lo es fácil reprimir a los demás, le es difícil


reprimirse él mismo. Es tal la naturaleza de la constitución aristocrática, que pone
a las mismas gentes bajo el poder de las leyes y fuera de su poder.
CAPITULO VII

DEL PRINCIPIO DE LA MONARQUIA

El gobierno monárquico supone, como ya hemos dicho, preeminencias, categorías


y hasta una clase noble por su nacimiento. En la naturaleza de este gobierno entra
el pedir honores, es decir, distinciones, preferencias y prerrogativas; por eso
hemos dicho que el honor es un resorte del régimen. La ambición es perniciosa en
una república, pero de buenos efectos en la monarquía: da vida a este gobierno,
con la ventaja de que en él es poco o nada peligrosa, puesto que en todo instante
hay medio de reprimirla.

CAPITULO IX

DEL PRINCIPIO DEL GOBIERNO DESPOTICO

Como la virtud en una república y el honor en una monarquía, es necesario el


temor en un gobierno despótico; pero en esta clase de gobierno, la virtud no es
necesaria y el honor hasta sería peligroso. El poder inmenso del príncipe se
transmite por entero a los hombres a quien lo confía. Gentes capaces de
estimarse mucho podrían intentar revoluciones. Importa, pues, que el temor les
quite el ánimo y apague todo sentimiento de ambición.
BIBLIOGRAFIA

 (Garcia Fernandez, 2013) Charles Louis de Secondat, barón de


MONTESQUIEU (1689-1755)

LINKOGRAFIA

 http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=montesquieu-baron-de
 http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/1596/Montesquieu
 http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=montesquieu-baron-de
 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/montesquieu.htm
 file:///C:/Users/user/Desktop/MONTESQUIEU-El-Esp%C3%ADritu-de-las-
Leyes-554-p%C3%A1ginas%20(1).pdf

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