Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
La diabetes mellitus puede ser diagnosticada en cualquiera de las siguientes tres formas:
El comité de expertos que elaboró estos criterios también expresa que la prueba preferida es
la glucosa plasmática en ayuno y recomienda su uso universal como prueba diagnóstica por
su fácil aplicación, eficacia, aceptabilidad por los pacientes y más bajo costo. La CTG no se
recomienda como prueba de rutina.
Estado definido entre normal y diabetes mellitus. El comité de expertos también establece
la existencia de un grupo intermedio de sujetos cuyos niveles de glucosa plasmática no
reúnen los criterios para diagnóstico de diabetes mellitus, pero son demasiado altos para ser
considerados como normales. Este grupo incluye:
Por lo tanto, según los valores de glucosa plasmática en ayuno se establecen las siguientes
categorías:
Las categorías correspondientes cuando se usa una curva de tolerancia a la glucosa con
carga oral son las siguientes:
Tolerancia a la glucosa normal. Cuando el valor a las dos horas es < 140 mg/dl (7.8
mmol/L).
Intolerancia a la glucosa posprandial. Cuando el valor a las dos horas es 140-199
mg/dl (7.8-11.1 mmol/L).
Diagnóstico provisional de diabetes mellitus. Cuando el valor a las dos horas es 200
mg/dl (11.1 mmol/L). En este caso el diagnóstico debe confirmarse realizando de
nuevo una de las tres pruebas descritas en los criterios diagnósticos.
La diabetes tipo 2 se puede algunas veces contrarrestar con cambios en el estilo de vida,
especialmente bajando de peso con ejercicio y comiendo alimentos más saludables.
Algunos casos de diabetes tipo 2 se pueden también mejorar con cirugía para bajar de peso.
No hay cura para la diabetes tipo 1 (excepto por un trasplante de páncreas o de células
insulares).
El tratamiento tanto de la diabetes tipo 1 como de la diabetes tipo 2 consiste en nutrición,
actividad y medicamentos para controlar el nivel de azúcar en la sangre.
Dieta
Una dieta equilibrada y nutritiva sigue siendo un elemento esencial para la terapia de la
diabetes. No obstante, en más de la mitad de los casos, los pacientes diabéticos no siguen
sus dietas. La American Diabetes Association (ADA) recomienda que alrededor de 45 a
65% de las calorías diarias totales sean en la forma de carbohidratos; 25 a 35% en la forma
de grasas (de las cuales menos del 7% son grasas saturadas), y entre 10 y 35% en la forma
de proteínas. Al prescribir una dieta, es importante relacionar los objetivos dietéticos con el
tipo de diabetes. En los pacientes con diabetes tipo 2, limitar la ingesta de carbohidratos y
sustituir algunas de las calorías con grasas monoinsaturadas, como aceite de oliva, aceite de
canola (colza) o los aceites que contienen nueces diversas y aguacates, pueden reducir
los triglicéridos y aumentar el colesterol HDL. Además, en aquellos pacientes con diabetes
tipo 2 y obesidad, la reducción de peso mediante la restricción de calorías es una meta
importante de la dieta. Los pacientes con diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2 que dependen de
la insulina deben aprender a hacer un conteo de carbohidratos a fin de que puedan
administrar el bolo de insulina de cada comida con base en su contenido de carbohidratos.
Las recomendaciones actuales para ambos tipos de diabetes siguen limitando el colesterol a
300 mg por día y los individuos con colesterol LDL superior a 100 mg/dl deberían limitar
su ingesta dietética de colesterol a 200 mg diarios. La alta ingesta de proteínas puede causar
una progresión de enfermedad renal en pacientes con nefropatía diabética; en el caso de
estos individuos, se recomienda reducir la ingesta de proteínas a 0.8 kg/día (o a cerca de
10% del total de calorías diarias).
Área de glucosa en sangre del alimento de pruebaÁrea de glucosa en sangre del alimento de
referencia×100Área de glucosa en sangre del alimento de pruebaÁrea de glucosa en sangre
del alimento de referencia×100
El pan blanco es preferible por sobre la glucosa como estándar de referencia por ser más
grato al paladar y porque tiene menor tendencia al vaciamiento gástrico lento con alta
tonicidad, que se presenta cuando se utilizan las soluciones de glucosa. Comer alimentos
con un bajo índice glucémico dará por resultado una menor concentración de glucosa
después de las comidas. Los alimentos con bajos índices glucémicos tienen valores de 55 o
menos e incluyen muchas frutas (manzanas, naranjas) y verduras, panes integrales, pastas,
leguminosas, leche y yogur. Los alimentos con un alto índice glucémico tienen valores de
70 y mayores, e incluyen papas al horno, pan blanco y la mayoría de las variedades de arroz
blanco. El índice glucémico se reduce ante la presencia de grasas y proteínas cuando los
alimentos se consumen en una comida mixta. Los métodos de cocción también pueden
afectar el índice glucémico; así, el puré de papa tiene un índice glucémico mayor que las
papas al horno. Dado que se deben de tener 50 g de carbohidratos disponibles a fin de
medir el índice glucémico, no se pueden asignar índices glucémicos a los alimentos que
tienen pocos carbohidratos. Aunque no sea posible predecir de manera precisa el impacto
del índice glucémico de un alimento particular dentro del contexto de una comida, es
razonable elegir alimentos con bajos índices glucémicos.
D. Aceites de pescado y otros aceites Se ha mostrado que los ácidos grasos omega-3 en
altas dosis reducen los triglicéridos plasmáticos y el colesterol VLDL. También pueden
reducir la agregación plaquetaria. En el Lyon Diet Heart Study (Estudio de dieta y corazón
de Lyon) con pacientes no diabéticos, una ingesta elevada de aceite α-linoleico resultó
benéfica en la prevención secundaria de la enfermedad coronaria. Esta dieta, rica en frutas y
verduras, también proporciona una alta ingesta de antioxidantes naturales. Existe poca
información clínica acerca del uso de estos aceites en pacientes diabéticos.
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001214.htm