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431-437 Cuán temprano comenzar a enseñar a sus hijos ***


Cuán temprano comenzar a enseñar a sus hijos

¿CUÁN temprano es “suficientemente temprano” para comenzar a enseñar a sus hijos? Muchos creen que los
primeros años de la vida son solamente rutinarios y que el niño pasará más o menos automáticamente por ciertas
“etapas,” y que lo que sucede durante esos primeros años no afectará mucho su vida de más tarde. Difícilmente pudieran
estar más equivocados. Ahora se reconoce que mucha de esta idea obtuvo popularidad por medio de la teoría de la
evolución que propuso Darwin. Arguyendo contra esta idea, el libro Pre-School Education Today (Educación preescolar
hoy día) muestra a lo que lleva esto. En la página 30 leemos: “Así, siempre que Juanito hace algo ‘malo,’ el
comportamiento se explica indicando que es solo una etapa por la que está pasando. Además, siguiendo la parábola [de
un evolucionista] sobre el rabo de un renacuajo —en la cual las extremidades posteriores no se desarrollan si se amputa
el rabo— el comportamiento indeseable de Juanito no debe ser estorbado, porque pudiera ser que alguna característica
deseable futura no aparezca.” Bueno, ¿concordarán ustedes con esa idea evolucionista al entrenar a su hijo, o se
dejarán guiar por la Palabra de Dios?
2 En posición diametralmente opuesta a esa idea, la Biblia muestra que esos primeros años son preciosos, vitales,

críticos, y que los padres no deben echarlos a perder. Recuerden que Jesucristo dijo: “El que no reciba el reino de Dios
como un niñito de ninguna manera entrará en él.” (Mar. 10:15) La palabra griega para “niñito” es paidíon. Se puede usar
para una persona joven de doce años de edad, como en Marcos 5:40-42, que hace referencia a una niña resucitada por
Jesús; pero también puede aplicarse a un nene recién nacido, como en el caso en que se usa con referencia al niño
Jesús al ser visitado por los pastores.—Luc. 2:17.
3 En vista de la declaración de Jesús, ¡qué tonto es esperar hasta que un niño pasa sus años de la infancia para
empezar a pensar seriamente en darle la vital instrucción bíblica! Pues, mire, entonces el padre o la madre tendría que
decir: ‘Ahora que ya no eres un nene, pues, “da la vuelta” y hazte como un niñito de nuevo para que se te puedan
enseñar las verdades del reino de Dios y las aceptes.’ ¿Por qué no enseñar al niño mientras todavía tiene esas preciosas
cualidades de niñito? ¿Por qué pasar por alto el período dorado de oportunidad en que su hijo o hija es un niñito o niñita,
humilde, dócil, con buena disposición y hasta con deseos de aprender? Por eso, ¿cuándo debe usted comenzar a
entrenar o educar a su hijo para vida en el favor de Dios? Desde el nacimiento en adelante... ¡no hay tiempo que perder!
4 ¿Es práctico esto? ¿Es apegado a la realidad? Muy ciertamente lo es. Es verdad que un niño recién nacido puede

respirar, digerir alimento, sentir, llorar, bostezar y dormir... pero no puede hacer mucho más que eso. Sin embargo ya en
unos cuantos días o semanas se están haciendo impresiones en su mente. Su inteligencia ya está empezando a
funcionar. Quizás uno de los más grandes errores que cometen algunos padres es tener en menos la inteligencia de los
niños durante estos años tempranos. Al tiempo del nacimiento el cerebro del niño tiene solo una cuarta parte del peso
que tendrá cuando sea adulto. Pero, ¿sabían que en solo dos años el cerebro crece tan rápidamente que alcanza tres
cuartas partes de su peso de adulto?
5 La inteligencia del niño también crece. Los investigadores creen que la inteligencia del niño crece tanto durante sus

primeros cuatro años como durante los siguientes trece. Algunos dicen que “los conceptos que el niño aprende antes de
su quinto cumpleaños están entre los más difíciles que jamás encontrará.” Uno de estos conceptos que se aprenden es
el del lenguaje o idioma, clasificado por otra fuente como “probablemente el más difícil logro intelectual que se exige que
ejecute un ser humano.” Si ustedes dudan eso, solo traten de aprender un nuevo idioma. En poco tiempo se darán
cuenta de la maravillosa hazaña intelectual que su nene logra cuando aprende a hablar. Y recuerden... cuando ustedes
comienzan a estudiar una nueva lengua, ya saben un idioma y saben cómo funciona el lenguaje. Su nene no. Piensen,
además, en los niños cuyos padres son de diferentes nacionalidades, o que viven en zonas bilingües. ¡A menudo a la
edad de solo cuatro o cinco años, estos niños conversan, no en solo un idioma, sino en dos idiomas con facilidad, y
frecuentemente sin acento! Obviamente la inteligencia está ahí. Los jovencitos tienen una sorprendente capacidad para
aprender... pero esa habilidad necesita uso, desarrollo y guía. Necesita su ayuda; muchísimo depende de ustedes.
6 Pero como discípulos verdaderos, ustedes no deben estar interesados solo en la mente de su hijo y en el desarrollo
intelectual de ésta. Deben estar mucho más interesados en el corazón de su hijo y en que el corazón se desarrolle en
cuanto a suministrar motivos correctos. (Pro. 4:23) Al tiempo del nacimiento el corazón de la criatura es relativamente
grande, pero ¿se habían dado cuenta de que el corazón durante el primer año crece al doble del tamaño original?
Después de eso crece más lentamente. Ya en ese primer año comienzan a formarse hábitos. Durante ese año el niño
comienza a mostrar su disposición —o falta de disposición— a responder a lo que pidan los adultos. Sabemos que la
obediencia es quizás el más fundamental de todos los requisitos para tener el favor de Dios. Puede determinar si se
habrá de obtener vida o “muerte. ¡Qué importante, pues, es comenzar a amoldar a su hijo desde el nacimiento en
adelante!—Ecl. 12:13; Jer. 7:23.
7 Corrobora esto un artículo de Science Digest de marzo de 1969. Según el Dr. Marvin Ack, se han hecho estudios

que indican que la “mayor parte de la personalidad del individuo se establece antes del comienzo de la escuela. Por
supuesto, se sabe comúnmente que los niños de edad preescolar son extremadamente impresionables y dóciles.”
“No obstante,” dice él, “hemos descubierto que lo que han encontrado en su niñez en términos de actitudes y
experiencias a menudo establece patrones de conducta duraderos, y a veces inmutables.” ¿Quiere decir esto que
después de los cinco años de edad esos patrones no pueden ser cambiados? “No,” dice otro investigador. “El niño
permanece bastante dócil durante sus primeros siete años, pero mientras más se espere, más radicalmente se hace
necesario cambiar su ambiente... y la probabilidad de cambio va disminuyendo con cada año sucesivo.” No todos los
padres se dan cuenta de este hecho. En tan solo los Estados Unidos unos cuatro millones de niños de edad preescolar
tienen madres que trabajan fuera del hogar. Quizás algunas madres se vean obligadas a hacer esto. Pero muchas
evidentemente suponen que de todos modos es poco lo que pudieran enseñar a sus hijos durante esos años tempranos.
¡Qué trágico error!
8 El ambiente que ustedes suministran a su prole durante esos años tempranos desempeña una parte grande en el

proceso de amoldarla. No es solo la casa donde ustedes viven, sino la clase de hogar que ustedes hacen de esa casa.
¿Es el hogar limpio, nítido, ordenado? ¿Es el hogar pacífico, libre de riñas, gritería, ira? ¿Son ustedes los padres
personas que se respetan la una a la otra? Si no es así, ¿pueden esperar razonablemente que su hijito sea diferente y
les muestre respeto a ustedes? ¿Reconocen ustedes los padres que cometen errores? Si un niño nunca oye a su padre
o madre expresar humildad, ¿cómo puede llegar a ser su norma la humildad? También existe este peligro: Si los padres
dan la idea de que ellos nunca se equivocan, el niño puede creer que puede hacer con seguridad todo lo que ellos hacen
y siempre estar en lo correcto. Si los padres dicen lo que ellos pudieran considerar “mentirillas,” quizás a un vecino o a un
cobrador de cuentas, el niño creerá que él puede decir sus propias “mentirillas.” Y si los padres no concuerdan en
asuntos de disciplina para el niño, o si siempre están dando advertencias pero rara vez cumpliéndolas, el niño pronto
observará esto y rápidamente se debilitará el respeto que tenga a las reglas que ellos fijen. Jamás lo dude... estas cosas
hacen impresiones fuertes, casi indelebles, en la mente tierna de un jovencito. La inocencia natural y el sentido innato de
honradez y justicia del niño inevitablemente recibirán golpes a medida que siga la vida. Pero, por favor... encárguense de
que esos golpes no vengan de ustedes.
USANDO LA BIBLIA MISMA... “DESDE LA INFANCIA”
9 Sin embargo, el ejemplo, importante como es, no basta. El niño tiene que saber por qué sus padres se apegan a las

normas a que se apegan y por qué ellos exigen que él se apegue a la misma disciplina. Esto quiere decir usar la Biblia, y,
de nuevo, esto debe hacerse desde la infancia. A Timoteo, el apóstol Pablo escribió: “Tú, sin embargo, continúa en las
cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste y que desde la infancia has
conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación por medio de la fe relacionada con Cristo
Jesús.”—2 Tim. 3:14, 15.
10 ¿Significa realmente la palabra griega brephos, que Pablo usa aquí, un simple infante? Sí, eso significa. De hecho,

generalmente se usa con referencia a una criatura no nacida, como en Lucas 1:41, 44, donde, al relatar la visita de María
a Elisabet, el registro dice que ‘la criatura en la matriz de Elisabet saltó’ cuando Elisabet oyó el saludo de María. Pero
brephos también puede significar un recién nacido, infante o nene, como cuando se usa en Hechos 7:19, 20 refiriéndose
a Moisés como nene de tres meses de edad. Pablo, pues, no dice que Timoteo había conocido los santos escritos
sencillamente desde su ‘juventud’ o ‘niñez,’ sino realmente desde la infancia. ¿Cómo podía ser esto?
11 Bueno, evidentemente Pablo estaba diciendo que, sin importar hasta dónde pudiera remontarse la memoria de

Timoteo, él no podría recordar un tiempo en que no hubiera estado recibiendo instrucción de su madre y su abuela en
cuanto a la Palabra inspirada de Dios. (2 Tim. 1:5) Los recuerdos más tempranos de Timoteo de su vida consciente de
infante incluían recuerdos de los santos escritos y sus enseñanzas. Timoteo podía decirle a Jehová como dijo David en el
Salmo 22:10: “Desde el vientre de mi madre tú has sido mi Dios.” ¿Podrá el hijo o hija de ustedes decir eso? Lo que
hicieron la madre y la abuela de Timoteo, ustedes los padres y las madres pueden hacerlo hoy y pueden esperar con
mucha razón excelentes resultados, como en el caso de Timoteo.
12 El padre de Timoteo no era cristiano. Pero los padres cristianos no dejarán la instrucción de sus hijos únicamente a

sus esposas. Si lo hacen pagarán por ello en menos respeto de parte de sus hijos. El consejo del apóstol en Efesios 6:4
dice: “Y ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de
Jehová.” (New World Translation) Una manera de irritar a un niño es negarle la atención que los niños naturalmente
desean con intensidad, en la cual medran desde la infancia en adelante. ¿No es verdad que si se muestra algún interés
en un nene, pronto aquella boquita se abre en una amplia sonrisa (quizás asomándose en ella un diente solitario),
mientras que algún acto sencillo de atención de parte de su padre o su madre puede producir risitas o gorgoritos de
gozo? Los niños de más edad, también, desean con ansia el interés de sus padres en ellos. Quizás hasta se porten mal
como medio de recibir esa atención. Sí, uno de los más excelentes regalos que ustedes los padres pueden dar a sus
hijos de cualquier edad es parte de su tiempo, su atención e interés personal. El solo decirles las cosas o reprenderlos
no basta; esa disciplina por sí misma puede producir irritación. El niño desea y necesita que ustedes se sienten con él,
que dediquen tiempo a explicar los ‘porqués,’ no solo los ‘haz’ y ‘no hagas.’ Encárguense de que ellos reciban esa ayuda,
porque el dársela es el proceder amoroso.
13 Piensen en lo que ustedes ganan por dedicar el tiempo necesario a instruir a sus hijos en la Palabra de Dios. Si

no se hace eso, puede que los niñitos piensen que esto de obedecer es solo un asunto de decir sus padres literalmente:
‘¡Mira, nosotros estábamos aquí primero y somos más grandes y fuertes que tú, de modo que lo que decimos nosotros
es lo que se hace!’ Pero cuando los padres dedican tiempo a explicar lo que es correcto y lo que es incorrecto desde el
punto de vista de la Biblia, los niños llegan a comprender que sus padres no están dándoles simplemente su propia idea.
Es lo que el Creador de ellos dice; es su voluntad. Esto da al consejo de los padres una fortaleza que no puede ser
igualada de ninguna otra manera, y hace que las palabras penetren profundamente en la mente y el corazón del niño.
Más que eso, es también una fuente maravillosa de fortaleza añadida a los niños. Hace posible que se apeguen
firmemente a los principios correctos cuando en sus vidas jóvenes comienzan a aparecer situaciones difíciles. Sus hijos
quizás los amen y respeten mucho a ustedes como sus padres. No obstante, ustedes ciertamente deben darse cuenta de
que el respeto y el amor a Dios efectuará mucho más para ellos en tiempos de tentación y crisis.—Sal. 119:109-111; Pro.
6:20-22.
ENSEÑANZA QUE LLEGA AL CORAZÓN
14 Por supuesto, una vez que los niñitos aprenden a hablar parece que se convierten en fábricas de preguntas con
producción en masa. Pero, recuerden, las preguntas están entre los más poderosos instrumentos de aprendizaje que
tienen los niñitos. Si las preguntas del niño se echan a un lado, o los padres se hacen los sordos, puede ser que al fin el
niño deje de hacerlas. Pero al hacer esto, los padres corren el riesgo de hacer que comiencen a romperse las líneas de
comunicación. De nuevo, lo que sus hijos desean y necesitan es parte de su tiempo. El Creador de ustedes dice que
deben darles ese tiempo, mucho de él. Jehová dijo a los israelitas: “Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen
que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y
cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” ¿Están ustedes dando esta clase de atención a
su hijo?—Deu. 6:6, 7.
15 Al estudiar la Palabra de Dios con sus hijos lo que ustedes quieren es que lleguen a tener la Palabra de Dios
no solo en la cabeza, sino también ‘sobre su corazón.’ Con ese fin, estimúlenlos a hacer preguntas. Anímenlos a
expresarse. Consigan que hablen, investiguen cómo piensan, lo que sienten acerca de las cosas, lo que está en su
corazón.
16 En el material de estudio que la Sociedad Watch Tower ha provisto para que los padres lo usen con sus hijos, por
lo general hay varias preguntas colocadas en lugares muy apropiados. Estas tienen el propósito de estimular la
consideración de los asuntos. Recuerden que a los niños les gusta envolverse en las cosas. Sin ese envolvimiento el
interés del niño se desvanece rápidamente. Estas preguntas ayudarán a mantener ese interés si ustedes se detienen y
dejan que su hijo se exprese. Pero lo más importante es que las preguntas los ayudarán a ustedes a saber lo que su hijo
está pensando y lo que hay en su corazón.
17 Con el tiempo su hijo llegará a poder leer artículos por sí mismo. Anímenlo a hacer eso. Mientras más lea
información sana basada en la Palabra de Dios, más se grabará en su mente y en su corazón el buen consejo que hay
en ésta. Pero, para fortalecer los lazos de afecto o respeto entre ustedes los padres y su hijo, de ninguna manera dejen
de leer dicho material juntos con regularidad también.
18 Para llegar al corazón, hagan placentero el tiempo del estudio, no una prueba difícil. Los niñitos no pueden

concentrar la atención por largos períodos. Hasta en los juegos, rápidamente se cansan de un juego y buscan otro,
aunque quizás vuelvan pronto al que acaban de dejar. Por naturaleza, los niñitos cambian de interés frecuentemente;
después de un tiempo sus mentes de niño parecen cerrarse a una cosa y dirigen su atención a otra. Cuando llegan a ese
punto, poco se logra tratando de obligarlos a mostrar interés. No se preocupen si su hijo no capta todos los puntos la
primera vez. Esos puntos se pueden enfatizar en otras ocasiones.
19 Un ingrediente vital para sesiones de estudio de buen éxito con los niños es el entusiasmo de los padres. Quizás

ustedes no sean el tipo de persona de carácter demostrativo o vivaracho. Pero por lo menos pueden mostrar que de
veras sienten gozo y placer al estudiar con su hijo. Sean como el padre de Proverbios 23:15, 16 que dice: “Hijo mío, si tu
corazón se ha hecho sabio, se regocijará mi corazón, sí, el mío. Y mis riñones se alborozarán cuando tus labios hablen
rectitud.” Muestren ese gozo. Y ciertamente den encomio, estímulo y felicitación a su hijo o hija en todo caso que él o ella
aprenda y aplique bien las verdades de la Palabra de Dios. Esto dará aliento a su corazón y ayudará a mantenerlo listo
para recibir el consejo de la Palabra de Dios.
20 Ustedes quieren edificar amor a Dios en sus corazones. Asegúrense, pues, de que ellos no consideren a Dios y su

Hijo solo desde un aspecto negativo, siempre asociados con los “no hagas” y “no debes.” Ayuden a su hijo a comprender
y apreciar la bondad de Dios, su benevolencia y generosidad. Entonces estarán verdaderamente edificando amor a Dios
en el corazón de su hijo. Como escribe Juan: “Amamos, porque [Dios] nos amó primero.” (1 Juan 4:19) Es importantísimo
que su hijo llegue a querer servir a Dios por amor, no meramente saber que tiene que servirle. (Sal. 110:3; 112:1) Si el
amor no es la base, el servicio del niño nunca llegará a ser un servicio duradero ni galardonador. Al poner el énfasis
donde debe ir —en la bondad y misericordia de Dios— su hijo puede aprender a confiar en Dios, a orarle, con confianza,
con ese amor perfecto que “echa fuera el temor.”—1 Juan 4:17, 18.
21 Junto con el amor a Dios va el amor al prójimo. Los niñitos tienen una inocencia que es encantadora, que despierta

afecto, que es deleitable. Pero eso no dura para siempre, ¿verdad? Se desvanece y la vida del niño sigue adelante.
¿Qué reemplazará a esa inocencia de la niñez? Ustedes pueden ayudar a su hijo, no solo a ser limpio y ordenado, sino
también a ser respetuoso para con todos, considerado, bondadoso, útil a otros. Estas son cualidades que despiertan
mucho más cariño que simplemente lo característico de niños. La Biblia, incluso las palabras del Gran Maestro, los
ayudará a enseñar a sus hijos cuán vitales son estas cualidades. (Luc. 6:31; 1 Juan 4:20, 21) Con esa sabiduría, y con
amor verdadero para sus hijos, ustedes pueden ayudarlos a llegar a ser verdaderos discípulos del Hijo de Dios.
SE PUEDE APRENDER... AUN AHORA
22 Aunque aquí se ha dicho mucho acerca de ayudar a los niños a aprender del Gran Maestro, ese aprender no se
limita a nuestros días de la niñez, ¿verdad? Algunos de ustedes los hombres y mujeres jóvenes que son solteros y
algunos de ustedes los casados quizás piensen que sus padres no les dieron toda la ayuda que ustedes necesitaban en
los días de su niñez. Ahora quizás ustedes vean el valor de algunas cosas que ellos pudieran haberles enseñado pero
que no les enseñaron, probablemente porque no eran discípulos del Gran Maestro entonces, o sencillamente porque
no comprendieron a cabalidad la necesidad de estudiar con ustedes y darles ayuda con regularidad. ¿Usarán ustedes
eso ahora como excusa para conducta que no alcance las normas bíblicas? Cuando ciertos modos incorrectos de actuar
se les llaman a su atención, ¿dirán ustedes: ‘No me culpen a mí. Culpen a mis padres. Así me criaron. Yo no puedo
cambiar eso’? ¿Es eso razonamiento sano?
23 Cuando en La Atalaya y en el Anuario de los testigos de Jehová leemos relatos, nos enteramos acerca de

personas, hombres y mujeres, que a veces tuvieron los peores antecedentes... sin embargo, cambiaron. La Palabra de
Dios muestra que personas de toda clase, personas que han practicado cosas viles, pueden cambiar y han cambiado y
llegado a ser discípulos verdaderos del Hijo de Dios. Ustedes no van a sacar provecho de ir por la vida culpando a sus
padres por lo que ellos no hicieron. Tienen oportunidad plena ahora para aprender del Gran Maestro, y él puede
ayudarlos a rehacer su personalidad de modo que se conforme a la de él, rehacer su mente, cambiando las costumbres
incorrectas, desarrollando un corazón puro y un espíritu nuevo. (Sal. 51:10) La única pregunta es: ¿Quieren realmente
esto?
24 La sabiduría que ustedes pueden recibir por medio del Hijo de Dios es lo suficientemente amplia como para
resolver sus problemas, sean los que sean, y el espíritu de Dios es lo suficientemente poderoso como para ayudarlos a
salir vencedores sobre antecedentes no favorables, costumbres arraigadas y maneras de pensar incorrectas y prácticas
incorrectas. Recuerden, el que ‘halla la sabiduría ciertamente hallará vida, pero el que no alcanza la sabiduría está
haciendo violencia a su alma.’ Muestren que aman la vida, no la muerte, buscando esa sabiduría con todo su corazón.
Cada día, continúen aprendiendo del Gran Maestro.
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué actitud para con la educación temprana ha estimulado la teoría de la evolución?
2, 3. (a) ¿Cómo nos enseña la Biblia que debemos considerar los años tempranos de la vida del niño? (b) Como se
indica en Marcos 10:15, ¿cuándo debe comenzar el entrenamiento religioso del niño?
4. ¿A qué grado se desarrolla el cerebro del niño en los primeros dos años de vida?
5. (a) ¿Qué interesantes comentarios han hecho los investigadores acerca del crecimiento de la inteligencia del niño?
(b) Ilustre la capacidad intelectual que tienen los niños.
6. (a) ¿Qué merece aun más atención que el desarrollo mental del niño? (b) En armonía con esto, ¿qué sucede durante
el primer año?
7. (a) En cuanto a desarrollo de personalidad, ¿qué dicen los investigadores? (b) ¿Qué indica que muchas madres no se
dan cuenta de esto?
8. Explique cómo el ambiente doméstico afecta al niño para lo bueno o para lo malo.
9. ¿Por qué es importante el uso de la Biblia misma en el entrenamiento del niño, y cuán temprano debe comenzar esto?
10. ¿Realmente significa la palabra griega que Pablo usó aquí “infancia,” o simplemente se refiere a ‘niñez’?
11. ¿Cómo pudo Timoteo haber conocido las Escrituras desde la “infancia”?
12. (a) ¿Quién habrá de efectuar la instrucción de los hijos en el hogar? (b) ¿Por qué es importante pasar tiempo con los
hijos de uno, dándoles atención personal?
13. ¿Qué se gana cuando los padres dedican tiempo a explicar lo que es correcto y lo que es incorrecto desde el punto
de vista de la Biblia?
14. (a) ¿Por qué hacen tantas preguntas los niños, y qué puede resultar si a los niños se les hace sentir que sus
preguntas solo son una molestia? (b) ¿Hasta qué grado dijo Jehová a los israelitas que dieran atención a sus
hijos?
15. ¿Por qué es provechoso estimular a los niños a hacer preguntas durante las sesiones de estudio?
16. ¿Cuál es el propósito doble de las preguntas que se hallan en el material de estudio provisto por la Sociedad Watch
Tower para que los padres lo usen con sus hijos?
17. ¿Cómo es provechosa la lectura personal para un niño, pero por qué no debería reemplazar completamente la
lectura que se hace con los padres?
18. En cuanto a la duración de las sesiones de estudio, ¿qué se tiene que considerar?
19. (a) ¿De qué valor es el entusiasmo de los padres durante las sesiones de estudio de familia? (b) ¿Cómo influye el
encomio en el progreso de un niño?
20. (a) ¿Qué los puede ayudar a ustedes a edificar el amor de su hijo a Jehová? (b) ¿Por qué es muy importante esto?
21. Además, si los hijos habrán de llegar a ser verdaderos discípulos de Jesús, ¿qué tienen que aprender en cuanto a
sus tratos con otras personas?
22. ¿Cómo tratan de excusar su conducta algunos que no recibieron el mejor entrenamiento en la niñez?
23. ¿Qué ejemplos del día moderno muestran que cualquier persona puede poner su vida en armonía con las
enseñanzas de Jesús si realmente quiere hacerlo?
24. ¿Qué ayuda ha provisto Dios para los que realmente quieren efectuar los cambios necesarios a fin de conseguir la
vida eterna?
[Ilustración de la página 433]
El corazón de la criatura crece durante el primer año al doble del tamaño que tiene al nacer; el cerebro alcanza tres
cuartas partes del peso que tendrá cuando sea adulto. Por eso, el entrenamiento adecuado tiene un efecto importante en
la vida posterior. ¿Está usted usando bien esos años para educar a su hijo?
[Ilustración de la página 435]
La Palabra de Dios aclara que a los niños “desde la infancia” se les puede enseñar con provecho acerca del Creador y
sus obras

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